• Invencible de Pascal Ruter

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    La tierna complicidad entre un anciano rebelde y su nieto los embarcara en una aventura entranable en la que juntos se rebelaran contra todo lo que resta diversion a la vida.

  • No hay vuelta atras de Melinda Gates

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    Una llamada a la accion para empoderar a las mujeres y cambiar el mundo.

  • Habana Requiem de Vladimir Hernandez

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    Del ganador del Premio L’H Confidencial, nos llega Habana requiem, un thriller policiaco que nos arrastra por las calles de la Habana Vieja.

  • Besa y Mata de Ellery Queen

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    Todas las pistas que podrian llevar hasta la mujer desaparecida se encuentran cegadas por cadaveres burdamente asesinados. Nada parece tener sentido; sin embargo, es preciso y urgente encontrar las razones del embrollo, aunque se intuya que la investigacion llevara a los mas duros y calamitosos resultados. El amor y la muerte se encuentran, se separan y caminan juntos tras el rastro de una mujer que quiza haya sucumbido a los encantos del uno y a los horrores de la otra.

  • Quiereme sin miedos de Lia Foster

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    Las barreras seran el ingrediente principal cuando estos dos protagonistas, de culturas muy diferentes, se cruzan en la vida del otro.
    Los sentimientos afloran, pero ?sera el amor capaz de vencer cada obstaculo?

  • Navidad. menudo desmadre (Locura 1) de Sarah Rusell

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    ?Que pueden tener en comun siete personas aparentemente diferentes? Un fin de semana en un hotel rural en los Pirineos de Huesca donde disfrutar de la nieve, esquiar, descubrir senderos y pasear por ellos... Pero, a veces, y solo a veces, el destino puede tener otros planes. Empecemos por el principio, y conozcamos a estos siete aventureros. El trio "MAS", tres amigos que decidieron ir a pasar dos agradables dias en aquel rincon de estampa preciosa y nevada, para que dos de ellos limaran asperezas. Marta, una joven descarada de diecinueve anos, bastante borde por lo que dicen quienes mejor la conocen, que, como se suele decir, no tiene ni oficio ni beneficio. En definitiva, que ni estudia, ni trabaja, ni intenciones tiene de ello porque en sus propias palabras "Se vive muy bien en casa de mis padres, que me lo dan todo". Abel, un reconocido influencer de treinta y dos anos, el mejor amigo de Marta y quien mas la soporta porque, en ocasiones, es el unico capaz de callar a esa "localcono" como el la llama. Abel es gay, muy enamoradizo, y busca ese principe de brillante montura. Si, montura, porque el no quiere un hombre que llegue en un precioso corcel blanco, sino en una moto de gran cilindrada, a ser posible negra porque, como el dice: "El negro va con todo". Terminamos este trio tan dispar con Samira, estudiante de enfermeria, veinte anos y prima de Marta. Eso de "se parecen en el blanco de los ojos", desde luego que va con ellas, porque no tiene nada que ver la una con la otra. A pesar de que sus padres son tan pudientes como los de su prima, Samira decidio estudiar, encontrar un trabajo y vivir de ella misma, no de los demas. Entre Marta y Samira no hay feeling, es por este motivo que sus padres decidieron regalarles un fin de semana en ese hotel para que, con la ayuda de Abel, hubiese un acercamiento entre ambas primas. ?Lo conseguira nuestro querido influencer? Seguimos con los huespedes de este particular hotel. Le toca el turno a dos amigos que buscaban desconectar un fin de semana de sus trabajos y pensaron que ningun lugar mejor que aquel donde disfrutar de la nieve. Aitor, un simpatico policia de treinta y cinco anos que, en su circulo de amistades, es quien siempre intenta poner paz en aquellas pequenas disputas que puedan provocarse. Asier, medico por vocacion, cuarenta anos y un hombre de lo mas tranquilo. Procura no meterse demasiado en las discusiones entre sus amigos. Y acabamos con estos siete magnificos huespedes con una pareja que no es tal, al menos de momento, claro esta. Rebeca tiene veintisiete anos, es reponedora en un supermercado y un poco cotilla... Bueno, bastante cotilla. Conocio por Internet a Alan, un escoces de treinta anos que no habla ni papa de espanol, pero con el que congenio a las mil maravillas y decidieron conocerse. Nuestro escoces decidio viajar a Espana para conocerla y pasar juntos un fin de semana como tantas veces imaginaron, riendo, charlando cara a cara y compartiendo esas horas en compania del otro, como tantas y tantas tardes y noches lo hicieron frente a la pantalla del ordenador. Afortunadamente para el, el resto de companeros en su estancia en el hotel hablaban ingles, salvo Marta, que ni siquiera habia intentado aprenderlo. En el hotel se encontraran con Manuel, un hombre bonachon de sonrisa afable que, a sus sesenta anos, lleva toda la vida en ese lugar, pues heredo el negocio de sus propios padres. Le acompanan Pepa, su mujer que deleita a los huespedes con los mejores platos que preparara entre fogones, y su hijo Miguel, un joven de treinta anos que, como hiciera el propio Manuel, seguira los pasos de este, llevando el hotel cuando su padre le pase el testigo. A ese rincon en el que pasar dos dias de ensueno, o eso creen y esperan nuestros huespedes, llegaron aquel viernes de diciembre con ganas de descansar, ademas de desconectar, del ir y venir estresante y agobiante de la ciudad. Entre risas y caidas mientras esquiaban, intentando mantener el equilibrio en el caso de los mas torpes, respirando el aire que les ofrecia la zona de arboles que rodeaba el hotel, tomando cafe y chocolate caliente en el salon junto a la chimenea. Inmortalizando aquel fin de semana con fotos y videos que mirar una y otra vez, solo para recordar el instante en que un pequeno conejo blanco camuflado en la nieve asusto a Samira al salir corriendo, o cuando Abel poso para un video que subir a su red social y un mal traspie hizo que ese momento se convirtiera en el mas visto tras acabar en una caida donde el influencer quedo cubierto por completo de nieve. Y todo ante la atenta mirada de Marta, que no perdia oportunidad para soltar alguna de las suyas. El descanso necesario para un policia un poco estresado y para un medico que, en los ultimos meses, habia tenido demasiadas personas en su mesa de operaciones, salvando vidas y perdiendo alguna otra que se fue demasiado pronto. Dos dias de confesiones entre una pareja que ya se habian contado de todo durante meses, pero que seguian recordando cosas que les habian pasado a lo largo de los anos y compartian con el otro. El domingo tocaba despedirse de aquel rincon, volver a la rutina, al trabajo, a los estudios, regresar al otro lado del mundo donde, a pesar de la distancia, ese agradable escoces seguiria al otro lado de la pantalla de Rebeca. Pero, como el destino a veces tiene otros planes para cada persona, a estas siete les deparaba algo con lo que no contaban. Todos estaban listos para montar en sus coches, los duenos los despedian en la puerta de su hogar, esperando que volvieran a visitarles pronto, hasta que la montana hablo y quiso ser protagonista indiscutible. Una avalancha de nieve empezo a caer ladera abajo, cubriendo por completo la carretera, la unica carretera que los podia sacar de alli y llevarlos de regreso a sus casas, a sus ciudades, a sus vidas y rutinas diarias. Por si la mala suerte que acababan de sufrir fuera poca, la nieve tambien quiso tener su momento estelar, como esa actriz secundaria que en la pelicula hace que la trama de un giro completamente inesperado. Y nevo, por supuesto que nevo. Al calor de la chimenea y con un cafe, mientras veian las noticias de ese fuerte temporal que comenzaba a azotar la zona, Manuel les dijo que las autoridades se habian puesto en contando con el, para saber si tenia localizados a todos sus huespedes, el les indico que si, que seguian todos en el hotel, asi que le informaron que debia hacerse cargo de ellos durante unos dias, que no salieran del hotel, ni siquiera a la zona mas cercana que les rodeaba, ya que debido a las fuertes nevadas y borrascas les seria imposible sacarlos de alli, al menos por el momento. El panico se hizo un poco mas presente, la desesperacion llego a algunos de los huespedes al ser conscientes de que, como decian en las noticias, debido a ese inesperado temporal, no podian enviar helicopteros de rescate a algunos puntos de la zona, como era el caso del suyo. Encerrados, aislados, conviviendo con personas a las que apenas conocian, asi se encontraban desde ese momento. Lo que iban a ser dos dias de relax y tranquilidad se habian convertido en varios dias mas de incertidumbre. Lejos de sus familias y confinados a dos dias de Nochebuena.

  • Esa sencilla palabra de Cath Crowley

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    Rachel y Henry son amigos desde siempre. Juntos han compartido lecturas y confidencias durante horas en la libreria de la familia de el, la maravillosa Howling Books, en cuyas estanterias habitan las mas hermosas historias. Pero Rachel quiere ser algo mas, y no sabe como decirlo… Para colmo, Henry esta enamorado hasta los huesos de alguien que no le conviene.

  • Una noche perfecta de Christian Martins

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  • La catadora de Hitler de V.s. Alexander

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    ?Hitler se suicido o fue asesinado por uno de sus mas cercanos colaboradores? Basandose en la estremecedora historia de Margot Wolk, V. S. Alexander ha escrito un absorbente thriller que pone en duda lo que sabemos sobre la muerte del Fuhrer. Cuando los bombardeos de los Aliados comienzan a caer sobre Berlin, los padres de Magda deciden enviarla con sus tios a las montanas, donde le consiguen un trabajo en el Berghof, el lugar de descanso de Hitler. Tras una serie de rigurosos examenes fisicos y mentales, es asignada a la cocina. ?Su labor? Formara parte del grupo de mujeres dedicadas a catar los alimentos del Fuhrerpara asegurarse de que no esten envenenados. En medio de la belleza de los Alpes bavaros, poco a poco Magda se olvida de los horrores de la guerra y del peligro que arrastra su nuevo trabajo. Sin embargo esta aparente calma se esfumara cuando conozca al capitan de las SS Karl Weber, un conspirador que intenta convencerla de que el Fuhrer debe morir y ella es la pieza mas importante de un complot que pondra a prueba su inteligencia y lealtad. La novela inspirada en la vida de Margot Wolk, catadora del Fuhrer.

  • Conquistando a Alice de Susana Oro

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    Samuel Davila siempre sintio admiracion por la vida disipada de su tio Arturo, un hombre libre, independiente, y al que nunca le faltaba una mujer para compartir el lecho.
    Pero el tio Arturo ha muerto. Y su sobrino se ve acorralado por su idolo, puesto que le ha dejado su hostal en herencia con la condicion de que siente cabeza.
    Samuel Davila, digno sobrino de Arturo, necesita urgente una esposa para quedarse con la herencia de su tio. Lamentablemente, en su larga lista de mujeres, ordenada alfabeticamente, no hay una en la que pueda confiar para ofrecerle un matrimonio con fecha de caducidad.
    La unica confiable y que, por logica, no esta en su larga lista sino tachada de ella, es la honesta, noble y generosa Alice Montiel. Una amiga de la familia de toda la vida. Una romantica empedernida que le produce prurito. La mujer de la que siempre ha huido despavorido.
    ?Que son seis meses de soportarla?
    Pero en ese tiempo, Samuel descubre que Alice Montiel no es lo que siempre habia imaginado. Alice Montiel es una caja de sorpresas.

  • Los cuatro reinos de Paula Ramos

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    Siempre se ha creido en la magia.
    Sin embargo la realidad es muy distinta a lo que creen que saben algunos: hadas, brujas, vampiros. todos son absurdos cuentos de ninos.
    Si conocieran la verdad oculta y protegida tras esas invenciones, huirian sin dilaciones.
    Este libro ha caido en tus manos. Con el se te abriran las puertas a un mundo totalmente desconocido.
    ?Seras lo suficientemente valiente para conocer la verdad?
    ?O seras sensato y lo dejaras atras?
    Si finalmente te atreves, ?Que lado escogeras: el bien o mal?

  • El ultimo minuto de nuestras vidas de Susanna Herrero

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    One, two, three --entona Dylan a traves del microfono. Despues, un par de acordes en el piano que percuten en todo el estadio. Dylan y los musicos van al encuentro del tono de la melodia. Improvisan. Calientan. Crean. Y lo hacen con soltura frente a noventa mil personas, entre grada y pie de pista, y frente a otros noventa millones mas desde sus casas, en uno de los conciertos beneficos mas multitudinarios de los ultimos anos, retransmitido en directo en mas de cincuenta paises. Sobre el escenario, artistas de la talla de Lady Gaga, Beyonce, Taylor Swift, Ed Sheeran, Harry Styles, Madonna... Y el amor de mi vida con sus vaqueros y su camiseta y las Adidas blancas que le regale por su ultimo cumpleanos. --Ta, ra, ra, ra. Lo tengo. One, two, three... Dylan se acerca al borde del escenario. Alla va. Con los anos, he memorizado los gestos de su rostro de tal manera que se en que momento exacto va a comenzar a cantar. I’ve paid my dues. Time after time. I’ve done my sentence. But committed no crime. And bad mistakes. I’ve made a few. I’ve had my share of sand. Kicked in my face. But I’ve come through. La musica, por encima de los cien decibelios, resuena en cada rincon de este recinto al aire libre en las afueras de Paris (el mayor estadio del pais) y tambien en mi pecho, al igual que aquella vez en el concierto en Madrid, cuando lo conoci. Y como si se hubieran colado en mi sistema, hoy tambien retumban en mi caja toracica y en el estomago las guitarras electricas, el bajo, el piano, la bateria y la voz de baritono tan inconfundible del vocalista. Pero nada es igual. El vocalista. Mi vocalista. Creo que jamas me acostumbrare a esto. A estar aqui arriba y no ahi abajo. A su voz, que vibra en cada molecula de nitrogeno y oxigeno del aire, interpretando uno de mis temas favoritos de Queen, We are the champions, con el recuerdo de su susurro en mi oido --<>-- hace menos de cuatro minutos. Al calor de los focos sobre mi cabeza y mi rostro. Al sudor de su cuello y de su frente en mi paladar a pesar de la distancia. A los miles de fans aclamandolo con los brazos en alto. A asumir que es un personaje publico, querido y admirado por millones de personas. Puede que Dylan Carbonell sea Dylan Carbonell. Pero para mi es mi marido. Me siento orgulloso de verlo sobre el escenario, con el microfono en la mano, moviendose arriba y abajo con esa naturalidad y esa confianza absoluta en lo que hace. Pero tambien me siento orgulloso cuando se levanta de la cama a las tantas de la madrugada y se va a su estudio a componer. O cuando agarra un microfono imaginario y se sube encima del sofa a hacer el idiota. Y me vuelven loco esos pantalones ajustados. Para mi, Dylan es como el verano. Siempre me apetece. Me apetece todo el. Tocarlo. Besarlo. Sentirlo. Amarlo. And we mean to go on and on and on and on. --Esa baba, veterinario, que nos inundas el backstage. Miro hacia abajo y aparto la mano de Cata de mi barbilla al tiempo que elevo los ojos al cielo. O al techo, que tiene forma eliptica. --No estoy babeando. --Claro, y yo no estoy embarazada de tu hermano mayor. Me lo he comido y por eso estoy asi de gorda, no porque este de treinta y seis semanas. Imagino a Cata abriendo la bocaza que tiene (en sentido figurado, porque no calla ni cuando duerme) y devorando a mi hermano. Rio de forma involuntaria. Eh, podria pasar. --?Te ries porque en tu imaginacion me estoy comiendo a River Maldito Cabana? --Absolutamente. --Rio mas todavia--. Y... ?River Maldito Cabana? --?No te lo habia dicho? Su hijo no nato me esta destrozando la espalda, el sueno y el buen humor, asi que he recuperado la buena costumbre de llamarlo asi. La observo con los parpados entrecerrados. Cata esta exultante de felicidad debido al embarazo, y hasta ahora no ha sido de las que se quejan, por muchas molestias que pudiera tener. --?Que te pasa? --Nada. No cuela. Lo dejo pasar porque no es el momento de entrar en conversaciones profundas. --Tu tambien babeas, por cierto. --Es que miralo, Hugo. Miralo --me dice con una sonrisa en todo su rostro--. Es nuestro chico, delante de millones de personas. Lo hago. Lo miro. Dios, cuanto lo quiero. Cada pedacito de el. Somos los primeros en abandonar el recinto una vez finalizado el concierto. Hay una celebracion en el backstage con la musica de Never ending story de fondo, pero Dylan ha insistido en salir a cenar los tres juntos por Paris, a nuestro aire. El protocolo se lo pasa por el forro. Cata se ha quejado un poco, o mas bien un mucho, por no poder permanecer mas tiempo entre Gaga y Styles, pero es lo que hay. Dylan lleva mas de diez dias aqui, preparandolo todo y ayudando a la organizacion del evento en lo que ha podido, y ahora solo desea pasar unas horas con su familia. Nos ha echado en falta. Y nosotros a el. Y tanto. Como que nos hemos venido a Paris un dia entre semana, dejando la clinica en manos de mi ayudante y a River con nuestros tres perros y su gato, muy cabreado porque el embarazo de Cata esta casi a termino. Yo no quiero ir de listo, pero aun le faltan cuatro semanas para salir de cuentas, y ademas tengo un palpito: se le va a retrasar. Y malo seria que se pusiera de parto justo los dos unicos dias en todo el embarazo en que ha salido del pueblo. Me rio solo de pensarlo. Es casi imposible. Y yo, de esto, controlo. Justo antes de marcharnos, uno de los artistas invitados al evento le toca el culo a Dylan. Es la tipica palmada de <> o de <> o de yo que cojones se, pero no me hace ni puta gracia. Le meto un par de guantazos con los ojos y la boca me la muerdo como nunca, porque este es el entorno laboral de Dylan y no quiero liarla parda. Pero... me falta el canto de un duro. De camino al restaurante tambien me muerdo la lengua; Dylan ha estado increible y me niego a darle la noche. Estoy un poco cabreado con el. Quiza no deberia, aunque me importa una mierda. ?Se deja tocar el culo a menudo por sus companeros? Dylan es muy liberal y no se toma nada en serio, pero a mi, si alguien me tocara el culo, le diria alto y claro que la proxima vez le pongo la cara del reves. Creo que hay limites que no se deben cruzar, por mucho cachondeo que te traigas. Para mi, el contacto fisico intimo no es ninguna tonteria. Dylan apenas se ha inmutado cuando el tipo en cuestion (me niego a decir su nombre) ha ejecutado, con premeditacion y alevosia --y con demasiada naturalidad--, la gran hazana. Es mas, parecia divertido. Ja. A mi me hace una gracia de la hostia tambien. ?No se me nota? Ja. Ja. En el restaurante nos acomodan en una mesa alejada de la multitud pero cercana a la cristalera: las vistas de la ciudad son impresionantes y la musica de Lewis Capaldi es el complemento perfecto. Ya ha anochecido. Mis mejores recuerdos de esta ciudad son por la noche. En el Arco del Triunfo. Con Dylan. Cruzo una mirada con el y me guina un ojo con descaro. Esta pensando en lo mismo. <>, me susurra. No le respondo. --Voy a pedir un plato de cada, chicos. --Cata saliva mientras lee la carta de arriba abajo--. Tengo tanta hambre ahora mismo que podria comerme la Torre Eiffel cubierta de chocolate y vainilla. --Yo no se si ahi dentro llevas un bebe o un dinosaurio. Mi marido y sus dinosaurios. Yo me lo como a el. Cuando se me pase el mosqueo. --Por la forma de la criatura en las ecografias, a mi tampoco me queda claro --anado yo. Cata me da un codazo y hace un mohin. --Muy gracioso. Para vuestra informacion, va a ser un bebe precioso. --Pues claro, no hay Cabana feo. Sin presion, ?eh? --Eso no lo ponemos en duda, Cata, pero ?un bebe humano precioso o un bebe dinosaurio precioso? Dylan y yo reimos juntos y abrimos nuestras respectivas cartas al mismo tiempo. Yo le guino un ojo y el me lanza un beso. Supongo que hay costumbres que son inevitables, por muy picajoso que este yo. Y luego Marcos dice que las tias son complicadas. Yo no encuentro diferencia entre ellas y nosotros, la verdad. O entre ellas y yo. --Dejaos de gracietas y dadme de comer, nenes.

  • El Terror viene de Noche de Pol Rupes

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    ?Son los monstruos de nuestra imaginacion, quizas, proyecciones de lo que es el ser humano capaz de hacer? O, quizas, ?existen seres que tejen, en nuestros suenos, imagenes perturbadoras de una realidad que nuestra mente, inconscientemente, es incapaz de asimilar?
    El Terror viene de Noche se compone de tres narraciones que pondran al lector en la ardua y lobrega tarea de lidiar con esas interrogantes.

  • Tubing de K.a. Mckeagney

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    ?Que pasaria si las miradas matasen?

  • Para siempre, mi amor de Sophie Saint Rose

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    Clarabelle se mordio el labio inferior al ver lo que habia cambiado su pueblo. La calle mayor estaba totalmente restaurada y la carretera habia sido asfaltada con bonitos maceteros de flores en los laterales que con sus intensos colores daban alegria, haciendola mucho mas moderna. Las tiendas habian pintado sus fachadas. Abrio los ojos como platos al ver que la heladeria de toda la vida donde se habia pasado cientos de horas, estaba totalmente reformada aunque sin perder su alma tradicional. El ayuntamiento tenia la bandera de Texas en el asta y la de los Estados Unidos. Fruncio el ceno pues eso solo se hacia cuando el pueblo estaba en fiestas. Gimio al darse cuenta que estaban en abril y las fiestas serian en esas fechas. Queria pasar desapercibida pero seguro que todo el pueblo estaria por alli. Busco un sitio para aparcar el cuatro por cuatro Mercedes que habia alquilado. Sabia que el coche llamaria la atencion entre tanta ranchera pero no las habia en la agencia de alquiler, asi que se decidio por un coche que resistiera los caminos de Granville a setenta kilometros de Houston. Respiro hondo mirando el ayuntamiento- Venga, Clara. Es entrar y salir de este maldito pueblo- dijo entre dientes saliendo del coche. Una mujer que pasaba ante el ayuntamiento la miro distraida mientras atendia al bebe que llevaba en su carrito y abrio lo ojos como platos cuando la vio. Era Lissi Barnet, una de las animadoras del instituto. Clara hizo que no la veia y paso de largo ante ella dejandola con la boca abierta. Sus sandalias Gucci sonaron al subir los escalones de piedra del ayuntamiento y se alegro de haberse puesto el vestido verde de seda pues ya hacia mucho calor. Con su bolsito Fendi en la mano entro resguardandose del sol apartando su melena morena y entrecerro sus maravillosos ojos verdes acostumbrandose al cambio de luz. -Buenos dias ?puedo ayudarla?- le pregunto una mujer detras de un mostrador. Era Louise Milton, la bibliotecaria que se pasaba unas horas en el ayuntamiento por la manana para organizarlo todo. Clara la miro atentamente pues no habia cambiado nada. Seguia llevando su pelo cano en un recogido en la nuca y seguia poniendose esos anticuados vestidos con cuellos de encaje blanco con su collar de perlas. Clara se acerco al mostrador - Vengo a pagar unos impuestos- dijo con una sonrisa. -!Valgame Dios!- la mujer se llevo una mano al pecho- ?Eres Clarabelle? Apreto los labios antes de responderSi, ?se acuerda de mi? -?Como no nos vamos a acordar, nina?- la mujer salio de detras del mostrador- !Desapareciste y luego te vimos en las revistas! -Se acerco y la abrazo a la fuerza. Clara estaba confusa pues esa mujer no la habia abrazado en su vida. Ni cuando murio su padre. -Bueno- dijo incomoda separandose de la mujer- Ha pasado mucho tiempo. Usted es la senora Milton ?verdad? -!Diez anos!- exclamo la mujer levantando las manos con exasperacion- ?Como no has venido antes? -Pues…- miro a su alrededor buscando una excusa pero decidio decir la verdad - Aqui no me quedaba nada. La mujer apreto los labios asintiendoPero algo debe quedarte si estas aqui. -Si- dijo con una sonrisa que no le llegaba a los ojos- Los terrenos y la casa de mi padre. Por eso estoy aqui. -?No sabias que tenias que pagar los impuestos municipales?- pregunto la mujer con pena- No te preocupes, lo arreglaremos. -Eso espero porque tengo un trabajo en Houston y... -Voy a llamar al alcalde para que lo solucione el mismo.- dijo yendo detras del mostrador. -No hace falta. Yo extiendo un cheque con el total…

  • El ultimo catalan de Javier Barraycoa

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    El ultimo catalan es una novela satirica, ironica y entranable que, aunque dice verdades como punos, suscitara en el lector una sucesion de carcajadas.

  • Como robar el corazon de un marques de Eleanor Rigby

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  • A un minuto de medianoche (Forelsket 1) de Ros Marval

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    Emily Evans siempre tuvo una meta en la vida: ser publicista y vivir en Manhattan. Su tenacidad la llevo a conseguirlo; sin embargo, pronto aprendio que el destino puede llegar a tejer otros planes a tus espaldas.
    Tras la repentina muerte de sus padres, se vio obligada a abandonar su vida sonada para volver a Taylors Falls, su pueblo de origen, y a hacerse cargo de sus dos hermanos adolescentes. Ahora sus dias transcurren entre dos trabajos, facturas y labores del hogar. Apenas tiene tiempo para ella misma y ya ni siquiera suena por las noches.

  • Provocame (La chica del servicio 1.5) de Patricia Geller

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    Decepciones, dolor y abandonos... Cada fracaso de Matt Campbell era un duro golpe para el. Sus vivencias lo marcaron de por vida y por ese motivo hoy era el hombre en el que, con cada desengano y fracaso, se habia convertido. Diecisiete anos atras... Como cada dia, Matt se levanto, responsable, para arreglarse e ir al colegio. Le extrano no ver a su mama preparandole el desayuno. <> No le faltaba de nada... En realidad si, lo mas importante: el carino y el afecto de aquella mujer. No tenia padre, Antonio Salgado los habia abandonado sin llegar a conocer al pequeno. Algo que habia hecho mucho dano a Elisabeth, la madre de Matt, y que, sin tener culpa alguna, el habia pagado por ser un hijo no deseado... un bastardo. Al entrar en la pequena cocina todo estaba desierto. Un escalofrio le recorrio la espalda, pero quiso convencerse de que no sucedia nada malo… No iria al colegio, no, la esperaria, aunque aquello nunca antes hubiese ocurrido. El se creia mayor, con doce anos decia que era el hombre de la casa, y se valia por si mismo, al no tener en quien apoyarse. Por obligacion, maduro antes de lo que le correspondia. Tras horas esperandola, acurrucado en el sofa, Matt entendio que su madre se habia marchado, que lo habia abandonado. Al ser consciente de la soledad que lo acechaba y lleno de una rabia que nunca antes habia sentido, tiro y golpeo todo lo que tenia a su alrededor. --!Vuelve! --grito, partiendo una silla en dos--. !No me dejes! Pero dejo de luchar cuando unos brazos lo rodearon desde atras. --Tranquilo, chico. Eran los de servicios sociales, que se lo llevaban con ellos al no tener Matt a nadie que se hiciera cargo de el. Con la mente nublada por la impotencia, se solto y se defendio como pudo, buscando el modo de no ser arrastrado a un lugar desconocido para el. Ahi empezo a ser agresivo y nunca mas lo supo cambiar. Fue su forma de dar salida a su rabia, su dolor. Los segundos... ... minutos... ... horas... ... y dias en el centro de acogida fueron horribles, alli experimentaba unos cambios de humor que solo conseguian trastornarlo cada vez mas. Pero los vivia en silencio, por temor a que pensaran que algo no iba bien en su cabeza. --Matt --lo llamo una de las trabajadoras, a la que el no miro. Seguia desolado--. Pronto tendremos noticias para ti, tranquilo. No dijo nada, encerrado en la habitacion, con su companero Denis. Poco tiempo despues, volvio a pertenecer a una familia: los Campbell, un grupo solido y unido. William y Karen, sus padres adoptivos, y Roxanne y Eric, sus hermanos, lo miraban con ternura, ilusionados con la llegada del nuevo miembro. --Ya estas a salvo --le susurro su hermana Roxanne, la pequena, acercandose a el--. Y ya te queremos, ?verdad, mama? --Claro que si, cielo. Eric, el mayor de los tres, le enseno un coche de juguete. --?Vienes? --No --contesto Matt--. Dejame. --Venga, chicos --intervino William, el padre, acariciando el cabello oscuro del recien llegado--. No lo agobieis. Mas tarde jugara con nosotros. Pero Matt estaba roto y sabia lo dificil que seria para el volver a querer a una persona como habia venerado a su madre biologica. El temor de que lo abandonaran lo acompanaba siempre. Se volvio inseguro, lleno de miedos, herido, incluso acabo siendo otra persona. Le dio igual la familia Campbell, hasta que empezo a quererlos. No soportaba no sentirse amado, se sentia frustrado cada vez que veia que Karen y William salian sin el. Necesitaba ser una sombra pegada a ellos. --Carino, volvere dentro de unas horas --le dijo Karen, carinosa, destapando un yogur de fresa para el--. He de ir a una comida, pero te prometo que volvere pronto. --?Y si no vuelves? --exclamo Matt. William miro a su mujer preocupado--. !No me abandoneis! Karen se lamento en silencio. --Chis --lo consolo William, abrazandolo contra su pecho--. Tranquilo, yo me quedare en casa. Vamos a jugar con tus hermanos. Cinco anos despues... Matt Campbell acababa de cortar definitivamente con su primera y unica relacion amorosa. Desgraciadamente para el, ella no significaba nada. Se habian conocido el ano anterior, durante sus vacaciones en Espana, pero Amanda queria mas de lo que Matt podia darle. Sin embargo, tras recibir un mensaje alarmante de ella, acudio una vez mas a la playa donde quedaban muy a menudo... y se le cayo el mundo encima al ver lo que vio. --?!Que haces!? --chillo descompuesto, corriendo por la arena. --Matt... La voz de Amanda sono amarga, acompanada de lagrimas desesperadas. Estaba de rodillas, tenia cortes en las munecas y le suplicaba con la mirada que la ayudara. Tambien se sentia sola... y habia intentado suicidarse. --No me dejes, Matt --sollozo. --!Basta, Amanda! --Se arrodillo a su lado y se desgarro la camisa para vendarle las heridas y llevarla al hospital--. Por favor, !basta...! No me atormentes asi. --Es por ti... --El aparto la cuchilla--. Te quiero, Matt… por favor. Esa chica le recordaba lo duro que era amar a alguien, lo destructivo que era el amor. El la apoyaria y cuidaria, pero no podria soportar estar siempre pendiente de ella, como Amanda necesitaba. Matt Campbell era consciente de como empeoraba su situacion. Con los anos, se habia habituado a su nueva familia, pero en su interior sufria cambios espantosos. En menos de cinco minutos, tan pronto reia como lloraba o gritaba. De la euforia pasaba a la tristeza mas absoluta... No sabia por que se comportaba asi, pero desde la adolescencia, esas reacciones se estaban volviendo habituales en el. <> Tiempo despues, y tras buscar desesperadamente una salida, decidio acudir a profesionales. Y ahi tuvo la primera y dolorosa confirmacion. --Lo siento --le dijo el especialista--. Le aconsejo que su familia lo sepa, sobre todo su pareja. Para que lo entiendan y ayuden en esta dificil enfermedad. Pero el se nego a hacerlo. Tras salir de la consulta, se encerro aun mas en si mismo. Mantuvo el diagnostico en secreto y ni siquiera a su familia le hablo de su tormento; un serio problema que cargaba el solo. Por otra parte, no lo acepto. No se puso en tratamiento. Doce anos mas tarde... Matt era ya una persona adulta, cerca de cumplir veintinueve anos, y una vez mas la vida le daba un duro golpe. Miro a su novia, o a la que lo habia sido hasta ese momento, y contemplo a su mejor amigo, Sam... Juntos... La repulsion dio paso a la ira. Desesperado, estrello el puno contra la pared como habia hecho tantas otras veces, destrozandoselo. --!Cerdos! --Los traidores se habian quedado mudos--. !Confiaba en vosotros! Un golpe y otro. Su mano sangraba una vez mas, ?cuantas magulladuras llevaba ya...? El dinero que habia conseguido con esfuerzo, al montar su propia empresa, lo movia todo a su alrededor. Nadie lo queria por el, tristemente, si por su riqueza. --Matt --susurro Alicia--, puedo expli... --!Callate! Sam la silencio tirandole del brazo. Conocia a Matt y sabia que no se calmaria hasta desahogar su agresividad contra cualquier objeto o consigo mismo. --!No quiero volver a veros! --escupio, yendose defraudado. No le dolia por Alicia, porque nunca la habia amado. Pero habia sido una buena companera que lo aceptaba con sus multiples cambios de personalidad, sin saber que se escondia tras ellos... Tampoco lo preguntaba. !Maldito dinero! <> Sin embargo, se juro no volver a confiar en nadie y mucho menos en una mujer. Lo habia hecho con su madre biologica y esta lo abandono. Mas tarde, la llegada de Amanda a su vida le recordo lo malo que era el amor al ver como la chica se destruia por tenerlo. Y ahora Alicia y Sam. ?Cuantos mas lo defraudarian? Endurecio su corazon y se juro aborrecer a las mujeres y utilizarlas como hacian ellas con el. Pero el destino a veces es muy traidor... Al llegar a su casa y encerrarse en su despacho, una chica de cabello castano con reflejos rubios y unos ojos grises transparentes y osados cruzo la puerta con desverguenza. Sin pedir permiso y mirandolo sin pudor alguno de pies a cabeza, se planto dentro con una bandeja en la mano. <> Matt Campbell se agito en la silla, trastornado. ?Quien era aquella descarada que lo habia alterado nada mas verla? --Stone, Gisele Stone --se presento orgullosa--. La nueva chica de servicio. <> Antes muerto. Aunque aquella faldita lo estuviera tentando y su cabeza le gritara la palabra <>, jamas querria a Gisele Stone para otra cosa que no fuera sexo, y asi se lo haria saber.

  • El lenguaje de los bosques de Hasier Larretxea

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    Este libro quiere ser el sendero que escojas cuando te adentres en un bosque. Este libro quiere que crezca un arbol en tu palma de la mano desplegada. Este libro quiere mostrar el aliento y la respiracion de los pasos pendiente arriba. El sonido del rastro sobre el manto de hojas del otono. Este libro quisiera ser guia, brujula y esencia de todo aquello que rodea al arbol. Este libro es tierra, raiz, corteza, rama, hoja y fruto. Es nudo y temblor. La esencia espolvoreada de una vida curtida entre la espesura de la naturaleza. A este libro le gustaria sortear la niebla que lo cubre todo para amanecer en un rincon del paisaje en el que los pajaros le cantan al nuevo clarear del dia. Este libro es la semilla de una vida que florece en los reencuentros y en la busqueda de la hoja de ruta de la infancia que curte miradas y esencias. Este libro quisiera representar la ramificacion que se eleva hacia el cielo claro, donde se reencuentran las generaciones, el mundo rural y la vida en la ciudad. Este libro quiere ser indagacion y reflexion, ruta y cobijo.

  • El Dragon de Su Majestad ( Temerario 1), Naomi Novik de Naomi Novik

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  • Sin compasion (Venganza 3) de Malenka Ramos

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    Anos atras Quimera habia sido un orfanato en el que los ninos vivian verdaderos tormentos. Con el paso del tiempo, ya convertidos en hombres, esos ninos crearon sus propios imperios, y se juraron que los suyos jamas sufririan los dolorosos experimentos a los que ellos fueron sometidos.

  • La proteccion que necesitabas (Edentown 2) de Annabeth Berkley

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    Lacey Brown se desperto satisfecha. Se desperezo en la cama sin decidirse a salir de ella. No tenia ninguna prisa ni aliciente para levantarse, pero tampoco tenia nada que leer y le costaba estar sin hacer nada. La luz del dia entraba por la ventana y le permitia apreciar el limpio y funcional dormitorio. Realmente no necesitaba mas. Sonrio al sentirse tan afortunada. El pequeno piso que habia alquilado sobre la inmobiliaria cumplia con creces sus minimas necesidades. Era pequeno, economico y amueblado, y estaba situado en una de las calles principales del pueblo, por lo que siempre habia alguien paseando por alli. Ademas, los arboles de las aceras estaban salpicados de pequenas luces que aumentaban su encanto y la luminosidad de la calle por las noches, que era algo que agradecia. Decidio que exploraria el pueblo donde habia decidido afincarse. Edentown. Parecia un lugar agradable. No seria facil que Mathew la encontrara alli. Se habia ido con lo justo, sin apenas equipaje, en mitad de la noche. Habia pasado cinco dias viajando en diferentes trenes y autobuses, dando vueltas, sin rumbo, con la intencion de que si alguien quisiera seguirle la pista no pudiera hacerlo. Ella misma se habia sentido perdida varias veces hasta que habia llegado a ese pueblecito donde habia decidido quedarse. Estaba dispuesta a empezar de nuevo. Era una superviviente. Siempre lo habia sido... aunque a veces habia perdido las fuerzas o las ganas de seguir adelante, ahora las habia recuperado con mas energia que nunca. Se levanto decidida, apago la luz con la que se habia acostumbrado a dormir, y se ducho rapida, dispuesta a disfrutar de un nuevo dia. Salio a caminar con los leggins negros, una camiseta blanca y la sudadera deportiva. Apenas llevaba tres dias en Edentown y no habia podido reponer su vestuario. Mathew se llevaria las manos a la cabeza si la viera vestir asi. A ella tambien le habia encantado, al principio de su matrimonio, la obligacion de vestir << bien>>, con ropas de calidad y de marca, con tacones, vestidos y joyas, pero habia acabado sintiendose una esclava de ello. En esos tres dias, habia encontrado trabajo en una de las peluquerias del pueblo y habia podido mostrar su talento en la boda de los duenos del bonito hotel con vistas al lago. Afortunadamente, habia podido apoyarse en la formacion en Peluqueria y estetica, que realizo mientras aun vivia con su padre y de lo que nunca habia ejercido. Con su precaria condicion economica no habia podia aspirar a nada mas, pero realmente era algo que le habia gustado. Durante sus anos de matrimonio, ademas de practicar con ella tanto en peluqueria como en maquillaje, habia prestado especial atencion a los rostros de las mujeres con las que se codeaban y para ella era muy sencillo armonizar de manera natural los rasgos morfologicos de cada persona con lo que mas le podia favorecer. Se sentia satisfecha y orgullosa de ella misma, por primera vez en mucho tiempo. No podia pedir mas. Despues de pasear por los alrededores de aquel lago de aguas cristalinas, empezo a caminar hacia el bosque. Le gustaba la calma y la serenidad que se respiraba en el ambiente. Todo parecia muy idilico, sacado de una novela o de una de esas peliculas romanticas que tanto le gustaban. El sol a esa primera hora de la manana calentaba lo justo para no pasar calor. Nunca habia apreciado tanto el olor de los arboles, el color de las hojas, el canto de los pajaros, la tranquilidad… Sintio que habia llegado a casa... Oyo un aullido sofocado. Se extrano, pero siguio paseando distraida. Volvio a escucharlo y la curiosidad fue mayor. Siguio la direccion del sonido y llego hasta el rio. Era un paraje realmente bello con la naturaleza en su maximo esplendor. En mitad del rio descubrio a un perro agarrandose a un tronco atascado entre dos grandes piedras y que, afortunadamente le evitaban seguir sin control la corriente del agua. Se sobresalto como no esperaba. Bajo hasta la orilla y empezo a idear la manera de llegar hasta alli. Las lagrimas empezaron a resbalar por sus mejillas del miedo que sentia. Sabia de la desesperacion que podia sentir ese animal, solo, asustado, sabiendo que no podia salir de alli. Miro a su alrededor, no podia ayudarla nadie. Se quito la sudadera y las deportivas mientras le decia palabras carinosas al indefenso animal. Como no sabia nadar, rezo para que el rio no fuera muy profundo. No tenia claro que iba a hacer. Esperaba que el animal se acercara a ella. Se metio en el agua llamandolo, distrayendo su atencion de la corriente contra la que luchaba. Se estaba clavando las piedras en los pies. El agua estaba fria haciendola estremecerse, mientras con sus palabras de carino trataba de calmar al animal... y a ella misma. Llego un momento en el que sintio que no podia avanzar mas sin perder el fondo, pero aun estaba lejos del perro. Sin pensar, empezo a pedir ayuda a gritos mientras a la vez le decia palabras bonitas al perro. Las lagrimas seguian resbalando por sus mejillas. Intento avanzar, pero al perder el fondo metio la cabeza bajo el agua. Oscuros y amargos momentos llegaron a su mente. Sin poder salir, sin poder respirar, braceaba, intentaba revolverse, le faltaba el aire... Saco la cabeza del agua… Mathew no estaba alli, solo estaba el perro, pidiendo ayuda. Dio un paso atras volviendo a tocar fondo mientras su respiracion se regulaba y volvio a gritar pidiendo ayuda. Mike O'Roarke llego corriendo al oir los aullidos desesperados del perro y los gritos aterrados de una mujer. Sus dos perros le acompanaban al mismo ritmo. En un momento evaluo la situacion. Una quinceanera irresponsable que se creia que el rio era la banera de su casa. Serio y enfadado bajo al cauce del rio se quito la camiseta, las deportivas y los vaqueros, dio la orden a los perros de que lo esperaran alli y se lanzo al agua sin pensarlo. --Vuelva a la orilla--le ordeno al pasar a su lado sin mirarla. Lacey asintio y volvio sobre sus pasos con cuidado. Vio a los dos perros, uno marron, otro negro, esperando sentados a que el dueno regresara. Cuando llego a la orilla sintio el frio por todo su cuerpo y se abrazo para entrar en calor mientras se encogia entre los dos animales a observar la escena. Los dos animales se le acercaron dandole el calor que no sentia, y ella inconscientemente paso los brazos por encima de ellos. Mike calmo al animal cuando llego a el, y en cuestion de segundos consiguio que confiara y se dejara llevar hasta donde pudo tocar fondo. Entonces el perro salio corriendo, sacudiendose el agua. Lacey corrio a abrazarlo asustada y emocionada a la vez. Mike salio andando con calma. Se habia sorprendido de ver a la quinceanera abrazando a sus dos perros callejeros y ellos dandoles su apoyo. Parecia asustada, aunque se habia repuesto al ver salir al perro. --La proxima vez que quiera jugar con su perro en el agua, metalo en la banera --le dijo molesto ante su irresponsabilidad mientras se quitaba el exceso de agua de su cuerpo con las manos. Ella se puso tensa al instante y le miro agresiva para enfrentarlo. --No es mi perro. La frase perdio fuerza al mirar los frios ojos azules de aquel hombre. Era muy alto, mas del metro noventa, de hombros anchos y cadera estrecha. Sin poder evitarlo recorrio con la mirada el musculoso cuerpo, bronceado y mojado que exhibia, para volver a mirar el atractivo rostro de cabello oscuro. Parecia que no le importaba estar vestido solo con unos boxers negros. Se sonrojo, aunque claro, con ese cuerpazo no era de extranar, penso. El se sorprendio ante su escrutinio. No era tan nina como habia supuesto. Tan pronto le habia parecido un animalillo dispuesto a atacar como que de repente parecia haber sido consciente de que el era un hombre, y ella una mujer. Una mujer menuda, de rostro bonito y suave, completamente mojada, como el, y tiritando de frio. --?Como que no es suyo? --le pregunto serio mientras los otros dos perros rodeaban a su nuevo amigo dandole la bienvenida. Mike se fijo en los moratones que llevaba en los brazos mientras era mas que consciente que ella le seguia mirando con detenimiento. --No lo es --le dijo ella obligandose a desviar la mirada y alejandose de el yendo a por su sudadera--. Me lo encontre ahi --senalo al rio mientras el perro la seguia. --?Me quiere decir que el perro aparecio de la nada y usted que no sabe nadar se metio a sacarlo?--le dijo mas calmado mientras cogia su ropa del suelo y la sacudia. --No se si de la nada, solo se que estaba alli... Se termino de poner las deportivas. --Si se pone la sudadera se le mojara --le dijo el-- Espere un momento a hacerlo, o quitese la camiseta por lo menos. Ella se sonrojo por la sugerencia. No pensaba quedarse en sujetador delante de un desconocido, pero realmente se le mojaria la sudadera. Asintio en un primer momento, pero al instante se percato de que estaba otra vez obedeciendo ordenes, como siempre habia hecho, y decidio no hacerlo. Se levanto con la sudadera entre las manos. --Gracias... adios. El perro la siguio y ella se detuvo a los dos pasos para mirarlo sin entender. --?Esta segura de que el perro no es suyo? --le pregunto serio abrochandose los pantalones--. El parece no tenerlo claro. --Yo... --el perro se sento a su lado esperando que ella siguiera el paso. Miro al desconocido insegura -- ?Que hago? --Usted sabra --le dijo el-- pero mantengase alejada del rio si no sabe nadar y si va a llevarlo suelto ensenele antes a obedecer sus normas. Ella asintio confundida --?Que normas? El bufo molesto, terminando de atarse las deportivas. --Si no sabe cuidar de un perro no deberia tenerlo --se dirigio hacia ellos --Vamos, chico -- le dijo golpeandose el muslo para que le siguiera--, te vienes a casa. El perro dudo un poco y le siguio mientras Mike emprendia el regreso por donde habia venido. Lacey se quedo mirando como se alejaban. ?Tener un perro? Nunca se lo habia planteado. Volvio sobre sus pasos, hacia su apartamento, tiritando. ?Por que no habia tenido nunca un perro? ?O un gato? Llego helada de frio y se preparo un te rojo mientras se metia en la ducha. Una ducha muy caliente de la que no queria salir. Se envolvio en la toalla. Tenia que comprarse un albornoz, penso. Recorrio con la mirada el diminuto piso en el que recien vivia. Fue consciente de que estaba sola. Sola. Como siempre y como nunca a la vez. Le invadio una sensacion horrible mezcla de dolor y melancolia, pero no queria sentirse asi. Ahora era libre.

  • La chica del Pogromo de Manuel R. Lavado

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    Mauri es un chico muy independiente que cuyo sueno es construir su propia casa, para esto adquiere una parcela rustica en una urbanizacion aun por legalizar que en un principio parece de lo mas anodina. Sin embargo, poco a poco se entera de las multiples leyendas de asesinatos crueles y apariciones dificiles de explicar desde el punto de vista racional que se relacionan con la urbanizacion donde vive solo con su perro. Los vecinos son huranos y alguno tambien tiene ramalazos de demencia. Una manana se dirige al trabajo y encuentra a una hermosa chica que no parece ser de alli andando por un camino, y se ofrece a llevarla hasta la parada de autobus mas cercana. No sabra las consecuencias tan demoledoras que acarreara conocer a dicha joven enigmatica.
    Manuel R. Lavado con esta novela describe al antiheroe posmoderno con sus contradicciones, su carencia de valores y relaciones efimeras y deleznables.

  • Oro y ceniza (Amanecer Rojo) de Pierce Brown

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    Darrow nacio esclavo. Pero se convirtio en un arma. Acabo con siglos de gobierno dorado y se convirtio en el heroe de una republica nueva y poderosa. Ahora debera arriesgar todo por lo que ha luchado en una ultima mision desesperada. Pero nuevos destinos se entrelazaran con el suyo.
    Una joven roja huye de la tragedia de un campo de refugiados y logra una nueva vida que ni siquiera habria sido capaz de imaginar. Un exsoldado se ve obligado a robar lo mas preciado del universo. o a pagarlo con su vida. Y Lisandro au Lune, el heredero en el exilio de la soberana, merodea por las estrellas, obsesionado por la perdida del mundo que Darrow ha transformado y sonando con el que brotara de sus cenizas.

  • Mi Soberano de Elena Romero

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    Mi Soberano, una historia marcada por el dolor de un pais en crisis, pero aun mas por el dolor de amar cuando ya no es posible elegir, con una trama llena pasion, tristeza, sexo, osadia, y drama. Relata la historia de amor entre un diputado (Hanzel) y una joven estudiante universitaria (Normandia) a los cuales la vida les ensena que para el amor no hay reglas ni impedimentos y el cual puede prevalecer en tiempos violentos, mas alla de cualquier sacrificio.

  • Contando estrellas (Bdb) – Christina Birs de Christina Birs

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    Mencia de Cusanza, una joven erudita del siglo XV, regresa a Compostela tras haber pasado los ultimos anos en Roma. Consciente de que alguien la persigue, se refugia en la iglesia de Santa Maria Ligure, al sur de Genova, a sabiendas de que alli estaran a salvo tanto ella como el contenido del pequeno cofre que porta consigo.
    En la actualidad, la figura de Mencia es objeto de estudio por parte de un equipo de investigadores encabezado por la arqueologa Sira Lopez, quienes, con el proposito de aportar luz sobre ciertos detalles un tanto oscuros de la historia, acometen una excavacion en el entorno de las ruinas de Santa Maria Ligure. Inmersa en el trabajo que la acercara al objetivo profesional que tanto ansia, un expolio llevado a cabo en extranas circunstancias hara que la vida planificada al milimetro de Sira se desestabilice. Pero no tanto como lo supondra la llegada del lugarteniente Enzo Fossati, con quien, muy a su pesar, se vera obligada a trabajar con el fin de esclarecer el caso.

  • La Trinidad de Rafaela Asuncion

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    Una historia de amores y de batallas de dos mujeres que aman al mismo hombre. Tres historias que se juntan no para formar un trio entre sabanas sino para mostrar tres formas de amar. Una trinidad del amor que todo lo puede y que quien lo lucha lo merece.

  • Llamada Nocturna de Lara Arbi

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    Saltillo, Coahuila. Febrero de 2020 3: 10 am El tono particular del celular de Sara, la hizo despertar de su profundo y reparador sueno. Casi lamentaba no haberlo apagado. Pero siempre existia la posibilidad de una llamada emergente de parte de alguien de su familia o de alguna amistad que requiriera de ayuda. Por eso, lo dejaba encendido. Siempre. Ella saco la mano de debajo de su gruesa y abrigadora frazada y sintio el frio apoderandose de su brazo. No era invierno, era que acostumbraba dormir con la refrigeracion al maximo, durante los meses calurosos. Definitivamente aquella era una llamada inesperada y eso de despertar de pronto, hacia que su pulso estuviera erratico y desatinado, asi que el celular termino resbalandosele de su mano. --!Auch...! --exclamo molesta, su voz se escucho ronca. Por suerte la alfombra frente al buro amortiguo el golpe y el celular sobrevivio al accidente, pero moverse para tomarlo casi le cuesta irse de cabeza al suelo. "!?A quien se le ocurre llamar a esta hora?!" rezongo en pensamientos. "!Ah! Si es otra vez el Joel, que necesita raite porque anda bien borracho, !lo va a lamentar!" Juro Sara, sin ver quien llamaba. --Diga --respondio Sara con voz aguardentosa y los ojos cerrados, pero nadie le respondio. Habian cortado. Tenia tanto sueno que no se preocupo en ver quien habia llamado, suponia que si era un conocido, le volveria a marcar, y si no lo era, le enojaria mucho enterarse de que se habia esforzado para descubrir que era un numero no identificado. Se lanzo sobre su almohada sin soltar el telefono, se arropo y cerro los ojos dejandose llevar por el sopor. En pocos segundos estuvo de nuevo sumergida en la agradable inconsciencia del sueno. Las imagenes empezaron a brotar en su mente, recreando realidades no existentes. Un encuentro con amigas en una reunion de cumpleanos. Habia muchas risas, buen ambiente, y repentinamente; todo desaparecio, de nuevo gracias a los tonos de su celular. Moverse hizo percibirlo en su mano y se agradecio a si misma por no haberlo soltado. En ese momento no recordo el detalle de que una llamada inesperada la habia despertado minutos antes, asi que respondio sin revisar quien marcaba. --Diga --balbuceo, completamente adormilada, y escucho una voz de alguien que no reconocio. --!Hola, hola! ?Como estas, amiga? Que placer escucharte. --?Que si como estoy? --respondio con cierta ironia--. !Pues estoy dormida! !Son las tres de la manana! ?Por que no esperaste a que amaneciera para llamar? --Oye; perdona la hora. Es que acabo de llegar. No te hubiera molestado de no ser porque necesitaba asegurarme de que te vere --dijo el tipo. Su voz era agradable, pero percibia un dejo de preocupacion en ella--. Si no hay inconveniente, voy alla en taxi, pero necesito que me digas tu direccion para que el taxista llegue sin problema, y la hora a la que pudieras recibirme, por favor. --?Quien habla? --pregunto sin abrir los ojos. --!Ja! ?Como que, quien? !Pues yo!, crei que me habias reconocido. Oye, luego hablamos de esos detalles, ahorita urge que me digas tu direccion. Tengo que arreglar mi estancia. Me estan esperando. Ella checo el numero entrante y se dio cuenta de que si era un numero que tenia en su agenda, y estaba a nombre de un amigo que hacia muchisimo tiempo no contactaba. --?Eres Alejandro Medina? --?Y quien mas te iba a estar hablando a estas horas, sino un viejo conocido? El suyo era un numero que se empolvaba en la agenda de Sara. Hacia tanto que ese amigo no le llamaba, que muchas veces estuvo tentada en eliminarlo de su agenda para que no le ocupara espacio. Alejandro Medina habia sido un buen companero de la preparatoria. El, se habia ido a estudiar la carrera profesional a la ciudad de Mexico, y desde entonces le habia perdido la huella. Habian pasado ya varios anos, considerando que ambos habian terminado ya su carrera profesional, y tenian al menos dos anos trabajando en lo suyo. Ella se sento en su cama, acomodando la almohada como respaldo y continuo la conversacion. --Ah. Perdona. No te reconoci la voz. Es que ya traes el tonito de "chilango". ?Ya tienes en que anotar? --le pregunto ella, pensando en aclarar condiciones. --Si, claro. Dime. Y fastidiada por estar despierta cuando debia estar durmiendo, termino diciendole su direccion con santo y sena, asi como los horarios en los que la podria encontrar, pues ella trabajaba. --Quisiera saludarte, pero si tienes que ir a trabajar, pues... lo mejor sera que nos veamos en algun restaurante, a la hora de la comida, o tu di a que hora y donde, ?no? --Bueno. Apunta: manana a la 1:30 en el restaurante "Delicias". Esta por la calle Venustiano Carranza, una cuadra despues del cruce con la Avenida Universitaria. Yendo de norte a sur. Esta muy visible. No te vas a perder. !Ey! Pero, hace tanto que no nos vemos que no te voy a reconocer. Y tampoco creo que tu lo hagas. He cambiado. ?Como te ubico? --Bueno. Veamos; llevare camisa azul lisa, y una cachucha beisbolera de color blanco. Llevo cabello un poco largo. Pero poquito. Tu, ?que llevaras puesto? --Mi uniforme de la empresa. Es color verde tierno, con blusa rosada. Lleva saquito del mismo color. Trabajo en con un licenciado. Muy estricto, por cierto. Apunta esto; yo traigo el cabello hasta el hombro, color cobrizo. Ya no soy rubia, ?recuerdas? --!Oh! Claro, como lo iba a olvidar. Bueno, te dejo dormir un poco mas y nos vemos en las "Delicias" a la hora de la comida. Hasta luego, linda. !Oye! ?No se molestara tu marido o tu novio, si sabe que saliste a comer conmigo? --Por supuesto que no. Primero porque, que yo recuerde, no estas tan lindo --bromeo ella--, y segundo, porque no me he casado todavia, ni tengo novio formal. !Nadie se enojara contigo! --Perfecto --lo dijo con tono de complacencia regularmente disimulado--. Entonces nos vemos en las "Delicias". --Hasta luego --dijo ella y en cuanto termino la comunicacion se recosto de nuevo, sin soltar su celular. Entonces recordo un detalle. "Hasta luego... !?linda?! Ay, Alejandro. Si que te has achilangado", penso sonriendo. Su voz y sus maneras eran diferentes a las que recordaba, pero era logico; habian pasado varios anos sin verse y suponia que al terminar sus estudios, el se habia quedado a vivir en la capital. Antes de quedarse dormida le vino a la mente otro detalle: "?Como que me recordaba rubia, si yo me teni el cabello hasta el segundo semestre de la profesional? El ya se habia ido a la capital", le dio vueltas al dilema por unos segundos, pero tenia sueno y termino concluyendo: "Lo dijo por no quedar mal. Despues de todo yo le estaba aclarando que llevaba el cabello tenido de rubio". No lo analizo demasiado. Tenia mucho sueno y necesito poco tiempo para volver a quedar profundamente dormida. *** Desperto al siguiente dia dando un salto, porque la sorprendio la alarma de su despertador. No recordaba el incidente de la llamada. Tenia prisa por alistarse y preparar un buen desayuno. Eso era fundamental para que, ella se sintiera bien durante la jornada de trabajo. Una hora despues, salio de su departamento, entro a su auto y hasta que cerro la puerta, recordo lo de la llamada nocturna. La curiosidad la acoso y se las arreglo para sacar su celular del bolso, mientras maniobraba el volante para enfilar rumbo a su trabajo. "Era el. Alejandro. Ademas me lo aclaro. No estoy segura de que sea el que recuerdo. Hace mucho que no lo veo. Bueno, ya lo vere a la hora de la comida" --despues de unos minutos de ir conduciendo, penso--. "?Que querra? !Ah!, me late que me quiere engatusar con algun negocio. Sucede tanto. Los embaucan a ellos, y ahi los traen, apurados consiguiendo gente que le entre a tal o cual estupido negocio de ventas" --viro a la izquierda--. "Lo que no sabe este cuate, es que no soy de las que se deja controlar. Soy de las que habla claro y directo. Lo saludare por los viejos tiempos, pero en cuanto empiece con sus cosas... !A volar, chiquitito!" Olvido el asunto en cuanto se ocupo de su trabajo, y lo recordo solamente a la hora de la salida, en el momento en que tomo su bolso y lo colgo al hombro. Estaba por ver a ese companero que hacia tiempo se habia ido a la capital. Se preguntaba, como se veia el ahora. A que se dedicaba, y sobre todo, que queria. Tenia muy en cuenta que una de las opciones de los estudiantes universitarios para apoyar el pago de sus estudios, era vender algo; sobre todo seguros. Ella consideraba a los vendedores de seguros como una plaga. Una vez mas se puso a planear los argumentos que usaria para no permitirle que la engatusara con algun plan suyo que trajera. Era verano. Al salir a la calle sintio que el calor le lastimaba la cara. Hubiera deseado irse directamente a casa a acostarse y disfrutar del descanso, viendo un programa de television o durmiendo, en medio de un ambiente refrigerado, y no tener que enfrentar una situacion que podia llegar a ser molesta. Pero no podia dejar de lado el compromiso que se habia creado con el tal Alejandro. Para desvanecer el sentimiento de molestia se concentro en los recuerdos de sus anos de bachillerato. No habian sido tan buenos. Habia pasado momentos amargos, dias pesados por el estudio, por los dichosos examenes que solian ponerles, y todas esas cosas relacionadas con, tener que aprobar para pasar el semestre. Pero Alejandro, si era un buen recuerdo. Estaba consciente de que con el tiempo la gente suele cambiar. Ella misma habia cambiado. Debia considerar que ahora Alejandro trajera, no muy buenas manas. Pero ya iba en camino a cumplir con esa cita y sucediera lo que sucediera, pronto estaria de regreso en casa. Se prometio que regresaria sintiendose tranquila, sin haberse dejado colgar obligaciones que no deseaba. "!Por nada del mundo debo dejarme embaucar con un negocio suyo, o lo que sea. Si se enoja, !pues que se enoje! Si. Es que, tratar de mantener a la gente contenta, muchas veces implica meterse uno en un berenjenal. ?Pero, y por que? No soy Hermanita de la caridad. Pero sobre todo, quiero vivir tranquila. Por Dios que si". Suspiro cuando penso esto y el semaforo se puso en rojo. Trato de no exasperarse. Recordaba que todo pasa, y pronto ese asunto estaria concluido. Normalmente no era tan hurana para relacionarse, pero la manera en que se dieron las cosas; esa llamada a las tres de la madrugada, el colgarle un compromiso que le conflictuaba un poco la existencia en un dia en el que deseaba estar tranquila, todo eso le hacia sentir cierto rechazo hacia ese encuentro. El semaforo cambio a verde y ella avanzo a la velocidad a la que iban el resto de los autos, unas cuadras mas adelante dio vuelta a la derecha. Ya estaba sobre la calle Carranza. Avanzo un poco mas y encontro la Avenida Universitaria. Sabia que a la derecha encontraria el acceso al restaurante. Afortunadamente habia lugares disponibles para estacionar su auto dejandolo bien protegido y sombreado con amplios tejados. Vio la hora en su celular y sonrio; estaba a tiempo. No encontraria a un Alejandro fingiendo que no estaba malhumorado por su tardanza. Se arreglo un poco el cabello y su maquillaje, y metio una pastilla de menta a la boca para refrescar su aliento, entonces salio del auto. Era un lugar de sobra conocido por ella. Habia estado muchas veces ahi, sola o acompanada, asi que sabia a donde dirigirse con confianza. Una vez adentro, se dedico a localizar a alguien con las caracteristicas que le describio su amigo; camisa azul corte formal, cachucha beisbolera de color blanco, cabello un poco largo. No estaba a la vista. Se sintio desconcertada por eso. Vio la hora y se dio cuenta de que habian pasado solamente diez minutos de la hora de la cita. Supuso que por haber estado fuera de su tierra tanto tiempo, podia haberse desubicado. En ese momento se acerco a ella uno de los jovenes meseros. --?En que puedo servirle, senorita? Ella se alegro de recibir ayuda. --Ah, si. Busco a un hombre que viste camisa azul y trae cachucha blanca. Tendra unos, treinta anos. ?Ha visto a alguien asi? El joven penso en ello por unos segundos y respondio: --La verdad no. No he visto a nadie vistiendo asi. Tal vez decidio quitarse la cachucha, pero aun asi no recuerdo haber visto a alguien de camisa azul, solo. Esperando a alguien --Sara se sintio incomoda por la situacion--. Pero dejeme dar una vuelta por el restaurante a ver si lo localizo. ?Cual es el nombre del senor? --Alejandro Medina. Gracias por su ayuda. Mire; me sentare por mientras, en esa mesa -- dijo, senalando una mesa situada en un rincon. --Bien, ahora vuelvo --dijo el joven amablemente. Sara se sento en la mesa desocupada y se sintio bien. Fue cuando comprendio que podia haber un monton de razones por las que Alejandro no estuviera ahi a tiempo. Si el joven mesero no lo localizaba, lo esperaria. Y hasta se previno pensando en que si no llegaba, ella no le daria otra cita. "!Que se vaya al cuerno, si no viene!" Entonces rio para si misma pensando en que se estaba defendiendo de algo que todavia no sucedia. Unos minutos despues vio que el mesero estaba de regreso. Pronto sabria si Alejandro, estaba o no estaba en ese lugar. "Pues, si esta aqui, que poco caballero. El deberia venir a mi encuentro", penso, una vez mas a la defensiva. Pero no habia llegado. --Mire, ya di la vuelta por el local y por los reservados y... no, el senor no ha llegado. ?Va a esperarlo? Tal vez no tarde. --Si, lo esperare. ?Donde puedo sentarme? --Ahi, donde esta. Si se siente comoda. --Si, estoy comoda --la razon era que no estaba muy a la vista, por eso de que no llegara Alejandro--. Estoy en buen punto para detectarlo en el momento en que entre por esa puerta -- aclaro ella. --Bien, ?desea tomar algo, mientras espera? Ella penso en una bebida suave para bajar la tension que le causaba ese trance. --Una cerveza, por favor. Cuando le sirvieron su bebida, Sara empezo a sentirse mas relajada y dispuesta a esperar a su amigo. La limitante era que solamente tenia una hora para comer y despues debia regresar a su trabajo. "Es el colmo. Le llamare a ver que pasa". --"?Alejandro?… !Oye!, ?que pasa que no llegas? !Se me esta haciendo tarde! --le dijo Sara, y no reprimio su molestia. --!Hijole! Sarita, lo siento. Es que me perdi. Pense que iba a ser facil y no. Lo siento. !Dame un minuto mas!, ?ok? --Pero un minuto nada mas. !Tengo que volver al trabajo! Sin embargo, los minutos pasaron sin que Alejandro apareciera y cuando se dio cuenta de que solo restaban veinte minutos de descanso, decidio comer algo para regresar al trabajo. Llamo al mesero y le pidio algo de carne y verduras y un refresco, aclarandole que solo podia quedarse ya menos de veinte minutos. "Como me esta haciendo pesado el dia, este amiguito. Primero, me llama a una hora inadecuada, me cita porque el quiere y por lo visto va a aparecer cuando el lo decida. !Pues, no! No se haran las cosas como el quiera, ?es que, piensa que porque viene de la capital va a obligarlo a uno a hacer lo que el quiera? !Para nada! Ya no soy tan docil como lo era en la prepa". Faltando diez minutos para su hora de entrar al trabajo, ella pago la cuenta y sintiendose indignada, salio hacia su auto. Apenas tendria tiempo de llegar a las oficinas donde trabajaba. No le perdonaria que le descontaran parte de su sueldo gracias a su irresponsabilidad. Al abrir la puerta del restaurante, sintio de inmediato el golpe del aire calido del exterior que se percibia mas al haber estado en un ambiente refrigerado. Con paso apresurado se dirigio a su auto, y justo cuando abrio la puerta escucho una voz a sus espaldas. --!Oh!, !Sara! --dijo. Cuando ella volteo a ver quien le hablaba, se encontro con un tipo que realmente no conocia, pero llevaba una cachucha blanca y camisa azul. Era Alejandro Medina. Ella se quedo estatica, pensando en que, no era asi como recordaba que era Alejandro. En todo caso, los anos lo habian transfigurado. "Pero me ha demostrado que es Alejandro. Incluso su numero de celular es el que tengo en la agenda". --?E-estas suficientemente molesta como para no darme un abrazo de bienvenida? --dijo el recien llegado, con expresion apesadumbrada. Ella no se atrevio a mostrarse violentamente enojada. Su sentido de cortesia supero a su enojo y con toda calma respondio: --Es muy tarde, Alejandro. Tengo que irme a mi trabajo. Creo que dejaremos nuestra cita para otro dia, ?de acuerdo? El se agito, mostrandose apenado y entonces le dijo: --Tienes razon. Lo siento mucho. Te he estado causando muchos trastornos desde que llegue. !No tengo derecho a perturbar tu vida! Sin embargo no quisiera irme sin que platicaramos. Mira, tengo una idea para lograrlo sin causarte mas dolores de cabeza. --?Cual es esa idea? --respondio ella, con gesto cansado. --Me ire contigo para ver donde esta tu lugar de trabajo, pero no, no te preocupes, no entrare. Me quedare en algun lugar cercano a esperar tu hora de salida. Asi, no habra mas contratiempos, por lo que sea. Tu no tienes por que batallar con mi desubicacion. !Es que ya ni me acuerdo, de las calles de mi ciudad, caray! Ella vio la hora. Le quedaban cinco minutos para llegar a su trabajo, y eso la hizo responder: --Pues, vamos. Y, estoy de acuerdo en que me esperes en algun lugar cercano. Lo siento, no te puedo pasar a las oficinas. Tengo un jefe muy intransigente. --No, no. Claro que no haria eso. Se hara como tu dices. !Vamos! Y con toda presteza, el fue a la puerta del copiloto obligando con eso a Sara a entrar para abrirle la puerta y apurar las cosas. Pero ella aceptaba el trance porque la hora le preocupaba. Ella actuaba con rapidez. Estaba seria, la verdad era que estaba molesta. Sin embargo lo haria por los buenos tiempos y solamente por esta ocasion. !Nunca mas! Encendio el auto y se apuro a salir rumbo a su trabajo. Alejandro iba en silencio, Su rostro no mostraba preocupacion, cosa que estaba causando mayor indignacion en Sara. Ademas se sentia un poco intrigada. El Alejandro que recordaba no era asi. Claro que habian pasado ya algunos anos por ellos y el tiempo cambia la fisonomia, muchas veces hasta el punto de volverlos irreconocibles. Pero... "Que distinto es. No hay nada en el, que me recuerde al Alejandro de la preparatoria". El Alejandro que observaba era un hombre de mediana edad, alto, de complexion recia. No podia decirse que era del todo, bien parecido. Varonil, si. Pero habia una actitud en el que le provocaba ansiedad, y hasta algo de temor. Habia algo en todo lo que estaba sucediendo desde que le llamara por la noche, que le estaba provocando un sentimiento extrano. Tenia la sensacion de que poco a poco estaba quedando mas atrapada en una situacion anomala, a la que no se decidia a ponerle fin, por no ser descortes con un viejo amigo. "!Vamos, vamos! !Somos viejos conocidos! Fuimos companeros de la preparatoria, no tengo por que sentirme atemorizada", argumento para quitarse de encima esa extrana sensacion que la embargaba. "Aun cuando el haya cambiado y se haya vuelto un tipo amanado por los anos que ha vivido en la capital. Claro, debe de haber pasado muy malos momentos, pero no creo que sea tan tonto de arriesgarse a venir a su tierra a cometer una tontera. Menos contra mi, que fuimos amigos"

  • El cuerpo tiene sus razones de Therese Bertherat

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    Habitualmente confiamos la responsabilidad de nuestra vida y de nuestro cuerpo a los demas, pero a veces esta confianza no nos proporciona mas salud y libertad, sino que mas bien nos hace reprimir nuestros instintos. ?Como tomar las riendas de la situacion para recuperar la salud, la vitalidad y la autonomia a que tenemos derecho? Desde luego, tratar de fortalecernos mediante la gimnasia no es la respuesta adecuada, ya que la esta considera el cuerpo como un animal al que hay que domesticar.

  • Al suelo (Enredos con la ley 4) de Ruth M. Lerga

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    Natalia Miralles miraba con rencor hacia la puerta cerrada de su despacho. Desde esa manana habia fuera un policia nacional justo al otro lado, en pie, quieto. Al parecer, estaba <>. O lo que era lo mismo para ella, vigilandola, fiscalizando cada uno de sus movimientos. A ver, que tampoco era que necesitase esconder una plantacion de marihuana en su casa ni tenia la intencion de cargarse a alguno de sus exnovios y meterlo en el maletero del coche… Pero, !por favor!, que debia avisar incluso cuando iba a hacer pis, como en el colegio. Era incomodo, era un engorro y, segun el conseller de Politica Territorial, Obras Publicas y Movilidad --su jefe directo--, era tambien estrictamente necesario hasta que la licitacion de la nueva Ciudad Universitaria se realizase y adjudicase. Era eso o que atrapasen a un pirado que, hasta donde ella sabia, se dedicaba a enviarle amenazas de muerte sobre el plan urbanistico que en breve saldria a licitacion. !Ey!, y que al senor amenazador le molestaba todo de lo que tuviera que ver con el proyecto: quien se presentaria, segun lo poco que se habia apostado o que los propios despachos de arquitectura habian filtrado; el lugar en el que se construirian las nuevas universidades, el destino para el terreno de las antiguas; el precio maximo con el que el pirado especulaba !porque es que ni siquiera se habia decidido todavia! Vamos que, para su acosador, Natalia no habia dado pie con bola. Bueno, para su acosador oficial, si tenia que especificar quien la acosaba, porque, ademas del tarado que enviaba cartas a la Conselleria, estaba el segundo peloton de acosadores personales, <>: los tres escoltas que la guardarian manana, tarde y noche; aun tenia que decidir quien era, como en la serie de los ochenta, el listo, quien el guapo y quien el loco. Los fines de semana serian grupos de Seguridad Ciudadana, significara eso lo que significase, e irian rotando. Habia decidido que los de los sabados y domingos serian M.A., esto era, Mas Azules, por el color de sus uniformes. Sus hermanas la habian llamado encantadas con el hecho de que la protegieran y, ademas, que lo estuviera por --literalmente-- hombretones <>. Para ella no era tan dificil de entender su disgusto: no le gustaban las legumbres, no le gustaba ir en bicicleta y no le gustaban los policias. Manias suyas. --?Que tal las vacaciones? --le pregunto la enesima companera que entraba en su despacho aquella manana a saludarla. No eran tan popular. Era obvio, por tanto, que iban a ver al poli buenorro ubicado a la entrada de su despacho, un tal Puig. Si los otros dos, el de la tarde y el de la noche, eran igual de guapos, iba a tener una procesion infinita de mujeres peregrinando hasta ella dia si, dia tambien. --Marineras --respondio--. Estuve una semana fondeada en Formentera, aprovechando que mis padres no iban a usar el velero, y despues me fui de crucero por las islas griegas. No le diria que habia sido un crucero de solteros, tampoco tenia por que pregonarlo y, ademas, se habia sentido en una especie de High School Musical, como si todos los pasajeros se hubieran rehormonado como en el instituto. --Que envidia, yo me fui al pueblo de mi novio, en la meseta… Y estuvo diez minutos contandole menudencias antes de marcharse y dejarla trabajar. Natalia estudio Arquitectura en la Universidad Politecnica. El mejor amigo de la infancia de su padre era Francisco Camps, quien, ademas de apadrinarla en la pila bautismal, acabo, con los anos, convirtiendose en el Muy Honorable Presidente de la Generalitat Valenciana. Asi que, cuando la crisis la dejo sin trabajo, le ofrecio un empleo. Tres anos despues era la maxima responsable de Obras Publicas, solo por debajo del conseller. Lo increible fue que, cuando el Partido Popular perdio las elecciones, el socialista Ximo Puig la confirmase en su puesto, siendo el suyo un cargo de confianza. Era una privilegiada. Volvio la vista a los terrenos que tenian que urbanizar, al enorme mapa colgado en la pared, en plena avenida Blasco Ibanez. El campus universitario de la Universidad de Valencia, el primero de los tres de la ciudad, se proyecto en 1908, aunque dada la inestabilidad politica de las siguientes cuatro decadas no fue terminado hasta finales de los cuarenta. Eran varios los edificios senoriales, como el de la Facultad de Medicina, ademas de la Biblioteca o el Rectorado, los que componian la primera zona academica que tuvo la ciudad. Estaba situada, junto con otros dos campus mucho mas modernos y algo apartados de la gran avenida, en la entrada norte, el unico acceso <> a Valencia que quedaba, en el sentido de que no tenia municipios adheridos, junto al campo de futbol del Valencia, el Mestalla. Los atascos solian ser importantes por la manana, a la hora de entrada de los estudiantes, y a la salida si coincidia con que habia partido entre semana, momento en el que conducir por la zona era una condena, asi que habia llegado el momento de sacar las facultades --el estadio tambien, pero esa era una cuestion municipal-- a la zona de los campus nuevos, y eso requeria de dos proyectos diferentes y una inyeccion de capital importante que implicaria trabajo para mucha gente. La Ciudad de las Artes y las Ciencias costo mil cien millones y este proyecto llevaba el mismo camino. La Ciudad Universitaria se habia convertido en <> de los grandes estudios de arquitectura, tanto nacionales como internacionales, que querian dejar su sello en una ciudad que, con los anos, se habia ido modernizando y engalanando. Ahi era donde entraba Natalia: seria la encargada de redactar los pliegos, de valorar los proyectos y senalar los validos e, incluso, aconsejar cual debia ser el elegido. Y un jodido pirado la habia tomado con ella. Volvio a fijar los ojos en la puerta, con rencor, y despues miro el reloj. En cuanto acabase lo que tenia en la mesa bajaria a comer, sus tripas le advertian de que necesitaban nuevo combustible para seguir rindiendo. *** --?Te preparo un cafe? Todavia tienes diez minutos. Miro el reloj: pasaban cinco minutos de la una y media. --En breve muchos entraremos o saldremos del trabajo y el paseo de la Pechina estara hasta arriba de trafico. Prefiero ir con tiempo. Pero gracias, mama. Juanjo, de profesion subinspector Rios, comenzaba esa tarde en su nuevo puesto en Valencia despues de mas de dos anos trabajando en Castellon. Se habia acostumbrado a vivir solo e ir a su ritmo, comer en casa de su madre se le hacia extrano. Pero, un par de meses antes, Carmen habia tenido una recaida de su enfermedad de corazon y el habia solicitado el traslado de inmediato. Sus padres, ambos, eran mayores y, a pesar de que tenia otros tres hermanos y constituian una familia bien avenida, queria estar cerca y ayudar, asi que habia aceptado el primer puesto que le habian ofrecido, en el servicio de Escolta, a la espera de que surgiese algo que le gustase mas. Era el unico Rios sin pareja, asi que, por el momento, comeria con ellos a diario y se aseguraria de que todo fuera como debia. Es decir, bien. El resto tambien se turnaba para que estuvieran bien atendidos y acompanados el mayor tiempo posible. Su padre estaba muy orgulloso de la labor de hijos de sus chicos; su madre, en cambio, se sentia agobiada con tanta atencion, acostumbrada como habia estado desde siempre a preocuparse por ellos, no a ser cuidada

  • Legado de sangre de Karen Delorbe

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    Libro 2 de la trilogia Dhampyr
    Todo dhampyr sabe que el llamado de la sangre es imposible de ignorar.

  • Besos robados de Noelia Amarillo

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    Ha pasado un lustro desde que Raul Garrido, el director mimado del cine espanol, rodo su ultima pelicula. Cinco anos desde que toco fondo y todas las puertas se le cerraron. Cinco anos desde que su vida fue comentada, diseccionada y juzgada por la prensa amarilla.

  • El jefe perfecto (Los hermanos Smith 1) de Brenda Ford

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    Ella esta completamente fuera de mis limites.
    Habia sido un playboy toda la vida, hasta que aparecio. Con sus curvas y sus profundos ojos verdes, consiguio que dejara atras mi pasado, al convertirse en lo unico que me importaba.
    Pero ella es inocente.
    Es mi secretaria y mucho mas joven, por lo que soy el ultimo hombre con el que no deberia estar. Sin embargo, soy el unico que lo daria todo por ella.
    Es mia.
    Estoy demasiado obsesionado para dejarla ir. Especialmente ahora que esta embarazada. Por lo que hare lo que sea necesario para reclamar a mi familia.

  • Si tan solo fuera sexo de Myriam Ojeda

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    Cuando amas desesperadamente, solo el ocupa tus pensamientos. Vives y respiras por aquel que da vida a tus dias. El misterioso y carismatico Klaus Grass, es el hombre que trastoca todos sus sentidos, transportandola a un mundo que nunca penso llegar a conocer.

  • Girasoles para Lu de Lorena Fuentes

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    El amor puede sanarte y hacerte feliz, sin embargo, muchas veces intentado proteger a quienes amamos, terminamos lastimandolos sin pensarlo.
    Lucia Chapman crecio enamorada de su mejor amigo, habia aprendido que el primer amor podia ser real, sus padres eran el vivo ejemplo.
    Matthew Mraz sentia miedo por amar a la hija de sus padrinos, ella era su familia, no de sangre, pero si por eleccion.
    Hay sentimientos que son inevitables y traeran consecuencias, mientras que un error puede marcar sus vidas para siempre, cambiando el rumbo de sus destinos.
    Lucia volvera a Nueva York creyendo que podra evitar reencontrarse con Matthew.
    Ambos tendran que alzar la bandera blanca de la paz, por el eslabon que los mantuvo unidos durante su adolescencia, su primo Sean. En el camino aprenderan a perdonar, para asi poder alcanzar la felicidad.
    Girasoles para Lu es la historia de los ninos que conociste en la Serie Nos Pertenecemos, demostrando una vez mas, que hay almas que nacen para estar juntas.

  • El Encanto del principe azurro de M. A. Petersen

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    Un dia cualquiera en que la vida por fin comienza a darte un descanso al agobio de anos de problemas familiares, laborales y economicos, dejandote ver la luz al final del tunel, !no te descuides! Ese precisamente puede ser el dia en que aparezca tu mas temible competidor, el que puede definitivamente cerrarte la puerta a la felicidad.
    Al menos eso es lo que creyo Blake Ward de Jack Hauteville, el chef de comida italiana mas reconocido del pais, quien no dudo en armar un alboroto en su pequeno restaurante familiar, alegando el plagio y “destruccion”de sus recetas con la potente voz de un baritono.

  • Un amor en el aire, Alexandra Danell de Alexandra Danell

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  • Todos los dias que tuvimos juntos de Anne Zoer

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    Jude Summers es una mujer fuerte, capaz y vulnerable en algunas ocasiones.Ben Randall es un hombre que no solo oculta un secreto, sino que su propio pais trato de matar en cuanto se presento la ocasion.Luego de un aparatoso incidente Jude queda con la duda acerca de quien le salvo la vida y por cuestion del destino su encuentro se vuelve un poco “vergonzoso”

  • Poseida 3, Lisa Swann de Lisa Swann

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    Una increible sorpresa le espera a Liz: !Sasha la invita a Hong Kong para trabajar en un caso de varios millones de dolares! ?Sabra estar a la altura del desafio que le propone su querido y tierno millonario? Entre su amor inquebrantable por el y las discusiones que no parecen terminar nunca, Liz comienza a vislumbrar las grietas del alma que torturan a su bello amante.

  • Labios de piedra de Nancy Huston

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    En Labios de piedra, Nancy Huston traza la biografia de Saloth Sar, uno de los mayores genocidas del siglo xx bajo el pseudonimo de Pol Pot, y la contrapone a su propia historia de joven rebelde, a traves de Dorrit, su alter ego. Nacida en Canada, su rechazo a una vida programada la lleva a labrarse su propia formacion intelectual y humana. Su busqueda la llevara al mismo Paris efervescente y radical que anos antes habia pisado Saloth Sar. Emigrado a Paris desde Camboya, Saloth Sar transformara su marxismo teorico en hechos y, ya como Pol Pot, sumira a su pais en un horror sin precedentes.

  • Emma Roulotte, es usted de Norberto Luis Romero

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    El muchacho desciende del coche de linea en medio de un paramo. Esta solo, con su maleta, a la orilla del camino de tierra. El ronquido del motor se aleja a sus espaldas y el corazon se le encoge en un puno ante tanta desolacion. A un par de kilometros, unas debiles luces parecen luciernagas aletargadas. Hace frio. Se sube el cuello del abrigo, escruta la noche y decide dirigirse rumbo a las luciernagas que salpican un cielo sin estrellas ni luna. Apenas ve el camino, pero siente la tierra dura y reseca bajo la suela de sus zapatos. ?Que viene a hacer a este pueblecito abandonado de la mano de Dios, sepultado bajo un cielo inhospito?: debe entregar un paquete, y a la manana siguiente seguir su camino rumbo a otra ciudad. Reflexiona acerca de aquel extrano pedido; casi un capricho, que le retrasara el viaje, y decide tomarselo con calma; tampoco tiene demasiada prisa, pues el motivo de su desplazamiento es vago, impreciso, se diria que desconoce la verdadera razon que lo impulsa a este viaje. Pero en su fuero interno, a pesar de tanta niebla, aguarda una aventura que quiebre la rutina de su vida insipida. Sabe que todo viaje tiene algo de iniciatico y lleva implicito un renacimiento interior: partir es morir un poco, y llegar es nacer en un lugar distante al de partida, donde ni hay vinculos ni memoria. Se detiene a las puertas del pueblo, palpa en sus bolsillos y descubre, con fastidio, que perdio las senas del destinatario del paquete. No puede recordarlas: apenas se habia detenido a mirarlas. Su memoria confusa desgrana apellidos posibles. Recuerda que se trataba de un escritor, pero no retuvo las senas. Vacila un instante, ya en mitad de una calle, con la maleta abandonada a su lado. No tiene a donde dirigirse y un sabor amargo de indefension lo sobrecoge, como a un nino perdido de sus padres. Ve las ventanas cerradas, las casas y las calles sumidas en un silencio casi solemne, algun que otro perro vagabundo husmeando en los contenedores de basura, pero a ningun humano. El sentimiento de indefension se acentua, y acude a su memoria una manana lejana, cuando se separo de sus padres en unos grandes almacenes y se vio rodeado por una multitud de desconocidos, que lo observaban con incredulidad y misericordia; evoca a aquella senora gorda y amable, que se le acerco a secarle las lagrimas, y se le humedecen los ojos. Se averguenza de dejar brotar sus sentimientos, y recapacita: ya no tengo cuatro anos. Decide entonces internarse en las calles adyacentes en busca de alguna cafeteria. Son alrededor de las dos de la madrugada y todo esta cerrado. La angustia crece y con ella resurge el nino. Si al menos apareciese la mujer gorda y maternal, le diria que esta buscando a un escritor; aunque no este seguro de haberlo leido en el anverso del sobre extraviado. Va por el pueblo a lo tonto, sin hallar una mano salvadora, su Deus ex machina. Mira el reloj: lleva mas de una hora recorriendo calles penumbrosas, apenas iluminadas por farolas demasiado debiles y espaciadas, y hay rincones tan oscuros como la boca de un lobo salvaje, que lo llenan de zozobra y temor. Vuelve a evocar a la mujer gorda, y en ese instante, justo cuando esta se inclina hacia el con un panuelo inmaculado, dispuesta a enjugarle las lagrimas, oye ruidos, pero no puede ver nada por la noche tan cerrada. Es entonces cuando el autor se apiada y decide que la noche no este oscura como boca de lobo salvaje, y pone en el cielo una luna redonda y blanca. El rostro se le ilumina con un brillo de esperanza y acelera la marcha, decidido. Por fin ve un coche detenido en una esquina. Es un deportivo rojo. Se acerca y golpea suavemente el cristal de la ventanilla. En el interior, un hombre de unos cuarenta anos, delgado, con evidentes huellas de alcoholismo en sus ojos, baja ligeramente el cristal, y con un gesto mudo y agrio le pregunta que quiere. Desconcertado ante la soberbia del conductor y sin soltar su maleta, el muchacho le pregunta si conoce algun hotel o pension. El hombre se queda mirandolo fijamente y le dice que el no es de alli, que tiene mucha prisa, pues anda en busca de una muchacha llamaba Emma, para pedirle perdon, rogarle que le sugiera un titulo para su libro que, por cierto, quiere dedicarselo. Sin despedirse, aprieta el acelerador a fondo y desaparece envuelto en una nube de polvo. ?Seria este, acaso, el escritor que estaba buscando? Desconcertado, el muchacho sigue deambulando, hasta que se topa con unas vias de tren y las sigue con la certeza de que hallara una estacion en la cual, probablemente, quede algun viajero rezagado. No tarda en divisar las luces del anden a lo lejos, pero cuando llega descubre la sala de espera y las oficinas cerradas. En una pizarra lee que el proximo tren pasara a las nueve de la manana. Abatido, desea fervientemente que se le aparezca aquella mujer solicita, con el panuelo impecable, dispuesta a consolarlo; pero la soledad de la estacion es inmensa, apabullante; y la indiferencia del autor, flagrante. Resignado, se acomoda en un banco lejos de las luces, dispuesto a permanecer alli hasta que el sueno lo venza. Dentro de su desgracia tiene suerte: el frio ha disminuido y el aire se ha templado merced a un subito arranque de bondad del autor. Pone la maleta en su regazo, la abre y saca un paquete, un envoltorio de papel marron, sujeto con una fina cuerda de canamo. Lo observa por todos lados buscando las senas del presunto destinatario, pero no hay un solo trazo. Decide abrirlo (no sin remordimiento y pudor), ilusionado con hallar alguna pista. Es una caja de carton blanco, del tamano aproximado al de una de zapatos. Envuelta con sumo cuidado en fino papel de arroz, halla una segunda caja de madera lacada, con una campina inglesa y una casa humilde al fondo, oculta a medias entre frondosos robles, pintada en la tapa. Levanta el cierre de laton diminuto y la abre. Esta vacia, y en las paredes interiores lacadas de bermellon ve unas ligeras raspaduras que le hacen pensar que contuvo algo rigido y muy ajustado, acaso otra caja. Decepcionado, se apresura a cerrarla, y cuando va a envolverla, cae de entre los papeles una tarjeta de cartulina. La recoge y lee: <>. Una nota sin sentido, que no le vale de nada. Reflexiona que su intencion nunca fue mas alla de entregar el paquete, alojarse esa unica noche en casa del destinatario, y a la manana siguiente salir en el primer coche de linea rumbo a su destino final. Pero el muchacho no habia contado con la injusticia y arbitrariedad del autor: el coche de linea retrasado casi cinco horas por un desperfecto mecanico, la perdida del sobre con las senas, la noche impenetrable, esa caja vacia… Vuelve a meter el paquete en la maleta, echa un vistazo a su alrededor confirmando la desolacion y se dispone a dormir, resignado a su destino cruel, con el unico pensamiento de buscar al presunto escritor al dia siguiente, cuando los habitantes del pueblo hayan salido del sueno y la luz invada las calles. Entregara la caja y seguira su camino. A estas alturas del relato, es el autor quien se pierde en los meandros de la narracion, en su malograda estructura, es el quien se siente traicionado por la imaginacion, y no tiene la menor idea de como proseguir con la historia. Aguarda ante el teclado a que una solucion de continuidad llegue de un momento a otro como un milagro, como un Deus ex machina similar a la senora gorda de los grandes almacenes. Se ve tentado a arrojar el principio a la papelera y comenzar otro: imagina un relato interminable, confeccionado unicamente con principios; pero recuerda que ya lo hizo magistralmente Italo Calvino, deja de lado esta idea y recupera su atencion en el muchacho adormecido, abandonado a su albur sobre las rigidas tablas de madera de un banco, con la maleta bajo su cabeza a modo de almohada, y se compadece una vez mas, victima de esa confusion de sentimientos adversos hacia los personajes imaginarios, cuando estos amenazan con descontrolarse, romper el hilo sutil que los maneja y obrar a su propio albedrio. Duda entre incorporar uno nuevo o hacer que llegue el alba y con su luz brillante despeje las sombras. Tiene que escoger entre estas dos opciones, porque no se le ocurre una tercera mejor, y, sin pensarlo, opta por la primera. Ella esta alli, de pie ante al banco, con una mirada tranquila y limpia, pues parece tener conciencia de su oportuna llegada. El muchacho despierta sobresaltado, se incorpora y ensaya cierta compostura. Confundido ante esta subita presencia, se disculpa torpemente. Ella le muestra una sonrisa comprensiva. El se pone de pie, parpadea para quitarse los restos de sueno y en su mente se perfila, como un destello, la mujer de los grandes almacenes. Pero esta es joven y delgada, viste de azul palido, y lleva la cabeza tocada graciosamente con una pamela de paja. Ella toma la iniciativa, y a la par que extiende una mano timida y menuda, le dice: --Buenas noches…Soy Emma. El le sonrie. Ella advierte su desconcierto y se apresura a aclararle: --Me envia el autor. Se tranquiliza, pero reflexiona y le pregunta: --?Un hombre ojeroso, con un deportivo rojo? Dijo que buscaba a una tal Emma. --No sera a mi --contesta ella, decidida. --En ese caso…encantado de conocerla. Soy… --y se calla, vacila, porque desconoce su propio nombre. --Carlos --le dice ella. Y le tiende una mano diminuta. Carlos se sorprende y a la vez se siente reconfortado cuando conoce su propio nombre, tiene por fin una identidad y deja de ser sencillamente <>. Intenta explicarle su situacion, balbucea. --No es necesario --se anticipa ella--, se por que esta aqui, y hare cuanto este en mis manos: es muy triste ser un personaje perdido en la bruma, en las veleidades de un autor ocioso. En este punto de la narracion, el autor hace oidos sordos al comentario de la muchacha, obvia unas cuantas horas muertas entre los protagonistas y da un salto en el tiempo y el espacio: pasa la accion al dia siguiente, cuando ambos estan frente a frente, tomando un cafe en un bar. Son las seis y cinco de la manana, comienzan a pasar por la calle los primeros madrugadores. Carlos mira el paisaje a traves de los cristales del bar, y ve, por encima del hombro de su companera, que el pueblo es mas extrano de lo que le habia parecido en la oscuridad, y su estrafalaria arquitectura le parece mas una gran escenografia que un pueblo real. Ve, tambien, el sol recostado con indolencia sobre el horizonte, con su cabellera de oro desparramada sobre los campos de encarnadas amapolas, que retienen, en su corola suave, tremulas gotas de llanto nocturno. Y aunque no menciona el magnifico espectaculo que se despliega ante sus ojos, la belleza de la descripcion y la metafora del rocio tan magistralmente elaborada, hacen que Emma no se resista a dejar escapar un suspiro profundo, suspiro que se sustrae a la sagacidad de Carlos, todavia absorto en las amapolas humedas. Ella apenas habla, sabe que su presencia es arbitraria, prefiere guardar silencio y beberse a pequenos sorbos el cafe, junto a este muchacho, a estas horas intempestivas, despues de haber pasado la noche charlando con el en aquel banco incomodo, y evita pensar en lo ocurrido durante la elipsis. Tiene conciencia cabal de su casi nula existencia como personaje, de su escasa relevancia, y se ve a si misma como un simple convencionalismo literario: se identifica con uno de esos tipicos grabados alegoricos de la Salvacion, y se imagina cubierta con una suave tunica blanca, con un candil en una mano en alto, y descansando sobre una filacteria que reza: Salvatio. Al fondo del dibujo, unas almas se mueven como fantasmas sin rumbo en la penumbra, como escritores en busca de la pluma e inspiracion perdidas. <>, piensa. Carlos, en cambio, ha recobrado animos, habla mucho y no deja de agradecer a Emma su compania. Esta le sugiere que deje de buscar al destinatario del paquete, pues tiene la corazonada de que no existe, y el autor no penso en ningun momento en hacerlo figurar en el cuento. Carlos se siente desfallecer. Insiste en su obligacion de seguir buscando, pues no cree que el autor sea capaz de jugarle tan mala pasada arrojandolo, sin ton ni son, al vacio de una pagina en blanco. Emma le explica que las reglas del juego literario, de las cuales el autor es inocente debido a su torpeza narrativa, son insondables. --Seria una injusticia --se lamenta el. Y se queda pensativo, con la mirada fija en los brazos desnudos de Emma. Ella le palmea una mano, consolandolo. Esta dispuesta a ayudarlo a salir airoso. Le promete que hara lo posible por ser un buen personaje y que hablara con el autor para convencerlo de que incluya un final feliz. --Se lo agradezco --le dice el, conmovido--. Pero tengo que cumplir con mi obligacion. Abre la maleta, saca el paquete, lo desenvuelve y le ensena la caja de madera lacada. --Es preciosa. Podria entregarmela a mi, y asunto concluido. --Imposible. Busco a un escritor, y, que yo sepa, usted no lo es. --Podria haberle mentido… --No lo creo. Usted es incapaz de mentir, y no estoy en condiciones de abandonar la empresa, aunque no se como salir del paso. --Yo tampoco lo se… Hasta aqui llega mi conocimiento, el resto es pura intuicion. Solo tengo claro que estoy para ayudarlo. Y ambos se abisman en un silencio fulminante. --Quizas hiciera falta un tercer personaje --argumenta Emma. Pero se equivoca: el autor no tiene intenciones de introducirlo, ni sabe como hacerlo. Vuelven a sumirse en un silencio reflexivo. En sus rostros asoma un halo de impotencia. Estan solos y son las seis y media de la manana, en un bar y un pueblo desconocidos. --?Como que desconocido? --Carlos despierta de sus elucubraciones--. ?Acaso usted no es de aqui? --No. --?No dijo que estaba aqui para ayudarme? --Si, pero no se como hacerlo. Y no soy de este pueblo. --?De donde es, entonces? --No lo se; ese, justamente, es mi problema. De aqui, de alla… Voy con mi caravana de un sitio a otro… Probablemente soy de otro cuento. Pero, de momento, podriamos preguntar a alguien si conoce a algun escritor que viva por aqui. Es una manera de comenzar. --Si, pudiese ser… pero ahora me ha hecho dudar de su verdadera existencia --y hay un toque de amargura en su voz--. De todas formas, nada se pierde con intentarlo --resuelve, poniendose de pie y dejando un billete de cinco rublos sobre la mesa. --?Por que ese billete? --No tengo otra moneda. Lo siento --intenta explicarse Carlos, tambien desconcertado. --Ya me lo figuro --rezonga ella--, el autor ha estado leyendo a Gorki estos dias --y suspira ante semejante extravagancia. Una vez en la calle, acuerdan hacerse pasar por marido y mujer para no instigar rumores malintencionados. --Sera necesario un plan --propone Carlos, buscando un modo practico de hacer las cosas. --No hara falta: tal vez el autor ya tenga uno. Continuan sin rumbo, preguntando, mirando aqui y alla, y perciben que el autor siempre pone pueblos iguales, seguramente parecidos al de su infancia. Carlos, a pesar de la agradable compania, no deja de cavilar sobre la contrariedad del destino, aunque tambien ve en el la oportunidad de una aventura, acaso la primera de su viaje. --?Y si llamasemos a aquella casa? --Emma senala una casita que destaca del resto por su jardin lleno de rosas trepadoras que se enroscan en una pergola y estallan en multicolores capullos, como efimeros fuegos de artificio. --Ya estamos con las rosas --dice Carlos

  • Cuatro citas Falsas de amor de Jossy Loes

    https://gigalibros.com/cuatro-citas-falsas-de-amor.html

    Ser una escritora aclamada era una de mis metas mas anheladas y de la que me sentia muy orgullosa, hasta que la vida me llevo a tropezarme con el.: el hombre de mis suenos.
    No, no me habia vuelto loca.
    El era igual a esa fantasia secreta que me habia empujado a escribir Cuatro citas de amor, harta de relaciones que no me llevaban a nada.
    Esta bien, me habia vuelto loca, ?que le voy a hacer?

  • La Cadena del Profeta (Los buscadores 2) de Luis Montero Manglano

    https://gigalibros.com/la-cadena-del-profeta-los-buscadores-2.html

  • Tres semanas seran suficientes de Hugo Sanz

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    La vida de Leo se pone patas arriba cuando Ainhoa, su pareja, le confiesa que esta enamorada de otro hombre. Es entonces cuando toma conciencia de que su relacion sentimental, que parecia muy estable, no ha sido mas que una farsa.

  • Conquistando el mundo de Erika (Las senales existen 3) de Yanira Garcia

    https://gigalibros.com/conquistando-el-mundo-de-erika-las-senales-existen-3.html

    ?Quien es Erika?
    Sencillamente Erika.
    Soy mal hablada, directa, burlona, ironica, sarcastica. Bien, si, soy todo esto y es mi esencia. Pero quiza haya otras cosas que tengais que descubrir para entender un poco mejor lo que me rodea.
    Max es un ligon por excelencia, o quiza no, pero prefiero hacerme ciertas ideas sobre el y mantenerme firme en que es un capullo integral, esa es la mejor forma de evitar esa corriente que siento cuando lo tengo cerca.
    Todo comenzo bailando, como dice la cancion, y bien podria ser cierto, pero la realidad es que empezo mucho antes. Ahora nos hemos centrado en una simple y sencilla mision: buscarnos, pincharnos y correr como alma que lleva el diablo. Tramar la venganza tambien esta contemplado en nuestro modus operandi.
    Dicen que los polos opuestos se atraen, dicen que los chinos venden cosas de mala calidad y poco funcionales, dicen que las amigas son lo mejor que hay en este mundo, que la familia es ?importante?, y que el pasado a veces vuelve a buscarte.
    Dicen que las senales existen y que, efectivamente, estan ahi esperando a ser vistas e interpretadas.
    Yo lo digo, ?que opinas tu?

  • Belleza Enredada, K. L. Middleton de K.l. Middleton

    https://gigalibros.com/belleza-enredada-k-l-middleton.html

  • Seducciones Encubiertas de Isabel Guirado

    https://gigalibros.com/seducciones-encubiertas.html

    Emma es asignada a una mansion de gente de investidura para trabajar como servidumbre pero al principio no se lleva bien con los duenos de tan flamante casa quienes fungen como sus amos.

  • Nuestro Caos, Sira Duque de Sira Duque

    https://gigalibros.com/nuestro-caos-sira-duque.html

  • Los moteros del MidWay (Serie Completa) de Patricia Sutherland

    https://gigalibros.com/los-moteros-del-midway-serie-completa.html

    !Las historias de la serie Moteros que siempre has querido leer!

  • El largo sueno de tu nombre de Amaia Oloriz Rivas

    https://gigalibros.com/el-largo-sueno-de-tu-nombre.html

    “En la cara norte de la celda se abria una unica ventana, desprovista de cristales y protegida por gruesos barrotes. Aquella abertura podia ser su amiga o su peor enemiga, todo dependia de la estacion en la que se encontraran. En aquellos dias de mayo se la sorteaban. Todos esperaban ansiosos su turno para pegar el rostro a los barrotes e inspirar, si el viento se mostraba generoso, el abanico de aromas con el que la primavera revestia el monte Ezkaba.

  • Una vocacion imposible de Juan Jose Millas

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    Una vocacion imposible recoge los cuentos completos del conocido como <>. En este volumen el lector encontrara la inconfundible mirada de Juan Jose Millas: historias paradojicas en las que lo descabellado adquiere un aire cotidiano y en las que la realidad revela su lado mas sorprendente; relatos en los que explora las relaciones familiares y amorosas, el mundo del trabajo y la vida social, la relacion entre el individuo y su cuerpo, entre la intimidad y lo colectivo, con la originalidad, el humor y la precision que caracterizan su escritura.
    Este es un libro indispensable para conocer el universo literario de Juan Jose Millas. En sus paginas, los relatos destilan el desbordante talento del autor a la hora de observar la realidad, siempre desde un angulo inusitado, y su maestria como uno de los escritores que mas ha explorado las posibilidades narrativas del genero.