• La maleta de Ana de Celia Santos

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    En los anos sesenta y setenta del siglo pasado, cientos de miles de mujeres espanolas emigraron a Alemania para trabajar. Eran heroinas anonimas que se enfrentaban a un mundo nuevo y a menudo hostil solo para ayudar a sus familias.

  • Prejuicios rotos de Elia Santos

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    El espejo estaba algo opaco, no se distinguia claramente mi sexy figura, asi que tome un pedazo de periodico mojado y lo limpie bruscamente. Observe claramente mi imagen. --Demasiada mosquita muerta --musite con desenfado, ante la imagen de una mujer con vestido falda campana a la mitad del muslo. Asi que tome un top rojo y un pantalon negro de cuero, observe mi figura con satisfaccion, lucia tan sexy que me hacia sentir segura. --!Falta algo! --exclame, abri el armario y saque un par de tacones negros, automaticamente sobrepase la altura de mi espejo, pero podia observar todo mi cuerpo, ensenaba algo de mi abdomen, y el top no dejaba nada a la especulacion, me di la vuelta, note que mi trasero se notaba tan exuberantemente resaltado, arrastre una silla para sentarme y retocar mi maquillaje, hice la linea alrededor de mis labios los rellene de un rojo vivo, me delinee mas profundamente los ojos, y puse mascara en mis pestanas. Me detuve por unos momentos para apreciarme claramente, vi mi rostro, aunque no era el mas hermoso, con este maquillaje resultaba demasiado atrayente, en el fondo sabia que solo era maquillaje, suspire profundo al recordar las palabras de mi prima Eloisa: <> La realidad era que sonaba con encontrarme un hombre y casarme, y ser feliz para siempre. Pero me encantaba vestirme asi, que todos los hombres me vieran, ser el centro del chisme. Pero al llegar a casa siempre me dolian algunos comentarios de chicas <>. 12 Realmente era fea, y lo sabia, provenia de una familia muy pobre, me crie en una pequena aldea en la cual para ir a una escuela tenia que caminar veinte minutos, mi pelo era rizado y seco, mi tez triguena, y mi facie era demasiado tosca, pero algo no podia negar, era que poseia un cuerpo espectacular. La bocina de un auto me hizo agarrar mi bolso y salir corriendo, era mi buena amiga Margo, teniamos planeado esta salida desde la semana pasada, pero por motivos de estudio la habiamos retrasado. Estudiabamos ambas en la Universidad autonoma el ultimo ano de periodismo, y nos iba muy bien, es decir, eramos excelentes alumnas. Y como Margo es esa persona que no es familia de sangre si no una familia con lazos mucho mas fuertes como el de la amistad, les contare acerca de ella. Margo tiene veintitres anos, tan solo un ano menos que yo, es una chica dulce, alocada, vista muy similar a mi, recientemente tuvo un aborto, los motivos todo el mundo los desconoce, algunos dicen que se metio algo para ocasionar el aborto ya que era de un hombre casado, pero solo yo se el motivo exacto, hace algunos meses en nuestras salidas nocturnas, conocimos a un joven espanol quien nos invito a salir, mi amiga Margo estaba feliz porque este hombre al parecer se interesaba en ella, bromeabamos acerca de que la iria a visitar a Espana, pero resulta que era un simple turista que solo busca divertirse, asi que se fue sin previo aviso, dejando a mi amiga tan enamorada y tan embarazada, paso horas llorando, y yo noches enteras consolandola, me dolia tanto como a ella, y una noche de la nada amanecio en un charco de sangre, y asi fue como paso todo. Nada de hombres casados, nada de andar zorreando por ahi, mucho menos meterse pastillas para botarlo. --Luces genial Margo, siempre me ha encantado tus piernas --le dije al admirar el minishort un tanto ajustado. --Gracias Sara, pero jamas se comparan con tu cuerpo, eres una morena exuberante y sexy. --Lo se, asi que por eso vamos a embriagarnos a <>, me parece que ahi estaran los de la facultad. --Asi es amiga, y ya hice contacto con un amigo del bar que nos dara tequilas gratis. --!Estupendo! --exclame. Fue una noche como las otras tantas, alcohol, hombres, baile, musica, cigarros, me sentia ya mareada, deberia dejar de beber. Pense, al notar que Margo estaba que no se ponia ni de pie, alguien tenia que manejar, me dirigi hacia ella y la arrastre a la salida, me siguieron un monton de obscenidades de los hombres, trate de no escucharlas, meti mi mano en el minishort de Margo para encontrar las llaves del auto, cuando se acerco David, el chico mas guapo y popular de la facultad. --?Que quieres? --le pregunte gritandole al notar que se estaba aproximando demasiado a mi y tenia el aliento con olor a alcohol. --Tranquila, tranquila --me dijo, no suelo acosar putas. --!Quitate! --le grite realmente molesta, abri la puerta y meti a Margo como pude en la parte de atras del auto, y David se metio a la fuerza tambien. --?Que es lo que te pasa? !Baja!... --Solo quiero un favor --me interrumpio gritando. --No hago favores --le grite. El se rio con desden. --No ese tipo de favores, pero si quieres te pagare --dijo lanzandome un billete. Intente bajarlo del auto, pero no lo logre. --?Sabes? --deberias calmarte, estoy demasiado borracho, mis amigos se fueron y no tengo como irme, llevame a mi casa, a tu casa, a un hotel, donde sea, solo quiero largarme de aqui. --!Perfecto! pero quedate con tu billete --dije lanzandoselo. --Perfecto --grito tambaleandose. Conduje a toda velocidad, pensando en todo lo sucedido. --?Donde quieres que te lleve David? Nadie contesto. --?David? Silencio. Mire por el retrovisor y vi a Margo y David totalmente dormidos. --!Diablos! --exclame. Llegue a mi apartamento, trate de despertar a Margo y a David, pero no lo logre. Asi que, de arrastras me lleve a Margo la tire en el unico sofa de mi apartamento, David se quedara ahi, era un hombre alto y no iba a poder con el, asi que solo baje las ventanas del auto. Me dirigi a mi cuarto y me tire en la cama con todo y ropa, estaba realmente exhausta, resultado de los ultimos acontecimientos. * --Margo, ?tu viste a David cuando te despertaste? --le pregunte el lunes al solo verla en la facultad. --?David? ?Estas loca? --Si, David, el sabado lo traje en el auto junto contigo porque estaba algo ebrio, lo deje adentro del coche fuera de mi apartamento. --Creo que en verdad tomaste de mas tu tambien Sara, David jamas nos ha dirigido la palabra, su novia lo mataria, ademas es demasiada engreida para mezclarse con nosotras. --Seguramente se fue antes de que amaneciera. --Ya dejate de bobadas y mejor ven a terminar el ensayo, que manana tenemos que presentarlo. --!Uf! cierto el ensayo, ?por que todo lo dejamos para ultimo momento? --Porque somos haraganas y masoquistas, asumo. --Cierto --le dije riendome. Nos sentamos en la biblioteca a trabajar, en la mesa mas retirada y menos visible, al otro lado de la biblioteca, estaba sentada Eileen, la novia de David, la chica que mas envidiaba en la vida. No porque estuviese con David, para nada, no era del tipo de chica que ponia mis ojos en el hombre de otra, si no que la envidiaba a ella por como era. Tenia la cara mas hermosa y angelical que hubiese visto, era delgada, y caminaba con una delicadeza, que daban ganas de cuidarla para no estropearla, usaba vestidos no muy cortos, holgados, elegantes, toda una dama y cuando hablaba lo hacia de cierto modo, que atraia la atencion de todos, claro ella nunca le hablaria a una chica como yo, al menos eso creia, hasta que un dia se acerco para preguntarme si estaba de acuerdo en posponer el examen de redaccion, su voz me cautivo y no supe que responder, ella me miro extranada, y me dijo: --Algunos quieren posponerlo y otros no, asi que estamos haciendo una votacion. --Me da igual --le dije, dandole el chance de que escogiera por mi a su conveniencia. --Perfecto --me dijo con una suave sonrisa. Despues de ese dia pense que la habia juzgado mal, despues de todo, ella no me hablaba porque no teniamos nada en comun, solo bastaba en vernos. Siempre andaba con cuatro amigas, Ana, Zaida, Vinny y Karen. Zaida si era una perra, me tiraba indirectas, y me quedaba viendo de pie a cabeza, Karen era otra igual o peor, y Ana, ella era dulce, y no se metia en problemas con nadie, Vinny aun no definia si era buena o mala. Era el grupo de cinca chicas que todas ambicionaban. A pesar de que no eran populares ni nada de eso, solo se mantenia al margen. Note como David se acerco a ellas, beso en la frente a Eileen, luego me lanzo una mirada, y supe en sus ojos que me decia; no le digas a nadie lo de la noche del sabado. La verdad solo se lo habia dicho a Margo, y ella no me creia, asi que nadie lo sabria, despues de todo el chico no habia hecho nada malo. Frecuentemente recordaba, como fue que me converti en la persona que soy ahora, para que quede claro me ire unos tres anos atras, a mitad de primer ano de universidad, estaba sentada en una banca fuera del apartamento donde vivia, esperaba que mi novio pasara por mi, el no era nadie importante, ni guapo, era un cajero de banco, pero me hacia feliz, recuerdo que yo vestia unos jeans descoloridos, mi madre me los habia comprado en una tienda de segunda, no eran de mi talla por lo tanto me quedaban flojos, y una camiseta de rayas, unos tenis pasados de moda, mi pelo lo andaba sin alisar atado a un mono, en mi cara no habia ni una gota de maquillaje, para todos en la Universidad, yo era nadie, era totalmente insignificante, pero eso no me importaba, ya que para alguien yo era todo, y ese alguien era mi novio, dire su nombre aunque me resulte doloroso, Roger, el era extremadamente puntual y correcto, asi que se me hacia extrano que pasaban los quince minutos y no llegara, tanto que me habia puesto ansiosa, habia cerrado el apartamento y le esperaba afuera. Paso una hora y no llegaba, tome mi celular y le mande un texto ya que no tenia saldo para llamadas y mi celular no tenia servicio de internet, el no respondio, preocupada me meti a mi apartamento, mande todos los mensajes que pude hasta que se me vencieron, y de nuevo no obtuve respuesta. Encendi la TV para divagar un rato, abri mi computadora, con la esperanza de robar wifi de mis vecinos, y por suerte logre conectarme, abri mi Facebook para distraerme, mi sorpresa fue grande, al ver a Roger en varias fotos con unos amigos en el cine, me fije en la hora de publicacion era de hace cuarenta y cinco minutos, trate de tranquilizarme pensando que las fotos quiza eran de hace dias, y que hasta hoy subian la publicacion. A las dos horas Roger me llamo, peleamos terriblemente, el alegaba que no habia compromiso conmigo hoy, si no, que hasta manana, que yo era la confundida, pero yo estaba cien por ciento segura de que si habia compromiso para hoy, recorde con detalle nuestro motivo de encuentro, yo tenia un examen en dos dias y necesitaba un libro, una amiga me lo prestaria para sacarle copia, asi que Roger se habia ofrecido a llevarme, para que pudiera estudiar, al regreso cenariamos ambos en mi apartamento hasta me habia persuadido en que le hiciera su omelette favorito, y que pasaramos la noche juntos, habia accedido porque lo amaba, aunque me desvelara al dia siguiente estudiando. Pasaron los dias y su comportamiento era rarisimo, alegando que yo solo estudiando queria pasar, que no le dedicaba tiempo, que siempre que nos veiamos era para resolver algun asunto de la universidad, aquello se volvio tan insoportable que decidi terminar, esperando que el recapacitara al ver que me estaba perdiendo, ese dia fue terrible para mi, pero tenia que pasar asi. Una noche revise mi Facebook, y vi fotos de el y sus amigos, pero esta vez habia una chica involucrada en las fotos, ella se mostraba sugerente y el feliz, senti como que mi mundo se venia abajo, el feliz y yo aca sufriendo, esa noche llore amargamente. Al dia siguiente me fui al banco a esperarlo a la salida, perdi dos de mis clases, estaba sentada enfrente de donde trabajaba cuando lo vi salir, con la misma chica de las fotos, venian agarrados de la mano, felices, yo me acerque con el corazon latiendo en mi garganta. --!Hola! Quisiera hablar contigo --alcance a decir. El se puso nervioso, palido. Yo observe a la chica, esta me miraba con desconfianza, ella no sabia nada de mi. --Dame un minuto cielo --le dijo a la chica. Yo me rompi por dentro, cielo era como el solia llamarme. --?Que pasa? --le pregunte al borde del llanto. --Nada, solo que decidi seguir adelante, y la verdad Sara, no quiero nada contigo. --Pero llevamos tres anos juntos Roger, hasta hace una semana me decias que me amabas, ?que pasa? ?Es una broma? --No, por supuesto que no, te lo dije Sara, ya no te soportaba, te estabas convirtiendo en una pesadilla para mi, asi que por favor no me busques, no me llames. Me regrese a mi apartamento sintiendo tan miserable, no recuerdo cuanto llore, pasaban los dias y miraba como subian fotos abrazados mostrandole al mundo su aparente amor, el le comentaba; te amo mi cielo o eres mi vida, sin importarle lo que yo sufria, jamas me amo pensaba constantemente. El era el amor de mi vida, ?como podria olvidarlo? Habian pasado varios anos y aun me dolia. Llegue a temerle a las noches, las noches donde ya no hay nada que hacer, solo llorar, lloraba hasta quedarme dormida, me preguntaba una y otra vez; que fue lo que salio mal, una y mil veces repasaba todo, para llegar a una simple conclusion, jamas me amo. Luego aparecio en mi vida Margo, yo estaba tan vulnerable que me abri completamente a ella, y como toda buena amiga me introdujo a su mundo, como ella me decia, tenia que anestesiarme. Bote toda mi ropa insignificante y fea, usaba la ropa de Margo, y vaya que me iba bien, a todos les resultaba interesante, bailaba hasta el amanecer, llegaba a casa tan cansada que no habia chance para llorar, conoci a unos hombre con no muy buena reputacion, pero me invitaban y pagaban todo, al principio me costo aceptarlos ya que el unico hombre en mi vida era Roger, pero por fin rompi las cadenas de mi prejuicio, no con todos me acoste, si con algunos, con los que me resultaba interesante, era la unica forma de borrar a Roger de mi vida, y a cambio me daban sus tarjetas para ir de compra, cosa que note que disfrutaba tanto, ahora era la chica con ropa a la moda, pero de una manera no muy halagadora, fue asi como cree mi fama de <>. Y Roger lo supo, un dia me llamo para decirme que superara lo nuestro que en verdad me apreciaba, pero que daba asco lo que hacia,

  • Mas rapida que la vida de Celia Santos

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    Hay vidas que contienen toda la emocion de una gran novela.