• Todo oscuro, sin estrellas – Stephen King de Stephen King

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    Cuatro venganzas. Cuatro castigos. Cuatro novelas cortas sumamente sorprendentes y enormemente impactantes. No las podras olvidar.

  • Antes de que me vaya de Paulette Mulliez

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    Ali es una chica con un pasado angustiante que aun la persigue. Luke en cambio es despreocupado y su vida siempre ha sido facil. Cuando se encuentran, algo cambiara en ellos para siempre. ?Ali podra confiar en alguien mas??Podra Luke convencerla de que estan hechos el uno para el otro? Descubre esta dulce historia de amor, en donde nada es lo que parece.

  • Los Guardianes de Javier Perez Campos

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    Aparecen en los limites de la vida, cerca de tu ultimo aliento.
    A veces son solo una voz. Otras, una presencia.
    Te guian, te ayudan y luego. desaparecen.
    Todas las culturas han hablado de ellos, pero durante siglos han sido olvidados. Es la hora de sacar a la luz una antigua verdad.
    ?Quienes son los Guardianes?
    En esta nueva investigacion, Javier Perez Campos ha seguido de cerca el fenomeno de las apariciones que salvan vidas. El resultado es un documentado relato en el que el autor recorre el tiempo y el espacio para conocer a los protagonistas de estos fenomenos. En su perseverancia para desentranar el misterio, incluso ha llegado a someterse a experimentos para generar fantasmas.

  • El secreto de Lena de Clarisa Ligarde

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    “Un thriller psicologico que te sorprendera”.

  • Berlin 1961 de Frederick Kempe

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    Mucho se ha hablado y escrito sobre la caidadel Muro de Berlin. Muy poco, en cambio,sobre su construccion. Y sin embargo fueel acontecimiento mas decisivo de la guerra friay nunca como en esos meses de 1961 el mundoestuvo tan cerca de la Tercera Guerra Mundial.

  • Contigo es todo de Carmina D.

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    Odiaba esto. No habia nada peor que hubiera experimentado en toda mi vida que tener que visitar a mi hermano en el hospital. Ni siquiera sabia -nadie sabia- si Julian iba a salir adelante o no. Cada vez que venia aqui, era un gran signo de interrogacion sin respuesta aparente. Y aun con todo eso, amaba a mi hermano. Creia en el y queria que mejorara. Asi que segui viniendo a verlo, a pesar de que estar aqui era muy dificil, por no decir otra cosa. La vista del vestibulo del hospital se cernia sobre mi mientras la gente iba y venia, algunos en camillas y otros en sillas de ruedas. Julian no merecia este destino, no merecia tener que estar aqui. Mi hermano era grande, ruidoso y carinoso, era de los que hacia una broma de todo, su alegria llenaba los espacios, nada lo perturbaba, nada lo sacaba de su centro. No pertenecia a un lugar como este, sin importar cuan amables fueran las enfermeras o cuan vanguardista fuera la tecnologia. No deberia estar quieto, con tubos entrando y saliendo de el, luchando por su vida. Este no debia ser su destino. Pero lo era, y ese era un golpe demasiado duro para mi. Me trague mi depresion y reuni todo el coraje que pude, pero aun asi arrastre los pies cuando entre al hospital y volvi a subir a su habitacion por lo que me parecio la milesima vez. El ascensor hubiera sido mas facil, pero necesitaba mantenerme en movimiento hasta que lo viera. Los ascensores estaban empezando a sentirse un poco claustrofobicos. Llegue a su habitacion y atravese la puerta con determinacion y una actitud fabricada para disimular mi verdadero estado. --Julian, no creerias esta nueva…-- Su cama estaba vacia. Oh, Dios, ?que habia pasado? --!Enfermera, enfermera!-- Corri a la pequena estacion de enfermeras a unos pasos de la puerta de Julian. --?Que le paso a mi hermano? ?Por que no esta en su habitacion? --Oh, Mila, calmate--, dijo una de las mujeres, levantandose de su escritorio y abrazando mis hombros. Su tono y la forma en que me dio palmaditas en la espalda como si fuera una nina me hizo saber que todos aqui estaban hartos de la frecuencia con la que me asustaba y sobre reaccionaba. Pero no era algo que podia evitar, se me conocia por decir lo que pensaba y por estar un poco nerviosa e hiperactiva sin importar la ocasion, y ?quien podria culparme por estar preocupada en una situacion asi? Me alegre de que las enfermeras fueran amables, pero empezaba a darme cuenta de que les estaba poniendo los nervios de punta. --Esta bien--, continuo la enfermera. --Acaba de ser trasladado a otra habitacion del hospital. Respire un tembloroso suspiro de alivio y me limpie los ojos. Me llevo a otra estacion en un costado. Mientras yo me quedaba parada esperando, haciendo todo lo que podia para ser paciente -lo cual ciertamente no era mi fuerte-, ella hojeo algunos papeles y se puso a hacer clic en su computadora. Mila, deja de ser debil. Tienes que ser fuerte. Si algo hubiera pasado, habrian llamado a la familia. Respira. Julian estara bien. Luego podras reganarlo de nuevo por su molesta tendencia a dejar la tapa del inodoro levantada. -Me dije mentalmente para tratar de calmarme. Esto no era justo. Julian era un buen tipo, y un hermano increible aun que dejara el bano hecho un desastre. --Aqui vamos, esta en el ala norte del hospital, en la habitacion 24B. Te llevare alli. Puede ser confuso tratar de llegar a esa ala del hospital. Vamos carino. Ella me sonrio, su humanidad la hizo ver suave-o tal vez estaba feliz de deshacerse de mi- pero, de cualquier manera, yo estaba agradecida. Le devolvi la sonrisa. --Gracias. En el camino, la enfermera empezo a hablar de su familia. Supongo que fue para calmar mis nervios. Cada palabra que decia me entraba por un oido y salia por el otro. Trate de prestar atencion mientras ella me contaba algo sobre sus planes para el fin de semana, incluyendo una barbacoa familiar, y luego me pregunto cuales eran mis planes. Tuve una vision de tunel, pensando que estaria aqui todo el fin de semana, por supuesto. Todo lo que me importaba era mi hermano. Ya era bastante dificil que mama y papa estuvieran demasiado ocupados para venir a verlo. Pero si tuviera que cuidar de el yo sola, lo haria. El Senor sabia que me cuidaba con suficiente frecuencia, era un hermano muy protector conmigo. Y siempre necesitaba de el para sentirme mas segura de mis acciones, asi que, era habitual vernos juntos o que yo le pidiera consejos, sobre todo. --Bien, estamos en el ala norte, y su habitacion esta al final del pasillo. Avance rapido siguiendo la direccion que me indico, contando las habitaciones a medida que pasaba por cada puerta. Alli. Lo encontre. Le hice senas a la enfermera y ella se despidio con su mano antes de girarse para volver a su puesto. Tal vez nunca se habia enfadado conmigo, y todo estaba en mi cabeza. Parecia que me estaba volviendo loca debido a la ansiedad ultimamente. Tire de la puerta y entre. --!Julian! Ahi estas. No respondio. Sabia que estaba en coma, pero cada vez que hablaba con el, sentia que era mas cercana la esperanza de que se despertara y me contestara. Despierta, por favor, despierta pronto. Le limpie el pelo de la frente a un lado. Los moretones estaban bajando, y parecia tranquilo. Dijeron que no tenia ningun dolor, y me aferre a esa tranquilidad. Moriria si supiera que estaba sufriendo. Me acomode en la silla junto a su cama, poniendome comoda para una larga visita. --Asi que, queria que supieras que estoy probando algunos trucos con los tragos en la barra-- dije, tomando su mano. --Es en un club de striptease raro, pero no soy una de las chicas que baila. Lo juro. Su mano estaba caliente, un buen recordatorio de que estaba vivo y que aun podia volver a mi. --No gano dinero como ellas, pero la paga es decente y las propinas tambien. Pero tuve que dejar la universidad. El dinero ha estado un poco escaso en la casa. Pero volvere, ?de acuerdo? Asi que no me grites por abandonar. Es solo temporal. Le frote la mano y mire los monitores y las maquinas que estaban conectadas a el. --Estamos demandando a la persona que te choco--, continue, --pero los tribunales se estan tomando su tiempo. Hacemos todo lo que podemos. Pero estaras bien. Y si ganamos tal vez tengamos una casa mas grande y tu tengas tu propio bano para estropear todo lo que quieras-- Sonrei. ?A quien estaba enganando? No habia forma de que pudiera sentarme aqui y fingir que era la Srta. Risitas. Tenia un corazon, y estaba siendo apunalado repetidamente. Ojala hubiera podido evitar que saliera esa noche. ?Pero como iba a saber que lo iban a chocar? Comence a tararear y luego a cantar una cancion. --Don't worry, be happy... La cancion era tanto para mi como para el. Necesitaba recordarme a mi misma que preocuparse no servia de nada. Pero mientras continuaba cantando, no pude evitar sonreir nuevamente. Era raro tratar de no reirme en una habitacion de hospital, en una de mis horas mas oscuras. Sin embargo, tambien era gracioso que yo estuviera cantando, porque Julian siempre se burlaba de que yo no tenia oido para la musica. Cuando eramos pequenos me gritaba: <>, y yo seguia adelante, solo para seguir molestandolo, que era mi trabajo como su hermana. Era un juego que haciamos a veces, en largos viajes en coche cuando estabamos aburridos, o mientras pescabamos en el arroyo. Me decia que dejara de cantar porque ahuyentaba a los peces, decia que tendria que alejarse de mi porque mi voz era muy mala y le daria dolor de cabeza. O le diria a mama y papa que me echaran del auto por someter a todos a mi horrible voz. Aunque era una broma exagerada y desproporcionada, sabia que tenia razon, que no podia cantar para salvar mi vida. Pero ahora esperaba poder cantar para salvar la suya. Sabia lo ridiculo que sonaba, pero tenia que concentrarme en algo para no volverme loca. De repente, hubo algunos golpes suaves en la puerta. Me relampaguee -otra frase que Julian me decia que hacia mientras cantaba- y me di la vuelta para ver a un hombre de mediana edad con un traje de tres piezas entrando. --Tu debes ser uno de los Foster. Esta relacionada con Julian Foster, ?correcto? ?Como estas?--, pregunto. --Si, soy Mila. Su hermana. Y supongo que estoy bien.-- Mire hacia atras a Julian y a su gran cantidad de maquinas, queriendo preguntarle al tipo como pensaba que yo estaba, pero no dije nada. A veces se necesitaba todo lo que tengo para contener mis comentarios sarcasticos. --Lo siento, acabamos de mudarnos a esta ala--, le dije. --?Quien eres tu?. --Soy de la administracion del hospital--, hablo bruscamente. --Srta. Foster. Me gustaria que me diera mas informacion sobre el seguro de su hermano, si es que sabe. --Ya tienen su informacion-- Me puse un poco nerviosa --Lo se--, dijo, frunciendo el ceno, --pero ese seguro nos ha llamado recientemente, para decirnos que ya no podia cubrir sus necesidades medicas. Salte de mi silla. --!Eso es imposible! !Todavia esta en el seguro de nuestros padres! ?Que hay del hombre que lo choco? Tambien lo trajeron aqui, ?verdad? ?Por que no le preguntas a el?. El hombre reviso su portapapeles. --Lo siento, Srta. Foster. Pero el fallecio esta manana. No podia comprender porque estaba pasando todo esto, mi corazon comenzo a latir fuertemente en mi pecho, queria gritar y llorar, pero en el fondo de mi sabia que este no era el lugar para actuar de esa forma, y tampoco frente a mi hermano. Tenia que salir de aqui. --Permiso-- dije, mientras intentaba dar cabida al mar de emociones que tenia en mi pecho. El otro conductor habia muerto y yo lamentaba eso, por su familia, pero mi hermano estaba donde estaba por su culpa y eso no era todo, ahora resulta que el seguro no cubriria. Pase al lado del hombre y camine tan rapido como pude por el pasillo. ?Por que tuvo que pasar toda esta mala mierda? Este era mi hermano, un hombre bueno con todo el mundo y todo lo que le importaba al hospital era el maldito dinero. Me tope con gente, tropece con la pierna de una persona, pero no importaba el obstaculo que se interpusiera en mi camino para frenarme, tenia que salir de este hospital. No podia sentarme alli con Julian sabiendo que el pensaria que era una cuenta mas que teniamos que pagar. Que frivolo era todo cuando su vida estaba en juego y todo se resumia a la cantidad de dinero que podiamos conseguir. Por primera vez desde el accidente, esperaba que no pudiera oir lo que sucedia a su alrededor. No queria que se enterara de que no habia dinero para ayudarle a mejorar, porque entonces podria darse por vencido. Capitulo 2 Mila Cuando llegue a la parada del autobus, me puse a llorar. Saque mi telefono celular y a traves de mi vision borrosa, presione el boton de marcacion rapida para mi padre. --Hola, carino. ?Como estas?--, pregunto el. --!Papa! El hospital dijo que el seguro ya no cubre lo de Julian. Dijeron que el seguro lo dejo. Y el tipo que lo choco esta muerto. Suspiro, dejando un momento de silencio entre nosotros antes de responder. --Mila, querida, ya lo sabia. Estamos tratando de llegar a un acuerdo, tu madre y yo. Mi agarre alrededor del telefono se intensifico. --?Que? ?Lo sabias y no me lo dijiste?-- Mi voz temblo. --Lo visito todos los malditos dias. ?Soy la unica persona que viene a verlo y no me lo dijiste? --Mila, por favor--, dijo cansado. --Tu sabes... Colgue. Odiaba cuando mi padre tenia ese tono condescendiente, y sabia que no valia la pena pelear con el. Me dolio que no confiara en mi para informarme sobre las cosas importantes que pasaban, pero ya habia aprendido que no podia hacer nada al respecto. El autobus llego y abrio sus puertas. Lo mire en blanco. Todavia no podia superar toda la informacion, habia estado protegida por Julian y ahora estaba sin el, mis padres no me incluian en esto y mi hermano necesitaba dinero, necesitaba tener todas las condiciones para vencer a la muerte. Dios, todo esto era demasiado. Era una mujer adulta, pero siempre al alero de la proteccion de mi hermano. Nunca tuve la necesidad de enfrentar las cosas, de ser fuerte o de tener que solucionar algo tan grande. Me arrastre en el autobus y pase mi tarjeta de transferencia por la maquina. Mi cuerpo se sentia sin vida. Mi familia se habia desmoronado despues del incidente del coche, y estaba empezando a pensar que no iba a volver a se la misma nunca. En lugar de regresar a casa, me detuve en los servicios sociales locales y obtuve un monton de papeles que contenian informacion de lugares que ayudaban con las facturas medicas. Una breve resena, sin embargo, no hizo sino aumentar la tristeza y la perdicion ante mis ya terribles noticias. Medicaid no iba a cubrirlo, no podiamos permitirnos una nueva poliza privada, y las iglesias que estaban en la lista solo ofrecian atencion medica de hasta cien dolares. Tire los papeles y opte por ir caminando al trabajo para despejar mi mente. Todo va a estar bien. Julian podria despertarse y salir de esto. Siempre ha sido un bastardo con suerte. Realmente necesita hacer una de sus acrobacias mas grandes de la vida ahora. Estaba recordando cuando eramos pequenos y Julian me llevo a dar un paseo en la ATV de nuestro primo. Iba demasiado rapido y se estrello contra una valla. Ambos salimos volando del vehiculo, pero Julian permanecio ileso, mientras que yo termine en el hospital con un brazo roto. En ese momento, yo habia estado enojada con el por ponerme en peligro sin experimentar ninguna consecuencia. Siempre pense que nunca aprenderia. Pero ahora, mirando hacia atras, no puedo evitar sonreir un poco por su suerte, y espero que continue ahora en su edad adulta, cuando mas lo necesita. Diez minutos mas tarde habia llegado finalmente a mi trabajo, lo que me dio un poco de consuelo. Al menos tenia algo mas en lo que concentrarme. Tan pronto como entre en el bar, mi jefe me miro, levantando una ceja. --Bueno, hola, Mila. Llegas media hora antes. ?Puedo ayudarte en algo?. --Hola Sr. Eliott. Solo queria venir temprano--, le dije. --No tengo nada mas que hacer. --Hmm, bueno, esta bien. Sabes que no pago horas extras. Senalo con su cigarro, y unas cenizas cayeron al bar. Mi jefe era un tipo duro, por asi decirlo, al que le gustaba declarar con orgullo que se habia registrado en la ciudad con su bar de puros para obtener una licencia especial, para que nadie pudiera decirle que no podia fumar su cigarro en su propio establecimiento. Una tonteria que solo para el parecia importante. Agite la cabeza y busque un trapo para limpiar las cenizas. --Si, lo se. Trabaje en el bar, limpiando botellas y vasos de chupitos. Al Sr. Eliott no parecia importarle, siempre y cuando yo no fichara todavia. Una vez que mi turno comenzo oficialmente, comence a preguntar a los clientes que les gustaria beber. Al final de la tarde me acomode mientras caminaba de un lado a otro, sirviendo cerveza, mezclando cocteles y tratando de conversar un poco con los clientes. Era dificil en un lugar como este, donde el tipo de charla que querian hacer incluia las palabras: <<Muestrame tus tetas>>. Por mas que lo intente, no podia olvidar la situacion de mi hermano. La cara pacifica de Julian en mi mente me destrozo. ?Cuanto tiempo pasara hasta que lo saquen de la maquina? ?Podrian hacer eso? ?Era legal? No podia ver en que se diferenciaria esto de un asesinato si mi hermano moria por falta de dinero. Mientras mi mente se perdia en un monton de interrogantes, una de las bailarinas se sento en la mesa del bar y saco un fajo de billetes. Comenzo a contarlo, y no pude evitar mirarlo como si fuera un faro de luz. Sabia que ganaban dinero. Pero automaticamente lo asocie con la cantidad de dinero suficiente para pagar las cuentas medicas. --Karen--, le pregunte, dandole un trago de tequila, que sabia que era su favorito. --?Es eso lo que puede hacer una bailarina en una semana? Ella empujo sus labios a un lado, pensando, y lanzo su trago por la garganta. --En realidad no. Quizas si eres nueva. Hice esto anoche, estaba demasiado ocupada para contarlo. El Sr. E. saca doscientos por noche y nosotros nos quedamos con el resto. Se me salieron los ojos de las orbitas. --Espera, ?el se lleva doscientos y todavia te queda todo eso?. Ella se rio. --Si. Asi no tenemos que preocuparnos por un porcentaje. Mis ojos se detuvieron en el dinero por un segundo. Sacrificio. Fue lo primero que pense. Habia que hacer un sacrificio. Ahora, lo que pasaba por mi mente era una solucion a todos mis miedos. Yo sabia que tenia que hacer algo y justo ahora esta en mi mesa la respuesta. Al menos esta era la unica solucion rapida que tenia en mis manos. Sin pensarlo mas y convencida por la cantidad de dinero que vi en las manos de Karen. Le di un ultimo trago a cuenta de la casa y fui a la oficina del Sr. Eliott. --Oiga, ?jefe?-- Le pregunte, espiando con mi cabeza en su oficina. --Adelante, Mila. Entre y me sente frente a su pequeno escritorio. --?Que pasa?--, pregunto. --Sabia que algo te pasaba hoy. --Quiero ser bailarina-- solte. Lo dije con prisas, antes de que pudiera cambiar de opinion. --?Quieres bailar para mi?-- Sonrio y se volvio a meter el cigarro en la boca. --Ya era hora de que me lo pidieras. ?Quieres saber cuantos hombres han preguntado si ibas a salir de detras de esa barra y subirte a un poste? --Tal vez prefiera no saberlo… Pero me encantaria empezar cuanto antes. Esta noche si usted quiere. Se levanto e hizo un gesto para que lo siguiera. Me llevo a otra parte del edificio en la que nunca habia estado antes; era el area de las bailarinas. Habia armarios y mucho espacio en el mostrador con espejos en la parte superior, con el maquillaje derramandose sobre todas las superficies. Los diminutos y brillantes pedazos de ropa que llevaban estaban colgados en bastidores, asi como colgados en las sillas. Los que ya habian usado en el escenario habian sido claramente arrojados a favor de un nuevo atuendo, y llenaron el piso, junto a toneladas de tacones altos. Quiero enfatizar, tacones muy altos. --Vistete con la menor ropa posible, puedes usar cualquier cosa aqui. Ya que eres nueva, me quedare con el 15% hasta que des un paso adelante y mejores. Me agarre a mi camisa. --Gracias, Sr. Eliott. Realmente aprecio esto. Asintio con la cabeza. --Dime, siempre has sido la dulce chica de modales suaves aqui, la chica a un costado y todo eso, ?que te hace querer hacer esto? --Bueno, el seguro medico para mantener a mi hermano en el respirador dejo de cubrirlo, asi que…. --Ya veo-- Agito la cabeza, su cigarro se tambaleo de un lado a otro. -- Malditos hijos de puta codiciosos. Les gusta recaudar dinero, pero no quieren pagarlo. Mi abuelo fallecio asi--, me dio una palmadita en el hombro. -- Estaras bien. Sal y baila un poco. Eso te ayudara a alegrar tu estado de animo y a llenar tu cuenta bancaria. Y la suya tambien. --Gracias, Sr. Eliott. Se fue a su oficina y yo me quede quieta en medio de la habitacion como un poste fuera de lugar. --Esto es muy poco--, murmure para mi misma, recogiendo una tanga. Pero no era diferente a un traje de bano, ?verdad? Bien, sigue diciendote eso…. --Hola, ?que haces aqui atras?-- pregunto Karen, apareciendo detras de mi. --Ahora soy bailarina--, dije, encogiendome un poco de hombros. --?En serio? ?El Sr. E. te dejo entrar, asi como asi? Vaya, que rapido. Me hizo una audicion para el y me dijo que engordara un poco. Dijo que a los chicos de aqui les gustan las mujeres con carne en los huesos y que yo era demasiado flaca. Que maldito, ?verdad?-- --Si, eso es grosero--. Respondi con autentica empatia. Me senti mal por ella. Pero por una vez, ese peso extra que nunca pude bajar parecia haber funcionado a mi favor y no en mi contra. Karen se sento en su estacion de maquillaje. --No importa. Nunca subi de peso porque mi metabolismo es bueno sin importar cuantas hamburguesas coma.

  • Vilox II de Sophie Saint Rose

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    Semir se reia mientras veia a Jessica sentada en el sofa del enorme salon intentando controlar a los bebes, que con sus poderes movian los panales de un lado a otro en el aire para que su madre no pudiera agarrarlos. Incluso se levanto colocando la mano sobre el pequeno Olox de apenas tres meses para que no se moviera, pero los panales elevaron la altura haciendola grunir. Su jefe sentado a la cabecera de la mesa se levanto mostrando toda su estura intentando disimular la risa al ver la exasperacion de su esposa. Alon se acerco a ella y cogio uno de los panales en el aire agarrando de la cintura a su esposa y la beso en la sien acariciando sus rizos rubios-- Portaos bien, ninos. O mama no os contara un cuento antes dormir. Los panales cayeron sobre el sofa de inmediato y Semir miro a su mejor amigo levantando una ceja -- Deben ser unos cuentos estupendos. Taix observaba la escena con una sonrisa en los labios, pero Semir vio en sus ojos dorados algo que el mismo ultimamente sentia a menudo. Anhelo. Desde que se habia levantado la prohibicion de tener parejas humanas, los vilox que no la tenian, la buscaban casi con desesperacion, pero el resultado habia sido el mismo. La unica pareja de momento seguia siendo Alon y Jessica. Los vilox habian llegado a la tierra en el ano ochocientos treinta y dos. Se habian mantenido unidos como los unicos supervivientes de su mundo y sin inmiscuirse en la historia de los humanos habian pasado desapercibidos. Se les habia prohibido tener hijos con los humanos y durante los ultimos anos la tasa de natalidad entre los suyos habia descendido de manera alarmante. El Sahr, el consejo de ancianos, habia encargado a Alon ser el primero en unirse a una humana para tener descendencia y el resultado habia impresionado a todos, pues habia resultado que esa humana era su pareja realmente. Los vilox tenia una pareja desde su nacimiento y cuando se encontraban, los ojos de la hembra cambiaban a un color verde muy especial demostrando a todos que estaba emparejada. Que a una humana le hubiera pasado eso habia sido una sorpresa para todos. Jessica se echo a reir distrayendo sus pensamientos y cuando Semir miro a su jefe vio que tenia uno de los panales usados sobre su pelo moreno. -- !Joder! -- exclamo su jefe exasperado-- !Estais castigados! Jessica levanto una ceja cuando una toallita para limpiar el culito paso ante la cara de su marido mientras se quitaba el panal de la cabeza-- ?Que decias sobre controlar a los ninos? Algo asi como ... solo tenemos que decirles lo que esta bien y lo que esta mal, carino. Son muy listos. Alon cogio la toallita furioso, mientras Semir que ya no podia mas se echaba a reir a carcajadas. Taix por supuesto tampoco se corto y ambos recibieron una mirada fulminante de su jefe-- ?No teneis nada que hacer? Rohr llego en ese momento y cuando le vieron cerrar la puerta principal de un portazo todos le miraron mientras Alon iba hacia el fregadero-- ?Que pasa, Rohr? -- !No se por que cono tengo que encargarme yo de los puneteros registros de los vilox! Estoy hasta las pelotas de esos idiotas, que no hacen mas que preguntarme por Jessica como si fuera una estrella de cine. Jessica sonrio radiante-- ?De verdad? Rohr gruno yendo hacia la nevera y la abrio sacando de su interior una cerveza. Quitando la chapa de la boquilla miro a Taix y Semir-- Jefe... --Joder el trabajo que tengo. -- dijo Taix levantandose de inmediato. Semir se levanto tambien a toda prisa-- Si, voy a hacer una ronda por la casa. No hay que descuidar la seguridad. --!De eso nada! -- dijo Rohr fulminandolos con la mirada. -- Yo estoy ocupado con los entrenamientos de los xedarx y Rem tiene mucho trabajo con el nuevo sistema informatico para la nueva organizacion vilox. !Vosotros no teneis nada que hacer! --!Estamos protegiendo a Jessica! -- protesto Semir molesto. -- !Mientras Alon esta con ella, no os necesita! Todos miraron al jefe mientras Jessica levantaba a Olox para meterlo en la sillita balancin. Alon apreto los labios secandose la cabeza con un pano de cocina limpio-- Rohr tiene razon. -- !No fastidies! --Os repartireis el trabajo y hareis las visitas. Rohr no puede descuidar el entrenamiento de los otros xedarx. Aunque el peligro parece que ha pasado, no quiero que nadie se descuide. Todos miraron a Jessica que estaba cambiando a Trix. Hasta hacia muy pocos dias habia tenido su vida amenazada por un grupo de vilox que estaban en contra de la union de las especies. Semir se enderezo-- ?Quien se encargara de las llamadas? --Si algun vilox se mete en un lio, se encargara Rohr, pero debeis estar disponibles. Las visitas las hareis en vuestro tiempo libre. --Esto es estupendo. -- dijo Taix yendo hacia la puerta. Semir levanto una ceja y se volvio hacia Rohr estirando la mano-- ?La lista? Rohr sonrio metiendo la mano en el bolsillo trasero del pantalon. Le entrego unas hojas dobladas -- Zona de Brooklyn. --Estupendo... mi restaurante favorito esta alli. -- ?Nos vamos de una vez? -- pregunto Taix enfadado. Algo raro en el porque solia tener muy bien humor. Eso indicaba que todos estaban un poco alterados desde que Jessica habia aparecido en sus vidas. --Taix, las lentillas. -- dijo Jessica con su hija en brazos acariciando su pelito rubio. Taix apreto los labios antes de recorrer el hall para subir al ascensor, pues tenia su apartamento en la segunda planta. Alon entrecerro los ojos viendole pulsar el boton con mala leche. -- ?Esta bien? -- pregunto Jessica confundida. --Claro que si. -- respondio Semir mirando de reojo a Rohr y diciendole telepaticamente "Joder tio, podias haberlo dicho de otra manera" Su amigo le miro a los ojos levantando una ceja-- "Esto es la leche, estais aqui tocandoos los huevos y debo ser sensible" -- "!No nos estabamos escaqueando!" "Esta manana hemos hecho tres avisos" Rohr apreto los labios-- "Muy bien. Me disculpare con el cuando se le pase el cabreo." Taix salio del ascensor ahora con las lentillas de color castano con el arma en la mano. Vio como se la metia en la pistolera de detras de la espalda y se acerco a su amigo sonriendo-- Va a ser la leche, lo vamos a pasar de miedo contando como Jessica no puede dominar a los bebes. Jessica jadeo ofendida-- !Ni se os ocurra! !Mis ninos son muy buenos! -- en ese momento Tris le vomito en el hombro haciendolos reir a todos. Cuando se subieron al Hummer, Semir se puso tras el volante mirando de reojo a su amigo-- Rohr no queria ofenderte, sabes que no soporta relacionarse demasiado. Taix chasqueo la lengua-- !Joder! !No se que me pasa! --Lo mismo que a todos. Tanto amor en el aire nos esta poniendo nerviosos. --Me cae bien Jessica, de verdad. Es una tia estupenda y me alegro que Alon la haya encontrado, pero tengo algo dentro que me pone de una mala hostia... --Quizas deberiamos hablar con Alon sobre el programa informatico que el consejo de ancianos utilizo para encontrar a Jessica. -- cambio de marcha adelantando a un coche-- Puede que alli encontremos pareja. Taix nego con la cabeza-- Eso no va a funcionar. Lo de Jessica fue casi un milagro. --Por intentarlo no perdemos nada. --Pues intentalo tu. Yo paso. Semir apreto el volante entre sus manos-- Me estas cabreando. ?Por que no hablas con ella de una puta vez y terminas con esto? Taix le miro sorprendido-- ?De que hablas? --!Hablo de Melina! !De la hermana de Alon! ?Por que no hablas con ella de una vez? --!No es mi pareja! --!Ninguno de los dos teneis pareja y os gustais! ?Y que si sus ojos no cambiaron de color cuando la conociste? Podeis intentar estar juntos y si no funciona... --?Estas loco? ?Y Alon? --!Alon lo entendera! Antes de ver a su hermana sola el resto de su vida, preferiria que estuviera contigo. --?Y si encuentra a su pareja entre los humanos como le paso a su hermano? ?Que pasa conmigo? !Porque te aseguro que le quitaria del medio antes de que se diera cuenta! Semir le miro de reojo-- ?No te parece raro ese instinto de posesion por alguien que no es tu pareja? --?Que quieres decir? La conozco desde su presentacion y he tenido mucho roce con ella, eso es todo. --No, eso no es todo. Yo tambien la conozco desde hace anos y no siento nada por ella. Y eso que esta buenisima. Taix le miro como si quisiera matarlo-- Cierra el pico. --?Ves? Si dijera que otra esta buena, ni te inmutarias. Voy a darle un morreo a ver si reaccionas de una vez. --Tocale un pelo y te parto los brazos.

  • Si te enamoras, pierdes de Marta Marin

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    Me incline hacia el edredon que habia quedado a los pies de mi cama, me tape hasta el cuello y me quede ahi sentada. Pronto empece a llorar. "Tengo que librarme de el, pero, ?como?" "Le quiero". "Deberia contarselo a alguien". "?Como puedo ser tan estupida?" "Esto va a acabar conmigo". Llore desconsolada. No se cuanto tiempo pudo pasar pero fue suficiente para dejarme exhausta.

  • Celia y el comisario de Elena Bargues

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  • La cabana junto al lago (Stillhouse Lake 1) de Rachel Caine

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    Creyo estar a salvo, pero el mal volvio a llamar a su puerta.

  • Poder y fortuna de Michelle Smart

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    Tentada por su protector multimillonario…

  • Aqui y Ahora de Paul Auster & J. M. Coetzee

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    Aunque llevaban anos leyendose mutuamente y estaban en contacto desde 2005, Paul Auster y J.M. Coetzee no se conocieron en persona hasta febrero de 2008, cuando Auster y su esposa, la novelista y ensayista Siri Hustvedt, asistieron al Adelaide Literary Festival, en Australia. Poco despues Auster recibio una carta de Coetzee proponiendole embarcarse en un proyecto comun en el que <>. Aqui y ahora es el resultado de esa propuesta: un dialogo epistolar entre dos grandes escritores que se convirtieron en grandes amigos. El deporte, la paternidad, la crisis economica, el arte, el incesto, las malas criticas, la infancia, el matrimonio, el amor... son solo algunos de los temas que tratan en los tres anos que cubren estas cartas. Llena de citas, anecdotas personales y referencias cinematograficas, esta correspondencia ofrece un retrato intimo de dos de los escritores contemporaneos mas interesantes. <> A lo cual Coetzee replico: <>

  • La hija de la nieve de Nuria Esponella

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    Enrique, un ingeniero auxiliar del tren cremallera de Nuria, y Juana, una camarera que acabara siendo profesora de esqui, se conocen a casi 2000 metros de altura, cuando los <>, de la FMGP
    (Ferrocarriles de Montana a Grandes Pendientes), estan construyendo la obra de ingenieria a mas metros de altitud de toda la peninsula iberica. Todo va bien aunque, en un momento determinado, la guerra rompa la relativa placidez de sus vidas.
    Mas tarde, en los anos cuarenta, Juana tendra que hacer una travesia por las cumbres de los Pirineos, arriesgando su vida para poner a salvo las de mujeres y ninos huidos de la guerra europea, con consecuencias que cambiaran su vida para siempre.

  • Mia por esta noche de J. S. Scott

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    Simon Hudson permanecia de pie en silencio en la penumbra del opulento vestibulo, las manos en los bolsillos de sus pantalones y un hombro apoyado contra el marco de una gran ventana que miraba a la calle. Todo su cuerpo estaba en tension; sus oscuros ojos castano examinaban la acera con la intensidad y atencion absolutas de un loco. <>. Sabia que Kara trabajaba aquella noche. Las dos noches anteriores habia llamado para decir que estaba enferma, pero habia vuelto a trabajar en Helen's Place, sirviendo mesas en el turno de tarde. Lo habia comprobado. Su madre era la duena del pequeno restaurante donde trabajaba Kara y por lo general era bastante comunicativa cuando Simon queria informacion, pero el era cuidadoso. De lo contrario, su unica progenitora lo acosaria para averiguar por que queria informacion sobre Kara. Su madre, maravillosa pero curiosa, seria como un sabueso tras un rastro si pensara que el interes de Simon era cualquier cosa menos informal. Su madre lo incordiaria hasta el aburrimiento porque querria saber exactamente que intenciones tenia con Kara. Simon fruncio el ceno. Como si tuviera intenciones de ninguna clase. Tenia fantasias y todas ellas incluian a Kara abierta de piernas en su cama, gritando su nombre mientras el hacia que se corriera una y otra vez. Inspiro profundamente y espiro despacio, intentando hacer que su cuerpo se relajara y diciendose que tenia que estar loco para situarse en el mismo lugar, noche tras noche, por una mujer que no le habian presentado oficialmente. Pero ahi estaba... otra vez, dandole la espalda al portero curioso, mirando por la ventana como un acosador desequilibrado, esperando para ver un momento a Kara Foster. Algo en aquella mujer sacaba a relucir unos instintos extranos, territoriales y protectores que hacian que permaneciera ahi, vigilando, esperando a que pasara por su bloque de apartamentos de camino a su casa despues del trabajo. Y entonces, cuando la vio, hizo lo mismo de siempre: la siguio a cierta distancia, intentando no alarmarla, y espero a que entrara en su apartamento a salvo antes de dar media vuelta y volver a casa andando. No hablaba con ella ni se acercaba a ella siquiera. Nunca lo hacia. No es que no quisiera hacerlo, pero Kara iba a la Escuela de Enfermeria y trabajaba a jornada completa en el restaurante de su madre. Segun ella, Kara se negaba vehementemente a tener citas porque no tenia ni tiempo ni energia para invertir en una relacion. Probablemente tenia razon con respecto a eso. Estaba loca; no dormia bastante ni comia lo suficiente. No tenia a nadie que se preocupara por ella excepto a la madre de Simon... y a el mismo. <>. El problema es que el no era un familiar y sus sentimientos distaban mucho de ser fraternales. <>. Simon tuvo que contener un grunido de frustracion al pensar en la primera vez que vio a Kara, los ojos azules chispeantes de humor, rizos negros de pelo sedoso saliendo de su perenne cola de caballo y su cuerpo ligero moviendose con gracia de una mesa a otra en el restaurante de su madre. A la edad de veintiocho anos, aun conservaba ese aspecto de inocencia y vulnerabilidad que tenia a Simon atrapado en su red inintencionada. Estaba prisionero en ella desde entonces. Su madre hablaba de Kara como si fuera su hija, y Simon sabia que a Kara y su madre las unia un vinculo especial: uno que no se debia a la sangre, sino a una amistad especial. <>. Torciendo los labios ligeramente, Simon esperaba que su madre nunca pretendiese que fuera como un hermano para ella. Eso no iba a ocurrir. Se le ponia dura como una piedra cada vez que la veia. ?Que demonios tenia esa mujer en particular que lo ponia tan tenso y nervioso? Simon se habia follado a mujeres que eran mas atractivas y sofisticadas; ni una sola le habia causado la mas minima emocion. Era un solitario; preferia pasar su tiempo con el ordenador en lugar de asistir a eventos sociales, pero a veces necesitaba la compania de una mujer para aliviar sus necesidades fisicas. De cuando en cuando, tomarselo por su propia mano no era suficiente. Simon tenia ciertas conocidas para esas ocasiones, mujeres que le daban el control que necesitaba y que tenia que tener en la habitacion, sin demasiadas exigencias ni preguntas. <>. Hizo una mueca sin dejar de mirar a la calle, se metio las manos hasta el fondo de los bolsillos y ajusto su postura para dar descanso a sus hombros apoyando la cadera contra la pared. <>. Casi gruno ante la idea de otro hombre le pusiera las manos encima al delicioso cuerpo de Kara. Simon lucho contra un instinto meramente salvaje que desperto en el ante la idea de otro hombre tocando a su mujer. <>. Por una vez en su vida, Simon deseo parecerse mas a su hermano mayor, Sam, la otra mitad de Hudson Corporation. Sam no tendria problema en pedirle algo a Kara. Encantar, conquistar y abandonar siempre habia sido el estilo de su hermano y Sam ni siquiera se habria planteado la posibilidad de que lo rechazaran. Probablemente porque nunca fallaba. Su unico hermano cambiaba de mujer como alguien con catarro cambia de panuelo. Sam habria derribado las defensas de Kara, la habria encantado para que se bajase las bragas y despues la habria dejado tirada para pasar a su siguiente conquista. <>. Simon sacudio la cabeza, sorprendido ante su comportamiento. Si, le gustaba el control; de hecho, lo necesitaba, pero nunca habia deseado a ninguna mujer en particular. Ahora, apenas podia pensar en otra cosa que la bonita camarera que habia captado su atencion hacia un ano. <>. Simon fruncio el ceno ante aquel pensamiento. <>. Su hermano Sam era el rostro de la compania, el comercial. Simon era un genio de los ordenadores, y estaba encantado de permanecer de fondo. ?Que sabia el sobre seducir a una mujer? Nunca habia necesitado persuadir a ninguna mujer para llevarla a la cama. Las mujeres que se follaba solo estaban con el por interes. Se le conocia por ser un amante generoso. No era tan estupido como para creer que sentian algo por el. Eso lo entendia y podia aceptarlo. <>. ?Bastaria con eso? ?Podria librarse realmente de su fijacion por aquella mujer si encontrara la manera de acostarse con ella? <>. Su preocupacion irracional por Kara habia empeorado cada vez mas a lo largo del ultimo ano, haciendo que no desease a ninguna mujer excepto a ella. No habia tocado a nadie excepto a si mismo en mas de un ano, y la verdad es que necesitaba quitarse esa comezon. Y sin embargo... no podia. Si intentaba entrar en accion, hacer algo para llamar a otra mujer, veia la cara bonita de Kara y colgaba el telefono. <>. Simon observo una figura que se acercaba, a punto de descartar mentalmente a la mujer de cabello oscuro vestida con una minifalda negra de cuero y un sueter rojo vivo. Nunca habia visto a Kara vestida con nada excepto pantalones y una camiseta con el logotipo del restaurante, el uniforme casual estandar del restaurante de su madre. Volvio a mirarla sorprendido mientras se aproximaba y se quedo boquiabierto cuando le vio el rostro.

  • Manual para vivir en la era de la incertidumbre de Antonio Garrigues Walker

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    Que vivimos tiempos de incertidumbre parece requerir pocas explicaciones. Las viejas certezas de prosperidad y progreso se han desdibujado con la misma facilidad con la que los gobiernos nacionales y los organismos multilaterales han perdido eficacia en la gobernanza de la globalizacion. Los efectos de la crisis economica, la revolucion digital y la aceleracion exponencial del tiempo y los cambios agudizan esta sensacion de desamparo.

  • La candidata perfecta Andrea Munoz Majarrez de Andrea Munoz Majarrez

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    Una apasionante y romantica historia ambientada en la epoca victoriana que apasionara a los lectores de mano de Andrea Munoz Majarrez.

  • Al final de la manana de Michael Frayn

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    John Dyson trabaja en un periodico londinense que parece estar sumido en el letargo y en el que los periodistas se aburren soberanamente, alternando largas visitas al pub con siestas que duran toda la tarde. Editor de medio pelo (su seccion se alimenta de noticias sobre el campo, reflexiones religiosas y crucigramas), casado con un ama de casa resignada, padre de dos hijos raros y vecino de un suburbio decadente, suena con alcanzar la fama y la vida burguesa. Tiene la impresion de que su carrera esta paralizada y se pasa el dia compartiendo sus penas con Bob, su subordinado, un joven que no sabe muy bien como enfrentarse a sus propios problemas. Hasta que un buen dia se le presenta su gran oportunidad: asistir a un programa de la BBC para participar en un debate sobre el conflicto racial.

  • Mama no me deja contarlo de Cathy Glass

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    Cuando Reece, un nino de siete anos, llega a casa de Cathy en regimen de acogida, ya ha pasado por otras cuatro familias. Ha sido expulsado de varios colegios por su comportamiento agresivo y alborotador.

  • El submayordomo Minor de Patrick Dewitt

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    Lucy Minor, un joven que esta dejando atras la adolescencia y adentrandose en el mundo adulto, se marcha del pueblo entre montanas del que no ha salido jamas. Lo hace despues de sufrir un desengano amoroso y constatar que en ese lugar en el que abundan los rudos gigantones sera siempre un marginado. Lleva en el bolsillo una carta con una oferta de trabajo: un puesto de ayudante de mayordomo en el castillo Von Aux.

  • Lealtad al clan (Lealtad 1) de Sonia Lopez Souto

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    Ano 1450. Un ano despues del regreso de Jacobo II a Escocia para tomar el control de su corona, terminar con las guerras entre clanes es su mayor prioridad ahora, antes de que el rey ingles intente usarlo en su favor. Los juegos de las Highlands son una costumbre arraigada en el pais y los usara para reunir a todos los clanes y pedir que le juren lealtad. Pero las rivalidades tambien tienen una larga historia detras y solo un movimiento estrategico por parte del rey podra ponerles fin. Por suerte para el, dos jovenes de clanes rivales podrian darle la clave para cambiar la lealtad al clan.

  • Bailando espero al hombre que yo quiero de Shirin Klaus

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    Manu es el culpable de que mi novio me haya dejado. Lo se. Ese juerguista mujeriego ha conseguido que Javi quiera mas mujeres en su vida. Maldito Manu, que disfruta no siendo mas que un trozo de carne y haciendo que la temperatura de la sala suba en cuanto empieza con sus clases de Zumba. Pero si eso es lo que a el le gusta, ser deseado y disfrutar del sexo, no tiene nada de malo que yo me aproveche. !El papel de clavo que saca otro clavo le va que ni pintado! Que quede claro que yo jamas saldria con el, que no lo quiero de novio ni borracha, pero. a nadie le hace dano un baile. Ya sea en la pista o en la cama.

  • Chico Malo de Jorge Borges

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    Soy un tipo peligroso.
    De los que no quieres cerca.
    De los que te enganaran.

  • Biografia de un cuerpo de Monica Rodriguez

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    El cuerpo manda. Obliga, es un tirano. Lo miro en el espejo a traves del vaho. Largo, recien amoldado a esta corpulencia que me desconcierta. Las costillas marcadas, los musculos del vientre esbozados por lineas oscuras, el ombligo. Aun las gotas de agua lo cubren. Pequenas constelaciones detenidas en la pelusa. El grifo gotea; su sonido metalico es un martilleo ritmico que no quiero escuchar, pero que escucho. Los azulejos del bano estan empanados. Bajo la neblina del vapor, contra el espejo, destellan los muslos dorados, casi blancos, el sexo entre las piernas, encogido sobre la mata oscura. Las rodillas formando un pequeno arco. Agacho la cabeza y me detengo en esa vision desde arriba. Estas no son mis piernas. Ni ese pene languido, acobardado como si no fuera un tirano, me pertenece. El vello de mis piernas sombrea la piel humeda, las gotas prendidas en los pelos, aplastados bajo el peso del agua. Son extranos vistos desde esta perspectiva. ?De quien seran esas piernas? ?Y esos pies grandes, de hombre? Levanto los dedos y se marcan los tendones como si alguien tirara de una cuerda. La piel se vuelve mansa, lisa, casi deslumbrante por los talones, los costados. Miro tanto esos pies que ya no parecen pies. Me fijo en sus dedos grandes, que debo domar y doblar, estirar. Me pongo de puntillas, desciendo. Hay un pequeno charco en las baldosas, bajo mis plantas. Y la gota del grifo. Clin, clin, clin. Vuelvo a levantar la cabeza. El espejo se ha empanado lo suficiente para que solo vea un borron de ese cuerpo. Esa pincelada impresionista soy yo. Froto el espejo con la palma de la mano. Mi rostro aparece en el agujero del vaho y se que es mio. Lo distingo porque lo he visto muchas veces en este mismo espejo, su imagen especular, ahora distinta, mas angulosa, menos dulce, con un ligero vello sobre el labio superior. Pero, aunque haya cambiado, hay algo que es solo mio, que soy yo, un punado de gestos, esa mirada hosca, timida, confusa, enmarcada ahora por las pestanas mojadas. No se que es, no se que soy yo, pero estoy ahi, en ese rostro, que hasta hace poco era suave y blanco como la piel de una cebolla. Sonrio. Los brillos metalicos de los hierros esconden mis dientes. Muevo la boca y siento el rozamiento de los brackets, paso la lengua por ellos. Todavia tengo que acostumbrarme a su presion. El agujero del espejo comienza a empanarse de nuevo. Voy desapareciendo y eso me provoca un pequeno vertigo. Entonces empiezo a tiritar. Tengo frio. Mi cuerpo tiene frio. Manda, me obliga a envolverme en la toalla. Me siento en la taza del vater. Sigo tiritando, pero no voy a vestirme, no voy a obedecerle. Miro el desodorante sobre el lavabo. El cuerpo grita cuando suda. Pero ahora tiene frio y no voy a moverme, no. Golpes en la puerta. Me sobresalto. !Haz el favor de salir del cuarto de bano! La voz de mi madre. Estoy harto de someterme siempre. El cuerpo, los adultos. Resistire aqui sentado, tiritando. Clin, clin, clin. Tengo la piel helada, como si una plancha metalica me envolviera. Los musculos tensos de tanto soportar el frio. Las plantas de mis pies mojadas son un trozo de algo que ya no siento, pero son mis pies. Mis pies. Mi torso. Los labios tiritando. El frio. Ya no lo soporto. El cuerpo gana y me envuelvo en la toalla. Salgo del cuarto de bano. Tambien mi madre, que espera fuera impaciente, gana. 2 Soy un dios alojado en el cuerpo de un toro. 3 Estira mas. No puedo. Claro que puedes. Estira. Lo hago. Te tiembla la pierna, no pongas tanta tension. Lo intento. No hay que intentarlo, hay que hacerlo. !Estira! Noto como el sudor nace en mis sienes, en mis axilas. Mis mejillas empiezan a arder del esfuerzo. No puedo controlar la tension, la pierna me tiembla ligeramente. Si me relajo deja de hacerlo, pero entonces no la estiro lo suficiente. Me concentro en el pie, en toda la fuerza del pie, y tiro de el hacia arriba. El muslo ya no aguanta mas. La pierna cae desobediente. ?Quien te ha dicho que la bajes? La profesora se ha vuelto hacia mi. Grita, golpea el suelo con uno de sus zapatos elasticos y negros. De inmediato, trato de subirla de nuevo. Noto el hormigueo de la tension. Ella se acerca, me sostiene la pierna por el tendon de Aquiles, con firmeza. La misma que desprenden sus ojos inflexibles. La levanta. Cuidado con la cadera. Controla el peso. Lo hago. Siento las fibras del musculo interno tirando. Rita, la profesora, suelta la pierna, que se baja ligeramente. Trato de sostenerla, sudo. Me inclino hacia la barra. Mi mano se aferra a ella con demasiada fuerza. Puedes hacerlo mejor, dice. Rita cambia de ejercicio, se pasea por la clase. Coloca un hombro, sube una barbilla. Pasa el dedo por la columna vertebral de una espalda que de inmediato se estira. Del cansancio veo la clase borrada por una leve neblina, las luces en el espejo. La profesora detenida frente a Alex asintiendo, el borron del piano negro, abierto como un feretro, en una esquina de la sala. Muy bien, Alex. Dos palmadas. Centro. Nos colocamos todos frente al espejo. Hay un ligero murmullo, mientras vamos buscando nuestras posiciones. Mi maillot esta sudado. Siento la humedad en la espalda. Clara me mira y sonrie, y algo se encoge dentro de mi. Ella se coloca en segunda fila. Yo trato de ponerme en la primera, no en el centro, en un lateral. Rita esta seleccionando la musica con el pianista. Alex esta en el centro y resopla mirandome complice. Nos colocamos. Veo las figuras en el espejo, todos con las espaldas muy rectas, la cabeza alta, los monos tirantes, los maillots sudados. Respiramos. Me detengo en mi imagen. Ese es mi cuerpo. Lo noto, pulsa dentro de mi, aulla cansado. Dolorido. Por un instante lo vuelvo a ver como un extrano. Un extrano que me lleva la contraria, me reta. Cierro los ojos y vuelve a ser mio. Necesito este dolor para domarlo. Para bailar. Me gusta este dolor. Adagio, dice Rita. Cuando quieras, maestro. Yo abro los ojos. El piano empieza a sonar, las notas caen como nudos de luz por el aula. Levanto un brazo... 4 ?Estas bien? Claro, por que lo dices. No se, te he visto raro en la clase. Cansado. No estoy cansado. ?Vienes a comer? Ahora voy. Te cojo sitio. Veo a Clara alejarse hacia los vestuarios, con la mochila al hombro. El corazon me golpea como cuando termino de hacer los saltos. Sin que yo pueda controlarlo. Tan rapido, tan violento. Golpes de animal vivo. Pero este fluir me gusta. Me hace sonreir y me asusta a un tiempo. Es Clara la que lo desencadena. Ella me dice que me reservara un sitio a su lado en el comedor y abre la compuerta. El torrente del pulso precipitandose. Clara manda sobre mi cuerpo. Entro en el vestuario de chicos. Alex sale de la ducha, desnudo, dejando un reguero a su paso. Se seca con la toalla el pelo humedo. Por un momento admiro su cuerpo. Es perfecto para la danza, tiene flexibilidad, empeines, potencia. Alex, muy bien. Alex, perfecto. Alex, si sigues asi, seras un gran bailarin. Alex, repitelo, que te vean todos. Alex. Alex. Alex. Agita la cabeza y su pelo en hebras castanas y rubias, del color del tabaco, desprende diminutas gotas, como una aureola. Entonces posa sus ojos, tambien rubios, en mi y vuelvo la vista hacia los banos, avergonzado, en un movimiento brusco. Simon y Manuel ya estan vestidos, el pelo empapado y negro, repeinado hacia atras. Me miran a traves del espejo cuadrado, incrustado en la pared. Desparejos: Simon, muy alto; Manuel, bajo. No te va a dar tiempo a comer si no espabilas, tio. Encojo los hombros. Mi corazon ya se ha calmado. Pienso: Clara, y esta calmado. Pero las comisuras de mi boca se dilatan en una sonrisa que provoca su nombre. La contengo mientras miro como Simon se echa colonia. Pero que haces, marica, eso huele que apesta. Manu le quita el bote, se pelean de mentira. Se insultan, se dan algun golpe en el biceps y salen del vestuario arrastrando las mochilas, a voces, riendo, las tarteras colgadas del hombro. ?Te espero? Alex me mira mientras se pone la cazadora. Inclina la cabeza ligeramente. Tiene el rostro redondo, aun imberbe, y su belleza es deslumbrante, amarilla, de nina. No, digo. Me cogen sitio.

  • La escuela catolica de Edoardo Albinati

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    ?QUE SIGNIFICA SER UN HOMBRE?

  • Amor complice de Cova Galena

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    Erase una vez, una chica que creia en el amor verdadero, en los cuentos de hadas y en los finales felices con confeti de colores y fuegos artificiales. Sabia que su principe azul no llegaria a lomos de un corcel blanco para salvarla de la bruja malvada, ni la despertaria de un sueno eterno con el mas apasionado de los besos; pero estaba segura de que el dia que encontrase al hombre de su vida, lo sabria con una sola mirada, con un solo beso, con un solo gesto. Pobrecita nuestra princesa, pues estaba equivocada y, despues de pasarse anos besando al mismo principe, descubrio que era una rana. Bueno... una rana, lo que se dice un anfibio de ojos saltones, piel humeda y lengua extralarga, puede que sea un poco exagerado. Bastante, diria yo. Pero su radiante sonrisa ya no era capaz de derretirme como si estuviese bajo el insoportable sol del verano y el calor de su mirada, ya no me cobijaba ni protegia del frio helador de un invierno polar. Mi principe ya no endulzaba con chocolate mis desayunos, sino que se me indigestaba como una galleta de Beckelar que se habia quedado abandonada durante anos en un armario de la cocina. Aquella manana, podia haber sido una manana cualquiera en un pequeno palacio en el que una enamorada pareja de la realeza daba rienda suelta a los latidos de su corazon. Pero yo era una princesa mas triste que bella, Marcos ya no era mi amor y la pasion se habia esfumado por una grieta recondita de nuestra relacion. Me sente a los pies de la cama mientras me abotonaba los botones de mi camisa blanca. Una blusa elegante y ridiculamente cara que Marcos, mi apuesto principe, me habia regalado por mi ultimo cumpleanos. !Con lo que me gustaban a mi las tiendas low cost! Pero no era un dia cualquiera. Me sentia como una de esas mujeres cincuentonas que se sientan frente a sus maridos y se quedan en silencio porque no tienen absolutamente nada que decirles, ni siquiera, un reproche. Podia verme convertida en una anciana amargada con cara de uva pasa, porque el desamor le habia quitado las ganas de vivir. No podia seguir asi, aunque... a decir verdad, vivir con un pudiente principe me permitia vestir blusas de marca. Porque... !que delicadeza de tejido, menuda caida tenia la dichosa blusa y con que gracia realzaba mi pecho! Pero no... el mundo con una Angela Channing ya habia tenido suficiente. "Soy una princesa y me merezco pasar toda la vida comiendo perdices junto al hombre de mis suenos” me dije con lagrimas en los ojos. Tic, tac, tic, tac... algo sonaba en el interior de mi mente, pero no podia distinguir si era mi reloj biologico o la dinamita que estaba a punto de hacer saltar mi corazon por los aires. Marcos, el principe mas deseado del baile, habia acabado la carrera un ano antes que yo. El, ademas de guapo y encantador, era un alumno aventajado y aunque yo no era mala estudiante, no habia tenido demasiada prisa por darme de bruces con el mundo laboral. La idea de engrosar las colas del paro no me resultaba demasiado atractiva y queria retrasar el momento de tener que pasar mis mananas con un termo y un libro frente a la oficina de empleo. Una conocida empresa del sector energetico habia arrancado a Marcos de las cuatro paredes de la facultad, y en solo dos anos, el flamante principe ya formaba parte del consejo de administracion. A punto estuvieron de celebrar su fichaje con una fiesta con decenas de cornetas entonando melodias alegres y banderas de llamativos colores ondeando a los cuatro vientos. Siempre habia tenido claro que Marcos triunfaria en el mundo empresarial y lo habia conseguido, incluso, en menos tiempo del que me habia imaginado. Estaba muy orgullosa de el. Se lo merecia, era lo que se dice un crack. Marcos no era un principe tontorron que lo unico que sabia hacer era montar a caballo y desenvainar su espada (aunque esto ultimo lo hacia muy bien, ejem, ejem), sino que era un hombre brillante con un futuro prometedor y un tupe rubio ceniza cual caballero legendario. En cuanto firmo su primer contrato laboral, Marcos me propuso irnos a vivir juntos a un piso mas grande y yo acepte encantada, cargada de ilusion y esperanza, porque tenia ganas de comenzar una nueva etapa de nuestra vida y nuestra relacion a su lado. Era cuestion de tiempo: las perdices llegarian y alimentarian todos y cada uno de nuestros dias. --He encontrado el palacio ideal para mi princesa y nada me haria mas feliz que quisieras compartirlo conmigo --me dijo una noche estrellada, seguramente con otras palabras, mientras cenabamos bajo la luz de las velas. Y a pesar del calor insoportable, de los moquitos y del vino caliente, recordaria aquella noche de verano como una de las mas romanticas de mi existencia. Estaba escrito. Marcos era el amor de mi vida y estabamos predestinados a estar juntos hasta la eternidad. No pude decirle que no. Al ano siguiente, acabe la carrera y comence a trabajar en un puesto bastante mas mediocre que el del ejecutivo de mi novio, primero como becaria y, tres meses despues, con un contrato indefinido aunque poco remunerado. El trabajaba en las Maldivas del mundo laboral, mientras yo me perdia en el triangulo de las Bermudas de mi oscuro futuro profesional. Y todo parecia ir bien, hasta que poco a poco y casi sin darme cuenta, mis sentimientos, y quien sabe si tambien los sentimientos de Marcos, comenzaron a cambiar. Mi vida era como aquel poema de Ruben Dario: <> Ya no quedaba nada del colocon del enamoramiento, ni siquiera de la desenfrenada atraccion sexual de los primeros momentos. Habia estado totalmente enganchada a el, su amor habia sido para mi una droga, pero ya no lo necesitaba para sentirme bien, ni para alcanzar el placer. Aunque sobre este tema tan intimo, mejor que corramos un tupido velo. No mucho tiempo atras habria atravesado oceanos, habria movido montanas y habria luchado contra cualquier ejercito, solo por estar a su lado, pero ya no me quedaban fuerzas ni para nadar, ni para empujar, ni para luchar. Observaba a Marcos durmiendo placidamente sobre la cama y no tenia la sensacion de que todo mi mundo, de que todo lo que realmente importaba, estuviese entre aquellas sabanas. Y me senti terriblemente culpable porque esa indiferencia no habia surgido de la nada, sino que se habia ido creando dia tras dia, cruel y sibilina, en los ultimos anos de nuestra relacion. Y yo, ciega y pasiva, habia permitido que sucediera. Hasta aqui, seguro que pensais que yo, lo que era, era una autentica pava por creer en cuentos de hadas, por no decir una autentica gili... y si, teneis razon. Era demasiado inocente y sonadora, creia en el hombre perfecto y el amor verdadero. Era una ilusa e inmadura que pensaba que su vida era una clasica e infantil novela romantica. Pero me equivoque y aunque tarde en hacerlo, de la noche a la manana, la manzana verde maduro y vi, con toda claridad, el amargo resplandor de la vida real. El cuerpo largo e inerte de Marcos sobre el colchon ya no era capaz de provocarme nada. Meses atras me habria quitado mi blusa de diseno (o mi camiseta de las rebajas) y habria intentado alargar mi despertar con un fugaz momento de pasion. Le habria asaltado en suenos para conseguir un poco de sexo mananero. Habria hecho lo imposible por pegar mi piel a la de mi dulce amor y habria besado cada rincon de su cuerpo de forma canalla, sin haberme importado la hora que marcaban las manecillas del odioso despertador. A el le volvian loco mis impulsos y yo perdia el control viendo los limites de su excitacion. Pero Marcos ya no despertaba mi deseo. Me levante de la cama y fui directa a la cocina con la intencion de desayunar, pero no pude hacerlo, la angustia que sentia me habia quitado el apetito. A algunos el desamor les engorda porque sienten la necesidad de desahogarse con litros de helado y de vodka, pero por suerte, ese no iba a ser mi caso. Ni siquiera el mensaje motivador de mi taza de desayuno fue capaz de darme un chute de animo y energia. "Hoy sera un gran dia", ?a quien demonios se le ocurria escribir en una taza frases salidas de un libro de autoayuda? Deje la taza vacia y limpia sobre la mesa, despues de haber buscado respuestas en su interior, y sin mirar atras, deseando huir de aquellas cuatro paredes entre las que Marcos dormia ajeno a mi tristeza y a mi frustracion, sali de nuestro palacio como si estuviese dejando dentro, una parte de mi que ya no recuperaria jamas. La princesa deseaba huir de su gran castillo hacia un mundo lejano pero sabia que el principe no se merecia semejante agravio. Cuando pise la calle, los intensos rayos del sol me deslumbraron e intentaron llevarme de nuevo a la realidad, una realidad en la que si era conformista y complaciente, todo fluiria a la perfeccion, sin complicaciones ni sobresaltos. Pero tuve la cordura suficiente como para saber que aquello no era lo que queria para mi vida, ese no era mi cuento de hadas, no era el futuro con el que habia sonado. Mi historia de amor debia terminar con un "y fueron felices para siempre", y aquello, distaba mucho de la felicidad. No tenia ni idea de que hacer, ni de que direccion debia tomar; pero estaba segura de que era lo que no queria: continuar en una relacion condenada al fracaso. Busque en mi bolso unas gafas de sol que me ayudasen a ocultarme de la molesta claridad y del mundo, y desee encontrarme dentro una brujula que me guiase y me dijese que camino tenia que seguir, pero !maldicion!, ?por que las mujeres no llevabamos siempre con nosotras un kit de supervivencia para hacer frente a las catastrofes sentimentales? No se... ?una bolsa de papel para hiperventilar, el mapa de la absoluta felicidad, una balsa salvavidas con rumbo al pais de Nunca Jamas y, ya puestos, el Santo Grial? Mi bolso pesaba mas que un saco de cemento y no llevaba dentro nada util. Ademas de ingenua, inocente y romantica era una persona bastante atolondrada. Mi padre, otro romantico de la vida y del amor, siempre decia que mi cara era pura contradiccion. Mis ojos ligeramente caidos, con largas pestanas y unas odiosas bolsas bajo ellos, parecian permanentemente tristes; pero mi boca siempre dibujaba una sonrisa. Nada era capaz de borrar la luna nueva que perfilaba mis labios y odiaba sentirme desgraciada y apenada y ver la tristeza en la gente que me rodeaba. Por eso, siempre me gustaba decir tonterias y buscar la parte positiva del suceso mas infortunado. Pero en aquella ocasion, mi sonrisa me estaba fallando y aunque mi tragedia era una nimiedad en comparacion con las grandes catastrofes que asolan nuestro mundo, el cardiograma de mi corazon estaba totalmente plano, y desee que un medico guapisimo salido de una serie americana viniese a reanimarme. Oh, yo te invoco George Clooney de mis desvelos... Patrick Dempsey, ven a mi, suspire para mis adentros mas profundos. Porque si, tenia novio, ?pero a quien le amarga que un hombre buenorro con bata verde le coloque el desfibrilador sobre el pecho o le haga el boca a boca? Y envuelta en mis alocados pensamientos, por inercia, mis tacones me llevaban hacia AZ Consulting, la empresa en la que trabajaba y que tanto detestaba, mientras que mi corazon queria dar media vuelta y correr en direccion contraria. Desee poder quitarme aquellos incomodos zapatos y tirarlos con fuerza, con la esperanza de que le diesen en la cabeza a mi insoportable jefe, a alguna de mis aburridas companeras de trabajo o incluso, a Marcos. Quiza, despues de un traumatismo en la cabeza, dejaba de ser el pijo estirado y engreido en el que se habia convertido con el paso de los anos. A mi principe se le habia subido el titulo nobiliario a la cabeza. Necesitaba hablar con alguna de mis amigas, una mujer que empatizase con mi desazon, asi que, con manos temblorosas, saque el telefono de mi bolso. Llame a Nuria aunque sabia que no iba a contestar. Era demasiado temprano para ella y, ademas, solia silenciar su telefono para que nadie pudiese despertarla antes de las nueve de la manana. Siempre decia que si debia enterarse de una catastrofe mundial, mejor que estuviese descansada. Despues lo intente con Cloe, necesitaba desahogarme con alguien fuese como fuese. Ella no era la mejor interlocutora del mundo y quizas un perro o un arbol me hiciesen mas caso, pero necesitaba hablar con un ser humano que, por lo menos, emitiese pequenos sonidos que demostrasen que aun seguia detras del telefono, aunque estuviese pensando en que color de barra de labios debia ponerse o si su nuevo abrigo no pegaba con sus zapatos Jimmy Choo favoritos. --Lo siento, carino, me coges en muy mal momento. Estoy a punto de comenzar a grabar. En cuanto acabe te llamo, ?vale? --Me dijo nada mas descolgar el telefono. En aquella ocasion, Cloe, ni siquiera tenia pensado fingir interes. Cualquiera diria que sabia elegir a mis amistades. --No te preocupes, ya hablaremos --conteste decepcionada. --?Estas bien? --?Mi voz habia sonado tan desesperada como para que la propia Cloe hubiese llegado a pensar que me pasaba algo? --Si, estoy bien, de verdad --le menti intentando animar el tono de mi voz para que resultase mas creible. !Menuda actriz se habia perdido Hollywood! Queria desahogarme pero tampoco pretendia darle pena a nadie. Nunca me habia gustado la gente que iba de victima por la vida y yo no seria una de ellas. Siempre me quedaria Andres, la unica persona por la que no habia abandonado mi horrible trabajo, pero sabia que llegar a la oficina y desahogarme con el, no era la mejor alternativa. El era demasiado excesivo para todo y me habria dicho algo como: "La solucion es muy sencilla. Vete a casa y dile a tu novio que ya no le quieres, mueve tu culo hasta aqui y presenta tu renuncia de una punetera vez". Sin embargo, no estaba preparada para sus grandes dosis de realismo y sinceridad. Estaba perdida y necesitaba a alguien que me protegiese y me edulcorase la verdad. Desesperada, guarde el telefono frente a un paso de peatones y mire hacia ambos lados para asegurarme de que no venia ningun coche antes de cruzar, y de pronto, una desagradable sensacion de soledad invadio mi estomago y senti ganas de llorar. Estaba sola y vacia. Unicamente queria tener a mi lado a una persona que me escuchase sin juzgarme, que se preocupase por mi y no tenia a nadie. Tal vez en ese momento estuviese siendo incluso mas excesiva que Andres pero era asi como me sentia. Las lagrimas comenzaron a brotar con timidez a medida que recorria aquel paso de cebra y una mano me agarro con fuerza por el brazo y, casi en volandas, me hizo desandar lo andado. Un superheroe anonimo me habia rescatado de las profundidades pantanosas y oscuras de mi sufrimiento. Como una escena a camara lenta, un hombre con rostro borroso, manos grandes y brazos fuertes, me habia salvado con un elegante pero agil movimiento como si fuese la mismisima Lois Lane. ?Que horrible insecto habria mordido a mi salvador, de que extrano pais provendria o que mutacion genetica habria sufrido? Mi cuento de hadas se habia convertido en una historia fantastica. Y yo ya no era la triste princesa del poema, sino la coprotagonista de una pelicula de hombres con poderes sobrehumanos. !Yuhuuu!, mi vida era un asco, pero ese extrano gesto, surgido de la nada, me habia hecho sentir una chica importante. Asi era yo, una romantica a la que le encantaban los pequenos detalles.

  • Las ninfas a veces sonrien de Ana Clavel

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    En ese entonces me daba por tocarme todo el tiempo. Fluia. Me desbordaba. Jugueteaba con mis aguas. Claro, era una fuente. Pero no se crea que hablo en sentido figurado. Era transparente. Inmediata. Entera. Rotunda. Tambien era una diosa. En plenitud de poderes. Decia "viento" y los cefiros mecian el aire. Decia "belleza" y las aguas me devolvian mi imagen. Por supuesto, tuve que ir entendiendo cada cosa en su momento. Mis hermanas mayores me renian: "Te miras demasiado, terminaras por descubrir la muerte". Las desoia y entonces volvia a tocarme. Me envolvia en mis petalos, me gozaba sintiendome. Aspiraba mis olores. Respiraba. Latia. Bullia. Y vuelta a fluir. Yo era mi Paraiso. 2 Me gustaba recoger flores camino del templo. En ese entonces, en el trayecto, habia grandes extensiones sin edificios ni fabricas y los prados crecian a su aire por entre las vias abandonadas de un tren. Amapolas, margaritas, oropendolas, alcatraces, se inclinaban a mis pies, suplicandome que les concediera un lugar en mi regazo. Las elegia segun el arrebato del color, una transpiracion salvaje, el laberinto desnudo de una corola que empezaba a desflorarse. Era una abeja letal zumbando el placer de segarlas y hacerlas mias. Llegaba al templo cargada con un ramo copioso que no depositaba a los pies de ninguna efigie. Ahi tenian vasijas y floreros votivos con lanzas de gladiolas y penetrantes nardos. Asi que, antes de entrar, sacudia mis sandalias y abandonaba el ramo entre los jardines de rosas y narcisos cultivados que miraban con desden la agonia languida de sus hermanas silvestres. Una ocasion en que emprendia el camino de las vias del tren, me di cuenta que un hombre desconocido me seguia. De hecho, lo descubri al salir de la dulceria que estaba a un lado de mi casa, adonde habia ido por la diaria racion que don Eliseo me obsequiaba de corazones de caramelo, mis favoritos. Eran corazones encarnados y macizos pero se podian ir deshaciendo en la lengua con una suave succion. A don Eliseo le encantaba que le mostrase el avance de los dulces reducidos en mi boca, sobre todo porque --decia-- los labios entintados se me volvian mas coquetos que los de una muneca. Recuerdo que aquella vez traia yo puesto un vestido de gasa con unas cintas entretejidas a manera de corse y un ramito de violetas de fantasia en el nacimiento del pecho. "Parece que vas a una cita y aun no estas en edad", me reprendio una de mis hermanas mayores. No le hice caso, feliz del vuelo de la gasa que me envolvia como un capullo. Pero cuando atisbe que el hombre desconocido me habia visto al salir de la dulceria, supe que Teresa tenia razon: Destino se aprestaba a dar uno de sus pasos certeros. Cierto es que yo tambien le ayudaba al Destino: me detenia de tanto en tanto para verificar que el hombre me iba siguiendo. Le marcaba el camino. Tampoco podia evitarlo: el hombre me recordaba a mi padre, el mismo aire de titanes que saben lo que quieren y decirtelo con el palpito de una sola mirada. Y asi lo fui llevando por el sendero de las flores. Recuerdo que me inclinaba para cortar un diente de leon cuando percibi que el hombre estaba a mis espaldas y me tenia a su alcance. Me gire para ofrecerle las flores que habia segado hasta el momento y el se apresuro a tomarlas con todo y mi mano. Todo un senor titan pero cayo de rodillas ante mi y pude verlo a los ojos. Era la mirada que despues he visto en otros: un fervor sufriente, apremiante. Claro, yo era una diosa. Dispensadora de dones. Aparto las flores y me alzo la gasa tenue del vestido apenas lo suficiente para dar con mis pantaletas. Devoto, se inclino hasta hacerlas bajar a los tobillos. Entonces me toco. Conoci un nuevo Paraiso: ese que comienza en ser juguete del deseo de los otros --y disfrutarlo--. Aun puede quitarme el aliento recordar su respiracion entrecortada en mi vientre. O sus dedos tenues abriendome en flor. O sus labios bebiendome apenas sin pausa. 3 Nada que ver con los episodios que le escuche contar a otras diosas en el bosque. Ninas violentadas con el vientre despanzurrado como munecas inservibles. Olas pubescentes que se habian quedado atoradas en miasmas de dolor y ultraje. Fue el caso de Jazmin y el jardinero. Un hombre hermoso como el vigor de su piel, que afilaba las cuchillas de la podadora y la aceitaba con un esmero de amante solicito. Comenzo por ofrecerle granadas que Jazmin atrapaba en la falda del vestido, luego nisperos con los que le fue senalando el camino a una covacha, situada en la tapia de las plantas en sombra. Claro, se trataba de un juego. Siempre es un juego. ?En que momento dejo de serlo? Jazmin se llevo las manos a la boca como para acallar un gemido. Con los ojos bajos dijo: "Por eso no tolero que venga un heroe cualquiera y quiera montarme por detras… De cualquier otro modo, menos por detras". Durante el relato, estaban presentes sus hermanas. Un claro en el bosque y en la memoria de todas. Entonces hablo Dalila y conto que, en vez de nisperos, el jardinero habia usado con ella galletas y suspiros de dulce. Y luego Rosa que confeso que a ella solo tuvo que guinarle un ojo. Era un satiro en toda la extension de su miembro. Rosa reconocio recostandose en la hierba humeda: "Y sin embargo… se mueve". Las otras la miraron con furia. 4 Confieso que era ambiciosa. Un par de monedas podian hacerme sonreir solo de pensar en otros dones: ya lo he dicho: dulces con forma de corazon, un lazo para el cabello, una caja de diamantinas, un frasco para hacer burbujas. El debio de saberlo desde que me vio en la dulceria. El caso es que me espero a la salida de la tienda, lejos de la mirada de don Eliseo, y sin que nadie pudiera percatarse en la calle, ni el portero de palacio, ni los pretendientes de mis hermanas que hacian corro en el cofre de un Mustang estacionado, me mostro una reluciente moneda de plata. Por supuesto, lo segui cuando se introdujo en el corredor central de esa ciudadela donde viviamos. Atravesamos el primer foso. De un lado, aparecio la mujer del vigia con su cara de dragona enfurrunada y me dijo: "Acuerdate que a tu mama no le gusta que juegues en los patios de atras". El hombre habia seguido su camino y yo tuve que cortar hacia un pasadizo lateral. Era un mundo de pasadizos, no se como conseguia llegar alguna vez a mi torre. A punto de subir las escaleras, con un pie en el borde del primer escalon, descubri una mancha de lodo en mis botines de charol negro. Con toda la elegancia de una principessa, saque un panuelito de la manga y prepare un buen trago de saliva que deje estampar directamente sobre la mancha de lodo. Acto seguido, me aplique a limpiar con el panuelito la zona del estropicio que parecia haber aumentado. La mancha se habia tornado luminosa y comenzo a bailar de un lado a otro por la superficie lustrada del botin. Despues, subio por el tobillo hacia la calceta gris y luego a la rodilla y de ahi ascendio en rafaga hacia mis piernas que el vestido rabon no podia cubrir del todo. Me incorpore de un brinco. El brillo me salto al rostro y de ahi a la mirada. No pude verlo, pero lo adivine: desde el patio de luz en aquel mediodia fragante, el hombre de las monedas de plata las hacia espejear resplandores como un experto mago trashumante. Cuando me empujo suavemente al cubo sombrio de las escaleras, yo iba con el si de una sonrisa plena. Queria las monedas magicas. Me deje tocar por el mago que tambien era un caballero de manos dulces. Las monedas de plata me fueron conferidas. Juro que resplandecian en la penumbra con el fulgor de las promesas. Entonces, me llamaron mis hermanas. Primero, Clio; despues, Teresa. Sus gritos eran tan fuertes que tuve que zafarme del mago. El hizo aparecer mas monedas entre sus dedos --o solo una mas, pero la hacia serpentear entre uno y otro como si fueran varias--. Le prometi: "Volvere por mas". Pero mis hermanas me encerraron: "No te das cuenta… Una vez mas, te hemos salvado". Y escondieron la llave hasta que llego el Padre omnipotente. 5 Padre omnipotente --fulgurator, lucetius, pluvius, celestial, stator, terminus, tonante, victorioso, summanus, feretrius, optimus maximus, alias el magnanimo-- me mando llamar. Estaba en su trono y escuchaba el recuento del dia cuando entre a la sala de audiencias. Hice las reverencias necesarias y con su venia me acerque. "Asi que otra vez has hecho de las tuyas…". Baje la mirada. Me dio tres nalgadas y un jalon de orejas que era vehemencia, puro beso contenido. 6 Habia placer por todos lados. Hasta en recoger chicles pegados del suelo y volver a mascarlos. Competencias entre Pancho Pantera y Juan Pistolas para ver quien terminaba primero el tazon de ambrosia con cereal. Me gustaba mi nombre delicado y etereo --papa habia elegido el eco de un nombre con alas y poderes magicos-- pero no tenia empacho en convertirme en Juan Pistolas o en Aquiles Magno con tal de que reflejase todo mi poderio. El impetu de mis piernas bullentes, la entereza de mi espalda, el goce del aire en mi pecho, sin necesidad de coraza alguna. Sola la fuerza de mi espada… o de mis pistolas. Unos trabajadores del servicio de calderas del palacio habian hecho apuestas sobre quien entre todos los delfines se arrojaba desde el primer balcon sin romperse una costilla. Hicimos cola para medir nuestras destrezas en el arte de rebotar trovando pues ademas habia que cantar una cancioncilla antes de estamparse. Quisieron negarme el paso y sacarme de la fila: "Dijeron delfines, no infantas infantiles", me espetaron. Yo les dije: "Infantes ustedes, yo soy hija de monarcas, ?no conocen a las delfinas?" Entonces David, que traia su envidiada chamarra de cuero, blandio su honda ante los ojos de mis rivales: "Dejenla en paz, si quiere despanzurrarse… ella sabra". Pero no me despanzurre: cai perfecta sobre mis piernas de silfide amaestrada y les gane a todos porque a la hora de la caida se lastimaban un hombro, la cadera, un tobillo. Solo David, que era de mi tamano, cayo como pastorzuelo experimentado de barrancos y precipicios. Pero se le olvido entonar el himno: "Cuando se muere por una sirena, se va con ella al fondo del mar", que coreaban como buenos piratas los de la caldera. Y asi, con el titulo de Delfin Juan Pistolas, princesa Ada para mas senas, me coronaron vencedor de abejorros y picaflores. Por supuesto, los chicos se molestaron. Solo David, que ya he dicho era de mi tamano, me invito a jugar con el, traspuesta la honda y una montanita de piedras por si los otros se acercaban. Le comparti un caramelo acorazonado que chupamos por turnos. Me presto un caleidoscopio magico de letras que formaban mensajes cifrados. Cada vez nos ibamos acercando mas. Nos estampamos besos de vampiro en los brazos que quedaron con huellas amoratadas de tanta succion y en los que despues me volveria toda una especialista. Nos frotamos la piel hasta extraernos un exquisito eau de parfum no. 5 de gallina concentrado. De pronto, me cobijo entre el compas de sus piernas. El cuerpo y la piel eran una alegria rotunda, como en el principio de los tiempos, la piel y sus abismos, siempre la piel. El cuerpo que se enciende y cuyo goce es el mas profundo de los saberes. Solo estabamos sentados, uno adentro del otro. Yo recostaba la frente en su hombro para calmar tanto Paraiso, cuando llegaron a interrumpirnos. "Miralos, estan jugando a papa y mama…" Por supuesto, fueron a acusarnos. Esta vez llegaron Talia y el arcangel Azrael, que al igual que padre, trabajaba todo el dia, blandiendo nubes y truenos. David se asusto y sin que le pidieran explicacion alguna, confeso: "Solo jugabamos a las cebollitas…" "Asi que muy hortelanos, ?no?", nos amenazo Azrael secundado por Talia, "pero la proxima vez, los expulsamos del Paraiso".

  • Todo Por Ella de Pao Flores P.

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    La noche era fria y empezo a llover, Maximiliano tomo el codo de Mila y le ayudo a subir al Bentley. --Espera. ?Que te pasa? --pregunto Mila al ver a Maximiliano con su quijada tensa y sus ojos centellando rabia. Maximiliano ignoro su pregunta, cerro la puerta, rodeo el auto hasta llegar a su lugar, encendio el auto y arranco a toda velocidad provocando que ella se recargara al respaldo de su asiento. Despues de varios minutos de silencio ella hablo. --Voy a volver a preguntar, Maximiliano. ?Que es lo que pasa? --Maximiliano se giro un poco para mirarla al mismo tiempo que se detuvo en el semaforo en rojo. --?Fue muy agradable la conversacion con el hijo del embajador? --Mila entendio el motivo de su actitud. Celos, muchos celos de parte de el. Llevaba dias con esa actitud y no entendia el por que.--?Hablas en serio, Maximiliano? --pregunto ironica, pero el semaforo cambio a verde y este aprovecho para acelerar y evitar responder. Mila puso los ojos en blanco y se dedico a mirar por la ventana, perdida en sus pensamientos. Maximiliano al ver que Mila se quedo callada y pensativa, se dio cuenta de su actitud de macho alfa. <> apreto sus manos al volante y acelero perdiendose entre el trafico. Mila sintio un escalofrio, giro hacia Maximiliano quien seguia manejando a toda prisa, era como una sensacion de alerta. Ella intento animar la situacion e ignorar. --Sabes que te amo, ?verdad? --Maximiliano quien siguio con la mirada hacia el frente, suavizo su rostro. Despues de unos segundos de silencio, accedio hacer las paces. --Si. ?Lo sabes tu? --el giro un poco su rostro para mirarla. Ella asintio, levanto su mano, dejo un beso tronado en su palma y lo avento en el aire direccion a el, haciendo que Maximiliano sonriera, levanto la mano para atraparlo y ambos se guinaron el ojo coquetamente. Asi de simple la tension se esfumo en segundos. Maximiliano tomo la interestatal para llegar a las afueras de la ciudad. Tomo la mano de Mila y dejo un beso en su mano. --?Que es lo que ibas a contarme al finalizar la cena de beneficencia, nena? Mila sonrio felizmente, era el momento de hablar. Y en el momento de levantar su rostro y mirar hacia Maximiliano, un auto del lado de el se estampo contra ellos, provocando girara sobre el aire y despues cayeron al lago. Los gritos de Mila y Maximiliano se apagaron. El agua era fria, la noche silenciosa, despues a lo lejos se escucho las patrullas, gritos de la gente del exterior y ambulancias. Maximiliano abrio los ojos y de inmediato busco a Mila, el agua estaba entrando por sus pies, la cabeza de ella estaba contra la ventanilla, su cabello rubio cubrio su rostro. --!MILA! !MILAAAA! !NENA! !MILA!!DESPIERTA! --con dificultad intento quitar el cinturon de seguridad de Mila, pero ella siguio inconsciente, el agua subio a gran velocidad, el auto se siguio deslizando mas alla. Una mano y despues dos mas agarraron a Mila y con dificultad la sacaron del auto, Maximiliano siguio atascado, el agua llego a su cuello, la desesperacion aumento junto con el panico. Cerro los ojos rogando a Dios que ella estuviera bien. El otro hombre intento desatascar el cinturon, pero parecia imposible ya que su pierna estaba aprisionada. La respiracion la contuvo cuando el agua lleno el espacio, intento ayudar al hombre que peleo con el cinturon, pero Maximiliano lo detuvo. ?Ese seria su destino? El hombre se aferro a salvarle la vida, pero Maximiliano acepto que muriese ahi, dentro del auto, ahogado, pero sabiendo que Mila pudo salir. Dejo de luchar al ver que sus posibilidades eran nulas, se maldijo dentro de el al pensar que debio de tener mas tiempo para disfrutar la vida, de Mila, su alma gemela, su todo. Pero ahora era tarde… …Y la oscuridad finalmente lo abrazo. Capitulo 1. Desde las sombras Maximiliano Dos anos despues... --Senor Rogers, el auto esta listo. --Levanto la mirada al escuchar la voz de Marco, esta de pie frente al escritorio con sus manos al frente y entrelazadas. --Ya estoy terminando--miro la hora y puedo sentir como mi corazon se acelera--?Estamos a buen tiempo? --Marco arquea una ceja sorprendido. Asiente lentamente luego baja la mirada a su reloj.--Tenemos diez minutos extras, por si quiere…--duda en seguir y el sonrojo llega a sus mejillas--usted sabe. Asiento en silencio. Me levanto de mi silla con cuidado, tomo mi americana y le entrego mi maletin, salimos del edificio, el auto espera con Scott y la puerta abierta. Entro y me acomodo en el asiento, estoy nervioso. Marco se reincorpora en el trafico de Washington, el clima es agradable y las nubes amenazan con estropearlo. Tomo mi movil y llamo a mi madre. --Hijo, ?Ya vienes? --suena demasiado ansiosa. --Si. Solo llego y te entrego la documentacion para que la firmes--Suspira. --?No puedo persuadirte de que te quedes a cenar con nosotros? --Sabes mi respuesta. --?Algun dia nos vas a perdonar? --Me quedo en silencio, aprieto el puente de mi nariz, no quiero despertar el dolor del pasado. --Solo te entregare la documentacion, necesito tu firma…--El silencio invade nuestra conversacion. Vuelve a suspirar. --Esta bien. Solo dire que te amamos, lamentamos lo que ha sucedido hace dos anos atras, si pudiera regresar el tiempo atras, creeme hubiera actuado diferente. --El hubiera lamentablemente no existe. Llego en veinte minutos. --Esta bien, te espero--dice finalmente rindiendose. Termino la llamada, miro hacia el frente y el corazon late frenetico. El Bentley llega a su destino. Encuentro la mirada de Marco por el retrovisor, quien ha terminado de hablar por su movil. --Me han confirmado que sigue adentro. --asiento sin decir nada. Miro mi reloj muy nervioso, la garganta se seca, el pulso se acelera mucho mas. Cierro los ojos e intento tranquilizarme, <> agarro aire y lo suelto despacio. Levanto la mirada y me concentro en el lugar, el restaurante. Y antes de que otro pensamiento llegue a mi mente, ella aparece. Hermosa, radiante y sana. Su cabello castano cae por encima de sus hombros, viste unos pantalones ajustados, camiseta gris con el numero 12 en numeros grandes centrado en la parte delantera y sus convers. Esta hablando con alguien, pero no puedo mirar con quien, ya que la gente que transita en ese momento por la acera se cruza, ella mira hacia nosotros por breves momentos y siento como su mirada atraviesa el auto. --?Ella nos puede ver? --pregunto nervioso. --No. He tintado los vidrios como usted ha ordenado y el resto de la flota. --?Y la gente que…? --no termino la pregunta cuando ella se acerca a la acera. Mira a su alrededor y luego regresa su atencion a la mujer que acaba de aparecer a su lado. --Es Katherine Sullivan--informa Marco al notar mi curiosidad. --Gracias. Sigo observandola, se cruza de brazos y sigue conversando animada con la rubia a su lado. Su sonrisa se ensancha y comienzan a caminar hacia nosotros. Es la unica forma de poder mirarla desde mis sombras y en silencio. --No se preocupe, no pueden vernos. --Dice Marco al tiempo que mira que me recargo bruscamente al respaldo de mi asiento y puedo apostar que hasta Scott ha dejado de respirar. Pasan de largo entretenidas en su conversacion. Suelto el aire y dejo caer mi cabeza hacia atras. Cada vez que la miro me quedo un poco tranquilo. --Vamos, mi madre me espera--se que sueno derrotado. Mi giro para intentar alcanzar a mirarla de nuevo, pero ella se ha marchado y como cada vez que tengo la oportunidad de mirarla, mi corazon se estruja del dolor por no tenerla a mi lado. Las puertas de hierro forzado se abren cuando el auto esta llegando, Marco entra sin detenerse. Cruzamos el gran jardin y la fuente de piedra que adorna la mansion. Se estaciona a un lado del BMW blanco de mi hermana Lauren y me doy cuenta de que del otro lado esta el auto de Ian. --Mejor estaciona en la entrada, solo bajare unos momentos no voy a tardar. --Si, senor Rogers--enciende de nuevo el auto y se estaciona a unos cuantos metros de la entrada. Con cuidado subo las escaleras de piedra, arreglo mi corbata, nervioso, me detengo frente a la puerta y repaso lo que dire y el tiempo que me voy a tardar, sin tocar el timbre o una invitacion entro a la casa de mis padres. Las voces van incrementando cuando mas avanzo hasta el comedor, al llegar mi madre nota mi presencia, sus voces callan. Mi madre, Elsa, abre los ojos por la sorpresa de estar ahi sin antes llamar, se levanta a toda prisa y se acerca a mi. --!Hijo, ven, toma lugar! --suena emocionada. Niego al mismo tiempo que repaso la mesa con vista de ojo de aguila. Mi padre Ernest de un extremo de la mesa, mi hermana Lauren de un lado y mi hermano Ian frente a ella. Los tres estan en silencio. --Gracias, madre, solo revisa y firma, necesito irme. Ella suspira nostalgica. --Vamos al despacho--sin decir mas, camino detras de ella. Entramos y le entrego la carpeta, mis dedos aflojan la corbata al sentir ansiedad. Ella rodea el escritorio y se sienta en la silla, abre la carpeta, la hojea rapido y levanta su mirada hacia mi--?Estas seguro? --asiento en silencio. Han pasado dos anos desde el accidente y lo unico que quiero en estos momentos es volver a tener todo el control de mi empresa, he comprado las acciones de todos, en estos momentos solo falta el 20% de las acciones de mi madre. ?Como no podria estar seguro? !Es mi empresa, yo la levante de la nada y por ser mi familia la hice parte de ella! Suelto el aire cargado de frustracion. Ella toma una pluma, empieza a firmar todos los papeles. Al terminar cierra la carpeta y la desliza hacia mi direccion. La tomo y antes de volverme hacia la salida del despacho, ella me detiene. -- Necesitamos hablar--arrugo mi ceno. Niego en silencio, ninguna palabra sale de mis labios. No quiero pelear de nuevo con ella. --Tengo que irme--ella suaviza su rostro y sonrie. !No, no sonrias, maldita sea! Pongo los ojos en blanco, ella rie y tira de mi brazo para que tome asiento en el sillon de la sala que se encuentra dentro del despacho. Tomo asiento y ella se sienta a mi lado, me mira en silencio, como si estuviera pensando lo que dira a continuacion, ruego dentro de mi a todos los santos por haber que no toque el tema de mi pasado, el accidente. No quiero romperme ni mostrar lo que cargo por dentro. --?Como has estado? --su pregunta me sorprende. --Bien, ?Y tu? --respondo nervioso. Se que hay algo por ahi escondido preparandose para salir atacarme y ahogarme en la oscuridad. --Bien, preocupada por mi hijo--arrugo mi ceno. ?A que viene eso? --Tengo entendido que tu hijo Ian se encuentra bien, al igual que Lauren--ella niega con una hermosa sonrisa en sus labios. --Sabes a quien me refiero. ?No te has cansado de alejarte de nosotros? Por que yo desde hace casi mas de dos anos que si. --No empieces madre. --me pongo de pie y comienzo a caminar por el despacho. Intento no romperme, no gritarle todo lo que tengo dentro de mi. --?Donde esta tu baston, Maximiliano? --me detengo. ?Como sabe que uso baston? --No se de que…--se levanta bruscamente como si el demonio se le hubiese metido en el cuerpo. Sus ojos centellan de furia. --!Basta! !Basta de esconderte! !De fingir! !A ti te duele, a nosotros mucho mas! !He perdido a mi hijo pequeno! !Y no te atrevas a ocultarme lo del baston! --senala con el dedo indice en mi direccion. --!No me escondo! --replico furioso pasando mis dedos por mi cabello. (Un tic de frustracion) Lo habia dejado en el Bentley, no me gustaba usarlo, pero mi rodilla no habia quedado del todo bien, solo cuando no soportaba el dolor, lo usaba. --!Si te escondes! ?Crees que por ocultar el baston me hara pensar que estas bien? !No estas bien! !Soy tu madre, Maximiliano Rogers! --Y cuando mas te necesite, ?Donde estabas, madre? --digo en un tono bajo cargado de ira. Ella abre sus ojos como platos, sus hermosos ojos grises se cristalizan. --Eso no es justo…--me responde con el nudo en su garganta. --?Y para mi si? ?Sabes el dolor que me causo el que mi propia familia rechazara a Mila? ?Todo lo que hicieron para alejarnos? !Dime! ?Donde estaba la madre amorosa, la madre que apoyaba por sobre todas las cosas a sus hijos? --Yo… --detiene sus palabras, las lagrimas caen finalmente, sus labios tiemblan y lo intenta ocultar. --Yo la amaba con toda el alma y no tienes idea del dano, la ira, el odio que cargo desde entonces--susurro con dolor, ahora mis lagrimas amenazan con salir. --Ella…--levanto el dedo indice en direccion a ella para detener sus palabras. --!No te atrevas a hablar mal de ella y mucho menos delante de mi! --grito furioso. Necesito irme de aqui. --Maximiliano, por favor--me alcanza a tomar mi brazo. No la miro, sigo con la mirada en la puerta del despacho. --Nunca entenderas nuestros motivos. --me giro para mirarla. --La felicidad de tu hijo debio haber estado por encima de esos motivos, ahora…--cierro los ojos con ira y al abrirlos la miro detenidamente y pongo la mano sobre la suya--... ?Valio la pena esos motivos? ?Vale la pena ver a tu hijo muerto en vida? ?Sin el amor de su vida? ?Hundido en las sombras y destruido? --alcanzo su mano, la suelto del agarre lentamente. --Ahora lo se, carino, y no me cansare de pedirte perdon--se cubre su boca para callar un jadeo por su llanto. --Lamentablemente no hay vuelta atras--camino a la puerta y antes de salir me detengo. -- Esto es lo que queda de tu hijo pequeno, un hijo destruido por su propia familia y tendras que vivir con ello el resto de tu vida--Cierro la puerta detras de mi, acelero el paso para evitar cruzarme con el resto de la familia. Al salir, Marco abre la puerta y entro por fin, acaricio mi rodilla al sentir las punzadas de dolor. --Vamonos. No quiero estar mas tiempo en este lugar…--Marco sale de la mansion, dejando todo lo que una vez ame… A mi familia. Capitulo 2. Suenos Humedos Mila “Sus labios recorren mi piel, centimetro a centimetro, mi piel se eriza al grado de obtener un dolor placentero, siento como la humedad se hace presente en mi centro. Mi cuerpo tiene vida, me retuerzo, gimo, jadeo y vuelvo a retorcerme entre las sabanas de la cama. - Eres exquisita, Mila - su voz es ronca y sexy, sus labios encuentran mi humedad en mi sexo y comienza a jugar con su lengua. - !Oh, Dios mio! !Oh, Dios mio! - las sensaciones que produce son indescriptibles, el calor sube y despues se arremolina en el centro de mi vientre, estoy a punto…--Solo dime tu nombre… --Soy yo, t....--y cuando esta a punto de decir su nombre, llego a mi climax…” Despierto de golpe, reincorporandome como un resorte mientras el sudor se desliza por mi piel, cierro los ojos y puedo sentir aun los ultimos espasmos de mi orgasmo, me toco y efectivamente… --Otra vez…--me dejo caer sobre la almohada, miro el techo y revivo en mi mente una y otra vez su silueta en la oscuridad. La forma en que dice mi nombre, el extasis al darme el placer es como si el conociera cada tramo de mi piel, como un mapa... *** Estaciono el auto en el estacionamiento de a lado, tomo mi bolso y mi movil. Miro el reloj y llego justo a tiempo para la junta del personal. Salgo del estacionamiento y antes de girar para entrar veo el auto de mi padre frente al restaurante, un hombre vestido de negro y lentes oscuros se baja y abre la puerta, le ayuda a mi padre a bajar con cuidado, al verme su sonrisa se expande por casi todo su rostro. Le regreso de la misma manera ese gesto, corto la distancia para evitar que el haga esfuerzo en venir hasta mi. --Vaya, ?Que hace el senor Davis en mi trabajo? --lo saludo de beso en ambas mejillas. -- ?No puedo venir a ver a mi unica hija? --dice en un tono ironico. Pongo los ojos en blanco y le hago senas de que entremos al restaurante. --Vamos, ?Ya has desayunado? --El niega--Entonces ven, desayunemos juntos. Lo llevo a la mesa que se encuentra en el lado de la calle con vistas al trafico de la manana, Alejandro, el mesero nos toma el pedido. --Veamos entonces…--lo miro detenidamente, me recargo en el respaldo de la silla y me cruzo de brazos arqueando al mismo tiempo mi ceja, con aire intrigada. --Si has venido hasta aca eso quiere decir que es algo serio, ?O me equivoco? El sonrie a medias, baja la mirada y luego mira a traves del gran ventanal. --Solo queria verte un poco mas--su mirada se encuentra con la Lauren--No me basta una vez a la semana y solo una hora, ?No crees, pequena? Pongo los ojos en blanco. --Lo siento, el restaurante me ha tenido absorbida junto con el que vamos a abrir en un mes en la calle principal… --Sabes que puedes contratar personal para que se encargue de ello, ?Por que no lo haces? --Por que no tendria el orgullo de decir que estuve al mando de mi propio negocio, sabes que me apasiona esto, no quiero estar llevandome todos los meritos cuando no he metido mis manos en ello, eso debes de saberlo de sobra. Cambiemos de tema, ?Por que mejor no me cuentas como llevas con el divorcio con mi madre? El se tensa, llega el mesero y nos deja el jugo de naranja, mi padre espera que el mesero se retire para poder hablar. --Ella no ha querido verme, se que no fui el mejor esposo, pero…--se detiene y desvia la mirada hacia el exterior--se que tengo defectos e hice cosas que ella nunca aprobo, pero sabe Dios que lo hice para un bien. Bueno, basta de mi, no quiero arruinar tu dia con mis problemas. ?Como va el restaurante? Nos metemos en el tema del negocio, le cuento mis futuros proyectos y lo emocionada que estoy. El me cuenta como esta la empresa de exportacion de la familia y los beneficios que ha ganado debido a un contrato con una empresa de California. Llega el desayuno y entre platicas sacamos otros temas y como hace mucho tiempo no teniamos, la pasamos bien. La alarma de mi reloj pita tres veces, eso me recuerda que tengo que tomar la pastilla para el dolor de cabeza, busco en mi bolso y al fin de unos minutos las encuentro, pillo a mi padre con el ceno arrugado mirando mis pastillas. -- ?Todavia sigues tomando pastillas? --sorprendida por su pregunta y en la forma que lo pregunta asiento lentamente. --Aun sufro de las jaquecas, el doctor Sullivan me ha recetado unas nuevas, hacen maravillas, la ventaja es que solo dos veces al dia tengo que tomarla, ?Pero por que te sorprende? Tomo el jugo que queda de mi copa para tomar la pastilla, el sigue mirando la pequena caja que he puesto a un lado de mi plato. --Crei que habian cesado esos dolores…--su tono es bajo, levanta su mirada y sus ojos marrones me contemplan-- ?Por que no me has contado eso? --Padre, basta. Solo son pastillas para el dolor, la proxima semana me toca chequearme. Desde el accidente de hace dos anos, no han encontrado el motivo del dolor. Su rostro se contrae. --Lo se, solo pense que ya no lo tenias, llama a Victor, tengo pendientes que hacer en la oficina. Le hago senas al hombre de la entrada, e inmediatamente se acerca y le ayuda a mi padre. --Bueno, espero verte el fin de semana, ?Si iras verdad? --asiento con una sonrisa. --No me perderia tu cena de cumpleanos por nada del mundo. Nos despedimos en la acera, el auto desaparece entre el trafico de las once de la manana. Me quedo viendo por donde se ha marchado, cuando me vuelvo para entrar, de nuevo esta el Bentley estacionado a varios carros de la acera. Habia dias en que el auto permanecia aproximadamente una hora diario, uno de los chicos del restaurante solo justificaba que el auto era de uno de los duenos de las oficinas que estaban a unos cuantos locales, era obvio ya que el estacionamiento de varios locales era exclusivo a clientes. Miro de nuevo el auto, estoy tentada en preguntar realmente de quien es, ?Por que no, Mila? Me abrazo a mi misma, y ladeo el rostro. Puedo ver movimiento en el interior, asi que eso confirma que hay alguien dentro del auto. ?Y si es un secuestrador o acosador? ?Tuyo, Mila? Me regano mentalmente de que esto a mi no me incumbe, ?Y que si se estaciona siempre en ese lugar? Pero es casi a diario…para mi en lo personal es sospechoso. Mis piernas se mueven en su direccion y ya estoy formulando en mi cabeza lo que voy a preguntar. Me acerco a la puerta del piloto, doy un toque con mi nudillo contra la ventana tintada, al no obtener respuesta, doy otro toque, el vidrio se baja y descubro a un tipo de traje negro. -- ?Si? --estoy a punto de hablar, pero una imagen atraviesa por mi mente. Es el, pero viste un traje veraniego, usa lentes de sol y esta algo borroso. -- ?Esta bien senorita? --asiento saliendo de mis pensamientos. --Si, disculpe… ?Nos conocemos de algun lado? su y rostro me es familiar--su rostro palidece y despues niega. --Oh, no se por que me es familiar, bueno, disculpe, ?Espera a alguien? --Si, senorita, estoy esperando a mi jefe--dice dudando de su respuesta. -- ?Donde trabaja su jefe? --lo interrogo. --En el edificio de la esquina, es que siempre encuentro este lugar desocupado, suerte, ?no? -- asiento, dudosa. El se da cuenta y me sonrie, y es una sonrisa calida, familiar y en lugar de sentirme incomoda, es lo contrario. -- ?En que trabaja tu jefe? --pregunto curiosa. --Es empresario, lo demas es confidencial. Lo siento. --Oh, lo siento, no suelo ser tan curiosa. --Si, lo se--se calla bruscamente luego intenta acomodar su respuesta--me refiero a que hay gente curiosa otras no, y… --su movil suena. --Lo siento tengo que responder.

  • Mentes maravillosas de Carl Safina

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    Entrelazando decadas de observaciones de campo con nuevos y sorprendentes escubrimientos sobre el cerebro, Mentes maravillosas ofrece una vision intima de la conducta animal que suprime las clasicas fronteras que separaban hasta ahora a los seres humanos del resto de animales. En el libro, los lectores viajan al Parque Nacional de Amboseli en el paisaje amenazado de Kenia donde las manadas de elefantes luchan para sobrevivir a la caza furtiva y la sequia, luego al Parque Nacional Yellowstone para observar a los lobos y como gestionan la tragedia personal de una manada, para finalmente sumergirnos en la asombrosa y pacifica sociedad de las orcas que viven en las cristalinas aguas del Pacifico Noroeste. Mentes maravillosas ofrece una vision iluminadora de las personalidades unicas de los animales a traves de historias extraordinarias sobre su alegria, pena, celos, ira y amor. La similitud entre las conciencias humana y no humana, el conocimiento de uno mismo y la empatia nos lleva a reevaluar como interactuamos con los animales. Safina argumenta que asi como nosotros pensamos, sentimos, usamos herramientas y expresamos emociones, otras criaturas y mentes con las que compartimos el planeta tambien lo hacen.

  • Era diciembre de Alejandra Beneyto

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    Emi juro que no volveria.
    Emi aun sufre al pensar en lo que ocurrio.
    Emi no esta preparada para afrontar lo que dejo atras.
    Y, sin embargo, Emi tiene en la mano un billete de avion.
    Al otro lado del oceano, Julien no ha superado el pasado.
    Julien aun tiembla cuando escucha su nombre.
    Julien no puede ni pensar en volver a tenerla cerca.
    La hostilidad de el es lo primero que Emi encuentra cuando pone un pie en la que fue su casa. Por delante tiene pocos dias para averiguar a donde fueron a parar los recuerdos y tambien para entender por que su vida parece haberse escrito sobre algo que no paso como ella imaginaba.
    Una pista de hielo que ya no brilla.
    Una ciudad que aun encierra sus pasos.
    Y un nuevo diciembre para demostrarse que decir adios no es sinonimo de olvido; que hay historias que se congelan en la memoria, que por mucho que quieras huir siempre te atrapan.
    Y que, tal vez, la suya sea una de ellas.

  • Tess. Princesa de Mercedes Gallego

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    Tess, Maria Teresa Mendoza, regresa a su ciudad natal, dispuesta a reencontrarse con sus amigos y a comerse el mundo . Sin embargo, el azar trastoca sus planes al colisionar con unos ojos negros que la encadilan y despiertan en ella el deseo de cometer locuras. Lo que ignora es que esos ojos pertenecen a uno de los calaveras mas reputados de Veracruz, y para colmo, hijo de su madrina.
    A Juan Santacruz le cuesta dar credito a que la atractiva joven que aparece una manana en el club maritimo sea el juguete de su infancia, la <> a quien cambiaba los panales. Fascinado, se deja atrapar en una apuesta para enamorarla.
    Cuando la ingenua Tess descubre la identidad de Juan, ve en su vecino la posibilidad de experimentar, de tener un guia en el mundo del romance con la confianza de que su corazon no saldra herido. Para el, supondra la excusa perfecta de tenerla a su lado.
    Pero ninguno de los dos cuenta con que, entrando los sentimientos en danza, las buenas intenciones fracasan.

  • El fin de la muerte (Tres Cuerpos 3) de Cixin Liu

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    El desenlace de la magistral trilogia de ciencia ficcion con 4 millones de lectores en China, convertida en un best seller de The New York Times y de Spiegel.

  • Marcadas por el odio (Top Novel), Lori Foster de Lori Foster

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  • Narrenturm de Andrzej Sapkowski

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    El fin del mundo no llego en el Ano del Senor de 1420, aunque senales muchas hubo de que asi habiade ser… Transcurre la turbulenta primera mitad del siglo XV en Silesia, un pais entre los grandes reinos polacos, alemanes y bohemios. Los seguidores de la herejia fundada por Jan Hus -los husitas- se extienden por la region. Aceptada por pobres y villanos, la nueva fe produce convulsiones sociales y politicas. Los grandes senores estan divididos: algunos se muestran a favor de los husitas, otros en contra. La poderosa Iglesia de Roma lanza una cruzada tras otra contra los herejes, intentando destruirlos. La horca y la antorcha recorren los campos del corazon de Europa. Pero los espias husitas estan por todas partes y sus ejercitos, formados por campesinos y aldeanos, derrotan a los nobles y los pasan a cuchillo. Reinmar de Bielau, llamado Reynevan, es un joven noble silesio, un medico estudioso de la alquimiay ferviente partidario de trovadores y minnesanger. Su apasionamiento por una mujer casada lo llevara a enfrentarse a una poderosa familia, los Sterz. Perseguido por encargo de ellos, Reynevan huye por todo el centro de Europa, escondiendose de los asesinos a sueldo. En un principio la huida es poco mas que un juego, pero pronto las cosas empiezan a complicarse. Reynevan no lo sabe, pero la huida emprendida transformara por completo su vida. Encontrara asiel verdadero amor y la verdadera amistad, vivira aventuras y peligros, y por fin participara en laguerra del lado de los mas debiles. O al menos eso cree.

  • De vuelta al mercado de la solteria – Deiby Diaz de Deiby Diaz

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    Ana a los 41 anos se enfrenta a la solteria inesperada tras el abandono de su esposo, por no haberle dado un hijo durante los 10 anos que convivieron como pareja, sin importar que decir la verdad del por que no ha quedado embarazada le puede ayudar a recuperarlo, prefiere callar tras escucharlo decir "No te amo y embarace a otra mujer". Una frase que la hace perder su confianza y la lleva de vuelta al mercado de la solteria, como una mujer madura con sobrepeso, un corazon roto y una reposteria en quiebra.

  • Al Rescate de Irina (A la captura del Shadowboy 2) de Adrian Henriquez

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    Irina, al igual que Elena de Troya esta maldita por su belleza. Obligada a prostituirse por uno de los proxenetas mas importantes de Cuba, la joven es considerada la jinetera mas famosa de la isla. Entre sus clientes se encuentran coroneles y generales. Normalmente estos la usan para que participe en las orgias organizadas para poderosos gobernantes y figuras internacionales que visitan la isla. Su mision es satisfacerlos, grabarlos y luego reportar sus gustos y obsesiones a los jerarcas del Politburo.
    La oportunidad de salirse de ese mundo le llega con Manuel Mendoza. Un experimentado asesino, aparentemente un anciano, que la ayuda a escapar hacia los Estados Unidos. Pero una vez en Mexico sus planes se ven frustrados cuando es capturada por el cartel del Golfo (aliados del general Sandoval) y enviada al Rancho Bacanales. el prostibulo de esclavas sexuales mas famoso de Veracruz.
    En Bacanales tendra que “trabajar” hasta ser devuelta a los generales cubanos. aunque el cartel comete el error de subestimar la inteligencia de la joven prostituta y la de sus poderosos aliados.
    Una visita cruel y real al mundo de la esclavitud sexual.

  • Tiempos recios de Mario Vargas Llosa

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    LA NUEVA NOVELA DE MARIO VARGAS LLOSA, PREMIO NOBEL DE LITERATURA

  • Amor del bueno de Maria Isabel Sanchez

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    ?Que es un buen amor? Para responder semejante pregunta deberiamos, primero, tener absolutamente claro el concepto de AMOR. Pero sobre este punto las definiciones son infinitas, y como cualquier actividad, sentimiento o emocion humana, no posee un concepto objetivo: desde el punto de vista de nuestra condicion de “sujetos”, tal objetividad es una mera ilusion.
    Por eso tantas mujeres y hombres podrian percibir al amor, por ejemplo, como un sentimiento que incluye distintas actitudes: celos, vertigo, posesividad y hasta violencia. O bien
    -en el otro extremo-, el amor puede ser concebido como solidaridad, cuidados, proteccion y respeto.
    Maria Isabel Sanchez

  • La Sonrisa de Angelica de Andrea Camilleri

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    Una serie de robos ejecutados de forma extremadamente ingeniosa y audaz se extienden de la noche a la manana entre los habitantes mas adinerados de Vigata. Los cacos logran desvalijar simultaneamente la residencia principal y la de veraneo, y, en pocos dias, enormes sumas en efectivo, joyas y valiosisimas obras de arte pasan de las manos de sus duenos a las de estos expertos delincuentes que, en apariencia, lo tienen todo calculado. Con la llegada de una enigmatica misiva anonima en la que el cerebro de la organizacion reta a Salvo Montalbano a jugar una suerte de partida de ajedrez, el caso se convierte rapidamente en un desafio para nuestro comisario. Pero lo que de verdad complica las cosas es la aparicion en escena de Angelica Cosulich, una de las victimas de los robos. La belleza fulgurante de esta joven treintanera de sonrisa luminosa trastorna profundamente a Salvo, pues es la viva imagen de la Angelica del Orlando furioso, el ideal femenino que protagonizo las fantasias adolescentes del comisario. Como Orlando, Montalbano debera luchar simultaneamente en distintos flancos: por un lado, confuso y obstinado, contra los achaques de la edad --se esta acercando a los sesenta--, y por otro, contra la atraccion de una mujer a la que es incapaz de resistirse. Con las hilarantes aportaciones de Catarella y las dosis de genial improvisacion con las que el comisario elude los intentos disciplinarios de sus superiores, La sonrisa de Angelica es una de las aventuras mas emocionantes y divertidas de la serie.

  • Totalmente imperfectos de Raquel Antunez

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    Me llamo Martina, ?a que me dedico?, te preguntaras... No lo tengo claro. Solo se que hace dos anos odiaba mi punetera vida, mi trabajo, a mis companeros... Y, simplemente, !cambie de vida! Belle Extreme aparecio como el espejismo de un lago en el desierto, pero sin ser espejismo, ni lago... Vamos, que era una tienda de moda talla XXL y Maca, mi jefa, me vio y se enamoro de mis curvas. Un compendio perfecto con el que surgio lo que viene siendo mi puesto de trabajo. Unos dicen que soy un maniqui andante, otros que soy comercial, otros que obviamente soy modelo y los hay que dicen que soy influencer. Ni punetera idea, algo de eso debe de ser.

  • Sweet Spot (Traduccion), Stella Rhys [PDF] de Stella Rhys

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    Nuestro primer encuentro como vecinos fue jodido desde el principio.El era caliente. Yo estaba sin ropa. Y no tuvimos ninguna oportunidad en el infierno de ser platonicos.

  • Entre tus sombras de Gemma Garcia Veiga

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    El descubrimiento de una mujer torturada en una finca de Fresnedilla no sera un crimen mas para Alejandra Casado y su equipo; alrededor de la victima, Sofia Piedrahita, amante del ministro de Justicia, se entreteje una realidad manipulada para el divertimento de una mente privilegiada. La teniente Casado, de la Guardia Civil, revelara que la verdad duele una vez, pero la mentira se convierte en una herida abierta siempre que se recuerda: cuestionando el pasado, alterando el presente y aniquilando el futuro. Para dar caza a este depredador debera rastrear cada detalle de su vida, encontrando su propio lado oscuro e inconfesable, hurgando en los secretos de familiares y amigos. Vivimos en un mundo que no controlamos, meras marionetas que en las manos equivocadas condicionan de manera poderosa lo que conocemos, pensamos y creemos.
    Una novela en donde la verdadera victima y lo motivos cobran mas importancia que el asesino.

  • Hija de la Fortuna de Isabel Allende

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    Eliza Sommers es una joven chilena que vive en Valparaiso en 1849, el ano en que se descubre oro en California. Su amante, Joaquin Andieta, parte hacia el norte decidido a encontrar fortuna, y ella decide seguirlo. El viaje infernal, escondida en la cala de un velero, y la busqueda de su amante en una tierra de hombres solos y prostitutas atraidos por la fiebre del oro, transforman a la joven inocente en una mujer fuera de lo comun. Eliza recibe ayuda y afecto de Tao Chi’en, un medico chino, quien la conducira de la mano en un itinerario memorable por los misterios y contradicciones de la condicion humana. Hija de la fortuna es un retrato palpitante de una epoca marcada por la violencia y la codicia, en la cual los protagonistas rescatan el amor, la amistad, la compasion y el valor. En esta, su mas ambiciosa novela, Isabel Allende presenta un universo fascinante, poblado de entranables personajes que, como tantos otros de la autora, se quedan para siempre en la memoria y el corazon de los lectores.

  • Viaje al fin del oceano de Karina Luz

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    ?Alguna vez te has enamorado del mar? Viaje al fin del oceano es un canto a la belleza de los suenos imposibles haciendose posibles, a ese amor entre seres afines y al mismo tiempo opuestos, que encontraran el amor verdadero mientras libran infinitas batallas de supervivencia en un realidad paralela, junto a Dioses, reinas, corceles alados y criaturas monstruosas. Hulsh es una joven nomada que dejo su tragico pasado atras; quedara embelesada con la luz azul inmarcesible y esplendorosa, que terminara por transportarla a otro mundo, mas maravilloso, mas real. Alli conocera al oceano en persona, conocera la poesia y luchara por descifrar un poema misterioso que encierra la clave de su destino.

  • Aquella playa desierta de Rosa Alcantara Menendez

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    ?Puede el encuentro de dos personas ser como un destello de luz?

  • Habla como un lider de Julian Reyes

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    Conseguir atrapar a tu audiencia y que te presten atencion durante una presentacion no es tarea sencilla. Julian Reyes ha desarrollado una metodologia propia que persigue, no solo la mejora de la oratoria a traves de la tecnica, sino tambien el desarrollo de la autoconfianza personal en el orador.

  • Mentiras y Pasion de Maureen Child

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    Nunca un romance fingido habia resultado tan real.

  • Ella es mia de Alejandro Diaz

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    El Punto de vista de Nick… Dominabamos los pasillos, la manada y yo… pero en el instituto nos conocen mas como el equipo de futbol. Nuestra fuerza y nuestros instintos de hombre lobo nos ganaron la mano durante los juegos, diablos, !incluso nos ponemos faciles con ellos! Si lo intentaramos tanto como cuando entrenamos juntos, !habriamos matado a toda la competencia! Jay, mi mano derecha me golpeo en el hombro, captando mi atencion. Era coreano pero alto, de 1,80 m con pelo corto estilo Mohawk negro. “Oh mira Nick, !objetivo adquirido!” Jay apunto y yo segui su brazo hasta un pequeno y debil enano en sus casilleros… es curioso lo debil que es, !especialmente comparado con nosotros! Mike, mi otro mejor amigo corrio detras del nerd, golpeandolo duro contra el piso, enviando sus lentes a mi pie. Mike se levanto y miro con alegria y admiracion su trabajo. Levante mi pie y lo aplaste contra sus gafas mientras las buscaba ciegamente. “?Que pasa cuatro ojos? ?!No puedes ver!?” Me burle de el pateando sus gafas rotas de nuevo. Si, lo se… es malo, pero somos los matones de la escuela. En nuestra defensa, esta en nuestra naturaleza salvaje elegir a los debiles para sobrevivir. Mike continuamente daba poderosos golpes al estomago del nerd hasta que empezo a toser sangre, pero todos nos reimos. La multitud comenzo a rodearnos, pero nadie se atrevio a interferir ni siquiera los profesores con el tipo de control que mi familia tiene sobre los miembros de la junta escolar! “!DETENTE! QUE ESTAS HACIENDO!” grito una chica mientras se abria paso entre la multitud y habia usado su pequeno cuerpo para tratar de proteger al nerd de mas abusos. Mi corazon fallo un latido y el tiempo parecia demasiado lento mientras mis ojos pasaban por encima de su delgado pero curvilineo cuerpo. Se cepillo el pelo rizado marron oscuro que habia caido sobre sus hermosos y grandes ojos avellanos en su mono. Mis ojos bajaron por su perfecta cara en forma de corazon hasta sus labios rosados y exuberantes… Tan besables… !Me preguntaba a que sabian! !Espera! ?!Que estoy diciendo!? Ella no puede ser… un humano es mi… mi companera! “!Ja, ja, ja! !Tienes que conseguir que tu novia te salve!” Mike bromeo y todos se rieron excepto yo, en cambio yo gruni incontrolablemente al pensar que ella era de otra persona. Instantaneamente mi manada se silencio de mi grunido alfa y se volvio hacia mi, lentamente uno por uno la mirada de realizacion y el shock se apodera de mi… !Estoy protegiendo a mi companero! dijo ella, todos la miramos con sorpresa… !Esto no puede ser posible! Ella tomo nuestro silencio como la oportunidad de ayudar al nerd y empujar a la multitud para escapar. “!Espera!” Le grite a ella. La multitud se aparto de mi camino y alli estaba ella, con los brazos del nerd alrededor de su delgada cintura para apoyarse y grunir de nuevo con rabia! !Solo queria aplastarle los sesos contra la pared por haberla tocado! ?”Espera”? ?!Para que!? !?No te has cansado de acosarnos?!” Ella estaba enfadada conmigo… !Estaba defendiendo al nerd, haciendo que me hirviera mas la sangre! Pero viendo lo sexy que era cuando estaba enojada… !!Oh, cuanto la queria!! Pero nunca quise ver ese dolor en sus ojos, !nunca mas! “Tomala, apareate con ella”, grito mi lobo interior, pero no aqui, no mientras ella todavia me odia. Antes de poder defenderme ya se habia ido… La necesitaba, !tenia que ser mia! -El Punto de vista de Eva… Salte delante de Peter para protegerlo de los patanes del equipo de futbol, pero sobre todo del capitan del equipo, Nick! Todos los dias se meten con Peter sin otra razon que su propio disfrute y hoy estaban yendo demasiado lejos!! “!Ja, ja, ja! Tienes que conseguir que tu novia te salve!” Uno de los patanes bromeo, enviando a la multitud a reirse a carcajadas que resonaban por el pasillo, pero Nick se quedo en silencio hasta que solto un grunido profundo y primitivo que silencio a todo el mundo al instante! Levante los ojos del suelo, mirando atrevidamente a Nick. Su estructura de 1,90 m permanecio intimidante sobre mi pequena estructura de 1,60 m. Aqui estaba Nick Lewis, un dios entre los hombres. Su camiseta gris se extendia por sus amplios hombros, burlandose de mi mientras abrazaba su pecho bien definido y sus duros pectorales se tensaban con cada movimiento. Mis ojos se elevaron hasta su rostro perfectamente esculpido, su pelo corto y desordenado que era tan negro como una noche, sus bellos y profundos ojos azul oscuro, !gritando por mi atencion! En ese instante, todo mi autocontrol se derramo. Los pensamientos corrian alrededor de mi cabeza mientras lo miraba, congelada en el lugar un escalofrio recorrio el largo de mi columna y continue mirando a Nick… la forma en que me miraba con tanto deseo y lujuria, como si me estuviera midiendo… !Buscando su proxima comida! Seguramente no… !?Por que Nick me querria?! Sacudi la cabeza para salir de mi estado de desorden y tome su quietud como una oportunidad para huir. Ayude a Peter a levantarse, poniendo su mano alrededor de mi cintura y a traves del salon lleno de estudiantes. “!Espera!” Nick grito desde atras. A su orden, la multitud se separo como Moises separando el mar rojo. Mi ira seguia hirviendo por lo bastardo que es con mis amigos y por lo asustada que estoy por haberme sentido asi de repente… pero no puedo dejarme atrapar por los trucos de Nick para seducir a las mujeres, como lo hizo con todas las demas chicas de la escuela. ?”Espera”? ?Esperar que? !?No te has cansado de acosarnos?!” Se quedo en silencio una vez mas. Mi boca se seco como el desierto del Sahara, estaba hablando con Nick Lewis… !?Acaso estaba loca?! !?Quiero que me maten en el ultimo ano de la escuela secundaria?! Mire hacia arriba y nuestros ojos se encontraron. Nos miramos profundamente a los ojos y senti como si pudiera ver dentro de mi alma. La forma en que me mira… Estar a su alrededor, me hace sentir completa, como si sin el, me faltara un pedazo de mi misma! !Oh, Dios, parezco una loca! Necesitaba estar lejos de el, necesitaba aclarar mi cabeza. Me acerque a Peter, me di la vuelta y sali por el pasillo. Capitulo 2- La Tormenta Llegue a la clase de quimica antes que los demas llegaran para evitar que me notaran. Cuanto mas se dan cuenta, mas chismosean y con mi encuentro con Nick, no quiero estar en el lado malo de las chicas que lo idolatran, ni de su equipo de futbol que parece que podrian sacar un camion! Me sente en el frente, como un nerd que conozco. Me encantaria esconderme atras, pero desafortunadamente estan todos reservados para los “chicos populares”… La campana de la escuela sono y mis companeros de clase cayeron en el aula, uno por uno, pero no preste atencion y baje la cabeza para mirar mis libros. Una repentina rafaga de roble y flores frescas se infiltraron en mis sentidos, como si estuviera en un bosque floreciente. Movi la cabeza hacia la sombra que se avecinaba sobre mi escritorio y hacia Nick. Olia tan fresco y acogedor. Nuestros ojos se encontraron una vez mas y el se paro al lado de mi escritorio congelado. Mi corazon empezo a latir mas rapido, mis mejillas se calentaron hasta ponerse rojas y mi boca se seco… !Por que era tan intenso estar con el! Los lados de los labios de Nick se enroscaron a los lados y las esquinas de sus ojos se arrugaron mientras me mostraba una sonrisa que rompia el corazon por mi sonrojo. Devolvi mi calor a mis pulgares bajo el escritorio para ocultar mi verguenza. Mientras se alejaba, nuestros brazos rozaron solo un poco, pero una chispa atraveso mi cuerpo que envio cosquilleos lujuriosos a mi columna. Mi cuerpo reacciono por si mismo… !Lo necesitaba a el, su toque y su caricia! *** Mientras me sentaba en mi silla, trate de concentrarme en el Sr. Lowe ensenandonos quimica, pero no puedo concentrarme sintiendo la intensa mirada de Nick quemando un agujero en la parte de atras de mi cabeza! ?Por que me miraba a mi? ?Fue porque le grite que informara a todos esta manana? Y que hay de la forma en que me miro antes… !con esos ojos llenos de lujuria! !No puede ser! Me rei de mi misma, !No hay forma de que a alguien como el le guste alguien como yo! No pude soportar mas su mirada escrutadora… su repentina atencion me hacia sentir incomoda… !pero me excitaba! Me excuse de la clase y me escabulli al bano, pero antes de que pudiera decir algo ya estaba a mitad del pasillo y en los banos de las chicas. Tambaleandome hacia el fregadero, me eche agua fria en la cara para intentar enfriar la lujuria que calentaba mis mejillas… pero no sirvio de nada, no pude sacarme la cara de Nick y su cuerpo de mi mente! ?Por que estaba tan repentinamente Nick en mi mente, por que tengo este extrano tiron hacia el?

  • Mil anos despues de la guerra de Carine Fernandez

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    Miguel Carabajal, un solitario anciano, decide dejar atras su pueblo en la provincia de Toledo y tomar, junto a su inseparable perro Ramon, un autobus hasta su pueblo natal, Montepalomas, al que no volvia desde el tiempo de la guerra. Pero todo en el pueblo ha cambiado: las aguas de un pantano inundan ahora las callejuelas y plazas de su infancia. Alli, Miguel hara un repaso de todo lo vivido: las aventuras de su ninez, con el apodado de Medianoche en sus espaldas, el asesinato de su hermano mellizo, Mediodia, por los falangistas, sus diez anos en distintas carceles, su primer amor, su matrimonio fallido y el suicidio de su hijo, entre otros. Carine Fernandez, hija de un republicano espanol exiliado en Francia, dibuja un viaje interior hacia la redencion, a traves de una revision del pasado mas oscuro en la historia de nuestro pais.

  • La casa de Bernarda Alba de Federico Garcia Lorca

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    LA CASA DE BERNARDA ALBA fue la ultima obra de teatro que Lorca dejo terminada, pero no llegaria a verla representada. El poeta, ademas, nunca comento nada sobre ella, por lo que se presenta como una de sus piezas mas enigmaticas. Su lectura ha estado sesgada por interpretaciones de corte politico que diluyen lo que en Lorca no es mas que un mero marco y postergan el problema de la condicion humana, esencial en el poeta. Joaquin Forradellas analiza en esta edicion los fundamentos de dichas interpretaciones y defiende la proyeccion atemporal de LA CASA por su valor estetico y subraya la intencion documental y realista de la obra. Protagonizada por personas corrientes que salen del pueblo, negando la heroicidad, LA CASA DE BERNARDA ALBA representa el dolor cotidiano, familiar, hasta sus ultimas consecuencias. Lorca opto por un teatro representable, con un argumento asequible y, por ello, absolutamente critico y eficaz al enfrentar al publico con su propia mascara. Y lo hizo, ademas, con una expresion bella y precisa, poesia puramente dramatica, apoyado en palabras inquietantes que <> del espectador.

  • Solo una caricia de Maya Banks

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    Educada desde jovencita en una secta religiosa, Jenna no ha tenido contacto con el mundo exterior, lo unico que tiene son vagos retazos de recuerdos que parecen pertenecer a otra vida. Recuerdos a los que se agarra cuando los lideres de la secta descubren sus poderes sanadores. y la castigan. Anos de cautividad y sometimiento a las estrictas ordenes de la secta han convertido a Jenna en una mujer timida y docil. o eso es lo que todos creen. En realidad, esta esperando el mejor momento para escapar.

  • Dioses Enjaulados de G. Bruno

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    En la torre Iddik, una inteligencia artificial vela por el bienestar de los ciudadanos, pero Lux, la ciudad-imperio, se muere y sus habitantes, encerrados en sus cubiculos apenas son conscientes de ello, cada uno enfrascado en sus propios asuntos, como el profesor Xel, obsesionado con un viejo proyecto que logro transferir con exito una mente humana a una maquina. Tratar de restaurar aquella mente en un nuevo cuerpo artificial le ha costado la vida a cuatro tecnicos y el joven Serus Rich, un simple coordinador de proyectos, ha sido considerado responsable y tendra que pelear por defenderse. Por desgracia, su unica opcion es que el experimento fallido hable en su favor.

  • Espana en el corazon de Adam Hochschild

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    ?Que motiva a alguien para luchar por un pais que no es el suyo? Desde los primeros compases de la Guerra Civil espanola, esta se convirtio en una cuestion internacional. Hitler y Mussolini enviaron aviones y tropas a los generales golpistas. Millones de personas en todo el mundo sintieron que el fascismo que asolaba Europa debia ser detenido en Espana. Mas de 35.000 voluntarios de decenas de paises ayudaron a defender la republica espanola. Hochschild, el aclamado autor de “El fantasma del rey Leopoldo”, evoca este periodo tumultuoso a traves de las vidas de los estadounidenses involucrados en la guerra, entre los que se encontraban intelectuales de la talla de Hemingway.