• El Capitan Correa (Cronicas del Caribe 2) de Roberto Gonzalez Rivera

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    Esta es una obra de ficcion. He cambiado algunos de los personajes y las situaciones historicas con propositos dramaticos. Algunos son totalmente producto de mi febril imaginacion. La historia nos cuenta los hechos esenciales. En las horas previas al amanecer del 5 de agosto de 1702, dos barcos del Reino de Inglaterra y Gales atacaron el pueblo de Arecibo, Puerto Rico. Los detalles son inciertos. En su libro, La historia de Puerto Rico, R.A. Van Middeldyk afirma: “Sin embargo, es cierto que el 5 de agosto de 1702, un bergantin y un balandro ingleses llegaron a Arecibo y desembarcaron a 30 hombres, que se vieron obligados a volver a embarcar con perdidas considerables, aunque los detalles de este asunto, como los presenta [Fray Inigo Abad y Lasierra] … evidentemente son producto de la imaginacion “. (Van Middeldyk, R. A., The History of Puerto Rico. 2018. Bremen. Salzwasser-Verlag Gmbh. Publicado por primera vez en 1903). En su carta al gobernador de la isla despues del evento, citada aqui, Felipe V de Espana repasa la historia. Sin embargo, esta claro que solo esta reiterando lo que ha supo a traves del gobernador. El gobernador, a su vez, recibio la informacion de segunda mano. El ataque ocurrio en el contexto de la Guerra de Sucesion Espanola, o la Guerra de la Reina Ana, como tambien se la conoce en America del Norte. Aunque el teatro principal de la guerra fue en Europa, tuvo repercusiones en el Nuevo Mundo. Se realizaron algunas acciones en America del Norte y las Antillas, incluido Puerto Rico. Carlos II de Espana no tenia heredero propio. Lego su reino a su sobrino nieto Philip d'Anjou, miembro de la Casa de Borbon. Felipe, que tambien resultaba ser el nieto de Luis XIV de Francia, se convirtio en rey de Espana en 1700. Esto amenazaba el equilibrio de poder en Europa. Los borbones controlarian a Francia y al vasto imperio espanol. Inglaterra, la Republica Holandesa y el Archiducado de Austria formaron una Gran Alianza para desafiar a los Borbones. Favorecian a Carlos VI, el hijo menor de Leopoldo I, emperador del Sacro Imperio Romano, para convertirse en rey. Este fue el comienzo de la guerra, que duraria trece anos. Asi fue que, lejos de los centros de poder europeos, el pueblo de Arecibo se encontro en medio de un conflicto entre Espana y Francia por un lado y la Gran Alianza por el otro. La defensa de Arecibo recayo en Antonio de los Reyes Correa, para entonces teniente (Teheniente de Guerra) y a su mal equipada milicia. Correa habia sido alcalde temporal de la ciudad desde 1700 hasta 1701 y se habia convertido en alcalde oficial en 1701. Los eventos que llevaron a esta batalla y las consecuencias inmediatas de la misma son el tema de esta historia. 1702 CHAPTER ONE Soplo el viento. Levanto las anchas hojas verdes del yagrumo para mostrar sus partes inferiores plateadas. Volo suavemente cuesta abajo desde la oscura, humeda y aromatica jungla montanosa, a lo largo de rios y arroyos cristalinos, sobre acantilados blancos y cataratas veladas, bajando colinas de faciles pendientes y sobre valles de rico verdor hasta llegar a la ondulada llanura costera y, mas alla, a la rocosa y traicionera costa atlantica, no sin antes revolver la melena ondulada del teniente Antonio de los Reyes Correa, comandante militar y administrador civil de la villa de San Felipe de Arecibo, un pueblo escasamente poblado en la isla de Puerto Rico, en el Mar Caribe. Correa se aparto de la fosa abierta que tenia delante, se puso el sombrero de tres picos y clavo la vista en el mar gris plomo, brillante con sus puntas blancas bajo un cielo gris plomo. El cementerio estaba asentado sobre una colina. Desde aqui, Correa podia ver la Roca de los Suspiros, contra la cual el bergantin espanol Victor habia encallado el dia anterior. Sus restos aun se aferraban a la roca, a pesar de las olas que se estrellaban contra el. Nicolas Serrano, el ayudante de Correa, camino con cautela alrededor de la tumba. Se estaba asegurando de no resbalar sobre la resbaladiza arcilla roja mientras el sepulturero llenaba el hueco en el suelo. Un punado de dolientes se alejo, mirando por encima de sus hombros a los dos hombres. Una vez que llego a Correa, Serrano se puso de pie junto a su superior. Lanzo una mirada de reojo a Correa, tratando de pararse de la misma manera. Correa fingio no darse cuenta, pero no pudo evitar sonreir. Ambos llevaban las chaquetas azules decoradas propias de un oficial espanol. Llevaban doblados los grandes punos rojos, pantalones azules y medias rojas. --Parece que va a llover --dijo Serrano. Correa asintio con la cabeza. --El cielo se esta nublando. Correa se volvio y camino hacia su caballo. Acaricio la cara blanca del animal y lo monto sin esfuerzo, en un solo movimiento. Con un susurro de Vamos, Centella, le dio la vuelta al caballo y partio cuesta abajo, hacia el pueblo. Serrano hizo lo mismo, aunque no con tanta gracia. El padre Francisco Fernandez de Cosgallo, el vicario parroquial, se despidio cuando los hombres lo pasaron. --Que tenga usted buen dia, padre --dijo Correa sin mirarlo. --Buenos dias nos de el Senor --dijo el sacerdote, con los ojos en la tumba. Todavia podian escuchar el sepulturero palear cuando sintieron las primeras gotas de lluvia. --Pobre Ramirez --dijo Serrano, cabalgando junto a Correa. --Todos tenemos que irnos algun dia --respondio Correa. --Claro, claro --dijo Serrano.-- Es solo que era muy joven. --?Que se supone que significa eso? --Oh, nada, nada. Es una pena, eso es todo. Correa suspiro. --Si, --dijo--. Es una pena. Deberia haber sido mas cuidadoso. --Si, --dijo Serrano--. Deberia haber sido mas cuidadoso”. Los dos cabalgaron en silencio por un rato. La lluvia suave pronto convirtio el camino de tierra en barro rojo que manchaba las piernas blancas de Centella. La brisa olia a hierba y al mar. Serrano se inclino hacia Correa. --?Cree que vendran? Correa se volvio para mirarlo. --?Los ingleses? --Los ingleses, si, --respondio Serrano--. Con la guerra en Europa… --Que vengan --dijo Correa--. Hare una hoguera con sus naves. --?En serio? ?Cree que podemos vencerlos? --?Por que no? Son solo hombres, igual que nosotros, Nico. --Bueno, son solo hombres, como usted y yo, --dijo Serrano --y el sargento hace todo lo posible para entrenar bien a los muchachos, pero… Correa se volvio en su silla de montar. --?Pero que? --Bueno, solo tenemos dos fusiles entre todos nosotros. La mayoria de los muchachos solo tienen picas y machetes. Con un cambio de peso casi imperceptible, Correa espoleo a Centella. --Eso es porque el gobernador no ha aprobado nuestro presupuesto --dijo Correa--. Pero las cosas cambiaran ahora que estamos en guerra. Veras. --?Incluso para nosotros? No creo que el gobernador pueda colocarnos en un mapa. --Reforzara la capital, por supuesto. Pero no nos dejara indefensos. Seria un tonto si hiciera eso. Serrano miro a Correa con una sonrisa en su rostro. Finalmente, Correa tambien sonrio. --Vamos, Nico! Serrano rio. Ahora podian escuchar el ruido de las olas en la distancia. --?Sabes lo que necesitamos? --pregunto Correa--. Necesitamos construir un fuerte. Justo donde el rio se encuentra con el mar. Necesitamos fortalecer todo ese area y construir tuneles tambien. --?Tuneles? --Claro, entonces podemos movernos bajo tierra. Por supuesto, llevara tiempo, asi que cuanto antes comencemos, mejor. --Tiene fe en Gutierrez.