• Besos de murcielago de Silvia Hervas

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    La gente caminaba de un lado a otro arrastrando las maletas por el pulido y brillante suelo del aeropuerto. La multitud se mostraba desorientada y acudia a toda prisa a los pequenos puestos de informacion como si les fuese la vida en ello. Una muchacha malhumorada, acompanada de sus padres, esperaba hastiada frente a la puerta de llegadas procedentes de Londres. Repiqueteo con el pie en el suelo con actitud desafiante, intentando mostrar sin tapujos su pesimo estado de animo. Su madre le dirigio una sonrisa encantadora; estaba euforica. --!Levanta mas el cartel, Kelsey!, no vaya a ser que no nos vea --dijo mientras su marido le rodeaba los hombros con un brazo. <>, penso Kelsey. Ladeo la cabeza y, sintiendose estupida, alzo las manos todo lo que pudo, se puso casi de puntillas y movio de un lado a otro aquel ridiculo cartel, en el que se leia en letras grandes y redondas: <>. Deberia haber estado celebrando el inicio de las vacaciones navidenas con sus amigos; sin embargo, se encontraba alli anclada con la ridicula pancarta, esperando la llegada de un completo desconocido, gracias a que sus adorables padres habian decidido acoger en casa a uno de esos aburridos estudiantes de intercambio. Un ingles, para ser mas exactos. Kelsey nunca habia simpatizado con aquellos amantes del te; se le antojaban demasiado refinados, y ella tendia a ser despreocupada y poco detallista. --Como esperemos mas, celebraremos el fin de ano en el aeropuerto --farfullo con un deje de aburrimiento. Su madre le dirigio una mirada de desaprobacion. --Comportate con nuestro invitado, Kelsey --ordeno respaldada por los continuos asentimientos del padre con la cabeza--. Pasara un mes con nosotros, asi que, lo quieras o no, tendras que llevarte bien con el. --Entonces, ?se supone que el famoso inquilino queda bajo mi proteccion? Si es asi no durara ni dos dias con vida. Esto es America --espeto, y solto un bufido. --Chist... El senor Graham le indico que guardase silencio. Kelsey alzo la vista hacia 5 la puerta de llegadas, por donde habia comenzado a salir gente. Todos le parecieron raros, estrafalarios o indignos de entrar en su casa. La joven era bastante reservada --contrariamente a sus solidarios padres--, asi que no simpatizaba con la idea de tener que convivir con un extrano; mas bien le aterrorizaba. Estaba segura de que, por callado e invisible que fuese aquel ingles, se sentiria invadida e incomoda. Se giro sorprendida cuando unos dedos firmes y seguros golpearon suavemente su hombro derecho. Miro de arriba abajo al muchacho que se encontraba frente a ella y le dedicaba una mueca desagradable. Tenia el cabello rubio y lo llevaba perfectamente peinado hacia atras --ni un solo mechon suelto rompia aquella inusual armonia-- y en su rostro destacaban unos llamativos ojos grises y penetrantes. --Yo... soy James. --?Tu eres el estudiante que...? --comenzo a preguntar Kelsey, pero fue interrumpida rapidamente por su efusiva madre. --!James! !Ya pensabamos que no llegabas, carino! --La senora Graham lo estrecho entre sus brazos, con lo que desperto de inmediato el desagrado del joven, que, un tanto arisco, no disfruto demasiado aquel confiado contacto fisico. --Encantado --dijo el padre de Kelsey, al tiempo que le estrechaba calurosamente la mano--. Ya veras lo bien que te lo vas a pasar estas vacaciones; te hemos preparado una habitacion, espero que te guste. Apenas tardaremos en llegar a casa, esta a veinte minutos en coche. Kelsey clavo la vista en el suelo, muerta de verguenza. ?Por que sus padres tenian que comportarse siempre como si estuviesen pirados? ?Tan dificil era ser un poco normal? Ser normal significaba para ella no abrazar al chico de intercambio, ni llamarle <>, ni enrollarse hablandole de su nuevo hogar. Espero impaciente, fingiendo que no estaba alli, hasta que el euforico encuentro se calmo. James habia esbozado poco a poco una mueca de terror. No era de extranar. Ni por asomo habia esperado aquel recibimiento y, teniendo en cuenta que ambos padres hablaban a la vez, apenas entendia nada. Durante el trayecto en coche asintio con la cabeza ante todo lo que le decian con la esperanza de acertar en algo. --Bien, ya hemos llegado --anuncio Abigail cuando el senor Graham aparco frente a una acogedora casa de dos pisos. James bajo del coche sintiendose asqueado. Hubiese dado cualquier cosa por no estar ahi en aquel instante. Observo los alrededores y deseo desaparecer de inmediato. La urbanizacion se encontraba en el campo, alejada de la ciudad. El odiaba profundamente todo lo que tuviera con que ver 6 con la naturaleza: desde la mas fina y tierna hierba que crecia en la tierra humeda hasta los grandes abetos que invadian el terreno. Torcio el gesto mientras comenzaba a planear mentalmente de que modo podria huir de alli. Quiza si robase el coche del senor Graham en plena noche... --?James? !Vamos, pasa! Aun tenemos que presentarte a nuestro hijo. --Abigail le sonrio de forma exagerada--. El pobre se quedo toda la noche haciendo un trabajo en casa de un amigo y hoy estaba tan cansado que no ha podido ir al aeropuerto. ?Mas gente? Ya tenia suficiente con aquella chica que le miraba de reojo constantemente como si fuese un bicho raro. Kelsey vestia realmente mal, bajo su punto de vista, con unos vaqueros desgastados y una sudadera deportiva para nada femenina. --!Marcus! --grito la madre, jovial--. !Vamos a entrar! Abrio la puerta de la habitacion, despacio, como si esperase encontrar dentro a un oso enfurecido. James dio un paso atras, temeroso ante la oscuridad que invadia aquella especie de bunker. Distinguio en la penumbra la larga silueta de Marcus, que tenia la cara adherida a la almohada, que aferraba con las manos. --!Desaparece, mama! --exclamo con brusquedad. --Ha llegado el chico de Inglaterra --explico la mujer. --?Y a mi que me importa? --le espeto sonoliento. A continuacion, Abigail cerro la puerta suavemente. James la miro desconcertado, cuestionandose si acababa de ser testigo de una bienvenida habitual o su sorpresa se debia a que hacia mucho tiempo que no entraba en casas ajenas. --Es un rebelde --aclaro la mujer sin perder aquel perpetuo positivismo. --Ya veo... --respondio James. La senora Graham parecio algo incomoda y, tras morderse pensativa el labio inferior, le indico a Kelsey que condujese a James a su habitacion para dejar las maletas. --Claro, no te preocupes mama, ya hago yo de guia turistica --le reprocho con desgana--. Vamos, sigueme. Cuando llegaron al dormitorio Kelsey explico: --Pues esto es la cama. --Senalo un solitario colchon--. Y ahi tienes un armario, que sirve para guardar ropa. --Gracias por las aclaraciones --dijo James--. No habria podido deducir todo eso sin tu ayuda. 7 Kelsey entorno los ojos y descubrio de inmediato que el nuevo inquilino le traeria problemas. --Oye, no te pases --le advirtio apuntandole con un dedo acusador--. Mi actitud es de lo mas comprensible, estoy siendo tolerante, pero a nadie le gusta pasar las vacaciones de Navidad con un desconocido. --En eso estamos de acuerdo. --Entonces, ?por que estas aqui, pudiendo haberte quedado en Inglaterra bebiendo litros y litros de te? --le acuso. --Me han obligado --reconocio James frunciendo el ceno--. Cosas de padres. Piensan que me ira bien conocer otras culturas. Obviamente se equivocan. Lo unico que podria lograr conociendo a gente como vosotros es que mi ego crezca. Y no me interesa, lo tengo suficientemente alto. --No hace falta que lo jures. --Puso los ojos en blanco. James se dirigio con resolucion hacia la puerta de la habitacion y la cerro bruscamente. Sus relucientes ojos grises se clavaron en los de Kelsey como dos dagas afiladas. --Hablemos de las normas --exigio. La joven parpadeo sorprendida. --?Que normas? --De las que ahora mismo fijaremos. --Le dedico media sonrisa que a Kelsey se le antojo casi tenebrosa--. Tu no quieres que este aqui, y yo no quiero estar aqui; en eso estamos de acuerdo. Bien, lo mejor sera que nos ignoremos mutuamente durante el proximo mes --explico--. No pienso conocer a tus amiguitos americanos, ni salir contigo a ver peliculas de lloriqueo al cine ni cortarle el cesped del jardin a tu padre, ?queda claro? Kelsey necesito un momento para procesar toda aquella informacion. Quedo asombrada ante el tono de voz del que James hacia uso; como si fuese un marques recien llegado al nuevo continente. --Oye, ?quien te has creido que eres? !No puedes poner normas nada mas llegar! --se quejo, indignada. --?Intentas decirme que quieres pasar tiempo conmigo? --No, pero... --Sabia que era eso. --Chasqueo los dedos--. De verdad, siento decepcionarte, pero no eres mi tipo. Kelsey rio con nerviosismo ante el nuevo rumbo que habia tomado la conversacion.