• Amantes en Shangri de Tina Isabel Leung

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    Lanying, una timida sichuanesa en sus veinte, viaja al Campamento de Conservacion Ambiental de la Montana en Nepal. Ahi, conoce a Vitor, un hombre misterioso con acento portugues. Ellos, junto con otros voluntarios internacionales - Parvana de Iran, Idunn de Islandia y Luca del Vaticano - empezaron La Tribu Shangri-La. La Tribu bloguea sobre ecologia y tiene una regla de reencontrarse todos los anos y hacer algo bueno por el planeta Tierra.
    Lanying se da cuenta rapidamente que Vitor es mas que un amigo para ella, pero ella no puede ignorar el hecho de que hay mas de 16.000 km de distancia entre sus ciudades natales.
    ?Su amor encontrara una manera de funcionar o estan destinados a separarse?

  • En el fondo me tienes de Anny Peterson

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    Emma viajara a Australia siguiendo una pista hasta la Escuela de buceo Blue Days, alli conocera a Jon y a Dani, dos instructores con manias muy variopintas y divertidas. Iker es un fugitivo de su vida, como Emma, con el que pronto traba amistad porque comparten albergue y secretos a pie de playa muy cerca del centro de buceo. Ambos se daran cuenta de que, si quieren cambiar sus vidas, lo mejor es saltar juntos con Jon y Dani para descubrir lo que les depara la vida y el mar.

  • AQUELLO QUE FUIMOS de Pilar Munoz Alamo

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    En plena juventud y tras cuatro anos de ausencia, Blanca regresa a su Malaga natal arrastrando una maleta y un pasado que no sabe si podra afrontar.
    En otro punto de la ciudad, un ano mas tarde, Victor recibe una llamada de telefono en relacion con Fuensanta, su madre, que pondra su vida en jaque dejando al descubierto una estela de enganos en la que todos se veran implicados, hasta descubrir una oscura verdad.
    Vidas con diferente origen, fuertemente marcadas por decisiones propias o ajenas de aparente insignificancia. Futuros rotos que requeriran un maximo de valor, fuerza y coraje para poderlos superar.

  • Parecia una buena idea de Kylie Scott

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  • Inmortal de Alma Katsu

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    ?Para que usariamos la inmortalidad? Una historia de amor y venganza a traves de los siglos, con Maine, Boston, Paris y

  • Hielo y fuego de Diana Palmer

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    Margie Silver sabia muy bien que iba a atraer las miradas de los comensales masculinos que cenaban en aquel restaurante tan selecto de Atlanta en el que se hallaba sentada, esperando. El color de su vestido de seda, un verde muy vivo, era de por si llamativo, pero lo verdaderamente imponente era el corte: de manga larga, cenido y con un escote muy pronunciado, en pico, que bajaba casi hasta la cintura, rodeada por un ancho cinturon. Unido a la melena negra y a los ojos verdes de Margie, el efecto de aquel vestido era explosivo. La falda tenia una abertura lateral que subia hasta encima de la rodilla y dejaba entrever las piernas, largas, cubiertas por unas medias muy finas que enfundaban tambien los pies, pequenos y calzados con zapatos negros de tacon alto, muy sexys. Bebio un sorbo de su ginger-ale. Los dedos de Margie, que en ese momento sujetaban el vaso, eran largos, de pianista. Llevaba las unas pintadas de rosa. Aunque tenia el aspecto de una modelo de alta costura, en realidad se ganaba la vida escribiendo novelas romanticas de tipo historico bajo el seudonimo de Silver McPherson, una autora muy famosa. No le estaba permitido mencionarlo esa noche, porque semejante revelacion caeria como un jarro de agua fria sobre el nuevo amor de su hermana Jan. Margie tenia el presentimiento de que aquella invitacion a cenar tan de ultima hora encubria un cara a cara con el futuro cunado de Jan, el ricachon, y habia elegido ese vestido tan llamativo con el deseo expreso de provocar. Fruncio los labios, irritada. Cuando Jan la habia llamado esa tarde, estaba escribiendo y se hallaba en medio de una escena especialmente dificil. Su hermana le habia rogado que estuviera en el restaurante a las siete; eran las siete y media y no habia ni rastro de Jan. Estaba furiosa. Cambio de postura y se miro el vestido de seda con expresion divertida. Jan iba a quedarse horrorizada: le habia explicado que los Van Dyne eran muy conservadores en cuanto a las formas, y tambien lo que pensaba el hermano mayor de las mujeres llamativas y estridentes. Habia advertido a su hermana mayor que se mostrara comedida, y le habia sugerido que se vistiera como una monja. Asi que Margie, naturalmente, como detestaba que le dieran ordenes, habia sacado del armario el vestido mas llamativo y se habia maquillado como una vedette. Le brillaban los ojos solo con imaginarse como reaccionaria Jan, para no hablar de Andrew Van Dyne y su hermano mayor. Si lo que Jan habia pretendido era crear un encuentro improvisado entre ellos, se iba a divertir de lo lindo. <>, decia Jan, refunfunando, cada vez que le daba por hacer una de sus extravagancias, como colocar una estatua de Venus, completamente desnuda, delante de su casa, cuando sabia que la pobre senora James, su vecina, pasaba un apuro tremendo cada tarde al cruzar por alli para ir a regar sus propias plantas. Por lo menos en la foto de la solapa de su ultima novela, Ardiente pasion, aparecia solo su cara. Habia amenazado a Jan con fotografiarse en salto de cama, y su hermana le habia asegurado que, si se atrevia a hacer tal cosa, emigraria y se marcharia a vivir a otro pais. Pero ella seguiria viviendo como le apeteciera y urdiendo nuevas maneras de escandalizar a Jan. Su matrimonio, que habia sido muy breve, estaba en el origen de aquel modo de comportarse suyo tan alocado. Las extravagancias eran su manera de protegerse del mundo y encubrir su vulnerabilidad. Su marido habia muerto en accidente dos meses despues de la boda, y para ella habia sido casi un alivio, pues ya para entonces habia perdido todas sus ilusiones en lo que se refiere a la intimidad con un hombre y al matrimonio. Habia aprendido la leccion: uno no conoce de verdad al otro hasta que no convive con el y tenia buenas razones para recordarlo. En aquella epoca, con apenas veinte anos, creia realmente que estaba enamorada de Larry Silver. El era joven y, aparentemente, tenia un caracter agradable y una prometedora carrera de abogado. Habian salido unas cuantas veces, luego se casaron y pronto descubrieron que eran incompatibles. Larry murio al cabo de dos meses en un accidente de avion y ella, mas que destrozada, se sentia culpable. Habian transcurrido cinco anos y desde entonces Margie no se tomaba nada demasiado en serio. Tomarse las cosas en serio era un suicidio mental, solia decirle a Jan, aunque a menudo pensaba que su hermana menor no se dejaba enganar por su aparente superficialidad. Dio otro sorbo a su ginger-ale y suspiro. Si Jan y Andy no aparecian en los diez minutos siguientes, se marcharia. Faltaba apenas un mes para la fecha limite que le habia marcado su editor, no tenia tiempo para andar saliendo a cenar con desconocidos. A pesar de que sabia que su hermana estaba cada vez mas encarinada con Andy, no tenia el menor de deseo de conocer al hermano de este. Miro a su alrededor, se sentia como si hubiera caido en una trampa. Sabia que <>, como lo habia apodado, desaprobaba la relacion de su hermano con Jan. Jan era secretaria de un despacho de abogados. El millonario, claro, queria que su hermano se emparejara con la hija de alguno de sus poderosos amigos de Chicago, no con una insignificante secretaria de Atlanta. Los padres de esas jovencitas controlaban el mercado de la confeccion y los Van Dyne eran grandes fabricantes de ese mismo sector. Para el hermano de Andrew seria una union de ensueno. Sintio un hormigueo en la nuca como si alguien la estuviera mirando. Giro la cabeza y se encontro mirando fijamente a un hombre cenudo de ojos oscuros que acababa de entrar. La impresion hizo que el vaso casi se le cayera de la mano. Nunca habia visto unos ojos semejantes ni una cara parecida. El recien llegado era alto, grande, y tenia un rostro duro, como tallado en madera de teca. La miraba con hostilidad y Margie sintio que aquellos ojos la fascinaban. ?Por que ese completo desconocido la miraba con tanto antagonismo? La desaprobacion que leia en su rostro la divertia y, sin pensarlo, fruncio los labios y formo el inconfundible perfil de un beso, al tiempo que parpadeaba con coqueteria. Luego esbozo una sonrisa seductora y se giro de nuevo. Dejo el vaso en la mesa y se llevo la mano a la cara para disimular un ataque de risa. La cara que habia puesto aquel hombre era digna de verse. Un poco de diversion la ayudaria a disipar el aburrimiento y la irritacion que sentia. Jan se escandalizaria cuando se enterara de como pasaba el rato su hermana mayor. Vio una sombra a su lado, levanto la vista y descubrio al desconocido junto a ella. Su expresion era tan severa que habria servido para detener el trafico. --Cualquiera diria que es la sombra del mismisimo monte Rushmore --murmuro Margie con una sonrisa traviesa. Se giro hacia un lado y apoyo el brazo en el respaldo de su asiento mientras lo miraba de arriba abajo--. Sientate, encanto, y tomate una copa conmigo. El no sonrio. Mas aun, parecia como si nunca en su vida hubiera sonreido. Sus ojos miraban a Margie con creciente desaprobacion. --No, gracias. Tengo una cita con una joven --enfatizo esa ultima palabra como si quisiera insinuar que el termino no era aplicable a Margie. A esta le gusto su voz de inmediato. Era profunda y algo aspera, muy masculina, propia de una persona educada. --?Una cita a ciegas?

  • La montana magica, Thomas Mann de Thomas Mann

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    El protagonista de la novela, Hans Castorp, un joven de 22 anos, estudiante de ingenieria y de familia adinerada, va a visitar a su primo al hospital de tuberculosos de Davos, en donde su estancia, originariamente planeada para tres semanas, se convierte en una estadia de siete anos. Pronto comprende que la logica que rige en el hospital, situado a 1530 m de altitud, es distinta a la que gobierna el mundo “de los de abajo” -el mundo de los sanos-. El hospital de Davos, reino de la enfermedad y la muerte, pero tambien de la ociosidad y la seduccion, transforman profundamente al protagonista. La montana magica es tambien una descripcion de la situacion social e intelectual europea, que registra los acontecimientos filosoficos, sociales y politicos de Europa que provocaron la Primera Guerra Mundial.

  • Entre nosotros de Tierra Salvaje

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    Judith y Marc se gustan y odian a partes iguales. Sus encuentros se hacen mas asiduos y empiezan a descubrir cosas que, en lugar de separarlos, los acerca mas. Los dos esconden secretos. Los dos viven distintas realidades. Son la misma cara de la moneda…

  • Ladron de Almas de Kim Richardson

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    Alexa tiene un severo problema. Esta muerta.
    Peor aun. En lugar de encontrarse con su creador, se encuentra envuelta en el mundo de la Legion de Angeles de la Guarda, una banda secreta de los Angeles dedicada a proteger a las almas mortales de los demonios.

  • Presente. Pasado… Tu. de Ana Idam

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    ?Cuantas veces puedes tropezar con la misma piedra? Una solicitud de amistad en Facebook hace que Natalia retroceda hasta la epoca de la universidad y de rienda suelta a su yo mas sonador, inseguro y pesimista. Una historia a caballo entre el presente y el pasado, con dosis del miedo que nace de la inexperiencia y de la determinacion que conlleva la madurez, donde los fantasmas de una vida se mezclan con el amor inesperado de juventud y las ansias de recuperar el tiempo perdido. Si no cierras tus historias, te perseguiran toda la vida, pero, ?ser adultos hara posible la historia de amor que se merecen? * Soy Natalia Frutos, gallega de nacimiento y residente en Padron. Odontologa de profesion y bailarina por devocion. Me chifla bailar, es una de mis pasiones, pero reconozco que aunque he practicado durante siete anos ballet clasico no es lo mio, asi que me libero con el funky. En la universidad tuve un amor platonico epico, de esos que no sabes si te destrozan o te construyen. Un amor que a dia de hoy no se si de verdad ha quedado atras. * Me llamo Oliver Aguilo McGrath. Olif para los amigos. Vivo en Alicante y soy arquitecto, como mi padre. En la universidad, donde la cague a muchos niveles, no destaque por ser un estudiante responsable, todo lo contrario. Sin embargo ahora estoy comprometido con Construcciones Aguilo y cuando no estoy trabajando le dedico mi tiempo a una nueva adiccion: el deporte.

  • El Cuadro De La Sirena de Andrea P. Munoz

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    Bonnie le miro sonriendo desde la proa. Los ojos castanos le brillaban con un jubilo que hacia tiempo habia creido perdido. Sus cabellos rojos danzaban alrededor de su rostro iluminando el paisaje como la cabeza encendida de una cerilla. Las comisuras de sus labios se ensancharon formando una gran sonrisa. El chico que le acompanaba pensaba que no habia cosa mas hermosa que ella. La miro absorto como si esta fuera una sirena y el un simple marinero sin posibilidad de huir de su embrujo. --Esto es maravilloso --pronuncio Bonnie deleitandose con la brisa, con las olas que rompian en el balandrajo[1] y el perfume salino que se pegaba a su piel. El chico la abrazo con fuerza. Le acaricio los cabellos y la beso dulcemente. Los labios de el sabian a mar. Siempre habia sido asi. Hasta llevaba el mar en su nombre. Moray [2] . Bonnie susurro para si el nombre de su marido. Se besaron de nuevo mientras las olas mecian la embarcacion. La joven pelirroja se habia quedado embarazada del chico a los diecinueve anos y a pesar de que nadie habia apostado por ellos, ahi estaban. Cinco anos despues y celebrando su primer aniversario como marido y mujer. Con una familia preciosa. Una punzada de tristeza cruzo el pecho de la joven. No estaba acostumbrada a estar lejos de su hija y aquel dia la habia dejado al cuidado de sus suegros. A la pequena le pusieron Yvaine que en gaelico se traducia como estrella de la manana. Era una nina muy bonita. Su rostro pecoso le recordaba a una sandia, redonda y con pequenas semillas. Habia heredado el fuego en su cabello y la mirada de su padre. Tenia cinco anos y apenas balbuceaba unas pocas palabras. Cada manana Bonnie la levantaba, le masajeaba las articulaciones, le daba su medicina y le preparaba el desayuno. Despues, y con bastante dificultad, la banaba en la banera de ceramica mientras Yvaine se retorcia y aparecian las primeras convulsiones. El siguiente paso era vestirla. En ese punto, a menudo Bonnie se enfadaba pues su hija se negaba a ponerse la ropa que le habia elegido y se frustraba en silencio porque la nina era incapaz de meter un brazo por la manga del jersey. Una vez vestida, le ponia los dibujos animados en el televisor o bien le tendia alguna pintura que esta agarraba con dificultad. A Yvaine le gustaba pintar y su color favorito era el verde. Podia pasarse horas rayando una hoja en blanco con un crayon verde esmeralda o en su defecto azul. El color azul era su segundo color favorito. El tercero aun no lo habia descubierto. Mientras ella pintaba, Bonnie limpiaba la casa y preparaba la comida solo para ellas pues Moray no llegaba hasta la noche. A veces incluso tenia que ausentarse varias noches seguidas. El trabajo en alta mar era asi. Los pescadores paraban su trabajo durante la epoca de tormentas pero pasaban largas jornadas fuera de casa cuando el mar respondia a sus demandas de abadejo[3] y crustaceos. Por la tarde, la chica paseaba a Yvaine en una diminuta silla de ruedas. Visitaba la fruteria o cualquier otro establecimiento en el que tuviera que comprar. A la vuelta del paseo senalaba el mar. "Tu papa esta ahi, luchando contra monstruos marinos para volver con nosotras", decia. No sabia si su hija la entendia o no pero esta se quedaba mirando el mar con absoluta fascinacion infantil. Cuando regresaban a casa, Bonnie estaba siempre cansada. Aun asi le daba la cena a su pequena, le ponia el pijama y la arropaba en su cama mientras le contaba un cuento. A Yvaine le habian diagnosticado paralisis cerebral infantil (PCI) que afectaba tanto a sus funciones motoras como neurologicas pero no la hubiera cambiado por nada del mundo. Para ella era una nina sana. Normal. Una nina feliz y risuena que llenaba de dicha su corazon. Por supuesto, criarla suponia muchas veces que se levantase con ojeras, con los musculos rigidos y tan agotada como la noche anterior. Pero Yvaine era su estrella. Su estrella de la manana. --!Mira! Moray senalo la boveda celeste protegiendo a su esposa del frio con los brazos. Rodeandola con extremada ternura. Las estrellas habian comenzado a aparecer por encima de sus cabezas. Estas brillaban con fuerza y ambos se quedaron admirandolas un rato pese a la frialdad del norte. Sin embargo, las estrellas no duraron mucho en el cielo pues su brillo fue disminuyendo hasta desaparecer. Por completo. Una a una. Parecia que el barco flotase en mitad de la nada. Entre un mar oscuro y un cielo tan negro como un abismo. El joven no recordaria mucho a partir de ese momento. Tan solo pequenos fragmentos. Imagenes confusas del peor momento de su vida. La nubes negras; Los rayos; Observar el barografo[4] con sorpresa; Las embestidas de las olas; El grito de Bonnie; El miedo en la mirada de ambos; El casco partiendose en dos, separandoles en el acto. Las astillas que saltaban de la madera; El agua que arremetia sin piedad; La lluvia que le impedia ver con claridad; La sal de su boca. Pero lo que Moray nunca podria olvidar fue ver los destellos rojos de una melena de sirena hundiendose en el mar. 2 2013 Crail. Escocia. Aisla tenia sesenta y tres anos y toda una vida de recuerdos a su espalda. A menudo, los recuerdos se agolpaban en su pecho y le impedian dormir. Como aquella noche. Se desperto y bajo las escaleras agarrada al pasamano. Sus pasos cansados deambularon por el pasillo en plena penumbra. Penso que lo mejor seria hacerse un te. Una tila quiza le viniera bien a sus nervios. Encendio la cocina de gas y puso una tetera a hervir. Mientras el agua bullia, sus ojos se desviaron hasta una lata metalica de galletas abollada y descolorida. Normalmente su mirada siempre evitaba aquel rincon pero esa noche no tenia fuerzas. Cada dia que pasaba la anoranza por lo que una vez sintio se hacia mas y mas honda. Sin apenas ser consciente de ello, sus dedos alcanzaron la lata del estante. A Aisla se le empanaron los ojos mientras sacaba las cartas que tenia escondidas. Habia pasado casi toda una vida guardando aquellas palabras de juventud. Su memoria reconstruyo la mirada de un muchacho. Unos ojos aguamarina como la pintura que manchaba los dedos del chico. Aisla casi podia verse en aquel ano de 1964 con aquel vestido claro de volantes ondeando sobre las rocas. La tetera empezo a silbar y la anciana la aparto del fuego. Despues apago la cocina de gas y se sento en la salita llevandose la infusion y las cartas con ella. La luz de las estrellas entraba debilmente a la casa a traves de las cortinas de encaje. El viento, por su parte, llamaba a la ventana golpeando los cristales. Aisla leyo toda la noche o al menos, todo el rato que pudieron sus ojos abnegados en las lagrimas antes de quedarse dormida en su butacon amarillo como la piel de un limon. Desperto con las cartas aun en su regazo y el foso de la infusion pegado a la taza en pequenos granulos oscuros. Fuera tocaban a la puerta y desde la ventana donde antes la visitaba el viento del Norte era ahora el sol vespertino quien inundaba la estancia a traves del cristal. La anciana se levanto renqueante y con la rodilla dolorida. Los anos no pasaban en balde. Guardo las cartas en la lata de galletas con toda la prisa que pudo darse pensando en la visita que la esperaba. Su hija y su nieta habian conducido desde Edimburgo hasta la costa de Fife para llegar ahi con la intencion de pasar unos dias con ella. Aisla se sentia agradecida por tener a su lado a Effie y a la pequena Sheena. Habia volcado en ellas todo el amor que la propia anciana no pudo obtener de su familia cuando era joven. Abrio la puerta y enseguida se vio rodeada por unos brazos fuertes pero delgados como raspas de pescado. --!Mama! Que alegria verte --saludo Effie abranzandola con fuerza--. ?Como estas? Effie se subio las gafas de sol para contemplar mejor a su madre. La anciana tenia el rostro delgado surcado de arrugas y su cuerpo menudo estaba cobijado bajo un camison holgado. El cabello cano, que aun guardaba en sus hebras algun que otro destello dorado, caia a un lado del hombro, trenzado como una espiga de trigo. Sus ojos, antes de un azul intenso, estaban levemente empanados por las cataratas. --!Abuela! --exclamo su nieta mientras arrastraba una maleta con ruedas. Aisla abrio los ojos de par en par sorprendida de lo mucho que habia crecido la joven en los ultimos meses. Sheena era toda un mujer con sus diecinueve anos recien cumplidos. Alta. Pelirroja. Iris azul como el mar. Aun asi se mostraba emocionada por visitar a su abuela. Al contrario de lo que cualquier persona de su edad sentiria confinada al pueblo pesquero de Crail sin nada que hacer ni pubs sofisticados donde beber. Crail era un laberinto de casas de piedra de una o dos plantas que llegaban casi al muelle donde las embarcaciones dormitaban. Entre el aroma salino y la fragancia de las flores que abundaban entre sus calles, se escondian pequenos cafes y pintorescas tiendecillas. La guinda de aquel pueblo escoces era su mercado con la captura fresca que el mar traia consigo. A Sheena le gustaba aquello. La tranquilidad que se respiraba en el ambiente. Por supuesto, lo que mas le gustaba era convivir con su abuela bajo los techos de aquella casa de piedra clara con los postigos azules, el tejado rojo y su puerta pintada de amarillo. Su abuela siempre habia fomentado el lado artistico de la chica. Le gustaba contarle cuentos, incluso ahora cuando ya no era una nina. Siempre que ella iba a visitarla a su casa esta le ofrecia una taza de te y una historia como quien ofrece una galleta de mantequilla o una porcion de tarta. Y Sheena absorvia esas palabras como una esponja de bano. Las dejaba inundar su mente y las historias se quedaban alli tanto como pudiera recordarlas. Su historia preferida era el cuento de la sirena. La joven recordaba a su abuela sentada en su silla de madera blanca pintada a brocha ancha por ella misma. Recordaba que el salon olia siempre a una mezcla de te negro y sandalo. Tambien recordaba la voz de Aisla que se elevaba por encima del pitido de la tetera. Habia una vez… decia siempre. Pues era asi como comenzaban todos sus cuentos. Como comienza cualquier cuento. Cuando era pequena, Sheena se sentaba en su regazo y jugueteaba con su collar de perlas de nacar. En una ocasion, de tanto retorcerlo, el hilo se rompio y las perlas se dispersaron por la alfombra. La anciana nunca le regano por eso. "Podemos arreglarlo" dijo, "haremos un collar nuevo y quedara mas bonito que el anterior. " Aisla nunca trato a la nina con malas palabras. Nunca le dijo "Sheena deja eso", "Sheena no comas mas tarta", "Sheena, ahora no puedo contarte un cuento". Ella nunca le nego nada. Ninguna historia. Incluso de adulta no podia hacerlo. Sheena era su consentida. Ella lo sabia. Su madre lo sabia. Todo el mundo sabia que Sheena era su ojito derecho. --Pasad, pasad. No os quedeis en la puerta --pronuncio Ailsa olvidandose de la lata de galletas. Olvidandose del dolor y los secretos de antano. Todo lo que importaba es que estaba ahora con su hija y su nieta. Era feliz. Effie cerro la puerta despues de dejar pasar a su hija Sheena. Enseguida, las tres se pusieron a arreglar las habitaciones de arriba mientras charlaban acerca del dia a dia que ambas vivian en la ciudad. Aisla pregunto por su yerno, Archie Scott, que se habia quedado al cuidado del Tea House. La anciana no habia visto el salon de te de su hija salvo por las fotografias y siempre que podia preguntaba por el negocio pues sabia que para Effie era muy importante. Terminaron de acomodar los dormitorios y de ponerse al dia casi a la hora de comer. Sheena y su abuela estababan en el comedor esperando a que Effie terminase de cocinar su famoso Scotch Broth [5] . Para Effie, cocinar en Crail suponia mas tiempo y esfuerzo puesto que no estaba familiarizada con las cocinas antiguas de gas frente a la electrica que tenia en Edimburgo. --Recuerdas… --Sheena comenzo a hablar intentando llenar el silencio de la casa--. ?Recuerdas aquel cuento de hadas que me contabas siempre? ?Ese que trataba sobre sirenas? La anciana dio un respingo. Aquello le habia venido por sorpresa. Parecia que el recuerdo del muchacho que conocio en el muelle de Anstruther hacia ya decadas se resistia a irse. Aferrandose con unas y dientes a su presente. Asintio. Por supuesto que recordaba aquella historia pues siempre le habia recordado al chico. Aisla carraspeo antes de llenar el acogerdor salon de la casa con su suave voz. Habia una vez --Murmuro justo antes de hacer una pausa para beber de su taza azul anil--, un palacio de coral y nacar, de piedras preciosas y algas de mil colores que resplandecia bajo el oceano como la luz de un faro. Este era el hogar de las sirenas. El corazon de aquel mar gelido e inmenso. Las sirenas eran criaturas mitad humanas mitad pez cuyas colas irradiaban a las olas del color del arcoiris. Sus escamas eran duras y brillantes como las esmeraldas y portaban en sus cabellos pequenos tesoros como perlas, corales, estrellas de mar y oro. Gobernaba sobre todas aquellas profundidades, un joven principe de ojos azules como el mar que le pertenecia. El joven sireno era un aventurero nato y descubrio muy pronto los placeres que le producia observar los barcos de la superficie. Un dia asomo la cabeza y vio a una joven pintar a carboncillo en una cuartilla de papel. Se enamoro. Tanto de aquella joven como de la pintura. Compartio charlas con ella a la luz de la luna junto al puerto cada madrugada. Ella en tierra. El en mar. Ambos se amaban pero nada podian hacer para estar juntos. Eran de mundos distintos. Hasta la pintura se le escurria de las manos al principe pues el agua no era un buen medio para que sobreviviera el papel. Se dijo que su corazon tampoco sobreviviria mucho tiempo alli. Una noche en que ambos se separaron despues de un romantico encuentro, el joven pidio a las estrellas ser humano para asi estar con su amada. No sabia que ella habia deseado aquella misma noche ser sirena para entregar su corazon al mar. Ambos desearon estar juntos y aunque hicieron lo imposible, siempre se mantenian separados. Pese a su deseo de encontrarse, ella acabo en el mar; el en tierra. Convertida en sirena, la joven vio que era inutil resistirse a los hados. El destino le habia quitado lo que mas amaba y no lo soporto. Olvido. Pidio a los dioses que se deshicieran de su memoria y el tiempo acabo por convertir aquella sirena en piedra. El joven principe, transformado en humano y sin hogar, vago por el mundo pintando sirenas sobre sus lienzos. Esperando asi el regreso de su amada con cada pincelada. A Sheena siempre se le rompia el corazon. Mas de una vez habia querido preguntarle acerca de la historia pero nunca encontraba las fuerzas. Aquel tragico cuento la impresionaba demasiado para poder pronunciar palabra alguna hasta pasado un rato. Pero la pelirroja ya no era una nina que se hubiera quedado sin habla. --?Y despues que paso? --pregunto Sheena esperanzada por la posibilidad de un final feliz todavia no descubierto. Aisla la miro con ojos graves y tristes. Parecia que, como en un hechizo de cuentos de hadas, hubiera envejecido cien anos de golpe. Le temblaron ligeramente las manos e hizo todo su acopio de fuerzas para no derrumbarse. El aroma a verduras floto en el ambiente. Pronto estaria terminada la comida y despues la anciana iria a su cuarto a descansar. Descansar de una noche dormitando en el sillon y relajarse por las emociones que no habia previsto tener aquella manana. --?Despues? --susurro con la boca pequena mirando fijamente a su nieta. Aun dirigiendo su vista a Sheena, era a el a quien veia. A aquel muchacho jovial, noble y leal que habia conocido en el muelle durante su juventud. Hablo, mas consigo misma que con su nieta--. Despues no paso nada.

  • El Imbecil de mi Hermanastro (Amanecer contigo 2) de Chus Iglesias

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    El amor es muy caprichoso, y por mucho que escapemos de algunas personas, si tiene que ser, sera.
    Andres es la nueva pareja de mi madre, un hombre como Dios manda, el sueno de cualquier mujer, al menos eso ha dicho ella y no se ha equivocado.
    El me habia contado como era su hijo, porque tenia un sexto sentido y ya veia cosas que nosotros solo nos tomamos como un juego. Oscar como mujeriego y ligon no tenia competencia, eso era de dominio publico, su padre me advirtio que me anduviese con mucho cuidado con el, pues sabia que yo no era de esa clase de chicas que el buscaba. Pero a mi tambien me gusto jugar a “calentarnos mutuamente” con palabras, roces y algunos besos de los considerados de “amigos”.
    Porque el es guapo y la tentacion fue enorme, como para no caer en ella. Pero a la vez se convirtio en un poco imbecil, porque de llevarnos muy bien pasamos al termino de que mi hermanisimo empezo a amargarme la vida y ese Oscar educado, adulador, elegante, siempre con esa sonrisa y la palabra adecuada, muy bueno en su trabajo como abogado, y en muchas otras cosas que podeis imaginaros. Paso a convertirse en el mismisimo demonio escapado del infierno, sacando de quicio a toda la familia.
    A el se le vino grande lo de tener dos hermanas asi de repente, con Catia se llevaba genial, porque ella estaba con Lucas y no le llamo la atencion, pero conmigo pronto cambio la cosa, yo le hice la puneta “inconscientemente” en dos ocasiones y la pelota vino de rebote. Porque el nino estaba acostumbrado a ser el ojito derecho del abuelo Fernando y al viejo lo de que su hijo rehiciese su vida tras quedarse viudo, no le gusto mucho, y a Oscar tampoco. Que otra mujer ocupase el sito de su madre, lo entusiasmaba e indignaba a partes iguales.
    Lo que mas odiaba, era tener que soportar las bromas que los chicos de la fabrica de conservas, esa de la que su padre era propietario en Villagarcia de Arosa, o lo bien que me llevaba con sus amigos de esa localidad. Y menos como su padre me trataba igual que si fuese su verdadera hija.
    A este hombre lo de compartir “no le mola”, aunque otras cosas si que las habia compartido, como por ejemplo, mujeres en el Dragon de Oro, porque esas eran un numero mas sin importancia. Su comportamiento imbecil y gilipollas empezo cuando vio que yo podia gustarle a otros hombres y lo demostro amargandole la vida a su padre, abuelo y a mi, haciendo que nuestros enfados afectasen a toda la familia.
    La cosa fue a peor, cuando Andres nos mando a los dos a esa feria de Alimentacion a Napoles. Oscar no se corto un pelo en demostrar su fastidio con mi presencia y eso me dolio un huevo. El sabia lo que podia pasar con Enzo Romano y Piero Mancini, en esas fiestas a las que teniamos que acudir, ya que estos dos empresarios italianos, eran el mismo tipo de hombre que era el y mi hermanastro seguia sin querer compartir nada que “le perteneciese”.
    Si quereis reiros con nuestras discusiones, que nos han llevado hasta el limite en numerosas ocasiones, porque la paciencia que he tenido con el se merece un premio, este libro puede alegraros el dia.

  • Cuando no esperaba tu amor de Anna S. Segura

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    !Tienes un flechazo! ?Lo aceptas?Todo empezo como un reto en aquella web de contactos, como un juego que podia resultar divertido, pero pronto Aaron descubrio que el destino habia puesto a Noelia en su camino por algo.Ella parecia una chica diferente, especial. Lo intuyo en esa mirada que lo cautivo desde el primer momento.Pero Aaron no estaba preparado para el amor. Su corazon aun guardaba las cicatrices y el dolor del desengano.Cuando Noelia lo invita a pasar unos dias en Estocolmo le suena a locura, pero Aaron se lanza a la mayor aventura de su vida.Sin mucho que perder y poco por ganar se adentrara en un pais desconocido para encontrarse con la supuesta mujer de su vida.?Sera tan real como dice? ?Escondera algo Noelia?El amor esta mas cerca de ellos de lo que imaginan, pero tambien las mentiras y la desconfianza.El tiempo jugara en su contra. Tan solo tienen que abrir los ojos y dejarse llevar por sus sentimientos.?Aceptaran ese reto?Amor, pasion, y locura en una romantica historia que te conquistara el corazon.

  • Un oceano de dudas de Laura Flanagan

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    El universo de Winnifred se ha roto en pedazos tras descubrir que Ashton, su novio de toda la vida, le ha sido infiel. Una semana antes de que empiece la universidad, su prima Rachel decide llevarla lejos de Sacramento para que se distraiga y deje de pensar en su ex.
    Melbourne resultara ser el antidoto a todos sus males. Alli, Winnifred conocera a Craig, un chico totalmente opuesto a ella: ligon, inmaduro y con un pequeno secreto. Juntos viviran un viaje de autodescubrimiento en el que cada uno sera un apoyo fundamental para el otro.
    ?Que pasara cuando Fred tenga que regresar a Sacramento? ?Estaran ambos dispuestos a luchar por sus suenos o se dejaran arrastrar por las olas?

  • Neuroeducacion de Francisco Mora

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    ?Que es la NEUROEDUCACION? ?Se puede hablar de NEUROEDUCADORES, una nueva profesion?

  • Un amor de emergencia de Aitor Ferrer

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    Cuando conoces a esa persona de la que te enamoras, te hace sentir completo, que todo lo tienes, que sereis felices para siempre, que, como dicen en los cuentos, comereis perdices, y llegado el momento de afianzar la relacion lo haces. Te lanzas a la piscina, compras el anillo mas bonito que has visto en tu vida, te arrodillas despues de una cena en plan sorpresa y haces la pregunta que cambiara tu vida y la de esa persona, para siempre. --Celia. ?Quieres casarte conmigo? Esa, esa fue la pregunta que, cuando tenia treinta y un anos, cambio mi vida. Celia y yo nos casamos un ano despues, con la ilusion de sabernos enamorados el uno del otro, con el amor flotando en el aire y las ganas de formar una familia. Eso, al menos, es lo que yo pensaba. Siempre nos habia ido bien, desde que nos conocimos ya no pudimos volver a separarnos, en palabras de nuestros amigos, eramos la pareja mas envidiada del grupo. La boda fue preciosa, la luna de miel donde ella siempre habia sonado, Holanda, la casa que compramos, la de sus suenos... Todo era idilico, aquello que imagine cuando me decidi, despues de algun tiempo juntos, era lo que queria. Y a ella, a Celia la amaba como nunca antes habia hecho y, si soy sincero, como nunca hare. Si, la amaba, porque, cuando supe lo que me ocultaba, el golpe que recibi fue tan grande que deje de hacerlo. Vale, nadie deja de amar a otra persona de la noche a la manana, por mucho que lo intentes, pero con el paso de los dias, ese amor quedo en el rincon en el que ella lo dejo mucho antes, puesto que yo la quise hasta el ultimo momento que estuvimos juntos. Llevo anos ejerciendo como medico de urgencias y aquella noche sali de mi turno antes de tiempo. Cuando llegaba a nuestra casa, no me podia creer lo que veia. Mi mujer, mi Celia, una calle antes, besandose con otro, apoyados en un coche. Ni que decir tiene que no llegue a casa, no en ese momento. Me fui al piso de un companero que, por aquel entonces, vivia cerca de donde trabajabamos, tenia copia de sus llaves porque solia quedarme alli cuando acababamos un turno y habia que hacer otro de seguido. Esa noche necesitaba estar solo y pensar que era lo que podria haber pasado entre mi mujer y yo, para que estuviera con otro. A dia de hoy, esa pregunta me la sigo haciendo. Seis anos de casados a la basura y otros tantos de novios, porque decidio dejarme por ese hombre, que resulto ser un companero del banco donde trabajaba. Creia que ella era el gran amor de mi vida, la mujer con la que formaria una familia y llegariamos a ser un par de ancianos rodeados de nietos. Que ilusa puede llegar a ser la gente por amor. Cuando nos divorciamos me compre una casa, fue en ese momento y no antes, cuando comence a asimilarlo todo y empezar a sobrellevarlo. Me gusto la casa en cuanto la vi, era adosada y con un pequeno jardin donde podria disfrutar de una de mis pasiones, los libros, y garaje. Pero no me vine solo, mi hermana Judith, una psicologa diez anos menor que yo, se compro la casa de al lado, pasando a ser mi vecina, asi que vivimos puerta con puerta. Cuando le ensene la casa que iba a comprar, ella se enamoro y dijo que queria otra, asi que nos lanzamos a la aventura los dos, de ese modo no me sentiria tan solo, siendo realista. Y es que, Judith, ademas de mi hermana, siempre ha sido mi mejor amiga, a pesar de la diferencia de edad. Podriamos haber seguido viviendo con Lidia, nuestra madre, puesto que ella estaba sola desde que murio nuestro padre cuando nosotros eramos pequenos, pero tanto Judith como yo, queriamos esa independencia y no darle disgustos ni quebraderos de cabeza, no mas de los necesarios. Ademas, mi madre tiene su vida, sus amistades y esos viajes que planean y visitan lo que quieren. Con la pension que le quedo de nuestro padre, que era juez, se mantiene y vive bien, eso si, desde que nos compramos la casa, solemos cenar todos juntos alguna noche en casa de mi hermana o en la mia, y ella se queda en la que toque a dormir, nos echa de menos y es normal, siempre seremos sus polluelos. Hacia dos anos de aquello, de la separacion de mi mujer, esa a la que tanto quise y por la que di siempre mi vida. Con ella lo tenia todo, lo queria todo y sabia que me costaria volver a sentir una conexion tan fuerte como la que tuve con ella. Mi hermana solia preguntarme si me dolia pensar en mi ex mujer. Claro que dolia. Habian sido muchos anos juntos, anos en los que lo ultimo que sentia al acostarme eran sus labios sobre los mios con ese beso de buenas noches que, durante semanas, tal vez meses, tanto extrane. Dolia, porque nunca habia concebido una sola manana sin ella a mi lado, sin nuestros desayunos entre risas, quedar para comer cuando yo no tenia turno, pasar un sabado en el centro comercial de tiendas, en el cine o cenando en nuestro restaurante favorito, ese en el que le pedi matrimonio y al que no volvi a ir tras el divorcio. Y, dolia, porque cuando supe que aquello era real, que la habia perdido sin saber por que, decidi que era hora de dejar todo atras, todo lo que me recordara a ella, y hasta cambie mis cuentas a otro banco. El simple hecho de ir por alli y verla a ella, o a los dos, era insoportable. Habian pasado dos anos de mi divorcio, dos anos en los que mi madre y mi hermana fueron mis pilares, esos que me sostenian cuando ni yo mismo me soportaba. Fueron ellas las que me levantaban el animo y me obligaban a salir, las que dejaban todo por mi, sus noches de cenas con amigas, sus viajes, sus dias libres. Todo. Dos anos, quien lo diria cuando a mi me parecia que apenas hubieran pasado unos meses. Pero estaba superado, de eso no me cabia la menor duda, el dolor de la perdida se acabo, igual que para ella se acabo aquel amor que una vez sintio por mi. En este tiempo habia conseguido recomponerme y me dedicaba en cuerpo y alma a mi trabajo, a hacer aquello que siempre quise, ser medico. Tal vez haya quien pueda decir que soy un sensiblero, que no es de hombres llorar. Pero, ?acaso no tenemos los hombres tambien un corazon que bombea y late? Por supuesto que si, y es ese, el corazon de toda persona, el que mas sufre el dolor de saber que se ha amado a alguien con toda la fuerza de uno, y mil latidos, y descubre que, para la otra parte, ese sentimiento se acabo, en el tiempo exacto que dura el aleteo de una mariposa. Como he dicho, una de mis pasiones son los libros, la otra es el cine, y en lo que respecta al amor, esta es una de las mayores verdades que he leido nunca: <> Capitulo 1 --Mujer, treinta y cuatro anos, accidente de coche, no responde a los estimulos, pero tiene las constantes vitales estables. --Vamos para quirofano --dije, mientras pedia a otro companero que avisara a mi equipo. Traumatismo craneoencefalico, un brazo roto, pero lo peor era el golpe en la cabeza que la mantenia inconsciente. Una vez que se le trato todo, se la llevaron para cuidados intensivos, asi que mande a que localizaran a su familia, tenian sus datos, se llamaba Ruth. La manana se me paso volando y cuando me di cuenta ya era la hora de irme, era lo que tenia trabajar en urgencias, que no parabas, ademas, yo era el jefe con lo cual era hacer de todo, menos estar cruzado de brazos. Sali de alli y me dirigi a ver a mi vecina, o sea, a mi hermana, habia salido temprano de trabajar y me dijo que estaba preparando un buen pescado al horno, asi que no me pude resistir. --Hermano, te juro que hoy por poco me da un soponcio. --?Que te paso? --Me vino a la consulta Pedro. --?Tu ex? --Ese mismo... --Volteo los ojos. --?Y que queria? --Una sesion --solto una carcajada. --?No me digas? --Asi mismo, total que le di una cita para la semana que viene en la que me contara sus penas, por lo visto su novia lo dejo, asi que me toca hacer de hombro donde llorar. --Madre mia, para lo que hemos quedado. --Yo, ni que tu lo tuvieras que atender --reia. --Tambien es verdad. --?Y tu dia que tal? --Pues mira, lo mismo de siempre, accidentes, colicos y demas. --!Viva la monotonia! --exclamo y me saco una risa. Descorche una de las botellas de vino blanco que tenia mi hermana, en una especie de bodega en el cuarto de la despensa de la cocina, yo tenia otra y tampoco me faltaban, en eso habiamos salido iguales. Tras una comida y una sobremesa en la que no falto nuestras charlas literarias, me fui para mi casa a descansar un rato, estaba agotado, necesitaba mi horita de sofa y desconexion del mundo. Y eso era vida... La tarde tambien se me paso en un abrir y cerrar de ojos, entre la siesta, salir a correr, ducha, cena y leer, cuando me di cuenta ya estaba roncando. Como cada manana me tome un cafe antes de salir para urgencias, mi turno era de ocho a tres de lunes a viernes, por lo que los fines de semana eran mios, aquellos en los que la tranquilidad volvia a mi vida. Llegue y pase consulta a los de cuidados intensivos. --Tenemos un problema con esa chica --me hizo un gesto, senalando a Ruth, la chica del accidente. --?Que pasa? --Desperto a media madrugada y dice que se quiere ir, pero no se acuerda ni de su nombre y a los familiares no se los ha localizado. --Dejamela a mi. Me despedi del companero del otro turno y me dirigi hacia ella.

  • Todo lo mejor de Cesar Perez Gellida

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    Una ciudad separada por un muro y unida por un sanguinario asesino. Dos investigadores que descubriran que la crueldad no tiene limites.

  • Todo saldra bien de Emilio Ortiz

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    Una nueva agencia de detectives acaba de nacer en Madrid. La forman un grupo de lo mas peculiar y divertido: Mario, un joven emprendedor invidente; Nicolas, su amigo del alma, y Milagros y Juanma, dos jovenes con unas capacidades muy especiales. Juntos intentaran averiguar que le ha sucedido a una joven que lleva meses desaparecida. Al equipo de detectives se unen dos sabuesos de primera: Cross, el extraordinario perro guia ya jubilado de Mario, que tendra que verselas con Jazz, el jugueton pastor aleman que lo acompana ahora. La ciudad esconde muchos secretos y peligros, pero las aventuras en compania son, sin duda, mucho mas divertidas.

  • Sexo, Orujo y Flamenco (Las Mujeres Gonzalez 1) de Katy Molina

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    Carmela es una joven muy vainilla en el ambito sexual que descubrira un mundo con el sheriff Bruno y hara que se plantee su modo de vida.
    El dolor por la perdida de un ser querido la llevara a Nueva Orleans a unificar las raices familiares que perdio en el pasado e ira descubriendo los secretos que guardan sus tres tias mellizas, prima y hermana.
    Haran una pina y volveran a sentirse una familia cuando descubran que el demonio es de carne y hueso y duerme bajo el mismo techo. Las chicas Gonzalez nacen con un sexto sentido, premoniciones y visiones con el mas alla, que seran la clave para resolver el enigma que mantiene a Ursula, la hermana mayor de Carmela, alejada de la familia.
    Nada es lo que parece y todo es como esta escrito.

  • La venganza de Lugh (Celtic 2) de Adriana Rubens

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    Si dos personas estan destinadas a estar juntas, siempre hallaran la forma de vencer a la oscuridad que las separa.

    Alana llega a Irlanda dispuesta a mentir, manipular y robar a los dioses celtas. Con lo que no cuenta es con que se convertira en el centro de atencion de alguien tan atractivo como arrogante. Muy arrogante.

  • Euforia de Xavier Bosch

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    ?Que fue de Dani Santana? El periodista esta enyesado de arriba abajo en un hospital tras un intento de asesinato. En la clinica traba amistad con el Gratu, un jugador de rugby juvenil que ha quedado en silla de ruedas. El Gratu, paciente inquieto y hacker compulsivo, arrastra a Santana a investigar ciertas practicas que han llevado nuestro sistema sanitario a la ruina. Mientras tanto, llega a Barcelona uno de los hombres mas ricos del mundo. El empresario mexicano Roberto M. Faura, lider de la telefonia movil, negocia con el gobierno la instalacion del parque tematico mas grande de Europa. Las protestas ciudada!nas, el intento de saltarse la ley y las condiciones del poder haran tambalear un proyecto que parece vital para reflotar la economia del pais. Pero no todo es como cuentan los periodicos.

  • Tres entre montanas de Humphrey Slater

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    En un campo de prisioneros comunes del sur de Francia,coinciden un ladron de origen ingles, un estafador de origenalsaciano y un contrabandista de origen espanol. Los nazislos toman por tales. Sin embargo, el lector sabe que sontres espias con importantes misiones que cumplir.

  • No todo se compra de Patricia Gomez Martin

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    No creas que he tenido una infancia mala, por fortuna, doy gracias cada dia. No he sido maltratada, violada, ni cualquier otra barbaridad parecida. No soy hija de padres separados; no he sido discriminada en el colegio ni motivo de burlas; no era una alumna de diez ni de tres. Mas bien de seis de nota media. Y asi podria considerar mi vida, con un seis de nota media. Estudiante normal, amigos normales, viviendo en un casa normal, con una familia normal. Mido un metro con sesenta centimetros. Mi peso no te lo digo porque no me quiero mosquear. No soy ni rubia ni morena, y mi pelo no es ni liso ni rizado: simplemente tiene vida propia. Por lo general, no se si ya te has dado cuenta, soy una mujer de lo mas normal del mundo. Rozando tanto lo corriente, que mi habilidad era pasar completamente desapercibida. Como por arte de magia, podia estar y no estar en el mismo sitio. Vamos que nadie se daba cuenta que yo estaba, y eso tiene una ventaja muy importante y es que, a veces, sin quererlo, y otras queriendo, he llegado a escuchar conversaciones que no deberia. Si, lo reconozco, depende de la situacion, soy un poco cotilla. Asi durante anos he oido en las clasicas fiestas de adolescentes, los amores de verano que habia entre unos y otros, las envidias de algunas tipo <> o, <>. Vamos, conversaciones sin fundamento. Pero hubo un dia, en la que por casualidades del destino estaba en el sitio equivocado, o correcto, depende de como lo mires. Cansada de la conversacion repetitiva de mi amiga (pongamosle que se llama Ana, porque como se entere que te lo cuento, me va a traer por la calle de la amargura), de que se estaba enamorando del muchacho que iba a la barra a coger una copa y, por accidente, se choca con el. Y en el momento en que lo mira para decirle: <> se queda en el <> mientras piensa con cara de bobalicona: <>. La tipica escena tonta en la que pareces una estupida adolescente de risa nerviosa cuando ya tienes una edad para tontear sin hacer el estupido, y te pasas toda la noche observando como un ave rapaz que esta esperando el momento justo para atacar. Pues eso, que como me canse y no me atrevi a decirle para que no se mosqueara <>, pues decidi ir yo misma a por una copa. Pero al ser estudiante, y que no conseguia nunca una beca, a pesar de rellenar todo el papeleo de la solicitud (!que menuda burocracia!), y sacar buenas notas, siempre iba bastante pelada de dinero. Asi que como se dice en mi tierra, "a falta de pan, buenas son tortas", tengo mis propias tecnicas de supervivencia, y decidi pasar con sigilo por la zona mas apartada de la barra, la que los camareros utilizan como almacen y servirme yo misma. Pero claro, te tienes que conformar con lo que haya en el momento, unas veces whisky, otras ron, y otras un simple refresco. A veces con hielo y otras sin el. Mi lema es: "Si es gratis, no te quejes". El plan es sencillo: te acercas a la barra como distraida, eso si, ya tienes que llevar dos vasos en la mano; si, dos vasos. Y cuando llama al camarero mi complice, que es alguna guapa escotada tan pasada de copas que acepta tontear con el barman y entretenerlo, dejandome a mi via libre, a cambio de una copa gratis, paso por debajo de la puertecilla de la barra y me meto en el hueco que hay entre las cajas y bidones de cerveza para descubrir cual sera el botin sorpresa con el que me apropiare y me tendre que conformar. Bueno, pues ese dia, cuando yo nunca habia tenido miedo a ser pillada en mitad de mi mision "salvar al borracho de turno que no lleva un duro encima", justo en ese momento, escuche unos pasos, demasiados alterados, entre cuchicheos. <>, me dije mientras el corazon me iba a mil por hora. Quizas si no me movia, como estaba en una zona oscura, lejos de cualquier foco de luz, podrian no descubrirme. Ademas, justo al lado, estaba la puerta de salida de emergencia. Asi que pense rapidamente que tenia dos alternativas. La primera quedarme quieta donde estaba y ni respirar, por si se iban sin verme, y la segunda, en caso de ser pillada, salir huyendo por la puerta de emergencia y correr como si se me fuese la vida en ello sin olvidarme de rezar para que no me cogieran y, por supuesto, en el caso de salir airosa de ahi, no volver nunca al local. Asi, que agachada y escondida como estaba, centre todas mis fuerzas en escuchar lo que decian, para tener muy claro cual era el momento ideal para mi huida. <> Ahora si, tierra tragame, daria cualquier cosa por estar en ese momento con Axel, el protagonista de la obra de Julio Verne, y su tio de viaje al centro de la tierra. Se me habian agudizado tanto los sentidos que parecia que olia hasta caucho de la empunadura de la pistola que tenian que preparar. No me habian temblado tanto las piernas, desde que vi aquella pelicula en la que una rata gigante devora a un viandante por una calle solitaria. No me quedaba otra alternativa que pensar; tendria que salir de mi escondite a la mayor brevedad posible, y huir. Desaparecer de ese sitio, que nadie me relacionase con esa conversacion, con esos dos tipos, a los que aun no les habia visto ni las caras, su voz no la habia escuchado antes, y tampoco queria saber nada de ese despacho y esa arma que estaba esperando entrar en accion. ?A quien se referirian? ?A quien habra citado a esa hora? ?Cual sera el motivo de tanto enfado y secretismo? No, no y no. Mejor no saber. De repente, se escucho un buen golpe. Un vaso estrellado contra el suelo salto en mil pedazos. Dos muchachos se estaban peleando a dos metros de distancia. Al parecer, el flirteo de uno de los jovenes con la novia de otro habia des- encadenado la disputa. En ese momento decidi salir, ya nadie deberia notar mi presencia, todos estarian mirando la discusion. Al levantarme de mi escondite vi claramente como uno de los dos golpeaba al otro con uno de los taburetes en plena cara. El joven cayo al suelo, debio de quedar inconsciente ya que no hacia ningun movimiento para intentar defenderse. En ese mismo instante una oleada de panico lleno el local, y todo el mundo empezo a salir en estampida tanto por la puerta principal como por la de emergencia que era por la que yo tenia planeado escapar, asi que de nuevo y por segunda vez, desapareci esa noche. No domino las artes escenicas y mucho menos las sobrenaturales; tengo mi lugar donde resguardame, donde tomarme un cafe a las siete de la manana despues de una noche de fiesta. Un sitio publico que para mi es secreto. Todo el mundo lo conoce, menos la gente que me rodea. Soy una persona muy reservada y necesito mi espacio en el que desintoxicarme de la vida social, donde pueda entrar y no decir buenos dias, vamos, que no me molesto en soltar un grunido a lo cromanon. Cuando entro, ahi siempre esta ella, detras de la barra, con su mejor sonrisa, a veces transparente, a veces enigmatica. Pero siempre se la ve tranquila. Es esa mujer que yo pensaba que no me conocia pero que siempre sabia como me encontraba. Cada dia me pone mi cafe con un motivo diferente en la espuma; corazones, caras alegres, treboles. Nunca he cruzado una palabra con ella, excepto los primeros dias, y solo para hacer mis pedidos. Pero esta mujer, que no se ni como se llama, aunque creo que una vez la llamaron Soledad (nombre que le va como anillo al dedo a lo que yo busco, pero no estoy muy segura), tiene un poder extrasensorial, y estoy convencida de ello. Nuestra relacion se basa en: entro por la puerta y busco su mirada mientras me siento en la mesa mas apartada de la multitud, y sin pronunciar una sola palabra entre nosotras. Ella sabe si he tenido un buen dia y me pone mi cafe con su sonrisa espumosa; si tengo un mal dia, mi cafe llevara un trebol o un corazon espumoso acompanado de un bombon de chocolate con leche relleno de galleta y chocolate blanco. Es un misterio de la historia en que se basa para servirme, pero siempre acierta con mi estado animico. Intente en varias ocasiones enganarla llegando a la cafeteria con la cara seria sin tener motivos, para conseguir mi premio consolador, pero nada. Sin embargo, eso no era el unico motivo que me embriagaba de aquel lugar. Los grandes ventanales del local permitian ver a la gente que entraba y salia, a pesar de tener un vinilo con la imagen corporativa. Al fondo, un gran mural de papel pintado con un paisaje de cualquier isla perdida, imagen tan relajante que te permite imaginarte desaparecida en esa arena, dejando tu mente en blanco, y con tanta tranquilidad que se te olvida hasta respirar. Pero no, mi estado de nervios por los acontecimientos ocurridos no me iba a permitir relajarme, como hacia cada manana sentada en los comodos sofas de grandes cojines de plumas y dejar volar mi imaginacion. No querer saber mas del asunto de la pistola y no parar de pensar en ello resultaba complicado para que mi corazon dejara de latir a marchas forzadas.

  • Barridos por el salitre, Lena Moreno de Lena Moreno

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    Una historia de amor, amor puro.
    La primera vez que Daniel y Monica se vieron, el suelo no temblo, no sonaron campanas, no se detuvo la tierra y, por supuesto, no se les paro el corazon. Pero aquel verano, su historia les cambiaria la vida para siempre.
    La noche que todo cambio, la playa se desbordo de amor y cientos de besos fueron
    barridos por el salitre. Un pedazo de sus almas se quedaria para siempre perdido en el hueco que el mar construye cuando invade la arena. El deseo y el anhelo que supuraron sus cuerpos impregno como un halo aquella escena, que prevaleceria para siempre en sus recuerdos.

  • El rey del Honka-Monka de Tomas Gonzalez

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    Despues de la tragedia se quedaron todavia por un tiempo en Bogota. Pasadas las molestias del entierro, las palmadas en el hombro, la piedad de gente que apenas conocia, el perdio la fortaleza que se le habia visto despues de la noticia y durante las ceremonias que siguieron. Y entonces a ella, que habia sufrido de desmayos primero y luego habia sido sacudida por crisis nerviosas que debieron ser calmadas con enormes dosis de Valium, le toco oirlo llorar a altas horas de la noche, encerrado en el bano, con gemidos contenidos de persona corpulenta. No volvio a tocar un pincel y amontono los cuadros, sin mirarlos, en una especie de bodega que habia bajo la escalera. Y aunque seguia siendo una persona silenciosa y afable, se le podia notar cierto desgano, cierta agresividad refrenada. Todavia andaba con muchos amigos, pero ahora se quedaba alelado mientras los otros hablaban, mirando al vacio con ojos desolados. A veces bebia demasiado y terminaba dejando su pesado corpachon colgado de la silla. Los amigos lo cargaban entonces y Lucia los veia entrar, sudando, los tragos pasmados por el esfuerzo de bajarlo del carro y subirlo hasta la alcoba. Lucia les servia un trago, les ponia un disco, conversaba un poco, los besaba en la mejilla y los echaba. Despues de un ano de verlo como roto e inmovilizado, ella empezo a preocuparse. Con los cuadros terminados se habia logrado montar una exposicion que resulto ser un relativo exito, tratandose de un pintor todavia joven y poco conocido. Pero si en condiciones normales el exito le producia cierta desconfiada curiosidad, ahora lo dejaba indiferente. Lucia tuvo que disfrutar sola con las resenas donde se alababa su extrema habilidad y se le auguraba un futuro promisorio; y solo ella pudo alegrarse por la rapida venta de los cuadros y recibir unos dineros que llegaban bien, aunque en el fondo no los necesitaran. Entonces metieron los muebles en un deposito, alquilaron la casa y se fueron. Volaron a Los Angeles. Alquilaron un carro. Al principio el parecio aliviado con el cambio, y por momentos se le pudo ver alegre con aquel vagabundeo que los metia veloces entre naranjales infinitos y despues los hacia entrar a los deslumbrantes paisajes resecos de Nuevo Mexico y Arizona. Vieron soles enormes desaparecer entre piedras y cactus; vieron camiones lejanos titilando en la distancia requemada. Se quedaban un par de dias en algun motel o cabana y despues volvian a meterse en los paisajes gigantescos, donde podia sentirse al mismo tiempo la sensacion de la inmovilidad y del vertigo. Y si viajaban de noche, el incluso podia poner musica, subir el volumen y dejar que el sonido de mandolinas saliera por las ventanillas y se fuera como chispeando contra la enorme oscuridad. Pero fue un entusiasmo fugaz. Antes de llegar a Nueva Orleans su mal genio volvio a acentuarse. Se quejaba de la monotonia de hoteles y autopistas, hacia comentarios sarcasticos sobre la pulpa insipida en que los gringos convertian todo lo que tocaban y se burlaba de los cuadros de Picasso que colgaban sobre los inodoros de los hoteles. Cuando llegaban a algun hotel, se quedaba esperando a que ella saliera de la oficina con la llave, y entonces estacionaba el carro, entraba al cuarto y se tiraba a la cama sin ayudar a bajar nada, sin lavarse los dientes, sin desvestirse siquiera. Y al dia siguiente Lucia debia cargar maletas y maletines, y entregar la llave en la oficina. En Nueva Orleans se alojaron en el barrio frances en un apartamento bello y polvoriento que les alquilo una senora que tenia los dientes podridos y parecia la bruja de Hansel y Gretel. Salieron de dia a pasear por las aguas lodosas del Misisipi en un pequeno vapor de aspas rojas, cargado de turistas, que navegaba bien aunque pareciera de confite y caramelo; por la noche recorrieron Bourbon Street, mezclados con los demas turistas a medio emborrachar que recorrian la calle de arriba abajo oyendo musica y mirandose los unos a los otros. Y aquella primera noche, rematada en un bar donde un pianista musculoso que tenia nariz quebrada de boxeador le dedico a Lucia una version algo desvencijada de Farolito, el parecio divertirse. Durmio mal, sin embargo. A las cuatro de la manana, sentado en el balcon frente a un cenicero repleto de colillas, miraba pasar los ultimos borrachos. Y a las diez miraba su desayuno con cara cenuda y cenicienta. Ella le recordo, en el tono mas severo del que era capaz, que no era solo el quien habia sido golpeado por la desgracia. Se quedaron cuatro dias en Nueva Orleans. A pesar de los comentarios sarcasticos que debia oir de tiempo en tiempo, Lucia se sintio fascinada por esa ciudad alegre, un poco sucia y un poco fermentada, tan parecida a las ciudades del Caribe. Como pasa a veces con la gente silenciosa, el parecia certero cuando hablaba; pero si alguien se hubiera puesto exigente, lo del Disney World para borrachos o lo de los prostaticos tocando clarinete habrian resultado apenas intentos debiles de hacerle dano a un sitio que resultaba dificil dejar de querer. Lucia se quedaba un rato callada, mirandose las manos, y despues de darle la razon volvia a dejarse llevar por un bullicio y un movimiento que la deslumbraban. En Nueva Orleans entregaron el carro, que con su olor a resinas sinteticas, sus blanduras plasticas y sus peluches a base de petroleo habia empezado a asquearlo a fondo, y se fueron para el norte en el camarote-litera de un enorme tren expreso. Por la noche, mientras pasaban postes y fabricas sombrias, mientras el dormia o fingia dormir en la litera, Lucia miraba la eternidad que cada cierto tiempo abrian hacia el este los relampagos de una tormenta cercana. Horas despues se acosto y lo sintio llegar, innecesariamente brutal -- dulce y carinosa, ella nunca se le habia negado--, arrancandole la ropa a manotazos y penetrandola, rasgando y magullando, mientras el tren pitaba feroz, metido ahora en la tormenta masiva que azotaba las ventanillas y revolcaba los arboles vertiginosos y relumbrados. El climax fue rapido y aterrador, y parecio venirles desde el corazon mismo de las tinieblas. Dias despues, sin camisa, el miraba llover por la ventana. Aunque estuvieran todavia en plena primavera, sobre la ciudad habia caido una ola de calor y lluvia que la oscurecia y la hacia aun mas densa. Frente al hotel un hombre despatarrado dormia aferrando una botella de vino en la mano derecha. Lucia habia salido temprano y esta vez ni se habia tomado el trabajo de invitarlo. Cuando lo llamo a mediodia para decirle que todavia se demoraba otro par de horas, el le contesto que podia demorarse lo que quisiera; cuando regreso, a eso de las cuatro de la tarde, lo encontro sin camisa, mirando llover por la ventana. El hombre despatarrado se habia despertado y, sin levantarse, sin soltar la botella ni quitarle la cara barbuda a la lluvia, le pedia plata a la gente que pasaba. Dejo de llover. Visitaron a un amigo pintor que se vestia de negro, llevaba el pelo muy corto y usaba una gotera de oro en una oreja pulcra y rosada como un caracol. Tenia un estudio grande, donde producia cantidades abrumadoras de animales como electrizados sobre fondos de colores primarios. Despues de dos tragos empezaron a recorrer el estudio mirando esa serie infinita de imagenes -- vendidas, ciertamente, mucho antes de que empezaran a ser pintadas--. <>, dijo el, y Lucia lo miro con ojos muy abiertos. El amigo no parecia ofendido, pero tampoco encontraba que decir. Sonrisa cordial y ojos helados, menciono los tiempos, que cambiaban. Lo de la puta fabrica fue lo unico que dijo hasta el final de la visita. Para salvar las apariencias, ella tuvo que sostener la conversacion con su ingles precario mientras un macaco endemoniado la miraba desde uno de los oleos. El cielo se habia cerrado otra vez y habia tomado el color del cemento. De regreso al hotel, Lucia sintio ganas de llorar. El domingo siguiente miraban a un maromero chino que con dos palos lograba mantener otro en el aire, golpeandolo constantemente hasta dar la sensacion de que flotaba. La pequena plaza era un caos de prestidigitadores, equilibristas y musicos. Jovenes de pelo verde y pantalones de cuero fosforecian de palidez bajo el sol. Despues de hacer flotar el palo, el maromero chino empezo a escupir candela, pero solo Lucia pudo verla, porque el estaba sentado en una banca, encorvado bajo sus grandes espaldas, mirandose los zapatos. De regreso al hotel vieron a una viejita en patines, con la cabeza canosa llena de flores plasticas de colores. Cruzo frente a Lucia y le sonrio, afectuosa y feliz. --?La viste? --pregunto ella. El no contesto. Lucia dijo que habia visto a una viejita en patines con el pelo lleno de flores plasticas de colores. --?Y que queres? --pregunto el. Y entonces pregunto que si ella queria que el se orinara de la risa. Para la primavera siguiente el pellejo le colgaria de los huesos como a un buey enfermo. Despues de la partida de Lucia --lo dejo, por supuesto, incapaz de aguantar por mas tiempo esa mezcolanza de apatia y crueldad-- se sintio aliviado, como si le hubieran quitado un morral de encima. Camino liviano por las calles, sin rumbo. Entraba a los bares, salia de los bares, disfrutaba de una inmediatez que por su intensidad abolia el pasado por completo. A la senora que le alquilo el cuarto, unas roidas, joyas baratas y una actitud impersonal algo ingenua, le dijo que se llamaba Boris y se dedicaba a la reparacion de instrumentos. Adorno la mentira con algunos detalles y dejo aparecer el gesto mas parecido a una sonrisa que habia tenido o iba a tener en mucho tiempo. Y se instalo en un cuarto que olia a humedad y a estiercol de palomas. Las palomas venian de todas partes y anidaban en el alfeizar de las ventanas. La primera manana fue despertado por su arrullo desapacible y por el aleteo sordido que producian cuando llegaban o se iban del alfeizar. No sin esfuerzo abrio la ventana, que habia sido pintada muchas veces sin nunca abrirse y estaba soldada al marco, y vio dos nidos, cada uno con un par de pichones implumes y ciegos. Blandos reptiles del Apocalipsis, gargolas repugnantes, abrieron sus desmesurados picos con avidez primordial y cayeron al vacio como pequenos demonios, para estrellarse y desaparecer tres pisos mas abajo, entre pedazos de ladrillo, pedazos de alambre, sillas desbaratadas y colchones sucios, todos desperdigados en el patio que correspondia al edificio. Dos edificios vecinos estaban abandonados: uno tenia las ventanas tapiadas y parecia un enorme nicho funerario, del otro entraban y salian las palomas. Y del reguero de ladrillos del patio brotaban pequenos arboles, muy proporcionados, frescos y de un verdor absurdo para aquellos lugares donde no llegaba nunca el sol. Durante el verano durmio de dia y camino sin rumbo por las noches. Tal como se habia anunciado desde la primavera, el verano llego especialmente caliente y sofocante: llovia mucho y antes de cada aguacero el aire se ponia espeso y aplastaba. Metido en una penumbra de persianas bajadas el sudaba en pantaloncillos, durmiendo o mirando girar un ventilador de aspas metalicas que sonaba como si alguien estuviera sacudiendo una bolsa con clavos o monedas. Por la noche se ponia la ropa sobre el cuerpo todavia encharcado de sudor y salia a la calle despues de sacar un par de billetes del sobre donde Lucia le habia dejado una suma grande, tan grande al menos como irian a ser sus necesidades durante el verano, dinero que el ni habia pedido ni habia rehusado. Despues de caminar un rato se metia a cualquier bar, pedia una cerveza y se sentaba a mirar la television. En las tinieblas del bar alumbraba el verde del pasto en estadios donde hombres de mandibula cuadrada escupian y rasgaban el aire con miradas diamantinas. Senoras de ojos azules abrazaban con amor cajas de detergente mientras maridos vestidos con camisas impecables las miraban complacidos. Una pareja de novios se arrebataba una galleta de chocolate y se reia. La espuma de su cerveza se desvencijaba poco a poco, regresando de una elaborada e ilusoria estructura a la sencilla repugnancia del liquido plano y ahora tibio, que el bebia sin asco y casi sin pensarlo. En la pared de los banos, vulvas humilladas recibian falos en los que el orgullo masculino se sumaba a la propia torpeza del dibujo para plasmar una vanagloria atroz que alcanzaba los ultimos limites posibles de la fealdad. Cuando algun fanatico del beisbol le palmoteaba la espalda, sin sospechar que no se trataba de un camarada sino de alguien que solo miraba el verde puro, abstracto e irreal de los prados lejanos, el encogia sus hombros anchos, cada vez mas huesudos, de modo que el fanatico dejaba congelar un poco la sonrisa, enfriar sus ojos entusiastas, y retiraba el brazo, consciente de que habia tocado un territorio profundo y prohibido. Despues de mantener por horas el codo sobre la barra y la mandibula apoyada en la palma de la mano, salia del bar a la hora de cerrar con el hombro derecho cubierto por la ceniza de los incontables cigarrillos que habian ardido entre sus dedos mientras miraba a los novios que se disputaban las galletas de chocolate. Caminaba por calles que olian a orines, llenas de periodicos y paraguas desmembrados, y se dirigia hacia los parques del rio. En las bancas dormian los hombres desplomados. El movil reflejo de un aviso de Pepsi-Cola flotaba sobre las aguas oscuras. A veces dormia en una banca, como los otros, a veces se amanecia viendo bajar las aguas sucias hacia el mar. Cuando llegaba al cuarto se tomaba un trago grande, para escapar del aleteo de las palomas, y se tiraba en la cama a sudar y a sonar con un pasado que regresaba en imagenes descoyuntadas y revolcadas, como si por su memoria acabara de pasar un viento furibundo. Sin hablar casi con nadie, sin lavar su ropa, sin preocuparse por su creciente mal olor, se le fue pasando el verano. El pintor de animales endemoniados lo invito un dia a una fiesta a la que irian amigos comunes, pero el no fue, por supuesto. Ni siquiera penso que resultaria dificil entenderse con gente demasiado inteligente, que el buen gusto de una rebeldia aparente iba a hastiarlo o que las minimas formas convencionales de trato irian a resultarle insoportables. En un tono neutro dijo, sin mas, que no queria ir; miro con sencillez al pintor de animales electrizados, como se mira y entiende un cactus o una rosa, le dio la espalda y lo olvido por completo. El clima todavia no empezaba a refrescarse. Los hidrantes elevaban de dia chorros de agua en los que se banaban los ninos como pajaros; de noche caian contra el espejo del asfalto como si arrastraran carros y edificios, sirenas y neones, y los aniquilaran en un cataclismo espectacular contra la tierra. El recorria las noches del verano metiendose por sitios profundos, recovecos turbios, pero casi siempre buscando terminar la noche bajo cielo abierto. Por algun tiempo anduvo con una mujer morena que tenia el tatuaje de una culebra en el estomago. Con ella entro y salio de bares, con ella paso dias en cuartos de hoteles desastrados, que tenian baneras negras y cortinas espesas y raidas, y que parecian estar mas hondo que los trenes subterraneos cuyo ruido los calaba por completo. Envuelta en la luz de mecheros de alcohol, la vio hacer brillar jeringas, la vio casi desaparecer de placidez en el fluido de su propia sangre como quien se deja llevar por un ancho rio hacia el olvido. Aparte de que se hacia llamar Boris, ella no supo ni quiso saber nada de su vida. Se poseian con lujuria y sin ternura. Se encontraban al azar, sin alegria y de un modo fatal, como si dioses desganados hubieran tenido el momentaneo capricho de arrimarlos. Se despedian sin darse cuenta, desapareciendo el uno del otro como desaparecen las personas en los suenos. Cada cierto tiempo recibia cartas con estampillas de animales, plantas tropicales, proceres. Las dejaba sin abrir hasta que llegaba una nueva y entonces leia las dos con desatencion, chismes lejanos, historias de amigos que ya habia olvidado, formas afectivas que de lo puro marchitas ya ni tristeza producian. A veces se quedaba largos ratos mirando el azul intenso de las grandes mariposas, y a duras penas leia la letra abierta, pulcra, femenina, que le hablaba de gente que para el ya estaba muerta. Las orquideas, las mariposas de Muzo, los heroes de mirada ingenua, en la barra de un bar, en su propio cuarto, en los hoteles, eran despojos minimos y nitidos de un inmenso naufragio que a estas alturas ya ni centro tenia, ni periferia. En un sobre le llegaron las paginas dobladas de un periodico, donde se hablaba de el y se reproducia uno de sus cuadros. Las miro y volvio a doblarlas como si fueran un documento amarillo y apolillado, un poco repugnante, que hablaba de gente remota, desde hacia mucho tiempo convertida en polvo. Para entonces el pelo le habia crecido demasiado y se lo habia agarrado atras con un caucho. Su frente se veia muy amplia, sus ojeras muy grandes. Los vientos empezaron a soplar mas frescos. Las camisas de pana que habia traido de Bogota le colgaban abundantes y le daban una apariencia mistica. Se afeitaba cuando el roce de la barba con la almohada empezaba a fastidiarlo, cada tres o cuatro dias, sin espejo, rapido y sin preocuparse por los parches de barba que quedaran. Una vez, ya casi de madrugada, lo sorprendio un aguacero mientras miraba bajar el agua del rio para el mar. Camino despacio bajo la lluvia y sintio que uno de sus zapatos estaba roto. La noche siguiente, en un baratillo que abria las veinticuatro horas, compro unos tenis que al principio casi cegaban de blancura en contraste con su ropa oscura, pero que rapidamente se fueron curtiendo con el polvo de calles y bares hasta ponerse casi negros, y que serian usados sin lavarse nunca y de un modo continuo hasta su disolucion total. Otra noche un hombre tan flaco y grande como el mismo le pidio cuarenta y tres centavos que le faltaban para una botella de vino. Con uno de los billetes que le dejara Lucia compraron una botella de conac caro y se sentaron a beber frente al rio. Un pequeno velero, con solo una luz verde en lo alto del mastil y las velas desplegadas, paso remontando la corriente en la oscuridad, como una mariposa nocturna. El hombre dijo ser sueco. Durante la noche dijo ser exmarino mercante, exingeniero, exgeologo. Tambien era aleman, y el entonces lo dejo hablar, sin creer ni dejar de creer, como el que se deja acompanar por el ruido del agua que baja entre las piedras. La noche era limpia y las luces de los aviones se movian muy nitidas contra la negrura compacta del cielo. Una rata larga paso en la oscuridad y desaparecio en un bote de basura volcado. El sueco, ya borracho, termino una historia que lo habia conmovido y agitaba los hombros bajo el peso de sollozos vigorosos. Se bebio un trago grande. Parecio aliviado de la angustia que le habia producido su propia ficcion y siguio hablando sin parar, como saltando un abismo a cada instante, creyendose por turnos extopografo, finlandes, exgeologo, exmarino, holandes, unas veces arruinado por los viajes, otras por las mujeres, el juego y el alcohol. Como esa noche pasaron muchas. Las personas desaparecian y volvian a aparecer. A traves del sueco conocio mucha gente. Habia ajedrecistas fetidos, borrachos y caballerosos, muy raidos, que jugaban partidos a veces insensatos, a veces brillantes; habia hombres abstraidos que garrapateaban incansablemente cosas en cuadernos sucios; habia gente que con el alcohol comenzaba a discutir minucias a grandes voces y con gestos ampulosos y violentos, como si estuvieran en juego los destinos ultimos. Noches largas durante las cuales probo por primera vez vinos dulces que llevaban nombres como Rosa Salvaje de Irlanda, o Pajaro del Trueno, los mas baratos tal vez sobre la Tierra; noches que terminaban en un reguero de papeles y botellas quebradas que chispeaban despues con el sol mientras los hombres que las bebieron, desperdigados ahora, quedaban caidos en bancas, donde respiraban apenas entre su propia sombra, o intrincadamente ocultos en las grietas del cemento, como si fueran cucarachas o murcielagos. Las hojas empezaron a caer copiosas y a acumularse junto a las basuras de los parques. El caminaba metido en una gabardina demasiado larga, aunque corta de mangas, como las de los espantapajaros de las tiras comicas. La habia comprado por dos dolares a un amigo que ofrecia mercancia vieja, casi basura, en la plazoleta donde habia una escultura que representaba un dado gigantesco. Por algunos dias alcanzo a sentir el espeso olor acumulado de anteriores propietarios, sedimento oscuro que se perdia en los origenes de la raza humana, pero ahora su propio olor habia tomado posesion, o se habia tal vez integrado al antiguo, y ya no lo sentia. Y como la caldera del edificio aun no habia sido encendida, muchas veces el llegaba y se tiraba a la cama con la gabardina puesta, mientras afuera arrullaban las horripilantes palomas, a sonar con un pasado que cada vez le llegaba mas trocado y equivoco. A finales de septiembre recibio una carta donde se anunciaba la llegada de un pariente para principios de octubre. La carta decia que ellos estaban muy preocupados por la falta de noticias, y el tuvo que hacer un esfuerzo para recordar de cuales <> se trataba. A la duena del cuarto todo en la vida, al parecer, le importaba un bledo, y se encogio de hombros cuando el le dijo que se iba. Recibio la llave sin mirarlo y no se tomo siquiera el trabajo de levantar los ojos para verlo salir con su pequeno maletin en la mano y perderse en una noche excepcionalmente calida, aunque llena de bruma. Horas despues la mujer entraria al cuarto y meteria medias rotas, tubos de papel higienico y colillas en una bolsa de plastico negro. Lo haria con gestos mecanicos, sin siquiera odiar, sin recordar siquiera a la persona que habia dejado tras de si semejante basural. Se metio en un hotel pequeno, al frente de una avenida que cruzaba la ciudad de este a oeste, apretujado entre un almacen de almohadas y colchones demencialmente desordenado y una ferreteria polvorienta. Alquilaban cuartos por horas, dias, semanas, anos, tal vez siglos. Al otro lado de la avenida habia un parque con columpios y balancines oxidados, donde alumbraban por la noche los botes de basura a los que hombres oscuros metian fuego y despues rodeaban para calentarse. Su cuarto tenia un inodoro rajado minuciosamente, como una cascara de huevo, y un lavamanos mugroso. No habia ni ducha ni ropero. Ni el ni las demas personas que entraban y salian parecian ya necesitarlos. Se salia del hotel por corredores y escaleras iluminados por debiles lamparas de neon que soltaban luz nebulosa. Todas las noches, al lado de las canecas de basura y de la escalera que bajaba del hotel a la acera, habia un viejo que se acurrucaba para dormir protegido del viento. Mantenia la cabeza metida en una bolsa de plastico negro a la que le habia hecho orificios para respirar. Una vez el le ofrecio dinero, pero el hombre no quiso recibirlo; dejo en cambio oir una voz aspera y gruesa que venia de las profundidades de su cerrada noche de plastico, y le dijo que se llevara su dinero para otra parte, que nadie le estaba mendigando. Por entonces habia empezado a dibujar con carboncillo a la gente de los bares. Una noche quisieron comprarle el dibujo que habia hecho de modo mecanico sobre una servilleta, y que mostraba a un hombre pequeno sentado en una banca alta, encorvado sobre la barra del bar, a la vez envuelto en si mismo y echado para adelante, como un ave de rapina o un demonio. Esa vez no quiso recibir dinero, aunque no tuvo inconveniente en dejarse invitar a un par de tragos que, como siempre, le duraron hasta que cerraron el sitio. Pero despues decidio comprar un revolver que le ofrecian por ahi, conto lo del sobre y vio que le alcanzaba para el arma y solo le sobraba algun ripio. Entonces comenzo a dibujar a la gente y a recibir lo que quisieran dar por los dibujos. Los retratos eran tan oscuros como los bares, y las personas, aunque todavia identificables, aparecian a medio tragar por las tinieblas. Pero el limite de la oscuridad no se adivinaba en el bar (esquinas que, aunque invisibles, estuvieran alli; estructuras que, sin ser vistas, llenaran el alma con la luz de su logica, tranquilizandola), sino que se perdia sin remedio en un abismo sin fondo. El reflejo de unas gafas, una mano cundida de anillos de plata, eran creados con la nitidez necesaria para que todo lo demas cayera en el vientre horroroso de lo oscuro. Sin embargo, la gente, metida en su sopor de alcohol y cigarrillo, rara vez se horrorizaba; miraba el dibujo con interes, sorprendida por la evidente habilidad del dibujante, hablaba un rato con el, le ponia las manos en el hombro y se mostraba casi siempre generosa. Tan pronto recogia lo necesario para pagarse la noche de hotel, la comida y los tragos, el dejaba de dibujar y se quedaba otra vez en la barra, inmovil y en silencio. Pagaba el hotel cada madrugada. Llegaba poco antes de que saliera el sol y le daba el dinero al empleado sonoliento, que le entregaba una llave atada a una lamina metalica de apariencia carcelaria y le devolvia el maletin repleto de ropa sucia que habia dejado en la oficina al salir. Caminaba por escaleras inundadas de luz lechosa --el revolver, helado, subia metido en una media entre la ropa-- y entraba a un cuarto que cada noche era distinto. Todos tenian espejos desportillados y borrosos e inodoros rajados, pero unos daban a la avenida y otros a pasadizos oscuros donde las ratas hacian sonar las latas en las basuras. A el todos le daban lo mismo. Por las delgadas paredes llegaban sonidos que a veces eran vagos, sollozos lejanos que se fundian con los ruidos del vapor en los tubos de la calefaccion, disputas deshilachadas; pero a veces eran demasiado nitidos, bofetadas en cuartos adyacentes, gemidos sexuales, carcajadas crueles.

  • Desde ayer y para siempre (Casi como hermanos 2) [LGBT] de Frances Stone

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    Anthony y Marc estan mejor que nunca.
    Kyle esta conociendo cada vez mas a Noah.
    Todos estan felices, todo es perfecto.
    El sexo es increible.

  • Un escandalo muy conveniente de Kimberley Troutte

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    Lo que iba a ser un matrimonio de conveniencia se fue convirtiendo en pasion.

  • San Valentin en Alaska (Alaska 2) de N. Q. Palm

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    <>, o eso afirmaban las historias que Susan habia oido siendo pequena. Los hombres que alli vivian no eran unos simples mortales, y habia uno en especial, que llamaba poderosamente su atencion. Storm era alto, musculoso y muy atractivo. Mas o menos como el hombre que la habia atacado dos meses atras, y al que no reconocio. Asi que no iba a haber un acercamiento por su parte. Ella desconfiaba de esos tipos.
    Storm miraba con deseo a la mujer que se cruzaba de vez en cuando en la ciudad, pero el ya habia cubierto el cupo. En su linaje habia unas normas, y el no estaba exento de ellas. Seguiria admirando su curvilineo cuerpo y sonando con poseerla. Nada mas que eso. Pero esos ojos azules no hacian mas que aparecer en su mente, una y otra vez.
    Cuando un suceso precipita las cosas, tanto Storm como Susan tendran que superar los obstaculos que una cultura y otra impone sobre ellos.

  • Su mayor fantasia de Blanca Moral

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    El Gran Hombre: Sexo con el Vecino Prohibido
    Cree que es demasiado grande para mi.
    Siempre me han gustado los desafios.
    John Murray no es el joven que solia conocer.
    Era un adolescente timido, inteligente y retraido.
    Ahora mide casi dos metros y parece un toro.
    Es atrevido, divertido, y luce una barba muy viril.
    Y luce un inevitable bulto entre las piernas.
    Se ha convertido en mi hombre perfecto.
    Sexy, alfa, intimidarte y aun asi, humano.
    Me fui a la ciudad hace anos, para estudiar.
    Pero he vuelto al pueblo, para quedarme.
    El vuelve a ser mi vecino. Pero ya no es el mismo.
    Y no se como ha llegado a ser asi.
    Vive en el piso de sus padres. Murieron, al parecer.
    Por las mananas sale de casa en traje y corbata.
    Coge el coche y se larga. Vuelve por las tardes.
    Y se tira hasta el anochecer cuidando un huerto privado.
    Sin camiseta. Sudando. Al lado de mi casa.
    Su pequeno hobbie.
    Tampoco tiene verguenza.
    Le he visto mirarme el culo, abiertamente.
    Ambos sabemos en lo que estaba pensando.
    Pero es el hombre mas grande que he visto nunca.
    Y yo tampoco puedo evitar mirarle.
    Se dio cuenta. Ahora no para de provocarme.
    Segun el, nunca podria ser algo mas que eso.
    Me romperia en dos.
    No tengo porque demostrarle que se equivoca.
    Pero quiero hacerlo.

  • La princesa de la Oscuridad de Aryam Shields

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    Treinta y uno de octubre, la fecha en la que la puerta del inframundo se abria para nuestro festin. Estaba harto de tener que esperar hasta ese unico y maldito dia para salir y, ser el demonio que en realidad soy, cansado de este maldito encierro. Yo soy el hijo del dueno de la oscuridad, podia hacer lo que se me diera la gana, pero no, castigando al hijo de Lucifer ensenarian la leccion mas preciada para todos los demonios... << Nunca retes al diablo >> Como si me importara una mierda lo que pensara mi padre, de solo imaginar el festin que me daria esta noche se me hacia agua la boca, los colmillos se me expandian, la excitacion en mi cuerpo llegaba a niveles insospechados. La maldita medianoche se me estaba haciendo eterna, los minutos parecian convertirse en horas, queria salir ya y mandar todo al diablo --literalmente--; mandar a mi padre a meter la cabeza en su trasero. --Azael... --La voz ronroneante de Ariel me causo repulsion. Ella tenia una sangre muy asquerosa y, ni siquiera era buena para follar, un puto iceberg daba mas calor que ella, bufe frustrado cuando senti sus tacones repiquetear contra el parque--. Azzy… --Es Azael --murmure contrito--. ?Que quieres? --indague contrarioado. La odiaba. Odiaba su meloseria insipida y su absurdo enamoramiento, como si yo fuese a tomarla en serio en algun momento, como si estuviese a la altura para que yo la aceptase. --?Por que tan enojado? Azzy, es de carino --dijo con una sonrisa--. Queria saber si vas a subir esta noche. --Se acerco colocando sus asquerosas unas en mi remera negra--. Quiero ir... --No puedes --sentencie tajante. --Pero tu... --No, Ariel, ni aunque quisiera llevarte --me burle de ella. Esta noche queria sangre pura, la necesitaba, habia pasado mucho tiempo y me urgia un cono tierno, sangre sin manchas, estaba harto de comer inmundicias. Las hechiceras eran buenas, pero no tanto como para clavar mis dientes en ellas, su sangre era oscura igual que un pozo de petroleo. Servian para descargarme, aunque nunca quedara cien por cien satisfecho, asi que yo habia esperado este maldito treinta y uno de octubre como un jodido adicto... Sangre, virtud y mucho, mucho sexo. A pesar de tener mas de cuatrocientos anos, aun era joven, malditamente apuesto e irresistible, sobre todo para las humanas, todo en mi las atraia: mi olor, mi voz, mi jodido porte, y es que las pobres cosillas insignificantes eran tan faciles de caer. Una mirada coqueta, una sonrisa torcida y la senorita mas remilgada, se convertia en una puta sedienta de que mi miembro la hiciera gritar sin parar. ?Quien soy? Esa era la pregunta del millon cuando sus huesos se reducian a polvo entre mis dedos, cuando mis colmillos se enterraban en la tibia carne de su cuello, cuando mis ojos se volvian un par de zafiros rojo sangre, frios como un glacial, tomando de ellas mi pago por el polvo de sus vidas. Nada en este mundo es gratis, si quieres algo tienes que pagar por ello. --Por fin se acabo tu castigo --grito Iblis, entrando a mi habitacion, haciendo que Ariel se alejara rapidamente. Ella e Iblis no eran muy cordiales, mi primo nunca se entregaria al placer con una hechicera como ella, ni de ninguna, la verdad es que no se que esperaba para adentrarse en el oscuro y placentero mundo del sexo por diversion. --Largate. --Mire a Ariel bufar--. Me enferma tu presencia. --Eres un maldito hijo de... --chillo con voz estridente. --Termina esa frase y los dias estaran acabados para ti --espete entre dientes--. Largo. -- Ella dio un portazo fuerte al salir de mi habitacion. ?Que creian, que en el inframundo viviamos en cuevas? No somos tan malditamente arcaicos. Camine hasta mi pila de cd’s, me gustaba coleccionar estas cosas del mundo mortal, tenia una pared llena de discos del mejor Rock and Roll. Diez anos de encierro podian ser un millon aqui. Coloque el cd de Hellfest en el volumen mas alto, para tratar de enganar al tiempo. Si, el inframundo era mas que neblina, oscuridad y demonios o hechiceros, este era mi lugar. Mi imperio. --?Que vas a hacer esta noche, Az? --Lo mismo de siempre, Iblis, follar, robar, matar, sentir... --?Sentir? --dijo con voz de burla--. ?Tus ciento veinte concubinas no te hacen sentir? --Sabes lo frio que es follar con una puta hechicera. --Chasquee mis dientes--. Cierto, no lo sabes. Me huele que te has equivocado de territorio, no se, quizas deberias ir arriba del cielo mortal... pendejo --bufe. --Mi tio Luci me ha dicho que debo ir contigo esta noche y cuidarte, de que no cometas las mismas estupideces que hace diez anos. Genial, ahora tenia ninero, si mi padre pensaba que iba a arruinar mi dia estaba malditamente equivocado, por muy demonio que fuera, no tenia poder para dominarme. --No soy un bebe, por mas que el mismisimo Diablo quiera creerlo. !Soy Azael, el principe de las tinieblas, maldita sea! --Camine hasta el estereo y coloque otro cd. --Lo se, hermano. --Iblis se sento en mi cama jugando con uno de mis discos, siempre que iba a la tierra conseguia esas idioteces por las cuales los humanos trabajaban como burros, yo solo chasqueaba los dedos y las cosas me eran dadas--. Piensa en mi tio, no quiere que le pase nada a su heredero. Aamon estaria mas que encantado en quitarte el trono. Enfoque mi mirada escarlata en la azul sin emociones de mi primo y mejor amigo. --Aamon puede irse al mismisimo purgatorio --sonrei--. Esta noche solo quiero alimentarme y follar unos cuantos conos virgenes. Creeme, extrano uno sin usar --anadi con una sonrisa torcida--. Quizas, matar a unos cuantos malditos y jugar con las mentes de algunos remilgados. -- Me mire en el espejo ajustando mi capa negra y tomando el antifaz. Se acercaba la hora cero. Iblis suspiro. El no era como yo, su viaje a la tierra lo invertia para buscar a su madre... bueno, la tumba de su madre. Cuando mi tio Caius habia ido con mi padre hacia mas de mil quinientos anos atras, se habia prendado de una chica rubia de bonitos ojos azules, o al menos asi la describia el; de esa “pretension”, como la habia llamado el gran Luci, habia nacido Iblis. Un romanticon empedernido, amante a las cosas cursis y peludas... y no hablo de un cono sin depilar. Me refiero a los jodidos perros que el maldito recolectaba para asearlos, darles de comer, y luego con su don envejecerlos hasta morir. Maricon, si, yo tambien lo creo. Pero gracias a ser el hijo del Rey de las Tinieblas mi mente estaba protegida contra todos, en especial contra Iblis, que al tener genes humanos era mucho mas debil que yo. ?En que cabeza cabe que mi padre, el gran Lucifer, se le ocurriera que el iba a cuidarme? --Chicos. --Mi madre toco a la puerta y yo le baje el volumen al estereo que en esos momentos reproducia mi cancion favorita. Ella asomo su cabeza mirandonos a Iblis y a mi--. Supongo que atravesaran la puerta esta noche... --Ambos asentimos--. Solo sean lo mas discretos posible. Entro y acaricio mi mejilla con dulzura, a sus mil trescientos anos, mi madre era la mujer mas hermosa del inframundo, su poder era tal que al unirse con mi padre habian hecho la mejor jodida cosa de su larga existencia... Yo. --Iblis va a acompanarte, quiero que recuerdes lo que paso hace diez anos, y por favor, no cometas la estupidez que cometio tu tio Caius. --Miro a Iblis con carino--. Te amamos, pero tu padre no actuo muy inteligente al dejarla viva luego de que te arrancara de su lado. Iblis asintio y mi madre, la bruja mas poderosa del inframundo, acaricio su cabeza como si fuese uno de los tantos cachorros que el cuidaba, alimentaba y luego mataba. Si al menos lo hiciera por distraccion, pero segun el sufririan mucho si quedaban vivos, asi que los recogia de las calles, los llevaba a un lugar donde los sacos de pulgas se daban un festin alimenticio, luego los banaba, y con su don del tiempo los envejecia y adios pulgosos. --Prometeme que te portaras bien. --Mi madre me miro con sus grandes ojos turquesa, tratando de ver en mi mente lo que haria esta noche... Jodida ella, ya que tampoco podia leerla. --Yo velare porque no se meta en problemas, tia. --Mi primo sonrio--. Salir del inframundo sin Az, no es lo mismo. Y es que la multa por hacer una estupidez, como la que habia hecho una decada atras, era restringir los permisos de salidas por diez anos mortales, y al ser yo el hijo del jefe, me habian puesto como ejemplo. No, yo no podia permitir que otro imbecil como el tal Charles Lewis me tomase una foto. No cuando mis colmillos estaban clavados en el cuello de una mujer. --Tu padre quiere verte antes de que cruces la puerta, Azael. --?Va a darme otro sermon de como comportarme en la tierra? --bufe, arreglando mi cabello --. Lamento desilusionar al gran Lucifer, pero me importa una mierda lo que tenga que decirme, el discursito ya me lo se, se ha encargado de repetirmelo durante diez malditos anos mortales. --Es tu padre. --No soy un nino. --Solo ve y reunete con el --sentencio ella fuerte, revolvi mi cabello antes de ver a mi madre salir. Este ano me encargaria personalmente del imbecil maldito hijo de puta que arruino mi maldita existencia, este ano Charles Lewis iba conocer lo que era meterse con el ser mas poderoso del inframundo.

  • Noche a media luz de Jacquie D'alessandro

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    Mallory sabia que estaba dolida por como habia acabado su ultima relacion, pero aquello no duraria mas que una noche. Una noche que tendria que bastarle.

  • El Traje Gris de Andrea Camilleri

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    A lo largo de su brillante carrera profesional al frente de una entidad bancaria siciliana, donde ha demostrado su habilidad para resolver las complejidades financieras en un entorno minado por la mafia, el protagonista de esta novela ha recibido tres cartas anonimas. Ahora, en la primera manana de su vida de jubilado, despliega cuidadosamente los tres sobres junto a una caja de cerillas. Una de las cartas, recibida unos pocos anos atras, contiene insinuaciones sobre la supuesta infidelidad de su esposa, la joven viuda con la que se caso hace una decada, una mujer elegantisima y enigmatica, replica exacta de una de las divas americanas del cine en blanco y negro. Adele, esplendida e irresistible femme fatale, ocupa el lugar central de este nuevo y sugestivo relato de Andrea Camilleri. Dotada de una sensualidad desinhibida que contrasta con el esmero con el que guarda las apariencias burguesas, Adele es una esposa tan entregada como escurridiza. Solo en muy determinadas ocasiones viste un viejo traje de chaqueta gris, de una impecable sobriedad, un traje que adquirira un inquietante simbolismo, cuyo significado seria mejor no tener que desentranar jamas. En esta breve e intensa novela de misterio psicologico, el matrimonio es el escenario de la dimension cotidiana de la tragedia, a un tiempo ultimo reducto del deseo y de la fantasia, y espejo de una sociedad esencialmente corrupta. El traje gris, que Camilleri ha descrito como <>, demuestra la fecundidad y la maestria literaria del gran autor siciliano que, una vez mas, consigue sorprendernos sin dejar de ser fiel a si mismo.

  • San Francisco de Asis de G. K. Chesterton

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    Esta biografia es, sin duda, uno de los mejores relatos breves escritos por Chesterton: <>.

  • El olor de la vida de Rosa Rodriguez Cubela

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    La vida transcurre dentro de cada historia, las historias guardan destinos que hay que hacer cumplir, y las prohibiciones, no pueden evitar que un mito, llegue a parecer verdad. Cuando nadie creyo en sus locuras, comenzo a cambiarlo todo. ?Que hiciste con las rosas Jose? Acaso no te basta con su aroma.Asi empezo una historia fantasiosa, entre adivinadoras y conejos que espantaban el ruido, junto a los falsos fosiles, y muy dentro de los experimentos con flores, en un mundo terrenal y divino, en una historia, que mas alla de jardines y mares, trae debajo de la piel; el olor de la vida.

  • Indomables de Mercedes Santos

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    Intrigas, enganos y desencuentros en tiempos de guerra.

  • El diario de Sandy de Martin Cirio

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    Sandra renuncio al call center para ir en busca de su sueno: viajar a los Estados Unidos y convertirse en actriz, y asi regresar triunfante algun dia a la Argentina.
    Emprendio una odisea en micro junto al hombre del que se enamoro por chat y, por fortuna, registro en este libro, El diario de Sandy, todas las desventuras que tuvo que sortear en el camino, como lo hizo antes su idola Geri Halliwell.
    Sandy se opero y ahora es una chica trans y quiere vivir una bella historia de amor. Sandy siempre tiene una bolsita de papa a mano para nunca pasar hambre. Sandy podra ser violentada o verse impedida, pero jamas sera vencida.
    En esta novela, Martin Cirio nos sumerge en una historia tan cinica como probable, y hace un recorte de realidades a la vuelta de la esquina, fiel a su estilo. No nos ahorra una y sabe que eso nos gusta.

  • La sombra de una venganza de Delfina Farias

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    Atras quedaron los enganos, amarguras y tristezas del pasado. Manuel, Davy y Sofi viven felices junto a su numerosa familia. Cuando sus negocios se lo permiten, viajan por el mundo perdiendose en paises increibles y disfrutan su gran amor. Una duda atormenta al gallego Manuel Ocampo Falcao todos los dias de su vida, sera aun mas fuerte con la llegada de Lucio el ingeniero, porque sacara a la luz una gran mentira que hara temblar hasta su cordura. Un enemigo se agazapa en las sombras tratando de destruir su felicidad y quebrar la paz familiar. !Los Falcao estan mas vivos que nunca y juntos enfrentaran a un nuevo enemigo! ?Lograran a pesar de todos los problemas encontrar la paz y tranquilidad que consiguieron a traves de los anos? ?Sera el mas temible o el mas siniestro? Mil preguntas y solo una respuesta… Descubre que se oculta en La sombra de una venganza

  • El instante de peligro de Miguel Angel Hernandez

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    Una sombra inmovil proyectada sobre un muro en mitad de un bosque. Eso es lo que muestran las extranas peliculas anonimas que han llegado al correo del profesor MartinTorres. La remitente, la joven artista Anna Morelli, las ha encontrado por azar en un anticuario de New Jersey y pretende utilizarlas para su nuevo proyecto artistico en el Clark Art Institute de Williamstown, institucion de la que Martin fue becario hace mas de diez anos. Lo que Anna le propone no puede ser mas atractivo: volver un semestre al Clark para escribir sobre las peliculas y dotar de historia a unas imagenes sobre las que nada se puede saber.

  • Las flores del frio de Silvia Carrandi

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    “En la vispera del Dia de Todos los Santos, el 31 de octubre de 1937, sucedieron en Penon tres hechos tragicos. Mi padre desaparecio. A mi madre estuvieron a punto de matarla, y yo, descubri, en la fuerza con la que alguien se colgaba de las campanas de la iglesia, que vivia en un valle lleno de mentiras.”

  • El orfebre de Ramon Campos

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    Barcelona, finales del siglo xix. Un joven de diecisiete anos trabaja en el taller de orfebreria de su padre. Instruido en el oficio desde nino, le espera un prometedor futuro en la talla de piedras preciosas. Pero su vida experimenta un vuelco cuando conoce a Isabel, la hija de un aristocrata venido a menos que anuncia que concedera la mano de su hija a quien le ofrezca el diamante mas grande que jamas se haya visto.
    De la agitada Barcelona a la bulliciosa Amsterdam y su mercado de diamantes; de Holanda a Sudafrica; de la refinada Ciudad del Cabo a las abrumadoras minas de Kimberley repletas de esclavos, pasando por el temible desierto de Karoo, el orfebre recorrera un mundo fascinante, cautivador y cruel al mismo tiempo, junto al despiadado marques de Terrassa y a la dulce esclava Etweda.
    En su travesia, el orfebre descubrira la valia de las ensenanzas de su padre y maestro, la importancia de ser leal al propio oficio y, sobre todo, que a veces hay que viajar al fin del mundo para darse cuenta de que lo que uno anhela esta mas cerca de lo que cree.

  • El ascenso de las dos serpiente de Max Gladstone

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    Una plaga de demonios han saboteado las reservas de agua de Dresediel Lex. Para averiguar quien esta detras y reparar el dano, el Rey de Rojo envia a Caleb Altemoc, hijo de Temoc, el ultimo de los sacerdotes de los antiguos dioses y protagonista de La primera y ultima nieve, un joven especializado en gestion de danos, que tambien se saca algo de dinero apostando. Una vez alli, Caleb se encuentra con Mal, una saltadora de tejados de la que queda inmediatamente prendado. Desde el principio, Caleb y Mal estan unidos por el deseo, la magia y el azar, atrapados en un juego peligroso donde dioses y humanos son meros peones. Ambos yacen en el agua y bailan sobre el fuego, mientras las dos serpientes que duermen bajo la tierra empiezan a despertarse. y estan hambrientas.

  • Tras el grito, Johann Hari de Johann Hari

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    El periodista Johann Hari se embarco en un viaje epico de tres anos de duracion y cerca de 50.000 kilometros con el fi n de desvelar los secretos de la guerra contra las drogas; y de esa manera pudo constatar que existe una disparidad asombrosa entre lo que nos han transmitido y lo que en realidad sucede.

  • Nunca sera suficiente de Jennifer Palau

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    La sociedad ha cambiado. Ha desaparecido aquello que conocian como la libertad. Han decidido terminar con todo tipo de problemas en las calles y creado la ley OSDE, modificando sus vidas forzadamente al aplicar las normas inculcadas para la ciudadania.
    Nina es hija de una familia pobre. Una familia que ha quedado muy afectada tras la ley en la que participa Hans Blake; el actual alcalde de la ciudad.
    Cuando un dia cualquiera, Nina sale a la calle para disfrutar de la poca soledad de la que dispone, Izan Blake, el hijo del alcalde, entra en su vida con afan de complicarsela. Y sin que ninguno de los dos lo sepa, pronto tendran un conflicto grave al que enfrentarse.
    Para ella, el es inaccesible.
    Para el, ella es intocable.

  • Como en una cancion country de Lorraine Coco

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    Cuando Brock Ashby, el afamado pitcher de los Rangers de Texas, vuelve a Riverhall, su poblacion natal, se forma un gran revuelo. Regresa huyendo de una gran encrucijada que esta arrasando toda su vida. Y espera que la boda de su mejor amigo le ofrezca lo que necesita en ese momento; tiempo para pensar y por que no, algo de diversion.
    Pero no contaba con que los problemas que dejo atras, al marcharse para triunfar, le han estado esperando. Tampoco con la hermana de la novia, y dama de honor principal. Una mujer de armas tomar, que no le va a dar cuartel, ni a consentir sus descaros, ni a ponerle las cosas faciles. A pesar de que nada mas conocerla, esa insolencia y frialdad hacia el, hacen que la senale como su siguiente y excitante objetivo.

  • De Pixar al cielo de Lawrence Levy

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    Hoy en dia, Pixar es uno de los grandes del entretenimiento: el estudio que revoluciono los efectos digitales especiales y la animacion por ordenador, y desarrollo una serie de peliculas de gran exito, incluyendo la iconica Toy Story. Sin embargo, cuando Lawrence Levy se unio a Pixar en 1995, era una compania de software que apenas se mantenia a flote. Trabajando en estrecha colaboracion con Steve, Lawrence establecio cambios audaces, reorganizo las operaciones comerciales, lidero la salida a bolsa de la compania y fue pieza fundamental en su venta por 7.400 millones de dolares a The Walt Disney Company en 2006. Durante el proceso, Lawrence y Steve forjaron una profunda y duradera amistad. Este libro revela ademas un lado de Steve Jobs muy diferente al hombre dominador de la leyenda: un individuo curioso y reflexivo que preferia llegar a resoluciones mutuas sobre las decisiones empresariales y que, aunque inicialmente impopular entre sus empleados, se convertiria en el motor del talento creativo sin precedentes de Pixar.

  • Dracula. El origen de Dacre Stoker

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    Bram Stoker es un nino enfermizo que apenas sale de su casa.
    Una noche, la fiebre que le asalta casi a diario lo lleva a las puertas de la muerte. Su ninera, Ellen Crone, echa a todo el mundo de la habitacion del pequeno y lo salva por medios que nadie conoce. Tras este episodio Bram se recupera, y crece su fascinacion por Ellen. El y su hermana Matilda descubren cosas muy extranas de la ninera y antes de que puedan hablar con ella, esta desaparece de sus vidas. Obsesionado con ella, quince anos mas tarde los hermanos vuelven a reunirse para encontrarla y sus caminos se cruzan con el del Conde
    Dracula…
    Inspirada por notas y textos escritos por el propio Stoker, la precuela de Dracula revela no solo el origen de Dracula y el de Bram Stoker, sino la historia de la enigmatica mujer que les conecta.

  • Las verdades infames de Damian Comas

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    Eduardo Antonio Parra

  • Pasion de Brane Mozetic

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    Con una prosa afilada como una cuchilla de afeitar, ‘Pasion’ es una obra tierna y desesperanzada que nos descubre a una de las voces mas reputadas de la literatura eslovena actual. La dominacion y el sexo son el eje de un conjunto de relatos que traza una radiografia descarnada de la homosexualidad masculina donde la belleza y la crueldad conviven en equilibrio.

  • Vidas en ruinas de Rachel Van Dyken

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    Rachel van Dyken, autora que ha estado en las listas de los libros mas vendidos de The New York Times, Wall Street Journal y USA Today.

  • En el futuro de Martin Rees

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    La humanidad ha alcanzado una situacion critica. El mundo que conocemos cambia a gran velocidad; durante el proximo siglo nos enfrentaremos a riesgos existenciales que acarrearan varias consecuencias, unas buenas, y otras, malas. Nuestro futuro dependera de como nos planteemos ahora los actos del manana; los avances en campos como la Biotecnologia, la Cibertecnologia, la Robotica y la Inteligencia artificial, si se usan con sabiduria, pueden ayudarnos a superar obstaculos como el cambio climatico o la perspectiva de una guerra nuclear. Rees nos recuerda que no hay <> para nuestro planeta: no disponemos de alternativas a la Tierra si no cuidamos de ella.

  • El Gringo de Charlotte Bennet

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    Cada vez que regreso a Granville revivo una parte triste de mi ninez. Aquella en la que la enfermedad de mi madre Norma nos mantuvo en vilo a mi padre Bill y a mi. Ella padecia un tumor maligno en la cabeza. Una noche se acosto y no se desperto. Recuerdo que mi padre me abrazo mientras yo lloraba desconsoladamente. Fue asi como el y yo iniciamos una larga travesia por un desierto lleno de tristeza. De este modo tuvimos que aprender a encajar su perdida como mejor supimos, aunque nos costo mucho hacerlo. Mi padre se refugio en mi y en el cuidado de nuestro rancho, Lemon Creek. Ello lo distraia y mantenia ocupado parte del tiempo. Lucho e invirtio su dinero para hacer que fuera el lugar idoneo en donde vivir. Yo le ayudaba en todas las tareas, especialmente en cuidar y dar de comer a los caballos y al resto de ganado, asi como limpiar las caballerizas. Ello me hacia sentir util y, al mismo tiempo, queria que mi padre se sintiera orgulloso de mi y conseguir que no se sintiera solo ni triste... El me enseno a sentir pasion por los caballos y a domarlos para que fueran agiles como el viento. Mi padre era un extraordinario jinete que participaba en las distintas competiciones estatales. Casi siempre nos haciamos con el primer puesto...Otras, nos conformabamos con un segundo lugar. La idea era ganar un dinero extra que nos venia bien al rancho, aunque la ausencia de mi madre seguia ahi vigente a pesar del paso de los anos. Mi padre volvio a recuperar la ilusion con la venta de productos agricolas. Dicho negocio empezo a dar su fruto, pero necesitabamos personal en el rancho. Asi fueron llegando distintos peones y capataces mientras yo iba a la escuela. No queria dejar a mi padre solo, tenia que estar ahi, al pie del canon y velar por los intereses de nuestra familia, pero para mi padre que fuera a la escuela era lo mas importante. Mi padre le contaba sus logros a mi madre cuando le llevabamos flores a su tumba una vez por semana. Podria decirse que ella velaba por nosotros desde la otra vida y nos ayudaba a seguir adelante, pero una mala inversion hizo que toda esa estabilidad economica se rompiera en mil pedazos. Mi padre tuvo que pagar a los empleados y prescindir de sus servicios... Las deudas nos asediaron y esto provoco que mi padre pusiera en venta una parte de nuestras tierras. Era de esperar que nuestros vecinos los Holland pujaran por ellas. Ello origino que su malvado hijo Jared se burlara de mi en la escuela y yo le diera un punetazo por el que fui enviada al despacho del director, que llamo a mi padre para que tomara cartas en el asunto. El no me regano, sino que me felicito por haberme defendido. A decir verdad, nuestra relacion era excelente. Nos entendiamos con solo mirarnos a los ojos, pero he ahi que Penney Montgomery, duena de uno de los bares de la zona, le echo el ojo a mi padre porque ella tambien habia enviudado y tenia dos hijas de mas o menos mi edad, Liss y Flora. Mi relacion con ellas en la escuela era buena, pero no me hizo ninguna gracia que Flora insinuara aquello de que pronto seriamos hermanas. Recuerdo que le monte un pollo a mi padre, el cual me dijo que era solo una buena amiga con la que conversaba mientras tomaba un trago en la barra de su bar. Yo no le creia y para demostrarmelo dejo de frecuentar su negocio. Desde ese dia las hermanas Montgomery se aliaron con Jared Holland para hacerme la vida imposible en la escuela. Siempre llegaba a casa con la ropa manchada y con rasgunos...Mi padre llamo la atencion de los Holland y a la senora Montgomery, que me echo la culpa a mi. Mi padre recurrio al director y eso hizo que ya no volvieran a molestarme, pero me converti en la nina repudiada de la clase. Solo Taylor Sullivan quiso ser mi amiga. Ella y yo eramos como una y carne. Yo iba a su casa y ella venia a la mia. Haciamos los deberes juntas y le gustaba ayudarme en el rancho. Por otra parte, Jared seguia intentando amargarme la existencia, pero siempre salia mal parado. En cuanto a mi padre, supo gestionar mejor nuestro negocio y, poco a poco, volvimos a recuperar la estabilidad economica. Aquellas competiciones nos dieron el prestigio que los Holland no tenian y por eso nos declararon la guerra. A veces, su ganado invadia nuestras tierras rompiendo las vallas de separacion, pero hacian como que la cosa no iba con ellos. Mi padre llamaba al sheriff y el se encargaba de poner orden porque conocia a los Holland y como actuaban. Esto, al menos, nos permitio vivir en paz durante un tiempo durante el cual yo deje de ser una nina y me converti en mujer. Tenia preguntas que mi padre, por pudor, no se atrevia a responder asi que hizo venir a Georgia, la madre de Taylor, la cual me salvo del desastre aquel dia cuando tuve mi primera regla. Mi amiga de la infancia y yo fuimos a otro instituto. Alli el ambiente era totalmente distinto al de la escuela. Tanto Taylor como yo nos arreglabamos para no parecer unas anticuadas ante aquellos chicos guapos que habia, pero a mi padre no le hacia ninguna gracia que usara minifalda. A el le costaba entender que yo ya no era una nina sino una adolescente que estaba experimentando nuevas emociones y que estaba descubriendo el mundo, siendo la moda mi gran pasion. Veia en la television a aquellas modelos y sonaba con ser como ellas algun dia. Taylor, en cambio, se conformaba en cuidar de que su novio, Rush Prawner, no la enganara con alguna de las animadoras, pero lo hizo y Taylor quiso matarle, y aunque no llego la sangre al rio, rompio con el. Yo me aparte de esa clase de movidas y me concentre en cuidar mi aspecto. Yo habia heredado los rasgos de mi madre. Era alta, esbelta y tenia el cabello rubio y ondulado, asi como su piel tersa y palida. De mi padre solo herede su caracter obstinado pero luchador. Me encantaba maquillarme y vestir a la moda y aspiraba a llegar a lo mas alto como disenadora. Por eso cuando acabe el instituto envie solicitudes a diferentes universidades esperando que me escogiera alguna junto a Taylor. Nuestra sorpresa fue que nos aceptaron en la de Nueva York. Era de esperar que mi padre se opusiera. No queria que me fuera tan lejos, sino que estudiara a distancia. Detestaba las grandes ciudades por el peligro que entramaban, pero queria dar el paso y conseguir cierta independencia. Granville se habia convertido en una jaula para mi. Queria forjarme un futuro, pero mi padre no estaba de acuerdo. Queria que me quedara en Granville. Tuvo que ser la madre de Taylor quien le disuadiera sutilmente, aunque al principio no fue facil convencerle fue el quien nos llevo a Taylor y a mi y aprovecho para conocer el lugar donde ibamos a alojarnos. Era un pequeno apartamento con bano y cocina incluidos. Todo estaba ordenado y limpio y quedaba a unas cuantas manzanas de la Escuela de Diseno, aunque a mi padre no le gusto la zona. Pero me hizo prometer que le llamaria todos los dias y que no nos fiariamos de nadie, por no decir que me dio una lista de cosas que no debia hacer. Yo acepte sin dudarlo. Asi fue como me permitio quedarme. Estar lejos de mi padre me hizo reflexionar y madurar mas de lo que lo hubiera hecho en el rancho. Bien es cierto que le echaba de menos tanto como el a mi, pero me hacia la fuerte cada vez que hablabamos por telefono. Luego, al colgar, me ponia a llorar. Habia momentos en lo que queria renunciar a todo y volver a su lado, pero yo tenia una meta que debia de alcanzar. No podia rendirme, sino luchar para lograr mi sueno. Pero nadie dijo que fuera a ser facil. Durante aquellos intensos meses me vi desbordada con tantos examenes y trabajos. Taylor, en cambio, se lo tomaba todo con calma. Le cundia el tiempo incluso para distraerse los fines de semana. Yo no podia decir lo mismo. Queria sacarlo todo adelante. Pronto mi concepto de la vida cambio drasticamente y me di cuenta de que debia esforzarme el doble para lograr las cosas que queria. Y eso fue lo que hice mientras Taylor compaginaba la diversion con estudiar. No se perdia ninguna de las fiestas que habia en el campus. Yo estudiaba, y como el dinero que mi padre me enviaba apenas cubria pequenos gastos, me puse a trabajar como camarera en un pub nocturno. Nunca se lo conte a mi padre por temor a que se enojara y me obligara a volver a Granville. Ganaba buenas propinas, aunque los clientes, en su mayoria universitarios eran autenticas lapas. Taylor penso que deberia pedirle mas dinero a mi padre en lugar de tener que soportar a esos pesados, pero yo preferi no hacerlo. Queria demostrarme que podia valerme por mi misma sin tener que depender de mi pobre padre. Aunque salia tarde del trabajo y me sentia muy cansada parte del tiempo, jamas deje de luchar para llevarlo todo adelante. Un dia entro un cliente en el pub que resulto ser un cazatalentos. Me vio y le agrade, asi que me facilito la tarjeta de una conocida agencia de modelos de la ciudad. Debia preguntar por un tal C.J. y decir que me habia enviado Reynaldo. Recuerdo que le di las gracias y segui trabajando como si nada. A la manana siguiente tras salir de clase probe suerte y marque ese numero desde una cabina. Estaba nerviosa, pero respire hondo. Dicha llamada cambio el rumbo de mi vida porque, sin que mi padre lo supiera, pase a formar parte de dicha agencia de modelos despues de hacerme una prueba. Solo tenia que pagar unas cuotas mensuales. Era una locura, pero me organice y compagine mis estudios con tomar clases de modelo. Algo a lo que queria aspirar cuando solo era una nina. No podia creer que diera el paso. Era de locos...

  • Dulce sueno de Vanessa Gonzalez Villar

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    Este trata de una chica llamada Valery que se embarcada en un problema con un juego demoniaco donde sus amigos la meten sin ella querer, su vida ante de todo eso momentos desafortunado, era bastante normal ella ha darse cuenta del problema toma la decision de buscar una salida pero lamentablemente no es facil se encontrara con un demonio todas las veces que ella duerma experimentara pesadilla tan reales y dolorosas. Debera sobrevivir tres semanas sin dormir durante esas semana tendra que escribir en un cuaderno todas la pesadillas que tenga.