• El sentido de mi adiccion de Mery Eme

    https://gigalibros.com/el-sentido-de-mi-adiccion.html

    Es sabado, 23 de junio de 2018. Son las once de la manana. No he dormido bien, me encuentro cansada. Me giro en la cama alargando mi brazo y buscandole, pero ya se ha ido. Hay un profundo silencio en la casa. Chequeo mis mensajes en el telefono, pero no hay nada. El se ha marchado sin dejar el mas minimo rastro. Hace meses que presiento que todo ha cambiado. Las cosas ya no son como antes. No hay mensajes de despedida ni llamadas inesperadas para decirme que me quiere. Estamos perdiendo nuestra esencia. Nos estamos perdiendo... a nosotros. He pasado de morir de amor a matarme de celos. Permanezco desnuda en la cama. Hace mucho calor. Puede que en el exterior hayamos sobrepasado los 28 oC. Me siento en la cama con los pies en el suelo y abro los brazos en cruz, estirandome. Respiro profundo, como si quisiera tragar el mundo de una sola exhalacion y me quedo ausente mirando el agua de la piscina a traves de la enorme cristalera del dormitorio que da al jardin. Cojo unas naranjas, las parto por la mitad y las exprimo con la mano sobre el interior de un vaso. !Odio el sonido del exprimidor! Salgo desnuda hasta el borde de la piscina y compruebo la temperatura del agua. Esta fria, !muy fria! Y voy dando los ultimos sorbos del zumo antes de zambullirme. Me lanzo a la piscina. La temperatura del agua hace que sienta como se me hiela la cabeza, es como si se me paralizase el cuerpo. Hago unos largos y salgo del agua para tumbarme en la hierba, notando como los rayos de sol secan mi piel, y me siento revitalizar. Poco despues suena un mensaje en mi movil. Es Fanny, quiere asegurase de que todo sigue en pie para la cita de esta noche. Le respondo afirmativamente para continuar con la perversa encerrona que he planeado para el. Mi unica pretension es ver si soy capaz de provocarle celos despues de dar un paso mas en nuestros juegos. Hoy seremos cuatro, uno mas que de costumbre. Va a ser la primera vez que hacemos un intercambio con otra pareja y, ciertamente, no me atrae nada la idea de hacerlo, pero tengo mis motivos y estoy dispuesta a todo. Le hago una llamada para ver si hoy comeremos juntos en casa. --Hola, carino. ?Que tal va tu manana? --Bien, solo que tengo mucho trabajo que ultimar para rematar la semana. --?Vendras a comer? --No lo creo. Posiblemente llegue poco antes de la hora de cenar. --He invitado a cenar a Fanny y a Manuel, que es su pareja. --?Su pareja? !Esto es una novedad! No me agrada mucho que vengan los dos, ya conoces a Fanny. Seguro que no trae buenas intenciones. --?Tienes algun problema si ocurre algo despues de cenar? Los segundos de silencio antes de su respuesta me dicen que me va a mentir. --!No, carino! No hay ningun problema. Si no lo tienes tu, yo tampoco lo tengo. --!Perfecto! Nos vemos esta noche. Un beso, amor. --Adios. Un beso. El juego ha cambiado. Voy a tener sexo a solas con otro hombre, mientras el disfruta del cuerpo de Fanny. Para mi, incluso despues de lo vivido, me resulta extrano. No me siento comoda. Me parece ir demasiado lejos. Ahora ya no es solo compartir el cuerpo de otra persona como si fuera un juguete, sino que me siento como una puta cedida por su pareja a otro hombre, para que disfrute plenamente de mi con su consentimiento. Pese a todo, estoy excitada. Debo admitir que esta adiccion al sexo en la que estamos sumidos es la misma que esta matando nuestra relacion, me tiene descontrolada. Mando un mensaje a Fanny para pedirle que me envie una foto de Manuel. Tengo curiosidad por ver la cara de ese hombre que, tal como me dijo, es tan atractivo y tan pervertido en la cama. La respuesta a mi mensaje es inmediata. Fanny me acaba de enviar una fotografia de Manuel en banador mientras luce su palmito en la playa. !Dios mio! !Esta tremendo! No se si la finalidad de la terapia que me he marcado dara los resultados deseados. Espero que despues de acostarme con Manuel no me cree una nueva dependencia sexual y sea peor el remedio que la enfermedad. Manuel es mulato. Su cuerpo es de esos que se moldean en las playas jugando al voley mientras las chicas hacen como que miran el juego, fantaseando con otras pelotas que no son precisamente las que vuelan por encima de la red.