• Las lineas prohibidas de Juan Yubero

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    En la fiesta de su undecimo cumpleanos, Chuso correteaba impaciente por la casa, esperando a que llegaran todos sus amigos. Era un dia soleado de octubre. El otono estaba siendo muy caluroso y le permitia celebrarlo en el jardin, para alivio de sus padres. Los ninos comenzaron a llegar sobre las seis de la tarde. Una larga espera, teniendo en cuenta que aquel sabado habia amanecido por una unica razon. !Ya no tenia diez anos! Los regalos se amontonaban en el sofa. Segun iban llegando, los nervios se iban apoderando de el, con el problema anadido de que hasta que no llegara el ultimo de sus amigos, no le estaba permitido comenzar a desgarrar el papel de forma compulsiva. Normas de la casa. Por fin, se acabo el suplicio y llego el momento de soltar la adrenalina que llevaba horas segregando. Las ansias con las que abria cada regalo casi no le permitian disfrutar de los juegos de mesa, casco, monopatin y un largo etcetera de juguetes con los que llevaba sonando durante un tiempo. Cuando acabo la fiesta, sus padres le regalaron una bicicleta Orbea Furia, que detono en una felicidad que solo es propia de un nino. Lo mejor que le ha ocurrido en su vida. De seguido, su padre saco un paquete envuelto en papel naranja. Chuso penso que se trataria de algun juego de consola y comenzo a abrir el regalo con una ilusion que se difumino al instante, al ver que se trataba de un libro. --Muchas gracias. Es un poco grande --dijo, con gesto cabizbajo. --No te preocupes. Tu regalo es la bici. Esto es tan solo un gran libro que apreciaras con el tiempo. Es mi novela favorita. Guardala para cuando llegue el momento en el que estes preparado --respondio Pablo con la ternura de un padre al que no le sorprendia aquella reaccion. Chuso se marcho a su habitacion a jugar con sus regalos, sin percatarse del fondo de aquellas palabras, ni de las lagrimas que resbalaban por las mejillas de su madre. Aquel regalo significaba mucho para Pablo. Unos meses antes, le habian diagnosticado cancer y le restaba poco tiempo de vida. Sabia que, si algun dia leia aquel libro, les acercaria un poco mas y podria transmitirle una de sus pasiones. La lectura. Unas semanas despues, volvia del colegio dispuesto a merendar y salir corriendo con la bicicleta en busca de sus amigos. Encontro a su madre llorando. Estaba tumbada en el sofa, con la cabeza zambullida entre los cojines. --?Mama, te pasa algo? --dijo, sorprendido. No obtuvo ninguna respuesta. Se incorporo rapidamente y rompio a llorar con mayor intensidad. Durante unos segundos, permanecio asustado sin poder articular ni una sola palabra. Nunca habia visto a su madre tan desconsolada, y tampoco era capaz de imaginar que la vida le acababa de asestar el golpe mas fuerte que iba a recibir nunca. Tras unos instantes de absoluto desconcierto, su madre acerto a pronunciar las palabras que se le grabarian a fuego de por vida. --Tu padre nos ha dejado, carino. Estaba muy enfermo y ahora se ha ido al cielo. No era capaz de asimilar aquellas palabras. Tan solo tenia once anos y no estaba preparado para digerir que ya no iba a volver a ver a su padre. Tampoco se dio cuenta, en ese mismo instante, que les reprocharia siempre no haberlo sabido antes. No haberse despedido de su padre. Que su padre no se hubiera despedido de el. Lo supo mucho mas adelante. En sus ultimos dias, le dijeron que se encontraba en un viaje de trabajo. A pesar de lo ocurrido, siguio con su vida, aunque sentia que cada ano que pasaba perdia un poco mas de el. Un dia cualquiera, recordo aquel cumpleanos. El ultimo que vivio cerca de su padre. Como un relampago, se instalo en su cabeza una imagen. El instante en que le regalo el libro. En aquel momento no significo nada para el. ?A quien se le ocurre regalar a un nino un libro de mil ciento treinta y seis paginas, sin otra razon que para ocupar un lugar en la estanteria? Pero comprendio su finalidad. Despedirse de su hijo con un regalo que significaba mucho mas que unas lineas. Era una despedida con su libro favorito. El que recordaba haber leido cuando era joven y su forma de transmitir la lectura a la persona que mas queria. Su unico hijo. Sin perder un solo instante, se dispuso a coger "El Conde de Montecristo" entre sus manos y, acariciando las tapas, dio un pequeno golpecito a la portada, con lagrimas asomando por los ojos. Abrio el libro por la primera pagina, suspiro y comenzo a sumergirse en la lectura. Pasaba horas y horas entre palabras que cobraban vida propia y las letras empezaban a esculpir su futuro sin darse apenas cuenta. No solo no le costo terminar de leerlo, sino que, a pesar de sus mas de mil paginas, habia conseguido terminarlo en menos de un mes. Todo su tiempo libre lo dedico a aquella obra maestra. La obra que se introdujo en su mente para despertarle la pasion por la lectura. Crecio en el la inquietud por poder llegar a escribir de aquella forma. Sabia que era practicamente imposible, pero al menos sonaba con poder transmitir a otras personas los sentimientos que aquellas letras habian despertado en el. El primer paso lo tenia muy claro. Hasta aquel dia, no habia leido demasiados libros. Tan solo los que eran obligatorios en el colegio y algun otro no demasiado extenso, pero este habia conseguido devorarlo como si llevara toda la vida haciendolo. Con paso lento fue a la planta baja, se coloco delante de una estanteria repleta de libros y la emocion se apodero de el. Los musculos de la cara temblaban de una forma tan intensa como cuando se desgarran tus sentimientos repentinamente. Su padre habia leido todos y cada uno de los libros que poblaban la pared de aquel cuarto, y ahora sentia la necesidad de descubrir cada historia que se escondia tras cada portada. Tenia dieciseis anos y todo el tiempo del mundo para conseguirlo. Desde el dia en el que comenzo la facultad, se prometio a si mismo que publicaria una novela. Habia escrito algunos relatos, pero su ambicion iba mucho mas lejos. No paraba de darle vueltas a la cabeza buscando un tema original, pero sabia que hacia mucho tiempo que se habia escrito todo. Solo tenia que buscar una historia y contarla lo mejor que supiera. Durante las clases, en ocasiones se evadia por completo y no era capaz de centrar la atencion en lo verdaderamente importante. Sus estudios. Habia comenzado a estudiar Periodismo. No era un alumno especialmente concienzudo, pero logro acabar la carrera. Continuo con sus estudios hasta conseguir la oportunidad de trabajar como profesor en la universidad. Durante el tiempo que estuvo estudiando, consiguio acabar una novela de la que estaba profundamente orgulloso. Probablemente no era la gran novela que sonaba escribir, pero creyo que era suficientemente buena como para ser publicada. Por desgracia para el, no lo consiguio. Contacto con una larga lista de editores y de todos ellos recibio la misma decepcionante respuesta: "Sigue intentandolo. Es una buena novela, pero no es lo que estamos buscando".