• La que ama las pequenas cosas de Esther Llull

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    De camino a la oficina Kendra mira los rostros de la gente con la que se cruza. Algunos van deprisa, quiza porque no han oido el despertador y siguen tan dormidos como lo esta ella, otros meditabundos pensando en mil cosas mientras sus pies, simplemente por inercia, les dirigen al autobus o al metro. Tambien hay los que corren arrastrando tras de si al nino o la nina que no quiere ir al cole y para no llegar ellos mismos tarde al trabajo... El momento se aproxima: se esta acercando peligrosamente al edificio en el que se encuentra su despacho, que es una sala acogedora que comparte con otra chica, donde ella es escritora de la revista digital "Quizzer.com". Llega temprano y sube por el ascensor y al abrirse la puerta del segundo piso aparece Sarah, su companera, con una bandeja suculenta. --Kendra, prueba esta y dime la verdad. --!No es justo! Sabes que mi gusto goloso no puede decir que no a una de tus galletas hojaldradas y menos a esta hora. --Necesito saber si son lo suficientemente buenas para hacerlas para los padres de Jason la vispera de Navidad. --Cualquier cosa para ayudar a una amiga a impresionar a sus futuros suegros. --No te gusta. --No, no, no, Sarah. Es buena, tal vez menos jengibre o menos pipermin. --Creo que hice feliz a mis papilas gustativas anoche. Ya que me comi una docena. No se lo digas a tu novio dentista. --No es mi novio aunque es periodoncista y fue solo una cita. --No hubo chispas. --Oh, no, sin chispas, sin mariposas, sin que saltaran los latidos del corazon, y nunca nos veremos cara a cara como mi unico amor verdadero. Azucar, quiero --dice mirando otra galleta. Y luego mira a Sarah, ambas se han detenido ante la sala de reuniones: --?Estas lista para esta reunion? --pregunta Sarah--. Estoy segura de que recibiras elogios por tu lista de los treinta mas grandes fallos en regalos. --?Viste cuanta gente ya lo leyo? No es suficiente para que Linda confie en mi. --Ella vendra a caer en la evidencia eventualmente --dice Sarah con voz condescendiente. Kendra se habia convertido en una criatura hermosa con la experiencia y los anos como escritora desde que termino su carrera de periodismo, pero era poco alejada del ideal de belleza comun. Era una persona profunda e introspectiva. Era rubia castana y dotada de una claridad que recordaba a la luz del sol; sus grandes ojos marrones muy melancolicos irradiaban todo tipo de promesas y la sonrisa que siempre prestaba en los labios invitaba a admirarla. Sin embargo tenia algo gris y oscuro en su mirada que simulaba atraer no toda la luz sino que parecia hecha de absoluta oscuridad. A veces, se tenia de una gran seriedad y, sobre todo, era asi en su trabajo y en su forma perceptiva de perseguir la noticia y lo remarcable de ella. Tenia ciertamente una verdadera intuicion luminosa pero tambien era perceptiva hacia las cosas oscuras y poderosas. Y de ahi era de donde solia sacar toda su luz inagotable y todo su potencial como investigadora. De cualquier pequena cosa ella podia percibir un manantial de riqueza. Ahora Kendra contesta a su amiga poniendo un gesto serio: --Ella me ascendio porque dijo que le gustaba mi vision de las cosas, pero cuanto mas tiempo pasa, mas la pagina se aleja de ese sitio. --Periodismo actual. ?Por que no renuncias y te conviertes en "freelance"? --La paga es buena y se que puedo esperar. Estaria menos gordita que antes. --Si te fueras, me extranarias demasiado. --Bueno si. Eso es principalmente. En la sala de reuniones con la responsable de la agencia de prensa y editora, Linda, se han reunido todos, junto con Sarah y Kendra y los demas periodistas de la revista. --Primero que nada, solo quiero decir, Kendra, que es un gran articulo la lista de regalos fallidos hasta ahora. Es la lista con mas clics de la temporada. Peter, todavia esta obteniendo una gran atraccion tu articulo del mes pasado: La heredera de la promocion urbanistica, Sandra Evans, como una ruptura sentimental desordenada ha llevado a un prospero chisme empresarial que invita a lo mejor de ambos mundos. Me encantaria tener un seguimiento de su ex. Mira por que el se alejo de tenerlo todo y decidio romper con su mundo. --Aparentemente el esta fuera del mapa. --Sigue buscando hasta este mes. Nuestro equipo de marketing informa que el viernes antes de Navidad es el dia de mayor trafico online de la temporada. Asi que para entonces debemos tener todo nuestro contenido navideno. Ese es el 22. Ahora, gente, dejenme escuchar algunas ideas navidenas en las que puedas hacer clic. -- Recetas de mantecados hojaldrados navidenos para impresionar a tus suegros --sugiere Sarah. -- Personalmente me encanta. --El rapero y celebridad influyente Zigzag intenta establecer el record mundial de la mayor campana nacional de juguetes --dice Kendra. -- Pero, ?como harias una lista de eso? --Oh, seria mas un articulo de interes humano, una introspeccion sobre las relaciones comunitarias de Zigzag y el trabajo requerido para organizar la recoleccion de juguetes a gran escala. --Se que estas ansiosa por expandir lo que publicamos aqui en Quizzer, pero no creo que nuestra audiencia quiera leer sobre los entresijos de la organizacion de una colecta de juguetes. Ahora, si Zigzag lo esta haciendo para impresionar a su ex, Kendra, eso funcionaria bien. --?Que tal, um, que tipo de elfo serias en el Polo Norte? --Perfecto, haz eso. Y no te preocupes cuando llegue la historia correcta, sera una oportunidad… Esta bien, que todos lo hagan. Es la hora del almuerzo y Kendra y Sarah salen para una pausa del trabajo. Como de costumbre Kendra se dirige hacia una nueva tienda de antiguedades donde quiere buscar algo que se le ha perdido. Se trata del anillo de compromiso de su madre. --Otra hora de almuerzo, otro mercado de antiguedades. --?Estas segura de que el anillo de tu madre no esta entre las cosas de tu padre? --pregunta Sarah. --Creo que puede haberse extraviado con el material de la opcion de venta estatal de la herencia. --?Oh, si? La encargada de la tienda las atiende: --?Puedo atenderles en algo, senoritas? --Queria echarle un vistazo a los relojes de pulsera --aclara Sarah primero--. Y ella buscara en los anillos. --Oh, los anillos estan justo aqui al frente, y los relojes estan algo mas alla --senala con la mano. --Muy bien. --?Le gustaria ver uno? --De hecho, si. !Um! ?Has visto algun anillo que se parezca a este? --Ella le ensena una foto en la pantalla de su Smart-phone--. Era el anillo de compromiso de mi madre. Ella murio cuando yo tenia 17 anos y se lo dio a mi padre para que se lo guardara, pero despues de su muerte el ano pasado se perdio. -- Tengo uno con un corte similar. --Tambien es la misma marca. El de mi madre no tenia la inscripcion "Para siempre mi amor de Navidad 1948". Me pregunto a quien pertenecio este. --Me parecio lo mismo que a ti. Siempre me pregunto sobre la historia que habra detras -- comenta la duena de la tienda. --?Que es esto? --Esa es la insignia del joyero. Muchas joyas hechas a mano de esa epoca lo tienen. Es como la firma de un artista. --Entonces esto es rastreable. El joyero puede seguir vivo. Ahora Sarah llega despues de haber visto los relojes. --Estoy entre estos dos. ?Cual elegirias tu, Kendra? --!Oh, si, eh! !Ese! Sin lugar a duda. Kendra tambien le devuelve el anillo a la vendedora y le dice que se lo prepare. --Creo que voy a quedarme con el. Kendra no lo piensa. Sabe que le puede costar el sueldo de un mes, pero puede haber una historia que rastrear de el, una historia similar a la suya, y en todo caso si no es asi, puede volver a revenderlo. Pero su instinto de periodista es mas fuerte que ella misma. A ella no le interesan los chismes publicitarios, las historias de escandalos y separaciones, sino que siempre se ha inspirado mas por las historias de amor verdadero y por las historias que son satisfactorias y unen a las personas. Ha tratado de convencer a su editora pero ella piensa de otra manera. Ella busca los clics en las noticias para tener anuncios publicitarios. Y eso es todo. Pero cuanto mas se podria hacer si realmente se mostrara que las cosas no son asi, que son mejor de lo que realmente se muestra.

  • Regreso al salon de la serpiente de Robert Lenz

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    Una amenaza profetizada por siglos. Un sistema de templos y cavernas de las que nadie ha vuelto con vida. Inocentes desaparecidos y rumores de un culto siniestro surgiendo en las catacumbas.

  • La tercera Frida de Enrique Escalona

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    Esa manana, la ciudad amanecio oculta por un manto de niebla que flotaba en silencio. El oficial aleman Karl Gurlitt salio del Hotel Le Royal seguido por dos soldados. Se internaron en la Plaza de Bellecour, caminando entre la bruma, sin poder ver los edificios de ventanas altas, balcones de hierro forjado, chimeneas de ladrillo y buhardillas con tejados que rodean la explanada. Tampoco era posible admirar la basilica que domina la colina de Fourviere en el horizonte. Solo quedaba a la vista, ademas de la blancura, la tierra rojiza que cubria la plaza. Oyeron gritos en la lejania y se detuvieron; era mejor ser precavidos. Lyon era conocida como la capital de la Resistencia, el movimiento frances que luchaba contra el invasor; es decir, contra ellos. Retomaron el paso. El sol habia aparecido como un halo entre las nubes. Un sol frio, sin fuerza para disipar la bruma de la noche. Karl penso que ya debian de haber llegado al otro lado de la plaza y temio haber perdido la linea recta. Nunca habia sido bueno para orientarse. Antes de la guerra atendia la tienda de antiguedades de su familia y rara vez salia de Hamburgo. Un viento gelido disipo algo la neblina y revelo la estatua del rey Luis XIV a caballo y senalando con un dedo la calle Emile Zola: la direccion que debian tomar. Caminaron en fila india por una banqueta estrecha y llegaron al edificio que hace esquina con la Plaza de los Jacobinos. Afuera estaba estacionada una camioneta de la que descendieron tres cargadores que se apresuraron a hacer el saludo nazi. Karl saco la llave del porton, lo abrio y el grupo paso frente a la puerta del departamento del matrimonio Mercier, los conserjes del edificio. --Estan subiendo. Han de traer las llaves de monsieur Barda --murmuro Claire. --Mejor. Asi no vendran aqui --susurro Antoine, su esposo. El dia anterior, un grupo de agentes de la Gestapo se habia llevado a Daniel y Berthe Barda, arquitectos franceses, de religion judia y habitantes del tercer piso. Karl Gurlitt estaba ahi para saquear su hogar. Su trabajo consistia en apropiarse de los bienes de las familias judias deportadas a campos de concentracion. Los muebles, las joyas, las antiguedades y las prendas lujosas se vendian en el mercado negro. Si aparecia alguna obra de arte clasico, la mandaba como regalo para el Fuhrermuseum que construia Adolf Hitler en Austria, el cual reuniria las obras incautadas a los paises ocupados. Karl abrio la puerta y encontro una decoracion peculiar, con muebles escasos y modernos, hechos con tubos cromados, tapizados en telas lisas y sin florituras. La duela de madera estaba libre de estorbos; unas discretas lamparas de acabado metalico decoraban las esquinas y habia una enorme pintura abstracta en la pared principal. --?Que es esto? --pregunto un soldado y senalo una pintura que mostraba frutas hechas con formas geometricas coloridas. --Es arte degenerado --contesto Karl. "Degenerado" era el termino que usaba el regimen nazi para describir el arte moderno y de vanguardia. Algunas de esas obras eran destruidas, y otras, revendidas a coleccionistas. Karl descolgo la obra, la coloco sobre la mesa y saco un sello que estampo en la parte posterior: la marca de la ERR, organizacion responsable de confiscar bienes culturales. Indico a los cargadores que se la llevaran, junto con una escultura de dos personajes abrazados y fundidos en un beso. Reviso un librero, encontro catalogos de exposiciones de arte, tratados de arqueologia y manuales tecnicos sobre arquitectura. Nada que le interesara. Entro a la recamara principal, se puso unos guantes y saco la ropa de los armarios. Encontro joyas que metio en una bolsa y un reloj que deslizo en su bolsillo. Siguio con la recamara de los ninos. Husmeo en un armario; movio algunos juguetes; no encontro nada interesante. Ordeno a los cargadores vaciar el piso. Dio instrucciones: los muebles, la estufa y los abrigos irian a una bodega; las cosas restantes serian usadas como combustible para la calefaccion. La memoria de una familia seria consumida por las llamas. Antes de irse, Karl se fijo en un cuadro sobre la chimenea. Era un dibujo hecho de lineas negras: parecia un laberinto y tenia algo de enigmatico. Lo descolgo y le coloco el sello por la parte de atras. Como era pequeno, decidio llevarselo el mismo. Los conserjes escucharon las botas militares bajando las escaleras. Temian que tocaran a su puerta, asi que contuvieron la respiracion hasta que escucharon que se cerro el porton. Antoine espero un instante, busco una silla, la puso cerca de la entrada, subio en ella y abrio la puerta de una alacena empotrada sobre el pequeno cuarto de bano. Un nino de tres anos se asomo, silencioso, y Claire lo recibio con un abrazo. --La senora Barda me lanzo una mirada insistente cuando paso por el pasillo. Ahi entendi que habia escondido al nino. El pequeno, de cabello rubio y lacio, tenia ojos de color gris muy claro, que transmitian miedo y tristeza. Se chupaba el dedo, abrazado a la senora Mercier. Aunque no comprendia a donde se habian llevado a sus papas, intuia que ya no volverian. Karl regreso a su habitacion en el Hotel Le Royal y se asomo por la ventana hacia la Plaza de Bellecour. La neblina se habia disipado. Habia soldados a un costado de la escultura del rey. Alguien habia pintado en la base VIVE LA FRANCE LIBRE con la Cruz de Lorena, simbolo de la Resistencia. Los alemanes solian decir que no les importaba quien lo habia hecho, sino quien pagaria por ello, asi que detenian a cualquiera que pasara para interrogarlo y amedrentarlo. El sol ya no se veia a simple vista; habia cobrado fuerza y deslumbraba. En un mes comenzaria la primavera y brillaria con toda su intensidad. Los dias cortos y oscuros del invierno no durarian por siempre. Tampoco la ocupacion alemana. Karl sabia que el Tercer Reich se derrumbaria antes de los mil anos que Hitler habia prometido. Mucho antes. Ya tenia listos sus documentos falsos y escaparia de Europa en la primera oportunidad que se le presentara. Admiro su botin personal. Se puso el reloj; la cubierta debia ser de oro; le quedaba bien. Luego coloco el cuadro sobre el buro para admirarlo. Personalmente no tenia nada contra el arte moderno, y ese dibujo de lineas en tinta negra le parecia bien hecho. ?Seria una obra valiosa? Ya no parecia un laberinto, sino dos piramides vistas desde arriba. Encontro algo escrito a mano en la parte inferior; una palabra en una lengua desconocida, que pronuncio con lentitud. Decia: "TEOTIHUACAN". 1 TU LO SERAS Esa manana de febrero las jacarandas de la Ciudad de Mexico amanecieron llenas de florecitas moradas. Los arboles de la colonia Roma lucian una explosion violacea y los ciclistas se detenian para sacar sus telefonos, tomar una foto y ser los primeros en reportar el inicio de la "temporada jacarandosa" en las redes sociales. Los turistas senalaban la colorida invasion desde el segundo piso del Turibus e incluso los automovilistas --que en esta ciudad de trafico suelen ser irascibles o indiferentes-- bajaban la ventanilla para contemplar el paisaje. Era un hermoso dia con un cielo azul que anticipaba el final del suave invierno capitalino. Damian Diosdado llego hasta el cruce de Mazatlan y avenida Veracruz y se detuvo para dar una vuelta completa sobre su eje y admirar las jacarandas en flor. Era un joven sensible a la belleza. De hecho, habia sido entrenado para reconocerla y encontrarla: era un detective especializado en buscar tesoros. Habia aprendido bien el oficio de su padre y de su abuelo, el fundador de la Agencia Diosdado. Era capaz de rastrear el destino de una escultura robada, de localizar una moneda o de investigar donde andaria el timbre faltante de una coleccion. Su aspecto era el de un joven alto, pero no demasiado; delgado tirando a flaco; moreno y de cabello negro. Usaba ropa anticuada: pantalon de pinzas, camisa negra abotonada hasta el cuello y un saco de lana a cuadros que habia encontrado entre las cosas que dejo su abuelo. Hay que decir que su estilo vintage no desentonaba entre la gente que habitaba ese barrio de artistas y creativos que vestian como les daba la gana: chicas con botas a la rodilla y piernas tatuadas; barbones de saco, chaleco y reloj de bolsillo, o corredores en ropa deportiva fosforescente que pretendian seguir en la decada de 1980. Esa manana, a Damian lo habia despertado la llamada de don Fernando Mondragon, un conocido exfuncionario de cultura y coleccionista de arte que le pidio ir a su casa de inmediato. Como se trataba de algo urgente, le entusiasmaba la posibilidad de conseguir un buen caso. Llego a la calle Valladolid, llena de flamantes edificios de departamentos que tienen por fachada entradas de garaje y letreros de no estacionarse --como si fueran hogares para carros y no para personas--. La unica casa antigua que sobrevivia era aquella de don Fernando, un pequeno castillo de ventanas altas y vitrales que reproducian el escudo de su familia. En cada esquina tenia remates de cantera con forma de dragon y en las paredes, frondosas enredaderas verdes. El lugar se veia tal y como hacia un siglo, excepto por las camaras de vigilancia que monitoreaban el exterior. Damian se detuvo frente al porton de madera, que tambien tenia tallado un dragon en relieve, y toco el timbre del interfon. Mientras esperaba a que abrieran, saco su celular para fotografiarse frente a la casa. Tenia una coleccion de selfies en sitios de la Ciudad de Mexico que parecian ser de otro pais. En esa foto podria decirse que estaba en Europa, tal vez en Francia. Claro, era una mera suposicion, porque Damian nunca habia estado en el Viejo Continente. Su trabajo como detective de tesoros era esporadico y ni siquiera podia pagar la renta de un departamento; dormia en el sillon de su despacho, sus gastos eran limitados y la posibilidad de un viaje al extranjero era mas bien lejana. Se oyo el tono indicador de que la puerta estaba abierta. Damian la empujo y se encontro con don Fernando. Era un hombre delgado, bien conservado, de abundantes canas, que vestia un traje de pana. Aunque no lo conocia en persona, lo habia visto en los diarios y en la television, inaugurando exhibiciones o dando entrevistas. Tras saludarse, caminaron por un pasillo cubierto de azulejos gastados, entre jarrones, plantas y medias columnas decorativas. Entraron a un salon de techo alto con vigas de madera e iluminado por los vitrales de dragones que se veian desde el exterior. Las paredes tenian cuadros de distintos tamanos. La mirada entrenada de Damian reconocio los azules intensos de Rufino Tamayo y un paisaje con un volcan en erupcion, el cual solo podia ser obra del pintor Gerardo Murillo, mejor conocido como Dr. Atl. Don Fernando se veia apurado, poco dispuesto a hacer una visita guiada de su coleccion. Tomo asiento en una silla de respaldo alto y madera dorada que parecia un trono --algo excesiva y cursi, para ser sinceros-- y senalo a Damian un sillon estilo rococo para que se sentara. --Agencia de Detectives Diosdado --leyo don Fernando en la tarjeta que Damian le habia entregado. --Asi es. Me especializo en investigaciones sobre obras de arte y antiguedades. Mi abuelo la fundo y la continuo mi padre, pero el se fue de Mexico y ahora yo estoy al frente... --No necesita leerme sus cartas credenciales --lo interrumpio don Fernando--. Supe de usted por el caso de la moneda de la muerte y me sorprendio que hubiera encontrado ese extrano peso de plata para la familia Lorca. Ahora soy yo quien necesita sus servicios y tengo prisa por mostrarle algo. --?De que se trata? Don Fernando se levanto y camino hacia una de las esquinas del salon. Alli habia un caballete con una pintura de grandes dimensiones, tapada con una tela blanca, que descubrio de un tiron. Era una pintura al oleo de un par de metros de largo y poco mas de un metro de alto. Mostraba una de las escenas mas extranas que Damian hubiera visto: un escenario teatral enmarcado por unas gruesas cortinas rojas y una escenografia de hojas gigantes. En medio habia una mesa con patas de animal de la que salia sangre. Los primeros personajes eran un nino y una nina bien vestidos que miraban al espectador con gesto tranquilo; enseguida habia un monstruo de brazos largos, overol y cabeza diminuta que parecia ser un judas de cartoneria, como los que queman en Semana Santa. En el otro lado de la mesa habia un venado, un esqueleto gigante de carton y un personaje largo y flaco que tenia un brazo clavado en la mesa y el otro unido al munon de la figura central, nada menos que la inconfundible Frida Kahlo, en huipil y falda de tehuana. El conjunto recordaba la pintura de La ultima cena, de Leonardo da Vinci, pero en version de pesadilla. --?Es lo que estoy pensando? --pregunto Damian y se acerco a ver la firma de la pintora--. Esta debe ser La mesa herida. Don Fernando. !usted ha hallado la pintura perdida de Frida Kahlo! Don Fernando levanto los hombros con indiferencia y senalo el cuadro con la barbilla para que Damian continuara con su inspeccion.

  • La Sombra del Viento de Carlos Ruiz Zafon

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    El Cementerio de los Libros Olvidados, el cuarteto de novelas que arranca con La Sombra del Viento y sigue con El Juego del Angel, se ha convertido en la gran saga novelistica en curso de nuestro tiempo. La leyenda comenzaba en el ano 2000, cuando Ruiz Zafon culminaba su primera novela para adultos y estaba a punto de dar a conocer un libro magico que cambiaria el panorama literario, y que hoy sigue ganando el corazon de miles de lectores en todo el mundo. Un amanecer de 1945, un muchacho es conducido por su padre a un misterioso lugar oculto en el corazon de la ciudad vieja: El Cementerio de los Libros Olvidados. Alli, Daniel Sempere encuentra un libro maldito que cambia el rumbo de su vida y le arrastra a un laberinto de intrigas y secretos enterrados en el alma oscura de la ciudad. La Sombra del Viento es un misterio literario ambientado en la Barcelona de la primera mitad del siglo xx, desde los ultimos esplendores del Modernismo hasta las tinieblas de la posguerra. Aunando las tecnicas del relato de intriga y suspense, la novela historica y la comedia de costumbres, La Sombra del Viento es sobre todo una tragica historia de amor cuyo eco se proyecta a traves del tiempo. Con gran fuerza narrativa, el autor entrelaza tramas y enigmas a modo de munecas rusas en un inolvidable relato sobre los secretos del corazon y el embrujo de los libros cuya intriga se mantiene hasta la ultima pagina.

  • Bajo tu hechizo de Sofia Arias

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    Una historia de amor entre el jefe mas temido de las provincias barbaras y una poderosa hechicera que hara las delicias de los lectores.

  • Buenas y enfadadas de Rebecca Traister

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    Traister rastrea la historia de la ira femenina como combustible politico, desde sufragistas que marchan en la Casa Blanca hasta empleadas de oficinas que abandonan sus edificios despues de que Clarence Thomas fuera confirmado ante el Tribunal Supremo. Explora esta ira tanto con los hombres como con otras mujeres; la ira entre aliados y enemigos ideologicos; las diversas formas en que se percibe la ira en funcion de su dueno, la historia de la caricatura y deslegitimacion de la ira femenina y la forma en que su furia colectiva se ha convertido en un combustible politico transformador, como ocurre en la actualidad. Ella deconstruye la condena de la sociedad (y los medios de comunicacion) a la emocion femenina (en particular, la rabia) y el impacto de sus repercusiones resultantes.

  • La Flor del Sol de Miranda Bouzo

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    Isabel, a punto de acabar con su vida debe rehacer los pedazos rotos de su pasado. En un viaje de trabajo a Escocia descubrira de nuevo el amor y la magia de la mano de Alec Colden, un guapo escoces dueno de un castillo medieval.
    Un retrato antiguo, una amiga desenfrenada, un pueblo perdido y la sospecha que no todo es lo que parece se ciernen sobre ella.
    Isabel o Aisa, como Alec insiste en llamarla, descubrira un pais llenos de simbolismo y tradicion donde la leyenda de la “Flor del Sol” la conducira a la aventura de volver a reir y amar.
    “?Podra su caballero derribar la barrera de su corazon y ayudarla a vencer su pasado?”
    “Era como si Alec la hubiera ensenado a reir despues de tanto tiempo”

  • El septimo puente de Becka Black

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    Tras la terrible noche en La Cripta, Martin, Nina y sobre todo Will, deben asumir las consecuencias. De la morgue de Manhattan desaparece un cuerpo con destino desconocido. El mal acecha tras cada esquina y Nina se convence de que la regla se reduce a matar o que te maten. Mientras, Will se desplaza hasta Londres atraido por el caso del destripador. Su relacion con el agente encargado del caso lo sacara de quicio pero… traera de vuelta el amor. Sin embargo, giros totalmente inesperados convertiran su vida en una montana rusa donde el dia final que marcara la guerra entre angeles y demonios, es decisiva.
    ?Que ocurrira el 15 de febrero en el Septimo puente?

  • Naci para quererte, Fabiana Peralta de Fabiana Peralta

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    Mientras el destino conspira repartiendo las cartas para que Brian y Alexa se atrevan a jugar su mejor mano, una lucha de poder los envolvera en intrigas, vanidades y secretos, amenazando a cada paso con separarlos. Y por si eso fuera poco, los fantasmas de antano regresan para demostrarles que el pasado no esta muerto y que ni siquiera es pasado.

  • Un guiso de lentejas de Mary Cholmondeley

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    <>. Asi arranca uno de los capitulos de esta novela cuya publicacion, en la Inglaterra posvictoriana, causo un escandalo por plantear cuestiones como la emancipacion de la mujer. A la manera de una Jane Austen al alba del siglo XX, esta discipula de Henry James narra un episodio de la vida de dos amigas desde la infancia cuyos diferentes rumbos -la una es escritora y la otra, joven heredera- se enfrentan al provincianismo del entorno rural, asi como al esnobismo de la sociedad londinense a traves del amor a la escritura, por un lado, y la busqueda del amor verdadero, por otro.

  • Una mascara imperfecta de Nina Andrassy

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    Disfrazar sus emociones era su arte y forma de vida.
    Alejandro Forrester era un bastardo que habia tenido que adaptarse a llevar una vida de la que siempre habia renegado. Forzado por su padre, desde muy joven debio enfrentar las decepciones y las burlas de las que fue objeto, por eso su compromiso con la descarada Berenice Valencia era un triunfo y un medio para conseguir un fin, aunque significara sacrificar a la mujer que queria.
    La sumision y la obediencia siempre habian regido su vida.
    Sofia Valencia era la hija perfecta con los padres perfectos y el novio perfecto de cara al mundo, pero en su corazon siempre estaria a la sombra del hombre al que en realidad amaba y que nunca tendria. Despreciada por su padre y obligada a aceptar un compromiso que no la hacia feliz, ademas debia ser testigo de como Alejandro, su gran amor, y su hermana planeaban su boda.
    Pero aunque el verdadero amor tarda en llegar, cuando se encuentra no hay poder humano que pueda contra el.

  • Tu mi hombre y yo tu mujer: amor en Panquehua, Elena Bowen de Elena Bowen

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  • Atrapame 1 de Anna Zaires

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    Es mi enemigo…. y mi mision.

  • Esa sencilla palabra de Cath Crowley

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    Rachel y Henry son amigos desde siempre. Juntos han compartido lecturas y confidencias durante horas en la libreria de la familia de el, la maravillosa Howling Books, en cuyas estanterias habitan las mas hermosas historias. Pero Rachel quiere ser algo mas, y no sabe como decirlo… Para colmo, Henry esta enamorado hasta los huesos de alguien que no le conviene.

  • Porque si de Daniel Glattauer

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    Una intriga policiaca por el autor de Contra el viento del norte y Cada siete olas.

  • Las notas del diablo de Ramon Iglesias Rodriguez

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    Un tritono o intervalo musical disonante y siniestro, tambien llamado “las notas del diablo”, es el origen sobre el que gira esta novela negra, en la que se da oidos a la condicion satanica de la misma, teoria muy extendida en la Edad Media, epoca en la que la Iglesia prohibio que se tocara. El monje benedictino Guido d’Arezzo (991-1050 d. C), introdujo un nuevo solfeo y es considerado el padre de la musica occidental. Sin embargo, este tritono es parte fundamental hoy en dia de la musica heavy, creando esa especial tension. Julia Arnal y David Coch son dos jovenes expertos que trabajan y colaboran en el Departamento de Investigacion y Criminologia de la Jefatura Superior de los Mozos de Escuadra y nunca han oido hablar de la “nota del diablo”. Victor Ballester es el cantante y guitarrista del grupo de musica heavy “The Metals” y comparte con su grupo la pasion por la musica heavy. Una serie de violaciones y asesinatos, que suceden misteriosamente tras cada concierto de esta musica, mantendra en jaque a todos los cuerpos de seguridad, y obligara a Julia y David a una exhaustiva busqueda de pistas y averiguaciones, para detener al autor de tanta barbarie. La estrecha relacion que estan obligados a mantener por su trabajo, se convertira poco a poco en algo diferente. La escalada de violencia es cada vez mas atrevida y Victor comparte el estupor y la repugnancia que le producen estos actos, como a todo ciudadano normal, sin sospechar el giro de los acontecimientos.

  • El diablo tiene nombre de mujer de Una Fingal

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    Fergus Wellan irrumpio en el aula como solia, despistado y ajeno a las gradas, abarrotadas por sus alumnos --mucho mejor si puntualizamos: alumnas-- de Escritura Creativa en el Grado de Lengua y Literatura Inglesa de la Universidad de Columbia. Dejo algunas notas sobre la mesa, se atuso el pelo, demasiado largo y despeinado, y coloco unas gafas de montura redonda delante de sus ojos, miopes y ligeramente achinados. Sobrepasaba a los demas en altura una cabeza, y su cabello y su barba claros, junto a su piel atezada, le conferian un aire muy distinguido. De origen irlandes, ademas de ser profesor, dirigia el Departamento de Ingles y Literatura Comparada. A sus treinta y cinco anos habia publicado mas de veinte exitosas novelas de misterio y gozaba del respeto y reconocimiento del publico y de la comunidad docente. La clase iba a dar comienzo en breves instantes. Los alumnos aun intercambiaban saludos o bromeaban entre si, aunque algunas toses de sus companeros llamandoles la atencion para que se callaran indicaban el animo expectante de otros. El se mantenia imperterrito, serio y distante. No era antipatia, sino timidez. La sesion transcurrio de forma agradable, en algun momento interrumpida por las tristes gracias de alumnas extramotivadas, a las que el respondia con una templada pausa y una mirada imprecisa por encima de los anteojos, mostrando asi sus ojos verdes como un olivar. La ultima, dirigida al fondo, le devolvio la presencia de su amigo Murdock Macallan, realizador de peliculas de genero negro, a quien nada unia con los fabricantes del mitico whisky, salvo las botellas vacias almacenadas en su despacho desde tiempos inveterados, como el mismo se encargaba de mencionar una y otra vez cuando tenia oportunidad. Macallan, locuaz, mordaz, ingenioso e infatigable, no perdia jamas la ocasion de agasajar a sus interlocutores con una ocurrencia inesperada que los dejara descolocados, y tan solo Fergus era capaz de combatirlo. Ambos gozaban de una indecorosa amistad desde hacia tantos anos como ellos mismos, como solian jactarse. Por separado, eran animales dociles y mansos, casi de redil, pero juntos se convertian en una fiera monstruosa y temible. --Se acabo esta mierda, chavales --celebro un muchacho, sentado delante de Murdock, cuando la clase termino. --Si, porque la mierda se va --salto Murdock, acompanando visualmente la salida del joven. Este lo oyo y le dedico una mirada mitad desconcertada, mitad ofendida, pero el le dedico un desfallecido ademan con el brazo. Luego bajo para encontrarse con su companero de fatigas. --?Que ocurre, Murdock? --Quiero que supervises mi nuevo guion... Recorrian con paso apresurado los pasillos de la facultad mientras sostenian un cafe entre las manos; Murdock los habia sacado a la carrera de la maquina dispensadora. --De acuerdo --accedio Fergus, como era habitual--. Dame un par de meses y lo hare; ahora estoy muy liado con... --!?Un par de meses?! !No tengo ni una semana! --farfullo su amigo. --!?Como es eso, tio?! --El productor se ha vuelto loco; lo ha adelantado todo, y ni siquiera tengo a la actriz principal. Los castings ya me irritan tanto que me levanto en cuanto aparece la aspirante; son todas un plomo y, encima, iguales, clones... ?De donde las sacan? --Pobres chicas, ?tan malas son? --No, que va. No es que sean malas, y no puedo negar que le ponen empeno, pero no destacan; en conjunto son como una linea plana, grises, sin matices. --?Y si optas por alguna de las grandes? --Simplemente, no puedo trabajar con ellas. Es una cuestion de encaje, no responden al perfil que busco. Prefiero a alguien virgen... aunque no sepa interpretar, pero con alma, con ese brillo penetrante en la mirada. Ya la moldearemos. Ademas, fisicamente quiero que se parezca a Brigitte Bardot, pero mas alta, mas delgada, mas... --Estas como una cabra, Murdock. --Lo se, pero es que tiene que ser asi. --?Y de donde piensas sacarla? --No lo se, por eso tienes que ayudarme... Quiza alguna de tus alumnas. --Olvidalo, no voy a hacer eso. El profesor Wellan tomo la delantera, decidido a no inmiscuirse en ese asunto. Murdock lo seguia a pocos pasos. --?Y si...? --insistio. --No --respondio, tajante. --Seria de lo mas ventajoso para ambos --volvio a la carga el cineasta. --!No! --repitio, impenetrable, Fergus. --Pero, si lo pensases con detenimiento, podriamos... --Macallan tenia trabajo para seguirle el paso. Wellan se detuvo en seco y se volvio hacia el. --?Entiendes el significado de ene seguida de o? --replico mientras le encasquetaba el vaso de cafe y seguia adelante sin esperarlo--. Eso si, enviame ese guion y vere que puedo hacer para revisarlo cuanto antes --anadio, y Murdock lo perdio de vista, pues desaparecio entre el enjambre de alumnos que transitaban el corredor. * * * Pocos dias despues volvian a encontrarse, esa vez en una gran libreria de la Quinta Avenida donde tenia lugar la presentacion de la ultima novela de Fergus Wellan, Juego de llaves. Como solia ocurrir en cada uno de esos acontecimientos, estaba atestada, mayoritariamente por un publico femenino. --Si te dedicases a la actuacion, no te iria mejor --le murmuro Murdock, satisfecho--. Tal vez solo para ligar..., ligarias mas, eso si. --Tanto como tu, ?no es cierto? --replico el aludido, alzando los labios a medias en una caracteristica mueca. --Puto irlandes --rezongo su amigo. Murdock Macallan --de la misma edad que Fergus y tan pelirrojo y fornido como un McDougall de las Highlands, de donde provenia, con su barba esculpida y unos ojos intensamente azules bajo sus densas cejas-- permanecia en el mismo y activo estado de solteria que su hermano de hazanas. Elsa Thomson, la agente literaria de Fergus, dio inicio al acto y los presentes se mostraron animados, participativos y vibrantes, por lo que el acabo con el rostro arrebolado y casi sudoroso, a pesar de mantener su inalterable conducta, formal y distante en exceso. Lo cierto es que fue semiarrastrado por la ardorosa corriente, y sus mejillas encendidas dieron buena cuenta de ello. Ademas, cuando la pragmatica Elsa dio fin a la presentacion, aun le aguardaba otro momento caliente: el de la firma de ejemplares. Cuando vieron la interminable cola de lectores, con los libros aferrados como un tesoro sobre sus pechos palpitantes, Fergus y Murdock intercambiaron una alentadora mirada. --A saltar la trinchera con valor, hermano --lo animo su amigo. El solto aire de modo discreto. --Puedo hacerlo, ?verdad? --respondio, intentando divisar el lejano final de la infinita fila. El escoces esbozo la mejor de sus sonrisas mientras su circunspecto colega se dispuso a afrontar la mision con un destello de firmeza en sus ojos verdes. Asi se internaron en el corazon de la carga ligera de fans que los devoro en cuestion de segundos. Cuando todo acabo por fin, lograron adentrarse en Central Park, no sin antes librar la ultima batalla con los aspirantes a novelista, guionista, e incluso a actores y actrices, pisandoles los talones mientras les lanzaban preguntas ininteligibles. --Aqui, ven. Macallan tiro de su amigo y lo introdujo en un bar frente al lago. Ya a salvo de miradas y persecuciones, resoplaron a la vez que tomaban asiento en la barra. --Que barbaridad, nunca lograre acostumbrarme a eso --farfullo Murdock. --Pero si te encanta, por eso jamas fallas a ninguna de mis presentaciones --le atizo Fergus. --Ahora mismo te mataria, pero, bueno, si, es verdad... ?Has visto a la rubia que casi me arranca la camisa...? Cambiando de tema, ?que hay de mi guion? --?Empezamos con cerveza? --Fergus le hizo una sena al camarero para que les sirviera dos jarras de presion. --?Empezamos? --Murdock rio--. Esto promete. Pero contestame: ?que hay de mi guion? El camarero poso las bebidas ante ellos. Fergus casi se bebio la mitad de su jarra de un trago. --Tio, si que estas seco. --Lo estoy, mucho. --Pongamos remedio a eso, entonces. --Dicho esto, y tras acabar su cerveza en dos unicos sorbos, con un gesto, pidio otra ronda. >>Mi guion... --volvio a la carga el cineasta. --Joder, Murdock. Toma, acabado. Fergus le tendio un pendrive sin mirarlo siquiera y se centro en su cerveza. --Por las barbas del primer Macallan, esto es serio... ?Que ocurre? --se preocupo. Conocia demasiado a su colega como para saber que, si no lo provocaba o lo enviaba a la mierda, era porque alguna razon de peso lo tenia abrumado. --Estoy en dique seco, tio. Hace un ano que solo empiezo historias y mas historias, pero sin lograr superar el segundo capitulo. No paso de las doce paginas. Doce putas y exactas paginas, siempre, y carpetazo. Me da pereza la documentacion, abandono con rapidez cualquier proyecto... No me apetece sentarme ante el ordenador, incluso le gruno cuando me mira mal... Un asco todo... --se sincero Fergus, haciendo al final un chasquido con la lengua y fijando los ojos en el borde de la barra. --?Que le grunes al ordenador...? --planteo su amigo, pasmado. El escritor asintio con la cabeza. Murdock reflexiono un breve instante y, tras palmearle un hombro, proclamo: --?Quien dice que es necesario escribir sin parar? Sabes que la tierra debe ser dejada en barbecho cada siete anos, para que recupere su fertilidad, ?no es asi? Pues, con la materia gris, pasa lo mismo, tio. Fergus lo contemplo con una ceja arqueada, en silencio, para acabar de nuevo con la mirada en el interior de la jarra.

  • Un rincon del corazon que nadie pisa de Nuria Espert

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    Esta novela se abre paso, desde el corazon, a un lugar donde las historias se entretejen entre las sombras de los recuerdos y la necesidad de reinventarse.

  • No cerreis mi tumba de Enrique Laso

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    ETHAN BUSH REGRESA CON UN NUEVO CASO
    REGALO EXCLUSIVO: !LA NOVELA ‘CRIMENES DIABOLICOS’!
    Septima entrega de la saga del agente especial del FBI Ethan Bush, que suma mas de 750.000 copias vendidas en todo el mundo, en 6 idiomas, y que se ha convertido en un fenomeno internacional en el panorama de la novela negra y policial.
    MAS DE 750.000 LECTORES DE TODO EL PLANETA SE HAN ENGANCHADO A ETHAN BUSH
    Ethan regresa a Kansas, para ayudar a su buen amigo Jim Worth, detective de homicidios. Una mujer ha sido asesinada y parece que a traves de su diario y mensajes privados puede dar pistas sobre la persona o personas que acabaron con su vida. El agente del FBI vuelve al estado que tantos recuerdos le trae, y alli se encontrara de nuevo con Vera Taylor o solicitara la colaboracion de la medium Juliet.
    EL CASO MAS EXTRANO DE LA CARRERA DEL AGENTE ETHAN BUSH
    ?PUEDE ALGUIEN AYUDAR A ESCLARECER SU PROPIO ASESINATO?

  • La Hija Maldita (Pueblos Perdidos 1) de Cristina Pujadas

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    Invisible. Su piel era dorada y sus ojos tenian el tono ambarino correcto de su raza, pero ningun dorado la miraria como a un igual si miraba su cuello. Maldita. La Diosa Aurum la habia condenado al nacer, al no marcar su piel con la runa de los dorados, quizas por un pecado cometido por su difunta madre, quizas por un mero capricho. Condenada a no ser una dorada en derecho pleno, habia vivido encerrada dentro del Oraculo del Desierto sirviendo a las Vidente, protegida del mundo que habia fuera. De los salvajes y de aquellos que podian despreciarla por no haber sido marcada.

  • ?Te gusta la magia? de Emma Crespo

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    Hay palabras que te tocan el corazon y miradas que atraviesan tu alma. Aquello que anhelas puede no ser lo mejor para ti, pero a veces hay que apostar fuerte para comprobarlo. Se fiel a ti misma y no te conformes, tu felicidad depende de ello.

  • Laberinto de Intrigas de Pilar De Aristegui

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    Ana de Austria (1601-1666), hija del rey Felipe III de Espana, esposa del rey de Francia y madre de Luis XIV, es una de las muchas mujeres injustamente olvidadas por la historia. Pilar de Aristegui novela con su maestria habitual la vida de esta reina que paso largos anos de ostracismo en la corte francesa, despreciada por su marido, con el que estuvo casada veintitres anos hasta que por fin nacio el ansiado heredero, el Delfin de Francia.

  • Empezar de cero – Virginia V. B de Virginia V. B

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    Julia, es la hija de un arquitecto muy importante de Estados Unidos. Un hombre despota que no la trata precisamente bien. En una fiesta que organiza su padre, conoce a Abraham Asbai. Un nuevo arquitecto recien llegado a la ciudad del que se enamora perdidamente, y con el que se casa poco despues de conocerse. Ella, esta muy enamorada, y por supuesto cree que su marido siente lo mismo que ella. Hasta que sin querer escucha una conversacion de este con su mejor amigo y descubre algo que evidentemente, ignoraba.
    Desesperada y decepcionada huye en el coche para ver a su amiga y hablar con ella de lo que acaba de descubrir, pero un camion se cruza en su camino, y tiene un tragico accidente que la dejara en coma y posteriormente amnesica.
    ?Podra seguir Julia con su vida cuando se despierte del coma a pesar de no recordar nada de ella?
    ?Y que sucedera cuando esos recuerdos regresen?
    ?Se vera con fuerzas para empezar de cero?

  • Alicia en el pais sin wifi de Nina Minina

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    Alicia Trevi vive su particular vida de GLAMUR en Madrid. Pronto estrenara pelicula, esta mas delgada que nunca, goza de una privilegiada tarifa de datos que satisface su NOMOFOBIA y, ademas, se esta tirando al GUAPAZO nacional del momento.
    ?Que mas podria desear? Lo tiene todo.

  • Abigail de Lidia Castro Navas

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    ?Has sentido alguna vez una fuerte conexion con un desconocido? ?Una conexion que va mas alla de lo fisico y que el solo cruce de miradas te paraliza?

  • Salvada (Los verdugos de Hades 2) de Tillie Cole

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    La esperadisima segunda entrega de la saga de Los Verdugos de Hades

  • Empujones del destino de Lucia Herrero

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    Durante unas vacaciones en un hotel de Mallorca, Nadia y su amiga Ruth conocen a dos chicos que ocupan la habitacion contigua: Samuel y Daniel. Para sorpresa de las chicas, uno de ellos, Samuel, resulta ser un vecino y amigo de la infancia de Nadia. Pero las cosas se complican y al finalizar esas vacaciones, el la ha herido y decepcionado de tal manera que cree que nunca podra perdonarlo.

  • La conquista de America contada para escepticos de Juan Eslava Galan

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    Sobre la turbulenta relacion entre Espana y America y sus origenes se ha escrito mucho, pero hasta ahora no habiamos podido disfrutar de la voz de Eslava Galan para contarnos esta historia recurrente, llena de contradicciones, alianzas, traiciones y desencuentros. Detras de la historia que todos conocemos, estan las vidas de los personajes que la vivieron e hicieron que sucediera.
    En este nuevo libro, Juan Eslava Galan expone las circunstancias de la conquista del Nuevo Mundo, presentandonos a los personajes mas importantes que tomaron parte en ella. De forma detallada pero amena, expone desde los problemas de abastecimiento de especias orientales y oro, principales fuentes de riqueza de la epoca, que padecia Europa (presentado como un dialogo casual entre un consul flamenco y un mercader veneciano hacia 1480), hasta la conquista de buena parte de America por los espanoles hacia el ano 1550.

  • Al rescate del amor de Isabella Abad

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    Es el ano 1843. Las oscuras y traicioneras aguas del Rio de la Plata, en el cono sur americano, se han cobrado otro navio: Nuestra Senora de la Caridad. Con el se hunde tambien una hermosa y enigmatica escocesa y su historia de amor, amen de un pequeno tesoro.
    Ciento setenta anos despues, una expedicion de rescate se organiza para encontrar los restos del naufragio. El buzo y capitan argentino Sebastian Cortes ignora que, al poner a rodar sus suenos de exploracion subacuatica, tambien activa una trama antigua de ambiciones y venganza.
    A bordo de su buque, el Incitatus, y custodiado por la bella Elvira Gamboa, de la familia noble de los Bedford, la busqueda se tenira de pasion y romance. Pronto todo se desvirtua y prima la lucha entre los deseos de poder del Conde de Bedford y los de revancha de los O’Connell, clan que clama justicia por su antecesora abandonada y enganada para morir lejos de su tierra natal.
    Un pequeno cofre en el lecho marino, un clan de airados escoceses, una rancia familia noble inglesa, un amor del pasado y otro del presente.
    Una historia en dos tiempos que te asegura romance, pasiones y suspenso.

  • Una vida que no es mia de Olivia Sudjic

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    Alice Hare tiene veintitres anos, acaba de terminar Filosofia y decide regresar a Nueva York para pasar tiempo con su abuela enferma y dejar atras la Inglaterra en la que ha crecido, y con ella su complicado pasado familiar (un padre desaparecido, una madre manipuladora y obsesiva.).

  • Yo que tanto te quiero (Los Lamarc 3) de Marta Querol

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    Valencia, 1977. En Espana se celebran las primeras elecciones generales despues de la muerte de Francisco Franco. Politica, revueltas sindicales y reuniones acaloradas son parte de la vida cotidiana en un pais en ebullicion.Lucia no es ajena a ese torrente de ideas y manifestaciones culturales, pero tampoco a la ruptura del matrimonio entre sus padres, cuyo divorcio, una guerra de enganos y misterios, amenaza con acabar incluso con su vida.Yo que tanto te quiero es el emocionante homenaje de una hija a su madre luchadora y desdichada, la pieza clave de un rompecabezas que comenzo en El final del ave Fenix y que nos acerca a la historia reciente de Espana desde una optica nueva.

  • La rosa de medianoche de Lucinda Riley

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    Una historia de misterio, amor, traiciones y secretos del pasado. Una novela con una trama precisa y emotiva, repleta de sorprendentes giros argumentales y de toques de suspense.

  • No dieta de Katz Monica

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    Millones de personas con sobrepeso se han sometido durante el siglo xx a dietas de hambre que solo llevan a la frustracion y al fracaso. Hemos convertido el acto de comer en un ilicito. En este, su primer libro, Monica Katz plantea que las dietas tal como las conocemos no funcionan y propone un modelo de tratamiento basado en el placer. Para la autora, ningun alimento debe estar prohibido si la idea es tener una buena calidad de vida, y un cuerpo fuerte y sano. Solo es cuestion de aprender a regular la ingesta basandonos en el propio registro de hambre.

  • Viaje al pais de los blancos de Ousman Umar

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    La odisea de un joven que arriesgo su vida por un futuro mejor.

  • Tormenta en Cape May de Chip Cheek

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    Corre el ano 1957 en Cape May, un pueblo costero de New Jersey. Henry y Effie, dos jovenes recien casados, llegan de Georgia para pasar su luna de miel. Se acaba el verano y el lugar esta desierto. A medida que se van conociendo -recorriendo las playas solitarias del Atlantico, infinito y oscuro; haciendo el amor con torpeza en la habitacion polvorienta de un pariente lejano- intuyen que la vida de casados puede no estar a la altura de sus romanticas fantasias.

  • Una sombra de duda de Leovigildo Zamora

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    Henry, un abogado, experto criminologo y analista de informacion, esta acostumbrado a resolver los crimenes mas inexplicables. Y con la llegada de un nuevo caso, va a tener que poner toda la carne en el asador si quiere salvar su bien ganada reputacion. Rockford John, un exalumno de la Universidad Estatal de California, muere en circunstancias extranas al practicar la escalada. Sus averiguaciones lo llevaran a trazar una linea recta entre los excompaneros de universidad del occiso y un supuesto y misterioso homicida.

  • No mas dieta de Julio Basulto

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    Como no caer en las dietas fraudulentas y aprender las pautas para una dieta anti-mitos.

  • Nosotras, Christian Martins de Christian Martins

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    Aurora conocio a Hugo cuando solo era una cria que no buscaba el amor. A sus veinte anos de edad, no sabia lo que queria ni se le pasaba por la cabeza consolidar una relacion.
    Pero el tiempo fue pasando, ano tras ano, y el amor entre los dos continuaba estando presente... Lo que ninguno de los dos esperaba era que el pasado intercediera en su futuro.
    ?Como sobrevive un amor de verano al paso de los anos y a la inmadurez de la juventud?
    ?Que ocurre si, cuando has conseguido que todo se estabilice, tu mundo se derrumba sin control? ?Si, repentinamente, desaparece todo aquello por lo que tantos anos has luchado?

  • el constructor de muros de Natalia Walsh

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    Tenia poco mas de diez anos cuando lo conoci. Aun puedo percibir el olor a tierra humeda y el sonido de mis zapatos recorriendo el camino hasta su casa, la casa de los Ardwell. Decenas de viviendas georgianas poblaban ambos lados de la calle. Yo las contaba al ritmo de mis pisadas, hechizada por el color ahumado de los edificios. --De prisa, Valery --dijo mi madre. Interrumpi la cuenta--, y recuerda: debes portarte bien. No levantes la voz ni pidas algo si no te lo ofrecen. Se educada y… Mama, que tiraba de mi como solia hacerlo con Paul, nuestro mastin, detuvo la marcha y saco un panuelo de su bolsillo. Me levanto la barbilla y froto mi menton. --?Volvera Paul si me porto bien? --pregunte--. Dime, ?volvera? Sonrei al imaginar a mi amigo brincando por el patio de nuestra casa en Marsella, jadeando como cuando papa le hacia corretear de un lado a otro. --No es el momento, Valery. Y espero no tener que repetirtelo: nada de separarte de nosotras, ni de acariciar animales si los hay, ni de tocar los muebles. Y mucho menos… Clave la mirada en el cielo mientras mama seguia parloteando y tirando de mi con fuerza. Unas enormes nubes negras borboteaban alli arriba y comenzaban a caer las primeras gotas. Escuche refunfunar a mi hermana unos pasos mas adelante. Maldito Edimburgo, decia, maldito y estupido clima. Aunque su pelo seguia liso, no como el mio, Melissa no paraba de tocarselo sin perder de vista el cielo oscuro. Llevaba un vestido negro precioso y el maquillaje impecable. Cuando yo tuviera veinte anos, pense, querria verme como ella. Un zarandeo de mama me devolvio a la realidad. Caminamos durante diez minutos, hasta detenernos junto a una casa algo mas grande que el resto. En total conte tres pisos de piedra ahumada y cuatro enormes ventanales. El jardin frontal consistia en una pequena alfombra de hierba y varios arbustos. En cuanto cruzamos el estrecho camino de piedra que conducia a la puerta mama llamo al timbre. Melissa se sacudio los zapatos y volvio a arreglarse el pelo. Poco despues un hombre vestido de pinguino nos abrio; entonces mama apreto mi mano y me puse muy tiesa. --La senora Ardwell las espera en el salon. Melissa esbozo una sonrisa deslumbrante y siguio a aquel hombre. Yo me deje arrastrar por mama. El techo del hall era altisimo y de el colgaba una lampara de lagrimas que me corto la respiracion. Deje de mirarla al descubrir los mosaicos de las paredes, pero note un empujon que me obligo a seguir. Pronto nos encontramos en una sala de estar de aspecto antiguo, donde aguardaba una mujer mucho mas joven que mama. Tenia la frente amplia y el menton muy marcado, al igual que los pomulos. Tarde un poco en darme cuenta de que el cabello, oscuro y rizado, le colgaba hasta la cintura, y es que iba completamente vestida de negro. Sus ojos me dedicaron un guino. A su lado habia un chico de la edad de Melissa, que saludo a mi hermana con un apreton de manos. Cuando reparo en mi se agacho para besarme. --Pinchas --le dije, frotandome la mejilla. El joven echo a reir. Mas tarde supe que era Robert, el hijo mayor de la senora Ardwell. --Saluda tu tambien a Valery, William. Entonces lo vi. Papa solia decir que nadie recuerda el momento en que aparece la Persona que lo Cambiara Todo, de la misma manera en que se pasa por alto el encuentro con un desconocido. Un apreton de manos, contaba, no es suficiente para leer el futuro. Aquella tarde papa llevaba tres semanas dentro de la caja que unos hombres habian enterrado bajo la hierba del cementerio, y con el sus palabras, por eso mire a William Ardwell creyendo saber quien era. El estaba sentado en el sofa, absorto en un libro. Cuando su hermano mayor le dio una colleja alzo la vista y me escruto durante unos instantes. Gruno, cerro el libro y echo a andar hacia la puerta. Quise ir tras el, pero la mano de mama se me clavo en el hombro. Segui a William con la mirada hasta que desaparecio. Retales Seis noches tardo mama en terminar el vestido que Melissa llevo a casa de los Ardwell, puntada a puntada, con la ayuda de una maquina vieja de coser. Incapaz de dormir, yo la observaba trabajar y me entretenia con los retales que caian al suelo. Cuando viviamos en Marsella, mama solia animarme a disenar vestidos para mis munecas usando la tela que sobraba. Los haciamos por decenas, pero su armario en Edimburgo estaba tan vacio como el mio y alli nadie tenia tiempo para ayudarme con las puntadas. Terminada la noche de faena, mama apagaba la maquina, barria alrededor y los pedacitos de tela iban a parar a la basura. No hubo retales durante nuestra primera semana en Escocia, sin embargo. Hasta el dia en que acompanamos a papa al cementerio mama se nego a salir de la pension. Llegado el momento las tres nos pusimos nuestros mejores vestidos y, mientras caia la lluvia, observamos como dos hombres con la camisa arremangada resoplaban y recubrian de tierra la caja de madera. Nadie salvo el cura dijo una sola palabra. Nadie mas que el nos acompano. Despues de permanecer un rato larguisimo frente a la tierra humeda y revuelta nos invito tomar el te en una salita de los locales parroquiales. --Aun… Aun no puedo creerlo. Mama miraba algun punto en el fondo de la sala, la mano sosteniendo una cucharilla hundida en el azucarero. Me fije en como Melissa la sacudia con disimulo, hasta que solto el cubierto. El cura colmo nuestras tazas de te. --Has vuelto a casa, Ann, a Edimburgo, y tus hijas estan contigo. Los ojos de mi madre empezaron a ponerse vidriosos. Clave los mios en la bandeja de pasteles situada en el centro de la mesa y elegi al azar dos o tres que fueron a parar a mi plato con mas estruendo del necesario. Melissa me pellizco por debajo de la mesa y ahogue un grito. Aunque yo habia intentado no levantar la cabeza del plato, mi mirada se cruzo con la del cura. Era mucho mayor que papa y no sonreia, aunque le caian por encima de las orejas unos mechones pelirrojos parecidos a los de el. --Ann, mirame. --El cura levanto la barbilla de mi madre--. ?Cual es vuestra situacion? Silencio. Pronto ya no quedarian pastas en mi plato, me dije. De un salto baje de la silla y bordee la mesa, hasta alcanzar la bandeja. Melissa no me reprendio cuando me servi casi todas las que quedaban. --En Marsella teniamos el taller --dijo ella--. Habia empleadas, incluso una pequena tienda. Haciamos arreglos, mas que todo. Los meses antes del cierre yo tambien cosia. --?Es suyo el traje que llevas? Todas nos giramos para mirar a Melissa, incluso mama. Mi hermana asintio y se puso de pie. --Bueno, no soy un entendido, pero podria servir. --El cura rodeo los hombros de mama--. Escuchame, Ann. Lo primero sera encontrar un colegio para Valery… Un lugar en el que podais vivir. Melissa te ayudara con el trabajo, y yo te dare algunos contactos. No digo que sea sencillo, pero pondremos los medios y dejaremos que Dios haga el resto. ?Estas dispuesta? Mama murmuro que si. Volvimos a ponernos nuestros abrigos y el cura nos despidio despues de entregarnos una caja muy pesada que apenas pudo sostener con ayuda de Melissa. --Vais a necesitarla… Hay muchos retales que recomponer. De vuelta a la pension, aquella noche, el color volvio al rostro de mama al acariciar la vieja y oxidada maquina de coser. Medidas --El padre McAnthony me ha hablado maravillas de ti. ?Es tuyo ese vestido? La senora Ardwell dejo la taza de te sobre la mesa y senalo el atuendo de mi hermana. Mama asintio; tenia las mejillas rojas. --Es precioso. --Yo... Gracias, senora. --Brenda, Ann, llamame Brenda. Mama se sonrojo aun mas y volvio a asentir. Cuando extendio la mano para alcanzar la tetera a punto estuvo de volcarla. --?Conoce... conoce al padre desde hace muchos anos, Brenda? --!Diria que desde siempre! Oficio mi confirmacion, mi matrimonio y bautizo a los chicos. Nos ha acompanado en algunos momentos dificiles, tambien. --La senora Ardwell agito su larguisima melena--. Pero no hablemos de el, Ann. Me gustaria mucho ver alguno de tus otros trabajos. Llevas anos dedicandote a la costura, ?verdad? --Diria... --Mama esbozo una pequena sonrisa--. Diria que desde siempre. --!Es la mejor! Sus vestidos son los mas bonitos que yo haya visto, solo tiene que mirar el de Melissa. --!Valery! Mama me dedico una mirada dura y yo agache la cabeza. Cuando me atrevi a levantarla, la senora Ardwellreia. --Asi que el vestido mas bonito del mundo. --!Claro que si! --Senora Ardwell, disculpela, no... --empezo mama. --Dime, Valery, ?crees tu que me sentaria bien uno parecido? --Asenti de nuevo y su sonrisa se hizo mayor. Entonces echo la silla hacia atras mientras miraba a mama--. Pues no se hable mas. ?Que te parece si me tomas las medidas, Ann? Mi madre se puso de pie al momento y comenzo a hurgar en su bolso. Melissa apuro el te e indico a la anfitriona que se levantara. --Tardaremos un momento. No sera nada, de verdad, y quedara usted encantada… Se alegrara de habernos hecho venir. Aproveche el revuelo para escabullirme, no sin antes esconder un punado de pastas en mi bolsillo. Solo la senora Ardwell, en pie para que mama le tomara las medidas, noto que salia, y me dedico un guino. Volvi al vestibulo y me asome al salon, donde ya no quedaba nadie. Contemple la majestuosa escalera de madera y aferrada a la barandilla subi un par de peldanos. Dude entre seguir o regresar al salon; luego imagine que William habia tomado ese camino y ascendi uno mas. Al hacerlo, recorde la advertencia de mama: portate bien. Baje los escalones de puntillas y me sente a contemplar la lampara de cristal mientras engullia las pastas. --Melissa, pasame otro alfiler. Eso es, con que anadamos cinco o seis centimetros al bajo es suficiente... ?Y Valery? ?Donde se ha metido esa chiquilla? Corri al salon de te al oir mi nombre y me apresure a regresar a mi asiento. Mama me reprendio con una mueca pero pronto volvio a arrodillarse junto a la senora Ardwell. Su hijo mayor, el chico de la barba pinchuda, entro al poco. Pense que William vendria con el, pero nadie le siguio. --Robert, ?has visto? El padre McAnthony tenia razon. Finalmente Ann cosera un vestido identico al de Melissa, para mi. --Genial, mama. Vi como sus ojos se cruzaban con los de mi hermana y a ella se le escapaba la cinta metrica. Ambos se agacharon para recogerla y entendi por que mama habia sugerido anadir unos centimetros al vestido. Aquella tarde volvimos a casa en taxi, y mi madre insinuo que pronto podria estrenar zapatos nuevos. Melissa resplandecia: como comento, no tardariamos en regresar a la casona. Antes de que la puerta se cerrara detras de nosotras volvi la cabeza en busca de William. El ya no estaba, pero lo estaria. Luto Desde que la senora Ardwell requirio nuestros servicios habia dias en los que ni siquiera pasabamos a que me cambiara despues de clase. Tomabamos el te en, al menos, tres casonas distintas, y solo habia sustitutos para mi uniforme si vivian ninos en alguna de ellas. Mas que un maniqui, yo solia ser objeto de burlas por culpa de mi acento. Terminado el repertorio de vestidos nuevos, que despues vendian, nada mas quedaban las risas de aquellos ninos. Para Melissa, en cambio, cualquier tarde era divertida. Ella parloteaba con los hermanos mayores entre taza y taza de te, mientras mama media y sonreia. Yo era demasiado joven para entender por que nadie se reia de su acento. Una noche, cuando el vestido de la senora Ardwell comenzaba a parecer tal, me acerque a la maquina de coser. --Apartate de la luz, Valery --dijo mi madre. --?Puedo…? --?Es que no me escuchas? --Yo solo… Levanto los ojos de la prenda y senalo una silla proxima. Me sente con las manos sobre la falda hasta que parecio olvidarse de mi presencia. --?Crees que hablo mal en ingles? --pregunte. --Siempre se te ha dado muy bien. ?A que viene eso? --?Y Melissa? ?Habla Melissa mejor que yo? Mama no contesto. --?Tu sabias frances cuando conociste a papa? --insisti. Una vez mas, silencio. Suspire y segui con desinteres el trazo de la aguja, hasta que, incapaz de aguantar un minuto mas sentada, me acerque a la maquina de coser. --Mama, ?por que la senora Ardwell lleva trajes negros? Hice ademan de acariciar el vestido. Mi madre me dio un manotazo y grito que no se me ocurriera poner las manos sobre la tela. --Vuelve a sentarte. !Mas atras! --?Por que negro, mama? El negro es feo y oscuro, ademas se ensucia enseguida… Tironee de su brazo. --Supongo que la senora Ardwell es viuda, y las viudas deben vestir de luto --dijo al final. --?Y por que no haces tu lo mismo? Mama paro la maquina y me miro a los ojos. --Yo tengo que trabajar, Valery. --?Volveremos algun dia a Marsella? Suspiro, me espanto de su taller y siguio cosiendo. La muneca El pago de la senora Ardwell me llego en forma de una muneca Barbie que mama compro en cuanto tuvo su adelanto en la mano. Aquello me hizo pensar que las cosas iban mejor de lo esperado. La prueba definitiva del vestido tuvo lugar dos noches de costura mas tarde. Caminamos las cuatro hasta la casa de la senora Ardwell: mama, Melissa, mi muneca y yo. Aquel dia vimos el sol en Escocia por primera vez, de ahi que nadie echara de menos un taxi. Mucho rato despues, ya en el recibidor en penumbra de la casona, sentia calor en las mejillas. Le pregunte a mi hermana si le ocurria lo mismo, y sus ojos brillantes me contestaron que tambien habia pensado en Marsella. La senora Ardwell nos hizo pasar de inmediato al jardin. --Un dia como este no puede desperdiciarse. !Y en pleno octubre! !Vamos, todos fuera! Melissa, cielo, quitate esa chaqueta. !Me estas dando calor! Mi hermana lo hizo y tambien yo, aunque percibieramos la temperatura como la del mas cruento invierno en Francia. La senora Ardwell comenzo a poner la mesa bajo la pergola. --Lo habia olvidado, ?sabe? --dijo mi madre. --?Te refieres a tratarme de tu, y no de usted, como insistes en hacer? Mama forzo una sonrisa. --Me refiero... me refiero a que aqui tambien sale el sol. La senora Ardwell le froto los hombros. --Pues claro, mujer. El sol sale todos los dias. Todos, aunque haya veces que este detras de las nubes. -- Giro sobre si misma--. !Robert! Hacen falta dos sillas mas. ?Las traes tu? --Volvio a mirar a mama--. No importa donde estemos, Ann. Lo importante es la compania. Mama se quedo parada durante un instante, y luego comenzo a repartir servilletas con gesto ausente. Melissa y Robert aparecieron a los pocos minutos cargados con las sillas que faltaban. Sirvieron te y una generosa racion de pastas. Yo probe unas migas y enseguida me levante de la mesa. La hierba era tan esponjosa como la habia imaginado. Me sente a unos metros de la pergola, lo bastante cerca como para que mama pudiera verme pero lo bastante lejos como para que no me prestara atencion. Cepille el pelo de mi muneca con mimo, pensando en cuantas mas tendria si la senora Ardwell decidia llenar su armario de vestidos nuevos. De vez en cuando levantaba la cabeza en busca de William, pero el no se dejo ver. --... Brenda, no voy a aceptar tanto. --Quiero que lo cojas todo, Ann. --No es justo que... --!No protestes! Mientras los hoteles funcionen todos debemos comer y vestirnos. Hazlo por la nina, y sobre todo por ti. --Yo... --Estoy pensando en un traje de falda y chaqueta; ademas William necesita unos arreglos en su Kilt. Tomatelo como un adelanto. !O un regalo!

  • Pasion sublime (Sombras 2) de Kristel Ralston

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    Universidad de Yale. New Haven, Connecticut, Estados Unidos. Anos atras. --Solo unas copas mas, y nos largamos --dijo Dereck a su grupo de amigos y companeros de clase, mientras trataba a duras penas de mantenerse en pie. No recordaba cuantas botellas de cerveza habia bebido esa noche. Estaban celebrando el Ano Nuevo en el piso que pertenecia a la hermandad para mujeres Alpha Phi. Desde el dia en que recibio la carta de aceptacion de la Universidad de Yale, su cuadriculado y sencillo mundo cambio por completo. Paso de ser un adolescente que preferia aleccionar a su hermano mayor por insolencias y rebeldias, a un muchacho que disfrutaba la adrenalina de crear caos o pretender que tenia la capacidad de salir ileso de cualquier situacion. Dereck era habil con las palabras, y su exito en clases lo demostraba, pero su cerebro tenia tambien gran habilidad numerica. Sin embargo, fue su ego, en esos anos de estudio para ser abogado, que lo llevo a creer que poseia la destreza infalible de adquirir deudas de juego demasiado elevadas, y poder pagarlas sin mayores complicaciones. Gran error, porque ahora estaba buscando la forma de solucionar el embrollo en el que se habia metido. Para iniciarse en las mesas de Poker clandestinas, puesto que su billetera era ajustada, el hizo un prestamo bastante cuantioso. Sus ganancias durante las primeras rondas fueron impresionantes, y luego lo empezaron a ser tambien sus perdidas. El autocontrol volo por los aires, porque lo que habia enganchado a Dereck a las mesas de juego eran la euforia y la emocion de ganar. Esa satisfaccion que se volvia mortalmente seductora cuando se llevaba una buena racha. Ahora, el tenia que pagar casi ochenta mil dolares para sacarse de encima a los prestamistas o iba a terminar molido a golpes, mas pronto que tarde, en algun sitio de la ciudad. El dinero prestado, y tambien el ganado, habia sido repartido entre paseos con sus amigotes de Yale, fiestas, bebidas y un automovil. Si tenia dinero, ?por que no disfrutarlo un poco? El mayor de los Toussaint, Ryder, estaba tratando de resolver su propia vida incursionando en Wall Street, y Dereck jamas iria a contarle sus problemas. No tenia complejo de hermano menor en apuros. --Oye, Toussaint, no seas aguafiestas --replico Justin Nader, el mejor amigo y compinche de juergas--. Por cierto, ?cuando piensas acercarte a la hija de el Senador? Estas perdiendo el tiempo mirandola a la distancia. La musica estaba sonando, y las conversaciones en voz alta parecian el unico modo de hacerse escuchar. Si habia alcohol y buen ambiente, pues nadie se quejaba del alboroto o de los usuales adornos que caian al piso haciendose trizas o las constantes idas y venidas de parejas (no necesariamente monogamas) que subian al primer piso para aprovechar las habitaciones de la residencia Alpha Phi. --No es una conversacion banal --contesto, mientras apoyaba el hombro contra el marco de la puerta. Se llevo la botella de cerveza a la boca y la termino en pocos tragos. Miro alrededor para cerciorarse de que nadie hubiera escuchado la pregunta del imprudente de Justin--, y sera mejor que se lo recuerdes a tu bocaza, porque tengo mucho en juego. --Se que hay mucho sobre la mesa, si --replico Justin, consciente de que habia sido el, el artifice para que Dereck conociera las partidas de Poker ilegal en la ciudad. --Ademas, como bien dices, ya se en donde esta ella. Apenas termine esta cerveza, me acercare para hacerle conversacion. Mi proxima movida sera encontrarmela "de casualidad" en el edificio de la facultad y de ahi surgira algo. --Tienes solo un par de semanas para pagar ese dinero --dijo Justin en tono quedo. Con su cabello rubisimo y ojos celestes tenia un parecido al actor Devon Sawa en sus epocas juveniles. Solia ser el que propiciaba las juergas en la facultad. --No necesitas repetir lo obvio --replico Dereck con fastidio. El Senador era el apodo del hombre que estaba detras de la operacion de prestamos y cobranzas en los sitios que se organizaban las partidas de Poker, no solo para estudiantes, sino para el que le diese la gana de entrar a la mesa, y tuviera reputacion de no hacer trampas. Su hija, Tanya, iba dos anos detras de Dereck en la carrera, y este ultimo necesitaba ganar la voluntad de la muchacha para acceder a una reunion privada con el Senador y solicitar un plazo para el pago de la deuda. Dereck llevaba algunos dias tratando de hallar la forma de aproximarse a Tanya sin parecer subitamente interesado, y no era en vano que estuviera en esa fiesta de la hermandad Alpha Phi. ?Sabria la chica, lo que hacia su padre para ganarse la vida? Aquello era un misterio para Dereck. --Vaya, vaya, tus planes van a mejorar o cambiar, porque la chica que te interesa parece haber decidido ejercer sus tareas de anfitriona y viene hacia aqui --replico Justin de forma subita. --Supongo que el universo conspira a mi favor --dijo Dereck con una mueca. --Creo que la hemos pasado mejor aqui, que si hubiesemos ido a la fiesta de los idiotas de nuestra fraternidad --dijo Justin dandole una palmada en el hombro. --A ver que tal nos va --farfullo Dereck. No era la situacion ideal, porque no le gustaba utilizar a otras personas, pero en esta ocasion parecia ser la unica salida para negociar su deuda sin intermediarios. No se podia llegar a el Senador sin sus esbirros como mediadores, lo que implicaba que un par de matones se encargaran de dar una paliza al deudor. Dereck no tenia interes en perder clases, y llevar varias semanas cabestrillos o muletas. La informacion de que el Senador tenia una hija en la facultad de leyes de Yale, la encontro Justin. Su mejor amigo era un genio informatico y podia conseguir datos encriptados de la dark web sin problema. A juicio de Dereck era lo minimo que podia hacer, despues de haber sido el culpable de llevarlo a las mesas de juego. Dereck, con sus resplandecientes ojos azul claro y el espeso cabello negro, era el equivalente a un joven veinteanero con apostura, seguridad innata y sentido aventurero. Despues de su duro inicio en la vida, lo que menos le apetecia era regresar a ese estado de carencias. Estaba dispuesto a todo con tal de salir de ese embrollo. --Esta es la primera ocasion que te veo en la casa Alpha Phi --comento la suave voz de Tanya, mirando a Dereck, y refiriendose a la preciosa propiedad en la que residian las chicas de la hermandad--. Lo digo, porque soy la encargada de llevar la lista de invitados. No sabia que eras amigo de mis companeras. El se rio, y cruzo los brazos, haciendo que sus musculos resaltaran sobre la camisa azul marino. Todas las chaquetas estaban guardadas en el ropero, y el interior estaba perfectamente adecuado con la calefaccion. La madrugada tenia como componente principal una fuerte nevada. El frio exterior garantizaba que la fiesta iba a extenderse hasta las primeras horas de la madrugada, pues nadie queria salir en plena oscuridad a tratar de encender automoviles o pagar un taxi. --?Feliz Ano Nuevo? Creo que es una frase propia de este dia --replico con una media sonrisa. Viendola mas de cerca Tanya no la clase de mujer que deslumbraba, pero si provocaba ganas de pasar un buen rato a su lado. Llevaba un vestido rojo ajustado a unas curvas modestas, y el cabello negro azabache le caia en cascadas por la espalda. --Oh, es cierto --replico ella--, !feliz ano nuevo! --Se acerco y le dio un abrazo--. Como lo he hecho todo del reves, pues ahora toca presentarme --extendio la mano pequena y de unas pintadas de rosado--, soy Tanya Hatty. --Dereck Toussaint --dijo el estrechandole la mano con firmeza--, y creo que te he visto en la facultad de leyes. Ella asintio. --Si, quiza por eso te me hacias algo conocido --replico--. ?Te dieron un tour por la casa? --pregunto en tono de flirteo. Aquella era una invitacion abierta a que la acompanara a su habitacion, y pretendia dejarlo muy claro. --No sabia que era una de las posibilidades --contesto el de buen humor. --He notado que me has estado observando esta noche, asi que decidi cortar el tema visual y acercarme. Despues de todo soy una de las anfitrionas de la fiesta. Dereck esbozo una sonrisa cinica. --Jamas me atreveria a contradecir a una dama --dijo haciendole un guino --, en especial una tan guapa. Tanya se rio. Su tono era suave, pero su risa, chillona. A Dereck le fastidio, pero sabia que ella era un medio para un fin que, a diferencia de otros casos, podia salvarle el pellejo. Ya habia aprendido su leccion, y si lograba salir de este embrollo financiero no volveria a pisar una jodida sala de Poker, legal o no. --Entonces, ?vamos a hacer ese tour por la propiedad? --pregunto ella. Dereck preferia conquistar a ser conquistado, y no tenia que ver con los consabidos tintes machistas, sino porque era su naturaleza. No en vano intentar ganar casos legales era su mayor interes. Le gustaba encontrar las causas, recoger testimonios, investigar, defender, conquistar y ganar. Estaba en sus venas. Que Tanya se sintiera atraido por el y hubiera tomado la iniciativa, le haria el camino mas facil cuando le planteara la posibilidad de una reunion con el Senador, y cuyo nombre legal era Charlie Hatty. Imaginaba que la muchacha creia la fachada de Charlie ante la sociedad, en la que se presentaba como un agente deportivo. --Te hago una contrapropuesta --le dijo en tono encantador--. ?Que te parece si mejor, en la tarde cuando estemos repuestos de la fiesta, te invito un cafe? Le parecia una pesima estrategia acostarse con ella, y luego perderla de vista. Queria acercarse a Tanya hasta ganarse su confianza, y despues conseguir su objetivo. --Ah, me gusta la idea --sonrio con coqueteria. --Eso no implica que deje de interesarme conocer tu habitacion mas adelante, y quiza en un escenario menos congestionado --replico Dereck, porque no queria que ella pensara que estaba rechazandola. Herir el ego de una mujer que tomaba la iniciativa era un suicidio estrategico, y el no tenia espacio para equivocaciones. --Quiza --replico Tanya. --Dame tu numero telefonico. --Ella asintio y asi lo hizo--. Ya me marcho. --?A las dos de la madrugada y en plena fiesta? --pregunto ella. --Aunque hace un frio de mierda afuera, prefiero irme ahora con mis amigos, porque tenemos el automovil disponible, y uno de nosotros, que no soy yo, no esta pasado de tragos. -- Se inclino hasta dejar su boca cerca de la oreja de Tanya, y agrego--: Nos vemos manana. Te escribire. --Asi lo espero --murmuro ella. Cuando sintio el temblor que recorrio a la muchacha, Dereck sonrio para sus adentros. Conquistar a una mujer se le daba muy bien, y el siempre se salia con la suya. No recordaba una ocasion en que hubiera recibido un "no" como respuesta. Horas mas tarde, cuando Dereck tenia suficiente cafeina en el cuerpo para revivir, vio a Justin entrar en la sala del apartamento que compartian a pocos minutos del campus. Ambos eran companeros de fraternidad, pero habian optado por vivir fuera de ella. Pertenecian a Alpha Delta Phi. --Tengo una buena y una mala noticia --anuncio Justin. Llevaba en la mano una bolsa de una conocida cafeteria de la ciudad, y de la que era propietario. El y su familia tenian importantes negocios de comida repartidos en la costa este del pais. A veces, Dereck no entendia la tendencia de su mejor amigo de meterse en lios ridiculos. Dereck aparto la mirada del ordenador. Su hermano mayor acababa de enviarle un correo electronico con una propuesta para que se uniera al equipo legal de la compania apenas se graduara en Yale. Le estaba ofreciendo un cargo en el que podia practicar todo lo aprendido y desenvolverse en el ambiente corporativo vinculado al manejo de fondos de inversion. No solo eso, sino que iba de la mano de una paga estupenda. Claro, para graduarse todavia le quedaban algunos meses por delante. --Dime la buena primero --replico Dereck, apoyando la espalda en el respaldo de la silla giratoria, y cruzandose de brazos. Justin se rio, porque sabia que su amigo podia ser cinico, pero intentaba a toda costa de buscar el lado positivo de las desgracias. --He encontrado otra forma de salir del territorio de el Senador, y pagar tu deuda --dijo sacando un cruasan y llevandose medio trozo de una sola vez a la boca. Mastico un poco, y luego agrego--: Aunque requiere una estrategia similar. --?A que te refieres? --Ya que no aceptas que te haga yo un prestamo... --No quiero deberte nada, idiota, conozco que pretenderas que sea tu adepto seguidor en tus chorradas, asi que no --interrumpio Dereck, y Justin se carcajeo. --En todo caso --se encogio de hombros--, yo conozco a un abogado muy importante que necesita alguien a punto de graduarse para hacer practicas en su firma legal. El es amigo de mi familia, y gracias a quien obtuve la carta de recomendacion que me hacia falta para entrar en Yale. Si le refiero tu nombre te va a dar la oportunidad de trabajar en su oficina. --?Y por que no tomas tu esa oportunidad? --pregunto Dereck. --Porque no me interesa el derecho corporativo, sino el derecho penal, ya lo sabes --replico limpiandose la boca con el dorso de la mano. --No se en que me beneficia pedir un trabajo si el total del dinero no me lo van a pagar como si fuese una bonificacion. ?Eres idiota o que te pasa? Justin agarro la cafetera, y se sirvio en una taza un poco de cafe. --Este abogado, Byron Ashford, tiene una debilidad. --Dereck odiaba cuando Justin empezaba con sus frases a medio decir como si fuese un jodido escritor de thrillers--. Se trata de su unica hija. --A veces no se por que te considero mi amigo, Justin, de verdad. ?Que crees que es una ruleta rusa o tienes complejo de guionista barato? Justin se rio y se sento en la silla frente a la de Dereck. --El asunto es que tu ya conoces a la hija del amigo de mi familia, porque curso las primeras materias de leyes con nosotros, pero luego se retiro. Y ese fue un duro golpe para Byron. Nada le gustaria mas que convencerla de regresar a la carrera o al menos que trabaje con el en la firma legal. Dereck estaba empezando a perder la paciencia. --Termina de desarrollar la "buena noticia" --dijo Dereck con tedio. --Bien, bien, a lo que iba. Da la casualidad que la hija de Byron trabaja en Meets & Coffee, mi cafeteria en el centro de la ciudad, y hoy revise los turnos de los camareros, y ella esta en la lista supliendo a una de sus amigas que llamo a excusarse. --?Y? --Si logras convencer a Cassidy Ashford de trabajar en las oficinas de su padre, Byron te abrira las posibilidades que quieras en su compania. Y eso incluye hacer un anticipo salarial. El dinero le sobra, pero su hija es lo mas preciado. Quedara muy agradecido al notar que tu influencia en ella, como amigo, consigue lo que todos estos anos el no ha podido. Los hombres como Byron, dedicados a la familia, tienen un punto debil, y consiste en que su descendencia aprecie el legado que pretenden dejar, mas no evadirlo como Cassidy. --Tengo solo cinco semanas para pagar ochenta mil dolares. ?Como cojones piensas que voy a convencer a una mujer adulta de hacer algo que no le interesa, y por lo que renuncio a toda una jodida carrera en Yale? Esta idea tuya, exactamente como la de Tanya, es igual de estupida. A veces no se por que mierda te escucho. --Ejem --dijo carraspeando--, esa es la buena noticia. Ademas, no tiene que regresar a la carrera de leyes, sino aportar con sus conocimientos en la firma legal. A Byron le dara igual lo que haga con tal de que deje de trabajar en mi cafeteria. --Despidela. Justin se echo a reir. --Cassidy y yo somos amigos, por supuesto, asi que jamas le haria algo asi. --?Por que no la convences tu si sabes que te ganarias la voluntad, por ti mismo y no por influencia de tu familia, con el abogado ese? --Porque no me interesa el derecho corporativo, ?estas sordo, Toussaint? Dereck lo miro con fastidio. Necesitaba encontrar un modo de conseguir ese dinero sin comprometer su lealtad con sus amigos. Muchas amistades se perdian por cuentas mal hechas o faltas de pago. --Iluminame, Justin, ?cual es la mala noticia?

  • No madres de Maria Fernandez-miranda

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    Ser o no ser madre, esa es la cuestion para tantas y tantas mujeres…

  • Discordia de Pedro Ibanez

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    Hoy por hoy, algunos lectores se acercan a una literatura en la que el unico proposito, muy respetable, es descubrir al asesino o descifrar el misterio de turno, sin mas. Sin duda, esta no es su novela.
    Aunque ambientado en el siglo XVI, tampoco es este un libro de caballerias. Su personaje principal dista mucho de ser considerado un heroe que busque ganar fama, servir a su rey o perseguir el amor cortes.
    La novela nos sumerge en la vida de Juan, un joven alicantino entusiasta y aventurero a quien el amor y el destino le van trazando una ruta insospechada y repleta de avatares que van forjando su caracter hasta convertirlo en alguien distinto de quien un dia fue... ?o no?

  • Se busca amor de Lee Vincent

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    ?Alguna vez has encontrado el amor sin buscarlo?

  • Mi mejor jugada de Blanca Tunez

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    Despues de que Jason fuese valiente y confesase su sexualidad, las cosas no salieron nada bien con su familia. Tras echarlo de casa, Scott lo acoge en su piso y comienzan a vivir juntos, lo que ocasiona problemas con Alex hasta el punto de romper.Sintiendose libre, decidio volver a la universidad para despejarse y avanzar un poco mas en todos los aspectos. ?Podra Alex recompensar lo que ha hecho de alguna forma? ?Jason sera capaz de perdonar, no solo a Alex, si no a sus padres por su desprecio? Al mismo tiempo, Autumn se establece en Minnetsota despues de encontrar a Cameron y de ser cosnciente de lo que hizo en el pasado, se pone de lado de su hermano para apoyarlo en todo lo posible. El tiempo la ayuda a reconciliarse con todos a los que hizo dano en el pasado y con ella misma, estableciendo una nueva vida, conociendo a alguien especial?Sera capaz de no estropear esa relacion? ?Podra enamorarse de nuevo y permitirse ser feliz sin pensar en el pasado?

  • La Historia de Zahira (Hermanas Sfeir 3) de Bella Hayes

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    Descarada, rencorosa y vengativa, esa es Zahira Sfeir. Prometida a Galal Al-Husayni cuando era una chica de trece anos, aun recuerda el rechazo de su futuro marido al verla y, siete anos despues, decide seducirlo. Galal, recuerda a su prometida como una chica fea, gorda y con acne, asi que le es imposible reconocerla en la sirena que lo sedujo. Ahora debera casarse con ella. El espera la tipica esposa islamica: dulce, sumisa y amorosa. Sorprendentemente, se encuentra con una prometida que suelta tacos cual marinero cuando se encabrona, es una fiera en la cama, y tiene como deporte ponerlo en su lugar. ?Como podra llegar a amarla?

  • Mientras sorprendan los dias de Sara Manero

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    Pilar, enfermera separada y madre de dos hijos adolescentes, se levanta una nueva manana dispuesta a afrontar los retos de su vida cotidiana, entre los que no es el menor su lucha contra la enfermedad que padece desde hace unos anos. Poco despues suena tambien el despertador para Paco, su exmarido, a quien la separacion y un paro de larga duracion han hecho volver a la casa materna. A la misma hora, dos pisos por encima de Pilar, se despierta Mario, un vecino con quien solo ha intercambiado algun saludo cortes, pese a coincidir casi a diario. El dia se inicia con sus suenos, sus expectativas, sus temores, pero la vida esta dispuesta a sorprender a nuestros personajes de la manera mas inesperada.

  • Las Luces de Septiembre de Carlos Ruiz Zafon

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    Un misterioso fabricante de juguetes vive recluido en una mansion gigantesca poblada de seres mecanicos y sombras del pasado.
    Un enigma en torno a las extranas luces que brillan entre la niebla que rodea el islote del faro. Una criatura de pesadilla que se oculta en la profundidad del bosque. Estos y otros elementos tejen la trama del misterio que unira a Irene e Ismael para siempre durante un magico verano en Bahia Azul.

  • Conexion Inesperada (Victimas de Murphy 4) de Miriam Meza

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    CASUALIDAD. MALA SUERTE.
    Todavia no se a quien culpar.
    Solo se que despues de ese mensaje las cosas no volvieron a ser iguales.
    El era un extrano, y yo me sentia sola.
    Nuestra conexion se volvio adictiva, y me hacia olvidar cosas en las que no deberia pensar.
    Hasta que choque con la realidad,.
    ?O seria con Murphy?

  • La inefable senorita Olivia (Damas inadecuadas 3) de Kathia Iblis

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    Arabia, Golfo Persico Bahrain 1860 --Cuando sea grande quiero casarme con un caballero como papa --declaro la pequena Olivia Wentworth con todos sus diez anos de inocencia, mientras danzaba alrededor de la habitacion infantil. No era la primera vez que hacia declaracion de esa clase y, aunque en un comienzo su hermana la habia imitado, ahora la jovencita en cuestion estaba sentada sobre la cama. --Pero mama y papa no estan casados... --Emma, de doce anos, le comento a su hermana menor, dejando mas que en claro con grandes dosis de escepticismo sus dudas en lo que concernia la relacion de sus padres. --!Si lo estan! --No. No lo estan. --!Que si! --Entonces ?por que no vive con nosotras? ?Por que solo lo vemos cuando viene de visita? Apenas si lo vemos mientras vive con los barbaros --practicamente le grito mientras se levantaba de su lugar y encaraba a su hermana. --!Papa no es un barbaro! --la pequena Oli ya estaba al borde del llanto cuando grito esas palabras. --Quizas... igual no creo que nos quiera tanto como dice. Si no, estaria siempre con nosotras --declaro con dureza la jovencita--. Pero mama tan solo era su... amante. --!Emma! --La nodriza, Marianne, especialmente contratada por su padre, observo consternada y horrorizada por partes iguales a la mayor de las ninas. Y aunque eso de inmediato las silencio a ambas fue la tristeza en el rostro de su madre, que segundos despues aparecio en la entrada de la habitacion, lo que logro inmovilizarlas por completo. --Thadi... --Thadi... Ambas ninas corrieron y se aferraron al vestido de su madre mientras lloraban calladamente. Fatima sabia lo que la ausencia de su padre les costaba a sus hijas, pero era la primera vez que las escuchaba abiertamente quejarse al respecto. Y eso hacia sufrir su corazon de madre. En momentos como aquel, anhelaba que Kenneth pudiera estar mas presente en sus vidas, pero sabia que eso no era posible. --Ninas... su padre nos ama mas que a nada en el mundo.... --Pero el no vive con nosotras como otros papas --declaro Emma de nuevo con terquedad. La mujer cerro los ojos por unos instantes, parecia estar sopesando que tanto revelar sobre las razones de ello a sus hijas. --El tiene muchas responsabilidades en Inglaterra y eso le dificulta el estar con nosotras como el desearia, pero una vez que su hermano se haga cargo van a ver como todo va a cambiar. --Un hermano que no nos quiere... --declaro Emma aun dolida con toda la situacion. Fatima sabia que no era asi. Si habia alguien que amaba a sus medias hermanas ese era el joven Andrew Kane Wentworth. Pero como unico heredero al ducado de Devonshire sus responsabilidades eran muchas. Fatima sintio como las decisiones del pasado volvian a pesarle con dolor en el alma. En momentos como aquel se arrepentia de su propia debilidad. De haberse doblegado a las demandas de su padre, pero tambien sabia que de no haberlo hecho el habria asesinado a Kenneth y a las ninas. Sin embargo, tambien sabia que volveria a hacerlo todo de nuevo. Inconscientemente se llevo una mano al vientre, un recuerdo en particular hacia aun llorar su corazon de madre, pero viendo ahora los rostros de sus ninas y las segundas oportunidades que los dioses le habian ofrecido... las estrecho con fuerza contra si. Un dia, les revelaria toda la verdad a sus hijas, pero mientras el tiempo se lo permitiera preferia que siguieran en la bendita ignorancia del precio que su abuelo le exigio para poder tener su propia vivienda lejos del hogar familiar y el ser la mujer de un barbaro. Pronto, su Kenneth vendria a visitarlas, y juntos decidirian que tanto revelarle a sus hijas y la mejor manera de hacerlo. Asi fue como, pese a la distancia, su amor seguia tan vivo como desde el primer momento en que sus miradas se cruzaron en el bazar hacia tantos anos atras. Ella tan solo podia orar y pedir que en el futuro les fuera finalmente posible el estar juntos por siempre. Capitulo 1 Chatsworth House Campina inglesa Marzo 1871 Olivia espero a que la persona se marchara antes de abandonar la seguridad de su refugio. Agradecio que el cielo estuviese nublado, lo cual ocultaba la luna llena y le daba a todo un aura irreal, cubierto como estaba por la nieve que habia caido a lo largo del dia. Una inesperada sorpresa para todos, pero mas que bienvenida por ella. No se debia a que los invitados de su padre no supieran de su arribo a Londres, sino porque la indumentaria que vestia en aquellos momentos, de ser vista, bien podria causarle un serio dano a su reputacion. Como si ser una de las dos hijas desconocidas del duque de Devonshire no hubiese ya causado un escandalo mayor. Sin olvidar que el hecho de que su padre la hubiese reconocido y dado su apellido habia hecho que las malas lenguas adoptaran una actitud despiadada y, aun asi, no dejaban de invitarla a todo evento habido y por haber. Porque ya sea que les gustase o no, Lord Kenneth Humphrey Wentworth era un hombre poderoso y de temer si uno se ganaba su enemistad. Pero en algun punto, y luego de llevar dos semanas en la ciudad, se alegraba de que el medico de su padre le hubiese ordenado que se retirase al campo a descansar. Oli se sentia mas que algo agobiada por las constante presion de tener que comportarse como la perfecta flor inglesa cuando ella distaba bastante de serlo. De hecho, estaba segura que no habia nadie mas inadecuada que ella... a excepcion quizas de su hermana mayor, Emma. Lo cual no implicaba que si ella se llegase a descubrir lo que Oli estaba por hacer no fuese a querer asesinarla. Ambas habian acordado que se mudarian a vivir con su padre y cuidarian de el mientras su hermano mayor estaba ausente. E incluso, una vez este regresara, si ellas asi lo deseaban, se quedarian de manera indefinida. Lo que implicaba dejar atras y bien silenciados ciertos detalles de la vida que llevaban en Bahrain junto a su madre. Por ende, ser <>, la misteriosa y popular odalisca conocida y admirada por un amplio publico, estaba complemente fuera de toda discusion. Renuncio a ello cuando abandono Arabia y se comprometio a honrar a su padre. Pero lo extranaba.... Extranaba el perderse en el ritmo de la danza y olvidarse por completo de lo que se esperaba de ella. Extranaba el anonimato que ese rol le conferia. Y sabia que esa fue la razon de conservar su traje rojo y traerlo consigo a Inglaterra. Iba mas alla del obvio afecto que le tenia por haber sido disenado y bordado a mano por su madre. Oli cerro brevemente los ojos, los abrio e inhalo hondo el fresco aire de la noche mientras avanzaba hasta detenerse en el centro de la antigua estructura sin techo. Asumio la postura inicial de todos sus actos. La cadera ligeramente arqueada, las manos semiestiradas por sobre su cabeza, el velo rojo transparente que permitia que la audiencia pudiera observarla a placer pero al mismo tiempo dejandolos deseosos de mas. Finalmente, inhalo hondo, el recuerdo de los acordes broto de su interior y se dejo llevar. *** Las dos damas observaron a la joven comenzar a bailar y sonrieron con satisfaccion. Se las habian arreglado para hallar la unica habitacion desde la cual se veian las antiguas ruinas de lo que otrora fuese una iglesia. --Sabes que el va a enfurecer si se entera de lo ocurrido, ?no? --comento lady Clarisse Kensington con picardia. --Pero el no tiene por que enterarse... porque ni tu ni yo le diremos nada. --Lady Desdemona Hawthorne le guino el ojo claramente disfrutando de la situacion. --Ademas, Desi, lord Herbert es tan... --?Estirado? ?Tieso? ?Constipado? --!Desdemona! --Es la verdad, querida, y lo sabes. --La dama sacudio la mano restandole importancia a la fingida alarma de su querida amiga ante el vocabulario utilizado--. Precisamente por eso Oli es perfecta para el. --Quizas. Pero ella es tan diferente a la jovencita Grey y a Sophie. --Ahora se la veia preocupada a la dama--. ?O crees que nos equivocamos? ?Acaso ella es demasiado inadecuada incluso para estos tiempos que corren? --Solo aseguremonos de que cierto lord no se entere. Porque si ello llegase a ocurrir... --!Boberias! Con los rumores que han circulado sobre su familia. ?O acaso olvidas como es que su antepasado obtuvo el titulo? --La dama se referia al casamiento de este con Anne Parr, hermana de Catherine Parr, la sexta esposa de Enrique VIII. Luego de eso los Herbert asumieron el titulo de condes de Pembroke y fundaron una larga linea de poderosos senores. --Esa es su familia. No el. Ambas sabemos que es uno de los caballeros con mejor reputacion del reino. Ni un solo escandalo se ha visto asociado a su nombre --declaro con seguridad la dama --. Y eso es lo que lo hace bueno para Oli. --Pobrecita nina. Ambas damas volvieron a focalizar su atencion en la bella joven cuya exotica apariencia no podia mas que atraer la atencion de cualquiera que se cruzara en su camino. Lamentablemente tan pronto los rumores sobre ella llegaban a oidos de quien fuese su interlocutor era desdenada al instante. Lo peor era que ninguno de los rumores era cierto. Aunque aun no habian logrado precisar con exactitud el origen de los mismos, lo que en parte tambien las habia empujado a idear un plan tan drastico y descabellado a la vez. Simplemente no podian permitir que la situacion continuase de esa manera o la joven estaria arruinada para siempre y sin siquiera haber cometido falta alguna. Ellas mismas habian sido testigos de varias de las escandalosas propuestas que recibio en mas de una ocasion por caballeros que jamas tratarian de aquella manera a una dama inglesa. Eso las habia instado a intervenir en un primer momento. Oli podria ser considerada inadecuada por las malas lenguas, pero en lo que a ellas concernia era la dama perfecta para el estirado conde de Pembroke. Ahora solo era cuestion de poner en marcha su plan y sabian que todo saldria a la perfeccion. Como si alguien lo hubiese convocado por arte de magia, ambas vieron como el susodicho abandonada la seguridad de la antigua construccion y se alejaba en direccion a las ruinas, complemente ajeno a lo que el destino le tenia deparado. --Clarisse, calmate, por favor. Me estas poniendo nerviosa y ambas sabemos lo dificil que es eso --declaro Desi aferrando una de las manos de su querida amiga--. Todo va a estar bien. Hasta ahora nuestra intuicion jamas nos ha fallado, si no, tan solo mira a Gigi y a Sofi. --Son tan felices... --respondio la otra dama con obvio afecto en la voz pensando en las otras dos jovenes que habian logrado casarse con los hombres que amaban. --!Exacto! Y ahora podemos hacer lo mismo por Oli. Ademas, no te olvides que ambas nos ofrecieron su ayuda, asi como tambien Cali y el resto de las casi florero. Todo va a salir. Ten un poco de fe. Capitulo 2 Lord Wulfgar Ambrose Herbert, conde de Pembroke, observaba hechizado la vision frente a el. Sabia que lo correcto y lo que cualquier caballero haria seria dar la media vuelta y marcharse de regreso a la residencia, pero el se hallo incapaz de hacerlo. Sus intenciones al abandonar la calidez de la propiedad estaban basadas en su deseo de alejarse de las asfixiantes atenciones de las damas casaderas presentes y sus carabinas. Lo que apremio sus pasos y que buscara alejarse de la casa mientras intentaba no verse como un mal invitado. El frio de la inesperada y tardia nevada en su rostro lo impulso a continuar deambulando sin rumbo fijo, pero en todo momento atento a cualquier dama desesperada que intentase atraparlo en una situacion comprometida. Si habia algo que no necesitase su familia era verse involucrado en un escandalo. Ya bastante de ellos habian conjurado sus antepasados. Es mas, el estaba seguro de que de no ser por la cercania de su abuela con la Reina Madre hacia rato que habrian caido en desgracia durante del reinado de su majestad. Tan solo pensar en el resto de sus parientes le producia jaqueca. Sin embargo, en su busqueda de algo de paz y tranquilidad jamas espero cruzarse con esa vision en rojo. Por unos instantes, incluso, dudo respecto a su cordura. Habia pasado bastante tiempo desde que disfrutara del algo de distraccion de indole femenina. Bien podria ser que su mente le estuviese jugando algun truco. Dudo por largos instantes, pero finalmente decidio que, mas alla de lo eterea que se viera, ella era tan de carne y hueso como el. Cuando los tenues rayos del sol se abrieron paso entre las nubes y la iluminaron, esto se confirmo porque, de haber sido un fantasma, ella se habria desvanecido frente a sus ojos. Sin embargo, a medida que los pequenos copos de nieve anidaban en sus cabellos azabaches, ella continuo cautivandolo, hechizandolo con cada uno de sus sensuales movimientos, danzando al ritmo de una musica que ella sola lograba oir. Sin embargo, no lograba ver su rostro... salvo que revelase su presencia, y eso era algo que se rehusaba a hacer. El contraste entre la efimera tela roja y su piel ligeramente dorada hizo que le cosquillearan las yemas de los dedos, inundandolo de anhelo por saber si eran tan sedosas como se veian. Apenas si avanzo unos pasos, y se detuvo. Deseaba acercarse, pero al mismo tiempo no queria quebrar la conexion entre ambos. El ruido fue fuerte e inesperado, sobresaltandolos a ambos. Pero antes de poder reaccionar percibio el miedo de la joven aun desde donde se hallaba, quien dio media vuelta y huyo por una entrada lateral de la antigua catedral, bien escondida por la frondosa enredadera. Wulfgar no supo que fue lo que lo impulso a hacerlo, pero apenas el jinete, a quien el suponia responsable del sonido, se abrio paso en el claro cerca de ellos, aprovecho el abrigo de las sombras y corrio detras de ella. Le sorprendio la rapidez de sus pasos, dado que obviamente su calzado no parecia el ideal para andar por terrenos tan agrestes y pedregosos, con trozos de la abandonada catedral proliferando todo a lo largo del paisaje. No tardo en ver su delicada figura desapareciendo detras de un grupo de altos arbustos que indicaba que estaban cerca de la residencia principal. Finalmente creyo que habia logrado alcanzarla cuando el delicado panuelo traslucido con el que ella danzo le cubrio el rostro obligandolo a aminorar su paso. La dulce fragancia le asalto los sentidos y se encontro inhalando hondo mientras maldecia por no haber podido alcanzar a la cautivante y misteriosa joven. Se juro a si mismo que sus caminos volverian a cruzarse mientras se reacomodaba la chaqueta y ocultaba en su interior la prenda perdida. *** Oli se desvistio a la carrera mientras atravesaba la antesala de su alcoba con la velocidad de un rayo, en todo momento teniendo cuidado de no desgarrar el traje. Sin embargo, el instante en que la puerta que conectaba con el pasillo se abrio sintio que se le detenia el corazon. Y no fue hasta que vio aparecer a Marianne, su antigua ninera, vistiendo ropa de cama, que solto el aliento que habia estado conteniendo. --!Nina! Vamos. Rapido. Agradezcamos a los dioses que su tia Florence aun no ha llegado de la ciudad. --Oli no pudo mas que sonreir al oirla hablar de aquella manera. Con el paso de los anos, entre ella y Fatima se habia desarrollado una entranable amistad que hizo que, incluso cuando ellas ya habian sido consideradas demasiado grandes para tener una ninera, su madre insistiera en que se la ofreciera el puesto de institutriz de ambas. Kenneth, siempre dispuesto a complacer a la mujer que no se cansaba de llamar <>, se aseguro de que asi fuera y desde entonces la dama habia sido una parte constante de su vida. --Hablas como mama --le susurro divertida mientras le permitia que le trenzara los abundantes cabellos azabaches, luego de que ella se colocase el abultado camison que en su opinion tenia demasiada tela. --Que yo sepa eso jamas ha sido algo malo, pequena --le respondio, y la apuro a meterse en la cama--. Cubrete bien, que lo unico que nos falta es que te pesques un resfriado. --Al menos esa seria una buena excusa para no tener que lidiar con todos esos... estirados -- murmuro por lo bajo, pero supo que Marianne la escucho cuando desvio la mirada de su tarea y la focalizo en su rostro. --Oh, carino, ?otra vez? --A pesar de haber pasado una buena cantidad de anos en Inglaterra, luego de vivir anos alejada, la dama habia albergado la esperanza de que las cosas hubiesen cambiado, en especial con las nuevas aperturas comerciales que implicaban nuevos tratos con otras culturas, pero por lo visto las cosas seguian exactamente iguales que antes. Y ella odiaba eso. Al no haber tenido una familia propia, las ninas y Fatima habian pasado a ocupar ese lugar en su corazon. No habia nada que no hiciera por ellas, y esa habia sido parte de la razon de contactar a dos viejas conocidas de su madre. Creyo que ellas podrian ayudar a Oli, y al mismo tiempo tambien ofrecerle algo de proteccion al albergarla bajo sus alas, pero parecia que la aristocracia londinense estaba decidida a no darle cabida a la adorable joven. --Vas a ver que cuando llegue tu tia y nos marchemos a la ciudad todo va a mejorar --le dijo finalmente en un intento por levantarle el animo. --?En serio lo cree? --Por supuesto que si, carino. Vas a ver. Londres es bellisima. Una ciudad como jamas has visto. Llena de vida y actividades para hacer en todo momento --le aseguro mientras la cubria bien con el acolchado. Luego de darle un beso en la frente se alejo en direccion a la puerta de la habitacion. --?Y la tia? Emma me dijo que es una bruja. --Oli, tienes que entender algo... Tu tia era una bellisima debutante, pretendida por muchos de los solteros mas codiciados de aquel entonces. Cuando tu padre se enamoro de Fatima, eso causo un gran revuelo aqui --le respondio con cierto pesar en la voz--. Imaginate cuando se supo del nacimiento de ustedes dos... --?Nosotras arruinamos su vida? --?Que? !No! No. Jamas piense eso, amor --se apresuro a responderle--. Pero eso creo una brecha entre tu padre y ella. Kenneth jamas iba a permitir que alguien despreciara a su esposa ni a sus hijas. Menos aun una criatura caprichosa y consentida como lo era su hermana... Oli fruncio el ceno, preocupada. --Ella no va a hacer nada que pueda perjudicarte, pequena. Asi que quedate tranquila en ese sentido --le aseguro mientras entreabria la puerta para salir--. Tu padre puede estar algo delicado de salud, pero su espiritu esta intacto. Te aseguro que el aclaro todo con su hermana antes de permitir que se te acerque. --?Y por que no puedes tu seguir siendo mi carabina? --Aunque habian ido a una pocas y pequenas reuniones, Oli no habia podido conocer nada de Londres porque a las pocas semanas habian partido hacia el campo por orden del medico de su padre--. Contigo me siento cuidada. --Porque mi pedigri no es el adecuado para los eventos a los que asistiras a partir de ahora, Oli. Pero sabes que siempre voy a estar aqui para ti --logro susurrarle a traves del nudo que se le habia hecho en la garganta--. Ahora, duerme, pequena, que la dama es conocida por madrugar. Y estoy segura que cuando llegue va a querer hablar contigo. --!?Que?! --Su padre no le habia mencionado nada al respecto de eso. --Es solo para que se conozcan, Oli. Tranquila. Ten confianza. --Le ofrecio una sonrisa que esperaba fuera reconfortante--. Ahora, a dormir, pequena. --Hasta manana --susurro en respuesta, y la puerta se cerro dejandola sola con sus pensamientos y preocupaciones.

  • Con mis propias manos de Maurizio De Giovanni

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  • En pos de la verdad de Pedro Prendes

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    Uno de los tantos periodistas que se vio obligado a salir de Cuba en los primeros anos de la revolucion, regresa luego de casi medio siglo. La justificacion de su regreso es la constante busqueda de la verdad. El no penso nunca en volver, mientras las causas por las que tuvo que salir existieran, pero un dia, mientras revisaba un paquete de viejos recortes de periodicos, que con curiosidad y delicadeza su esposa guardara en un cofre, y en los que sus ideas estuvieron involucradas, se encontro con una noticia de aquellos tiempos que lo hizo detener subitamente y cambiar de idea.

  • Contemplaciones de Zadie Smith

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    Se escribiran muchos libros sobre el 2020: analisis historicos y politicos, informes exhaustivos. Este no entra en ninguna de esas categorias, y ademas aun no estamos ni a mediados de ano. Mi intencion ha sido organizar, en los retazos de tiempo que estos peculiares meses nos han concedido, algunos sentimientos y reflexiones que los sucesos han provocado en mi hasta ahora. Son, por encima de todo, ensayos personales; modestos por definicion, breves por necesidad. A principios de la crisis volvi a leer las Meditaciones de Marco Aurelio, pero, por primera vez en mi vida, no como un ejercicio academico, ni por placer, sino con la misma actitud con que leo las instrucciones para ensamblar una mesa: necesitaba asideros practicos. (Que los asideros que Marco Aurelio ofrece sean espirituales no los hace menos practicos, en mi opinion.) Desde entonces, otra clase de crisis ha venido a sumarse a la primera y, aunque no soy mas estoica ahora que antes de abrir ese antiquisimo libro, me dio dos indicaciones que no tienen precio: hablar contigo mismo a veces ayuda y escribir significa que alguien puede oirte. Londres, 31 de mayo de 2020 Peonias Justo antes de marcharme de Nueva York me encontre de pronto en una posicion inesperada: agarrada a las rejas del Jefferson Market Garden mirando a traves de los barrotes. Un momento antes iba a la carrera, como de costumbre, intentando sacar provecho de dos minutos que habia rascado de los tramos de cuarenta y cinco en que, entonces, fraccionaba mis dias (compactando y nivelando cada bloque de tiempo con la precision con que un nino construye un castillo de arena). Dos minutos <> equivalian a un macchiato (en un mundo ideal, sin necesidad de pagar en efectivo, si nadie me daba conversacion). En aquella epoca, la hoja de mi pala siempre estaba afilada para ahuyentar a camareros parlanchines, madres excesivamente simpaticas, estudiantes en apuros, lectores curiosos: cualquiera que me pareciese una amenaza contra mi programa. Ah, !que bien protegida iba! Pero, a traicion, me ataco… la horticultura: los tulipanes que florecian en el triangulo de tierra de un pequeno jardin metropolitano. No es que los tulipanes sean flores muy sofisticadas; un crio podria dibujarlos; y ademas eran de un rosa chillon con vetas naranjas. Desde el mismo instante en que me detuve a mirarlos desee que fueran peonias. Nacida y criada en la ciudad, no era consciente de sentir un entusiasmo especial por las flores, o al menos no un interes tan profundo como para renunciar al cafe. Aun asi, segui aferrada a los barrotes de aquella verja; no iba a soltarme. Y no estaba sola: a ambos lados del Jefferson habia otras dos mujeres, ambas mas o menos de mi edad, atisbando a traves de la reja. Era un dia frio, radiante, azul; ni una nube entre el World Trade Center y el numero de siete digitos pintado en el viejo anuncio de la farmacia Bigelow. Las tres teniamos obligaciones que atender; no obstante, algun instinto poderoso nos habia atraido hasta alli, y el afan depredador con el que escrutabamos aquellos tulipanes me hizo recordar como describia Nabokov la presunta genesis de Lolita: <> Siempre me ha interesado esa cita, aun sin creer una sola palabra de lo que dice. (Algo inspiraria Lolita, sin embargo, estoy convencida de que no hubo primates implicados.) El cientifico ofrece el trozo de carboncillo esperando o deseando una revelacion trascendente sobre ese chimpance, pero la revelacion resulta ser fruto de la mera contingencia, de una serie de circunstancias determinadas, de la situacion como tal. El chimpance esta enjaulado por su naturaleza, por sus instintos y por sus circunstancias (el orden de los factores habran de debatirlo los zoologos); es lo que hay. Por mi parte, no necesitaba que un freudiano me explicara que aquellas tres mujeres de mediana edad, al filo de la perimenopausia, se habian sentido atraidas por un simbolo que pregonaba la fertilidad y el renacimiento en medio de una yerma metropolis de cemento… Y, en efecto, cuando advertimos la presencia de las demas, las tres sonreimos avergonzadas. En mi caso, sin embargo, fue una verguenza bien distinta a la que habria sentido en otro tiempo, cuando era muy joven y lei Lolita por primera vez. En aquella epoca, para mi, la jaula de mi circunstancia era el genero. No en su manifestacion concreta: me gustaba mi cuerpo. Pero no lo que creia que significaba: que estaba atada a mi <>, a mi cuerpo animal --al reino simiesco del instinto--, y todo esto de un modo mucho mas fundamental que, digamos, mis hermanos. Yo tenia <>, ellos no; yo debia prestar atencion a distintos <>, ellos no necesariamente. Habia palabras especialmente dirigidas a mi acechando en el horizonte, empaquetadas de antemano para senalar las posibles etapas de mi existencia: podria convertirme en una solterona, podria convertirme en una arpia, podria ser un <>, una madura deseable o una mujer <>, mientras que mis hermanos, sin importar que mas les ocurriera, continuarian siendo simplemente hombres. Y al final, con suerte, llegaria a ser la criatura mas patetica de todas, una anciana a quien ya adivinaba como alguien a quien cualquiera, hasta los ninos, se permitiria dar lecciones. Solia escuchar la cancion You Make Me Feel (Like A Natural Woman) [Me haces sentir (una mujer natural)] e intentaba imaginar su contrapartida. Podias hacer que alguien se sintiera un hombre <> (sin duda, otro tipo de jaula), pero nunca un hombre natural: un hombre era un hombre era un hombre. Doblegaba la naturaleza a su voluntad; no se sometia a ella, salvo en la muerte. La sumision a la naturaleza iba a ser mi reino, y era un reino al que yo no queria pertenecer: seria una mujer, pero no natural. Me negue a llevar ningun tipo de control de mi ciclo menstrual, por ejemplo, prefiriendo ponerme a llorar el lunes y descubrir la (supuesta) razon de mi llanto el martes. Si, mucho mejor eso que prepararse a conciencia para un lunes triste o creer que era inevitable sin mas. Mis estados de animo eran mios: no reflejaban la naturaleza. Me negue a tolerar la idea de que nada en mi siguiera un movimiento ciclico, mensual. Y si algun dia decidia ser madre, lo seria cuando llegara <>, por mas que sonaran las alarmas en los temidos relojes de las revistas femeninas. De los <> no queria ni oir hablar: no era una gallina clueca. Y, a partir de los veinte, si algun freudiano atrevido hubiera osado insinuar que mi apartamento, lleno de cojines peludos, alfombras peludas, almohadas peludas, mantas peludas y pufs peludos, delataba un deseo sublimado de compania en el sentido animal, o que inconscientemente acolchaba el nido con esperanzas de albergar nueva vida, desde luego le habria ensenado a ese impertinente donde estaba la puerta. Yo era una mujer, pero no esa clase de mujer. Hoy quiza lo llamarian <>. No dispongo de un termino mejor. Aun asi, en el nucleo de ese rechazo latia una obsesion con el control comun entre mi gente (los escritores). Suele decirse que la escritura es <>; a mi nunca me ha parecido una descripcion correcta. Plantar tulipanes es creativo; plantar un bulbo (me imagino, porque nunca lo he hecho) es participar con un pequeno gesto en el milagro ciclico de la creacion. La escritura es control. La facultad donde doy clases de hecho deberia llamarse Departamento de Control de la Experiencia. La experiencia --enigmatica, abrumadora, consciente, inconsciente-- nos arrolla a todos. Intentamos adaptarnos, aprender, acomodarnos, a veces resistiendonos, otras veces sometiendonos, para encarar lo que venga. Los escritores, sin embargo, van mas alla: toman esa masa informe de perplejidad y la vierten en un molde de su propia invencion. La escritura es siempre resistencia. Y tal vez por eso sea una actividad noble, y a veces incluso util, una vez sobre el papel; sin embargo, por lo que se, no funciona como practica para la vida real. En la vida real, la sumision y la resistencia carecen de una forma predeterminada, y para una escritora como yo resulta aun mas desconcertante que ciertos valores --sumision, negativo; resistencia, positivo-- que por norma se asocian a las palabras que los escritores vierten en la pagina, no son fiables sobre el terreno. A veces es un acierto someterse al amor y un error resistirse al afecto; a veces es un error resistirse a la enfermedad y un acierto someterse a lo inevitable; y viceversa. Cada novela que lees (y ni que decir las novelas que escribes) planteara alguna teoria acerca de que actitud conviene adoptar en que momento, y --si lees las suficientes-- te ofrecera, cuando menos, un amplio repertorio de reacciones posibles. Sin embargo, sobre el terreno, la experiencia no tiene epigrafes, ni saltos de linea, ni elipsis que te permitan recuperar el aliento… no da tregua.