• El final de la dictadura de Nicolas Sartorius

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    No es casualidad que este libro se titule El final de la Dictadura y no Historia de la Transicion. Es asi porque, durante los meses en que discurre este relato, a lo que asistimos es al final de una dictadura, cuyo momento de ruptura acontece cuando se legalizan los partidos y sindicatos, se reconocen las libertades politicas, se acepta la amnistia y se celebran elecciones libres.

  • Otra Vez Tu de Alice Kellen

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    Elisa dejo tres mojitos en la mesa y parte del liquido, de color verde intenso, se derramo sobre la superficie. Me gire para coger una servilleta y adverti que, para los duenos de aquel antro caribeno, unos tristes trozos de celofan eran un lujo innecesario del que se debia prescindir. Hannah arrugo su pequena naricilla cuando rozo la humeda copa con los dedos. Era raro verla en aquel ambiente, teniendo en cuenta que parecia un ser angelical e inocente recien caido del cielo; no me sorprenderia que el dia menos pensado brotasen unas alas de su espalda. Presumiblemente, la hazana mas peligrosa que habia realizado a lo largo de su vida, fue visitar a un amigo que residia en Brooklyn. Solia relatar aquel episodio cuando iba algo achispada, con los ojos brillantes de emocion, como si aquel dia hubiese escapado de una banda de narcotraficantes armados con varias AK-47. Sin embargo, aquello habia ocurrido anos atras. Con el paso del tiempo, las tres habiamos cambiado mucho y, a pesar de nuestras diferencias, seguiamos siendo grandes amigas. A decir verdad, estaba convencida de que el hecho de que fuesemos tan distintas era el verdadero secreto de nuestra duradera amistad. No se me ocurria ninguna otra teoria valida. Hacia dos noches que habiamos llegado a California. Siempre habia fantaseado con vivir alli en algun momento y, aunque mi trabajo en la editorial me impedia cumplir tal proposito, pasar veinte dias de vacaciones bajo el sol junto a mis dos mejores amigas, superaba con creces todas mis expectativas. A pesar de que tenia una edad considerable --!sabia que el final estaba cerca, pues en apenas unos anos traspasaria la barrera de los treinta!--, durante aquellos dias me habia sentido de nuevo como una quinceanera. En plan viaje de amigas unidas. En plan molamos mogollon. En plan... en fin, supongo que pillais lo que intento decir. Elisa habia propuesto hacer aquel viaje, alegando que estaba muy nerviosa por su inminente boda --que se celebraria en septiembre-- y que necesitaba tomarse un tiempo para si misma, antes de embarcarse en una nueva etapa de su vida. Yo no habia puesto ninguna objecion porque, al fin y al cabo, nada excepto mi trabajo me ataba a Nueva York y ya habia planeado pasar las vacaciones tirada en la cama, comiendo helados y batidos de EJ's Luncheonette mientras volvia a ver de forma compulsiva --y por cuarta vez consecutiva-- la serie Friends. Hannah habia tenido que consultar con sus padres el plan de pasar las vacaciones en California, a pesar de que tenia veintisiete anos y hacia siglos que se habia independizado, mudandose a un lujoso atico en la avenida mas transitada de Nueva York. Supongo que tener unos controladores padres millonarios tambien tenia sus desventajas. Bueno, ?que digo?, en realidad creo que son billonarios con <>, o multimillonarios. Deberia mirar en un diccionario las diferencias entre esos terminos, aunque la idea principal queda clara: pasta suficiente como para tirarte en la cama desnuda y lanzar billetes verdes al aire estilo escena cutre de pelicula de sobremesa. --Esta un poco fuerte --Hannah tosio, dejando el mojito sobre la mesa. --!No digas tonterias! --Elisa ondeo una mano en alto, tras beberse casi la mitad de su copa de un trago--. Me encanta el toque mentolado. Hannah arrugo nuevamente su diminuta nariz --era el unico gesto carente de elegancia que se permitia hacer a si misma, a pesar de que su madre solia amonestarla por ello--, y rebusco en su bolso hasta sacar un folleto turistico y depositarlo con sumo cuidado frente a nosotras. --He pensado que manana podriamos ir a la playa, ?que os parece? --su una, pintada de un brillante esmalte rosa, repiqueteo sobre la idilica imagen que se veia en el folleto--. Al parecer, las playas que estan frente a nuestro bungalo son de las mejores de toda la zona. --!Si! !Quiero tostarme al sol como si no hubiese manana! --exclame. --!Ni hablar! Compraremos una sombrilla --Hannah me miro fijamente--. ?Sabes lo perjudicial que es el sol para la piel?, ?quieres tener un monton de manchas en cuanto cumplas los treinta? Suspire mientras Elisa reia. Cuando su movil comenzo a sonar, se disculpo explicando que era Colin y salio del local. En realidad, siempre era Colin, su maravilloso e increible prometido. Elisa habia tenido la suerte de tropezar con el unico prototipo masculino decente que quedaba sobre la faz de la tierra. Esperaba que procreasen pronto, expandiendo una nueva raza de hombres perfectos aunque, cuando eso sucediese, estos me llamarian <<tia Emma>> y yo tendria la piel repleta de manchas de color cafe por no haber seguido los consejos de Hannah. --?En que estas pensando? --Hannah se aparto con delicadeza algunos mechones de su sedoso cabello rubio. <> Descarte admitirlo en voz alta. --En que si no quieres un mojito, puedo ir a pedirte otra cosa. No hacia falta que Hannah dijese lo cohibida que se sentia en aquel local caribeno atestado de gente. Probablemente, su aventura en Brooklyn acababa de convertirse en una saga, cuya segunda parte se titulaba <>. --?Lo harias? --abrio excesivamente sus ojos azules. Asenti con la cabeza. --!Gracias, Emma! --saco la billetera de su bolso, pero denegue su ofrecimiento--. Tomare un San Francisco. --Genial --me termine de un solo trago lo que quedaba de mi mojito--. !Que sean dos! Arrastre la silla hacia atras para levantarme torpemente e intente avanzar entre el gentio. Jamas habia estado en un pub similar, ni que se le pareciese de lejos. En Nueva York, los locales solian ser sofisticados y aunque habia todo tipo de gente --?para que mentir?--, podia asegurar que el noventa y nueve por ciento de los clientes solian ir vestidos. Ese nimio detalle no parecia ser un requisito en California. Habia numerosos chicos sin camiseta y jovenes en biquini. Las que no iban en banador, llevaban unos minusculos pantaloncitos de tela vaquera o cinturones que usaban a modo de falda. Sonaba una musica caribena de fondo --no podia distinguir si era salsa, bachata o algo similar-- y un sinfin de sudorosos cuerpos se movian a un mismo ritmo, rozandose entre si. El ambiente destilaba sexo. Era como si todos los clientes de ese bar llevasen escrito en la frente <<Follame, !follame!>> Definitivamente, al lado de aquellas adolescentes desenfrenadas, ya no me sentia como una quinceanera, sino mas bien como una anciana senil a punto de palmarla. Mi fantasia juvenil acababa de ser aniquilada de un modo cruel. Respire hondo mientras apartaba de mi camino a otra chica medio desnuda y conseguia llegar hasta la barra. En eso consistia ese local, en tener que hacer malabarismos para poder pedir una copa. No, los camareros no se acercaban a tu mesa con una libretita y te atendian amablemente; eran los clientes quienes debian lograr --no se como, todo sea dicho-- que uno de los bronceados camareros te prestase atencion durante un segundo de su valiosisimo tiempo. Mientras estaba en la barra, con los antebrazos apoyados sobre la superficie de madera oscura, me pregunte si Elisa habria terminado la conversacion telefonica con su inmejorable novio. No estaba segura de que Hannah pudiese sobrevivir sola en aquel lugar durante mas de cinco minutos. --?Que te pongo, preciosa? --pregunto un camarero, sin dejar de preparar alrededor de diez mojitos a un mismo tiempo, con los vasos colocados sobre la barra formando una larga fila recta. Le mire asombrada. Es decir, tenia entendido que los hombres no podian hacer mas de dos cosas a la vez, pero ese especimen me estaba hablando... mientras movia las manos... Guau. Impresionante. Seguro que habria hecho un master en hosteleria o algo similar. --Dos San Francisco. --En seguida --contesto al tiempo que cogia varios vasos mas del estante. Permaneci muy quieta, como si fuese una estatua de hielo, ajena a la marabunta de gente que saltaba y bailaba animada a mi espalda. ?Desaparecerian todos si cerraba los ojos y contaba hasta diez? Definitivamente no, dado que alguien me estaba tocando el trasero. Me gire bruscamente y aparte la mano del intruso de un manotazo. Un chico joven, que tenia el cabello muy rubio, sonrio y se tambaleo hacia un lado sin dejar de mirarme. --?Que crees que estas haciendo?

  • Uno de los nuestros de Tawni O'dell

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    <>.
    Library Journal

  • Me olvide de mi de Alma Hendricks

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  • Desafiando a Kilian Reinhardt (Hermanos Reinhardt 1) de Velvet Black

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    ?Una Historia de Sexo o Una Historia de Amor?

  • El error del Duque de Hugo Sanz

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    --Corwin, tienes una llamada. --La voz de Elina, mi secretaria, ponia la nota calida a aquella gelida manana de enero. Acababa de llegar a mi despacho y todavia estaba aterido de frio. Por el amor del cielo, ?cuanto se habian propuesto bajar las temperaturas? Me frotaba las manos para tratar de entrar en calor. --Ahora no puedo, Elina, me llaman los del comite de zona. Esa panda de carcamales ha decidido volverme loco de atar--me queje. --Trabajas demasiado, Corwin, y te tomas las cosas muy a pecho. Se que te lo he dicho en multitud de ocasiones, me duele la lengua de hacerlo, pero es que me preocupas. --Pues que no te preocupe tanto, que bicho malo nunca muere. Anda, dile a quien quiera que sea que estoy ocupado. --Esta bien, esta bien, que se pare el mundo, que ademas es viernes y solo tengo ganas de que el reloj haga un esfuercito y se plante en el mediodia. La que volvio a plantarse, pero literalmente y en pocos segundos en mi despacho, fue ella. --Creo que es serio, Corwin, te paso la llamada, hazme caso. Aparte de mi secretaria, Elina era amiga desde hacia varios anos y yo la conocia a la perfeccion. Si decia que tenia que ponerme, ya debia darme patadas en el culo para hacerlo. --De acuerdo, pasamela, por favor. Resople pensando que ojala que no fuese nada extremadamente importante. Como bien habia dicho ella, era viernes, el dia en el que uno deseaba que se parase el mundo. No habia sido mi mejor semana, para que iba a enganarme. De hecho, llevaba ya tres dias sin hablarme con Lara, mi prometida. Tres largos dias en los que tuve ocasion de darme cuenta de que lo nuestro no es que fuera precisamente sobre ruedas. Y en el caso de que lo fuera, seria para despenarme por un abismo... --Si, digame. --Algo me decia que aquella llamada me complicaria la vida, aunque jamas hubiera imaginado que me la cambiaria para siempre. --?Senor Albertson?--Aunque llevara cuatro anos sin escuchar su voz, reconoci al instante la de Ronan, el mayordomo de mi padre. --?Ronan? Cuanto tiempo, ?ha pasado algo? --La mia temblo, indiscutiblemente debia ser grave. --Mucho me temo que si, su padre ha fallecido esta noche, lo siento de corazon. Ronan no solo era un mayordomo, sino que estaba considerado como toda una institucion en el castillo... El castillo en el que yo habia crecido y que era propiedad de mi padre, el duque. --?Fallecido? --Mis ojos se llenaron de lagrimas. El destino no podia hacerme eso, no era justo --. !No! --chille. --Le esperamos en casa, senor. --Su voz me transmitia el momento tan tenso que debian estar viviendo. Aquella lagrima cayendo sobre mi mesa de cristal me recordo a las muchas que verti veinte anos antes, el dia que mi padre entro en mi dormitorio para comunicarme que mi madre habia fallecido en tragicas circunstancias, jamas aclaradas; aquella caida por las escaleras del castillo provoco que pasara a mejor vida sin ni siquiera tener la posibilidad de despedirse de mi, su unico y amado hijo. Y ahora me esperaban en casa, la misma casa que yo no habia vuelto a pisar desde que mi padre me comunico que se casaba con Chanel, una chica que podia ser su hija. Claro que podia serlo, si era cinco anos mas joven que yo, que acababa de cumplir los cuarenta. Seria injusto afirmar que fue su relacion con Chanel la que termino con la nuestra, cuando lo cierto es que, desde la muerte de mi madre, mi padre y yo nos llevabamos como el perro y el gato. La razon no era otra que en la ultima etapa de su vida les vi discutir en innumerables ocasiones. --Carino, es posible que tu padre y yo terminemos por separarnos--me comento unos dias antes de su fallecimiento. --Sinceramente, creo que sera lo mejor, el ya no te hace feliz, mama. --No me cogio por sorpresa su decision. Diria mas, lo deseaba; lo que yo sentia por mi madre era adoracion y no creia que una vida al lado de mi padre fuera lo que ella mereciera. Soy consciente de que lo estoy poniendo como un ogro, pero es que con mi madre perdia pie y no podia soportar verla llorar discusion tras discusion. Desde que cinco anos antes el tuvo un desliz con una doncella, ella no se lo habia perdonado y las discusiones en casa eran el pan nuestro de cada dia. Entonces, de la noche a la manana, sufrio aquel accidente que le dejo a el via libre para hacer su nueva vida. No quiero senalarle con el dedo acusador, pero reconozco que en el fondo de mi corazon siempre existio la duda de que tuviese algo que ver con su mortal encontronazo. Y si no directamente, quizas si de manera indirecta, pues les habia escuchado discutir minutos antes y quizas ella salio corriendo con la vista nublada por tanta tension como se vivia en aquel maldito lugar. Su funeral y posterior entierro es algo de lo que solo tengo flashes en mi memoria; lo vivi como en una nube... Igual era la misma nube que descargo un increible chaparron justo en el momento en el que a ella la metian en el insigne panteon familiar... Insigne, ese es el adjetivo que mejor definia al duque y a todo lo que le rodeaba. A partir del momento del fallecimiento de mi madre, el hizo bueno el dicho de que "el muerto al hoyo y el vivo al bollo", porque mi progenitor se hizo asiduo a toda fiesta que se preciara de serlo y fueron multiples sus conquistas. En honor a la verdad, he de decir que al menos no tuve que presenciar sus correrias porque siempre fue muy discreto al respecto. Vivi con el unos cinco anos mas hasta que me independice y me fui a Londres, entrando a trabajar en la sucursal bancaria de la que anos despues me converti en director. Alli, en Londres, habia logrado ser lo que tanto ansiaba; Corwin Albertson a secas, sin la mas minima aspiracion de que se me relacionara con la nobleza. Dicho en otras palabras, a mi lo de ser duque me la traia al pairo, y nada mas lejos de mi deseo que volver a pertenecer a aquel mundo del que hacia ya mucho tiempo sali huyendo. La noticia del enlace de mi padre con Chanel me cayo como un jarro de agua fria. Hasta ese instante, yo cumplia con los estandares minimos como hijo, haciendole al duque una llamada de vez en cuando y volviendo a casa por Navidad. Hasta ahi. Sin embargo, que fuera a casarse y con la que yo consideraba una trepa total me rompio todos los esquemas. Chanel era amiga de mi prima Freya, quien se la presento en una fiesta. Mi padre y ella se llevaban nada mas y nada menos que la friolera de treinta anos, y la muy fresca queria hacer ver que lo suyo fue amor a primera vista. Por esa regla de tres simple yo era el cardenal Richelieu, no te fastidia. Con el animo de excusarse, mi padre con el poco tacto que caracteriza a lo que viene siendo todo un enconamiento, me lo vendio poco mas o menos como que Chanel era el amor de su vida. Y hasta ahi llegamos, me toco las narices soberanamente.

  • Yo soy tu candidato 3; Silla presidencial de Miranda Wess

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    Enrollo distraidamente un mechon de mi cabello. Se siente bien, considerando lo corto que lo deje a raiz de una rabieta que agarre con Joseph. El idiota de Joseph. Me dijo--con esa mirada de bobo que me pone a veces--que le encantaba mi cabello castano y oso tocarmelo, !Que atrevido! Le meti un empujon que lo tiro al piso, saque mi navaja, estire mi cabello y lo corte. Luego se lo lance al imbecil. !Hey, si tanto te gusta quedatelo! Estoy verdaderamente aburrida de sus tontos intentos de ganarse mi interes. Para que, por Dios !Solo tengo doce anos! No quiero que me pase lo de Ana que teniendo mi misma edad ya esta embarazada. Eso le pasa por idiota. Recostada de la pared de la casa-hogar extrano mi melena hasta la cintura y centro mi atencion en el vejete que de vez en cuando corta los arbustos del jardin. No es su trabajo; lo hace para ayudar a los pobres huerfanos que nadie quiere. Ja. Que joda a su madre con esa pobre excusa, a leguas le veo comerse con los ojos el culo de Rosario a cada oportunidad que tiene. Asco de hombre. Ha dejado sus cigarrillos y encendedor y, con mucho cuidado de no ser vista por el, rapidamente me hago de un entretenimiento. Con el fastidio a un nivel insostenible me paseo por el patio central de la casa hogar. La pintura de las paredes esta desgastada de lo viejo--inicialmente era de color verde esmeralda pero ha adquirido con los anos una apariencia blanquecina-- y es un recuerdo perenne de lo miserable que somos sus ocupantes. A pesar de todo, es un sitio limpio y ordenado. Y mas con la dictadura de Rosario metomentodo. Son las tres de la tarde, algunos chicos van a la escuela cercana, otros, duermen la siesta, sobre todo los pequenos; otros cuchichean en el patio central. Yo, como termine mis deberes en tiempo record y sinceramente no se me da eso del arte de la conversacion con idiotas descerebrados, sufro de aburrimiento frecuente. Me recuesto de la pared afincando bien mi bota en ella para dejar la marca impresa. Menudo cabreo se llevara la Rosario al verla. !Que se jodan, ella y sus normas! Oh, no. Joseph viene hacia mi acompanado de su amiguita inseparable, Claudia. Solo el no se da cuenta de que ella esta babeada por el. Pero bueno, Jo no se destaca por su inteligencia. No tiene por que utilizar las neuronas para llamar la atencion al sexo opuesto, con su cabello castano liso que le cae en la frente, ojos avellanas, y cuerpo atletico es--como le dicen las lerdas-- <>. ?Que le hace pensar que me interesa enrollarme con el? ?Sera que es masoquista? ?O se certifica su idiotez? ?O una combinacion de ambas quiza? Lo veo factible. Veo con arrogancia mis unas pintadas de negro, a juego con mi ropa, mi maquillaje y mi alma. Y ya tengo al frente al <>. Hago como que no existen. Es una maravillosa tecnica perfeccionada con los anos. --Mira, esto te lo envia Jo. Quiere una respuesta--me tiende un sobre. Yo lo tomo mas que nada para quitarmelos de enfrente. Mientras mas rapido mejor. Leo solo la primera frase de la cartita de amor: ?Clarissa quieres ser mi novia? Se le volo la cabeza o que. La rompo y se la lanzo a la cara. Claudia se enfurece y me toma del brazo zarandeandome. --Estupida, Jo es el mejor chico de aqui. No deberian llamarte Clarissa sino <> porque estas de atar. No le digo nada. Saco mi navaja y de un movimiento centelleante y preciso corto las tiras de su blusa dejandola semidesnuda. Sonrio. Estoy encantada de verla irse con la verguenza reflejada en el rostro. !Estupida tu! Joseph me ve con ojos desorbitados y actitud cobarde. Era de esperarse. Es un idiota. Como todos los malditos estupidos que me rodean. Los odio a todos. --!Mi respuesta es NO! Apenas soy capaz de desperdiciar con ellos una que otra palabra de desprecio. Pero nada mas. Incitada por su mirada avellana--amedrentada--tomo mi navaja y deslizo mi lengua por el lateral de la misma con la mirada de odio mas pura y sincera de la que soy capaz. Esperanzada de--finalmente con ese gesto--disuadirlo de sus intenciones romanticas. Su rostro horrorizado me dice que he acertado. Finalmente. Apenas se me asoman los pechos y ya los chicos se vuelven locos. Son animales. Que asco me dan. De ninguna manera me dejare manosear por ninguno de ellos. Me alejo de la vista de todos. Segura de que Rosario no vera con buenos ojos mi forma de socializar con mis pares. Ja, para lo que me importa su opinion. Refugiada entre los matorrales saco un cigarrillo del bolsillo de mi vaquero y un gastado encendedor que hurte al jardinero. Le doy un jalon y me entretengo formando circulos y viendo como desaparecen en el aire. Que se sentira desaparecer. Estar y de pronto no estar mas. Veo la punta del cigarrillo enrojecida y ardiente. Que se sentira arder y volverse cenizas… La idea de desaparecer de la faz de la tierra me resulta tentadora. Lanzo la colilla por la reja que da a la calle y rebusco en el bolsillo la navaja. Detallo su filo y me pregunto si sera lo suficientemente afilada para abrir mi carne de par en par. La coloco sobre la palida piel de mi muneca y la sensacion fria de la navaja contra mi piel me resulta agradable, invitadora. Si tan solo… El ruido del motor de un auto interrumpe mis siniestras cavilaciones. Guardo la navaja de nuevo en el bolsillo y pego el rostro a la reja. !Menudo carrazo! Veo descender a un tipo bien elegante. !Joder, como me gusta ese coche! Si viene aqui buscando a un huerfano que adoptar seguramente no sere yo. No a mi no. Los de mi edad estamos todos bien fritos. Lo sabemos. Somos la mierda con la que nadie quiere lidiar. --!Hola! Me fastidia ver la cara de Catalina asomarse entre las ramas. Posee unos enormes ojos cafe siempre maravillados casi por cualquier pendejada donde se posen. Que pesadita. No le contesto el saludo, me tiene con el humor en rojo. En verdad esa carajita tiene un radar para conseguirme escondame donde me esconda. Por mas desplantes que le haga, insiste en ello. --Te estaba buscando… --me dice sin dejar de sonreir como si fuesemos las mejores amigas del mundo. Cosa que nunca pasara-- ?por que estas metida aqui solita, Issa? ?Viste lo que le paso a Clau? Pobrecita, paso llorando. Te gusta estar sola aqui ?verdad? Es un sitio silencioso ?cierto? A mi tambien me gusta. Da fresquito. Y es medio misterioso… --!Cono, te quieres callar! Catalina, que solo tiene nueve anos, se sorprende de mi reaccion. Pero solo le dura pocos segundos. Casi me siento culpable. Casi. --Oye, tratame con carino, Issa--menea su cabeza y sus largas trenzas se mecen--. Te perdono porque eres buena onda--sonrie y pongo los ojos en blanco considerando la idea de sacar mi navaja y meterle un susto a la fastidiosa cria-- ?Viste al tipo que acaba de llegar? A que no adivinas. Yo se quien es… Fijo mis ojos ambar en su rostro risueno--satisfecho como nunca de tener algo que decir--me desespero ante su ridiculo gesto. --?Que? --exclamo exasperada. --Es un loquero y te esta buscando. --?A mi? --estoy estupefacta. --Si, Rosario lo llamo. Le dice a todo el mundo que no sabe que hacer contigo. --!Maldita sea esa Rosario metomentodo! --Pronto vendra con el loquero. Yo le dije donde te escondias. Lo siento. --!Maldita seas tu y tu bocota Catalina! --grito furiosa. En efecto, no tarda en aparecer Rosario con su cara amargada como cada vez que me ve. Da la casualidad que ultimamente ando haciendo de las mias. Segun ella. Me lleva a rastras hasta el despacho donde se encuentra el misterioso sujeto. Me irrita que me halen del brazo, me jamaqueen y me pregunten si no me canso de causar problemas. Son los otros los que no se cansan de buscarme bronca... Y el que busca encuentra. Apenas entro al estudio quedo impresionada con el porte del tipo. Es tan grande y corpulento como un toro. Su mirada es profunda y da la sensacion de que puede ver hasta mis mas intimos pensamientos. --Hola, Clarissa, soy el Doctor Victor Spillman, he venido a hablar contigo. Por favor sientate. Algo en su voz y en su manera de verme me insta a obedecerle. Detallo su ropa. Tiene buena pinta. Zapatos lustrosos, pantalon de vestir con filo marcado, camisa manga larga, cabello bien cortado, bien afeitado. Se ve que tiene plata. Y mucha. --Usted es un hombre muy rico ?verdad? Lo digo por el coche y la ropa. --Asi es, Clarissa. ?Eso te llama la atencion? --Digamos que si. Eso de tener mucha pasta y finura me sentaria al dedillo. --Para ser como yo debes cambiar alguna que otra cosa. Dime, por que no les hablas a los otros chicos. Resoplo, repleta de fastidio. ?Por que siempre se trata de eso? ?Por que cono no me dejan tranquila y punto? Me recuesto en el asiento con desparpajo. --Son unos idiotas de mierda. Solo estan pendientes de follarse unos a otros y de echarse una fumada a escondidas. --Dicen que eres rara. --!A la mierda con ellos! --Parece que no les tienes nada de estima. Sin embargo, conmigo si conversas. ?Por que? Me encojo de hombros. --No lo se, parece alguien importante y me cae bien, creo. --Tu tambien me caes bien, Clarissa, pareces una chica inteligente. He escuchado que te gusta leer. ?Es eso cierto? --Supongo--digo encogiendome de hombros como si tal cosa. --Tengo unos libros que me sobran. Te los puedo regalar, si te apetece. Me enderezo en el asiento sorprendida por su oferta. ?Ese senor importante que no me conoce me va a regalar algo a mi? --Me apetece, senor. --murmuro. --Dime, Clarissa, ?te gustaria ser una dama? Eres una joven con mucha energia, seria cuestion de encausarla por el buen camino. Podria darte una mano en tu travesia, quiza. En tu busqueda personal del Santo Grial. En el caso de que eso te interese, por supuesto. Quedo alucinada por sus palabras con el corazon palpitandome al galope. ?Una oportunidad? Una oportunidad real de salir de la miseria donde mi alma muere dia a dia. --?Puedo serlo? digo ?en verdad? --pregunto incredula y emocionada.

  • La piel de Elisa Mayo

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    Cuando no eres capaz de mirarte en el espejo, evitas incluso que te toquen.
    ?Como es una vida sin caricias?
    Y, ?como se despierta una piel?

  • Buscando Esposa de Julia Quinn

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    Londres, cerca de St. George, Hannover Square, Verano de 1827 Sus pulmones estaban en llamas. Gregory Bridgerton estaba corriendo. A traves de las calles de Londres, ignorando las miradas curiosas de los transeuntes, estaba corriendo. Habia un extrano y poderoso ritmo en sus movimientos -uno dos tres cuatro, uno dos tres cuatro- que lo empujaban, impulsandolo a seguir adelante, mientras su mente permanecia enfocada en una sola cosa. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. Tenia que detener la boda. ?Cuanto tiempo llevaba corriendo? ?Un minuto? ?Cinco? No podia saberlo, no podia concentrarse en otra cosa diferente a su destino. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. Tendria que haber empezado a las once. Eso. La ceremonia. Eso que jamas debio haber pasado. Pero sin embargo, ella lo habia hecho. Y el tenia que detenerla. Tenia que detenerla a ella. No sabia como lo iba a hacer, y seguramente no sabia por que, pero ella estaba haciendolo, y todo era un error. Ella tenia que saber que estaba en un error. Ella era suya. Ambos se pertenecian. Ella lo sabia. Lo peor de todo, era que ella lo sabia. ?Cuanto tiempo tardaria en desarrollarse una ceremonia? ?Cinco minutos? ?Diez? ?Veinte? Nunca habia prestado atencion antes, seguramente nunca penso en mirar su reloj de principio a fin. Nunca penso que necesitaria esa informacion. Nunca penso que le importaria tanto. ?Cuanto tiempo llevaba corriendo? ?Dos minutos? ?Diez? Giro alrededor de una esquina y se dirigio a Regent Street, grunendo lo que parecia ser un <> cuando tropezo con un caballero respetablemente ataviado, y le tiro su maleta al piso. Normalmente Gregory se habria detenido para ayudar al senor, inclinandose para recoger su maleta, pero no hoy, no esta manana. No ahora. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. No podia pensar en nada mas. No debia. Debia... !Maldicion! Patino al hacer una parada, cuando un carruaje se detuvo enfrente de el. Descansando las manos en sus caderas -no porque queria, sino porque su desesperado cuerpo se lo exigiaaspiro enormes bocanadas de aire, intentando aliviar la furiosa presion de su pecho, ese horrible ardor, que lo hacia sentir como... El carruaje se movio y el comenzo a correr de nuevo. Ahora estaba cerca. Podia hacerlo. No podian haber pasado mas de cinco minutos desde que habia salido de la casa. Quizas seis. Se sentian como treinta, pero no podian haber pasado mas de siete. Tenia que detener esto. Todo estaba mal. Tenia que detenerlo. Lo detendria. Ya podia ver la iglesia. A lo lejos, su torre gris elevandose hacia el brillante cielo azul. Alguien habia colgado flores en las linderas. No podia decir que clase de flores eran -amarillas y blancas, pero en su mayoria eran amarillas. Se derramaban en el exterior con un abandono temerario, saliendo de los cestos. Lucian alegres, incluso contentas, y todo estaba tan mal. Este no era un dia alegre. No era un evento que debia ser celebrado. Y el lo detendria. Redujo la velocidad solo lo suficiente para poder seguir corriendo sin caerse de bruces, y entonces tiro de la puerta para abrirla, amplia, mas amplia, mientras escuchaba el golpe al chocarse con la pared exterior. Quiza debio haber entrado con un poco mas de silencio, dandose un momento para evaluar la situacion, para darse cuenta lo lejos que habian llegado. La iglesia quedo en silencio. El sacerdote detuvo su parloteo, y cada columna vertebral de cada banco se giro, hasta que todas las caras se volvieron. Hacia el. – No -jadeo Gregory, pero tenia tan poco aliento, que apenas si podia escuchar sus propias palabras. – No -dijo, mas alto esta vez, agarrandose del borde de los bancos mientras avanzaba-. No lo hagas. Ella no dijo nada, pero el la vio. Tenia la boca abierta de la conmocion. Vio como el ramillete de flores se caia de sus manos, y sabia, por Dios que lo sabia, que ella habia dejado de respirar. Se veia tan hermosa. Su cabello dorado parecia capturar la luz, y brillar con un fulgor que lo llenaba de fuerzas. Se enderezo, aun respirando con dificultad, pero ahora podia caminar sin ayuda, y se solto del banco. – No lo hagas -dijo el otra vez, avanzando hacia ella con la gracia furtiva de un hombre que sabe lo que quiere. Que sabe lo que debe ser. Ella aun no hablaba. Nadie lo hizo. Eso era extrano. Trescientos de los entrometidos mas grandes de Londres, estaban en ese edificio, y nadie habia proferido ni una palabra. Nadie podia apartar la vista de el mientras caminaba en medio del pasillo. – Te amo -dijo, justo alli, enfrente de todo el mundo. ?Y a quien le importaba? No podia guardarse ese secreto. No permitiria que se casara con nadie mas, sin asegurarse de que todo el mundo supiera que ella era la duena de su corazon. – Te amo -dijo otra vez, y por el rabillo del ojo pudo ver a su madre y a su hermana, sentadas en un banco, boquiabiertas de la sorpresa. Siguio caminando. Por el pasillo, cada paso era mas seguro, mas confiado. – No lo hagas -dijo, saliendo del pasillo y entrando en el altar-. No te cases con el. – Gregory -susurro ella-. ?Por que haces esto? – Te amo -dijo, porque era lo unico que podia decir. Era lo unico que importaba. Sus ojos brillaron, y el podia ver como contenia el aliento. Ella miro al hombre con el que estaba tratando de casarse. Levanto las cejas cuando el simplemente le contesto con un diminuto encogimiento de hombros, como si le dijera: Esa es tu opcion. Gregory inclino una rodilla. – Casate conmigo -dijo, con su mismisima alma en sus palabras-. Casate conmigo. Contuvo el aliento. La iglesia entera dejo de respirar. Ella fijo los ojos en los suyos. Eran grandes, claros y todo lo que habia pensado que era amable y verdadero. – Casate conmigo -susurro el, una ultima vez. Sus labios temblaron, pero su voz fue clara cuando dijo... Capitulo 1 En el que nuestro heroe se enamora Dos meses antes. A diferencia de la mayoria de los hombres que conoce, Gregory Bridgerton cree en el verdadero amor. Tendria que ser un tonto para no creer en el. Teniendo en cuenta lo siguiente: A su hermano mayor, Anthony. A su hermana mayor, Daphne. A sus otros hermanos, Benedict y Colin, sin mencionar a sus hermanas, Eloise, Francesca, y (aunque no lo crean) Hyacinth, todos -absolutamente todos-estaban completamente enamorados de sus respectivas parejas. A la mayoria de los hombres, ese tipo de cosas solo les produciria un ataque de bilis, pero para Gregory, quien habia nacido con una alegria incomparable, que de vez en cuando (segun su hermana menor) era irritante, eso sencillamente significaba que no tenia otra opcion, mas que creer en lo obvio: El amor existia. Y no era una completa invencion de la imaginacion, disenada para evitar que los poetas murieran de hambre. Podria ser algo que no se podia ver, oler o tocar, pero estaba alli, y era solo cuestion de tiempo antes de que el, tambien, encontrara a la mujer de sus suenos y se estableciera para ser fructifero, se multiplicara y asumiera aficiones como el papel mache y la coleccion de ralladores de nuez moscada. Aunque, si queria ser claro en un punto, que parecia ser bastante necesario para ese concepto tan abstracto, sus suenos no incluian exactamente a una mujer. Bueno, no a una con atributos especificos e identificables. No sabia nada de la mujer que iba a ser suya, la unica que supuestamente transformaria su vida completamente, convirtiendolo en un pilar feliz de aburrimiento y respetabilidad. No sabia si seria bajita o alta, o morena o rubia. Le gustaba pensar que podria ser inteligente y poseer un gran sentido del humor, pero mas alla de eso, ?Como iba a saberlo? Ella podia ser timida o franca. Tal vez le podria gustar cantar. O quizas no. Quizas era una amazona, con un cutis sonrosado por estar demasiado tiempo bajo el sol. No lo sabia. Cuando esa mujer llegara, esa imposible, maravillosa y actualmente inexistente mujer, todo lo que en realidad sabia era que cuando la encontrara... Lo sabria. No sabia como lo sabria; solo sabia que lo sabria. Ocurriria algo muy importante, su mundo se estremeceria, y la vida se alteraria... bueno, en realidad, no iba a llegar susurrando su paso por su existencia. Vendria pleno y poderoso, como una tonelada proverbial de ladrillos. La unica pregunta era cuando. Y mientras tanto, no veia ninguna razon para no pasarla bien mientras se anticipaba a su llegada. Despues de todo, uno no tenia que comportarse como un monje mientras esperaba al verdadero amor. Gregory era, segun todos, un tipico hombre londinense, con una comoda -pero no extravagante-asignacion, tenia muchos amigos, y el suficiente sentido comun para saber cuando debia alejarse de una mesa de juegos. Era considerado lo suficientemente decente para ser tenido en cuenta en el Mercado Matrimonial, puede que no estuviera precisamente a la cabeza (los cuartos hijos nunca llamaban mucho la atencion) y siempre estaba en demanda cuando las matronas de la sociedad, necesitaban a un hombre que llenara los requisitos para ser invitado a un buen numero de fiestas. Lo que hacia que su anteriormente mencionada asignacion, se estirara un poco mas, convirtiendose en un beneficio. Quizas debio haber tenido un poco mas de proposito en su vida. Alguna clase de direccion, o incluso una tarea insignificante que realizar. Pero eso podria esperar, ?no es verdad? Pronto, estaba seguro, todo se aclararia. Sabia que era lo que deseaba hacer, y con quien deseaba hacerlo, y mientras tanto, el tenia... No tenia tiempo. Por lo menos, no en ese preciso momento. Para explicar: Actualmente Gregory estaba sentado en una silla de cuero, una muy comoda por cierto, y no era que realmente tuviera que pensar en el asunto, mas que en el hecho de que la falta de incomodidad conducia a las personas a sonar despiertas, lo que a su vez conducia a no escuchar a su hermano que, debe anotarse, estaba de pie, aproximadamente a un metro de distancia, hablando sobre algo o alguna cosa, casi seguramente relacionada con alguna variacion de las palabras deber y responsabilidad. En realidad, Gregory no le estaba prestando la debida atencion. Raramente lo hacia. Bueno, no, ocasionalmente lo hacia, pero... – ?Gregory? !Gregory! Levanto la mirada, pestaneando. Anthony tenia los brazos cruzados, esa nunca era una buena senal. Anthony era el vizconde Bridgerton, y lo habia sido durante mas de veinte anos. Y mientras que era -Gregory era el primero en insistir-el mejor de los hermanos, tambien hubiera podido ser un excelente senor feudal. – Perdoname por entrometerme en tus pensamientos, de esta manera -dijo Anthony en una voz seca-, pero tu has, quizas -solo quizas- ?escuchado algo de lo que te he dicho? – Diligencia -repitio Gregory como un loro, mientras asentia con lo que juzgaba era un gesto de suficiente gravedad-. Direccion. – En efecto -replico Anthony, y Gregory se felicito a si mismo por lo que claramente habia sido una excelente actuacion-. Es tu ultima oportunidad de que le busques alguna direccion a tu vida. – Por supuesto -murmuro Gregory, principalmente porque no habia cenado, y tenia hambre, y habia escuchado que su cunada estaba sirviendo refrescos en el jardin. Ademas, nunca tenia sentido discutir con Anthony. Nunca. – Debes hacer un cambio. Escoger un nuevo camino. – Claro. -Quizas habia bocadillos. Podia comerse cuarenta de esas ridiculeces cortadas por la mitad. – Gregory. La voz de Anthony tenia ese tono. Aquel que era imposible de describir, pero lo suficientemente facil de reconocer. Y Gregory sabia que era el momento de prestar atencion. – Correcto -dijo, porque de verdad, era notable como una sola silaba podria borrar a una frase apropiada-. Espero unirme al clero. Eso hizo que Anthony se congelara. Muerto, helado, frio. Gregory hizo una pausa para saborear el momento. No le importaba que para ello, hubiera tenido que convertirse en un condenado vicario. – ?Disculpame? -murmuro Anthony finalmente. – No es que tenga muchas opciones -dijo Gregory. Y cuando esas palabras emergieron, comprendio que era la primera vez que las habia dicho. Las hacia mas reales, de algun modo, mas permanentes-. Es el ejercito o el clero -continuo-, y bueno, debo decir esto: Soy una bestia para disparar. Anthony no dijo nada. Todos sabian que tenia razon. Despues de un momento de incomodo silencio, Anthony murmuro: – Hay espadas. – Si, pero con mi suerte, me enviarian a Sudan. -Gregory se estremecio-. No debe ser demasiado terrible, pero en realidad, hace mucho calor. ?Querrias ir? Anthony objeto inmediatamente. – No, claro que no. – Y -agrego Gregory, empezando a disfrutarlo-, esta Madre. Se hizo una pausa. Entonces: – Ella sabe algo de Sudan... ?verdad? – No le gustaria mucho mi partida, y entonces tu, sabes, seras el unico que debera sostener su mano cada vez que se preocupe, o tenga alguna pesadilla horrible sobre... – No digas mas -le interrumpio Anthony. Gregory se permitio reir internamente. Realmente no era justo para su madre, quien, solo para senalar, nunca habia dicho alguna vez que pronosticara el futuro con algo tan tonto como un sueno. Pero si odiaria que el se marchara a Sudan, y Anthony tendria que escucharla cuando se preocupara por eso. Y como Gregory no estaba particularmente deseoso de partir de las orillas nubladas de Inglaterra, el argumento era muy discutible, de cualquier forma. – Correcto -dijo Anthony-. Bien. Estoy feliz, entonces, de que finalmente hayamos podido tener esta conversacion. Gregory le echo un vistazo a su reloj. Anthony se aclaro la garganta, y cuando hablo, se escuchaba un filo de impaciencia en su voz. – Y que hayas pensado finalmente en tu futuro. Gregory sentia que algo se apretaba en la parte de atras de su mandibula. – Solo tengo veintiseis anos -le recordo-. Seguramente soy muy joven como para que tengas que repetirme la palabra finalmente. Anthony simplemente arqueo una ceja.

  • Listo para el Amor (Los McCarthys de Gansett Island 3) de Marie Force

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    Durante los cuatro mejores veranos de su adolescente vida, Luke Harris estuvo enamorado de Sydney Donovan, una visitante estacional y adinerada de Gansett Island. Entonces Sydney se fue a la universidad y nunca mas volvio. Se caso con otro hombre y tuvo dos hijos, mientras que Luke permanecio en la isla, trabajando en el Puerto Deportivo Gansett de los McCarthys y preguntandose que habria salido mal entre el y la unica mujer a la que jamas habia amado. Quince meses despues de que Sydney sufriera la tragica perdida de su esposo e hijos, vuelve a Gansett con el fin de averiguar que hacer a continuacion, lo cual puede suponer que se reavive el romance con el unico hombre de su pasado al que nunca ha olvidado. Pero, ?estara preparada para darle una segunda oportunidad al amor?

  • VERDAD Y PERDON (Amor y Virtud 3) de Rolly Haacht

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    Nueva edicion 2017 ampliada con ilustracion de personajes, mapa de la ciudad, calendario, etc. Si has llegado hasta aqui, creo que sabes lo que vas a encontrarte. O puede que no… Han pasado mas de dos anos desde la ultima vez que supiste algo de los protagonistas. Mentiria si dijese que han cambiado pocas cosas, porque lo cierto es que han cambiado muchas. A partir de aqui se van a ir cerrando todas las tramas, incluso algunas que seguro que creias olvidadas. Todo tiene un porque. Despues del epilogo final aun tendreis que leer los “Sucesos Jamas contados” para terminar de comprenderlo todo, y a todos. Pero no os adelanteis a los acontecimientos. Empezad por el principio. Gracias por llegar hasta aqui.

  • Ropa musica chicos de Viv Albertine

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    Como los viejos elepes, este libro tiene una cara A y una cara B. La primera podria titularse <>. La segunda, <>. Viv Albertine llega a Londres en 1958 con cuatro anos, procedente de Sidney. Estas memorias arrancan con su infan-cia y adolescencia, entre descubrimientos musicales -John Lennon, los Kinks, Marc Bolan-, conciertos –de los Stones, David Bowie…-, primeras escapadas -a Amsterdam- y primeras experiencias adultas -con ladillas incorporadas-. A finales de los setenta, dos encuentros lo cambian todo: conoce a Mick Jones y descubre a Patti Smith. A partir de ahi, Viv se integra en la emergente escena punk y vive en primera linea aquellos anos de revuelta, provocacion y excesos: los Sex Pistols, Malcolm McLaren, Vivienne Westwood, los Clash, Sid Vicious y Johnny Thunders, la formacion del grupo de chicas The Slits, en el que toca la guitarra, los locales miticos, el Soho, con sus cines porno y sus clubs, los conciertos salvajes, la heroina, las peleas con skinheads, el descubrimiento del free jazz y la gira a la que invitan a Don Cherry…, hasta que a principios de los ochenta su banda se disuelve. Arranca entonces la cara B, con la necesidad de reinventarse, el interes por el cine, un aborto, una hija, el cancer de cuello de utero, el divorcio tras un largo matrimonio y su nueva situacion como mujer madura, tema al que dedica una cancion: <>.

  • Un amor que sorprende de Sophie Saint Rose

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    Regina estaba bien hasta que sus hermanas le senalaron que su jefe se metia demasiado en su vida privada, que era un tirano y un dictador. Entendio que debia poner limites pero Mick Randall se resistia. Que sus hermanas hicieran de las suyas era algo que no habia previsto.

  • Trilogia de Mozambique de Mia Couto

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    La obra mas ambiciosa de Mia Couto, en un solo volumen. Una colosal trilogia sobre la historia colonial de Mozambique.

  • Abraza mi oscuridad, Isabel Keats de Isabel Keats

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  • La luna de Joachim Kalka

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    La simbologia y el influjo de la luna a lo largo de nuestra historia son tan amplios como diversos, tan antiguos como vigentes. Y son infinitos los recorridos que pueden hacerse en torno a este astro que siempre ha estado ahi, testigo y parte del desarrollo de las civilizaciones.
    Joachim Kalka presenta en este libro un paisaje tan erudito como personal que orbita en torno a la luna; incluye notas y reflexiones sobre ciencia, filosofia, literatura y distintas expresiones artisticas que van desde la pintura, la escultura y la poesia, hasta otras mas recientes como el cine o el comic.
    El autor nos sumerge en libres e hipnoticas asociaciones que entreveran, con fluidez y naturalidad, aproximaciones biblicas, astronomicas y astrologicas de la luna, su simbologia, mitologia y leyendas, pero tambien la situa como protagonista de grandes hitos de la historia como la llegada del hombre a la luna o la profunda influencia que significo en la obra y pensamiento de grandes autores. Un texto apasionante y poliedrico, siempre inacabado, sobre este ente cosmico misterioso y mutable.

  • Las hijas de Erik de Mercedes Martin

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    ?Puede una mujer vivir de su espada? ?Ofrecer sus servicios en guerras y expediciones de saqueo, sin la necesidad de ocultarse tras un disfraz masculino?
    Siglo diez en Dinamarca, en plena Era Vikinga. Erika “Ojos de Hielo” y Erika “la Berserker”, dos de las hijas bastardas de Erik, son saqueadoras y soldados a sueldo desde que eran apenas dos muchachas. Ha terminado el invierno y ya se disponen las campanas primaverales, que guiaran a cientos de los temidos barcos nordicos hacia Inglaterra. Esta vez, la hija de Erik, a la que apodan “Ojos de Hielo”, no buscara un barco en el que alistarse con la intencion de combatir a sueldo, y asi hacerse con una buena bolsa de monedas y oro, para regresar antes del invierno a su patria. En esta ocasion, lo hara obligada y pretendiendo escapar de los planes que su tirano padre prepara para ella. La huida la llevara hacia una aventura inesperada y peligrosa, muy distinta a la que esperaba cuando abandono su hogar.

  • Desayuno sin diamantes de Merche Diolch

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    Dicen que de una boda sale otra boda.
    Dicen. pero del dicho al hecho hay mucho trecho y lo que menos necesita Pepi es verse inmersa en una nueva relacion. El trabajo la ahoga y todavia no ha olvidado al que fue su gran amor. No, no, no. No puede comenzar nada con nadie, y menos con el, el padre de su mejor amiga.
    La diferencia de edad, distinto estatus social, la discrepancia de ideas y opiniones. son claros indicios de que estan ante una relacion abocada al fracaso. No existiria nada entre ellos, si no fuera por la atraccion que sienten el uno por el otro.
    Solo con la atraccion fisica, el sexo, pero del bueno, no se puede sustentar una relacion. ?No?

  • La promesa de Ruth de Luis David Perez

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    ?Hasta donde estarias dispuesto a resistir por cumplir una promesa?

  • La telarana de Jaume Cabre

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    En la ciudad de Feixes, con la revuelta obrera de la Semana Tragica de 1909 como telon de fondo, las luchas e intrigas para hacerse con el control de una fabrica textil centran un complejo entramado
    de relaciones.

  • Su ultimo suspiro (Tracy Crosswhite 2) de Robert Dugoni

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    Tras resolver el misterio del asesino de su hermana, la inspectora Tracy Crosswhite retoma su labor policiaca.

  • Nada es lo que parece de Alejandro Khan

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    311 d.C Pergamo. El joven escriba Lisandro, tiene una habilidad especial, con la que su amo Blasius esta encantado: puede transcribir exactamente cualquier discurso por largo que sea. Tras pertenecer a varios amos, Lisandro llega a ser escriba en la corte de Constantino el Grande, donde transcribira en un codice, todos los detalles de como el emperador consiguio demostrar la falsedad de los origenes de la secta de los cristianos. Si el codice de Lisandro, llegara a hacerse publico.la Iglesia podria desaparecer para siempre. Un abogado, Mark y dos arqueologos, Hector y Emy, empiezan a investigar la extranisima muerte de Fidel, sacerdote y tio de Mark y de Hector Deveris, tambien arqueologo y padre de Hector y Emy. A medida que avanzan en su investigacion, los jovenes se sienten vigilados y amenazados por los que se autoproclaman como los Milites Dei, o soldados de Dios y por los Aureos, escepticos ateos que rinden culto a phi o el numero aureo (F) En una espiral de accion, que les lleva de Malaga a Estambul, Roma e Israel, el Vaticano, la mafia, los Milites Dei y los Aureos, parecen estar buscando algo desesperadamente, pero al final. nada es lo que parece

  • Catalanes y escoceses de John H. Elliott

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    La imponente historia comparada de Cataluna y Escocia de la mano del distinguido historiador John H. Elliott.

  • Mi boca florece como un corte de Anne Sexton

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    Se une a Poesia Portatil la voz de Anne Sexton, una de las poetas mas importantes de la poesia norteamericana del siglo XX.

  • El ultimo epitafio de Jaime Saiz

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    El cadaver de un hombre despierta no solo la curiosidad, sino el temor, ya que es un importante politico. Un pueblo de solo 300 habitantes que prefiere ir muriendose uno a uno los miercoles de cada semana. Un joven con sindrome de Down que se convierte en detective para solucionar el crimen. Un caso entreverado entre asesinato y raras creencias de un pueblo aislado del mundo, habitado por ancianos que fueron abandonados por sus descendientes y estan obsesionados con la muerte. Un alcalde que no recibe salario y un cabo de la policia incapaz de actuar. Entre maldiciones, misterios, el asesino suelto llega al pueblo embrujado el teniente Torrealta quien junto a Ulises trataran de resolver el caso.

  • Una sombra sobre Madrid de Claudio Hernandez

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    El asesino busca a un mendigo. Sus cuellos rajados y un clavo antiguo atravesando sus bocas, son la marca de identidad de un psicopata que siembra una sombra sobre Madrid. Pablo Manrique, el nuevo inspector de policia sera el encargado de llevar las investigaciones de esta siembra de asesinatos.

  • Tus huellas en mi corazon de Elizabeth Bermudez

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    El gran amor entre Marta Miller y Pablo Balaguer nacio en su adolescencia.
    La vida tenia para ellos otros planes y separo sus caminos de una forma demasiado dolorosa.
    Con el tiempo Pablo se ha convertido en un hombre serio y reformado, responsable de sus actos y de sus sentimientos. Tambien Marta ha cambiado. Ahora es una abogada de prestigio, que por circunstancias medicas graves, se ve obligada a abandonar lo que mas ama y regresar a casa. Volver a todo lo que dejo atras.
    Los caminos de Marta y Pablo se cruzaran sin remedio, se tendran que enfrentar a resentimientos, secretos y ese primer amor que nunca se olvida. La batalla ha comenzado, los sentimientos estan fuera de toda logica que marque la razon, y Pablo no esta dispuesto a perder, tendra que derrumbar todas las barreras de Marta para que su corazon vuelva a latir por el.
    Juntos van a descubrir que el dolor y el amor tienen formas muy parecidas de vencer, tienen la misma manera de dejar huellas imborrables en sus corazones.

  • Un buen hijo de Pascal Bruckner

    https://gigalibros.com/un-buen-hijo.html

    <> es la historia de un amor imposible. El amor a un individuo despreciable. Un fascista autoritario y mujeriego que es a la vez un hombre culto y de firmes convicciones, y que resulta ser el padre del propio Bruckner. Semejante conflicto filial da paso a una maravillosa novela de formacion, personal e intelectual, de quien es uno de los escritores mas solidos y controvertidos del panorama actual de las letras francesas. El hijo adulto se enfrenta en primera persona y sin ningun tipo de mascara narrativa a un personaje por el que siente, a un tiempo, rechazo y compasion, en un relato que nace del odio pero que va adquiriendo un inesperado y reconfortante tinte de ternura. Semejante giro acaba por sorprender al propio narrador. Bruckner no puede culminar su particular condena al padre, y ve como el inspirador rencor de partida se va derritiendo para dejar paso a un timido carino, que no comprension, y a la certeza definitiva de que no es posible juzgar de forma absoluta los comportamientos ajenos. <> es una cruda novela de formacion en la que Pascal Bruckner nos plantea, a traves de su propia biografia, un recorrido por la cultura francesa de la segunda mitad del siglo XX.

  • Rosa de fuego de Carlos Ruiz Zafon

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    Situado en la epoca de la Inquisicion espanola en el siglo XV, <> cuenta la historia de los origenes de la misteriosa biblioteca, el Cementerio de los Libros Olvidados, que se encuentra en el corazon de las novelas de Carlos Ruiz Zafon La Sombra del Viento, El Juego del Angel, y ahora, El Prisionero del Cielo.

  • A lomos del destino de Constanza Chesnott

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  • ?Quien mato a Alex?: El secreto desvelado, Janeth G.S de Janeth G. S.

    https://gigalibros.com/quien-mato-a-alex-el-secreto-desvelado-janeth-g-s.html

  • Hoffland, mis reglas de Jazmin Riera

    https://gigalibros.com/hoffland-mis-reglas.html

    Toda historia de amor tiene dos partes.
    Ella no pudo resistirse a sus reglas, ya escuchaste su version de la historia.
    ?Estas lista para conocer la otra?

  • Detras de un beso de Adriana Rubens

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    Despues de Detras de la mascara y Detras de tu mirada, llega la esperada tercera entrega de la saga ambientada en el Londres de finales del siglo XIX.

  • Bilogia completa Nadie mas que tu de Claudio Hernandez

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    En este libro encontraras dos los libros que protagoniza el nuevo inspector del ano.

  • Las dos primaveras de Jennifer Barnes de Rafael R. Costa

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    Historia de amor de una dama inglesa en el Uruguay de 1870

  • El ultimo regalo de Paulina Hoffmann de Carmen Romero Dorr

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    Paulina Hoffmann crece en el infierno del Berlin nazi, pero el horror invade del todo su vida cuando el ejercito ruso ocupa la ciudad al final de la guerra. En esos dias, su madre toma una decision que marcara para siempre la historia de Paulina: su huida desesperada al Madrid de la posguerra, su apasionada juventud en Espana, su inesperado matrimonio y, sobre todo, el gran amor hacia sus hijos y su unica nieta, Alicia.
    Sera Alicia la que, muchos anos mas tarde y tras la muerte de Paulina, decida viajar sola a Berlin para sumergirse en el pasado de la mujer de la que tanto aprendio y comprender el ultimo secreto de su abuela, una autentica superviviente que logro decidir su propio destino a pesar de los recuerdos y el silencio.

  • Solo volver a empezar, Loren Mills de Loren Mills

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    Ser agente de la CIA es para Zoe el trabajo de su vida. Al menos, hasta que mataron a su prometido y ocho anos despues le informan de que tiene que trabajar con el agente encubierto que le asesino.
    Noah White, un hombre serio y dedicado cien por cien a su trabajo, despertara en ella el odio y el rencor de los actos pasados, pero no seran los unicos sentimientos que surjan entre ambos. Una mision, un viaje, su mejor amigo David y sus dos companeros de armas bastaran para que Zoe descubra que Noah no es el hombre duro que aparenta ser.
    Dos almas destrozadas por la perdida y el dolor descubriran que para el amor siempre existe una segunda oportunidad.
    Solo hay que volver a empezar.

  • Navidad accidentada de Brianne Miller

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    Tras seis anos intentando conseguir su sueno en Nueva York, Zoe por fin podra volver a casa por Navidad. Lo que no esperaba es tener que lidiar con un vecino deliciosamente sexy, aunque odioso… y su enorme y desobediente perro, que la ha tomado con ella sin ninguna razon.

  • Circo de fantasmas de Barbara Ewing

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    El Nueva York de mediados del siglo XIX es una ciudad fascinante, insolente y joven, donde abunda el dinero fresco, gentes llegadas de medio mundo e ideas innovadoras como el telegrafo, el daguerrotipo, la anestesia, el espiritismo, el ocultismo o las mesas parlantes. En el circo de Silas P. Swift se ocultan una madre y su hija -Cordelia y Gwenlliam Preston-, y alli tratan de encontrar consuelo para sus corazones heridos mientras provocan el entusiasmo del publico en la Gran Carpa: Cordelia es una oscura mesmerista con poderes curativos; y su hija Gwenlliam, una aplaudida acrobata y funambulista. Pero en Londres el viejo y depravado duque Llannefydd, victima del resentimiento y de la bilis que lo ahoga, esta dispuesto a pagar diez mil libras a quien asesine a Cordelia y secuestre a su hija. De forma inesperada e irremisible, las dos mujeres se veran mezcladas con las bandas de Nueva York y el departamento de policia.

  • Chapter, Estefania Yepes de Estefania Yepes

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    Max, Salva, Amaya y Julio forman uno de los tres grupos de escapistas mas experimentados de la ciudad, cuyo exito les precede cada vez que visitan una nueva sala de escape.
    Sin embargo, estan tan acostumbrados a seguir unas premisas basicas, en la mayoria de casos identicas, que cuando se presenta ante ellos una oportunidad de traspasarlas, todo lo que creian dominar hasta el momento adquiere de repente una nueva dimension.
    Dos monedas; dos unicas monedas suponen la diferencia entre jugar o pasar, entre correr o frenar, entre pensar o actuar e, incluso. entre vivir o morir.
    Las salas estan cambiando, los juegos son cada vez mas reales, mas vivos, y la tecnologia de las pruebas mucho mas avanzada y excitante.

  • Piscinas vacias de Laura Ferrero

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    Piscinas vacias es el primer libro de relatos de Laura Ferrero, una joven autora que irrumpe con fuerza en el panorama literario y que ha sido calificada como <> por ABC.

  • El mundo amarillo de Albert Espinosa

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    Los <> esas personas que se situan entre el amor y la amistad, esas personas que dan sentido a nuestra vida.

  • El sendero del silencio de Oscar Quiroga

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    Hector de la Vega desarrolla su vida laboral como ejecutivo en una multinacional farmaceutica cuya sede en Madrid lidera desde hace algun tiempo. Los buenos resultados de la compania en Espana ponen en el disparadero positivo a Hector. Vive en la capital de Espana con Inna, su mujer y amor de toda la vida.
    La farmaceutica celebra una convencion anual y el lugar elegido en esta ocasion es Paris, en uno de los hoteles mas lujosos de la capital francesa situado muy cerca de la torre Eiffel. Hector se prepara para marcharse y mientras termina de hacer su maleta nota como la tension con Inna va a en aumento. En el trayecto a la terminal, recibe una llamada de Ana, su companera de trabajo, donde parece advertirle sobre algo que ocurre, pero no termina de saber de que se trata.
    Loana Lanusse, vive en Lausana (Suiza). Se dedica a la representacion y agencia de escritores. Esta especializada en nuevos talentos emergentes y para ello les brinda las herramientas necesarias para convertirse en autores de renombre. A cambio, les pide que se impliquen al ciento por ciento con ella. Esta casada con Remy Dasseville, artista polifacetico con cierto cartel a nivel europeo donde expone sus obras en las mas prestigiosas galerias de arte de las capitales del viejo continente. Loana, casualidad de la vida, tambien viaja a Paris a entrevistarse con unos autores que parecen emerger con fuerza.
    Cada uno por su lado, Hector y Loana se alojan en el mismo hotel. El, alcanza uno de los momentos mas importantes de su carrera profesional al realizar una ponencia economica que, a ojos de Werner Huber-Meier, el presidente de la compania y de su companero Humberto, le da el pistoletazo de salida a un futuro cercano en el tiempo. Ella, tras sus encuentros con los escritores y conseguir ser su agente y representante, puede alcanzar ese estatus que anda buscando desde hace tiempo para dar un salto de calidad en su vida profesional y personal.
    Los dos, se encuentran de forma fortuita en el lounge bar del hotel y comienzan a hablar. Da la sensacion que se conocen de toda la vida aunque es la primera vez que se miran a los ojos.
    Todo ello modela EL SENDERO DEL SILENCIO

  • Nora: Diario de una amante de Esperanza Alonso Campos

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    Nora solo quiere amar y ser amada, pero la suerte no le acompana en su empeno. Ella misma nos cuenta sus aventuras y, sobre todo, sus desventuras romanticas. ?Sera capaz de encontrar a su hombre ideal?

  • Vuelve el Boss de Lexy Timms

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    Jamie Connors ha decidido que tener trabajo es mas importante que tener novio. Ha conseguido un puesto extraordinario como asistente personal del multimillonario Alex Reid. Todo deberia ser profesional, pero Jamie acaba en la cama de Alex. Ella es inteligente, guapa y esta ligeramente gordita; no piensa que sea lo suficientemente atractiva para un hombre como Alex. Intenta cumplir con su trabajo y sacar todo el tiempo posible para la boda de su hermana. Asi, Jamie acaba queriendo complacer a todo el mundo. Toda al atencion de la familia esta puesta en la boda de la hermana, algo que a Jamie no le importaria si su hermana no fuera tan mandona, si su madre no la molestara tanto y si su desagradable ex no estuviera a punto de convertirse en su cunado.

  • Operacion Rigoletto de Ricardo Hansen

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    Heriberto y John habian planificado la estafa perfecta, pero cometieron un error, involucrar a Sofia. Ella habia perdido lo que mas amaba y cierto dia, comenzo a sentirse observada. Su mascota ladra incesantemente hacia la puerta. Esta sola e indefensa en medio de su mansion. Atizaron el fuego de su odio y ahora clama por venganza. Su vida cambio radicalmente desde aquella vez y ellos, comprendieron tarde de cuanto seria capaz.

  • Seduciendo su Corazon (Manhattan Dinner Club 2), Jean Joachim de Jean Joachim

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    Dentro de una moderna casa en el noreste de Manhattan, saltan chispas cuando la arrendataria Bess Cooper, tan exquisita como los postres que prepara en su programa de reposteria en la TV, choca con su guapo nuevo vecino Whit Bass, un reconocido periodista de radio intimamente relacionado con una modelo bien sofisticada, de esas que complementan cada uno de sus trajes y vestidores.
    Al igual que su famoso y dulce pastel de manzana, Bess tiene un guapo novio policia -y su pijamada del viernes- quien alega que sus asuntos secretos de la policia le impiden arrastrarse bajo sus sabanas con mas frecuencia- y un companero de por vida, su pug, Dumpling.
    El Sr. Whit, tambien conocido como Sr. Sin Compromiso, es un mujeriego de voz suave y persuasiva. Bess es el tipo de chica que haces madre de tus hijos y que cree en los “vivieron felices para siempre”. Aun asi, contra su voluntad, ella y este hombre se atraen mutuamente con la fuerza de los polos de un magneto. ?Tendra Bess la fortaleza para sobrevivir a un corazon destrozado – de nuevo? ?Estara Whit persiguiendo un sueno de exito a medio mundo de distancia, o corriendo asustado? Desesperada, Bess se va a su “club de cenas de los lunes” – sus fieles cuatro amigas, todas duenas de pugs. Combinando aventuras empresariales de alto nivel y el impresionante climax de un crimen altamente confidencial, de esos que explotan en los periodicos, !este cuento torrido te dejara sin aliento!

  • Lady Marian de Jane Mackenna

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    Marian Mackencie, desde que tiene uso de razon ha tenido suenos extranos y la sensacion de no pertenecer a ningun sitio. Al morir Esmeralda y Marcus quienes creia sus padres, descubrira al fin el secreto que le ha sido ocultado durante toda su vida, quedando asi dividida entre su amor prohibido y su deseo por regresar a su verdadero hogar, del que fue arrancada sin piedad siendo un bebe.
    Eric Darglinton, condenado por sus padres a casarse sin amor con una rica heredera, pero decidido no acceder a un matrimonio igual de infeliz que el de ellos, rompera todo vinculo con su tierra y emprendera el mas arriesgado de los viajes en busca de la mujer que verdaderamente ha amado toda su vida.
    El sera el proximo Duque de Darlington y ella una simple criada.
    Dos mundos distintos, dos corazones que no entienden de clases sociales.

  • La Metamorfosis de Franz Kafka

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    La metamorfosis relata la peripecia subterranea y literal de Gregor Samsa, un viajante de comercio que <>. En pocos libros de Kafka queda tan explicito y tan nitido su mundo como en La metamorfosis, en la que el protagonista, convertido en bestia, sumido en la mas absoluta incomunicacion, se ve reducido cruelmente a la nada y arrastrado inexorablemente a la muerte. Otros escritos de Kafka desarrollan rigurosas variaciones paralelas, desmenuzan inexorables pesadillas, asignan obsesiones enigmaticas a personajes desorientados y vencidos, pero tal vez sea La metamorfosis la narracion que mejor expresa al <>. De ahi que merezca la calificacion unanime de obra perfecta y obra maestra, un texto decididamente superior en el panorama de la literatura universal del siglo XX.

  • Tempestades del destino de Pilar Lepe

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    En solo dos dias la vida de lady Violet Orchmond se vio trastocada por la fatalidad: su esposo fue acusado injustamente de traicion a la corona, y posteriormente ejecutado. Ahora, viuda y sin bienes decide huir de Inglaterra, para que la mala fortuna que llevo a lord Orchmond a la horca no los alcance tambien a ellos.
    Asi comienza un largo periplo para esta mujer y sus dos hijos, que tiene como finalidad llegar a Australia. Con mas temple que razonamiento, conseguira embarcarse entre personajes peculiares, o en otros casos indeseados. Sin saber si lograra cumplir su objetivo, pero un hombre que no monta un corcel blanco sino las olas del mar, se encargara de convertirse en su guardian.

  • El silencio de la noche de Sherrilyn Kenyon

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    Es navidad y todo el infierno se viene abajo. Literalmente, mientras los humanos estan de compras, un enfadado Senor de los Demonios esta planeando un supremo y violento ataque contra sus enemigos, ?para cuales? Desafortunadamente para nosotros, incluye a la raza humana. Pero cuando Stryker convoca sus fuerzas, descubre que tiene un hijo ya crecido y que nunca ha sabido de su existencia y una furiosa ex, Zephyra, que esta tan decidida a acabar con su existencia como el lo esta de acabar con la nuestra. El ultimo de los predadores esta a punto de encontrar a su igual cuando se trazan nuevas lineas de batalla y se recupera a los DarkHunters para un bano de sangre en Nochebuena. La unica pregunta es esta: ?Podra sobrevivir Stryker a su mas viejo enemigo para enfrentarse a quien quiere matar realmente o tendra Zephyra su oportunidad ante el marido que la abandono?

  • Princesa La Hija Prometida de de Alena Garcia

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    Los pasos de Eva sobre la nieve hacian a esta crujir como si fueran cristales aplastados. Una vez, un amigo de su padre, un ruso de origen cosaco, del Don, le dijo que aprenderia a conocer la intensidad del frio en cuanto diese dos pasos por la nieve. Y asi era. Cuando la nieve cruje mucho, es que el frio se acerca o pasa de los veinte grados bajo cero. Hacia veintiseis grados bajo cero aquella tarde de febrero en Moscu. Eva caminaba ensimismada, hipnotizada por el sonido de cada uno de sus pasos sobre la durisima y crujiente nieve. Tras una caminata de mas de veinte minutos, entro en un cafe para calentarse un poco y descansar. La cafeteria era pequena, coqueta y acogedora. Habia entrado alli sin saber muy bien por que; algo atrajo su atencion. Se sento en una mesa de la esquina, la mas alejada de la puerta. De inmediato aparecio un camarero para preguntarle que deseaba. El chico era alto, rubio, de grandes ojos verdes un tanto rasgados, con salientes pomulos casi mongoles. El tremendo atractivo fisico del muchacho no pudo pasar desapercibido a Eva, a la que le subio un leve rubor a las mejillas. Una cara como aquella era mas apropiada para el teatro o para el cine que para estar en aquel diminuto cafe de Barvija, a las afueras de Moscu. El joven le entrego a Eva la carta, pero ella la rechazo con un gesto de la mano. --No hace falta, gracias. Solo quiero te, te negro. Que este ardiendo, por favor. He entrado solo para calentar un poco el estomago y la garganta -- dijo ella elevando imperceptiblemente las comisuras de sus labios en un intento, vano, de sonreir. --Ahora mismo se lo traigo, senorita -- dijo el amable camarero con una franca y preciosa sonrisa que dejo ver las dos filas de dientes perfectos y blancos. Eva se sentia a gusto en ese lugar, como no se habia sentido desde hacia anos. No queria irse. Pidio otro te y un trozo de pastel casero que le recomendo el guapisimo camarero. Algun ingrediente no identificable por su paladar la traslado a su infancia. Recordo las fiestas en su casa de Marbella, en el sur de Espana, en la luminosa y sin par Andalucia, su amada tierra de adopcion. Su padre le preparaba unas fiestas de cumpleanos que eran la envidia de todos los ninos ricos de la zona de San Pedro de Alcantara, casi todos ellos hijos de extranjeros de todas las partes del mundo afincados en ese paraiso natural que es la Costa del Sol. Tantos recuerdos provocaron que Eva perdiera la nocion del tiempo. Se quedo alli sentada, como un barco anclado en alta mar, con el tenedor en la mano derecha y el ultimo trozo de pastel pinchado, pero sin terminar de llevarselo a la boca. El camarero noto que algo le ocurria a aquella extrana chica. No pudo dejar de percibir que era millonaria. El abrigo de pieles y el anillo de diamantes que lucia bastaban. --Senorita, ?se encuentra usted bien? ?Necesita que le llame un taxi? --Si, si, estoy bien, gracias -- contesto ella saliendo del letargico bucle de recuerdos que se habia apoderado de su mente. --Es que tengo que cerrar. Hace tiempo que dieron las once. No queria interrumpirla, lo siento, pero he de cerrar y marcharme a casa, es tarde. Son casi las doce. --Oh, perdoneme. ?Por que no me dijo nada? Estoy tan bien aqui, tan a gusto… Se me ha pasado el tiempo volando. Eva se levanto de la silla con apresuramiento. Rebusco en su bolso, saco la cartera y dejo un billete de cinco mil rublos sobre la mesa. La cuenta de los dos tes y el pastel no pasaban de los setecientos rublos, por lo que el camarero se apresuro a ir a la caja para darle el cambio. Cuando volvio a la mesa, Eva ya salia, diciendole buenas noches y dejandole alli con una propina de mas de cuatro mil rublos. Sasha salio a la calle. --Senorita, oiga, el cambio, se deja el cambio -- grito el. Eva estaba a punto de entrar en un Mercedes negro, de lunas tintadas, con un hombre de mas de dos metros que le abria la puerta. Ella se giro y le dijo, con una sonrisa: --Por las molestias. Sasha se quedo mirando, con la boca abierta, como desaparecia la berlina de lujo a toda velocidad, pero sin hacer un solo ruido. Se habia quedado con las ganas de decirle algo mas. Eva le parecio la mujer mas bonita que habia visto nunca. Y tambien la mas triste. * * * * --Me habeis seguido, ?verdad? – inquirio Eva tanto al chofer que conducia como al copiloto. --Esta zona, de noche y con esta helada, no es apropiada para una mujer joven -- contesto severo y frio Andrei, el copiloto. --Solo he salido a estirar un poco las piernas, a pasear. Os lo he dicho. Que salia a pasear. Me habria gustado volver andando a casa. --Tenemos ordenes, Eva Valerievna -- respondio Andrei con el tratamiento formal de nombre mas patronimico. --Si, lo se, lo se. Soy su esclava. No hace falta que me lo recordeis a cada paso. Yo misma renuncie a mi libertad -- le corto Eva, apretando los labios mientras intentaba contener una lagrima que pugnaba por precipitarse por la mejilla. * * * * El Mercedes llego al palacio de Viktor Sokolov, tras pasar tres controles de seguridad donde, en cada uno de ellos, salieron dos hombres con chalecos antibala y armados con fusiles de ultima generacion. Eva salio del vehiculo, entro en la casa y se dirigio a su habitacion, subiendo por las escaleras de madera. Una voz la interrumpio en su ascension. --!Eva! --Si, Viktor, dime… --?Por que has vuelto tan tarde? Hace mucho frio, te puedes resfriar. No estas acostumbrada a estos inviernos. --Solo he salido a estirar un poco las piernas. Queria andar. Finalmente he entrado en un pequeno cafe que hay a veinte minutos de aqui, en la carretera. Alli he perdido la nocion del tiempo. No me diras ahora que estabas preocupado por mi. Viktor subio unos pocos escalones y se quedo a dos metros por debajo de ella. La miro a los ojos, con intensidad, con una mirada que Eva aun no era capaz de descifrar. No sabia si la mataria algun dia o la forzaria como un salvaje cualquiera, amparado en su poder y su "trato". Pero Eva no bajo su mirada y se la sostuvo con firmeza. Finalmente, Viktor dijo: --Esta bien, haz lo que quieras. Despues, bajo las escaleras y se introdujo en su despacho, un cuarto al que Eva tenia prohibido el acceso. Ella entro en su dormitorio, una estancia de casi cien metros cuadrados, con bano propio y muebles italianos de lujo. La habitacion estaba demasiado recargada para su gusto. No se podia decir que fuera hortera, como sucedia en muchas casas de nuevos rusos (nuevos ricos), pero con menos de la mitad, se decia Eva, habria quedado mas elegante y espaciosa. Se tumbo en la cama sin quitarse la ropa y cogio el libro que estaba leyendo desde hacia unos dias. Doctor Zhivago, de Boris Pasternak. La pasion por los libros de Eva le venia de su madre, Natalia, poetisa y critica de arte, especialista en el Siglo de Plata de la literatura rusa, con varios ensayos publicados sobre el tema. Pero Natalia se caso con Valeri Novikov, un inteligente hombre de negocios que acabo metido en asuntos sucios de mafias. Se trasladaron a vivir a Espana y alli nacieron sus dos hijas: Yevguenia y Eva. Natalia dejo de escribir ensayos, mas nunca abandono la lectura, un habito que lego a la menor de sus hijas: Eva. Eva leia y leia. La lectura de los clasicos rusos suponia su unico consuelo y un eficaz antidoto contra la depresion y la amargura que amenazaban con instaurarse para siempre en su alma. Pensaba en el camarero que habia conocido esa tarde, y en el acogedor cafe donde se sintio libre por unas horas. Manana volveria a ir, se dijo, mientras recorria con la mirada las peripecias que les sucedian a Yuri y a Larisa. Al dia siguiente, hacia las cinco de la tarde, se disponia a salir de la mansion para tomar te en la pequena cafeteria que habia descubierto. Cuando cogia del perchero su abrigo de vison blanco, Viktor salio de su despacho para interesarse por su repentina salida. --?Adonde vas ahora? – inquirio groseramente. --A dar un paseo y a tomar un te. Llevo aqui todo el dia sin estirar las piernas, me duele la cabeza y necesito aire -- contesto Eva. Esta tarde vienen unos amigos a cenar y quiero que estes en casa. La cena es a las ocho en punto. No vengas mas tarde de las siete y media. --Podrias haberme avisado -- senalo ella. --Si, podria haberlo hecho. Pero ya ves que no ha sido asi -- zanjo el entrando en su despacho. Eva agarro el abrigo con rabia y salio al frio exterior donde la helada le golpeo en la cara nada mas abrir la puerta. Seguia haciendo veintiseis grados bajo cero, y ademas habia una leve brisa que metia el frio por el cuerpo a traves de los ojos. A Eva, de todas formas, le gustaba respirar la helada, sintiendo como el aire descendia hasta sus pulmones, siendo por vez primera consciente de tener esos organos