• La lista de Lisette, Susan Vreeland de Susan Vreeland

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    La historia de una mujer y su pasion por el arte en el sur de la Francia de Vichy, con la Segunda Guerra Mundial como telon de fondo.
    En 1937, la joven Lisette Roux y Andre, su esposo, se trasladan desde Paris a un pueblo de la Provenza para cuidar a Pascal, el abuelo de Andre.
    Pascal, dedicado a la venta de pigmentos y a la produccion de marcos de madera, entabla amistad con Pissarro y Cezanne, que le pagan los marcos con cuadros pintados por ellos. Pascal instruira a Lisette tanto en el arte como en la vida, y le hara redactar una lista de promesas que ella misma debera cumplir.
    Cuando estalla la guerra, Andre se marcha al frente, pero antes esconde los cuadros de Pascal. Ante la expansion de las tropas alemanas por Europa, la repentina caida de Paris y el surgimiento de la Francia de Vichy, Lisette debera buscar los cuadros escondidos del abuelo de Andre.
    A traves de alegrias, tragedias y grandes actos de coraje, en una epoca que marco el destino de Europa, Lisette aprendera a entender y perdonar el pasado.

  • Tu recuerdo (Japon 1) de Heather Hamilton

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    Hellen vive un autentico infierno en su interior pese a que todo el mundo cree que posee una existencia idilica al ser la hija del Conde de Oxford. Las amistades la han dejado a un lado, desconoce que hacer con su vida ahora que ha terminado el Instituto, y el pasado la acompana con dulces recuerdos de ninez pero sin un rostro claro.
    Para mas complicaciones, un joven que desea ser periodista, se presenta en la mansion de verano deseando conocer lo que hay detras del Conde, pero despertando mas aun el pasado y recordando el mismo, cosas de su infancia que creia que nunca podria volver a sentir.
    Un pasado que quedo cerrado, se abre de nuevo para aclarar lo que antes no se aclaro, pero existen heridas que mejor no volver abrir.
    ?Sabra que hacer Hellen? ?Y el joven periodista? ?Que va a pasar con ellos ahora que el telon ha sido abierto?

  • La tinta de mis ojos de Aitana Ocana

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    Da igual como te vean. Tu, ?te ves?

  • Elektrika de Cristina Pujadas

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    Me gustaria decir que mi vida es de lo mas normal. Y de hecho, lo era. Fantasticamente normal, vamos. Nunca me habia quejado al respecto. Trabajaba a jornada parcial y el resto me lo pasaba entre el sofa, mis amigas y mi novio. El que seria mi exnovio en breve, cosas de la vida. Sin mas. Y con la depresion pre-ruptura a mis amigas no se les ocurrio nada mas que llevarme de fiesta.

  • El anillo del griego de Lynne Graham

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  • Sangre de barro de Maribel Medina

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    El sorprendente debut de Maribel Medina, una nueva voz femenina del thriller de Espana.

  • El tribunal negro de Antonio Orozco Guerrero

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    Poco despues del estallido liberal del verano de 1835, Meliton Rechi, jefe de policia de Cadiz, y su ayudante, el agente Candido Molina, achacarian los crimenes del Tribunal Negro a la reaccion de algun fraile de la ciudad contra las represalias sufridas. Tenian fundadas razones para llegar a esa conclusion. ?A quien sino a un religioso, profundamente irritado con la situacion politica y avido de venganza por el maltrato sufrido, se le iba a ocurrir resucitar la Santa Inquisicion de manera ilegal y ponerse a matar herejes? Mas tarde, descubririan que las cosas no eran tan sencillas. * * * Desde el balcon principal de la casa Aduana, sede del Gobierno de Cadiz, el mariscal de campo Rafael de Hore y Diaz agitaba los brazos de arriba abajo, con las palmas de las manos extendidas, tratando de calmar los animos de una multitud que gritaba cada vez mas enardecida. Con una sonrisa benevola y amplios movimientos verticales de cabeza, trataba de hacer ver a los que gritaban, cada vez con mas fuerza e insistencia, <> que les comprendia perfectamente y que compartia su fervor liberal, lo cual estaba muy lejos de ser cierto. Hore siempre supo adaptarse a las circunstancias politicas de cada momento. Teniente en 1791, en diciembre de 1808 ya era coronel. La rendicion de Badajoz ante los franceses hizo que fuera arrestado en la Isla de Leon en 1811. Se le acusaba de cobardia; dos anos despues, el consejo de guerra que lo juzgo en Cadiz determino su puesta en libertad. El conocido en Espana como <>, entre 1820 y 1823, no comenzo bien para el ya por entonces brigadier. Varios oficiales bajo su mando solicitaron en septiembre de 1820 su separacion del servicio <>. Se le abrio expediente, pero resulto, una vez mas, declarado inocente. En mayo de 1822 fue nombrado gobernador de Ciudad Real y en 1823, siendo gobernador de Santona, fue hecho prisionero por los franceses que invadieron Espana para liberar al rey don Fernando Septimo y llevado a Francia. En 1824, cuando el movimiento liberal auspiciado por Rafael de Riego ya habia sido desbaratado y este habia sido llevado al patibulo, Hore pidio regresar a Espana, presumiendo de que siempre habia combatido contra Riego y su liberalismo exaltado. Tras el fallecimiento del rey don Fernando, en septiembre de 1833, su capacidad de adaptacion lo llevo a convertirse en uno de los militares partidarios de sostener a la reina viuda regente --un <>-- y dispuesto a luchar por la causa de la reina nina dona Isabel en contra del infante don Carlos Maria Isidro, hermano de don Fernando y absolutista donde los haya. Nada mas iniciarse la primera guerra carlista, en noviembre de 1833, siendo ya mariscal de campo y gobernador de Castellon, Hore asalto Morella y expulso de alli a los cabecillas carlistas. Y ahora estaba alli, en aquel balcon de Cadiz, como gobernador de la provincia, <> y un poco hastiado del excesivo calor y humedad que habia traido el mes de julio. <>. Ese era el pensamiento pertinaz que se habia instalado en la cabeza del gobernador. Y era cierto. El Gabinete de Cea Bermudez, surgido a raiz del fallecimiento del rey, duro poco, pues su reformismo administrativo no satisfacia a los mas conservadores y su conservadurismo politico repugnaba a los mas liberales. Menos de cuatro meses despues de la llegada de Cea al poder, en enero de 1834, Martinez de la Rosa, un tibio liberal por entonces, se hizo cargo del Gabinete. Los liberales radicales, imprescindibles para sostener a la regente ante la guerra con los carlistas, no podian sentirse satisfechos, despues de los anos pasados en el exilio, con el <> que urdio Martinez de la Rosa, una carta otorgada muy alejada de la Constitucion de 1812. El cierre de los conventos en los que se habian estado produciendo fugas de religiosos a las filas carlistas no fue suficiente para apaciguar el odio de los radicales hacia el clero regular, que se habia distinguido en las denuncias contra liberales encubiertos durante los ultimos anos de vida del rey don Fernando. Y todo lo anterior termino por llevar, en junio de 1835, al conde de Toreno, un liberal exaltado, al poder en Espana. Aun asi, los mas radicales seguian sintiendose insatisfechos. Querian una Constitucion y la querian ya. Y deseaban fervientemente que se tomaran medidas drasticas contra el clero regular, acusado en su totalidad de apoyar al bando carlista. Una acusacion excesiva que hizo pagar a muchos justos por pecadores. El conde de Toreno trato de calmar los animos de sus correligionarios politicos decretando el dia 4 de julio la expulsion de los jesuitas de sus conventos --aunque sin obligarlos a salir de Espana-- y el 21 la expulsion de los monjes y religiosos de las casas en las que habitaran menos de doce profesos. La medida, en vez de llamar a la paz de sus companeros radicales, los llevo a considerar al conde de Toreno como un traidor. No aceptaban nada que no fuese la expulsion general de todos los religiosos y monjes de sus conventos y la incautacion de todos sus bienes por parte del Estado. Cuatro dias despues del tibio decreto de expulsion de religiosos, el gobernador de Cadiz estaba presenciando el primer conato de insurreccion contra el nuevo Gobierno. Detras de Hore, fuera del balcon, se encontraba su ayudante de campo, el comandante Ortega. --!Manuel! --?Si, mi general? --Cambiate de paisano, corre para el cuartel de San Roque y le dices al coronel Osorio que le llevas mi orden de enviar a los mandos y tropa de su regimiento que considere necesario para dispersar a esta chusma. Informale del numero aproximado y dile que luego monte patrullas por la ciudad. --?Y sobre los medios a utilizar, mi general? --El coronel Osorio sabe lo que debe hacer y como hacerlo. Asi que eso va de su cuenta. --!A la orden, mi general! Una hora despues, el coronel Francisco Osorio se encontraba en el despacho del gobernador, esperando que el batallon del comandante Mendez resolviese la cuestion. Osorio era, antes que nada, un militar con muchos anos de oficio y poco dado a entrometerse en asuntos de politica. En cierto modo, la antitesis de Hore. --Bueno, Paco, cuentame como has organizado el cotarro. --Mi general, he dado ordenes al comandante Mendez, jefe del segundo batallon, para que disperse al personal de ahi fuera. Por otro lado, el comandante ha enviado una Compania al ayuntamiento, porque nos hemos enterado de que ha sido tomado por algunos radicales. Una vez expulsados los de alli y dispersados los de aqui, se organizaran patrullas durante todo el dia hasta que se de por pacificada la ciudad. --Me parece muy bien. Y, respecto a los medios a utilizar y a los procedimientos, ?que me dices? --Mi general, en mi opinion, es preferible usar la minima fuerza posible. Con el precedente del 10 de marzo de 1820, creo que ya tiene Cadiz suficientes <>. Ya sabe a que me refiero… Por eso he ordenado al comandante que se prodiguen los disparos al aire, los empujones y las carreras, e incluso, si me apura, los culatazos que sean necesarios, pero que se evite hacer victimas por disparos

  • En los negocios y en el placer 2 de Carolina Gattini

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    Me llamo Robert Doyle, llevo un traje italiano a medida que me sienta como un guante y un reloj de oro en mi muneca. Me siento como si fuera un idiota, me siento como si fuera mi hermano, Jonathan Doyle. Todos me miran como si no pudieran creer que estoy aqui, en una enorme sala de reuniones donde los principales accionistas me estudian de arriba abajo, solo les falta el monoculo… Despues de pasar casi dos anos en Tailandia todo esto me parece una broma, o una pesadilla. Pero tengo que defender mi posicion en este mundo cruel donde los negocios son como la presa de un monton de tiburones. Soy un buscador de sensaciones, diagnosticado, he buceado en aguas llenas de tiburones de verdad, pero estas experiencias son demasiado peligrosas. Sinceramente no creo que este hecho para esto, para los negocios, pero no tengo mas remedio. Mi hermano se ha casado y ha decidido “cortarme el grifo”, por lo que ya no podre mantener mi vida tal cual la he conocido. El ha renunciado a seguir en Nueva York y ha dejado todo a mi cargo mientras se divierte con su querida esposa. Nunca he odiado a mi hermano, pero estoy experimentando ciertos sentimientos encontrados… Estas cosas no se le pueden hacer a alguien como yo, no estoy acostumbrado. Lo bueno de ser el hermano pequeno durante mucho tiempo es que nadie espera nada de ti, ese es el trato no escrito en el universo desde el origen de los tiempos. Ademas, no me gustan las responsabilidades, siempre he huido de ellas como de la peste. Tampoco me gusta que me miren todos como si fuera retrasado. A mi derecha tengo una panda de vejestorios que prefiero no describir, a mi izquierda se han sentado los “jovenes”, tal vez en otro universo sean jovenes, en este solo son “menos viejos”. Bueno, y no solo hay accionistas, tambien han venido acompanados de sus abogados, etc. Pero todos y cada uno tienen algo en comun, creen que soy un inutil. Una de las accionistas, en el lado de los vejestorios, me mira como si hubiera matado a uno de sus hijos. Me dan ganas de gritarle que no he cometido ningun crimen. Pero no me dejare intimidar, ni por ella ni por la cuatrojos con pinta de abogaducha reprimida sexualmente que hay sentada tras ella. Al lado de los “jovenes” hay otro especimen que me mira sonriendo, como si estuviera esperando que metiera la pata en cualquier momento. Yo no necesito esto, no lo quiero. Sera mejor que renuncie y llame a mi hermana. Ella se ocupara de estos idiotas. --Disculpen, tengo que hacer una llamada --me limito a decir mientras el poco agradecido publico cuchichea ante mi anuncio. Ya se que esperaban algo mas elocuente tras citarlos a todos con lo dificil que es. Me voy de la sala con toda la dignidad de la que soy capaz y cierro la puerta dejando escapar un suspiro mientras lo hago. --?Senor? --dice Francis, mi secretario. --Llama a mi hermana y citalos manana para que se reunan con ella, y les dices que estoy enfermo. --Su hermana tiene doce anos --me recuerda sin perder la calma, pero mirandome como si hubiera perdido la cabeza. --Si, pero saca muy buenas notas en el colegio, que por cierto es un buen colegio, habla cuatro lenguas perfectamente, y ademas en matematicas es la mejor de su clase, creo que es superdotada. Y lo mas importante: tiene mucho temple, clave para enfrentarse a ese grupo de ahi dentro. ?No crees? --No voy a responder a eso. --He dado una orden y tienes que cumplirla. --No estamos en el ejercito. Ademas, a mi me paga su hermano. --Pues entonces no me llames senor, que me creo que mando. Y tuteame. --?Bob? --Bob suena a perro. Robert esta mejor. --Pues entonces, Robert --remarca mi nombre con un tono agudo--, entra ahi y haz tu trabajo o lo perderemos todos --me ordena ahora levantandose de su silla tras la mesa y cambiando el tono amable por otro mas duro. Suspiro y cierro los ojos, tiene razon… Debo entrar ahi. Aun estoy decidiendome cuando la puerta de esa infernal sala se abre y aparece la cuatrojos que me miraba esperando que hiciera alguna estupidez, bueno, como me miraban todos, pero esta es mas repelente, me recuerda a una companera del colegio que creia saberlo todo. --Tengo una reunion dentro de una hora, ?va a tardar mucho? --me pregunta con una voz demasiado aguda incluso para aquella companera de colegio. --?Megan? --pruebo por si se trata de aquella nina, que ha crecido y ha llegado a mi vida de nuevo para amargarme la existencia en mi etapa adulta con su voz aguda. --No --se limita a responder antes de darse la vuelta frunciendo el ceno. Aun es mas repelente y fea cuando hace ese gesto de desprecio. Francis viene hasta mi y me da una palmadita en la espalda para infundirme valor. Vuelvo a entrar con pasos lentos pero aparentemente decididos y me coloco frente a la mesa, presidiendola en la cabecera. Tengo un monton de carpetas apiladas frente a mi que recuerdo que debia darselas a ellos. Un secretario a mi derecha y otra secretaria a mi izquierda esperan mi orden para entregarselas a cada uno de los accionistas minoritarios que rodean la mesa. Yo les hago un gesto afirmativo con la cabeza y las distribuyen. Tendria que haber hecho esto de las carpetas mucho antes, porque asi se habrian entretenido leyendo y no mirandome. Y ahora que lo pienso, podria haber puesto una pantalla con una proyeccion, asi habria desviado su atencion. Me lo apunto mentalmente para la proxima, aunque preferiria que no hubiera una proxima. --Parece correcto --dice uno del lado de los vejestorios, un abuelo canoso y con gafas de culo de vaso--. Pero el problema que yo veo, y creo que estamos todos de acuerdo en esta mesa, es que no nos fiamos de usted. --Me ofende --digo sobreactuando, colocando mi mano izquierda sobre mi pecho. Veo a la cuatrojos poner los ojos en blanco y a la vieja a su lado negar con la cabeza. --No hemos venido a perder el tiempo --dice otro en el lado de los “jovenes”, parece el tipico chulo de Wall street, no puede llevar mas gomina en la cabeza… --El problema es que tiene la mayoria de acciones --dice una mujer a su lado, esa no lleva gomina, lleva peluca, creo, porque ese pelo tan cardado no es normal. Y por fijarme en todas estas tonterias es por lo que jamas me dedique a los negocios como hizo mi hermano. --Estoy dispuesta a comprar las acciones y ocuparme yo mismo de la empresa --asegura el viejo de las gafas de vaso. --Ya quisiera yo, pero no puedo hacerlo, me temo que tendran que soportarme. Legalmente es como si estuvieramos casados. Nos tenemos que aguantar mutuamente. Se oye un murmullo que empieza a subir de tono. Luego se ponen a discutir unos con otros y yo me siento. La senora sentada con la cuatrojos se levanta para hacerse oir y por alguna razon que desconozco todos se callan. --Como segunda accionista, tengo una propuesta que hacer. Les cito manana a la misma hora. Y la tia se queda tan ancha, recoge su carpeta y se va, seguida de la gafotas. Bueno, y ?yo que hago? ?que pinto aqui? Decido concluir la reunion y todos asienten recogiendo sus cosas al igual que hago yo, un poco incomodo por la situacion. --Francis, ?quien es esa? El me mira frunciendo el ceno sin saber de quien hablo. --La vieja y la gafotas. --Son dos huesos duros, no me atreveria a llamarlas asi. Ni siquiera en privado. Capitulo 1. No, no me llego a acostumbrar a este estilo de vida, ni al trabajo. Levantarme a las 8 es un crimen, me niego. Que celebren esa reunion ellos solos, total yo no pinto nada alli. Me niego a levantarme de la cama, ?que va a pasar si no voy? Van a decidir lo que quieran ellos solos y encima nadie me toma en serio. Apago el despertador y sigo durmiendo. !Que mas da! Ya madrugue ayer y no tengo costumbre. En algun sitio lei que era malo para la salud cardiovascular madrugar tanto… Cuatro horas despues. El sonido insistente y exasperante del telefono me esta matando, estaba sonando con ese sonido y, cuando despierto, descubro que es real. Descuelgo al fin y oigo una voz masculina. --Senor, disculpe, es que hay una senorita que esta subiendo a su piso, no se como ha conseguido la llave, pero como me dijo que nadie le molestara jamas… Y que si a alguien se le ocurriera venir a visitarlo llamara a la policia… --?Y la has llamado? --pregunto bostezando. --No, senor, al tener la llave no podria llamar a la policia. --?Y como es la senorita? ?Esta buena? El conserje se queda en silencio unos segundos. --No creo estar autorizado para emitir un juicio asi, senor. Que hombre tan estricto, podria decirme que si o que no. Todo es tan raro aqui… No me gustan las ciudades. Me despido de el y cuelgo. Mientras estoy estirandome en la cama y bostezando de nuevo antes de decidirme a levantarme, una sombra aparece tras la puerta medio abierta de mi habitacion. Joder, me estoy acojonando. Agarro la manta de plumas y la llevo hasta la barbilla acostado aun en mi cama. Solo falta la musica de una pelicula de terror y creo que me cagaria literalmente encima. Cuando aparece tras la puerta esa mujer suelto un grito de puro horror y ella me mira enfadada acercandose hasta la cama y agarrando la manta para quitarmela de encima. --!No, por favor! --exclamo aterrorizado. Ella niega con la cabeza y yo trago saliva y agarro con mas fuerza la manta. --Estoy desnudo. Ella parece dudar mientras valora las posibilidades. --Te voy a explicar como seran las cosas a partir de ahora --amenaza soltando la manta, al fin debe haber decidido que era mejor no quitarmela y exponerse a la posibilidad de verme desnudo--. Me han nombrado tu administradora en la reunion a la que no has asistido. Tu empresa y mi empleo dependen de que te comportes como un ser humano normal, y yo tengo ordenes de que asi sea. Cada vez me da mas miedo esta mujer. Ahora entiendo por que el conserje no queria emitir un juicio de valor sobre la susodicha. Es la gafotas de la reunion, ahora me acuerdo de ella. Con esa voz aguda… Tan estridente a estas horas de la manana. No he pasado tanto miedo ni cuando estuve en una carcel turca un par de dias, prefiero no recordarlo, pero es que ha sido inevitable tras la imagen de esa mujer. Que ahora que lo pienso, me pregunto si es una mujer o un hombre delgado, aunque tiene el pelo largo, pero no por ello tiene que ser mujer, ?no? Bueno, tal vez me estoy pasando en su descripcion, pero es poquita cosa y muy poco femenina. --Levantate y vistete, te espero en el salon. Tienes cinco minutos --me ordena. ?Esta que se cree? Esta loca si cree que voy a obedecerla… Sin embargo no me da margen de respuesta, porque cuando se me ocurre una respuesta para ella, ya se ha ido. No tardo cinco minutos, tardo uno en ponerme los pantalones y una camisa y presentarme en el salon, donde me espera de pie con su maletin. --No pensaras ir asi a la oficina, ?verdad? --No pienso ir a la oficina, pero si quisiera ir, ?por que no podria ir asi? Ella me mira boquiabierta, creo que se ha quedado sin palabras, y yo sonrio al comprobarlo en su reaccion. Pero no, no se ha quedado sin palabras. --Pues para empezar es ridiculo lo que llevas puesto, esa camisa no tiene botones hasta el ombligo, por no hablar de los pantalones, que creo que es imposible que el ojo humano pueda apreciar mas variedad de colores, ademas de que la gente acabaria preguntandose hasta donde llegan tus partes nobles --dice ruborizandose al final. --Si alguien se preguntara eso se lo podria ensenar --aseguro sonriendo y sosteniendo mis “partes nobles” con la derecha. Creo que ya se su punto debil, parece muy dura, pero no es mas que una ninata que se ruboriza y llama “partes nobles” a mis partes nobles, pienso sonriente--. Ademas, nunca se sabe cuando sera necesario hacer yoga, o incluso cuando sera necesario ensenar hasta donde llega --digo volviendo a poner mi mano en mi entrepierna. --Pues ponte un traje y vamonos, porque no vas a hacer yoga. --Pues solo con verte ya me entran ganas de hacer yoga o algun tipo de metodo para relajarme. ?Te han dicho que eres insufrible alguna vez? --Nadie inteligente --sentencia--. Y ahora ponte algo con lo que te pueda sacar a la calle y no digas mas tonterias, tenemos trabajo que hacer. --Puedo hacer mi trabajo perfectamente sin ti, no acepto lo que se ha acordado en esa reunion. --Si hubieras estado sabrias que si no colaboras se liquidara todo y venderan las acciones, nadie da un centavo por esta empresa ahora mismo, bajo tu responsabilidad. No te queda mas remedio que aceptar mi intervencion o nadie querra hacer negocios con los Doyle. --Odio a mi hermano --me quejo como un nino con una rabieta. Empiezo a lanzar los cojines del sofa a todas partes porque no me puedo librar de esta pesada. Tengo que trabajar con ella por culpa de esos vejestorios y de mi hermano y yo nunca he querido trabajar, y menos con una repelente gafotas como ella. --?Has terminado? --pregunta ella sin moverse de donde ha estado todo el tiempo. Yo miro el sofa y localizo un pequeno cojin. --No --respondo agarrando el cojin y lanzandolo con furia al suelo--. Ahora si. La veo poner los ojos en blanco y negar con la cabeza. Tambien oigo que susurra algo para si cuando me doy la vuelta para hacer lo que me ha dicho. Ha conseguido que me ponga un traje, pero he elegido uno que bien seria digno de un gigolo. El traje es blanco y lo he acompanado de unas gafas de sol doradas. Vamos en su coche, se ha empenado en conducir ella alegando que no se fia de mi. Tambien me ha dicho que vendra a por mi cada manana. Tengo miedo de nuevo. --No pienso perder mi empleo, he trabajado mucho para que un ninato malcriado me arruine la vida. --!Pero si eres tu la que me la esta arruinando! --Llevas arruinandote tu solo desde que naciste. --No, llevo viviendo y siendo feliz desde entonces hasta esta manana, cuando has aparecido en mi habitacion como la nina de la maldicion. Todavia se me ponen los pelos de punta. Ella esta algo tensa, lo noto en que conduce un poco mas deprisa, y ahora tengo mas miedo que antes. --Me daria verguenza ser como tu --dice en un tono bajo, como si hablara para ella misma. --Deberias de refunfunar menos. ?No tienes un novio que te eche un polvo para que te tranquilices? --Esa es la tipica respuesta machista que diria un idiota. --Imaginaba que no tendrias novio… --digo mirando por la ventanilla. --Tu tampoco tienes novia. Y no me extrana… --Pero lo mio es por decision propia, lo tuyo viene impuesto… Solo hay que verte --le espeto con voz burlona negando con la cabeza. La oigo resoplar y acelera al mismo tiempo. Creo que hasta que deje de conducir voy a dejar de burlarme de ella, no vaya a ser que nos matemos. Cuando lleguemos al edificio Doyle seguire…

  • La guerra perdida de Jordi Soler

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    Este volumen reune tres novelas donde Jordi Soler indaga en hechos historicos y en la forma en que estos inciden en la vida de una familia de exiliados, la suya, que trata de sobrevivir en el corazon de la selva.

  • Por mucho que pase el tiempo de Priscila Serrano

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    La vida puede cambiar en un segundo. Puedes decir “nos vemos manana” y no estar al siguiente dia. Ni siquiera pudieron despedirse, ocurrio tan rapido…
    La de Elsa cambio y ese hueco que creia vacio, se lleno de un amor del que no podria escapar por mucho que se negara. Y se enamoro, lo hizo de la persona que menos pensaba y de la que no puede sentir nada mas que un simple carino.
    Pero, ?que pasa si el siente exactamente lo mismo que ella? ?Que pasa cuando sus corazones comienzan a latir con tanta fuerza que incluso podrian lastimar a otros?
    Dicen que su amor es prohibido. Dicen que es mejor separarlos. Dicen, dicen. Todos hablan, todos opinan. Pero ningun amor, cuando es real, debe ser negado y destruido.

  • Confias en mi de Cristina Rodriguez Trueba

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    La novela ganadora del Premio Best Seller (2017) convocado por el sello Caligrama.

  • Con un par de alas de Alba Saskia

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    Lia, despues de vivir en Tarifa una estrepitosa historia de amor con Hugo, regresa a Barcelona hecha anicos. Su amiga Manu la acoge y le da treinta dias para rehacerse. Mientras, Perpetua, la madre de Lia, ajena al drama que vive su hija, continua enviandole cartas a Tarifa creyendo que sigue alli. La ayuda incondicional de Perpetua y de Manu sera crucial para que Lia pueda comenzar una nueva vida, sobre todo cuando Maria, una antigua amiga con quien compartio anos de estudio en una escuela de ballet, aparece y se convierte en el puente para construir un futuro profesional haciendo lo que ama: bailar. Y Marcelo, un guapo jugador de waterpolo, estara dispuesto a acompanarla en esa nueva danza que es su vida.

  • Los desertores de Joaquin Berges

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    Jota observa los camiones que entran y salen del mercado de frutas y verduras donde ha trabajado hasta su jubilacion cuando, de pronto, sin comunicarselo a nadie, sube a uno de ellos en direccion a la frontera francesa. Va en busca de la tumba de Albert Ingham, un soldado britanico que, con su amigo Alfred, combatio en la batalla del Somme, en 1916. Ambos vivieron juntos los horrores de la guerra y asi es como fueron enterrados, el uno al lado del otro en un pequeno cementerio del norte de Francia; en la tumba de Albert Ingham figuran unas enigmaticas palabras que su padre ordeno inscribir al enterarse de las circunstancias en que habia muerto su hijo.

  • El dia en que Goliat vencio a David de A. M. Vozmediano

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    Madrid, 1987. Luz es una adolescente del monton. Un poco friki, quiza, pero del monton. O eso piensa ella. No es brillante, no es atractiva, no destaca en los estudios y no tiene demasiados amigos. Ni siquiera tiene detras un drama familiar digno de mencion. Su unico rasgo distintivo es su ojo albino, pero prefiere taparselo con el pelo para que los demas no se burlen.

  • En el azul de tu mirada de Jasmine Rogers

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    La noche pasaba y no lograba conciliar el sueno asi que sali del dormitorio, para dirigirme a la biblioteca y leer un poco. Quizas de esta manera conseguiria no pensar y caer rendida, pero tuve la sorpresa de encontrarme alli con Aidan. --?Tampoco puedes dormir? --me pregunto. --La verdad es que no. Se levanto y se dirigio al mueble bar para servirme una copa. No pude dejar de observarle. Solo vestia unos finos pantalones de pijama, resaltando la tenue luz de la estancia, la desnudez de su espalda y de su torso fibroso en cada uno de sus movimientos. Pense que seria mejor volver a la cama. La tentacion era demasiado fuerte. Fui hacia la puerta y me disculpe: --Siento causarte molestias, pero creo que me marcho a dormir. Se acerco rapidamente hacia mi para cerrar la puerta, quedando atrapada entre esta y el, creyendo morir de deseo cuando senti el calor de su cuerpo contra mi espalda, y escucharlo susurrar con su aliento ardiente sobre mi cuello. --Di que no me amas y dejare que te vayas. Di que todo lo que paso en Espana ya lo has olvidado. --No me hagas esto, Aidan. --Responde, por favor. Gire para enfrentar mi rostro al suyo, y fijando mi mirada en sus azules ojos confese: --Te amo, y si en algo han cambiado mis sentimientos, ha sido para amarte aun mas que antes. Para mi sorpresa, me alzo en sus brazos y salio de la biblioteca. --Aidan... --susurre. --Sssshhh. Mi corazon comenzo a latir fuertemente, porque en sus ojos, y en cada reaccion de su cuerpo a nuestro contacto... sabia hacia donde me conducia. Cruzamos el umbral de su dormitorio, y mientras me posaba lentamente sobre la cama, me inundaba de besos colocandose a la vez sobre mi. Todo el me aturdia, su aliento, su forma de besarme... temiendo volver a sufrir de nuevo cuando nos marchasemos. Pero el deseo que seguia sintiendo por el, era innegable e inevitable, y no seria yo quien le apartase de mi lado. --Dejame amarte, pero para siempre. No quiero mas ratos, te quiero siempre, completa. --Sus susurros me quitaron todo el temor. Le bese como nunca, sintiendo como sus caricias abrasaban cada centimetro que sus manos recorrian de mi cuerpo mientras me desnudaba poco a poco, haciendome temblar y que mi piel se erizara respondiendo intensamente a cada contacto con su piel. Y aquella noche de nuevo, nos entregamos totalmente el uno al otro, con ansia, con desesperacion, con todo el amor y pasion contenida en aquellos anos y que ya me habia demostrado hacia unas semanas, reafirmando con rotundidad que lo nuestro nunca se apagaria, nunca... CAPITULO 1 Cuatro anos atras... --!Gracias a usted! --exclamo con aire amable la voz que se escuchaba tras el telefono. Nos despedimos y finalice la llamada. A continuacion, me dispuse a dar saltos como una loca en medio del salon. Ana, mi companera de piso me observo con los ojos como platos. --Eso es... ?que si?--me pregunto. --!Si, si, si, si! --grite como una loca. Ana se unio a mis gritos, y seguimos saltando, gritando y riendo juntas durante un buen rato, hasta que cansadas, nos lanzamos exhaustas hacia el sofa. --Cuenta, cuenta --dijo Ana emocionada. --Londres, Ana. !En una semana! --conteste. Y volvimos a gritar y a reir. Hacia casi un mes que mi contrato de trabajo en la cafeteria habia finalizado, para tristeza de Lorreine, la duena de la misma, y sobre todo para mi, ya que, en las semanas siguientes, "PARIS, MON AMOUR", cerraria sus puertas dejando treinta anos de esfuerzo, amor y dedicacion, encerrados detras de ellas. Habia trabajado dos anos en aquella pequena pero preciosa cafeteria decorada con un estilo muy parisino, con sus grandes ventanales que te invitaban a observar la gente pasar, deleitandote con un estupendo cafe banado con sirope de caramelo y esa gran cantidad de espuma de leche que debias retirar forzosamente con tu lengua de la comisura de los labios cada vez que tomabas un sorbo del mismo. Aaahhh... observar el bullicio de la ciudad, mientras que la tranquilidad dentro de la cafeteria hacia volar tus pensamientos... "PARIS, MON AMOUR" era... otro mundo. Pero a Lorreine, aquella mujer de pelo blanco y mirada decidida, y despues de tantos anos sacando adelante su preciosa y acogedora cafeteria... le habia podido la crisis y la apertura de una enorme y moderna cafeteria, a unos cincuenta metros. De esas que te preparan el cafe para llevar, sin mucho mimo ni dedicacion, pero con precios "low cost" y mensaje de "hola, buenas tardes, aqui su cafe. El siguiente, por favor". Dos semanas antes de que se convirtiera en un hecho el no poder volver a trabajar en la cafeteria, Lorreine nos habia reunido a todos al concluir la jornada en el "PARIS, MON AMOUR", y con lagrimas en los ojos, nos habia comunicado la mala noticia. Apesadumbrados, y despues de barajar entre todos las posibilidades que Lorreine ya habia estudiado en dias anteriores, regresamos a nuestras casas, sabiendo lo que el futuro proximo nos deparaba. Aquella noche, en la cama, no pare de dar vueltas y vueltas, pensando, desvelada... y recorde la opcion que antes de aceptar el puesto de camarera en "PARIS, MON AMOUR", habia tenido en mente. !Londres! Trabajar en Londres. Finalizando mis estudios de psicologia, nos hablaron de agencias que podian conseguirte trabajo en diversas zonas de Reino Unido a cambio de alojamiento en alguna de las residencias que poseian alli. La agencia ganaba un dinero por la estancia, y tu podias trabajar en el Reino Unido y perfeccionar a la vez el idioma. Pero en aquel entonces me surgio la posibilidad de poder realizar un curso para poder impartir clases de espanol a extranjeros; y a la vez, la oportunidad de trabajar en la cafeteria, asi que ambas cosas se convirtieron en mi primera opcion. Pero ahora si, ahora habia llegado la hora de volar... y la oportunidad de poder trabajar en una de las tabernas del centro de Londres, y sin mas, dije: !SI! --Bueno, pues una semana para preparar mi equipaje --dije a Ana, echandome para atras en el sofa. Ana me miro, y me pregunto con semblante serio: --Cris... ?que le diras a Alex? --?A Alex? Pues nada, que me voy a trabajar a Londres, que voy a decirle. --?Y nada mas? --dijo Ana frunciendo el ceno. --Ana, por Dios --conteste a mi gran amiga, haciendo que mis ojos se pusieran en blanco--. Hemos salido juntos durante cinco anos, pero eso termino. Amigos, nada mas --anadi, haciendo aspavientos con las manos. Alex y yo habiamos salido juntos cinco anos, pero llego un determinado momento en el que me di cuenta de que ya no le amaba, y seguir juntos, solo nos haria mas dano, tanto a el como a mi, porque yo ya no podia darle todo lo que el queria: compartir nuestras vidas. Supongo que lo que me hacia seguir con el, era la pura costumbre, el hecho de acomodarnos a una relacion que debio terminar mucho tiempo atras. No podia negar, sin embargo, que me sintiera insegura, y que el hecho de no amar a nadie, me hacia sentir una extrana sensacion de vacio. No buscaba a ningun companero para compartir mis sentimientos, pero si anhelaba encontrarlo, ansiaba el sentir esos abrazos, esos besos y esas caricias, esa comprension, sensibilidad y ternura que hacia ya meses que al lado de Alex habian desaparecido. Sin embargo, muchos de nuestros amigos, incluso el mismo Alex, conservaban aun la esperanza de que algun dia volviesemos a ser novios otra vez. Para mi, esa opcion, no era ya para nada factible.

  • Union sin amor de Christine Rimmer

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    La reservada y majestuosa Irina Lukovic era la perfecta ama de llaves. Hasta que se entero de que iba a ser enviada de vuelta a su tierra destrozada por la guerra. Asi que Caleb Bravo le propuso la solucion ideal; una por la que podian seguir viviendo juntos… !El guapo soltero se le declaro!Irina no podia creer que el superficial magnate renunciara a su libertad por ella. Pero ahora que eran oficialmente marido y mujer, subitamente anhelaba ser su esposa en todo el sentido de la palabra.

  • Stripteacher de Lisa Aidan

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    ?Y si alguien te rompe tanto los esquemas que te hace replantearte todo lo que conoces?

  • Secuelas de un Amor (Destino 1) de Marcia Aqova

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    Valentina Evans sabe mucho de corazones rotos, de heridas profundas, de errores cometidos, pero se ha esforzado para que su pasado quede solo como un mal recuerdo, una pesadilla de la que se desperto mas fuerte y entera. Ahora los chicos ni siquiera logran impresionarla hasta que se siente atraida por unos asombrosos ojos azules con los que conecta y le despierta sensaciones nuevas.

  • Betty (SERIE NEGRA BIBAUT) de Arnaldur Indridason

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    Todavia no he llegado a entender del todo lo que ocurrio, pero por fin se cual fue mi funcion en esta historia. Llevo tiempo tratando de ensamblar las piezas, pero no es sencillo. Por ejemplo, no se cuando comenzo todo. Se en que momento entre en juego, recuerdo cuando la vi por primera vez, pero quiza mi papel en aquella extrana maquinacion estaba adjudicado desde hacia mucho tiempo. Mucho antes de que ella se acercara a hablar conmigo. ?Podria haberlo visto venir? ?Podria haberme percatado de lo que pasaba y haber escapado? ?Haberle puesto fin y desaparecer? Ahora, tras haberse esclarecido lo que realmente sucedio, me doy cuenta de que podria haber adivinado hacia donde se encaminaba todo. Deberia haber detectado las senales de peligro. Deberia haber entendido mucho antes lo que pasaba. Deberia… deberia… deberia… Que facil es cometer errores cuando se vive en la ignorancia. Ni siquiera son errores hasta que no nos damos cuenta, mucho tiempo despues, de lo que ha ocurrido; hasta que no echamos la vista atras y vemos como se han producido los acontecimientos y por que. Cometi un error. Cai en una trampa tras otra. En ocasiones queriendolo. En mi fuero interno sabia que era peligroso, pero habia cosas que no sabia. A veces pienso que seguramente volveria a caer otra vez en algunas de ellas, si tan solo tuviera la ocasion de hacerlo. Aqui todo el mundo me trata bien. No recibo ningun periodico, ni tengo radio ni television, asi que no me llegan noticias. Tampoco recibo ninguna visita. Mi abogado viene a verme de vez en cuando, mas que nada para comunicarme que no parece haber esperanza. No lo conozco muy bien. A pesar de su amplia experiencia en casos criminales, admite que este podria irle demasiado grande. Ha hablado con todas las mujeres que localice y que pense que quiza me podrian ayudar, pero, segun el, sera dificil que lo puedan hacer. Practicamente nada de lo que ellas puedan declarar guarda relacion directa con el caso. He pedido un boligrafo y unas hojas de papel. Lo peor de este lugar es la calma. Aqui impera un silencio que me envuelve como una gruesa manta. Todo funciona como un reloj. Me traen la comida a horas fijas. Me ducho todos los dias. Luego vienen los interrogatorios. De noche apagan las luces. Es entonces cuando me siento peor. En plena oscuridad, a solas con todos esos pensamientos. Me torturo sin cesar por haberme dejado utilizar. Deberia haberlo visto venir. Deberia haberlo visto venir. Y de noche, en la oscuridad, me invade ese profundo deseo por ella. Ojala pudiera verla una vez mas. Ojala pudiera estar con ella una vez mas. A pesar de todo. Ya no recuerdo sobre que trataba el congreso que se celebraba en el cine de la universidad. Ni siquiera recuerdo el titulo de mi charla. Al fin y al cabo, ya no importa. Era algo acerca de negociaciones del sector pesquero islandes en Bruselas, algo relacionado con la Union Europea y nuestras pesquerias. Proyecte unos graficos. Lo se, yo tambien me habria dormido. Ella estaba alli. Llego tarde y me fije en ella inmediatamente porque era… maravillosa. Maravillosa desde el momento en que la vi entrar en la penumbra de la sala. La luz del pasillo a sus espaldas la iluminaba como a una estrella de cine. No tenia miedo de ser femenina, a diferencia de tantas otras mujeres; por ejemplo, en la sala habia una con anorak que apoyaba las piernas sobre el respaldo de la butaca de delante. En cambio, la mujer que acababa de entrar llevaba un vestido ajustado de tirantes finos que dejaban a la vista sus preciosos omoplatos; su abundante cabello moreno le caia hasta los hombros y en sus ojos hundidos y marrones relucia un ligero destello blanco. Y cuando sonreia… Me fije en los detalles cuando se acerco hasta el estrado para hablar conmigo nada mas terminar la charla. Trate de mostrar indiferencia o, mejor dicho, evite quedarme mirandola fijamente. Sus pechos eran pequenos y sus pezones se apretaban contra el vestido. Era delgada, de muslos robustos y tobillos finos, casi fragiles, como los pies de una copa de champan. En uno de ellos llevaba una cadenilla de oro. Mi madre habria encontrado una palabra para describir su caminar. <>, habria dicho. Me presente y nos dimos la mano. --Si, conozco tu nombre --dijo--. Me llamo Betty --anadio--. He oido hablar bien de ti. Cerre mi maletin y la mire. ?Como es que habia oido hablar de mi? Tan solo hacia un ano que habia regresado del extranjero y que habia abierto mi bufete. Pocos de mis clientes, me parece que solo dos, guardaban relacion con mi especialidad: la industria pesquera. El resto del trabajo era realmente tedioso: disputas en bloques de pisos, conflictos entre aseguradoras tras accidentes automovilisticos, herencias. No me iba particularmente bien. Hasta que la conoci. Dijo que habia oido hablar bien de mi. Tal vez fuera mentira. Habia cuidado hasta el ultimo detalle antes de hacer su entrada estelar en la sala. Un vestido en el que asomaban sus pequenos senos. El bonito surco entre ellos. El oro en su tobillo de copa de champan. Quiza la escena estuviera planificada para mi. Una funcion privada. El baile privado de Betty. El llegaria despues. --Has oido hablar bien de mi --dije--. No se me ocurre por que… --Por tu especialidad --me interrumpio. --?Como es que conoces mi trayectoria academica? --pregunte. Trate de sonreir fingiendo que me hacia gracia en vez de parecerme extrano o fuera de lo normal. --Mi marido esta buscando a alguien que le asesore legalmente --dijo--. Hemos estado buscando… --titubeo antes de concluir la frase-- … a la persona adecuada. Tenia marido. Un conocido armador del norte del pais. Recorde de pronto haberlos visto a los dos en una revista de cotilleos. --?Como te fue estudiando en Estados Unidos? --pregunto. Las pocas personas que habian ido a escuchar mi charla salian de la sala mientras hablabamos. Un hombre se detuvo frente al estrado y nos miro fijamente, como esperando a que Betty terminara, pero, al ver que nuestra conversacion se alargaba, decidio marcharse. --?De donde has sacado toda esa informacion? --pregunte dejando de sonreir. --Me lei tu trabajo final de carrera. Me parecio muy interesante. Ademas, algo habia salido en las noticias, si no recuerdo mal. No recordaba mal. Todo lo que hacia estaba bien. Cai en la cuenta de que probablemente me conociera porque el tema mi tesis habia suscitado cierto debate. Su publicacion habia despertado interes porque ponia de manifiesto la influencia del sistema de cuotas en el desarrollo economico de las poblaciones islandesas y argumentaba por que la industria pesquera debia pagar un impuesto especial. Habia olvidado lo pequena que era Islandia. Los medios publicaban a diario noticias sobre las conclusiones de mi investigacion mientras las partes interesadas del sector pesquero se tiraban los trastos a la cabeza. Durante un tiempo breve fue una de las cuestiones mas candentes. Hasta que a alguien se le ocurrio subir el precio de los pepinos. --?Te lo leiste? --dije. --Si --respondio Betty. --No es que pueda considerarse una joya literaria precisamente. --?Y a quien le gusta la literatura? Nos echamos a reir. Mire disimuladamente sus pezones y ella se dio cuenta. 2 Lo peor es el silencio. La soledad y el silencio y todo este tiempo sin fin en el que no ocurre nada. No tengo ni idea de cuanto llevo en prision preventiva. Se lo pregunte a mi abogado cuando vino hace dos dias --o lo que a mi me parece que han sido dos dias-- y me dijo que ibamos por la segunda semana. Como si estuvieramos detenidos los dos. Yo habria preferido defenderme sin su ayuda, pero no se practicamente nada de asuntos criminales. Solo de este. El tiempo, que transcurre en ese profundo silencio, lo paso agudizando el oido en busca de algun sonido. De alguien que recorra el pasillo. En busca de los pasos de algun carcelero. Cada uno de ellos tiene su forma de caminar. El gordo lo hace con un andar mas pesado y a veces se le oye resollar cuando llega a la puerta. Nunca dice nada. Abre, me da la bandeja de la comida y vuelve a cerrar. No se ni como se llama. Se que hay uno que se llama Finnur. Practicamente no deja de hablar mientras me conduce a los interrogatorios. Luego esta Gudlaug. Nunca habia pensado que podia haber carceleras. Al fin y al cabo, ?quien piensa en los carceleros? Me ha hablado de sus dos hijos. Una vez tambien me explico que los carceleros tienen prohibido hablar conmigo o con cualquiera que este en prision preventiva. No es que Gudlaug se atenga mucho a esa norma. Cuando se acerca a la puerta resuenan sus zapatos, clic-clac, clic-clac. Cuento los clic-clac. Desde el momento en que comienzan a escucharse hasta que desaparecen oigo sesenta y ocho pasos. Un dia, Gudlaug me hablo de un hombre que habia estado en prision preventiva sin ninguna razon. Lo tuvieron retenido siete semanas. Cuando lo soltaron era capaz de separar sus manos un metro exacto. Ni un milimetro mas ni un milimetro menos. Podia estar callado sesenta segundos justos. No fallaba ni por una fraccion de segundo. Yo pensaba que la prision preventiva se cumplia en Reikiavik, pero se cumple fuera, en la carcel de Litla Hraun. Estoy en Litla Hraun. ?Acaso hay algo mas desolador? Pienso en los mios. En lo que mi madre piensa de mi. En todos los quebraderos de cabeza que le he causado. No solo ya por este caso. Sino por todo. Y en la reaccion de mi hermano. No nos llevamos bien. ?Habra vuelto de Gran Bretana? Segun mi abogado, mi hermano tenia la intencion de coger un avion a Islandia, pero, si realmente la hubiera tenido, ya habria venido. ?Que habria dicho mi padre? Tambien pienso en lo que estaran diciendo los medios, aunque tampoco tiene mucha importancia. Hacia tiempo que no se encontraban con algo asi. Hacia tiempo que no tenian entre manos una noticia semejante. Dicen que se trata de un caso sin precedentes. Con toda esa premeditacion. Casi nunca ha ocurrido algo asi en Islandia. No se. Como ya he dicho, no se nada de asuntos criminales.

  • La esposa del asesino de Bill Floyd

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    ?TE CONOZCO? Alce la mirada del refrigerador donde comparaba la variedad de comidas congeladas mientras limitaba las opciones de acuerdo a los gustos y placeres de Hayden, y me encontre con un caballero mayor que me veia fijamente arqueando las cejas despues de haberme hecho esa pregunta. Un sujeto de apariencia saludable, robusto, con la cabeza cubierta de cabello entrecano, probablemente de sesenta y tantos anos que llevaba un sueter casual y pantalones de mezclilla azul. Nada para alarmarse, aparentemente. Era tarde, casi la medianoche de un viernes, mi hora favorita para hacer las compras de la semana porque usualmente podia evitar este tipo de encuentros. No era fan de la conversacion ociosa con los vecinos ni con nadie en particular; si podia evitarla, mejor. Esa noche, cuando entre al supermercado Harris Teeter y las puertas automaticas se abrieron a mi paso con un sonido suave como el de las esclusas de una nave espacial, me parecio como si tuviera para mi sola toda la tienda. Tuve esa sensacion de limpieza, soledad y seguridad que solo se siente en los lugares publicos cuando estan vacios. Claro que no estaba realmente sola: los empleados adolescentes se recargaban con somnolencia en la zona de las cajas, un par de hombres solitarios --noctambulos y no profesionistas-- se paseaban por el pasillo de la cerveza para matar un poco el tiempo antes de volver a los sofas de sus casas. Uno de esos tipos me estaba mirando las nalgas: lo vi voltear hacia mi trasero gracias a uno de los espejos parabolicos que colgaban de los postes encalados del techo tipo bodega. A mi edad podria haberlo tomado como un cumplido, pero mas bien me hizo sentir insegura, asi que empuje mi carrito un poco mas rapido. La mayoria de las veces la clientela que iba a estas horas era gente completamente ensimismada, con tan pocas ganas de encontrarse con mi mirada como yo con la suya. Eso era exactamente lo que mas me gustaba. Pero ahora este hombre mayor me miraba fijamente a la cara y su pregunta no habia sido grosera, asi que negue con la cabeza y le conteste amablemente: --Creo que no. --?Leigh Wren? --aventuro. Aliviada al oir ese nombre, busque en mis recuerdos pensando de donde podria conocerlo. Claro que me parecia familiar. Algo se removia en los pozos mas profundos de mi mente, una palida imagen que no terminaba de tomar forma. Mis compromisos sociales habian sido pocos y mas espaciados de lo que me hubiera gustado admitir; la mayor parte del tiempo solo eramos Hayden, la oficina y yo, y asi me parecia bien, gracias, asi que supuse que habia conocido a este hombre en algun asunto relacionado con el trabajo. Tuve un instantaneo sentimiento de culpa por no poder ubicarlo claramente. Aunque, para ser honesta, no tenia nada particular que lo distinguiera; era un tipo comun de Cary. Hasta podia imaginarme su coche en el estacionamiento con un pez cristiano fijado a un lado de la matricula y una estampa de la campana Bush/ Cheney del otro. --Si, soy yo --conteste--. Disculpe, ?quien es usted? Le extendi la mano. Me la tomo y los ojos le cambiaron. Destellaron y parpadearon. Respiro profunda y tremulamente mientras proferia: --Mi nombre es Charles Pritchett. Nunca he tenido que usar un nombre que no fuera el mio, porque nunca he estado avergonzado de ser quien soy. Tu verdadero nombre es Nina Mosley y el 8 de noviembre de 1997 tu esposo, Randall Roberts Mosley, asesino a mi hija Carrie. El mundo entero se hizo pequeno. Mi mano se quedo paralizada, igual que mis otras extremidades, pero podia sentir la presion que Charles Pritchett ejercia en ella: hacia que mis nudillos crujieran y apretaba mis dedos entre si. Trate de zafarme, pero me sujetaba con fuerza; ahora sus ojos parecian unos faros. Temblaba de pies a cabeza; era evidente que habia ensayado este momento durante mucho, mucho tiempo y ahora que finalmente habia llegado, el padecia una reaccion cercana al debilitamiento, una excitacion que estallaba en cada uno de sus nervios. En este estado de emocion incluso hubiera podido levitar; era obvio que el senor Pritchett estaba viviendo un momento de verdadera trascendencia personal. Y la unica frase que yo podia pensar en decirle era: La palabra correcta es <>. Pero aparentemente no me salia la voz. Mi garganta estaba cerrada conteniendo un horrible alarido que esperaba surgir libremente si me atrevia a abrir la boca. Me dolian los dientes. Senti nauseas y panico. Quise irme a la velocidad de la luz y volver a mi bendito y familiar aislamiento. Me habia olvidado del carrito medio lleno de comida, con la fruta empacada impecablemente (uvas verdes porque a Hayden no le gustan las moradas debido a que poseen demasiadas semillas) y las carnes y los quesos cerrados al vacio, las barras nutritivas para mi y el cereal azucarado para mi hijo. Trate de liberarme de Pritchett y me eche para atras, golpee el carrito que giro chirriando sobre sus inestables llantas y se quedo atorado entre la puerta helada del congelador y mis nalgas. El seguia aferrado a mi mano y hablaba en tonos cada vez mas altos. --Me tomo mucho tiempo encontrarte, Nina, y tambien bastante dinero. Te ves tan diferente a la ultima vez que te vi en el juicio. Tienes el cabello de otro color y perdiste mucho peso. ?Te pintaste el pelo para que la gente no te reconociera? Supongo que lo entiendo: eso de que quieras disociarte de tu pasado. Pero veras, yo no puedo darme ese lujo --la saliva se le juntaba detras de los dientes apretados--. Yo vivo con mi pasado todos los dias, cada momento que mi hija no esta desde entonces. Se fue. Ya se que la policia dijo que todo lo habia hecho tu esposo, pero para mi tu nunca quedaste libre de culpa, para nada. Por eso estoy aqui ahora, Nina. Vine a ponerte en evidencia. Voy a destrozar esta tonta ficcion de vida que te hiciste, les voy a ensenar a todos quien eres de verdad. --Disculpe, ?esta todo bien? Intervino otra voz y me volvi hacia ella solo para encontrarme con el mira-nalgas que estaba parado ahi junto con un cajero ligeramente detras de el, ambos mirandonos a Pritchett y a mi con algo de preocupacion. El cajero parecia electrificado, como si esperara cualquier pretexto para llegar a las manos y saltarle encima a Pritchett; seguramente en su cabeza adolescente bullian fantasias agresivas contra el hombrecito. A lo mejor Pritchett le recordaba a algun patriarca dominante de su propia historia. El mira-nalgas estaba mucho mas tranquilo, sostenia holgadamente su canasta verde olivo llena de productos de porciones individuales con una tension que sugeria que ya habia estado antes en confrontaciones como esta y que generalmente salia del lado ganador. Quiza fuera un ex militar. O quiza solo fuera un bravucon de bar. Pritchett solto finalmente mi mano, pero siguio hablando, ahora dirigiendo sus comentarios a los seudointerlocutores. --?Saben quien es ella? ?Quien era su esposo? Apuesto a que se acuerdan de su nombre. -- Sacudio un dedo esqueletico frente a mi cara; las palabras le salian como en avalancha, apenas controladas--. ?Llamamos a la policia, Nina? ?Quieres reportar este <>? Porque a mi me encantaria. Disfrutaria tener la oportunidad de alertar a las autoridades locales sobre la persona que ha estado viviendo entre ellos durante los ultimos seis anos. El mira-nalgas estaba harto. Puso su canasta en el piso y se puso entre Pritchett y mi cuerpo. Yo seguia retrocediendo, pero no podia apartar la mirada del viejo. Le habian asomado lagrimas a los ojos y el triste peso emocional que acababa de soltar estaba a punto de fulminarlo. El miranalgas dijo: --No se cual sea su problema, senor, pero creo que debe dejar a la dama en paz. El cajero le dijo a Pritchett que era un imbecil. Pritchett alzo las manos con las palmas hacia afuera y retrocedio algunos pasos. Con una voz mas firme volvio a sugerir que llamaramos a la policia. Los altavoces cambiaron de una cancion de los Commodores a Take on me. En un nivel inconsciente, en un murmullo, entendi que de ahora en adelante cada vez que escuchara la trillada melodia de esos sintetizadores seria como la banda sonora de este momento de cisma. Pritchett grito hacia mi: --?Donde esta Hayden esta noche, Nina? Deberias cuidarlo con mas atencion. Yo no cuide a Carrie con la suficiente atencion y ya ves lo que le paso. Tu sabes lo que el le hizo. Eso basto para que, por fin, diera la vuelta y me echara a correr lejos de ahi resbalando y enderezando el paso mientras iba por el pasillo hacia el frente de la tienda. Las puertas automaticas no se abrieron tan rapido y choque contra una de ellas. Al dia siguiente habria un largo moreton a lo largo de mi brazo, desde el hombro hasta el codo. Pero justo en ese momento no lo senti; en ese momento mi mano seguia latiendo en recuerdo de que Pritchett me habia agarrado sin que yo me pudiera soltar unos minutos antes. II Yo misma habia hecho bromas cuando construyeron el centro comercial justo al lado de nuestro fraccionamiento, humor acido sobre cuanto mas conveniente iba a ser este que el otro que estaba a ocho kilometros de distancia. Y justo esa noche le agradeci a Dios que estuviera tan cerca. Un giro a la izquierda al salir del estacionamiento, luego un semaforo en la entrada de Kensington Arbor, que me pase sin siquiera pisar el freno. Despues un giro a la derecha: tome la curva con un giro tan apretado que las llantas rechinaron. Menos de cuatro minutos despues de que sali del supermercado, estaba estacionando mi carro enfrente de la casa de los McPherson. La calle estaba en silencio; las casas, amplias y modernas, habian sido construidas muy juntas, con un patio minimo entre ellas. La humedad del aire nocturno se concentraba en anillos brillantes alrededor de los faroles. La luz del porche delantero de los McPherson estaba encendida, pero no se veia nada extrano desde afuera. Pero bueno, en este vecindario, en este asentamiento ordinario de hogares familiares comunes y casas urbanas que se habia convertido en nuestro refugio, nada parecia extrano jamas. Nuestra casa estaba tres cuadras adelante, una casa citadina con un lugar de estacionamiento y un agradable patio trasero donde Hayden jugaba. Por lo general no lo dejaba pasar la noche fuera de casa, pero me habia rogado toda la semana y yo sabia que tenia que hacer las compras de medianoche, asi que al final cedi y deje que se quedara a dormir con su amigo Caleb. Una Yukon rojo quemado estaba estacionada a media banqueta. Era el coche <> de la mama de Caleb; sin duda, ahora el espacio del garaje lo ocupaba el Escalade que Doug McPherson le habia comprado a su esposa en Navidad. Cerre suavemente la puerta de mi carro y me deslice por su patio, mirando la calle de arriba abajo para confirmar que no hubiera nada fuera de lo normal, aunque no hubiera podido decir si algo lo estaba. Solo habia venido unas cuantas veces a esta parte del vecindario. Hayden tenia un celular y habia considerado llamarle desde que sali corriendo de la tienda, pero me choco la idea de despertar a todo mundo si nadie estaba en verdadero peligro. Y aunque Charles Pritchett pudiera tener cuentas pendientes conmigo, con toda seguridad no le haria nada a mi hijo. Con toda seguridad no me habia amenazado tan abiertamente como yo habia pensado. Con toda seguridad no lo haria, no despues de lo que le habian hecho a su propia carne y sangre... ?Donde esta Hayden esta noche, Nina? Deberias cuidarlo con mas atencion. Mire la calle de arriba abajo otra vez. Unos cuantos carros estaban estacionados en las puertas de los garajes o a lo largo de la calle, pero no habia siluetas encorvadas detras de los parabrisas y nadie observaba desde las oscuras ventanas de las casas. Los hogares estaban amontonados tan juntos que parecian centinelas o las paredes de un laberinto. Usualmente yo apreciaba ese tipo de sensaciones, me gustaba la idea de que habia encontrado una fortaleza, pero de algun modo siempre habia intuido que ese sentimiento se podia volver en contra mia. ...Pero nunca estuve preparada para que sucediera. En el ultimo momento decidi no tocar el timbre. Los McPherson ya tenian sus dudas sobre mi, seguro, pero esperaba que solo fueran dudas como por que era soltera a mi edad y cosas como: <> y <>, ese tipo de comentarios que habia oido de pasada de cualquier cantidad de conocidos con bastante regularidad y que habia ignorado sistematicamente. Yo podia soportar el aislamiento de mis iguales; de hecho, habia aprendido a apreciarlo, pero mi hijo necesitaba tener amigos y no queria que no los tuviera por mi culpa. El estaba en una edad en la que la soledad podia convertirse en la mejor forma de resolver sus dificultades; la siguiente parada era la alienacion y despues, cuando fuera un adolescente, yo misma tendria que revisar su closet para asegurarme de que no tuviera escondido un rifle de asalto. No siempre fui propensa a imaginar lo peor. Fue una habilidad aprendida, una destreza de condicionamiento involuntario. Gabby McPherson me dio un breve tour de orgullo domestico la primera vez que lleve a Hayden a jugar, pero yo ya estaba familiarizada con la disposicion de la casa; habia investigado los planos de todos los modelos cuando empece a buscar una propiedad aqui. Ella no habia hecho nada original con los interiores; los muebles y el acomodo estaban sacados directamente de Martha Stewart... hace cinco anos. El lugar donde se suponia que los ninos iban a dormir estaba en una estancia al costado de la casa y atravese con ligereza el patio para asomarme por la ventana. Solo Dios sabe que me habrian hecho los vecinos si me hubieran visto, pero la verdad, me importaba un carajo. No me habria opuesto a que una patrulla pasara por la calle: ya habia pensado en llamar una, pero esperaba que Pritchett hubiera obtenido cualquier satisfaccion que buscara al confrontarme en la tienda y que ahora nos dejara en paz. Mas no lo creia. Mi corazon latia demasiado rapido; podia sentir mi pulso en el cuello y me costaba trabajo tragar saliva

  • El silencio de los goteros de Enfermera Saturada

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    Un libro mas vendido que el ibuprofeno.

  • Almost (Almost 1) de Adriana Ls Swift

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    ?El odio pasado entre familias pesa mas que el amor?

  • Los pecados heredados. Ultraje de Jana Westwood

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    Estamos en la segunda mitad del siglo XIX. Caroline Wilkie, duena de un singular temperamento desde nina, posee una destacable inteligencia y un enorme afan por aprender. Hija ilegitima, su misterioso origen es un secreto muy bien guardado por su madre.

  • ?Sabes quien es? de Karin Slaughter

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    Andrea Cooper sabe todo de su madre Laura. Sabe que ha pasado toda su vida en la pequena ciudad costera de Belle Isle; sabe que jamas le ha guardado un secreto. Porque todos sabemos todo de nuestras madres, ?no?

  • El caso Kurilov de Irene Nemirovsky

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    El hallazgo y la publicacion de Suite francesa volvio a situar a Irene Nemirovsky en la constelacion de los escritores mas importantes de su tiempo, propiciando la reedicion de sus obras, algunas ineditas y otras injustamente relegadas al olvido. Entre las primeras se encuentra El caso Kurilov, excelente muestra de la incisiva caracterizacion psicologica que caracteriza todas las novelas de esta gran autora.

  • Un Duque Inaccesible de Lily Cerda

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    Lady Sophia Headfott, estaba en Londres disfrutando su primera temporada, pero como era una dama peculiar, y con una dote no muy sustanciosa, no era muy popular, y sumado a eso, estaba tambien la reputacion de su tio Roger, el Vizconde de Laughton, de caballero fuerte y sin ningun respeto por las normas, cuando se trataba de que algo o alguien le hiciera dano a el, o a su familia.

  • Una noche de invierno de Laura Kasischke

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    Una manana de Navidad, una mujer hace balance de los trece anos transcurridos desde que recogio a su nina en un orfanato ruso. Aunque no es precisamente el dia mas apropiado para rendir cuentas, el impulso de sincerarse y de enfrentarse a su propia decepcion hace que madre e hija se enzarcen en una larga discusion en la que aflora el abismo que las separa. Bajo el fuego cruzado de amargos reproches, el vinculo amoroso, profundo e inextinguible, se presenta como el ultimo recurso para superar la crisis y recomponer la relacion. Sin embargo, en una jornada aciaga, mientras una feroz tormenta de invierno se abate sobre la zona, un acontecimiento inesperado condiciona de forma dramatica la estabilidad de la familia. El dia empieza de forma irregular. Los regalos siguen bajo el arbol, sin abrir, porque Holly y Eric, los padres, se han quedado dormidos despues de una noche de excesos. Cuando Tatiana, quinceanera incomprendida, le echa en cara a su madre la actitud irresponsable, Holly, una poetisa marcada por haber renunciado a la escritura, no pierde la ocasion de senalarle todas las carencias que la convierten en una hija ingrata y egoista. Y mientras Eric se ausenta para recoger a sus padres en el aeropuerto, el clima de tension va aumentando por momentos. Asi, al caer la noche y bajo un manto de nieve que todo lo cubre, Holly se hace las preguntas inevitables: ?en que se ha convertido su adorada Tatty? ?Donde ha quedado el brillo de sus hermosos ojos negros? ?Es tan solo la adolescencia o se trata de una especie de castigo que ha caido sobre la familia? Por desgracia, su angustia y su desesperacion parecen ir en consonancia con la terrible verdad que esta a punto de descubrir.

  • Margaritas para Lucia, Lorena Doncel de Lorena Doncel

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  • Amar a un Highlander de Kate L. Morgan

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    Nadie en toda las Tierras Altas maneja la espada como el laird Logan Mcllvanney. Es un hombre fiel a su familia, protector de su clan, y jamas ha rendido cuentas a nadie. Cuando llega a Evertown un familiar del mejor sanador de toda Escocia, la atraccion es inmediata y abrasadora, pero Logan no puede olvidar que la mujer es una sassenach.

  • El alocado mundo de Rebeca de Vega Fountain

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    ?Y si el mayor peligro de trabajar en riesgos laborales fuera el de enamorarte de tu companero de trabajo?

  • Una lista de deseos para Santa Claus de Mariah C

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    La Navidad es sin duda la epoca mas feliz del ano, un periodo de alegria, ilusion y esperanza. Aunque no para Yarek que cree que el gordinflon de las barbas blancas y las ropas ribeteadas de armino que todos los anos lo visitaba para Navidad ha dejado de existir.
    Un denso manto blanco cubre Chicago. La noche de Navidad esta cercana.
    ?Crees en la magia y en como lo imposible se hace realidad?
    Escribe una lista de deseos, pide con el corazon, cierra los ojos, y dejate llevar.

  • Aire entre las manos (Aire y viento 1) de Marta Marquez

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  • Blue de Danielle Steel

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  • El accidente del teletransporte de Ned Beauman

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    La historia es <>. Por eso, a pesar de que El accidente del teletransporte empieza en Berlin y en pleno auge del nazismo, no es una novela sobre los nazis. La novela trata de las dos obsesiones del escenografo Egon Loeser: volver a hacer el amor con una mujer y montar un escenario que reproduzca un artilugio inventado en el Renacimiento capaz de mover a los actores en el espacio y en el tiempo.

  • Amor es la respuesta de Carmela Diaz

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    Amor es la respuesta es la novela de cinco generaciones de mujeres excepcionales y la busqueda de un incierto tesoro. Una gran aventura que se inicia intramuros de los fastuosos harenes del Imperio otomano, nos conduce a la corte de Nicolas II, el ultimo zar de Rusia, y recala en la misteriosa vida de una lady inglesa y en su nieta, una bella anticuaria que en la busqueda de sus origenes tambien hallara el amor. Mediados del siglo xix.Selma, una portentosa doncella, es elegida por los jinetes reales para formar parte del haren de uno de los ultimos sultanes otomanos. Imposible predecir en ese momento que llegara a convertirse en la favorita y en la mujer mas enigmatica de la corte de los zares. En la actualidad. Violeta, la joven propietaria de una tienda de antiguedades, descubre que su abuela era en realidad una distinguida lady inglesa. En la busqueda de sus origenes, se enfrentara a misterios del pasado, a historias de amor prohibidas y al peligroso trasfondo del negocio ilegal de arte. Lo hara acompanada de dos seductores que la cautivaran: un astuto periodista y un mecenas de arte multimillonario.

  • La balada de Max y Amelie de David Safier

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    La existencia de Cicatriz, una perrita salvaje y solitaria que malvive en un vertedero de Napoles, da un vuelco cuando conoce a Max, un perro domestico que le habla de una vida que ella jamas ha conocido: feliz y al cuidado de bondadosos seres humanos. Ambos emprenderan una aventura epica en una brutal carrera por la supervivencia y la busqueda de un hogar y descubriran que ese lugar solo existe cerca de aquellos a quienes amas; donde se encuentra, en definitiva, tu corazon.

  • Amigos o algo mas (Divalentis Romantica 6) de Deborah F. Munoz

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    Ana no ha decidido aun que hara durante sus vacaciones. Lo que si que tiene claro es que el primer dia se va a hartar a dormir. Pero cuando su amiga Tam se rompe una pierna al intentar subir la escalera con unas cuantas copas de mas, esta la manipula para que le haga un favorazo y se encuentra, de pronto, al cuidado de dos gemelas. Al principio es duro, pero justo cuando le empieza a coger el tranquillo a eso de ser ninera, las dos diablillas suben a la habitacion de su misterioso tio, a pesar de que lo tienen prohibido, y la vida de Ana cambia para siempre.

  • Una justa de caballeros de Morgan Rice

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    En UNA JUSTA DE CABALLEROS, Thorgrin y sus hermanos siguen la pista de Guwayne en el mar, siguiendolo hasta la Isla de la Luz. Pero cuando llegan a la devastada isla y al moribundo Ragon, puede que sea demasiado tarde.

  • Todo lo que no puedo decir de Emilie Pine

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    Cuando lo encontramos, hacia horas que estaba sobre un pequeno charco de sus propias heces. El Hospital General de Corfu es desconcertante. El vestibulo esta atestado de pacientes fumando y no hay ningun indicador de una ventanilla de informacion o de ingresos. Le envio un mensaje de texto preguntandole donde esta, pero no obtengo respuesta. De algun modo, como sabuesos, seguimos su rastro hasta la quinta planta. Esta postrado en la cama. Es casi de noche y dice que no ha visto a una enfermera ni a un medico desde mediodia. Dice que necesita una cuna. Mi hermana y yo hemos viajado mas de veinticuatro horas y no hemos dormido nada. <>, le digo. El dice que ya lo ha intentado, pero no ha pasado nada. <> Coge el timbre y presiona varias veces. Al rato aparece una enfermera con aire estresado, gritandole, gritandonos. Me siento culpable por no saber griego. Mediante gestos inutiles senalo al hombre de la cama, intento transmitir que necesita una cuna, que lo limpien y que le cambien las sabanas. Nada parece causar impresion. La enfermera anade algo mas, levanta las manos y se va. El nos mira con desesperacion. Le pido a mi hermana que se quede con el y salgo al pasillo. Solo veo a mas pacientes y sus familias. Me dirijo al mostrador de enfermeria, pero no hay nadie. Mientras me alejo, sin saber que hacer, una mujer habla conmigo. Como no le respondo, me pregunta en ingles si me encuentro bien y aprovecho y le pregunto si sabe donde estan las enfermeras. <>, me responde. Un hombre mayor apunta: <>. La frase se convertira para nosotras en un mantra durante el tiempo que permanecemos en Grecia tratando de devolver la vida a nuestro padre. Enseguida nos damos cuenta de la escasez de personal del hospital. No hay medicos a partir de las dos de la tarde, y desde las cinco solo queda una enfermera por pabellon. En este pasillo cuento seis habitaciones, cada una con un maximo de seis pacientes. La enfermera apenas alcanza a cubrir las necesidades medicas basicas de toda esa gente y no tiene tiempo para atender a incontinentes. Tambien descubrimos que a esta planta - oficialmente para pacientes de <> la llaman <>. La lugarena que habla ingles me dice que tengo que cuidar de mi padre. Me explica con delicadeza donde comprar panales y toallitas humedas y de papel para la incontinencia. Apenas lo asimilo, pero vuelvo a la habitacion individual que le han dado a mi padre por su estado critico y le expongo a mi hermana la situacion. Me mira incredula. Esta de pie junto al cabezal de la cama de papa, recolocandole las almohadas. Caigo en la cuenta de que apenas he hablado con mi padre, aunque he cruzado Europa para verle. <>, digo. Asiente con la cabeza. Se le ve muy pequeno en la cama, pequeno y perdido. Decido que no puede ser, que tiene que haber algun responsable en algun lugar del hospital. Vuelvo al pasillo y le pregunto a la amable mujer si me ayudaria a buscar a un medico. Habla rapidamente con su familia y luego echa a andar por el pasillo, conmigo detras. Subimos en ascensor a otra planta, pero alli no hay medicos. Regresamos al ascensor y volvemos a intentarlo. Lo hacemos una y otra vez, bajamos y bajamos, hasta que llegamos al sotano y recorremos pasillos. Al final encontramos la unidad de donacion de sangre con su medico responsable. Mi nueva amiga me acompana adentro y luego se despide. Al fondo de la sala hay un hombre tumbado en un sofa con la camisa arremangada y el brazo conectado a una intravenosa. Esta donando sangre y, por lo visto, el medico cree que yo tambien he ido a donar. Al ver mi sorpresa, me explica que en Grecia escasea la sangre y, por ley, los familiares de los pacientes deben donar. Pienso que mi hermana, cinco plantas mas arriba, estara preguntandose por mi paradero. Niego con la cabeza, pero no me salen las palabras. No consigo explicar en ningun idioma que las dos somos anemicas y no podemos donar sangre. Le cojo de la mano y le pido que vaya a ver a mi padre. Le digo que no entiendo nada, que mi padre esta solo en una habitacion y no hay medicos en ninguna parte. Le digo que solo necesitamos que alguien nos explique la situacion, aunque en realidad lo que quiero es que me digan lo que tengo que hacer. El subidon de adrenalina que me ha propulsado hasta aqui de pronto ha desaparecido y me siento vacia. Me quedo alli parada, pidiendole al medico que vaya a ver a mi padre. Muy a reganadientes le dice algo a la mujer del mostrador y abandona la unidad. Cogemos el ascensor para subir a la planta quinta, y volvemos a pasar junto a las compungidas visitas antes de entrar en la habitacion. <>, digo, con mas esperanza que certeza. El medico coge el informe de papa, lo revisa, asintiendo y luego dice: <>. Me parece mas sencillo estar de acuerdo, aunque confiaba en un examen mas exhaustivo. Durante las semanas siguientes esta sera la rutina que seguiremos: horas de espera, seguidas por una batalla por atraer la atencion oficial, solo para que se nos diga lo que ya sabemos. Tras anos ensenando obras de Beckett, al fin vivo en una. Una vez pronunciado el dictamen, el medico vuelve a asentir y se va. A su marcha, miro a mi padre pidiendo consejo, pero el se limita a sostenerme la mirada en busca de una tranquilidad que no puedo ofrecerle. Intento sonreir. Ya llevamos aqui mas de una hora y, aunque le ha aliviado vernos y mi hermana le acaricia la mano y hace que se sienta menos solo, sigue tendido sobre sabanas sucias. Puesto que nadie va a ayudarnos, le pido a mi hermana que me acompane. <> Abajo localizamos la tienda del hospital, que vende una practica combinacion de bebidas y tentempies calientes y los productos necesarios para cuidar del paciente. Compramos toallitas y panales y, pensandolo mejor, mi hermana compra tambien un paquete de guantes quirurgicos. Demostraran ser de un valor inestimable. Cuando le explicamos a mi padre lo que vamos a hacer, se angustia y se violenta. Pero el olor de la habitacion es espantoso y nos anima a ser todo lo eficientes y profesionales que podamos. Lo limpiamos. Una vez amontonadas las sabanas sucias, las llevo a lo que me parece un cuarto de la limpieza y las dejo alli sintiendome culpable. Cojo sabanas limpias de la cama de un ala que me parece abandonada y mantas de otra, pienso que las oportunidades hay que cazarlas al vuelo. Cuando vuelvo a la habitacion, mi hermana se las ha apanado para hacer reir a mi padre. Mientras ajustamos las sabanas limpias alrededor de su cuerpo se hace evidente hasta que punto nuestra humanidad depende de estas cosas basicas. En realidad no ha cambiado nada y no entiendo mejor la situacion medica de mi padre, pero tenemos la impresion de haber alcanzado un gran logro. Se hace tarde. Acordamos que yo pase la noche en el hospital y mi hermana en un hotel de la ciudad. Quiero irme con ella, pero en adelante nos turnaremos para estar con papa. Mi hermana sale del pabellon justo a tiempo: cierran las puertas a las once de la noche. Se acepta la presencia de familiares, pero la puerta impide idas y venidas. Despues de despedirla con un abrazo, regreso a la habitacion. No envidio el viaje solitario de mi hermana en busca de alojamiento, pero tampoco tengo la menor idea de como abordar la noche que me espera en el hospital. Mi padre esta inconsciente. Le escucho respirar, apoyo la mano en su pecho para notarle el corazon, que late a ritmo constante, aunque muy debil. La bolsa de sangre que cuelga junto a su cabeza esta casi vacia. La observo con cautela, pensando en que no me quedan fuerzas para decidir que hacer cuando se acabe. Marco el numero de la aseguradora de mi padre, pero salta un mensaje automatico. Cuando me doy cuenta de que me he dejado el cargador en el bolso de mi hermana, renuncio a la idea de telefonear a nadie mas. Apago la luz y miro por la ventana las montanas que hay al norte del hospital y escucho mientras la calma nocturna se extiende por el pabellon. Hace tanto frio que amontono mantas encima de mi padre. Permanezco sentada con el abrigo puesto y espero. Al rato, se abre la puerta y vuelve a entrar la enfermera estresada. Miro en silencio mientras descuelga la bolsa de sangre vacia, la cambia por una nueva y aprieta para comprobar que funciona. Lleva un delantal apropiado para un carnicero en un matadero. Solo despues de que se vaya caigo en la cuenta de que no llevaba guantes quirurgicos ni se ha lavado las manos. Avanzada la noche aparece otra enfermera y consigo sonreir y ofrecerle el paquete de guantes. Acepta con prudencia un par y se los guarda en el bolsillo. <>, digo, sonriendo obsequiosamente. Le pido mediante gestos que se los ponga, pero ella mueve los dedos para mostrarme que ya lleva guantes. Su par, no obstante, tiene sangre y manchas y mediante mimica le pido que se los quite y use los nuevos. Tanta mimica resulta ridicula, pero, como la loca por la que probablemente me toma, insisto hasta que suspira y se los cambia. Se guarda los viejos en el bolsillo. Gesto que solo comprendere varios dias despues, cuando otra visita explique que el hospital no provee de productos de un solo uso: nada de algodon, papel ni plastico. Las enfermeras tienen que comprarse el material, sacarlo de unos sueldos de por si insuficientes. La pantomima de los guantes se convierte en un hecho habitual, y cada vez que le entrego a la enfermera un par de guantes nuevos me entran ganas de llorar.

  • Aunque sea su hermano de Magela Gracia

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    La culpa era de mis amigas. ?Como si no iba a estar pasando por esto? Ellas habian sido las que me lo habian puesto delante, las que me hicieron mirarlo con otros ojos, las que me hicieron desearlo en silencio. La culpa tenia que ser de ellas... ?Como podia ser de otra manera? ?Acaso yo habria empezado a espiarlo si no llega a ser porque me hicieron verlo como lo veian ellas? Con lascivia... Odiaria por siempre a mis amigas, y los putos viernes. Los viernes siempre me traian a Victor a casa, sin prisas, con sus amigos y sus bromas, con sus palabras obscenas y sus confesiones de alcoba. Los viernes siempre llegaban tras desear a Victor durante toda la semana, mientras me llevaba en coche a la universidad y me acompanaba en silencio en la cena, con algun sandwich hecho a la carrera. Y tras ver a mis amigas babear por el cada vez que se les ponia delante. Los viernes eran malos... porque me daba tiempo de dar rienda suelta a mis fantasias. Y en ellas siempre estaba el. Victor... Aunque fuera su hermano...

  • El vizconde y la cazafortunas de Lorraine Heath

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  • Silencio (Don 4) de Pablo Poveda

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    Un enjambre de turistas transitaba por la vieja plaza del mercado de la ciudad. La mayoria, visitantes extranjeros, buscaban la foto perfecta delante de la torre del Reloj Astronomico, el reloj medieval mas famoso del mundo. El sol comenzaba su retirada. Eran las siete de la tarde y una gelida brisa soplaba por las terrazas que ocupaban la plaza, bajo la mirada de las coloridas fachadas de influencia gotica y Art Noveau. Sentado en una mesita del Caffe Italia, un restaurante que de italiano solo tenia el nombre, terminaba su agua con gas mientras clavaba la mirada en el edificio de tonos rojizos y pasteles que tenia en frente: la Narodni Galerie. Ricardo Donoso, vestido de traje y con un abrigo de tres cuartos de color negro, pidio la cuenta con un ademan de mano, mientras una pareja de britanicos devoraba un codillo y saciaba su sed con dos cervezas Pilsner de medio litro. La mujer atendia a la pantalla de su telefono, mientras el hombre comia como si no existiera manana. Don los miro seriamente, hasta que la mirada del extrano se cruzo con la suya. La tension se alargo unos segundos, obligando a que este dejara de masticar, pero el arquitecto no vacilo en retirarse. Intimidado, el desconocido regreso a su plato con desaire y sin mediar palabra con la mujer que lo acompanaba. Las religiones occidentales habian instaurado el concepto de que el cielo y el infierno no eran sino lugares a los que se iba una vez muerto. Destinos como consecuencia de nuestras acciones en vida. Sin embargo, Don tenia otra idea. El arquitecto creia en el infierno como un lugar accesible, real, en el que la mayoria de las personas vivian, con suerte, en algun momento de sus vidas o, sin fortuna, para siempre. Por esa misma razon, no podia sentir pena por nadie, ni siquiera por sus victimas. La lastima no era mas que una invencion que postergaba la solucion del problema. Volvio a mirar al matrimonio. Ellos vivian atrapados, como el, en celdas distintas, pero en un mismo lugar. De repente, atisbo un grupo de personas a la salida de la Galeria Nacional. Era el, su objetivo estaba alli y debia ponerse en movimiento. Un hombre alto, de tez bronceada, cabello oscuro peinado hacia un lado y barba frondosa, salia acompanado de dos mujeres esbeltas, otro tipo de piel mas palida y movimientos torpes. Nicos Thalassinos, el cacique griego que los hombres de Velez tenian en el punto de mira desde el inicio de la crisis economica. Tsipras habia prometido destruir a los oligarcas que controlaban los medios del pais, pero solo consiguio que nacieran nuevos. Cuando esto sucedio, Thalassinos apenas rozaba los cuarenta anos, pero habia aprendido rapido las reglas del juego. Su destreza en los negocios, heredada de su padre, un magnate nautico griego; le ayudaron a escalar rapido y adquirir un fuerte poder social y politico. Pero esa no fue la razon por la que los hombres de Velez le habian encargado al arquitecto encontrar al griego. Durante la crisis y las fuertes oleadas de inmigracion que sufrio Grecia, el empresario se aprovecho de imagen publica, dono millones de euros para ayudar a los refugiados y, entre las sombras, introdujo su garra aprovechandose de la desesperacion humana y desarrollando una fuerte red de prostitucion ilegal que llegaba hasta Portugal. Un objetivo facil, a simple vista, pero delicado. Thalassinos conocia el precio de su cabeza, asi como el del silencio de sus clientes mas privilegiados. El encargo de Don era simple: sacarle los nombres de los politicos europeos que le protegian de los tribunales. Empero, nadie le indico si debia quedar vivo. Harto de esperar, introdujo la mano en el bolsillo del pantalon y dejo una moneda de cincuenta coronas en la mesa. Se puso en pie, levanto las solapas del abrigo y camino hacia el museo. Cuando menos se esperaba, el cielo se tenia de rojo. Un BMW de color negro los recogio frente a la entrada del edificio del Ministerio del Desarrollo Regional y se adentro por una estrecha calle empedrada. Don se aproximo a un viejo Mercedes de color blanco que se encontraba vacio y le pidio en ingles que siguiera al coche. El conductor, un checo cercano a la jubilacion, con fuerte olor a cigarrillos y una camisa blanca con cuadros, puso en marcha el contador y siguio la serpiente de coches que atravesaba la calle del casco antiguo. --?Italiano? --Pregunto el chofer mirando por el espejo retrovisor con una ligera sonrisa. El arquitecto guardo silencio y dudo en contestar por diferentes razones. Aquel chofer solo pretendia ser amable, pero le era indiferente. El corazon bombeaba con tanta fuerza que podia sentirlo en la frente. Hacia tiempo que no lograba saciar la necesidad de matar. Despertarse cada manana con la certeza de ser controlado, avivaba su deseo. Por otro lado, le costaba horrores lidiar con ello en silencio desde que su relacion con Marlena habia progresado. Lo mas duro era aceptar que jamas podria contarselo. Ni a ella, ni a nadie. El silencio era su unico aliado. Siempre habia un precio que pagar, penso. --Si --respondio finalmente. Podia haberle explicado que era espanol, pero eso solo lo exponia aun mas, en cualquiera de las situaciones. Ninguno de los dos hombres que estaba en ese vehiculo conocia el final de aquella noche. El taxista balbuceo algo en el idioma vecino, pero Don lo ignoro por completo. Con la mirada siguio el trayecto del coche que iba delante. Los vehiculos abandonaron el casco antiguo para alcanzar la ladera del rio Moldava, que separaba la ciudad en dos, incorporandose a la Ludvik Svobody, una gran avenida de asfalto arropada por los aledanos del parque Lannova y los barcos atracados que funcionaban como locales de ocio en verano. Don miro por la ventanilla y llego a la conclusion de que, en cierto punto, todas las grandes ciudades eran iguales. Aguardo silencioso, expectante por lo que iba a encontrar una vez se bajara del sedan. Mantente concentrado, repetia la voz de Velez en su interior. Jamas creyo que el tono de aquel indeseable le resultara familiar. El vehiculo en el que viajaba el griego con sus acompanantes se detuvo en la entrada de un gran edificio rectangular iluminado y acristalado con espejo. En lo mas alto, luces rosadas alumbraban el cielo. --Aha... --dijo el taxista mientras reducia la velocidad--. Hotel Hilton Prague, signore. En efecto, penso el arquitecto. Miro el contador y saco un billete de doscientas coronas. Acto seguido vio salir a su victima junto a las dos mujeres. El otro tipo se quedo en el interior del coche. Dos obstaculos. Era parte del plan de Thalassinos. Deshacerse de ellas no seria muy dificil. --Dekuji --respondio el espanol haciendo uso de las palabras en checo que habia aprendido para su viaje y le entrego el billete. El taxista senalo al contador para explicarle que le habia dado de mas, pero Don levanto la mano. --Dekuji... --murmuro asombrado gratamente sin rechistar. Cuando vio como el empresario desaparecia tras la puerta giratoria del hotel, salio al exterior y cerro de un portazo el viejo coche aleman. Decidido, camino hacia el interior del edificio escuchando el ruido de la suela de sus zapatos bajo el gelido sosiego de la noche. Asi como por fuera el hotel parecia un bloque hermetico, el interior revelaba el porque de su forma. Era extrano, atipico y con un sobrecargado aspecto futurista, como si estar alli dentro perteneciera a otro lugar. Don recordo algunas ciudades de Oriente Medio en las que los centros comerciales se convertian en autenticas pequenas ciudades ficticias. Suelo de marmol blanco, palmeras de decoracion, luz tenue de tonos rosados y unas escaleras subian hasta la primera planta. Los alrededores estaban formados por las ventanas interiores de las habitaciones, apiladas en torres blancas de mas de diecisiete alturas. Cuando el espanol alzo la mirada al firmamento, no vio mas que un techo formado por vigas de hierro y una gran bola de acero dividida en laminas que formaba parte de la decoracion. Sin duda, un lugar estridente para los sentidos con un exceso de modernidad. A lo lejos, vislumbro las tres figuras humanas caminar hacia los ascensores. Tomo aire y se dirigio hacia ellos. No temia que lo descubrieran, pues nadie sabia quien era el y por eso iba a realizar su trabajo con eficacia. Cuando el ascensor llego, las puertas se abrieron y el empresario espero a que entraran las dos mujeres, ambas checas y mas jovenes que el. Entonces, las miradas de los varones se cruzaron por un instante.

  • Perfecto error de Ali Novak

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  • Dos vidas en una alma (Secretos del alma 5) de Victoria Magno

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    !La quinta entrega de la serie <> que todos esperaban!

  • Hermanos Landvik. Serie Completa de Laura Sanz

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    Las tres novelas de los hermanos Landvik en un solo volumen. Incluye La historia de Cas, La lucha de Jan y La culpa de Till.
    “Tres hermanos. Tres historias unidas por los acontecimientos, la familia, la pasion y el amor.”

  • Las cosas buenas de verdad solo me pasan de noche de Begona Araez

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    Rafa es un tio de lo mas normal, impulsivo, torpe, algo obsesivo. Como el mismo dice “un poco pringao”. Una serie de malas decisiones le lleva a tirar su vida por la borda: un matrimonio reciente con Eva, con la que ha tenido un hijo, Samuel. Y un trabajo fijo en un hotel de prestigio.

  • Descubriendo A Lisa Kleypas (Todo Saldra Bien 2) de Veronica Mengual

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    El anuncio del estado de alarma por la COVID-19 habia pillado a Mayca en la cama. Sola, sin bateria en la tableta y con el unico cargador de la casa roido por el perro. La joven se asomo al balcon. La policia estaba apostada en su portal haciendo un control de identificacion. No podia saltarse la orden de confinamiento solo para ir a casa de su madre a por un cargador de repuesto, por mucho que la novela que tenia a medias la llamase a gritos. Reviso las estanterias. Sostuvo en su mano y desecho rapidamente las diez primeras lecturas. Los libros que alli habia eran todos teoricos, de cuando estudiaba derecho. Mayca siguio revisando y... !Un momento! ?Sucedio en otono? ?Ese que clase de libro era? ?Quien era Lisa Kleypas? Y lo mas importante, ?que diantres hacia un libro de... duques y ladies en su estanteria? La incertidumbre de tener un ejemplar de este tipo la hizo tener que sentarse en el sofa. Hacia tanto tiempo que no tenia un libro en sus manos, que la joven habia olvidado el olor tan caracteristico que desprendia un ejemplar fisico. Leer en la tableta era como mas cosmopolita, mas moderno, mas comodo y ordenado. La portada capto su atencion. Se veia tan romantica y encantadora... No. Ese tipo de libros no era para ella. Aparto el libro a un lado. Ya se imaginaba que esa tal Lisa Kleypas, la autora de Sucedio en otono, hablaria de tontos bailes, condes, duques o grandes senores arrogantes y muchachitas sin cerebro donde la unica ocupacion seria <> un marido. No. Definitivamente, no. Ese tipo de lecturas era el que le gustaba a su madre, y a buen seguro, por algun olvido de esta, ese curioso ejemplar habia acabado en su estanteria. !Ay! Pero es que la portada se veia tan ensonadora y romantica... Volvio a sostener el libro entre sus dedos. Lo acaricio con suavidad. Ese estilo historico no casaba para nada con su estilo de vida... Ella era una mujer moderna que hacia lo que se le antojaba con quien le daba la gana... Aun asi... Nunca sabria como, pero Mayca acabo devorando los primeros capitulos con un hambre feroz. El, un duque, apuesto, seguro de si mismo, arrogante y en ocasiones tonto. Ella, una senorita americana de buena familia a la que ni tan siquiera le gustaba el... hasta el primer beso, claro. <>, penso Mayca cuando llego a la primera escena de sexo... vaya, vaya con la puritana mujer que se las daba de santurrona... y, !oye!, esa tal Lisa describia de un modo muy elegante un acto tan excitante... !Anda! !Y encima el duque se ha atrevido a dejar a la muchacha con ganas de mas en medio de un jardin que parecia del Eden! ?Como seguiria aquello? Las paginas pasaron y pasaron. Mayca se sumergio en un mundo apasionante donde se imaginaba con un precioso vestido de encajes y sedas deslizando sus pies por un elegante salon de baile, donde una orquesta de camara tocaba en directo un dulce vals. Mayca sentia los brazos del duque sobre su cintura. Se veia admirando los labios de el al tiempo que pedia que la besara. Ese Marcus era magnifico, pero habia en esa dichosa historia otro en discordia que... !Buah! Ella se quedaria sin dudarlo con el vizconde de St. Vicent. Sin apice de dudas, porque Mayca se veia capaz de hacerlo entrar en vereda. La pobre Lillian, la protagonista de la novela, se veia de armas tomar, pero Mayca estaba tan segura de que la americana no podria trasformar a ese sinverguenza... que apostaria su fortuna. ?Apostar su fortuna? De donde venia esa afirmacion. Ciertamente la novela era contagiosa... La historia avanzo y Mayca simpatizo con la heroina. Lillian habia cogido una cogorza curiosa. Si, efectivamente, su madre tenia razon al decirle a Mayca que con el alcohol una debia tener especial atencion. !La de temeridades que habia cometido ella misma bajo los efectos de un cubata fresquito en pleno verano! Y si, tambien las disfruto al igual que estaba haciendo Lillian. Pero los pretendientes de Mayca resultaron ser, a diferencia del de la protagonista, unos sapos asquerosos, que si bien fisicamente estaban requetebuenos, a nivel emocional eran... !Mejor olvidarlos! ?Y ahora un secuestro? !Madre del amor hermoso! Esta novela que no queria leer tenia de todo. El perro ladro y saco a Mayca de la historia. Se habia hecho de noche y se resistia a dejar el libro sin saber que haria Marcus al respecto. El perro volvio a ladrar. Entonces Mayca dejo de lado el libro y se marcho en busca del collar del can para darle un corto paseo reglamentario. Mayca bajo y subio por la escalera a la velocidad de la luz, pensando en la suerte que tenia de que el ordenador no necesitase de un cargador, porque ella iba a meterse en internet a averiguar si Sucedio en otono formaba parte de una saga, tal y como sospechaba, y si el denominado lord St. Vicent tendria su propio libro, porque necesitaba conocer la historia de ese libertino encantador; y si Lisa Kleypas tenia mas libros como el que se moria por concluir... !Por Dios! Lo que se habia perdido hasta la fecha... Despues de comprobar que habia material para dar y vender con la conocida como saga de las Florero, Mayca retomo el libro con temor. Deseaba conocer el final de la historia, pero a la vez no queria que terminase la novela. Hacia mucho tiempo que algo como aquello no le sucedia. Ciertamente estaba agotada de haber leido sobre multimillonarios que se enamoraban de cenicientas. !Agotada, celosa y furiosa! Llamaron a la puerta y ella chillo con frustracion. Estaba en lo mejor del libro. El perro volvio a ladrar. Se puso de puntillas y miro por la mirilla. El corazon comenzo a bombear fuerte. La ultima temeridad cometida bajo la influencia del alcohol estaba en su puerta. No iba impecablemente vestido ni se presentaba a lomos de un blanco corcel, pero el condenado venia mas guapo que nunca y las rodillas de Mayca temblaron, como lo habian hecho las de Lillian cuando Marcus... !Dios santo! Una novela de epoca, mejor dicho, una novela de las de su madre, anclada en la epoca victoriana, habia conseguido que ella estuviera pensando en darse un revolcon en medio de un jardin. --Hola --saludo el cuando la tuvo delante. --Buenas noches, milord. --Mayca apreto los labios cuando lo vio a el estrechar el entrecejo. --?Como has dicho? --?Que quieres, Lucas? Estamos en confinamiento. No deberias estar aqui. --Sabia que habia sonado brusca, pero le daba igual. El mostro una pequena bolsa de viaje. --Tal vez sea osado por mi parte, pero me encantaria pasar el confinamiento contigo. <>, penso Mayca. Con lo agustito que estaba ella con su novela historica. Si su madre se enterase de que tenia pensamiento de comprar lasta el ultimo libro romantico historico que fuera similar al que estaba leyendo... --No creo que... --No sabia como terminar la frase. El chico estaba bien. Se habia divertido con el, pero no le apetecia nada tenerlo en su casa durante el confinamiento. Mayca lo observo. Esa mirada que el estaba poniendo... La verdad es que era guapo. Sus ojos verdes, su pelo corto moreno, su ancha espalda... Lucas bien podria ser un duque. --?Seguimos siendo amigos, Mayca? --El no estaba dispuesto a dar su brazo a torcer. --Quedo claro que lo de la otra noche fue un error que no habia tenido que suceder jamas. --La joven trago saliva. ?Eso que habia cruzado el rostro de el habia sido decepcion? !Imposible! Los dos estuvieron de acuerdo en que el alcohol fue el culpable de la alteracion en su relacion. Mayca y Lucas eran amigos. Muy buenos amigos, tan amigos que ella no queria empenar la relacion haciendo algo como lo que habian hecho hacia una semana. Estos dias lo habia evitado porque la situacion era incomoda a mas no poder. --No seria la primera vez que pasamos un fin de semana juntos, Mayca. Lo hemos hecho en multitud de ocasiones --menciono el, tenso como un edificio de cincuenta pisos. --Yo... --Mayca estaba dubitativa. Por un lado, queria que todo fuese igual a antes de aquella noche, pero por otra ambos sabian que todo habia cambiado. ?Por que lo tenian que haber complicado? Ciertamente haber roto con el sapo asqueroso de Tony fue un claro detonante para que ella se lanzase a los brazos de un buen samaritano. Si. Justamente asi era Lucas, un tierno respaldo sobre el que acurrucarse cuando algo iba mal.... Y, claro... tanto, tanto se habia acurrucado ella entre sus brazos, que al final sus labios se encontraron y los dos se metieron en el cuarto de bano de la discoteca para acabar dando paso a una lujuria salvaje y breve que los dejo saciados, pero a la vez avergonzados. Las sensaciones al recordar aquella sordida escena eran muy contradictoras. !Ella no queria estropear su amistad! --?Mayca? --El la devolvio a la tierra porque estaba tan inmersa en sus cavilaciones que se habia olvidado de que tenia que dejarlo entrar o echarlo. --Habia pensado en leer un rato. --Lo cual no era mentira--. Y luego acostarme. --Sus mejillas se tineron de rosa como lo habian hecho las de Lillian. Mayca maldijo interiormente al darse cuenta de que esa novela le habia influido mucho mas de lo que pensaba. ?Desde cuando tenia ella tendencia a ruborizarse al hacer mencion a una cama? ?Y por que estupido motivo imaginaba a Lucas tendido en la cama llamandola con un sutil movimiento de cabeza? Y lo peor de todo, ?por que diantres no paraba de imaginarlo como un noble enfundado en un traje elegante a lo Beau Brummell? --Fantastico. Yo hare la cena. --Lucas se hizo hueco y entro. Mayca tenia justo en la punta de la lengua una replica cuando el empezo a hablar--. No tengo bateria en el movil, Mayca, ?donde puedo cargarlo? --?Eso es un cargador Samsung? --pregunto ella mientras su corazon daba saltos de alegria. --Claro, ?ya no recuerdas ni la marca del movil que tantas veces me has robado porque el tuyo se quedo muerto? --El le sonrio de un modo que ella encontro adorable. !Un momento! ?Adorable? De donde venian estos pensamientos y palabras tan desconcertantes... !Maldita novela de epoca que habia calado en ella hasta extremos impensables! Mayca nego con la cabeza para sacar de sus pensamientos las escenas de Marcus y Lillian de su mente... en especial las eroticas, porque ese duque que la tenia conquistada comenzaba a tener la cara de Lucas en sus pensamientos y eso era demasiado peligroso. --?Mayca? ?Te encuentras bien? --Ese que se parecia al duque le habia puesto la mano sobre la frente--. ?No me digas que te has infectado con el bicho? --?Bi...cho? --balbuceo ella mientras se dejaba frotar la frente con la mano tierna de el, y contemplaba sus finos labios. --El coronavirus. --No, por supuesto que no estoy enferma. --Ella se enfado porque el habia roto la magia. ?Magia? Mayca volvio a negar. Tal vez estuviera enferma, pero la causa habia sido ese tonto libro de duques y damas. --?Mayca? --El se acerco mas a ella para inspeccionarla--. Estas muy rara... ?no sera por lo de...? --!No! --lo corto energica. No queria revivir aquello. Mayca se aparto de el. Por alguna extrana razon que no se atrevia a examinar, estar cerca de Lucas se estaba convirtiendo en un juego muy peligrosos. Su amistad era demasiado valiosa para ponerla en peligro. Los dos estuvieron de acuerdo despues de... de... de... !Si!, de aquello. Sus familias eran intimas y la sana fraternidad que los dos habian alimentado durante tantos anos, no era algo nimio para ponerlo en juego por una tonteria como un polvo rapido. --!Esta bien! --El alzo las manos en senal de rendicion. Lucas comprendia perfectamente que ese era un tema tabu. Decidio callar. --Dame el cargador, por favor. --Mayca se lo arrebato de las manos. El no opuso resistencia. Su amiga era muy temperamental y el estaba acostumbrado a dejar que se saliese con la suya. Sin embargo, habia una cuestion sobre la que tenia mucho que decir y Mayca no iba a conseguir que el se rindiese tan facilmente. Ella salio directa en busca de la tableta para darle corriente. Se sento de nuevo en el sofa cerca del enchufe y conecto el aparato. Amazon iba a recibir una visita y las novelas de la saga estarian en su poder en menos de lo que cantaba un gallo. Lucas la vio tan absorta que la dejo en paz. Dejo con cautela su bolsa de viaje en el suelo, porque si bien en la casa habia dos habitaciones, el se habia cansado de acostarse en la cama que ella le habia asignado cuando el se quedaba en su piso. Lucas se metio en la cocina dispuesto a preparar la cena. Abrio la nevera. Al menos la comida nunca faltaba en casa de Mayca. Seguro que su madre le habia hecho la compra. Para comer prepararia unos macarrones a la carbonara y habia traido una botella de vino dulce que se llamaba El Novio perfecto. No es que fuera algo sutil, pero... ?que tenia que perder a estas alturas? Mayca era dura de roer. Hacia siete dias y diez horas que al fin la habia tenido para el. Ella llevaba dos semanas muy tocada por la decepcion de su ultimo ligue. Lucas estaba a un paso de pedirle que se dieran un tiempo en su relacion como amigos porque habia llegado al limite de tolerancia ya. Eran muchos anos sabiendose enamorado hasta las trancas de ella, y no podia soportalo mas. Pero aquella noche todo cambio. La musica de la discoteca, un par de copas, un tema que la hizo bailar pegada a el y de pronto estuvo comiendole la boca como un descosido y apretandola contra su cuerpo. Fue agonico pero placentero. Torrido pero emocionante. La necesidad que sintieron ambos lo llevo a meterse en un cubiculo de mujeres. Mayca acabo pegada contra la pared mientras el peleaba con la correa de sus vaqueros para meterse dentro de ella. ?Preliminares? No hubo tiempo mas que de besarla en la boca para tragarse los gemidos de ella para hacer aquello un poco mas discreto. A Lucas le importaba muy poco que los oyesen follar. Si, aquello que hicieron no fue mas que aliviarse. El se quedo con ganas de mas, de hacerle el amor. Desnudarla, lamerla y hablarle al fin de sus sentimientos.

  • La historia de una criatura de la lluvia de Luz Ros

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    Vas a conocer enseguida a Monica y La Vintage, una cafeteria especial y casi magica. Vas a tener que descubrir a Ela, dudar a veces y sentir casi siempre, hasta que su incognita se desvele hacia el final de la historia..., o no. Y, sobre todo, te aseguro que te engancharas hacia la pagina... Pero vamos a empezar por el principio, ?no crees? Iban dos y se cayo el del medio. <>, te preguntaras. Pues algo, pero muy poquito, la verdad. Pero por algo hay que empezar... Iban dos y se cayo el del medio. Que si. Que el del medio se cayo. El caso es que <> se cayo... Una caida de esas de ir al hospital y analisis y placas y horas y horas y todo eso. !Ah! Por cierto, el del medio era la del medio. Y se cayo. --?De donde cayo?, ?del segundo piso? --Pues un poco mas alto, mas arriba. --?Del sexto? --En realidad, cayo del cielo. --?Que? --Que cayo del cielo. Con la lluvia, exactamente. ?Que si es un angel? Pues no, la verdad, de eso no entienden arriba ni yo tampoco. Los angeles suenan a buenos y santurrones... Tecnicamente, se trata de una criatura de la lluvia. --?Y eso que es? Pues eso es lo que vamos a contarte: la historia de una criatura de la lluvia. Principios de agosto, tras un mes de julio pesado, pesado de calor. Monica va por la calle sudando y de repente se forma una tormenta. Y cae una criatura de la lluvia. Pero, claro, eso Monica aun no lo sabe. Me refiero a que no sabe que ha caido ni que es una criatura de la lluvia. Lo tipico..., hadas, duendes, elfos, sirenas..., cosas de esas. Bueno, y tambien vampiros y hombres lobo, por tanto, libro crepuscular. ?Que? ?Que quieres saber que es? Pues, querido lector, vas a tener que esperar, porque toda historia comienza por el principio, que puede ser lo mejor... o no, igual que el final. Capitulo 1 Todo comienza Voy de camino a la cafeteria donde trabajo como camarera, cocinera, limpiadora, psicologa, cajera, reponedora, contable... Si, mi nombre es Monica y soy la senora duena del local, con sus pros y tooodos sus contras. Para que te voy a contar como estamos los autonomos en Espana..., pero, en fin, no me quiero quejar, que tampoco se como estan en otros lares. Como decia: primeros de agosto y yo de camino a la cafeteria, pensando en que estos zapatos me van a molestar de aqui a un rato. !Inocente de mi! Que ese fuera el mayor de los problemas. Aquel mes de agosto no tenia ni idea de lo que me esperaba, ni lo que me esperaba tenia idea de mi. Ela cayo cual pesado fardo en medio del trocito de cesped que habia en el parque infantil de las afueras. En un primer momento disfruto del color verde del cesped, de su textura, de como guardaba las gotas de lluvia, la humedad de la tierra, esponjoso, frio, fuerte y delicado..., hasta que todo el cuerpo le empezo a doler dolorosamente amargamente profundamente, sin saber que parte del cuerpo era la que no dolia, porque no parecia que hubiera alguna que no doliera o fuera a doler. Anadamos, ademas, que experimentar un cuerpo nuevo de esta forma, asi tan de golpe y golpes, es una de las peores maneras de empezar. Aunque, desde luego, le hizo notar cada una de las partes de aquel delicado cuerpo. Coger aire, suspirar, gemir de dolor. Asi no habia pensado Ela empezar en la tierra. Ella queria que sus primeros sonidos fueran dulces, ?angelicales?, equilibrados, armoniosos..., al menos al principio, porque con la practica ya veria como cambiar las cosas..., jejeje. Pero no, solo salian lamentos y parecia mas un perro apaleado que ninguna otra cosa. Cruzo la calle y... !vaya! O !caramba! Ahi estaba el hospital. --!Que casualidad! --dijo mirando hacia arriba hacia el cielo o mas alla, pero enseguida bajo la mirada por el dolor que le supuso estar en esa postura. Bueno, tampoco era momento de despreciar la ayuda. Horas despues, estaba en la puerta con unos cuantos papeles, un brazo enyesado, moratones en las piernas y una tirita en la cara. No habia mas que pensar que era su dia de suerte. Aunque Ela no tenia experiencia en caidas desde arriba ni sabia de nadie que hubiera caido con anterioridad, decidio mirar las cosas con optimismo, concluyendo en pensar que el comienzo habia ido muy bien. Pero, dado que era inquieta, sentia en su interior que ya llevaba bastantes horas quietecita, sin hacer nada. Y esa desazon tenia que calmarla, porque no era buena. No, nada buena. Un toquecito y el semaforo se pondria en verde y, !oh!, los peatones pasando. Frenazos, pitidos, gritos, ofensas. Ji, ji. Ya empiezo a pasarlo bien. Un poco de diversion, por favor. Y, mientras decidia el siguiente paso que daria, volvio al parque, a desembarazarse de vendas, potingues, papeles, moratones, dolores grandes y pequenos..., hasta volver a ser ella misma. La cafeteria La Vintage luce una decoracion muy cuidada con base vintage parisina, londinense y de casino espanol, con elementos eclecticos que la hacen muy especial. Vamos, un mezclaillo con mucho encanto. ?Recuerdas los carteles donde se ponia el menu en la puerta de los bares, que imitaban a un cocinero con su gorro, casi a tamano real? !Pues uno de esos tengo yo! A mi me recuerda a sitio turistico de los setenta, veraneo familiar, olor a salitre y bronceador de zanahoria..., a sensaciones de mucha vida. Me costo encontrarlo, pero ahora lo tengo aqui, junto a uno de los bojs que flanquean la puerta de madera acristalada, a la entrada de La Vintage. Entras en La Vintage y entras a otro mundo donde todo tiene cabida, donde cabe relajarse, hablar con los amigos, disenar un videojuego, montar un club de lectura, jugar a la Play... o tomar el te. Un gran espacio con secciones diferenciadas. Una gran biblioteca de suelo a techo, repleta de libros de todo tipo, en el rincon junto a la cristalera de la entrada, con sofas, butacas y lamparas de lectura. Junto a este rincon, escritorios antiguos de madera, restaurados; y, sobre ellos, los ordenadores mas modernos y potentes que pude conseguir. Sillones, sillas de colores, sofas, mesas y mesillas distribuidas por todo el local, donde cada grupo es un mundo, o un submundo, en el que se respira distinto, se crea, se transforma, se rie, se llora, se lee, se investiga, se siente..., se vive. Y lo mas emocionante es ver a un joven de veintipocos anos disfrutar comentando un libro con una senora de sesenta, que no solo esta disfrutando, esta ganando vida. O ver al tipico friqui (cara al ordenador) que no se da cuenta de que le sonrie la timida muchacha del fondo, que ha venido con sus amigas a tomar un batido. Los ruidosos de todas las tardes, pero con esa energia que dan los diecisiete, dieciocho o mas, que nunca se tiene bastante, que se quiere mas, se vive mas, se rie mas fuerte y mas alto, se exagera, que son buena gente y animan hasta al mas grunon. No puedo olvidarme de mis clientes fijos del cafe de la manana. Cada uno (!que curioso!) tiene su sitio. Es como una tradicion o un habito sentarse cada dia cada uno en su sitio. Si, alguna vez, por lo que sea, esta ocupado, se quedan unos segundos indecisos, fuera de lugar, sin saber que hacer o donde sentarse, desubicados totalmente, porque aun no han comprobado que ver el mundo desde otra perspectiva, desde otro punto de vista, en otro entorno, te abre los ojos y la mente y puede que hasta el corazon. Hasta a mi me descoloca que alguien nuevo ocupe un sitio <>. Pero me coloco mi mejor sonrisa, porque un cliente nuevo no solo es un cliente nuevo, es una oportunidad unica de tener esa primera impresion que dicen que nunca se pierde. Y yo, lo siento, pero disiento completamente, porque si las personas tenemos capacidad de cambiar, ?como no van a cambiar nuestras actitudes y las impresiones que nos hacemos de otras personas que, a su vez, tambien pueden cambiar? Como decia William Blake, <>. Pues eso. Y, la verdad, crecemos constantemente, no solo cuando somos ninos, de mayores tambien estamos creciendo, aunque siempre tan ocupados que no nos damos cuenta. Ya, ya lo se. Vuelvo al tema. Estabamos con un nuevo cliente. Un nuevo cliente que aun no sabe que saludar es gratis, que la sonrisa es gratis y que ser amable es gratis, que te pregunta que que se puede comer... con sus ojillos de nuevo, con su nariz de nuevo, su boca de nuevo, su pelo o su no pelo de nuevo..., y que no es consciente de todo lo nuevo que es; no sabe todavia que al entrar en La Vintage todo puede ocurrir, lo imaginable y lo que no todo el mundo es capaz de imaginar, porque La Vintage no es tan solo una cafeteria, es... algo mas. Y ya no volvera a ser un cliente nuevo, porque aprendera y aprenderemos de el, porque formara parte de este espacio y de este tiempo.

  • Mano grande, mano pequena de Basajaun

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    Tras la aparicion del cadaver de un cura, horriblemente mutilado, dos hombres se entregan a la justicia. Durante la investigacion llevada a cabo por la guardia civil, cada uno de ellos contara lo que sabe al teniente que les interroga, un hombre cruel que ve como, por momentos, las declaraciones de los detenidos van mas alla de lo que el mismo se hubiese podido imaginar jamas. . . llevandole a vivir el que sera el peor dia de su vida.Abusos de poder, sucesos paranormales, venganza y honor perdido, se dan cita en esta pequena historia. Una historia banada en sangre que emerge desde las entranas de la Espana mas negra, seca y polvorienta. Una pequena historia que transcurre en un recondito lugar, vivo reflejo de una Espana olvidada por muchos, y que solo pretende ser un homenaje a los hombres y mujeres de esa Espana que, azada en mano, arremetian contra sus propias penurias regando la tierra con el sudor de su frente, y tragaban sus miserias con vino y orujo. Un homenaje a los heroes de verdad.

  • Enamorame en 7 minutos de Silvia Garcia Ruiz

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    Cuando Carol se casa por quinta vez, decide dejar al frente de Eternal Heart, su agencia matrimonial, a sus hijas, Johana y Cristine. Sus continuos fracasos amorosos no han sido un buen ejemplo para ellas, aunque Carol tiene la esperanza de que algun dia encuentren el amor.

  • Como Escribir Textos Tecnicos o Profesionales de Felipe Dintel

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    No solo los literatos o periodistas deben dominar el oficio de escribir. En cualquier profesion o actividad empresarial, la comunicacion escrita es un elemento fundamental para asegurar la eficacia de cualquier iniciativa. Saber expresarse con claridad y correccion facilita el logro de los objetivos profesionales. Y la elaboracion de un texto es un proceso metodico que es preciso aprender. Esta guia proporciona las claves para: Ordenar las ideas y organizar la informacion de que se dispone. Fijar (y conseguir) objetivos. Adaptar el tipo de lenguaje a su destinatario. Emplear la presentacion mas adecuada para la finalidad del documento. Las Guias del escritor son una serie de manuales practicos ideados como ayuda y apoyo para todos los que deseen dominar el oficio de escribir. A traves de ejemplos, ejercicios y utilisimas orientaciones, cada volumen cubre algun aspecto fundamental de la creacion literaria. Una coleccion imprescindible para escritores noveles, redactores y estudiantes en general.

  • El hijo del jefe 1 de Sierra Rose

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    Britt Collier estaba, peligrosamente, a punto de volverse loca. Ella era la unica contable contratada actualmente, y aunque no le importaba contestar preguntas relevantes, no necesitaba a su adulador jefe apoyado sobre su escritorio. Obviamente estaba estirando el cuello para conseguir ver algo debajo de la blusa. Como esta tactica le era familiar, ella llevaba la blusa abrochada hasta arriba y un chaleco de punto sobre ella, para que incluso en caso de un catastrofico accidente con los botones, ella estuviera aun protegida de sus ojos fisgones. Si la pequena empresa tuviera un departamento de Recursos Humanos, habria presentado una queja por acoso sexual. Tal y como estaba, la gerente de contratacion era tambien la asistente del COO, asi que tampoco seria novedad para ella. El COO, tambien llamado director general de operaciones, es un puesto en lo mas alto del ranquin de puestos ejecutivos en una organizacion. Quiza algun dia ella tambien alcanzaria lo mas alto de la escalera corporativa. Una chica siempre puede alcanzar el cielo, ?no? De hecho, Britt estaba bastante convencida de que la asistente habia conseguido ese doble titulo gracias a una entrevista horizontal con el Senor Freeman en persona. A Britt le habria gustado imaginarse a si misma como una mujer sensata, una feminista que no era prisionera de nadie. Sin embargo, se desplomo sobre su escritorio sin decir nada mientras el senor Freeman se acercaba a ella senalando a su monitor. El no podia dejar de mirarle el pecho. Ella se aparto del escritorio deslizandose con su silla de oficina con ruedas. -Es suficiente -dijo. - ?Disculpe, senorita Collier? -dijo el alzando las cejas. -Explique todo esto en mi correo electronico. Asi que si no le importa, tengo cuentas de gastos que actualizar. -Por supuesto. Se lo ocupada que esta. -Si me disculpa. El sonrio. Ella salio de su pequeno cubiculo y fue al bano de chicas, simplemente para estar lejos de el. Desearia poder haberle dicho algo mas astuto e inteligente, algo que humillara sus intentos de rozarse con sus pechos igual que eso la humillaba a ella. Para sentirse mejor, miro la fecha en su telefono. Seis dias mas, se dijo a si misma asintiendo. Britt consiguio acabar la ultima hora de trabajo rapidamente comprobando hojas de calculos y tachando tareas de su lista de cosas por hacer. Acabo todo diez minutos antes de las cinco, con tiempo suficiente para ordenar su escritorio y hacer su lista de tareas para el dia de trabajo de manana. En cuanto la manecilla de los minutos llego al doce, se levanto, bolso en mano. Bajo en el ascensor desde el undecimo piso, donde se encontraba la Consultoria Creativa, y llego al vestibulo justo cuando Marjorie, su mejor amiga, salia de las escaleras. Marj estaba entrenando para una media maraton y opinaba que los ascensores la debilitarian. Se dirigieron por acuerdo mutuo hacia Joe's Java la cafeteria a la vuelta de la esquina de la oficina. Tuvieron su habitual quedada de los jueves para el cafe de despues del trabajo. Sentadas en un reservado al lado de la ventana, Britt dio un sorbo a su cafe con caramelo y suspiro aliviada. Se estaba tranquilo alli, pero no el tipo de tranquilidad que tenia ella en la oficina, con ese molesto zumbido de las luces fluorescentes sobre su cabeza y ese expectante silencio como el de un tiburon en el agua mientras ella se esforzaba por escuchar si Freeman se acercaba. En realidad, no era un tiburon, razono ella, era mas bien como un pulpo con todos esos brazos y manos. Marjorie se pidio algo con soja y proteina en polvo que tenia un aspecto verdoso. -Eso parece pintura. Pintura fea. Como la de la sala de espera del medico. -Gracias. Pero esta bueno. Agua de coco y repollo con polvo de proteina… -Suena como al paraiso -gimio Britt. -No, el paraiso seria tres semanas en Bali con Ryan Gosling. - ?Aun con Ryan Gosling? ?Podemos pasar pagina, por favor? -Jamas. Yo soy muy fiel. - ?Con cuantos chicos has quedado este mes, senorita Fiel? - dijo Britt de broma. -Eso es quedar. Ryan Gosling y yo, eso es amor verdadero. - ?Sabe el algo de todo esto? -No, es mejor asi. No quiero quitarle la ilusion. -Oh, que generoso por tu parte. Freeman estuvo en mi oficina esta tarde senalando a mi monitor. -Uh. ?Tiro algun boli para asi echarle un vistazo a tu falda? -Llevo pantalones por algo. -Asi que se fue directamente a por las tetas. Te escucho… -dijo Marj con arrepentimiento. -En una semana estara jubilado y haciendose un hueco entre jugadores de bingo sin suerte en la residencia de ancianos. - ?Tiene pinta de que le guste el bingo? -No, tiene pinta de que pasara el rato en clubs de strippers e insistira en cambiar los tangas. -Eh, si. Pero bueno, al menos no le tendremos respirando detras de nuestros cuellos. -Querras decir respirando profundamente detras de nuestros cuellos. Es tan pervertido. -Creeme que no pienso echar una sola lagrima cuando se vaya, pero, ?y si el que viene es incluso mas mamon? - ?Pero eso es posible? Quiero decir, Hitler esta muerto, ?no? -Si, pero hay un monton de cerdos machistas en el mundo en puestos de altos directivos. Les gustan los puestos de autoridad cuando no estan tomando el sol en una comoda roca. -Cierto. Bueno, dejame ver las casas. -Apartamentos. He encontrado propiedades de entre las que elegir. Estoy deseando ensenarselos a Kevin esta noche. -Seis meses es mucho tiempo. ?Donde lo vais a celebrar? -Acaban de reabrir Tamarind despues de remodelarlo. Nos morimos de ganas de probarlo. -Britt dijo emocionada -Me he comprado un vestido y todo. - ?Has ido de compras? Debes de estar emocionadisima. -Bueno, nos mudamos juntos despues de todos estos meses. Estoy deseandolo. Ya no vere mas capitulos de Esta Casa es una Ruina porque estoy sola y aburrida. Estaremos juntos y realmente empezaremos nuestra vida. Yo queria coger algun sitio que pudieramos arreglar juntos, hacerlo nuestro, pero a Kevin no le va mucho lo de hacerlo nosotros mismos. - ?Hacerlo vosotros mismos? A ti eso tampoco te va. -Seamos justos, no, no tengo muchas habilidades para arreglar cosas en casa, pero me gustaria aprender. He visto algun tutorial de como lijar y pintar un banco del mercadillo y me gustaria probar. - ?Ves videos de bancos? Cielo, necesitas hacer algo mejor. - ?Que me sugieres que haga? -Encuentra algun video chulo en el que salga Ryan Gosling. -Estas imposible -dijo Britt moviendo la cabeza mientras se acababa el cafe. -Me gusta este primero. -A mi tambien pero creo que la cocina es demasiado pequena. ?Y si tengo que preparar una lasana o algo? No hay espacio suficiente en la encimera.