L Rodriguez - TODOS SUS LIBROS
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Un dia en la guerra de Miguel Rodriguez Echeandia
https://gigalibros.com/un-dia-en-la-guerra.htmlAsi comienza Un dia en la guerra, una novela corta en la que Miguel Rodriguez Echeandia nos pone en la piel de un soldado de infanteria que se enfrenta a la jornada mas peligrosa de su vida. Un relato en el que el protagonista cuenta de primera mano sus impresiones de cada momento de la batalla, abriendose paso a base de coraje para sobrevivir. Es la narracion completa de unas largas veinticuatro horas en las que incertidumbre y miedo se suceden dentro en la crueldad de la guerra, donde la soledad del protagonista es constante y la muerte acecha a cada paso.
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La sangre de las bestias de Joel Rodriguez Aleman
https://gigalibros.com/la-sangre-de-las-bestias.htmlHacia ya tiempo que Damian se sentia como si la vida lo hubiera agarrado por el cuello y no lo soltara. La impasible mano apretaba cada dia mas y mas, y cuando el flujo del aire empezo a cortarse, perdio la poca paciencia que le quedaba y cruzo el umbral que conducia a la senda de los perversos. Era muy tarde y aun estaba en la oficina. Nada lo obligaba a ello, salvo su altruismo; un companero, que iba atrasado en su trabajo, le pidio ayuda para cuadrar unos balances. La idea de hacer horas extras que nadie le iba a remunerar, sumada a lo mucho que despreciaba a aquel <
>, segun sus propias palabras, le atraia tanto como a un ateo ir a misa. Sin embargo, debia hacerlo, pues las consecuencias de no terminar aquella tarea o, peor aun, terminarla mal, podian ser graves no solo para su companero, sino para la propia empresa. A medianoche, por fin bajo del autobus que lo dejaba a unos diez minutos de su casa. A pesar de la corta distancia, lo incomodaba recorrer aquellas calles repletas de drogadictos y carteristas. Miraba a todas partes y se maldecia por haberse quedado trabajando hasta las tantas. A mitad del trayecto, vio a un muchacho con sudadera sucia y una gorra con la visera hacia atras apoyado en la pared de un edificio y con una lata de cerveza en la mano derecha. Sintio una repentina opresion en el pecho. Parecia que aquel chico estaba absorbido por sus propios pensamientos y no albergaba intenciones aviesas, pero eso no lo tranquilizo. Aun asi, siguio su camino como si nada. Cuando estuvo a su altura, el muchacho solto la cerveza, que cayo con un estruendo amplificado por el silencio de la noche, y le corto el paso. Saco una navaja con la destreza de quien se ganaba la vida con ella, y dijo: --La cartera. Ya. Damian levanto las manos. Temblaban. --Voy, voy. --Su voz sono mas aguda de lo normal--. La tengo en el bolsillo izquierdo del pantalon. Voy a sacarla, ?vale? --Como me la juegues, te mato. --No, no te la juego, te lo juro. Entrego su deshilachada cartera al atracador. Este, mientras lo apuntaba con la navaja, maniobro con la mano izquierda para examinar el contenido: solo habia un billete de cinco euros y algo de calderilla. --Joder, que mierda. A pesar de lo tenso de la situacion, Damian encontro suficiente animo para ofenderse. <>, penso. --Dame tu movil. Bajo esta vez la mano derecha y extrajo de su bolsillo un Nokia de los antiguos, tan solo capaz de hacer llamadas y enviar mensajes SMS. --?Que mierda es esta? ?Por que no tienes un movil normal como todo el mundo? Me pagaran una miseria por esta basura. Antes de que tuviera la oportunidad de contestar, el ladron le propino un golpe con el reverso de la navaja que le hizo caer al suelo, y huyo a toda velocidad, insatisfecho con su botin. Damian encendio la luz, y su estudio de treinta metros cuadrados se tino del color amarillento de la bombilla del techo. La pintura de las paredes estaba desconchada aqui y alla. Sobre el escritorio, enfrente de la puerta, habia un ordenador portatil con una raja en la carcasa, fruto de una desafortunada caida anos atras. A su izquierda, el somier hundido por el centro comunicaba al mundo que su uso prolongado haria peligrar la espalda de su dueno. La cocina, al fondo de la estancia, estaba justo al lado del bano, lo cual le producia una sensacion desagradable a la que nunca se acostumbraba. Se dejo caer sobre la cama, apoyo los codos sobre sus rodillas y se tapo la cara con las manos. La amargura, que habia esperado con paciencia su momento, lo invadio. Aun asi, no lloro, tan solo se lamento de su desgracia. Normalmente, la soledad no lo afectaba, pero aquella noche lo ahogo. No tenia con quien hablar: ni mujer, ni hijos, ni tan siquiera un simple companero de piso. Se acordo de sus padres, pero bajo ningun concepto acudiria a ellos en busca de ayuda. Tras desnudarse, apago la luz y se acosto con la vana esperanza de dormirse; sin embargo, su corazon tardaba mucho en apaciguarse y aun bombeaba la sangre a demasiada velocidad. Reflexiono sobre el incidente, pero tambien sobre su propia vida. Comprendio que ser atracado en plena calle no era mas que la consecuencia de un problema mas grande: sus escasos ingresos economicos lo obligaban a residir en un barrio conflictivo, en un piso miserable, sin opcion a renovar su mobiliario, sus aparatos electronicos o su indumentaria. Le dolia vivir asi. Habia soportado mil y una penurias con encomiable estoicismo durante muchos anos, pero se acabo. Tomo una determinacion que ya no lo abandonaria jamas: cambiar esa situacion de una vez por todas. Capitulo 2 Dos dias despues, un soleado jueves de finales de verano, Damian disfrutaba de un almuerzo con su amigo Mario en la terraza de un restaurante. Cobijados por la sombra de un toldo grueso mientras bebian unas cervezas frias, mitigaban los efectos del calor. Se encontraban en una calle peatonal repleta de comercios y viandantes. --Gracias por invitarme --le dijo Damian. --Nada, para eso estan los amigos. Mario poseia una panza y unos mofletes prominentes, pelo rizado y nariz ancha. Contrastaba con Damian, enjuto, de apariencia fragil y con un pelo lacio tan mustio que no se despegaba de su craneo. Ambos llevaban sandalias y sus peludas pantorrillas al desnudo. --Mario, necesito dinero. Estoy harto de vivir donde vivo, con miedo constante a que me pase algo, en un piso que parece que se va a venir abajo a las primeras de cambio. Estoy harto de mi trabajo, estoy harto de... --Vale, vale, lo pillo. --Su amigo, un optimista perenne, no queria ver a nadie regodeandose en sus propias miserias--. Mira, es tu dia de suerte: te voy a proponer un proyecto que nos hara ganar mucha pasta. Damian, como cabria esperar, aguzo el oido: --Te escucho. Mario hizo un triangulo con ambas manos y las separo lentamente al tiempo que decia: --Inteligencia artificial. Su gusto por la teatralidad le hizo dejar una pausa dramatica, pero no logro el efecto deseado. Damian se encogio de hombros y espero a que continuara su discurso. --Es el futuro, chaval. Voy a desarrollar una inteligencia artificial para procesar grandes volumenes de informacion y detectar patrones que ayuden a decidir sobre esos datos. No es nada revolucionario, las grandes empresas llevan ya un tiempo haciendolo, pero eso es bueno: significa que hay gente dispuesta a pagar por algo asi. Y pagaran mucho dinero, muchisimo. ?Te das cuenta del enorme potencial que esconde un sistema informatico de ese estilo? --Me lo puedo imaginar. --No, no podia. --El caso es que yo me encargare de programar ese sistema, pero necesito a alguien que se ocupe de todo lo demas: buscar clientes, el marketing online... En fin, ese tipo de cosas. Asi que... ?que me dices? -
La gran boda de Juan Manuel Rodriguez Caamano
https://gigalibros.com/la-gran-boda.htmlLa gran boda es una historia de un amor patologico entre una ex pareja que desencadena una serie de eventos que resultan anormal para cualquier sociedad. Una historia de amor que puede acabar en una tragedia.
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La realidad es peor que la ficcion de Maicol Rodriguez
https://gigalibros.com/la-realidad-es-peor-que-la-ficcion.htmlSE A DICHO MUCHAS VECES QUE LA REALIDAD ES AUN PEOR QUE UN CUENTO DE FICCION. AHI MILES DE HISOTRIAS DE TERROR QUE RECORREN EL MUNDO Y AQUI LAS VAN A CONOCER ALGUNAS
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Retrato de mi madre con perros de Daniel Rodriguez Barron
https://gigalibros.com/retrato-de-mi-madre-con-perros.htmlLos cuerpos se acumulan en la calle, afuera de los cines, restaurantes y comercios. El mundo como lo conocemos llega a su fin. La peste trae consigo a los drones y a la Gran Inteligencia, que controla todo, alimentandose de millones de entradas diarias que los ciudadanos estan obligados a publicar en la red. Solo hay dos prohibiciones: no salir de la ciudad y nunca hablar de los muertos.