• Congelando el tiempo de Sonia Roca

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    Despues de tanto tiempo, tras toda su preparacion y el peso de los anos a su espalda, su cuerpo sigue reaccionando a la defensiva cada vez que piensa en el orfanato. Un cosquilleo le recorre de los pies a la cabeza mientras un pinchazo constante se instala en su cerebro, entonces empiezan los temblores. Hoy le ha vuelto a ocurrir. Le ha visto en las noticias, su nombre al lado de la palabra "asesinado". Ha muerto con los labios y los ojos cosidos, sus manos han sido arrancadas del cuerpo. Igual que los otros cadaveres. Uno mas para la coleccion, ha pensado. Y despues de eso ya no ha podido pensar en nada mas. El pasado le ha golpeado con fuerza y no oye mas que ruido a su alrededor. El mundo sigue su camino, pero el se queda alli congelado con la muerte a sus espaldas. Acechandole. Ese es el motivo por el que ha ido esta noche al lago, quiere acabar con ese ruido que le martillea por dentro. La luna llena ilumina sus pasos mientras se acerca al acantilado, se detiene justo en el borde y suspira. Se descalza y desabrocha su camisa, la dobla cuidadosamente y la deja encima de los vaqueros que ya se ha quitado. Una vez en ropa interior alza la vista al cielo y sonrie levemente a la luna. Flexiona las rodillas y salta desde el borde. Deja que el agua le engulla y consigue que por fin desaparezca el sentimiento de culpabilidad que le lleva acompanando desde hace tanto tiempo. Una silueta se asoma tras un arbol lejano, lo ha visto todo. Saca una libreta y hace un par de anotaciones, despues da media vuelta y desaparece en la oscuridad de la noche. Capitulo 1 Aiden t.l, Presente, 1985 Shane esta sentado en su despacho repasando todos los detalles del caso. Es el tercer asesinato con el mismo modus operandi, eso solo puede significar dos cosas: la misma persona ha cometido los tres crimenes o alguien esta replicando el primer asesinato de hace dos anos. Esta esperando el informe del forense, aunque no le hace falta leerlo para saber que pone. Muerte por hipoxia cerebral, tararea mentalmente. En otras palabras, asfixia. Probablemente el asesino utilizo una almohada para ahogarle. Luego, con los guantes puestos se dedico a coser con gran destreza los ojos y los labios de su victima, dejandolos cerrados para siempre. No contento con eso cerceno las manos del cadaver de un golpe seco y las arrojo al otro lado de la habitacion. En los casos anteriores no encontraron huellas, ni el arma homicida. Tampoco ningun sospechoso. Por lo que tiene claro que esta ocasion no sera distinta. Se frota con cansancio los ojos, lleva encerrado todo el dia. Le ha despertado una llamada cuando todavia no habia amanecido para avisarle de un nuevo asesinato. Asi que ha salido con sigilo de la cama intentando no despertar a su mujer y despues de desperezarse con una rapida ducha de agua fria se ha dirigido hasta el lugar del crimen. Aun bailan por su mente las imagenes de las anteriores muertes, un escalofrio recorre su cuerpo y se estremece. Shane ya no es ese chico asustadizo de antano, se hizo inspector de policia para defender a los inocentes. Sabe que este caso le costara mas que cualquier otro, la verdad siempre ha sido un arma de doble filo y le da autentico pavor lo que pueda encontrar. No le asusta la muerte, ni lo horriblemente macabro que pueda llegar a ser este caso. Le aterra enfrentarse a su pasado, porque sabe que detras de ese muerto vendra otro y luego otro mas. Hasta desvelar la verdad, que le arrollara con fuerza y le devolvera al infierno del que ya no podra escapar. El forense entra sin preguntar en la habitacion que tiene Shane como despacho. No hay ninguna ventana, son dos tubos fluorescentes los que iluminan la mesa del inspector durante todo el dia en ese sotano de la comisaria. Esa luz de hospital le da dolor de cabeza, pero eso no le va a impedir resolver este caso, se dice a si mismo. Shane alza la cabeza de entre los papeles y mira fijamente a Oscar con sus ojos color miel mientras espera las palabras magicas. --Es un imitador. Arruga la nariz, no era eso lo que esperaba. Oscar deja caer el informe en medio de todo el papeleo de Shane y se sienta a su lado con cansancio. Se toca la barbilla con nerviosismo, un gesto que pone histerico al inspector. -- Es el mismo modus operandi --niega con rotundidad--. Tiene que ser la misma persona que cometio los otros dos asesinatos. -- Respecto a eso --carraspea--, en vista de los nuevos acontecimientos he revisado los informes que hice en su dia para cada crimen y he descubierto nuevas pistas. ?Te acuerdas de las pequenas diferencias que hubo en los dos primeros casos? --La primera vez que mato fue torpe, estaba nervioso y se notaba en la forma en que cosio los ojos, tenia las manos temblorosas y eso le llevo a hacer mas de un remiendo para que su obra quedara perfecta. Dejo pasar el tiempo y perfecciono su tecnica con el segundo --Shane se lo sabe de memoria, recuerda cada palabra de esos informes. El caso le obsesiono, se paso noches enteras investigando sin sacar nada en claro. --Ya, esa fue mi hipotesis --suspira con cansancio--. Ahora lo veo todo con mas perspectiva y tengo claro que cada asesinato lo cometio una persona distinta. Shane abre los ojos y contiene la respiracion. -- Si lo que dices es cierto --intenta mesurar sus palabras y hablar con tranquilidad--, tenemos a tres asesinos sueltos. Va a cundir el panico, la gente ya esta muy nerviosa. ?Estas seguro? -- Del todo. Teniendo muestras de los tres crimenes veo claramente las diferencias en cada uno, son minimas, pero estan alli. Tenemos a dos imitadores. Shane se levanta apresuradamente con el informe de la autopsia en la mano, coge la gabardina que cuelga del perchero y se dirige hacia la salida. -- No hables de esto con nadie, tengo que solucionar un par de asuntos primero --le dice antes de desaparecer por la puerta. Cuando sale de la comisaria ya es mas de medianoche, su mujer ya estara durmiendo por lo que en lugar de ir directamente a casa empieza a deambular por la ciudad. Despues de veinte minutos andando sin rumbo fijo se para delante de una cabina telefonica, mira a ambos lados y cuando esta seguro de que esta solo entra en su interior. Marca con rapidez un numero de telefono que ya se sabe de memoria y espera a su interlocutor. Un tono, dos tonos, tres hasta que salta el contestador. Shane insiste, pero Aiden no responde. --Maldicion --se lamenta. El telefono de Aiden sigue sonando pero el no esta en casa. Necesita silenciar el ruido que retumba en su cabeza desde primera hora de la manana, apagar las voces que le atormentan cada noche y que hoy gritan con mas fuerza que nunca. Por eso ha ido al lago, para lograr unos instantes de calma. No es la primera vez que lo hace, descubrio que el lugar donde mas a salvo se sentia era bajo el agua. Esta noche se ha zambullido con mas fuerza que nunca, ha saltado con precision del acantilado y ha sentido la gravedad tirando de el hasta el fondo. El gelido abrazo del agua le ha arropado y le ha dado el chute de energia necesario para seguir con su trabajo, se reencuentra a si mismo y una sensacion de calma le inunda. Despues de eso todo se vuelve silencio. Se queda muy quieto dejando que la corriente del lago le meza con suavidad eliminando todo el dolor y resentimiento que hay en su interior. Cuando ya no puede aguantar mas la respiracion sale a la superficie. Da varias brazadas para llegar a unas escaleras de acero oxidado que suben hacia una torre que se conecta con el borde del acantilado gracias a una pasarela de madera. Aiden se dispone a subir por las escaleras y observa lo maltrechas que estan las barras de acero. Es probable que un dia de estos se desplomen junto a el hasta el fondo del lago, pero Aiden no teme al peligro. Ha vivido con el toda su vida. Sube con agilidad hacia la torre y permanece unos instantes en medio de la pasarela, respirando y escuchando el sonido de la noche. Cuando ya esta seco se dirige hacia el arbol donde ha dejado cuidadosamente doblada su ropa. Se viste y vuelve a la soledad del hogar. Cuando entra en su casa unifamiliar escucha el timbre del telefono y el maullido quejica de su gato. Le da mala espina. Se apresura a cogerlo pero el telefono deja de sonar. Intuye que llamaran de nuevo por lo que llena el bol de Ronnie con leche y se recuesta en el sofa esperando la llamada. Su casa no es muy grande; la planta baja esta compuesta por un comedor de ladrillo visto con un gran ventanal donde los unicos muebles que hay son un sofa que hace las veces de cama, un televisor encima de un mueble de color roble y una mesita junto al sofa donde aguarda apaciblemente el telefono. La cocina no es nada del otro mundo y la nevera daria risa a cualquiera que la abriera, come fatal. Hay un aseo al lado de las escaleras y en la planta superior dos dormitorios y un bano completo. Podria escuchar el telefono desde cualquier zona de la casa, pero prefiere quedarse cerca, por si acaso.