• Polos opuestos (Baile 1) de Monica Garcia

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    --Nos vemos manana, chicas --dije. Una a una mis alumnas fueron saliendo del aula en donde impartia clases de baile a ninas de entre seis y diez anos. Suspire mientras avanzaba hacia la parte trasera de la sala. Alli habia dejado mi bolsa y una fina chaqueta por si el dia se torcia. Abri la mochila y saque la botella de agua que siempre llevaba al estudio. La destape y di un gran trago. --Maddie --oi a mis espaldas. Me gire para encontrarme con Hayley, mi alumna mas joven --, tengo una duda. --Muestrame. --No se si he pillado bien el ultimo ejercicio de la coreografia. Le pedi que repitiera el rol rueda y asi lo hizo. Se tumbo en el suelo boca abajo y alzo las piernas a la vez que tenia la barbilla apoyada en el suelo. Poco a poco fue bajando las piernas hasta apoyarlas en el suelo delante de su barbilla, arqueando el cuerpo. La observe con detenimiento mientras ejecutaba el ejercicio. --Lo haces bien, pero debes tener cuidado a la hora de arquear la espalda. Ademas, debes alzar mas las piernas. No se si me he explicado bien --la fui corrigiendo. Ella asintio y repitio el ejercicio tal y como le habia dicho. --Bien hecho. Te veo manana, ?vale? La pequena afirmo con la cabeza con entusiasmo y salio disparada por la puerta hacia los vestuarios. Recogi mis cosas y sali de la sala que Hannah Brown, la directora de todo el estudio, me habia asignado para dar mis clases. Tenia que recorrer medio edificio para llegar al aula veintiseis, en donde ella nos daba clase a mis companeras de grupo y a mi. Diez minutos despues entre en los vestuarios. En ellos solo se encontraba Sarah, una de mis mejores amigas. Cada aula tenia el suyo adherido a ella. Se podia entrar a la clase por alli o por la puerta de entrada, aunque nosotras lo haciamos a traves del vestuario. --Buenas tardes, Maddie --me saludo. --Hola. --?Que tal la clase? Empece a cambiarme de ropa. Cambie mis gastados vaqueros por unas mallas ajustadas y mi camiseta de manga francesa por una camiseta verde sin mangas. --Bien. Creo que ya estan preparadas para competir. --?Se lo has dicho a Hannah? --pregunto. --Todavia no he tenido tiempo de hablar con ella. Me puse las punteras y despues me recogi el cabello en una trenza que me llegaba por debajo de los hombros. A mi lado, Sarah se hizo una coleta. Poco despues de terminar de prepararnos, Samantha, Emma, Tamara y Susana entraron en los vestuarios, todas ellas charlando entre si. --Muy buenas, chicas --nos saludaron, alegres. --Hola. Esperamos a que ellas terminaran de vestirse para ir juntas al aula. Esta era muy espaciosa, con los suelos revestidos en madera. El lado contrario a la puerta principal estaba ocupado por un gran espejo que terminaba un poco antes de donde se situaba la puerta de los vestuarios. Las paredes eran de un blanco impoluto y algunas zonas estaban tapadas por gigantescos posters de bailarines famosos que habian estudiado en ese mismo estudio. Practicabamos baile de lunes a viernes y algunos fines de semana. Empezabamos a las cinco de la tarde y terminabamos a las nueve, aunque habia algunos dias que las sesiones se alargaban o que, debido a algun concurso importante, nos veiamos obligadas a faltar al instituto. Concursabamos todos los fines de semana, los sabados para ser mas exactos. Como era de esperar, llegamos antes que Hannah, quien seguramente estaria entretenida dando clase o analizando concienzudamente algunos papeles. Ella se tomaba muy enserio su trabajo y, por ende, era muy dura con nosotras. Queria sacarnos el maximo partido a todas. Sarah y yo fuimos hacia una esquina y nos pusimos a estirar los musculos mientras charlabamos sobre asuntos triviales. Minutos mas adelante, mientras me tocaba la punta de los dedos de los pies teniendo las piernas completamente estiradas, Hannah Brown irrumpio en la estancia. El cabello lo llevaba recogido en un apretado mono del que se le escapaban un par de mechones castanos. Observo con seriedad el espacio, comprobando que todas estuvieramos alli. --Siento el retraso, chicas. La clase que he tenido a las cuatro se ha alargado considerablemente. --No pasa nada, Hannah --la tranquilizo Tamara, sonriendole. Todas nos acercamos a ella, formando un circulo a su alrededor. Como ya estabamos a mediados de semana sabiamos cual era nuestro papel en la competencia de este fin de semana; en mi caso, solo actuaria en el baile grupal. Estabamos esperando instrucciones. --Bien, chicas. Como sabeis, la competicion de este fin de semana es bastante importante. En ella bailaran los mejores estudios de la zona, asi que debeis ir a por todas. <<Empezaremos por el baile grupal. Despues, Tamara ensayara su solo. Cuando termine con ella, Samantha hara el suyo. Por ultimo, volvereis a practicar lo primero que he dicho --nos explico mirandonos a cada una--, ?entendido? Asentimos con la cabeza, sin decir ni una sola palabra. --Bien, en ese caso podemos comenzar. *** Volvi al Moonlight completamente reventada. El ensayo habia sido agotador, tanto que apenas podia mantenerme en pie. Hannah se habia esmerado con la clase de hoy. Segun ella, todo debia salir a la perfeccion. Sonrei al ver la enorme verja de hierro forjado y los setos que rodeaban los terrenos del orfanato. Saque las llaves de la bolsa y meti la mas pequena en la abertura de la cerradura. La gire hasta que se abrio con un clic. Entre cerrando la verja a mis espaldas y avance por el jardin delantero, plagado de flores y arbustos, hasta llegar a la entrada principal del Moonlight. Repeti el mismo gesto y entre. --Maddie --dijeron Maya y Owen, levantandose del sofa y viniendo corriendo hacia mi. Abri mis brazos y los abrace con fuerza, besando sus coloradas mejillas. --?Que tal estais, preciosos? --pregunte sin soltarles, poniendo la voz mas grave, tal y como se les habla a los ninos pequenos. Despues, avance por el salon hasta sentarme en uno de los numerosos sofas con ellos encima de mi regazo. Maya y Owen eran los mas pequenos que vivian en el Moonlight. Ambos tenian seis anos y eran adorables. Siempre estaban juntos, a todas horas, y nunca se peleaban; es mas, Owen siempre defendia a Maya en el colegio cuando alguien se metia con ella. --Muy bien. Hemos empezado a aprender a escribir palabras largas --dijo con orgullo Owen. --Tambien nos han ensenado a escribir varios numeros --agrego Maya sonriendo. Ambos me miraban con la emocion reflejada en sus rostros infantiles. --!Que mayores os estais haciendo! Que rapido pasaba el tiempo. Todavia recuerdo el dia en que empezaron a ir a preescolar, lo asustados que estaban ambos. Sonrei al recordarlo. Los dos rieron por mi comentario. --Todavia somos ninos, por si eso te consuela --hablo Owen en cuanto paro de reirse. Sonrei con dulzura y, acto seguido, les hice cosquillas. Unos pasos resonaron por toda la estancia, provocando que parara de torturarles. En el salon entro Kara, la directora del Moonlight, seguida de Alvaro, su marido, con quien compartia el cargo. Los dos discutian sobre algo. --...Te digo que no podemos permitirnoslo --decia ella frunciendo el ceno. --Y yo te digo que si. Podriamos... --Alvaro callo al vernos. A pesar de haber pocos internos en el hogar, los gastos eran excesivos. Entre el colegio, el instituto, las extraescolares y los gastos que generaba el Moonlight andaban justos de dinero. Es por eso que yo habia decido dar clases de baile, para ayudarles con los gastos, ya que la academia de baile a la que asistia era muy cara. Como las clases privadas eran las mas costosas, habia decidido pagarmelas. --La cena esta lista, chicos --comento Kara intentando que olvidaramos lo que habiamos oido. En cuanto esas palabras salieron de su boca, los ninos salieron disparados hacia el comedor, dandoles un beso en la mejilla a ambos antes de marcharse por la puerta. --?Tan mal esta la cosa? --pregunte cuando estuve segura de que nadie mas nos oia. Kara se toco el puente de la nariz con frustracion y Alvaro suspiro con pesadez. Las ojeras eran notables en ellos. Parecian agotados y estresados a la vez. --Hablaremos de ello luego. Ve a cenar --me ordeno Alvaro. Asenti con la cabeza. Subi las escaleras de caracol y camine por el largo pasillo hasta llegar a la habitacion que compartia con Lea. En total habia siete dormitorios: tres para las chicas y cuatro para los chicos. Si a eso se le sumaban la habitacion de los directores mas las de las cuidadoras y la de la cocinera... Ademas, por cada habitacion habia dos personas, salvo en el caso de las ninas mas pequenas, quienes dormian juntas. El caso es que entre y fui hasta el fondo de la estancia. Deje mi mochila de baile en mi cama, bajo una de las ventanas del gran dormitorio. Habia tres camas, aunque la habitacion solo estaba ocupada por Lea y por mi. Habia espejos aqui y alla y tres grandes armarios. Las paredes eran de un tono rosa pastel y el suelo estaba cubierto con una gran alfombra morada. Cuando baje al comedor, todos estaban alli, esperandome. Me sente entre Lea y Maya y, despues, me servi un buen plato de ensalada de pasta. --?Que tal las clases? --pregunto Lea mientras pinchaba una espiral con el tenedor. --Muy bien, la verdad. Cada vez ejecutamos mejor el baile grupal. Hoy, sin ir mas lejos, Hannah nos ha felicitado y nos ha dicho que si lo hacemos con la pasion con la que ensayamos, seguramente ganaremos el concurso del sabado. --?Sabes donde va a celebrarse o todavia no os ha revelado el lugar? Sonrei. --Va a ser aqui, en Portland. Mi amiga, quien habia estado bebiendo un sorbo de agua, casi se atraganto. Empezo a toser, dandose suaves palmadas en el pecho. --?En Portland? --pregunto en cuanto se hubo calmado. Asenti con la cabeza. --!Eso es estupendo! !Podre verte sin tener que salir de la ciudad! Rei al notar el entusiasmo que destilaba su voz. Normalmente los concursos solian ser en ciudades cercanas; por eso estaba tan emocionada Lea, porque se ahorraria el viaje. --?Que pasa en Portland? --pregunto Kara, mirandonos a ambas con el ceno fruncido. Seguro que estaria preguntandose en que andariamos metidas. --El concurso de Maddie --contesto Maya antes de que pudiesemos hacerlo nosotras. Nos la quedamos mirando sorprendidas--. ?Que? --pregunto la pequena--. Hablabais muy alto. --Asi que es en la ciudad... --dijo Alvaro pensativo--. ?Sabes ya la hora? --Empezara a eso de las cinco, mas o menos. Pero yo debo estar dos horas antes para prepararme --explique. --Estaremos ahi para animarte --me dijo Owen. --En primera fila --agrego Amber. Despues de eso, el comedor se quedo en silencio. Solo se oia el ruido que producian los cubiertos al chocar con los platos. Pocos minutos mas tarde, Lea me pregunto por las clases que daba y yo le conte lo orgullosa que estaba de mis ninas. Estaba completamente segura de que estaban preparadas para competir y asi se lo habia dicho Hannah, quien habia quedado conmigo en ver la clase de manana para determinar si estaban preparadas o no para asistir a concursos de baile. --Ojala estes en lo cierto y puedan participar --dijo Lea sonriendo--. Estoy segura de que eres una gran profesora. Me sonroje ante su comentario. Ni siquiera habia pensado en eso. Si mis alumnas tenian el nivel suficiente como para competir, eso significaria que mis clases habian dado sus frutos. --Yo tambien lo espero. Capitulo 2 Eric El maldito despertador casi me provoco un infarto. Maldiciendo, le di un manotazo, tirandolo al suelo. Di media vuelta en la cama, tapandome de nuevo con la sabana. --!Eric, es hora de levantarse! --grito mama desde la puerta de la habitacion pasados unos minutos, tocandola con fuerza. --Cinco minutos mas... --murmure adormilado. Oi como la puerta se abria con fuerza y enseguida empece a escuchar las pisadas de mama. Maldicion, habia entrado en mi dormitorio. --!Vamos o llegaras tarde! --Me zarandeo con fuerza. Me levante a reganadientes. Odiaba madrugar. Maldito instituto que nos obligaba a levantarnos temprano. Mi madre salio de mi territorio y pocos minutos despues fui al bano para darme una ducha de agua fria, a ver si asi lograba despejarme del todo. Cinco minutos despues, sali con una toalla enrollada en mi cintura. Seque mi cuerpo con rapidez y me puse una muda. Acto seguido, cogi del armario unos pantalones vaqueros y una camiseta gris, y me vesti. Cuando baje a desayunar, todos se encontraban en la mesa de la cocina. Papa leia el periodico mientras fruncia el ceno debido a alguna noticia que le desagradaba; mama preparaba el desayuno entonando en voz baja una cancion; Dylan y Andrew discutian tal y como lo hacian todas y cada una de las mananas; y Hayley tomaba en silencio su desayuno. --Buenos dias, familia. --Buenos dias, hijo --dijeron mama y papa a la vez, como si estuvieran sincronizados. Me acerque a mi madre, que seguia preparando el desayuno, y deposite un beso en su mejilla. Repeti el gesto con papa y con Hayley. Dylan y Andrew se creian demasiado mayores como para recibir besos. Me sente al lado de mi hermanita menor y cuando mama deposito mi desayuno en la mesa, lo devore. --Papi, recuerda que debes llevarme a clase de baile --le recordo Hayley. Todas las tardes ella daba clases de baile en la mejor academia de Portland, el Hannah Brown Studio. La que normalmente la llevaba era mama, aunque ese dia no podia porque le habian adelantado una operacion. Mama era cirujana y papa, periodista. --Tranquila, pequena, no lo olvidare. --Dejo el periodico sobre la mesa y sonrio con ternura. Termine mi desayuno y una vez deje mis cosas en el fregadero, subi a mi habitacion. Alli cogi la mochila con los libros. A continuacion, sali de mi habitacion y baje corriendo las escaleras. --!Me voy! --grite para que todos me oyeran. --!Ten un buen dia! --oi que decia mama desde la cocina. Sali de casa cerrando la puerta con un ruido seco. Camine hasta la acera, en donde estaba aparcado mi deportivo negro, regalo de cumpleanos de mis padres. Subi en el dejando la mochila en el asiento del copiloto, meti las llaves de contacto y las gire, provocando que el motor rugiera con fuerza. Sonrei, me encantaba ese coche. Conduje por varias manzanas hasta llegar a la casa en donde vivia mi mejor amigo, John. Ambos habiamos ido a la misma escuela primaria y desde el primer momento estuvimos juntos. Le vi sentado sobre el pavimento, mirando su telefono movil con interes. Toque el claxon antes de parar a unos metros de el. John alzo la cabeza, sobresaltado por el estridente sonido, pero cuando vio que era yo, sonrio burlonamente. --Ya te ha costado llegar --dijo a modo de saludo, rodeando el coche y ocupando el asiento del copiloto, aunque primero tuvo que quitar mis cosas de ahi. --Yo tambien me alegro de verte. Una vez mi amigo estuvo asegurado, arranque de nuevo el coche. --Odio las clases de hoy --comento John mientras miraba por la ventana. --Yo tambien las detesto. Ademas, hoy tenemos dos horas seguidas de matematicas. --Buf, ni me lo recuerdes. Solo de pensarlo me da dolor de cabeza. --Se llevo las manos a la cabeza exageradamente provocando que se me escapara una sonora carcajada. --!Que dramatico eres! ?Por que no te apuntas al club de teatro en vez de a baloncesto? --me burle. John me miro con total seriedad. --Ni de cona. Todos sabemos que ese club esta plagado de inadaptados sociales. Los siguientes cinco minutos transcurrieron en silencio, sin contar el hecho de que mi amigo se puso a buscar una emisora de radio que al final no encontro, ya que cuando llegamos al aparcamiento del instituto todavia seguia canaleando. Aparque el coche en donde solia dejarlo, cerca de la salida. --?Que tal te fue ayer con Tessa? --me pregunto a la vez que avanzabamos por el mar de gente. Hice una mueca. Ayer habia ido a su casa con la excusa de que me explicara un ejercicio. Habia intentado por todos los medios acostarme con ella, en vano. Esa chica no se enteraba de mis indirectas. --Ha sido horrible. Pese a que lo he intentado con todo, no captaba nada. Estaba empenada en explicarme las malditas derivadas. --Y eso ha sido un duro golpe para tu ego, ?verdad? --se burlo el haciendo una mueca. --No hablemos de mi ego --resople mientras entrabamos. Cuando estabamos lo suficientemente cerca de nuestras taquillas, divise a Jack, a Ethan y a Caden. Los tres estaban rodeados de chicas que iban ligeras de ropa y que coqueteaban con ellos sin parar. --?Que pasa, chicos? --nos saludaron mientras se apartaban de las chicas. Chocamos los punos a modo de saludo y fuimos directamente a nuestras taquillas. Puse la combinacion y la abri. Deje la mochila y saque los libros de las materias que tenia a la manana, en este caso tendria dos horas seguidas de matematicas. Tuve que esperar a que los lentos de mis amigos cogieran sus cosas, ya que de vez en cuando se paraban a hablar como marujas en un mercado. Sonrei ante esa idea. No me los imaginaba en un mercado chismorreando con senoras mayores. El timbre me devolvio a la realidad, y parece ser que les dio el empujon que necesitaban para terminar de coger lo necesario de las taquillas, ya que pocos segundos despues los tenia a mi lado. Los cinco nos pusimos en marcha. Andabamos con tranquilidad, total la clase no se moveria de sitio. De vez en cuando, la gente se giraba para lanzarnos miradas; muchas de ellas eran de admiracion o deseo, y otras, de pura envidia. Nosotros eramos los chicos mas deseados de la escuela. Todas las chicas suspiraban por nuestros pies. Yo nunca habia tenido una relacion duradera; lo mio era rollo de una sola noche. No me gustaba comprometerme y eso las chicas lo tenian claro. Cuando llegamos al aula, esta estaba ya repleta de companeros. En la primera fila ya se encontraban sentadas las empollonas de clase, dos chicas inadaptadas que siempre sacaban buenas notas. Charlaban animadamente sobre un tema que desconocia y que me importaba mas bien poco. A su lado tambien estaban sentados los que querian sacar buenas notas, aunque no lo eran tanto como las de ellas. En las filas centrales se sentaban los alumnos que no sacaban ni buenas notas ni malas notas. Y en las ultimas filas nos sentabamos nosotros, a los que menos nos importaba la asignatura. Nos acomodamos en nuestros sitios y nos pusimos a hablar hasta que el profesor nos mando callar. Las dos horas se me hicieron eternas. No entendia nada de lo que el profesor explicaba, por lo que los ejercicios los hacia de pena. Mis amigos intentaron ayudarme, sin exito. Era un zoquete. Al final de la clase el profesor me pidio que me quedara unos minutos porque queria hablar conmigo. Asi que me despedi de mis amigos y espere a que todos hubieran salido. --Senor Woods --me saludo--, ?sabe por que esta aqui? --No, senor. ?Por que razon querria hablar conmigo ese senor bajito, calvo, gordo y sudoroso? El profesor de matematicas era un tipo peculiar. Sudaba a mares todos los dias del ano y normalmente vestia con unos trajes que realzaban su descomunal barriga, ademas de ser totalmente espantosos. Pero lo peor de todo era su rostro arrugado, cuya guinda del pastel era su horrible uniceja. --Esta a punto de suspender mi asignatura. Palideci. !No podia ser posible! Pese a que se me daban muy mal las matematicas, siempre aprobaba esa maldita asignatura. Ademas, necesitaba aprobar todas para poder jugar en los partidos de baloncesto. --Es imposible --me negue a creerlo. --Mirelo usted mismo. Todos y cada uno de los ejercicios que ha hecho han estado mal. No solo eso, no se esfuerza en mi asignatura. Asi que como suspenda el examen, no aprobara--. Se paso un panuelo por el cuello y por la cara para secarse el notorio sudor. Reprimi una mueca de repulsion. --!No puedo suspender! --La rabia me consumia. No queria creerlo. Necesitaba con urgencia aprobar esa asignatura. --Creame, yo tampoco. Es por eso que se me ha ocurrido ponerle un tutor particular que pueda darle clases por la tarde. ?Que le parece? Lo sopese. Su oferta era muy tentadora. Pero no sabia si serviria de algo o no, teniendo en cuenta que no se me daban bien las mates. Ademas, ?quien sabia quien seria la persona encargada de ayudarme? Lo que menos queria era un friki a mi alrededor, dandome ordenes. Pero, por otro lado, lo necesitaba. Si no, suspenderia. --Esta bien. ?Cuando podria empezar con esas clases y con quien las haria? --pregunte. Sonrio. --Manana mismo puede empezar cuando le presente a su tutor. *** --?Profesor particular? --John no se lo creia. Abria mucho los ojos, tanto que parecia que se le iban a salir de sus orbitas. Hice un movimiento afirmativo con la cabeza. --?Como es eso de que vas a suspender? --Jack estaba estupefacto--. No puedes suspender. --?Crees que no lo se? --exclame pinchando un trozo de carne con el tenedor. Nos encontrabamos en el comedor del instituto, rodeados de gente que hablaba. La intensidad de las voces era tal que teniamos que alzar mucho la voz para oirnos entre nosotros. --?Y quien va a ser el afortunado de aguantarte? --pregunto Ethan. --?Aguantarme? Yo voy a ser el que tenga que aguantarle --dije molesto. La idea de que alguien tuviese que ayudarme no me gustaba ni un pelo--. Ademas --anadi--, el muy canalla del profesor no me ha dicho quien es. --Seguro que es uno de los empollones de clase --comento Caden mirando la mesa en la que estaban sentados un grupo de ellos, charlando animadamente, ajenos a nuestra conversacion. Suspire pesadamente. Lo que menos queria era que fuera uno de los sabelotodos de la clase, pero, bueno, no estaba en mis manos decidirlo. Terminamos el almuerzo y depositamos nuestras bandejas en su sitio. Estabamos avanzando por el pasillo, camino hacia las taquillas para coger las mochilas, ya que por la tarde no teniamos clase, cuando, de pronto, choque contra alguien, quien cayo redondo al suelo. Mis amigos y yo reimos por su torpeza. --Mira por donde vas, friki --dije.

  • Palabras enredadas de Monica Garcia

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    Derek Foster es el dueno de una prestigiosa empresa relacionada con el mundo editorial. El es un hombre reservado y distante al que no se le conoce relacion con ninguna mujer. Apodado El Indomable entre sus empleados, las mujeres aspiran a seducirlo sin exito. ?Acaso no hay ninguna mujer capaz de reblandecer su corazon?
    Elliana Jones es una mujer que ha llegado a su puesto por meritos propios. Nadie le ha regalado nada en la vida. Todo lo ha conseguido a base de esfuerzo y sudor. Su sueno es publicar algun dia una de las tantas novelas que tiene guardadas en el cajon. Trabaja en la misma empresa que Derek al que no conoce mas que por un encuentro fortuito en el ascensor.
    Cuando recibe una misteriosa invitacion de Derek Foster su primera reaccion es rechazarla. Todo lo que gira en torno a el es demasiado inalcanzable para ella. No quiere ser una conquista mas para un hombre sin escrupulos. Ella es una mujer de principios que cree en el amor verdadero.
    ?Pero estara Derek dispuesto a rendirse ante el rechazo de la bella Elliana? ?Cuales son sus verdaderas intenciones? ?Que tiene ella de especial para el?

  • Afortunada de Monica Garcia

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    Lucia es una chica con un pasado complicado, Daniela es una chica con una vida sin preocupaciones hasta que la enfermedad de su madre lo cambio todo, Lucia y Daniela afrontaran juntas la enfermedad de Pilar que no se sabe a ciencia cierta como evolucionara. Una historia de superacion, reflexion y autoayuda. La historia contiene relatos reales mezclados con ficcion para ayudar al lector a seguir la vida de Lucia.