• Los cuatro santos de Jose Joaquin Bermudez Olivares

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    Tras su ultima aventura internacional en El hombre de negro, Rafael Sanchez vuelve para completar su Trilogia del medio siglo. Con el trasfondo del <> salvado gracias a Antonio Oliver y Carmen Conde (de cuya entrada en la Real Academia se cumplen ahora cuarenta anos), Jose Joaquin Bermudez Olivares nos lleva con su habitual estilo oblicuo y alusivo, rico y elusivo, barroco y desasido, desde Cartagena hasta la sierra abulense y desde la costa inglesa hasta Madrid, en una postrera peregrinacion de su personaje entre el conocimiento y la desolacion. Con ecos de Dickens, Henry James, Torrente Ballester y tantos otros, el autor nos habla: <>… Con Los cuatro santos, Rafael Sanchez se despide de ustedes.

  • Habitaciones Cerradas de Care Santos

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  • Las cartas de Elena Francis de Armand Balsebre , Rosario Fontova

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    Elena Francis, un personaje de ficcion, se convirtio en la consejera sentimental de las espanolas a traves de un consultorio de radio.

  • Y si tu me perdonas (Alana 3) de Iris Romero Bermejo

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  • El Reino de Istar de Margaret Weis

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    El mundo de Krynn es fuente de inagotables sorpresas, basten dos ejemplos: en uno de los siete cuentos incluidos en el presente volumen, un Kender se convierte en caballero de Solamnia (bueno, casi lo consigue). En otra narracion, un ogro llega a ser salvador de la caza de los enanos, !vivir para ver! El libro se cierra con una novela corta de Margaret Weis y Tracy Hickman, <>, en la que se cuenta la suerte que corrieron los verdaderos clerigos y como Nuitari, guardiana de la magia negra, intenta frustar las ambiciones del hechicero Tunica Negra, conocido como Fistandantilus.

  • Su ultimo suspiro (Tracy Crosswhite 2) de Robert Dugoni

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    Tras resolver el misterio del asesino de su hermana, la inspectora Tracy Crosswhite retoma su labor policiaca.

  • Laura y el misterio de la isla de las gaviotas de Javier Holgado

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    En los ocho anos que Susana llevaba viviendo en el faro era la primera vez que las gaviotas la despertaban con sus graznidos. Se levanto de la cama, un poco desorientada porque era temprano. Habia tenido un sueno muy profundo, debido sobre todo a las pastillas para dormir que habia tomado la noche anterior. Miro por la ventana. Desde alli podia distinguirse la Cala del Santo, uno de los lugares de la isla elegidos por las gaviotas para asentar su bandada. Algo estaba pasando: se las veia realmente alborotadas. Muchas de ellas extendian sus alas, gesto que ejecutaban cuando estaban a punto de atacar al verse en una situacion de peligro. Intrigada, comenzo a vestirse con la intencion de bajar a la cala y comprobar lo que ocurria. Cogio unos vaqueros, una camisa y un jersey grueso de algodon: a pesar del buen tiempo del que habian disfrutado durante las ultimas semanas, el cielo habia amanecido encapotado, y era mejor prevenir. Tenia treinta y cinco anos, era morena y muy atractiva. Vestida asi, con ropa de campana, costaba imaginarla viviendo en ningun otro sitio que no fuese aquella isla. Mucha gente opinaba que llevaba una vida demasiado solitaria, pero era lo que ella deseaba. A menudo la habian oido decir que las aves eran lo unico que le importaba, las unicas que seguian estando ahi, en los buenos y en los malos tiempos, estuviese sola o acompanada. Su pasion habia comenzado cuando, siendo una nina, su madre la habia llevado a ver Los pajaros, de Alfred Hitchcock. La pelicula le parecio aterradora, pero al salir del cine Susana habia descubierto que el lado oscuro de esos seres a los que no se prestaba atencion, a los que se daba por hecho, la fascinaba. Ademas, habia sentido cierta afinidad con las aves de la pelicula. En ella, las causas por las que los pajaros querian exterminar a la humanidad no estaban explicadas. Puede que fuese un simple mecanismo de defensa, ya que el hombre iba a terminar arrasando el planeta y habia que evitarlo de cualquier manera. O puede que estuviesen castigando a los humanos por alguna culpa atavica o milenaria de la que ellos eran absolutamente inconscientes. No lo sabia. Pero en su caso, si que tenia muy claro por que a veces sentia la necesidad de que todos los que la rodeaban desapareciesen. La causa era sencilla: no lo habia tenido nada facil en la vida. Un padre que se esfumo cuando se descubrio que era un estafador y que habia desplumado el negocio de telas que la familia de su madre tenia desde hacia varias generaciones, fue el primero de los hitos en un camino algo complicado. A este se anadieron las dificultades economicas derivadas de la bancarrota de la empresa, el acoso escolar que habia sufrido desde siempre debido a su caracter algo hurano y retraido, y unas cuantas decepciones amorosas y relaciones frustradas. No habia pensado en ninguna de estas cosas desde que vino a vivir al faro rehabilitado que habia en la isla. El estudio de las gaviotas y la correspondencia con ornitologos que vivian en cualquier parte del planeta ocupaban la mayor parte de sus pensamientos. Por eso, mientras se miraba en el espejo del bano, terminando de arreglarse, se reprochaba que quiza todo lo que habia estado ocurriendo durante las ultimas semanas habia sido en parte culpa suya. Si no hubiera estado tan absorbida por su trabajo de campo, podria haber percibido las senales. Y haberles prestado atencion. Entonces no habria sido demasiado tarde. Salio de su habitacion, situada en la base del faro, y se dirigio a la cocina. A menudo solia subir las escaleras de caracol que conducian a la linterna para ver como el sol de la manana hacia brillar el mar, pero ese dia no tenia ganas: el cielo parecia anunciar tormenta y ademas creia que esa manana, en vez de sentirse afortunada por vivir en la pequena isla y poder disfrutar del panorama que se divisaba desde arriba, no haria otra cosa que mirar la costa con nostalgia, deseando volver, deseando que los seis ultimos anos de su vida se borraran y desaparecieran, desde el mismo momento en que Celia le propuso ir a la Isla de las Gaviotas y vivir en el viejo faro deshabitado y en desuso. Habia roto la regla que se impuso como norma de vida: ocuparse unicamente de los pajaros, y ahora estaba a punto de pagar las consecuencias, como habia ido descubriendo asustada las ultimas semanas. Intentando animarse, comenzo a silbar mientras fregaba los platos de la cena a la vez que ponia en el fuego una cafetera. Un pensamiento cruzo su cabeza, tan rapido que fue incapaz de atraparlo. Se trataba de algo que alguien le habia dicho alguna vez acerca de los faros, pero en ese momento era incapaz de recordarlo. Cuando el cafe estuvo listo, puso comida en el cuenco de Trufa, la labrador de color crema que habia sido su compania desde que la rescato de una perrera. --!Trufa! !Trufa! --llamo, hasta que cayo en la cuenta de que lo que acababa de hacer era un gesto maquinal, impuesto por la costumbre. Su perra no iba a ir a por su comida, haciendole fiestas y cubriendola de lametones, como todas las mananas. Habia desaparecido hacia unas semanas, sin dejar rastro. Tras dias de busqueda, desesperada, Susana estaba convencida de algo: en una pequena isla de quince kilometros cuadrados no habia ningun lugar donde un perro pudiera esconderse. Y no creia que hubiese podido despenarse por ninguno de los acantilados. El animal tenia miedo de las alturas, sollozaba cada vez que Susana se asomaba a uno de ellos para observar a sus gaviotas. Se quedaba unos pasos atras, llorando y lanzando gemidos, aterrorizada, hasta que Susana se reunia con ella. Solo habia una manera por la que Trufa se hubiera arrimado a un acantilado: que alguien la hubiera obligado. Susana estaba convencida de que alguien la habia arrojado al vacio. Ademas, esa explicacion casaba perfectamente con la serie de pequenos atentados que habia sufrido durante las ultimas semanas. Un dia, al llegar a casa, encontro todos sus cuadernos de campo y los diarios con sus anotaciones sobre el comportamiento de las gaviotas tirados por el suelo, en completo desorden. Algunas de sus paginas habian sido arrancadas y quemadas en la chimenea. Otro dia, el objeto de la rabia del misterioso atacante fueron las fotos que tenia colgadas en el salon. Muchas eran instantaneas de algunos de los pajaros que habia observado y controlado anos anteriores. Tambien tenia retratos de Juan, un novio con quien mantuvo una relacion durante bastante tiempo, y que, de no haber muerto en un accidente de coche, estaria ahora mismo alli con ella compartiendo sus inquietudes. El caso es que alguien habia descolgado todos los retratos y los habia manchado con pintura roja, que asi, a primera vista, parecia sangre. En la misma incursion, el intruso habia destrozado tambien los delicados arreglos florales que poblaban los parterres que rodeaban el faro. Susana dio parte de los hechos a la policia y consiguio que se interrogara a las personas que residian en la isla en aquel momento, pero no sacaron nada en claro. Inquieta, mando poner una costosisima cerradura de seguridad en la puerta de roble que servia de entrada. Y los estrechos barrotes que protegian todas las ventanas del faro impedirian cualquier intrusion. Como consecuencia, los robos y los actos vandalicos cesaron. Pero Susana no podia comprender quien podia albergar semejante rabia contra su persona: era de natural pacifica y no creia haber hecho dano a nadie en su vida, al menos conscientemente. El atacante tenia que ser alguien cercano a ella, alguien de la isla, pero ?quien? Nunca hubiera sospechado que la solucion a ese misterio estaban a punto de proporcionarsela los seres que menos imaginaba: las gaviotas. Susana se acerco al borde del acantilado. El tiempo se estaba revolviendo despues de unas semanas de calor sofocante y el viento soplaba cada vez mas fuerte. No era el mejor dia para andar trepando entre penascos, pero eso no le importo. Queria saber por que las aves estaban tan alborotadas. Abajo, en las rocas, las gaviotas seguian moviendose inquietas. Algo habia pasado. Susana comenzo a bajar con cuidado por el sendero que conducia hasta la playa de piedra, mientras se preguntaba por primera vez en su vida, a la vista de lo ocurrido las ultimas semanas, si su pasion por los pajaros merecia la pena, teniendo en cuenta todo lo que habia sacrificado por ellos: retirarse a esa isla para poder estudiar a sus gaviotas en un entorno no demasiado contaminado por el hombre; pasarse gran parte del dia observandolas y haciendo anotaciones en su cuaderno, hiciese frio o calor, lloviese o nevase; renunciar a vacaciones; ausentarse de bodas y bautizos de amigos que ya hacia tiempo que habian dejado de llamarla, incapaces de creerla cuando decia que su calendario dependia de las costumbres de sus aves… ?Y que habia recibido a cambio? Nada. Se desvivia por unos seres para los que ella nada significaba. <>, se dijo a si misma. <> La mayoria consideraba las gaviotas como una especie de ratas voladoras, seres que se alimentan de carrona, agresivos y muy celosos de su entorno. Susana se reia del desconocimiento de la gente: no solo englobaban bajo el termino gaviota una gran cantidad de especies que no tenian nada que ver con ellas, sino que ademas se trataba de seres fascinantes: probablemente eran las aves mas inteligentes de todas, y su organizacion social resultaba tan compleja que parecia imposible que no hubiese sido disenada por una mente racional. La especie que poblaba esa isla era la Larus argentatus, el genero mas extendido en el hemisferio norte. A Susana no le importaba que sobre esa especie estuviese todo dicho. Consideraba que siempre se podia aprender algo nuevo. Y el tiempo le dio la razon: si el estudio que estaba llevando a cabo se revelaba verdadero podian cambiar muchas cosas. Cuando llego a la playa, Susana comprendio la razon de semejante alboroto. Las aguas estaban tenidas de rojo. Varias gaviotas estaban muertas sobre las rocas o flotando en el mar. Sus cuerpos presentaban infinidad de pequenas heridas por las que todavia manaba la sangre. De inmediato supo lo que habia ocurrido: otro ejemplar las habia atacado, matandolas a picotazos. Y solo conocia un ejemplar de esa bandada capaz de hacer algo asi, capaz de atacar con esa ferocidad. Le bastaron unos segundos para localizarlo. Era el unico que no se movia nervioso, el unico que permanecia quieto como una estatua sobre una de las rocas, mirandola fijamente, todavia con sangre seca en el pico y heridas humedas en su plumaje. Conforme Susana se le fue acercando, no intento asustarla extendiendo las alas o soltando graznidos enfurecidos. Permanecio inmovil. Los dos se quedaron frente a frente durante unos segundos: la ornitologa extendiendo sus brazos, dudando si coger el ejemplar; la gaviota mirandola desafiante, retandola a que lo hiciera.

  • Cuando la sociedad es el tirano de Javier Marias

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    Cuando la sociedad es el tirano reune los noventa y seis articulos publicados por Javier Marias en el suplemento dominical El Pais Semanal entre el 5 de febrero de 2017 y el 27 de enero de 2019.

  • Feudalismo de Liborio Salazar

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    Retrato descarnado de una de las ultimas grandes pervivencias feudales: la universidad, una institucion de privilegios, servidumbres, abusos, corrupcion y luchas encarnizadas por el poder, que sirve de refugio a pederastas, parasitos indolentes, misantropos y meritorios.

  • La Escala De Los Mapas de Belen Gopegui

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    La escala de los mapas es la historia del miedo a ser amado y su metafora, y una reflexion sobre la diferencia entre las cosas que ocurren en el espacio y aquellas que suceden en el tiempo.

  • 24 besos de Caroline March

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    Alex es inconformista, reaccionaria, sonadora y una aventurera incansable hasta que sucede algo terrible y tiene que cambiar la perspectiva con la que ve su futuro. Cuando piensa que ya no hay salida, una descabellada propuesta trastocara su existencia.

  • Siete susurros de Roser A. Ochoa , Yolanda Garcia

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    Desde el principio de los tiempos han existido romances que se hicieron eternos. Entre estas paginas encontraras siete efimeras historias de amor, cargadas de ternura, sensualidad, nostalgia, magia, alma…

  • O’Quinn (13 Milimetros 2) de Beatriz G. Lopez

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    Diferentes indicios han llevado al narcotraficante Annibal Scorpio y a los suyos a localizar al presunto autor de las famosas muertes. La sanguinaria venganza llevada a cabo no fue suficiente, y Scorpio pide explicaciones al grupo criminal al que pertenecia el asesino. El lider, O'Quinn, no duda en negar su implicacion y buscar una via de escape.
    En la organizacion de Scorpio creian haber borrado del mapa cualquier rastro dejado por el celebre numero trece, pero nada mas lejos de la realidad: se dan cuenta de que sus problemas no han hecho mas que comenzar. Quien se encuentra detras de los ataques no es el unico que acecha al traficante. La policia le sigue muy de cerca, esperando un paso en falso para poder avanzar en la investigacion y, de paso, cazar a Annibal.
    Amenazas, tiroteos, muerte. Y la certeza de que la confianza es un lujo que no se puede permitir.

  • Se buscan princesas (Forever 1) de Cristina Bosca

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    Una novela agil y joven, fresca, un fan fiction sobre los Gemeliers, una historia inolvidable que habla de musica, de fans, del amor a diferentes edades, de la amistad, de la traicion y de surf…

  • Corey (Detras de la musica 4) de Yunnuen Gonzalez

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    Mala suerte. ?O esperando al destino?

    Ser el guitarrista principal de The Radicals asegura fans por monton, siempre dispuestas a cumplir fantasias. La fama da eso y mas.

  • El conflicto de Eden de Annemarie Brear

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    North Yorkshire, Inglaterra. Agosto, 1901 Eden reposaba sobre el pasto reconfortante, con los ojos cerrados contra el brillo del sol, mientras este banaba con sus rayos su rostro. Podia escuchar el zumbido de los insectos que caminaban junto a su cabeza; emitian un sonido laxo, perezoso, muy parecido a como ella se sentia en aquel momento. El calor veraniego impregnaba su cuerpo a traves del delgado vestido de lino azul. Sus piernas y brazos pesaban mucho; su mente estaba tranquila. Los ecos de las risas continuaron con la brisa caliente. Mientras sus hijas se remojaban en el rio Aire, ahi junto a las rocas, donde se produjo una estrepitosa revuelta. Las chicas intentaban hacer participe a su padre de tal diversion, lo salpicaban de agua lo mejor que podian. Eden, por su parte, se deslizaba suavemente por el pasto, aplastando la hierba circundante con cada movimiento que hacia, liberando el aroma de la vegetacion. Suspiro con completa satisfaccion y su rostro esbozo una sonrisa de gusto culposo. Dias como estos, ociosos, eran extranos pero muy bellos. Todo lo que existia en su mundo era bueno. --?Como despierto a una bella durmiente? Cuando Eden desperto vio a su esposo, que estaba a unos pocos pasos de ella, con una expresion traviesa en su rostro. --!No con las manos mojadas, te lo digo, Nathan Harris! Este dejo caer su cuerpo y apoyo su cabeza en el pecho de ella. --Esposa, eres una mujer cruel. --Asi es. --Ella cerro nuevamente los ojos y acaricio su cabello castano--. ?Las chicas estan muy mojadas? --Si y contentas. --Con una mano acariciaba su pecho, con la otra recorria su silueta a traves de la falda--. De hecho, estan tan ocupadas hablando que podemos divertirnos unos minutos… --En verdad lo crees, ?eh? --Riendose, tomo la mano juguetona de su marido--. Prefiero quedarme aqui, en silencio y no hacer nada, para variar. --Esta bien, tu relajate, yo me divertire un poco…. --Su voz se convirtio en un susurro ronco al mordisquear la piel suave debajo de la oreja izquierda de su mujer. Eden abrazo el cuello de su esposo, introduciendo sus dedos en el cabello de este. --Te adoro, esposo. --Awww, mi nina…. --Nathan la beso y luego se engancho sobre su codo, el amor que sentia por ella se reflejaba en sus pupilas grises. Ella acaricio su mejilla, aspera como cerdas. --En un par de anos cumplire treinta, ya no sere mas una nina. --Siempre seras mi nina, a la que amare. --El tapo el sol mientras bajaba la cabeza para darle otro beso tierno y suave, con sabor a la cerveza que habia bebido durante la comida. Frotando su nariz con la de ella, recorrio con sus manos su cintura, ella, por su parte, la apreto con fuerza contra el. --Incluso, cuando tu cabello se tine de color gris y ya no tengas dientes, seguiras siendo mi nina --dijo Nathan. Balbuceando de risa, ella lo abofeteo carinosamente. --!Descarado! ?Te dices llamar un amante? Nathan rodo sobre su espalda, llevandola con el. --?Quieres que te demuestre que tan buen amante puedo ser? --El procedio a desabrochar el boton superior de su vestido, pero en ese momento sus hijas, Josephine y Lillie, llegaron corriendo. Sentada y acomodandose la falda, Eden le sonrio a sus queridas pequenas, que cayeron en una marana de enaguas y risitas humedas. Sus ninas estaban bien alimentadas y sanas, no como otros ninos del pueblo. Habian tenido la oportunidad de asistir a la escuela, en vez de trabajar en los molinos y las minas de la zona. Ella y Nathan habian acordado que sus hijas tuvieran acceso a la educacion, como sus padres, para procurarles una mejor vida. Al escuchar a Josephine contarle a Nathan los colores de una libelula que vio, Eden les dio manzanas rojas, arrancadas de los arboles frutales de su propiedad. Despues de que las chicas se marcharon nuevamente, Eden recogio el pequeno picnic. --?En que momento paso tan rapido el tiempo, Eden?, ?En que momento crecieron? --Murmuro Nathan al verlas correr por la loma, riendo con inocente alegria. Ella lo miro. --Apenas tienen siete y seis anos, todavia no son mujeres. --Lo se, pero extrano cuando las arrullaba en mis brazos. Creia que podia protegerlas mejor en ese entonces. --Tambien puedes hacerlo ahora. --No como quisiera. A veces quiero cerrar la puerta de la cabana y no abrirla mas. Ella se sento sobre sus talones y lo miro detenidamente. Era la primera vez que notaba la delgada capa color plata en su cabello, y que las lineas que recorrian de su nariz hasta su boca, eran mas profundas. Era un hombre atractivo, un hombre tranquilo. Lo que suele llamarse un pensador profundo. El medito y sopeso sus pensamientos y acciones, que estaban en contraste con ella. Ella hacia todo con prisa, aun no terminaba de hablar de un tema cuando ya estaba deseosa de comenzar otro. Siempre estaba ocupada, es por eso que hoy en dia es tan especial. Por primera vez en mucho tiempo, estaba descansando sin hacer nada, solo comia y observaba a su familia. Ahora, el cambio de humor de Nathan atenuo su brillo de felicidad. Por mucho que ella lo amara, a veces era dificil convivir con un hombre tan serio. Volteo hacia ella y sonrio con tristeza. --No me hagas caso. Ya sabes como soy. --Se puso de pie de un salto y dijo: --Ire a buscar a las chicas. Eden se levanto, tomo su mano y lo detuvo. --Hemos pasado un dia increible juntos. El respondio: --Si. Ella se acerco y lo beso. --Ahora que ya no trabajo en el Salon, podemos tener mas dias como este. El dejo escapar un suspiro hondo y dibujo una sonrisa con su dedo. --Soy mas feliz sabiendo que ya no estaras mas en ese lugar. Ya era hora de que Annabelle te dejara ir para estar mas tiempo con tu familia. Realmente no te necesitaba o podria haberte reemplazado. --No queria irme, disfrutaba trabajar con ella. Somos muy cercanas. Es como una hermana. --Pero ahora que se caso, ya no te necesita mas. Eden, al escuchar eso, se alejo. --Eso es cruel. Me haces sentir culpable por ser cercana a los Bradbury. --Lo siento, pero esa familia tiene demasiado poder sobre ti. --El dirigio la mirada a otro lado --. Siempre ha sido asi. --Hemos estado juntos desde que eramos pequenas. ?Por que mencionas esto de nuevo? Sabes cuanto quiero a Annabelle. Sabes de la relacion que existe entre nuestras dos familias. --Lo se. He sido el unico que lo ha padecido. Eden lo miro fijamente, no creia lo que estaba escuchando. --Eso no es justo, Nathan. Tenemos una buena vida gracias a la amistad que tenemos con los Bradbury. El refunfuno. --Puedes tener una amistad. --Simplemente trabajo para ellos. --Piensan muy bien de ti. --Mientras haga un buen trabajo que les signifique una ganancia economica. No es como si cenaramos con ellos o fuesemos a su casa a tomar el te. --He cenado con ellos porque son mis amigos --replico Eden; su ira se hacia mas grande. Puede que no pertenezca al mismo estrato social, pero nunca me han hecho sentir… --No quiero discutir contigo, hoy no. Ademas, es innecesario volver a este argumento ahora que ya estas en casa. --Despues de besarla en la nariz, la dejo para que reconsiderara su comentario. Frustrada por la discusion, recogio la manta sobre la que habian comido y la doblo, intentando no condenar sus sentimientos. Sin embargo, la residencia y las personas que trabajaban ahi, habian sido muy importantes en su vida, y lo habian sido mucho antes de conocer a Nathan. Durante diez anos habia sido companera de Annabelle, la hija del Coronel James Bradbury, pero incluso antes de ser su empleada, fue su amiga de la infancia, asi como de sus hermanos, Joel y Charlie. Siempre habia pertenecido a ese grupo: caminaban por el bosque, jugueteaban en el rio, iban de caza y hacian picnics. Ella se sentia parte de la familia, aunque a veces era dificil pasar de ser la sirvienta a ser una amiga. Annabelle y Charlie eran como sus hermanos. Su mente vacilo al pensar en Joel. Se habia hecho a la idea de no pensar en el, y casi siempre lo lograba. El habia estado fuera por mucho tiempo y pertenecia a otro ambito de su vida. Una etapa en la que habia sido joven y despreocupada… Sacudio su cabeza, evitando que los recuerdos llegaran a su mente, y deseando que Nathan no hubiera mencionado a los Bradbury. Su relacion, poco comun, se remonta a su bisabuelo, Morley, quien era el jefe de guardia de la finca, una posicion que le paso a su hijo. Toda la familia de Eden habia trabajado para la finca desde que su bisabuelo era joven. Su madre habia sido la doncella de la abuela y la madre de Annabelle, y su padre habia sido su cochero. Paso su infancia jugando en los terrenos de la finca, y siendo hija unica, pudo disfrutar de una amistad muy especial con los ninos del Salon. Parecia natural seguir los pasos de su madre y convertirse en sirvienta y companera de las mujeres Bradbury. Cuando su bisabuelo se jubilo, fue premiado, por su lealtad y buen servicio a la familia Bradbury, con una pension, una casa de campo y tres acres en las tierras libres a las afueras de la finca, en lo que se conoce como Bottom Wood. Ellos, al convertirse en pequenos terratenientes, se habian ganado un lugar respetable en la aldea local. De pronto, Eden levanto la vista cuando vio que sus hijas corrian hacia ella, con Nathan caminando detras, para disculparse. Lillie le dio un pequeno ramo de flores silvestres, Eden la beso en la parte superior de su pequena cabeza. --Gracias querida. Ven, vamos, es hora de regresar a casa. Necesitas cambiarte la ropa humeda, ademas tienes cosas por hacer. ?Podemos dejarlo para despues, mama? Josephine hizo un puchero, arrastrando los pies mientras recogian la canasta y la manta. Su cabello oscuro colgaba en mechones despeinados por su espalda. --Ya te he explicado antes. Los animales tienen que ser alimentados. ?Te gustaria irte a dormir sin cenar? --Eden volteo malhumorada hacia su hija mayor, que estaba a punto de refutarla--. Haces muy poco, no como los otros ninos. Se agradecida. --No seas dura con ella, Eden --murmuro Nathan, quitandole la cesta--. Siento haberte arruinado el dia.

  • El signo del dragon (Trilogia del Zodiaco 1) de Ricardo Alia

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    Enero de 2012, comienza el Ano del Dragon, el unico animal mitologico del Zodiaco chino, que representa la sabiduria, el poder y la riqueza. Despues de que ETA anuncie el cese definitivo de su actividad armada, la vida en la idilica ciudad de San Sebastian discurre serena y sin delitos graves. Pero la situacion cambia drasticamente cuando se halla el cuerpo decapitado de un joven estudiante de bachillerato en la Facultad de Ciencias Quimicas. La investigacion recae en Max Medina, inspector de Homicidios de la Ertzaintza, cuya fuerte personalidad chocara con la de una nueva companera recien graduada, Erika Lopez, y con la del agente de la cientifica Joshua O'Neill.Los crimenes se sucederan en el Ano del Dragon, un signo propenso a catastrofes naturales y acontecimientos tragicos.

  • Un asesino en tu sombra de Ana Lena Rivera

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    Gracia San Sebastian, investigadora de fraudes financieros, se ve envuelta en la desaparicion de Imelda, una joven psicologa a la que encuentran muerta pocos dias despues en las vias del tren. El marido, artificiero de la Guardia Civil y principal sospechoso, le pide ayuda para descubrir al asesino de su mujer. Junto a su amigo Rafa Miralles, comisario de la policia de Oviedo, Gracia empezara una investigacion que la llevara a la caza de un asesino por varias capitales europeas. Al mismo tiempo, la vida de Gracia se desmorona. La relacion con Jorge, su marido, pasa por un mal momento, y su reputacion como investigadora esta en entredicho tras acusar a un funcionario con esclerosis multiple de fingir su enfermedad para competir en la modalidad mas extrema del triatlon, el Ironman.

  • Amarte de Olivia Saint

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  • Con el agua al cuello de Donna Leon

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    Desde la residencia donde pasa sus ultimos dias postrada en una cama, Benedetta Toso, enferma de cancer con apenas treinta y ocho anos, quiere hablar con Brunetti de algo que no quiere llevarse consigo a la tumba. Debil y al borde de la muerte, la mujer apenas consigue tener algun momento de lucidez y esbozar algunas frases sueltas que implican a su marido, Vittorio Fadalto, muerto recientemente en un accidente de trafico, con un dinero obtenido de forma ilegal y que, en consecuencia, su muerte fue en realidad un asesinato. <>, cuenta al comisario. Desgraciadamente, antes de poder obtener mas informacion al respecto, la mujer expira su ultimo aliento.
    ?A que dinero ilegal se referia? ?Quienes son esos <> a los que Toso acusa de haber asesinado a su marido? El fino hilo de investigacion llevara al comisario hasta el lugar de trabajo del hombre, Spattuto Acqua, una empresa privada encargada de vigilar por la calidad del agua en Venecia. Alli, Brunetti no solo se enfrentara a la verdad sobre si Fadalto fue asesinado o no, sino a un caso de soborno entre los empleados con el objetivo de ocultar vertidos contaminantes en el agua, lo que podria tener consecuencias catastroficas en la salud de los venecianos.

  • Despues del monzon de Africa Ruh

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    Quiso robarle un diario y le robo el corazon.

  • El aspecto del diablo de Craig Russell

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    ?Como atrapas a un asesino cuando estas rodeado de locura?

  • Los recuerdos son mentira de Noe Casado

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    Ignacio ha pedido una excedencia como profesor universitario para dedicarse en exclusiva a su gran pasion: escribir novelas de intriga.

  • Y, de repente, un beso, Calista Sweet de Calista Sweet

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    ?Hasta donde serias capaz de llegar por amor?

  • Los cielos de Curumo de Juan Carlos Chirinos

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    Los cieLos de curumo es una narracion dispuesta a modo de castillo de naipes en la que se mezclan y ensamblan las vidas de cinco amigas, el perfil urbano de Caracas, la lluvia incesante, la urgencia de los animales carroneros, el mal que corroe y los signos de la decadencia de un pais que no supo ver lo que se le venia encima. Chirinos es un cuentista despiadado. Su escritura se muestra aqui en todo su esplendor: cruda, poco compasiva y no por ello menos luminosa. Su analisis del poder es certero porque no rehuye su sordidez, nada le concede a la mesura. Su maestria en el uso del lenguaje y de las tecnicas narrativas apabulla. El que lea a Chirinos no se sorprendera recordando a Jose Balza, al primer Vargas Llosa, a Celine, a Faulkner o al Cepeda de La casa Grande. Son los maestros que parecen alumbrar esta prosa.

  • Vuelve el listo que todo lo sabe de Alfred Lopez

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    Alfred Lopez esta reconocido como uno de los blogueros de mayor exito en Espana. "Vuelve el listo que todo lo sabe" es la continuacion de su primer exitoso libro "Ya esta el listo que todo lo sabe" homonimo del premiado blog de curiosidades y anecdotas historicas (galardonado en la XII edicion de los Premios Bitacoras 2016 como Mejor Blog de Arte y Cultura). Se relanza este segundo libro con una tercera edicion revisada y ampliada en enero de 2018 en la que se han incorporado nuevos datos, actualizando de este modo un buen numero de entradas. ?Por que te aburres como una ostra (y no como un calamar o como un mejillon)? ?Realmente utilizamos solo un 10% de nuestro cerebro? ?Por que si dejas un paquete de galletas abierto se ablandan y si son magdalenas se ponen duras? ?Que tuvo que ver Star Trek en la invencion del telefono movil? ?Por que se invento la claqueta de cine? ?Que autor fue el primero en presentar a su editor un libro escrito en maquina de escribir?… Todas estas y muchas mas preguntas encuentran respuesta gracias al siempre didactico y ameno Alfred Lopez en esta recopilacion de las mejores entradas de su blog, para que puedas disfrutar de 366 curiosidades, anecdotas e historias sorprendentes para ser cada dia un poco mas listo.

  • La dolce vita de Rachel Rp

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    Mudarse al otro lado del pais para vivir con su mejor amigo parecia una buena idea. Lo que no parece tan buena idea es que en la misma casa viva su nuevo jefe.
    Amor, amistad, trabajo, chicos, todo se mezcla en esta discoteca, entra a conocer La Dolce Vita

  • Medias verdades de Lisa Unger

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    La periodista Ridley Jones recibe un dia la visita del FBI y una desagradable sorpresa: en varias de las fotografias que ha tomado durante sus vacaciones, aparece siempre un misterioso personaje confundido entre la multitud. El fantasma de su tio Max Smiley, su padre biologico, el hombre al que quiso toda su vida y que demostro tener un lado oscuro y criminal, vuelve a acecharla. Lo sorprendente es que Max esta muerto y la propia Ridley vio quemar su cuerpo? De nuevo, su fragil mundo se desmorona y deja a la vista una realidad demasiado cruel para creerla. Y, como antes, sabe que ha de seguir intentado descubrir la verdad? aunque le cueste la vida.

  • La bruja de Biertan de Veronica Cervilla

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    Crina desperto, sobresaltada y algo aturdida. Oyo los golpes en la puerta y palpo el otro lado de la cama. Habia vuelto a pasar la noche sola, pero ya estaba acostumbrada. Ultimamente eran contadas las noches que su marido pasaba en casa. Ataviada con un camison celeste, se levanto y se cubrio con la manta de piel de oso que reposaba sobre la cama. Descalza, a pesar de las bajas temperaturas, se dirigio a toda prisa hacia la puerta de madera pintada y acerco el oido con cautela. --?Quien es? --!Abre, Crina! --respondio al otro lado una voz grave, de sobra conocida. Cosmin habia sido su confesor desde que tuvo edad suficiente para asistir a las liturgias. Era un antiguo amigo de la familia: confiaban en el lo suficiente como para relatarle sus miserias y aceptar el perdon que les ofrecia. Crina no le habia notado nunca tan preocupado como aquella manana, asi que abrio la puerta con un nudo en el estomago. Por la expresion grave del hombre, comprendio que no traia buenas noticias. --Guarda un par de mudas de ropa --la apremio el en cuanto vio asomar la cabeza de la joven --, los hombres del obispo se dirigen hacia aqui. --?Que sucede? ?Es Velkan? --Si, me temo que tiene algo que ver con tu esposo. No habia tiempo para mas explicaciones. El revuelo en los alrededores anunciaba que los hombres del obispo ya andaban cerca, asi que se apresuro a regresar al dormitorio y metio un par de vestidos y calzas en un bolso de cuero. Despues, cambio el camison por algo mas abrigado. El invierno ya asomaba por las empedradas calles de Biertan y pronto llegarian las nieves a los Carpatos. --!Crina Ardelean! !El Obispo de Biertan reclama tu presencia! Aquellos gritos, unidos al rumor expectante de los vecinos, que sin duda ya se habian congregado frente a la casa para cotillear, aceleraron los latidos de su corazon. Ya iba a salir cuando se percato de que aun andaba descalza, asi que tuvo que volver para colocarse las botas. --!Senora Ardelean! !Por favor! No nos obligue a utilizar la fuerza. --No sera necesario --Crina aparecio en la puerta con el bolso al hombro y forzando un gesto de dignidad en el rostro--. ?Por que me requiere el obispo de esta forma? --se acerco para susurrar a uno de los hombres--: ?No ve que me esta poniendo en evidencia? --El obispo sera quien le revele sus motivos. Por favor --respondio el hombre, un tipo de cuerpo espigado y bigote, apartandose a un lado y senalando el camino hacia la iglesia con un gesto de la mano. El otro caballero, mas corpulento, se situo delante para marcar el paso. Caminaba con la cabeza alta, el ceno fruncido y la boca encogida como si estuviera masticando un pomelo. Crina lo seguia, haciendo esfuerzos por no fijarse en las mujeres que cuchicheaban a su paso. Cada mirada que se cruzaba con la suya y cada dedo que la senalaba le recordaban que estaba siendo escoltada por los hombres del obispo, un <> reservado a delincuentes y condenados. El pasillo de curiosos se le hizo eterno y, a pesar del frio invernal que acechaba Biertan, sus mejillas se encendieron con un rojo intenso. No fue capaz de continuar con el rostro descubierto, asi que opto por colocarse la capucha del vestido. La iglesia no estaba lejos, pero le parecia que llevaba horas caminado. Durante el resto de la marcha no despego los ojos del suelo pedregoso, ni siquiera cuando subieron los ciento setenta y dos peldanos de la escalera cubierta con techo de madera que llegaba hasta la cima de la colina. Alli, en la parte mas alta del pueblo, se encontraba la muralla que abrazaba las tres naves de la iglesia. Con cada paso su furia y su preocupacion aumentaban, pero como la joven bien educada que sus padres la habian obligado a ser, lo disimulaba apretando los dientes y levantando las cejas, forzando una serenidad ficticia. No fue necesario atravesar la puerta de la capilla principal, el obispo los esperaba fuera con cara de circunstancias. A pesar de la barba y los cabellos blancos, el anciano era robusto y todavia conservaba una postura firme. Crina corrio hacia el hombre y se arrodillo. --?Que puede haber sido tan grave como para enviar a sus hombres a por mi y castigarme con esta deshonra, mi senor? --Levantate, Crina --le pidio el obispo con dulzura poniendole la mano en la cabeza, y luego la ayudo a ponerse de pie--. No soy yo ni es la Iglesia quien te reclama por tus pecados, solo he accedido a cumplir la solicitud que se me ha hecho. Pesa una amenaza sobre los sagrados lazos de tu matrimonio, hija. --?De mi matrimonio? --pregunto Crina, arqueando las cejas--. Senor, ahora si me esta asustando. --Y asustada debes estar, nina --el anciano se dirigio con pesar a los hombres que la habian traido--: llevadla a la Torre de la Prision. --!?A la Prision?! --grito, con las mejillas incandescentes y las lagrimas asomando a sus pequenos ojos azules. --Lo siento, Crina --susurro el obispo y luego bajo la cabeza. Crina sabia lo que eso significaba. Todo el pueblo lo sabia. La escoltaron hasta la Torre de la Prision sin que se resistiera y, con cada pisada sobre los peldanos de piedra que conducian a la parte superior, iba perdiendo un trocito de dignidad. En su familia habia algun matrimonio que habia recurrido a tal extremo y que habia sufrido la verguenza y el desprecio de sus conocidos. ?Como habia podido pasarle a ella? Los dos hombres abrieron la puerta de barrotes que daba acceso a la celda sin muchos miramientos y la empujaron dentro. A continuacion, volvieron a cerrar con llave y se marcharon. --?Quien ha sido? --grito Crina a los hombres que se alejaban--. ?Quien ha pedido nuestro encierro? Como respuesta, un portazo. I --He sido yo --respondi desde la unica silla de la minuscula estancia. --!Velkan! --se volvio hacia mi, confundida. --Tienes dos semanas, Crina --hice una pausa para empujar el nudo que tenia en la garganta --. Dos semanas para ser sincera o el divorcio sera efectivo. Crina se dejo caer hacia el suelo, despacio, y alli permanecio en silencio, con aquella mirada penetrante y triste, tan llena de odio. Habian pasado horas y Crina no se habia movido de los barrotes. Yo la observaba desde la esquina de enfrente, a tan solo un par de metros y, sin embargo, sentia que nos separaba un oceano. Mi esposa… y ni siquiera se dignaba a mirarme. De vez en cuando dejaba escapar un suspiro de hastio que me daba esperanzas: tal vez aun era posible conservarla. --Se que ahora me odias… --Dejare de odiarte si terminas con esto y nos vamos a casa, a seguir con nuestras vidas --me interrumpio ella con un tono de suplica al que poco antes habria sucumbido. --No puedo hacer eso --respondi, aunque deseaba hacerlo y continuar fingiendo que nos queriamos. --?Es por mis reproches cuando llegas tarde a casa? Porque puedo dejar de hacerlo… --?Y que pasara despues? --dije, acercandome a ella--. ?Que haras cuando ya no te quede mas espacio donde guardar tu rencor? Seras una vieja amargada… --Entonces deja de comportarte como un nino --Crina se levanto y me sujeto la cara con ambas manos, buscando mi mirada--. Ahora tienes una esposa. !No puedes andar por ahi cada noche! --?Por que te casaste conmigo? Crina dudo un momento, desvio su mirada ofendida y no respondio a la pregunta. Iba a necesitar algo mas que un par de horas para hacerla entender, asi que no retrase el momento mas y saque el diario de mi petate. Lo sujete con delicadeza, pues las cubiertas de cuero ya se estaban cuarteando y las hojas se habian vuelto fragiles y amarillentas. Me acerque a ella y lo deje a su lado, en el suelo. --?Que es eso? --pregunto mirandolo de soslayo, intentando ocultar su curiosidad. --Dos semanas tienen muchas horas y aqui no hay nada que hacer, salvo conversar y pensar. Intuyo que este libro puede hacer tu estancia mas amena. --!Ja! --solto ofendida--. !Que detalle! Gracias por encerrarme aqui y darme este libro mohoso para entretenerme. --?Tienes algo mejor que hacer? Incapaz de encontrar una respuesta ingeniosa, tomo el libro y lo abrio por la primera pagina. Estaba escrito a mano, pero bastaba con reparar en los renglones perfectamente rectos, en la letra redondeada y cuidada, para saber que quien lo escribio era meticuloso y seguro de si mismo. Crina poso el dedo en la primera linea y comenzo a leer en voz alta: --<> --cerro el libro de un golpe y lo lanzo con fuerza, haciendolo aterrizar bajo la estrecha mesa que habia en la celda--. Pero, ?como te atreves a darme un libro sobre brujeria? Es eso, ?no? !Hay otra! --se cubrio la boca con la mano como si hubiera descubierto un secreto y no pude evitar soltar una carcajada--. Dios mio, estas embrujado, ?no es cierto? Tengo que salir de aqui. Debo llamar al obispo y… --Pero, ?que dices? --la interrumpi. Me agache y la sujete por los hombros. --!No me toques! !No quiero que me contagies! --me empujo.

  • El prisionero del cielo de Carlos Ruiz Zafon

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    Aquel ano a la Navidad le dio por amanecer todos los dias de plomo y escarcha. Una penumbra azulada tenia la ciudad, y la gente pasaba de largo abrigada hasta las orejas y dibujando con el aliento trazos de vapor en el frio. Eran pocos los que en aquellos dias se detenian a contemplar el escaparate de Sempere e Hijos y menos todavia quienes se aventuraban a entrar y preguntar por aquel libro perdido que les habia estado esperando toda la vida y cuya venta, poesias al margen, hubiera contribuido a remendar las precarias finanzas de la libreria. --Yo creo que hoy sera el dia. Hoy cambiara nuestra suerte --proclame en alas del primer cafe del dia, puro optimismo en estado liquido. Mi padre, que llevaba desde las ocho de aquella manana batallando con el libro de contabilidad y haciendo malabarismos con lapiz y goma, alzo la vista del mostrador y observo el desfile de clientes escurridizos perderse calle abajo. --El cielo te oiga, Daniel, porque a este paso, si perdemos la campana de Navidad, en enero no vamos a tener ni para pagar el recibo de la luz. Algo vamos a tener que hacer. --Ayer Fermin tuvo una idea --ofreci--. Segun el es un plan magistral para salvar la libreria de la bancarrota inminente. --Dios nos coja confesados. Cite textualmente: --A lo mejor si me pusiera yo a decorar el escaparate en calzoncillos conseguiriamos que alguna femina avida de literatura y emociones fuertes entrase a hacer gasto, porque dicen los entendidos que el futuro de la literatura depende de las mujeres, y vive Dios que esta por nacer famula capaz de resistirse al tiron agreste de este cuerpo serrano --enuncie. Oi a mi espalda como el lapiz de mi padre caia al suelo y me volvi. --Fermin dixit --anadi. Habia pensado que mi padre iba a sonreir ante la ocurrencia de Fermin, pero al comprobar que no parecia despertar de su silencio le mire de reojo. Sempere senior no solo no parecia encontrarle gracia alguna a semejante disparate sino que habia adoptado un semblante meditabundo, como si se planteara tomarselo en serio. --Pues mira por donde, a lo mejor Fermin ha dado en el clavo --murmuro. Le observe con incredulidad. Tal vez la sequia comercial que nos habia azotado en las ultimas semanas habia terminado por afectar el sano juicio de mi progenitor. --No me digas que le vas a permitir pasearse en gayumbos por la libreria. --No, no es eso. Es lo del escaparate. Ahora que lo has dicho, me has dado una idea... Quiza aun estemos a tiempo de salvar la Navidad. Le vi desaparecer en la trastienda y al poco regreso pertrechado de su uniforme oficial de invierno: el mismo abrigo, bufanda y sombrero que le recordaba desde nino. Bea solia decir que sospechaba que mi padre no se habia comprado ropa desde 1942 y todos los indicios apuntaban a que mi mujer estaba en lo cierto. Mientras se enfundaba los guantes, mi padre sonreia vagamente y en sus ojos se percibia aquel brillo casi infantil que solo conseguian arrancarle las grandes empresas. --Te dejo solo un rato --anuncio--. Voy a salir a hacer un recado. --?Puedo preguntar adonde vas? Mi padre me guino el ojo. --Es una sorpresa. Ya veras. Lo segui hasta la puerta y lo vi partir rumbo a la Puerta del Angel a paso firme, una figura mas en la marea gris de caminantes navegando por otro largo invierno de sombra y ceniza. 2 Aprovechando que me habia quedado solo decidi encender la radio para saborear algo de musica mientras reordenaba a mi gusto las colecciones de los estantes. Mi padre creia que tener la radio puesta en la libreria cuando habia clientes era de poco tono, y si la encendia en presencia de Fermin, este se lanzaba a canturrear saetas a lomos de cualquier melodia --o, peor aun, a bailar lo que el denominaba << ritmos sensuales del Caribe>> --, y a los pocos minutos me ponia los nervios de punta. Habida cuenta de aquellas dificultades practicas, habia llegado a la conclusion de que debia limitar mi goce de las ondas a aquellos raros momentos en que, aparte de mi y de varias decenas de miles de libros, no habia nadie mas en la tienda. Radio Barcelona emitia aquella manana una grabacion clandestina que un coleccionista habia hecho del magnifico concierto que el trompetista Louis Armstrong y su banda habian dado en el hotel Windsor Palace de la Diagonal tres Navidades atras. En las pausas publicitarias, el locutor se afanaba en etiquetar aquel sonido como llass y advertia que algunas de sus sincopas procaces podian no ser apropiadas para el consumo del oy ente nacional forjado en la tonadilla, el bolero y el incipiente movimiento ye-ye que dominaban las ondas del momento. Fermin solia decir que si don Isaac Albeniz hubiera nacido negro, el jazz se habria inventado en Camprodon, como las galletas en lata, y que, junto con aquellos sujetadores en punta que lucia su adorada Kim Novak en algunas de las peliculas que veiamos en el cine Femina en sesion matinal, aquel sonido era uno de los escasos logros de la humanidad en lo que llevabamos de siglo XX. No se lo iba a discutir. Deje pasar el resto de la manana entre la magia de aquella musica y el perfume de los libros, saboreando la serenidad y la satisfaccion que transmite el trabajo simple hecho a conciencia. Fermin se habia tomado la manana libre para, segun el, ultimar los preparativos de su boda con la Bernarda, prevista para principios de febrero. La primera vez que habia planteado el tema apenas dos semanas atras todos le habiamos dicho que se estaba precipitando y que con prisas no se llegaba a ninguna parte. Mi padre trato de convencerle para posponer el enlace por lo menos dos o tres meses argumentando que las bodas eran para el verano y el buen tiempo, pero Fermin habia insistido en mantener la fecha alegando que el, especimen curtido en el recio clima seco de las colinas extremenas, transpiraba profusamente llegado el estio de la costa mediterranea, a su juicio semitropical, y no veia de recibo celebrar sus nupcias con lamparones del tamano de torrijas en el sobaco. Yo empezaba a pensar que algo extrano tenia que estar sucediendo para que Fermin Romero de Torres, estandarte vivo de la resistencia civil contra la Santa Madre Iglesia, la banca y las buenas costumbres en aquella Espana de misa y NO-DO de los anos cincuenta, manifestase semejante urgencia en pasar por la vicaria. En su celo prematrimonial, habia llegado al extremo de hacer amistad con el nuevo parroco de la iglesia de Santa Ana, don Jacobo, un sacerdote burgales de ideario relajado y maneras de boxeador retirado al que habia contagiado su desmedida aficion por el domino. Fermin se batia con el en timbas historicas en el bar Almirall los domingos despues de misa, y el sacerdote reia de buena gana cuando mi amigo le preguntaba, entre copa y copa de aromas de Montserrat, si sabia a ciencia cierta si las monjas tenian muslos y si de tenerlos eran tan mollares y mordisqueables como venia el sospechando desde la adolescencia. --Va a conseguir usted que lo excomulguen --le reprendia mi padre--. Las monjas ni se miran ni se tocan. --Pero si el mosen es casi mas golfo que yo --protestaba Fermin--. Si no fuese por el uniforme... Andaba y o recordando aquella discusion y tarareando al son de la trompeta del maestro Armstrong cuando oi que la campanilla que habia sobre la puerta de la libreria emitia su tibio tintineo y levante la vista esperando encontrar a mi padre, que regresaba y a de su mision secreta, o a Fermin listo para incorporarse al turno de tarde. --Buenos dias --llego una voz, grave y quebrada, desde el umbral de la puerta. 3 Al contraluz de la calle, su silueta semejaba un tronco azotado por el viento. El visitante vestia un traje oscuro de corte anticuado y dibujaba una figura torva apoy ada en un baston. Dio un paso al frente, cojeando visiblemente. La claridad de la lamparilla que reposaba sobre el mostrador desvelo un rostro agrietado por el tiempo. El visitante me observo unos instantes, calibrandome sin prisa. Su mirada tenia algo de ave rapaz, paciente y calculadora. --?Es usted el senor Sempere? --Yo soy Daniel. El senor Sempere es mi padre, pero no esta en estos momentos. ?Puedo ayudarle en algo? El visitante ignoro mi pregunta y empezo a deambular por la libreria examinandolo todo palmo a palmo con un interes ray ano en la codicia. La cojera que le afligia hacia pensar que las lesiones que se ocultaban bajo aquellas ropas eran palabras may ores. --Recuerdos de la guerra --dijo el extrano, como si me hubiese leido el pensamiento. Lo segui con la mirada en la inspeccion de la libreria, sospechando donde iba a soltar anclas. Tal y como habia supuesto, el extrano se detuvo frente a la vitrina de ebano y cristal, reliquia fundacional de la libreria en su primera encarnacion alla por el ano 1888, cuando el tatarabuelo Sempere, entonces un joven que acababa de regresar de sus aventuras como indiano por tierras del Caribe, habia tomado prestado dinero para adquirir una antigua tienda de guantes y transformarla en una libreria. Aquella vitrina, plaza de honor de la tienda, era donde tradicionalmente guardabamos los ejemplares mas valiosos. El visitante se aproximo lo suficiente a ella como para que su aliento se dibujase en el cristal. Extrajo unos lentes que se llevo a los ojos y procedio a estudiar el contenido de la vitrina. Su ademan me recordo a una comadreja escudrinando los huevos recien puestos en un gallinero. --Bonita pieza --murmuro--. Debe de valer lo suy o. --Es una antiguedad familiar. May ormente tiene un valor sentimental -- repuse, incomodado por las apreciaciones y valoraciones de aquel peculiar cliente que parecia tasar con la mirada hasta el aire que respirabamos. Al rato guardo los lentes y hablo con un tono pausado. --Tengo entendido que trabaja con ustedes un caballero de reconocido ingenio. Como no respondi inmediatamente, se volvio y me dedico una de esas miradas que envejecen a quien las recibe. --Como ve, estoy solo. Quiza si el caballero me dice que titulo desea, con muchisimo gusto se lo buscare. El extrano esgrimio una sonrisa que parecia cualquier cosa menos amigable y asintio. --Veo que tienen ustedes un ejemplar de El conde de Montecristo en esa vitrina. No era el primer cliente que reparaba en aquella pieza. Le endose el discurso oficial que teniamos para tales ocasiones. --El caballero tiene muy buen ojo. Se trata de una edicion magnifica, numerada y con laminas de ilustraciones de Arthur Rackham, proveniente de la biblioteca personal de un gran coleccionista de Madrid. Es una pieza unica y catalogada. El visitante escucho con desinteres, centrando su atencion en la consistencia de los paneles de ebano de la estanteria y mostrando claramente que mis palabras le aburrian. --A mi todos los libros me parecen iguales, pero me gusta el azul de esa portada --replico con tono despreciativo--. Me lo quedare. En otras circunstancias hubiese dado un salto de alegria al poder colocar el que probablemente era el ejemplar mas caro que habia en toda la libreria, pero habia algo en la idea de que aquella edicion fuese a parar a manos de aquel personaje que me revolvia el estomago. Algo me decia que si aquel tomo abandonaba la libreria, nunca nadie iba a leer ni el primer parrafo. --Es una edicion muy costosa. Si el caballero lo desea le puedo mostrar otras ediciones de la misma obra en perfecto estado y a precios mas asequibles. Las gentes con el alma pequena siempre tratan de empequenecer a los demas y el extrano, que intui que hubiera podido ocultar la suya en la punta de un alfiler, me dedico su mas esforzada mirada de desden. --Y que tambien tienen la portada azul --anadi. Ignoro la impertinencia de mi ironia. --No, gracias. El que quiero es ese. El precio no me importa. Asenti a reganadientes y me dirigi hacia la vitrina. Extraje la llave y abri la puerta acristalada. Podia sentir los ojos del extrano clavados en mi espalda. --Todo lo bueno siempre esta bajo llave --comento por lo bajo. Tome el libro y suspire. --?Es coleccionista el caballero? --Podria decirse que si. Aunque no de libros. Me volvi con el ejemplar en la mano. --?Y que colecciona el senor? De nuevo, el extrano ignoro mi pregunta y extendio el brazo para que le entregase el libro. Tuve que resistir el impulso de regresar el libro a la vitrina y echar la llave. Mi padre no me habria perdonado que hubiese dejado pasar una venta asi con los tiempos que corrian. --El precio es de treinta y cinco pesetas --anuncie antes de tenderle el libro con la esperanza de que la cifra le hiciera cambiar de opinion. Asintio sin pestanear y extrajo un billete de cien pesetas del bolsillo de aquel traje que no debia de valer ni un duro. Me pregunte si no seria un billete falso. --Me temo que no tengo cambio para un billete tan grande, caballero. Le hubiese invitado a esperar un momento mientras corria al banco mas proximo a buscar cambio y, tambien, a asegurarme de que el billete era autentico, pero no queria dejarlo solo en la libreria. --No se preocupe. Es genuino. ?Sabe como puede asegurarse? El extrano alzo el billete al trasluz. --Observe la marca de agua. Y estas lineas. La textura... --?El caballero es un experto en falsificaciones? --Todo es falso en este mundo, joven. Todo menos el dinero. Me puso el billete en la mano y me cerro el puno sobre el, palmeandome los nudillos. --El cambio se lo dejo a cuenta para mi proxima visita --dijo. --Es mucho dinero, senor. Sesenta y cinco pesetas... --Calderilla. --En todo caso le hare un recibo. --Me fio de usted. El extrano examino el libro con un aire indiferente. --Se trata de un obsequio. Le voy a pedir que hagan ustedes la entrega en persona. Dude un instante. --En principio nosotros no hacemos envios, pero en este caso con mucho gusto realizaremos personalmente la entrega sin cargo alguno. ?Puedo preguntarle si es en la misma ciudad de Barcelona o...? --Es aqui mismo --dijo. La frialdad de su mirada parecia delatar anos de rabia y rencor. --?Desea el caballero incluir alguna dedicatoria o alguna nota personal antes de que lo envuelva? El visitante abrio el libro por la pagina del titulo con dificultad. Adverti entonces que su mano izquierda era postiza, una pieza de porcelana pintada. Extrajo una pluma estilografica y anoto unas palabras. Me devolvio el libro y se dio media vuelta. Lo observe mientras cojeaba hacia la puerta. --?Seria tan amable de indicarme el nombre y la direccion donde desea que hagamos la entrega? --pregunte. --Esta todo ahi --dijo, sin volver la vista atras. Abri el libro y busque la pagina con la inscripcion que el extrano habia dejado de su puno y letra: Oi entonces la campanilla de la entrada y, cuando mire, el extrano se habia marchado. Me apresure hasta la puerta y me asome a la calle. El visitante se alejaba cojeando, confundiendose entre las siluetas que atravesaban el velo de bruma azul que barria la calle Santa Ana. Iba a llamarlo, pero me mordi la lengua. Lo mas facil hubiera sido dejarlo marchar sin mas, pero el instinto y mi tradicional falta de prudencia y de sentido practico pudieron conmigo.

  • Un punado de esperanzas de Irene Mendoza

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  • Eres todo lo que necesito (Para toda la eternidad 3) de E. L. Todd

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    Cuanto mas dura su relacion, mas cuenta se dan Skye y Cayson de que estan hechos el uno para el otro. La conexion que comparten es natural y espontanea. Cuando Cayson piensa en su futuro, sabe que esta junto a Skye. Pero cuando recibe una carta de Stanford en la que lo invitan a hacer una entrevista para la carrera de Medicina, se pone nervioso. Si lo admiten, tendra que decidir si quiere dejar a Skye atras para seguir su sueno o si se quiere quedar en Nueva York solo para estar con ella. La pregunta lo atormenta, asi que intenta evitarla.
    Roland va de camino al bar con Conrad, pero se encuentra con alguien con quien no habia esperado toparse. Su cabello rubio y su sonrisa lo cautivan y, despues de tomar unas cuantas copas, su conversacion toma un giro inesperado. ?Como acabara la noche? ?Y cuales seran las consecuencias?
    Slade y Trinity siguen manteniendo una relacion en secreto, se quedan en casa por las tardes y leen juntos en la cama. Cuando los chicos presionan a Slade para que vaya a una cita triple, el no sabe que hacer. Si se niega, sabran que pasa algo. Pero si acepta, podria arruinar lo que tiene con Trinity.

  • Memorias de un amor de Ruby Martinez

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    Amar es la decision mas hermosa que una persona puede tomar en su vida.
    Sentirse amado es la sensacion mas extraordinaria que se puede experimentar.
    Pero ?que pasa cuando no eres correspondido? ?Que pasa cuando la chispa se apaga y tienes que verte obligado a terminar lo construido, y desgraciadamente se dicen adios de la manera jamas pensada?
    Este libro alberga 15 historias en las que, de manera delicada, se narra esa batalla interna entre el corazon y la razon, la cual provoca estragos muy amargos pero que son necesarios, ya que gracias a ellos nace una nueva oportunidad para amar.
    Muchas veces es mejor soltar que sostener.

  • Tus pasos en la escalera de Antonio Munoz Molina

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    Un hombre anticipa con ilusion el momento de reunirse con su esposa mientras ultima los preparativos de su nuevo hogar en Lisboa. Atras queda una etapa de sus vidas en Nueva York marcada por el indeleble recuerdo del 11-S. El se adelanta con la mudanza mientras Cecilia organiza el traslado de su proyecto cientifico sobre los mecanismos neuronales que rigen la memoria y el miedo.

  • Los colores de la felicidad de Viviana Rivero

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    La joven fotografa argentina Brisa Giulli viaja a Cuba como integrante de la comitiva que acompanara al quintuple campeon de Formula 1 Juan Manuel Fangio durante el Gran Prix de La Habana. Hijo de un poderoso tabacalero y artista polifacetico, Joel Fernandez trabaja en secreto para la revolucion en ciernes. Cuando Brisa y Joel se conocen durante una calida noche de febrero de 1958, saben que ya nada sera igual para ellos. Atravesados por los dramaticos acontecimientos politicos, viviran un amor intenso, desmedido y ardiente. Pero, al calor de las transformaciones en el pais caribeno, quedaran atrapados en una serie de situaciones limite que los obligaran a tomar terribles decisiones.

  • ILEGAL E INMORAL de Sonia Martinez Martin

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    La vida adolescente es un caos, y las cosas no mejoran cuando te metes en drogas, alcohol y relaciones imposibles. Las clases y las responsabilidades no parecen tan importantes cuando puedes tener a la chica de tus suenos, o cuando no dejas de fantasear con ella. Sin embargo, perderse en ensonaciones puede ser peligroso cuando te dedicas a robar coches o vender droga. En una etapa en la que la vida se convierte en una lucha constante por la supervivencia, nuestros protagonistas descubriran que el amor no es lo que parece y que los amigos se encuentran, en ocasiones, donde menos te lo esperas.

  • El extrano verano de Tom Harvey, Mikel Santiago de Mikel Santiago

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  • El jardin de las delicias de E.m. Cubas

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    El Jardin de las Delicias es un club para el pecado, para realizar las fantasias prohibidas y desinhibirse de los tabues y la Dama lo regenta con mano firme…, hasta que un joven abogado atraviesa sus puertas pidiendole que sea su maestra.

  • Lo que no sabia de mi, Sibila Freijo de Sibila Freijo

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    ?Que pasa cuando tu sexualidad explota de repente?
    ?Y si un dia descubres que tu cuerpo y tu vida estan llenos
    de secretos que no conocias?
    De dia, Carlota es una mujer culta y atractiva a punto de
    cumplir los cuarenta, recien divorciada tras un largo matrimonio,
    con dos hijos y un buen trabajo en una agencia
    de comunicacion gastronomica. Pero de noche, todo es
    distinto.
    Como un animal que muda de piel, la protagonista se
    abre a un mundo nuevo, lleno de placeres insospechados,
    y se lanza a una apasionante aventura que la llevara de una
    experiencia a otra, en busca de una excitacion que jamas
    penso que pudiera estar a su alcance.
    Sibila Freijo firma esta novela erotica de alto voltaje para
    las lectoras mas exigentes, que es a la vez una reflexion
    sobre el sexo, el amor, el desamor y las relaciones de pareja,
    con un trasfondo de humor e ironia.
    Y es que nuestro cuerpo puede ser el camino para descubrir
    todo lo que no sabiamos de nosotras mismas.

  • Hannah de Christian Galvez

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    El Diario de Anna Frank
    El Angel de Varsovia
    La Lista de Schindler
    Ahora conoceras al Guardian del Ponte Vecchio

  • Mas alla del mar de las Tinieblas de Antonio Alamo

    https://gigalibros.com/mas-alla-del-mar-de-las-tinieblas.html

    Una apasionante novela que nos sumerge en la magica historia de la escritura.

  • El pacto. Un amor prohibido de Martina Bell

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    Tras su ruptura amorosa, Alba conoce a Paul en la redaccion de la revista donde trabaja.

  • El Principe Cautivo 1 de C. S. Pacat

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    Damen es un heroico guerrero y el legitimo heredero del trono de Akielos. Pero cuando su medio hermano se hace con el poder, Damen es capturado y vendido como esclavo de placer al principe de una nacion enemiga. Su nuevo amo, Laurent, es atractivo, manipulador y mortifero: es decir, encarna lo peor de Vere, su pais. Pero en la telarana letal de la politica de la corte, nada es lo que parece, y Damen se vera obligado a trabajar con su enemigo para sobrevivir y salvar a su pais, y descubrira que al hombre que mas necesita para conseguir su libertad es al que nunca debera revelar su identidad. por mucho que lo desee.

  • Mentiras y enganos de Jose Ismael Ospina Vergara

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    Despues de un pasado tormentoso Andrea esta lista para emprender una nueva etapa de su vida junto a su nuevo esposo, joven y atractivo. Sin embargo las cosas no son como uno las suena, un viaje a Espana que termina de forma repentina es el inicio de una serie de eventos que la empujan a regresar a Colombia sola, sin trabajo y sin otra opcion que volver a empezar.

  • No me busques mas de Mabel Diaz

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    Elena esta loca. Loca de amor por Santi.
    Pero el no se considera digno de ella y por eso frena todos sus avances.
    Santi cree que Elena deberia buscar a un hombre que pueda darle lo que ella necesita para ser feliz.
    Elena no esta de acuerdo, asi que como dicen que en el amor y en la guerra todo vale, ella jugara todas sus cartas para conseguirle.
    Santi es un angel y Elena es el demonio que se ha propuesto seducirle.
    ?El fin justifica siempre los medios?
    Tendras que leer esta historia para saberlo.

  • Toda la verdad (Seleccion RNR), Lola Rey de Lola Rey

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  • El camino de los Madigan de Anne Enright

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    <>. VICENTE MOLINA FOIX, Babelia Hace tiempo que los cuatro hijos de Rosaleen Madigan abandonaron su pueblo natal en la costa atlantica de Irlanda en pos de unas vidas que nunca habrian sonado, en Dublin, Nueva York o Segu. Ahora que su madre, una mujer tan dificil como fascinante, ha decidido vender la casa familiar y dividir la herencia, Dan, Constance, Emmet y Hanna regresan a su antiguo hogar para pasar alli la ultima Navidad, con la sensacion ineludible de que su infancia y su historia estan a punto de desaparecer para siempre… Hay pocos escritores que, como Anne Enright, sepan dotar al lenguaje de tanta tension y tanto brillo, que puedan mostrar como las vidas de sus protagonistas estallan en mil pedazos para luego volver a fundirse en un cristal perfecto. O en palabras de la propia autora: <>.

  • Los crimenes del lago de Gemma Herrero Virto

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    FINALISTA DEL PREMIO LITERARIO DE AMAZON 2017

  • Eva y Juan de Cynthia Wila

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    "En los primeros tiempos de relacion, a ella le costaba pensar. Su presencia la llenaba de extasis; no podia, no queria, otra cosa mas que tocarlo y que el la tocara tambien, que la abrazara fuerte, la oliera, que sus manos fueran imprudentes y le llenaran el cuerpo de caricias. Que su pasion borrara las marcas de una vida de dolor."

  • Dile si al amor…, Vanessa Lorrenz de Vanessa Lorrenz

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    Zoe es la mejor abogada dentro del despacho juridico donde trabaja, mantiene una relacion con su jefe, para ella la vida es facil, no suena con un principe azul que la rescate para llevarla a su precioso castillo, solo busca la manera de ser feliz sin que su corazon salga danado. Pero que pasara cuando Derek no este conforme con su relacion y quiera mas.
    Zoe sera capaz de perder todos sus miedos y decirle de una vez si al amor, o saldra huyendo para ser infeliz toda la vida.

  • Mariposa de hielo (Mariposas negras 3) de Concha Alvarez

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    Desde que recordaba, Lucien habia cuidado de sus hermanos y, ahora, debia alejarse de ellos. A veces, la felicidad lo embargaba al saber que ambos tendrian una vida plena y satisfactoria al lado de las personas que amaban. Sin embargo, en otras ocasiones, albergaba en su corazon un resentimiento hacia ese nuevo mundo al que ya no pertenecia. Ademas, don Angelo lo sometia a una espera sin fin, en pago por la salvacion de Gerard. En esos momentos de sentimientos encontrados invertia el tiempo en desarmar motores de motocicletas. Se limpio las manos manchadas de grasa en un trapo que lanzo a los pies de la sombra. --?Que haces aqui? Le alivio la idea de que hubiera llegado el dia de ajustar cuentas con el viejo. A Lucien no le gustaba arrastrar asuntos pendientes y, menos aun, con un bastardo de la categoria del rey de las sombras. --Don Angelo quiere verte --respondio el mensajero. Lucien estudio la postura tensa del perdido y sus ganas de pelear. Evaluo las posibilidades de ganar y concluyo que no lo venceria con facilidad, apostaria un milenio a que esa marioneta infernal lo habia visitado en compania de unos cuantos amigos. El angel, sin dejar de vigilar a la sombra, se vistio con otra ropa limpia que saco de una taquilla metalica. --No lo hagamos esperar. Obedecio el mandato de don Angelo, cumpliria lo que le pidiera, aunque no le agradara. Nunca jugaria con las vidas de Denis y Gerard. Dos segundos mas tarde, contemplaba la plaza de San Marcos. El lugar preferido del viejo, donde se dedicaba a su entretenimiento favorito. Escogia una paloma que sobrevolaba la turistica plaza, la apuntaba con uno de los dedos y esta se lanzaba en un vuelo suicida hacia el suelo. Al verla morir, dibujaba una sonrisa picara, como un nino ante una travesura sin importancia, mientras bebia un capuchino y elegia otra ave inocente. --Me alegra verte, hace mucho que no me visitas --dijo igual que si fueran viejos amigos. --He estado ocupado --mintio. --Cierto y apestas a gasolina, querido nino --afirmo, y sus ojos mostraron una ironia que provoco que el caido frunciera el ceno. A Lucien le disgusto que ese bastardo lo vigilara. Guardo silencio hasta que el camarero coloco sobre la mesa un capuchino y se retiro a servir a otros clientes. Tomo la taza y la retiro con desden a un lado. El perdido sonrio al ver la arrogancia de ese muchacho. Se reconocia en el. --?Que es lo que quiere? --Tener una charla con un amigo. --No somos amigos, asi que no perdamos el tiempo. --Tiempo es lo que nos sobra, querido nino. Lucien estaba a punto de perder la paciencia. Don Angelo poseia una mentalidad retorcida, incapaz de tolerar que un caido se sublevara sin tomar medidas contundentes. Observo a una de las aves y se dispuso a realizar el mismo juego, pero Lucien lo sujeto de la muneca. --Digame por que me ha hecho venir o me largo ahora mismo. El arcangel oscuro se solto del agarre de Lucien. Luego, lo inmovilizo con una gelida mirada. --No consiento los malos modales. --Un fulgor rojizo aparecio un instante en los ojos de don Angelo. Con un leve aleteo de los dedos, sin rozarlo, oprimio con una fuerza invisible el cuello de Lucien. Durante unos segundos, el joven creyo que moriria en aquella plaza veneciana--. Vamos, no luches contra mi --le pidio soltandolo--. No puedes vencer. Tan solo quiero que busques a alguien. --?Quien es? --consiguio pronunciar, aunque su voz le sono ronca. --La mujer de la fotografia que te entregue. Se llama Cinthia, poco se sabe de ella, salvo que es una estafadora y... --Y... --dijo Lucien ante el repentino silencio y desconfianza del viejo perdido. --Una cazadora de almas. --?Esta seguro? Ese linaje se extinguio hace varios eones. --Hasta que nacio ella. Lucien no daba por cierta la historia, si bien no discutiria con el rey de las sombras. Le entregaria a esa mujer o bruja, de ese modo, cumpliria con su trato y jamas volveria a ver al viejo. --?Lo sabe? --Ignora que es y desconoce de nuestra existencia. --?Como ha dado con ella? --Es una larga historia. --No pienso correr el riesgo, si no me cuenta todo lo que sabe --mintio. Don Angelo evaluo al caido, cualquiera que poseyera a una cazadora venceria la batalla entre el cielo y el infierno. Los mortales, con su falta de humanidad, viajaban al infierno sin necesidad de corromperlos. Pero no era tan ingenuo, en manos de los angeles, romperia el equilibrio entre las distintas fuerzas y se negaba a convertirse en el botones de ese hotel que era el Paraiso y el Averno. --Es mi hija... --reconocio al fin. --?Como es posible? --Por favor, mi querido nino, no pretenderas que te explique el cuento de las abejitas y las flores. --Lucien lo miro con intencion de destrozarlo, en cambio, el reanudo su relato--. No es ninguna leyenda --explico--. Las cazadoras de almas nunca mueren, solo agotan sus anos mortales. Se reencarnan en nuevas vidas sin recordar las anteriores. Si alguna de ellas lo hiciera, perderia el don de cazar almas y se transformaria en una simple mortal. --?Quien sabe de su existencia? --No estoy seguro... --Si quiere que lo ayude, debe ser sincero --exigio Lucien al interpretar que le mentia. Don Angelo fijo los ojos en los del angel. Dudo si poner en manos de ese muchacho la seguridad de su hija e incluso la de su propio reino. Lo tranquilizo comprobar que en su interior albergaba cansancio y soledad; carecia de ambicion. --Rafael la busca. Todos conocian la crueldad del sustituto de Gabriel. Rafael no descansaria hasta que diera con ella, pero no se acobardo ante las palabras de la sombra. Todo lo contrario, sin saberlo le habia dado la oportunidad de vengarse, tenian una cuenta pendiente. Por supuesto, sus dificultades aumentarian, si Rafael descubria que esa joven era la hija de don Angelo. El arcangel la mataria con el unico proposito de danar a su enemigo. Se removio en la silla, porque la cicatriz de su pecho palpito al revivir el recuerdo de como y quien lo hirio. --?Cuando la encuentre que hara con ella? --Eso no te concierne --dijo con voz dura--. Tu solo traela y recuerda que su voz es ambrosia a los oidos de un ser que en algun momento fue celestial. Algunos dicen que causa enajenacion en un angel, locura a un caido; mientras que a una sombra la vuelve inestable y peligrosa. --?Como puedo evitar la locura? --No permitas que te toque o dominara tu voluntad, ?entendido? Lucien asintio y miro la fotografia una vez mas. Era una muchacha sin un atractivo especial. Poseia unos ojos pardos y vivarachos endurecidos por las duras vivencias que habia padecido en los ultimos anos. Su pelo castano y largo disimulaba un rostro desigual. Su constitucion distaba de ser perfecta; de corta estatura, costaba imaginar que fuera hija del corpulento rey de las sombras. Le resultaba dificil de admitir, y menos entender, que esa chica de aspecto anodino fuera un monstruo tan temible como una cazadora de almas.

  • Arturo Losada, entre tu ausencia y la mia (Mundo Elisa 3) de Beatriz Velasco

    https://gigalibros.com/arturo-losada-entre-tu-ausencia-y-la-mia-mundo-elisa-3.html

    Arturo Losada, profesor de reputacion intachable en la Universidad de Valladolid, se ve envuelto en una inesperada historia de amor que tambalea los cimientos de toda su vida.
    En este tercer volumen de la trilogia "Mundo Elisa": Arturo Losada entre tu ausencia y la mia, sera Arturo quien nos desvele como vivio en primera persona aquella relacion.
    Intriga, imprevistos, nuevos personajes, nuevas perspectivas de la palpitante historia de la vida de Elisa.