• Supersticion (Mafia 2) de Raquel Attard

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    En Roma habia una vieja supersticion que decia que matar a tu sangre te auguraba una vida de penalidades. Cosomo no era de mi sangre, pero ya lo queria como si lo fuera. Por eso me dolia tanto estar ahi, apuntando con mi pistola a su cabeza. Dice la supersticion que su fantasma te perseguira hasta el fin de tus dias, instalando en tu vida la mala suerte. No era justo. Era el quien nos habia traicionado. Era el quien debia cargar con la pena, no yo. Note que algo frio se apoyaba en mi cabeza. Me gire y vi a Blake apuntandome. --Dejalo --me ordeno. Contuve el aliento, destrozado porque ella atentara contra mi vida y, a la vez, aliviado porque la muerte de mi amigo ya no estuviera en mis manos. Segundo Prologo BLAKE Baje al salon en busca de mis padres, despues de hablar con Zia y Fiorella. Por suerte, o gracias a mi esfuerzo, habia aprobado el ultimo examen y podria hacer el Doctorado el ano que viene. Sin embargo, no sabia lo que me esperaba al final de la escalera. Ojala no hubiera salido de mi habitacion. Ojala no hubiera bajado ese ultimo escalon. Mi vida no habria cambiado para siempre. Mi madre estaba llorando, desconsolada. Mi tio Agostino andaba concentrado, caminando de un lado a otro sin encontrar un rumbo fijo, hasta que levanto la cabeza y sus pasos lo guiaron hacia mi. --Blake, tu padre... su coche. Corri como si me estuvieran persiguiendo y, en cinco segundos, ya estaba en el garaje. Encontre a mi padre subido en su vehiculo, con una mano en el volante, otra en las marchas y el pie en el embrague. Le temblaba todo el cuerpo. --Papa, ?que pasa? --Hay una bomba, Blake. No se como han llegado hasta aqui, pero me han tendido una trampa. Uno de nuestros hombres de seguridad estaba intentando desactivarla, mientras yo habia estado ajena a todo, riendo con mis amigas por unas notas que ya de poco servian. Mi telefono vibro en el bolsillo y, por inercia, lo cogi. Pense que, si alguien llamaba en ese preciso momento, quiza fuera para ayudarnos. Desee que hubiera una intervencion divina, que algo o alguien impidiera lo que estaba a punto de pasar. --Han puesto una bomba en el coche de mi padre --informe a quien me llamaba. Ni siquiera me fije en quien era la persona al otro lado del telefono. Escuche un ?Que? ahogado y me lo aparte de la oreja. Voy para alla. Dijo esa lejana voz. Mis ojos seguian fijos en los de mi padre. Nunca vi tanto miedo en ellos. Ni tanta resignacion. --Blake, tienes que ser fuerte. Cuida de tu madre y tus abuelos. Hija, tu y solo tu --remarco la palabra--, eres mi legado. --?Que dices? --grite con calma--. ?Que estas diciendo? --volvi a repetir sin sentido--. Saldras de esta, papa. Te jubilaras a tu manera, como tu querias. Queria infundirle fuerza, pero ni siquiera podia tocarlo. No podia arriesgarme a que la bomba detonara. --Escuchame bien, porque no se cuanto tiempo tenemos. Esto no lo ha hecho un clan enemigo, esto es obra de alguien que nos conoce. Encuentralo y venga mi muerte, hija. Eso fue lo ultimo que me dijo mi padre antes de que su cuerpo se convirtiera en cenizas. Lo siguiente que recordaba era a Alex gritando que saltara. El fuego. El miedo. La niebla. Las sombras. Alex desapareciendo como lo habia hecho mi padre minutos antes. Su cuerpo calcinado. Una unica lagrima. Y la oscuridad. La vida nunca volveria a ser igual. Capitulo 1. Nueva York BLAKE Desde el rascacielos mas alto de Nueva York contemplaba mi ciudad. Las calles que me habian visto crecer, la vida que habia disfrutado… todo estaba alli, oculto tras edificios gigantes que empequenecian a las personas. Y muchos de ellos eran nuestros. La cadena de hoteles De Lucchi se erigia mas alla de donde alcanzaba la vista y silenciaba la verdadera realidad que emergia del asfalto. Mientras las personas caminaban de un sitio a otro, perdidas en el curso de sus vidas, yo estaba concentrada en la frontera. La que dividia el bien y el mal, el corazon y la razon, la suerte y el destino. Habia heredado el negocio de la peor forma posible y ahora tenia que ser la cabeza de familia, tenia que enfrentarme a mis peores pesadillas y, me habia preparado para ello, me enseno el mejor. Aunque mi padre nunca habia pretendido que mi corazon se convirtiera en piedra. El queria a mi madre como a nadie, era el amor de su vida. Y me queria a mi, a mis tios, a mis primos y a mis abuelos. Por ello me resultaba tan dificil seguir sus pasos, continuar el camino que el habia preparado tan sabiamente para mi. Porque yo nunca seria como el. Tan dura y bondadosa, tan noble y fuerte. Pero lo intentaria. Desde lo mas profundo de mi ser. Lo ultimo que me pidio antes de morir fue que vengara su muerte. El estaba seguro de que aquello debia haberlo orquestado alguien que nos conocia muy bien, puesto que consiguieron acercarse demasiado. Entraron en nuestra propiedad. En nuestro territorio. Hice la firme promesa de descubrir quien habia sido. Se la hice a el y me la hice a mi misma. Y nada ni nadie me impediria cumplir su ultima voluntad. Haria de ella mi mision personal. Pero eso que me habia pedido mi padre, era lo mismo que me ponia en un aprieto, porque debia desconfiar hasta de mi propia sombra. Debia posicionarme por encima de lo que era ahora, ver las cosas en perspectiva, distanciarme del presente. Tenia que descubrir a la mujer que habia en mi, a la estratega, a la mafiosa. Y no seria una tarea sencilla. Mi abuelo siempre decia que a una persona no la hacia grande quien era, sino quien tenia alrededor. Si te rodeas de tu gente, si esa gente te es leal, es porque tu demuestras que merece la pena que te sigan. ?Como romper con aquello que tenia tan arraigado? Ayudaba que la gente solo viera lo que queria ver. Ayudaba poder ocultarse a plena vista. Volvi a casa, esperando encontrar esa parte de mi humanidad que veia perdida. Y parecia que el destino habia jugado sus cartas, porque mi madre me sorprendio con algo que me encogio el corazon. Una nota llego desde Roma. --Carino, ?quien ha escrito esto? --me pregunto mi madre en cuanto llegue. --No se de que me hablas. Cogi el papel que me tendia, esperando encontrar amenazas o algo peor. Un vestigio del futuro que me aguardaba. --Esta nota. Estaba en la puerta. Se la quite de las manos. En ella rezaba Il mio cuore e per voi 1 , con una caligrafia rapida pero preciosa. ?Como era posible que necesitara algo que no conocia? ?como podia doler algo que ni siquiera teniamos? Esa relacion maravillosa que podiamos haber construido, que latia a nuestro alrededor, recordandonos a cada instante que la vida podia ser mas. Arrugue el escrito y me lo guarde en el bolsillo de la chaqueta. Debia apartar a Alex de mi mente, tenia que olvidarle y pensar en lo que estaba por venir. Necesitaba curarme, y eso unicamente lo conseguiria haciendome de hierro. No habia sitio para nadie mas. Y una cosa si tenia clara: nunca volveria a ser la misma. Pero, para mis adentros, sin que nadie me escuchara, me permiti pronunciar por ultima vez: mi corazon tambien es tuyo, Alex. Capitulo 2. Roma ALEX Estaba sentado en la Fontana di Trevi, pero mi mente estaba a muchos kilometros de alli, en Nueva York. Pese a que Roma era mi casa, queria volver, queria verla, pero por el momento iba a ser imposible. Tenia que acabar con los Leoni. Aqui contaba con la ayuda de mi primo y los hombres que antes estaban a mi cargo y ahora estaban al suyo. Romano volaria a Italia manana. Era algo que teniamos que hacer los tres juntos. La venganza seria epica. Lo unico bueno de estar aqui era que me reencontraria con Julia y ella por fin volveria a reunirse con Sebastian y podria acompanarnos en nuestra nueva vida. Por fin podriamos llevarnosla a Nueva York y estar de nuevo juntos toda la familia. Bass y Julia merecian tener una vida feliz por encima de todo. O una vida. Solo pedia eso. Mi hermano y mi cunada habian pasado por mucho. Llevaban juntos desde el colegio. A veces, no sabia como lo hacian. Como tenian esa complicidad, esa conexion, ese poder el uno sobre el otro. Nunca los habia visto pelear. Seguro que lo habrian hecho, mas veces de las que pudieran contar y, sin embargo, ahi estaban. Separados, pero mas fuertes que nunca. Bass era el mediano de los tres y, por ello, habia heredado la gracia de mi madre y el saber estar de mi padre. No era tan serio como yo, tan distante. No era tan despreocupado como Romano, tan descuidado. Tenia lo mejor de cada uno y yo no podia admirarlo mas. Sabia lo que mi cunada, lo que cualquier persona, veia en el. Sabia lo que valia y lo valoraba por ello. Por eso, estaba seguro de lo intranquilo que se encontro cuando Leo lo informo de que Julia estaba en peligro, y que su actitud anterior era, simplemente, fachada. Mi hermano tenia la peculiar costumbre de impregnar sus palabras con burla e ironia, creyendo que asi tapaba la realidad de lo que ocurria a nuestro alrededor. Por una parte, casi se lo agradecia, porque hacia que todo pareciera mas facil, mas liviano. Aun asi, sabia que estaba en contacto permanente con Leo por si ocurria algo. Y el momento habia llegado. Esta amenaza ya no podiamos ignorarla. Los Leoni se dieron cuenta de que Julia estaba haciendo transacciones para nosotros y la presionaron para que nos delatara. Pero ella nunca lo haria. Mi primo, que la tenia vigilada y la protegia de lo que pudiera pasar, mando un mensaje a Bass y corrimos hacia Roma. Quedaba poco para que se reencontraran. Teniamos que esperar a Julia en la Piazza Cociferi en cinco minutos. Bastian ya estaba alli. Me levante de la Fontana y dirigi mis pasos hacia esa parte de mi ciudad que me resultaba tan conocida, pero lentamente, esperando darles un poco de intimidad. Dios sabia que la necesitaban, pese a que yo tambien estaba deseando verla.

  • La ultima revelacion de Dani Padilla

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    Miranda Cardona, periodista de investigacion de afamado prestigio, ha desaparecido en extranas circunstancias.
    Reclutados por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), los detectives Olivia Giralt y Aitor Cruz viajaran hasta la ciudad de Paris, lugar en el que se desvanece el rastro de la reportera y en el que deberan cenirse a una unica pista: el hallazgo de un antiguo libro relacionado con el misterioso simbolo Omega.
    Durante siglos, su significado ha suscitado la incomprension de filosofos, historiadores y expertos en simbologia, pero tras el descubrimiento del enigmatico volumen, una serie de acontecimientos amenazan con revelar una terrible verdad que se creia olvidada.
    Conscientes de que dicho escrito puede resultar la ultima esperanza de hallar con vida a la desaparecida, ambos investigadores desconocen que estan a punto de introducirse en la destructiva espiral de una leyenda oculta muy capaz de cambiar la percepcion que todos tenemos de nuestra propia humanidad.

  • La criminologa (Los casos de Jennifer Palmer 1) Arthur R. Coleman de Arthur R. Coleman

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    Un trepidante thriller policiaco, una novela de intriga y sensualidad desde una optica nueva y fresca, un personaje diferente, pleno de originalidad y fuerza: Jennifer Palmer. El nuevo y mas sorprendente personaje de la novela criminal y erotica.Un novedoso enfoque de la literatura de asesinos en serie. Un autentico psicopata del crimen busca un adversario de su talla y reta a la criminologa Jennifer Palmer a traves de sus asesinatos: Los desafios del hombre. Es el kraken

  • Confianza de Kylie Scott

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    Ser joven significa vivir muchas experiencias: la primera vez que te saltas una clase, la primera vez que te enamoras. la primera vez que te apuntan con una pistola a la cabeza.
    Tras ser retenida como rehen durante el robo de la tienda de alimentacion local, Edie, de diecisiete anos, siente que algo dentro de ella se ha roto. No le apetece soportar la tonteria y el acoso de la escuela privada a la que acude, asi que se matricula en el instituto publico de su localidad, y ahi se cruza con John. El muchacho que arriesgo su vida para salvarla.

  • Secretos 3 de Christian Martins

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    A falta de unos dias para dar el "si, quiero", Julia decide mandar todo a paseo y comenzar una vida de cero. Para hacerlo, toma la decision de disfrutar en solitario del viaje que tenia programado para la luna de miel, sin saber lo que encontrara en este. En pleno Caribe, conocera a Elias Castro, un poderoso empresario que tiene todo lo que quiere en el momento en el que lo pide. Ambos comenzaran un apasionante romance rodeados de los mas exquisitos lujos. Julia no tardara demasiado en enamorarse del irresistible Elias, pero tambien descubrira que no todo es lo que parece. Las mentiras y los secretos comenzaran a estar presentes en el dia a dia de la pareja hasta que Julia, hastiada de mantenerse al margen y de desconocer la verdadera vida de su pareja, decidira marcharse y abandonarle para regresar a Madrid, su ciudad. Pero Elias ha encontrado al amor de su vida y no piensa dejarlo escapar tan facilmente. Regresara en busca de Julia y encontrara en Madrid un sinfin de peligros de los que no podra protegerse. Fuera de Mexico, no tiene poder ni contactos para mantener a Julia bajo proteccion, asi que no les quedara mas remedio que regresar. Julia, guiada por el amor ciego que siente por Elias, decide obviar todos los riesgos que ha sufrido y regresar a Mexico bajo la promesa de que, nada mas llegar, la hara participe de los secretos que han rodeado su relacion. ?Podra soportar la verdad? ?Le contara Elias todo lo que tanto ha luchado por mantener oculto? ?Se acabaran las mentiras entre ellos? Y..., lo mas importante, ?estaran por fin a salvo de los sicarios que les persiguen? 1 Habian detenido a Elias. Aquello era lo unico que su confusa mente era capaz de procesar. El control habia saltado, activando sus alarmas, y los agentes que se encontraban presentes le habian pedido que se retirase a una de las esquinas. Julia miro hacia su alrededor, buscando ayuda. ?Pero quien iba a ayudarla? Se habian metido en un tiroteo, unos psicopatas querian asesinarlos y Elias llevaba una pistola encima en un control del aeropuerto. !Por Dios! ?!Como no se habian deshecho de la pistola antes de entrar!? Se movio unos metros hacia la izquierda para evitar perder al hombre que amaba de su campo de vision. Estaba llorando, le temblaban las piernas y sentia que de un momento a otro su pecho estallaria de la presion. Escuchaba los latidos de su corazon resonar con fuerza dentro de ella y la tension acumularse en cada articulacion. Sabia que varias personas la miraban con curiosidad, pero le daba igual; tenia demasiado por lo que preocuparse. ?Y si le perdia? ?Que iba a hacer sin el? !Y si terminaba en la carcel! Atisbo como los policias elevaban los brazos de Elias y comenzaban el cacheo. Desde aquel lugar, no podia ver muy bien a Elias, tan solo la espalda y la silueta del policia que le realizaba el registro. Penso que, quizas, podia armar un escandalo alli mismo. Gritar, llorar o incluso amenazar a alguien para distraer la atencion de los agentes que tenian retenido a Elias pero... ?De que le serviria a el? No podia huir a ninguna parte. Estaba rodeado. Vio como el policia terminaba el registro y se hacia a un lado para dejar paso a Elias. No podia ver muy bien que era lo que ocurria, pero parecia que regresaban a la zona del control. Volvio a colocarse en el mismo lugar de antes para recuperar visibilidad y observar mejor el panorama. Elias, junto a la salida de la cinta de las maletas, se quitaba el cinturon con parsimonia y se lo entregaba a uno de los policias que le habia cacheado. Julia le vio cruzar el control, esperar unos segundos y regresar al otro lado en busca de su cinturon con una sonrisa de oreja a oreja en el semblante. No lograba escuchar ni distinguir que era lo que ambos se decian, pero parecia un saludo cordial y una disculpa por parte del agente. Elias recogio sus pertenencias y se marcho, caminando a paso ligero. Necesito varios segundos para procesar que era lo que habia ocurrido y que los dos se encontraban sanos y salvos. Cuando logro tranquilizarse, se coloco en la cola del control mientras ejercitaba su respiracion para no parecer fuera de lugar; habia llamado la atencion de varios operarios que no le quitaban los ojos de encima y queria pasar desapercibida, aunque esa mision parecia imposible de cumplir. Elias estaba bien. Elias estaba bien. No dejaba de repetirselo a si misma, pero parecia demasiado bonito para ser verdad. El hombre que tenia delante cruzo el control y el guardia le hizo un gesto para animarla a continuar. Julia se quito los zapatos, los coloco en la cinta y, aun con el corazon latiendole desbocadamente, cruzo al otro lado. Sonrio -- con la mejor sonrisa que fue capaz de emitir -- al operario de la cinta y recogio sus zapatos. Decidio caminar al frente y alejarse antes de calzarse porque no podia soportar un segundo mas continuar en el centro de atencion de los presentes. --! Ey, senorita! -- dijo un agente, colocando la mano sobre su hombro. Julia se dio la vuelta de un salto, aturdida. Habia vivido tanto en tan pocas horas que cualquier cosa parecia capaz de crearla ansiedad. -- ?Si? -- pregunto en voz baja. El hombre sonrio. -- ?Se encuentra bien? -- inquirio, con una sonrisa conciliadora en el semblante. Julia supuso que la habria visto llorar minutos atras. O quizas, simplemente, sus ojos enrojecidos habian captado su atencion. Asintio sigilosamente con un movimiento de cabeza y sonrio a modo de despedida. Sin decir nada mas, aun descalza y con los zapatos sujetos en una mano, echo a caminar al frente. -- !Que tenga un buen viaje! -- exclamo el agente, pero ella no se giro hacia detras. 2 Elias la estaba aguardando en la primera sala de espera que encontro. Nada mas verlo, Julia se lanzo a sus brazos, respirando hondo el aroma de su perfume. -- Ya esta, bella... Ya estamos a salvo -- murmuro con calma, mientras la aprisionaba entre sus musculos de manera carinosa. Ella alzo la cabeza, aun con los ojos acuosos y la tension acumulada en su cuerpo. -- ?Y la pistola? -- susurro en voz baja para que nadie pudiera escucharla. Elias sonrio al pensar en lo mucho que aquella chica habia cambiado. Recordo a la mujer que tiempo atras habia conocido y fue incapaz de imaginarsela preguntando por una pistola o desenvolviendose en una huida. Julia habia demostrado una valentia que el jamas hubiera imaginado que albergaba en su interior cuando la conocio. -- ?De verdad te creias que me iba a meter en un aeropuerto con una Glock en la cintura? -- respondio, sonriente. Julia no pudo evitar soltar una risita de alivio. En realidad, no tenia gracia en absoluto; pero estaban a salvo y tenia que liberar la tirantez de alguna manera. -- ?Donde esta? El la libero del abrazo y echo a caminar al frente. Tenian poco tiempo y el embarque habia sido anunciado. -- Me deshice de ella nada mas salir del hotel. Llegaron justo a tiempo para la ultima llamada de embarque. Cuando Julia atraveso el control de subida al avion, con el pasaporte en mano, volvio a notar la sensacion de angustia oprimir su pecho. Pero, por suerte, nada les retuvo en tierra y veinte minutos despues de mostrar ambos pasaportes se encontraban surcando los cielos rumbo a Mexico. Elias habia realizado una llamada desde una de las cabinas del aeropuerto y todo estaba organizado para su llegada. Un coche blindado les estaria esperando para recogerles y, ademas, habia ordenado que se doblase -- o triplicase -- la seguridad de la mansion. Escucho la respiracion agitada de Julia, que se habia quedado dormida sobre su regazo, y se pregunto si estaria teniendo una pesadilla. Rezo porque no fuera asi y decidio no despertarla. En los ultimos dias, habian vivido situaciones demasiado intensas y sabia que el estres acumulado podia llegar a ser peligroso. Ademas, hacia muchisimo que Julia no descansaba como era debido y le daba pena despertarla...

  • Flores amarillas de Erica Vera

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    Una historia de amor y pasion, de encuentros y desencuentros, de decisiones… de flores amarillas.

  • La tierra de la luna roja de Mikel Iturbe Garcia

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    Sara es una estudiante de periodismo que vive inmersa en su rutina academica. Tras comenzar la segunda mitad del curso, recibe un extrano mensaje pidiendole ayuda: alguien necesita que le lleven un pequeno objeto a la estacion de tren de madrugada. La parte aventurera adormecida de la muchacha despierta, y se presenta alli a las tres de la manana, esperando encontrar respuestas.
    Sin previo aviso, Sara se ve arrastrada a una guerra ancestral entre dos razas.

  • El Palacio de la Medianoche de Carlos Ruiz Zafon

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    Calcuta, 1932: El corazon de las tinieblas. Un tren en llamas atraviesa la ciudad. Un espectro de fuego siembra el terror en las sombras de la noche. Pero eso no es mas que el principio. En la vispera de cumplir 16 anos, Ben, Sheere y sus amigos deberan enfrentarse al mas terrible y mortifero enigma de la historia de la ciudad de los palacios.

  • Lo que tu digas de Christian Martins

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    Lindsay tiene treinta y pocos anos, dos amigas que no estan muy bien de la cabeza y muchas ganas de encontrar el amor. Esta cansada de ver que los cuentos de hadas se hacen realidad para todo el mundo menos para ella y que su hombre perfecto no existe.
    Y entonces aparece Jack Ackerman, el multimillonario jefazo, para ensenarle a Lindsay que los juegos sexuales en la oficina pueden ser muy, pero que muy peligrosos.
    Y ya sabemos lo que dice el dicho; quien juega con fuego, termina quemandose.

  • Jellyfish de Carlos Godoy

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    Yaki tiene diecinueve anos, es hija unica, estudia en la universidad y vive con su madre, una reconocida dramaturga. Su vida, centrada en los estudios, la noche y su relacion con Tomas, trece anos mayor que ella, se ve sacudida por la confirmacion de un embarazo. Sin especial afecto por su pareja y muy alejada de la posibilidad de ser madre, decide interrumpirlo con Misoprostol.

  • Ninguna mujer llorara por mi de Jose Antonio Gurpegui

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    Reconociste a Simon nada mas verlo. Abandonabas el aula al terminar tu clase cuando alguien pronuncio tu nombre: <>. Te giraste y alli estaba el. Habia perdido el pelo pero conservaba la mirada picara de adolescente, su cara de suaves rasgos aninados y la misma sonrisa agradable y sincera. Os abrazasteis con carino. <>. Los dos recordabais con exactitud la ultima vez que os visteis: una tarde-noche lluviosa de otono intentando encontrar taxi al salir del cine. Ahora, en el pasillo de la facultad, especulabais sobre el tiempo transcurrido desde aquel encuentro casual, <>; <>; <>; <>. Simon tenia razon, la ultima vez que coincidisteis fue en 2005, hacia exactamente catorce anos. Sorprendente que no recordaras el ano exacto; tu memoria, en especial para acontecimientos senalados, es prodigiosa, y aquella fue la ultima vez que Pepe, tu marido, te acompano al cine. El preferia el futbol --socio del Real Madrid desde el dia que nacio-- y los toros --heredo de su padre un abono de barrera en el tendido 1 de Las Ventas--, incluso musicales como Los Miserables; decia que el cine no le emocionaba, que todas las peliculas eran predecibles. En el taxi te pregunto quien era <>, y respondiste que un viejo amigo de la facultad. Mas sorprendente que Simon apareciera de improviso por la facultad fue el motivo, el por que te buscaba: <>. Te quedaste sin palabras y volvio a repetir: <>; no reaccionaste e insistio por tercera vez: <>. Nunca conociste la identidad de tu padre y habias sonado con escuchar esa ultima frase incluso antes de tener uso de razon. Recuerdas un dia que estabas jugando con una muneca y preguntaste por tu padre y amatxu --nunca fue mama ni madre-- te dijo simplemente que se habia marchado muy lejos; volviste a preguntar con la candidez propia de tus cuatro anos: <>. No respondio. En algunas ocasiones, cuando renacia tu interes por el paradero de tu padre, tan solo lograbas excusas o justificaciones imprecisas y confusas entre si… evasivas con las que te mentian pero no enganaban. Comprendiste que aquel asunto era un tema delicado cuando en tu catorce cumpleanos pediste como regalo, inocente, conocer quien era tu padre; amatxu se desquicio y, desolada y con los ojos acuosos, abandono la casa y no volviste a verla hasta el dia siguiente. A partir de entonces te refugiaste en la soledad de tu cama, y por las noches permitias que tu imaginacion se recreara esbozando su figura: ni alto ni bajo, moreno unos dias y castano o rubio en otros, de ojos grandes, tal vez usara gafas, y nariz… la nariz era lo mas dificil de imaginar. A su vez lo situabas realizando todo tipo de trabajos: unas veces era profesor, otras medico, otras militar… aunque tambien podia ser maquinista de tren, o titiritero si tu espiritu estaba jugueton. Y le construias una casa con un gran salon desde donde se veian los arboles de un parque cercano. Esas ensonaciones resultaban agradables; en cambio, si tus fantasias lo situaban viviendo con otra familia, acariciando a otros hijos, tardabas en conciliar el sueno. Cuando alcanzaste la mayoria de edad, tu amatxu consintio en hablar: tu padre os abandono el mismo dia en que naciste --el 20 de noviembre de 1975-- y jamas se volvio a saber nada de el. Tampoco entonces te convencio; lo unico positivo en aquella conversacion fue conocer su nombre, Antonio Sanchez. Continuaste reclamando informacion. ?Quien era Antonio?, ?como era?, ?por que os abandono?, ?a que se dedicaba?… Nunca nadie dijo nada. Los mil intentos y delirantes estratagemas para averiguar los motivos de su abandono, de la misteriosa huida de tu progenitor, solo cesaron con el solemne funeral de tu abuelo. Bartolome Tellechea Basterrica murio un dia antes de tu decimonoveno cumpleanos. Para la tropa era el teniente general Tellechea; sus hijos se referian a el como <> y le trataban de usted; para la abuela fue siempre Bartolo --o Bartolome, cuando se enfadaba y se ponia seria --; sus companeros oficiales lo conocian por Tolo el Astuto; amatxu lo llamaba aita, y tambien tu utilizabas ese mismo apelativo paternal en vasco. Tu abuelo habia nacido con el siglo y resultaba facil establecer su edad en relacion a cualquier acontecimiento. Como todos los Tellechea seria enterrado en el senorial panteon de la FAMILIA TELLECHEA: un mausoleo de enmohecida piedra negruzca con una cruz en el centro --colgando la estola con el texto FORTES FORTUNA ADIUVAT, La fortuna favorece a los valientes--, flanqueada por dos arcangeles adoradores, en el cementerio de Vista Alegre en Bilbao. Alli descansaban desde hacia siglo y medio los restos del general Heliodoro Tellechea, ayudante de campo de Zumalacarregui, muerto en la batalla de Montejurra en noviembre de 1835; del joven capitan Crucito Tellechea, veinticinco anos, herido defendiendo Cavite en Filipinas y victima del paludismo cuando en agosto de 1899 regresaba a Espana a bordo del mitico Alicante; y de su hermano gemelo --tu bisabuelo-- Martin Tellechea, fallecido de insuficiencia renal en Sidi Ifni en 1939, comandante de la 4.a compania en el Desastre de Annual, que lavo su honor durante el desembarco de Alhucemas al punto de que el general Sanjurjo lo califico de <>; y de su hijo, el venerado tio abuelo Emiliano, muerto por el <> de la Legion Condor en Galdacano el 11 de junio de 1937, durante la toma de Bilbao. Tambien descansaban alli los restos de <>, fallecida a causa de la escarlatina el 27 de diciembre de 1948; y dos primos muertos demasiado jovenes de forma tragica: T T, como le llamaba carinosamente la familia --de veintitres anos, el 4 de enero de 1980--, y Maca --Macarena Tellechea O'Reilly, a quien considerabas mas hermana que prima, tu mejor y tal vez unica amiga--, de veinte anos, el 7 de julio de 1993. La comitiva con el feretro del general partio desde el hospital Gomez Ulla a primera hora de la manana. Al furgon funebre le seguia el coche del tio Martin, el primogenito, con la tia Upe, la abuela y tu amatxu, la menor y unica mujer de los seis hermanos Tellechea; despues el coche del tio Fernando con la tia Sheila, y el tio Vidal con la tia Montse; el tio Javier, tu padrino, y la tia Remedios llevaban a la tata, que habia criado a todos los vastagos Tellechea y era como una mas de la familia; les seguia el Renault Laguna del tio Ignacio, que se empeno en que le acompanaras con el pretexto de contarle <>; un pequeno autobus con los primos --excepto Adria y Ferran que estudiaban en Estados Unidos --, algunas amigas de la abuela y Jacobo, hijo del comisario Manuel Ballester, quien fuera buen amigo del aita, que se apunto al autobus en el ultimo momento porque a su coche le fallo la bateria; y, despues, una galaxia de estrellas peregrinando en una veintena de coches: amigos y companeros de armas de los tios Martin y Vidal, que tambien vestian sus uniformes de gala en Intendencia y Regulares. Inacito, como familiarmente llamaban al tio Ignacio sus hermanos y cunadas, era el menor de los varones y fue mellizo de la malograda Merceditas. Los Tellecheas acudiais a el en los malos momentos en busca de consejo y refuerzo espiritual y humano por su condicion sacerdotal: era padre escolapio en el colegio que la orden tenia en la calle Hortaleza y alli vivio hasta su cierre en 1989, cuando le trasladaron a Zaragoza de donde vino para el funeral. Comenzo la conversacion de forma distendida --incluso excesivamente jovial dada la luctuosa circunstancia del momento-- bromeando sobre lo incomodo que resultaba conducir con sotana. Despues te pregunto por la universidad, por los chicos, si tenias algun <>, y bromeo al comentar como seria tu vida sin el general, con la amatxu, la abuela y la tata bajo el mismo techo. Habia nevado mucho ese otono, y el paisaje de un blanco impoluto al coronar Somosierra era espectacular y sereno. <>; <>; <>. Inacito conto que el general lucho en la columna de Ricardo Serrador, <>, y que en aquellos campos ahora nevados a punto estuvo de salvar la vida a Onesimo Redondo. Siguio hablando de politica; pensaba que Espana <> cuando entro a formar parte de la Comunidad Europea y estaba contento porque <>. Los nacionalistas habian abandonado a Felipe Gonzalez y seguro que habria adelanto electoral. <>; <>. Fue entonces cuando tu tio desvelo el verdadero motivo de su interes en que le acompanaras durante el viaje apartandote del resto. Amatxu le habia pedido consejo y ayuda porque tu reciente empecinamiento en conocer la identidad de tu progenitor era para ella <>. Inacito hablaba con voz pausada y aterciopelada, a veces apartaba la vista de la carretera para enfatizar alguna frase con la determinacion de quien esta totalmente convencido de sus palabras. En el horizonte se divisaron las torres de la catedral de Burgos cuando se referia al orgullo del linaje Tellechea, y la entereza con que afrontabais el peso de la historia y el compromiso con los antepasados. Oias y no escuchabas, era la misma perorata que se habia contado cien veces en las reuniones familiares. Sin saber como, sin pensarlo dos veces, preguntaste: <>; tardo unos segundos en contestar, como si sopesara la trascendencia de su respuesta: <>. El tio Inacito podia ser un carcamal retrogrado chapado a la antigua, pero era un hombre de honor y palabra, incapaz de mentir en un tema tan serio. Llegasteis a Bilbao a la hora prevista. Entraste en la catedral de Santiago abriendo la pequena comitiva de familiares, portabas solemne la Laureada de San Fernando prendida en un pequeno cojin que colocaste sobre el feretro. Tenias reservado un lugar en el segundo banco de la derecha, detras del tio Vidal. Oficio el obispo y otros cinco sacerdotes, pero fue Inacito quien pronuncio la homilia. Estabas aturdida y prestaste la atencion justa para saber que hablaba de los valores personales y la moral, y como <>. Cito la Primera a los Corintios (3:18): <>. Tu mente saltaba de un pensamiento a otro como los cubitos coloreados de un territorio a otro cuando tus primos jugaban al Risk. Observaste los galones del tio Vidal, tenian una estrella de cuatro puntas en la interseccion de lo que parecian ser dos sables cruzados y una corona en la parte superior. Los galones del tio Martin, junto a la abuela en el primer banco de la izquierda, eran similares pero con dos estrellas en vez de una. Los dos hijos militares llevaban fajin de un rojo tan intenso como la sangre. <>. El tio Vidal se dirigio al banco del tio Martin, le estrecho la mano con una palmadita en el costado y regreso su sitio. Recordaste lo ocurrido en ese mismo momento del saludo de la paz durante el funeral de tu prima Maca. De aquello hacia poco mas de un ano y tambien oficio aquella misa de difuntos el tio Inacito. A diferencia de ahora que guardaron las formas, tus tios Vidal y Martin se abrazaron en medio del pasillo, les flaquearon las piernas y cayeron de rodillas llorando como ninos. Durante unos segundos interminables nadie reacciono y solo se escucharon los sollozos inconsolables de aquellos dos hombretones vestidos de uniformes color caqui. El aita cruzo sus manos y bajo la cabeza en actitud de dar gracias a Dios. Algunos asistentes intentaron calmarlos pero no habia fuerza humana que lograra separar los brazos musculosos entrelazados. El tio Inacito bajo del altar y todos se apartaron pensando que el lograria hacerles recobrar la compostura, pero tambien el se arrodillo y llorando se unio al abrazo. Nadie intervino, estuvieron asi durante un tiempo indeterminado hasta que cada uno regreso al lugar que les correspondia. Amatxu observaba al aita, sollozaba y dos lagrimones se escaparon rapidos por la mejilla, la palidez natural de su piel te parecio todavia mas blanca con el luto riguroso, y cuando te vio observandola sonrio y dijo que lloraba de felicidad. El funeral del aita estaba siendo mucho mas solemne y pomposo que el de Maca y todo ocurria segun lo previsto. Durante la comunion el coro de voces blancas entono un Te Deum. <>; <>. Inacito puso la sagrada forma en tu lengua y te acaricio con dulzura. Con la hostia pegada al paladar regresaste a tu bancada y te arrodillaste. Sentiste la luz del Espiritu Santo iluminando tu ser, tu existencia. Todos te consideraban la hija perfecta: buena estudiante --fuiste la tercera mejor nota de la selectividad--, ajena a cualquier rebeldia adolescente --aprendiste del aita que <>-- y, utilizando una expresion de la tata, <>. Todo lo contrario que tus primos: Martinchu estuvo detenido por apalear a unos comunistas que pegaban carteles en las elecciones que gano Suarez y fue investigado por el asesinato de los abogados de Atocha aunque nada tuvo que ver; Palma y Claudio acabaron en un centro de desintoxicacion; Carlos, <>, se fugo de casa el verano anterior y nada sabian de el… Lo que todos ignoraban era que en tu interior despreciabas y odiabas a tu madre, a quien considerabas un ser infame. Habias idealizado y ennoblecido a tu padre pese a que os habia abandonado; por el contrario considerabas a tu amatxu una mujer mentirosa y egoista. Tu eras la unica egoista y ademas mezquina por desagradecida. En ese momento te sentiste indigna de ella, que sacrificaba cada dia de su vida por ti. Rogaste a Dios con todas tus fuerzas que te ayudara a encontrar el camino. Fue como si El en su infinita sabiduria respondiera a tus preguntas en aquel preciso instante haciendote ver la mentira de tu vida: las virtudes que otros veian en ti eran en realidad una defensa, una autoproteccion. Entendiste que preferias la soledad de la lectura y el conocimiento que guardan los libros a discotecas y otras diversiones juveniles para que tu naturaleza timida y reservada no se viera publicamente expuesta a situaciones embarazosas. Seguiste hablando con Dios hasta que empezaron a sonar los acordes del himno nacional; seis militares cargaron con el feretro del aita, y comenzo un sonoro y prolongado aplauso. Amatxu te indico que volvieras a encabezar la procesion de familiares con la medalla, pero tu le entregaste el cojin y te prendiste a su cintura como si fuera un salvavidas en medio de la tempestad. Juraste no volver a dudar de ella durante el resto de tu vida y tampoco volverias a preguntar sobre tu padre. Y con tu espiritu reconfortado abandonaste el templo. Todos esos recuerdos afloraron cuando, espoleada por el mensaje de Simon, dejaste en tu despacho el material de clase y al salir agarraste en volandas el tote de Balenciaga, que era como un apendice de tu persona. Ni por un segundo pusiste en duda las palabras de tu viejo amigo anunciandote que tu padre queria verte. En otro tiempo te conocio como nadie volvio a lograrlo jamas y sabia de primera mano la importancia, lo que significaban para ti aquellas palabras. Tenia el coche en el parking del moderno edificio de los juzgados. Te desagrado el pestilente olor a tabaco incrustado en la tapiceria, tan repugnante como en casa de tu amatxu. En la radio Pablo Casado exigia al presidente Pedro Sanchez que adelantara las elecciones, y pediste a Simon que la desconectara. Conociste a Simon en tu segundo ano de universidad. Tu estudiabas Filologia inglesa y el estaba en cuarto de Filosofia. Ocurrio en la facultad esperando recoger en el servicio de reprografia unos apuntes de Historia de la lengua inglesa. Eras la ultima en la infinita cola de estudiantes cuando oiste a tu espalda: <>. Te sorprendio la ocurrente expresion y giraste la cabeza. Su aspecto roquero te resulto gracioso y contestaste con despecho <>, y respondio <>, ?conjetura del ser o del saber?; no conocias el significado de eikasia. Fue el inicio de una conversacion que se prolongo durante tres horas en la cafeteria universitaria. La primera impresion que te provoco el aspecto de Simon no se correspondia con la realidad; era un tipo inteligente, locuaz, intuitivo y, sobre todo, muy divertido. Os citasteis para el sabado y aunque revolviste tu armario resulto imposible encontrar una sola prenda que no desentonara con su forma de vestir. A la semana siguiente os veiais a diario al terminar las clases. Era dos anos mayor que tu, hijo de viuda, el tercero de cuatro hermanos. Tocaba el bajo en un grupo de rock llamado Los Hurricane Rock United, que nunca grabo un disco, y compartia piso por la zona de Tetuan con dos estudiantes de Ingenieria de Caminos --el Ferni, de nombre Fernando, y otro apodado el Espia, por su aspecto sombrio y gesto taciturno-- repetidores de un curso si y otro tambien. Dependia de una beca para seguir estudiando --sus notas eran casi tan buenas como las tuyas--, y del dinero que ganaba con su grupo en alguna que otra verbena popular y trabajando de camarero en las fiestas mas populosas y concurridas, donde mejor pagaban. Te enamoraste de el sin saber como. Tal vez porque sabia escucharte, o porque con el sentiste unas ganas de vivir como nunca antes, o, como solia decirte, porque aparecio en tu vida en el momento oportuno. Ademas de la musica, su otra gran pasion era el cine y gracias a el conociste en la Sala Dore a Billy Wilder, Bunuel, Kurosawa… La primera vez que te beso fue viendo Que bello es vivir de Frank Capra: al final de la pelicula, cuando James Stewart en medio de una fuerte nevada suplicaba a Dios que le devolviera a su mujer y sus hijos repitiendo <>, le cogiste intuitivamente de la mano; Simon se giro y te beso, y te gusto. Fue como si una descarga electrica te atravesara de la coronilla hasta el talon y escuchaste levitando a la hija pequena de Bailey decir en la escena final <>. En su piso de estudiantes Simon fue el primero, y unico hasta que te casaste con Pepe, que acaricio todo tu cuerpo; pero reprimiste tu deseo y venciste su insistencia enfebrecida para ir un paso mas alla.

  • La maldita mania de quererte de Manuel Montalvo

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    A veces, uno tiene que perderse para llegar a encontrar lo que en realidad es. Me he escondido tras un monton de bienes materiales olvidando que, al final, los sentimientos son los que te hacen ser rico de verdad. Bienvenidos a un lugar en el que el dinero y el amor son sinonimos de desastre y alegria. Solo os pido una cosa: si os dejo entrar, por favor, no rompais nada… <

  • Sharpe y la campana de Salamanca de Bernard Cornwell

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    En los dias previos a la batalla de los Arapiles (julio de 1812), el espia mas valiosos y sanguinario de Napoleon, el coronel Leroux, ha fracasado en su primer intento de acabar con la vida de Richard Sharpe; pero no es un hombre que renuncie facilmente a cumplir las misiones que se le encomiendan. Los mejores hombres del servicio secreto britanico estan cayendo a manos de Leroux, y Sharpe ya tiene un buen motivo para desear pararle los pies. Atrapado en un laberinto de secretos, rumores y sospechas, Sharpe perseguira sin descanso a Leroux, decidido a cobrarse su venganza con el frio acero de su espada. Solo en el terreno que le es propio, en el campo de batalla, Sharpe conseguira imponerse a los sucios trucos de su rival.

  • 115 de la calle del Olvido, Lola Kabuki de Lola Kabuki

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  • Confio en ti de Susana Oro

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    Tina Martinez es una respetada escritora de autoayuda. Llena auditorios cuando dicta conferencias, y sus talleres son uno de los mas concurridos. Ha publicado varios libros, pero "La confianza es la clave de un matrimonio feliz" es el que le ha dado la fama. Tina tiene muchos fans y se ha convertido en una referente de la autoayuda con sus lemas: "Si confias nadie te defraudara". "Ama y recibiras amor". Pero su vida perfecta se tambalea cuando su marido le deja ver que las palabras no son como la vida real.
    David Valente era un hombre felizmente casado hasta que descubrio la traicion de su esposa. La palabra confianza esta fuera de su diccionario. El se ha convertido en el hombre mas esceptico sobre la tierra. Su lema es: "La vida es una mierda". "La gente esta llena de matices". "Nadie es confiable".
    Ella positiva. El negativo. Nada bueno puede salir de dos personas tan diferentes. ?O si?

  • Multimillonaria Libre 8 de J. S. Scott

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    Por fin Chloe Colter puede cumplir su sueno de casarse despues de mas de una decada de estudios para convertirse en veterinaria equina. Pero sus suenos de una vida perfecta se hacen anicos cuando su prometido se vuelve violento, obligandola a distanciarse definitivamente de una relacion destructiva.

  • A la caza de una exclusiva (Cazadoras 4) de Alexia Mars

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  • Luchando contra sus fantasmas, Marian Arpa de Marian Arpa

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    Sandra Molina es una mujer joven con un pasado tormentoso. Ejerce como ayudante del fiscal, y el personal a su cargo valora su alto grado de exigencia y el desempeno brillante de su labor diaria.
    Adam Guerrero es un agente que se traslada de Madrid a Barcelona y que esta desencantado con la ley. Su trabajo consiste en arriesgar su vida para limpiar las calles de malhechores y, sin embargo, los delincuentes vuelven a estar libres antes incluso de que el termine de completar el papeleo.
    Cuando se conocen, ella recela de el, pero con el tiempo descubre que tras su fachada se esconde un hombre con un gran corazon.
    Dos personas en apariencia tan opuestas ?podran resistirse a la irrefrenable atraccion que sienten desde el primer momento en que se ven?

  • Extranjeros, bienvenidos de Barbara Pym

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    Cuando Barbara Pym murio en 1980, dejo una cantidad considerable de material inedito. Entre este, una novela temprana, EXTRANJEROS, BIENVENIDOS, de 1936, y <>, el unico documento escrito en el que Pym habla acerca de su carrera como escritora y de los origenes de su personalidad literaria. En EXTRANJEROS, BIENVENIDOS una joven pareja, formada por Cassandra Marsh-Gibbon y su egocentrico marido escritor, Adam, se ve sacudida por la llegada de un misterioso hungaro a su pueblo. Cassandra, una de las primeras <> que tan bien supo retratar Pym, buscara en la huida de su monotona vida y en la figura del extranjero la realizacion de las hipocritas palabras de su marido: <>.

  • Ahora y siempre de Nora Roberts

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    Mientras Daniel MacGregor, el fundador de la dinastia MacGregor, yace en una cama de hospital luchando por su vida, su esposa, Anna, recuerda el pasado: como Daniel vio en ella al amor de su vida y se convirtio en su mayor reto conquistarla y convertirla en su mujer para vivir juntos una historia de amor que durara toda la vida...

  • El Rey de los cuatro confines. La estrella caida de Marc Sans

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    La paz duradera en los Cuatro Confines se sostiene con pinzas. Las dos superpotencias mundiales (los Dominios Aliados de Kramel y la Comunidad de Vyneran) tienen suficientes reservas del mineral magico urum para lanzarse Canones de Sizla entre ellos y aniquilar a todo el planeta. En estas fragiles circunstancias -conocida como la Guerra Sigilosa- el Consejero Real Oxdon (en nombre del Rey Drogivus de los Dominios) llega a lomos de su dragon Flecha de Fuego a la Fortaleza Roja para parlamentar con el Rey Kurvezh, amenazado por todos los frentes posibles. El acercamiento entre los dos paises se ira sucediendo de forma sorprendente, dejando ver la cara mas oscura de todos los personajes involucrados en este conflicto de intereses.

  • La gran fortuna de Olivia Manning

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    Una pareja inglesa de recien casados, Guy y Harriet Pringle, llega a Bucarest, la llamada Paris del Este, en el otono de 1939, apenas unas semanas despues de la invasion alemana de Polonia. Los habitantes de esta ciudad llena de contrastes, inmersa en la incertidumbre por la guerra y la inestabilidad politica, se aferran a una vibrante vida cotidiana mientras el caos se apodera de Rumania y del resto de Europa. Entretanto, Harriet empezara a conocer realmente a su marido, un extrovertido profesor universitario que se rodea de un animado circulo social, y tratara de encontrar su lugar dentro de ese peculiar elenco formado por estirados diplomaticos, damas acaudaladas, picaros seductores y arribistas.

  • El lobo y la oveja de Tania Villar

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    El caso mas complicado de mi vida

    Sientes que tu carrera esta a punto de terminar antes de que empiece, hasta que llega la oportunidad que puede cambiar tu vida.

  • La batalla por el paraiso de Naomi Klein

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    Entre los escombros del huracan Maria, los puertorriquenos y los <> multimillonarios estan atrapados en una batalla campal para decidir como reconstruir la isla. En esta vital y asombrosa investigacion, Naomi Klein revela como las fuerzas de las politicas del shock y del capitalismo del desastre buscan minar la vision radical y resiliente de una recuperacion justa.

  • San Quintin de Jose Javier Esparza

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    Mi nombre es Julian Romero de Ibarrola y soy maestre de campo de los tercios del rey nuestro senor. Sirvo hoy con don Felipe II como ayer servi con su augusto padre, el cesar Carlos. Quereis que os cuente mi historia y yo os dire que mi unico merito es haber salvado la piel donde otros dieron la vida.

  • Destino. Tu Corazon de Katy Colins

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    Dejate llevar

  • El asesinato de los marqueses de Urbina de Mariano Sanchez Soler

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    Como escribio Balzac, detras de cada gran fortuna siempre aparece un crimen.

  • Su nombre es mia de Frederick Saul G. Sanchez

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    Estefan siempre ha sido un hombre exitoso, es uno de los mejores publicistas de la ciudad de Nueva York, trabaja para la mejor compania de publicidad de la gran manzana; siempre ha luchado por ser el mejor, mantiene una relacion de amigos con beneficios nada mas ni nada menos que con Cassandra Egos quien es una alta ejecutiva de su empresa; asi como tambien lleva una vida de placeres con cualquier mujer que se le cruza en el camino, ya que es un mujeriego empedernido.
    La vida de Estefan un dia da un giro muy grande cuando un gran problema de trabajo se le presenta y para rematar mas su mal dia al regresar a casa se encuentra con una bella joven quien sera el detonante de que toda su vida cambie radicalmente, ya que una promesa del pasado lo unira de una manera totalmente diferente a lo que esta acostumbrado a la hermosa Micaela, quien le ensenara a Estefan a darse una oportunidad y gracias a ella conocera el verdadero amor.
    La ciudad de Nueva York junto a la hermosa ciudad de Sevilla pasando por Minnesota seran los escenarios para que esta historia de amor se desarrolle; Micaela y Estefan estan destinados a estar juntos aunque el mismo Estefan no lo crea asi; os invito a que conozcan el romance de estos dos y disfruten con sus ironicas asi como comicas ocurrencias.
    Aqui os presento a Micaela Olsen y Estefan Andrews en esta historia de amor cuyo titulo es: “SU NOMBRE ES MIA”.

  • Esta noche mando yo de Daniel De La Pena

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    Una comedia romantica que toca temas como el feminismo, las redes sociales, las relaciones sentimentales en estos tiempos y que provocara mas de una sonrisa.

  • Hijas del castillo Deverill de Santa Montefiore

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    Otros referentes podrian ser Diana Gabaldon o Florencia Bonelli.

  • Cian de Margotte Channing

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    Killian Gallagher termino de leer la carta y la dejo sobre la mesa. Su mirada preocupada recorrio, sin ver, las lomas llenas de altos y espigados cipreses que habia frente a la terraza en la que estaba desayunando. Bajo el, serpenteaba un arroyo que atravesaba el valle y del que saltaban, de vez en cuando, algunos peces plateados que parecian reirse de su presencia. Los rayos de sol calentaban, aunque no demasiado, el aire de la manana, prometiendo otro magnifico dia. Un amigo le habia recomendado aquel castillo del siglo XV como el mas idilico para una luna de miel, y tenia razon. Se sirvio otra taza del cargado cafe italiano al que ya se habia acostumbrado y bebio un largo sorbo, mientras pensaba en como le diria a su mujer que tenian que volver despues de pasar solo una semana de vacaciones. No habia esperado tener que preocuparse por lo que estaba ocurriendo en Dublin, habiendo dejado a Fenton a cargo de todo, pero las noticias eran las peores imaginables; y lo peor era que su intuicion, que nunca le fallaba, le decia que aquello solo era el principio. Estaba tan distraido con sus pensamientos que se sorprendio cuando entro Gabrielle, a la que en esta ocasion no habia presentido. --Buenos dias, carino. --Sonrio levantandose para saludarla como era debido. La acogio entre sus brazos y le dio un beso profundo y lleno de promesas. Ella respondio con la misma emocion que el, acariciando su cuello y, cuando el beso termino, se miraron durante unos segundos con una sonrisa en los labios, mientras recordaban la noche anterior. El reacciono primero, sintiendo su hambre. --Sientate, querida. Te traere un cafe. A pesar de que el alquiler del castillo incluia el servicio completo, ellos habian avisado a los sirvientes de que no los necesitarian ningun dia durante el desayuno. Preferian servirse ellos mismos. Gabrielle, que estaba especialmente favorecida esa manana con un vestido de color marfil con diminutas flores en tonos verdes y rosas, le dio las gracias con un murmullo y, cuando el estaba cogiendo una taza, se fijo en el sobre que habia sobre la mesa. --?Te ha escrito Fenton? --Killian maldijo internamente por haber dejado la carta a la vista. Aunque sabia que tenia que decirselo, le hubiera gustado que disfrutara mas de la luna de miel que tanto habia tardado en proporcionarle por culpa de su trabajo. --Si. --Le llevo el cafe con leche que tomaba todas las mananas y se sento ante ella. Gabrielle hizo un mohin como si el fuera un chico revoltoso. --Gracias, mi amor --su tono era travieso--. ?Voy a tener que interrogarte para que me lo cuentes? --El sonrio, aunque sus ojos seguian serios. --No --suspiro, decepcionado porque la realidad los hubiera alcanzado tan pronto--. Han asesinado a un ministro del Gobierno llamado Wilson Cox y a su familia, mientras estaban en Dublin. Tengo que volver. --Gabrielle se horrorizo. --?A su familia? --Si, a su mujer y a su hija --suspiro, afligido--. Una nina de doce anos. --Gabrielle lo miro, suspicaz. --?Y por que os han avisado a vosotros? ?No deberia encargarse la policia? --Porque estan seguros de que los asesinos no son humanos. --!Dios mio! --Killian afirmo con la cabeza observandola con detenimiento. Habia llegado el momento de decirle la verdad. --Si, hay algo que no sabes sobre el asesinato de los padres de Amelie. --Gabrielle lo escuchaba atentamente--. No se produjo cuando unos ladrones entraron a robar en su casa, como se dijo oficialmente. Su padre fue un gran intelectual que estuvo toda su vida luchando por la union entre humanos y vampiros. Por ese motivo, una sociedad secreta llamada La Hermandad intento intimidarlo durante anos, hasta que cumplieron sus amenazas. --Gabrielle puso su mano encima de la de el, intentando consolarlo, y Killian le dedico una pequena sonrisa antes de continuar: --Cuando vimos lo que esos monstruos habian hecho con ellos, Kirby y yo, que por entonces trabajabamos juntos, juramos no parar hasta darles caza; y creimos que lo habiamos conseguido --se encogio de hombros--, pero, por los detalles de la carta de Fenton, parece que han vuelto. --Pero ?que es lo que quieren? --Killian la miro, dudando. Su fuerte instinto de proteccion lo empujaba a no contarle nada mas, pero Gabrielle habia cambiado. Ahora era una velisha, una vampira fuerte y era muy importante, por su seguridad, que supiera la verdad. --Gobernar el pais. Para ello creen que deben extinguir a la mayoria de los humanos, al menos a los que se opongan a su autoridad. El resto pretenden convertirlos en sus esclavos. --Pero... --Se habia quedado palida y titubeo sin saber que decir. Era el primer gesto de inseguridad que la habia visto hacer desde hacia meses. Se inclino hacia ella y susurro, confiado: --Querida, jamas permitire que algo asi ocurra --ella asintio con un suspiro. --Lo siento, no se por que me he asustado tanto. ?Conoces a los integrantes de esa... sociedad? --No, pero come algo, ?quieres que...? --Iba a levantarse para servirle algo de comer, pero ella se anticipo y se dirigio a la mesa que habia junto a la pared, repleta con las fuentes del desayuno. --Ya me sirvo yo, sigue contandomelo, por favor. --Killian se paso la mano por el pelo y se reclino en la silla. --No se mucho mas. Si es la misma sociedad, el lider tiene que ser un vampiro muy antiguo --ella ya habia aprendido que eso queria decir que era muy poderoso-- y sus seguidores son asesinos entrenados, feroces y crueles. --?Como has dicho que se llama la sociedad? --La Hermandad. El problema actual es que esta empezando a extenderse entre la comunidad vampirica la idea de que somos superiores fisica y moralmente a los humanos, y que eso nos convierte en los legitimos duenos de la Tierra. Me averguenza reconocer que una parte de mi especie, aunque pequena, considera a los humanos solo un poco mas evolucionados que los gorilas. --!Por Dios! !Nunca me lo habias dicho! --Estaba horrorizada. Hasta ese momento el le habia ocultado ese tipo de cosas. --No queria que te preocuparas innecesariamente, pero ahora es distinto; cuanto mas sepas, mejor --hizo una mueca--, por supuesto, esta vez la version oficial sobre los asesinatos vuelve a indicar que se trata de un robo, para que no cunda el panico entre la poblacion. --?Cuando quieres que nos marchemos? El sentido de la responsabilidad de Killian lo empujaba a volver enseguida a Dublin, pero su corazon enamorado deseaba quedarse en aquel paraje idilico el mes que habian planeado hacerlo, aunque sabia que tal cosa, despues de la carta, era imposible. Su mujer, tan sabia como una Atenea moderna, le ahorro tener que hacer tan dificil eleccion. Se levanto despues de dar un ultimo sorbo al cafe y le dijo, con una gran sonrisa: --Voy a decirle a la doncella que prepare nuestros baules y, como hoy ya es muy tarde para que nos vayamos, aprovecharemos la manana para visitar todo lo que podamos de los alrededores. Asi tendremos un dia mas de vacaciones. --Se levanto, interrumpiendo su marcha, para retenerla un momento y darle un beso en la frente. --Gracias, te lo compensare --murmuro en el nacimiento de su pelo. Ella lo miro significativamente y se marcho con un revuelo de su vestido. Killian, entonces, se sento y comenzo a planificar los siguientes pasos que daria en cuanto volvieran a Dublin. Dos dias antes Strongbow Abbey Condado de Galway, Irlanda Gale cerro la puerta de su despacho y observo a los cuatro vampiros sentados alrededor de la mesa redonda que Brianna solia utilizar para abrir su correspondencia. Los cinco, en ocasiones acompanados por algun amigo mas, llevaban decadas reuniendose con un fin muy concreto: buscar la paz y la prosperidad para hombres y vampiros en Irlanda. Tomo asiento y paseo la mirada entre los cuatro rostros que conocia tan bien como el suyo, recordando por que la presencia de todos ellos era imprescindible: Burke Kavannagh: presidia numerosas companias de distinta naturaleza que habia creado de la nada, aunque la mas importante era la naviera Wild Ocean, propietaria de varios trasatlanticos especializados en transportar pasajeros al continente americano. Era hermano de Jake Kavannagh, que trabajaba a las ordenes de Killian Gallagher en La Brigada, y al igual que su hermano era un pelirrojo con poco aguante y mucho caracter. Debido al color de su pelo se rumoreaba que, cuando era joven, el peor insulto que se le podia dedicar era llamarle zanahoria y que eso era suficiente para que se peleara con cualquiera; con la edad, parecia haberse tranquilizado un poco y solia limitarse a contemplar con sus acerados ojos verdes a su contrincante prometiendole, silenciosamente, una venganza de otro tipo, quizas mas cruel que usar los punos. Mientras esperaba, estaba desenvolviendo un habano que habia sacado de una caja que le habia traido uno de sus capitanes, despues de ofrecerselos a cada uno de los presentes. James Mackenna: a Mackenna solo le importaba su periodico, no ambicionaba nada mas. Se decia que ni siquiera aspiraba a casarse para que ninguna mujer lo estorbara en su trabajo, aunque solia versele muy bien acompanado, pero siempre por vampiras porque consideraba que le darian menos problemas cuando cortara la relacion, que si saliera con una humana. Niall Collins: actual conde de Sheffield, noble de nacimiento y empresario por obligacion. Habia heredado de su padre una hacienda empobrecida e hipotecada que se habia esforzado en sacar adelante, hasta que habia conseguido convertirla en unas de las tierras mas fertiles de toda Gales. Su aspecto era el mas llamativo de todos los presentes y uno de los motivos de que no frecuentara la vida social. Era albino, tenia el pelo casi blanco y los ojos con un tono que variaba entre un bronce rojizo cuando estaba tranquilo y un rojo ardiente cuando se irritaba. Su color de ojos bastaba para poner nervioso a cualquiera que no lo conociera. Stuart <> Byrne: no se sabia como habia llegado a ser merecedor de semejante mote y tampoco nadie se habia atrevido a preguntarselo. Fue militar durante decadas y llego al rango de coronel, que era el nombre por el que solian llamarle sus amigos, incluyendo a Niall Collins al que habia conocido cuando coincidieron en el mismo internado. Los cuatro miraban al anfitrion con distintos grados de preocupacion cuando se sento presidiendo la mesa, pero el unico que se animo a decir algo fue Burke Kavannagh. El pelirrojo ya habia encendido su puro y lo observaba fijamente a traves del humo. --Gale, en circunstancias normales estaria encantado de disfrutar de tu hospitalidad, pero he dejado a los miembros de la junta de la naviera plantados por algo que, segun tu, era sumamente urgente. Al menos, me gustaria conocer el motivo por el que he sido tan maleducado. A pesar de que muchas veces parecia un prepotente y un bocazas, Burke solia ser el mas comprometido con la causa que los unia, por eso no hizo caso de su tono desafiante. --Hace dos dias ocurrio algo en Dublin acerca de lo que tenemos que hablar. --Rememoro la carta que le habia enviado Fenton y decidio que, por muchas vueltas que diera, el suceso seria igual de horripilante sin importar las palabras que utilizara--. Como sabeis, mi hermano Fenton se ha quedado a cargo de La Brigada mientras Killian esta de luna de miel --todos aseguraron que ya lo sabian-- y me ha escrito para decirme que, anteayer, el comisario de policia de Dublin le comunico que habian asesinado a Wilson Cox en su casa. --Burke se aparto el puro de la boca y se quedo mirandolo, repentinamente serio, pero Gale continuo para que conocieran todos los hechos--: No solo a el, tambien a su mujer y a su hija, una nina de doce anos. --En la expresion de furia de Gale se advertia con claridad lo que le gustaria hacer a los responsables. --Es horrible y estoy seguro de que todos deseariamos que no hubiera ocurrido, pero no entiendo que tiene que ver eso con nosotros. --Niall, los asesinos son de los nuestros. Se hizo un silencio repentino en el despacho, roto solo por el sonido de un pajaro que trinaba en el jardin, y por la conversacion de dos jardineros que estaban discutiendo acerca del tipo de estiercol que seria mejor para las rosas. Gale se levanto para cerrar el ventanal que habia junto a la mesa y luego se dirigio a una mesita redonda que estaba detras de ellos, en un rincon de la habitacion, donde siempre tenia un botellon de whisky y algunos vasos. Ya que era su principal negocio, en su casa nunca faltaba el licor que el fabricaba. --?Quereis algo para beber? Yo necesito una copa. --A mi tambien me vendria bien un trago --las palabras de Dagger Byrne, que solia ser el mas tranquilo, sorprendieron a todos--. Yo conocia a la familia, ?estan seguros de que los asesinos eran vampiros? --Gale contesto con voz deliberadamente monotona: --Los cuerpos estaban secos --era la dura expresion que utilizaban entre ellos para no tener que explicar que les habian chupado toda la sangre. --?El de la nina tambien?

  • Arcanum ilimitado de Brandon Sanderson

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  • Punto de Partida de Patricia Cornwell

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    En Richmond, la doctora forense Kay Scarpetta participa en la investigacion de una serie de incendios provocados que presentan un denominador comun: en los cuerpos calcinados de las victimas se encuentran siempre restos de magnesio. Con Punto de partida, Patricia Cornwell vuelve a los origenes de la carrera de la doctora Scarpetta con un relato que sondea el lado mas oscuro del alma humana.

  • Contemplaciones de Zadie Smith

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    Se escribiran muchos libros sobre el 2020: analisis historicos y politicos, informes exhaustivos. Este no entra en ninguna de esas categorias, y ademas aun no estamos ni a mediados de ano. Mi intencion ha sido organizar, en los retazos de tiempo que estos peculiares meses nos han concedido, algunos sentimientos y reflexiones que los sucesos han provocado en mi hasta ahora. Son, por encima de todo, ensayos personales; modestos por definicion, breves por necesidad. A principios de la crisis volvi a leer las Meditaciones de Marco Aurelio, pero, por primera vez en mi vida, no como un ejercicio academico, ni por placer, sino con la misma actitud con que leo las instrucciones para ensamblar una mesa: necesitaba asideros practicos. (Que los asideros que Marco Aurelio ofrece sean espirituales no los hace menos practicos, en mi opinion.) Desde entonces, otra clase de crisis ha venido a sumarse a la primera y, aunque no soy mas estoica ahora que antes de abrir ese antiquisimo libro, me dio dos indicaciones que no tienen precio: hablar contigo mismo a veces ayuda y escribir significa que alguien puede oirte. Londres, 31 de mayo de 2020 Peonias Justo antes de marcharme de Nueva York me encontre de pronto en una posicion inesperada: agarrada a las rejas del Jefferson Market Garden mirando a traves de los barrotes. Un momento antes iba a la carrera, como de costumbre, intentando sacar provecho de dos minutos que habia rascado de los tramos de cuarenta y cinco en que, entonces, fraccionaba mis dias (compactando y nivelando cada bloque de tiempo con la precision con que un nino construye un castillo de arena). Dos minutos <> equivalian a un macchiato (en un mundo ideal, sin necesidad de pagar en efectivo, si nadie me daba conversacion). En aquella epoca, la hoja de mi pala siempre estaba afilada para ahuyentar a camareros parlanchines, madres excesivamente simpaticas, estudiantes en apuros, lectores curiosos: cualquiera que me pareciese una amenaza contra mi programa. Ah, !que bien protegida iba! Pero, a traicion, me ataco… la horticultura: los tulipanes que florecian en el triangulo de tierra de un pequeno jardin metropolitano. No es que los tulipanes sean flores muy sofisticadas; un crio podria dibujarlos; y ademas eran de un rosa chillon con vetas naranjas. Desde el mismo instante en que me detuve a mirarlos desee que fueran peonias. Nacida y criada en la ciudad, no era consciente de sentir un entusiasmo especial por las flores, o al menos no un interes tan profundo como para renunciar al cafe. Aun asi, segui aferrada a los barrotes de aquella verja; no iba a soltarme. Y no estaba sola: a ambos lados del Jefferson habia otras dos mujeres, ambas mas o menos de mi edad, atisbando a traves de la reja. Era un dia frio, radiante, azul; ni una nube entre el World Trade Center y el numero de siete digitos pintado en el viejo anuncio de la farmacia Bigelow. Las tres teniamos obligaciones que atender; no obstante, algun instinto poderoso nos habia atraido hasta alli, y el afan depredador con el que escrutabamos aquellos tulipanes me hizo recordar como describia Nabokov la presunta genesis de Lolita: <> Siempre me ha interesado esa cita, aun sin creer una sola palabra de lo que dice. (Algo inspiraria Lolita, sin embargo, estoy convencida de que no hubo primates implicados.) El cientifico ofrece el trozo de carboncillo esperando o deseando una revelacion trascendente sobre ese chimpance, pero la revelacion resulta ser fruto de la mera contingencia, de una serie de circunstancias determinadas, de la situacion como tal. El chimpance esta enjaulado por su naturaleza, por sus instintos y por sus circunstancias (el orden de los factores habran de debatirlo los zoologos); es lo que hay. Por mi parte, no necesitaba que un freudiano me explicara que aquellas tres mujeres de mediana edad, al filo de la perimenopausia, se habian sentido atraidas por un simbolo que pregonaba la fertilidad y el renacimiento en medio de una yerma metropolis de cemento… Y, en efecto, cuando advertimos la presencia de las demas, las tres sonreimos avergonzadas. En mi caso, sin embargo, fue una verguenza bien distinta a la que habria sentido en otro tiempo, cuando era muy joven y lei Lolita por primera vez. En aquella epoca, para mi, la jaula de mi circunstancia era el genero. No en su manifestacion concreta: me gustaba mi cuerpo. Pero no lo que creia que significaba: que estaba atada a mi <>, a mi cuerpo animal --al reino simiesco del instinto--, y todo esto de un modo mucho mas fundamental que, digamos, mis hermanos. Yo tenia <>, ellos no; yo debia prestar atencion a distintos <>, ellos no necesariamente. Habia palabras especialmente dirigidas a mi acechando en el horizonte, empaquetadas de antemano para senalar las posibles etapas de mi existencia: podria convertirme en una solterona, podria convertirme en una arpia, podria ser un <>, una madura deseable o una mujer <>, mientras que mis hermanos, sin importar que mas les ocurriera, continuarian siendo simplemente hombres. Y al final, con suerte, llegaria a ser la criatura mas patetica de todas, una anciana a quien ya adivinaba como alguien a quien cualquiera, hasta los ninos, se permitiria dar lecciones. Solia escuchar la cancion You Make Me Feel (Like A Natural Woman) [Me haces sentir (una mujer natural)] e intentaba imaginar su contrapartida. Podias hacer que alguien se sintiera un hombre <> (sin duda, otro tipo de jaula), pero nunca un hombre natural: un hombre era un hombre era un hombre. Doblegaba la naturaleza a su voluntad; no se sometia a ella, salvo en la muerte. La sumision a la naturaleza iba a ser mi reino, y era un reino al que yo no queria pertenecer: seria una mujer, pero no natural. Me negue a llevar ningun tipo de control de mi ciclo menstrual, por ejemplo, prefiriendo ponerme a llorar el lunes y descubrir la (supuesta) razon de mi llanto el martes. Si, mucho mejor eso que prepararse a conciencia para un lunes triste o creer que era inevitable sin mas. Mis estados de animo eran mios: no reflejaban la naturaleza. Me negue a tolerar la idea de que nada en mi siguiera un movimiento ciclico, mensual. Y si algun dia decidia ser madre, lo seria cuando llegara <>, por mas que sonaran las alarmas en los temidos relojes de las revistas femeninas. De los <> no queria ni oir hablar: no era una gallina clueca. Y, a partir de los veinte, si algun freudiano atrevido hubiera osado insinuar que mi apartamento, lleno de cojines peludos, alfombras peludas, almohadas peludas, mantas peludas y pufs peludos, delataba un deseo sublimado de compania en el sentido animal, o que inconscientemente acolchaba el nido con esperanzas de albergar nueva vida, desde luego le habria ensenado a ese impertinente donde estaba la puerta. Yo era una mujer, pero no esa clase de mujer. Hoy quiza lo llamarian <>. No dispongo de un termino mejor. Aun asi, en el nucleo de ese rechazo latia una obsesion con el control comun entre mi gente (los escritores). Suele decirse que la escritura es <>; a mi nunca me ha parecido una descripcion correcta. Plantar tulipanes es creativo; plantar un bulbo (me imagino, porque nunca lo he hecho) es participar con un pequeno gesto en el milagro ciclico de la creacion. La escritura es control. La facultad donde doy clases de hecho deberia llamarse Departamento de Control de la Experiencia. La experiencia --enigmatica, abrumadora, consciente, inconsciente-- nos arrolla a todos. Intentamos adaptarnos, aprender, acomodarnos, a veces resistiendonos, otras veces sometiendonos, para encarar lo que venga. Los escritores, sin embargo, van mas alla: toman esa masa informe de perplejidad y la vierten en un molde de su propia invencion. La escritura es siempre resistencia. Y tal vez por eso sea una actividad noble, y a veces incluso util, una vez sobre el papel; sin embargo, por lo que se, no funciona como practica para la vida real. En la vida real, la sumision y la resistencia carecen de una forma predeterminada, y para una escritora como yo resulta aun mas desconcertante que ciertos valores --sumision, negativo; resistencia, positivo-- que por norma se asocian a las palabras que los escritores vierten en la pagina, no son fiables sobre el terreno. A veces es un acierto someterse al amor y un error resistirse al afecto; a veces es un error resistirse a la enfermedad y un acierto someterse a lo inevitable; y viceversa. Cada novela que lees (y ni que decir las novelas que escribes) planteara alguna teoria acerca de que actitud conviene adoptar en que momento, y --si lees las suficientes-- te ofrecera, cuando menos, un amplio repertorio de reacciones posibles. Sin embargo, sobre el terreno, la experiencia no tiene epigrafes, ni saltos de linea, ni elipsis que te permitan recuperar el aliento… no da tregua.

  • Presas de Beatriz Esteban

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    Por la autora de Sere fragil (segunda finalista en el X Premio Internacional para Jovenes Jordi Sierra i Fabra), una fascinante novela ambientada en una carcel y protagonizada por dos jovenes: una voluntaria y una presa.

  • Tu. Yo. Ahora. de Mercedes Alvarez

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    "Se te cayo la bufanda." Lola me quito la bufanda sin siquiera mirarme. Cuando mis dedos rozaron los suyos, ella no se dio cuenta. "A tu orden" Las palabras salieron sarcasticamente, poniendo enfasis en sus modales olvidados. Pero incluso entonces, no levanto sus ojos para encontrarse con los mios. No se detuvo ante mi presencia mas de lo que tardo en sacar la bufanda de mis manos. Una bufanda negra. Lo note. Note el hecho de que su chaqueta era negra tambien. Asi como su blusa. Para ti, esto puede no parecer raro. Podrias inclinarte a pensar que soy un poco descerebrado para llegar a la conclusion de que Lola no estaba bien. Y para sacar la prueba de su no-estar-tan-biendel color de su ropa. "?Estas bien?" grite mientras se apresuraba a su escritorio, apoyando sus manos contra la superficie de madera en un movimiento de frustracion. Ella miro por encima de su hombro durante tres segundos – probablemente solo para ser cortes – antes de mirar a otro lado. Lola y yo no haciamos este tipo de cortesias – haciamos familiar y amigable y nos sonreiamos jodidamente el uno al otro. No era la clase de mujer que se abstenia de iluminar una habitacion. De hecho, la forma en que su sonrisa hacia que sus mejillas se hundieran y las esquinas de sus ojos se arrugaran tan ligeramente no era nada menos que perfectas. Ella era nada menos que perfecta. "Estoy bien. Gracias." La respuesta fue lenta, como si tuviera que pensarla, dando vueltas en su cabeza unas cuantas veces antes de contestar. Ella no estaba bien. Era el tercer dia seguido que habia usado todo negro. Lo cual no habria significado nada si hubiera sido alguien mas. He notado que las mujeres usan mucho negro en su lugar de trabajo. Se supone que te hace ver mas delgado, ?cierto? Pero esta era Lola y Lola raramente llevaba negro. La habia visto pasar por mi escritorio varias veces al dia durante dos anos, y ella usaba rosado, ella usaba azul y verde y amarillo y naranja y rojo y morado. Incluso gris. Pero raramente usaba negro. Las pocas veces que ese color la vestia de la cabeza a los pies tambien parecia desalinada, su pelo oscuro y ondulado atado en un mono desordenado, su camisa arrugada, sus ojos verdes hinchados y rojos. Estaba desalinada ahora. Y cuando vislumbre sus ojos estaban hinchados y rojos. La vi acercarse a su escritorio y sentarse. Envolvio la bufanda alrededor de su cuello y luego se hundio en su silla, tan bajo que el monitor de la computadora ocultaba su cara. Me recoste en mi propia silla y mire a la parte posterior del monitor que le oscurecia la cara. Luego me acerque a su escritorio. Permaneci en silencio durante un minuto, con las manos en los bolsillos. Ella no me noto. Su rostro estaba pulgadas de la pantalla y estaba escribiendo rapido, golpeando las teclas tan fuerte que retumbaban en lugar de hacer clic. “Oye.” Se sobresalto cuando escucho mi voz, su piel de color oliva se sonrojo. “Dios. Me asustaste.” Sonrei. “Lo note.” Empezo a escribir de nuevo. Ahora mas lento. “?Estas bien?” "?Por que sigues preguntandome eso?" "Porque no te ves bien." "Vaya, gracias. Estoy bien." Bajo, una vez mas ocultando su rostro detras de la pantalla. "De acuerdo. ?Que tienes para almorzar?" "Nada. No tengo hambre, para ser honesta. Ademas, estoy tratando de hacer esta divulgacion antes de las cuatro." "Te ves hambrienta" "Estas lleno de cumplidos hoy ?no?, ?Como puedo lucir hambrienta?" "Me apetece algo de Wahaca para el almuerzo. ?Quieres venir? Yo invito." Ella pidio Wahaca para el almuerzo al menos una vez a la semana durante los ultimos seis meses. La alegria en su rostro cuando salio de su escritorio, sabiendo exactamente lo que iba a ordenar, y con la seguridad de que no tendria un sabor diferente que las ultimas cuatro veces, era dificil de imaginar en este momento. Ella sacudio su cabeza. "Gracias, Christopher. Pero, honestamente, no tengo hambre." Su estomago gruno. Ruidosamente. "?Si? Parece que tu estomago no esta de acuerdo," sonrei. Recogi su abrigo de la parte de atras de su silla, lo mantuve abierto. Ella se puso de pie sin mirarme y tomo el abrigo, deslizandolo sobre sus hombros por si misma, alisando sus manos sobre la tela antes de enganchar los botones en su lugar. Uno y luego el otro. Observe sus dedos todo el tiempo. Cuanto tiempo lo hicieron. Como el esmalte de unas de Borgona en su dedo anular estaba pelandose. Como ese mismo dedo estaba vacio de un diamante brillante de corte princesa. !El anillo no estaba! Ido. Desaparecido. Y el esmalte de unas pelado me dijo que habia sido sacado con fuerza. En lugar de sorprenderme, la realizacion hizo que mi estomago revoloteara positivamente. Mariposas bailando cosquilleaban su camino a la parte superior. Casi sonrei. Casi. Las chicas como Lola son tan raras como un calamar de piedras preciosas y en la casualidad de que te tropieces con uno de ellos, estan marcados con uno de los tres titulos: Ocupado, No Interesado, Jugando para el otro equipo. No es que Lola estuviera interesada, pero veras que es mas facil cambiar el interes de una mujer soltera en ti, que convertir a una gay a hetero o una casada a divorciada. "Bien, pero no puede ser muy largo. Realmente necesito-" “Terminar tu divulgacion antes de las cuatro. Volveremos antes, Cenicienta. Prometido.” El tiempo afuera estaba de mierda, como mi habilidad para mantener una conversacion entretenida. Nuestra caminata estaba llena del tipo de silencio que la mayoria de las mujeres encontrarian incomodo. Me gustaria decir que no fue mi culpa, porque honestamente, este tipo de cosas por lo general no lo son. Soy conocido por mi encanto. Conocido por tener habilidad con las palabras y tambien conocido por usar muchas. Pero tenia mi mano en la pequena espalda de Lola y la sensacion de tocarla me habia dejado sin habla. Suena como una cosa marica que decir, ?no? Excepto que asi fue. Lola nunca habia estado soltera antes. O mas bien, nunca habia conocido a una Lola soltera antes de hoy y digamos que, todas las posibilidades de lo que podria ser o no ser, se alojaron en la parte mas delgada de mi garganta. Y el sexo… no es que estuviera pensando en ese tipo de cosas… pero solo dejame decir, si fueramos a llegar a eso, se las arreglaria para volar mi puta mente. O por lo que he oido decir, que las mujeres que lanzan sus anillos de compromiso en un ataque de ira, tienden a canalizar toda esa energia reprimida en actividades de cama extraordinarias. Al parecer, es el tipo de sexo que te deja jadeando dias despues de que el sudor se seca. Energetico. Apasionado. Nada de esto se hablado desde la experiencia, por supuesto. Por mucho que pudiera ser uno de los playboys mas estimados de Londres, nunca he conseguido acostar a una mujer tan cerca, pero tan lejos del matrimonio. De nuevo, no se trataba del sexo. Se trataba de Lola. Y Lola era mucho mas que una buena noche. Sostuve la puerta abierta, practicamente obligando a mi mano a apartarse de su espalda mientras ella entraba. Y luego me quede atras por un minuto, despejando los abruptos pensamientos en mi cabeza. Calculando mi siguiente movimiento. "?Vienes Chris?" Ella giro su atencion a mi direccion, apenas encontrandome a los ojos antes de seguir su camino. No habia acomodado mis pensamientos, pero la segui, pasando las mesas de metal, un poco demasiado juntas y luego deslizandome en la mesa regular de Lola. Se sento a mi lado en vez de al frente, sabiendo muy bien que era la mejor manera de evitar el contacto visual. Lentamente, se paso los dedos por el pelo, suspiro y agarro el menu. A pesar de que todavia estaba escaneandolo de atras hacia adelante, de adelante hacia atras, ordeno como si no tuviera que pensar la decision. Porque era siempre la misma comida que confirmo aun mas que habia algo mal. Seria y jodidamente mal. Tome un trago de mi Corona, permitiendo que el vaso descansara en mis labios un poco mas de lo necesario. Miro la botella de cerveza que tenia en la mano, sus ojos verdes llenos de desaprobacion. "Sabes que tienes que volver a trabajar despues, ?verdad?" Me encogi de hombros. Tome otro trago. Guino. "Es viernes." Le pase la botella. "?Quieres un poco?" “No, gracias.” "Parece que necesitas un trago" Su sonrisa era sarcastica. “?Estas realmente encantador hoy, no es asi?” Sonrei, reprimiendo una carcajada. Esa afirmacion era cierta. Yo era un verdadero encantador. Mis bolas eran grandes cuando se trataba de impresionar a las mujeres y puedes apostar tu culo que muchas de esas mujeres podrian recitar con precision exacta lo que la cosa entre esas bolas era capaz de hacer. Asi que si, a pesar del claro sarcasmo en su tono, yo era realmente encantador. Tomo un sorbo de su Sprite a traves de un popote, y entonces miro fijamente el vidrio, girando el popote en vuelta y vuelta. No habia nada que odiara mas que ver a Lola como si el mundo se le hubiera puesto justo sobre sus hombros. Busque una palabra o dos para aligerar su estado de animo, pero lo unico que me salio fue: "Lola". Ella giro su cabeza para mirarme. Hizo contacto visual. "?Estas bien?" Le pregunte, en serio ahora. "Por favor, deja de preguntarme eso." "?Por que?" "Porque no estoy bien." "Lo se." Ella aparto la mirada. Doblo su servilleta. Desplego su servilleta. "Entonces, ?por que preguntar?" "Porque espero que me digas por que no estas bien." Ella sacudio su cabeza. Tomo otro sorbo de su bebida. Volvio a doblar su servilleta. "No es nada." El mesero trajo los platos chisporroteados de tacos, taquitos y quesadillas de pollo. Comimos en silencio por un tiempo. El restaurante estaba lleno. Habia grandes grupos de companeros de trabajo hablando y riendo alrededor de las mesas que tuvieron que ser juntadas para acomodarlos. Lola y yo eramos una de solo cuatro mesas con menos de tres personas. Mire a mi alrededor, fingiendo estar interesado en cualquier otra cosa – cualquier cosa para detenerme de mirar a Lola todo el tiempo. Ni siquiera me miro una sola vez. Despues de un largo y espantoso tiempo, dejo de comer y se seco las comisuras de la boca. Bebio su bebida.

  • Un corazon roto se viste de amarillo de Jose Manuel Perez Varela

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    Esta pequena parte del libro sirve para sintetizar en pocas lineas la obra que tienes entre manos. Sin embargo, me he devanado los sesos y no he conseguido resumirla y mucho menos he sabido definirla. Podria decirte que es una novela historica, aunque la historia no es lo que se ha vivido, sino lo que se recuerda, como se recuerda, como se cuenta y quien lo cuenta; y todo esto es muy dificil de llevar a cabo sin apasionamientos. Tambien podria decir que dentro hay una historia de amor, pero no es esta una novela romantica, ni mucho menos.

  • Lo quiero todo de Katee Robert

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    Aunque su ex le habia destrozado la autoestima, habia llegado el momento de que Lucy Baudin retomase las riendas de su vida.

  • Contra todo pronostico de Y. Arcenegui

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  • Atame y no me sueltes de Laura Palma Avila

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    Segunda parte de Atame Comandante.

  • Entregarse a lo Bello (Entregarse 3) de Priscilla West

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    Era el primer dia de la clase de Economia 102. Tercer ano. Habia llegado hasta alli dejandome la piel semestre tras semestre, acampando en los horarios de oficina, quedandome despierta hasta tarde, viviendo a cafeina. De algun modo habia logrado sobrevivir. Pensaba que entrar a Harvard era la parte dificil y que el resto consistiria en la inflacion de las calificaciones, pero las clases en realidad eran bastante dificiles. Por supuesto, otros paseaban en una inteligencia pura y cerebros sobrehumanos que les permitian absorber las clases como las esponjas absorben agua. Desafortunadamente, yo no podia hacer aquello. Era la excepcion. Lo que significaba que me pase mis dos primeros anos haciendome mas amiga de los libros de texto que de la gente real. El salon de clases era tan grande como para que cupieran doscientos estudiantes y estaba casi abarrotado. Entre el mar de cuerpos, uno de ellos me llamo la atencion. De hecho, uno llamo la atencion de la mayoria de las mujeres que estaban en el salon: ojos azules brillantes, cabello castano alborotado, pomulos prominentes y unos anteojos elegantes que descansaban sobre una nariz afilada. Parecia un modelo masculino de un catalogo de J. Crew salvo que no lo habian mejorado digitalmente: era real. Sus rasgos estaban tallados con precision y economia. Resultaba adecuado. Considerando el tema de la clase, y considerando que estaba sentado en la fila de adelante, lo que significaba que era el ayudante de catedra. Tome asiento en una de las filas del medio y espere que el profesor comenzara su clase. Ya podia decir que aquella seria mi clase preferida del semestre. *** --Sabes, de cerca de cien estudiantes probablemente seas la unica que viene regularmente a mis horarios de oficina --dijo, con una sonrisa de infarto. Descubri que su nombre era Martin Pritchard. Un estudiante de ultimo ano que se especializaba en economia. Brillante, perspicaz y endemoniadamente atractivo. Demandaba una cantidad extraordinaria de voluntad no distraerse con aquellos ojos azules brillantes que, de algun modo, parecian arder con una intensidad abrasadora y con un calculo helado al mismo tiempo. Muchas chicas habian venido a ver a Martin en su horario de oficina a comienzos de clase deseando que les echara un polvo. Se reian bajo, revoloteaban el cabello y le coqueteaban con la mirada. Cuando se dieron cuenta de que el solo estaba alli por asuntos academicos --no sexuales-- perdieron el interes. Estaba sentado frente a mi en la oficina de ayudante de catedra, intentando ayudarme a comprender las ultimas lecturas asignadas. Solamente nosotros dos. Me sonroje y baje la mirada hacia mi cuaderno, lleno de garabatos sobre las leyes de salario minimo y el equilibrio de Nash. No tenia idea de que significaba todo aquello. --Necesito ayuda extra. Esto me resulta un tanto dificil. --Formulas preguntas excelentes. Preguntas que esperaria escuchar de alumnos de las clases de economia mas avanzadas. --Sonrio ampliamente, mostrando una dentadura perfecta--. Creo que simplemente tu razonamiento es detallado. Aprender es muy parecido a armar un rompecabezas. Y las distintas personas tienen distintas piezas. A las que tienen mas piezas les lleva mas tiempo armarlo, pero cuando lo logran, la imagen es mas grande. Sonrei con timidez, apartando la vista en direccion a las anotaciones, para luego volverla hacia el. --Gracias. Nunca lo pense de ese modo. Se dio un golpecito en la cabeza con los dedos. --Imagen grande. Los dos nos reimos por lo bajo y luego nos sonreimos el uno al otro. Definitivamente compartimos aquel instante y no sabia que decir a continuacion, por lo que me alegro que el finalmente rompiera el silencio incomodo. --Ey --me dijo alegremente--. Hoy hay una presentacion de Gary Becker en Lowell Hall. ?Quieres ir? Corriendo el riesgo de sonar ignorante, le pregunte: --?Quien es? --Un economista famoso conocido por el "teorema del nino malcriado". Es mi preferido. -- Martin sonrio ampliamente. Me encantaba como se emocionaba con los temas economicos y los economistas renombrados en sus horarios de oficina. Te transmitia su energia: de vez en cuando, hasta yo me emocionaba con esas cosas. Arrugue el entrecejo. --!Que gran nombre para un teorema! Se rio entre dientes. --Un gran nombre para un gran teorema. Imaginate un hermano malo al que le gusta maltratar a su hermana. Si los padres dicen que le daran mas dinero de la herencia al hijo que mas lo necesite, entonces el hermano malo querra ayudar a su hermana para que le vaya bien y asi terminara recibiendo una mayor parte de la herencia. Su bienestar ahora depende del bienestar de su hermana. Puedes hacer que un nino malo se convierta en bueno con los incentivos adecuados. Frunci mas el entrecejo, reflexionando sobre el ejemplo. Martin se encogio de hombros y luego me guino el ojo. --Quizas no sea tan famoso. Me rei. --Parece interesante. --Y una oportunidad para salir con un chico muy atractivo. Ademas, no era frecuente que tuviera la posibilidad de hacer actividades de ocio--. Seguro, vamos. *** Comenzamos a vernos con mas frecuencia. Al principio, en eventos sociales neutros, luego se hizo cada vez mas claro que estabamos saliendo. Hacia unos meses que nos estabamos viendo cuando pasamos caminando delante de un gimnasio y Marty sugirio que probaramos el club de baile swing. --?Un chico que quiere ir a danza? No se, no soy muy buena bailarina. Sus labios carnosos se curvaron en una sonrisa traviesa. --?Estas diciendo que los hombres no pueden bailar? --?No es eso un estereotipo? --?No es tambien un estereotipo aquello acerca de que las chicas son buenas bailarinas? --!Buen punto! Me extendio la mano para que la tomara y lo hice con elegancia. --?Bailamos? Me sorprendio descubrir que no solo era inteligente y atractivo, sino tambien un buen bailarin. Pasamos la tarde con nuestros cuerpos cerca el uno del otro, riendonos y sudando. Me tropece y lo pise varias veces pero parecia no importarle. Me ayudo mostrandome como hacer los movimientos basicos y hasta me convencio de que le permitiera balancearme alrededor de su cintura. Fue la vez que mas me diverti en la facultad hasta aquel momento. *** --Nunca antes hice esto, Kristen. ?Tu? --Tenia el cuerpo tenso mientras se colocaba encima de mi, en la cama de mi dormitorio de la universidad. Le habia quitado la camisa y ahora yacia sobre el suelo, adonde la habia arrojado. La superficie de su torso esculpido era suave y me excitaba mucho tenerlo arriba, tan cerca. Me habia sorprendido descubrir que estaba increiblemente en forma para ser un ayudante de catedra cerebrito. Una rutina regular de natacion y baile le hacia aquello al cuerpo. Su pecho jadeaba mientras intentaba controlar la respiracion. Le sonrei. --Si me estas preguntando si soy virgen, tengo que decirte que no. Tuve algunos novios cuando iba a la secundaria. --Ya veo. --Aparto la mirada de la mia, para bajar la vista a mi pecho, adonde usualmente le gustaba mirar. No me importaba. De hecho, me gustaba la manera en que me hacia sentir deseada. Generalmente tenia tanta confianza en si mismo y tenia todo bajo control, pero ahora, en este momento de intimidad, estaba vulnerable. --?Es un problema para ti? --No... Es que nunca tuve una novia antes de ti. Estoy un poco nervioso. --Entorne los ojos y frunci el entrecejo--. Pareces sorprendida. --Lo estoy. Pense que tendrias un extenso historial de citas dado lo inteligente y atractivo que eres. Me observo con aquellos ojos azules intensos. --No confio en los demas con facilidad. Por lo general, no me acerco tanto a las personas. --?Confias en mi? --Con cuidado, le quite los anteojos y los ubique sobre el estante arriba de la cabecera de la cama. Sus ojos se pusieron radiantes. --Confio en ti, Kristen. --Iremos despacio, Marty. Nos tomaremos nuestro tiempo. --Me quite un bretel del vestido del hombro. Tome su mano y la ubique sobre mi seno, que hizo que liberara lentamente una exhalacion al sentir la calidez que irradiaba su piel. Se le encendieron las mejillas. Era tan adorable verlo de esta forma. --Kristen, c-creo que... --?Que quieres decirme? Nego con la cabeza. --Nada. Simplemente eres tan maravillosa. La persona mas increible que he conocido. Sonrei. --?Incluso mas increible que Gary Becker? --Cien veces mas increible. Tire de su cabello castano y acerque sus labios a los mios. Esa noche hicimos el amor por primera vez. *** Marty hizo un agujero del tamano de su puno en la mamposteria de su apartamento. Estaba asustada. Durante las ultimas semanas, habia entrevisto su caracter --pequenos arrebatos por cosas aparentemente triviales que hacian otras personas-- pero no me habian preocupado demasiado. Se lo atribuia al estres. Era ayudante de catedra y, despues de todo, el curso implicaba una gran carga. Pero sus reacciones nunca habian ido tan lejos. --Marty, tranquilizate. No tiene tanta importancia. --Si que la tiene. ?Como pudo hacer eso? ?Acaso no tiene consciencia? --Estas reaccionando exageradamente. No fue su intencion. No vio que venias, por eso abrio accidentalmente la puerta y te pego de frente. Suspiro y se froto la nariz que estaba comenzando a hincharse. Se sento en el sofa de gamuza marron junto a mi, con la cabeza entre las manos. --?Por que te enojas tanto? --le pregunte-- ?Has estado estresado en el ultimo tiempo? -- Comence a acariciarle la espalda suavemente. Tanto para tranquilizarlo a el como para tranquilizarme yo misma. Todavia estaba conmocionada por aquel punetazo. --No, estoy bien --gruno. --Hablame, Marty. Hay algo que no me estas contando. Por un momento no respondio, preferia frotarse las sienes para calmarse. --Nunca le conte esto a nadie... a veces simplemente me enfurezco muchisimo. Mi mama fue un poco dura conmigo cuando era pequeno. --?Que sucedio? Dejo escapar otro largo suspiro. Percibia que estaba analizando si contarme lo que estaba pensando o no. --Era drogadicta. --Las palabras permanecieron en el aire un momento--. Hasta cuando estaba embarazada de mi, inhalaba cocaina. Dice que ahora esta limpia, pero se que aun bebe mucho. El corazon me dolio por el. Sabia como era tener una mala relacion con los padres. Como afectaba tus habilidades sociales y tu capacidad para relacionarte con otras personas. No podias librarte de aquello sin importar cuan lejos huyeras. Para mi, haberme mudado de Texas a Massachusetts no era lo suficientemente lejos. Pensaba que yo la pasaba mal, pero parecia que Marty la pasaba mucho peor. --Siento oir eso --le dije, mientras continuaba frotandole la espalda para tranquilizarlo--. No lo sabia. Se animo inesperadamente. --No te preocupes por ello. Quedo en el pasado. --Me acaricio la mejilla y me beso--. Se que a veces soy muy irascible, pero estoy trabajando en ello. Y tu haces que quiera ser mejor.

  • Rojo (Fundacion 2) de Carlos Sisi

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    America no responde. Ya nadie esta a los mandos. En el resto del mundo, los medios evitan usar la palabra “vampiro”. Los llaman El Enemigo, la Marea Roja, o metahumanos, pero se les llame como se les llame, estan llegando a Europa. Son cada vez mas fuertes. Las mentes sincronizadas de Elexia y Alkibiades estan despertando a los Nueve, y sus planes de venganza son imparables.

  • Florecer. Otra vez de Silvia Cruz

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    El mundo de los sentimientos puede ser un lugar oscuro y solo apto para valientes. Alice y David sufren una ruptura anunciada y Sally y Nick son victimas de sus pasados y de personas que quieren separarlos una y otra vez. Como la vida misma, Florecer otra vez nos ensena que amar incondicionalmente es tan bonito como doloroso y a veces tienes que tomar las decisiones mas dolorosas para que un amor tan aplastante no te consuma por completo.

  • El amargo don del olvido de A. V. San Martin

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    Eramos como un bombon Aftereight que explota de forma densa e insuperable dentro de la boca, despertando el paladar. Solo que entonces desconociamos que el caracter amargo e impactante como el chocolate de uno podia combinar de forma tan deliciosa con el del otro, de menta fresca y picante. No, entonces no sabiamos que eramos capaces de intercambiar entre nosotros algo mas que las frases despectivas y los desaires en los que nos veiamos envueltos debido a la forzosa vecindad que nos mantenia unidos cada verano. Nos encontrabamos, sin que yo pudiera evitarlo, pese a que intenciones no me faltaban, en similares fechas y en el mismo pueblo costero, en los que mi diminuta familia y la suya mas amplia y escandalosa eclosionaban sin remedio en la misma urbanizacion de apartamentos. Por supuesto mi madre con su frio y petreo desden, solo intercambiaba rigurosos y escuetos saludos que no podia disfrazar de corteses ni aunque lo pretendiera. De esa manera quedo instaurada de forma consistente la guerra fria entre las familias. Mi madre, sin fingida altivez, controlaba desde la elevacion de su atico de lujo que no se viera salpicada por las ideas bolcheviques de esos vecinos que ocupaban un escalafon mas bajo en el edificio. Igual que si se llevara a cabo una verdadera clasificacion de estamentos sociales en el bloque. Y a mi... a mi me importaba todo una mierda. No podia interesarme menos cualquier cosa, y entablar conversacion o relacion con otro ser humano era el ultimo de mis intereses. Mi naturaleza adusta y aspera nacio honda y arraigada tras descubrir con diez anos, durante un mitin politico y de la mismisima boca de mi madre, mis inciertos origenes. <>. Sus palabras tuvieron el resultado que buscaba alli y en todas las noticias. Solo se le olvido calcular el efecto que tendrian en la aturdida y perdida mente de una nina que habia renunciado a conocer la existencia de su progenitor hacia mucho tiempo. No es como si pudiera considerar padre al hombre que forzo a mi madre solo por el hecho de llevar parte de su ADN, pero hubiera preferido con creces continuar en la ignorancia, yo y el resto del mundo. Aquello coloco sobre mi un estigma que yo misma me preocupe en enraizar y regar con mi actitud descabelladamente apatica y hostil. Mi padre era un violador y yo el resultado de su delito. ?Queria saber quien era? ?Estaba en la carcel? ?Sabia de mi existencia? Esas eran preguntas con las que no queria convivir. No es solo que no quisiera saber las respuestas, lo que en realidad no queria era que surgiera la necesidad de plantearmelas. De esa forma me volvi una maestra en ocultar mis pensamientos y sentimientos. No solo a los demas, sino tambien a mi misma. <> podria responder a mi madre, una y otra vez, ante sus desesperados intentos de comprenderme. Lo cierto es que nunca me moleste en explicar el negativo impacto que su confesion publica tuvo en mi. De todas maneras, lo mas probable es que ella lo supiera y su intencion nunca hubiera sido utilizarme para hacer demagogia contra politicas a favor del aborto, solo se dejo llevar por el calor y el entusiasmo del momento. Lo entendi cuando sus parpados cayeron con dolor sobre sus ojos, conteniendo un torrente de arrepentimiento, antes de volverse a mirarme. <>. PRIMERA PARTE <>. Manuel Murguia NADA es lo que PARECE... 1 Woodkid _ I love you (Quintet Version) Ahora... D ejo mis llaves sobre el aparador. Ha sido un dia agotador con mucho trabajo y temas sin resolver. Apenas me quedan fuerzas para enfrentarme, con la paciencia y la comprension que debiera tener, a su estado de retraimiento y encierro. Suspiro con fuerza y lleno mis pulmones de aire, tratando de reunir las fuerzas que necesito antes de volverme hacia el. Se que tal vez me ha oido. Probable y secretamente era mi intencion porque es lo unico que puedo hacer para transmitirle mi descontento y no gritar desesperada que reaccione de una vez. --Oliver --saludo antes de volverme hacia el. Ni siquiera se gira para mirarme. Mi presencia o ausencia no supone ninguna diferencia en su estado de animo. Sentado junto a la ventana de forma desalinada, mantiene los ojos clavados en ninguna parte. No voy a fingir que lo entiendo. Ningun estado de tristeza o abatimiento es comparable a la profunda desesperacion que el viene sufriendo cada dia desde aquello. Y la solucion no pasa por animarle o recordarle todo lo que tiene y merece la pena en esta vida. Tampoco sirvo para ello. No entiendo de tristes melancolias porque jamas me he permitido sentirlas. Soy demasiado pragmatica y realista. No me permito sonar ni anhelar. Solo con el desee mas y deje de nadar contra corriente, acoplandome a un paso que parecia demasiado largo para mi. Un paso que ahora parece detenido y no logro acompasar. Me acerco a el despacio, con el silencio sobrecogedor de la casa interrumpido por el sonido de mis tacones sobre las lamas de madera. Mi mano cae sobre su hombro como una forma torpe de consuelo. Levanta la mirada hacia mi como si fuera la primera vez que reconoce mi presencia en la casa y su cara se contorsiona sin poder contener la emocion. Trata de ocultar sus ojos tras su mano. Soy egoista, pero prefiero este atisbo de agitacion que su mirada infinita y su inexpresiva actitud.

  • Textrovert de Lindsey Summers

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    ?Podrias enamorarte de alguien a quien nunca has conocido?

  • El farmaceutico de Auschwitz de Patricia Posner

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    Victor Capesius custodiaba la reserva nazi de gas Zyklon B y proporcionaba farmacos que eran empleados por medicos para llevar a cabo experimentos espantosos y mortales en mujeres embarazadas y ninos.

  • Lo que queda de nosotros: Londres, Lina Perozo Altamar de Lina Perozo Altamar

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  • Hazme arder de Clare Connelly

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    Ally Douglas habia hecho un trato con Ethan Ash: solo sexo, nada de ataduras ni compromisos para toda la vida. Solo sabia que era una estrella de rock famoso en todo el mundo y absolutamente impresionante. La sintonia sexual habia sido instantanea y cautivadora y era un trato que satisfacia sus necesidades. Sin embargo, ahora que Ethan habia empezado a infringir las reglas, ?podria Ally evitar abrasarse?

  • Mi jefe es un Highlander de Kate Bristol

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    Bel Roig es una artista que trabaja en una cafeteria de Edimburgo, mientras intenta realizar su sueno: exponer sus pinturas. En su semana de vacaciones quiere recorrer las Highlands con su querido Manolo: el seiscientos de su abuelo. Todo va de maravilla hasta que… !Manolo se empotra contra un arbol! !Atropella a una oveja! !Y la secuestra un highlander!

  • La casa chica de Monica Lavin

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    Ocultas de la vida publica y, si acaso, ligeramente turbadas por los murmullos de los enterados, algunas de las pasiones amorosas mas emblematicas del agitado siglo xx en Mexico vivieron alejadas de las miradas inquisitorias. Artistas, intelectuales y politicos cuya obra y decisiones aun perduran componen este retablo de relatos que van del blanco y negro del celuloide a los vibrantes colores de la fotografia y la pintura, de los pasillos de una secretaria de Estado a los del Toreo de la Condesa, de los viajes por barco a Europa a los aviones privados, de las residencias campestres en el naciente barrio de Polanco a los edificios de Nueva York.

  • Encuentro de almas 1. Por Clara de Sonia R. Salvante

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    El Pilar, un pueblo en el que todos se conocen, es el lugar que vera crecer un amor.
    O dos.
    Clara habria sido feliz si hubiese nacido uno o dos siglos atras. Romantica, dulce y timida, su familia lo es todo para ella. Quiza por eso su mayor sueno sea crear una propia.
    Y con el.
    Chema es una persona sencilla que solo aspira a una vida normal. Seguro de si mismo, sabe lo que quiere y va a por ello. Claro que siempre ha tenido una vida relativamente facil, en la que nunca ha conocido el amor ni la desesperacion.
    Hasta que se fijo en ella.
    Y luego esta Laura. Divertida, directa e impulsiva... Su caracter explosivo esconde un enorme corazon y unas ideas inamovibles. Ser independiente, vivir en una gran ciudad y dedicarse a su gran pasion: la decoracion.
    Tres jovenes con suenos, tres almas entrelazadas y un destino que los atropellara.
    Amor, risas, respeto, fidelidad, deseo, pasion y dolor. Y, entre todo ello, la busqueda del perdon. A uno mismo, tal vez el mas dificil.
    Porque la lealtad y el corazon no siempre siguen las mismas normas. Porque uno no elige a quien amar, a quien desear, a quien perder. Porque, a veces, simplemente, algo superior decide por nosotros.

  • Yo soy una senora de Jaime Bayly

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    “Yo desde chica, he sido muy de derecha. Nunca he sido comunista, tan bruta no soy. He sido marihuanera, pero no comunista, he sido marihuanera de derecha”.