• ?Quien Eres?, Marian Manzano de Marian Manzano

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  • El Mailstrom susurra tu nombre de A. R. Cid

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    Soy una mujer. Sangro sin estar herida, lloro en la oscuridad de la noche y en mi vientre puedo albergar vida. Eso es lo que ven los vikingos que comando cuando me miran, pero voy a ensenarles a todos que dentro de mi hay mucho mas que eso.

  • Cafe y tarta de Mario Sanca

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    El agua cae sin contemplaciones desde el cielo. Las gotas de lluvia repican en el exterior contra los coches y el mobiliario urbano en una melodia anestesica y caotica, un actor en el fondo de la sala que susurra desde la distancia para comentar la escena que tiene lugar ante si. En una cafeteria de la ciudad, a traves de unos cristales perlados de gotas, se distingue un exterior frio, gris, casi detenido en el tiempo, que logra convertirse en una melancolica foto que alguien colgaria en una sala de espera. Una estampa en la que se recuerda que el agua no discrimina a nadie. Mientras, en el interior, la imagen, es muy diferente: acogedora, calida, alborotada por el sonido de la cafetera que calienta la leche, el impacto frio de las cucharas metalicas contras las tazas y las conversaciones de mujeres y hombres que ocupan las mesas. El olor dulce de las tartas y el amargo del cafe inundan todo el espacio, y arrancan una sonrisa de satisfaccion a todo aquel que llega del inhospito exterior. En ese momento de la manana, una pequena campana de metal indica que alguien abre la puerta de la cafeteria. El acolchado sonido de la lluvia desaparece durante los breves segundos en que la puerta esta abierta, y vuelve a la normalidad cuando el umbral se cierra. Al instante, se escucha un suspiro de agotamiento acompanado por el sonido caracteristico de unos zapatos mojados. --Te dije que cogieras el paraguas --comenta con una sonrisa la camarera al chico que acaba de sentarse en la barra. Con sus ojos del color del sirope de menta, enmarcados por el flequillo y unos mechones sueltos de tono chocolate con leche, observa al cliente de arriba abajo. Un leve gesto de negacion con la cabeza hace que el pelo de su coleta oscile de un lado a otro. --Se me ha olvidado en casa --contesta el mientras sus hombros bajan todo lo que su fisionomia le permite. Mojado por completo, su pelo corto, del color de las galletas tostadas, deja escapar pequenas gotas de agua que impactan sobre las gafas, por lo que su vision se transforma en un campo de estrellas translucidas y sus ojos caramelo quedan desdibujados. --Jaime... --La camarera llama su atencion--. Al menos quitate la gabardina --insiste con un tono dulce y calido, similar a la espuma caliente--. !Esta chorreando! No querras volver al trabajo con un resfriado. --No --contesta cansado--, supongo que tienes razon. Y con un movimiento lento, como si la gabardina se resistiera a terminar ese humedo abrazo, el chico se la quita con cuidado para no mojarse mas y la coloca en una butaca libre que hay junto a el. Esto deja a la vista el fisico delgado de un joven de veintipocos anos. --Tambien se te ha mojado la camisa. --Unos segundos de silencio siguen al comentario. El, a traves de las gafas, mira como lo observa--. ?Ves algo con eso? Deja que te las limpie. --Y sin pedir permiso, en un gesto que denota mucha confianza, se las quita y las limpia con mimo gracias a un par de servilletas de papel. Despues se las vuelve a colocar, en un movimiento que parece perfeccionado por la fuerza de la costumbre--. Mucho mejor, ?verdad? A traves de los cristales, ya limpios y transparentes, Jaime contempla la mirada de la camarera, clara, con una mezcla de alegria y algo mas intenso, dificil de identificar, sobre todo en alguien que apenas ha llegado a la treintena; como si su edad no acompanase el nivel de profundidad que aguarda esa mirada. --Si, gracias, Elena. --Se quita las gafas para comprobar con satisfaccion los cristales. --No tienes que darlas. La camarera lo examina de nuevo. Sin la gabardina empapada tiene mejor aspecto, al menos no parece un perro abandonado. Pero ese pelo despeinado y la camisa pasada de moda no ayudan. --Si alguien te viera ahora, diria que te sientan fatal las Navidades --comenta Elena mientras arquea una ceja. --Lo se --contesta mientras intenta sonreir. --Perdone, jovencita. --Un hombre la llama desde el otro lado de la barra. --Ahora mismo vengo, Jaime, mientras... --Lo vuelve a mirar, aunque es incapaz de terminar la frase. Contiene una carcajada y, con una sonrisa en los labios, se aleja para atender al otro cliente. A esas horas, casi a final de las fiestas, y con una lluvia que no invita a la gente a salir de casa, apenas hay transeuntes por las calles. En la cafeteria, unas pocas personas, divididas en un par de mesas, cortan el silencio del lugar; sus conversaciones se mezclan con el ruido de la vajilla y de la cafetera mientras la radio hace todo lo posible por no quedarse en un segundo plano. En los pocos momentos en que el sonido de fondo se sincroniza, el cafe se llena del lamento de los asistentes y sus quejas sobre la vuelta al trabajo. Mientras, Jaime se conforma con mirar la lluvia caer en el espejo de detras de la barra. Las gotas forman una pequena neblina translucida que distorsiona la imagen al otro lado de la calle. Y, en un instante, la escena se inunda con el aroma de cafe recien hecho, chocolate y una pizca de limon. El muchacho se fija en la barra y se da cuenta de que, delante de el, ha aparecido una gran taza de cafe con una cremosa capa de leche y una suculenta porcion de tarta. Y ese leve olor a limon solo puede proceder de una persona. --De nada --responde Elena a la pregunta que no llega a formular Jaime. --?Y eso? --Invita la casa. --Vaya... --dice el chico sorprendido--. Voy a tener que dejarme el paraguas en casa mas a menudo. --Yo que tu no me arriesgaria. Y con una amplia sonrisa, Jaime clava el tenedor en la tarta y escucha el ruido efervescente que produce el bizcocho al tacto con el metal; al mismo tiempo que, por el rabillo del ojo, observa como Elena fija la vista en algun punto de la cafeteria. Cuando sigue la direccion de la mirada, comprueba que contempla a un chico y una chica sentados en una de las mesas. --?Que opinas? --pregunta ella mientras seca los cubiertos con un pano. El se gira un poco en el asiento para observarlos mejor: el cruce de miradas, los gestos, la postura, el tono de sus voces, sus expresiones... Todo pequeno detalle que pueda delatar el tipo de relacion que hay entre ellos. --Amigos --declara Jaime tras unos minutos de analisis. Elena tuerce la boca en un gesto que deja claro que no esta de acuerdo. --No estoy tan segura. ?Hermanos? --No --niega con la cabeza el tras darle un pequeno sorbo al cafe--, amigos. Creo que el quiere ser algo mas. --?Tu crees? --pregunta ella, esceptica. --Claro que si. --No me terminas de convencer. --La camarera suelta los cubiertos y el pano con resignacion --. Eso mismo podria pensar un desconocido de nosotros. --?De nosotros? Nada mas lejos. --Es cierto. Es evidente la relacion que hay entre nosotros. --?Tu crees? --repite Jaime--. Ahora es a mi al que no terminas de convencer. Elena mira a la pareja de la mesa y suspira. --Bueno, supongo que, con el tiempo, lo averiguaremos. La campana de la puerta vuelve a sonar. La camarera presta atencion a los nuevos clientes y deja a Jaime con su tarta y su cafe para atenderlos.

  • En mi camino de Bea Melworren

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    Helena vive ?su vida? No, en realidad no es suya, sino de su madre, que con una gran habilidad consigue manipularla a su antojo.

  • El Secreto de La Belle Nuit de Maite R. Ochotorena

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  • Donde enterre a Fabiana Orquera de Cristian Perfumo

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    Verano de 1983:
    En una casa de campo en la Patagonia, a quince kilometros del vecino mas proximo, un prestigioso politico despierta en el suelo. No tiene un solo rasguno, pero su pecho esta empapado en sangre y junto a el hay un cuchillo. Lo ultimo que recuerda es que viajo hasta alli para pasar un fin de semana con Fabiana Orquera, su amante. No se imagina que ya nadie volvera a verla. Ni viva, ni muerta.
    Treinta anos despues:
    Nahuel, un periodista sin pelos en la lengua, ha pasado casi todos los veranos de su vida en esa misma casa. Cuando encuentra alli una vieja carta que plantea una serie de enigmas para llegar a la verdad sobre la desaparicion de Fabiana Orquera, Nahuel sabe que tiene en sus manos la historia del ano. Sin embargo, al descifrar el primer acertijo recibira un golpe muy bajo que solo da lugar a una interpretacion posible. Hay alguien dispuesto a impedirle a toda costa que responda la pregunta que lleva treinta anos flotando en el aire frio de aquella inhospita parte del mundo.
    ?Que paso con Fabiana Orquera?

  • Ocurre que a veces (Todas para una 3) de Mayte Pascual

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    Como en El que faltaba y Si yo te contara, Cloe, Nel, Sofia y Anais pasaran por situaciones imprevistas en las que, una vez mas, pondran a prueba su eterna amistad.

  • El negacionismo economico de Pierre Cahuc

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    La economia ha mejorado tanto en las ultimas tres decadas que para los autores del libro ha alcanzado el mismo estatus cientifico que las ciencias exactas. Esta revolucion poco conocida genera unos conocimientos que chocan frontalmente,con aquellas personas que se guian mas por llevar por sus sentimientos, por su ideologia o por sus intuiciones, en vez de ajustarse a lo cientifico y a las verdades establecidas. Soluciones magicas como la bajada de impuestos, el aumento del gasto publico, el control migratorio, la semana de 32 horas, la reindustrializacion del territorio o incluso la tasa a las transacciones financieras son supuestamente la cura de todos nuestros males sin coste alguno. Estas falsas verdades tan frecuentemente repetidas por los medios de comunicacion tienen un nombre: el negacionismo economico. El objeto de esta obra no es otro que el de desenmascararlo.

  • Usabilidad. Deja de sufrir de Daniel Torres Burriel

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    En los ultimos anos, la usabilidad y la experiencia de usuario han ganado posiciones en la parrilla de salida de las disciplinas mas demandadas en el ambito digital. A la vez, los productos digitales de uso cotidiano han experimentado un proceso de pruebas y evaluacion sin el cual no tendrian el exito popular del que actualmente disfrutan.

  • Rescatame. O me hago el harakiri de Rosario Vila

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    Todo el mundo recibe las vacaciones dando saltos de alegria, pero yo habria deseado que fuera enero de nuevo en vez de agosto, me sentia como si fueran a extirparme las amigdalas y la vesicula en la misma operacion. De mano de un falso cirujano, un albanokosovar que escondia una red de trafico de organos en el sotano de una pescaderia. Llevaba semanas sonando con playa, mojitos y encontrarme la cama hecha cuando volviera de dar paseos por Puerto Banus, pero mi sueno se habia truncado de la manera mas tragica: ellos, la pareja mas insoportable que habia conocido jamas me habia despertado en lo mejor de mi perfecto sueno. Monica y Braulio se habian apuntado a nuestras vacaciones en Marbella y dudaba mucho que fuera a tener la paciencia suficiente para soportarlo. Se trataba de una semana entera, eso hacia un total de siete dias. Dios… Ciento sesenta y ocho horas… Diez mil chorrocientos minutos… ?Cuantos eran exactamente…? Mierda, no recordaba la tabla del seis. --Robusta y compacta, pero ligera y elegante. Esta maleta grita la palabra <> --dijo Alvaro. Le dio un giro por el asa, mirando orgulloso como la maleta giraba en el suelo sobre sus ruedas. Aparque mis incomodos pensamientos por un momento y lo mire aturdida. --?Como dices? --le pregunte. --Esta maleta dice mucho de mi. ?No crees? Cerre los ojos y sacudi ligeramente la cabeza. --Eres unico para ver cosas fascinantes que el resto de la humanidad no ve --dije. Alvaro ladeo la cabeza con un gesto rapido y preciso, el flequillo se le fue de golpe hacia el lado izquierdo. --Por supuesto, carino. ?Acaso no te escogi a ti? No estaba segura de como tomarme ese comentario, Alvaro a veces decia cosas que me dejaban a cuadros y cuando se las cuestionaba siempre resultaba que no las habia entendido bien. Llevabamos dos anos juntos y todavia no habia sido capaz de entender la <> ironia de Alvaro. --?Como que <>? --le pregunte. --Oh, Estela… Era un halago. No hace falta que te pongas a la defensiva. --Me miro de medio lado y anadio--: Aunque supongo que ese no es el problema real, ?verdad? Lo que te pasa es que no quieres que Monica y Braulio pasen las vacaciones con nosotros. Y eso me duele, Estela, te recuerdo que Braulio es mi mejor amigo. --Se bajo las gafas de sol que tenia sujetas en la cabeza y levanto el brazo, estaba indicandole a Monica y Braulio nuestra localizacion. Suspire e hice de tripas corazon. ?Que otra cosa podia hacer? La repelente pareja ya estaba alli, no tenia manera de escapar. El tren salia en media hora y nada iba a evitar que Monica y Braulio se subieran a el. --Que hay, tio --saludo Braulio a Alvaro. Hizo un estupido movimiento de boxeador, como si fuera a pegarle un punetazo en el estomago. --!Hola, chicos! --nos saludo Monica con su chillona voz. --Que hay. --Me costo sonreir, pero hice un gran esfuerzo y lo logre. En el fondo me sentia mal, no tenia una razon de peso para que Monica me provocara tanto rechazo. En realidad no me habia hecho nada, era solo que su desmedida felicidad, su voz aguda y su chachara constante me saturaban. Monica me ponia la cabeza como un bombo, cuando pasaba un rato con ella perdia hasta el sentido de la orientacion. --Nuestro AVE sale de la via siete --dijo Alvaro. --Pues a que esperamos, muchachos. !Marbella nos espera! --dijo Braulio. Se froto las manos en plan <>. Nunca habia conocido a nadie mas engreido y tonto profundo que el. --Suerte que quedaban billetes en preferente, dos horas y media de viaje en turista pueden convertirse en una eternidad --dijo Alvaro. Tuve que darle la espalda para que no me viera levantar el labio. El punto esnob de Alvaro, que en circunstancias normales me rechinaba, se multiplicaba por diez cuando estaba con Braulio. Si, ya teniamos a Pocholo y Borjamari en accion. --?En turista? ?Por quien me tomas? Uno tiene su pedigri --contesto Braulio. No, no lo iba a soportar. Iba a darme una subida de tension. Rece para que hubiera una amenaza de bomba y tuvieramos que desalojar inmediatamente la estacion. --?Pedigri? Espero que te hayas vacunado del moquillo… --murmure. --Ja, ja, ja, ja. !Me caes genial! !Eres una cachonda! --exclamo Monica. Di un respingo, lo dije tan bajo que pense que nadie me iba a oir. --Disfrutareis juntas, teneis muchas cosas en comun --dijo Alvaro. ??De verdad?? ?Pero que mierda de concepto tenia Alvaro de mi? --!En marcha, muchachos! --dijo Braulio. Monica entrelazo su brazo con el mio, ladeo la cabeza sonriente y me pregunto: --?Preparada, senorita? Con la mirada perdida, respondi: --Claro… Si. Echamos a andar hacia el control de seguridad, yo iba arrastrando los pies. Parecia que Monica me llevara por el corredor de la muerte, iba directa a recibir la inyeccion letal. --Se lo que te pasa, tienes el sindrome premenstrual --me diagnostico--. Yo tenia unos cambios de humor terribles hace anos. Lo mismo lloraba, que reia, que me ponia morada de comer alcachofas enlatadas. Son muy sanas, ?sabes? Pero me iban fatal para los gases, las tuve que dejar. ?Has probado la copa menstrual? Abri la boca para contestar, pero, antes de que pudiera hacerlo, respondio: --Yo tampoco. Me da grima meterme eso ahi, tiene forma de pequeno desatascador. ?Y si al sacarmela me succiona el chichi? ?Y si al metermela coge aire y no me la puedo sacar? No, a mi me gustan los tampones. ?Quieres uno? Llevo una caja en el bolso. --No tengo la… --El sol del sur es abrasador --me corto--. ?Que factor de proteccion solar usas tu? Una vez me dormi en la playa y se me derritieron las pestanas postizas. No podia abrir los ojos. !Lo pase fatal! Tuve que ir gateando hasta la orilla para echarme agua. Ma-dre mi-a… La semana iba a ser mucho mas dura de lo que pensaba. --?Has merendado? Espero que nos den algo de picar en el tren, necesito comer cada dos horas por mis ardores de estomago --me informo--. ?Que es eso? !Hala, mira, un pelirrojo! Que monos son, ?verdad? Parecen de plastilina. Me puse a repasar la tabla del seis, necesitaba desconectar como fuera de la realidad. --Lo vamos a pasar genial. Siempre he querido tener una hermana. Me habria gustado dormir en camas gemelas, hacernos confidencias y organizar fiestas de pijamas. Oye, ?te hace? !Podriamos hacer una en el hotel! --!?Que?! --Si, ya sabes; compramos dulces, vemos una comedia romantica y hablamos hasta la madrugada de los chicos. Anda, animate. !Sera genial! --!Alvaro! !?Tienes mi billete?! --exclame asustada. Me pegue rapidamente a el. Mi billete lo llevaba yo, pero necesitaba escapar de aquella espeluznante proposicion. --Ja, ja, ja. Se me ha pegado un chicle en el dedo pequeno del pie. !Hazme una foto, Braulio! !La voy a subir a Instagram! Capitulo 2 A veces un mortal tiene que resignarse a su destino. Hace lo que tiene que hacer y eso es todo, no hay mas. Lo habia estado pensando en el tren y me habia dado cuenta de que seguir con aquella actitud tan negativa no me iba a beneficiar. Al contrario, me iba a hundir todavia mas. Necesitaba centrarme en lo positivo y disfrutar de mis cortas vacaciones. Me lo merecia. Trabajaba de auxiliar medico en una clinica estetica, donde me pasaba entre ocho y diez horas diarias escuchando problemas estupidos propios del primer mundo, cosas como <>, o <>. ?<>? ?Pero que mierda de necesidad era esa? No se, uno puede necesitar un credito de Cofidis o que le bajen una caja de un altillo porque pesa. Pero, ?unos oblicuos? Por favor… Que dos guantazos bien dados necesitaban algunos. Si, eso si que era una necesidad vital. Alvaro llamo a la puerta del cuarto de bano y me pregunto: --?Te queda mucho? --No, salgo enseguida. Hacia alrededor de una hora que habiamos llegado al hotel. No estaba nada mal, era moderno, tenia piscina y estaba en primera linea de playa. Acababa de presenciar desde la ventana un precioso atardecer anaranjado sobre el mar. Quiza eso tambien me ayudo a relativizar la situacion, me quede mirandolo maravillada. --Date prisa, por favor, tengo el muneco asomando. Me quede con las mejillas metidas para dentro y la brocha del colorete levantada a un lado de mi cara. --?Que quieres decir? --le pregunte. --El muneco, ya me entiendes… --Pego la boca a la ranura de la puerta y bajo la voz--. No puedo seguir conteniendolo en el casillero de salida. Estela, amenaza con salir de manera inminente… Gire los ojos hacia un lado de manera subita. --Estela, abre de una vez… !Abre o me cago! Abri la puerta rapidamente y Alvaro entro como un rayo. Cuando hui por la puerta ya estaba sentado en el vater con los pantalones bajados y en el ultimo segundo vi una escena que me perturbo: habia echado la cabeza hacia atras y parecia extasiado de placer, tenia la boca abierta y solo se le veia el blanco de los ojos. Me puse el brazo sobre la cara mientras corria por el corto pasillo de la habitacion y oi como un <> se sumergia con todo su descomunal peso en el agua. Me tape los oidos, pero ya era demasiado tarde. La situacion fue tan desagradable que sospeche que jamas podria borrarla de mi memoria. Me sente en la cama y me refregue los ojos para, al menos, intentar hacerla desaparecer de mi retina. Hasta ese momento jamas habia oido decir a Alvaro una sola palabra soez, ni tampoco le habia visto en una situacion tan poco sexi. Pero eran cosas que pasaban, me console pensando que la convivencia era asi. --Estas guapisima. !Pero guapa, guapa de verdad! --exclamo Monica. --Oh… Gracias. Senti una punzada de culpabilidad, su efusivo halago sono sincero y volvi a sentirme fatal por ser incapaz de soportarla. Si, era como tener un grillo bajo la ventana una noche de insomnio, en la que hace un calor asfixiante que no te permite cerrarla. O como un vecino que escucha regueton a todo trapo mientras intentas ver el final de una pelicula. Pero en el fondo me sabia mal tratarla de manera borde. --?El vestido es de raso? Uy, de verdad, pero que mono es.

  • Mares verdes de Esperanza Riscart

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  • Una vida sin limites – Nick Vujicic (PDF) de Nick Vujicic

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    El libro inspirador de un hombre extraordinario, un camino para vivir completamente feliz

  • 99 Mentiras de Sonia Pasamar

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    Brenda nunca habria podido imaginar que una linea muy delgada separaba su dia a dia del trepidante destino que se le presento una fria tarde de Lluvia. Un encuentro con un elegante personaje precipitara una escalada de mentiras que la llevaran a un cambio radical en su vida. Su trabajo y su pasion por la ciencia preservaran un tiempo mas la vida en el planeta.
    Espionaje, agentes encubiertos, guerra bacteriologica, asesinatos a sangre fria y una compleja conspiracion --de la que la protagonista no se podra escapar facilmente-- son algunos de los ingredientes de un coctel de emociones en el que se entremezclan amor, odio y venganza.

  • Finales que merecen una historia de Albert Espinosa

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    Relatos para sonar despierto y sanar el alma dormida.

  • Las manos quietas, que van al pan de Lara Smirnov

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    Nina no tiene suerte con los hombres. Harta de sufrir el acoso de jefes y companeros en los restaurantes donde ha trabajado, se presenta al concurso <>, para conseguir su independencia y abrir su propia pasteleria.

  • Inmoviles de Juan Jose Diaz Tellez

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    Malaga. Tarde de un sabado de principios del verano.
    Tonio, un chico de dieciseis anos, se encuentra con su familia de compras en Carrefour cuando el mundo se detiene a su alrededor.
    Literalmente.
    Su madre, su hermano, y todas las personas que se encuentran en el interior de los grandes almacenes se han convertido en las mas impresionantes y realistas estatuas de la historia.

  • El secreto de Ana de Mara Caballero

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    Ana Lombardi es una joven aclamada disenadora de modas en la gran ciudad New York con tan solo veintiseis anos. Los medios la tienen en un concepto de perfeccionista, obsesiva del control, famosa a tan corta edad y una impresionante figura influyente. Tiene una gran fila de hombres que buscan ganarse su corazon y disfrutar de una vida de lujos y pasarelas. Pero lo que nadie sabe, es que Ana tiene secretos, un pasado que ha regresado amenazando con arrebatar lo mas preciado de su vida. Hudson Bennett es un empresario que se cruza en la vida de Ana, poco a poco descubre lo que mas atesora ella con fiereza, descubriendo que el mundo puede ser demasiado pequeno cuando menos lo piensas.

  • El mar en tu sonrisa de Maria Viqueira

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    Hay dos cosas que odio en este preciso instante: las mudanzas y a mi mejor amigo. Debo admitir que ambas estan muy relacionadas, pues la primera es consecuencia directa de la segunda. Noel y yo hemos vivido juntos durante todo un ano en nuestro piso de estudiantes. El momento que tanto temia tenia que llegar. Sin embargo, el tiempo ha pasado tan rapido que ni he podido asimilarlo. El ya es piloto y yo, ocialmente, soy graduada en Ciencias de la Actividad Fisica y el Deporte. Supongo que deberia sentirme emocionada por empezar una nueva etapa en mi vida, pero solo estoy confusa y perdida. Ya no estamos matriculados en la Universidad del Mediterraneo, asi que ya no podemos utilizar sus residencias. Podriamos haber buscado juntos un nuevo piso si Noel no hubiese sido un traidor. Se va a vivir con Andrea, su novia. Y yo... Yo he vuelto con mi madre. Es deprimente. Despues de saborear durante cuatro anos la libertad, toca regresar al nido. Miro mi antigua habitacion, totalmente angustiada. No se ni por donde empezar. Mi madre me ha sacado todas las cajas para que las organice. Y, cuando digo todas, son todas. Algunas las he traido de mi piso de estudiantes; otras las deje aqui al irme. Estoy segura de que otra buena parte son trastos que guarde cuando era mas pequena y no quise deshacerme de ellos. He captado al vuelo su indirecta para que seleccione que quiero almacenar y que tengo que tirar. Supongo que no es tan mala idea. Ya que me mudo, aprovecho para ordenarlo todo. El unico problema es que no tengo ninguna gana. --!No comeras hasta que termines! --grita mi madre desde la cocina. No es una amenaza en serio, solo es para que me apure. Si hablara de verdad, me parece que no comeria nunca. Estoy a punto de hacerlo mas facil. Es decir, puedo coger todas las cajas antiguas y tirarlas al contenedor. Ni siquiera se que guardan, es imposible que me arrepienta y las eche de menos. Soy una debil, asi que no lo hago. Es mas, ni siquiera empiezo organizando las otras, las que si se lo que tienen. Cojo una de las que precinte hace tiempo, la abro y examino el contenido. Una sonrisa se instala enseguida en mi cara cuando descubro mis juguetes. Mis barbies, mis Playmobil... Hasta mis peluches estan aqui. Saco al pequeno Tippy, el osito que me acompano hasta los nueve anos, y lo abrazo. Lo coloco de nuevo en la cama, pues esta noche me apetece volver a dormir con el. Supongo que hubo un momento en el que crei que era mayor para dormir abrazada un peluche. Ahora me siento demasiado nostalgica como para esconderlo de nuevo. Meto todo lo demas dentro y me propongo continuar, bastante mas animada. Pongo de fondo La Oreja de Van Gogh para que se me haga mas ameno. Tuve una infancia feliz junto a mi madre y a mis amigos, y recordarla solo me trae un trocito de esa felicidad al presente. Abro la segunda y descubro mis agendas y diarios. Me rio incluso antes de empezar. En el colegio y parte del instituto, mis amigas y yo nos rmabamos las agendas escolares antes de terminar el curso. Nos contabamos lo mas importante, nos deciamos que nos queriamos. Todo era mucho mas sencillo y mas bonito. Algunas de esas chicas ya no estan en mi vida; la distancia y los caminos separados se ocuparon de ello. Otras si, y volver a descubrir sus yo de quince anos, solo me hace reir. Sin embargo, esa risa se esfuma de golpe cuando abro otro diario, uno de cuando tenia dieciocho anos. Empieza hablando de Alvaro y de lo mucho que lo queria. Desearia poder volver a esa epoca y decirle a la Valeria del pasado que no se volviera loca por el, que no perdiera cuatro anos de su vida a su lado, pero no puedo. Lo unico que puedo hacer es aprender de esos errores para no volver a cometerlos. Tiro ese diario a la basura y cojo otro, de cuando era mas pequena. Sonrio ante mi caligrafia de nina, de letra redonda y cuidada. Debia de tener unos diez anos cuando escribi esto. Tan solo hay un encabezado y, a partir de ahi, todo esta en blanco. No solo la hoja, sino el resto del cuaderno. Conforme leo, la sonrisa que se ha dibujado en mi cara desaparece poco a poco. No es mas que una frase, pero una frase que signica mucho: <>. Tengo veintitres y, ahora mismo, no consigo recordar ninguna. Siempre he sido una persona muy responsable, de esas que planean hasta los horarios para ir al bano. Trato de recordar alguna, por pequena que sea, pero no caigo en la cuenta. No puede ser que mi vida sea tan triste y ni siquiera lo haya notado. No puede ser que nunca haya hecho nada emocionante, nada digno de recordar. Me apuro para buscar mi telefono, mas angustiada de lo que quiero admitir, y llamo a la unica persona que me conoce mejor que yo misma: Noel. --Eh, Val --saluda al primer tono--. Me pillas liado ahora mismo, ?puedo llamarte luego? --Dime alguna locura que haya hecho en mi vida -- ordeno en el acto. Ignoro su pregunta, necesito saber que hay alguna. --?Que dices? ?Que pasa? --Nada, solo necesito saber alguna. --Pues... --empieza y se queda en silencio, imagino que cavilando. El simple hecho de que tenga que pensarlo tanto es mala senal. Yo podria decir varias locuras de Noel sin coger aire siquiera--. No se ahora mismo, Val. ?Recuerdas aquella vez que cogimos dos perros de la calle y los escondimos en tu casa durante cinco dias? --Si, y tambien recuerdo que fue tu idea y que a mi me daba miedo que mi madre me pillara. --Suspiro--. Da igual, dejalo. Me parece que eso nunca ha sido lo mio. --Oye, Val, ?estas...? No dejo que termine la frase. Cuelgo y apago el movil. No se en que momento de mi vida cambie tanto. Con diez anos mi ilusion era llenar un cuaderno con locuras, con esa clase de momentos que es imposible recordar sin sonreir. No he conseguido escribir ni uno solo. Supongo que en algun punto me acomode y me volvi conformista. Con Alvaro, con la rutina, conmigo misma. Vuelvo a leer el maldito encabezado y entonces caigo en la cuenta de algo. Queda un ano y medio para que cumpla los veinticinco: aun tengo tiempo. Arranco la pagina, guardo todo dentro de la caja de nuevo y decido dejarlo por hoy. --!La comida se enfria! --grita mi madre de nuevo. Despues, aparece en la puerta de mi habitacion y me mira desde el umbral--. Vamos, luego te ayudare. He hecho macarrones gratinados, tus favoritos. Eh, ?estas bien? -- anade cuando me incorporo. --Si, mama. Este ano voy a hacer todas esas cosas que nunca me he atrevido --digo, convencida--. No mas miedo, ahora voy a ser libre. Capitulo 2 RYAN Reviso de nuevo los calculos. Necesito encontrar algun error, algun punto donde me haya equivocado y de repente me cuadre todo lo demas. Necesito un milagro, para ser exactos. Dejo caer los papeles, frustrado y decepcionado conmigo mismo. Me prometi que cuidaria de mi familia y no puedo permitirme fallar. Llevo haciendolo tres anos, desde que todo se vino abajo. Mi sueldo como repartidor de una empresa de paqueteria y como camarero apenas da para cubrir los gastos. Los estudios de Kylie, la escuela de Oli y la casa de Canberra son mas de lo que puedo afrontar. Sin embargo, ninguno de esos gastos es prescindible. Ya casi no tenemos ahorros y ver como baja la cuenta corriente me angustia. --?Tan mal estamos? --pregunta Kylie desde la puerta. Estaba tan ensimismado que no la he escuchado entrar. Trato de sonreir para tranquilizarla, pero tan solo me sale una mueca rara. --Hemos estado peor --armo, y no es ninguna mentira--. Nos repondremos. --Ryan, yo tambien puedo trabajar --asegura, convencida. Se acerca hacia la mesa donde estan todos los papeles y apoya las dos manos--. No tienes que hacerte cargo de todo. Somos una familia, debemos afrontar juntos los problemas. --No, Kylie --me niego--. Te queda poco para terminar la carrera, eso es lo unico que debe preocuparte ahora. --Pero... --Pero nada, joder --la interrumpo de forma brusca--. Ve a descansar. Esta todo bien, de verdad --termino. Sueno mas tranquilo, aunque no es mas que una fachada de la realidad. No insiste mas. Me dedica una mirada de reproche y se retira en silencio. Tengo que pedirle perdon mas tarde. Ahora no estoy de humor. Seria una estupidez que sacricase sus estudios cuando le queda tan poco para terminarlos. Tres asignaturas mas y sera disenadora de interiores. En ese momento, tendra una profesion que la hara feliz y que, ademas, estara mejor remunerada. Kylie ha perdido demasiado, se merece eso. Se merece todo. Se que puede ayudar economicamente, pero preero que lo haga cuando haya alcanzado uno de sus suenos. Ya ha tenido que renunciar a otros tantos mas. No se como hacerlo. Solo se que soy responsable de ellos y que, de momento, no lo estoy haciendo bien. Vivimos en una casa pequena, incluso aunque seamos solo tres. Paso poco tiempo aqui porque tengo dos trabajos distintos. Ademas, tenemos que hacernos cargo de Oli. Un nino de cinco anos da mucha guerra. Me agobia pensar que les estoy fallando a ambos. El telefono suena entonces. Es demasiado tarde como para que sea una llamada normal. Compruebo el nombre en la pantalla y respondo: --Nathan --digo como saludo--. ?Ha pasado algo?

  • Algo en lo que creer de Nickolas Butler

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    La nueva novela del autor de Canciones de amor a quemarropa

  • La senora Stendhal, Rafel Nadal de Rafel Nadal

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    Cuando el ultimo dia de la guerra una bala se lleva la vida de una joven madre en un tiroteo en la plaza de Sant Pere de Girona, el destino de Lluc queda para siempre atado al de la senora Stendhal, que lo criara como si fuera hijo suyo. La fuerza de la madre adoptiva, la rebeldia del joven Dani y la sabiduria del abuelo Didac acompanaran la mirada inocente del nino por un paisaje cargado de emociones y promesas. Hasta que choque con el ansia de venganza de los ganadores, decididos a saldar cuentas. Despues del exito internacional de La maldicion de los Palmisano, Rafel Nadal vuelve a la posguerra con su obra mas madura; una novela, entre realidad y ficcion, que cierra el ciclo del autor sobre los bandos, el destino y la libertad individual.

  • A bocados de placer de Josefina Rossi

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  • Enredos y secretos de Yvonne Lindsay

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    Las instrucciones de la agencia de contactos fueron: solo tienes que presentarte a la boda. Yo te proporcionare el novio.

  • A tres pasos de ti de Sophie Saint Rose

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    Shaba levanto la caja de carton del suelo del ascensor, gimiendo por lo que pesaba. Soplo sobre un mechon rubio platino que le cayo sobre la cara y salio del ascensor caminando rapidamente porque temia que la caja se rompiera. Tenia que haber contratado a una empresa de mudanzas, pero no es que le sobrara el dinero precisamente despues de comprar su piso. Cuando llego a la puerta, dejo la caja al lado de las otras y suspiro agotada. Oyo el clinck del ascensor y miro hacia atras viendo como las puertas doradas se cerraban.-No, no, no...- echo a correr hasta el ascensor mientras las puertas se cerraban - !Mierda!- exclamo cuando se cerraron del todo justo cuando llego. Habia dejado dentro cuatro cajas.- mordiendose el labio inferior, miro con sus ojos azules hacia las luces y se dio cuenta que bajaba al hall. Pulso el boton impaciente y se estiro sus pantaloncitos cortos negros. -Venga....- el ascensor empezo a subir y sonrio.-Estupendo. Escucho que se habria la otra puerta de esa planta y se volvio distraida. Una chica con un top rojo y unos shorts del mismo color salio del piso. - !Hasta luego, carino!- grito antes de cerrar la puerta sin esperar respuesta. Shaba sonrio y dijo mirando a la despampanante morena- Hola. -Hola- respondio con cara de borde para luego ignorarla y volver a pulsar el boton. -?Vives aqui?- pregunto intentando ser amable. La morena la miro de arriba abajo, desde su coleta pasando por su camiseta de tirantes rosa, hasta llegar a sus deportivas negras. Cuando volvio a subir la mirada, la taladro con sus ojos negros y pregunto- ?Y a ti que te importa? Se sonrojo intensamente y farfullo- No, sino me importa -?Entonces para que preguntas? -la mujer puso los ojos en blanco y volvio a mirar a la puerta- ?Que diablos le ocurre a este ascensor? Justo en ese momento se abrio y esa antipatica miro las cajas-Genial. -?Puedes sujetar la puerta un momento? Cogio la primera caja y la saco del ascensor. Cuando iba a por la siguiente, apreto los labios al ver que no habia sujetado la puerta. Esa tia era una desagradable de primera. Pobre del novio. Saco las cajas rapidamente y sonrio forzadamente antes de decir con ironia- Gracias. La chica volvio a chasquear la lengua justo antes de que se cerraran las puertas del ascensor- Sera estupida. Dos minutos despues estaba metiendo las cajas en el piso, porque preferia ir guardandolas antes de buscar las siguientes a su antiguo piso, cuando llego el ascensor a la planta y se bajo una pelirroja impresionante con un vestido ajustado verde. -Hola- dijo radiante antes de ir hacia la puerta de al lado. -Hola- respondio con una sonrisa viendola llamar a la puerta mientras recogia la ultima caja. Desde el interior del piso la voz de un hombre grito- !Esta abierto! La pelirroja solto una risita antes de entrar diciendole al hombre- Mi amor, no deberias dejar la puerta abierta. Puede entrar cualquiera. Shaba se quedo con la boca abierta mientras cerraba tras ella. Ese tio debia ser un hacha. En menos de quince minutos habia visto salir a una y entrar a otra. Y las dos preciosas. Hizo una mueca entrando en la casa. Su hermano era un ligon pero aquello era demasiado. Dos horas despues llevaba un paraguero y un perchero en las manos, cuando salio del ascensor y casi le mete un brazo del perchero en el ojo a un hombre que entraba en ese momento- Oh , lo siento. - dijo apartando aquel trasto para verle la cara. El hombre la miro con aburrimiento, pero Shaba se habia quedado demasiado impresionada para que sus neuronas actuaran. Era el hombre mas atractivo que habia visto en su vida. Moreno de ojos verdes, era el macizo mas impresionante de su triste existencia. !Y ella con esas pintas! -?Sales del ascensor o me acompanas al hall?- pregunto el observando su paraguero. -Oh, si. - salio del ascensor y el se tuvo que apartar para que no le volviera a golpear con el perchero. - Claro- solto una risita estupida que ni ella se creia y le observo entrar. Los vaqueros le sentaban de miedo. Dios mio, que trasero. -Por cierto, soy tu vecina. El tio la miro de arriba abajo y dijo- Muy bien. Te vere por aqui... -Shaba. Me llamo Shaba...- sonrio radiante mientras las puertas se cerraban esperando su nombre sin dejar de comerselo con los ojos. -Eso. Hasta luego, Sara. Fruncio el ceno cuando se giro lentamente- ?Sara? ?Estara sordo? Le he dicho mi nombre dos veces. - dijo para si preocupada yendo hacia su puerta. Estaba abriendo cuando una chica de unos quince anos salio del piso. Tenia el pelo castano cortado por la barbilla y un vestido de flores precioso con unas manoletinas blancas- Hola, ?eres la nueva vecina? -Si- respondio confusa pensando que aquel piso parecia el camarote de los hermanos Marx.- ?Tu vives aqui? -Si, soy Leticia. La sobrina de Cameron- extendio la mano con una agradable sonrisa.- Solo estare aqui el mes de julio porque mis padres estan de vacaciones. Una vuelta al mundo. -Yo soy Shaba- dejo el paraguero en el suelo para estrecharle la mano- Encantada de tenerte por aqui. Si necesitas algo… -Lo mismo digo. Bueno, me voy que he quedado con mis amigas para ir a dar una vuelta. -Pasatelo bien- dijo sacando las llaves. La chica la observo atentamente- Si quieres, luego puedo ayudarte con eso. -Oh, gracias. Pero dentro de dos horas me voy a trabajar. Tengo turno de noche. -?En que trabajas? -Estoy en mi ultimo ano de residencia. -?Eres medico?- pregunto sorprendida -Si- metio la llave en la cerradura. La chica se mordio el labio inferior- ?No habras comprado el piso? Esa pregunta la extrano un poco y se volvio - ?Si por? ?No pasara algo raro, no?

  • Culpable (Trilogia Criminal 1) de Kris Buendia

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    No se en que estaba pensando cuando decidi ir a esa cita. Me ha llevado seis anos haciendome la misma pregunta. ?En que estaba pensando? Pero nadie me iba a decir que la pena por homicidio en el estado de Nueva York es de veinticinco anos. Para una persona como yo sin antecedentes penales, puede ser rebajada a quince, lo que al final por buena conducta, un buen abogado y muchos sobornos al juez y fiscal, han sido seis anos. Hoy sere libre. Libre de un crimen que no cometi, y el cual se me fue condenada injustamente. De no haber estado encerrada en esta prision que se ha convertido en un martirio para mi, no hubiese trazado la mejor de las venganzas. Seis anos de mi vida. Seis anos perdiendo mi vida, la que ahora se encuentra en la nada. Siendo una mujer consumida por el resentimiento, venganza y dolor. Seis anos me tomo trazar la que ahora sera mi nueva vida. Estando encerrada con el tiempo se deja de sufrir, solo deja de importar porque se vuelve cotidiano. La venganza jamas sera cotidiana para mi. Debo vengar su muerte, la muerte de mi marido que fue arrebata frente a mi ese dia, esa ultima cita, donde cada noche puedo recordar el susurro, sentir su aliento en mi cuello y recordar pronunciando en mi mente y a veces en voz alta aquellas ultimas palabras: Te amo hasta los huesos. No solamente murio... fui inculpada por ello. Y esa es la condena que estoy pagado, hasta el dia de hoy. Todo el mundo tiene que conocer a la nueva Emily Thompson. Todos deben saber la verdad. Yo no lo mate... Yo no lo hice. Capitulo 1 Seis anos atras. Nunca imagine que, siendo tan joven, pudiera tener un matrimonio como el que tengo y muchas quisieran tener, no obstante, una carrera exitosa y una buena vida. A mis veinticinco anos y cinco anos de casada, las estadisticas apuntan que casarse joven es estancarse. A la mierda con eso, Harry y yo somos felices, aunque puede que el me gane con esa felicidad. El sexo es bueno, la comunicacion es excelente, pero me esta matando su ausencia. Por supuesto, uno que otro problema como cualquier pareja de casados, pero autenticos, siempre autenticos. Termine mi carrera universitaria de economia mientras Harry entraba en el mundo de los lobos como corredor de bolsa en Wall Street de Nueva York y luego su salto a CEO en su propia. Lo tenemos todo, menos los hijos, aunque esos vendran tarde o temprano, lo puedo sentir. Mientras Harry y yo haciamos el amor en la banera esta manana, atisbe esa mirada de cachorro de querer pedirlo. Un hijo. Desde luego que no. No me siento preparada. Soy hija unica de padre y madre, de hecho, me toco crecer sola desde temprana edad. A diferencia de mi hermana mayor Sidney, fruto de una aventura de mi padre mientras estaba casado con mi moribunda madre. Nunca habia sido tan unida a alguien despues de mi marido que con ella. Es mi mejor amiga. Y mi problema es ese, temor de formar mi propia familia despues de haber quedado huerfana tan joven y de haber tenido un padre infiel, mientras mi madre moria lenta y dolorosamente de cancer de hueso. Harry dice que debo superarlo. Bueno, Harry dice muchas cosas. Y yo por otro lado debo dolorosamente callarme otras. Pero, aunque Harry es el amor de mi vida y yo el suyo, estoy muy lejos de ser perfecta como el. ?Razones? Muchas, pero por los momentos solo puedo decir una. Una. Tengo un amante sin siquiera desearlo. Soy infiel, aunque no debo serlo. Pero lo soy, no estoy orgullosa de ello y todos los dias me prometo a mi misma y a Dios si existe, que voy a parar. Pero no es cierto. El no me deja hacerlo. Bien, te dire que al principio si me sentia mucho mas culpable por lo que hacia. Por lo que hago. Ahora ya no se si soy una victima o una marioneta. Hay culpabilidad cuando voy de regreso a casa, pues estoy un poco nerviosa, pero en cuanto veo que todo esta bien, que nada ha cambiado y que nadie se ha dado cuenta, me siento mejor y se me pasa todo el mal sentimiento de culpabilidad. Y todas las lagrimas valen la pena mientras Harry este a salvo. Y por supuesto Damien ya esta tramando la siguiente cita conmigo, ese es su nombre, Damien Walk, tambien economista, lo llamaria "jugador". Lo conoci hace muchos anos, antes de conocer a Harry, de hecho, me fui primero a la cama con Damien que con Harry. Damien era buen amante, no puedo compararlo con mi marido. Pues llenaba necesidades diferentes. Harry es romantico pero ausente, muy trabajador--demasiado diria yo-- y a veces un poco misterioso. Por otro lado, Damien es un espiritu libre, a diferencia de el y Harry es que Harry es celoso y sobreprotector, Damien no, a el no le importaria compartir a su mujer con otro hombre, en la misma cama. O con una mujer. Lo se yo, que conoci ese mundo. Pero no, a mi no me gusta compartir. Ahora bien, si pudiera describir y diferenciar sus fisicos, Harry es alto, cabello castano, mirada azul zafiro y cuerpo esculpido perfectamente al tacto de mi lengua. Damien es moreno, no tan alto como Harry, cabello negro como su sombra y ojos color miel. Son diferentes y ambos hombre me volvian loca. Si me preguntaran a cual de los dos amo. Harry Thompson. Mi esposo. Es por eso que la aventura acabara tarde o temprano. Mas temprano que tarde. Ya no existe peligro alguno. ?Las razones de por que lo hago? Creo que mas que nada es por sentirme deseada. Por supuesto me encanta el sexo con delirio y se a ciencia cierta que mi marido me desea. Disfruto mas el sexo con el. Pero a veces mi deseo se encuentra rechazado por su ausencia de largas horas de trabajo. ?Autentico? Si. ?Satisfecha? Su ausencia no me lo permite estarlo del todo. Y la mayor de las razones de por que lo hago es porque me encanta tener un hombre malo a mis pies. Cuando Harry se entere se que va a odiarme. Pero no tanto como yo. Es por eso que tengo que parar cuanto antes.

  • El circulo de Gabriel de Aurora Pinto

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    El veterano periodista Julian Mendez debe hacerse cargo de una tarea que considera irrelevante: un reportaje sobre un joven ingeniero que desaparece tras ingresar a una secta religiosa.
    A pesar de su desinteres inicial, Mendez emprendera una investigacion que lo llevara a conocer muy de cerca a la secta y a Gabriel, su misterioso lider. El reportero sospecha que algo turbio se encuentra detras de la organizacion y debera desentranar los juegos de poder ocultos tras el fanatismo religioso.
    ?Por que son asesinados aquellos a quienes Gabriel considera traidores? ?Que se esconde detras de los lavados de cerebro que aplica el Circulo de Gabriel a sus fieles? ?Podra el periodista luchar contra la fuerte personalidad de su carismatico lider y sobreponerse a sus propios demonios?

  • Bandido Domado de Francisco Correa

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    Alex y Amanda fueron una y carne.
    La mejor pareja de la universidad.
    Y al acabar Amanda se mudo.
    Nueva York y su carrera la llamaron.

  • La pintora de hielo de Kristin Marja Baldursdottir

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    Una maravillosa epopeya sobre el talento, el amor y la busqueda de la libertad de una mujer en la Islandia de principios del siglo XX.

  • Todo Mortal de Ana Belen , Rodriguez Patino

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    ?Que pasaria si supieras que alguien ha atravesado el pais, desde Asturias a Sevilla, buscando la solucion a una extrana dolencia? ?Y si conocieras los misterios de personas que dicen ser quienes no son en realidad? ?Que ocurriria si te enteraras de los oscuros secretos que esconde el hombre al que amas? ?Y si otras casas, y tu propia ciudad, tambien los guardaran? Descubrelo en esta novela de destinos que se cruzan, y sobre el valor de las palabras y el poder ancestral de los libros, que gano el Primer Premio de Narrativa Mujer al Viento 2015 (Ayt. Torrejon de Ardoz, Madrid).
    Poesia, coleccionismo, supersticion y ciencia en la Sevilla magica del siglo XIX, con un adolescente Gustavo Adolfo Becquer como testigo de excepcion de una epoca tan fascinante como misteriosa

  • Un asunto del diablo de Paolo Maurensig

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    La literatura es un asunto muy serio en el pueblo suizo en el que transcurre esta novela: todos sus habitantes, desde el cura anciano que lleva anos redactando sus memorias hasta la muchacha ingenua que fabula cuentos infantiles infantiles, escriben y ambicionan, sin exito, ser publicados. Pero todo cambia cuando el diablo entra en escena disfrazado de editor. ?Quien no estara dispuesto a hacer un pacto con el con tal de ver publicado su libro? Solo el rubio padre Cornelius, enviado por la diocesis en ayuda del parroco local, advertira del peligro de la situacion.

  • Un lugar llamado destino de Moruena Estringana

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    Jennifer acaba de romper con su novio y entre eso y que no sabe que hacer con su vida, si estudiar en la universidad o no, se siente muy perdida.
    Sus padres le aconsejan que se vaya al pueblo que vio nacer a su progenitor a empezar alli de cero.
    Jennifer se marcha sin saber que su vida cambiara para siempre al igual que la vida de los que alli residen, pues la joven llega en el momento justo para que todos dejen de vivir en la rutina y empiecen a vivir de verdad.
    Sobre todo Alberto, un joven que sufre mal de amores y que aunque no quiere enamorarse no puede estar lejos de ella, por mas que lo intente.
    Y es que existen personas capaces de irradiar una luz tan potente que es capaz de dar luz a los que llevan anos viviendo entre las sombras.

  • Kwan. En la lista (TZK Systems 2) de Nq Palm

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    California, Estados Unidos. En la actualidad. o utilice el avion de la compania para desplazarme a California, preferia dejarlo para Zev; seguia en su luna de miel particular y estaba seguro de que en algun momento decidiria viajar con su chica y el hijo de ambos. Habian vuelto hacia pocos dias de Tasmania, aun asi, no les queria dejar sin el medio de transporte, al fin y al cabo, toda mi vida habia viajado en aviones comerciales, no necesitaba transporte privado y tampoco habia ningun viaje de negocios programado. Alquile un todoterreno en el aeropuerto internacional de Sacramento, nada mas aterrizar, y me desplace hacia la direccion que me habia dejado escrita la persona anonima, en la carta que recibi en mi oficina de TZK Systems. La idea era aterrizar en Los Angeles y buscar la ubicacion de ese otro laboratorio clandestino que habia descubierto Hache, pero decidi desviar los planes. Tal vez, esa chica sabia algo y yo lo unico que adivine es que era una mujer. Takeshi y Zev no conocian la existencia de ese anonimo y estaba seguro de que se cabrearian si supieran que estaba acudiendo, solo y desarmado, al encuentro de alguien que bien me podria estar tendiendo una trampa. Pero habia algo muy personal en aquellas letras, algo que me hacia dejar a un lado mi desconfianza hacia el projimo y dar un paso al frente. Sobrepase el cartel de carretera, el cual anunciaba mi llegada a Roseville, y continue hacia Newcastle por la I-80E. Decidi detenerme antes en Loomis para tomar un cafe y estirar las piernas, aun me quedaban unos kilometros por recorrer hasta llegar a Auburn: el lugar de encuentro. Entre en la cafeteria que estaba atestada, la mayoria eran hombres y, a juzgar por los camiones que habia en la entrada, debia ser un lugar habitual para detenerse a desayunar. El sitio era estrecho y largo, con una barra a la derecha y mesas a la izquierda, dejando un pasillo bastante ajustado en medio, olia a cafe recien hecho y a comida. Tome asiento cerca del acceso a los banos y una chica joven, demasiado para estar en un lugar asi, se acerco y me sirvio un cafe largo. --?Que va a ser? --pregunto, casi sin levantar la vista de la pequena libreta que saco del bolsillo de su uniforme rojo, con unas grandes letras amarillas con el nombre de la cafeteria y una pequena placa, que colgaba de un imperdible, con el suyo; se llamaba Glenda. --Desayuno continental, gracias. Asintio y saque el sobre con la carta, que llevaba doblado y guardado en la cartera, para leerla de nuevo. A la atencion del senor Kwan North: Querido senor North, me dirijo a usted para pedirle una cita en persona. No puedo desplazarme a Atlanta, aunque me gustaria, pero temo levantar sospechas si lo hago, ya que creo que me vigilan. Soy alguien que trabajaba en el laboratorio de una farmaceutica, soy tecnica clinica con conocimientos de hematologia e inmunologia, que tuvo acceso a informacion confidencial. Investigue por mi cuenta, ya que lo que vi capto mi atencion. Descubri que habia cierta persona involucrada en asuntos gubernamentales de alto secreto y su nombre, senor North, aparecio en una lista. Despues vi en la television la caida de cierto senador y ate cabos. Comprendere que no quiera reunirse conmigo. Aun asi, estare el sabado a las cuatro de la tarde en la direccion que le escribo a continuacion... Ese ya no era mi apellido, asi que era cierto que esa persona habia visto algo sobre mi en algun documento, tambien estaba el hecho de que trabajaba en un laboratorio. Eso era lo que habia despertado mi interes. Deje de darle vueltas cuando Glenda me planto un plato con tres huevos fritos, cuatro tortitas, bacon y un gran bote de sirope de fresa. --?Cafe o zumo? --Cafe, gracias. Guarde de nuevo la carta y empece a masticar sin dejar de observar a los otros comensales, nadie parecia haberme seguido y ninguno de ellos me prestaba atencion. Solo un par de mujeres me observaron y sonrieron desde dos mesas mas alla. Termine de engullir y saque un par de billetes para dejarlos sobre la mesa, Glenda estaria contenta con la propina. Le hice una senal con la cabeza a modo de despedida, ella estaba al otro lado de la barra, y sali del local. Al entrar en el todoterreno mire la hora, solo eran las diez de la manana. Tenia previsto llegar hasta el lugar indicado y recorrer el entorno, quedarme con los rostros y asegurarme de que ninguno de ellos permanecia mas tiempo de lo habitual en aquel espacio. Mi telefono movil estaba apagado, Zev y Tak se cabrearian, pero no estaba dispuesto a dejar ningun rastro sobre el camino que habia tomado. El vehiculo no llevaba GPS, asi lo habia pedido al alquilarlo; aunque estaba seguro de que disponia de algun dispositivo de seguimiento, muchas empresas de alquiler de vehiculos lo hacian; pero eso no me preocupaba, necesitarian una orden judicial para rastrearme y, para entonces, ya habria hablado con mis socios. Casi una hora mas tarde llegue a Auburn. Estacione en la zona comercial en la que habiamos quedado y me dirigi a pie hasta el bistro que la chica me habia nombrado en la carta. No entre, sino que di la vuelta alrededor y camine por la zona. Una tienda de deportes, un centro comercial y mas alla una pista de baloncesto. A parte del restaurante, no habia mucho mas. Volvi al coche a buscar mi cazadora de cuero, estabamos dejando el verano atras y se notaba mas por estas latitudes. Auburn quedaba a una buena altura sobre el nivel del mar. Enclavado cerca de las montanas, los pinares llegaban hasta donde alcanzaba la vista. Finalmente me sente a esperar y puse la calefaccion. En la radio sonaba Is This Love de Whitesnake, me quede mirando la pantalla y cambie de emisora. Los coches iban y venian y, despues de las horas que llevaba alli, ya habia ubicado los que eran de los trabajadores y los que solo estaban de paso. A las cuatro menos cuarto mi atencion se centro en la entrada del restaurante. Habian hecho cambio de turno y solo vi a un par de asiaticos y a un tipo negro con cara de estar hasta los huevos de cargar cajas del camion de reparto a, lo que supuse, era la entrada de la cocina, que estaba a unos diez metros de la principal. Una pareja con un bebe, dos chicos de unos veinte anos y un matrimonio de avanzada edad entraron al cabo de un rato. Tambien paso una patrulla de la policia y sus ocupantes accedieron, aunque se quedaron en la barra. Ya era casi la hora y no creia que ninguno de ellos fuera mi contacto. Pare la calefaccion, tenia gasolina, pero no era cuestion de arriesgar. Baje y entre, ya volvia a tener hambre. Pedi un sandwich en la barra, cerca de los polis que charlaban con el dueno del local, y me sente en una de las mesas en cuanto me sirvieron, al lado de las grandes cristaleras. *** Aparque enfrente de la tienda de deportes, no sabia quien era Kwan North y, aunque me habia planteado que podia ser peligroso, necesitaba saber que habia de cierto en los videos que habia copiado y escondido en un lugar seguro. Llegaba cinco minutos tarde, pero lo preferia asi. Pasee tranquilamente hasta el restaurante y me alivio ver un coche de policia estacionado delante de la entrada. Si no me gustaba la pinta del tal Kwan, saldria de alli deprisa o pediria ayuda en caso de necesitarla. Me recoloque el bolso que llevaba al hombro, por encima del abrigo, y entre. Salude a Maxi, el dueno del restaurante, y me sente en uno de los taburetes escuchando 100 Ways de Jackson Wang. Los polis me echaron un vistazo y me saludaron. Hacia solo tres anos que trabajaba en la farmaceutica a las afueras del pueblo, pero en ese tiempo todos me conocian y tambien al bruto de mi exnovio, Zack. Un neandertal recien salido de las cavernas al que no desenmascare hasta que fue demasiado tarde. Ahora el tenia una orden de alejamiento y yo un problema cada vez que salia de casa o de trabajar, siempre estaba alerta. Su tendencia a presentarse en el momento menos indicado o a invadir mi apartamento, me llevo a poner una denuncia y el cabreo que el llevaba encima era monumental. Pero me daba igual, tenia que mirar por mi integridad fisica. Al fin y al cabo, nunca me habia puesto la mano encima, lo suyo era un problema de celos y un gran afan por apartarme de todo y de todos; por no hablar de lo irascible que se habia vuelto en los ultimos meses. Hasta que un dia me canse y le deje. --Aqui tienes, Joyce, siento lo del cierre de la farmaceutica --me animo Maxi, sirviendome el zumo de tomate de siempre. --Buscare otro trabajo, ya estoy en ello. --Eso es bueno. ?Quieres comer algo? --ofrecio solicito. --No, gracias. He quedado con un amigo de la universidad. Inconscientemente, estaba buscando la manera de que alguien supiera que tenia una cita por si pasaba algo, los polis tambien estaban atentos a mis palabras. Los tenia vistos, pero nunca habia hablado con ellos. Preferia que pensaran que ya conocia al chico a que dedujeran que estaba a punto de encontrarme con un desconocido. Me tomarian por una cabeza hueca. Estaba bebiendo mi zumo cuando un chico negro con unas largas rastas, que habia estado observandonos, se levanto y vino hacia mi. Era alto, corpulento y muy atractivo. Su rostro era anguloso, perfecto, como si lo hubieran cincelado los antiguos griegos. Sus ojos oscuros, clavados en los mios, no me dejaron en ningun momento. Era guapo, muy guapo. Y solo podia ser el. Lo reconoci al acercarse, habia visto su imagen. --?Joy? --pregunto con voz grave, acortando mi nombre y sorprendiendome con un beso en la mejilla--. Supongo que despues de estos anos no me has reconocido, soy Kwan. Mi mente se quedo en blanco durante unos segundos, pero me obligue a reaccionar. --Lo siento, Kwan. Estas muy cambiado --logre articular. --Tu tambien, llevas el pelo mucho mas largo y, sin esas horribles gafas de pasta que llevabas, estas mucho mas guapa. ?Que? La madre que lo pario. ?Que se estaba inventando? --Gracias, supongo --conteste entrecerrando los ojos--. A ti tambien te quedan mejor las rastas que el estilo afro que solias lucir... junto a los brackets. Vi un atisbo de sonrisa, pero el tal Kwan se mantuvo firme y siguio serio. --Vamos, tenemos que ponernos al dia. --Ofrecio su mano para ayudarme a bajar del taburete y la acepte con una sonrisa, que debia parecer mas bien una mueca, aunque se la solte en cuanto toque suelo. Caminamos juntos hasta el fondo del local, dejando atras mi zumo, y un miedo atroz se apodero de mi. A su lado yo era muy poca cosa, mi metro sesenta y cinco se veia muy ridiculo frente a su estatura. Solo con una de sus manos podia romperme el cuello. Debi aminorar la marcha ante tal pensamiento, porque se detuvo y se acerco a mi oido. --Tranquila, soy inofensivo --susurro. <>, pense ironica. Aunque llevaba una cazadora encima de la camisa oscura, se podia apreciar la amplitud de sus hombros y podria asegurar que su brazo era del tamano de mi muslo, tal vez mas ancho. --Te gusta ir al gimnasio, ?eh? --Valiente idiotez para decir, pero queria romper el hielo. --Algo asi. Me mostro el asiento y el se sento enfrente, al otro lado de la mesa. --Bueno, ahora que hemos revivido viejos tiempos, me gustaria que me hablaras de lo que encontraste. No pude evitar sonreir, el hombre pretendia que me sintiera comoda. El problema era que ahora, que lo tenia delante, me estaba costando hablar de lo que habia hallado en aquel pendrive. --No se por donde empezar, vas a pensar que soy una ladrona o algo por el estilo. Junto las manos sobre la mesa y entrelazo los dedos. --No suelo juzgar a la gente. --Es un alivio. Saco el sobre que le habia enviado, desplego la carta sobre la mesa y lo senalo con un dedo. --?Como diste conmigo? --Es una larga historia. Asintio y volvi a reparar en su rostro, en esos ojos oscuros e insondables y en esos labios gruesos que me hacian pensar en cosas que no debia. ?Tan necesitada estaba? L Capitulo dos a vi entrar y ni siquiera la tuve en cuenta como candidata a ser mi informante, solo admire sus largas piernas y su bonito rostro. Su cabellera azabache, en largas ondas, caia sobre su espalda y esos grandes ojos de color azul oscuro, en contraste con su piel clara, me dejaron anclado a ella, estudiando su sonrisa y sus gestos. Pero sus palabras... trabajaba en una farmaceutica, y el vistazo que echo a su alrededor buscando a alguien; me hizo prestar atencion. Reparo en mi un momento, pero continuo buscando, imagine que conocia a aquellas personas del restaurante y por eso dijo que tenia una cita con un companero de universidad. Lo cierto era que, ademas de preciosa, habia sido muy aguda y su mente reacciono deprisa, desconcertandome. Mientras esperaba a que ordenara sus ideas, pedi un par de cafes. --Trabajaba en una farmaceutica, como te dije en el correo que te envie: la Farmaceutica Olof. Me dedicaba al control de calidad en el laboratorio, junto a otras dos personas --comenzo --. Hace tiempo que nos hacian unos enormes encargos y todos eran sedantes, oxicodona... opiaceos en su mayoria. --Entiendo. --Un dia se presento un hombre y pregunto por el jefe tecnico, mi superior. Cuando fui a buscarlo empezaron una discusion, algo sobre un retraso en los pedidos. Mi jefe me pidio que saliera de la oficina, pero debido al alto volumen de sus voces en la airada conversacion, pude escucharlo todo. --?Y que es lo que oiste? --Le pagarian el triple al propietario de la farmaceutica si solamente trabajaba para ellos, pero para eso tenian que modificar algunas formulas. Junte las cejas, no terminaba de entender que tenia que ver eso conmigo. --Solo vi al senor Olof una vez, era ruso... --?Era? --inquiri cortandola. Cerro los ojos un instante y despues enfrento mi mirada. --Murio la semana pasada; tuvo un accidente de coche. Segun los rumores, iba borracho y perdio el control. Tuve claro en ese momento que Joyce no creia que eso hubiera ocurrido asi. --Al dia siguiente del accidente --continuo--, nuestro jefe tecnico nos insto a recoger todo el laboratorio, el hizo copias de los archivos de los ordenadores y despues los destruyo. --?Por que? ?Que escondia? --No lo tengo muy claro, pero ha desaparecido y nos ha dejado sin trabajo. --Lo siento. Saco un pendrive del bolso y lo dejo sobre la mesa cubriendolo con la mano, despues lo deslizo, sin descubrirlo, hasta la mia. --Te advierto que tengo un duplicado a buen recaudo --dijo seria, aunque note cierto temblor en su voz. --?Por que confias en mi? Ni siquiera me conoces. Desvio la mirada hacia el exterior. --Porque vi lo que hay en su interior y tal vez no debi hacerlo. Se le cayo a Alex, asi se llamaba mi superior. Fui la ultima en salir y lo encontre en el suelo, al lado de la puerta. Iba a devolverselo, pero su coche ya no estaba y, como ya te he dicho, ha desaparecido; no esta en su casa ni contesta al telefono. Lo tuve durante dos dias y, al saber que el laboratorio habia cerrado definitivamente en Auburn, lo busque y lo conecte a mi ordenador portatil. Seguia perdido, aunque deduje que lo que habia en el dispositivo, tenia que ver conmigo. --?Era todo legal? Quiero decir, ?tenias contrato? Parecio sorprenderse. --Por supuesto, pero me temo que Olof firmo alguna clausula que despues no cumplio. Vi el miedo en los ojos de Alex aquel dia. Eso no pintaba bien. --?Que hay en estos archivos? --inquiri mirando mi mano, donde tampoco dejaba a la vista el dispositivo. --Unas instalaciones que nunca habia visto y tu. Imagenes y video. --Su mirada no conectaba con la mia, sino que se fijaba en sus manos--. Informacion sobre ti y TZK Systems. Pense que tenias derecho a saber que eso circulaba... --Y decidiste hacer de buena samaritana --la corte. Mierda. Me molestaba que esa chica me hubiera podido ver en mis peores momentos. --Gracias, me ocupare del asunto --anadi aseptico--. ?Como puedo localizarte? Saco una tarjeta del bolso, me la entrego y la guarde en el bolsillo de los vaqueros sin mirarla. --Un consejo: destruye esa copia, puedes tener muchos problemas. Abrio los ojos con sorpresa, pero reacciono rapidamente. --Otro para ti: huye --dijo en voz baja, tal vez pensando que no la oiria. Me levante y la deje alli, pague los cafes en la barra y sali del restaurante sintiendo que aquella chica tan bonita sabia mas de mi que yo de ella. Tak, Zev y yo sabiamos que nos tenian localizados, aunque no podian tocarnos. Pero que imagenes nuestras circularan por ahi, era algo a lo que aun no nos habiamos enfrentado. Todo era alto secreto y confiabamos en que quemarian unas pruebas que los pondrian en tela de juicio, por muy conectados que estuvieran con el gobierno. Arranque el coche, pero no me fui muy lejos, queria saber donde vivia Joyce Temple, ya que en su tarjeta de visita solo ponia su nombre y apellido, numero de telefono y profesion. Diez minutos despues estaba siguiendola hasta que se detuvo en un moderno bloque de apartamentos en el centro de Auburn.

  • ?Te llamas Julieta? de Jossy Loes

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    ?Te llamas Julieta?
    Es una novela reeditada con nuevas escenas y corregida por un profesional en la materia para que vosotros, los lectores, podais disfrutar de ella.

  • La leyenda de Greg de Chris Rylander

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    Un joven descubre que su destino podria estar totalmente corrompido en esta divertidisima aventura de fantasia middle grade.
    Una serie ideal para los fans de Rick Riordan.

  • Los planes del club Bilderberg para Espana de Cristina Martin Jimenez

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    ?Fue la Transicion tal como nos la contaron? ?Que papel desempeno en ella el Club Bilderberg, ese elitista y selecto grupo compuesto por algunas de las personalidades mas influyentes del mundo? ?Quien ha tomado realmente las decisiones politicas mas importantes y trascendentes en las ultimas cuatro decadas en Espana? ?Los Gobiernos elegidos democraticamente en las urnas o el Club?

    Nadie hasta ahora se habia atrevido a investigar los vinculos que unen, desde hace mas de cuarenta anos, a Espana con el Club Bilderberg. Cristina Martin Jimenez, tras el exito de Perdidos y El Club Bilderberg. Los amos del mundo -libros que ya explicaban su funcionamiento y senalaban a algunos de los maximos responsables de este Club-, recurre a los documentos desclasificados por la Agencia de Seguridad Nacional y la CIA para demostrarnos y explicarnos una realidad diferente a la conocida hasta ahora. Seremos testigos, por ejemplo, de como Henry Kissinger y Giscard d’Estaing, destacados Bilderberg, actuaron activamente en nuestra politica o como la situacion geopolitica y geoestrategica de Espana ha hecho que nuestro pais siempre estuviese en el punto de mira de los mas poderosos.

  • Besos de Plebeya de Gema Perez

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    Arthur es el principe heredero del trono.
    Victoria es una plebeya sin titulo.
    El se prepara para heredar todo un imperio.
    Ella trabaja en una biblioteca del reino.

  • El eco entre la bruma de Ricardo Ramos Rodriguez

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  • La razon de los locos de Ana Moreno-alcazar

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    La vida monotona y aburrida de Lucia Agramunt dio un giro inesperado la noche en la que conocio a Gabriel, un joven y apuesto profesor de economicas de la Universidad de Barcelona. Dos vidas destinadas a encontrarse para enfrentarse juntas al capricho de un futuro incierto marcado por la angustia, el desespero y los limites entre la razon y la locura. ?Es posible cruzar la linea divisoria entre lo real y lo imaginario para encontrar consuelo en los tormentos del alma? ?Puede el corazon ser el unico aliado en un mundo irrumpido por lo irreal? Mientras Lucia intenta comprender la fragilidad de la mente humana y encontrar una respuesta a estas preguntas, el reloj corre en su contra si quiere descubrir la verdad.

  • El pais de la desmemoria de Juan Miguel Baquero

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    Un relato periodistico contra el olvido en el pais de la desmemoria. La memoria historica de nuestro pais desde un enfoque periodistico. Prologo de Baltasar Garzon.

  • Descubriendo a Seytton 1 de Anne Garber

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    ?Que ocurre cuando te enamoras de un hombre irresistible, encantador, misterioso, seductor y al mismo tiempo, atrapado en un pasado que le tortura y le atormenta? cuyo pensamiento mas fiel es..."El odio te engrandece y el amor te destruye". Y... ?Que sucedera cuando descubra que el mayor de sus deseos tiene algo que ver en todo ello? Llegue a odiarlo pero no pude conseguir dejar de amarlo. Yo anhelaba un imposible, el simplemente lo era. Descubriras si es posible ganar la batalla contra tu propio corazon. Una historia que te cautivara desde el comienzo, una historia que conmovera tus sentimientos. ?Te atreves a descubrir a Seytton? Yo lo hice... mi nombre es Chloe Eleanore Breyl y esta es nuestra historia.

  • !Piratas!, Laura Esparza de Laura Esparza

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  • La sombra dorada de Luis M. Nunez

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    Tiempo atras, en el momento mas oscuro de la humanidad, el dios de la luz de oro fue derrotado y su nombre quedo en el olvido para todos, excepto para aquellos que siguieron siendole fieles.
    Pero ahora ha regresado y se cierne sobre un mundo que no es capaz de imaginar la marea de muerte que esta a punto de desatar, pues es el enemigo de todo lo vivo y desea reinar sobre huesos blanqueados.
    Esta es la historia de la batalla desesperada contra Abaven.
    Esta es la historia de quienes se alzaron contra el.

  • El pais de las sombras largas de Hans Ruesch

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    Cuando al despertarse Ernenek levantaba la cabeza del saco de pieles, su primer pensamiento era habitualmente para el monton de carne puesta a podrir cerca de la lampara para que se hiciera tierna y gustosa. Pero no aquel dia. Aquel dia viendo a Siksik en un rinconcito del pequeno iglu, dispuesta a estregar las ropas de su marido, tomo una subita decision antes de satisfacer las exigencias de su estomago: puesto que contribuia mas de lo que era su deber al mantenimiento de la minuscula comunidad, bien podia pretender participar tambien de los derechos conyugales de Anarvik, sin necesidad de pedirle permiso cada vez que le hacian falta los servicios de Siksik. Ernenek nunca habia tenido una mujer propia, porque era joven y porque en los hielos del extremo norte escasean las mujeres tanto como abundan los osos; sin embargo, conocia la importancia de tener una mujer propia, habil en raspar las ropas y en confeccionar calzado, y con la cual podia uno charlar durante la noche. Sobre todo donde la noche dura cinco meses. Precisamente ahora, antes de partir para la caza, le habria gustado reirse un par de veces con Siksik, pero bien se daba cuenta de lo que convenia y de lo que no convenia a un verdadero hombre; por eso sabia hasta que punto era inconveniente gozar de los favores de una mujer sin haberle pedido antes permiso al marido. Y Ernenek ponia siempre cuidado en no cometer ninguna inconveniencia. Con todo, ya estaba cansado de pedir permiso. Y no porque Anarvik se lo negara, pues rehusarse a prestar su propia mujer o el cuchillo, habria sido digno de inaudita mezquindad; pero, asi y todo, el pedir continuamente favores no era digno de quien pertenece a una raza tan orgullosa que sus miembros se llaman a si mismos sencillamente inuit, es decir hombres, para dar asi a entender al mundo que las otras razas, comparadas con la suya, no pueden considerarse compuestas por verdaderos hombres: y esto, aunque el resto del mundo no sea de la misma opinion y los llame esquimales, termino despectivo que les daba el pueblo limitrofe piel roja Algonquior y que significa <>. Muchas de esas tribus no merecen ya tal nombre; pero el exiguo numero de esquimales polares que lleva una existencia nomada en las regiones centrales del Artico, cerca del Polo magnetico, regiones inaccesibles para el hombre blanco, no cambiaron su tosca manera de vivir, la misma de cuando la raza humana era joven. Son como ninos, alegres, ingenuos y sin piedad. En la epoca de los tanques de guerra, empunan todavia arcos de cuerno y huesos de ballena, y flechas con punta de piedra; se reparten el producto de la caza y no saben mentir. Hasta tal punto son de toscos... Ernenek era un esquimal polar. Sobre la lampara de esteatita, el te se estaba enfriando. Siksik lleno un tazon y, bamboleandose, con los pies separados a causa de las calzas de piel de foca que le llegaban hasta la ingle, se lo llevo a Ernenek con una sonrisa. El hombre y la mujer, vestidos del mismo modo, ambos rechonchos y musculosos, pero con pies y manos pequenos, y con el mismo rostro chato, grueso y campechano, se distinguian en su aspecto solo por los cabellos, que el hombre llevaba largos y sueltos, mientras que la mujer se los habia levantado cuidadosamente, con un peinado muy alto, en forma de torre, sostenido con espinas de pescado. --?Donde esta Anarvik? --pregunto Ernenek tomando el tazon. --No es imposible que haya ido a cazar a la bahia de la Morsa Ciega --dijo Siksik--. Ocurre que hace un sueno ustedes dos se devoraron una foca entera --agrego riendo, y Ernenek le hizo eco, con esa risa facil y siempre pronta de su raza. El te estaba caliente como vientre de mujer, es decir, demasiado caliente para Ernenek, que no soportaba el calor. Lo soplo largamente antes de beberlo, mientras escrutaba a Siksik por encima del tazon. Luego se lo bebio todo de un trago, junto las hojitas que habian quedado en el fondo, se las comio y salio del saco. Llevaba puesto un ligero vestido hecho de piel de garzas marinas, con el plumon hacia adentro. Sobre este se puso un pesado sayo de piel de oso, con el pelo hacia afuera, y metio el extremo de las calzas en un par de botines de cuero de foca. Encorvado, porque la boveda de hielo era demasiado baja para el, corto con el cuchillo circular gruesas tajadas del monton de carne sobada y pasada de sazon y con la palma de la mano se lleno la boca. Se deslizo gateando por el estrecho tunel de nieve, apoyandose en los codos y las rodillas, y arrastrando detras de si, tomado de las orejas, al perro cabeza de trineo, salio del iglu. El resto del tiro los siguio, sacudiendose la escarcha del espeso pelo, ladrando por el hambre y descubriendo los dientes, aplanados a golpes de piedra para que no devorasen los arreos del trineo; con mas de lobos que de perros, mostraban agudos hocicos y ojos amarillos y relucientes. Ernenek se aseguro de que todos llevaban las abarcas que debian protegerles las patas de la mordedura de los hielos y de la sal marina. Luego los engancho al trineo, subio a este, retiro el ancla sepultada en un monton de hielo y agito el latigo. Los perros avanzaron sobre el mar congelado, mientras se abrian en abanico y hacian crujir las correas con que cada uno estaba atado separadamente al trineo. Hacia calor, apenas unos quince grados bajo cero, de manera que Ernenek no se veia obligado a trotar junto al trineo para calentarse, sino que podia gozar del paseo, sentado comodamente en el pescante. Al sur, el firmamento se habia tenido de azul, reverberacion de un sol ausente, azul que se iba esfumando poco a poco, convirtiendose en violeta, hacia el norte. Bajo aquel palido cielo, la tierra se mostraba anemica y descolorida, sin matices ni sombras, como a los ojos de los perros, que no distinguen los colores. El Oceano Glacial, congelado en un espesor de un par de metros, estaba recubierto de una delgada capa de nieve en la que se marcaban las huellas del trineo de Anarvik. A la derecha se veian cadenas de montes abruptos y colinas conicas, blancas y desnudas. A la izquierda, solo la bruma primaveral limitaba el oceano. Ernenek no se volvio ni siquiera una vez para echar una mirada al minusculo iglu, solitaria bolita de hielo puesta sobre el techo de la tierra. Su cerebro, que a causa de su modesta capacidad solo podia albergar un pensamiento por vez, se tendia enteramente hacia la gran bahia donde debia encontrarse Anarvik. Estaba tan absorto en su proposito que se habia olvidado de llevar consigo la indispensable grasa de foca que da luz y calor. Lo preocupaba demasiado el pensamiento de la peticion que iba a hacer a Anarvik, para pensar en otras cosas. A toda peticion podia responderse de dos maneras: Ernenek sabia por lo menos esto, aunque ignorase muchas cosas. Si Anarvik aceptaba, Ernenek se sentiria humillado por haber recibido un favor mas. Anarvik era orgulloso, un verdadero hombre, y seria muy capaz de mortificarlo con un consentimiento inmediato, por lo que para rehacer su dignidad perdida Ernenek se veia obligado a redoblar sus esfuerzos de cazador, y a su vez, mortificar al companero haciendole el don de grandes cantidades de caza. Si en cambio, Anarvik le negaba el permiso pedido, Ernenek podria mofarse de el por su avaricia y mezquindad; pero de todos modos este seria un consuelo bien magro, comparado con la molestia de tener que buscarse una companera en otra parte, para lo cual deberia emigrar solitario, por uno o dos anos, hacia el sur, donde abundan las mujeres, pero escasean los osos; hacia el pais del sol alto y de las sombras cortas, poblado por tribus cuyas costumbres son extranas a un esquimal polar, y por tanto desagradables. De un modo u otro, una vez hecha la peticion, sus dias estarian colmados de dificultades. Sin embargo, todavia no podia marcharse. Hacia ya dos anos que Anarvik le prometia la inminente llegada de su hermano Ululik. --Tiene dos hijas y tu podrias elegir una --le habia dicho riendo. Mas las estaciones pasaban, Ernenek esperaba en vano, y Anarvik se habia limitado a encogerse de hombros y a decirle--: Tal vez venga para fines del proximo invierno. Un invierno mas o menos parecia tener poca importancia para el, que habia visto muchos. Pero para Ernenek, que habia visto pocos, no era asi. ?Y si al fin de cuentas Ululik no venia? Podia haber cambiado de idea. O haberse muerto. O haber dado las hijas a otros. Y Ernenek estaba cansado de esperar. El trineo de Anarvik aparecio a la vista puntito negro sobre la enorme extension del mar congelado y Ernenek incito al tiro gritos y azotes. Al cabo de una hora el puntito se habia convertido en una linea, luego el trineo se hizo visible, y por fin aparecieron Anarvik y los perros. Los perros estaban vivamente excitados. Ernenek arrojo el ancla del trineo, aseguro el tiro de perros y avanzo a pie sobre el hielo. A pesar de su impaciencia, andaba lentamente, por la fuerza de la costumbre, con pasos mesurados, para no ahuyentar a las focas que habia por debajo de la costra helada. Anarvik, extendido en el suelo, le volvia las espaldas. Ernenek se detuvo detras de el y un poco de lado; le veia el rostro oscuro y, a pesar de la capa de aceite y hollin, las arrugas excavadas por los anos alrededor de las sienes; los ojos oscuros, oblicuos y astutos; la renegrida melena, que cortada en flecos sobre la frente, le caia a los lados, rigida por la capucha del sayo, mientras que por detras se le desparramaba desordenadamente sobre la espalda. --Alguien tiene que hacerte una pregunta --dijo Ernenek con voz fuerte, para darse animo. --!Silencio! --le mando Anarvik sin volverse--. Un hombre que trabaja no puede escuchar preguntas. Una cosa por vez.

  • Estas bajo mi mando de Olivia Chipres

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  • Entre las brumas del sueno de Estefania Jimenez

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    Munich, Alemania, 12 de octubre de 1840. Oscurecia. En el cielo las nubes estaban iluminadas con un resplandor anaranjado que iba perdiendo intensidad a medida que el sol se escondia. Era hermoso y Alexander, sin duda, habria disfrutado de su belleza en otra ocasion, pero no ese dia. La noche se acercaba y ella no aparecia. ?Cuanto tiempo llevaba alli esperando? Habia escuchado a la gente salir de la iglesia de San Nicolas hacia bastante, no deberia estar tardando tanto. ?Por que no venia? Su inquietud comenzaba a convertirse en angustia. Alexander escucho el leve roce de unos pasos sobre los adoquines, apenas eran audibles, pero a el nada podia escaparsele. --?Eva? --murmuro, y lo hizo solo porque la esperanza aun se negaba a marcharse, aunque bien sabia que no era ella. --!Maldito sea por siempre, Herr Amsel! ?Es su oido tan anormal como todo en usted? --Un hombre vestido de negro salio de detras de un arbol, a varios metros de el. Alexander se tenso al percibir el peligro. No era la unica presencia que notaba alli, aquel individuo no habia venido solo--. No, no soy Fraulein Brandt. --Eso es obvio --gruno, en guardia. Sus ojos lanzaron un destello peligroso. El desconocido intuyo la amenaza y se detuvo. Tres hombres mas se hicieron visibles en las sombras--. ?Quienes sois y que quereis? --?Siempre es tan maleducado? --dijo el hombre de negro con una sonrisa. Alexander bufo despectivo y se acerco a el--. No de un paso mas, tengo un arma y no me gustaria matarle antes de decirle quien ha encargado su muerte. --!Ya se quien ha sido! --mascullo mientras daba un paso mas--. ?Y que excusa pondreis? Esto no deja de ser un crimen. --No necesitamos excusas --espeto otro de los matones--. Todo el mundo sospecha ya de usted, tan solo hemos de decir que finalmente le cazamos y la gente nos lo agradecera. !Monstruo! --Herr Amsel, ?no va a preguntar como hemos dado con usted? ?Como sabiamos que estaria aqui? --El tipo se rio al ver el rictus de dolor que no logro ocultar--. !Oh, pero creo que lo sospecha! ?Me equivoco? ?De verdad creia que la hija de Herr Brandt iba a abandonarlo todo por usted? !Oh, si que lo habia creido! Lo habia creido fervientemente y se habia sentido dichoso de pertenecer al mundo de Eva. Ella era la luz que necesitaba. --!No te creo! --escupio con rabia. --Si, nos dijeron que tal vez no nos creyera. --El hombre sonrio satisfecho por el efecto de sus palabras. En ese momento, el traqueteo de un coche de caballos hirio el silencio. Un carruaje doblo la esquina, negro y lujoso, con cortinas de seda blanca que, descorridas, mostraban el interior--. Alli tiene la respuesta a sus dudas, Herr. No queria mirar. Sabia lo que veria. A pesar de tantas cosas, siempre lo habia temido. Sus ojos se oscurecieron y la furia lo invadio. Giro la cabeza y observo aquella ventanilla. Alli estaba, su peor pesadilla: Eva lo contemplaba desde el carruaje. Su rostro palido parecia sereno ante la tormenta que era el. Lo miro y apoyo la mano contra el cristal con languidez. Ludwig iba a su lado, sonriendo con soberbia, tan cerca de ella… ?De veras habia elegido a ese bastardo? ?Todas esas lagrimas y suplicas habian sido una mentira, un plan para capturarlo? Un dolor como jamas recordaba haber sentido lo rasgo de arriba abajo al intuir el tamano de su traicion. Alexander entrecerro los ojos y les envio todo su odio y desprecio con una sola mirada, una mirada que sabia les acompanaria siempre en sus pesadillas. Vio la estupefaccion en el rostro de Eva y el miedo en el de Ludwig. Sin despegar los labios siquiera, los condeno a vivir bajo la sombra de su amenaza. Ludwig cerro la cortina de nuevo, como si con ello pudiera librarse de el. Cuando el carruaje desaparecio de su vista, Alexander cerro los ojos y se preparo para enfrentarse al inicio de una vida cargada de odio y venganza. Cuando volvio a abrirlos, habia una sentencia dibujada en ellos. 1 Algunos meses antes. Munich, Alemania, 8 de abril de 1840. El cafe estaba lleno. Una nube de humo de pipa flotaba en el ambiente y se mezclaba con el olor del licor. Los hombres hablaban en distintos rincones, acomodados en los sillones de piel o formando grupos entre las columnas de madera. A Alexander todos le parecian iguales. Insulsos individuos que querian destacar en un mundo en el que la apariencia y el estatus lo eran todo. --?Que opina usted del tema, Herr Amsel? --El anciano que estaba sentado frente a el lo observaba por encima de un periodico. Alexander arrugo la frente en una muda pregunta. El hombre sonrio--. ?En que piensas, muchacho? Supongo que aun estas cansado del viaje. El curvo los labios y nego con la cabeza. --No, solo estaba algo distraido, Herr Muller, lo siento. Centro su atencion en el titular que le mostraba el hombre y, tras ojearlo rapidamente, volvio a reclinarse en su sillon y tomo con calma un sorbo de su cafe. --?No le parece preocupante, Herr? --exclamo algo airado el caballero que se sentaba a su derecha. Sus dedos no paraban de tamborilear sobre la mesa de madera, era irritante. --Francamente, Herr Schwarz, no veo extrana la muerte en los seres vivos. --Los dos hombres se quedaron mudos--. !Oh, por favor! No me malinterpreten, no es que no me parezca un tema importante, es solo que lo considero algo cotidiano, si ustedes me entienden. --Te entiendo, hijo, te entiendo. --El anciano suspiro con una sonrisa nostalgica--. Tambien yo pensaba como tu a tu edad. A los dieciocho, la muerte nos parece algo ajeno. Sin embargo, cuando llegas a los sesenta y cinco como yo, ese es un tema que cada vez te preocupa mas. --Sin embargo, no es de muertes comunes de lo que estamos hablando, senores. !Se trata de crimenes! Un enfermo camina por las calles de Munich en estos dias --repuso Herr Schwarz con aire ofendido. --Las calles de Munich siempre han estado repletas de gente <>, las calles de cualquier ciudad del mundo lo estan, de hecho --dijo Alexander con calma. --Y de eso sabe bastante nuestro invitado, Ludwig, ya que ha recorrido casi todo el mundo a pesar de su juventud, ?no es cierto, Herr Amsel? --pregunto Herr Muller antes de soltar una carcajada y el aludido volvio a sonreir--. No obstante, en algo tiene mi sobrino razon. Las muertes de los ultimos dias no son muy naturales, ?no cree? --He leido sobre ello. Dos eran ancianos de mas de setenta anos, uno era un enfermo de sifilis, una doncella aquejada de tisis y un nino de ocho anos que padecia meningitis. --Alexander se encogio de hombros--. Caballeros, a mi me parecen unas muertes de lo mas normales. El anciano solto una risotada mientras sacudia la cabeza y dio un trago a su copa de brandy. Ludwig Schwarz resoplo con indignacion y lo fulmino con la mirada. --Bueno, muchacho, algo de raro si hay --continuo Herr Muller antes de pasarle el periodico a Alexander, este le echo un vistazo y se lo devolvio sin cambiar la expresion de su rostro--. Puede que todos estuvieran al borde de la muerte, pero lo extrano es que las victimas aparecieron calcinadas, ?no crees que eso si es, al menos, especial? --Cadaveres --murmuro Alexander sin apenas despegar los labios. --?Como dice? --increpo Ludwig con los ojos echando chispas. Su antipatia hacia el casi podia saborearse. --Cadaveres, Herr Schwarz, no victimas. No me parece correcto hablar de victimas mientras no se demuestre que ha existido un crimen. --?Y no le parece suficiente prueba el hecho de que les prendieran fuego, Herr? --En algunas culturas el fuego se considera purificador. Quien sabe, tal vez esos pobres desgraciados necesitaban ser purificados. En cualquier caso, el fuego podria haber salvado sus almas, ?no creen? --Alexander los miro a ambos con despreocupacion, deleitandose con las caras de estupefaccion de sus contertulios--. Digame, Herr Schwarz, si temiera por su alma, ?no desearia que se hiciera lo que fuera por salvarla? ?Y usted, Herr Muller? --Uhmm, tal vez. --El anciano volvio a reir a carcajadas--. Dejame decirte, y por favor no te ofendas, que eres condenadamente raro, Alexander... ?Puedo llamarte Alexander? --Desde luego, ese es mi nombre --concedio con una sonrisa agradable--. Y, despreocupese, en absoluto me ofende. --?Raro? --escupio Ludwig--. !A mi me parece que esta loco! Alexander lo miro con las cejas alzadas. --!No hay razon para ser grosero, Ludwig! Alexander solo esta dando su punto de vista. -- Muller miro a su sobrino con ceno; por fortuna, la puerta de vidrieras del cafe se abrio en ese momento y la tension se disolvio cuando el anciano exclamo--: !Ah, pero aqui esta el esperado caballero! Todos se pusieron en pie cuando el recien llegado se acerco a su mesa. El hombre no debia de tener mas de cuarenta anos, pero su rostro tenso y su mirada altiva lo envejecian mas que las escasas canas que salpicaban su pelo castano. --Alexander, permite que te presente a mi socio, Herr Brandt --dijo Herr Muller con solemnidad mientras daba al recien llegado unas palmadas en la espalda. Alexander inclino la cabeza con respeto y le tendio la mano. --Es un placer, Herr Brandt. --El placer es mio. !Vaya! Me lo habian comentado, pero en el fondo no esperaba que fuera usted tan joven --exclamo el hombre con voz grave. --No se deje enganar por las apariencias, Herr. En ocasiones puedo parecer viejo como el diablo --contesto Alexander con una sonrisa traviesa. Herr Muller solto una de sus estridentes risotadas y cogio al muchacho por los hombros con afecto. --Es un joven prometedor, no te quepa duda, amigo. Un poco raro, desde luego, pero prometedor, creeme. --Le guino un ojo--. Y ahora, ?que les parece si hablamos de negocios, senores? Entre otros prosperos negocios, Alexander poseia una flota de barcos mercantes en Hamburgo. Aquellos hombres pretendian exportar su produccion de cerveza al extranjero y a su vez importar a Baviera productos de lujo de las principales capitales europeas. En resumen: lo necesitaban. El a ellos no, pero de vez en cuando le gustaba probar algun negocio nuevo. No obstante, la reunion fue tal y como Alexander esperaba: larga, aburrida y llena de cantos de alabanza. Le parecio que habia pasado una eternidad cuando al fin esos hombres idearon todos los puntos de su futuro acuerdo. Alexander apenas les presto atencion, tenia gente que se encargaria de redactar ese contrato con todo el cuidado que precisara.

  • Ciudad total de Suketu Mehta

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    Un retrato de Bombay feroz, detallista, visceral e inteligente. Una lectura que es como embarcarse en un viaje en el que se conoce a fondo la ciudad de la India, sus habitantes y su historia.

  • El aroma de las especias de Charlotte Betts

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    Una novela escrita con los cinco sentidos.

  • Scarlet Island de Jaime Garcia Simon

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    Scarlet Island, meses antes: Richard corria girando la cabeza hacia atras, de manera casi compulsiva. El contorno del fuerte de los colonos aun repuntaba tras de si, en lo alto, impasible. Sus pulmones hiperventilaban de manera preocupante tratando de hacer llegar el ansiado aire a sus musculos y organos extremadamente fatigados. El panico se habia apoderado de el irremediablemente, en su huida hacia ninguna parte por mitad de aquel bosque oscuro y traicionero en Scarlet Island. La noche amparaba a su alrededor multitud de sonidos escalofriantes de a saber que alimanas que no hacian sino asustarlo aun mas. En ocasiones apreciaba el aroma sutil de la flor escarlata colandose en su sentido del olfato. Las irregularidades de la superficie sobre la que corria, tan pronto llana, como abrupta y escarpada debido a hoyos, piedras, enormes raices de los arboles que lo rodeaban o viejos troncos derrumbados en estado de semi descomposicion, hacian que fuesen continuas las violentas caidas del biologo. Cada vez que besaba el suelo, se levantaba mas magullado, renqueante y con mayor dificultad, pero sabia que no podia detenerse, puesto que la vida le iba en ello. Su veloz espantada a la carrera se convirtio poco a poco, tan solo en una suerte de marcha lastimosa lo mas rapido posible, puesto que sus fuerzas habian llegado al limite. Algo se acercaba a su posicion de manera furtiva al abrigo de la noche. Richard dijo basta, y se detuvo jadeante en un pequeno claro en mitad del boscaje espeso, donde con dificultad trataba de recuperar el resuello, mientras miraba con ojos vidriosos repletos de miedo a su alrededor intuyendo que estaba sentenciado. De pronto, en mitad de la lobreguez de la noche distinguio lo que tanto temia y de alguna manera comenzo introspectivamente a despedirse de la vida, de su vida. Montones de imagenes brotaron de su mente enloquecida por el sufrimiento, algunas de las cuales ni tan siquiera era consciente que recordaba, flashes que iban y venian pasando raudas por su consciencia antes de desaparecer para dejar paso a otras. Imagenes de su ninez, de su madurez, visiones entranables que no debian ser sino el obsequio de despedida de su intuitivo cerebro a su persona. Emocionado y apesadumbrado, contemplo su final frente a frente, todo acabaria ahi, en el mismo bosque que tanto estudio, que tanto amo. H SCARLET ISLAND ay lugares en el mundo que cuesta creer que sean reales. Lugares tan idilicos, que no somos ni siquiera capaces de imaginar, sumergidos en nuestra voragine diaria de estres laboral y vidas tristemente superfluas. Lugares de ensueno con los que todos hemos fantaseado alguna vez; tranquilos, preciosos, salvajes y virgenes. Pero hasta en esos emplazamientos paradisiacos no todo tiene por que ser positivo, algunos esconden oscuros secretos... --!Alba, levantate o llegaras tarde! --le decia su madre ante la tranquilidad que presentaba la chica esa manana al darse cuenta de como hacia caso omiso a las alarmas, que una tras otra sonaban infructuosamente en su iPhone--, !tu vuelo sale dentro de dos horas...! --Ya voy, mama, solo cinco minutos mas... --le respondio a su madre, queriendo saborear los ultimos instantes en su hogar antes de marcharse a la que, sin duda, esperaba que fuese la aventura de su vida, por lo menos hasta entonces. Alba vivia en Madrid, con sus padres y su hermano de dieciocho anos. Varias semanas antes consiguio terminar por fin la carrera de psicologia, licenciandose en la Universidad Complutense con todos los honores. Ahora, su siguiente objetivo era conseguir el doctorado, pero para lograrlo tenia que presentar una tesis y que la aceptasen, es decir, un estudio o investigacion sobre un tema concreto referido a esa carrera. La tesis propiamente dicha, es un escrito que trata de dar explicacion de forma argumentada y organizada, a una idea primigeniamente teorica, y de esta forma demostrar que esa hipotesis era correcta tras un exhaustivo estudio detallado. El tribunal evaluador es el que se encarga de aceptarla o no. Si lo hace, esta investigacion se anade y revierte de forma innovadora sobre la ciencia misma a la que hace referencia. Alba tenia veinticuatro anos, era vitalista y sonadora. Con su cabello negro azabache, largo y ondulado, recordaba a un corcel indomable. Media un metro setenta y cinco centimetros y era esbelta, sin duda ayudada por sus clases de defensa personal. Su tez morena contrastaba con el profundo verde de sus ojos, que cuando te miraban parecian hipnotizarte. Se disponia a vivir la vida al cien por ciento. Solia pensar que no desperdiciaria ni un segundo con personas o asuntos que no lo mereciesen. Cualquier aspecto a su alrededor, que por su negatividad le resultase un lastre en la busqueda de la plena felicidad, lo desecharia inmediatamente. Era una persona a la que le gustaba observar lo que tenia a su alrededor, cuando salia a correr miraba a la gente a la cara y de alguna manera intentaba descifrar lo que su gesto denotaba. Sentia que podia ayudar a la gente con sus problemas cotidianos, simplemente haciendoles ver que una actitud positiva ante la vida era la clave del exito y de la felicidad. Por eso los observaba, tenia un sexto sentido, una intuicion empatica que le hacia sentir de alguna manera lo mismo que sentian ellos, de esa forma sabia lo que necesitaban y como ayudarles. Por eso estudio psicologia, para tratar de ayudar a las personas. Su objetivo final y su sueno, era convertirse en una influyente coach emocional, que con sus metodos llegase a muchas almas necesitadas. Quiza con algun libro de autoayuda que encauzase la energia de la gente de manera positiva, que abriese una puerta esperanzadora a afligidos y descorazonados, dejando atras la negatividad. Deseaba crear una corriente de pensamiento propia que perdurase en el tiempo. Fantaseaba con que esta integrara sinergias positivas en la sociedad, y que pudiese cambiar asi, quien sabe, a mejor, por poco que fuese la humanidad. Ese era, sin duda, su mayor sueno y motivacion, ser completamente feliz, y ayudar a que los demas tambien lo consiguieran con sus consejos. --Te voy a echar tanto de menos, mami... --le decia, abrazandola con mucha fuerza en la puerta de la terminal, en la que sus vidas se bifurcarian por un largo tiempo, nunca antes soportado. --Y yo a ti, hija... y yo a ti... --decia su madre tremendamente afligida, sin apenas poder contener las lagrimas de puro amor que le brotaban de manera natural, ante la separacion de parte de su alma--. Prometeme que vas a llevar cuidado y que me llamaras todos los dias por favor --exigia esa madre apesadumbrada. --Te lo juro --dijo con una amplia sonrisa y los ojos cristalinos, antes de abrazar a su hermano que tambien se emociono un poco, aunque intentaba contenerse. Habitualmente tenian sus mas y sus menos, pero se querian muchisimo, ella era un referente indudable en su vida. --?Estas llorando, hermanito...? --le pregunto con tono socarron cuando se separaron. --Eso es lo que tu crees... --respondio cortante el chico, montando de nuevo su muro defensivo, con el que protegia su sensibilidad interior de la barbarie adolescente. Finalmente sonrio y le guino un ojo de manera complice. --!Ultima llamada para los pasajeros del vuelo British Airways 1657 con destino Scarlet Island! --aviso una voz aguda y nasal surgida de un altavoz blanco que tenian justo encima. --Bueno... ha llegado el momento --comento Alba, con un compendio de sensaciones encontradas surcando su estomago, en forma de pena mezclada con incertidumbre, y aderezada con una pizca de euforia ante esa aventura en ciernes--. Os quiero, cuidad a papa --apunto finalmente andado de espaldas mediante pequenos e inseguros pasos, hasta que se giro y encaro la puerta de embarque, no sin volverse al poco y mandar un beso con su temblorosa mano derecha, debido a la emocion que la embargaba. El avion se elevaba abriendose paso en el cielo azul, mientras el aeropuerto Adolfo Suarez Madrid-Barajas empequenecia junto con la preciosa vision de Madrid, iluminada con la luz blanca y clara de la manana estival. Llevaba mas de un ano preparando aquel viaje de manera pormenorizada, y trabajando los fines de semana para poder costearse los cerca de dos meses que, en principio, y si todo iba bien, pretendia estar en su destino, a donde ya se dirigia surcando los cielos, a Scarlet Island. Si bien ano y medio antes, cuando decidio que era alli a donde debia ir, ya pensaba que podia ser el escenario perfecto para su estudio, ahora lo daba por hecho completamente. Se proponia demostrar en su tesis que todo lo que ocurre alrededor de las personas, en su entorno cercano, influye de manera directa en la conducta de las mismas y en sus vidas, en definitiva. Lo que ocurre a tu alrededor, te afecta de manera positiva o negativa haciendo cambiar tu vision de la realidad y finalmente tu vision del mundo. Es decir, que, por consiguiente, el mundo real cambia o puede evolucionar hacia una u otra vertiente, en funcion de sucesos que afectan a la psiquis de las personas que lo habitan. Una vez demostrada esta creencia, se podria afirmar que las personas que consiguen por si mismas cosas positivas e inspiradoras para otros, por su complejidad o dificultad, realmente son los individuos que cambian el mundo. Scarlet Island le proporcionaba el escenario ideal para demostrar su teoria, y precisamente por eso viajaba a ese lugar. Se trataba de una porcion de tierra aislada en mitad del Atlantico, antigua colonia britanica de apenas unos treinta y cuatro quilometros en su segmento mas amplio. Se llamaba asi debido a una caracteristica flor roja de cinco hermosos petalos, unica en el mundo, que crecia en varios lugares de la isla, pero, sobre todo, alrededor de un bello lago interior llamado Blood Lake. Unos dicen que el ancestral nombre de ese lago se debe al precioso reflejo rojizo de esas flores en el agua, cuando esta en calma. Otros, en cambio, aseguran que estas mismas aguas se tineron de sangre cuando los ingleses masacraron a los nativos para lograr el dominio de la isla. Cuenta la leyenda que desde entonces el lugar esta maldito. A cinco quilometros se encontraba la pequena ciudad, de apenas seis mil habitantes, denominada Black Port Town, la unica de la isla, al margen de pequenos poblados y alguna que otra vivienda independiente salpicadas por sus hermosos bosques. Su coqueto puerto de profundas aguas oscuras, de ahi su nombre, era el lugar de mayor movimiento de entrada y salida de barcos de la isla. Alli se podian contemplar parte de las antiquisimas construcciones defensivas, con altos muros de piedra coronados por canones, que los ingleses erigieron en ese lugar ventajoso para protegerse de invasores y piratas hace alrededor de cinco siglos. Al oeste de Black Port Town se emplazaba el pequeno aeropuerto con apenas dos pistas, una para aterrizar y la otra para despegar. Al este se encontraba la preciosa Pearl Beach, practicamente a continuacion del puerto y durante cuatro quilometros mas alla de Black Port Town. En su arena blanquecina se decia que de vez en cuando era posible encontrar perlas de ostras. Esos cuatro quilometros de playa paradisiaca, representaban la parte mas turistica de la isla, con un hotel rural conformado por pequenas cabanas hechas de madera autoctona, que estaban casi integradas con la exuberancia del entorno. Las cabanas estaban distribuidas desde el interior del bosque hasta adentrarse en la costa unos cien metros a traves de un malecon de madera, que hacia las veces de caminito de ensueno conduciendo a los turistas hasta donde estas se ubicaban, como suspendidas sobre el agua. En la isla cualquier cosa que ocurria era de sobra conocida por todos, y a todos influenciaba de una u otra forma. La isla de por si, ya tenia una leyenda relativamente extrana y misteriosa, por las inquietantes ruinas que se encontraban en mitad de un tupido bosque, casi absorbidas por la vegetacion, a unos quinientos metros de Blood Lake. Eran los restos de la fortificacion donde moraban los primeros colonos ingleses, que segun la tradicion desaparecieron de pronto sin dejar rastro. Pero en los ultimos tiempos varios sucesos consiguieron magnificar de manera exponencial esta leyenda. Hacia alrededor de tres meses, que habian encontrado muerto en insolitas circunstancias a un famoso biologo, que estudiaba la flora alrededor de esas ruinas abandonadas cercanas al lago. Todos en la isla al parecer dan por hecho que alli pasan cosas extranas, inexplicables… Pero algo incluso mucho peor ocurrio unas cinco semanas antes de su viaje, suceso que dejo sobrecogido a medio mundo, y mucho mas a los habitantes de la pequena isla. La que era la ultima tribu autoctona de Scarlet Island, vivia en un primitivo asentamiento en las inmediaciones de las ruinas junto al precioso lago. Subsistian de la misma manera que hacia miles de anos, pero repentinamente se esfumaron, de un dia para otro, tal y como cuenta la supersticion de los colonos, aumentando la leyenda negra de ese enclave de manera brutal. Todos los islenos miraban con recelo hacia alli ahora mas que nunca. Las noticias dieron la vuelta al mundo, ante tales extranos casos sin explicacion. El biologo era muy conocido y la tribu estaba considerada como un espejo de nuestros antepasados, con un valor incalculable para el estudio evolutivo y cultural. Muchas eran las hipotesis que se habian lanzado, pero ninguna la aclaracion veraz. Alba pensaba que era imposible encontrar un lugar en el que la gente estuviese mas expuesta, influenciada, y seguramente sugestionada por los acontecimientos que les rodeaban, para llevar a cabo su experimentacion con garantias. Pareciera que el destino se hubiese aliado con ella para brindarle ese lugar en ese momento, y no lo pensaba desperdiciar. Demostraria que los hechos acaecidos alterarian y modificarian de alguna manera las vidas de las personas, y estas a su vez verian el mundo de distinta forma. El avion atravesaba los cielos sobre la inmensidad del oceano, buscando el punto exacto en donde se encontraba aquel misterioso pedazo de roca, que simplemente por el hecho de estar alli, solo, aislado, ya resultaba extraordinario. Si trazasemos una linea imaginaria desde La Republica Dominicana hasta el Sahara Occidental, justo en medio encontrariamos Scarlet Island. Su clima tropical durante todo el ano era el sueno de cualquier amante de la playa, la naturaleza y la buena vida. El tiempo se detenia en aquel lugar, el estres era algo desconocido, la tranquilidad, algo innato y la belleza, de tal calibre que todo el que visitaba la isla quedaba irremediablemente enamorado por siempre de ella. Una primera imagen de la isla cautivo a la chica por completo, cuando el piloto, al hacer una maniobra de aproximacion, les regalo un breve recorrido semicircular por buena parte de su extension. Primero atravesaron el Norte lleno de acantilados inaccesibles de bella factura. Tras estos se encontraba Little Rock, como era conocida la pequena formacion montanosa que dominaba Scarlet Island desde las alturas, con un manto absolutamente verde y frondoso que cubria sus laderas como nunca antes habia visto. En realidad era un volcan dormido durante miles de anos, seguramente el que diera origen a la isla. Justo al terminar la montana pudo disfrutar a vista de pajaro de la preciosa imagen de Blood Lake que lo precedia, incluso un pequeno salto de agua brotaba de Little Rock para caer al extremo mas al oeste del lago, formando una preciosa catarata vaporosa e irisada por los rayos del sol. Alba miraba aquel espectaculo de la naturaleza en estado puro, pensando que si algun dia habia intentado imaginar como podia ser el famoso paraiso de Adan y Eva, la imagen que tenia delante debia ser lo mas parecido. A la altura de Black Port Town el avion comenzo a girar dejando ver desde lo alto la distribucion del pueblo, con Pearl Beach al costado extendiendose hacia el este. Encaro la pista de aterrizaje unos pocos quilometros mas alla del pueblo, al oeste. Se aproximaba descendiendo al diminuto aeropuerto rodeado de palmeras en las zonas colindantes, hasta que por fin tomo tierra para tranquilidad de Alba y entre el aplauso espontaneo de los demas viajeros. Estaba realmente emocionada por haber llegado de una vez por todas a su destino. Al bajar del avion comprobo que la temperatura era mas que agradable, similar a la de Madrid. No en vano, la isla se encontraba dentro de la zona intertropical del planeta en donde las temperaturas son muy suaves y apenas varian en todo el ano, siendo de media superiores a los dieciocho grados. Debido a esa temperatura la isla carecia de estaciones termicas, propiamente dichas, pero si tenia estaciones lluviosas, secas e incluso mixtas, precisamente en la que se encontraban ahora. Duraba apenas dos meses, en los que la lluvia tal y como llegaba de forma imprevisible y casi torrencial, se esfumaba. La humedad si que era notoria, algo de lo que ya daba buena cuenta Alba, mientras caminaba con el resto de viajeros por mitad de la pista, con la misma actitud que si de andar por casa se tratase, --dado las humildes instalaciones--, cargada de maletas y con la frente sudorosa. Alba miraba a todos lados empapandose con una sonrisa en su rostro de la belleza del lugar. Casualmente habia compartido el vuelo con una chica, que ubicada a su lado, decia ser biologa y venia a reemplazar al que encontraran muerto meses antes. Si bien su muerte fue un poco escabrosa, transcurrido un tiempo y tras una exhaustiva investigacion, fue determinada como accidental. Por ello la empresa para la que trabajaba envio a un reemplazo, una vez esclarecido el asunto, o eso creian... La nueva amiga de Alba se llamaba Valentina. Era de origen italiano, pero vivio durante varios anos en Espana por la relacion afectiva que mantuvo con un chico. Finalmente encontro un buen trabajo como biologa, carrera que habia cursado, para una importante farmaceutica espanola. Tanto era asi, que, aunque dicho amorio con su novio toco a su fin, ella se quedo a vivir en Espana, en Toledo mas concretamente, en donde se sentia muy integrada. Un chico de unos treinta anos, rubio, con sonrisa de anuncio y la piel dorada por el sol, al mas puro estilo americano, se encontraba en la puerta del aeropuerto con un cartel rotulado a mano en el que se podia leer "Valentina". La empresa farmaceutica habia puesto a disposicion de la chica todos los recursos necesarios para que se encontrara comoda en Scarlet Island, sobre todo teniendo en cuenta lo que le habia ocurrido a su antecesor, de hecho, varios candidatos se negaron a ir por las habladurias sobre las controvertidas circunstancias que envolvieron el deceso de su colega. --Si quieres te puedo acercar a donde vayas --le dijo Valentina a Alba. --De acuerdo, por mi perfecto --contesto sonriendo--, he alquilado una vivienda social proporcionada por el ayuntamiento de Black Port Town, asi el coste me sale practicamente a mitad de los precios habituales --le dijo a la biologa. --?Cual es la direccion? --pregunto Valentina. --Espera... --respondio Alba, sacando de una pequena mochilita que llevaba, un papel doblado y arrugado donde traia todo apuntado. --Esta en la Calle... St George's. Por lo que he visto en internet, creo que se encuentra por el centro del pueblo, muy cerca de la bahia --comento Alba. --No hay problema, se lo diremos a mi ayudante para que te acerque, ademas creo que vamos a residir cerca --dijo alegremente, mientras caminando llegaron a donde estaba el apuesto joven, que las esperaba con el cartel en la mano y saludando. --Hola, senoritas, mi nombre es Peter. ?Cual de ustedes es Valentina? --dijo de forma agradable y simpatica. --Yo soy Valentina, es un placer, Peter --le dijo, dandole un apreton de manos--, y esta es mi amiga Alba, necesito que la llevemos a su apartamento --le explicaba, mientras Peter hacia lo propio con Alba. --No hay ningun problema, solo diganme donde se encuentra y la dejare en la misma puerta. Como sabe, estoy a su entera disposicion --concluyo Peter con una actitud exquisita que complacio a las chicas. --Muy bien, Peter, veo que es usted muy eficiente --lo halago Valentina. --Si me permiten... --les dijo el chico, cogiendo sus maletas para introducirlas en la parte trasera de su pick up negra, y seguidamente abrirles la puerta cortesmente para que montasen. --Muy amable --dijo Alba, que seguia a Valentina al interior del vehiculo. --Bueno... --comento Peter, que una vez habia montado y con el motor arrancado se disponia a llevarlas a sus nuevos domicilios--, es un placer darles la bienvenida a este maravilloso lugar, debo decirles senoritas, que acaban de aterrizar en el paraiso --comentaba simpatico con una sonrisa de oreja a oreja, mientras giraba el volante al maximo para dar la vuelta acelerando al mismo tiempo. --?Es usted originario de aqui? --pregunto Alba. --Asi es, senorita, nacido en la isla, tal y como mis padres, mis abuelos y asi generacion tras generacion, hasta remontarnos a los primeros colonos britanicos que consiguieron establecerse aqui. --Pero hay una leyenda que cuenta que los primeros colonos britanicos desaparecieron como por arte de magia, ?no? --volvio a preguntar Alba, mientras salian del aeropuerto mirando las palmeras que habia alrededor, con una frondosidad casi selvatica bajo estas. --Si, se suele contar que desaparecieron, pero como usted dice es una leyenda. Lo que realmente ocurrio fue que abandonaron la primera fortificacion que construyeron en una zona un poco mas alta de la isla, mas alla del lago en mitad del bosque. Se decia que en aquel lugar pasaban cosas inexplicables, creian que estaba encantado. En verdad, muchos se fueron tras unos anos de tragedias, penurias y sucesos anormales, pero otros tantos lo que hicieron fue trasladarse a la bahia, en donde establecieron su nuevo asentamiento. Asi nacio Black Port Town. Mas tarde crearon una serie de pequenos baluartes defensivos, alrededor de los puntos mas accesibles de la isla desde el mar, donde colocaron canones capaces de repeler casi cualquier ataque maritimo. Incluso hoy en dia existen estas fortificaciones con otros canones mas modernos, eso si. En los anos ochenta y gracias al auge del sector turistico fueron adecentados y puestos en valor como bienes de interes cultural. Son un lugar muy frecuentado por los viajeros. --Es muy interesante --exclamo Valentina. --Si que lo es --concluyo Peter. --?Y que crees tu acerca del supuesto encantamiento de ese lugar del que se fueron? --continuo sutilmente Alba con su indagacion, que ansiaba hacerse una primera impresion de las creencias de las personas autoctonas. --Pienso que la gente cree lo que quiere creer... --dijo intrigantemente, dejando un halo de reflexion en el ambiente.

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