• La Bachillera de Roser Amills

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    Leonor volvio a pensar en Bartolome, le dio sueno y se sono en el altar, a punto de casarse. Esa vision podria ser motivo de alegria para cualquier muchacha, pero ha amanecido con una nube en el ceno y los ojos como platos, un minimo resplandor entre las cortinas ha logrado encenderla. !Esta enamorada, menuda inconveniencia! !Como no se habia dado cuenta! Se viste y afana, aunque sea domingo, directa al escritorio a trabajar en lecturas y notas, la aliviara redactar dos o tres de sus clases de la primera palabra hasta la ultima con caracteres de hormiguita, lo que sea con tal de evitar que nada la saque de su proyecto de ser en unos anos la profesora solterona mas capaz de la isla, vivir de su trabajo y no someterse. Ya el destino la ha bendecido dandole suficientes sufrimientos, eso la ha fortalecido y con una carambola le ha permitido tambien el acceso a libros prohibidos, clandestinos amantes y el encargo del obispo de montar una escuela de senoritas que es ya la mision de su vida y con ello era feliz pero… Se aplica, se desconcentra y se dice <> ante el espejito para contemplar la firmeza de este pensamiento en sus pupilas, luego lee terca y disciplinada, cada libro que no ha leido o cada pasion que no ha vivido son una oportunidad desperdiciada de entender el mundo, solo el conocimiento puede darle un lugar limpio de tacha y <> le gustaria gritar pero a su lado Dionisia duerme asi que solo lo suspira, y sabe que lo primero que tendria que hacer es dejarse de suspiros pero no puede, con desesperacion observa a la placida Dionisia con sus ronquiditos de cachorro que son truenos pequenitos, reiterados como los pensamientos que danzan en la cabeza de la joven maestra, menuda envidia... Entonces, como si se hubiera sentido observada, Dionisia se despereza, abre los ojos y con una sonrisa placida da los buenos dias y la invita a bajar. --Gracias, Dionisia, hoy no desayunare. Estoy ocupada. No esta para paseos, le podria venir bien pero se siente tan alterada que se tumbaria y se dejaria morir, cuanto le molesta el olor a espliego de las semillas de la comoda que Dionisia revuelve como un ave porque ha perdido su mantilla de los domingos.Y no calla. --Ayer tampoco quisiste, ?que te pasa? !Menudas ojeras! ?Has dormido? --!Claro que he dormido! --Leonor sonrie y aparenta normalidad. --!Que bien, me alegra que estes vestida! Vayamos a misa ya, tendremos mas tiempo para pasear y estreno vestido... --No me esperes.Ya te he dicho que tengo cosas que hacer. --No puede ser bueno trabajar en domingo --reprocha irritada mientras se pone de punta en blanco pensando en los muchachos, pero a Leonor hoy no le motivan ni los coqueteos ni los actos de fe y no tiene ningun merito, ojala supiera ser simple como Dionisia, esa ingenua y presumida beata que ahora refunfuna por el mal plan de tener que acudir a misa con su senora madre, un plan mediocre comparado con pasear libre con su amiga tras el sermon y la comunion... La conoce, sabe que algo serio la preocupa y como si de un juego se tratara la somete a todas las preguntas que se le ocurren. --?Has tenido algun disgusto con tu madre? --No. --?He hecho algo que te moleste? --insiste Dionisia. --No, y calla ya --de malas maneras, tiene demasiado en que pensar para someterse a la chachara de Dionisia--, !hablas mas que un vendedor pobre! --?Estas enamorada? --... --Eso si seria una gran noticia... --!No, Dionisia, no! Basta de preguntas. !Vete que te han llamado ya un par de veces, o terminaran dandome la culpa a mi! --Siempre lo mismo, !Leonor con la cabeza en las nubes! Y asi por fin se han marchado la charlatana y su estela de perfume y Leonor abre los porticones para que el frio despeje el cuarto, sus preocupaciones son mas negras que el horizonte y siente un enorme alivio en cuanto verifica que todos salen. Ahora si, en voz alta, se dice que no deberia dedicar ni cinco minutos mas a las tonterias que la han invadido, que es una mujer instruida, que deberia ser impermeable a la neurastenia. ?Estar enamorada la hace sentir mas viva, o menos? Para convencerse de otras pias prioridades, repasa las fichas de las nuevas alumnas, huerfanas por la peste. ?De que podria quejarse? Cientos de personas mueren cada semana por esta enfermedad que asola la capital y sus cuerpos son arrojados a fosas comunes o al mediterraneo sin miramientos mientras otros son perseguidos por la Inquisicion y obligados a marcharse pero Leonor tiene salud, comodidades, la fortuna de tratar a diario con las herederas de las familias mas pudientes de la ciudad, es recibida en salones encopetados y, sobre todo, tiene una mision y la suerte de que en esta casa nadie se sorprende de sus cambios de humor. Su escuela de senoritas ha aumentado el numero de alumnas de forma considerable y Leonor, a pesar de su juventud y para maravilla de propios y extranos, toda la semana imparte seis horas diarias de clases de literatura, de historia, de calculo, de conocimientos naturales y de musica, a lo que cabe anadir una dedicacion considerable para registrar las faltas de asistencia --no pocos nobles padres se toman aun a la ligera la educacion de las pequenas, para su indignacion--, poner al dia las complejas cuentas, atender la correspondencia oficial para mantener permisos y donativos, las listas de materiales, cobrar las mensualidades de las pocas senoritas con recursos que pagan, negociar rebajas a las pequenas cuando alegan sus padres que comen menos, confeccionar el programa de cada asignatura y redactar ejercicios, los uniformes que cose con su madre, las labores que bordan ella y Dionisia en el tiempo libre que queda para ganarse el favor de la curia, tantas tareas... Menos mal que comparte ese peso y este ano ya tiene a un par de alumnas aventajadas encaminadas a convertirse pronto en profesoras como ella... !Ah! Y que descanso la casa en silencio, pero aun asi no hay manera de concentrarse. Por eso ha dejado de lado las listas, ha abierto uno de los libros que esconde bajo la cama y golpea varias veces con el indice un parrafo como quien desempolvase un objeto recien descubierto. Es de su autora favorita y le recuerda, oportuna como siempre, que no debe perder de vista su objetivo: cambiar la sociedad, formar a las ninas para que algun dia sean mujeres libres. Las lecturas como esta son su guia, su consuelo, ideas peligrosas, si quiere estar a la altura no puede abandonar a sus alumnas por sentimentalismos absurdos... Hasta que abrieron el colegio, hace ano y medio, esas ninas no habian pensado jamas en aprender nada excepto a coser y a casarse y ahora oyen a diario a Leonor y que alegria comprobar que algunas escuchan cuando repite que estudiar es lo unico que puede hacer libres a las mujeres, eso si da frutos de forma alegre y sin tormento, no criar ninos como conejas hasta morir en un parto.Ya lo dice San Pablo: <>. A casi nadie de la ciudad le gusta el nuevo colegio que Leonor y su madre regentan, sin embargo callan porque cuenta ni mas ni menos que con la bendicion del obispo. Nadie puede senalar a Leonor con el dedo, el clero valora sus avances y ella es discreta para todo lo demas, sus secretos, tan bien guardados. No puede quitarse de la cabeza el rostro de la mujer que fue paseada hace unos meses por calles y plazas de Palma medio desnuda, con plumas pegadas con brea al cuerpo para cubrir sus partes pudendas, montada encima de un asno y con un letrero en la espalda donde estaba escrito su delito. Despues la condenaron a diez anos de reclusion y a Leonor le podria suceder lo mismo en cualquier momento... Por eso incluso con su amiga intima buen cuidado ha tenido de no compartir lindezas como que ya ha comprobado que una puede dejarse amar siempre que tenga ocasion porque la virtud no se gasta si no te la crees en exceso, al contrario, el cuerpo florece si es amado a menudo, y la carrera de las mujeres no consiste en enamorarse y casarse... Solo el obispo y su madre, Maria Arbona, saben que tiene vedado ese camino, que hay un motivo para que rechace a sus pretendientes hasta el punto de que han empezado a mirarla como a la mas arisca solterona de la ciudad y ya ni se le acercan, tan desabrido es su rechazo. Pero se ha corrido la voz, murmuran que es extrana, una loca enferma de libros y mas tenaz en los estudios que muchos hombres, una dama con una pluma o un libro en las manos la mayor parte del tiempo, un porvenir de institutriz, una madre viuda que hace la vista gorda cuando entra y sale sin dar explicaciones. Si. Hace su santa voluntad con discrecion, es lista, desobedece preceptos sin ponerse en evidencia, es el camino que los hombres han dejado a las mujeres, le enseno Rafael. Leonor ha retenido esa leccion y quiere muchas mas, deprisa, que regalo este joven que firma Rafael Cladera en uno de los semanarios mas importantes de la isla pero al que ella llama <> con ternura, simpatizan tanto que se imitan. !Y menuda es Leonor con el, tan calladita el resto del tiempo! A su madre y a dona Ines, la encopetada madre de Dionisia, no les gustaria saber que... Rafael ha sido otro regalo, !y como se burlaria de ella si le confesara que se le ha despertado la angustia de la que tantas veces le hablo, el peor de los males para una mujer inteligente como ella! Pero venga a pensar y pensar en Bartolome, parece mentira. Mejor haria escribiendo una nota de respuesta a este pretendiente inesperado para mandarle a paseo... !O podria escapar quizas al extranjero, donde viven las heroinas de sus libros! Sus admiradas mentoras si sabrian lo que hay que hacer en un caso asi, lastima que Leonor no dispone de medios, sin dinero ni titulos no se puede ir a ninguna parte, sin un carruaje con el que escapar aun tendra que trabajar duro para mantenerse... Suspira y se embelesa pensando todo esto, observa como cambia la sombra de la pared y esta inactividad la irrita, !por Dios! Son casi las doce y estaran a punto de regresar, no ha avanzado nada ni en trabajo ni en pensamientos. --!Que absurdo es todo esto! --murmura para si-- !que absurdo! --y se refiere tanto a su limitada existencia como a sus contradicciones. Y pensar que hace apenas un mes era libre como ninguna, una extravagante llena de insolencia bajo la tutela de una de las mejores y mas respetables familias de la ciudad y con una madre que le deja hacer cuanto le place, educada desde los diez anos entre rezos y normas pero con facilidades para aplacar su sed de aprenderlo todo, hasta la semana pasada nada podia frenarla en sus avances y de pronto... Es como si hubiera llegado a un tope, como si todo empezara a hacersele pequeno de nuevo. !Cuanto echa de menos esa vanidad que la mantenia despreocupada de todo excepto de su colegio! Ahora la vanidad ha dado paso a una sensacion desconocida. ?Y si el...? En todo caso, se dice, tiene que hacer algo. Podria visitar a alguno de sus discretos interlocutores de costumbre, eso la animaria. Uno de esos que aceptan sus condiciones sin rechistar, hombres embriagados que la escuchan como quien escucharia a cualquier mujer bella que hablara en una lengua extranjera, ansiosos de la vitalidad de sus muslos juveniles y de su rostro enrojecido, de sus salvajes habilidades, cohibidos por miedo a perderla e incapaces de hacer preguntas sobre su inaudita frialdad cuando decide rechazarles si se cansa, ni ella misma sabe si caprichosa o prudente, a veces sucesivos y otras yuxtapuestos sin sospecharlo ellos siquiera, un limbo de suaves afectos tan manejables, tan superficial que en cuanto se encarinan los aparta, sobre todo si empiezan a hablar de amores, y por que no ha sabido hacerlo tambien con Bartolome. Siente una profunda irritacion. Bartolome, claro, he aqui el problema. <>. Vuestro devoto servidor,Tomeu>>. Esta desbordada, porque una cosa es razonar y otra vivir en las propias carnes que… !Como ha podido ocurrir! Se habia considerado tan inmune, maldito sentimentalismo, y encima se burla de ella con esas comillas. Pero se dejo acariciar y besar por el como una estupida, no con la indiferencia de los encuentros clandestinos con cuantos le importan menos, el si ha dejado huella y no deberia consentirlo, tiene que quitarselo de la cabeza y asustarle, ya puede desmontarse el mundo que nada va a hacer cambiar un punto su voluntad de desenamorarse, pues el amor es el camino prohibido, la haria esclava del orden que intenta desmontar y por eso se ha mantenido firme en no verle. Lo que no se ve, no existe.Y no ha servido de nada, el insiste y ella... no logra sacarle de su mente, ?perdida ya, quizas? Esta a tiempo, toma una hoja y empieza a redactar una carta para salir airosa de este asunto y tambien para descargar su furia contra este engreido: <> Un ruido ensordecedor la ha frenado en seco, algo ha pasado a su espalda y tarda unos segundos en poder ponerle nombre, su corazon esta desbocado, se santigua, !podria haber muerto! Si, un rayo. Una bola de fuego ha cruzado la habitacion y ha salido por la puerta para acabar en un arbol del jardin y se estremece entera como si la hubiera zarandeado de la cabeza a los pies aunque no la haya tocado. Pero sin tocarla la ha dejado paralizada: le ha traido un olor de su infancia, de cuando Leonor le rogo a Dios que la fulminara y Dios no quiso, esas circunstancias que originaron el germen de su extraordinario caracter, ha tiritado de la cabeza a los pies. Es un aviso, lo sabe, menudo infierno, que mal sin remedio este Bartolome que se las ha arreglado para revolucionar su estabilidad y eso que deberia mantenerse fria, malvada, lejos de un hombre del que no se ha atrevido aun a hablarle a Rafael. Si lo hiciera, descubriria su fragilidad. --Y esta senal... ?Que ha venido a mostrarme? Alterada, temblorosa, ha arrugado la carta que apenas habia empezado, los dedos de Bartolome que recuerda tan dulces en su rostro, los labios como un balsamo sobre los suyos... Hablara con el, ciertas emociones deben afrontarse, tambien las que duelen, sobre todo esas. Ademas, no pierde nada. Lo mas probable es que Bartolome no la comprenda, va a advertirle y si el... --Hija, ?aun leyendo??Todo bien por aqui? --susurra con una mano sobre su hombro--. Hemos llegado de misa empapadas, llueve a mares, deberiamos cerrar la ventana. --Si, madre, ahora la cierro --titubea sin darse la vuelta para no mirar a los ojos. --!A saber que fantaseas, hasta que no me he puesto a tu lado ni me has oido! !Y claro que esta despistada! Pero no va a reconocer por que, por fortuna entre ellas ha habido siempre una distancia que hace imposibles las confidencias, comparten terribles secretos de su pasado en Fornalutx y eso no deja lugar a mas, ni su querida madre sabe cuanto se ha resistido a responder a las cartas que el le ha hecho llegar una tarde tras otra, ni que ha tenido el cuidado de cubrirse el rostro con un velo de encaje para salir, a la francesa para que no la reconozca, o que ha dado orden a las criadas de que respondan que ha salido de viaje por si el tenia el atrevimiento de presentarse, como en efecto ha sucedido en al menos dos ocasiones. Mientras Leonor repasaba todo esto, su querida madre ha cerrado los porticones y acaba de poner en un jarroncito a su lado un ramillete de rosas blancas, sus preferidas. Es tanta la ternura que siente Leonor ante este detalle que esta tentada de contarle lo del rayo pero, prudente, hace como que esta ocupada en el escritorio para que su madre se vaya y se mueve con tan mala suerte que golpea el jarron, el agua se derrama y corre hasta empapar libros y papeles, !menudo desastre! Tendra que dejarlos todo un dia al sol si quiere recuperarlos. --!Leonor! --la regana un poco--, como sigas asi, para que te concentres te voy a tener que quitar este mar en tempestad que tanto te revuelve --y lo anade mientras trata de secarlo todo con el delantal. Pero ha parado en seco y ahora senala la novela romantica que tenia su hija escondida bajo el cuaderno. No se equivoca. Las rosas huelen como la camisa de Bartolome y eso es lo que pensaba la protagonista de la novela que tiene sobre la mesa. Ahora lo ve. La chispa de su mal habia estado siempre en su pecho y su secreto abuso de la lectura de novelas romanticas la habia mantenido. Con razon estan prohibidos esos libros a las damitas como ella, la han hecho desordenada respecto a las convenciones sociales, sin prejuicios y sin preocupacion alguna de las consecuencias de sus actos, pero tambien le han inoculado el veneno del romanticismo. Hasta ahora, los que se propasaban con sensiblerias eran olvidados sin mas, incluso han caido en el ridiculo, como cuando el parroco la quiso hacer pasar a la sacristia como de costumbre pero, una vez dentro, ya sus caricias no le agradaron y le aseguro que no iba a verle mas, y ante esta negativa el tuvo la desfachatez de amenazarla con el infierno por despiadada, atribuyo su cambio de parecer a la intervencion del diablo. !Que atrevido! --Gracias, madre, ya lo arreglo. Los curas son los peores, desorientados por los cambios sociales y politicos de los ultimos anos apenas inspiran respeto mas alla del altar y se aferran a estas pasiones y pierden la cabeza, no como el periodista experimentado que la ilustra, el no trata de poseerla y puede ignorarle sin que le pida explicaciones, para unas semanas despues volver a aceptar sus atenciones. Sin embargo... --Ven, Rafael, !quiero aprenderlo todo! --Despacio, pequena, a su tiempo --y le arremanga la falda para introducir su barba de rizos rubios entre las piernas de Leonor. --!Oh! !Es tan delicioso que Dios nos castigara! --se estremece divertida. --Dejate de monsergas de beata, cree solo en lo que se ve y se toca. !Y que bien la toca Rafael! Estan tan de acuerdo... El mundo va a cambiar y las mujeres dejaran un dia de ser gatitas invalidas a merced del matrimonio y la virtud, ella lo hara posible con las herramientas que el le ha ensenado: su inteligencia para adoctrinar a las ninas y su belleza como medio de manipulacion del projimo y satisfaccion, ella curara generaciones enteras de mujeres sometidas, va a progresar y se entienden tan bien... Solo una tarde de juegos se enfadaron, pues Leonor al escucharle alabar las virtudes de otra de sus amigas sintio por vez primera las punzadas de los celos.Y que bien la curo: --?Cuanto pagamos por las locuras del amor? O, mejor dicho, por el gran numero de imbecilidades que florecen alrededor del instinto amoroso. !Pequena, el amor corrompe el caracter, olvidalo para siempre! A el le gustan las mujeres que lo arriesgan todo, valientes, y ella le acaricia y admira con gratitud y confianza absoluta. Es facil porque no la atrae, no le dara nunca problemas porque es bajito y un poco cojo, lo suficiente para que se sienta a salvo a su lado: los hombres bajitos no le han gustado nunca y nadie sospecharia que una muchacha tan guapa tenga algo que ver con un joven tan deforme, pero menudo par. --Trata de aprender algo de cada hombre sin entregarte y seras feliz, Leonor.