• Fractura de Andres Neuman

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    El regreso de Andres Neuman a la gran novela tras El viajero del siglo, Premio Alfaguara y Premio de la Critica.

  • Despues del amor Premio de Novela Fernando Lara 2017, Sonsoles Onega de Sonsoles Onega

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    Carmen viajaba en un tren desde Barcelona cuando un cruce de miradas cambio su vida para siempre. Era 1933, y Federico Escofet y Carmen Trilla -el, capitan del ejercito; ella, una esposa atrapada en un matrimonio infeliz- tejieron una historia de amor que ni las habladurias, ni la guerra civil, ni el exilio lograrian deshacer, pero que dejo en los tres hijos de Carmen la huella del desarraigo.

  • La traicion de las sirenas de Fernando Benzo Sainz

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    Cuando Emilio, un abogado en la treintena sumido en una crisis de identidad, recibe la noticia de la muerte de Paula, su amor de juventud, decide regresar al reencuentro del lugar donde paso su adolescencia y de su grupo de amigos de entonces.

  • El submarino del narco (El Albatros 4) de Federico Supervielle Berges

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    Walter dejo la carretilla en el suelo y cogio un trapo para secarse el sudor de la cabeza rasurada. A sus cuarenta y cinco anos, mantenia un fisico que le permitia mover aquellas cargas con cierta facilidad, pero el peso del artilugio era considerable y sus musculosos brazos y espalda brillaban con una fina capa de sudor. --Te dije que me dejaras ayudarte --dijo David al entrar por la puerta, senalando el pesado cilindro que descansaba en la carretilla. --No pesa tanto --contesto Walter--. Me viene bien hacer algo de ejercicio; al final, me paso todo el dia encerrado aqui en el taller. --Bueno, hoy ha sido una manana divertida --sonrio David. --No ha estado mal --dijo Walter, mesandose la fina perilla blanca que le rodeaba la boca. Habian salido temprano, aun de noche, hacia la pequena cala que llevaban anos usando como campo de pruebas. La vieja camioneta los llevo sin problemas, cargando en la parte de atras con dos de los prototipos de Walter. Guyana no era un pais en el que las fuerzas de seguridad supusieran un problema importante para negocios como el suyo, pero a Walter Darke no le gustaba correr riesgos. Ademas de tener a sueldo a algunos de los policias que ocupaban puestos clave en la zona, se molestaba en esconder sus actividades todo lo bien que podia. Sin embargo, no era la policia lo unico que le preocupaba; de hecho, le inquietaban bastante mas otras organizaciones. La cala que utilizaba, recluida y oculta a la vista desde otras playas, tenia la ventaja de que solo se podia acceder por un sinuoso camino. Su ultima defensa era Pluto, el viejo pointer ingles que habia bautizado su hermano pequeno poco antes de morir. El perro, obediente y leal hasta decir basta, se quedaba montando guardia en el camino y bajaba ladrando a la playa, si sus finos oidos o su poderoso olfato detectaban a alguien acercandose. El guyanes se permitio retroceder unos anos a sus tiempos en Colombia. Vasili habia sido un maestro rudo, pero sus ensenanzas estaban resultando impagables. Incluso, una vez el viejo ruso se encarino con el, los trabajos mas duros fueron recayendo en los otros mozos, mientras que el viejo submarinista sovietico dedicaba el tiempo que pasaba con Walter a ensenarle todo lo que sabia sobre el diseno de submarinos, que no era poco. Hasta el mas basico sumergible requeria de unos conocimientos avanzados y una cuidadosa construccion. --El otro cabron nos ha tenido entretenidos un rato --rio David, senalando el artilugio que aun descansaba sobre la carretilla. --Si --sonrio Walter. Vasili habia sido un maestro inigualable; su experiencia como submarinista y como ingeniero en la poderosa Rubin sovietica ofreciendo unos conocimientos que estaban al alcance de muy pocos. Pero el viejo ruso se habia limitado a construir un punado de lanchas de perfil bajo para los colombianos. La insistencia y entusiasmo del joven Walter le animaron a terminar el proyecto que siempre parecia aplazar: un verdadero submarino que fuera totalmente invisible para la policia y los guardacostas. Durante los anos que el guyanes paso alli, llegaron a botar tres minisubmarinos, que hicieron el viaje hasta Mejico docenas de veces y, algunas, hasta la mismisima California. Pero el alumno estaba obcecado en superar al maestro. Walter habia aprendido por las malas que, en Guyana y en su negocio, contentarse era peligroso. Siempre habia que ir un paso mas alla, buscar una nueva oportunidad y explotar cualquier ventaja que apareciese. Sus lanchas semisumergibles llevaban un par de anos haciendo la ruta a Cabo Verde, con un exito casi rotundo. Las escasas perdidas eran mas que compensadas por el volumen de mercancia que era capaz de transportar. Sin embargo, como en todo juego del gato y el raton, el otro bando empezaba a reaccionar. Los caboverdianos no tenian demasiados medios, pero ya comenzaban a ponerle empeno y, aunque Walter sabia que tenia las de ganar, no tenia ninguna intencion de dejar que el enemigo llevase la iniciativa. Si la policia o la marina de Cabo Verde subian las apuestas, el guyanes queria seguir teniendo las mejores cartas. Y ahi es donde entraban las pruebas de aquella manana. Walter llevo a la playa dos prototipos distintos. La diferencia fundamental era la propulsion: uno se movia mediante un motor de aire comprimido y el otro por baterias. A priori, el primero debia dar mas velocidad y alcance, con la desventaja de que dejaba una estela de burbujas muy visibles. Pero, en tan bisono torpedo, aquello no le preocupaba; el objetivo era comprobar cual de los dos funcionaba mejor. O, siendo mas rigurosos, ver si alguno funcionaba. La prueba del torpedo a pilas fue decepcionante, pero definitiva. El artilugio salio disparado en la direccion elegida, pero no habia recorrido ni la decima parte del camino previsto cuando se paro y se fue al fondo. Walter y David, debidamente preparados con equipos de buceo autonomo, habian bajado a recuperarlo, aunque el primero ya diagnostico el problema nada mas ver detenerse al torpedo. Las baterias con las que contaba no eran suficientemente potentes, y seria dificil encontrar unas que le valieran, teniendo en cuenta las enormes restricciones de espacio con las que tenia que jugar. Sus torpedos tenian que ser mucho mas pequenos que los que usaban las marinas de guerra. Walter aprovecho para mirar de reojo a David. Era unos anos mas joven que el, aproximadamente de la misma edad que hubiera tenido ahora Desmond. Walter habia vuelto de Colombia para descubrir la muerte de sus padres y su hermano pequeno. Los esfuerzos trabajando para el cartel no tuvieron ningun resultado: su familia acabo muerta mientras el se dejaba la piel para mandarles unos dolares todos los meses. Al volver, solo David, un nino mocoso con la cara picada por la viruela, fue capaz de decirle algo sobre su familia. El amigo de Desmond, que habia perdido a sus propios padres anos atras, vivia en la calle, dependiendo de la caridad de otros. Aun asi, no cejo hasta conseguir que los vecinos dieran una sepultura digna a los Darke. Walter se lo agradecio, acogiendolo, y el joven le correspondio con una lealtad comparable tan solo a la de Pluto. El guyanes devolvio sus recuerdos a las pruebas de aquella manana; al segundo prototipo, que habia resultado tan <>. El torpedo salio disparado desde el costado de la embarcacion y les habia costado seguirlo. Las pruebas las hacian desde una semirrigida que bajaban en un remolque hasta la cala. La lancha era muy rapida, pero apenas pudo seguir al torpedo. El ingenio siguio la trayectoria rectilinea prevista durante varios cientos de yardas; pero, de repente, se descontrolo por completo. El torpedo salio del agua dibujando una curva, con la mala suerte de que, al volver a impactar con la superficie, parecia haberse roto algo. Desde ese momento, su trayectoria fue completamente erratica, hasta detenerse e irse al fondo. Walter creia saber que habia pasado y sabia que recuperar suficientes piezas iba a ser dificil. El artilugio habia llegado a una zona mas profunda y estaba casi seguro de que algunas piezas se habrian desprendido al golpear con la superficie del mar. En cualquier caso, demostrar su teoria iba a ser relativamente sencillo: el pendulo con resortes que debia controlar la profundidad se habia quedado fuera de limites por la variacion de peso que suponia el consumo del aire comprimido. Nada que unas pocas pruebas en el taller no pudieran solucionar. Los rayos de sol incidian con fuerza sobre las aguas de la darsena, dandoles su paradisiaco color turquesa. Un barco de casco gris perturbaba la idilica imagen, su proa recta levantando pequenas ondulaciones que iban a parar contra los muelles y los demas barcos que llenaban el puerto de Mindelo. El Guardiao era el orgullo de la marina caboverdiana y Henrique Almeida se consideraba un afortunado por poder mandarlo. Habia conocido la mar de pequenito, de la mano de su abuelo, uno de los viejos pescadores de la isla. El entusiasmo por los barcos le llevo a la pequena marina local, donde destaco por su buen hacer y dedicacion, y un golpe de suerte hizo que tuviera la oportunidad de formarse en Lisboa, en la escuela naval portuguesa. --Segundo, todo tuyo --dijo Almeida, al librar el rompeolas. El comandante se sento en su sillon y observo como sus oficiales establecian la condicion normal de navegacion y dirigian al Guardiao a su zona de patrulla. Tras la formacion recibida en Portugal, la carrera del joven marino habia sido meteorica. Lo aprendido en Lisboa, unido a una habilidad marinera casi innata y a la pasion por su trabajo, le impulsaron hasta el puesto de mayor responsabilidad en la marina de Cabo Verde. El Guardiao era el barco de mayor porte de las fuerzas caboverdianas y, desde hacia unos anos, el unico con verdadera capacidad oceanica. Desde la retirada del viejo Vigilante, un dragaminas aleman del ano 70, reconvertido, los caboverdianos solo contaban con el Guardiao y una miriada de embarcaciones menores. Almeida era perfectamente consciente de que su pais no podia permitirse mucho mas y de que la marina se limitaba a un modesto servicio de guardacostas, pero eventos recientes estaban demandando mucho de las fuerzas navales caboverdianas. Un pais archipelagico, con poca o ninguna trascendencia en la geopolitica internacional y sin grandes incertidumbres de seguridad y defensa, no debia tener mayores problemas en proteger sus intereses maritimos; y todo habia sido asi hasta la reciente aparicion de una amenaza con la que nadie contaba. Como era logico, el trafico de droga desde Sudamerica a Europa, tradicionalmente, se hacia por barco; pero los grandes mercantes, entre cuya carga se escondia la mercancia, no tenian motivo para detenerse en Cabo Verde, y el archipielago habia vivido inmune a los peligros que este particular comercio suponia. Sin embargo, todo cambio hacia cosa de un par de anos. Almeida no sabia si fruto de la presion ejercida en las aduanas de los puertos, de un nuevo modelo de negocio o, simplemente, de la busca de nuevas oportunidades, pero los narcos evolucionaron: imitando la reciente eclosion de los narcosubmarinos en las rutas por la costa del Pacifico, los traficantes que llevaban la droga a Europa empezaron a usar estas pequenas embarcaciones. Inicialmente, todo el mundo descarto la posibilidad de que los ingeniosos, pero precarios, semisumergibles fuesen capaces de hacer la travesia transatlantica; pero los hechos demostraron que infravaloraban a los traficantes. El termino <> podia llevar a error, ya que la mayoria de las embarcaciones no eran completamente sumergibles, sino que navegaban semihundidas, con solo una pequena parte del casco sobresaliendo del agua. Cuando el fenomeno comenzo a tomar fuerza, Almeida, por curiosidad profesional, leyo un poco sobre el tema. En el Pacifico, era evidente que existian distintos modelos, lo que parecia indicar varios constructores diferentes; probablemente, cada uno asociado a un cartel. Sin embargo, el marino estaba convencido que todos los arribados a Cabo Verde habian salido del mismo <>. En Sudamerica, habia modelos derivados de embarcaciones de recreo, y otros fabricados expresamente. Los que estaban cruzando el Atlantico parecian de este segundo tipo. Hasta el momento, se habian encontrado dos narcosubmarinos abandonados en las costas del archipielago. Parecia que usaban las islas como nodo, usando otras embarcaciones para hacer el trayecto final hasta el continente. La policia les intentaba seguir la pista y los rumores apuntaban hacia una rama de la mafia rusa, pero hasta el momento no habian tenido ningun exito. Ambas embarcaciones encontradas compartian la forma de una lancha de carreras, aunque estaban disenadas para navegar casi hundidas, con solo un minusculo puente y las aspiraciones y exhaustaciones por encima del agua. Almeida sabia que se trataba de un enemigo a tener en cuenta; dificiles de detectar y, aunque no se habia dado el caso, un hombre con un arma automatica dentro podia hacerlos una presa dificil. Pero le preocupaban mas todavia los narcosubmarinos que no veia. No solo las lanchas semihundidas que se colaban sin ser vistas, sino que ya se habian encontrado varios ingenios verdaderamente sumergibles; la mayoria, en aguas del Pacifico o, incluso, siendo construidos en las selvas de Colombia. Sabiendo que ya habia aparecido un semisumergible nada menos que en el norte de Espana, Almeida estaba seguro de que habria verdaderos submarinos capaces de hacer la travesia transoceanica. Al marino caboverdiano no le cabia duda de que, si no estaba ocurriendo ya, pronto, toneladas de cocaina se escaparian de su control bajo las aguas del archipielago. El problema era que no tenia los medios para hacer nada al respecto. --Comandante, la primera guardia esta en sus puestos y hemos establecido la vigilancia de superficie.

  • Pan de Bruja de Noela Lonxe

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    Un cuento de hadas oscuro sobre pactos secretos y mujeres magicas.

  • Persefone a traves del espejo de Sandra Andres Belenguer

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    El agua tenia el color de una melodia muerta. Fue su primer pensamiento antes entender que no tenia la menor posibilidad de luchar. Desde arriba, un monstruo embestia su cuerpo, lo aprisionaba entre sus garras, y empujaba, empujaba, empujaba... Desde las profundidades, hordas de dedos tiraban de sus pies con avidez. Sintio sus huesos tatuados de podredumbre hendir su carne, y tras gritar comprendio su error. Cientos de burbujas, como espectros entre las sombras, se arremolinaron a su alrededor. Habia perdido el poco aire que le quedaba. No inspires. Pero la necesidad de hacerlo, el acto reflejo de buscar oxigeno, le insto a abrir los labios. Su corazon amenazaba con quebrarse a cada latido, alli abajo, en las tinieblas. Se lo imagino astillandose en miles de fragmentos que reflejarian a aquellos a los que amaba; un caleidoscopio con recuerdos y suenos que moririan en el vacio. !No inspires! ?Cuanto podia aguantar? En cualquier momento sus pulmones darian la terrible orden de aspirar y colapsarian para siempre. Se removio en un intento por liberarse, pero la bestia de las profundidades persistio en su acometida, al tiempo que las presencias abismales reclamaban su ultimo aliento. A sus oidos llego un sonido extrano, distorsionado por el eco que reinaba ahi abajo. Se quedo inmovil unos segundos, una eternidad. Eran suplicas, clamores descarnados de hombres, mujeres y ninos que pronunciaban su nombre. Justo entonces, el instinto le obligo a dar una gran bocanada. Los pulmones se dilataron, las fosas nasales inhalaron sin ofrecer resistencia...Y las aguas de muerte rompieron las compuertas. Un trueno restallo en su cabeza, una llamarada prendio su pecho. El momento critico se acercaba. Las criaturas que aferraban sus tobillos tironearon con mas fuerza y sumieron su cuerpo en un remolino... Entreabrio los ojos y pudo distinguir ciudades y templos sumergidos, bovedas derruidas, esfinges olvidadas, laberintos de calles sinuosas y paramos que vigilaban sirenas de ojos ponzonosos. Las sombras se retorcieron e incrementaron la velocidad, como si su naturaleza ancestral hubiera advertido que el cuerpo que transportaban se abandonaba demasiado pronto a un destino que no le pertenecia. Semiinconsciente, sintio como alguien aferraba su cuerpo, lo alzaba en el aire y finalmente lo depositaba en tierra firme. Tosio con violencia, vomitando regueros de agua turbia. Para cuando fue capaz de abrir los ojos, trato de convencerse de que aquello era solo una pesadilla creada en los sotanos mas siniestros de su mente. Ante si, una calavera le atravesaba con su mirada de simas infinitas. Mostraba una sonrisa sardonica, de dientes podridos, desiguales y rotos. Una capucha de jirones negros cubria buena parte de su craneo y de vez en cuando los insectos se asomaban bajo la tela. Sujetaba un gran remo de barca, hecho de huesos humanos. Realizo una reverencia y le tendio su mano cadaverica. Cuando hablo, su voz parecia provenir del dolor de mil almas. --Hemos estado esperando su llegada, majestad. 1 Las historias mas bellas siempre comienzan con una destruccion. JACK LONDON A Casey le encantaba Halloween. Por eso habia elegido aquel lugar para quedar con Vera. Cuando era pequena, recorria las calles del Sur de Filadelfia con sus amigos para recoger caramelos. Lo que mas anoraba de todo eso era disfrazarse: de bruja, de pirata, de zingara, de vampiresa... Estar dentro de otra piel por una noche suponia para ella una magia dificil de superar. Y asi fue hasta que comenzo a devorar libros. Sonrio para si. Los libros eran como hechizos esperando ser descubiertos, y ella se consideraba una buena maga. Al menos, asi habia sido hasta hacia unos dias... Ahora, un incomodo hormigueo recorria su pecho cuando trataba de leer y lo que era peor, cuando intentaba escribir. --!Ey! !Casey! Una mano sobre su brazo la obligo a girarse. --!Tia, que cambiada estas! --Vera se echo a reir y su pelo, rizado a lo afro, parecia bailar en torno a sus pendientes de aro--. !Te he extranado un monton! Las dos amigas se abrazaron con fuerza. La habia echado tanto de menos durante ese verano. Vera le guino un ojo antes de mirar descaradamente a su alrededor. --!Guau, no conocia este local! Me has hecho venir aqui por los adornos de Halloween, te conozco. Pues que sepas que aun te quedan unas semanas, fantasmita. Tenia razon. Casey siempre iba a Tinsel, un bar en pleno centro de la ciudad, cuando alguna festividad estaba cerca. En Navidad, engalanaban el interior con luces, regalos, arboles, bastoncillos de caramelo gigantes... Ahora, aunque todavia eran finales de septiembre, Tinsel ya ofrecia a sus clientes un espeluznante mosaico de munecos de porcelana, calabazas sonrientes, caretas de payasos asesinos y aranas colgadas por doquier. --No sabes cuanto me alegro de verte, Vera --dijo abrazandola de nuevo. La emocion hizo enrojecer sus ojos. ?Tan sola se habia sentido?--. Tu tambien estas... --?Mas guapa? ?Sexy? ?Irresistible? ?Clavadita a Beyonce? --ambas rieron al unisono mientra Vera se sentaba junto a ella--. Nah, lo que pasa es que como ya no puedo ponerme mas morena de lo que soy, mis primas de la costa Oeste decidieron llevarme por el camino del exceso. --?Fuiste a Las Vegas? --!Que dices! !No he salido del paseo de la fama de Los Angeles en todo el verano! -- jugueteo con el frasco decorativo de ojos de cristal que habia sobre la mesa e hizo un gesto al camarero para que trajera dos refrescos--. Piensalo, ?y si me hubiera topado con Spielberg, o con Tarantino? !Imaginate! Vera queria ser guionista o directora de cine, o las dos cosas. Su caracter extrovertido y el hecho de coincidir en muchas asignaturas en el Instituto de Artes Creativas habia hecho inseparables a las dos chicas. No se habian visto en todo el verano y las ganas de ponerse al dia, tomar ese batido helado que vendian en la cafeteria de la esquina y hablar de lo que cada una habia planeado para su futuro en la universidad, se multiplicaron por mil. --?Y tu? ?Que tal estos dos meses? --la sonrisa de Vera perdio intensidad, solo durante una fraccion de segundo. Despues anadio--: ni me lo digas. Seguro que has devorado todos los libros de la biblioteca, senorita Hermione Granger. En eso tu madre lleva razon: !te va a salir humo por las orejas! Pero ya lo arreglaremos, claro que si... En realidad, penso Casey, ?que he hecho durante el verano? Su expresion alegre se torno livida. No me acuerdo de nada... ?Pero como no voy a acordarme? El corazon comenzo a martillearle en los oidos. ?Que...que diablos me esta pasando? --Ademas --Vera siguio parloteando, animada--, tienes que invitarme a una hamburguesa. Chica, la verdad es que Silk City Diner no es un mal sitio para trabajar... ademas esta en pleno centro. Casey habia comenzado a trabajar los fines de semana en una cafeteria para que su madre y ella pudieran pagar las facturas mas desahogadamente. Eso si lo recordaba, pero... La musica del bar incremento su volumen y el pulso de Casey se disparo de nuevo. Algo no va bien, algo no encaja, algo no... El camarero dejo las bebidas sobre la mesa, con pajitas rojas a juego, y se fue. En cuanto Vera me ha preguntado por el verano... He empezado a sentirme... --?Casey? --Si, si, claro, !eso esta hecho! Manana empiezan las clases, ?te parece si quedamos el sabado? --!Cuenta con ello! --Eso si, si mi jefe se entera de que te sirvo una hamburguesa gratis, !le dara algo! --?Es uno de los tipicos cabrones, no? Como Reed o Harris, pero a lo bestia... Las dos amigas conocian a Dennis Reed del curso anterior. Habian elegido apuntarse a uno de sus famosos talleres de Escritura Creativa y la experiencia habia sido, cuanto menos, surrealista. Reed se habia ganado a pulso todos los rumores que lo tachaban de extravagante, lunatico y estricto. Sin embargo, a Casey le cayo bien. Comprendio que ese aire de profesor excentrico cuadraba bastante con el mundo de la literatura, aunque todavia no pudiera perdonarle que le hiciera recitar varias veces su propio relato delante de toda la clase y de mil formas posibles. <>. Casey sonrio para sus adentros al recordarlo. Maldito Reed... Aun asi, se habia convertido en su profesor favorito y estaba ansiosa por comenzar el nuevo curso en una de sus clases. --A ver... --Casey simulo pensarlo un momento para seguir la broma de Vera--, digamos que Thanos se queda corto a su lado. --!Vaya! Si desapareces, ?puedo quedarme con tu cazadora blanca? --!Ya quisieras! --Lo digo para tapar la cara de ese payaso de ahi --senalo la careta con un comico gesto de miedo--. Eres una friki, ?lo sabias? Mira que traerme a este sitio... Casey se relajo un poco y rio con ganas. --Oye --respondio--, que esto no esta nada mal. ?Y tu quieres ser guionista? --Ya, pero no hacian falta los tarros de ojos ni las aranas. --Es que han pensado en todo, para darle ambiente --iba a darle un sorbo a su refresco cuando vio una mariposa negra aletear hasta posarse en su mano--. !Anda! !Incluso han llenado el local con mariposas! --?Que? ?De que hablas? --Bueno, justo aqui hay una --el insecto ascendio hasta su brazo--, fijate. Los ojos de Vera le devolvieron una mirada confusa. --Casey... ?Estas bien? --Pues claro --la chica seguia embelesada contemplando a la mariposa. Era increible que les permitieran tener insectos vivos en el local--, ?por que lo dices? Su amiga se mordio los labios antes de responder. --No hay... No hay ninguna mariposa, Casey.

  • Amos y Mazmorras VIII de Lena Valenti

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    AMOS VIII

  • Decidete, Margarita (Margarita 1) de Cinthya Huerta

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    ?Estarias dispuesta a enamorarte de alguien diez anos menor que tu, luego de un fracaso amoroso?

  • Ensename a amarte de Jana Westwood

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    Henrietta Tomlin se miraba en el espejo con aquella expresion entre acida y deprimida con que se enfrentaba siempre a ese momento tan dramatico: el visto bueno de su madre. --Henrietta ya te dije que el color verde no te favorece nada --dijo ladylady Margaret mirando a su hija con reprobadora expresion--. El de encaje blanco hubiese sido mucho mas adecuado para... tu fisico. Henrietta sabia perfectamente lo que su madre estaba diciendo, en su cabeza habia escuchado, una a una, todas las palabras que lady Margaret no se habia atrevido a pronunciar. <<--Henrietta ese vestido fue hecho para una joven hermosa y no para alguien con un fisico tan vulgar y corriente como el tuyo.>> --Querida mia --dijo su madre acercandose a ella y haciendole un gesto, que queria ser una caricia, en una de sus palidas mejillas--. No debes angustiarte, ya sabes lo que siempre digo, lo mas importante es reconocer nuestros defectos y carencias. No es aconsejable esperar a que sean los demas los que los descubran por nosotros --Si, mama. Me lo has dicho muchas veces y gracias a ti tengo todas mis carencias muy asumidas. Mi nariz es demasiado pequena, mis ojos demasiado grandes, mi boca excesiva... --recito la joven. --!Eso es! Eres igualita que tu padre --sonrio lady Margaret caminando hacia la puerta--. Tienes tiempo de cambiarte, pero apurate, salimos en cuanto tu hermana este lista. !Lidia! ?A donde vas? --A ver a mi hermanita. !Oh, Henrietta, estas preciosa! El color verde hace juego con tus ojos. Lidia era la hija menor de los Tomlin. Era una joven elegante y muy hermosa que en nada se parecia a su hermana mayor. Lady Margaret siempre decia que era como ella cuando era joven. --Estaba a punto de quitarmelo -- dijo la primogenita de la familia--. Mama piensa que no me favorece nada. --?Por que dices eso, mama? -- dijo Lidia mirando a su madre--. Esta guapisima. --Para eso tendria que serlo -- murmuro lady Margaret. --?Que has dicho mama? -- pregunto Lidia ahuecando la falda del vestido de su hermana--. No hables tan flojito que no se te entiende. --Debes terminar de arreglarte, Lidia, la fiesta es en tu honor y no puedes descuidar ningun detalle. Lidia miro a su hermana con cara de fastidio aprovechando que su madre estaba a su espaldas y no podia verla. --Ya estoy casi lista, mama, solo tengo que ponerme las joyas y bajare. Por cierto, papa te estaba buscando -- mintio. --!Este hombre no sabe hacer nada sin mi! !No se que va a ser de el el dia que yo no este! Lady Margaret salio de la habitacion y las dos hermanas se quedaron solas. Lidia puso a Henrietta frente al espejo y asomo la cabeza por encima de su hombro. --Estas guapisima, no hagas caso de lo que diga mama, nunca quiso a la abuela Nancy y tu le recuerdas a ella. --Querida Lidia, sabes que nunca me importo no ser guapa. --La joven se encogio de hombros--. Lo prefiero, me resultaria agotador ser como tu y tener que bailar con todos los jovenes que asistan a la fiesta, y ser agradable y tener que sonreir todo el tiempo. Lidia se echo a reir. --Aun recuerdo lo que le hiciste al pobre senor Bradley en el ultimo baile del ano pasado. !Jajajajaja! --Lidia no podia parar de reir al recordar. --Estoy segura de que escuche a lady Natalie decir que le habia reservado un baile --dijo Henrietta poniendo cara de inocente. --!Eres mala! !Jajajajajaja! -- Lidia abrazo a su hermana y la beso en la mejilla--. Te adoro, ?lo sabes verdad? --No mas que yo a ti --dijo Henrietta devolviendole los carinos. --Hoy va a ser un baile maravilloso --dijo Lidia apartandose y dando vueltas para lucir su precioso vestido azul turquesa--. No quiero que olvides nunca lo feliz que me siento, Henrietta. --No lo olvidare --dijo la joven sonriendo--, pero tu siempre te sientes feliz, Lidia. --No es cierto --dijo acercandose y cogiendo las manos de su hermana--. Recuerda que hace un tiempo estuve muy triste, casi desesperada. Henrietta fruncio el ceno. --Fue cuando Robert estuvo fuera tanto tiempo. Es normal, es tu prometido y le echabas de menos. Lidia miro hacia la puerta y luego sonrio. --Si, si, fue entonces. Henrietta percibio algo extrano en su hermana. --Lidia, ?tu quieres a lord Worthington, verdad? Lidia estaba dando vueltas y se detuvo dandole la espalda. --Claro, hermanita. Henrietta seguia con el ceno fruncido cuando se acerco a su hermana y se puso delante de ella obligandole a mirarla. --Lidia, dime la verdad. Hoy es vuestra fiesta de compromiso, papa necesita el dinero que le ha prometido lord Worthington, pero lo importante es que tu seas feliz. No debes sentirte obligada a sacrificarte, si no amas a... --Tranquila, Henrietta, te doy mi palabra de que solo me casare por amor --dijo con intensidad. Lidia respiro hondo y luego le brindo la sonrisa mas dulce a su hermana pequena. --Tu no deberias preocuparte de esas cosas de hombres --dijo--. Lord Worthington es inmensamente rico y que procede de una de las familias con mayor abolengo de toda Inglaterra. Ademas es muy atractivo y culto. Es solo que preferiria que fuese un poco mas divertido, menos serio

  • Cuando te conoci de Maria Buga

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    Si algo odiaba Renata Palacios era que se salieran sus asuntos de control. Un par de anos lidiando con un “fantasma” la tenia agotada. ?Suponia aquel receso en su vida una verdadera ayuda? Bueno, que ni para tomarse un respiro. Lo que no entraba en sus planes, ni en los mentales ni en los escritos, era el conocer a un cinico sujeto “Dios de los besos” que de pretender enamorarse algun dia, podria personificar la antitesis de sus ideales y expectativas: el apuesto y afamado Maximiliano Renteria.
    El pasado que no la deja vivir la alcanza para mezclarse con su presente, pero, ?muerto el perro se acabaria la rabia?. Quizas, ni asi.
    Maximiliano, desinteresado como es, no sabra contra que lucha.
    Renata se resistira a emprender batalla alguna.

  • Sexy, Yogi, Sandwich 3 de Coco Duval

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    Me llamo Johanna Mayer, tengo 36 anos y estoy decidida a recuperar mi vida. Estoy harta de persecuciones y asesinatos. Y harta de que nadie entienda la relacion que tenemos Bruno, Alexander y yo. Porque si, lo digo en voz alta: me gusta tener dos maridos, y si, me gusta mi nueva vida de espia improvisada. Voy a descubrir la verdad, voy acabar con esta locura.

  • La ciudad de las mujeres desaparecidas de Megan Miranda

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    Han pasado diez anos desde que Nicolette abandono su ciudad natal despues de que Corinne, su mejor amiga, desapareciese sin dejar rastro. Nicolette regresa a casa para cuidar de su padre enfermo, pero pronto se ve inmersa en un terrible drama. Todas las personas relacionadas con la desaparicion de Corinee siguen con sus vidas en Cooley Ridge: el hermano de Nic, Daniel, a punto de ser padre; el antiguo novio de Corinne que trabaja en el bar del pueblo; y Tyler exnovio de Nic y pareja actual de Annaleise que fue la coartada que exculpo al grupo de amigos la noche de la primera desaparicion. Pero ahora es justo Annaleise la desaparecida. Durante las dos semanas que siguen -la historia se nos explica desde el dia 15 al dia 1, en una ciudad donde nadie es lo que parece, ni familiares y amigos.

  • Como disparar a tu corazon (Estrellas del basket 2) de Lola Cooper

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    Si hay algo que realmente le asquea a Scott Truman, el todopoderoso dueno de los Ottawa Owls, es el juego sucio. Por eso, cuando Philippa Bouchard, sargento de la Policia Montada de Canada, le ofrece colaborar en su investigacion para desmantelar la red de apuestas ilegales y amano de partidos de la mafia rusa que opera en algunos clubs de la liga nacional de baloncesto, no duda en aceptar. con una condicion. Una condicion que tiene que ver con la atractiva e inteligente policia.

  • Delirios de un hombre cuerdo de Leonardo Grinn

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    Los delirios del autor, nos proponen otra miradas con sentido de una realidad agotada por su frenesi del consumo. Textos embriagados de trazos donde las palabras cobran vida.

  • Todos te recordaran de Andreu Martin

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    Pocos meses despues del atentado yihadista de las Ramblas de Barcelona, y a falta de dias para la celebracion de unas controvertidas elecciones autonomicas, aparece en el puerto, entre bloques de hormigon y un alborotado mar oscuro, el cuerpo sin vida del inspector de la Policia Nacional Santiago Ortuno. Semanas antes, Ortuno, un inspector ido a menos relegado a la Brigada de Extranjeria, habia recibido la visita en comisaria de la fascinante vocalista Leire Alfaro --tambien llamada Dorothy Gale-- con el objetivo de solicitarle un permiso de residencia para Abduh Fayad, un lampista marroqui que trabaja en el sospechoso negocio de los hermanos Shaddad y con quien ella mantiene una relacion.

  • La aldea olvidada de Cleiomar Queiroz

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    Una novela que aborda el mal que existe en cada uno de nosotros. Si, nadie es santo, pero todos merecen una segunda oportunidad, que solo es posible en el “pueblo olvido”.

  • El milagro metabolico de Dr. Carlos Jaramillo

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    A todos nos gusta comer. Pero lo hacemos mal y cada dia peor. Enganados por la industria alimentaria, la publicidad, las fake news gastronomicas y los consejos nutricionales de la tia Bertha, con cada bocado tomamos decisiones nefastas que nos enferman, nos engordan y nos roban energia. ?Como detener esta espiral? ?A quien creerle y a quien no? ?Como cambiar de habitos sin volvernos rigidos y aburridos?

  • El rey ante el espejo de Ana Romero

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    Esta es la cronica del primer trienio de Felipe VI, que reina en el momento mas convulso de la democracia. Cuatro retos en cuarenta meses: salvar el trono que heredo de su padre, romper con su hermana mas querida, funcionar diez meses sin Gobierno y hacer frente al peligro de la desintegracion de Espana. En la batalla lo acompana la reina Letizia, la primera consorte plebeya de la historia, la experiodista que captura el imaginario colectivo hasta convertirse en una Maria Luisa de Parma contemporanea. Mitos, topicos, prejuicios y fobias rodean a esta mujer hieratica en constante transformacion fisica que libra su propia pelea en una sociedad cada vez mas mediatizada. El nuevo rey se mira en un espejo en el que ve muchas sombras. La de Juan Carlos I, cuyo legado aun fresco se proyecta en una cohabitacion dificil con su hijo. La de algunas mujeres que se quedan en el camino, como la reina Sofia, las infantas Elena y Cristina o Corinna. La de un personaje oscuro, el excomisario Jose Manuel Villarejo, que busca un tesoro en la carrona real. Hay intrigas y traiciones, desgarros y aciertos en este relato shakespeariano en el que late la hipersensibilidad emocional que rodea a Felipe VI, el primer rey constitucional de nuestra historia, un hombre frio y obstinado que quiere preservar la Corona para su hija Leonor tanto como su propia esposa. A diferencia de su bisabuelo, su abuelo y su padre, este rey esta decidido a no renunciar nunca al trono de Espana.

  • Secretos 3, Christian Martins de Christian Martins

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    Lo unico que Julia desea es ser feliz junto al hombre que ama, pero parece que su objetivo tardara bastante en hacerse realidad. Nada de lo que les rodea parece seguro; ni Mexico, ni Espana.
    Por fin es participe de lo que ocurre y todos los secretos que la rodeaban han sido desvelados pero, ?como van a dejar atras el pasado? ?Como huir de todo aquello?
    Cuanto mas sabe, mas segura se encuentra de que todo aquel asunto que la rodea terminara muy mal.
    Elias tiene demasiados enemigos y varias personas parecen interesadas en terminar con ellos.

  • El secreto de Xein (Guardianes de la Ciudadela 2) de Laura Gallego

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  • Mientras estas sola (Rancho Triple K 3) de Laia Sinclair

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    La soledad no es mala si has escogido libremente vivir asi tu vida, pero cuando te la han impuesto por culpa de la incomprension de tu familia y allegados; cuando es lo que soportas porque el hombre que creias que era toda tu vida, te abandona; cuando no te queda mas opcion porque todo el mundo se aleja de ti, entonces, es lacerante. Mi vida no ha sido un camino de rosas. No soy lista, ni guapa, ni divertida, ni interesante. Soy una mujer del monton, de las que nadie mira dos veces, de las que nunca levantan pasiones. Por eso, cuando con quince anos Justin se fijo en mi, no pude creerlo. El era guapo, popular en el instituto, capitan del equipo de rugby, y todas las chicas andaban locas por el. Yo era virgen en todos los aspectos, ni siquiera me habian besado alguna vez. Justin fue el primero, en todo. Tenia dos anos mas que yo, y cuerpo de hombre. Era alto, ancho de hombros, con el pelo rubio que brillaba al sol como si fuese de oro, unos ojos calidos, como chocolate derretido, y la piel morena por culpa de todas las horas que se pasaba al sol, entrenando. Sus manos eran grandes pero suaves cuando me acariciaban, y su voz, cuando me hablaba muy bajito al oido, hacia que mi piel se erizara y deseara entregarle todo. Iba dos clases por delante, y siempre estaba rodeado por las animadoras. Por eso, cuando un dia se acerco en el pasillo del instituto y me invito a su fiesta, crei que se estaba burlando de mi. Pero aquel sabado, a la seis en punto, estaba con su coche ante la puerta de mi casa, esperandome. Fue el inicio de una historia que yo crei maravillosa pero que, dos anos despues, se revelo una autentica pesadilla para mi. Justin ya estaba en la universidad. Yo permanecia todavia en Cascade, en mi ultimo ano en el instituto. Deseaba terminar de una vez para poder irme a vivir con el. El plan era que yo iba a trabajar mientras el terminaba la carrera; despues, cuando el ya estuviera establecido, me tocaria a mi estudiar. Pero mi embarazo lo echo todo al traste. O, mejor dicho, me obligo a abrir los ojos ante la verdadera personalidad del que creia que era el hombre de mi vida. --?Que estas embarazada? --me dijo gritando por telefono cuando se lo dije. Estaba realmente furioso--. ?Como has podido permitir que pasara algo asi? ?Es que has dejado de tomar las pastillas? No, no habia dejado de tomarlas, pero habia estado enferma con un inicio de pulmonia y el medico me habia recetado antibioticos. Yo no sabia que estos podian restarle eficacia a los anticonceptivos y, cuando Justin habia venido el fin de semana a Cascade e insistio en hacer el amor aunque yo no estaba todavia bien del todo, no fui consciente de que corria el riesgo de quedarme embarazada. Cedi, como siempre, porque el era el amor de mi vida y mi mision era hacerlo feliz; asi que a pesar de que no deseaba hacerlo, de que todavia tenia decimas de fiebre y dolor de cabeza, deje que se desahogara en el coche. En aquel entonces todavia era muy nina e inocente, a pesar de tener diecisiete anos. !Sabia tan poco de la vida! No me daba cuenta de su egoismo, ni de que yo realmente no le importaba nada. Bebia los vientos por el, y era capaz de hacer cualquier cosa, !cualquier cosa! por hacerlo feliz. Me sentia orgullosa cada vez que me decia <>, y terriblemente mal cuando yo intentaba negarle algo y el me acusaba de haber dejado de amarlo. Era convincente, con su mirada triste y su voz rota. Me manipulaba como queria, y yo ni siquiera me daba cuenta. Mis padres no me ayudaban en nada, con su estricta moral religiosa y sus sermones constantes. <>. Esa era la frase preferida de mi padre, que le repetia a mi madre constantemente, y me inculcaba a mi. Creci creyendo que mi unico objetivo en la vida era hacer feliz al hombre que me estaba destinado; y, en aquel entonces, estaba convencida de que Justin era ese hombre. Por eso acepte su primer beso cuando sus labios me lo exigieron, en aquella primera fiesta. Por eso me entregue a el dos meses despues, a pesar de que yo no estaba preparada para ello. Y segui haciendolo cada vez que me requeria, a pesar de que para mi era molesto y doloroso, y de que nunca, jamas, supe que era el placer con el. Esa fue la causa de que empezara a tomar las pastillas anticonceptivas que el me suministraba, y que nunca supe de donde sacaba, porque, decia, no le gustaba usar condon. <>. Cuando me acuerdo de esa epoca, me pregunto como pude llegar a ser tan estupida. Como pude permitir que lo que yo creia amor, me cegara hasta el punto de no darme cuenta de que Justin solo me estaba utilizando. Tenia a su disposicion a una muchacha bien dispuesta a esperarlo en casa cuando se fuera a la universidad, y a trabajar para mantenerlo mientras el estudiaba (su familia, como la mia, no nadaba precisamente en la abundancia); a satisfacerlo siempre que el lo exigia, sin protestar. Ese era su plan, que yo trabajara como una esclava para mantenerlo mientras el seguia estudiando. Ni siquiera me enfade cuando, a las pocas semanas que se fuera, una conocida que estudiaba en la misma universidad que el, me dijo que lo habia visto enrollarse con una chica en una fiesta. !Como podia enfadarme! El era un hombre, tenia unas necesidades y yo no estaba alli para poder satisfacerlas. Ademas, en la universidad habia mucha golfa suelta, y Justin solo era un hombre propenso a caer en el pecado. Aquello, lo unico que hizo, fue reafirmarme en la necesidad de ir junto a el cuanto antes. !Que estupida era! Cuando supe que estaba embarazada, crei que aquello lo haria feliz. !Ibamos a formar una familia! Si, iba a ser una complicacion, pero lo superariamos. Nos casariamos, yo me quedaria en Cascade mientras el estudiaba, para cuidar de nuestro pequeno, y nos reuniriamos mas adelante. El seguiria viniendo algunos fines de semana para vernos, y pasaria las vacaciones entre semestres con nosotros. No seria perfecto y tendriamos que hacer algunos sacrificios, pero todo valdria la pena. --Tienes que abortar. Ya. Sus palabras me dejaron helada. ?Abortar? ?Como podia decir algo asi? --!No! --grite, sorprendida--. !No puedo hacer algo asi! Es una vida que esta creciendo en mi interior y... --Es un maldito error al que le vas a poner remedio, Elsa. --Su voz, dura y fria, se me hizo irreconocible--. Si te empenas en tenerlo, lo vas a estropear todo. Yo no puedo hacerme cargo de un nino ahora. --!Pero Justin! No tienes que preocuparte, carino. Una vez que nos hayamos casado, yo me quedare con mis padres. Mi madre me ayudara con todo, y tu podras seguir estudiando. --?Casarnos? ?Estas loca? El plan era que tu trabajarias para que yo pudiera dejar de hacerlo y concentrarme en mis estudios. ?Como pretendes hacer eso si tienes que ocuparte de un mocoso? ?O es que pretendes que yo siga trabajando y estudiando mientras tu te quedas tranquilamente en casita sin dar golpe? ?Sabes lo dificil que es eso? ?Lo cansado que voy siempre? No, de eso nada. Vas a abortar, o todo habra terminado entre nosotros. --?Como...? ?Como puedes decir algo asi? --susurre, viendo que el mundo a mi alrededor se estaba desmoronando--. No puedes dejarme, me quieres... --?Quererte? --se rio, haciendo que mi corazon se rompiera en mil pedazos, triturado por sus palabras--. Nunca te he querido, mujer tonta. Tienes un buen polvo y eres buena en la cama, aunque eso es merito mio por haberte ensenado a hacer lo que me gusta. Pero puedo sustituirte por otra chasqueando los dedos. Si quieres seguir siendo mi chica y que nuestros planes sigan adelante, deshazte de eso. Ya lo sabes. Colgo, dejandome en un estado de shock en el que no era ni capaz de llorar. Para verguenza mia, lo pense. Pense seriamente en abortar, en quitarme de encima a ese ser que estaba creciendo en mi interior y por culpa del cual estaba a punto de perder al amor de mi vida. Lo medite durante dias, terriblemente asustada por el futuro tan desolador que se abalanzaba sobre mi, como un monstruo con las fauces abiertas dispuesto a engullirme. Los dias pasaron, mi tripa iba creciendo, y mi madre lo supo sin necesidad de que yo se lo contara. Llevaba cuatro meses sin tener la menstruacion, no necesito nada mas para imaginarselo, y cuando me lo pregunto, no pude mentir. Mi mundo acabo de derrumbarse. Mis padres, tan religiosos, tan preocupados por el pecado ajeno, se pusieron de parte de Justin. Tambien quisieron que abortara.

  • Mi casa en llamas de Sofia Ros

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    Jugabamos al “yo nunca” con mi grupo de amigos.
    -Yo nunca me he enrollado con una persona de mi mismo sexo.
    Bebimos Emma, su novia, Laura y yo.
    -Yo nunca he hecho un trio.
    Mi novio Adam bebio.
    Asi empezo todo.

  • Asunto pendiente de Carolina Vivas

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    Nathan Mitchel no ha podido recibir sus alas, tras sufrir una larga enfermedad su espiritu se desprende del cuerpo y llega a un lugar desconocido. Muchas personas piden para que su alma encuentre su camino, pero algo lo mantiene en un lugar que no es el Cielo.
    Su hermana Jo esta desesperada, la pena y las deudas han hecho que acepte un trabajo insolito, a ella le pagan por averiguar si los esposos de otras son infieles.
    Una noche, Jo ve una estrella fugaz y en su desesperacion desea estar muerta tambien. Todo puede cambiar para el que desea, por eso pronto se enfrenta a una situacion inexplicable. Cuando Jo se reune con Nathan, el se rehusa al deseo de su hermana y pide a la corte celestial que la ayude a volver, a los hermanos Mitchell se les informa que regresaran a la Tierra; el como angel de la guarda y ella como humana.
    Tendran varios dias para encontrar la solucion que los podria liberar del umbral que no es Cielo ni es Tierra.
    ?Podran descubrir cual es el asunto pendiente?
    Decisiones que nos llevan a una vida de esperanza o a una muerte inevitable.

  • La universidad light de Francisco Esteban Bara

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  • Atraccion legal de Lisa Childs

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    Ronan Hall, un abogado de divorcios increiblemente atractivo, arruino la reputacion de Muriel Sanz para conseguir un acuerdo mas sustancioso para su ex. Ella, en venganza, quiso destruir su carrera. Tendrian que haberse odiado, pero no podian dejar de tocarse ni de besarse. Si no se destrozaban en los tribunales, era posible que lo hicieran en el dormitorio.

  • Dream High de Rachel Rp

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    ?Conoceis la historia del Patito feo? Pues esta es la historia del cisne que queria ser Patito.
    Cansada de ser juzgada por su aspecto Molly Stone se muda al otro lado del pais a vivir con su ex novio del instituto que ademas es su mejor amigo y regenta el titulo de rompecorazones del campus. Mejor dicho, comparte titulo con el mismo que comparte piso, Mason Somerfield
    Su mejor amigo y companero de piso le ha pedido que por favor deje que se mude con ellos su ex novia del instituto. Esto no puede acabar bien, ninguna mujer aguanta la puerta giratoria de mujeres que pasan por su piso y el no piensa cambiar.

  • Mas fria que la guerra de Fabian Plaza Miranda

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    Paz, amor y menudo cuelgue. Los pies del Listo chapotearon por el barro con la gracilidad de un borracho. O para ser exactos, con la de alguien que llevaba varios dias consumiendo mas cosas de las que su cuerpo podia tolerar. Habia perdido la cuenta. Alcohol, si, de muchos tipos. Un poco de acido. Y porros. Alguna pastilla. Ahora que lo pensaba, era un milagro que siguiera de pie. Un milagro. Dios estaba con el. La carcajada que solto fue tan fuerte que varios hippies dejaron de prestar atencion a la musica y lo miraron con cierta desgana. Tampoco era que un colgado en mitad de un viaje fuera tan raro por ahi. Dejo de reirse de su propio chiste, recupero el aliento y siguio avanzando hacia el escenario, donde las sensaciones serian mas intensas. Podria dejarse llevar hasta con aquellos tipos, los noseque Dead; unos que hacian una mezcla de rock y folk. Al Listo le parecian tan malos como el escenario, que daba la sensacion de estar a punto de hundirse por el peso del equipo, pero tampoco podia quejarse. !Estaban en una granja, joder! !Una granja! Era normal estar rodeado de animales. Animales. Reprimio el impulso de volver a reirse y se centro en la musica. Al menos, el gordo barbudo de la guitarra no lo hacia mal. Habia estado bien lo del espontaneo, cuando un fulano habia subido al escenario y habia soltado un rollo sobre algo de la costa. Ni el mismo se entendia. Los de la banda se habian mirado en plan <>, hasta que uno le habia ofrecido un canuto y lo habia sacado de en medio. Luego habian vuelto a sus conazos de canciones. En la oscuridad de la noche casi golpeo una roca con sus pies desnudos. El Listo llevaba las deportivas colgando al cuello, atadas por los cordones, como un atrapasuenos de pesadilla, o como los pendientes de una diosa vuelta del reves, o... Uououooo... El mareo le hizo parar hasta asegurarse de que la Tierra habia dejado de bailar. Asi. Mejor. Respirar hondo. Lo llamaban Festival de Woodstock y el Listo no tenia ni puta idea de por que. El pueblo no se llamaba asi. Tampoco la granja. Pero oia el nombre por todas partes, entre los corrillos de melenudos tirados en la hierba. La hostia de gente habia ido a ver el espectaculo. Tantos que las carreteras estaban colapsadas y todas aquellas tiendas de campana parecian una... a saber... una invasion marciana. Una invasion apestosa. Los organizadores no habian contado con tanta gente, asi que no habia suficiente sitio para mear y cagar. Pero eso para los hippies no era problema, claro. Pagar entradas tampoco. El aforo extra se debia a todos los que se habian colado, y colarse en mitad de un campo no era muy dificil, la verdad. El Listo habia entrado asi, dando un rodeo y saltando una valla que no habria podido frenar ni a una vaca. Por supuesto, habia sido por hacer la puneta. De haber querido, solo habria tenido que sacar el talonario de su padre. Pero eso le quitaba la chispa al asunto. La idea era romper todos los limites, hacer lo que se suponia que no debia, incluso hundir en el fango su apellido y --en especial-- avergonzar al cabeza de familia. Por desgracia, le daba la sensacion de que el riguroso don Faustino ya no se escandalizaba como antano con las tropelias de su heredero el bala perdida. La prueba estaba en que el viaje a Estados Unidos habia corrido de su cuenta. Quiza se habia percatado de que el Listo tambien podia gastarse el dinero y hacer el crapula estando en Madrid. Tal vez hubiera decidido que al menos podia ser util que su primogenito aprendiera algo de ingles mientras dilapidaba la fortuna familiar con algunas frescas americanas. Seguro que en las reuniones sociales hasta presumia de que el Listo estuviera <>. Visto asi, la fiesta se aguaba. No tenia la misma gracia si a padre le parecia bien. Joder con don Faustino. Era capaz de causarle bajones incluso cuando no estaba presente. Resoplo unas cuantas veces y volvio a caminar. Necesitaba encontrar un grupo de gente con la que mezclarse, como habia estado haciendo todo ese tiempo. Al Listo se le daba muy bien congeniar, y su exotico aire de espanol le abria muchas puertas ante los multiculturales hippies. Aunque igual lo que necesitaba era tumbarse y dormir un rato. Estaba cansado, aun no se habia secado del todo del chaparron del dia anterior, y con aquellas ropas de lino se sentia como si estuviera en una chirigota de los carnavales de Cadiz. Joder. Ya era oficial. El bajon don Faustino le dominaba. Mejor buscar un sitio para echarse a roncar. Quiza fueran imaginaciones suyas, pero la musica de los pesados del escenario sonaba mas y mas entrecortada. Estaban perdiendo el ritmo. A veces era el bajo, a veces uno de los guitarristas, pero iban descoordinados. Que malos eran, por favor. Se fijo en que el gordo de la guitarra sacudia la mano y fruncio el ceno. Le habia parecido ver una descarga electrica. Si. El gordo se frotaba la mano como si le doliera. Y los otros igual. Por eso se saltaban compases. Su equipo de tres al cuarto les daba calambres. Je. Como se escapara una chispa en mitad de aquel escenario medio empapado lleno de aparatos, se podia armar una buena. El Listo recupero parte de sobriedad al mirar las caras del grupo. Todos parecian preocupados. Todos pensaban lo mismo que acababa de pensar el: <>. Pero no tuvieron tiempo. Fue con el otro guitarrista, el delgado. En uno de los punteados se oyo un petardazo y, de repente, todo se apago. Luces, sonido, todo. El estrellado cielo nocturno de la campina yanqui volvio a reinar sobre aquellos cientos de miles de cabezas, incluso a traves de las nubes. Quienes no abuchearon a los musicos se deleitaron con el acojonante espectaculo de la Via Lactea. Un cuadro impresionista que, ahora que el hombre habia llegado a la Luna, parecia al alcance de la mano. Hasta que empezo el otro brillo: un resplandor anaranjado que ilumino todo de improviso. Primero pensaron que el fuego al fin habia prendido; luego, el Listo se percato de que la luz venia de varios metros por encima del escenario. Y los incendios no suelen provocarse en mitad del aire. Cayo en la cuenta de que aquel fulgor poco tenia que ver con una combustion; era mas bien una mancha amorfa, como una gigantesca ameba fosforescente varada frente a el. Y tambien estaba el ruido, una especie de zumbido ritmico, un vaiven sonoro que se oia cada vez con mas claridad. Entonces aparecieron las criaturas. Surgieron atravesando la luz naranja, como si fuera una delgada membrana que hasta entonces las habia contenido. El Listo no tuvo tiempo de preguntarse donde, porque la imagen de los seres centraba toda su atencion. Cada uno media un par de palmos y tenia el aspecto de un negro insecto, con largas antenas en la cabeza, elitros negros y alas transparentes que provocaban el zumbido. Sin embargo, en vez de seis patas tenian ocho, y en sus mandibulas se agitaban gruesos queliceros peludos. En la cabeza, varios ojos de diferentes tamanos, algunos facetados y otros no, reflejaban los destellos azafranados del lugar. El Listo apenas noto una vaharada de olor a alcanfor antes de darse cuenta del alcance de lo que tenia ante si. Habia decenas, cientos de aquellos animales. Y a cada segundo que pasaba mas de ellos cruzaban la luminosa barrera. Revoloteaban por doquier, con el pausado zigzag de las moscas domesticas, tan lentos que cualquiera habria podido atraparlos... si es que alguien hubiera querido llevar a cabo tan incomprensible tarea. Paseaban entre la gente o por encima de ella. Algunos se habian posado en el suelo y lo exploraban erraticamente. Nada de aquello parecia autentico, asi que lo primero que penso el Listo fue que se lo estaba imaginando. El abuso de narcoticos le pasaba factura y le hacia alucinar con la pesadilla mas repulsiva que su mente habia podido crear. No obstante, un rapido vistazo alrededor echo por tierra esa hipotesis. Los demas asistentes al festival tenian la boca tan abierta como la del Listo, estaban tan aturdidos como el y tambien seguian con la mirada a los extranos seres. No eran capaces de hablar siquiera, dado que sus cerebros trataban de asimilar tanta irrealidad. El unico sonido que los envolvia era aquel zumbido colectivo. Hasta que alguien junto al Listo atino a silbar, un melenudo tirado en el suelo que tenia a una de las criaturas subiendo por su brazo. --!Tio! --dijo, con los ojos desenfocados--. !Menudo mal viaje! Eso parecia, desde luego. Un mal viaje psicotropico que los hubiera golpeado a todos a la vez. Algo tan irracional que deberia haberlos hecho chillar, encenderlos en un arrebato de unanime pavor, pero que, en vez de eso, los habia dejado estupefactos. Uno de los insectos-arana paso volando justo por delante del Listo, como pavoneandose y dejandose contemplar. Algo tan grande no deberia haber volado, no con aquellas alas en apariencia fragiles, pero ahi estaba. Un inflado cuerpo con torax y abdomen diferenciados, y vellosidades por toda su oscura figura. Los queliceros estaban serrados y parecian capaces de arrancar un dedo de un mordisco. Sus ojos multiples daban la impresion de contemplarlo todo. El Listo se vio reflejado en ellos. La imagen le parecio incluso hermosa. Extendio la mano para tocarlo, para acariciarlo como una exotica mascota. Todos los seres enloquecieron al unisono, igual que si se hubiera dado una senal silenciosa. Su vuelo dejo de ser parsimonioso para convertirse en espasmodico. Sus patas convulsionaron como si trataran de aferrarse a un asidero invisible. Sus mandibulas se abrieron y cerraron, hambrientas. Las criaturas aletearon con furia. Un enjambre caotico cuyo zumbido habia aumentado en intensidad, tan agudo que ponia los pelos de punta. El Listo retiro la mano, asustado, pero el monstruo que tenia frente a el no le hizo nada. Otros no tuvieron tanta suerte. Los bichos comenzaron a arrojarse como bestias salvajes contra la gente. Clavaron sus patas en vientres descubiertos, en brazos, incluso en caras; cualquier trozo de piel en el que pudieran hincar sus unas. Y lo hicieron a fondo, a juzgar por los regueros de sangre que abrian. El silencio se convirtio al fin en un estallido de panico. Gritos de dolor, de terror, gente tratando de escapar del surreal avispero, incluso pisoteando a quienes estaban tendidos en el suelo. Casi nadie ayudaba a los heridos; la respuesta instintiva estaba siendo la huida, una primaria busqueda de la supervivencia. El Listo no. Estaba petrificado, ojos abiertos de par en par, casi sin respirar y congelado por el terror. Por la pavorosa certeza de que no se podia escapar de aquello. Asi que fue un mudo e inmovil testigo de todo. Vio aguijones salir de los abdomenes y clavarse en sus victimas. A una joven que estaba junto a el y que luchaba por arrancarse el monstruo que tenia sobre su cabeza, la pua le perforo el ojo y quiza llego hasta el cerebro, dado que la chica se desplomo inerte. Otros dardos desgarraron cuellos, oidos o mejillas. Vio como los engendros arrancaban pedazos de carne y los devoraban. Los queliceros cortaron piel y musculo siempre que pudieron, las cabezas de las criaturas incluso se sumergieron en las tripas de algunos para cebarse tambien con sus organos internos. Cuando el Listo creia que aquella escena no podia ser mas dantesca, vino lo peor. Los seres que habian hecho presa en alguna persona comenzaron a iluminarse con el mismo tono anaranjado de la puerta por la que habian llegado. Su fulgor cada vez fue mas fuerte y el Listo noto tambien un aumento de la temperatura. Las monstruosas luciernagas se encendieron mas y mas... y sus victimas dejaron escapar desesperados berridos casi animales. En cuestion de segundos, todo aquel lugar quedo salpicado de teas insectoides. Los engendros se mezclaron con la piel de sus presas, extendiendose y deshaciendose como una mancha de cera hirviente. Apenas unos instantes despues, otro tanto ocurrio con las personas que habian sufrido el ataque. El fulgor las consumio por completo, fundiendolas como mantequilla. Unos charcos viscosos en el suelo fueron los unicos restos que quedaron tras las deflagraciones. Ante eso, el panico alcanzo su nivel maximo. Alrededor del Listo, todo eran gritos, llantos, frenesi, miles de personas tratando de alejarse en todas direcciones, de huir de aquel infierno que no entendian. Y junto a ellos, decenas de monstruos eligiendo a sus victimas casi al azar. Muchos zumbaron junto al Listo, aturdido e inmovil, pero ninguno se lanzo contra el. El resplandor anaranjado se estaba apagando. El Listo quedo mesmerizado mirandolo y todo el caos que le rodeaba dejo de parecerle importante. Solo aquel brillo merecia su atencion y solo a el se la dedico. La muerte, las combustiones y los abominables depredadores se le antojaron irrelevantes. Apenas una mota de polvo en el ciclopeo tapiz cosmico. La luz en cambio... la luz lo contenia todo. El Listo abrio su mente, ansioso por beber de aquel manantial. Recibio todo lo que deseaba y mas. Sintio su cabeza a punto de estallar. Chillando de dolor y de impotencia, aferrandose las sienes como si aquello pudiera aplacar su agonia, el Listo cayo de rodillas. Luego enloquecio por completo y se sumio en la inconsciencia.

  • Extasis de Blanca Moral

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    Adictivo. Peligroso. Danino. Fuerte. Pura droga. Ese soy yo. El extasis hecho carne. Soy el novio que ninguna madre desea para su hija. Pero tambien el polvo de una noche con el que fantasean. Soy Erik Robinson. Ex militar condecorado. Abandonado por mi pais. Motero profesional. Armas, sexo y alcohol. Pero entonces ella se estampo en mi vida. Literalmente. El mejor polvo que he tenido nunca. Pero no era solo eso. Jane era perfecta. Ella tambien buscaba solo un polvo. Ella era capaz de aguantar mis fantasias mas salvajes. Y ella no tenia miedo cuando veia una pistola. Ella no venia detras mio. Pero, ?como no iba a querer mas de su cuerpo? ?Como no iba a caer en la trampa? Nunca habia visto una mujer asi. Nunca habia ido detras de una mujer. Pero no podia evitarlo. Creo que, por primera en la vida, me enamore. Me enamore de su cuerpo. Sus labios. Su lengua. Sus ojos. Su sonrisa. Su pelo. Sus curvas. Pero no solo de su cuerpo. Por primera vez. Me enamore de su valentia. De su fuerza. De su salvajismo. De su amor propio. Ahora solo tenia que salvarle la vida, y todo acabaria bien.

  • La agonia de Francia de Manuel Chaves Nogales

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    En noviembre de 1936, Manuel Chaves Nogales, descorazonado por el rumbo que esta tomando la guerra civil, decide abandonar Espana e instalarse con su familia en Paris. Alli colaborara con la prensa francesa y latinoamericana e incluso pondra en marcha una publicacion semiartesanal sobre la actualidad espanola dirigida a los exiliados republicanos. Sabiendose fichado por la Gestapo, en 1940, pocos dias antes de que los nazis entren en Paris, Chaves abandona la ciudad para dirigirse a Burdeos y desde alli a Londres, donde permanecera hasta su muerte.

  • Alexa entre las olas de Ana Cantarero

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    ?Que responderias a tu mejor amiga si esta te propusiera abandonar tu vida para pasar un verano en una aldea costera de Portugal?
    <>.
    Pero imaginate que te invita a su boda el hombre con el que has convivido durante tres anos y del que todavia crees que sigues enamorada.
    <>.
    Permiso concedido, maletas cargadas en tu Mini amarillo, mil kilometros recorridos y de repente un regimiento de avispas autoestopistas se cuela por la ventanilla.
    <>.
    Entonces, aparece a lo lejos una destartalada furgoneta vintage conducida por un surfero de veinticuatro anos con pintas de Tarzan que resulta ser.
    <>.

  • Las brujas del este de Jorge Sevillano Gonzalez

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    Elisabeth Martin, Lisa, se despierta con la noticia de la muerte de su amiga Nastya. Su cuerpo ha aparecido en el Parque del Ebro, en la ciudad de Logrono, sobre una cama de ramas junto a gran cantidad de dinero.
    Los inspectores Daniel Garrido y Manuel Tomas llevan la investigacion de un caso que el Departamento de Policia y los politicos locales quieren cerrar cuanto antes a falta de pocos dias para las elecciones.
    Un joven con problemas mentales y la tenacidad de Lisa haran que sea ella quien inicie una investigacion paralela en busca de la verdad sobre el asesinato de su amiga. Pronto, los investigadores sufriran presiones para dejar el caso, costandole incluso el trabajo a Garrido.
    La amistad y el deber se unen para que Lisa y Garrido no desistan en su busqueda del verdadero asesino que se esconde en Logrono.

  • El tren de los suenos rotos de Jose Antonio Quesada Coves

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    Karam es un joven marroqui al que se le ha quedado pequeno su pais, asi que decide viajar a Espana con el fin de hacer realidad sus suenos. Granada es el punto de partida de un largo y ajetreado viaje. El negocio familiar del trafico de hachis le permite conseguir dinero rapido en el continente europeo con el que cumplir sus objetivos. Pero el amor, las drogas y unas extranas amistades se cruzan en su camino de forma inesperada, haciendo que todo se precipite con los atentados del 11-M de 2004 en Madrid.
    Esta obra narra la persecucion de los suenos de un hombre que busca la felicidad en el lugar equivocado.

  • En el corazon del bosque de John Boyne

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    Una manana muy temprano, mientras sus padres aun duermen, Noah Barleywater se escapa de casa. En ayunas y sin dinero, se adentra en el bosque y no se detiene hasta llegar a un pueblo donde se encuentra con la tienda de juguetes mas especial que cabe imaginarse: no solo las hermosas marionetas de madera que pueblan los estantes se comportan como si estuvieran vivas, sino que tambien hay animales, vehiculos y todo tipo de objetos inesperados. Un amable anciano, que fabrica los juguetes, lo invita a comer e intenta averiguar el motivo de su huida, y ante el silencio del nino, le cuenta la historia de su vida. Noah, perplejo, escucha atentamente el relato, lleno de aventuras increibles, de orgullo por las proezas logradas, pero sobre todo de remordimiento por las promesas no cumplidas. Las palabras del misterioso anciano llevaran al nino a tomar una decision que cambiara su vida. Con la sensibilidad y la inteligencia narrativa que lo caracterizan, John Boyne hace un guino al cuento de Pinocho para crear una fabula sobre la infancia, el dolor y las decisiones que debemos tomar desde que somos ninos.

  • El algoritmo del amor de Diana Al Azem

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    Raquel es una chica desafortunada en el amor. Sus anteriores relaciones no le han durado demasiado y ha perdido la ilusion por encontrar a un hombre que la haga feliz. Sin embargo, este ano, en su nuevo trabajo, Raquel conocera a alguien siete anos menor que ella; un chico enigmatico que es adorado por muchas y deseado por otras. Raquel comenzara a sentir ciertos sentimientos por el joven que le haran dudar sobre su posicion en el trabajo, pues si esa relacion saliera a la luz, podria incluso perder su empleo. El problema es que el no tiene miedo a demostrar sus deseos hacia ella y sera muy persuasivo. ?Sera Raquel capaz de contener sus sentimientos?

  • La biblia de los Caidos. Tomo 2 del Testamento de Gris de Fernando Trujillo Sanz

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    A lo largo de los tiempos, son incontables quienes se han interesado en la muerte, en desentranar el gran misterio que nos aguarda mas alla de nuestra existencia. Nadiela conocecomo yo, quela heexperimentado muchasveces, poreso estetomo en particular, mas alla de mi pequena participacion, agita sentimientosen mi interior quecrei olvidados. Es quizas este el relato que inicia el conocimiento hacia uno de los grandes secretos. Un conocimiento que dude si incluir en la cronica de La Biblia de los Caidos y por el que tal vez deba responder algun dia. Si ese dia llegara, que asi sea, respondere, pero no omitirefragmentos dela historia por temor a lasconsecuencias. No eseseelcamino que heescogido. He percibido cierta confusion a la hora de abordar estas cronicas, asi que paso a detallar el orden de lectura correcto, la lista de tomoscompleta hasta la fecha: La Biblia delos Caidos. (Tomo 0) Tomo 1 del testamento de Sombra. Tomo 1 del testamento del Gris. Tomo 1 del testamento de Mad. Tomo 2 del testamento del Gris. Alterar ese orden solo puede desembocar en mayor confusion y en una comprension mas pobre de cuanto se relata en esta historia. Adicionalmente, ya se ha transcrito un tomo de los apendices que se puede leer en cualquier momento, siempre y cuando se haya leido el Tomo 0,el inicio deesteviaje,yel Tomo 1 del testamento de Sombra. Hecha la oportuna advertencia sobreel orden delos tomos, la eleccion esvuestra. RAMSEY Una pequena multitud se arremolinaba en la acera, curiosos que extendian sus brazos hacia el, lo senalaban ymurmuraban con las bocas y los ojos abiertos. Algunos, los mas jovenes, le apuntaban con sus telefonos moviles para grabar videos o hacer fotografias. Enseguida aparecieron los primeros reporteros, fotografos y camaras detelevision,avidos decaptarelespectaculo. Unminuto mas tardellego la Policia. Ramsey se sujeto el sombrero de ala con la mano derecha al sentir una rafaga de aire en la cara, mientras observaba indiferente a la multitud, que poco a poco eraretirada por la Policia, incluidos los medios decomunicacion. Pero todosaquellos ojos, rebosantes decuriosidad y expectacion,continuaban pendientes deel. Lo sobresalto una ruidosa cancion de un grupo derock , cuya letra no era la mas apropiada para la ocasion. Ramseymiro con desagrado su telefono movil, fruncio elceno mientras esa pequena maravilla de la tecnologia seguia vomitando aquelsonido estridente. Luego lo solto. En sus labios seformo unasonrisacuando elaparato seconvirtio en chatarraalestrellarsecontraelsuelo. Nunca masescuchariaaquella melodia. Era una cancion que lo transportaba a su adolescencia. Le gustaba a una chica de la que nunca llego a obtener siquiera un beso, pero que incluso ahoraseguiaen sumemoria.Arrastrado por la nostalgia, habia descargado lacancion en su telefono, paraescucharlasolo una vez, para acariciar los recuerdos de una epoca mejor. Por desgracia fue la ocasion en que conocio al Gris. Aquel hombre triste y sombrio no era la companiaadecuada paralosaparatoselectronicos. El telefono chisporroteo en cuanto lo toco, y desdeentonces habiasido imposible borrar la cancion. --Queasco de vida,?verdad,amigo? Ramsey volvio lacabeza, sorprendido por laintromision. Estabatan absorto en simismo y en la multitud queseamontonabaabajo, que no habia oido aaquel hombreacercarse. Sealarmo,a pesar del uniforme de Policia quelo identificaba. --!Largate! !No soy tu amigo! !Yno meinteresa nada delo quetengas que decirme! El desconocido seencogio de hombros. --Eso me lo creo. --Se aproximo a la barandilla y echo un vistazo a la calle, a los bomberos que acordonaban la zona--. ?Sabes? Te envidio. Yo tambien he pensado en tirarmeenmas de una ocasion, pero no tengo huevos. Ramsey no se lo creyo. Aquel hombre diria y haria cualquier cosa con tal de ganarse su confianza. Antes de subir a la azotea, ya contaba con laintervencion de un negociador,algo quelo molestaba, porque Ramsey no pensabacausar dano a nadie, salvo asimismo. El negociador, sin embargo, no era como esperaba. No lo miraba a los ojos ni le sonreia, tal y como habia previsto. Habia supuesto que enviarian a alguien con apariencia amable y vozsuave, no a un individuo con aspecto de haber dormido con la ropa puesta, despeinado y con ojeras, y hastafeo,casi desagradable. --?Por que no me dejasen paz? Esto no esasunto tuyo. El negociador senalo haciaabajo. --?Vesaaquella mujer gorda dealli? La que nos miracomo siechararayos por los ojos. --?La mujer policia? --Esa misma. Es mi jefa. Es asquerosa. Tiene la voz grave como la de un oso, y lo peor es que solo sabe grunir. Insufrible. Pero es mi superior.Yella dice quetu intento desuicidio siesasunto mio. En realidad, lo dicen todosesos mirones, lasociedad, ya meentiendes. Hay que intentar salvarala gente, incluso alos idiotas. Ramsey no se molesto por el insulto. Ya nada lo molestaba. Aunque para su sorpresa, la actitud del negociador si lo irritaba un poco. No sabia por que. --Dile que yalo has intentado. Ylargate. --Ojala pudiera. --Escuchame bien, amigo. --Ramsey tuvo que sujetar elsombrero para que el viento no se lo arrancara de la cabeza--. No me gustas, pero eso dalo mismo. Elcaso es que no quiero perjudicarte. Deberias irte porque no vasaconseguir detenerme. --?En serio? Mejor,asiterminareantes. ARamsey se le paso por la cabeza agarrarel baston y golpearal negociador. Una reaccion refleja. El no era violento, nunca lo habia sido, pero aqueltipo lo exasperaba. --?Sigues fingiendo que no intentas detenerme? El negociador seencogio de hombros, suspiro de mala gana. --No secomo podria decirlo masclaro. --Ya veo. Asi queestasaqui para pasarelrato.?No afectaraatu trabajo sifracasas? --Me pagaran igual, tranquilo. --Yno creesen lasociedad. No quieres salvara nadie ni... --Si quiero salvaraalguien. --El negociador hizo una pausa. Ramsey sostuvo sumirada, indiferente--.Ati no. Tu has decidido.Yo no me interpongo en elcamino de una persona que comprende que este mundo es una mierda. Pero resulta que en La Paz, y otros hospitales, hay varias personasalaespera de un rinon nuevo, y tambien de otros organos. Ramseymiro al negociadorcon desconcierto. --?Sabes quesoy donante? --Se que con eso no es suficiente. Si nadie lo dice, y aunque firmaras los papeles de donante, no se utilizaran tus organos. Si ya no te importa nada,como aseguras, te daraigual que utilicen los organos que no seespachurren trasel batacazo,?verdad? --?Aeso has venido??Averme morir y pedirme que done mis organos? --?Algun problema?

  • Diez dias de sabor de Clara Estival

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    --Ese hombre es un desalmado, Paula. !Si diez dias no dan para nada! Valentina tenia razon, era un plazo cortisimo. Solo diez dias hasta el 1 de julio en que, o pagaba el alquiler, o el dueno del local me cerraba el restaurante y me echaba directamente a la calle. --Ay, este sitio esta muy lindo, mija --me dijo Maya, con todo su acento cubano--. La cosa no puede quedarse asi... ?Quien nos va a hacer ahora las empanadas? Mire a mi alrededor y era verdad que el Amigos del Naranco estaba precioso incluso teniendo en cuenta los tres meses que llevaba cerrado. El pequeno restaurante de mi familia era luminoso y abierto, pintado en blancos y verdes llenos de alegria, y en verano poniamos hasta una terracita. Tenia unas diez mesas normalmente, pero podiamos meter hasta quince con la terraza y a veces tambien habia gente comiendo en la barra. Conociamos muy bien a nuestros clientes, sus preocupaciones y sus vidas, porque el nuestro era el unico asturiano en mitad de Houston, en pleno Texas, y casi todos eran espanoles desplazados que echaban de menos su casa. Asi que eramos amigos, casi como familia. Y en aquellos tres meses nuestro lugar especial, ese pequeno trocito de casa en un pais extranjero... simplemente habia desaparecido. Hasta entonces el dueno del local habia tenido paciencia, por lo de mi padre, porque eran amigos pero... despues de tres meses ya se le habia acabado toda. Me tocaba reabrir el negocio o bien cerrarlo definitivamente. Asi que ahora estabamos las tres alli sentadas, Valentina, Maya y yo, en mitad del restaurante por el que mi padre tanto habia luchado, durante mas de diez anos, y que yo estaba a punto de perder en diez dias. --Mija, no pongas esa cara --dijo Maya--. Te sacaste la rifa del guanajo, ok, pero ya... dale... hay que ponerse a trabajar. No vas a dejar que esto te pase por arriba, ?no? !Quien va a hacer los frisuelos, si no! --!Pues no lo se! !Pero a mi no me mires! !Es verdad que ahora soy la duena, pero yo no he cocinado en mi vida! El que sabia cocinar era papa... --Buscaremos a alguien --dijo Valentina--. No te agobies que esto es un problema y los problemas tienen solucion matematica. Entraremos en los portales de empleo, haremos entrevistas... esas cosas. --!Esto no es una formula, Val! ?Quien va a saber de cocina asturiana aqui, en Houston? Ademas, no me vale con lo que ponga en un papel. Tengo que ver como cocina y poder probar las cosas. --Muchacha, si nos quitan el Naranco tenemos que volver a la cantina junto al Johnson y eso si que no --dijo Maya--. Mi madreeee, todos los dias comiendo esos fritos... --Y ese pollo chicloso. --!Ay, mi madre! --Y ese tomate de lata. --!No sigas, nina! !Tu quieres que se me de la vuelta el estomago! --Tan malo no sera... --dije. --?Has visto la comida de los astronautas en los videos de Youtube? Las salsas saliendo de los tubitos y las fresas secas !y ese helado solido que parece una piedra pomez de limarse los callos! Bueno, pues eso es comida gourmet comparado con lo que hay en esa cantina. Sonrei. Valentina llevaba mucho tiempo preparandose para ser astronauta. Estaba segura de que la iban a llamar de un momento a otro. Maya trabajaba en la agencia de noticias y me habia dicho, en secreto, que tenia muchas papeletas de salir durante el proximo mes. !Me iba a reir mucho cuando la viera en la Estacion Espacial, comiendose su helado solido! --En serio, tenemos que salvar tu restaurante. ?Donde vamos a ver Eurovision? ?Y el pactometro de las elecciones? Y... !y la Feria de abril y el Carnaval de Tenerife! --Pero si nunca hemos visto ninguna de esas cosas, Val... --Bueno, pues ahora habra que verlas. El restaurante se queda. No hay mas que hablar. --Hablare con Julio --dijo Maya. Era su novio cubano, que estaba en una escuela de cocina--. Y le pedire que busque a alguien. !Esto se va arreglar si o si! --?Tu crees que en diez dias vamos a encontrar cocinero? --No te preocupes, Paula --dijo Valentina--. Que el Amigos del Naranco se va salvar. Vamos a ir a por todas. Valentina y yo asentimos, decididas, pero Maya parecia no tenerlas todas consigo. --?Y seguro que esto es lo que quieres, mija? Porque llevar un restauran no es nada facil y a tu papa le llevaba la vida entera esto de los fogones... ?Que pasa con tus estudios? --En cuanto tenga a alguien. Yo estaba terminando estudios de empresa, contabilidad y gestion. Los necesitaba para el restaurante, claro, pero tambien podia emprender otros caminos. Ahora lo mas urgente era atender el dia a dia. Hacer lo necesario para salvar el restaurante. Es lo unico que se. Cruzo los dedos. A ver a quien me envia Julio. Sea quien sea tendra que ponerse ya. 2 Dos manos mas Al dia siguiente me esforce por dejar el restaurante impecable. Despues de tres meses cerrado habia que ponerlo a punto. Me recogi el pelo en una coleta y me puse un panuelo en el pelo, una bandana, como en las peliculas. Saque una tonelada de polvo a base de escoba y plumero y refregue bien todas las esquinas y las mamparas. Necesitaba que los candidatos se sintieran comodos y pudieran cocinar tranquilos. Ahora faltaba el hueco que habia dejado mi padre, el alma de la cocina, la parte mas importante y sin la que nada podia funcionar. Le habia dado un infarto cerebral que le habia dejado hecho polvo y llevabamos tres meses horribles de hospitales. Al final se habia tenido que volver a Espana, con mi madre. Suerte que yo seguia en Houston y podia encargarme de todo. Quizas hasta se recuperase y, algun dia, pudiera volver. Yo le habia echado una mano hasta ahora, pero solo de pensar en que en diez dias iba a tener que cerrar... La verdad es que el local estaba precioso. Repase con el trapo cada parte: las barricas gemelas de la sidra en la pared, altas y planas. Las habia traido mi padre directamente de Asturias, en avion, y las habiamos pintado de blanco decapado y adornado con flores. Las sillas tambien eran artesanales, de "madera buena", hechas en Oviedo... Barriendo y fregando se me habian hecho ya las once de la manana, se me estaba revolviendo el estomago del hambre y no habia aparecido nadie. !Si me habia dicho Julio que hasta cinco companeras de su escuela se habian apuntado! Pensaba que seria una buena oportunidad de encontrar trabajo incluso antes de acabar los estudios... pero ni una sola entrevista. Yo seguia sentada con el libro de recetas sobre las piernas, mirando hacia la puerta, entreteniendome con el brillo de las encimeras, las mesas y el aluminio de los hornos despues de frotarlos yo misma de arriba abajo. !Hasta habia puesto flores en los jarroncitos de las mesas para dar buena impresion! Tenia hambre, vaya que si, a mi la gusa me entra justo a las once de la manana. A primera hora tengo el estomago cerrado, no me cabe nada recien levantada, pero luego voy haciendo el hambre y a las once lo que me apetece ya es un pincho o una barrita de pan tumaca. Pero acababa de reabrir el local y no tenia en el restaurante ni para hacer un bocadillo. No sabeis lo extrano de esperar en un sitio que sirve comidas y que no haya nada que echarse a la boca. Paso otra hora de reloj y se hicieron las doce en mi movil. Ya estaba bien. Llevaba una hora perdida y me fui a echar la persiana. Estaba claro que, por una cosa o por otra, nadie iba a aparecer. Al fin y al cabo eran todavia estudiantes, lo mas seguro es que no pudieran compaginarlo. Ademas, ninguna de las amigas de Julio seria espanola y tendrian miedo de meter la pata. Tampoco esperaba demasiada seriedad por parte de unas chavalas, pero... !por lo menos podrian haberme avisado por telefono! Yo ya sabia que no iba a ser facil encontrar a mi cocinera o cocinero espanol. ?Donde? ?Como? ?Y en diez dias?

  • Cactus de Rodrigo Munoz Avia

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    Viaje a Estados Unidos durante el verano de 2009, huyendo de todo aquello que pudiera recordarme a mi mismo, a mi pasado y tambien, incluso, a mi futuro, un futuro que me aburria ya antes de haberlo vivido. Fue Lidia, mi prima, tan tenaz, siempre velando por mi estabilidad, la que casi me obligo a hacerlo. --?Cactus? --le pregunte. --Cactus y suculentas. Les he dicho que eres un gran experto y que hacer ese curso es el sueno de tu vida. Lidia es de esas personas que piensan que no pasa nada por mentir un poco si las cosas se hacen de corazon. Para ella, decir que yo era un gran experto en cactus era solo mentir un poco. Me habia sacado de la cama, en un sabado que ya debia de ser de abril. Estaba muy exaltada al otro lado del telefono. --Lidia, falta mucho para el verano, estaba durmiendo --le dije. En realidad era incapaz de asimilar nada de lo que me habia dicho hasta ese momento. --He conseguido que te dejen una casita en Escondido Village, donde ibamos nosotros. El curso es barato, te gustara, no sabes como es Stanford para estas cosas. Jenny me ha insistido en que si no haces un curso, no puedes alojarte en el campus. Te va a encantar aquello. Me das mucha envidia, se me saltan las lagrimas solo de recordarlo. --A mi se me saltan las lagrimas de pensar lo a gusto que estaba en la cama, Lidia. Mi prima no dijo nada. Creo que realmente estaba llorando. Tiene una gran facilidad. A Lidia no le hacen llorar ni los alumnos ni ninguno de los especialistas en provocar el llanto ajeno que tanto abundan en nuestro colegio. A Lidia solo le hacen llorar los momentos de felicidad, ya sea suya o de las personas a las que quiere. En cuanto esta muy contenta llora, es increible. Es una persona bastante intensa. Esta convencida de que el mundo esta lleno de felicidad, y tiene un radar especial para detectarla. La Universidad de Stanford esta en California, en la bahia de San Francisco, al lado de Palo Alto. Palo Alto ofrece la mayor densidad de millonarios menores de treinta anos de todo el mundo. Todos se metieron en algun garaje mientras estudiaban la carrera y se inventaron alguna chorrada de internet que los hizo ricos. Lidia siempre me hablaba de todo esto. Ella habia pasado muchos veranos alli con su marido y sus hijos. Su marido es un cientifico reputado, pero el no se metio en ningun garaje para hacerse rico. En realidad es rico de familia, gracias a la conservera de anchoas de sus padres. A mi personalmente las anchoas me parecen una manera mucho mas digna de hacerse rico. Mi trayectoria personal en aquel ano hizo que Lidia pusiera todo su empeno en mandarme a Stanford. Solo conociendo a Lidia puede uno hacerse idea de lo que esto quiere decir. Que me gustaran o no los cactus, que estuviera en condiciones economicas de afrontar un verano asi, o que no hubiera manifestado en ningun momento interes alguno por una propuesta que consideraba tan ajena a mi eran, desde el punto de vista de Lidia, obstaculos menores. --No quiero ir, Lidia, no se me ha perdido nada alli. --Por eso mismo. En lugar de quedarte aqui lamentandote por todo lo que has perdido te propongo ir a un lugar donde no has perdido nada. Ya lo veras, alli nadie ha perdido nada, es impresionante. Solo miran hacia delante. --?Cuando me he lamentado yo de algo? Aqui o en Pernambuco seguire siendo el mismo, digo yo. Me parecio oir un ruido. --?Mama? --dije--. Mama, cuelga ahora mismo, por favor. Te he oido. Mi madre tenia casi ochenta anos. Estaba sorda como una tapia. Era imposible mantener una conversacion telefonica con ella y, sin embargo, le encantaba escuchar las conversaciones ajenas. Sorprendentemente, se enteraba de bastantes cosas. Lidia intervino y le dijo que se iba a acercar un dia por casa para llevarle un par de frascos de anchoas, pero a mi madre no era eso lo que le interesaba. Tuve que asegurarle dos veces que no tenia ningun proyecto de viaje a Pernambuco, y que ignoraba por completo donde se encontraba tal sitio. Luego, cuando mi madre colgo el telefono, le dije a Lidia que ya hablariamos de los cactus y de Estados Unidos, pero que dificilmente se podrian aunar dos conceptos que me interesaran menos. Habia sido un curso malo, tenia que reconocerlo. Las cosas empezaron a torcerse el dia en que insulte a cuatro alumnos en una sola clase y el director me llamo a capitulo en su despacho. Eso fue en enero. Luego llegaron la gripe y las otitis que se me iban pasando alternativamente de un oido a otro. Mi cabeza retumbaba como una sandia hueca y el timpano me crepitaba. No soportaba que mis alumnos hablaran a la vez. A uno le dije que si no se callaba en ese mismo momento haria huevo hilado con sus testiculos. Quiza fue excesivo. Mas tarde, al comienzo de la primavera, el director me llamo de nuevo a su despacho y me dijo que al ano siguiente no continuaria de profesor de Literatura en su colegio. Entre otras cosas estaba molesto porque en Navidades habia puesto notable a un alumno que llevaba dos meses sin aparecer por el centro y porque unos padres me habian visto fumando con sus hijos cerca del aparcamiento. Sali del despacho del director y me fui a comer con el profesor de Religion de los pequenos. Comiamos juntos con frecuencia. Hicimos nuestro particular ranking de alumnos indeseables y luego hablamos de temas mas elevados que el conocia mejor que yo: el panteismo, la vida despues de la muerte o la espiritualidad de los animales. En el computo total nos bebimos dos botellas de vino tinto. El, media, yo, el resto. Despues cogi el coche y de camino a casa me trague una furgoneta en un semaforo en rojo que por algun misterio yo no habia visto de ese color. Fue un desastre. Tras la multa me quede sin coche, sin carnet y practicamente sin dinero. Llegue a casa bastante tarde (no se si fue ese dia, pero da lo mismo) y no encontre a Eva. Me extrano. Baje a preguntarles a mis padres, que vivian en el piso inferior de mi duplex. Mejor dicho, era yo el que vivia con Eva en el piso superior del duplex de mis padres. Eva habia sido mi companera en los ultimos seis anos. Habia estudiado Bellas Artes y por entonces preparaba la tesis doctoral sobre un artista conceptual y aragones cuyo nombre, la verdad, no viene al caso. Se suponia que lo que le gustaba era pintar, pero lo unico que hacia era estudiar. Mi madre me dijo que se habia cruzado con Eva en el portal. Que se iba el fin de semana a Zaragoza, a ver a sus padres. Pero no volvio. La llame por telefono. Aunque era ella la que me abandonaba, adopto completamente el papel de victima. Dijo que yo ya no era la misma persona. Que era imposible intercambiar dos frases en serio conmigo. Que no le hacia caso. Que cada dia me comprometia menos con las cosas y bebia mas. Que no hacia mas que rehuirla y en el fondo rehuirme a mi mismo. Que me estaba convirtiendo en un ser pasivo y conformista. Que no le plantaba cara a la vida y no asumia que yo tambien era responsable de las cosas que me pasaban. Que estaba harta de vivir en casa de mis padres y compartir la asistenta, la vajilla y la tortilla de patatas. Que para eso se iba a vivir con los suyos. Fue muy convincente. Los primeros dias llegue a creerme que a la pobre chica no le habia quedado mas opcion que irse. Luego ya no se muy bien lo que pense. Creo que me entregue a un victimismo bastante lastimero. Unas dos semanas mas tarde decidi llamarla para que entre los dos reconsideraramos la situacion y hablaramos despacio. Pero Eva ya no estaba en casa de sus padres, sino en casa del artista conceptual y aragones. Aquello escocia bastante. Me habia dejado solo, en el centro de la cama, con las sabanas y las mantas cada dia mas embarulladas. Fue entonces cuando Lidia aparecio en escena. Lidia, ademas de mi prima, era profesora de Ingles en mi colegio. Fue ella la que, cinco anos atras, me recomendo al director. Primero fue capaz de convencerme a mi de que ser profesor de Literatura era una de las cosas que mas me pegaban en el mundo. A mi favor tenia mis estudios de Filologia y mi aficion a la lectura, era cierto. Lidia pensaba que mis experiencias como dependiente de libros en la Fnac, como guia turistico por Madrid y como redactor en una revista de fotografia tambien me ayudarian en mi labor frente a los alumnos. <>. Sin embargo, yo solo encontraba elementos en contra: mi caracter, mi poca empatia con el mundo adolescente y mi desconocimiento total de la materia (hacia mas de quince anos que habia terminado la carrera). En realidad, de los grandes autores sabia el precio con IVA de sus libros, pero poco mas. <>, y algo asi fue lo que debio de pensar el director del colegio. Creo que albergaba tanta confianza en Lidia que no necesitaba mas razones para darme el puesto. Le bastaba con una: era primo de la mas convincente y entusiasta de sus empleadas. Ahora, tras los reveses de las ultimas semanas, Lidia se sentia obligada a impulsar de nuevo mi vida. Ella no se creia responsable de lo que habia sucedido, pero si se creia responsable, siempre lo creia, de lo que podia llegar a suceder. De modo que si me habia hecho pasar por experto en literatura en un colegio, pensaba ella, ?por que no me iba a hacer pasar ahora por experto en cactus en California? Para Lidia no habia duda de que aquel momento de mi existencia era el idoneo para dar el salto americano, abrir mi mente y olvidar mis pesares entre estudiantes del mundo entero. La cuestion es: ?por que le hice caso? Realmente, no lo se. Creo que fue una mezcla de cosas y ninguna en particular. En cierto modo fue algo ciego, es lo que tiendo a pensar. Tambien creo que hubo una especie de sabiduria interior de mi cuerpo, una certeza no enunciada de que un cambio le vendria bien. Y aunque la idea de que Lidia ejerciese de tour operator podia ser cansina por momentos, a decir verdad resultaba muy comoda. Ademas estaba el hecho de que mi madre me animara por todos los medios a quedarme en Espana. Me sugirio que, dado que ese ano no tenia la compania de Eva, a lo mejor podia ir con mi padre y con ella a Galicia en el verano, ya que la tia Celsa tenia muchas ganas de verme y queria reeditar la foto de familia con todos los primos, esa que llevabamos tantos anos sin hacer. --?Por que no cenas en casa, hijo? --me dijo un dia--. Ya no tiene sentido que te empenes en cenar solo todas las noches… Te basta con bajar las escaleras. Fue el detonante. La tercera vez que me dijo esto, sali de casa y me acerque a la libreria del barrio. Habia varios libros sobre el tema que buscaba, pero supe perfectamente cual era el que mejor se adaptaba a mis necesidades. Su titulo era Manual del experto en cactus. Por la noche llame a Lidia. --Lidia, estaba pensando una cosa: ?las casas de Stanford tienen lavadora? Se quedo en silencio. Supe que unas lagrimas grandes le nublaban los ojos al otro lado del telefono.

  • Un vodka para Vero y que la ayude el del tercero de Ana Alvarez

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    Me llamo Veronica Ramirez y esta noche de Halloween, mientras todos se divierten a mi alrededor, yo me he sentado en un parque abatida y sola. Y sin un euro. Hace una noche esplendida, la gente se ha echado a la calle, por lo que pocas pizzas he tenido que repartir. A pesar del ridiculo disfraz de bruja que mi jefa me ha obligado a ponerme, nadie me ha dado una misera propina. Son las once y no tengo con quien ir de fiesta, de modo que despues de terminar el reparto me he sentado en un banco a mirar como se divierten los demas. He tenido un dia nefasto y no me apetece ir a casa. Aquella manana fui, por enesima vez en mi vida, a una entrevista de trabajo y, como todas las demas, sin ningun resultado. Porque desde hace anos tengo un problema con los hombres. Cuando debo hablar con alguno, a los pocos minutos lo veo sin ropa. Sin ninguna ropa. Entonces mi lengua se traba, tartamudeo, sudo, y parezco la mayor gilipollas del mundo. En esta ocasion habia hecho una de las peores entrevistas de trabajo de mi vida y os aseguro que he hecho muchas y malas. Desde el primer momento imagine en pelotas a aquel senor que, no se muy bien por que, mi mente decidio ver como una bolita redonda cubierta de pelo espeso desde el cuello a los talones. Eso me hizo tartamudear mas de la cuenta. Mi posible jefe, aunque ya tenia claro desde el primer momento que no iba a serlo, me pregunto algo sobre que programas informaticos dominaba y yo solo podia pensar en sus pelotas velludas. Y en si tambien tendria pelo entre los dedos de los pies. Respondi con el nombre de una crema depilatoria, los nervios me hicieron cometer un lapsus por la asociacion de ideas. Lo arregle anadiendo: <>. Incapaz de soportar el bochorno de mi nueva metedura de pata, me levante disculpandome lo mejor que pude, para salir corriendo a continuacion como alma que lleva el diablo. Por eso sobrevivo a duras penas repartiendo pizzas a domicilio los fines de semana, cuidando ninos cuando surge la ocasion y probando juguetes eroticos para una conocida marca de venta online. ?Que como llegue a eso? Muy facil. A pesar de que mi contacto carnal con hombres es nulo, soy apasionada y me gusta el sexo. Empece a usar consoladores y otros artilugios semejantes a los veinticinco anos, cuando me vine a Madrid buscando el empleo de mi vida. Despues solia dejar un comentario en la web y al parecer eran tan detallados que me contactaron para ofrecerme probar sus nuevos aparatos antes de ponerlos a la venta, a cambio de una cantidad de dinero bastante aceptable. Consegui matar dos pajaros de un tiro: ganar un sobresueldo y que los juguetes me salieran gratis. En consecuencia, no hay cacharrito que haya salido al mercado en el ultimo ano que no haya pasado por mis manos... ejem... y otras partes. Esa es mi desastrosa vida, la que me ha llevado esta noche de Halloween a sentarme en un banco, mas sola que la una. De pronto unas voces alteradas a mi alrededor me sacaron de mis negros pensamientos. Alce la mirada y vi a tres senoras disfrazadas en el interior de un comercio chino, de esos en los que venden de todo, desde pilas para la linterna hasta alcohol de diversa graduacion. Una vestida de angelito, con sus alitas y todo desplegadas en la espalda, un traje mas apropiado para Navidad que para la noche mas terrorifica del ano. Otra de Annabelle, con el vestido blanco arrugado y cubierto de maquillaje y algo que parecia... ?vomito? Una tercera llevaba un minidisfraz ajustadisimo de bombera sexi. Parecia que mas que apagar fuegos, los quisiera encender. Las tres discutian justo en la puerta de salida del comercio, agarradas a una botella de algo que tenia una etiqueta con un dragon. El dueno del comercio, un chino de mediana edad, trataba de poner paz entre ellas. --Vodka Ming siete euros. Ultima botella --dijo a las tres mujeres que forcejeaban agarrando la bebida. --Yo la vi primero --grito Annabelle con voz estridente y un poco histerica mientras sujetaba el gollete con una mano y con la otra balanceaba una bolsa de esas reutilizables que se compran en los supermercados por cincuenta centimos y cuyo contenido no llegaba a vislumbrar. --Yo la necesito mas --respondio el angelito. --Chino Juan es mi amigo y mi vecino. El vodka es para mi. --La bombera incendiaria tiro de la botella con el consiguiente riesgo de que acabara en el suelo. El angelito se tambaleo para no soltarla y engancho una de las alas en una estanteria llena de cacerolas, que cayeron con un ruido metalico. --Suficiente para tres. No pelea. Bolsa plastico cinco centimos --afirmo el dependiente mostrando una bolsa blanca y anodina con la esperanza de que se fueran antes de que le destrozaran la tienda--. ?Quiere bolsa? Las mujeres se miraron. --?Y si la compartimos? Yo necesito un trago con urgencia y no hay nada mas abierto --dijo Annabelle --Vale. --O sea, ?pensais que yo voy a beber de la misma botella que unas desconocidas? --Angelito puso cara de asco--. Ni muerta. --Chino Juan tiene vasos de chupito desechables --respondio la bombera--. ?Verdad? --Chino Juan tiene todo. Bolsa de seis, un euro. --De acuerdo, traelos. --Todo ocho euros cinco centimos. Dos setenta por senora. --Yo no traigo dinero --se excuso la bombera alzando las manos--. ?Donde quieres que lo guarde? Te pago mi parte manana, que hay confianza. En efecto, una simple moneda se notaria bajo el vestido. --Yo tampoco llevo efectivo. ?La Visa oro vale? --Yo si tengo --exclamo Annabelle sacando un monedero de un bolsillo escondido en el lateral de la falda. --Vodka para senora que paga --sentencio el chino Juan imperterrito. Las voces se alzaron de nuevo y mantuvieron mi atencion. La bombera golpeo con el trasero unas alfombras que tambien rodaron de la estanteria. Aquello era mucho mas divertido que el truco o trato. Tres manos tirando de una botella a punto de estrellarse contra el suelo. El dependiente oriental, con filosofia, sujetando la bolsa de plastico y yo tratando de no reirme. A mi lado en el banco se sento una chica disfrazada de unicornio y se sumo al espectaculo. --?Quien crees que ganara? --me pregunto. --El chino, que cobrara su botella, aunque este rota. Annabelle tendio un billete de diez euros y agarro la bebida. --La compartire con vosotras. Esta noche necesito hablar con alguien y si es desconocida y esta borracha, mucho mejor. Salieron a la plaza y se sentaron en un banco frente al mio, que ahora compartia con un unicornio. Ambas seguimos atentamente la conversacion de las tres mujeres, que abrieron la botella y llenaron los pequenos vasos de plastico hasta el borde. --!Ufff! Esto debe tener dos grados menos que el aguarras --dijo el angelito con una mueca, olfateando el liquido incoloro. Pero trago. --No seas exquisita, es alcohol y, al menos yo, lo necesito. --Annabelle se bebio medio vaso de golpe. A juzgar por la mueca, debio quemarse hasta el higado. --Por muy malo que sea lo que te ocurre no sera peor que lo mio --dijo la bombera. --Yo os gano, seguro --afirmo el angelito terminando de un trago el contenido de su vaso--. Estaba en la fiesta de Halloween del coro... --?Un coro? --pregunto la bombera con una mueca--. ?De esos que hacen gorgoritos? --Uno de la parroquia, de canto gregoriano, en el que participo desde hace anos. Y me ha llamado mi madre. Me lo estaba pasando genial, con los chicos y eso, cantando el Ave Maria. --?El Ave Maria en la noche de los muertos? --El Miserere me da como grima. Suena a... difunto. --Y te llamo tu mami para decirte que se habia muerto --insinuo Annabelle. --!Ojala! Solo me dijo que se habia roto un tobillo. --?Los muertos hablan por telefono, zumbada? ?Cuantas copas llevas ya, tronca? --Solo unos vasitos de anis del mono. Si, es lo que suelo beber, guapi, ?que pasa? --Nada, aqui cada una que beba lo que quiera.

  • La voz del multimillonario (Los Sinclair 4) de J. S. Scott

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  • Aurora Leigh de Elizabeth Barrett Browning

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  • Una lista de deseos para Santa Claus de Mariah C

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    La Navidad es sin duda la epoca mas feliz del ano, un periodo de alegria, ilusion y esperanza. Aunque no para Yarek que cree que el gordinflon de las barbas blancas y las ropas ribeteadas de armino que todos los anos lo visitaba para Navidad ha dejado de existir.
    Un denso manto blanco cubre Chicago. La noche de Navidad esta cercana.
    ?Crees en la magia y en como lo imposible se hace realidad?
    Escribe una lista de deseos, pide con el corazon, cierra los ojos, y dejate llevar.

  • Flores en la tormenta de Laura Kinsale

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    Un clasico del genero romantico historico, una de las historias de amor preferidas de las lectoras.

  • Un Cowboy por Navidad de Tess Curtis

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    La Navidad para Tyler Davis no es la mejor epoca del ano. Su unico plan es aislarse durante al menos quince dias, por segundo ano consecutivo, en su cabana en medio de la nada y pasar el tiempo en soledad.
    Ashley Jones ha decidido retirarse durante las vacaciones a un tranquilo hostal junto a un precioso lago de Montana. Necesita superar los malos recuerdos de la Navidad anterior, cuando su corazon se rompio en mil pedazos, al igual que su autoestima.
    La Navidad y una tormenta de nieve se alian provocando que ambos tengan que compartir techo durante las fiestas en la cabana del cowboy. La atraccion entre los dos es mas que evidente y hace que vuelvan a creer en las segundas oportunidades y la magia de esta maravillosa epoca del ano.

  • Si te miento de Clare Mackintosh

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    Vuelve la magistral Clare Mackintosh con un nuevo thriller psicologico.

  • Arrancame de la Oscuridad de Isai Flores

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    Atrapados en una ciudad caotica, golpeada por un asesino que esta exterminando a hombres gais, Edgar y Rodrigo tendran que encontrar la ruta de escape, adentrandose en las artes holisticas y paranormales, asi como escuchando a sus instintos para sobrevivir las calamidades de la sociedad, confrontar sus propios demonios, rescatar a sus familias y todavia vivir para contarlo.

  • Cronica de una explosion de Yan Lianke

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    La pequena aldea de Explotia, situada entre las cristalinas aguas del rio Yi y las imponentes cumbres de la sierra de Balou, pasara, en escasos cincuenta anos, de tener unos pocos cientos de habitantes a transformarse en una megalopolis de mas de veinte millones de almas capaz de rivalizar con Pekin y Shanghai. Esta titanica transformacion, que se cimenta sobre la corrupcion, la prostitucion y la ambicion desmesurada (representada por los respectivos lideres de los dos clanes dominantes: el alcalde Kong Mingliang y la poderosa empresaria del sexo y la noche, Zhu Ying) acarreara inesperadas consecuencias para Explotia y sus habitantes.
    Una vez mas, Yan Lianke, uno de los mas grandes maestros de la literatura china contemporanea, nos sorprende con esta Cronica de una explosion, un texto que muestra las profundas heridas abiertas en la sociedad china actual y nos ofrece una imagen especular del gigante asiatico que, al igual que la diminuta aldea, ha vivido durante las ultimas decadas cambios tan increibles y profundos que, muchas veces, sus resultados parecen sacados de una fabula fantastica.

  • Un amor a la fuerza II de Helen Blue

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    Jack Rowan, un atractivo pirata a cargo de un barco dispuesto a conquistar el oceano, lleva nueve anos sin apenas poder dormir por culpa de un sueno que se repite cada dia, atormentandolo. Cuando durante una parada en una isla su camino se cruza con una joven dama a la que escucha decir que sufre su misma maldicion, decide secuestrarla sin saber que, en realidad, Elizabeth no es solo una chica mas de la corte, sino que se trata de la mismisima princesa y la hija del hombre que el tanto odia. Una vez en alta mar, a pesar de lo diferentes que son, la atraccion entre ambos pronto resulta imposible de ignorar.
    “Una apasionante historia de piratas, princesas, matrimonios a la fuerza, secuestros, misterios, traiciones y pasiones”.

  • El cuaderno del ano del Nobel de Jose Saramago

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  • Kilometro 28 de Manuel Leon Caballero

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    Todo comienza cuando el coche se le para en mitad de la nada. El joven Dani no tiene ni idea de la pesadilla que esta a punto de experimentar y que pondra a prueba su cordura. En este lugar nada es lo que parece…

  • Tu casualidad (Rancho Anderson 2) de Eva River

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    Los Anderson tenian un ultimatum. O encontraban esposa o encontraban esposa.
    ?Que tan dificil podia ser? ?Acaso no tenian a todas las chicas babeando por ellos? Pues… estaban a punto de comprobarlo.

  • De Vuelta Al Inicio de Dani Capdevila

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    Pese a que ya habia estado buscando alguna vez por el despacho del papa, tal y como le ordenaron, Hugo aun no habia sido capaz de hallar ningun indicio de ese plan del que le hablaban sus superiores. La puerta se abrio. --?Ya esta todo dispuesto? --pregunto el papa. --Si, su santidad. Todo listo. --Entonces ha llegado el momento. Me puede gustar mas o menos, pero no queda otra alternativa. Al escuchar aquellas palabras, el cuerpo de Hugo se estremecio. Un hormigueo le subio por la columna vertebral. <>, pensaba mientras tragaba saliva para contestar. --Si usted lo estima preciso, seguro que es el deseo de Nuestro Senor. --Asi es, hijo mio. Asi es. --?Quiere cambiarse? --No hay tiempo --contesto el papa--. Lo hare en el aeropuerto. A traves de las amplias vidrieras de su despacho, contemplaba la plaza de San Pedro. Siempre le invadia la tristeza cuando, caida la noche, la veia vacia. El bullicio de la muchedumbre que habitualmente se formaba en ese lugar le reconfortaba. Le hacia sentir que su mision en la tierra tenia sentido, que todas las almas que se apinaban alli esperaban que la cumpliera. Acababa de celebrar una de las nuevas misas que habia instaurado. Quince feligreses eran elegidos al azar entre los millones de solicitudes que llegaban a traves de la pagina web del Vaticano. Los agraciados asistian a una misa privada celebrada por el mismo. Hugo le ayudo a ponerse el abrigo, que cubria por completo la sotana papal. Cogio un paraguas negro --pues amenazaba tormenta--, las llaves de un coche y espero. --Cuando usted quiera --dijo tras ver que el papa no se movia. Dando un profundo suspiro, el pontifice se acerco a la libreria donde tenia una de las colecciones mas valiosas del mundo y tiro de los Evangelios de Enrique el Leon hacia el. Detras de la gran mesa de roble negro, la pared giro para descubrir un pasillo oscuro en el que no se veia el final. --Vamos. Empezaron a caminar. Hugo acciono una palanca que habia justo en la entrada y la pared volvio a recuperar su posicion inicial. Unos focos halogenos se encendian y apagaban a su paso, iluminando el pasillo unicamente por el trecho que recorrian. Cada vez que entraba en ese pasadizo temia que fuera la ultima. Llevaba ya bastante tiempo trabajando como secretario papal y ya lo habia utilizado mas de veinte veces. Don Santiago le coloco en ese puesto tras convencer al nuevo papa de que era el candidato perfecto. Caminaron unos diez minutos hasta que se toparon con el muro de salida. A la derecha otra palanca y en el centro un pequeno agujero que hacia las veces de mirilla. Hugo observo a traves de ella. --Podemos continuar. No se ve a nadie. El pasaje llevaba al bano de discapacitados de un restaurante que estaba a unas cinco manzanas del palacio. --Nunca me ha terminado de parecer correcto que el representante de Dios en la tierra tenga que salir de su casa a hurtadillas. Creo que nunca me acostumbrare. --Es por su seguridad. --Lo se, hijo mio. Lo se. Hugo acciono la palanca y la pared giro. El santo padre encajo un sombrero negro en su cabeza pelada y se abrocho todos los botones del abrigo para que no se viera la sotana. Los dos salieron del servicio con la mayor naturalidad del mundo, como si lo hicieran todos los dias. Con un movimiento leve de cabeza, el secretario saludo al camarero que estaba en la barra del bar y este le correspondio con el mismo gesto. Siempre se preguntaba que favores recibiria el dueno del restaurante a cambio de no haber desvelado esa puerta oculta a nadie. Se marcharon por la puerta trasera, que les llevo a una calle llena de cubos de basura, donde iban a parar los desperdicios del restaurante. Al fondo, un Hummer negro con las lunas tintadas. El agua caia muy intensamente. Llevaba lloviendo un par de dias, pero ahora diluviaba con mucha fuerza. Los relampagos iluminaban el callejon. Hugo saco el mando del bolsillo y apunto al coche. Desplego su paraguas para que el papa no se mojara y abrio la puerta trasera del vehiculo con gesto servil, pero el santo padre le cedio el paso. Cogio el mando y el paraguas. Hugo lo miro con cara de extraneza y levanto los hombros en senal de aceptacion. Los ojos negros y profundos del papa lo observaban fijamente. Con un movimiento de sus pobladas cejas le indico que subiera al coche. Obedecio. <>, se dijo. Llegaron al aeropuerto de Roma-Fiumicino y aparcaron dentro del garaje privado, situado en las mismas pistas de aterrizaje. --No bajes del coche, tengo algo que contarte. Se sento junto al secretario en la parte de atras. <>. El papa comenzo a hacerle preguntas sobre religion y sobre Dios. Hasta que senalo al fondo del garaje. --Entonces, hijo mio, estas listo. ?Ves la caja que esta al lado de la mesa, alli al fondo? --Si. <>. Se giro para mirarla y de repente empezo a notar una presion en el cuello. Se estaba quedando sin oxigeno. Trato de liberarse. Noto un cordel, pero no lograba quitarselo. Cuanta mas fuerza hacia para soltarse mas presion notaba en la garganta. Desesperado, decidio hacerse el muerto. No tenia nada que perder, ni ninguna otra alternativa. Tomo el aire que pudo y poco a poco fue dejando caer su cuerpo, como si ya no tuviera vida. El papa siguio tirando del cordel pero cada vez con menos fuerza. Hugo no respiraba. Contaba con, al menos, un minuto de oxigeno en sus pulmones. <>. Tenia que quedarse totalmente quieto para intentar que el santo padre no se diera cuenta del engano. Era la unica forma de salvar su vida. Paso medio minuto y Hugo no se movia, se habia desplomado sobre el asiento. Noto como su agresor bajaba del coche, pero por precaucion siguio sin moverse. La puerta se volvio a abrir y sintio que le tapaba con una manta y lo empujaba para que cayera a la zona de los pies. Escucho la puerta del aparcamiento cerrarse de golpe. El papa, ahora vestido con unos vaqueros y una sudadera con capucha, subio a su avion, que le esperaba cerca. Con esa ropa tenia un aspecto aun mas juvenil del que aparentaba. Los cuarenta y dos anos que acababa de cumplir lo convertian en uno de los papas mas jovenes de la historia. Dentro del coche, el secretario dejo pasar un tiempo prudencial antes de volver a moverse. <>. Poco a poco fue incorporandose para asomar por la ventana. Estaba todo a oscuras. Tras volver a pensarlo se animo a bajar del coche. Saco el movil del bolsillo mientras pensaba en cuanta prisa debia de tener el papa. Ni siquiera le habia tomado el pulso para confirmar su muerte. Hizo una llamada. --?Don Santiago? --Si, dime. --Tenian razon. Ha intentado matarme. --Te lo dijimos. ?Donde estas? --En su garaje privado del aeropuerto. --Vale. Envio ahora mismo a alguien para que te saque de alli. Ten en cuenta que habra muchas camaras grabando, asi que intenta ser todo lo discreto que puedas. --No creo que tenga ningun problema --decia mientras abria la bolsa que habia en el maletero del coche--. Tengo su sotana y su sombrero. Creo que pasare por el perfectamente. --Mejor. --Por cierto, ?sabe donde estaba guardada la famosa caja que recibio el mes pasado desde Kufstein? --!No me lo puedo creer! --Si, voy a ver que es lo que hay dentro. Se acerco a la caja de carton y rompio el embalaje. --!Informa! --Efectivamente, no se lo va a creer. Le mando una foto al telefono para que lo vea usted mismo. Al recibirla, don Santiago abrio los ojos como si estuviera viendo un fantasma. Se trataba de una cruz de madera de tamano natural y estaba casi seguro de que era la misma que robaron del Museo Egipcio de El Cairo hacia un par de meses. Decian que esa era la cruz donde murio Cristo y que habia estado oculta hasta que una banda de criminales asalto un chale de las afueras de Berlin y, por casualidad, la encontraron alli. La habian intentado vender en el mercado negro a un coleccionista, pero un chivatazo puso a la policia en alerta y consiguieron recuperarla. --Van a ir a buscarte con una furgoneta. Cargad la caja y sacadla de alli. Luego ya veremos como procedemos. Tu, de momento, haz caso a la persona que mandemos a recogerte y estaras seguro. --Muy bien, don Santiago. Estare preparado. Hugo se puso la ropa papal, se ajusto el sombrero y siguio registrando el garaje por si encontraba algo interesante. Pasada media hora sono un claxon fuera. Dos horas mas tarde, el avion del papa aterrizaba en Madrid-Barajas. Alli le esperaba otro Hummer, esta vez blanco impoluto. --Su santidad --empezo a hablar el conductor sin mirar por el espejo--, me han pedido que le dijera que todo esta dispuesto, tal y como solicito. El senor Torres y el senor Ortega le estan esperando. <>, penso mientras miraba por la ventana. Tras mas de una hora y media por los atascos habituales de la capital, llegaron a un hotel. El coche bajo una rampa cercana, donde habia plazas de aparcamiento individuales y cerradas. Entraron en una de ellas y una persiana metalica bajo tras ellos. El chofer salio del coche y abrio la puerta trasera, echandose a un lado y bajando la mirada para no encontrarse con los ojos del pontifice. --Le voy a hacer una pregunta y espero que sea totalmente sincero, porque conozco la respuesta. ?Que piensa el mundo de los cristianos? --?Eh? --Trago saliva--. No... No lo se. --?Usted cree en Dios, nuestro senor todopoderoso? --suspiro. --Por supuesto. Acompana mis acciones y me guia en mi camino. --Asi es, hijo mio --contesto el santo padre mientras ponia su gran mano en su colleja--. Asi debe ser. El chofer se relajo. Se habia quitado un peso de encima porque sabia del caracter del nuevo papa. Miro como se encaminaba al ascensor que habia dentro del aparcamiento. El pontifice pulso el unico boton que habia en la cabina. Las puertas se cerraron y comenzo a subir. Cuando se abrieron vio una gran sala con tres sillones, una mesita perfectamente encuadrada entre ellos y una cristalera enorme desde la que se veia toda la ciudad. A su derecha, un mueble bar en el que estaban tomando una copa dos hombres, que dejaron los vasos para acercarse a recibirle. <>, penso. Primera Parte Capitulo 1 --Me gusta estar tan alto. Es como estar mas cerca de Dios. Si se afina el oido, incluso se le puede escuchar --decia el papa mientras miraba por la inmensa cristalera--, ?no creen? --Por eso mismo compre este edificio, su santidad. ?Sabe que en este momento esta en el lugar mas alto de Madrid? --se pavoneaba Ortega con aires de prepotencia. --La cercania a Dios no es suficiente para que nos ame, hijo mio. Usted puede creer que esta muy cerca de El y El, quiza, ni siquiera le mire. No tengo mucho tiempo. Quiero ver todos los detalles antes de proceder. Tengo asuntos que tratar en el Vaticano y cuanto mas rato estoy aqui, mas quedo al descubierto --dijo sin quitar los ojos de la panoramica que le ofrecia la ventana--. Contadme. Ortega se acerco al mueble bar para recoger su copa. Quito el tapon a la botella mas robusta y oliendolo le pregunto al santo padre: --?Querra probarlo, su santidad? --Le enseno la botella de Yamazaki, uno de los mejores wiskis del mundo. --Por lo que veo siguen siendo de gustos caros... No, prefiero un poco de vino. Se acomodo en el sillon mientras Ortega descorchaba una botella de Vega Sicilia que saco de la vinoteca y le sirvio una copa. El papa olio el caldo y lo cato. Una ligera sonrisa se dibujo en su cara. Ortega se sento en el sillon de la izquierda. Torres tambien recogio su copa y abrio un ordenador portatil junto a las bebidas. Con un mando a distancia oscurecio los cristales y desplego una pantalla que ocupaba toda la pared de la puerta por la que se entraba al atico. Apunto al techo y bajo un proyector. Dejo el mando en la mesa y tomo el control del portatil. Varias imagenes de una chica se veian a la derecha de la gran pantalla. --Tras varios meses buscando creemos que ella se ajusta perfectamente al perfil. Se llama Maria Jesus, tiene veintiun anos, es huerfana desde los dos y no tiene familia conocida. Ha vivido entre casas de acogida y conventos toda su vida y el ano pasado decidio independizarse. --Muy bien --asintio el papa. --Empezo a trabajar de cajera en un supermercado y a los seis meses la echaron. Vive alquilada en San Pablo, un barrio de Zaragoza --continuo Torres--. Ahora no tiene empleo. Se costea el alquiler trabajando para el dueno del edificio en la limpieza de las zonas comunes y como su asistenta durante cuatro horas al dia. --Pero no recibe ni un euro --anadio Ortega--. Todo es para pagar el alquiler. Yo creo que mantienen una relacion. Las fotos de la chica pelirroja iban pasando en el proyector. --Le gusta salir por las noches a ligarse a hombres mayores con el animo de que le inviten a cenar y asi llevarse algo de alimento a la boca. Su unica posesion material, aparte de la ropa, que sepamos, es un movil que robo hace un par de meses de la mesa de un restaurante. No puede llamar porque no tiene saldo, pero lo utiliza para buscar trabajo en Internet segun sus registros de navegacion. --Gracias a la red wifi de su vecino --volvio a matizar Ortega. --Exacto. No depende de nadie, ni nadie depende de ella. Entiendo que deberia ser muy facil. Se produjo un silencio. --Para ser sinceros, tras encontrarla no hemos buscado mas porque a nuestro entender es perfecta. ?Que opina? --le pregunto al santo padre, deteniendo el proyector. --Es una mujer muy bella, puede que demasiado. Eso nos puede ocasionar problemas. Pero su entorno y su pasado son los adecuados. --Eso pensamos. --?Y el hombre? --Ayer por la manana, el ordenador nos aviso de una alta nueva en la web Life, otra de las redes que vigilamos. El perfil se acercaba al que nos pidio --dijo Torres cambiando las diapositivas--. De momento no sabemos el nombre real. Se hace llamar <>, tiene veinticuatro anos y en el formulario de acceso dice que es de Barcelona, pero que ha vivido casi toda su vida en Argentina. Es de prever que aqui no tenga mucha familia. Habria que investigar mas. --Esta misma manana le hemos seguido. --Ortega se levanto del sillon y se sirvio otra copa antes de continuar la explicacion--. Hemos preguntando por los lugares que frecuenta y nos han dicho que trabaja media jornada repartiendo publicidad de una tienda de compraventa de oro por las Ramblas. --No consta en ningun registro que haya terminado los estudios basicos. Al parecer tiene alquilada una habitacion en un piso de inmigrantes. Torres dejo de hablar para mirar la cara del papa. Esperaba aprobacion, pero este permanecia absorto en la imagen de la pantalla. Parecia que no habia escuchado nada de lo que le habian estado contando. --Es atractivo --dijo al fin, levantandose del sillon--. No tiene cara de ser muy inteligente. Quiero saber si tiene algun familiar en Espana. Si no lo tuviera, activen el protocolo tres inmediatamente. Quiero el informe diario de como transcurre todo antes de las nueve de la noche. --Asi sera. --Regreso al Vaticano. Tengo otros asuntos importantes que he dejado sin terminar. Alzo la mano y ambos besaron el anillo papal con gesto de sometimiento. La pantalla se replego sobre el techo y el papa salio por la puerta sin despedirse. Abajo estaba esperando el chofer. Le abrio la puerta con la cabeza gacha y lo llevo de nuevo al aeropuerto. Ortega y Torres se miraban con cara de satisfaccion. Sabian que si el santo padre estaba contento su camino iba a ser mucho mas sencillo. Tenian la sensacion de que la reunion, pese a ser una de las mas cortas que habian tenido con el, fue tambien de las mas productivas. Ortega tenia multiples negocios por todo el mundo en los que su principal y practicamente unico cliente era la Iglesia catolica. Desde comedores sociales hasta empresas de reciclaje de ropa, pasando por los terrenos en los que se levantaban los nuevos templos o las empresas que los construian. El papa se puso en contacto con el directamente para encargarle un proyecto unico, y obviamente acepto. Por otro lado, era la primera vez que Torres trabajaba para el Vaticano. Esperaba que este trabajo fuera el mas importante de su vida pese a contar ya con innumerables exitos profesionales a sus espaldas. La envergadura de lo que tenian entre manos era tal que incluso se habia separado de su familia. Su mujer se habia tenido que ir a Alemania por motivos de trabajo llevandose a su hijo con ella, pero el decidio quedarse en Madrid para atender la peticion del Vaticano. Ortega le pidio, como favor personal, que trabajara en cuerpo y alma en este encargo y no dudo ni un segundo en dejarlo todo por su nuevo cliente. Su mujer no lo entendio. No le pudo dar ningun detalle de la peticion papal y, debido a que en tema de ambiciones eran iguales, hizo las maletas y se marcho. Torres sabia que cuando todo terminara su mujer lo comprenderia y volverian a estar juntos.

  • Futuro incierto (Futuro incierto 1) de Esmeralda Munoz

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    A nuestra protagonista le han intentado asesinar. Un disparo en la cabeza le ha provocado la muerte, pero regresa a la vida con un cometido: salvar al mundo. Ha desarrollado el don de ver el futuro y, entre esta gran ayuda, y sus amigos, averiguaran quien quiso matarla y como salvar a millones de personas.Un libro que esta causando furor, lleno de suspense, ciencia ficcion, romanticismo y comedia.