• Sone con demonios de Monse Santiago

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    Recuerdo perfectamente el momento en el que decidi que queria ser enfermera. Tenia diez anos y me habian ingresado en el hospital por una infeccion renal. Jamas habia estado tan mala como para acudir a un hospital y de repente ahi estaba, compartiendo habitacion con otros tres ninos y tremendamente asustada. Entonces ella entro en mi habitacion. Recuerdo que era rubia, pero no su nombre; llevaba un pijama verde, diferente al blanco que llevaban las demas, y bordado en el bolsillo de la camisa lei DUE. Ella fue la que me puso la via periferica, me tranquilizo y me explico que estar alli seria divertido para mi, porque no iria al cole y haria amigos nuevos. Yo la miraba fijamente. Me tenia completamente cautivada; a pesar de haberme pinchado, en poco tiempo habia conseguido hacerme sentir mejor, parecia increible: hacia unos minutos mi cuerpo temblaba por la fiebre y los nervios y ella, una persona a la que no conocia de nada y que habia entrado a hacerme dano, supo calmarme y darme paz. --?Que significa DUE? --le pregunte a mi madre. --Es la enfermera, carino --me respondio. --Pues quiero ser como ella, quiero ser enfermera y conseguir que gente que esta malita como yo se sienta mejor gracias a mi. Aquel 12 de marzo de 2020, a pesar de que la vida me hubiera llevado a estar siete anos apartada de la enfermeria, ese sentimiento seguia vivo dentro de mi y me hizo armarme de valor para llamar al Hospital La Paz, que al parecer estaba totalmente colapsado, y ofrecerme para ayudar. Me incorpore el dia 16, tan nerviosa que temblaba. Tenia miedo a no estar a la altura, tenia miedo a cometer un error, tenia miedo a ser mas un estorbo que una ayuda y tenia miedo a encontrarme con el virus de frente. Y entonces la vi. Fue la primera cara que me recibio en la tercera planta de Traumatologia del Hospital La Paz, que se asemejaba mas a un campo de batalla que a lo que yo recordaba como una planta de hospital. --Soy Monse, la supervisora, ?eres una de las enfermeras nuevas? --Si --le conteste y acto seguido, sin dejarle anadir nada mas, le dije que llevaba siete anos sin trabajar. Dejo entonces la planilla de la planta que la estaba volviendo loca, parecia estar haciendo malabares por la cantidad de bajas, y me miro fijamente como si no entendiera nada. --Yo ahora trabajo de otra cosa, no de enfermera --le dije--, pero me dijeron que los hospitales estaban colapsados y he venido a ayudar. En ese momento me volvio a mirar fijamente a los ojos y creo que fue consciente de mi estado de nervios. Dejo el boligrafo con el que estaba cambiando turnos y me dijo: --No te preocupes, ahora te voy a llevar con una enfermera, pegate a ella y ayuda en lo que puedas, estate tranquila, ellas te van a guiar. Dicen que si observas bien a lo largo de tu vida, consigues ver los mismos ojos en diferentes personas y los ojos de Monse eran familiares para mi, ya los habia visto. De nuevo vino a mi cabeza aquella imagen que me inspiro con diez anos. Monse me cautivo desde el momento en que cruce la puerta de su despacho: reconoci los ojos de una persona fuerte, compasiva, inteligente y empatica, cualidades que me mueven por dentro y que admiro profundamente. Creo que no fue casualidad que la vida me llevara el 16 de marzo a la tercera planta de Traumatologia del Hospital La Paz, donde encontre a Monse, e igualmente creo que no fue casualidad que ella, unos meses antes de la llegada del covid-19, sonara premonitoriamente con demonios. ANGELA ROZAS SAIZ <> @MADAMEDEROSA (INSTAGRAM) Capitulo 1 El sueno No se bien como he llegado hasta aqui..., pero me encuentro inmersa en un lugar inhospito, oscuro y tenebroso, lleno de almas que no conozco, con caras cansadas, tristes, grises, llenas de sufrimiento. El lugar no invita para nada a la diversion, y desde luego nadie rie. Caminamos como automatas, en silencio, sin saber a donde vamos, vacios, sin pensar en nada... Se oye un grito desgarrador y todo se pone en movimiento. Cada uno huye por donde puede, en un caos desolador, intentando salvar su propia vida. Parece un bombardeo en una guerra. Ayudo a levantarse a algunos sin exito. Pesan demasiado y he perdido la fuerza para moverlos. Aun asi, continuo intentandolo. No los relaciono ni con mi familia, ni con amigos, ni con nadie conocido, pero se me rompe igualmente el corazon al verlos tan fragiles. Llega un momento en que tengo que dejarlo todo y correr sola como nunca lo habia hecho, porque unos seres indescriptibles reparan en mi existencia y me persiguen sin piedad por todo ese mundo indefinible. Salto, corro, casi vuelo, me resbalo y caigo, y con gran esfuerzo me levanto. Intento gritar pidiendo ayuda, pero no consigo emitir ningun sonido. Mi voz es inaudible porque mi garganta esta bloqueada. Las piernas flaquean, incapaces por la fatiga. La respiracion se entrecorta, el corazon se me acelera, me duele hasta el alma de tanta agitacion. Cuando me derrumbo de cansancio y estan a punto de pillarme, vuelvo a recuperar mis fuerzas y sigo corriendo, nerviosa y asustada. Consigo esquivarlos en varias ocasiones y con miedo, mucho miedo, me escondo y... logro ver sus rostros. Ahora si, ahora si que he podido chillar fuerte, gritar de terror, soltar mis emociones... !!!!!!!RIIIINNNNNNNNNGGGG!!!!!!! * * * No puedo precisar que dia ocurrio esto, pero una manana me despierto sobresaltada, nerviosa, asustada, con palpitaciones que me dejan durante unos segundos sin capacidad de reaccion. Pienso que todavia estoy dentro..., ?dentro de que? Ah, si, logro centrarme: es una pesadilla, un mal sueno. Pero no es real, nada de lo que he sentido es real, me digo para tranquilizarme. Voy a la ducha mas calmada, pero todavia con una sensacion desagradable, con mal cuerpo. Mientras me arreglo, recuerdo que me perseguian unos seres feos, con las caras llenas de bultos, como bubas, que las hacian inhumanas y grotescas, y al recordarlas me hacen estremecer de miedo. En ningun momento nadie los nombro ni ellos me hablaron, pero tuve claro desde el principio que esos horribles seres eran demonios que pudrian todo lo que tocaban a su alrededor. Me persiguieron y acosaron con burlas, con el proposito de aduenarse de todo y de todos... y de mi. Me escondia y aparecian con esos rostros oscuros que me provocaban terror y hacian que estuviera en constante huida. Como en las peliculas, el protagonista lo pasa mal, queda muy tocado, pero al final siempre se salva. Y yo era la protagonista de mi sueno en el que sufri, pase miedo, pero no pudieron lograr lo que pretendian. No le hubiera dado mayor importancia a este hecho si no fuera porque poco despues lo relacione con lo que la vida nos puso delante. Nunca he sido de las que creen que los presagios oniricos se cumplen, pero este mio no me cabe duda de que fue una premonicion que vaticino todo lo que despues sucederia.