• Tango a medianoche de Isabella Marin

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    En la ciudad del jazz y el color, vive una joven mujer profundamente infeliz, atrapada en un matrimonio a la deriva, y un hombre que ha huido de un aserradero de Maine persiguiendo un sueno dorado de riqueza y bienestar.

  • Adicta a el, hasta que los paparazzi nos separen (Bilogia Adicta a el 1), Isabella Marin de Isabella Marin

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    ?Te has enamorado alguna vez de la persona equivocada?

    ?Consciente de que amarle te consumiria, cerraste los ojos y te lanzaste por un precipicio solo porque sabias que el estaria abajo?

  • Nada que perder de Isabella Marin

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    Alexia odia las citas a ciegas y el hecho de que su padre se haya empenado en organizarle una. Quiere vivir la vida a su manera, irse lejos de su ciudad natal y empezar de cero. Pero no tardara en averiguar que las cosas no siempre salen segun las has imaginado.

  • Tu eres mia (Insaciable 3) de Isabella Marin

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    Adeline sigue en prision, y su futuro se pinta incierto. Solo hay un hombre capaz de salvarla, pero el ha roto las cadenas que le ataban a ella. Se ha ido y ha prometido no regresar nunca mas. Adeline no sabe que sentir al respecto.

  • Al hombre que deje atras de Isabella Marin

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    Una chica regresa a Boston para hacer las paces con su pasado.
    Un hombre acude cada vez que llueve a un bar de soul, se sienta siempre en la misma mesa, se pide una copa de whisky y espera en silencio a que empiece una cancion vinculada al pasado.
    Dos existencias vacias. Dos almas desgarradas por la soledad. Un abismo de tiempo separandolos.

  • Maldito ex. diario de una ruptura de Isabella Marin

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    Que tu novio corte contigo, cuando tu ya habias fichado el vestido de novia, es una desgracia.

  • Un rincon llamado hogar de Isabella Marin

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    Lo dejo plantado en su baile de graduacion. Anos mas tarde, cuando toda su vida empieza a desmoronarse, Zooey regresa a casa y sus caminos se cruzan de nuevo. ?Sigue siendo T.J. el mismo chico enamorado de ella, o la vida le ha hecho cambiar? ?Y que es lo que siente Zooey exactamente por el?

  • Otra vez tu, Julie Fisher de Isabella Marin

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    Para James, Julie Fisher es un incordio. Aparece cuando menos se lo espera, le roba el corazon y. !ni siquiera tiene la decencia de disculparse por ello!
    Para Julie, James es la promesa de la mayor aventura de toda su vida.
    De acuerdo, ese rufian la besuquea en un bosque, la saca de quicio constantemente y la arrastra a una granja llena de cerdos (que, !Cielo Santo!, !pretende que Julie alimente con sus delicadas y aristocraticas manitas!), pero. ?que seria de ella sin el?
    !Se aburriria terriblemente!
    Una divertida comedia sobre bandidos, piratas, la importancia de pescar un buen marido y el rifirrafe de una pareja que se quiere (!matar!) durante casi toda la novela.

  • Antes de medianoche (Adicta a el 2), Isabella Marin de Isabella Marin

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    “Puede que el mundo haya estallado en llamas a mi alrededor, puede que mi corazon se haya roto en tantos pedazos que nunca voy a ser capaz de encontrarlos, puede que este muriendome por dentro en este preciso instante, pero tengo que colocarme mi sonrisa una vez mas para convertirme en la persona que todos esperan que sea. La persona que a veces me gustaria ser. La mejor version de mi misma.”

  • Mi veneno eres tu (Insaciable 2) de Isabella Marin

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    Todo se magnifica. Amor. Celos. Locura. El puede destruirla a ella. Ella puede destruirle a el…

  • !Te odio, Derek Brooks! de Isabella Marin

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    La alocada, divertida, (un poco loca, quiza) Lizzy O'Conner tiene un sueno: publicar un libro bajo el sello de Ediciones Brooks, que, a su juicio wisconsiniano, es la mejor editorial de la ciudad.

  • Nunca juegues con fuego(Insaciable 1) de Isabella Marin

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    Una chica rota. Una sencilla norma: prohibido amar. Un hermoso desconocido empenado en cambiarlo todo.

    Robert Black : Abogado. Playboy. Acostumbrado a ganar siempre, por la sencilla razon de que se le da muy mal perder. Un hombre intimidante, aunque no lo bastante como para cohibirla a ella.

  • Tipos duros. Aiden de Isabella Marin

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    Aiden King es ahora el principe del rap, pero su vida no siempre fue portada de una revista. Antes de que sus singles empezaran a encabezar tops alrededor del mundo, Aiden era el cajero de una gasolinera, vivia en una casa sin luz y sin calefaccion, y no conseguia ganar lo suficiente como para poder alimentar a su familia.

  • Ensename a olvidarte de Isabella Marin

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    Supe desde el principio que amarle tan intensamente iba a traer ciertas consecuencias. Lo supe, y, aun asi, le ame. En realidad fue bastante sencillo hacerlo, incluso algo natural. Nada estaba planeado. El amor surgio sin mas; me golpeo de repente con su aplastante fuerza y trastoco todo mi mundo en un abrir y cerrar de ojos. Yo misma me daba cuenta de que su nombre se colaba en casi cada frase que salia por mi boca. Empece a buscar mas y mas su compania, cada vez que sus ojos se desplazaban hacia los mios, todo lo que me rodeaba se desvanecia en el aire, y lo unico que quedaba era la intensidad azul de su mirada. Sencillamente, el empezo a fluir por mis venas y ni siquiera cuando acabo con todo lo que yo habia sido hasta ese momento, ni siquiera cuando todo se quebranto, fui capaz de dejar de amarle. Desde entonces he visto el mundo, podria decirse que lo he conquistado. He hecho de todo, lo he experimentado todo y he estado en todas partes, pero nunca mas he podido sentir lo que sentia cada vez que el me besaba. Claro que de aquello hace mucho, mucho tiempo… Han pasado mas de diez anos desde que cruce la frontera de Vail, un pequeno pueblo del centro oeste de Colorado. No le eche ni un solo vistazo al retrovisor de mi viejo Ford para despedirme de mi antigua vida. Ni siquiera les dije adios a las puntas blancas de las Montanas Rocosas, que se quedaron atras, solemnes, imperterritas y casi tristes por mi partida. La sucesion de momentos que formaron aquel dia aun desfila dentro de mi mente, como si todo hubiese tenido lugar ayer mismo, no hace tanto tiempo. Recuerdo, por ejemplo, que el aire arrastraba un ligero olor a humo, supongo que de las chimeneas recien encendidas. Tambien recuerdo que el cielo estaba tenido de un deprimente gris plomizo. Habia una densa cortina de nubes cubriendolo, como un oscuro techo, y eso impedia que los rayos del endeble sol de otono lo atravesaran. Aunque no es nada de todo eso lo que hace que me estremezca cada vez que evoco los recuerdos de mi huida. Hay un recuerdo mas, el mas poderoso de todos, uno que por mucho que lo intente, nunca he sido capaz de expulsar. De vez en cuando regresa a mi mente en forma de deja vu, cuando menos me lo espero, y es como si pudiera sentir otra vez la gelida caricia del viento del noroeste que se filtraba a traves de mi ventanilla bajada. Nunca pude sacarme esa sensacion de la cabeza y creo que nunca lo conseguire. Su toque fue algo similar al agarre de los esqueleticos dedos de un ser fantasmal. Al principio, se acerco a mi para traerme un poco de consuelo, pero en cuanto baje la guardia, cuando mas vulnerable estaba, me apunalo el corazon con unos dardos de hielo, congelandolo todo, menos mi dolor. Acababa de cumplir diecinueve anos. Tenia el rimel corrido, los zapatos manchados de barro y el corazon roto en millones de helados y diminutos pedazos. Mientras conducia sin apenas visibilidad y sin ser capaz de dejar de sollozar, me hice a mi misma dos promesas. Uno: jamas volveria a pisar Vail. Y dos: nunca, jamas, bajo ningun concepto, volveria a permitir que me partieran el corazon. Lo que se traducia en que no tenia intencion alguna de volver a amar. Hoy, una decada mas tarde, acabo de romper la primera promesa. Nada mas pasar por delante del cartel que reza: Bienvenidos a Vail, Colorado, aminoro la velocidad para poder disfrutar de las vistas. A pesar de todos los malos recuerdos que me despierta este sitio, he de reconocer que, si hay un paraiso sobre la faz de la tierra, ese es mi pueblo natal. Vail, construido al estilo de una villa alpina y emplazado en el corazon de las Montanas Rocosas, fue fundado en los anos sesenta y, en poco tiempo, se corono como la base de una de las mas famosas estaciones de esqui del mundo entero. En invierno, se convierte en un glacial paraiso abarrotado de turistas y aficionados a los deportes de la nieve, como el snowboard y el esqui, mientras que en verano es un oasis verde y lleno de vida, rodeado de pinos, cristalinos riachuelos, y amplias y esplendorosas zonas para pasear y disfrutar de la austera belleza del paisaje de montana. Mis padres aun viven aqui, en una casa de piedra oculta por frondosos arboles y por altas montanas que forman un protector valle a su alrededor, pero yo no he vuelto ni siquiera para visitarlos. Las pocas veces que nos hemos visto en estos ultimos diez anos, ha sido porque ellos vinieron a Washington, mi ciudad de acogida. Al recordar mi perfecta vida en el centro politico del pais, maldigo por enesima vez las circunstancias que hoy me hacen volver. Para mi, Vail supone el Paraiso y el Purgatorio a la vez. Me sorprende que aun no me haya cruzado con nadie. En los pueblos pequenos eso es casi imposible. Siempre hay alguna anciana paseando por la calle o algun jovencito enredando con la bici. Pues hoy no hay nadie, salvo por un perro que esta rascandose las pulgas mientras me sigue con su marron mirada desde el lado derecho de la carretera. Supongo que este letargo se debe a que esta lloviznando y tiene pinta de hacer bastante frio. No podia haber elegido peor el atuendo: unos zapatos descubiertos, a juego con un vestido negro cuya tela es tan fina que resulta casi transparente. Despues de tantos anos fuera, se me ha olvidado que mientras que en Washington estamos a veinticinco grados, en Colorado, si rozamos los dieciocho, es que hace un calor del carajo y la gente empieza a preocuparse por el calentamiento global. La sirena de un coche patrulla me arranca de mi contemplacion. Miro por el retrovisor y veo que estan dandome las luces rojas para que me detenga. !Maldita sea! ?De donde diablos ha salido ese coche? Si no hubieses estado mirando las musaranas, lo habrias visto venir, me regano a mi misma. --Detenga el vehiculo en el lado derecho de la carretera y permanezca en el interior --me indica el policia por el megafono, pese a que yo ya he senalizado hacia la derecha. !Este tio es tonto! Me detengo y, mientras espero las consecuencias de mis ilegales maniobras, me examino en el espejo interior para asegurarme de que no se me ha corrido el maquillaje, y de que aun llevo el pintalabios rojo que me puse hara media hora, cuando, nada mas cruzar la frontera del condado de Eagle, pare a tomar un cafe en una gasolinera. Quiero causarle una buena impresion al sheriff. Tal vez me libre de la multa, quien sabe. Al menos voy a intentarlo. Por norma general, poner ojitos me funciona de maravilla. Satisfecha a causa de la imagen que me devuelve el espejo, bajo la ventanilla y miro por el retrovisor al hombre de un metro noventa que se me acerca perezoso. !Menudo cuerpazo! No le veo el rostro, puesto que tiene la cabeza bajada y lleva una gorra para protegerse de la lluvia, pero su modo de caminar y la impresionante sensualidad que desprenden sus movimientos, me aseguran que el nuevo sheriff de este pueblo esta para comerselo. En mis tiempos, el sheriff era el senor McGrath, un hombre viejo y siempre malhumorado, que me sermoneo mas de una vez por intentar comprar alcohol siendo menor de edad. Gracias a Dios, nunca se entero de que incluso llegue a consumirlo (en mas de una ocasion). En un sitio como Vail, eso acarrea la expiacion. Mientras yo me deleito siguiendo con felino interes los andares del sheriff supermodelo, el levanta la cabeza, lo cual hace que mis oscuros ojos se crucen con el azul hielo de los suyos a traves del retrovisor del conductor. Y entonces, mi corazon deja de latir por completo. El frena en seco, separa los labios y se queda mirandome como si el aire hubiese dejado de alimentar sus pulmones. Su hermoso rostro muestra una expresion de lo mas descompuesta, el ceno arrugado, las pupilas dilatadas, y algo me dice que mi rostro trasparenta exactamente lo mismo que el suyo. Creo que tarda todo un siglo en encontrar las fuerzas para acercarse a mi ventanilla. --Liv… --murmura, y aun parece muy descolocado. --En carne y hueso

  • Te elijo a ti de Isabella Marin

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    Un entierro familiar siempre es una buena ocasion para encontrarte con tus dos ex novios a los que has partido el corazon. O te lo han partido ellos a ti, ?que importan un par de detalles?