• La voz de los Dioses de Mia Campbell

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    Cuando los dioses encadenan el destino, solo el amor puede obtener la llave.
    Sumergete en la antiguedad, en un mundo de dioses, heroes y leyendas griegas que han perdurado hasta nuestros dias, te acompanare de la mano a traves de las historias relatadas por sus protagonistas, unas que quiza difieran un poco de lo que los dioses querian que conocieses...
    ?Estas lista para adentrarte conmigo en la Antigua Grecia y conocer la verdad que se escondia detras del mito?

  • La historia de una criatura de la lluvia de Luz Ros

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    Vas a conocer enseguida a Monica y La Vintage, una cafeteria especial y casi magica. Vas a tener que descubrir a Ela, dudar a veces y sentir casi siempre, hasta que su incognita se desvele hacia el final de la historia..., o no. Y, sobre todo, te aseguro que te engancharas hacia la pagina... Pero vamos a empezar por el principio, ?no crees? Iban dos y se cayo el del medio. <>, te preguntaras. Pues algo, pero muy poquito, la verdad. Pero por algo hay que empezar... Iban dos y se cayo el del medio. Que si. Que el del medio se cayo. El caso es que <> se cayo... Una caida de esas de ir al hospital y analisis y placas y horas y horas y todo eso. !Ah! Por cierto, el del medio era la del medio. Y se cayo. --?De donde cayo?, ?del segundo piso? --Pues un poco mas alto, mas arriba. --?Del sexto? --En realidad, cayo del cielo. --?Que? --Que cayo del cielo. Con la lluvia, exactamente. ?Que si es un angel? Pues no, la verdad, de eso no entienden arriba ni yo tampoco. Los angeles suenan a buenos y santurrones... Tecnicamente, se trata de una criatura de la lluvia. --?Y eso que es? Pues eso es lo que vamos a contarte: la historia de una criatura de la lluvia. Principios de agosto, tras un mes de julio pesado, pesado de calor. Monica va por la calle sudando y de repente se forma una tormenta. Y cae una criatura de la lluvia. Pero, claro, eso Monica aun no lo sabe. Me refiero a que no sabe que ha caido ni que es una criatura de la lluvia. Lo tipico..., hadas, duendes, elfos, sirenas..., cosas de esas. Bueno, y tambien vampiros y hombres lobo, por tanto, libro crepuscular. ?Que? ?Que quieres saber que es? Pues, querido lector, vas a tener que esperar, porque toda historia comienza por el principio, que puede ser lo mejor... o no, igual que el final. Capitulo 1 Todo comienza Voy de camino a la cafeteria donde trabajo como camarera, cocinera, limpiadora, psicologa, cajera, reponedora, contable... Si, mi nombre es Monica y soy la senora duena del local, con sus pros y tooodos sus contras. Para que te voy a contar como estamos los autonomos en Espana..., pero, en fin, no me quiero quejar, que tampoco se como estan en otros lares. Como decia: primeros de agosto y yo de camino a la cafeteria, pensando en que estos zapatos me van a molestar de aqui a un rato. !Inocente de mi! Que ese fuera el mayor de los problemas. Aquel mes de agosto no tenia ni idea de lo que me esperaba, ni lo que me esperaba tenia idea de mi. Ela cayo cual pesado fardo en medio del trocito de cesped que habia en el parque infantil de las afueras. En un primer momento disfruto del color verde del cesped, de su textura, de como guardaba las gotas de lluvia, la humedad de la tierra, esponjoso, frio, fuerte y delicado..., hasta que todo el cuerpo le empezo a doler dolorosamente amargamente profundamente, sin saber que parte del cuerpo era la que no dolia, porque no parecia que hubiera alguna que no doliera o fuera a doler. Anadamos, ademas, que experimentar un cuerpo nuevo de esta forma, asi tan de golpe y golpes, es una de las peores maneras de empezar. Aunque, desde luego, le hizo notar cada una de las partes de aquel delicado cuerpo. Coger aire, suspirar, gemir de dolor. Asi no habia pensado Ela empezar en la tierra. Ella queria que sus primeros sonidos fueran dulces, ?angelicales?, equilibrados, armoniosos..., al menos al principio, porque con la practica ya veria como cambiar las cosas..., jejeje. Pero no, solo salian lamentos y parecia mas un perro apaleado que ninguna otra cosa. Cruzo la calle y... !vaya! O !caramba! Ahi estaba el hospital. --!Que casualidad! --dijo mirando hacia arriba hacia el cielo o mas alla, pero enseguida bajo la mirada por el dolor que le supuso estar en esa postura. Bueno, tampoco era momento de despreciar la ayuda. Horas despues, estaba en la puerta con unos cuantos papeles, un brazo enyesado, moratones en las piernas y una tirita en la cara. No habia mas que pensar que era su dia de suerte. Aunque Ela no tenia experiencia en caidas desde arriba ni sabia de nadie que hubiera caido con anterioridad, decidio mirar las cosas con optimismo, concluyendo en pensar que el comienzo habia ido muy bien. Pero, dado que era inquieta, sentia en su interior que ya llevaba bastantes horas quietecita, sin hacer nada. Y esa desazon tenia que calmarla, porque no era buena. No, nada buena. Un toquecito y el semaforo se pondria en verde y, !oh!, los peatones pasando. Frenazos, pitidos, gritos, ofensas. Ji, ji. Ya empiezo a pasarlo bien. Un poco de diversion, por favor. Y, mientras decidia el siguiente paso que daria, volvio al parque, a desembarazarse de vendas, potingues, papeles, moratones, dolores grandes y pequenos..., hasta volver a ser ella misma. La cafeteria La Vintage luce una decoracion muy cuidada con base vintage parisina, londinense y de casino espanol, con elementos eclecticos que la hacen muy especial. Vamos, un mezclaillo con mucho encanto. ?Recuerdas los carteles donde se ponia el menu en la puerta de los bares, que imitaban a un cocinero con su gorro, casi a tamano real? !Pues uno de esos tengo yo! A mi me recuerda a sitio turistico de los setenta, veraneo familiar, olor a salitre y bronceador de zanahoria..., a sensaciones de mucha vida. Me costo encontrarlo, pero ahora lo tengo aqui, junto a uno de los bojs que flanquean la puerta de madera acristalada, a la entrada de La Vintage. Entras en La Vintage y entras a otro mundo donde todo tiene cabida, donde cabe relajarse, hablar con los amigos, disenar un videojuego, montar un club de lectura, jugar a la Play... o tomar el te. Un gran espacio con secciones diferenciadas. Una gran biblioteca de suelo a techo, repleta de libros de todo tipo, en el rincon junto a la cristalera de la entrada, con sofas, butacas y lamparas de lectura. Junto a este rincon, escritorios antiguos de madera, restaurados; y, sobre ellos, los ordenadores mas modernos y potentes que pude conseguir. Sillones, sillas de colores, sofas, mesas y mesillas distribuidas por todo el local, donde cada grupo es un mundo, o un submundo, en el que se respira distinto, se crea, se transforma, se rie, se llora, se lee, se investiga, se siente..., se vive. Y lo mas emocionante es ver a un joven de veintipocos anos disfrutar comentando un libro con una senora de sesenta, que no solo esta disfrutando, esta ganando vida. O ver al tipico friqui (cara al ordenador) que no se da cuenta de que le sonrie la timida muchacha del fondo, que ha venido con sus amigas a tomar un batido. Los ruidosos de todas las tardes, pero con esa energia que dan los diecisiete, dieciocho o mas, que nunca se tiene bastante, que se quiere mas, se vive mas, se rie mas fuerte y mas alto, se exagera, que son buena gente y animan hasta al mas grunon. No puedo olvidarme de mis clientes fijos del cafe de la manana. Cada uno (!que curioso!) tiene su sitio. Es como una tradicion o un habito sentarse cada dia cada uno en su sitio. Si, alguna vez, por lo que sea, esta ocupado, se quedan unos segundos indecisos, fuera de lugar, sin saber que hacer o donde sentarse, desubicados totalmente, porque aun no han comprobado que ver el mundo desde otra perspectiva, desde otro punto de vista, en otro entorno, te abre los ojos y la mente y puede que hasta el corazon. Hasta a mi me descoloca que alguien nuevo ocupe un sitio <>. Pero me coloco mi mejor sonrisa, porque un cliente nuevo no solo es un cliente nuevo, es una oportunidad unica de tener esa primera impresion que dicen que nunca se pierde. Y yo, lo siento, pero disiento completamente, porque si las personas tenemos capacidad de cambiar, ?como no van a cambiar nuestras actitudes y las impresiones que nos hacemos de otras personas que, a su vez, tambien pueden cambiar? Como decia William Blake, <>. Pues eso. Y, la verdad, crecemos constantemente, no solo cuando somos ninos, de mayores tambien estamos creciendo, aunque siempre tan ocupados que no nos damos cuenta. Ya, ya lo se. Vuelvo al tema. Estabamos con un nuevo cliente. Un nuevo cliente que aun no sabe que saludar es gratis, que la sonrisa es gratis y que ser amable es gratis, que te pregunta que que se puede comer... con sus ojillos de nuevo, con su nariz de nuevo, su boca de nuevo, su pelo o su no pelo de nuevo..., y que no es consciente de todo lo nuevo que es; no sabe todavia que al entrar en La Vintage todo puede ocurrir, lo imaginable y lo que no todo el mundo es capaz de imaginar, porque La Vintage no es tan solo una cafeteria, es... algo mas. Y ya no volvera a ser un cliente nuevo, porque aprendera y aprenderemos de el, porque formara parte de este espacio y de este tiempo.

  • Agatha Christie de Maria Romero

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    “Aprendi que no se puede dar marcha atras, que la esencia de la vida es ir hacia delante. La vida, en realidad, es una calle de sentido unico”, escribio Agatha Christie sobre ella. Nacida cuando la emancipacion de la mujer aun parecia lejana, la escritora inglesa fue un espiritu libre. Hecha a si misma, movida por su tenacidad y con una curiosidad sin limites, con las convenciones sociales para vivir experiencias solo reservadas a los hombres. Vivencias -algunas extraordinarias, pero tambien las dolorosas- que se convertirian en el motor de su obra y la llevarian a ser la escritora mas exitosa de todos los tiempos.

  • La favorita del Marques de Maria Isabel Salsench Olle

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    Los secretos de Brandon, marques de Suffolk, llevaran a Sophia a convertirse en un instrumento de venganza.
    Sophia es joven, cautivadora y exquisitamente casadera. Eternamente coqueta, se desliza por el jardin de su propiedad para llegar a la de su vecino, Brandon. Lo que ella no sabe es que su misterioso vecino es un trabajador clandestino del gobierno, un espia sin normas ni moral que la usara para vengarse de su peor enemigo.
    Brandon es un libertino empedernido con gustos peculiares que no tendra mas remedio que pedirle matrimonio a esa mujer que ha usado para sus fines vengativos. Pero ella, tras saberse enganada, no se dejara convencer tan facilmente.
    Asi empezara un ardiente cortejo en el que la pasion no sera suficiente para apaciguar los corazones de estos dos amantes.

  • El final de nuestra historia de Meg Haston

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  • Con fina desobediencia de Fermin De La Calle

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    Todo sobre el rugby : episodios iconicos, jugadores famosos y personajes menos conocidos.

  • Munequita mia de Mariel Ruggieri

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    -?Confias en mi, Marcela?
    -Si.
    -Entonces quiero que te quites toda la ropa. Yo te mirare mientras lo haces.
    Pestanee confundida. ?Como me pedia eso? Le habia contado el origen de mi trauma y apuntaba directamente alli.
    -Por que?-pregunte con los ojos llenos de lagrimas.
    -Porque quiero que de tu mente desaparezca el sentimiento de verguenza y humillacion asociado a tu desnudez. Quiero que cada vez que recuerdes el estar asi de expuesta, pienses en mi. Quiero que te excite mostrarmelo todo por tu propia voluntad, que pierdas el pudor, la cordura, y los limites. Quiero que lejos de sentirte vulnerable te sientas poderosa, porque con ese cuerpo que tienes puedes hacer que cualquiera caiga de rodillas a tus pies.

  • Morder la manzana: La revolucion sera feminista o no sera de Leticia Dolera

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    Es este uno de esos libros esenciales que nacen de la necesidad y de la urgencia. Porque Leticia Dolera necesita contar por que es feminista y por que todas deberiamos serlo. Un camino vital en el que se ha encontrado con personas inspiradoras, lecturas reveladoras, anecdotas --de las buenas, de las malas y de las peores-- vividas muy de cerca o en primera persona.
    Este libro es tambien la historia de mujeres valientes que marcaron el camino y cuyo ejemplo nos ayuda a despertar nuestras conciencias y tambien a ensenar a las mas jovenes.
    Empezando por Eva, la primera que mordio la manzana, esta es una historia sobre todas las mujeres. Porque Leticia Dolera nos invita a abrazar una causa, que es la de todas las personas que sonamos con una sociedad justa.
    Por mucho que nos hayan repetido que Eva peco al morder la manzana, nosotras sabemos que aquello fue precisamente lo que la hizo sabia. Entonces ?que?, ?te apetece una? Una obra de empoderamiento feminista para todas las edades.

  • La imborrable huella del amor de Mari Cruz Gonzalez

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    Yo era la chica mas feliz que pisaba este planeta. Tenia un trabajo con un buen sueldo que me permitia llegar desahogadamente a final de mes, una familia bastante unida y un novio que me queria con locura. Aaron era perfecto. Llevabamos diez anos como pareja y justo el dia en el que los cumpliamos, hinco rodilla delante de casi cincuenta personas en el restaurante en el que cenabamos esa noche. Todavia recuerdo las exclamaciones de asombro, un camarero grabandonos y una cocinera rechoncha llorando como una magdalena, sorbiendose los mocos mientras todos los alli presentes aplaudian. Fue la noche mas bonita, romantica y magica que recuerdo. Teniamos una relacion de envidia o eso me decian mis amigas. La verdad era que nos llevabamos muy bien, apenas discutiamos y no teniamos problemas de confianza, sinceridad o fidelidad. Viviamos juntos desde hacia seis anos y la convivencia era bastante buena: cocinaba, me ayudaba con las tareas domesticas, era ordenado, limpio y un manitas arreglando cosas. Era increible. No tenia mas palabras para describirlo. Era mi principe azul, por el que hubiera dado todo. Estabamos tan emocionados con casarnos que hasta planeamos un viaje. Yo fui la que propuso la idea. Nos ibamos a Andorra en nuestro propio coche. Queriamos una pre-luna de miel: esquiar, estar en contacto con la naturaleza rodeados de montanas y respirando aire puro. Lo organizamos todo en nuestros respectivos trabajos para poder ir en febrero. Pero antes de irnos, mi madre, mi futura suegra y yo nos fuimos a comprar el vestido de novia mas espectacular que habia. Lo encontre despues de recorrer varias tiendas: un palabra de honor con una cola larga. Las dos mujeres que me acompanaban se emocionaron al verme de blanco. Lo guarde muy bien en casa de mis padres, Aaron no podia verlo. La noche anterior al viaje la dedicamos a hacernos el amor tan apasionadamente que parecia que aquella era la ultima vez que iba a tenerlo en mis brazos. Me abrace a su cuerpo, escuchando a su corazon latir a mil despues del orgasmo, y senti unas irrefrenables ganas de hacerle saber cuanto lo amaba. Se lo dije unas veinte veces o mas mientras me comia su cara a besos para despues volver a abrazarme a el en nuestro ultimo abrazo antes de quedarme dormida. Salimos despues de comer. Decidimos hacerlo asi para que yo pudiera conducir un tramo pues me daba respeto conducir de noche. Paramos en una gasolinera a estirar las piernas, llenar el deposito de combustible y hacer el cambio. El conduciria hasta Andorra y ya empezaba a oscurecer. Nos dirigiamos a Zaragoza a una velocidad normal, puesto que apenas habia coches en la carretera. La musica sonaba de fondo y yo le daba conversacion sobre lo que ibamos a hacer alli. Estabamos muy ilusionados por conocer un pais nuevo aunque fuese pequeno. Pero, en un abrir y cerrar de ojos, nuestros planes se truncaron para siempre. Solo recuerdo una luz cegadora y nuestros gritos. Aaron sobre el airbag. Dolor. Sangre. Luz. Silencio. Paz. -- Judith, Judith... Me gire reaccionando a mi nombre. Era Aaron. Estaba lejos en aquella inmensidad totalmente blanca. No podia correr, ni lanzarme a sus brazos. Al llegar a el, me cogio de las manos y me sonrio. -- Te quiero-- yo le respondi lo mismo--. Pero ha llegado el momento... tenemos que separarnos aqui. Lo mire aterrada. ?De que estaba hablando? -- ?Por que? Quiero irme contigo. No quiero estar en un sitio donde no estes tu-- fue lo unico que pude decir. -- No puedes-- dijo mientras negaba con la cabeza y apretaba mis manos--. No es tu hora. No es demasiado tarde para ti, pero si para mi. No entendia nada, todo esto sonaba a despedida. -- Tengo que irme pero ten por seguro que no te voy a dejar ni un solo segundo sola. Te deseo lo mejor. Te amo muchisimo. Nunca lo olvides, por favor. Me beso en los labios y me abrazo. No podia llorar. Comenzo a alejarse. Comenzo a desvanecerse en el aire. -- !Espera, Aaron!-- intente correr--. !Te amo, te amo! Llegue hasta el pero ya era tarde. Cai de rodillas sin comprender todavia. Un profundo dolor me recorria el cuerpo. Y luego, luz. Luz blanca y pura. Tranquilidad absoluta. Abri los ojos poco a poco. La luz de los fluorescentes me hacia dano. Un pitido intermitente retumbaba por toda la habitacion, haciendose el dueno del silencio junto a un ruido ensordecedor y monotono. Parpadee repetidas veces, lo veia todo muy borroso. Estaba tumbada en una cama con un monton de maquinas a mi alrededor. Tenia puesta una mascarilla de oxigeno. Bajo ella, un pequeno tubo se apoyaba encima de mi oreja y, pegado a mi mejilla por alguna especie de cinta adhesiva, se introducia en mi fosa nasal izquierda. Algo rigido me rodeaba el cuello hasta la clavicula. Sentia ganas de vomitar y me dolia la cabeza. Levante los brazos para observar que tenia cables en ellos, en mis dedos y hasta en el pecho me los pude palpar. Tambien conte al menos una aguja atravesandome la piel. Movi un poco mis piernas, la izquierda la tenia en alto rodeada de escayola y me dolia a rabiar. Hice un guino y solte un grunido de dolor. Me sentia cansada, agotada, como si un camion me hubiera pasado por encima. Oi una exclamacion de susto a mi derecha. -- !Doctor, doctor!-- salio apresuradamente una enfermera de la habitacion. No la habia visto, mi campo visual era muy limitado. Me dolia demasiado el cuello y lo tenia inmovilizado. Al poco rato entro un hombre. -- Judith, al fin-- suspiro con alivio. Me sonaba su voz--. ?Como estas? Me encogi de hombros. !Dios! Me dolia todo. Los ojos se me cerraban. -- ?Puedes hablar?-- espero un instante y luego insistio--. Habla, por favor. -- Me duele todo. ?Donde estoy? ?Que ha pasado?-- mi voz sono muy debil y ronca. -- Tranquila, Judith. ?Te acuerdas de mi?-- se acerco mas a la cama y busco mi mirada perdida. Lo mire a la cara detenidamente, haciendo un enorme esfuerzo para que no se me cerraran los parpados. Me sonaba tambien. -- ?German?-- asintio y sonrio ampliamente. Se sento sobre la cama. -- Aun te acuerdas de mi-- confirmo sin dejar de sonreir. -- Me alegro de verte-- tosi por culpa del vapor de la mascarilla y el temblor de mi cuerpo al hacerlo fue peor que haberme ahogado con el. Frunci el ceno con resignacion. -- Yo tambien, pero no asi-- me miro de arriba hacia abajo haciendo enfasis en 'asi'. -- ?Que ha pasado, German?-- musite sin apenas fuerza en la voz. -- Tuviste un accidente de coche. Un borracho conducia en direccion prohibida en plena autovia y chocasteis de frente. Has estado casi un mes en coma, no habia muchas posibilidades de que salieras de el. Estas viva de milagro. Me quede paralizada un momento. Recorde una luz cegadora. Tosi. -- ?Puedes quitarme esto, por favor? Si no me he muerto, esto me va a matar. Ademas, parezco Darth Vader-- hice el intento de quitarmelo pero el me bajo la mano hacia el colchon mientras sonreia. -- No, no puedes quitartelo, al menos aun no. Tienes que descansar-- me apreto la mano derecha. Mire nuestras manos juntas. Un anillo precioso brillaba en mi dedo anular. Gritos. Dolor. Sangre. -- !Aaron!-- grite, reuniendo las pocas fuerzas que tenia--. ?Y Aaron? German se puso serio y trago saliva con cierta dificultad. Se levanto, rehuyendo mi mirada. -- Tranquila, Judith, tienes que descansar-- repitio, nervioso. -- ?Donde esta Aaron?-- espere contestacion pero no la recibi--. Dimelo, German. Se miro las manos mientras retrocedia hacia la puerta. El monitor cardiaco pitaba cada vez mas rapido. -- !Maldita sea, dimelo!-- insisti, incorporandome dolorosamente. Empece a quitarme la mascarilla, la aguja y los cables de mi pecho, brazos y manos como pude. Me sorprendio aquella repentina fuerza que me invadio estando en tales circunstancias. Las maquinas que me rodeaban comenzaron a volverse locas emitiendo pitidos. -- !Para! !Enfermera!-- grito mientras me retenia de las munecas contra la cama--. !Enfermera! -- !Solo dime como esta Aaron! !Necesito saberlo, por favor!-- forcejee con el en vano mientras las lagrimas me caian a raudales a ambos lados de mi cara y se estampaban contra el collarin y la sonda. Una enfermera entro a toda prisa y me cogio de un brazo. Senti un pinchazo y en seguida deje de tener voluntad. -- Tranquila, Judith-- oi la voz de Aaron y me di la vuelta. Ahi estaba el de nuevo. Ahora, en el parque donde nos conocimos o, mejor dicho, donde nos presentaron.

  • El cojo y el loco de Jaime Bayly

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    El cojo no nacio cojo. Nacio jodido, pero eso no lo sabian sus padres ni, por supuesto, el mismo. No nacio jodido porque sus padres fuesen pobres o no lo quisieran; sus padres tenian dinero y lo esperaban con amor. Nacio jodido porque su destino era el de ser cojo, cojo desde nino, y que sus padres se avergonzaran de el y lo escondieran de sus amigos y lo trataran como a un apestado. Eso, tener una pierna mas corta que la otra y ser un indeseable en su propia familia, le jodio la vida. Pero cuando nacio todo era felicidad porque era el hijo mayor, el que llevaba el nombre de su padre, y porque era robusto, rollizo y varon, como sus padres deseaban, y porque lucia saludable y apuesto, a pesar de que sus padres no eran precisamente guapos. Su padre, don Bobby, era alto, flaco, enjuto, el gesto adusto, la mirada severa, la flema britanica, la disciplina de hierro para hacer dinero en esa ciudad sudamericana, Lima, a la que habia emigrado desde Dublin. Su madre, dona Vivian, de origen chileno, era baja y gordita, y tenia debilidad por el trago y los juegos de naipes. Se habian conocido en el casino de Valparaiso y poco despues se habian casado en una iglesia de Lima. Al cojo le llamaron Bobby porque asi se llamaba su padre irlandes y asi se habia llamado su abuelo irlandes. Le decian Bobby o Bobby the Third o Bob. Su padre le hablaba en ingles y su madre en un espanol suavizado por la dulce musicalidad del acento chileno. El cojo fue un nino querido y feliz los primeros ocho anos de su vida, es decir, los anos en que no fue cojo. Fue querido desmesuradamente por su madre, que lo colmaba de regalos y dulces y lo llevaba a los parques de diversiones y le hacia las mas esplendidas fiestas de cumpleanos, y fue querido con el rigor y la severidad que se esperaban de su padre irlandes, que entendia que el carino excesivo podia ablandar el caracter de su hijo mayor y convertirlo en un pusilanime, en un sujeto apocado y abulico, como le parecia la mayor parte de los peruanos, cuyo pais habia elegido para vivir y en el que habia prosperado rapidamente en el negocio de la venta de neumaticos y luego en el de la venta de autos. De esos primeros ocho anos felices de su vida, el cojo no solia acordarse de nada porque a menudo los recuerdos felices son los que mas facilmente se difuminan. Pero hay abundante constancia grafica del amor que sus padres prodigaron al cojo en los anos en que fue normal, en que no cojeaba. Era un nino mofletudo, moreno de tanto ir a la playa, de anchas espaldas y piernas de futbolista, con la contextura de un boxeador en miniatura. En el colegio se hacia respetar porque era bueno dando trompadas y patadas y porque le gustaba pelearse aunque la cosa no fuese con el, solo por el puro gusto de repartir punetes y escupitajos y mentarle la madre a alguien. En esto el cojo, que todavia no era cojo, parecia haber heredado el caracter agrio de su padre, que era un jefe implacable, despiadado, que llegaba a la fabrica de neumaticos a las seis de la manana y se paraba en la puerta para tomar nota de los empleados que llegasen cinco o diez minutos tarde, a los que les descontaba el sueldo por la tardanza, sin escuchar siquiera sus disculpas o explicaciones. Era un jefe temido y respetado, pero tambien odiado, y mas de uno de sus empleados penso alguna vez secuestrarlo o matarlo para vengar las humillaciones a las que los sometia ese irlandes espigado y de bigote, con cara de mala leche. El cojo era un alumno mediocre. No sacaba buenas notas. No hacia las tareas ni tenia buena memoria ni se aplicaba en las clases y por eso su padre lo renia severamente. Pero su madre lo consolaba, le regalaba chocolates y galletas importados, le decia que las notas no eran tan importantes, que lo unico importante era que fuese un chico sano y feliz. Sano y feliz fue durante ocho anos, pero luego se enfermo y ya no fue sano ni feliz el resto de su vida. Enfermo de un mal llamado osteomielitis, que no era precisamente polio pero se le parecia, y que le carcomio ocho centimetros de la pierna derecha. Sus padres lo llevaron a los mejores medicos de la ciudad, hicieron todo lo posible por curarlo, pero todos los tratamientos fueron en vano. El cojo tenia una pierna mas larga que la otra y era probable que la pierna corta se le siguiera achicando. Por eso lo subieron a un avion y lo llevaron a una clinica en Baltimore, donde lo sometieron a un tratamiento que al menos impidio que el hueso danado siguiera encogiendose. Su padre queria que lo dejaran normal, que saliera del hospital de Baltimore con las dos piernas del mismo tamano, sin ser cojo para toda la vida. Pero los medicos le explicaron que eso era imposible, que el hueso se habia empequenecido y ya no habia forma de hacerlo crecer. --Entonces cortenle la otra pierna --dijo el viejo Bobby, sin titubear--. Mochenle ocho centimetros de la pierna izquierda. Asi me lo emparejan y me lo regreso a Lima mas chato, pero como un chico normal. Los medicos se negaron a amputar parte de la pierna sana del cojo. Su madre se indigno tanto con la sugerencia de don Bobby, que le dio una bofetada y le dijo en ingles que era un borracho hijo de puta, y se lo dijo en presencia de los medicos, que se hicieron los distraidos. --Si Dios nos ha mandado a un hijo cojo, lo trataremos con amor --dijo dona Vivian, los ojos acuosos por la emocion y por los whiskys que se habia echado para mitigar la emocion. --El problema es que ademas de cojo pinta para cojudo --sentencio don Bobby, y por suerte el cojo no lo escucho, porque estaba dormido, anestesiado. Cuando regresaron a Lima, todo cambio. Don Bobby dispuso que construyeran una habitacion con bano al fondo del jardin, donde dormiria su hijo el cojo, acompanado siempre de una empleada domestica. El cojo no entendio por que no podia seguir durmiendo en su cuarto, por que lo mandaban a dormir a esa casita al fondo del jardin, lejos de todos. Ya don Bobby y dona Vivian habian tenido dos hijos mas, de cuatro y dos anos, a los que llamaron Charles y Peter. En los dos anos siguientes al descubrimiento de la enfermedad del cojo tuvieron dos hijos mas, Vivian e Ian, con una premura que solo podia entenderse por la verguenza que sentian de su hijo cojo y la necesidad de tener mas hijos que caminasen normalmente. Cuando el cojo cumplio doce anos, ya era un nino jodido, acomplejado, lleno de rencor contra sus padres. Porque no lo dejaban participar de las fiestas, de las comidas, de los cumpleanos de sus hermanos. Porque lo habian sacado del colegio y le daban clases particulares en su casita oscura al fondo del jardin, alli donde lo habian confinado como si fuera un leproso. El cojo entendio, porque era tonto pero no tanto, que sus padres querian esconderlo del mundo, que era una mancha en la familia, un error genetico, una molestia para todos. Sus hermanos menores se burlaban de su cojera y hasta las empleadas domesticas se reian, cubriendose las bocas desdentadas, cuando hacian chistes crueles sobre el cojito, al que llamaban El Rey de la Cumbia. La vida del cojo parecia condenada a la clandestinidad impuesta por sus padres y al escarnio de sus hermanos y amigos. El cojo lloraba amargamente cuando habia una fiesta y lo dejaban encerrado en la casita al fondo del jardin para que nadie supiera que existia y cojeaba notoriamente, que don Bobby, el gran empresario irlandes que habia triunfado en Lima y acababa de fundar un banco, tenia un hijo cojo y medio tonto, que no caminaba bien ni se expresaba con la propiedad y la lucidez que se esperaria de su hijo mayor. El cojo se sentia una mierda, una basura, cuando lo escondian de los demas. Yo no tengo la culpa de ser cojo, pensaba. Dios, hijo de puta, por que mierda me hiciste cojo, se lamentaba. Y un dia que era el cumpleanos de Charles, el cojo se rebelo y rompio el cautiverio en el que se hallaba y le dio un punete y una patada a la empleada que estaba obligada a vigilarlo y salio corriendo y cojeando a la vez hasta llegar al comedor donde los invitados estaban cantandole Happy birthday al nino Charles. Todos enmudecieron cuando vieron entrar al cojo cojeando con la cara encabronada y el animo de venganza. Su padre le grito: --Bobby, ?que demonios haces aca? !Vuelve inmediatamente a tu cuarto! La torta blanca estaba coronada por unas velas encendidas que Charles debia soplar cuando terminasen de cantarle Happy birthday. El cojo no le hizo caso a su padre: se subio a la mesa, pisando sanguchitos, alfajores y gelatinas, se bajo la bragueta ante la mirada atonita de las senoras y los amiguitos de Charles, y empezo a mear sobre la torta, apagando las velas. Luego lanzo una risotada feroz, malvada, que dio escalofrios a su madre y que hizo que su padre, don Bobby, sentenciara en voz baja: --Te jodiste, cojo de mierda. Ahora te mando al internado ingles. El loco no nacio loco. Nacio feo y tartamudo y eso le jodio la vida y termino por volverlo loco. No todos los feos y tartamudos se vuelven locos, pero el loco nacio con un talento natural para la locura y para hablar de una manera tan violenta y atropellada que nadie podia entenderlo, asi que estaba en su destino que nadie lo entendiera y ser por eso un loco y no un loco cualquiera sino uno del carajo, un loco memorable, el loco mas enloquecido de una ciudad llena de locos como Lima. Casi todos los padres dicen que sus hijos son lindos y encantadores, pero los padres del loco, cuando lo vieron nacer, quedaron asustados por lo feo que era y por lo espantosos que sonaban los alaridos que lanzaba. No parecia un bebe nacido para ser feliz, parecia un amasijo peligroso de rabia y fealdad, un bicharajo hediondo, peludo y pingon que movia los pies como queriendo patear a todo el que pudiera y lloraba de una manera entrecortada, anunciando su brutal tartamudez. Era el primer hijo de don Ismael y dona Catalina y habia sido concebido con amor, pero no por eso les parecio menos feo y odioso. Lo odiaron desde la primera vez que lo vieron y lo siguieron odiando cuando crecio y siguio gritando y pateando y rompiendo todo y cuando empezo a hablar en ese idioma fragmentado y frenetico que parecia haberse inventado para joder a todo el mundo y en el que nadie podia entenderlo. Podia perdonarsele que fuera tartamudo, pero ademas era feo, antipatico, chillon, peludo y peligroso como una tarantula, y sus padres se sentian avergonzados de haber procreado a una criatura que, a los ojos de cualquiera, resultaba horrenda e insoportable de mirar. Como era previsible, don Ismael y dona Catalina vengaron ese primer fracaso inesperado teniendo cinco hijos mas, cinco hijos que les salieron guapos y bien hablados, cinco hijos que borraron esa mancha oprobiosa que era el loco, y procuraron alejarlos todo lo posible del primero y mas fallido de sus hijos, al que entregaron al cuidado de las empleadas domesticas y al que, para no afearse la vida o para no recordar ese fracaso genetico, trataban de ver lo menos posible. El loco supo desde muy nino que sus padres no lo querian, que sus hermanos no lo querian, que las empleadas que lo cuidaban tampoco lo querian ni le tenian paciencia y le jalaban las orejas y le decian groserias a escondidas, sin que oyeran los patrones. El loco supo que era un estorbo, un asco, un fastidio para todos, solo que al comienzo no entendia bien por que nadie lo queria, si por tartamudo o por feo o porque le crecian pelos por todas partes y parecia una arana venenosa. El loco no iba al colegio porque era mas bruto que una pared de cemento y no entendia nada y nadie lo entendia a el. Sus padres contrataron a un profesor particular para que le ensenase a leer y escribir y sumar y multiplicar, pero el loco era una bestia redomada y no aprendia un carajo y cuando le hablaba al profesor no se sabia si lo estaba insultando o halagando o si estaba pidiendole permiso para ir a cagar. Lo raro era que el loco no se empantanaba con las palabras, no era un tartamudo normal, al loco las palabras le salian tan atropelladamente que se montaban unas sobre otras y terminaba diciendo en una palabra incomprensible lo que habia pensado decir en tres o cuatro. Era una ametralladora verbal, disparaba las palabras como balas o cartuchos y estallaban en la cara de quien hiciera el esfuerzo de escucharlo y entenderlo, un esfuerzo que siempre resultaba inutil, porque a veces ni el propio loco entendia lo que habia dicho o querido decir. No habia cumplido trece anos el cojo cuando sus padres lo llevaron al puerto del Callao y lo subieron a un barco que lo llevaria a Londres, a un colegio internado. El cojo subio las escaleras cojeando y no volteo para despedirse de sus padres. No queria verlos mas. Su madre lloraba, arrepentida, pidiendole a don Bobby que bajase al nino de ese barco y que tuviese un poco de piedad con su hijo mayor. Pero don Bobby era duro como los mas duros y por eso habia triunfado en los negocios y no dejaria que ese cojo malnacido le jodiese la vida, avergonzandolo frente a sus amigos, los grandes senores de Lima. Habia que mandar al cojo lejos de Lima y que otros se encargasen de educarlo y hacerlo un hombrecito y meterlo en vereda, carajo. No por cojo iba a ser un marinconcito engreido por su madre, no por cojo iba a ser un tontito que se pasaba el dia comiendo marshmellows, oyendo la radio y tirandose pedos estruendosos que a don Bobby lo ponian de muy mal humor. El cojo tenia que irse lejos, a un internado en Londres, donde lo someterian a severas reglas de disciplina que forjarian su caracter y lo salvarian de ser un imbecil redomado. Era lo correcto, era lo que habia que hacer por su bien, pensaba don Bobby. Solo asi el cojo no sera el grandisimo cojudo que es ahora, que seguira siendo si lo dejo apanar por Vivian y las empleadas. Por eso don Bobby permanecio de piedra, como una estatua, y el cojo no volteo a hacerles adios a sus padres y dona Vivian grito cuidate Bobby, ya te vamos a ir a visitar en el verano.

  • Tras el cristal de Ricardo Gomez Gil

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    No pude estudiar, asi que trabajo en una tienda. Habra quien piense que esto es una advertencia; que con ello quiero decir que si no estudias caera sobre ti la maldicion de trabajar en una tienda, pero no es eso. La mia es una tienda de ropa y lo que pretendia decir es que no se necesita haber estudiado para hacer bien mi tarea. Y lo digo ademas para que se sepa pronto que soy un don nadie. Aunque no estoy insatisfecho con mi profesion. Me gusta. Hay lugares peores en los que uno tiene que ganarse la vida, incluso habiendo estudiado. Conozco a gente que dedico miles de horas a los libros, que sacrifico al saber fines de semana y vacaciones y que acaba sometida a horarios crueles, a la disciplina de un jefe botarate, inclinada sobre una mesa o sufriendo penalidades. Yo he tenido suerte. Se me ocurren decenas de oficios mas desagradables que el mio, con estudios o sin ellos. Cualquiera que haya entrado en una tienda, que es casi todo el mundo, puede imaginar que lo mas duro son los calendarios y los horarios. Dejando aparte los periodos en que los duenos echan el cierre, que no son muchos, todo el ano tienes que andar bregando, incluyendo los sabados y los dias que preceden a las fiestas, que es cuando mas se vende. Los horarios tambien son implacables, de la manana a la noche. Pero quitando eso, la tarea es comoda. Se esta a resguardo de la lluvia y del frio de la calle y en los dias mas calurosos se disfruta de aire acondicionado. Antes no era asi, pero ahora las tiendas suelen ser refugios confortables. ?Quien entraria aqui si este fuese un sitio hostil? La temperatura es estable, hay musica relajante de fondo, el entorno es limpio, la decoracion se cambia cada poco y el trato es, por lo general, amable. Ademas, los ratos en que no hay clientes se tiene mucho tiempo para pensar. Visto desde el escaparate de una tienda, el mundo resulta fascinante. Habra quien diga que un viaje a China tambien lo es, pero yo no le veo la gracia a recorrer miles de kilometros en pocos dias. ?Quien, a esas velocidades, puede apreciar los pequenos detalles que hacen de la vida lo que es, la suma de delicadas pinceladas que componen un cuadro? Aqui el horizonte es estrecho, el limitado por los extremos de la cristalera, pero si uno se acostumbra a observar a la gente con el paso de los dias descubre habitos, vicios, ritos, costumbres y manias. Y en un instante, el menos pensado, se rompe la rutina, brota la sorpresa y, entonces, los acontecimientos se precipitan. Tambien en esto me considero afortunado, quiza porque nunca me gustaron los libros. Hay empleados que distraen las horas muertas hojeando revistas o novelas, pero a mi ni se me ocurre. No digo que leer sea malo, cada cual es dueno de ocupar los ratos de descanso en lo que quiere. A mi lo que me apasiona es observar a traves del cristal, mirar, imaginar... Alguien se burlara si digo que a veces echo de menos trabajar domingos y dias de fiesta, porque sospecho que el comportamiento de la gente que pasa por aqui debe de ser muy distinto los laborables que los festivos. Pero de lunes a sabado compongo mis teorias acerca de lo que son las existencias ajenas. Aunque esta tienda lleva abierta mas de cuarenta anos, trabajo en ella desde hace quince. Se que es mucho, teniendo en cuenta que hoy todo el mundo cambia de trabajo cada dos por tres. Tal vez, como no he estudiado, no pueda aspirar a otra cosa distinta de la que hago, pero ya he dicho que esto me gusta. En estos quince anos he visto como bebes que hace nada iban en cochecito se transformaban en adolescentes, como algunos ancianos desaparecian, como vienen y van familias enteras, gente que cambia de barrio, otros que llegan. Yo soy un mudo testigo de estos cambios. Nadie entra en una tienda para avisarme: <>, <>, <>, <>... Sin embargo, yo me entero de todo. Incluso diria que quienes pasan por aqui me ignoran, pero no me importa. Dejando aparte el que me gane la vida en la tienda, me gusta estar aqui por el placer (insano, lo reconozco) de tener a la vista las vidas ajenas. Conozco muchos detalles de clientes que vienen por aqui, pero tambien se cosas de gente que nunca ha pisado esta tienda y que jamas lo hara. Es la posicion privilegiada de quien no tiene mas aspiraciones en la vida, de quien dispone de todo el tiempo del mundo para observar. Resulta apasionante ver a la gente moverse de aca para alla y, cuando la puerta esta abierta, captar retazos de conversaciones. Es como pasar todo el dia viendo una larguisima pelicula, con momentos de suspense que te dejan boquiabierto, y en la que es necesario prestar atencion a los detalles para encontrar una explicacion que tarde o temprano acaba por llegar. El miercoles de la semana pasada, por ejemplo, una ambulancia se detuvo a la entrada del portal, a pocos metros de aqui. De ella descendio primero dona Marta, que vive en el 3o C. Luego, un camillero ayudo a bajar a su hija en silla de ruedas. De pronto encajaron pequenas escenas que hasta ese momento carecian de significado: la madre, dos dias antes, salio de casa cargada con una bolsa y subio a un taxi; y el padre, que suele regresar hacia las siete de la tarde, esos dias volvio mas temprano. ?Que habia ocurrido con su hija? ?Una operacion de apendicitis? ?Una fractura de cadera? !Nada de eso! La chica sufrio un navajazo el sabado anterior, y ya han detenido al culpable, segun los vecinos. Alguno de estos, por lo visto, lo conocia. ?Fue un atraco, un asalto sexual? ?Donde y por que la hirieron? Pobre chica, espero que no haya sido grave... Hace nada entro aqui a comprar una cazadora. Tendre que esperar a los proximos dias para conocer mas detalles. Casi todo se acaba sabiendo. Claro que estos sucesos son excepcionales. Este es un barrio tranquilo. Lo que sucede alrededor no merece un par de lineas en un periodico y, sin embargo, la accion es continua y los pequenos misterios estan a la orden del dia. Ningun guionista podria anticipar que va a ocurrir una semana mas tarde. Esto es la vida misma. Como en las series de television, personajes que durante meses han sido secundarios, un dia se tornan protagonistas. Gente que siempre he visto pasar lejos del escaparate, de pronto se detiene, mira con interes, entra y desembolsa una buena cantidad de dinero para lucir ropa nueva. ?Que ocurrio en el pequeno mundo de la mujer madura que pasea su perrita, hasta ahora desalinada y vestida con astrosos chandales, para que de pronto decida cuidarse y cambiar de aspecto? ?Que le llevo a pensar que su vida no esta acabada? ?Suena con un novio o lo encontro ya? ?O solo le toco la loteria? En los proximos episodios... La vida me ha ensenado lo que se. Y se que no hay existencia trivial. Isidro, por ejemplo, es conductor de autobuses. Un dia entro a ultima hora de la tarde buscando un regalo urgente para su mujer. Debia de ser su aniversario de bodas, quiza el cumpleanos de ella. Tras rebuscar y solicitar precios de casi todo, se llevo un panuelo, que debia de ser lo unico que podia permitirse. Desde entonces, y hace ya mas de tres meses, su mujer lo lleva siempre puesto. ?Cual es la historia de amor de esta pareja madura que pasea siempre de la mano? Los sabados van a la compra al mercado cercano y el no consiente que ella vaya cargada: el tira del carrito y de algunas bolsas, la trata como si fuera su princesa. Y sus hijos... ?En que escuela aprendieron estos padres a criarlos tan bien? Tampoco estudiaron Isidro y Carmen, a la vista esta, pero es casi seguro que sus hijos llegaran a ser sabios. No hay mas que verlos. Quienes entran en una tienda dan mas informacion de lo que sospechan. Estan la forma de vestir, si saludan o no, la manera de hablar, como sacan los billetes o la tarjeta... Y luego, como se comportan al seleccionar una prenda o entrar en el probador. Con el tiempo se aprende a distinguir las personas resolutivas de las indecisas, y en ocasiones hago apuestas conmigo mismo acerca de si compraran o no, y gano casi siempre. Hay una mujer alemana, por ejemplo, ya mayor, de quien solo se que se llama Monika. Debe de trabajar en un laboratorio de investigacion o algo parecido, porque un dia la oi hablar por telefono de asuntos tecnicos y exigia que se repitieran unos analisis y se calibrara bien una maquina. Es un ejemplo de mujer resolutiva, acostumbrada a tomar decisiones. Sabe siempre lo que busca: toma un par de prendas, generalmente trajes de chaqueta, entra al probador y compra uno de ellos. Pasaria desapercibida de no ser por un detalle en apariencia insignificante. Siempre abre su cartera sobre el mostrador dejando a la vista una fotografia antigua, de un hombre vestido con chaque y pajarita. Mantiene visible esa foto desde que pregunta el precio hasta que acaba los tramites con la tarjeta, y en los tiempos de espera baja repetidamente la mirada hacia la imagen de ese hombre de aspecto distinguido y acaricia la fotografia a traves del plastico. Ha ocurrido tantas veces que tengo la certeza de que son padre e hija, aunque quiza el haya muerto ya, a juzgar por lo avejentado del papel. Puedo suponer que la foto se tomo cuando el era joven y Monika una nina, o tal vez ella ni siquiera hubiera nacido. ?Que vinculo misterioso ata a esas dos personas? ?Que la enorgullece tanto de ese hombre como para mostrarlo tan abiertamente? ?Cuantas veces al dia, al abrir su cartera, contempla esa foto, y no la de su marido o de sus hijos, si es que los tiene? Sospecho que si le preguntara por ello, su voz y su seguridad germanica se quebrarian e hilvanaria entre lagrimas algun emotivo relato. Muy diferente de esa otra mujer, que ha entrado al menos una docena de veces y jamas ha comprado nada. !Ni unas medias! Entra, observa, rebusca, se prueba, no solicita opinion, apila prendas sobre el mostrador y, al final, pide disculpas y dice que se lo pensara, que volvera otro dia. Lo asombroso es que, en efecto, vuelve otro dia para repetir casi con exactitud maniatica sus mismos gestos. La experiencia me ha ensenado que estos casos son los mas apasionantes. Esta mujer, con sus habitos machacones y su indecision, puede ser una fuente de grandes sorpresas. De un personaje aventurero se espera cualquier cosa, pero ?de que sera capaz esta mujer el dia que rompa sus manias? Hay algo que resulta misterioso en ella, y son sus silencios. Abre y cierra la puerta con sigilo, anda como si levitara sobre el suelo, habla con una voz que parece un susurro y me he fijado que rasca con sus unas las prendas que se prueba, y las frota acercandoselas al oido. Utiliza un criterio extrano cuando selecciona la ropa, lo mismo una casaca que una falda, unos pantalones que un gorro, de colores variados y estilos antiteticos. ?Que busca esta mujer, en realidad? A traves del cristal la he observado entrar en otras tiendas y sospecho que reproduce las mismas maniobras, porque jamas la he visto cargada con una bolsa. Detalles. Oi una vez que uno puede ser casualidad, que dos es confirmacion, pero que tres es ley. Hay comportamientos incomprensibles, pero que deben de tener su explicacion. Un hombre viene de vez en cuando por aqui a comprar pequenos complementos: calcetines, alguna camisa o ropa interior. Antes de salir, quita las etiquetas de todas las prendas, pidiendo unas tijeras incluso, y comprueba con maniatica obsesion que lo que se lleva, !sin bolsa, entre las manos!, este libre del mas pequeno adminiculo. Todo lo que se lleva es blanco y en ocasiones ha desechado alguna prenda por tener una minima raya de color o un discreto bordado. Se diria que esa obcecacion por la limpieza es sindrome de alguna mania sexual, pero a saber... Me gusta la calle. !Es hermosa! A veces el sol luce generoso, pero otras, incluso en dias despejados, parece enfadado y decidido a escarmentarnos. Si llueve, el cemento de las aceras despide un aroma agradable y los arboles parecen recien pintados. Esta tarde hace un calor de plomo, la calle esta desierta y el aire vibra en los bordes de las cosas. No hay nadie que entre a la tienda a estas horas, aunque estamos en epoca de rebajas, y por eso tengo tiempo de charlar con ustedes. No sera mucho mas, porque en un par de horas hombres, mujeres y ninos saldran a pasear, como si el cielo les hubiese perdonado y ya pudieran salir de casa. De nuevo la calle se convertira en un espectaculo. De haber estudiado, a mi me gustaria haber hecho Psicologia. Creo que poseo un don innato para detectar emociones que a otros les pasan desapercibidas. Si dentro de un rato quisieran salir conmigo les mostraria: aquella chica, ese muchacho, la mujer de alla, el hombre que viene por la acera... viven un gran amor. Pero no hay que fiarse de las apariencias. Hay jovenes que pasean cogidos de la cintura cuyos rostros delatan un enorme aburrimiento, y parejas que miman a sus criaturas y en cuyas miradas no aparece la menor huella de su antigua pasion. Y eso es triste. Igual que uno contempla como los ninos crecen y como los adultos caminan hacia la vejez, tambien se ve como ciertos amores declinan y acaban por esfumarse. Uno de los casos mas dramaticos es el de Adriana, que no hace muchos anos llego aqui con su reciente marido. !Ella se lo comia a besos por la calle, como comiendose el mundo! Hoy los dos se ignoran, apenas se hablan. Mantienen las convenciones y el acompana a su mujer a veces a la tienda, pero yo se que cuando ella escoge una ropa no se viste para el. Se ve en la forma en que se prueba los vestidos, mirando a su marido como si fuese una nube de gas. Apostaria algo a que tiene una aventura, que la mantiene viva cuando el marido no esta.

  • ?Quien teme al lobo? (Inspector Sejer 3) de Karin Fossum

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    Un nuevo caso del carismatico comisario Sejer.

  • El Senor de la Obscuridad (Cronicas del Horizonte 4) de Kim Richardson

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    A LEXA ASERRO la bisagra de la puerta superior de su celda con a pedazo de roca irregular que habia logrado soltar de la pared hacia varias semanas. El fragmento se resbalo entre sus dedos mojados y gimio al sentir el dolor punzante de los bordes afilados cortandole la piel. Se limpio los dedos pegajosos en sus pantalones y resumio el trabajo. Se las arreglo para cortar tres milimetros a traves de la bisagra de acero despues de trabajar casi cada minuto de cada hora, tomando descansos cortos unicamente para dejar que sus manos se repararan a si mismas antes de volver al trabajo. Su piel se volvia a unir, dejando desagradables cicatrices blancas que ahora se habian abierto de nuevo despues de solo un par de horas de trabajo. A este ritmo, seguramente terminare en diez anos , penso. No tenia diez anos. Milo no tenia diez anos . Alexa maldijo. Sus oidos retumbaban y podia sentir el sabor del terror en su boca como metal amargo. "Sigue adelante, Alexa “, insto, tratando de calmarse. “Nunca te detengas. Tu siempre sigues adelante, esa es tu actitud siempre. No puedes detenerte". Suave luz blanca emanaba de un globo flotante, iluminando la piedra negra en calidos tonos dorados. Habia brillado mas cuando Alexa llego por primera vez a su celda, dentro de la prision para angeles el Tartaro, pero ahora parecia que su unica fuente de luz se estaba volviendo mas debil cada dia, reflejando sus esperanzas de salir. El globo parpadeaba, su luz se atenuaba. Pronto se quemaria, dejandola en una oscuridad impenetrable. Alexa aparto la idea. Aunque el tiempo tenia un significado totalmente diferente en Horizonte, continuo marcando el suelo con una linea delgada cada vez que sentia que habia pasado un dia. Si sus calculos eran exactos, habia estado en su celda por un mes, pero se sentia como si hubiesen sido varios anos. No habia tenido visitas. Ni una sola alma vino a verla. Ni siquiera los propios guardias de la prision, las aguilas gigantes, se molestaron en comprobar si estaba aun ahi. Durante la primera semana de su confinamiento, Alexa se levantaba cada vez que oia un rasguno o el sonido de las unas raspando en una superficie dura, con la esperanza de ver a un pastor aleman blanco irrumpiendo en la puerta. Pero Lance nunca llego. Nadie llego. Estaba completamente sola . Los gemidos y lamentos de los otros prisioneros eran sus unicos companeros, y la mayoria de las veces tarareaba y cantaba solo para evitar que sus gritos desesperados interfirieran con su trabajo. Sabia que, si se detenia, si no se mantenia ocupada, caeria en la desesperacion, sucumbiendo a sus gritos como los miles de angeles encerrados con ella. “Maldita sea”. Un dolor intenso repercutio en su brazo. El pedazo de roca rota, cubierto de liquido blanco, cayo al suelo junto a los pies de Alexa. Examino su palma derecha. La esencia blanca se vertia de un corte grande y goteaba por su muneca hacia el suelo. El olor citrico se elevo hasta su nariz, muy diferente del olor metalico de la sangre de su vida mortal. “?Cual es el punto de ser sobrenatural si nuestras manos son completamente inutiles? ” Alexa volvio a maldecir mientras recogia la roca con su mano izquierda y cortaba dos largas tiras de tela de su chaqueta. Luego los envolvio firmemente alrededor de ambas munecas. “No tengo tiempo para esperar a que estas estupidas manos sanen”, susurro y comenzo a cortar la bisagra de nuevo. “Milo no tiene tiempo.” Milo era todo en lo que podia pensar desde su encarcelamiento, especialmente su beso. Habia sido un beso tan apasionado y desesperado y la habia tomado por sorpresa, llenandola de calidez y una abrumadora sensacion de alegria . Alegria. Era extrano sentir una sensacion de este tipo cuando estas encerrado en una celda verde. Pero cada vez que pensaba en sus labios, su cercania, la mirada de nostalgia en sus ojos, las mariposas revoloteaban dentro de ella. Milo se preocupaba por ella. Eso era obvio. Ella nunca se habia dado cuenta de lo mucho que se preocupaba por el hasta que lo vio desaparecer a traves de la niebla negra. Era un dolor terrible, un dolor abrasador que se sentia como ser apunalado por una espada de la muerte en el intestino. La unica manera que podia describirlo era como un vinculo inquebrantable, un vinculo que iba mas alla del reino de la muerte y de los angeles. Al principio de su entrenamiento, Alexa habia aprendido que el amor estaba prohibido en Horizonte. Las relaciones que iban mas alla de la amistad eran motivo de una visita a Tartaro. Los angeles eran soldados, y los soldados no tenian sentimientos intimos. Ellos obedecian ordenes. Obedecian el codigo del angel. “Al diablo con el codigo”, silbo Alexa mientras cavaba mas fuerte. “No soy un robot sin sentido. Tengo sentimientos, me importan las cosas”. Milo era su companero, y ella no lo abandonaria. Ella lo volveria a ver. Ella cavo mas fuerte. Pero el aleteo del miedo se quedo en ella, justo debajo de su caja toracica, junto con una inesperada punzada de dolor. ?Y si ella nunca salia? No. Ella derribaria la puerta de alguna manera. Sin importar como fuera, un dia seria libre . Estaba sola, y ahora en la oscuridad completa. Alexa tambien estaba en la oscuridad sobre los acontecimientos en Horizonte y el mundo mortal. Lo unico que sabia lo que habia dicho la Legion. Lucifer estaba libre. En su estupidez, ella lo habia liberado. No era la primera vez que Alexa habia metido la pata, pero esta era la peor metida de pata de todos los tiempos. Habia liberado al mal, al Senor de las Tinieblas, a la Estrella de la Manana--Satanas. La habia enganado, y como una tonta, ella habia caido en su trampa. Esa noche en Londres, en la Victoria Gate de Hyde Park, Alexa habia sido testigo de primera mano de lo que Lucifer era capaz de hacer. Habia visto arcangeles y angeles en el suelo, azotados por el dolor mientras sus entranas se quemaban. Lo recordaba bien porque ella tambien habia sentido su poder, su mente tragada por la oscuridad. Milo los habia salvado a todos con un acto desinteresado, noble, uno que no creia que hubiera podido lograr. El dolor que Milo sentia al dejarla era evidente en sus ojos, pero ella tambien reconocio otro dolor. Estaba a punto de unirse a su padre querido, el diablo. Alexa no sabia mucho sobre Lucifer, aparte de lo que habia leido y estudiado en Demonologia 101. Era cruel con los mortales y los angeles, pero ?que pasaba con sus hijos? ?Haria dano a su hijo favorito? Ella habia conocido brevemente a los hermanos de Milo en otra realidad en el purgatorio, y solo por esa experiencia, habia reconocido el amor de Lucifer por sus hijos. Pero ?y si el purgatorio lo cambiaba? ?Y si su odio a la Legion iba mas alla del amor paternal? Milo se habia unido a la Legion de angeles, la misma organizacion que Lucifer despreciaba y odiaba por encima de todo. Si Lucifer mataba a Milo por rencor, seria su culpa. Peor incluso era la idea de que ella nunca podria saberlo. Podria vivir sus dias en este agujero humedo y nunca saber lo que le habia sucedido a Milo, su guerrero, su angel de oro. Luego estaba el caos y el apocalipsis que pronto seguirian a Lucifer. Alexa estaba segura de que Lucifer no solo seguiria su camino y viviria su vida inmortal en algun lugar alejado de la Legion. Ella habia visto la furia en sus ojos, la ira a la Legion por ser encarcelado en el purgatorio. Habia dicho que dejaria vivir a los angeles, por ahora. Y eso significaba que su venganza seguiria pronto. Alexa estaba segura de ello. Aun peor, Alexa no sabia si Lucifer y su ejercito de angeles caidos ya habian atacado a la Legion. No habia forma de saber lo que estaba pasando fuera de las paredes de su celda. ?Y si la Legion habia caido y ella y el resto de los prisioneros se podrian en Tartaro por toda la eternidad? Si Lucifer aun no se habia vengado de la Legion, se acercaba. Con la desercion de tantos angeles, la Legion necesitaria todas las almas restantes para luchar. Pero la habian encarcelado, y con razon. Si no fuera por ella, Lucifer seguiria en el purgatorio . Todavia podia ver la cara del arcangel Sabrielle mientras les mentia sobre la llamada espada de hueso. Si hubiera escuchado a Milo cuando el habia intentado advertirle, nada de esto habria pasado. Alexa golpeo la roca contra la bisagra, fingiendo que era la cara de Sabrielle. “Soy una idiota.” Rechinando sus dientes, ella golpeo en la bisagra con toda su fuerza, creando una abolladura minuscula, apenas perceptible. Era demasiado tarde y completamente inutil para revolcarse en la autocompasion. Lo peor habia pasado. Todo lo que necesitaba ahora era hacer las cosas bien de nuevo, rectificar su colosal error. Alexa tambien habia recuperado sus recuerdos mientras estaba encarcelada. Las imagenes se alzaron repentinamente en el ojo de su mente, como fuentes de agua que derramaban visiones de su vida mortal. Recordo a una chica normal y sin perspectivas reales, que tenia un padre ausente y una madre borracha. Al principio, cuando el panico comenzo a apoderarse de ella, trato de medir sus respiraciones, pero luego se dio cuenta de que su cuerpo de angel no tenia necesidad de ellas. Una vez que dejo de medirse, el llanto comenzo. Cuando dejo de llorar, el dolor se asento profundamente en su alma. Kilos de dolor. Hasta que se derrumbo sobre el suelo de piedra fria, tiritando. Por muy loco que sonara, incluso para ella, extranaba a su madre. Y lo que es mas importante, temia que su madre no comiera bien y no se cuidara sola . Alexa se habia ido mucho tiempo. Y una vez que los recuerdos volvieron a su mente, tuvo un deseo abrumador de ver a su madre, aunque solo fuera para asegurarse de que estaba bien. La Alexa mortal no habia sido mucho en la vida. Habia sido ordinaria. Pero en la muerte, seria extraordinaria. Con la muerte de Hades, la conexion entre ellos tambien habia muerto, al igual que sus habilidades de canalizacion de almas. Despues de que su rafaga de emociones paso, Alexa habia sentido que su don especial se habia borrado. Era como si hubiera botado una capa de si misma, una capa de piel, como tirar un viejo abrigo para ponerse uno nuevo. Ella se habia levantado en shock al principio, tratando de volver a casa, a esa luz familiar, el pulso del poder escondido dentro de su alma, pero no encontro nada. No pudo evitar sentirse enojada porque habia perdido la parte de ella que la hacia diferente. La habia hecho especial, mas fuerte que los otros angeles. Por mucho que la hubiera asustado al principio, habia llegado a entender su don y habia llegado a admirarlo e incluso disfrutarlo un poco. La habia hecho sentir unica en un mar gigante de angeles. Pero ahora se habia ido. Una parte de ella tambien habia pensado que su regalo podria haber sido la unica manera de salir de su celda. Ella no lo habia descubierto todavia, ya que no habia almas aqui mas que la suya, pero todavia habia sido una falsa sensacion de seguridad. Sin sus habilidades ni la ayuda de nadie mas, Alexa tenia que depender unicamente de su ingenio. Fue entonces cuando decidio que la unica salida era a traves de esa puerta. Si podia quitar las bisagras, podria abandonar su celda. Pero ?como iba a salir de Tartaro? Era un cubo negro flotante gigante en medio del cielo. La unica salida era saltar y morir o dar un paseo en las garras de un aguila, que habia jurado que era una experiencia que nunca mas queria experimentar. “?Como diablos voy a salir de este cubo?” Un sonido partio el aire, y la mano de Alexa se congelo en el aire. Era un grito agudo, un sonido de pura emocion, no como los gritos y lamentos de terror a los que se habia acostumbrado. Era un grito feliz, casi demasiado feliz. Polvo y guijarros cayeron sobre Alexa. Miro a la puerta de su celda mientras el suelo temblaba por debajo de sus pies. “Vaya, esto nunca ha pasado.” Y justo cuando quiso echar un vistazo a traves de la pequena ventana por encima de la puerta de su celda, hubo un boom ensordecedor … y luego la puerta volo de sus bisagras.

  • El dia que dejo de nevar en Alaska de Alice Kellen

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    Un chico con el corazon de hielo.
    Una chica que huye de si misma.
    Dos destinos que se cruzan.
    Heather cree que solo hay tres cosas que sabe hacer: atraer problemas, salir huyendo y correr. Asi es como termina en Alaska, en un pequeno pueblo perdido, trabajando de camarera mientras intenta llevar una vida nueva y tranquila. Su unico problema es que uno de los duenos del restaurante parece odiarla y que ella nunca antes ha conocido a nadie que despierte tanto su curiosidad. Nilak es reservado, frio y distante, pero Heather puede ver a traves de todas las capas tras las que se esconde y sabe que en ocasiones hay recuerdos que pesan demasiado; como los de sus propios errores, esos que intenta dejar atras.
    Pero, a veces, la vida te da una segunda oportunidad.
    La nieve empieza a derretirse.
    Y todo encaja.

  • Operacion Munich de Rosa Tellez

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    Cuando Elena se reencuentra con Nando tras siete anos sin saber nada el uno del otro, la pasion que desbordaban cuando se conocieron resurge cual Ave Fenix de sus cenizas.
    Su historia comienza cuando Nando salva la vida a Elena tras un atentando de los insurgentes en la base de PRT en Afganistan, donde se encontraban realizando labores de reconstruccion del pais por encargo del Ministerio de Defensa de Espana.
    Tras aquel acontecimiento, nada sera igual. Elena y Nando emprenderan un camino juntos que cambiara sus vidas para siempre y que les adentrara en situaciones extraordinarias, teniendo que llevar a cabo acciones extremas de las que dependeran sus vidas.
    Nada, ni nadie, es lo que parece.
    Pasion desenfrenada, intrigas, mentiras. todo para conseguir un objetivo incierto.
    Adentrate en esta aventura que no te dejara indiferente.

  • Oeste de Carys Davies

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    Afectado por la pena causada por la muerte de su mujer y con una insatisfaccion que no sabe ubicar, John Cyrus Bellman, un cuidador de mulas de treinta y cinco anos, decide dejar su pequena granja en Pensilvania para poner rumbo a una aventura imposible con apenas una brujula y algunas provisiones: seguir el rastro de los pioneros que aseguraron haber encontrado huesos de animales colosales en el interior del pais. Tras prometer que volvera en dos anos, deja atras a su unica hija adolescente, Bess, bajo el obsesivo cuidado de su hermana Julie.
    La joven se ve forzada a vivir en un mundo hostil donde nadie parece reclamarla, mientras sigue los pasos de su padre a traves de los viejos mapas que encuentra en la biblioteca local e intenta eludir las atenciones que tanto su tia como ella reciben del vecino, Elmer Jackson. Mientras tanto, las aventuras de Bellman a traves

  • La Cadena del Profeta (Los buscadores 2) de Luis Montero Manglano

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  • No cambies nunca, preciosa de Sophie Saint Rose

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    A Lara le llamo la atencion el camion en el aparcamiento y al ver el numero cuatro en la puerta trasera entrecerro los ojos. --Sera hijo de su madre. --Cabreada giro el volante metiendo su trailer de trece metros en el aparcamiento. Los neumaticos derraparon sobre la gravilla y freno tras el camion mientras varios gritaban si estaba loca. Cogio el bate que tenia en el asiento de al lado y abrio la puerta saltando del camion con agilidad. Varios al reconocerla levantaron las manos en son de paz antes de salir casi corriendo. Con un mal gesto aparto a un lado su larga trenza negra dejandola caer sobre su espalda y camino hacia el bar. Sus botas resonaron sobre la madera del porche y tiro de la puerta entrecerrando sus preciosos ojos verdes para acostumbrarse a la falta de luz. Dio un paso a su interior y pudo ver a Billy con una cerveza en una mano sentado en la barra. Pero no perdia el tiempo del todo porque con la otra mano le tocaba el culo descaradamente a una rubia que estaba como una cuba. La verdad es que no tenia mal gusto. Se acerco a el y tan distraido estaba que ni vio como levantaba el bate de beisbol. El golpe en sus piernas le tiro del taburete y la chica grito saliendo despavorida. Billy gimio en el suelo cogiendose una de sus piernas por debajo de la rodilla. --Joder, Lara. --?Donde debias estar, Billy? --Paso el bate a la otra mano y se agacho para pegarle un punetazo que le hizo rebotar la cabeza en el suelo. --?Donde debias estar, Billy? --!En Houston! --grito cubriendose con los brazos--. Vamos, somos amigos de la infancia. --?Amigos? --Le golpeo con el bate en la espalda y el gimio de dolor. --!Los amigos no se traicionan! !Los amigos cumplen! !Como cumpli yo al darte el trabajo, vago quejica! --Le golpeo de nuevo en la espalda y varios gimieron de dolor. --!Te lo adverti la ultima vez! -- Furiosa le dio una patada en el trasero. --!A Lara Princeton no se la torea! --Se agacho para gritarle a la cara --!Por cierto, estas despedido! --Hizo el amago de pegarle un punetazo de nuevo y este se cubrio como una nina. Mirandole con desprecio se incorporo antes de echar un vistazo a su alrededor. Senalo a uno que era musculoso y con los brazos llenos de tatuajes. --Tu, ?sabes conducir un camion? --Trabajo para los Carrigan. --Dos mil pavos si entregas ese cargamento en Houston antes de dos horas. Los ojos del tipo brillaron y dio un paso al frente. --Hecho, jefa. --Vamos. --Se agacho y tiro del llavero de la empresa que colgaba del bolsillo trasero del vaquero de Billy y le senalo con el dedo. --Por cierto, hablare con mi hermana de lo que haces cuando te tomas descansos, cabrito. --Le dio una patada en el estomago que le doblo de dolor y varios gimieron igual que el. Se volvio saliendo del local de muy mala uva y le explico a su nuevo hombreton a donde tenia que llevar la mercancia. Jack asintio. --Conozco el sitio. --Bien, cuando llegues a nuestra central con el camion, mi hermano te pagara. Buen viaje. Se subio a su camion y con agilidad lo volvio saliendo del aparcamiento. Cogio su movil del salpicadero y llamo a su hermano. --?No me digas que ya lo has entregado? --No he tenido esa suerte. Por su tono Tim se tenso. --?Que ocurre? --He pillado a Billy en el bar de la interestatal. El que tiene una tia casi en bolas en el anuncio. --?El Risck? --Ese. --Me cago en su... --Tranquilo, he conseguido otro conductor. Pagale cuando llegue. Dos mil. --?Estas loca? !Es el doble de la tarifa habitual! --Ya, pero es que hay que entregar la mercancia y tenia que robarselo a Carrigan. Su hermano se echo a reir. --El viejo se va a poner de muy mal humor. --Sobre todo porque sus congelados se han quedado en el aparcamiento. Se partia de la risa y no pudo menos que sonreir. --?A que hora vuelves? --Si tengo suerte y todo va bien, sobre las tres. Dile a Mindy que como vuelva a posar sus ojos en Billy, la encierro en casa de por vida. --Supongo que sera el quien no se acercara a ella. Tranquila. ?Crees que recuperaras su amistad? --?Con Billy? --Sonrio divertida. --Claro que si, no puede vivir sin mi. Agotada giro el volante metiendo el camion en la nave que tenia al lado de su casa. Estaba cargado de televisores y lo que menos queria era perder la carga antes de entregarla al dia siguiente. Estaba apagando el contacto cuando vio por el espejo retrovisor como su hermano se acercaba cojeando y abria su puerta mientras ella recogia su mochila. --Son las cuatro. --Te dije si todo iba bien. --Se bajo de un salto y le dio un beso en la mejilla. --Deja de preocuparte. --Tenemos un problema. Se volvio para mirar la silueta de su hermano. Solo entraba la luz de la luna por la puerta, pero cuando se acostumbro pudo ver que estaba tenso. --?Que pasa? --?Aparte de que Billy ha llamado a Mindy con sus quejas por tu delicado trato? --Si, aparte de eso. No estarias asi si no fuera por algo mas grave. --Nos han robado un camion. Me acaban de avisar hace diez minutos. Palidecio. --?Que? --El de papa. --?No lo llevaba Scott? --Si, bajo a mear y cuando salio el camion no estaba. Esfumado. --?Antes o despues de dejar la carga? --Antes. --Ella fue hasta la cabina y abrio la puerta. --Lara estas agotada. Llevas casi veinticuatro horas trabajando. --Si no encuentro esa carga tendremos que pagar cincuenta mil dolares por ella. Eso es un lujo que no podemos permitirnos. Y eso sin contar el camion. --Se subio a la cabina y arranco el motor encendiendo las luces. Miro a su hermano a traves de la ventanilla y le guino un ojo. -- Cuida del fuerte. Tim asintio preocupado y ella dio marcha atras. Fue directamente a su central y dejo el camion. Entro en la oficina a toda prisa y cogio las llaves de su camioneta. Todos sus camiones llevaban un GPS que ella se habia preocupado en instalar. Solo lo sabian su hermano y ella para que los chicos no se confiaran. Cuando se subio a su ranchera, saco el portatil de su mochila. Abrio el ordenador y pincho en la aplicacion. No le costo encontrarlo. El numero uno estaba como a cien millas de alli direccion sur. Arranco mirando la pantalla y un minuto despues estaba en la carretera. Estiro la mano y abrio la guantera para coger la pistola y ponerla en el asiento a su lado. Iba tan deprisa que poco mas de una hora despues vio la parte trasera de su camion. Cogio la radio. --?Tim? --Estoy aqui. --Lo tengo. --Dame las indicaciones. --Va por la diez direccion Sonora. Acabamos de pasar Kerrville. --No les pierdas de vista, pero no te acerques demasiado. --Tranquilo, me mantengo a distancia. No estoy tan loca. Su hermano rio al otro lado de la linea cuando empezaron a subir una pequena colina. Ya empezaba a amanecer y de repente vio humo ante el camion. Entrecerro los ojos estirando el cuello. --Os juro que como me jodais el camion os despedazo vivos. --Pero entonces lo vio. Colina arriba un coche gris habia tenido un accidente y salia de el un humo negro que no presagiaba nada bueno. Vio como su camion aceleraba pasando de largo. --Mierda. --Cogio la radio pisando a fondo y grito --!Tim, heridos en la carretera! Voy a detenerme. !Tim! Su hermano no contestaba y tiro la radio frenando la ranchera a un lado. Sin parar el motor corrio hacia el coche que era un BMW ultimo modelo y se acerco al conductor. La ventanilla estaba rota. El tipo tenia sangre en la cara y estaba desmayado. Toda la parte delantera estaba como un acordeon y los airbags habian estallado, asi que solo veia la mitad de su rostro. Sin perder el tiempo intento abrir la puerta. Miro el capo del que salia un denso humo negro que la hizo toser. --!Eh, amigo! !Despierte! --La puerta no se abria y era porque el lado izquierdo del vehiculo habia recibido la peor parte. Metio la mano dentro del coche por la ventanilla y noto como se cortaba, pero consiguio llegar al boton de los seguros. Intento abrir de nuevo, aunque sabia que no podria y corrio rodeando el coche por delante. Olia a gasolina y mucho. --!Amigo, despierte! --Abrio la puerta del copiloto y saco la navaja que siempre llevaba en su bota. Pincho los airbags y corto la tira del cinturon. Le escucho gemir. --Estupendo, esto es estupendo. --Le cogio por el brazo y tiro de el, pero pesaba muchisimo. Al ver la llama en el capo el corazon se le puso en la boca y tiro de el con todas sus fuerzas tumbandolo sobre el asiento del copiloto. Agarro sus manos y tiro de su cuerpo sintiendo que se le arrancaban los brazos por el esfuerzo, pero en cuanto saco su torso el resto de el cayo sobre la cuneta. Con la respiracion agitada siguio tirando del tipo y en ese momento llego un hombre con pinta de granjero. --Dejeme ayudarla. Entre los dos tiraron del hombre alejandole lo suficiente. Lara sonrio sudando a mares. --Lo conseguimos. La explosion la lanzo sobre la hierba y se quedo sin aliento al caer de espaldas. Intentando recuperar el resuello tomo aire y gimio de dolor sentandose. Al girarse y mirar hacia atras vio sangre sobre una piedra. Entonces escucho los gritos y al volverse de golpe se mareo. Pudo centrar la vista y vio a varias personas en la carretera. Una persona de uniforme se acerco a alguien que estaba en el suelo y grito pidiendo una ambulancia. ?Seria el granjero? Medio mareada se intento levantar, pero una pierna le fallo tirandola de nuevo. El ayudante del sheriff corrio hacia ella. --No se mueva. Ya viene la ayuda. --El hombre... --Se sujeto a su brazo queriendo levantarse. --Esta vivo, los dos estan vivos. Sintio un alivio enorme y se dejo caer de rodillas. --Bien. --Se sintio agotada y miro esos ojos castanos. --Me han robado el camion, ?sabe? Tengo que recuperarlo. Los seguros son unos buitres en estos casos. El tipo sonrio. --?Lara Princeton? --La misma --dijo antes de poner los ojos en blanco y caer desmayada hacia atras. --!Eres famosa! --exclamo su hermana emocionada haciendo que pusiera los ojos en blanco antes de mirar la television que tenia delante, mientras intentaba ponerse comoda en el sofa porque la espalda la estaba matando. --Lara Princeton --dijo el presentador de los informativos locales que sonreia de oreja a oreja--. Una heroina local que no solo es capaz de perseguir a los que intentaban robarle uno de sus camiones, sino que en medio de esa persecucion ha sido capaz de detenerse para ayudar a un accidentado justo antes de que su coche explotara en pedazos. Si, senor. Asi son las mujeres en Texas --dijo orgulloso como si fuera su padre. Se echo a reir sin poder evitarlo y su hermana pequena la miro indignada con sus preciosos ojos azules. --Tampoco fue para tanto. --Si que lo fue. --Ambas miraron las imagenes del coche ardiendo y como los bomberos intentaban apagarlo mientras a ella la metian en una ambulancia. Mindy la miro asustada. --Te digo que no fue para tanto. Apaga eso. En ese momento entro su hermano en el salon con el movil en la mano. --?El camion esta intacto? --?Quieres dejar de pensar en el trabajo? !Por poco la cascas! --Sois unos exagerados... ?El camion esta bien o no? --Esta bien. Han ido a buscarlo y esta todo. Pero esos cabrones se han escapado. Suspiro del alivio. Al menos lo habian recuperado. --Espero que ese cliente no nos abandone por no entregar a tiempo. El telefono de Mindy sono en ese momento y se levanto de un salto. --Es Billy. --?Como que es Billy? --grito mientras su hermana salia corriendo. Asombrada miro a su hermano que se encogio de hombros. --?Que quieres que te diga? No soy capaz de dominaros. Y me pasa desde siempre. --Muy gracioso. Su hermano suspiro sentandose a su lado. --?Estas bien? --preguntaron a la vez. Tim sonrio. --Hoy me duele mucho menos. --Sus ojos azules le echaron un vistazo de arriba abajo desde su tobillo vendado hasta su brazo que se habia llevado sus buenos puntos. --En este momento me preocupas mucho mas tu. --Estoy bien. Algo dolorida pero bien. Manana como nueva. --Reprimio un gemido levantandose y camino cojeando hacia la puerta. --Creo que voy a acostarme un rato. --Lara... Se volvio para mirarle y Tim sonrio. --No tienes por que encargarte de todo, ?sabes? Puedes relajarte de vez en cuando. --Claro que si, para eso te tengo a ti. --Le guino un ojo girandose con cuidado y en cuanto salio del salon grito --!Mindy, que es eso de que todavia hablas con ese inutil! !Ven aqui ahora mismo! --Su hermana no contesto. --Muy bien, ire yo. !Preparate para cuando llegue! Tim sonrio antes de mirar la imagen en el televisor. La foto de uno de los hombres mas ricos de America saludando al presidente de los Estados Unidos salia en ese momento. Frunciendo el ceno subio el volumen. --Efectivamente se acaba de confirmar. Rob Folder era el hombre accidentado y su pronostico es reservado. Su jefe de prensa hara unas declaraciones en unos minutos y por supuesto las seguiremos con interes. Su hermano chasqueo la lengua y cogio el mando apagando la tele. ?Debia contarselo a su hermana? --!Mindy ni hablar! !Ya estas dejando a ese inutil! --grito su hermana desde el piso de arriba. --!Solo me llevas tres anos! !No puedes darme ordenes!

  • Como Explicarte El Mundo, Cris de Andres Aberasturi

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    Explicar el mundo a su hijo Cris, que nacio con paralisis cerebral hace mas de treinta anos, es para Andres Aberasturi una tarea dura y dolorida. Pero el autor de estas paginas honestas y sin adornos, que solo pretende dejar testimonio de una parte de su verdad, la considera esencial para combatir el desasosiego. <>, como bien explica Javier Sadaba en el prologo.

  • Banshee (Anam Celtic 4) de Angy Skay , Belen Cuadros

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    <>.
    Cathal O’Kennedy tiene muy claro que, despues del favor del jefe de Maureen, debera cumplir una condena impuesta por sus propios delitos. Sin embargo, un giro tan inesperado para el hara que su meta se centre unicamente en la persona que mas ama: Taragh.

  • Con los ojos del cielo de Andrea Valenzuela Araya

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    Robert Price es un respetado medico. A sus treinta y siete anos la vida lo ha golpeado duramente, arrebatandole lo que mas ama, su querida esposa Sofia fallecida hace un ano.
    No hay hora o momento del dia en que los recuerdos consuman cada parte de su ser al rememorar el accidente que lo cambio todo y que a tan solo cinco meses de matrimonio lo marco definitivamente, y para siempre.
    Con este tragico suceso comienza la historia que lo llevara a comprender que la vida continua, que todo camino por el cual ha transitado ha sido debidamente planificado por su propio destino; que todas las cosas tienen su razon de ser y que por mas cruel que pueda ser la vida, siempre habra una luz de esperanza que esta aguardando para brindarte una mano, pero que en su caso podria llegar a ser algo mas que eso.
    Porque...
    ?Aun puedes continuar despues de haberlo perdido todo?
    ?Todavia crees que nada ni nadie podra cambiar tu destino?
    Y... ?Aun crees que estas solo?

  • El rey del Honka-Monka de Tomas Gonzalez

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    Despues de la tragedia se quedaron todavia por un tiempo en Bogota. Pasadas las molestias del entierro, las palmadas en el hombro, la piedad de gente que apenas conocia, el perdio la fortaleza que se le habia visto despues de la noticia y durante las ceremonias que siguieron. Y entonces a ella, que habia sufrido de desmayos primero y luego habia sido sacudida por crisis nerviosas que debieron ser calmadas con enormes dosis de Valium, le toco oirlo llorar a altas horas de la noche, encerrado en el bano, con gemidos contenidos de persona corpulenta. No volvio a tocar un pincel y amontono los cuadros, sin mirarlos, en una especie de bodega que habia bajo la escalera. Y aunque seguia siendo una persona silenciosa y afable, se le podia notar cierto desgano, cierta agresividad refrenada. Todavia andaba con muchos amigos, pero ahora se quedaba alelado mientras los otros hablaban, mirando al vacio con ojos desolados. A veces bebia demasiado y terminaba dejando su pesado corpachon colgado de la silla. Los amigos lo cargaban entonces y Lucia los veia entrar, sudando, los tragos pasmados por el esfuerzo de bajarlo del carro y subirlo hasta la alcoba. Lucia les servia un trago, les ponia un disco, conversaba un poco, los besaba en la mejilla y los echaba. Despues de un ano de verlo como roto e inmovilizado, ella empezo a preocuparse. Con los cuadros terminados se habia logrado montar una exposicion que resulto ser un relativo exito, tratandose de un pintor todavia joven y poco conocido. Pero si en condiciones normales el exito le producia cierta desconfiada curiosidad, ahora lo dejaba indiferente. Lucia tuvo que disfrutar sola con las resenas donde se alababa su extrema habilidad y se le auguraba un futuro promisorio; y solo ella pudo alegrarse por la rapida venta de los cuadros y recibir unos dineros que llegaban bien, aunque en el fondo no los necesitaran. Entonces metieron los muebles en un deposito, alquilaron la casa y se fueron. Volaron a Los Angeles. Alquilaron un carro. Al principio el parecio aliviado con el cambio, y por momentos se le pudo ver alegre con aquel vagabundeo que los metia veloces entre naranjales infinitos y despues los hacia entrar a los deslumbrantes paisajes resecos de Nuevo Mexico y Arizona. Vieron soles enormes desaparecer entre piedras y cactus; vieron camiones lejanos titilando en la distancia requemada. Se quedaban un par de dias en algun motel o cabana y despues volvian a meterse en los paisajes gigantescos, donde podia sentirse al mismo tiempo la sensacion de la inmovilidad y del vertigo. Y si viajaban de noche, el incluso podia poner musica, subir el volumen y dejar que el sonido de mandolinas saliera por las ventanillas y se fuera como chispeando contra la enorme oscuridad. Pero fue un entusiasmo fugaz. Antes de llegar a Nueva Orleans su mal genio volvio a acentuarse. Se quejaba de la monotonia de hoteles y autopistas, hacia comentarios sarcasticos sobre la pulpa insipida en que los gringos convertian todo lo que tocaban y se burlaba de los cuadros de Picasso que colgaban sobre los inodoros de los hoteles. Cuando llegaban a algun hotel, se quedaba esperando a que ella saliera de la oficina con la llave, y entonces estacionaba el carro, entraba al cuarto y se tiraba a la cama sin ayudar a bajar nada, sin lavarse los dientes, sin desvestirse siquiera. Y al dia siguiente Lucia debia cargar maletas y maletines, y entregar la llave en la oficina. En Nueva Orleans se alojaron en el barrio frances en un apartamento bello y polvoriento que les alquilo una senora que tenia los dientes podridos y parecia la bruja de Hansel y Gretel. Salieron de dia a pasear por las aguas lodosas del Misisipi en un pequeno vapor de aspas rojas, cargado de turistas, que navegaba bien aunque pareciera de confite y caramelo; por la noche recorrieron Bourbon Street, mezclados con los demas turistas a medio emborrachar que recorrian la calle de arriba abajo oyendo musica y mirandose los unos a los otros. Y aquella primera noche, rematada en un bar donde un pianista musculoso que tenia nariz quebrada de boxeador le dedico a Lucia una version algo desvencijada de Farolito, el parecio divertirse. Durmio mal, sin embargo. A las cuatro de la manana, sentado en el balcon frente a un cenicero repleto de colillas, miraba pasar los ultimos borrachos. Y a las diez miraba su desayuno con cara cenuda y cenicienta. Ella le recordo, en el tono mas severo del que era capaz, que no era solo el quien habia sido golpeado por la desgracia. Se quedaron cuatro dias en Nueva Orleans. A pesar de los comentarios sarcasticos que debia oir de tiempo en tiempo, Lucia se sintio fascinada por esa ciudad alegre, un poco sucia y un poco fermentada, tan parecida a las ciudades del Caribe. Como pasa a veces con la gente silenciosa, el parecia certero cuando hablaba; pero si alguien se hubiera puesto exigente, lo del Disney World para borrachos o lo de los prostaticos tocando clarinete habrian resultado apenas intentos debiles de hacerle dano a un sitio que resultaba dificil dejar de querer. Lucia se quedaba un rato callada, mirandose las manos, y despues de darle la razon volvia a dejarse llevar por un bullicio y un movimiento que la deslumbraban. En Nueva Orleans entregaron el carro, que con su olor a resinas sinteticas, sus blanduras plasticas y sus peluches a base de petroleo habia empezado a asquearlo a fondo, y se fueron para el norte en el camarote-litera de un enorme tren expreso. Por la noche, mientras pasaban postes y fabricas sombrias, mientras el dormia o fingia dormir en la litera, Lucia miraba la eternidad que cada cierto tiempo abrian hacia el este los relampagos de una tormenta cercana. Horas despues se acosto y lo sintio llegar, innecesariamente brutal -- dulce y carinosa, ella nunca se le habia negado--, arrancandole la ropa a manotazos y penetrandola, rasgando y magullando, mientras el tren pitaba feroz, metido ahora en la tormenta masiva que azotaba las ventanillas y revolcaba los arboles vertiginosos y relumbrados. El climax fue rapido y aterrador, y parecio venirles desde el corazon mismo de las tinieblas. Dias despues, sin camisa, el miraba llover por la ventana. Aunque estuvieran todavia en plena primavera, sobre la ciudad habia caido una ola de calor y lluvia que la oscurecia y la hacia aun mas densa. Frente al hotel un hombre despatarrado dormia aferrando una botella de vino en la mano derecha. Lucia habia salido temprano y esta vez ni se habia tomado el trabajo de invitarlo. Cuando lo llamo a mediodia para decirle que todavia se demoraba otro par de horas, el le contesto que podia demorarse lo que quisiera; cuando regreso, a eso de las cuatro de la tarde, lo encontro sin camisa, mirando llover por la ventana. El hombre despatarrado se habia despertado y, sin levantarse, sin soltar la botella ni quitarle la cara barbuda a la lluvia, le pedia plata a la gente que pasaba. Dejo de llover. Visitaron a un amigo pintor que se vestia de negro, llevaba el pelo muy corto y usaba una gotera de oro en una oreja pulcra y rosada como un caracol. Tenia un estudio grande, donde producia cantidades abrumadoras de animales como electrizados sobre fondos de colores primarios. Despues de dos tragos empezaron a recorrer el estudio mirando esa serie infinita de imagenes -- vendidas, ciertamente, mucho antes de que empezaran a ser pintadas--. <>, dijo el, y Lucia lo miro con ojos muy abiertos. El amigo no parecia ofendido, pero tampoco encontraba que decir. Sonrisa cordial y ojos helados, menciono los tiempos, que cambiaban. Lo de la puta fabrica fue lo unico que dijo hasta el final de la visita. Para salvar las apariencias, ella tuvo que sostener la conversacion con su ingles precario mientras un macaco endemoniado la miraba desde uno de los oleos. El cielo se habia cerrado otra vez y habia tomado el color del cemento. De regreso al hotel, Lucia sintio ganas de llorar. El domingo siguiente miraban a un maromero chino que con dos palos lograba mantener otro en el aire, golpeandolo constantemente hasta dar la sensacion de que flotaba. La pequena plaza era un caos de prestidigitadores, equilibristas y musicos. Jovenes de pelo verde y pantalones de cuero fosforecian de palidez bajo el sol. Despues de hacer flotar el palo, el maromero chino empezo a escupir candela, pero solo Lucia pudo verla, porque el estaba sentado en una banca, encorvado bajo sus grandes espaldas, mirandose los zapatos. De regreso al hotel vieron a una viejita en patines, con la cabeza canosa llena de flores plasticas de colores. Cruzo frente a Lucia y le sonrio, afectuosa y feliz. --?La viste? --pregunto ella. El no contesto. Lucia dijo que habia visto a una viejita en patines con el pelo lleno de flores plasticas de colores. --?Y que queres? --pregunto el. Y entonces pregunto que si ella queria que el se orinara de la risa. Para la primavera siguiente el pellejo le colgaria de los huesos como a un buey enfermo. Despues de la partida de Lucia --lo dejo, por supuesto, incapaz de aguantar por mas tiempo esa mezcolanza de apatia y crueldad-- se sintio aliviado, como si le hubieran quitado un morral de encima. Camino liviano por las calles, sin rumbo. Entraba a los bares, salia de los bares, disfrutaba de una inmediatez que por su intensidad abolia el pasado por completo. A la senora que le alquilo el cuarto, unas roidas, joyas baratas y una actitud impersonal algo ingenua, le dijo que se llamaba Boris y se dedicaba a la reparacion de instrumentos. Adorno la mentira con algunos detalles y dejo aparecer el gesto mas parecido a una sonrisa que habia tenido o iba a tener en mucho tiempo. Y se instalo en un cuarto que olia a humedad y a estiercol de palomas. Las palomas venian de todas partes y anidaban en el alfeizar de las ventanas. La primera manana fue despertado por su arrullo desapacible y por el aleteo sordido que producian cuando llegaban o se iban del alfeizar. No sin esfuerzo abrio la ventana, que habia sido pintada muchas veces sin nunca abrirse y estaba soldada al marco, y vio dos nidos, cada uno con un par de pichones implumes y ciegos. Blandos reptiles del Apocalipsis, gargolas repugnantes, abrieron sus desmesurados picos con avidez primordial y cayeron al vacio como pequenos demonios, para estrellarse y desaparecer tres pisos mas abajo, entre pedazos de ladrillo, pedazos de alambre, sillas desbaratadas y colchones sucios, todos desperdigados en el patio que correspondia al edificio. Dos edificios vecinos estaban abandonados: uno tenia las ventanas tapiadas y parecia un enorme nicho funerario, del otro entraban y salian las palomas. Y del reguero de ladrillos del patio brotaban pequenos arboles, muy proporcionados, frescos y de un verdor absurdo para aquellos lugares donde no llegaba nunca el sol. Durante el verano durmio de dia y camino sin rumbo por las noches. Tal como se habia anunciado desde la primavera, el verano llego especialmente caliente y sofocante: llovia mucho y antes de cada aguacero el aire se ponia espeso y aplastaba. Metido en una penumbra de persianas bajadas el sudaba en pantaloncillos, durmiendo o mirando girar un ventilador de aspas metalicas que sonaba como si alguien estuviera sacudiendo una bolsa con clavos o monedas. Por la noche se ponia la ropa sobre el cuerpo todavia encharcado de sudor y salia a la calle despues de sacar un par de billetes del sobre donde Lucia le habia dejado una suma grande, tan grande al menos como irian a ser sus necesidades durante el verano, dinero que el ni habia pedido ni habia rehusado. Despues de caminar un rato se metia a cualquier bar, pedia una cerveza y se sentaba a mirar la television. En las tinieblas del bar alumbraba el verde del pasto en estadios donde hombres de mandibula cuadrada escupian y rasgaban el aire con miradas diamantinas. Senoras de ojos azules abrazaban con amor cajas de detergente mientras maridos vestidos con camisas impecables las miraban complacidos. Una pareja de novios se arrebataba una galleta de chocolate y se reia. La espuma de su cerveza se desvencijaba poco a poco, regresando de una elaborada e ilusoria estructura a la sencilla repugnancia del liquido plano y ahora tibio, que el bebia sin asco y casi sin pensarlo. En la pared de los banos, vulvas humilladas recibian falos en los que el orgullo masculino se sumaba a la propia torpeza del dibujo para plasmar una vanagloria atroz que alcanzaba los ultimos limites posibles de la fealdad. Cuando algun fanatico del beisbol le palmoteaba la espalda, sin sospechar que no se trataba de un camarada sino de alguien que solo miraba el verde puro, abstracto e irreal de los prados lejanos, el encogia sus hombros anchos, cada vez mas huesudos, de modo que el fanatico dejaba congelar un poco la sonrisa, enfriar sus ojos entusiastas, y retiraba el brazo, consciente de que habia tocado un territorio profundo y prohibido. Despues de mantener por horas el codo sobre la barra y la mandibula apoyada en la palma de la mano, salia del bar a la hora de cerrar con el hombro derecho cubierto por la ceniza de los incontables cigarrillos que habian ardido entre sus dedos mientras miraba a los novios que se disputaban las galletas de chocolate. Caminaba por calles que olian a orines, llenas de periodicos y paraguas desmembrados, y se dirigia hacia los parques del rio. En las bancas dormian los hombres desplomados. El movil reflejo de un aviso de Pepsi-Cola flotaba sobre las aguas oscuras. A veces dormia en una banca, como los otros, a veces se amanecia viendo bajar las aguas sucias hacia el mar. Cuando llegaba al cuarto se tomaba un trago grande, para escapar del aleteo de las palomas, y se tiraba en la cama a sudar y a sonar con un pasado que regresaba en imagenes descoyuntadas y revolcadas, como si por su memoria acabara de pasar un viento furibundo. Sin hablar casi con nadie, sin lavar su ropa, sin preocuparse por su creciente mal olor, se le fue pasando el verano. El pintor de animales endemoniados lo invito un dia a una fiesta a la que irian amigos comunes, pero el no fue, por supuesto. Ni siquiera penso que resultaria dificil entenderse con gente demasiado inteligente, que el buen gusto de una rebeldia aparente iba a hastiarlo o que las minimas formas convencionales de trato irian a resultarle insoportables. En un tono neutro dijo, sin mas, que no queria ir; miro con sencillez al pintor de animales electrizados, como se mira y entiende un cactus o una rosa, le dio la espalda y lo olvido por completo. El clima todavia no empezaba a refrescarse. Los hidrantes elevaban de dia chorros de agua en los que se banaban los ninos como pajaros; de noche caian contra el espejo del asfalto como si arrastraran carros y edificios, sirenas y neones, y los aniquilaran en un cataclismo espectacular contra la tierra. El recorria las noches del verano metiendose por sitios profundos, recovecos turbios, pero casi siempre buscando terminar la noche bajo cielo abierto. Por algun tiempo anduvo con una mujer morena que tenia el tatuaje de una culebra en el estomago. Con ella entro y salio de bares, con ella paso dias en cuartos de hoteles desastrados, que tenian baneras negras y cortinas espesas y raidas, y que parecian estar mas hondo que los trenes subterraneos cuyo ruido los calaba por completo. Envuelta en la luz de mecheros de alcohol, la vio hacer brillar jeringas, la vio casi desaparecer de placidez en el fluido de su propia sangre como quien se deja llevar por un ancho rio hacia el olvido. Aparte de que se hacia llamar Boris, ella no supo ni quiso saber nada de su vida. Se poseian con lujuria y sin ternura. Se encontraban al azar, sin alegria y de un modo fatal, como si dioses desganados hubieran tenido el momentaneo capricho de arrimarlos. Se despedian sin darse cuenta, desapareciendo el uno del otro como desaparecen las personas en los suenos. Cada cierto tiempo recibia cartas con estampillas de animales, plantas tropicales, proceres. Las dejaba sin abrir hasta que llegaba una nueva y entonces leia las dos con desatencion, chismes lejanos, historias de amigos que ya habia olvidado, formas afectivas que de lo puro marchitas ya ni tristeza producian. A veces se quedaba largos ratos mirando el azul intenso de las grandes mariposas, y a duras penas leia la letra abierta, pulcra, femenina, que le hablaba de gente que para el ya estaba muerta. Las orquideas, las mariposas de Muzo, los heroes de mirada ingenua, en la barra de un bar, en su propio cuarto, en los hoteles, eran despojos minimos y nitidos de un inmenso naufragio que a estas alturas ya ni centro tenia, ni periferia. En un sobre le llegaron las paginas dobladas de un periodico, donde se hablaba de el y se reproducia uno de sus cuadros. Las miro y volvio a doblarlas como si fueran un documento amarillo y apolillado, un poco repugnante, que hablaba de gente remota, desde hacia mucho tiempo convertida en polvo. Para entonces el pelo le habia crecido demasiado y se lo habia agarrado atras con un caucho. Su frente se veia muy amplia, sus ojeras muy grandes. Los vientos empezaron a soplar mas frescos. Las camisas de pana que habia traido de Bogota le colgaban abundantes y le daban una apariencia mistica. Se afeitaba cuando el roce de la barba con la almohada empezaba a fastidiarlo, cada tres o cuatro dias, sin espejo, rapido y sin preocuparse por los parches de barba que quedaran. Una vez, ya casi de madrugada, lo sorprendio un aguacero mientras miraba bajar el agua del rio para el mar. Camino despacio bajo la lluvia y sintio que uno de sus zapatos estaba roto. La noche siguiente, en un baratillo que abria las veinticuatro horas, compro unos tenis que al principio casi cegaban de blancura en contraste con su ropa oscura, pero que rapidamente se fueron curtiendo con el polvo de calles y bares hasta ponerse casi negros, y que serian usados sin lavarse nunca y de un modo continuo hasta su disolucion total. Otra noche un hombre tan flaco y grande como el mismo le pidio cuarenta y tres centavos que le faltaban para una botella de vino. Con uno de los billetes que le dejara Lucia compraron una botella de conac caro y se sentaron a beber frente al rio. Un pequeno velero, con solo una luz verde en lo alto del mastil y las velas desplegadas, paso remontando la corriente en la oscuridad, como una mariposa nocturna. El hombre dijo ser sueco. Durante la noche dijo ser exmarino mercante, exingeniero, exgeologo. Tambien era aleman, y el entonces lo dejo hablar, sin creer ni dejar de creer, como el que se deja acompanar por el ruido del agua que baja entre las piedras. La noche era limpia y las luces de los aviones se movian muy nitidas contra la negrura compacta del cielo. Una rata larga paso en la oscuridad y desaparecio en un bote de basura volcado. El sueco, ya borracho, termino una historia que lo habia conmovido y agitaba los hombros bajo el peso de sollozos vigorosos. Se bebio un trago grande. Parecio aliviado de la angustia que le habia producido su propia ficcion y siguio hablando sin parar, como saltando un abismo a cada instante, creyendose por turnos extopografo, finlandes, exgeologo, exmarino, holandes, unas veces arruinado por los viajes, otras por las mujeres, el juego y el alcohol. Como esa noche pasaron muchas. Las personas desaparecian y volvian a aparecer. A traves del sueco conocio mucha gente. Habia ajedrecistas fetidos, borrachos y caballerosos, muy raidos, que jugaban partidos a veces insensatos, a veces brillantes; habia hombres abstraidos que garrapateaban incansablemente cosas en cuadernos sucios; habia gente que con el alcohol comenzaba a discutir minucias a grandes voces y con gestos ampulosos y violentos, como si estuvieran en juego los destinos ultimos. Noches largas durante las cuales probo por primera vez vinos dulces que llevaban nombres como Rosa Salvaje de Irlanda, o Pajaro del Trueno, los mas baratos tal vez sobre la Tierra; noches que terminaban en un reguero de papeles y botellas quebradas que chispeaban despues con el sol mientras los hombres que las bebieron, desperdigados ahora, quedaban caidos en bancas, donde respiraban apenas entre su propia sombra, o intrincadamente ocultos en las grietas del cemento, como si fueran cucarachas o murcielagos. Las hojas empezaron a caer copiosas y a acumularse junto a las basuras de los parques. El caminaba metido en una gabardina demasiado larga, aunque corta de mangas, como las de los espantapajaros de las tiras comicas. La habia comprado por dos dolares a un amigo que ofrecia mercancia vieja, casi basura, en la plazoleta donde habia una escultura que representaba un dado gigantesco. Por algunos dias alcanzo a sentir el espeso olor acumulado de anteriores propietarios, sedimento oscuro que se perdia en los origenes de la raza humana, pero ahora su propio olor habia tomado posesion, o se habia tal vez integrado al antiguo, y ya no lo sentia. Y como la caldera del edificio aun no habia sido encendida, muchas veces el llegaba y se tiraba a la cama con la gabardina puesta, mientras afuera arrullaban las horripilantes palomas, a sonar con un pasado que cada vez le llegaba mas trocado y equivoco. A finales de septiembre recibio una carta donde se anunciaba la llegada de un pariente para principios de octubre. La carta decia que ellos estaban muy preocupados por la falta de noticias, y el tuvo que hacer un esfuerzo para recordar de cuales <> se trataba. A la duena del cuarto todo en la vida, al parecer, le importaba un bledo, y se encogio de hombros cuando el le dijo que se iba. Recibio la llave sin mirarlo y no se tomo siquiera el trabajo de levantar los ojos para verlo salir con su pequeno maletin en la mano y perderse en una noche excepcionalmente calida, aunque llena de bruma. Horas despues la mujer entraria al cuarto y meteria medias rotas, tubos de papel higienico y colillas en una bolsa de plastico negro. Lo haria con gestos mecanicos, sin siquiera odiar, sin recordar siquiera a la persona que habia dejado tras de si semejante basural. Se metio en un hotel pequeno, al frente de una avenida que cruzaba la ciudad de este a oeste, apretujado entre un almacen de almohadas y colchones demencialmente desordenado y una ferreteria polvorienta. Alquilaban cuartos por horas, dias, semanas, anos, tal vez siglos. Al otro lado de la avenida habia un parque con columpios y balancines oxidados, donde alumbraban por la noche los botes de basura a los que hombres oscuros metian fuego y despues rodeaban para calentarse. Su cuarto tenia un inodoro rajado minuciosamente, como una cascara de huevo, y un lavamanos mugroso. No habia ni ducha ni ropero. Ni el ni las demas personas que entraban y salian parecian ya necesitarlos. Se salia del hotel por corredores y escaleras iluminados por debiles lamparas de neon que soltaban luz nebulosa. Todas las noches, al lado de las canecas de basura y de la escalera que bajaba del hotel a la acera, habia un viejo que se acurrucaba para dormir protegido del viento. Mantenia la cabeza metida en una bolsa de plastico negro a la que le habia hecho orificios para respirar. Una vez el le ofrecio dinero, pero el hombre no quiso recibirlo; dejo en cambio oir una voz aspera y gruesa que venia de las profundidades de su cerrada noche de plastico, y le dijo que se llevara su dinero para otra parte, que nadie le estaba mendigando. Por entonces habia empezado a dibujar con carboncillo a la gente de los bares. Una noche quisieron comprarle el dibujo que habia hecho de modo mecanico sobre una servilleta, y que mostraba a un hombre pequeno sentado en una banca alta, encorvado sobre la barra del bar, a la vez envuelto en si mismo y echado para adelante, como un ave de rapina o un demonio. Esa vez no quiso recibir dinero, aunque no tuvo inconveniente en dejarse invitar a un par de tragos que, como siempre, le duraron hasta que cerraron el sitio. Pero despues decidio comprar un revolver que le ofrecian por ahi, conto lo del sobre y vio que le alcanzaba para el arma y solo le sobraba algun ripio. Entonces comenzo a dibujar a la gente y a recibir lo que quisieran dar por los dibujos. Los retratos eran tan oscuros como los bares, y las personas, aunque todavia identificables, aparecian a medio tragar por las tinieblas. Pero el limite de la oscuridad no se adivinaba en el bar (esquinas que, aunque invisibles, estuvieran alli; estructuras que, sin ser vistas, llenaran el alma con la luz de su logica, tranquilizandola), sino que se perdia sin remedio en un abismo sin fondo. El reflejo de unas gafas, una mano cundida de anillos de plata, eran creados con la nitidez necesaria para que todo lo demas cayera en el vientre horroroso de lo oscuro. Sin embargo, la gente, metida en su sopor de alcohol y cigarrillo, rara vez se horrorizaba; miraba el dibujo con interes, sorprendida por la evidente habilidad del dibujante, hablaba un rato con el, le ponia las manos en el hombro y se mostraba casi siempre generosa. Tan pronto recogia lo necesario para pagarse la noche de hotel, la comida y los tragos, el dejaba de dibujar y se quedaba otra vez en la barra, inmovil y en silencio. Pagaba el hotel cada madrugada. Llegaba poco antes de que saliera el sol y le daba el dinero al empleado sonoliento, que le entregaba una llave atada a una lamina metalica de apariencia carcelaria y le devolvia el maletin repleto de ropa sucia que habia dejado en la oficina al salir. Caminaba por escaleras inundadas de luz lechosa --el revolver, helado, subia metido en una media entre la ropa-- y entraba a un cuarto que cada noche era distinto. Todos tenian espejos desportillados y borrosos e inodoros rajados, pero unos daban a la avenida y otros a pasadizos oscuros donde las ratas hacian sonar las latas en las basuras. A el todos le daban lo mismo. Por las delgadas paredes llegaban sonidos que a veces eran vagos, sollozos lejanos que se fundian con los ruidos del vapor en los tubos de la calefaccion, disputas deshilachadas; pero a veces eran demasiado nitidos, bofetadas en cuartos adyacentes, gemidos sexuales, carcajadas crueles.

  • Has sido tu de Chani Aparicio Vela

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    "Has sido tu", es un volumen unico que mezcla diferentes generos, el thriller de intriga, el romance y el drama contemporaneo escrito en un estilo directo y sencillo que facilita a cualquier lector que se acerque a sus paginas.
    En una incesante busqueda de la verdad, Roberto, un joven bien acomodado de Madrid, se ve envuelto en una serie de enganos y mentiras al cambiarle la vida por completo tras el asesinato de su madre en extranas circunstancias, supuestamente a manos de su padre, un hombre perturbado por su demencia. Una apasionante novela de amor, odio e intriga que ira envolviendo al lector de principio a fin.

  • El peso de la nieve de Christian Guay-poliquin

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    El peso de la nieve narra, en primera persona, en una cuenta atras articulada en capitulos breves, la historia de dos hombres obligados a vivir aislados en una vivienda abandonada en medio del bosque durante todo un invierno especialmente duro. En la aldea la electricidad lleva meses cortada, los viveres escasean y las relaciones entre los vecinos son cada vez mas tensas. El protagonista de la novela es un joven forastero al que estos han rescatado tras un violento accidente de trafico. No puede moverse, durante las primeras paginas de la historia ni siquiera es capaz de hablar. Sera confiado a los cuidados del viejo Matthias, que se halla en el pueblo en contra de su voluntad, obligado por el invierno a interrumpir el viaje que lo llevaba a la cabecera de su mujer enferma en una ciudad lejana.

  • Mujeres de Camborne de Pilar Lepe

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    Dos bellas historias unidas por lazos de sangre:

  • Mi divan de A.r. Morena

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    A veces necesitamos un duro golpe para ser conscientes, de una manera psicofisica, de en lo que se esta convirtiendo nuestra vida y si de paso, ese golpe nos manda a kilometros de la mierda autocompasiva en la que nos estamos rebozando desde hace unos meses, pues mucho mejor.
    No siempre lo mejor es lo mas aparente, muy por el contrario, lo completamente opuesto suele ser lo que mas nos atrae.

  • Mi foto perfecta, Naobi Chan de Naobi Chan

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    Los canones de la sociedad son muy estrictos, es muy duro tratar de vivir cumpliendo cada uno de ellos y a la vez ser la mujer fuerte y perfecta que todos creen que eres, ?pero que ocurre si no es solo la sociedad la que exige, si eres tu misma la que te pides mas y mas cada dia?
    Eso mismo es lo que se pregunta Tori, que ve como sus planes de futuro se truncan y es consciente de que la vida comienza a ir cada vez mas deprisa. Su cumpleanos numero treinta y uno esta cerca y todavia no tiene lo que ella siempre ha querido: un marido perfecto, la casa, los ninos y el perro.
    Tras su ultimo desengano recurre a Anton, su amigo y exnovio, para que le ayude en una situacion desesperada, pero lo que no espera es que su ofrecimiento llegue mas lejos de que pretendia. Aunque tiene muchas dudas, la tentacion de tener lo que siempre ha querido la obliga a aceptar un pacto del que por momentos siente que le viene demasiado grande.
    Porque a veces el amor no muere y solo permanece dormido.

  • Feminismo para principiantes de Nuria Varela

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    Apasionante recorrido sobre el origen del feminismo y su evolucion a lo largo de la historia.

  • El mundo en 2050 de Lauren C. Smith

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  • Juego de Sombras de Aitor Angelats

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    Siguiendo las indicaciones de una desesperada carta de auxilio que ni siquiera lleva su nombre como destinatario, Ted Legentrell, un desconocido cientifico de Domstrool, se ve empujado a embarcarse en el Cillian y atravesar el mar con rumbo a Angra. Al pisar por fin tierra firme, Ted conocera al senor ToddCodge, responsable de tal llamada de socorro. Juntos investigaran una oleada de muertes y desapariciones y se adentraran en un laberinto de pistas desordenadas y desconcertantes, que les conduciran a desenmascarar el nudo de mentiras y sombras que se cierne sobre Cliffdavil.
    Al final de todas las pesquisas, descubriran que tras aquel oscuro cortinaje de misterio siempre estan “ellas”; una sombria incognita vestida de feminidad.

  • Redencion (Placeres prohibidos 4) de Adrian Blake

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    Conoci a Gabrielle en una noche de lluvia, y desde entonces he sido incapaz de dejarla marchar. He tenido que luchar con mis demonios para ser el hombre que ella merece. Ahora quiero dar un paso mas… ?Me acompanas en el tramo final?

  • Punto y seguido de Marien F. Sabariego

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    < sin importar el tiempo, lugar o circunstancias.
    El hilo puede estirarse, contraerse o enredarse,
    pero nunca podra romperse>>.

  • Antropoceno. La politica en la era humana de Manuel Arias Maldonado

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    El Antropoceno es una nueva epoca geologica cuyo rasgo central es el protagonismo de la humanidad, convertida en agente de cambio medioambiental a escala planetaria.

  • Herbarium. Las flores de Gideon (Titania amour), Anna Casanovas de Anna Casanovas

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  • Diario de una sirena (Ariel I) de Rachel Bels

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    Espera un momento! ?Princesa? ?Valiente? ?Acaso es un chiste? Si lo es, reconozco que tiene gracia, porque ni soy princesa, ni mucho menos valiente. Aclarado este punto, ya me puedo presentar. Me llamo Ariel, tengo veintiocho anos y vivo en Tenerife; aunque en realidad soy de Fuerteventura, donde me crio mi madre sola y lo mejor que pudo, teniendo en cuenta que mi padre estaba mas bien ausente.

  • Un hombre cae de Jordi Baste

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  • El malogrado de Thomas Bernhard

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    Tambien Glenn Gould, nuestro amigo y el mas importante virtuoso del piano de este siglo, llego solo a los cincuenta y un anos, pense al entrar en el meson. Solo que el no se mato como Wertheimer sino que, como suele decirse, murio de muerte natural. Cuatro meses y medio Nueva York y, una y otra vez, las Goldbergvariationen y Die Kunst der Fuge, cuatro meses y medio Klavierexerzitien, como decia Glenn Gould, una y otra vez, solo en aleman, pense. Hacia exactamente veintiocho anos habiamos vivido en Leopoldskron y estudiado con Horowitz, y (por lo que se refiere a Wertheimer y a mi, pero no, como es natural, a Glenn Gould) habiamos aprendido mas de Horowitz, durante un verano totalmente echado a perder por la lluvia, que en los ocho anos anteriores de Mozarteum y Wiener Akademie. Horowitz habia dejado a todos nuestros profesores nulos y sin efecto. Pero aquellos profesores horribles habian sido necesarios para comprender a Horowitz. Durante dos meses y medio llovio ininterrumpidamente, y nos habiamos encerrado en nuestras habitaciones de Leopoldskron y trabajamos dia y noche, el insomnio (!de Glenn Gould!) se habia convertido en nuestro estado decisivo, y profundizabamos de noche en lo que Horowitz nos habia ensenado de dia. No comiamos casi nada y tampoco tuvimos en todo el tiempo dolores de espalda, que por lo demas nos habian atormentado siempre cuando estudiamos con nuestros viejos profesores; con Horowitz esos dolores de espalda no aparecian, porque estudiabamos con tal intensidad que no podian aparecer. Cuando hubimos terminado las lecciones con Horowitz, fue evidente que Glenn era ya mejor pianista que el propio Horowitz, de pronto yo habia tenido la impresion de que Glenn tocaba mejor que Horowitz y, a partir de ese momento, Glenn fue para mi el mas importante virtuoso del piano del mundo entero, por muchos pianistas que escuchara a partir de ese momento, ninguno tocaba como Glenn, y ni siquiera Rubinstein, al que yo habia amado siempre, era mejor. Wertheimer y yo eramos igual de buenos, y tambien Wertheimer decia una y otra vez que Glenn era el mejor, aunque todavia no nos atreviamos a decir que fuera el mejor del siglo. Cuando Glenn se volvio al Canada, perdimos realmente a nuestro amigo canadiense, no pensabamos volver a verlo jamas, el estaba obsesionado por su arte de tal forma que, teniamos que suponer, no podria prolongar ya ese estado mucho tiempo y moriria en plazo breve. Pero dos anos despues de haber estudiado con el bajo Horowitz, Glenn toco en los Festivales de Salzburgo las variaciones Goldberg, que dos anos antes habia practicado dia y noche y repetido una y otra vez con nosotros en el Mozarteum. Los periodicos escribieron despues de su concierto que ningun pianista habia tocado tan artisticamente las variaciones Goldberg, asi pues, escribieron despues de su concierto de Salzburgo lo que nosotros habiamos afirmado y sabido dos anos antes. Nos habiamos citado con Glenn despues de su concierto, en el Ganshof de Maxglan, un meson antiguo y querido por mi. Bebimos agua y no hablamos de nada. Sin vacilar, al volver a vernos yo le habia dicho a Glenn que nosotros, Wertheimer (que habia venido a Salzburgo desde Viena) y yo, no habiamos creido ni por un momento que lo volveriamos a ver a el, Glenn, siempre habiamos pensado unicamente que, despues de volver de Salzburgo al Canada, pereceria rapidamente, por su obsesion artistica por su radicalismo pianistico. Realmente, yo habia dicho radicalismo pianistico. Mi radicalismo pianistico, decia Glenn luego, una y otra vez, y se que utilizaba tambien esa expresion, una y otra vez, en el Canada y los Estados Unidos. Ya en aquella epoca, o sea, casi treinta anos antes de su muerte, Glenn no amaba a ningun otro compositor mas que a Bach, y en segundo lugar a Handel, a Beethoven lo despreciaba, y ni siquiera Mozart era aquel que yo amaba mas que a ningun otro, cuando el hablaba de el, pense al entrar en el meson. Ni una sola nota toco Glenn jamas sin cantarla al mismo tiempo, pense, ningun otro pianista tuvo esa costumbre jamas. El hablaba de su enfermedad pulmonar como si fuera su segundo arte. Que habiamos tenido al mismo tiempo la misma enfermedad y la habiamos tenido luego siempre, pense, y en fin de cuentas tambien Wertheimer contrajo esa enfermedad nuestra. Pero Glenn no perecio por esa enfermedad pulmonar, pense. Lo mato la falta de soluciones en la que, durante casi cuarenta anos, se metio tocando, pense. No renuncio al piano, pense, como es natural, mientras que Wertheimer y yo renunciamos al piano, porque no lo convertimos en la misma monstruosidad que Glenn, que no salio ya de esa monstruosidad, y que tampoco quiso en absoluto salir de esa monstruosidad. Wertheimer hizo que subastaran su piano de cola Bosendorfer en el Dorotheum, yo regale un dia mi Steinway a una nina de nueve anos, hija de un maestro de Neukirchen, junto a Altmunster, para que ese piano no me atormentase mas. La hija del maestro echo a perder mi Steinway en el plazo mas breve, y a mi el hecho no me dolio, al contrario, observe aquella destruccion estupida con perverso placer. Wertheimer, segun decia el mismo una y otra vez, habia penetrado en la ciencia del espiritu, y yo habia iniciado mi proceso de atrofia. Sin la musica, que de la noche a la manana no pude soportar ya, me atrofie, sin la musica practica, la teorica habia tenido solo en mi, desde el primer momento, un efecto devastador. En un momento, habia odiado el piano, mi propio piano, no habia podido oirme ya tocar; no queria maltratar ya mas mi instrumento. Por eso, un dia fui a ver al maestro para anunciarle mi regalo, mi Steinway, habia oido que su hija estaba dotada para el piano, le habia dicho, y le habia anunciado el transporte a su casa del Steinway. Yo habia llegado a tiempo al convencimiento de que yo mismo no tenia cualidades para hacer una carrera de virtuoso, le habia dicho al maestro, y como siempre queria en todo solo lo mas alto, tenia que separarme de mi instrumento, porque con el no alcanzaria con toda seguridad, como de pronto habia comprendido, lo mas alto, y por eso era logico que pusiera mi piano a la disposicion de su dotada hija, ni una sola vez volvere a abrir la tapa de mi piano, le habia dicho al desconcertado maestro, un hombre bastante primitivo, casado con una mujer mas primitiva aun, igualmente de Neukirchen, junto a Altmunster. !Los gastos de transporte correrian como era logico de mi cuenta!, le habia dicho al maestro, al que conozco y con el que estoy familiarizado desde la infancia, como tambien con su simplicidad, por no decir su tonteria. El maestro acepto mi regalo inmediatamente, pense al entrar en el meson. Yo no habia creido ni por un momento en el talento de su hija; de todos los ninos de los maestros del campo se dice siempre que tienen talento, sobre todo talento musical, pero en verdad no tienen talento para nada, todos esos ninos son siempre totalmente carentes de talento, y el que uno de esos ninos sepa soplar en una flauta o puntear en una citara o teclear en un piano no es ninguna prueba de talento. Sabia que abandonaba mi precioso instrumento a la indignidad absoluta, y precisamente por eso hice que se lo llevaran al maestro. La hija del maestro, en el plazo mas breve, echo a perder, dejo inutil mi instrumento, uno de los mejores en general, uno de los mas raros y por consiguiente mas buscados y por consiguiente mas caros tambien. Pero la verdad era que yo habia querido precisamente ese proceso de echar a perder mi amado Steinway. Wertheimer entro en las ciencias del espiritu, como decia una y otra vez, y yo entre en mi proceso de atrofia y, al llevar mi instrumento a casa del maestro, inicie ese proceso del mejor modo posible, Wertheimer, sin embargo, anos aun despues de haber regalado yo mi Steinway a la hija del maestro, habia tocado el piano, porque siguio creyendo durante anos que podia convertirse en virtuoso del piano. Por lo demas, tocaba mil veces mejor que la mayoria de nuestros virtuosos del piano que se presentan en publico, pero en definitiva no le habia satisfecho ser, en el mejor de los casos, un virtuoso del piano como todos los demas de Europa, y dejo de tocar y entro en las ciencias del espiritu. Yo mismo, segun creo, habia tocado mejor aun que Wertheimer, pero no hubiera podido tocar jamas como Glenn y, por esa razon (!es decir, por la misma razon que Wertheimer!) renuncie en un momento a tocar el piano. Hubiera tenido que tocar mejor que Glenn, pero eso no era posible, quedaba excluido, y por consiguiente renuncie en un momento a tocar el piano. Me desperte un dia de abril, no se ya exactamente cual, y me dije se acabo el piano. Y la verdad es que no volvi a acercarme al instrumento. Fui inmediatamente a casa del maestro y le anuncie el transporte del piano. A partir de ahora me dedicare a lo filosofico, pensaba mientras iba a casa del maestro, aunque, como es natural, tampoco podia tener la menor idea de que era eso de filosofico. No soy en absoluto un virtuoso del piano, me dije, no soy un interprete, no soy un artista reproductor. Ni un artista siquiera. Lo degenerado de aquel pensamiento me habia atraido enseguida. Todo el tiempo, mientras iba a casa del maestro, habia dicho, una y otra vez, esas palabras: !Ni un artista siquiera! !Ni un artista siquiera! !Ni un artista siquiera! Si no hubiera conocido a Glenn Gould, probablemente no habria renunciado a tocar el piano y me habria convertido en virtuoso del piano y quiza, incluso, en uno de los mejores virtuosos de piano del mundo, pense en el meson. Cuando encontramos al mejor, tenemos que renunciar, pense. A Glenn, curiosamente, lo habia conocido en el Monchsberg, la montana de mi infancia. Desde luego, lo habia visto ya antes en el Mozarteum, pero no habia cruzado con el palabra antes de ese encuentro en el Monchsberg, al que llaman tambien monte del suicidio, porque se presta al suicidio mas que nada y la verdad es que todas las semanas se precipitan desde el en el abismo tres o cuatro por lo menos. Los suicidas suben a el en el ascensor del interior del monte, dan unos pasos y se precipitan a la ciudad que hay abajo. Las personas reventadas en la calle me han fascinado siempre y yo mismo (!como, por lo demas, tambien Wertheimer!) he subido muy a menudo al Monchsberg, a pie o en ascensor, con la intencion de precipitarme desde el, pero no me he precipitado desde el (!como tampoco Wertheimer!). Varias veces (!como tambien Wertheimer!) me habia preparado ya para saltar, pero, como Wertheimer, no salte. Me di la vuelta. Naturalmente, hasta ahora son mas los que se han dado la vuelta que los que han saltado, pense. A Glenn lo encontre en el Monchsberg en el llamado Alto de los jueces, desde donde se tiene la mejor vista de Alemania. Yo le habia dirigido la palabra, le habia dicho los dos estudiamos con Horowitz.

  • Historias de un agente inmobiliario de Jacobo Armero

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    UNA NOVELA PARA ENTRAR A VIVIR

  • El ultimo Hammett de Juan Sasturain

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    Tras salir de la carcel, y tras veinte anos de silencio, el veterano escritor Dashiell Hammett intenta escribir una nueva novela, que acaso sea la ultima, aunque para hacerlo debera enfrentar multiples obstaculos.

  • Respira (Sea Breeze 1), Abbi Glines de Abbi Glines

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  • Las cenizas del viento de Alejandro Menendez

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    En la actualidad, la casa Wintersoul comanda el imperio mas grande del mundo: Ferth.
    Todos los reinos del continente de Odaria han jurado lealtad a Ferth --apodado el Reino del Viento, el Leon de Gaia, el Imperio de la Guerra-- y esa alianza ha dado origen a un imperio tan vasto como el oceano Septentrional.
    Si bien antano, cada nacion de Odaria era un feudo autonomo. Eso fue antes de que Caleb Wintersoul exigiera la lealtad de todas las comarcas a una sola ciudad capital.
    Desde entonces, los Wintersouls han conducido el imperio reinando por mas de quinientos anos. Por medio del talento de su estirpe, forjaron grandes leyendas a traves de los siglos y algunos de los heroes mas significativos en la historia de Gaia portaron con orgullo aquel apellido.
    Pero, aunque el nombre de esa familia resulto glorioso por generaciones y dieron origen a leyendas seculares, algunos herederos no tan admirables empanaron una historia inmaculada.
    Fue entonces, cuando parecia que el mundo empezaba a perder el respeto por aquel ilustre apellido, que nacio en la capital de Odaria un nino al que muchos considerarian el mejor espadachin de los confines, y el mas grande de los heroes.
    Su nombre fue Aions Wintersoul, hijo de Arrel, heredero de los reinos del norte, protector de los confines. Aquel que vio donde los dragones duermen, donde el conocimiento se esconde, que camino ciudades que no conocen el cielo sin lluvias y navego mares donde las olas son tan firmes como el suelo. Aquel que estuvo en la tierra de los muertos, donde las estrellas son opacas y hablo con criaturas mas antiguas que el silencio.
    Esta es su historia...

  • Era el chico perfecto de Sophie Kiss

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    Albern aparece despues de varios dias sin estar con el gran amor de su vida Michelle, cuando estan juntos Albern le anuncia que viene un gran cambio para sus vidas, Michelle lo sabra de a poco. Albern se la llevara a experimentar nuevas experiencias, conocer a una persona muy especial y a no renunciar a su nuevo estilo de vida.

  • El dia que se perdio el amor de Javier Castillo

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    Adictiva, trepidante y absorbente, Javier Castillo, autor del exitoso thriller El dia que se perdio la cordura, nos introduce de nuevo en una historia frenetica cargada suspense y amor a partes iguales.

  • El rastro de su voz de Antonio J. Sanchez

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    Una fria tarde de 1945 Martin llega a San Nicolas, un hogar para ninos huerfanos con trazas de mansion embrujada donde permanecera hasta que su madre se cure de una tuberculosis. Antes de marcharse, ella le hace valedor del mayor de sus tesoros: El Rastro de su Voz, un pequeno disco de pizarra que cambiara su vida para siempre. Martin pronto descubre que la herencia de su madre es algo mas que un trozo de plastico, una cancion maldita que le arrastrara durante anos por un laberinto de secretos y mentiras, y por la que un misterioso coleccionista de objetos unicos esta dispuesto a pagar toda una fortuna.

  • Mientras estes a mi lado (Rancho Triple K 5) de Laia Sinclair

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    < Lo que no podia ni sospechar, era que ese casanova frivolo y encantador conseguiria poner mi vida totalmente patas arriba>>.

  • Volver a empezar (Segundas Oportunidades 2) de Esteffany Florian Mariano

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    Narra Tereza --Senora Roberts, el senor Paterson se encuentra aqui --dice Johanna al entrar en mi oficina --. ?Desea que lo haga pasar? --me pregunta. --No. Enseguida salgo. Iremos a almorzar --informo mientras apago el computador. --Ya le aviso --musita para luego retirarse. Termino de recoger unos papeles que se encuentran esparcidos sobre mi escritorio, me levanto de la silla y tomo mi bolso para dirigirme hacia la puerta. Al salir al pasillo me encuentro a William en una de las sillas de la recepcion, ojea una revista con aires de aburrimiento. --Nos vamos. --Hago que levante la vista de la revista que observaba y me dedica una calida sonrisa--. !Tengo tanta hambre que seria capaz de comerme un restaurante entero! --exclamo, no dudo en llevar mi mano hacia mi enorme panza. El solo se limita a reir con fuerza. --Con lo que te he visto comer estos ultimos meses, no lo dudaria --ironiza acercandose a mi, para luego besar mi mejilla--. ?Como estan? De manera inconsciente acaricio mi barriga con una sonrisa embobada. Ocho meses han pasado desde que el doctor me comento lo del embarazo. Al principio las cosas no fueron para nada faciles. La noticia me tomo por sorpresa, me aterre como nunca lo hubiera hecho en mi vida. Un miedo indescriptible se apodero de mi. Un bebe. Un bebe que naceria sin su padre. !Edward! No existia un solo momento en el que lograra sacarlo de mi cabeza, simplemente no podia, no queria. Suena masoquista de mi parte y se que lo es, pero cada vez que recuerdo aquel momento en mi oficina, la decepcion en su rostro, la desilusion, me siento desfallecer, no puedo evitar llorar al ser consciente del dano que le provoque. Solo deseo que sea feliz y que algun dia pueda volver encontrarlo, que me pueda perdonar, sobre todo que pueda conocer a su hija, a ese ser maravilloso que crece dentro de mi, y que no tiene culpa de los errores y malas decisiones de sus padres. Tengo la esperanza de que algun dia Edward pueda escuchar a su hija llamarlo papa. Quiza se pregunten, ?por que no lo busco para decirle que va a ser padre? La respuesta es mucho mas facil de lo que se imaginan. Hay dos razones simples, la primera: que ya lo intente. Cuando me entere de lo del embarazo entre en una depresion profunda. Clara, como buena amiga y excelente consejera, una vez mas me ayudo a salir adelante, claro que en esta ocasion con refuerzos. Bertha y William. De eso les cuento mas adelante. Aun recuerdo aquel dia especifico en el que me hizo abrir los ojos. <<-Ya estoy cansada de esta situacion. --Me arranca la sabana del cuerpo. Estamos en mi habitacion de la que no habia salido desde que supe del embarazo, es decir, aproximadamente dos semanas--. Creeme que, si fuera por ti, no te estaria insistiendo para que te levantes de esa cama. Te estas comportando como una nina, Tereza. --Pues entonces vete y dejame en paz --grito de vuelta. --Ganas no me hacen falta. Estas siendo muy egoista. --Hace que me enoje mas. --Egoista. Dice que estoy siendo egoista. --Rio sin ganas--. Estoy en esta situacion por pensar en alguien mas, y tu me dices egoista. --Primero, te me calmas que eso no le hace bien al bebe --me regana--. Segundo, si lo dices por lo de Edward, si, fuiste egoista, porque decidiste por el sin tomar en cuenta su opinion. Eso es ser egoista y lo estas volviendo hacer, !es que no te das cuenta! !Estas esperando un bebe! Y en vez de estar cuidandote para que nazca sano y fuerte, !estas aqui encerrada! No te estas alimentando bien, no te has tomado las pastillas que el medico indico, y te pasas todo el dia llorando. No se lo que para ti eso signifique, pero para mi, !eso es egoismo! Porque solo estas pensando en ti, en tu dolor, olvidandote de todo, incluso de un nino que no tiene la culpa de haber sido concebido en medio de una gran tormenta>>. Despues de ese episodio comprendi que mi vida debe volver a su cauce, girar en torno a una sola cosa, en este caso a una sola persona. A mi bebe. Mi mision consistiria en que fuera feliz. Es por eso que luego de que me entere que iba a tener una nina, busque la forma de comunicarme con su padre, porque tanto ella como el merecian conocerse, merecian ser feliz. Lamentablemente, con la unica persona que pude comunicarme fue con Ross; al contestar el telefono, me pidio que me alejara de su hermano, que no lo llamara, que el encontro con quien sustituirme. ?Dolio? Por supuesto que dolio. Es por eso que al principio pense que tal vez era una forma de vengarse de mi por lo que yo le hice a su hermano. Entendi su enojo, pero tambien lo sufri. Sin embargo, al parecer, si era cierto. Es lo que William me confirmo. ?Como William sabia aquello? Su hijo decidio irse a Inglaterra a estudiar, no queria separarse de Ross. Fue asi como se entero, su hijo le informo. La unica tranquilidad que me queda es saber que al menos la pequena Ross es feliz con la persona que ama, al igual que Edward, aunque esa persona no sea yo. La segunda razon por la que no segui insistiendo es la misma que me llevo a separarme de el. No queria que en un futuro proximo Edward me culpara de haber arruinado sus suenos, pero tampoco que me odiara. Fue por eso que insisti. No obstante, sin ningun resultado favorable. --?En serio piensas comerte todo eso? --pregunta William al escuchar todo lo que le he pedido al camarero. --Aun no se por que te sorprendes, sabes que lo hare, me has visto comer mas de lo que he ordenado ahora --respondo con una gigantesca sonrisa. En estos meses William ha estado presente cada vez que me he atragantado con cantidades enormes de comida sin poder evitarlo, tambien ha estado en cada momento importante brindandome su apoyo incondicional. La verdad es que nunca pense que el se convertiria en el gran amigo que hoy es para mi; sabe respetarme, cuidarme y ha comprendido que entre el y yo no podria desarrollarse ninguna relacion que no sea la amistad. Gracias a el, a Bertha y a Clara, he podido sobrellevar todo lo pasado en estos ultimos meses. Desde mi separacion con Edward, el enterarme de mi embarazo y la muerte de Luisa, mi madre. Dos meses despues de la partida de Edward y la informacion de mi embarazo, mi madre fallecio al entrar en la parte decisiva de su enfermedad; el saber que iba a ser madre me llevo a reconciliarme con la mia antes de perderla por segunda vez. Los medicos no pudieron hacer nada a pesar que puse en sus manos todos mis recursos. Recuerdo aquel dia como si hubiera sido ayer. La fui a visitar como Tania me pidio, no lo hice por ella, lo hice por mi, por mi bebe. Necesitaba cerrar ese capitulo de mi vida, queria que, cuando mi hijo o hija naciera, y me preguntara por su abuela, tener un buen recuerdo de ella. La perdone y senti como una carga pesada desaparecia de mis hombros, de mi alma. Si digo que no dolio, mentiria, porque a pesar de todo lo que me hizo, seguia siendo mi madre y eso no se puede borrar por mas que quisiera. Lo mas duro de esa etapa fue ver a una joven de quince anos derrumbarse por la muerte de una madre. Ver a Tania deprimida, sin ganas de vivir… Fue la parte mas dolorosa del proceso. Al parecer, Luisa si fue una buena madre para ella y le estoy agradecida por eso. Despues de todo, si tengo algo que agradecerle a Luisa: mi hermana, esa jovencita que vino a llenar un espacio de mi corazon que hace tiempo estaba desocupado, y eso se lo agradecere el resto de mi vida. Despues de la muerte de Luisa, El departamento de ninos y familia, intento llevarse a Tania a un lugar de acogida, pues aun era menor de edad. De inmediato, junto con Clara y los abogados de William, nos pusimos en el proceso de papeleo para que Tania se quedara conmigo. No fue facil, pero lo logramos, claro que la prueba de ADN fue determinante en ese caso. Hoy por hoy Tania vive conmigo. --Tienes razon. --Rie--. Espero que no te quejes por las libras de mas adquiridas despues del embarazo. --Es que no lo puedo evitar. --Hago un puchero, a lo que William vuelve a sonreir--. Es como si tuviera un dragon en mi estomago que me exige ser alimentado en vez de un bebe. --Lo bueno de esto es que al menos ya puedes retener los alimentos dentro de tu estomago. -- Toma un poco de vino del que el camarero dejo en nuestra mesa. --!Gracias al cielo! --digo de manera exagerada. Los primeros cinco meses de embarazo fueron toda una tortura, no paraba de vomitar, no habia nada que comiera que no lo devolviera. Segun el medico, no es comun, pero si normal que algunas mujeres les dure mas los sintomas, incluso se dan casos en los cuales algunas mujeres se pasan los nueve meses sintiendo nauseas y vomitando. Ese era mi caso. Gracias al cielo solo duraron cinco meses, los peores de mi vida. Mi consuelo es que pronto tendre a mi bebe entre mis brazos. --?Ya has pensado en el nombre? --Aun no… --En eso llega el camarero con lo ordenado--. No me decido --respondo de manera distraida al introducir el tenedor en mi boca. Desde que me informaron el sexo del bebe, Clara, William, Bertha y Tania han estado insistiendo con el nombre; sera una hermosa nina. Una nina que nacera sin su padre. --!Tereza! --me llama al ver que me he quedado ausente. --Es que… me hubiera gustado que el estuviera aqui, conmigo, que juntos pudieramos elegir el nombre de nuestra nina --suelto con melancolia. --Tereza, mirame. --Levanto mi rostro hacia el--. No puedes seguir asi, eso no le hace bien al bebe. --Sostiene mi mano por encima de la mesa. --Lo se, pero… --Nada de peros. Tranquila, se que entre todos elegiremos un hermoso nombre para la bebe. -- Me mira con ternura. --Gracias, William, eres un gran hombre. --Lo se. --Me hace reir, como lo ha venido haciendo todo este tiempo.

  • La rata de los ojos esmeralda de Manuel De Ortega

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    La rata de los ojos esmeralda narra la dura historia de un reino consumido por el hambre, las epidemias y un joven y sadico rey. Es un libro que narra a traves de los escenarios y los hechos que en el acontecen como vivia la sociedad en la Edad Media, la cual estaba subordinada y esclavizada por los nobles.

  • El Protector Elegido de Checko Martinez

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    La ciudad de Terrance Mullen esta siendo atacada por seres sobrenaturales. Solo el Protector Elegido y sus amigos podran ponerla a salvo.

  • Te ofreci mi corazon de Sandra Gabriel

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    Las puertas del ascensor se abrieron brevemente y al momento se volvieron a cerrar. Rashid quedo impactado, estaba acostumbrado a ver mujeres hermosas, pero esta superaba todos sus suenos.

  • El amor vuelve en navidad de Amaya Evans

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    Opal Haley, es una joven enamorada de la vida y fiel creyente de que todas las mujeres merecen su principe azul. Hija de un terrateniente, y en sus veintitres anos, no tienes muchas posibilidades de conseguir un marido noble, y su madre junto con la tia Rachel, no hacen mas que empeorar el asunto con su insistencia de que debe casarse. Sin embargo eso no es impedimento para vivir estas festividades con mucha alegria pues es la navidad, su epoca preferida del ano, donde siempre ha pensado que todos los deseos pueden volverse realidad. Desafortunadamente anos atras, Opal cometio el error de enamorarse de un hombre que jugo con sus sentimientos y dejo una profunda huella en su corazon. Ahora, en estas fechas tan especiales ella trata de rehacer su vida sin mucho exito, pero el espiritu de la navidad sigue vivo en ella y eso podria hacer que los milagros se realicen.

  • Eres de otra galaxia de Gema Samaro

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    Eran las cuatro de la manana y a Isabel la desperto un estruendo, como si al viejo pino del jardin le hubiera alcanzado un rayo y lo hubieran abierto en canal. Pero no llovia, tan solo soplaba un viento infernal que, como comprobo a traves de los visillos de la ventana, el arbol soportaba tan altivo como siempre. --?Que ha sido ese estrepito? !Ha sonado como si se hubiera caido del cielo una albondiga gigante de laton! --comento preocupada la abuela Berta, una mujer de ochenta y dos anos, alta, espigada y elegante, que de pronto aparecio en la puerta del dormitorio de Isabel, con la cabeza canosa llena de rulos, una bata de estampado de leopardo y con Chicho, un mastin leones que llevaba del susto el rabo entre las piernas, escondido detras de ella. --?Albondiga gigante? !Anda que no tienes imaginacion! Pense que habia sido el pino, pero ahi sigue plantado... --respondio Isabel, con la vista puesta en la ventana. Isabel era una chica menuda, morena, de enigmaticos ojos de color avellana, nariz respingona y sonrisa enorme que acababa de cumplir veintiocho anos la semana anterior. --La culpa es de tu abuelo --comento la abuela situandose a su lado frente a la ventana. --?Que pinta el abuelo? --pregunto extranada Isabel, mientras acariciaba la cabeza de Chicho para calmarlo. --Se empeno en levantar esta casa en mitad de la nada y tarde o temprano tenia que suceder... -- susurro la abuela Berta, misteriosa. La casa estaba enclavada en mitad de la serrania de Cuenca, en un precioso valle entre montanas por el que discurria un arroyuelo... --?Suceder el que? --pregunto Isabel en tanto que el viento golpeaba con fuerza las contraventanas de madera. --Pues esto... Algo raro en mitad de la noche y !estamos solos los tres! !Mira que le dije que comprara la casa del pueblo que esta frente a la iglesia, rodeada de unas maravillosas cotillas de bien, que dan mucha mas confianza y seguridad que la alarma de Prosegur! --!Menos mal que no te hizo caso! Me encanta la sensacion de estar aislada del mundo, !me fascina saber que no hay nadie en dos kilometros a la redonda! !En ningun sitio siento tanta paz como aqui! --exclamo Isabel, ajustandose el cinturon del pijama negro de seda. --Sobre todo despues de escuchar un ruido rarisimo en mitad de la noche... !Voy a llamar a la Guardia Civil! --hablo la abuela nerviosa, mientras sacaba el telefono movil del bolsillo de su bata. --?Para que? El ruido ese ha podido ser cualquier cosa... Todo parece en orden ahi fuera... -- comento Isabel tranquila, echandose la melena ondulada hacia atras. --!Si esta negro como boca de lobo! !No se ve una mierda! Y mira lo asustado que esta Chicho... --dijo la abuela acariciando la cabeza del perro que estaba muy inquieto. --Chicho se pone asi tambien cuando paso la aspiradora... --!Yo jamas le he visto la cara de flipado que tiene ahora mismo! !Fijate que pupilas, si parece que acaba de salir de un after! --Chicho se lamia de los nervios los labios y tenia las orejas hacia atras--. !Este barrunta algo! !Yo voy a llamar a Antonio que esta de guardia esta noche para que venga a inspeccionar la zona! --Espera un poco, abuela. !No seas exagerada! --?Esperar a que? ?A que entren a asaltarnos los tipos que viajan dentro de la albondiga? !Voy a llamar a Antonio y vamos a esperarle aferradas a las escopetas! --comento la abuela Berta mientras marcaba el telefono de la Guardia Civil--. ?Antonio? Soy Berta Soto, de la Casa de San Juan, estoy aqui con mi nieta y acabamos de escuchar un sonido muy extrano, asi como si se hubiera caido un albondigon de hojalata del cielo... Antonio, que dormitaba en un sofa desvencijado, se froto los ojos y mascullo: --!No me joda, dona Berta! --!Madre mia, abuela, que imagen! Antonio va a pensar que se te ha ido la mano con el anis... -- la reprendio su nieta en voz baja. --?Que le pasa a la imagen? --repuso Berta, extranada. --Lo pillo, no se preocupe. Me hago una idea perfecta, dona Berta --aclaro Antonio. --Cuanto me alegra escucharlo porque mi nieta dice que vas a pensar que estoy borrachita. --!No, por Dios, dona Berta! Cuenteme... --Antonio se incorporo de un respingo y replico, entre maravillado y solicito, a pesar de tener un aviso en mitad de la noche--. ?Cree que se le ha podido caer un OVNI en el jardin? --!Como se nota que eres fan de Cuarto Milenio, Antonito! No eches a volar tanto la imaginacion, que mas bien creo que debe ser un grupo de exmilitares de alguna republica rara que deben usar helicopteros del Pleistoceno para asaltar las fincas... Y ya sabes lo que les pasa a esas naves que no pasan unas revisiones como Dios manda. A mi me da que se les ha escacharrado el bicho aqui cerca y, si no han quedado muy perjudicados con el aterrizaje forzoso, deben estar a punto de atacarnos... --!Mantenga la calma, dona Berta, que en seguida acudimos a su casa! --Aqui os esperamos, Antonio, calmadas y abrazadas a las escopetas. !Nos vemos! Dona Berta colgo y su nieta le pregunto preocupada: --?Lo de las escopetas va en serio? --!Y tanto! !Ayudame a bajarlas del altillo del armario de mi cuarto! --ordeno la abuela con un gesto de la mano para que la siguiera hasta el dormitorio. Isabel resoplo desesperada, mientras se ponia un rebecote gris que tenia a los pies de la cama: --!Esto es absurdo! !Solo ha sido un ruido que ha podido ser cualquier cosa! --Exacto. Y como esa cosa puede medir dos metros y plantarse en la casa con pasamontanas y terribles intenciones, no pienso quedarme de brazos cruzados... La abuela abandono la habitacion con Chicho muerto de miedo detras y a Isabel no le quedo mas remedio que seguir a su abuela, para evitar que se cayera de la silla al bajar las escopetas del armario. Luego, a reganadientes, se subio a una vieja silla de nogal, abrio el altillo y le paso a la abuela una escopeta con preocupacion: --!Madre mia como pesa esto! Espero que este descargada... --?Por quien me tomas? --replico la abuela tomando la escopeta--.!Mujer precavida vale por dos! !Cogete la otra para ti! --?Estas segura de que vas a poder cargar con ella con tu artrosis? La abuela Berta arrugo el ceno y, desenfundando la escopeta, respondio: --Tengo mas agallas que artrosis. --Las pelis de Tarantino te han trastornado por completo... --replico Isabel dando un manotazo al aire. --Deja de parlotear y date prisa que mira el acojone que tiene encima Chicho... --!De verte! --solto Isabel, mientras la abuela quitaba el polvo a la escopeta con un pano y a continuacion, la abria de un golpe seco. --Chicho es muy perceptivo, hay algo ahi fuera que lo tiene muy ansioso... --comento la abuela mirando a traves del tubo con su ojo bueno, o sea con el de solo ocho dioptrias. Chicho ladro nervioso, como si asi quisiera avalar las palabras de su duena. --No creo que tanto como la estampa de la abuela pistolera... --comento Isabel, con sorna. --Cierra el pico, nina --ordeno Berta al tiempo que sacaba del fondo del cajon, donde guardaba las bragas de cuello vuelto, la caja con los cartuchos. --Voy a necesitar mucha terapia para asimilar todo esto... --musito Isabel bajandose de la silla con la escopeta en ristre, mientras la abuela cargaba la suya. --Tranquila que la estoy cargando con el seguro puesto... !Es imposible que te deje trauma! --Yo no se usar esto. !La mia ni la cargues! --Trae para aca... --exigio la abuela, cogiendo la escopeta-- y dejate de chorradas que no sabemos cuantos tios pueden viajar en la albondiga. Y por el funcionamiento de la escopeta ni te preocupes, se manejan como cuando te gusta un chico: cabeza fria, apuntas y disparas... --Abuela me estas dando miedo, se te esta poniendo la cara de Clint Eastwood en Sin perdon... --mascullo Isabel, a la vez que su abuela cargaba la otra escopeta--. ?Y estas cargando esa cosa sin gafas?

  • Velos rotos – Nora Roberts de Nora Roberts

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    Gwen Lacrosse era una ingenua con la cabeza llena de pajaros cuando dejo su pueblo para irse a la gran ciudad. Volvia ahora a casa convertida en una mujer sofisticada y sagaz. Sin embargo, el nuevo huesped de su madre la cautivaba como nadie la habia cautivado antes. Luke Powers tenia fama de ser experto tanto en palabras como en mujeres… y pronto convertiria la fria racionalidad de Gwen en algo enteramente distinto.