• Hay amores de un verano (Rendicion 1) de Lina Perozo Altamar

    https://gigalibros.com/hay-amores-de-un-verano-rendicion-1.html

    Alessandro Bonanzierri es un extraordinario actor italiano, para quien el exito es una constante en su vida, hasta el punto de ser aclamado como un idolo de generaciones. Tiene una novia hermosa que se siente orgullosa de tenerlo a su lado. Ha estado ligado al mundo del espectaculo desde temprana edad por lo que el publico cree conocer todo de el.

  • Besos a un tirano de Francine J.c

    https://gigalibros.com/besos-a-un-tirano.html

    ?Un hombre que no besa jamas en los labios es capaz de amar?

  • 10 dias para Ano Nuevo de Carmen Amil

    https://gigalibros.com/10-dias-para-ano-nuevo.html

    Eli ha roto con su novio y todo le recuerda a el. Por eso, acepta la proposicion de su amigo Caleb para pasar las fiestas en la casa rural de su hermana, lejos de cualquier cosa que le haga pensar en Dani.
    Caleb tiene diez dias hasta Ano Nuevo, el dia que Eli se va, para conseguir que ella se olvide de su ex.
    Juntos, redescubriran las navidades de una forma muy distinta a lo que estan acostumbrados.

  • Con C de cretino, Liah S. Queipo de Liah S. Queipo

    https://gigalibros.com/con-c-de-cretino-liah-s-queipo.html

  • El calentamiento global de Daniel Ruiz

    https://gigalibros.com/el-calentamiento-global.html

    Federico Castilla es director de Responsabilidad Corporativa y Desarrollo Sostenible de Oilgas International, multinacional del sector petroquimico con implantacion en Europa, Africa y Oriente Medio. Una manana recibe una llamada desde Oilgas Iberica, su planta de distribucion de refino en Espana, y le comunican que se acaba de producir un accidente laboral en dicha planta; un empleado, que ha caido desde varios metros de altura mientras realizaba trabajos de reposicion de luminarias, se encuentra en estado critico. Inmediatamente, se activan todos los protocolos y Federico toma un avion para viajar hasta Pico Paloma, la poblacion donde esta la factoria. Se trata de un municipio enclavado en pleno parque natural de El Roqueo, en una zona del litoral donde convive la industria petroquimica, la actividad turistica y el paisanaje local.

  • Como te veo yo de Abril Camino

    https://gigalibros.com/como-te-veo-yo.html

    !Cumpleanos feliz! !Cumpleaaaaaanos feliz! --La voz de una Hazel absolutamente desafinada entra atronadora en mi dormitorio, cuando aun no he tenido tiempo de abrir del todo los ojos--. Te deseeeeeeo, Holly Rose. !Cumpleaaaaaanos feliz! Siempre me he preguntado como es la vida de las personas que no son capaces de reirse de si mismas. O, mejor dicho, siempre me he compadecido de ellas. He tenido la suerte de criarme en una casa en la que la carcajada estaba a la orden del dia, y creo que eso ha moldeado mi caracter de una manera que algun dia tendre que recordar agradecerles a mis padres. Cuando abandone el nido para ir a la universidad, vino el segundo gran golpe de fortuna de mi vida: dar con una companera de habitacion tan payasa que hace que mis padres hasta parezcan serios. Con Hazel entendi que ser hija unica no es un impedimento para tener una hermana, una que me regalo la vida y la casualidad de que el orden alfabetico nos colocara juntas en aquella residencia universitaria de Stanford. Por todo eso, por lo mucho que la quiero y por la enorme capacidad de ambas de reirnos de nuestros avatares vitales, consiento el espectaculo que tengo ante mis ojos: Hazel, portando una bandeja llena de cupcakes, coronados por una vela con el numero uno. No, no cumplo un ano hoy. De hecho, mi cumpleanos es en primavera, y el verano hace ya semanas que ha acabado. Hoy hace un ano que no me acuesto con nadie, y a Hazel le ha parecido fantastico despertarme con este festejo, justo en el que va a ser mi primer dia de trabajo. --Sopla la vela, Holly. Y, por lo que mas quieras, pide como deseo echar un buen polvo. --Cada dia es mas dificil soportar tus excentricidades. --Pese a mis palabras, le hago caso. En lo de soplar la vela, no en la eleccion del deseo. En realidad, como me ocurre siempre, me acuerdo de que deberia haber pedido algo cuando la cera ya amenaza con estropear la cobertura del pastel--. Pero gracias por el desayuno, pequena. --A tus ordenes. Siempre. --Me da un beso en la mejilla y se lanza en mi cama. Se mete bajo las sabanas y se acurruca para combatir el frio de estas horas de la manana. Frio en octubre. Ver para creer. --?A quien le has robado todo esto? --?Y quien te ha dicho que no me he pasado la noche cocinando para ti? --El hecho de que la casa no este en llamas me ha dado una pista. --Nueva York es el puto paraiso. Hay una pasteleria en Queens que envia cupcakes a domicilio las veinticuatro horas. Eres tan marmota que ni has oido el timbre. --Ya veremos si Nueva York te sigue pareciendo el paraiso cuando llegue el invierno. --!?El invierno no es esto?! Somos dos chicas del sur de California recien llegadas a la ciudad que nunca duerme. Hazel se crio en una de esas zonas de Los Angeles que nadie recomendaria a los turistas, arrastrando una historia familiar de la que odia hablar y que yo solo conoci gracias a una noche de borrachera en la que se le solto la lengua. Yo, en cambio, creci en las colinas de West Hollywood, en una casa en la que, en cada armario, cabria nuestro apartamento actual entero, y en la que Hazel encontro, bajo la manta protectora de mi madre, lo mas parecido a un hogar que la vida decidio darle. Me gusta California. Me gustan el sol y la playa; me fascina el encanto decadente del Hollywood que se ve en las peliculas y del que solo se conoce desde cerca; tengo, ademas, la firme conviccion de que poder ir todo el ano en sandalias es un lujo que no se paga con dinero. Pero... !Ay, Nueva York! Cuando, hace un par de meses, me vi ante las pantallas de Times Square, con Hazel a mi lado y con nuestro miedo compartido por estar por primera vez tan lejos de casa, entendi que habia encontrado mi lugar en el mundo. No era la primera vez que visitaba la ciudad. Habia estado muchas veces con mis padres y tambien en un viaje con amigos el segundo ano de universidad. Pero, en ese momento, ya no estaba en calidad de turista. Tenia en la mochila las llaves y el contrato de alquiler de nuestro nuevo apartamento, asi que ya nos sentiamos neoyorquinas. Estabamos en casa. En realidad, nuestro piso queda un poquito lejos de Times Square. A unos cuarenta y cinco minutos en metro y mas kilometros de los que estoy dispuesta a calcular. En el Brooklyn profundo, por mas que desde la azotea del edificio se vislumbren las copas de los arboles de Prospect Park. Es un apartamento de unos cuarenta metros cuadrados, con dos habitaciones que en algun momento tendremos que molestarnos en decorar, un cuarto de bano diminuto y un saloncocina que podria ser retro, pero me temo que se queda en viejo. Pero... a quien le importa. Es Nueva York. --Como no muevas el culo, vas a llegar tarde en tu primer dia --me recuerda Hazel, sacandome de la ensonacion que todavia me produce pensar que estoy viviendo en la ciudad con la que siempre fantasee. --?Me ayudas a elegir que ponerme? --!Venga ya! ?La mismisima Holly Rose no tiene decidido el atuendo de su primer dia de trabajo desde hace una semana? --Si, por supuesto que si. --Se me escapa una carcajada porque, si Hazel tuviera un dia especialmente malevolo, rebuscaria entre mis cosas y encontraria un cuadro con todas las posibles combinaciones de ropa que me he planteado para el dia de hoy--. Pero es el rollito que se trae la revista el que me hace dudar. Dentro de una hora y cuarenta y siete minutos, si la eleccion de ropa o mis todavia precarios conocimientos del sistema de metro no lo impiden, comenzara mi vida laboral. Cuando me gradue en Periodismo y Lenguas Modernas en Stanford, hace unos meses, dedique unas semanas de mi vida a enviar curriculums a diestro y siniestro. No quedo una sola publicacion, canal de television, emisora de radio o agencia de noticias en todos los Estados Unidos que no recibiera ese exiguo documento en el que se detallaba que tenia un expediente estupendo en la carrera, pero ninguna experiencia profesional. Ah, y tambien tenia un orgullo muy arraigado que me impidio, desde el primer momento, tirar de los contactos de mis padres para acabar colocada en un puesto que, sin duda, no me mereceria. Contra todo pronostico, a principios del mes de agosto, recibi la llamada que me ha traido hasta aqui. Hasta Nueva York y hasta esta manana de nervios instalados en el estomago. No habia oido hablar de la revista online Millenyal en toda mi vida, pero fingi al telefono que era una lectora asidua de esa pequena publicacion de temas variados dirigida al publico neoyorquino menor de treinta anos. Buscaban una redactora junior, y la prueba de acceso consistia en elaborar un articulo de opinion sobre un tema libre y un reportaje completo sobre algun aspecto relacionado con el arte y con Nueva York. Creo que acepte, en parte, por el reto que suponia prepararlo todo. Elegi, puede que con muy poca cabeza, dedicar la columna a hacer un alegato de los votantes de Donald Trump y sus motivaciones, a pesar de que me habia pasado semanas despotricando contra ellos. Para el reportaje, espere a que Hazel y yo nos mudaramos a Nueva York, algo que ya habiamos decidido incluso antes de que llegara mi oportunidad laboral, y me pase dos semanas recorriendo las calles de South Bronx con mi camara reflex, aparentando mucha seguridad cuando me encontraba con alguna banda, pero cruzando internamente los dedos para no dar con la persona inadecuada. De aquella experiencia salio un reportaje de dieciseis paginas titulado El arte urbano de los grafitis de South Bronx y una entrevista personal en la sede de la revista, que acabo conmigo firmando, casi sin tener tiempo para asimilarlo, un contrato de un ano para trabajar alli. --Pantalon negro y camisa vaquera es una combinacion ganadora. --Hazel entra en el cuarto de bano con una percha en cada mano, y yo me limito a echar un vistazo a lo que ha elegido, con el cepillo de dientes metido en la boca. --?No sera demasiado informal?

  • Nunca mas olvidada de Christina Mcknight

    https://gigalibros.com/nunca-mas-olvidada.html

    Una dama olvidada por todos…

  • Un sueno hecho realidad de Malina W. M

    https://gigalibros.com/un-sueno-hecho-realidad.html

    Patricia desde que se habia separado de Gabriel se sentia muy sola. No podia creer que todo hubiese acabado. Aunque ella sabia mejor que nadie que esa relacion no iba a ninguna parte no podia desacostumbrarse al suave toque de las expertas manos de Gabriel sobre su piel, extranaba esos besos con olor a cigarrillo y el silbido matutino luego de una noche de pasion.
    Eran muchos los problemas, Gabriel estaba frustrado no conseguia lo que deseaba y veia que sus suenos se alejaban cada vez mas, Patricia por su parte habia logrado todo lo que se proponia y mas; vivia del arte, disfrutaba de montar una exposicion diferente cada dia en su galeria y era reconocida en el ambito.

  • Segunda casa de Rachel Cusk

    https://gigalibros.com/segunda-casa.html

    Una vez te hable, Jeffers, de cuando me encontre con el diablo en un tren, saliendo de Paris, y de como desde entonces el mal que normalmente acecha bajo la superficie de las cosas sin que nadie lo moleste se sublevo y arremetio contra todas las partes de la vida. Fue como una infeccion, Jeffers: se apodero de todo y lo pudrio. Creo que no me habia dado cuenta de cuantas partes tenia la vida hasta que cada una empezo a liberar su capacidad para el mal. Se que tu siempre has sabido estas cosas, que has escrito sobre ellas a pesar de que otros no quisieran oirlas y encontraran tedioso ese interes por la maldad y el error. Pero tu seguiste igualmente, construyendo un refugio en el que la gente pudiera cobijarse cuando las cosas se torcieran tambien para ellos. !Y siempre se tuercen! El miedo es un habito como otro cualquiera, y los habitos matan lo que hay de esencial en nosotros. Esos anos de pasar miedo me han dejado una especie de vacio, Jeffers. Sigo temiendo que las cosas me ataquen por sorpresa: sigo esperando oir la misma risa de aquel diablo, la que oi el dia en que me persiguio de punta a punta del tren. Era por la tarde, hacia mucho calor y, como los vagones iban bastantes llenos, pense que podria librarme de el simplemente sentandome en otra parte. Pero cambie varias veces de asiento y al rato lo tenia otra vez delante, despatarrado y riendose. ?Que queria de mi, Jeffers? Tenia una pinta horrible: amarillo, hinchado y con los ojos del color de la bilis inyectados en sangre, y cuando se reia ensenaba unos dientes sucios, uno de ellos completamente negro justo en el centro. Llevaba pendientes y ropa elegante manchada del sudor que le caia a chorros. !Cuanto mas sudaba mas se reia! Y hablaba sin parar en un idioma que no reconoci pero que era estridente y estaba lleno de sonidos parecidos a palabrotas. No era facil ignorarlo, y sin embargo eso era precisamente lo que hacian todos los pasajeros. Iba con una chica, Jeffers, una chica sobrecogedora, poco mas que una nina pintarrajeada y medio desnuda, con los labios entreabiertos y la mirada docil de un animal idiota. Se habia sentado en sus rodillas y el la toqueteaba y nadie decia ni hacia nada para impedirselo. De todos los que ibamos en ese tren, ?es posible que fuera yo la mas dispuesta a intentarlo? A lo mejor me siguio por los vagones para tentarme. Pero yo no estaba en mi pais: estaba solo de paso, iba de vuelta a casa, a una casa en la que pensaba con un temor secreto, y no me parecio asunto mio detenerlo. Es muy facil pensar que algo no te molesta demasiado justo cuando tu deber moral como individuo se ve mas expuesto. Si me hubiera enfrentado a el es posible que todas las cosas que ocurrieron despues no hubieran ocurrido. El caso es que por una vez pense: !que se haga cargo otro! Y asi es como perdemos el control de nuestro destino. Mi marido, Tony, a veces me dice que subestimo mi fuerza, y no se si eso hace que la vida sea mas arriesgada para mi que para otras personas, igual que es peligrosa para quienes no tienen la capacidad de sentir dolor. Siempre he pensado que hay determinado tipo de personas que no pueden o no quieren aprender la leccion de la vida, y viven entre nosotros como un incordio o un regalo. Lo que causan puede llamarse problema o puede llamarse cambio: pero la clave esta en que hacen que pase algo, aunque no lo pretendan ni lo quieran. Siempre estan alterando las cosas, cuestionando y desestabilizando el statu quo; no dejan nada tal como esta. No son malas ni buenas en si mismas --eso es lo importante de este tipo de personas--, pero saben distinguir el bien del mal cuando lo tienen delante. ?Es asi como el mal y el bien siguen brotando el uno al lado del otro en nuestro mundo, Jeffers, porque algunas personas no permiten que ninguno de los dos se salga con la suya? Aquel dia, en el tren, decidi fingir que yo no era asi. !La vida de repente parecia mucho mas sencilla detras de los libros y los periodicos con que la gente escondia la cara para no ver al diablo! Lo cierto es que despues pasaron muchas cosas y tuve que emplear todas mis fuerzas y toda mi fe en el bien y toda mi capacidad de resistir el dolor para seguir viviendo, hasta el punto de que estuve a punto de morir por eso, y luego deje de ser un incordio para todo el mundo. Hasta mi madre decidio que yo le caia bien durante un tiempo. Al final conoci a Tony y el me ayudo a recuperarme, y cuando me ofrecio esta vida dulce y apacible que llevamos aqui, en la marisma, ?que hice yo sino sacarle defectos a la tranquilidad y la belleza e intentar alterarlo todo? Esa historia ya la conoces, Jeffers, porque la escribi en otra parte: la menciono unicamente para que veas como se relaciona con lo que quiero contarte ahora. Pense que toda esta belleza no servia de nada si no tenia inmunidad: que si yo podia hacerle dano, cualquiera podria. La fuerza que tengo, si es que tengo alguna, no es nada en comparacion con la fuerza de la estupidez. Ese fue y sigue siendo mi razonamiento, aunque podria haber aprovechado la oportunidad de vivir aqui un idilio de placida impotencia. Homero lo dice en la Iliada cuando habla de la vida agradable y las ocupaciones de los hombres caidos en combate, sin olvidarse de sus elegantes trajes de batalla, sus carros y armaduras hechos a mano. Todo lo que se ha cultivado y construido con carino, todas esas propiedades, se destruyen con un golpe de espada, se aniquilan en los segundos que se tarda en pisotear una hormiga. Me gustaria volver contigo, Jeffers, a esa manana en Paris, antes de subir al tren en el que iba el diablo hinchado y de ojos amarillos: me gustaria que lo vieras. Tu eres un moralista, y hace falta un moralista para entender como pudo ser que los rescoldos de uno de los incendios desatados aquel dia siguieran vivos anos y anos, que su nucleo continuara activo, alimentandose furtivamente, en secreto, hasta el momento en que mis circunstancias lo reavivaron y las brasas prendieron entonces con las cosas nuevas e inflamaron de nuevo las llamas. Ese incendio se desato en Paris a primera hora de la manana, cuando un seductor amanecer se extendia sobre las formas palidas de la Ile de la Cite y el aire estaba envuelto en esa quietud absoluta que presagia un dia hermoso y claro. El cielo se volvia cada vez mas azul, el follaje verde y fresco de la orilla estaba paralizado por el calor y los bloques de luz y sombra que cortaban en dos las calles eran como las eternas formas primordiales que habitan en la cara visible de las cordilleras y parecen surgir de su interior. Me habia pasado la breve y sofocante noche de verano despierta en la cama del hotel, y en cuanto vi el amanecer entre las cortinas me levante y sali a pasear por la orilla del rio. Parece presuntuoso, Jeffers, por no decir absurdo, describir mi experiencia asi, como si tuviera la mas minima importancia. Seguro que en este preciso instante hay una persona paseando por el mismo tramo del rio, cometiendo igualmente el pecado de creer que las cosas ocurren por un motivo y que ese motivo es !ella! Pero necesito explicarte cual era mi estado de animo esa manana, la euforica sensacion de posibilidad que me embargaba, para que puedas entender lo que surgio de ahi. La noche anterior habia estado con un escritor famoso que en realidad no era mas que un hombre con mucha suerte. Lo conoci en la inauguracion de una galeria de arte, y se esforzo tanto por sacarme de alli que halago mi vanidad. En esos anos yo no recibia mucha atencion sexual, a pesar de que era joven y creo que bastante atractiva. Mi problema era que tenia la lealtad de un perro idiota. Este escritor era, naturalmente, un egolatra insufrible, ademas de un mentiroso, y ni siquiera demasiado convincente; y yo, que iba a pasar la noche sola en Paris sabiendo que en casa me esperaban un marido descontento y una hija, tenia tanta sed de amor que, por lo visto, estaba dispuesta a beber en cualquier fuente. La verdad, Jeffers, es que yo era un perro: llevaba dentro de mi un peso tan descomunal que lo unico que podia hacer era retorcerme inutilmente como un animal herido. Ese peso me anclaba a las profundidades, y alli me revolvia y forcejeaba para soltarme y nadar hasta la refulgente superficie de la vida: al menos asi era como se veia desde abajo. Esa noche en Paris, yendo de bar en bar en compania del egolatra, intui por primera vez la posibilidad de la destruccion, la destruccion de lo que yo misma habia construido; te aseguro que no fue por el, sino por la posibilidad de cambio violento que encarnaba y que nunca se me habia presentado hasta esa noche. El egolatra, siempre ebrio de si mismo, se metia pastillas de menta entre los labios secos cuando creia que no me daba cuenta y hablaba de si mismo sin parar: en realidad no me engano, aunque reconozco que eso era lo que yo queria. Me dio metros de soga con la que ahorcarlo, pero naturalmente no lo ahorque: le segui el juego y en parte me lo crei, otra prueba mas de la suerte que, saltaba a la vista, habia tenido a lo largo de su vida. Nos despedimos a las dos de la madrugada en la puerta del hotel, donde sin disimular --casi rozando la descortesia-- decidio que yo no merecia tanto la pena como para correr el riesgo de ver amenazada su posicion si pasabamos la noche juntos. Y me fui a la cama atesorando el recuerdo de su atencion hasta que me parecio que el techo del hotel se levantaba y las paredes se caian y la inmensa oscuridad estrellada me abrazaba con las implicaciones de lo que estaba sintiendo. ?Por que vivimos tan dolorosamente en nuestras ficciones? ?Por que sufrimos tanto por cosas que nosotros mismos nos hemos inventado? ?Tu lo entiendes, Jeffers? He querido ser libre toda mi vida y no he sido capaz de liberar ni el dedo menique del pie. Creo que Tony es libre, y su libertad no parece gran cosa. Se sube al tractor azul para segar la hierba alta que hay que cortar en primavera, y lo veo ir y venir tranquilamente a cielo abierto, con su sombrero flexible, envuelto en el ruido del motor. Alrededor estan brotando los cerezos: las yemas de las ramas luchan por estallar y cubrirse de flores para Tony, y cuando el pasa, la alondra sale disparada y se queda suspendida en el cielo, cantando y haciendo piruetas como una acrobata. Yo, mientras, sigo sentada, mirando al frente, sin nada que hacer. Es lo unico que he conseguido en cuestion de libertad: librarme de la gente y de las cosas que no me gustan. !Despues de eso no queda mucho por hacer! Cuando Tony vuelve de trabajar la tierra, me desperezo y cocino para el; voy al huerto a coger hierbas y al cobertizo a por patatas. En esa epoca del ano --primavera-- las patatas que guardamos en el cobertizo empiezan a echar brotes, aunque las conservemos completamente a oscuras. Les salen esos brazos blancos y carnosos porque saben que es primavera, y a veces me quedo mirando una patata y pienso que sabe mas que la mayoria de la gente. La manana siguiente a esa noche en Paris, cuando me levante y sali a pasear por la orilla del rio, mi cuerpo apenas notaba el suelo: el agua verde y centelleante, la piedra beige muy clara de los muros erosionados y en pendiente, y los primeros rayos del sol dando en ella y en mi al pasar a su lado creaban un elemento tan ligero que me volvi ingravida. No se si eso es lo que se siente al ser amada, y con esto me refiero al amor importante, al que se recibe antes de que una, estrictamente hablando, sea consciente de su propia existencia. En ese momento senti una seguridad sin limites. ?Que fue lo que vi para sentirme asi, cuando en realidad mi situacion era cualquier cosa menos segura; cuando de hecho habia vislumbrado la semilla de una posibilidad que pronto empezaria a crecer y a propagarse como un cancer en mi vida, consumiendo anos y consumiendo sustancia; cuando unas horas despues me veria sentada cara a cara con el mismisimo diablo? Debi de estar un buen rato deambulando, porque cuando subi de la orilla a la calle las tiendas estaban abiertas y habia coches y gente que iba y venia al sol. Tenia hambre, y empece a fijarme en los escaparates, buscando un sitio en el que comprar algo de comer. No se me dan bien esas situaciones, Jeffers: me resulta dificil satisfacer mis necesidades. Cuando veo a otra gente consiguiendo lo que quiere, a codazos, exigiendo las cosas, decido que prefiero pasarme sin ellas. Me alejo, avergonzada de la necesidad, de la mia y la de los demas. Esto parece una cualidad absurda y siempre he sabido que yo seria la primera en morir pisoteada en una emergencia, aunque me he fijado en que los ninos tambien son asi, que les averguenzan sus necesidades corporales. Cuando le digo esto a Tony, que seria la primera en caer, porque no lucharia para conseguir mi parte, se rie y dice que no se lo cree. !Ya esta bien de analizarse a uno mismo, Jeffers! El caso es que no habia mucha gente en Paris esa manana, y en las calles por las que paseaba, mas o menos cerca de la rue du Bac, no habia ningun sitio donde comprar algo de comer. Las tiendas estaban llenas de telas, antiguedades y curiosidades de la epoca colonial que costaban el sueldo de varias semanas de una persona corriente, y llenas tambien de una fragancia particular que era, supongo, la fragancia del dinero; al pasar yo miraba los escaparates como si a esas horas de la manana tuviera intencion de comprar una enorme cabeza africana tallada en madera. Las calles eran un desfiladero perfecto de luz y de sombra, y yo me empenaba en ir por el sol, sin rumbo ni finalidad. De repente, a lo lejos, vi un cartel colocado en la acera, y en el cartel, una imagen. La imagen, Jeffers, era de un cuadro de L, elegido para anunciar una exposicion de su obra en una galeria cercana. Incluso a distancia reconoci algo en esa imagen, aunque sigo sin saber decir que era, porque a pesar de que habia oido hablar vagamente de L -- no se cuando ni como-- no tenia una idea clara de quien era o que cosas pintaba. El caso es que me llamo: me abordo en esa calle de Paris y segui los sucesivos carteles hasta que llegue a la galeria y entre directa por la puerta abierta. Querras saber, Jeffers, cual era la obra seleccionada para el cartel y por que me afecto tanto. Aparentemente no hay un motivo en particular por el que la obra de L pudiera atraer a una mujer como yo, incluso puede que a ninguna mujer, y desde luego no a una madre joven y al borde de la rebelion, con unos anhelos imposibles que, ademas, estan cristalizados en sentido inverso por el aura de libertad absoluta que irradia su pintura. Una libertad elemental e impenitente, masculina hasta en su ultima pincelada. Es una pregunta que pide una respuesta, y sin embargo no hay una respuesta clara y convincente, mas alla de decir que esa aura de libertad masculina esta presente en la mayoria de las representaciones del mundo y de nuestra experiencia humana en el, y que como mujeres nos hemos acostumbrado a traducirla a un idioma que podamos reconocer. Recurrimos a nuestros diccionarios y desciframos el enigma, evitando algunas de las partes a las que no encontramos sentido o no entendemos, y otras a las que sabemos que no tenemos derecho, y voila!: participamos. Es como llevar un traje elegante que nos han prestado, o a veces directamente una suplantacion; y al no haber sentido nunca nada de esto como mujer, creo que en mi el habito de la suplantacion ha llegado a ser mas profundo que en la mayoria, hasta el punto de que algunos aspectos de mi personalidad parecen de hecho masculinos. Lo cierto es que desde el principio recibi claramente el mensaje de que todo habria sido mejor -- habria estado bien, habria sido como tenia que ser-- si yo hubiera sido un chico. Al mismo tiempo, nunca le vi ninguna utilidad a esa parte masculina, tal como L me demostraria mas tarde, en la epoca de la que quiero hablarte. La imagen del cartel, por cierto, era un autorretrato, uno de esos impresionantes retratos de L en los que se situa mas o menos a la distancia que guardamos con un desconocido. Parece casi sorprendido de verse: mira a ese desconocido con objetividad y sin compasion, como se mira a cualquier persona en la calle. Lleva una camisa de cuadros normal y corriente y el pelo peinado con raya y hacia atras, y a pesar de la frialdad de la percepcion --que es una frialdad y una soledad cosmica, Jeffers--, la representacion de estos detalles, de la camisa abrochada y el pelo peinado y los rasgos puros, no animados por el reconocimiento, es la cosa mas humana y amorosa del mundo. La emocion que senti mientras lo miraba fue lastima, lastima de mi misma y de todos nosotros: la lastima muda que sentiria una madre por su hijo mortal, al que a pesar de todo peina y viste con tanta ternura. Podriamos decir que esto vino a dar el toque final a mi extrano estado de exaltacion: senti que salia del esquema en el que llevaba viviendo muchos anos, el esquema de la participacion humana en un determinado conjunto de circunstancias. A partir de ese momento deje de estar inmersa en la historia de mi vida y empece a diferenciarme de ella. Habia leido bastante a Freud y podria haber aprendido de el lo absurdo que era todo, pero me hizo falta el cuadro de L para verlo de verdad. Lo que vi, dicho con otras palabras, fue que estaba sola, y vi que ese estado era un regalo y una carga, algo que hasta entonces nunca se me habia revelado verdaderamente. Ya sabes, Jeffers, que me interesa la existencia de las cosas antes de que tengamos conocimiento de ellas, !en parte porque me cuesta creer que de verdad existan! Cuando te han criticado siempre, desde antes de lo que alcanzas a recordar, es casi imposible situarse en el tiempo o el espacio anterior a la critica: es decir, creer en tu propia existencia. La critica es mas real que tu misma: de hecho parece que es lo que te ha creado. Tengo la impresion de que mucha gente va por ahi con este problema en la cabeza y eso causa todo tipo de complicaciones: en mi caso hizo que mi cuerpo y mi mente se divorciaran desde el principio, cuando tenia muy pocos anos. Pero lo que quiero decir es que en los cuadros y en otros objetos creados hay algo que puede proporcionarnos cierto alivio y desahogo. Nos situan, nos ofrecen un lugar en el que estar, mientras que antes el espacio siempre estaba ocupado, porque la critica se instalo alli primero. No incluyo las cosas creadas a partir de las palabras: al menos para mi no tienen el mismo efecto, porque para llegarme tienen que pasar primero por mi entendimiento. Mi apreciacion de las palabras tiene que ser mental. ?Me perdonas por eso, Jeffers? No habia nadie mas en la galeria esa manana, tan temprano: en mitad del silencio, el sol entraba por los ventanales y formaba charcos de luz brillantes en el suelo, y yo los rodeaba con la alegria de un fauno en el bosque el primer dia de la creacion. La exposicion era eso que llaman una <>, y por lo visto eso significa que por fin eres lo suficientemente importante para estar muerto, a pesar de que L apenas tenia cuarenta y cinco anos por aquel entonces. Habia como minimo cuatro salas grandes, y las devore todas, una detras de otra. Cada vez que me acercaba a un cuadro --del boceto mas pequeno a las obras paisajisticas mas grandes -- tenia la misma sensacion, hasta un punto en que me parecia imposible volver a experimentarla. Pero no: la sensacion se repetia cada vez que me enfrentaba a la imagen. ?Que era? Era una sensacion, Jeffers, pero era tambien una frase. Puede sonar contradictorio, despues de lo que acabo de decir de las palabras, que las palabras acompanaran a la sensacion de una manera tan definitiva. Pero no era yo quien las encontraba. Eran los cuadros quienes encontraban las palabras en algun rincon, dentro de mi. No se de quien eran ni quien las decia: solo que eran dichas. Muchos cuadros eran de mujeres, y en su mayoria de una mujer en particular, y en este caso mis emociones eran mas reconocibles, aunque todavia indoloras y separadas del cuerpo. Habia un dibujo pequeno, al carboncillo, de una mujer dormida en una cama, con la cabeza oscura como una simple mancha de abandono entre las sabanas revueltas. Reconozco que una especie de llanto amargo y silencioso salio de mi alma ante la cronica de una pasion que parecia definir todo lo que yo jamas habia conocido e ignoraba si llegaria a conocer. En muchos de los retratos grandes L pinta a una mujer de pelo moreno y bastante carnosa --con frecuencia el aparece en el cuadro con ella--, y me pregunte si aquella mancha en la cama casi borrada por el deseo seria la misma persona. En los retratos, la mujer normalmente lleva una especie de mascara o disfraz; unas veces parece que ama a L y otras veces simplemente parece tolerarlo. Pero el deseo de el, cuando estalla, la extingue

  • Los desertores de Joaquin Berges

    https://gigalibros.com/los-desertores.html

    Jota observa los camiones que entran y salen del mercado de frutas y verduras donde ha trabajado hasta su jubilacion cuando, de pronto, sin comunicarselo a nadie, sube a uno de ellos en direccion a la frontera francesa. Va en busca de la tumba de Albert Ingham, un soldado britanico que, con su amigo Alfred, combatio en la batalla del Somme, en 1916. Ambos vivieron juntos los horrores de la guerra y asi es como fueron enterrados, el uno al lado del otro en un pequeno cementerio del norte de Francia; en la tumba de Albert Ingham figuran unas enigmaticas palabras que su padre ordeno inscribir al enterarse de las circunstancias en que habia muerto su hijo.

  • El guante de cobre. Magisterium 2, Cassandra Clare de Cassandra Clare

    https://gigalibros.com/el-guante-de-cobre-magisterium-2-cassandra-clare.html

  • Relatos de amor de Perla Mucino

    https://gigalibros.com/relatos-de-amor.html

    En el 2015, estaba sentada a la orilla de una banqueta conversando con un amigo… Le platicaba de algunas historias que conocia; historias que habia escuchado a lo largo de mi vida y que, si bien distaban mucho de ser un cuento de hadas, eran autenticos relatos de amor. El, por su parte, me contaba de lo afortunado que habia sido en el amor comparado con el resto de sus amigos, decia que nunca estaria lo suficientemente agradecido con Dios por ello. Cuando me conto su historia, me encanto y me conmovio bastante; era una de esas historias en que no puedes dejar de pensar en su magia. Resultaba evidente que mi amigo era muy, pero muy afortunado. Emocionados por la historia, hicimos planes a futuro; estos incluian: una boda, ropa especial para los novios, banquete, flores y muchas cosas mas. Todos estos planes se cristalizarian en el 2020, pero en el 2019, mi amigo... !murio! Su perdida significo para mi, un duro golpe emocional. Ese fue el motivo que me llevo a escribir Relatos de amor. [?][?][?] Estaras en el ultimo relato de este libro, amigo. Ahi, viviras por siempre. Escribir es inmortalizar... Marissa se va Cuando el <> solo cambia de forma Mi nina hermosa, !no llores!, !aqui esta papa! !Marissa!, !si sigues corriendo te puedes caer! !No vas a salir con esa falda a ningun lado, jovencita! Que descanses princesa... te amo. Enseguida vuelvo, voy a ajustar cuentas con aquel patan. [?][?][?] --Papi... ?te gusta como se ve? Su tierna voz me saco de mis recuerdos. Vi a mi Marissa de cuatro anos preguntandome si se veia bien con su traje de hadas, se veia tan bella y tan alegre. --!Papa!, ?estas bien? --pregunto Marissa un poco angustiada--, te noto distraido. ?Vas a estar bien, verdad papi? --Si, mi nina, estoy bien, solo estoy pensando --le conteste con tristeza--, hace apenas unos anos usabas vestidos verdes con brillos y mallas amarillas y... !mirate ahora! --Papa, eso fue hace demasiados anos --exclamo--, yo tenia entonces cuatro anos y era un festival de primavera. --Si, lo se --anadi--, pero no pudimos quitarte esas mallas en varios dias porque creias que si te las quitabamos se acabaria la primavera, tu madre tuvo que banarte con ellas... !Sonia! -- murmure con tristeza al recordarla--. Tal vez tu madre estaria llorando ahora mismo si te viera vestida asi. --Papa... --dijo cabizbaja--, mama nos mira desde el cielo y si te pones triste, ella tambien lo estara. !Ven papi!, vamos por agua, tengo algo de sed. Nos levantamos, se colgo de mi brazo y caminamos en busca de agua. Yo solo queria alargar el camino, deseaba estar con mi hija el mayor tiempo posible. --Debo aceptar --confese--, que no se como reaccionar. Tu madre ya me habria dado algunos consejos para actuar con cordura y superar estos sentimientos tristes, me habria abrazado y me habria contado algun chiste tonto sobre la ocasion, pero no esta y no se como sobrellevar esto yo solo. --Papa --susurro con ternura--, deberias reirte porque tengo dos horas pensando en que mi mama diria que mi cabello parece un nido de golondrinas o algo parecido. Rei su observacion, sabia que su madre habria dicho algo similar y seria un comentario muy acertado, ese peinado parecia un nido de pajaro. Mi princesa habia heredado el sentido del humor de su madre, asi como su calidez y amabilidad. En cambio yo, un viejo de cincuenta y cinco anos, estoy amargado por la perdida de mi amada esposa y, ahora, por la partida de mi hija: mi mas hermoso tesoro sobre la tierra, la flor mas hermosa de mi jardin. ?Que sera de mi sin mis dos pilares? Lo habia pensado con tal intensidad, que no me di cuenta que mis pensamientos salieron por mi boca. --!Papa! --expreso con carino mientras me abrazaba--. Yo estare contigo siempre, y siempre necesitare de ti. No me ire nunca, solo estoy creciendo. Sus palabras sonaban tan calidas y certeras, que no pude oponerme mas. !Era verdad lo que ella decia! Mi hija solo estaba creciendo y seguiria su camino como yo lo segui en su momento... como lo siguio su madre conmigo. Entonces, por que habria de entristecerme el ver a mi retono florecer y enraizar en una mejor tierra, por que deberia dolerme su maduracion y crecimiento. Eso no tenia ningun sentido. --Tienes razon mi nina --comente convencido--, no es una despedida ni nada parecido. !Hagamos lo propio! Tome su mano, la mire a los ojos, le sonrei y nos dirigimos de vuelta al dormitorio. --!Vamos, mi nidito de golondrina! --dije en tono de broma--, !tenemos algo pendiente! Quince minutos despues caminabamos hacia <>. !Al fin!, ahi estaba yo llevando a mi hija del brazo, caminando en medio de un pasillo flanqueado por personas y, mientras caminabamos hacia el altar, los recuerdos de mi princesa me rondaban por la mente mientras escuchaba la marcha nupcial que, a decir verdad, me sabia mas a una marcha funebre. Vi a lo lejos a aquel nono, bobo, pazguato, papanatas que me habia arrebatado a mi mas hermosa flor. Ahi estaba el, esperando como buitre a que la presa muriera, mirando a mi Marissa con la misma sonrisa de idiota que lo caracterizaba. Y mi hermosa princesa, tan feliz y nerviosa como nunca. Tan bella ella, con ese vestido blanco y ese velo que le cubria la cara evitando que vieran su angelical sonrisa. ?Que puedo hacer?, me he prometido no llorar y no maldecir. Solo debo dejar a mi hija seguir su camino con quien ella ha escogido para compartir su vida. Sonrei, respire profundamente y entregue su mano a el: al maldito nuevo heroe de mi princesa. !La fiesta fue un exito!, mi hija estaba tan feliz como nunca y... si mi hija era feliz... !yo tambien deberia serlo! [?][?][?] Han pasado seis anos desde la boda y, como lo prometio en su momento, mi nina nunca me olvido. Ahora, Fernando, mi yerno, me ha hecho comprender la frase de la que siempre me burle: <>. El ha sido un excelente companero de mi amada Marissa, la ha tratado muy bien y que decir de... --!Esperen!, !que esperen, les digo!, !los atrapare!, !ya veran! Bueno, ustedes me disculparan, pero a estos pilluelos tengo que alcanzarlos... --!Manuelin, Yesenia!... ahora que les ponga la mano encima... !me los comere a besos!, !ya veran!

  • Cuidare de ti de R. M. De Loera

    https://gigalibros.com/cuidare-de-ti.html

    Mientras levantaba la mano, para despedirme de mi jefe, el gato de la senora Jones, una de las asistentes asiduas a la biblioteca, se froto contra mis piernas. El le ofrecia a su duena apoyo emocional. --Adios, senora Jones. --Bye, Emily. Le hablo como bebe al animal, lo tomo en brazos y se marcho. El reloj marcaba las cinco en punto, mi hora de salida. No regresaria al trabajo hasta dentro de dos semanas pues la ciudad decreto un toque de queda durante ese tiempo. Enfrentabamos una pandemia y, a pesar de las medidas previsoras en los dias previos, los casos continuaban en aumento. Baje los escalones de dos en dos, en tanto, pinchaba mis mejillas y alisaba la falda del traje sastre. Al llegar a la acera me detuve un instante y distraida jugue con el colgante, del arbol de la vida, que fue de mama. Alli estaba el, apoyado en el cofre de su vehiculo con los brazos cruzados sobre el pecho y la cabeza baja. Una sonrisa tonta se adueno de mis labios al percatarme de las briznas de harina en su cabello negro. William era el dueno de la pequena cafeteria que se encontraba a dos cuadras y donde preparaban el mejor cafe de la zona. Nos conocimos durante la inauguracion hacia seis meses. Desde entonces entablamos una amistad y fue como descubri que amasaba pan cuando se sentia estresado. Me obligue a salir de mi ensonacion y me acerque con paso ligero. En ese mismo instante el levanto la cabeza y una sonrisa radiante curvo sus labios. --Gracias por llevarme a casa. Nego con la cabeza a la par que se giraba para abrir la puerta de pasajeros. --Ni en suenos te permitiria tomar el metro. Incapaz de contener una sonrisa subi y coloque el bolso sobre las piernas. Me guino un ojo, cerro la puerta y rodeo el vehiculo. En pocos minutos lo puso en marcha. Inhale profundo al percibir el tenue aroma del azucar mezclado con especies y cafe que lo caracterizaba. Nos incorporamos al trafico que ese dia era intenso. El presidente ofrecio una conferencia de prensa alrededor de las doce del mediodia con las directrices que debiamos seguir. Todos debiamos permanecer en casa, evitar el contacto con las superficies y estar a mas de metro y medio de distancia de los demas. Mordi mis labios al escucharlo pues el transporte publico quedo descartado. Me tardaria mas de una hora en caminar hasta la casa y el toque de queda comenzaba a las seis. La primera llamada que recibi fue la de mama quien insistia en que saliera despavorida a comprar mascarillas, guantes y papel higienico. Logre colgar con el pretexto de una reunion de ultimo minuto. Pocos minutos despues mi telefono vibro con un mensaje de William ofreciendome transportacion. --Este dia ha sido de locos. --Una gran cantidad de personas se acerco a la biblioteca y en lo unico que pensaba era en que a nadie se le escapara un estornudo. Me preocupaba que corrieran despavoridos y tumbaran los anaqueles. --Eso seria un desastre. --Dos semanas no alcanzarian para clasificarlos. Por un segundo desvio la mirada de la carretera y me observo. Diminutas patas de gallo se extendieron por sus ojos, como el cafe mas puro, senal inequivoca de que mis palabras le divertian. Regreso su atencion al trafico cuando el semaforo cambio a verde. Metio primera y llevo la mano a la garganta y la froto con el ceno fruncido. Contuve el aliento, mas, me distraje cuando pego un bocinazo por un inconsciente que cambio de carril y por poco nos choca. Cerca de cuarenta y cinco minutos despues se detuvo frente a mi casa. Desabroche el cinturon y me colgue el bolso en el hombro. --Gracias. Abri la puerta y un unico pensamiento me asalto de repente: No lo veria en todo ese tiempo. Un vacio se apodero de mi estomago a la vez que un estremecimiento me recorrio la piel. --Espera. Giro sobre su asiento y tomo una caja, la cual me extendio. Habia un par de botellas de desinfectantes y alcohol. Bajo, abrio la cajuela y saco una caja de agua y una con el logo de la cafeteria.--Se que estos te gustan. Asenti con una sonrisa. Entramos a la casa y llegamos a la cocina. Coloque los bollos en un plato y la greca sobre la hornilla. En lo que el agua se calentaba tome los desinfectantes para guardarlos debajo del fregadero. Escuche a William carraspear. Gire con los ojos muy abiertos, solo nos separaban unos centimetros pues el acomodaba el agua en la alacena. Entonces... estornudo. Mis dedos se movieron autonomos. Una nube de antiseptico lo cubrio y su olor caracteristico inundo el lugar mientras un gritito escapaba de mi garganta. Su camisa termino empapada. Sus manos en alto como si con eso lo hubiera podido evitar. --?Tienes gato? --Para ese momento los ojos le lagrimeaban. Negaria con firmeza cuando recorde al gato de la senora Jones. --No. --Mis labios en una mueca. Se comporto con frialdad a pesar de mis disculpas. Lo acompane hasta la puerta y, tras una bocanada de aire, se inclino para dejar un beso en mi mejilla. Con la respiracion contenida intente dominar el cosquilleo en mi garganta, cerre los punos, mas, el estornudo encontro la forma de escapar. El se alejo de inmediato con los hombros tensos. La verguenza no me permitio decir nada mas. A la manana siguiente camine hasta la puerta cuando el timbre sono. Apenas pude dormir en la noche, amaneci mocosa y con ojos llorosos. Al abrir cubri mis labios mientras un colibri revoloteaba en mi interior. William estaba frente a mi con un termo caliente y una caja de bollos. El calor se concentro en mis mejillas cuando me dedico una sonrisa timida. Mi aspecto daba mucho que desear y el estaba impoluto. --?Que haces aqui? --Mi voz nasal. Levanto la mano para acomodar un mechon de mi cabello. --Cuidare de ti. 2 Mis ojos se desmesuraron al escuchar lo que pretendia y di un paso atras. El presidente fue muy enfatico en que si se presentaban sintomas debiamos permanecer aislados. No estaba segura de cual podria ser mi diagnostico. Hacia dos semanas tuvimos un dia de ninos y algunos sufrian de un resfriado comun, pero la senora Jones regreso de un crucero en esas mismas fechas y desconocia los paises que visito. Ademas, ?acaso creia que lo expondria de esa forma? Debia pensar en su familia. Yo solo era la mujer que conocio unos meses atras. --No quiero exponerte. No pudo evitar la risita que retumbo en su pecho, acaricio la sien con la mano y ladeo la cabeza. --Estoy seguro de que quede inmunizado con el bano de desinfectante. Volvio a reir. Quede prendada de la jovialidad que su risa impregno en su rostro, sabia que debia estar cerca de los cincuenta, aunque su edad era un tema que no me afectaba. Baje la cabeza para inspeccionar mi indumentaria como si hubiera cambiado en los ultimos dos minutos. Pero seguia llevando la pijama de ositos que tanto me reconfortaba. Levante la vista para cerciorarme de que mi cabello continuaba amarrado en el mono desalinado que me hice en la madrugada. Un suspiro de resignacion se quedo atascado en mi garganta cuando al mismo tiempo escapo un estornudo. Por suerte alcance a levantar el panuelo que llevaba entre las manos a tiempo. Una mueca desfiguro su rostro por unos segundos, quizas ya comenzaba a entrar en razon sobre el ofrecimiento. Con lo que fuera que tuviera en su interior el termo caliente y los bollos yo era feliz.--Este clima no es bueno para ti. Acabamos de entrar en la primavera, pero los vientos aun son muy fuertes y frios. Asenti. --Sera mejor que me resguarde. --En eso estoy de acuerdo, Emily. Dio un paso hacia la puerta y lo bloquee como armador de futbol, aunque, pensandolo mejor esos eran los que agarraban el balon a distancia para lograr la puntuacion. Resople, mi cabeza comenzaba a desvariar. Me sentia cansada y estar de pie esos minutos comenzo a transformarse en un esfuerzo titanico. --Mi deber como ciudadana no me permite darte el paso. Mi casa es una incubadora de germenes y vaya a saber que mas. Bufo... ?Bufo? --Estoy seguro de que eres una ciudadana responsable, Emily. Apuesto a que jamas has entregado un libro tarde a la biblioteca. --No, jamas. Los cargos por la demora son astronomicos, pero el condado esta considerando eliminarlos. Algo asi como que las personas se sentirian menos culpables. Volvio a reir mientras acariciaba la sien con la mano. Mordi el interior de una mejilla. <> Extendi la mano hasta el barandal al sentir como si la brisa suave fuera capaz de tirarme. Lo ojee con disimulo pues tenia que sonarme la nariz y no lo haria frente a el. !Me faltaban solo unos meses para cumplir cuarenta y uno! --Emily... --Estare bien, William. Extendi la mano para agarrar el termo, mi cuerpo agradeceria el calor externo y no esa tibieza tan extrana que proporcionaba la enfermedad. Sin embargo, lo alejo y nego con la cabeza. Suspire con resignacion. ?Acaso se lo llevaria si no le permitia entrar? --Ya me contagiaste, Emily. Ayer estuvimos encerrados en mi automovil por alrededor de una hora. Desvie la boca a un lado, en eso tenia razon, aunque, si inhalo el desinfectante puede que cualquier virus o bacteria en su garganta muriera. Baje la cabeza y estruje mi rostro, jamas podria olvidar lo que hice. --?Y si lo que tengo es ese virus tan peligroso? Quizas aun estes a tiempo de dar la vuelta y mantenerte sano. --Solo perdemos el tiempo. Desde hace varios minutos que puedes estar acostada en la cama con un plato de mi sopa de tomate entre los dedos. Si no tuviera la certeza de que un ser humano no se derrite podria jurar que eso fue lo que hice. Su sopa de tomate era deliciosa y no era quien unico lo pensaba, cuando la preparaba se agotaba de inmediato. Tenia suerte de que el me guardaba una porcion cuando no podia salir a tiempo a la hora de la comida. --?Sopa de tomate? Asintio con una seriedad impenetrable. --Y bollos recien hechos. Suspire. Ese pedazo de pan tan esponjoso y suave con el sabor caracteristico de la levadura. Y que, cuando estaban recien horneados, se les derretia la mantequilla al instante. Intente inhalar profundo para ver si captaba su delicioso aroma, pero al parecer un tapon decidio instalarse en mi nariz. Y uno no muy efectivo pues goteaba profuso. --Me duele la cabeza. --Levante la mano para sostenerla. El viento continuaba su juego con mi balance. Dio los pasos que lo acercarian a mi y con el brazo me rodeo. Mi cabeza se apoyo en su pecho duro y estable. No podia ser diferente pues amasar pan requeria de un gran esfuerzo fisico. Coloque la mano muy cerca de su corazon, en mis dedos el golpeteo acelerado de sus latidos. Cerre los ojos por ese refugio seguro en el que me encontre al instante. La suavidad de la camisa blanca almidonada. --Creo que hoy es la premier de la nueva temporada de Outlander. Asenti mientras me sentia impulsada con delicadeza a un lugar tibio y lejos de la brisa fria. --

  • Mediocracia de Alain Deneault

    https://gigalibros.com/mediocracia.html

  • A la cuenta de tres, Felix Villacis de Felix Villacis

    https://gigalibros.com/a-la-cuenta-de-tres-felix-villacis.html

    Leo y su mejor amigo Gus parecen estar viviendo otro dia habitual en la escuela hasta que, de repente, lo impensado sucede. Estalla una guerra que nadie vio venir, mucho menos ellos.
    Para sobrevivir, deben llegar a un refugio que se encuentra en la frontera y recorrer la mitad de la provincia sin sus familias y con la sombra de los enemigos sobre ellos. ?Sobreviviran al recorrido? ?Cual es el precio de la vida en situaciones como esta?

  • Articulo 353 del codigo penal de Tanguy Viel

    https://gigalibros.com/articulo-353-del-codigo-penal.html

    Finales de siglo xx en una region francesa en pleno declive industrial y economicamente y moralmente perjudicada. Martial Kermeur ha sido arrestado por la policia por haber lanzado al mar al promotor inmobiliario Antoine Lazenec. Martial relata al juez los motivos que le han llevado a esa situacion: su divorcio, la custodia de su hijo Erwan, su jubilacion y, sobre todo, los corruptos proyectos de Lazenec, quien ha estafado y dejado a Kermeur sin los ahorros de toda una vida.

  • Eres mi condena de Norah Carter

    https://gigalibros.com/eres-mi-condena.html

    Me levante ilusionada, era viernes, asi que trabajaria solo hasta las dos y ya no volveria hasta el lunes. Estaba desquiciada con mi empleo, pero era lo que habia y me tenia que aguantar, todo por no haberle hecho caso a mi madre y haber estudiado un poco mas, pero no, lo tuve que dejar cuando termine el bachillerato, no podia seguir estudiando, me daban un asco impresionante los estudios. Asi que ahi estaba, de recepcionista en una clinica dental privada, donde parecia mas la chacha, me tenian para todo, que si un cafecito para el doctor Pau, que si otro para la doctora Cinthia... A esa le tenia una tirria impresionante, no la podia ni ver, pero yo como buena actriz, lo disimulaba del carajo, en los ocho anos que llevaba ahi, nunca se notaron mis desavenencias, pero cada vez estaba mas quemada, asi que me renovaba cuando llegaba agosto y cerrabamos todo el mes la clinica. Aun faltaban dos meses, estabamos empezando junio, este verano tenia que ser especial, habia acabado de cumplir mis 30 anos, asi que me propuse disfrutarlo a tope. Llegue a la clinica con una sonrisa de oreja a oreja, como la Pantoja, "Dientes, que eso es lo que jode", ademas, feliz porque en 4 horitas me iba de fin de semana, el sol de las diez de la manana hacia saber que ibamos a tener un espectacular dia de calor, asi que en cuanto saliera de la clinica, me iria a la playa, ya llevaba en el coche todo preparado para ello. -- Buenos dias, Ainara - me dijo Pau con su brillante sonrisa. -- Buenos dias, Pau. -- Buenos dias - llego la gilipollas de Cinthia con su falsa sonrisa. -- Buenos dias, guapa - para falsa, yo... mi sonrisa ironica era un poema. Claro que nada tenia que ver con la sonrisa de la vibora mayor, que asi la llamaba yo. Yo, por mas tratamientos que me hiciera (que lo hacia porque en la clinica todo me salia rebajado, pero aun asi me dejaba el sueldo en ellos, no os creais eso de que por ser trabajador en x lugar, todo es mucho mas barato, que un 5% en un dentista ya os aseguro yo que no se nota...) A lo que iba, que soy de las que pierden el norte rapidamente. Yo, por mas tratamientos y tratamientos que me hiciera, nunca conseguia lucir una sonrisa como la de ella. Yo estaba empezando a pensar que su dentadura no era natural, que eso era mas postizo que la peluca de Pau. Y aqui hare un inciso para explicaros esto. Pau, un hombre de buen ver, de unos cuarenta y... No se cuantos porque tampoco es que me haya puesto en modo espia, pero el hombre se cuidaba y estaba bien. Con un pelo... Postizo, todo era postizo. Y claro, una que empieza a trabajar en la clinica y ve a semejante bombon, no para un polvo, aunque no me hubiese importado un "aqui te pillo, aqui te mato" de lujuria espontanea. Si, como si te diera un yuyu, lo que es un buen polvo con el, vaya. Pues eso, que no me hubiese importado para nada satisfacer esa fantasia de muchas trabajadoras para con su jefe sexy cuando, un buen dia, me cai de culo. Pero literal. ?Como se supone que tenia que actuar cuando entre en el despacho en el que debia de estar mi jefe, ese melenas guapisimo, y me veo una calva? Pues logicamente, chillando y, del susto, al girar pensando que se habia colado alguien, me cai de culo. Que ni caso le hice al dolor que me habia dado en la rabadilla cuando los ojos del calvo conectaron con los mios. Y ya os lo podeis imaginar, era Pau. Mierda, adios a mi fetiche. Aunque bueno, me hacia el trabajo mas facil. No al principio, que lo unico que podia hacer era descojonarme al saber que el hombre llevaba peluca. Y no, no me estoy metiendo con los calvos, me encantan los calvos, son sexys, de hecho, tuve un novio calvo, pero... Joder, lo que sea, que me daba un ataque de risa y no podia evitarlo. Afortunadamente, todo eso ya era pasado y ya me habia acostumbrado a ver al melenas con su peluca. Eso si, nadie mas sabia que era calvo, algun dia tendria que desvelar el secreto, ?no? Y me volvi a ir por los Cerros de Ubeda... Volviendo a lo que estaba. Que, seguro que la vibora mayor tenia dentadura postiza de esas que se ponen las estrellas de Hollywood, porque no os ireis a creer que son dientes naturales, ?verdad? Eso es todo falso, solo que no de las de quita y pon que tenemos que usar los pobres. Lo que hace el dinero... -- Ainara... -- ?Si?-- volvi a la realidad cuando la voz del calvo, llamemoslo asi, trono. Porque ese hombre no hablaba, no, tronaba, Que torrente, por Dios... -- ?Estas bien?-- volvio a preguntar. -- Perfectamente-- sonrei de oreja a oreja, imitando a la vibora. -- Muy bien no tienes que estar, ?no dormiste anoche? -- Estupendamente dormi-- no quite la sonrisa de mi cara mientras miraba a la mala pecora. "Aunque hubiera dormido mejor si hubiera sonado que te destripaba", pense. Esa mujer sacaba mis instintos asesinos mas ocultos... -- Pues deberias de descansar algo mas porque ?son ojeras eso que veo? Lo preguntaba tan dulcemente que yo estaba segura que todo el mundo pensaba que esa mujer era la hermana de Clara, la de Heidi. Cuando yo estaba mas que segura que era una mala copia de Malefica, la madrastra hija de p*** de la Bella Durmiente. La ignore, directamente es lo que hice. Porque si dijera todo lo que estaba pensando en ese momento... Ya sabeis, tripas fuera, sangre, dolor... -- Voy por el cafe-- dije para salir de alli y tomar el aire. Sali de la clinica y entre en el bar de al lado. Puse los ojos en blanco y resople cuando Luis, el camarero, me miro con las cejas enarcadas. -- ?Otra vez dando por culo?-- pregunto con todo su plumaje. Luis, 23 anos, con un cuerpo que... Madre mia del amor hermoso. Pero gay, de ahi lo del plumaje, pluma se quedaria corto. Que le ibamos a hacer, otro que no me podria tirar, aunque mi imaginacion era libre. Y si no fuera por esa imaginacion calenturienta que tenia, me habria muerto al verme telaranas en mi... Ejem... En fin. -- Es viernes, yo no se como lo hace, pero todos los viernes me jode. Es como si le encantara que me fuera de fin de semana cabreada. -- Como si, no. Esa culebra va a por ti. Yo creo que esta enamorada en secreto del buenorro del melenas-- tosi cuando dijo eso, ya sabeis por que- y te ve un peligro. -- Peligro ni mierdas. A mi ese hombre no me interesa. Y ponme lo de siempre. -- A mi no me importaria probar ese culo - dijo mientras preparaba la maquina de cafe y el pobre cliente que se tomaba el suyo en la barra, se atraganto al escucharlo. Que si, que la gente ya era algo mas liberal, pero es que esta se pasaba. Este, que no esta, a Luis habia que hablarle como mujer-. Pero bueno, a dos velas estoy. -- Bienvenido al club, ultimamente ni los sapos me miran. -- Si que te miran, cielo, solo que... -- ?Que?-- resople. -- Hija, que con esa bata y esa mirada de mala hostia que cargas todo el dia-- puso los cafes en la bandeja- y esas ojeras... A la mierda, eso era lo ultimo que podia hacer dicho. Gruni, cogi la bandeja y sali del local, dejandole con la palabra en la boca. Entre de nuevo en la clinica mientras insultaba mentalmente a Luis y a todos los culos que le gustaban, les entregue los cafes a los dentistas y me puse a hacer algo. Algo, lo que fuera, solo esperaba que el dia se pasara rapidamente. Cincuenta horas despues... ?Rapidamente? Y una mierda, el dia habia sido una tortura. Esa culebra me habia puesto de un humor de perros, le habia dado por joderme el humor. Y yo no necesitaba mucho, solo verla ya me ponia de mala hostia

  • Saga tu y yo de Ana Belen Martinez

    https://gigalibros.com/saga-tu-y-yo.html

    Mirame, nena
    Una novela conmovedora con mucho amor y risas. !No te la pierdas!
    Empece a trabajar hace seis meses en la editorial New York pages, en Seattle, la ciudad esmeralda, como ayudante de uno de sus editores: el senor Harris, pensando que tendria un gran futuro en esa empresa. Estar todos los dias rodeada de miles de libros maravillosos, era mi sueno mas anhelado. No obstante, la realidad muchas veces se impone a los suenos y algo que creia podia ser maravilloso, se volvio deprimente y aburrido.Odiaba mi trabajo. Me pasaba el dia atendiendo el telefono y haciendo recados personales para el senor Harris. Y, por si fuera poco, no tenia acceso a poder disfrutar o trabajar con futuras promesas editoriales ya que mi editor no confiaba en mi capacidad y eso que tengo un Master en Filosofia, Filologia y Humanidades.
    Segun Alex, mi amigo gay, un cerebro privilegiado, pero nada aprovechado.Tenia que tomar una decision: Conformarme y ser una infeliz o…

  • Peligro !Alto voltaje!, India Alvarez de India Alvarez

    https://gigalibros.com/peligro-alto-voltaje-india-alvarez.html

    Despues de sufrir varios desenganos en el pasado y haber perdido todo por lo que se habia esforzado tanto en conseguir, a Abril la vida le brinda otra oportunidad, pero su radar, algo estropeado, comienza a darle senales de PELIGRO, unas corrientes que solo el le hace sentir e intenta alejarse antes de volver a sufrir.
    Noah, un guapo y joven empresario, conoce de una manera un tanto extrana a la chica que va a necesitar en su trabajo y en su vida, pero ella no esta dispuesta a ponerselo facil.

  • El hilo rojo del destino (Un mundo para Hector 2), Estefania Yepes de Estefania Yepes

    https://gigalibros.com/el-hilo-rojo-del-destino-un-mundo-para-hector-2-estefania-yepes.html

    Hector ha cruzado una barrera invisible, demostrando una vez mas el alcance del amor incondicional de una madre por un hijo. Sin embargo, su pequeno mundo ahora se tambalea de nuevo, mientras trata de recomponerse de un pasado que todavia le persigue.

  • Ajuste de cuentas (Jack Reacher 7) de Lee Child

    https://gigalibros.com/ajuste-de-cuentas-jack-reacher-7.html

    Mientras pasea por Boston, Jack Reacher ve el rostro de un hombre al que conocio cuando estaba en el ejercito y que deberia llevar muerto diez anos. Desde ese momento, Reacher solo tiene un proposito: acabar con el. No va a ser nada facil. Su presa esta relacionada con una red ilegal que esta siendo investigada por la DEA. Reacher se vera obligado a actuar como agente infiltrado para lograr su objetivo.
    Sabe que es una mision suicida, pero el no es de los que deja los trabajos a medias.

  • Despiertame con un beso, Clara Albori de Clara Albori

    https://gigalibros.com/despiertame-con-un-beso-clara-albori.html

    Nerea, una mujer insegura que no confia en los hombres. Hugo, un hombre mujeriego que jamas se ha enamorado. Tres amigas muy liantas y dos cincuentones muy celestinos. ?A que esperas para descubrirlos?

  • Ensename a amarte de Jana Westwood

    https://gigalibros.com/ensename-a-amarte.html

    Henrietta Tomlin se miraba en el espejo con aquella expresion entre acida y deprimida con que se enfrentaba siempre a ese momento tan dramatico: el visto bueno de su madre. --Henrietta ya te dije que el color verde no te favorece nada --dijo ladylady Margaret mirando a su hija con reprobadora expresion--. El de encaje blanco hubiese sido mucho mas adecuado para... tu fisico. Henrietta sabia perfectamente lo que su madre estaba diciendo, en su cabeza habia escuchado, una a una, todas las palabras que lady Margaret no se habia atrevido a pronunciar. <<--Henrietta ese vestido fue hecho para una joven hermosa y no para alguien con un fisico tan vulgar y corriente como el tuyo.>> --Querida mia --dijo su madre acercandose a ella y haciendole un gesto, que queria ser una caricia, en una de sus palidas mejillas--. No debes angustiarte, ya sabes lo que siempre digo, lo mas importante es reconocer nuestros defectos y carencias. No es aconsejable esperar a que sean los demas los que los descubran por nosotros --Si, mama. Me lo has dicho muchas veces y gracias a ti tengo todas mis carencias muy asumidas. Mi nariz es demasiado pequena, mis ojos demasiado grandes, mi boca excesiva... --recito la joven. --!Eso es! Eres igualita que tu padre --sonrio lady Margaret caminando hacia la puerta--. Tienes tiempo de cambiarte, pero apurate, salimos en cuanto tu hermana este lista. !Lidia! ?A donde vas? --A ver a mi hermanita. !Oh, Henrietta, estas preciosa! El color verde hace juego con tus ojos. Lidia era la hija menor de los Tomlin. Era una joven elegante y muy hermosa que en nada se parecia a su hermana mayor. Lady Margaret siempre decia que era como ella cuando era joven. --Estaba a punto de quitarmelo -- dijo la primogenita de la familia--. Mama piensa que no me favorece nada. --?Por que dices eso, mama? -- dijo Lidia mirando a su madre--. Esta guapisima. --Para eso tendria que serlo -- murmuro lady Margaret. --?Que has dicho mama? -- pregunto Lidia ahuecando la falda del vestido de su hermana--. No hables tan flojito que no se te entiende. --Debes terminar de arreglarte, Lidia, la fiesta es en tu honor y no puedes descuidar ningun detalle. Lidia miro a su hermana con cara de fastidio aprovechando que su madre estaba a su espaldas y no podia verla. --Ya estoy casi lista, mama, solo tengo que ponerme las joyas y bajare. Por cierto, papa te estaba buscando -- mintio. --!Este hombre no sabe hacer nada sin mi! !No se que va a ser de el el dia que yo no este! Lady Margaret salio de la habitacion y las dos hermanas se quedaron solas. Lidia puso a Henrietta frente al espejo y asomo la cabeza por encima de su hombro. --Estas guapisima, no hagas caso de lo que diga mama, nunca quiso a la abuela Nancy y tu le recuerdas a ella. --Querida Lidia, sabes que nunca me importo no ser guapa. --La joven se encogio de hombros--. Lo prefiero, me resultaria agotador ser como tu y tener que bailar con todos los jovenes que asistan a la fiesta, y ser agradable y tener que sonreir todo el tiempo. Lidia se echo a reir. --Aun recuerdo lo que le hiciste al pobre senor Bradley en el ultimo baile del ano pasado. !Jajajajaja! --Lidia no podia parar de reir al recordar. --Estoy segura de que escuche a lady Natalie decir que le habia reservado un baile --dijo Henrietta poniendo cara de inocente. --!Eres mala! !Jajajajajaja! -- Lidia abrazo a su hermana y la beso en la mejilla--. Te adoro, ?lo sabes verdad? --No mas que yo a ti --dijo Henrietta devolviendole los carinos. --Hoy va a ser un baile maravilloso --dijo Lidia apartandose y dando vueltas para lucir su precioso vestido azul turquesa--. No quiero que olvides nunca lo feliz que me siento, Henrietta. --No lo olvidare --dijo la joven sonriendo--, pero tu siempre te sientes feliz, Lidia. --No es cierto --dijo acercandose y cogiendo las manos de su hermana--. Recuerda que hace un tiempo estuve muy triste, casi desesperada. Henrietta fruncio el ceno. --Fue cuando Robert estuvo fuera tanto tiempo. Es normal, es tu prometido y le echabas de menos. Lidia miro hacia la puerta y luego sonrio. --Si, si, fue entonces. Henrietta percibio algo extrano en su hermana. --Lidia, ?tu quieres a lord Worthington, verdad? Lidia estaba dando vueltas y se detuvo dandole la espalda. --Claro, hermanita. Henrietta seguia con el ceno fruncido cuando se acerco a su hermana y se puso delante de ella obligandole a mirarla. --Lidia, dime la verdad. Hoy es vuestra fiesta de compromiso, papa necesita el dinero que le ha prometido lord Worthington, pero lo importante es que tu seas feliz. No debes sentirte obligada a sacrificarte, si no amas a... --Tranquila, Henrietta, te doy mi palabra de que solo me casare por amor --dijo con intensidad. Lidia respiro hondo y luego le brindo la sonrisa mas dulce a su hermana pequena. --Tu no deberias preocuparte de esas cosas de hombres --dijo--. Lord Worthington es inmensamente rico y que procede de una de las familias con mayor abolengo de toda Inglaterra. Ademas es muy atractivo y culto. Es solo que preferiria que fuese un poco mas divertido, menos serio

  • Amor y tiempo de B. E. Raya

    https://gigalibros.com/amor-y-tiempo.html

    Forks, Washington, martes 30 de noviembre de 2010 Hector Clark entro en el parque sin siquiera ser consciente de que lo hacia, sus pies se movian por inercia, le daba igual hacia donde caminara, no le importaba absolutamente nada en ese momento, ni siquiera tenia fuerzas para quejarse por el frio o la humedad como lo habia venido haciendo durante las ultimas semanas, podia escuchar ninos corriendo a su alrededor, escuchaba los murmullos de los padres conversando o los gritos llamandoles la atencion a sus hijos para que tuvieran cuidado, lo tipico que se podia encontrar en un parque publico a esa hora. Forks era asi, al parecer al unico que seguia afectandole tanto el frio era a el. Hector camino sin rumbo, hasta que encontro el arbol, ese lugar en particular tenia la capacidad de perturbar mas aun sus sentimientos, deberia de dar la vuelta y correr... pero si su subconsciente lo habia llevado ahi... <<Hector, el subconsciente es una excusa del ser humano para justificar sus estupideces>> Hector no le costo trabajo alguno imaginar a Trevor diciendole esa frase. Tomando una respiracion profunda, recorrio los ultimos tres pasos que lo separaban del arbol, sin importarle que el cesped estuviera humedo, Hector se sento recargando su espalda contra el tronco. Se estremecio al oir las campanas de la iglesia local anunciando las seis de la tarde. El no era creyente, ni sus padres lo eran, Hector consideraba que entre mas grande y desarrollada era la ciudad, menos fe existia entre las personas, pero, aun asi, ya fuera grande o pequena, en cada ciudad o pueblo habia una iglesia, y distintas religiones, aunque los creyentes disminuian mas ano con ano. La fe de algunos prevalecia. Hace dos semanas habia visto una pelicula religiosa en la television, fue una pelicula en blanco y negro, al principio no tuvo la menor idea de que trataba, pero gracias a Trevor se habia vuelto fan de las peliculas clasicas, la pelicula resulto no ser una comedia romantica sino un pasaje biblico, la habia terminado de ver, simplemente porque no tenia nada mas que hacer, estaba en sus cinco minutos de depresion y molesto con el mundo, no quiso ver a nadie, ni hablar con nadie, ni siquiera salir con nadie. Habia deseado estar una noche solo y sin hacer nada. La dichosa pelicula trataba sobre la vida Job [1] y las calamidades que habia sufrido. El no sabia explicar porque razon la historia de ese hombre le habia llamado la atencion, era la primera vez que prestaba realmente atencion a algun tema religioso. La historia le habia parecido sumamente tragica, dramatica y un tanto fantasiosa. Hector suspiro pesadamente y se recargo contra el tronco del arbol, hizo que su rostro se girara hacia el cielo, estaba atardeciendo, nuevamente, Job regreso a su cabeza, recordo que segun la historia en el transcurso de un dia Job habia recibido varios mensajes, cada uno con la noticia de que su ganado y sus hijos habian muerto, Job habia perdido todo, Hector pensaba que a cualquier persona, eso lo hubiera destruido por completo, pero no a Job, ese hombre soporto como los grandes, siguio siendo un fiel devoto, el siguio alabando a Dios, Job persevero. ?Como podria ser posible? Hector rio amargamente tan solo de pensar en eso. Segun la historia la fe de Job fue puesta a prueba, y Job vencio, su fe fue mas fuerte que su odio y su dolor. Y por su fe dios recompenso a Job con el doble de lo que tenia antes. Hector cerro los ojos tratando de contener las lagrimas, ?fe? ?Que era la fe? Hector habia buscado en Google esa palabra semanas atras, y el senor Wikipedia le habia contestado que la fe era la seguridad o confianza en una persona, cosa, deidad, opinion, doctrinas o ensenanzas de una religion, y, como tal, se manifiesta por encima de la necesidad de poseer evidencias que demuestren la verdad. Conceptos, conceptos y conceptos, !Nadie tenia una respuesta a nada! Solo eran terminos generales, opiniones que no aportaban nada para comprender realmente lo que era, nada era cierto, justo y certero, ?existia tan siquiera un Dios? --!Maldita sea! --grito frustrado, sintiendo un dolor profundo en el pecho, su estomago estaba revuelto y tenia ganas de vomitar. Abrio los ojos y volvio a mirar al cielo, dirigiendole su mas dura y furiosa mirada a quien estuviera ahi y lo estuviera observando. --?Por que? --pregunto, su voz era ahogada por el nudo que sentia en la garganta. --!Dime por que! --volvio a exigir, pero nuevamente no consiguio nada, a excepcion tal vez de las miradas incomodas de las personas a su alrededor. Hector aparto su mirada del cielo, se inclino para colocar sus codos sobre sus rodillas y recargo su rostro entre las palmas de sus manos, tratando de ahogar sus lagrimas. Jesus dijo en la cruz antes de morir, !Dios mio! !Dios mio! ?Por que me has abandonado? [2] Segun esa pelicula, Job se hizo la misma pregunta, pero aun asi Job conservo su fe. Lo cual deberia de dejar una significativa leccion. Pero Hector se preguntaba ?que consiguio Job a cambio de su fe? Pues... Job fue recompensado con hijos de remplazo, tension, estres, dolor, pena, recupero todo, claro, pero... ?valio la pena haber sido un buen sirviente? ?O habria sido mejor haber maldecido el nombre de dios desde el principio? Hector se pregunto por millonesima vez ?Donde estaba dios durante todo el sufrimiento y dolor de Job? La respuesta a eso tambien era muy sencilla, Dios le ganaba una apuesta a Satanas y Job habia sido el conejillo de indias. Esto hacia a Hector preguntarse donde estaba Dios entre tanta injusticia, desigualdad y crueldad en el mundo. ?Donde estaba el ahora? Capitulo 1 Forks, Washington, 5 de septiembre de 2010 Hector hizo una mueca al contemplar el legendario letrero "The city of Fork, Welcomes you" "La ciudad de Fork, te da la bienvenida" y como era de esperarse, un par de turistas se habian detenido para tomarse una fotografia. --Bienvenidos al infierno --susurro. --Hector --dijo su madre con algo de exasperacion, Hector la ignoro. Ni siquiera la miro, desde que habian salido de Seattle no habian vuelto a mirarse o a hablar, no era necesario, dias antes Hector ya habia dicho todo lo que tenia que decir al respecto, pero sus padres jamas lo escucharon. Sus protestas no importaron, habian abandonado la ciudad mas espectacular de todos los tiempos y ahora estaba siendo arrastrado a un pueblo de mierda, le importaba un pepino que tan famoso se habia vuelto en los ultimos anos. El fanatismo por la saga de libros Crepusculo, de la escritora Stephenie Meyer y sus respectivas peliculas que relatan la historia de una joven mortal, que se enamoraba de un vampiro, habia puesto en la escena turistica a este pequeno pueblo del norte de Estados Unidos. El primer libro de la saga salio al mercado en el 2005, fue todo un hit [3] inmediatamente la saga fue llevada a la pantalla grande en el 2008. Forks, un pequeno pueblo de Washington, en aquel entonces con 3.120 habitantes y solo dos semaforos, ubicado en el extremo occidental de la Peninsula Olimpica de Estados Unidos, fue el lugar que Meyer [4] utilizo como escenario de sus libros, y que desde entonces se ha transformado un lugar de peregrinacion para los miles de fanaticos de la saga. Los residentes de esta lluviosa ciudad, cuyas principales industrias fueron la tala de arboles y dos centros penitenciarios, no desaprovecharon la oportunidad de emprender nuevos negocios al ver como su pequeno pueblo era invadido por turistas, por lo tanto, desde entonces a la fecha, la ciudad habia crecido considerablemente, se esperaba el lanzamiento de la tercera pelicula para noviembre de ese ano. Y segun habia leido en internet, cada que se acercaba un estreno, el numero de turistas arrasaba por mucho los niveles de capacidad de los hoteles y hostales del lugar. Visitar Forks se habia convertido en el destino que por lo menos tenias que visitar una vez en tu vida si es que te enamoraste del vampiro Edward Cullen. Hector jamas leyo los libros o vio las peliculas, ese genero de peliculas romanticas nunca le gustaron, para el una buena historia de vampiros consistia en dientes, sangre, terror... pero en esta novela los vampiros eran vegetarianos y buenas personas, era la historia de cenicienta en version vampiro, asi que consideraba a esa saga como "historia para chicas" pero cuando sus padres le informaron que se mudarian a este lugar, Hector busco por internet y fue ahi como descubrio el porque Forks era tan famoso ahora, todos los dias personas acudian a Forks en busca de los objetos iconicos de la historia. Se toman fotos con la vieja camioneta roja de la protagonista, visitan la cafeteria del Forks High School, donde la pareja principal se miro por primera vez, iban al ayuntamiento y a la oficina de policia donde supuestamente trabajaba el papa de la humana, o buscan el tronco cubierto de musgo de la playa en La Push donde el personaje de Jacob, miembro de la tribu Quileute local, le cuenta por primera vez a Bella que Edward y su familia son "bebedores de sangre." Este pueblo fue puesto en el mapa gracias a la autora del libro y su famosa saga, era fascinante, de verdad, Hector pensaba que gracias a eso la economia de este pequeno lugar pudo crecer, pero no tanto como a el le gustaria. Por mucho turismo que tuviera, no era Seattle. Mientras su madre continuaba manejando por las pequenas calles del pueblo, Hector contemplaba con desinteres las pequenas casas rusticas de madera, todas en fila y con jardines enfrente de sus casas, nada comparado con los enormes edificios de su ciudad de origen. Si alguna vez alguien le hubiera dicho que terminaria mudandose a un lugar como ese lo habria golpeado. --Hector --llamo su madre--. Tu padre nos esta esperando en la casa, por favor, muestra algo de entusiasmo --Hector resoplo y giro el rostro hacia su madre, le mostro los dientes. --Tengo una hermosa sonrisa, ?no crees? --Se que estas molesto, pero por favor, tienes que comprender que esto es importante para tu padre --Hector rodo los ojos. --?Importante? --Arrugo la nariz--. Creo que esto es mas un problema de crisis de edad, no se porque papa este empecinado en dirigir ese restaurante, debio de haberlo vendido --dijo molesto. Regreso su vista a la ventana. Cinco meses atras le llego una notificacion a su padre, informandole que un tio abuelo habido muerto, Hector jamas lo conocio y al parecer su padre tampoco. Por lo que Hector sabia, su abuelo habia estado peleado con su hermano durante anos, por esa razon nunca convivieron, su abuelo habia muerto dos anos atras, y su hermano acaba de morir hace pocos meses, el hombre nunca tuvo hijos y no tenia otros parientes, asi que el padre de Hector habia sido el heredero del hombre, en su testamento le habia dejado una casa en este pueblo, un restaurante pequeno y algo de dinero en el banco. A consideracion de Hector su padre debio de haber vendido todo y guardar las ganancias hasta que encontrara algo productivo en que invertir, pero no, su padre habia venido a Forks a encargarse del funeral de su tio y poco despues llamo a casa para anunciarles que tenian que mudarse a Forks --Tu sabes que tu padre desde tiempo atras queria cambiar de empleo, es muy estresante vivir en la ciudad --En Seattle hay futuro, aqui no--. Senalo con desden las casas que dejaban a su paso--. Si queria dejar su trabajo y comenzar un negocio, lo hubiera hecho en Seattle --su madre nego con la cabeza con algo de frustracion. --No tienes idea de cuanto dinero se necesita para emprender un negocio en la ciudad, el dinero de la venta de la casa ni siquiera hubiera sido suficiente para comprar un buen local --Entonces por lo menos me hubieran dejado con Ivan, yo jamas me adaptare aqui --Tu hermano acaba de casarse, se merece tener el espacio y el tiempo para hacer que su matrimonio funcione, lidiar con un joven de diecinueve anos no es su obligacion... --Hector apreto los labios con furia, y se coloco los audifonos y subio el volumen a la musica, no queria escuchar el resto del discurso, siempre que tenian esta conversacion sobre la decision de su padre de venir aqui, siempre terminaban en el mismo punto al final. Y no queria escuchar de nuevo a su madre decir que era culpa de el mudarse a Forks con ellos por no haber aspirado para entrar en la universidad. Sus padres pensaban que era una estupidez tomarse un ano sabatico [5] para poder averiguar en realidad que era lo que deseaba hacer con su vida. La generacion de sus padres pensaba que para ser exitosos en la vida se necesita ir a la universidad, trabajar como locos toda la vida, casarse, tener hijos, comprarse una casa, un auto, tener un perro y a los sesenta y cinco jubilarse con una buena pension. Sus padres seguian viviendo en el siglo pasado.

  • Un corazon demasiado grande de Eider Rodriguez

    https://gigalibros.com/un-corazon-demasiado-grande.html

    Una antologia de los mejores relatos de la autora revelacion vasca, Premio Euskadi de Literatura.

  • Deseo Interminable de Clara Montecarlo

    https://gigalibros.com/deseo-interminable.html

    Bajo el Sol: Romance Intrepido con el Ejecutivo de Accion

  • La conexion (Partials), Dan Wells de Dan Wells

    https://gigalibros.com/la-conexion-partials-dan-wells.html

    La humanidad esta al borde de la destruccion despues de haber perdido la guerra con los parciales, los seres creados geneticamente. Solo unos pocos miles de seres humanos sobrevivieron al virus letal que se utilizo como arma biologica. Un joven estudiante de medicina llamado Kira Walker descubre que la supervivencia tanto de los seres humanos y los parciales depende de la comprension de la conexion entre ellos. No es solo una batalla por el poder; que es la libertad.

  • Cuentos De Bloomsbury de Ana Maria Navales

    https://gigalibros.com/cuentos-de-bloomsbury.html

    Desde el 22 Hyde Park Gate, donde nacio Virginia Woolf, paseando por Fitzroy Street y Gordon Square, he recorrido, una y otra vez, en mis ultimos veranos londinenses, el corazon del Bloomsbury, los lugares que conservan la huella literaria y artistica de quienes de este distrito de la ciudad del Tamesis recibieron su nombre. Su latido se extiende hacia la region de Sussex, y puede escucharse en la Little Talland House, de Firle, cercana a la Charleston Farmhouse; en la Asham House, que se divisa a traves de los arboles al pie de Itford Hill; en la Monk's House, de Rodmell; en la Berwick Church, casi enteramente pintada por Vanessa Bell y Duncan Grant; en Tilton... Mas que la curiosidad, la pasion me hizo llegar a otros rincones de Inglaterra, siguiendo la huella de Bloomsbury por granjas, mansiones y castillos, o simples casas a la orilla del mar o al pie de las colinas. De todo ello quedan tres grandes albumes de fotografias, el alma llena de paisajes y sensaciones, y material para algun libro mas que no se si escribire algun dia. Estos cuentos son una libre recreacion de algunos de los personajes que protagonizaron el grupo Bloomsbury. No siempre aparecen con sus nombres porque, a veces, el juego de la ficcion me parecio exigirlo. La utilizacion de la primera persona en algunos de los relatos es tambien, obviamente, un recurso literario. Este libro, bajo la sombra tutelar de Virginia Woolf, pretende ser un homenaje a lo que ellos representaron, un momento de plenitud creadora. EL RETRATO DE LADY WYNDHAM Ahora iba a llamarse Eleanor Wyndham y una nueva caricatura de su persona apareceria proximamente en una novela. Las cuartillas que Mark habia dejado sobre la mesa de su dormitorio la describian superficialmente, pero acentuando su extravagancia. Los sombreros altos como una chistera, los zapatos de punta encorvada y enormes hebillas, sus vestimentas de estilo oriental o griego, tunicas y clamides, vestidos copiados de las madonnas de Rafael, de los cuadros de Velazquez, del vestuario de algun recien estrenado ballet. Mark contaba que una vez la encontro en el vestibulo del Royal Theatre llevando un kaftan y un fez de piel negra, de caracolillo, que mas parecia una peluca rizada para tapar las canas que la hacian mas vieja de lo que era en realidad. Perlas y brocados acentuaban su aspecto de princesa renacentista o de gitana trotamundos, de una belleza rara y discutible, cubierta de joyas como la amante de un rico mercader. Su andar inimitable, igual que si bailara al compas de una musica interior que solo ella podia oir, esa arrogancia heredada de su estirpe, que habia crecido al mismo ritmo que su libertad, hacian mas enhiesta su figura, desgalichada a veces en el abandono de si misma. En el rostro destacaban los pomulos, la nariz judia, la boca con sonrisa levemente desdenosa, los ojos de un verde mar azulado, proyectando la mirada fria que era una inicial barrera entre los otros y el profundo calor de su cuerpo que emanaba de las pasiones ocultas. Mark no era al principio excesivamente acido con su personaje. Habia elegido para Eleanor Wyndham unos origenes que no se apartaban demasiado de los de su modelo, una lady que comia nueces servidas en bandejas de plata y semillas de alcaravea para combatir sus intensos dolores de cabeza. Una lady cuya infancia dorada habia quedado sumergida en los tuneles del viejo palacio donde crecio esperando su hora de libertad. De nina, para luchar contra el aburrimiento, habia cabalgado por Sherwood Forest en su poney blanco como un velo de novia, como un prado cubierto de nieve intacta. Ahora, se entretenia cuidando los crisantemos amarillos que crecian alrededor de su casa en Londres o los grandes jardines del manor, la mansion que el lord consorte habia adquirido para ella y sus juegos de gran senora en Oxfordshire. Mark era un buen escritor. Antes de descubrir aquellas cuartillas, de sentirse explotada, observada y analizada, absorbida hasta dejarla sin medula para transplantarla a aquella Eleanor Wyndham, que nombre tan absurdo, antes de aquella manana en que habia ido a buscarle a su dormitorio para charlar intimamente, o sea hacia unos minutos, ella habia alabado sus novelas frente a otros huespedes de su palacio, y no solo por ser amable, porque el hubiese elogiado sus bordados la tarde anterior, sino por sincera admiracion. En el folio numero tres, un habil uso del lenguaje convertia la ironia en burla despiadada. No sabria decir en que palabras precisamente se apoyaba el escarnio, pero ella sentia humillacion y rabia cuando aquella lady inexistente, esa tal Eleanor Wyndham, se convertia en una fanatica religiosa que explicaba la Biblia a los granjeros, ensenaba a leer y escribir a los gitanos que merodeaban por su hacienda o vivia pobremente solo por darse el placer de arrojar monedas al aire, como si fuesen caramelos, cuando los ninos la seguian por las calles del pueblo, solo por ver su capa negra de vampiro, sus botas rojas de cosaco, su sombrero de larga pluma, su uniforme de mosquetero que ha olvidado en la muralla de palacio el arma de fuego. El abierto deseo de ridiculizarla se mezclaba con unas gotas de ternura, de cierta poesia que, a veces, se esconde en un relato como los insectos con sus alas plegadas se ocultan entre los petalos de algunas flores. No se les ve, se les presiente, y uno apenas se atreve a olfatear aquel tulipan cerrado, aquella rosa a medio abrir de la que puede saltar un ser minusculo dispuesto a clavar su aguijon. Asi era la prosa de Mark, belleza y dolor dificilmente separables. Habia algun pasaje inocente, como el del asombro de la lady ante el zepelin. La dama no sabia si era privilegio o reconocido valor lo que unia a esos hombres que se elevaban hasta tocar el cielo con la mano, dentro de aquel enorme balon de rugby. Despues, Mark se ensanaba con una lady absurda y dominante, de escaso talento, incapaz de comprender a Tucidides, preocupada por transmitir, confundiendolo con su extravagancia, un cierto magnetismo personal, puro oropel. Mark la acusaba de rodearse de seres brillantes, de artistas de ingenio, para iluminar su vida que se arrastraba por las sombras. Una senora de alcurnia que coleccionaba cuadros y amantes, y se encerraba en su cuarto para leer a Balzac hasta el amanecer. La lady compraba los cuadros atendiendo mas a su precio y tamano que a la calidad del artista. Diez o quince libras de entonces, de los tiempos del zepelin, era su tope. En realidad se trataba de ayudar al pintor, de solucionarle un pago de facturas pendientes, la adquisicion de materiales de trabajo, comida quiza para un mes. Un modo de conjugar su generosidad con el orgullo del artista. Ademas, solia enviarle, junto al cheque, entradas para el teatro, el ballet o un concierto de balalaika, para que el elegido tuviese muy claros los limites entre lo que es un regalo, un detalle de distincion, algo superfluo, sin sentido practico, y la compra de ese cuadro que se admira y desea para contemplarlo en los muros de la propia casa. Si no era asi, queria hacerselo creer. Para eliminar todo resquicio de duda, para dejar bien enterrada su generosidad, la lady cerraba la transaccion con una frase solemne: <>. No eran palabras suyas, pertenecian a uno de los libros que siempre leia de noche, cuando su lecho estaba vacio y, desde afuera, la lluvia y el viento traian canciones de otono y de hojas caidas. Aquella lady era una sentimental. De nina habia tenido, en un rincon de la abadia del palacio, lo que ella llamaba la habitacion de sus tesoros. Cuando los adultos salian de caceria --!ay!, los tristes venados que entraban en la cocina, quietos, rigidos, mirando fijamente con sus ojos tan cristalinos-- o jugaban a las cartas alrededor de la chimenea, o se sentaban en tapizadas sillas francesas a oir los gorgoritos de una dama que apoyaba un brazo junto al jarron del piano, mientras el otro hacia aletear su panuelo de encaje; cuando los hombres paseaban su aburrimiento entre el frufru de las enaguas almidonadas de las senoras, la lady, pequenita y llena de lazos, se encerraba en su habitacion de los tesoros. Alli, en una caja china, guardaba trocitos de seda y terciopelo, de un color amarillo palido, granate, o de ese plateado opaco que lucian las palomas en los alfeizares de las ventanas. Tenia tambien tarritos de crema vacios, con dibujos de abanicos en la tapa, y platos de porcelana donde guardaba los petalos secos de las rosas, los claveles y los lirios del valle que alguna vez habian adornado sus vestidos. Alli era como una princesa triste, que tendra la princesa, que se entretenia en inventar una caligrafia, ahogada de espirales y palos ganchudos, con la que llenaba su diario en el que escribia su vida con afiladas plumas arrancadas a los pavos reales que merodeaban entre las estatuas del jardin. Era una caligrafia hermosa e indescifrable. Ahora lady Wyndham tenia otros secretos y se dedicaba a otros juegos. A su habitacion de los tesoros le habia sucedido su gabinete privado, adonde Mark habria tenido que ir la tarde anterior a someterse a uno de esos interrogatorios ridiculos y embarazosos con los que lady Wyndham cercaba a sus invitados, sobre todo a aquellos en los que detectaba un poder imaginativo superior, un intenso amor a la vida o una inteligencia especial. Pero tambien, unos ojos en los que ella creia adivinar extranos misterios, o una sonrisa cautivadora, podrian imponerse a otras mas profundas apreciaciones. Los que iban a ser llamados habian aceptado previamente el regalo de sus flores, tulipanes rojos, a veces un opalo, una alfombra tejida por sus manos, o libros de Gibbon y Ruskin en los que la mayoria de sus huespedes leian el mensaje no escrito de que su dignidad iba a ser sometida a prueba, quien sabe si tambien sus dotes de amante. Mark no habia acudido a la cita y esa era la razon por la que lady Equis, atado el pelo con un foulard de colores como una zingara, irrumpio aquella manana en su dormitorio y descorrio con furia, para dejar entrar la luz, las rojas cortinas que contrastaban con el gris brillante de las paredes. El balcon se abria al jardin que terminaba en los linderos del bosque, el dia era templado y el sol apenas acariciaba aun las estatuas que rodeaban el lago. El dormitorio estaba vacio. Fue entonces cuando ella advirtio las cuartillas que Mark habia dejado sobre el escritorio, sin duda deliberadamente, aquel retrato de Eleanor Wyndham, que era como una larga carta dirigida a ella, que era tambien su propio retrato. Cuando lady Wyndham salia de viaje llevaba siempre amplias capas repletas de grandes bolsillos interiores en cada uno de los cuales reposaba un libro de su ajetreo previo, de ese ir y venir de las hojas hacia delante y hacia atras buscando la frase feliz, el dialogo chispeante, la escena audaz, para darle o no su beneplacito, el favor de su compania, de su interes siempre impaciente del final. Lady Wyndham leia primero a saltos y luego despaciosamente, si el libro habia sabido enamorarla. Asi habia iniciado tambien lady Equis la lectura de las paginas de Mark y ahora estaba, sus perros pequineses buscandola por la casa la habian hallado en el dormitorio gris, acariciando en su regazo a uno de aquellos animales y sujetando la ira mientras leia una caricatura de si misma, la de una diosa serpiente, y era como mirarse al espejo y ver a una imbecil que sin mayores luces pugnaba por entrar con su lampara apagada en las galerias ocultas de los hombres hermosos para despertar sus suenos. Lord Equis no quedaba mejor parado en ese relato sobre lady Wyndham. Aparecia como un marido paciente, algunas veces sospechoso, que borraba sus dudas sobre la fidelidad de su lady caprichosa dedicandose a la politica, jugando al bridge y coleccionando porcelana china de color azulblanco. Mas de una vez, Mark habia esperado en el jardin, junto a otros huespedes, el retorno de uno de aquellos elegidos por lady Wyndham para un intimo coloquio en su gabinete. En el gesto de los heroes de la aventura habia advertido un cierto malestar, indiferencia en algun caso, pero todos coincidian despues en afirmar que el unico lenguaje empleado, en ese primer encuentro con la sacerdotisa del amor, habia sido la palabra. Ella, mirando directamente a los ojos del interpelado, solia interesarse primero por su obra artistica. Sus preguntas eran convencionales, si escribia mucha poesia en aquel retiro campestre que le habia ofrecido, si su pintura progresaba, que tecnicas utilizaba, cuales eran los colores predominantes en sus cuadros. Despues hablaba un poco de ella misma, de los poneys de Shetland que adoraba de nina, de los carruajes, de las calesas antiguas que habia en su casa solariega, de sus viajes a Marienbad, un balneario que le atrajo por la fascinacion del nombre mas que por la fe de que con sus aguas o la tranquilidad del recinto podian mejorar sus dolores de cabeza. No ponia demasiado el acento en la salud, ese era un tema que siempre aburre a los que estan sanos, pero aludia al radio que tomaba en la leche o el te, y al borgona, como dos recursos para aliviar el dolor que le parecian, si no infalibles, de una refinada originalidad. Lady Equis, lady Wyndham, se movia en un mundo de sensaciones y estaba habituada a preparar el camino para que la pasion pudiera entrar en su casa de un modo natural, agradable, sin esfuerzo ni violencia. Con gesto elegante servia a su huesped una copa de sidra, no habia que desperdiciar el champan frances sin estar segura de que la nave llegaria a buen puerto, y fingia acompanar al invitado en aquel rito apenas burbujeante acercando sus labios al fino cristal de la copa. En seguida la abandonaba junto al Kempis que aparecia abierto en la mesa, como al descuido, como consuelo preparado de antemano por si el elegido, siempre artista o intelectual, no comprendia que ella, en el fondo, no buscaba la vulgaridad del sexo sino compartir la experiencia creativa, la inteligencia, de aquel genio que ya se habia bebido la copa de un solo trago. La lady queria comprobar, y aun no lo habia conseguido, si es posible inventar el amor sin agotarse en el intento. Envuelta en terciopelo y entre cojines de seda, lady Equis hablaba de Italia, o de cualquier otro pais luminoso y lejano, donde el sol sale mas pronto en el horizonte y permanece mas tiempo colgado del cielo, y ofreciendo un cigarrillo de una caja pintada con el ave fenix en todos sus costados, decia, alzando las negras sombras de sus ojos, que la pasion tenia lugares de privilegio en el mundo. El juego era muy similar con unos y con otros. Lady Wyndham, que guardaba sus cartas de amor con cintas de raso, que alguna vez se habia enrabiado al saber que sus amantes escribian despues a otras mujeres las mismas frases que solo ella habria debido inspirar, repetia la misma escena con todo aquel que era llamado a su gabinete. Para ella el galanteo tenia sus reglas; otra cosa era el amor. La sonrisa de lady Wyndham llenaba los silencios del hombre, sometido a un embarazoso tete a tete con la gran senora que no soportaba que le hablasen de la lluvia, de los desastres del jardinero, de los libros de cuentas o del menu que la cocinera debia preparar para la cena. Lady Wyndham queria hablar de poesia, de pintura, de la filosofia de Spinoza; lo fascinante era ese interes en la vida de los otros, en sus pasiones, en sus enamoramientos, en todo aquello del mas alto nivel espiritual que impulsaba el genio creador al que ella no tenia acceso. Entre ella y el mundo habia echado un telon de seguridad formado por cientos de plumas de pavos reales, el sol iluminando la magia de aquellos colores y el amor extendiendo su maquillaje brillante en el rostro de la vida. Lady Wyndham era una fanatica religiosa, una romantica excentrica, una mujer generosa y sincera, que no era comprendida en el deseo de lo trascendental y provocaba la burla de sus protegidos, los que acaso envidiaban su alcurnia, su posicion, cuanto les hubiera permitido a ellos, con su talento, gozar plenamente de la existencia. Alli estaba Mark, en el cesped, tendido en una tumbona, escuchando a un amigo, escritor de escandalo y de ingenio, que desearia hacer el amor con lady Equis, con toda su fuerza, removiendo hasta el fondo su instinto animal, porque siempre le habia obsesionado una relacion de ese tipo entre un hombre de origen vulgar, salido del corazon del pueblo, y una mujer de rango. Aunque en el dormitorio sonase una musica de pianola. Lady Wyndham ojeaba la presa en sus tertulias y saraos at home, pero, respetuosa con su hogar, o precavida, se mantenia firme ante cualquier asalto impetuoso del amante. Alli, no. Nada que pudiera atentar contra la dignidad del lord. Se podia flirtear, tener privados coloquios, insinuantes atenciones, algo que era habitual en la alta sociedad, toda la ceremonia iniciatica del cortejo que, inevitablemente, conduciria al lecho del amor; pero el escenario de las grandes pasiones debia estar fuera, lo mas lejos posible. La atmosfera de su casa no podia ser contaminada con el gas letal de la infidelidad. Asi, los encuentros de lady Wyndham con sus amantes se producian a la luz del dia y en los lugares mas concurridos para no atraer la atencion: un anden del metro, la sala de espera de una estacion de ferrocarril, Whitehead's House, o el kiosko de refrescos de algun parque de la ciudad. Ella, con los ojos pintados de un blanco grisaceo, los labios rojos, embutida en una de sus tunicas o cubierta con una llamativa capa bordada, iba radiante de maquillaje a la cita con la vida. Eleanor Wyndham era una sacerdotisa dispuesta a oficiar, al aire libre o en el primer altar improvisado, una ceremonia de amor, un exorcismo, para que la pasion saliese de las tinieblas, de aquel pozo en que estaba hundida gritando voces de auxilio, sin que nadie mas que ella se acercase a salvarla. Despues, entre burlas, mas de uno decia que lady Wyndham era una tea apagada, una hoguera de la que solo quedan cenizas. Otros, los que quiza de verdad la habian amado, no pensaban lo mismo de aquel fuego que les habia destruido, dejandolos en la nada, en la oscuridad de si mismos. Lady Equis siguio aun leyendo las cuartillas de Mark, que cada vez se iba ensanando mas con su personaje, pero no llego al final. Encendio un cigarrillo y, presintiendo su llegada, levanto el visillo de organza para mirar al jardin que el estaba cruzando para entrar en la casa. Dejo sobre el escritorio aquella caricatura de si misma, aquella ignominia, y ahueco los cojines de seda del sofa antes de adoptar una pose elegante, escondiendo sus manos, tan largas y huesudas, tan agigantadamente feas, entre los pliegues de su vestido. Cuando Mark entro, con su traje de caza, brillandole los ojos, el pelo tan negro y la boca tan sensual, carnosa y humeda, ni siquiera le dejo hablar. Con su tono mas dulce, con ademanes de exquisita educacion, lamento que el tuviera que marcharse, sabia que lo comprenderia, el lord estaba a punto de llegar con el primer ministro y la casa estaba tan llena; ese era, sin duda, el mejor dormitorio, habia que alojar alli al nuevo invitado. Dijo todo aquello como quien recita la letra de una cancion poetica y tierna. Mark, entre tanto, iba recogiendo sus libros. Lady Equis se retiro a su gabinete privado y se sumergio en la lectura del Kempis. Al ano siguiente, cuando se publico la novela de Mark y empezo a leerla avidamente, comprobo con sorpresa que el retrato de lady Wyndham habia sido sustituido por una carta de amor.

  • Juegos de poder de Lily Perozo

    https://gigalibros.com/juegos-de-poder.html

    Florencia Brunetti, es una periodista que se centra en sus ambiciones profesionales. Para ella, lo mas importante es la busqueda de la verdad y desenmascarar todo lo que esconde la politica de su pais.
    Keith Somerville es un abogado exitoso que no descansara hasta conseguir ser socio en la firma en la que trabaja. Es cinico y astuto, por lo que sabe que nada le impedira ir tras sus objetivos.
    Florencia y Keith saben que para alcanzar sus propositos deberan jugar con sus propias reglas, porque en el juego de la politica lo que sobran son los secretos.
    La intriga, el misterio, la manipulacion, la corrupcion, el sexo y el romance seran elementos presentes en este thriller politico.

  • !Como puedes comer eso! de Christophe Brusset

    https://gigalibros.com/como-puedes-comer-eso.html

    Carne de caballo vendida como carne de buey, te verde chino rico en pesticidas, azafran espanol que en realidad es irani, mermelada de fresa sin fresas, guindilla india aderezada con excrementos de raton, leche infantil al toque de melamina... Bienvenidos al lado oscuro de la industria alimentaria, en el que las regulaciones se estiran hasta el limite para ampliar el margen de beneficio, incluso a cambio de poner en riesgo la salud de los consumidores.

  • Las rutas del misterio. Madrid oscuro de Alberto Granados

    https://gigalibros.com/las-rutas-del-misterio-madrid-oscuro.html

    Madrid es una ciudad sorprendente para los turistas que la visitan cada ano. Son mas de ocho millones los forasteros que, armados con camaras de foto y video, se dejan seducir anualmente por nuestra capital. Los que vivimos aqui y paseamos a diario por sus calles, sufrimos los desesperantes atascos y esquivamos el bullicio de la marea humana que a veces recorre las grandes avenidas, apenas prestamos atencion y en muy pocas ocasiones nos paramos a contemplar la majestuosidad de algunos de sus edificios y monumentos, cargados de historia, ni tampoco le damos importancia al privilegio de tomar una cerveza fria en una terraza en una noche de verano, cuando se observa el mismo trafico a las dos de la madrugada que a las doce del mediodia. Pocos madrilenos conocen con detalle su ciudad y menos aun sus monumentos o la historia de sus calles y avenidas mas importantes. Un gran numero de ellos reconoce incluso sin ningun pudor no haber visitado jamas el Palacio Real o no haber paseado por el interior del Museo del Prado, los mismos que se jactan de haber recorrido cada sala del Louvre en Paris o de haber pasado horas agarrados a las verjas de Buckingham Palace en Londres intentando, si la suerte acompanaba ese dia, ver un cambio de guardia e ignorantes de que en Madrid, por ejemplo, el primer miercoles de cada mes, a las doce de la manana, tiene lugar en el Palacio Real el relevo solemne de la guardia. Impresiona observar como desfilan lanceros y alabarderos, companias de fusiles o piezas de artilleria que serian las joyas de cualquier museo americano. Un viaje de cientos de anos en el que intervienen mas de cuatrocientos soldados y cien caballos que desfilan al compas de la banda de musica de la Guardia Real, a los cuales la mayoria de madrilenos aun no han descubierto. Porque no hay que olvidar que Madrid es una ciudad con una gran historia a sus espaldas. Puede que sus inicios se remonten a la epoca de Mohamed I, alla por el ano 870, cuando se construyo la primera fortaleza defensiva, aunque lo cierto es que se han encontrado en la zona vestigios de habitantes mucho mas primitivos. Pocas capitales pueden presumir de una historia tan cargada de acontecimientos, sobre todo a partir de que Felipe II dictaminara que la corte, hasta entonces sin sede fija, se estableciera en Madrid. Solamente pasear por el barrio de los Austria da detalle del esplendor de una ciudad repleta de palacios, iglesias, templos, fuentes, museos… Pero Madrid no se ha quedado anclado en el pasado. Sus empedradas calles fueron transformandose en anchas avenidas asfaltadas y se desarrollo una ampliacion industrial y cultural que ha colocado a nuestra capital entre las mas importantes del mundo, con una oferta cultural y gastronomica equiparable a la que puedan tener ciudades tan importantes como Londres, Paris o Nueva York. Madrid hay que vivirlo, hay que recorrerlo a pie, disfrutando de sus bares y tiendas, de sus librerias, de sus terrazas, de sus calles peatonales, como Preciados o Fuencarral, abarrotadas de comercios, aprovechandose del buen caracter y amabilidad de su gente. Pero tambien nuestra ciudad esconde historias que se han contado de generacion en generacion y que muestran una cara menos amable de una ciudad que, al caer la noche, se transforma. Aquellos edificios que reflejaban el sol, al anochecer se ven atrapados en las sombras, y en calles donde a la luz del dia solamente se observan bares y tiendas se pueden descubrir las marcas de terribles acontecimientos vividos en epocas no muy lejanas. Historias de asesinatos, como el sucedido en el meson del Lobo Feroz, cerca del actual mercado de la Cebada; de descuartizamientos, como el que cometio con sus propias manos el capitan Sanchez a principios del siglo XX en el actual emplazamiento de la plaza del Conde de Miranda; de presencias extranas, que algunos aseguran haber observado recorriendo los pasillos del famoso Palacio de Linares, o de sonidos angustiosos y violentos movimientos de objetos como los que se vivieron en la inquietante <> y de los que la policia fue testigo de excepcion. Historias que a veces es mejor recordar para comprender que lo que hace verdaderamente importante a una ciudad es la union de sus luces y sus sombras. Es necesario sumergirse en las profundidades de la parte oscura y truculenta para valorar con mas intensidad todo lo demas. Este libro trata precisamente de volver a sacar a la luz aquellas historias que hemos intentado olvidar o que quedaron atrapadas en el tiempo, con la seguridad de que, al terminar su lectura, la vision de la ciudad va a ser muy diferente, mas completa. Calles por las que habia pasado con anterioridad paseando o de compras, ahora le traeran el recuerdo de los oscuros acontecimientos alli vividos. Y es posible que alguna de las historias que aqui se cuentan consiga que no vuelva a pasear de noche por ciertas calles de Madrid o, al menos, le anadan a ese paseo un punto de inquietud y de aventura. Porque Madrid ofrece muchas caras, pero la nuestra es esta: !el Madrid oscuro!

  • Breve tratado de historia de las religiones de Frederic Lenoir

    https://gigalibros.com/breve-tratado-de-historia-de-las-religiones.html

    ?Cual fue la primera religion de la humanidad? ?Como surgieron las nociones de dios, sacrificio, salvacion, plegaria, clero…? ?Por que se paso de la adoracion a las deidades femeninas a las masculinas? ?De la creencia en muchos dioses a uno solo? ?Cuales

  • Amor y horror nazi de Monica G. Alvarez

    https://gigalibros.com/amor-y-horror-nazi.html

    La autora refleja como sus protagonistas sobrevivieron a la enfermedad, las vejaciones y al hambre gracias a su valentia, pero tambien, gracias al motor que en aquel momento movia su corazon, el amor. Porque, pese a los trabajos forzados, los abusos y palizas, o la inanicion, su mayor lucha consistia en conseguir salir del campo del exterminio para reencontrarse con su amado/a y comenzar una nueva vida. No tenian otra cosa en la cabeza: sobrevivir para seguir amando. Para estos supervivientes, el amor se convirtio en su mayor impulso en aquellos anos de reclusion.

  • La casa del nazi de Xabier Quiroga

    https://gigalibros.com/la-casa-del-nazi.html

    Una novela negra deslumbrante sobre el misterioso destino de los nazis desaparecidos al termino de la Segunda Guerra Mundial. Una historia que te dejara sin aliento y con la sensacion de haber leido una obra maestra.

  • Corazon roto (Reedicion Autor), Linda Howard de Linda Howard

    https://gigalibros.com/corazon-roto-reedicion-autor-linda-howard.html

    Corazon roto

  • Sputnik, Mi Amor de Haruki Murakami

    https://gigalibros.com/sputnik-mi-amor.html

    Perdidos en la inmensa metropoli de Tokio, tres personas se buscan desesperadamente intentando romper el eterno viaje circular de la soledad; un viaje parecido al del satelite ruso Sputnik, donde la perra Laika giraba alrededor de la Tierra y dirigia su atonita mirada hacia el espacio infinito. El narrador, un joven profesor de primaria, esta enamorado de Sumire, a quien conocio en la universidad. Pero Sumire tiene una unica obsesion: ser novelista; ademas se considera la ultima rebelde, viste como un muchacho, fuma como un carretero y rechaza toda convencion moral. Un buen dia, Sumire conoce a Myu en una boda, una mujer casada de mediana edad tan hermosa como enigmatica, y se enamora apasionadamente de ella. Myu contrata a Sumire como secretaria y juntas emprenden un viaje de negocios por Europa que tendra un enigmatico final.

  • Dos almas y un secreto de Myriam Gonzalez Britos

    https://gigalibros.com/dos-almas-y-un-secreto.html

    <>, dijo Selma Lagerlof. Quiza tenia razon. Quiza. El dolor enaltecia o desmoronaba por completo a un ser humano. Mutaba los colores de su esencia y transformaba su espiritu para siempre. Todos tenemos un secreto inconfesable en esta vida. Creo que incluso el propio hijo de Dios lo tuvo en su tiempo. Nadie estaba exento de el. Nadie. Yo, al igual que cualquier otro ser humano comun y corriente, lo tenia, pero muy bien guardado, bajo siete llaves. Nadie me comprendia, ni siquiera yo mismo. --Juegas con la vida y algun dia ella te hara una trampa mortal --me dijo mi padre el ultimo dia que lo vi en esta vida. El cabron habia reaccionado del mismo modo, tiempo atras, cuando le conte, llorando, que la ninera abusaba de mi todas las noches. En aquel entonces, tenia apenas seis anos. Me senti solo desde que naci, solo y abandonado por aquellos seres humanos que supuestamente deberian haber velado por mi y por mi dicha en esta vida. Jamas recibi apoyo. Jamas recibi carino. Jamas recibi un abrazo. Jamas supe lo que era ser querido. Jamas recibi un beso de buenas noches. La frialdad de mis progenitores congelo mi alma y mi corazon, y me convirtio en un hombre vacio y superficial, incapaz de sentir algo remotamente humano por cualquier otro ser vivo. Ellos murieron cuando yo habia cumplido veinte anos y, la verdad, no los echaba en falta. ?Se podria extranar lo que nunca se tuvo? Creo que no. Tras la tragica muerte de ambos en un accidente de avion --mientras retornaban de una fiesta al que acudieron como pareja tras anos de haberse separado--, comence una larga y peligrosa trayectoria de fiestas, drogas, mujeres y sexo. Mucho sexo. Perdi el control y termine esclavo de aquella vida desordenada e inmoral. El placer en mi vida era tan esencial como respirar, a veces, llegaba a pensar que podria prescindir del aire, pero no del placer. No me consideraba un sadomasoquista, ni sexopata, ni depravado sexual. Simplemente era un amante de la carne femenina. Amaba el gozo que provocaba en otra mujer y, ante todo, el dolor que pudiera causar al mismo tiempo. En todas mis parejas sexuales veia al monstruo que destruyo mi infancia. Castigarlas era como castigar al verdugo de mi historia. Mi terapeuta me decia que debia enterrar el pasado, pero ?como hacerlo? No tenia idea. El dolor que aquella mujer horrible de casi cincuenta anos causo en mi y en mi inocencia, seguia latente a pesar del tiempo y su muerte. Habia danos realmente irreparables. X Ray Dog – the vision Me conocian como Matthew Caffrey, el millonario excentrico y sin pudores. Hijo de un ingles petulante y una alemana frivola, que nunca me quisieron en sus vidas. Naci y creci en tierras germanas. Tenia treinta y cinco anos, una carrera prestigiosa, belleza, dinero y muchas mujeres. Mi vida era perfecta. El sueno de cualquier hombre; sin embargo, era un ser muy infeliz. Me sentia vacio. Sin alegria. Sin esperanzas. Sin fe. Sin metas. Sin suenos. Llevaba anos luchando contra la depresion, consecuencia de los abusos que habia padecido cuando era un candido y ufano nino. Mi mente y mi corazon no conseguian desconectarse de aquella tragica epoca, a pesar de los tratamientos y el tiempo. Me mire curioso, a traves del ornamental espejo del lavabo. Tenia todo para ser feliz, pero no lo era. El dinero compraba todo, menos la felicidad. No era un eufemismo, al menos no, en mi caso.--Necesito unos analgesicos --sisee al sentir una fuerte punzada de dolor en la cabeza. Baje la cabeza y entrecerre los ojos de golpe. De pronto, la voz ponzonosa de mi nana irrumpio mi mente como un frio y distante eco de terror: <>, repetia aquella horrible mujer de pelo rubio y rostro surcado de arrugas. Identica a las brujas malvadas de los cuentos de hadas que me solia contar tras su ritual diario de abuso. <>, dije al abrir mis ojos. Me preguntaba como hubiera sido yo, sin aquellos abusos inhumanos. ?Hubiera sido un hombre distinto? ?Feliz? ?Alegre? ?Normal? La voz de mi amigo, Albert Smith, me arranco de golpe de mi trance melancolico. --?Matt? !Ven hombre! --exclamo y decidi bajar. Descendi la suntuosa escalera de mi mansion, enfrascado en mis pensamientos mas oscuros y sombrios. --!Matt! --grito impaciente, pero no le respondi. Me arregle el sueter negro de algodon que llevaba puesto. Hice una mueca de dolor al sentir una fuerte punzada en la cabeza. --Buen dia, Matt. Mi amigo, me saludo desde la puerta ventana acristalada que llevaba al jardin colgante de Babilonia, como el solia llamarlo. Pedi unos analgesicos al mayordomo de turno, la cabeza me estaba por estallar, la noche anterior habia bebido demas. --Buen dia --le dije con una mueca de dolor estampada en la cara. Sexo, alcohol, sexo, drogas y mas sexo. Con diversas mujeres, que hoy mal recordaba sus nombres. Asi era mi vida, llena de diversiones mundanas, pero carentes de sentimientos. Nunca supe lo que era amar. Nunca supe lo que era la empatia. Nunca supe lo que era la compasion. Nunca supe, porque nunca lo senti o lo practique. Mi pasado anulo cualquier vestigio de humanidad dentro de mi. Aquellos que debian cuidarme, no lo hicieron, y creci solo, en un mundo tan hipocrita, en donde lo unico que importaban eran las apariencias. Aprendi a aparentar. A sonreir cuando en verdad queria llorar. A gritar en silencio. A rezar sin fe. A esperar sin esperanzas. Nadie acudio a mi cuando aullaba de dolor, pidiendo ayuda a las frias y duras paredes de aquel cuarto suntuoso, repleto de juguetes y muebles caros. Mis padres siempre estaban viajando y, aunque gritara por auxilio, ellos eran sordos ante mi dolor. <>, me decia mi padre antes de meterme al oscuro y frio sotano, donde me dejaba trancado por horas e incluso dias. Comia cada vez que la nana Miranda me traia algo. Su generosidad siempre tenia segundas intenciones. --Matt --decia mientras descendia las escaleras. Yo empezaba a temblar y llorar. Me arrodillaba cerca de la cama y rezaba, como mi amigo Peter me habia aconsejado. Pero, su Dios siempre estaba ocupado para oir mis suplicas. La nana me miraba con avidez, como un leon miraria a su presa tras dias sin haber probado bocado. --Eres tan hermoso, Matt --susurraba y se quitaba las ropas. Lloraba a lagrima viva, pero a ella no le importaba mi pena sino su pretension corrompida. --Si te comportas bien con tu nana, comeras estas deliciosas galletas de chocolate --me decia, con aquella expresion ladina que tanto odiaba y temia. Tenia hambre y sed. Tenia que obedecer. Lo hacia. Y tras ello, lloraba hasta cansarme y quedarme dormido sobre aquella vieja cama medieval de madera. Se preguntaran que pasaba con mi madre ?no? Ella era tan fria e inhumana como mi padre. Me habia llevado en su vientre por nueve meses, pero, tras mi nacimiento, no recordaba que haya estado ni nueve dias seguidos a mi lado. Viajaba mucho con mi padre y, algunas veces, con sus tantos amantes. Fui un accidente. Un infortunio. Una pausa. Un tiempo perdido. Un grave error. Gritaba cada vez que discutia con mi padre, mientras yo, escabullido detras del sofa, los escuchaba llorando. En aquel tiempo era un humano normal, y sentia cosas, cosas que hoy ya no. No eran efectos de mi actual vida, sino del calvario que habia padecido en pasado. --Eres un nino problematico --gritaba mi madre, cada vez que me encontraba llorando en mi cuarto. Era un nino triste y solitario, que lloraba cada vez que el corazon me lo pedia. --La nana, me obliga a hacer... --Ella siempre me interrumpia. --!Iras a un internado en Suiza! --Mama... --Alli aprenderas a ser un buen nino --zanjaba, sin escucharme ni compadecerme. La ira envolvio mi corazon, al evocarla. Hay mujeres que no merecian concebir, la mia era una. I grieve – Peter Gabriel De un momento a otro, comprendi que queria cosas diferentes, sentir aquello que alguna vez senti: emociones humanas que se habian suprimido dentro de mi por las terribles experiencias vividas en mi maldita infancia. --!?Que quieres que, Matt?! --dijo Albert, con cara de asombro al escuchar mi deseo. Lo mire con atencion, como si le acabara de salir otra cabeza. --Ya sabes que soy algo extravagante con respecto al sexo. Albert asintio sin abandonar su mueca entre divertida e ironica. --He participado de tus deliciosas y pecaminosas fiestas, amigo --dijo suavizando un poco su expresion. Bascule nervioso y con cara de pocos amigos, todo mi peso en la pierna derecha. --Hemos hecho de todo a lo largo de estos anos, Albert --musite pensativo, mientras contemplaba la exultante piscina de mi mansion--. Todo lo que Dios repudia. Albert rio de buena gana.

  • Grace y el duque (Los Bastardos Bareknuckle 3) de Sarah Maclean

    https://gigalibros.com/grace-y-el-duque-los-bastardos-bareknuckle-3.html

    Burghsey House, sede del ducado de Marwick, en el pasado. No existia nada en el mundo como la risa de el. No importaba que ella no estuviera cualificada para hablar del vasto mundo, porque nunca se habia alejado de aquella enorme casa solariega situada en la tranquila campina de Essex, a dos dias en carruaje desde Londres, donde las onduladas y verdes colinas se convertian en trigo a medida que el otono ganaba terreno. No importaba que no conociera los sonidos de la ciudad o el olor del mar. Ni que nunca hubiera oido hablar en otra lengua que no fuera el ingles, ni hubiera visto una obra de teatro, ni hubiera escuchado una orquesta. No importaba que su mundo se limitara a los tres mil acres de tierra fertil cubiertos de mullidas ovejas blancas y enormes fardos de heno, y a una comunidad de personas con las que no tenia permitido hablar, para las que era practicamente invisible; porque ella era un secreto que debia guardarse a toda costa. Era la nina que habian bautizado como el heredero del ducado de Marwick. La que habian envuelto en el arrullo de encaje reservado para una larga estirpe de duques, la que habian ungido con aceites esenciales destinados exclusivamente para los residentes de Burghsey House mas privilegiados. A la que habian otorgado nombre y titulo de varon ante Dios. El duque --un hombre que no era su padre-- habia pagado a sirvientes y a sacerdotes para que guardaran silencio, habia falsificado documentos y habia trazado planes para sustituir a la hija bastarda de su esposa por uno de sus propios hijos bastardos --nacido el mismo dia que ella, de mujeres que no eran la duquesa--; de esa manera, ofrecia a uno de sus hijos el unico camino hacia el legado ducal..., un legado robado. Con esta estratagema estaba abocando a esa nina inutil, el bebe que lloraba en los brazos de la enfermera, a una vida a medias, llena de una dolorosa soledad que emanaba de un mundo tan grande y, al mismo tiempo, tan pequeno. Y entonces habia llegado el, hacia ya un ano. Tenia doce anos y estaba lleno de fuego, poseia toda la fuerza del mundo que habia ahi afuera. Era alto y delgado, y tan inteligente como astuto. Le parecia el ser mas hermoso que jamas hubiera visto, con un flequillo rubio tan largo que caia sobre unos brillantes ojos de color ambar, unos ojos que guardaban mil secretos. Tenia una risa queda, apenas un susurro, tan poco frecuente que, cuando aparecia, era como un regalo. No, no habia nada en el vasto mundo como la risa de el. Ella lo sabia, aunque el vasto mundo estuviera tan lejos de su alcance que ni siquiera fuera capaz de imaginar donde empezaba. El si. Y le encantaba contarle cosas sobre ese mundo. Eso fue lo que hizo aquella tarde, en uno de los preciosos momentos robados a las maquinaciones y manipulaciones del duque, justo el dia antes de la noche en la que el hombre que manejaba su futuro regreso para deleitarse atormentando a sus tres hijos varones. Pero, en esos momentos, en aquella tranquila tarde, mientras el duque estaba fuera, en Londres, haciendo lo que fuera que hicieran los duques, los cuatro ninos aprovechaban la felicidad alla donde podian encontrarla: al aire libre, en el salvaje y serpenteante terreno de la finca. El lugar favorito de ella estaba en el limite occidental del terreno, lo suficientemente alejado de la casa solariega como para perderla de vista. Alli habia un magnifico bosquecillo de arboles que se elevaba hacia el cielo, bordeado por un pequeno y burbujeante riachuelo, o mas bien un arroyo, para ser precisos, pero que le habia proporcionado horas, dias y semanas de parlanchina compania cuando era mas nina y la conversacion con el agua era lo unico que cabia esperar. Pero alli, en aquel momento, no estaba sola. Reposo entre los arboles, donde los rayos de sol moteados inundaban el suelo en el que yacia de espaldas, exhausta despues de haber recorrido los campos, y aspirando grandes bocanadas de aire cargado del aroma del tomillo silvestre. --?Por que siempre venimos aqui? --El se sento a su lado, cadera con cadera, mientras su propio pecho subia y bajaba por la respiracion agitada mientras la miraba a la cara, con sus piernas, cada vez mas largas, estiradas mas alla de la cabeza de la chica. --Me gusta estar aqui --dijo ella con sencillez, y volvio la cara hacia la luz del sol, y el son de los latidos de su corazon se calmo al mirar a traves del dosel de ramas que jugaban al escondite en el cielo--. Y a ti tambien te gustaria si no estuvieras siempre tan serio. El aire tranquilo del lugar se transformo, se volvio mas pesado ante la certeza de que no eran ninos de trece anos corrientes y sin preocupaciones. Protegerse formaba parte de su supervivencia. La seriedad formaba parte de su supervivencia. Ella preferia no pensar en ello mientras las ultimas mariposas del verano danzaban bajo los rayos de luz, por encima de sus cabezas, llenando aquel lugar con una magia que mantenia a raya lo peor. Asi pues, cambio de tema. --Cuentame cosas del mundo. --?Otra vez? --Pero en realidad, el no estaba pidiendole explicaciones. No las necesitaba. Se giro, y ella movio las faldas para que el se tumbara a su lado, como habia hecho docenas de veces antes. Cientos. En cuanto se acomodo de espaldas, con las manos apoyadas en la nuca, el empezo a hablar al cielo--. Nunca hay tranquilidad. --Por el golpeteo de las ruedas de los carros contra los adoquines. --Las ruedas de madera hacen ruido, pero es mas que eso. --Ella asintio--. Son los gritos de las tabernas y de los vendedores ambulantes de la plaza del mercado. Los ladridos de los perros de los almacenes. Las peleas de las calles. Yo solia subir al tejado del lugar donde vivia y apostaba en las peleas. --Por eso eres tan buen luchador. --Siempre pense que seria la mejor manera de ayudar a mi madre. Hasta que... --Se encogio levemente de hombros. Interrumpio sus palabras, pero ella sabia el resto. <>. Se volvio para mirarlo; tenia una expresion tensa, la vista clavada en el cielo, los dientes apretados. --Hablame de los improperios --lo incito. --Hay mucho lenguaje soez. Eso te gusta, ?eh? --El solto una risilla de sorpresa. --Ni siquiera sabia que existian las palabrotas antes de conoceros a vosotros tres. --Los chicos que habian llegado a su vida eran puro alboroto: rudos, malhablados y maravillosos. --Antes de conocer a Diablo, querras decir. --Diablo, bautizado como Devon, era uno de sus otros dos hermanastros; habia sido criado en un orfanato para ninos abandonados, y para demostrarlo se expresaba con un lenguaje malsonante--. El te ha transmitido sus amplios conocimientos. Si. Los improperios. En especial los de los muelles. Nadie maldice como un marinero. --Dime cual es el mejor improperio que has oido. --No. --El le lanzo una mirada socarrona. --Hablame de la lluvia. --Le preguntaria a Diablo mas tarde. --Es Londres. Nunca para de llover. --Cuentame algo bueno. --Le dio un codazo en el hombro. --La lluvia hace que las piedras de la calle esten resbaladizas y brillantes. --Sonrio, y ella hizo lo mismo. Adoraba la forma en que le seguia la corriente. --Y, por la noche, las luces de las tabernas las vuelven doradas --termino ella. --No solo las de las tabernas, tambien las de los teatros de Drury Lane. Y las lamparas que cuelgan delante de las casas de alterne. --Las casas de mala muerte donde su madre habia aterrizado despues de que el duque se negara a mantenerla cuando eligio tener a su hijo. Donde habia nacido aquel hijo. --Para mantener la oscuridad a raya --susurro ella. --La oscuridad no es tan mala --adujo el--. Lo que ocurre es que la gente que vive en ella no tiene mas remedio que luchar por lo que necesita. --?Y consiguen lo que necesitan? --No. No tienen lo que necesitan, y tampoco lo que merecen. --Hizo una pausa y luego susurro al dosel de ramas, como si realmente fuera magico--. Pero vamos a cambiar todo eso. No le paso desapercibido que habia usado el plural. No solo ellos dos, sino todos. Aquel cuarteto que hizo un pacto para iniciar aquella loca competicion: quien ganara protegeria al resto. Y luego escaparian de aquel lugar en el que los habian forzado a luchar en una batalla de ingenio y armas que le daria a su padre lo que queria: un heredero digno de un ducado. --En cuanto seas duque... --empezo ella, en voz baja. --En cuanto uno de nosotros sea duque. --Se volvio para mirarla. Ella nego con la cabeza y busco su brillante mirada ambarina, tan parecida a la de sus hermanos. Tan parecida a la de su padre. --Vas a ganar tu. --?Como lo sabes? --dijo el, despues de observarla durante un buen rato. --Lo se, y punto. --Apreto los labios. Las maquinaciones del viejo duque se volvian mas desafiantes cada dia. Diablo era como su nombre, demasiado fuego y furia. Y Whit era demasiado pequeno y demasiado amable. --?Y si no quiero? --Por supuesto que quieres. --Cualquier otra cosa era una idea absurda. --El ducado deberia ser tuyo. --Las chicas no pueden ser duques. --Ella no pudo reprimir una risita exagerada. --Y, sin embargo, aqui estas: eres la heredera. Pero no lo era. No de verdad. Ella era el producto de una aventura extramatrimonial de su madre, una apuesta ideada para darle un heredero bastardo a un marido monstruoso, y manchar asi para siempre su preciado linaje, que era lo unico que realmente le importaba al duque. Pero, en lugar de un nino, la duquesa habia dado a luz a una nina, por lo que no podia heredar. Era la sustituta. Una simple nota al pie en el ancestral ejemplar del Libro de la nobleza de Gran Bretana e Irlanda. Y los cuatro lo sabian. --No importa --aseguro, ignorando sus palabras. Y no importaba. Ewan ganaria. Se convertiria en duque. Y lo cambiaria todo. El la observo en silencio durante un rato. --Cuando sea duque... --fantaseo en un susurro, como si las palabras fueran a convertirse en realidad al pronunciarlas en voz alta--. Cuando sea duque, yo cuidare de todos. De nosotros y de todo el Garden. Manejare su dinero. Su poder. Su nombre. Y me alejare de aqui y nunca mirare atras. --Las palabras volaron alrededor de ellos, reverberando en los troncos de los arboles antes de que el se corrigiera--. Su nombre no --susurro--. El tuyo. Robert Matthew Carrick, conde de Sumner, heredero del ducado de Marwick. Ignoro el ramalazo de emocion que la recorrio y suavizo el tono. --Te quedara bien ese nombre. Es nuevo. Yo nunca lo he usado. --Habia sido bautizada como el heredero, pero no podia hacer uso de su nombre. A lo largo de los anos, siempre se habian dirigido a ella como <>, <> o <>. Un dia, cuando tenia ocho anos, hubo una criada que la llamo <>, y eso le gusto mucho. Pero la criada se habia marchado al cabo de unos meses, y ella habia vuelto a ser invisible. Hasta que mas tarde llegaron tres chicos que si la veian, y el que estaba con ella no solo parecia verla, sino tambien entenderla. Y la llamaron de mil maneras: <>, por la forma en que atravesaba los campos a la carrera, <>, por las llamas de su cabello pelirrojo y <>, por la manera en que se enfadaba con su padre. Y ella respondia a todos aquellos apodos, sabiendo que ninguno era su nombre, sin importarle demasiado, porque ellos estaban alli. Porque tal vez estar con ellos fuera suficiente. Porque para ellos era alguien importante. --Lo siento --susurro el. Y lo decia en serio. Para el, ella si era alguien importante. Permanecieron asi durante unos instantes, con las miradas entrelazadas mientras la verdad pesaba a su alrededor, hasta que el carraspeo y aparto los ojos, rompiendo asi aquella conexion. Lo observo cuando giro su tronco para volver a prestar atencion a las copas de los arboles. --De todos modos, mi madre decia que le encantaba la lluvia, porque era el unico momento en que veia joyas en el barrio de Covent Garden. --Prometeme que me llevaras contigo cuando te vayas --susurro ella para romper el silencio. Los labios de Ewan se convirtieron en una linea firme, la promesa quedo escrita en las arrugas de su cara, mas vieja de lo que deberia ser. Mas joven de lo que iba a necesitar que fuera. --Y tendras muchas joyas. --Asintio con seguridad. Ella se giro, y sus faldas se desplegaron sobre la hierba. --Por supuesto --bromeo ella--. Y vestidos confeccionados con hilo de oro. --Viviras entre bobinas de hilo oro. --Si, por favor --dijo ella--, y una doncella que sepa hacerme preciosos peinados. --Para ser una chica de campo, eres muy exigente --se burlo. --He tenido toda la vida para elaborar una lista con mis necesidades. --Le dirigio una sonrisa. --?Crees que estas preparada para Londres, chica de campo? --Creo que se me dara bien, chico de ciudad. --La sonrisa se transformo en un ceno fruncido. El se rio, y el preciado (por infrecuente) sonido de su risa lleno el espacio que los rodeaba, reconfortandola. En ese momento, sucedio algo. Algo extrano e inquietante, maravilloso e inaudito. Ese sonido, que no se parecia a ningun otro del vasto mundo, la libero. De repente, lo sintio. No solo el calor de el a su lado, donde se tocaban de hombro a cadera. No solo el lugar donde su codo descansaba junto a su oreja. No solo el contacto de sus manos en los rizos cuando el extrajo una hoja de ellos. Sino en todas partes. En el ascenso y descenso uniforme de su respiracion. En su segura quietud. Y esa risa..., en su risa. --Pase lo que pase, prometeme que no me olvidaras --le pidio en voz baja. --No podre. Estaremos juntos. --La gente se va. --Yo no. No me ire. --Fruncio el ceno y nego con fuerza. --A veces no se elige. A veces, la gente, simplemente... --Asintio--. Pero aun asi... Su mirada se suavizo al comprender que se referia a su madre. Rodo hacia ella y quedaron frente a frente, con las mejillas apoyadas en las palmas de las manos, lo suficientemente cerca como para contarse mil secretos. --Ella se habria quedado de haber podido --dijo el con firmeza. --No lo sabes --susurro, y cuanto detesto el picor que le provocaban aquellas palabras en los ojos--. Naci y ella murio, y me dejo con un hombre que no era mi padre, que me dio un nombre que no es el mio, y nunca sabre que habria pasado si ella hubiera vivido. Nunca sabre si... --El espero. Siempre paciente, como si fuera a aguardar toda la vida--. Nunca sabre si me habria querido. --Claro que si. --La respuesta fue inmediata. --Ni siquiera me puso un nombre. --Sacudio la cabeza y cerro los ojos. Queria creerle. --Lo habria hecho. Te habria puesto un nombre, y habria sido precioso. La certeza de sus palabras hizo que ella buscara su mirada, segura e inflexible. --Entonces, ?no me llamo Robert? --Ella te habria puesto un nombre digno de ti. El nombre que te mereces. Te habria dado el titulo. --No sonrio. No se rio. La comprendia y, luego, anadio--: Como voy a hacer yo. Todo se detuvo: el susurro de las hojas en el dosel de ramas; los gritos de sus hermanos en el arroyo, un poco mas alla; el lento transcurrir de la tarde; y ella supo, en ese momento, que el estaba a punto de hacerle un regalo que nunca habia imaginado recibir. --Dime... --Le sonrio, con el corazon palpitando en el pecho. Queria ese regalo en los labios y en la voz de el, en los oidos de ella. Queria que se lo diera y sabia que le resultaria imposible olvidarlo, incluso despues de que se marchara y la dejara atras. Y el se lo dio. --Grace --la llamo.

  • Nada que no desees de Tessa Cooper

    https://gigalibros.com/nada-que-no-desees.html

    Roberto no queria sentir y, mucho menos, enamorarse. Permitir que alguien llegase a su corazon, podria tener consecuencias desastrosas. Pero conocio a Tessa, y lo que consideraba valido hasta entonces, empezo a dejar de serlo. Sus ideales se agrietaron y se asusto, porque cuando estaba con ella, cualquier cosa era posible.

  • La Odisea del Highlander de Iris Vermeil

    https://gigalibros.com/la-odisea-del-highlander.html

    Parece mentira que, un hombre de palabra y tan apreciado por el pueblo como Kendrick MacDonald se vea involucrado en un crimen atroz que no cometio. Sin embargo, hay otros que le senalan como asesino por culpa de terceras personas. A causa de ello y gracias a la ayuda de su leal amigo Liam se ve obligado a huir de sus tierras y renunciar, por un tiempo, al titulo de laird que le pertenece. La traicion y la sed de venganza es lo unico que le mantiene vivo hasta que conoce a la mujer que cambiara su destino y hara todo lo posible para que el recupere la honra que ha perdido. Perla, es una criatura marina llamada coloquialmente selkie. Las selkies tienen aspecto de foca pero al pisar tierra firme y desprenderse de su piel son mujeres bellas y coquetas. Ella vive prisionera de un descuido que tuvo que pagar muy caro y como consecuencia comparte su vida con un hombre que no ama. Harta de sus malos modales y de sus prohibiciones decide fugarse y volver al mar junto a su prima Coral, de donde no deberia haberse marchado nunca.
    Sus vidas se anclaran. El amor se sellara en sus corazones heridos. A pesar de caer mil veces, la amistad los levantara y permaneceran juntos ante la adversidad.

  • Mi mejor medicina de T. Rubio

    https://gigalibros.com/mi-mejor-medicina.html

    Adam y Alice eran unos ninos cuando se conocieron en la habitacion de un hospital. Alice abandono el hospital y nunca mas recibio noticias de Adam. Diez anos despues, al tener que volver de nuevo al hospital, Alice, descubre algo que la deja impactada. A los pocos dias recibe una misteriosa llamada de alguien que dice ser Adam, sin dar explicaciones de donde ha estado todo este tiempo…

  • El Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce

    https://gigalibros.com/el-diccionario-del-diablo.html

    Inspirado por la misma contemplacion aseptica e implacable de la naturaleza y de la sociedad humanas, el <> es fruto de un constante trabajo que, sobre todo en su labor periodistica, Ambrose Bierce (1842-?1914?) fue alumbrando desde 1868 hasta 1911. Este libro singular, en el que la precision quirurgica de la expresion y la agudeza conceptual brillan con fuerza, conocio un exito instantaneo, ademas de encontradas opiniones, desde el mismo momento de su publicacion y es uno de los grandes libros satiricos de todos los tiempos.

  • La tia amelia de Myrna Del Carmen Flores

    https://gigalibros.com/la-tia-amelia.html

    ?De donde puede una mujer del Mexico del siglo pasado, obtener la fuerza suficiente para sostener una familia? Una mujer atrapada en un conflicto interno entre sus convicciones, sus pasiones escondidas y el deseo de ver felices a cada uno de sus sobrinos. Una mujer capaz de todo con tal de salvarlos.
    Esa es Amelia, un ser dificil de describir por lo cambiante de sus ideas, las cuales oscilan entre el deseo de sobrevivir en una sociedad de reglas impuestas e inmutables y las ansias de vivir y dejar vivir en plenitud a sus seres amados.
    Una historia contada por once mujeres ligadas a Amelia, con cada una de sus luchas, sus deseos y sus miedos, enfrentando un mundo que no le concede a la mujer la libertad de ser distinta.

  • Mejor contigo… ?o sin ti? de Emma Maldonado

    https://gigalibros.com/mejor-contigo-8230-o-sin-ti.html

    Un (des)afortunado atropello con una bici… y las flechas de Cupido son lanzadas al azar, la pareja que las ha cogido al vuelo, no puede ser mas disfuncional. ?Quien se terminara enamorando de quien?

  • La muerte siempre encuentra el tiempo de Renato Mendoza

    https://gigalibros.com/la-muerte-siempre-encuentra-el-tiempo.html

    La ambicion de un grupo de investigadores conduce a la raza humana hacia una catastrofe global sin precedentes. Una a una, las ciudades del planeta van manifestando sintomas de lo que podria ser una extincion prematura. Sin embargo, pequenos grupos de personas logran sobrevivir en algunos pequenos poblados. Acorralados por la muerte, un grupo disfuncional de supervivientes logra prolongar su existencia mas alla de lo esperado. La busqueda de respuestas parece ser tan esquiva como la busqueda de la salvacion.

  • A un latido de ti, Monica Maier de Monica Maier

    https://gigalibros.com/a-un-latido-de-ti-monica-maier.html

    Hay sucesos que en un solo instante cambian tu vida para siempre. El mismo dia que Paula volvio a nacer la existencia de Aitor se detuvo en seco. Ahora convive cada dia con sus demonios y no encuentra las fuerzas para seguir adelante. La vida prosigue inalterable a su alrededor, sin embargo, para ellos ya nada sera igual. Ambos deben encontrar su camino, su lugar en ese mundo que ya no les es familiar, y puede que el otro sea lo unico que necesiten para conseguirlo, por mas que no parezca lo adecuado. Quiza la oscuridad no sea siempre enemiga de la luz y un solo latido pueda marcar la diferencia.

  • La pasion dormida de Nuria Rivera

    https://gigalibros.com/la-pasion-dormida.html

    Diego no puede creer que su novia lo plante en el altar sin explicacion. Tras varios dias de borrachera se va a Menorca a lamerse las heridas. Su hermano Javier y su amigo Sergio no lo dejan solo. No quiere nada con las mujeres. Para el cuanto mas lejos, mejor. Hasta que ella se acerco.

  • Hechos poco fieles de Lena Andersson

    https://gigalibros.com/hechos-poco-fieles.html

    Vuelve el fenomeno escandinavo:
    Lena Andersson y la afilada secuela de Apropiacion indebida.

  • Las dos bodas de Cloe (Rebecca) de Grace Marie March

    https://gigalibros.com/las-dos-bodas-de-cloe-rebecca.html

    Cloe llevaba una vida muy sencilla, trabajaba unas horas en un supermercado y cuidaba de su sobrina Phoebe, a la ultima persona que esperaba ver como la ayudaba, era precisamente al padre de Phoebe, pese a que su hermana le dijo muchas veces que el vendria tan pronto como supiera que iba a ser padre, habia tardado seis anos en hacer acto de presencia.
    Aidan acababa de descubrir que supuestamente tenia una hija, despues de que su abogado le hiciera leer una carta extraviada entre sus papeles, ahora veia frente a el que no solo la nina necesitaba su ayuda, sino tambien la mujer que la cuidaba, y claro, no pudo evitar actuar como su heroe.
    Angeline vio como de un dia para otro, pasaba de trabajar para un hombre al que igual estaba meses sin ver, a trabajar para un hombre que estaba en casa cada vez que podia, los cambios en el se producian debido a las dos personas que se habian instalado en la casa, principalmente por una de ellas, pero tenia miedo de que con su comportamiento acabara perdiendola finalmente.
    ?Conseguiran su ‘y fueron felices para siempre’?

  • La casa de los veinte mil libros de Sasha Abramsky

    https://gigalibros.com/la-casa-de-los-veinte-mil-libros.html

    Durante decadas, Chimen Abramsky y su esposa, Miriam, organizaron encuentros epicos en su fascinante casa llena de libros, y reunieron a muchos de los grandes intelectuales de la epoca, de Eric Hobsbawm a Isaiah Berlin. Hijo ateo de uno de los rabinos mas importantes del siglo, Chimen nacio en 1916 cerca de Minsk y paso sus primeros anos de adolescencia en Moscu; luego emigro a Londres, donde descubrio los escritos de Karl Marx. Asistio brevemente a la Universidad Hebrea de Jerusalen, hasta que la Segunda Guerra Mundial interrumpio sus estudios. De regreso en Inglaterra, se caso, y durante muchos anos el y Miriam se ocuparon de una respetada libreria judia en el East End de Londres.

  • Amor glase de Patty Love

    https://gigalibros.com/amor-glase.html

    No se puede decir que Isabella Wilson sea una persona demasiado afortunada. Tiene una pasteleria en Painswick, que le va casi tan mal como su vida sentimental. Sin embargo, un dia las cosas cambian para ella, cuando sus pastelillos Amor glase se convierten en top trending. El exito profesional vendra acompanado de Evan Taylor, un atractivo policia, recien llegado al pequeno pueblo, que no solo le ofrecera su ayuda en el negocio, tambien la posibilidad de una relacion, algo para lo que Isabella no sabe si esta preparada todavia.

  • El precio del orgullo de Ana B. Lopez

    https://gigalibros.com/el-precio-del-orgullo.html

    Cuando Juan Jorge Graubner llego a Espana desde Viena para trabajar, jamas penso que encontraria a la mujer mas bella y atractiva que habia visto en su vida. El flechazo que sintio en ese momento hara que olvide el verdadero motivo de su viaje. Sin embargo, la clase social a la que pertenece cada uno separa su amor. ?Lograran vencer las adversidades que se les presentan por la diferencia de clases o, por el contrario, seran vencidos ellos?
    No te pierdas esta romantica novela en la que los nervios estaran a flor de piel hasta el final.