D Arquero Lopez - TODOS SUS LIBROS
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La esperada lluvia de Myriam Imedio
https://gigalibros.com/la-esperada-lluvia.htmlUn secreto milenario, una cuenta atras y un cielo a punto de estallar. Nadie escapara de la tormenta ni de la verdad. No se puede huir del destino.
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Todos los dias de mi vida (2 de 2) de Coral Fernweh
https://gigalibros.com/todos-los-dias-de-mi-vida-2-de-2.htmlNo tardamos en volver a la sala donde los documentos esperaban.
Me pare en seco en cuanto le vi de espaldas.
Senti que el corazon se me paraba, que no podia respirar.
Mis pies se habian quedado clavados en el suelo y su olor.
!Dios!, su olor me volvio a transportar a todos esos recuerdos
que tanto echaba de menos.
En cuanto se dio la vuelta, su mirada choco con la mia.
Su mandibula se tenso y rapidamente desvio su mirada.
Me senti horrible. -
Come bien hoy, vive mejor manana de Henri Joyeux
https://gigalibros.com/come-bien-hoy-vive-mejor-manana.html?Por que la mejor forma de coccion son el vapor suave y la barbacoa vertical? ?De que manera la carne roja aumenta el riesgo de cancer de senos y colon? ?La pildora puede provocar cancer? ?Como combatir la osteoporosis sin abusar de los lacteos animales? ?Pueden los alimentos frenar el riesgo de alzheimer?
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Imperfecta armonia de Paula Gallego
https://gigalibros.com/imperfecta-armonia.htmlGrite. Pero nadie escuchaba. Aunque estaba sola en casa y nadie me oiria, mi alma gritaba por dentro, sin atreverse a levantar la voz. Sabia que era aquello. Sabia que si mi interior desataba todo lo que habia guardado esos meses, estaria algo mas en paz y no tendria ni que plantearme lo que me disponia a hacer en esos instantes. Pero esa era la unica forma que tenia de desahogarme. Y por eso me encerre en el bano, me sente en el suelo de marmol y vacile con la cuchilla sobre mi piel unos segundos para, despues, cortarme. Y ahi estaba. La sangre, la liberacion. Ya me sentia mejor. No era ingenua. Habia leido sobre ello. Sobre los "cutters"; gente que se autolesiona, que generalmente se corta, buscando una forma de expresar lo que no puede decir con palabras. Se por que lo hacia. Se que el subidon que experimentaba justo antes de cortarme, y la descarga de tension despues, el alivio, eran lo que me llevaban a hacerlo una y otra vez. Era mi droga, mi adiccion. Y era completamente consciente de ello. Pero no tenia intencion de parar. No era una suicida, ni una persona que quisiera llamar la atencion. Si la gente lo supiera, habria dicho que estoy enferma. La mayoria no lo entenderia, es "insano". Pero, para mi, en cambio, era la unica forma de mantenerme mentalmente "sana". Si no pudiera cortarme, me habria derrumbado hace mucho tiempo. Me levante despacio, y limpie la sangre y la cuchilla. Me la meti al bolsillo, baje las mangas de mi camiseta y volvi a mi cuarto, para esconderla en el cajon de los calcetines. Mi tia Beatrice no suele fisgar. De hecho, no creo que entre nunca en mi habitacion. Pasa mucho tiempo fuera de casa, y yo me encargo de hacer mi propia colada y de mantener ordenado mi cuarto; no soporto el desorden. Me acerque al tocador. Y una chica paliducha de dieciseis anos me devolvio la mirada desde unos ojos azules y cansados. Frente al espejo habia un cepillo y a su lado un botecito con pastillas. Es triste que a mi edad estuviera tomando antidepresivos. Pero me consolaba la idea de que podria ser peor. Si mi tia o mi psicologo se enterasen en algun momento de que me cortaba… Bueno, me imagino que los antidepresivos habrian sido el menor de mis males. Guarde la cuchilla que llevaba en el bolsillo, cogi una de las pastillitas, y me asegure de que eran las cuatro de la tarde. Cerre los ojos y la trague sin pensar. Despues me arrepenti de no tener cerca un vaso de agua, pero ya era tarde. Aun asi, con un desagradable regusto en la garganta, baje al piso de abajo a por uno. Mire mi muneca desnuda. Alli, hacia tan solo una hora, habia estado mi querida pulsera azul; la que me regalo mi madre por mi noveno cumpleanos. Y su perdida, en parte, era una de las cosas por las que estaba triste aquel dia. Mi tia Beatrice me habia regalado una blusa de una de aquellas tiendecitas autonomas del centro, esas demasiado pobres como para asentarse en la Gran Avenida, pero que se encuentran a tan solo unas calles de distancia de esta. No me quedaba bien, y tenia que ir a descambiarla. Tendria que haber ido con mi tia, porque odio ir de compras sola. De hecho, odio cualquier actividad que implique salir sola de casa. Pero el caso es que la tienda cerraba pronto y era el ultimo dia para descambiar la prenda. Mi tia estaba trabajando y tenia que acercarme yo sola. Y ademas de la verguenza que pase diciendole al dependiente que la mayoria de la ropa que me ensenaba no me gustaba, habia perdido mi pulsera azul. No es que fuera algo irremplazable. Hacia mucho que no me la ponia, pero ultimamente me gustaba llevarla conmigo. Ahora ya no podria hacerlo. Dentro de la tienda habia estado jugueteando con ella, y seguramente la habia perdido en un descuido. Suspire, resignada, y enfile las escaleras. Cuando subi, me quede paralizada en la puerta de mi cuarto. Deje caer el vaso y se hizo anicos sobre el suelo de madera. Delante de mi, y al otro lado de la habitacion, habia un chico mirando distraido por la ventana. Con unos dedos delgados y alargados retiraba cuidadosamente la cortina, con la vista fija en la calle otonal. Era alto y moreno. Llevaba unos vaqueros ajustados, y una camiseta negra con la que se le marcaban los biceps. Me quede sin respiracion, y me recorde a mi misma que lo impactante no era su fisico, sino que se hubiese colado en casa. Sacudi la cabeza para reponerme y entonces cai en la cuenta de que podria ser peligroso. Pero me daba miedo moverme, mi tia aun tardaria en llegar. Ademas, si intentaba salir corriendo puede que me alcanzara; a lo mejor resultaba ser rapido. Bueno, mas rapido que yo seguro. Me decante por el plan B. --?Quien diablos eres tu y que haces aqui? --Eso me preguntaba yo. --Su voz era suave, pero grave. --?Quien eres? --Me llamo Jack. --Muy bien, Jack… ?Y que se supone que haces en mi casa? --Ya te he dicho que no lo se. Entonces oi que se abria la puerta del piso de abajo. Escuche el tipico repiqueteo del llavero de mi tia y me relaje un tanto. Ella sabria que hacer. No parecia un tipo peligroso, pero aun asi podria ser alguien desequilibrado. Volvi a darle un repaso; no parecia un loco. --!Beatrice! --Grite sin apartar la mirada del extrano que habia irrumpido en mi cuarto. Espere. --!Beatrice, date prisa! --Ya voy, ya voy. Sus tacones resonaron en el entarimado de madera. Por fin, tras unos interminables segundos en los que imagine como el guapo y pacifico Jack se convertia en Jack el destripador y nos mataba a las dos, Beatrice llego a mi lado. La mire a ella y, despues, al frente. Ella siguio mi mirada. Bien. No parecia asustada. ?Tal vez lo conocia? ?Estaria haciendo el ridiculo? --!?Pero que has hecho?! --Exclamo. --?Te encuentras bien? --Miro al vaso hecho pedazos en el suelo y luego me miro a mi. --Beatrice… --Susurre, alzando la mano hacia el desconocido. Pero ella se me adelanto, y camino hacia el con paso seguro y firme. --?Por que tienes esto a oscuras? !Por eso se te ha caido el vaso, porque no veias nada! -- Dijo, mientras se dirigia a la ventana, hacia donde estaba Jack y… y paso por delante de el. Por su lado, sin inmutarse siquiera. Incluso pude ver como rozaba su brazo sin que se dignara a levantar la cabeza hacia el; como si no lo hubiera visto. Ahogue un grito y me quede con la boca abierta. Mi tia volvio a mi lado y me dijo que iria a por una escoba. Yo asenti, sin apartar la mirada del desconocido que se encogia de hombros como si la cosa no fuera con el. Instintivamente, mire hacia el bote de pastillas del tocador. Y entonces cai en la cuenta de que me habia vuelto rematadamente loca. Era oficial. La senorita Mel estaba peor que una cabra. Capitulo 2 Cai derrotada sobre la cama. Tenia dos opciones: me lo callaba, o lo contaba. Ambas incluian cosas buenas y cosas no tan buenas que me preocupan mas. Si hablaba, era probable que me medicasen aun mas, que doblasen las sesiones del psicologo y, probablemente, que descubriesen lo que hacia con mi cuerpo… Y, con un poco de mala suerte, quiza me internasen en algun centro. Pero si no lo decia… Bueno, lo unico que estaba en juego era mi propia salud mental. Jack cotilleaba, curioso, cada rincon de la habitacion mientras yo iba acostumbrandome a mi locura con la cara enterrada entre las manos. Estaba en shock. Despues de un rato, en el que ninguno hablo, me decidi a romper el hielo. --Jack. --Pronuncie, con prudencia. --?Que haces aqui? --Dimelo tu. --Dijo mientras jugueteaba con el marco de una foto. --Oh. Asi que… ?Quien eres en realidad? ?Un espiritu o un angel que quiere que descubra por mi cuenta por que necesito su ayuda? --No. --Nego con la cabeza. --Cuando te he dicho que me lo dijeras tu, era exactamente porque creia que tu lo sabrias mejor que yo. No tengo ni idea de que hago aqui. Solo se que me has traido tu. --Aja… --Murmure con cansancio, sintiendome ridicula por seguirle la corriente a un producto de mi imaginacion, de mi mente. --?Y quien eres exactamente? --Soy Jack. --?Jack que mas? --Solo Jack. Me deje caer en el colchon. Madre mia, !estaba hablando con alguien que no existia! Tras unos segundos de absoluta desesperacion, me incorpore y cruce el pasillo que separaba mi cuarto del bano. Lo acabas de hacer. No, no lo hagas. Lo acabas de hacer. Lo acabas de hacer. Lo acabas de hacer… --Me repeti, una y otra vez, delante del espejo. Pero no tenia fuerza de voluntad. Busque una cuchilla de depilar, pues no queria que mi nuevo amigo Jack viese como sacaba mi cuchilla especial del cajon de los calcetines, y la hice vacilar sobre la piel de mi brazo. Lo acabas de hacer. Otra vez no… --Grito alguien desde algun rincon de mi interior. Pero nadie le escucho, porque los gritos de mi alma afligida amortiguaron el sonido. Y en mi cabeza solo podia pensar en la gloriosa sensacion que vendria despues de hacerlo. Derrame un hilillo de sangre. No mucha, la suficiente para sentirme mas serena. Limpie todo concienzudamente y volvi a mi cuarto, donde me esperaba mi nuevo trastorno. Pase a su lado sin prestarle atencion y me pregunte que debia hacer. Tenia que distraerme hasta la hora de la cena. Pero solo pensar en ver los programas que retransmitian a esas horas en la tele… me ponia enferma. Tampoco queria salir. En esos instantes, no me apeteceria ver a nadie. Y, aunque quisiera, ?con quien podria quedar? Seamos sinceros, solo tenia una amiga y casi siempre estaba ocupada. Pero ese no era el mayor de mis problemas en aquel momento. El mayor de mis problemas media mas de uno ochenta, era moreno y tenia una sonrisa de infarto. Ojala pudiera decir que solo era la tipica chica colada por el bombon de clase. Ojala. Pero no era asi. Cogi un libro y baje al salon. Por algun motivo, me daba reparo quedarme a solas con el. Me tire en el sofa y escuche a Beatrice mover cacharros en la cocina. Eso me relajo. Sin embargo, al cabo de unos minutos, oi como Jack bajaba las escaleras y se acercaba a mi. --?Tu quien eres? --Me dijo, como si fuera el el sorprendido. No le conteste, volvi a distraerme con la lectura y procure no prestarle atencion. --Dime al menos como te llamas. Yo te he dicho mi nombre. Hice como que no le escuchaba. --!Eh, vamos! --Me chillo. --!No grites, trato de leer! --Le espete, malhumorada. --?Dices algo, Mel? --Oi la voz de mi tia desde la cocina. --No… Nada. --Le dije, consciente de que acababa de gritarle a mi propia imaginacion. Volvi a mi habitacion atropelladamente y me encerre dentro. --No me hables en publico. --Le pedi a Jack. --Entonces prestame un poco de atencion cuando estemos a solas. --Alzo una ceja. Sacudi la cabeza. No podia creer lo que estaba pasando. --Escuchame. --Le dije, senalandolo con el dedo. --No pienso hablarte, ni mirarte, ni prestarte atencion. Estas en mi cabeza, y cuando deje de pensar en ti, te iras. Entonces tome una decision. Haria como si todo fuera normal. Jack podia ser un efecto secundario de los antidepresivos. Seguramente, si dejaba de pensar en el, se acabaria yendo. Desapareceria sin mas, igual que aparecio…
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El fantasma enmascarado de Raul Garbantes
https://gigalibros.com/el-fantasma-enmascarado.htmlIllinois, 1960. Nathan Jericho es un hombre anticuado y el detective perfecto para clientes que necesitan resolver casos imposibles. Son especialmente las mujeres en apuros quienes tienen una afinidad especial con el detective caradura y hallan en el un protector reservado que no cejara en su empeno por hallar la verdad, sin importar los riesgos. En esta oportunidad una viuda desequilibrada solicita sus servicios para que la salve de ser asesinada por su esposo, el cual ha muerto hace muchos anos y ahora se le aparece usando la misma mascara que llevaba el dia que la conocio en un baile de disfraces. ?Como es esto posible? ?Testimonio de locura o experiencia paranormal? Jericho no cree en historias de fantasmas y debera resolver este misterio antes de que sea demasiado tarde.
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Los secretos del faro de Santa Montefiore
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> Country Wives < > Amazon Misterio y romance en un paisaje idilico Ellen Trawton esta a punto de casarse con un hombre al que no ama, su trabajo la deprime y su madre se entromete en todos los aspectos de su vida. Cuando un dia descubre un punado de cartas dirigidas a su madre por una tia Peg, cuya existencia hasta entonces desconocia, decide huir. ?Que mejor lugar para romper todo contacto con el pasado que el imponente paisaje de Connemara? Pero tras la salvaje belleza de ese perdido rincon de Irlanda se oculta un misterio que parece imposible de desentranar. -
Sucedio en Las Vegas de Grace Marie March
https://gigalibros.com/sucedio-en-las-vegas.html--LO que pasa en las Vegas se queda en las Vegas --dijo Olga levantando la copa para brindar con sus amigas en la cena que habian organizado en el hotel donde se iban a quedar ese fin de semana, tanto sus amigas, como sus familiares levantaron la copa para brindar por la felicidad de ella.--Cuando supo Aidan que veniamos a las Vegas perdio todo el color de la cara, pense que le iba a dar algo --le dijo Cloe a su amiga Sophie. --A Robert le paso lo mismo --dijo riendose. Olga y sus dos hermanas, Rebecca e Irene, eran las hijas de Alexandra Winchell, unica hija de Rebecca, lo cierto es que ellas no estaban muy unidas a su familia materna, se veian pocas veces, tenian muchisima mas relacion con la familia de su padre, pero cuando conocieron a Cloe, la esposa de su primo hermano y a Sophie, hija de un amigo de la familia, entre ellas crecio una gran amistad. --No puedo creerme que mi hermana pequena se case antes que yo --dijo Rebecca en plan dramatico--, como se case tambien Irene, ahi si que me da algo. --dijo provocando las risas de todas, pero Rebecca oculto sus verdaderas emociones con esos chistes y con un par de copas de mas, en verdad ella penso que seria la primera en casarse, habia tenido una relacion seria que se termino cuando quiso hacerle una visita sorpresa a su novio, en su piso, para celebrar su aniversario y la sorpresa se la llevo ella al verlo junto a la vecina en la cama. No solo rompio con el ese dia, sino que tambien vio afectada su autoestima cuando el le dijo que al fin estaba con una mujer de verdad, ella siguio con su vida, refugiandose en sus estudios y su trabajo, llegando a entrar en una gran empresa, ascendiendo hasta el departamento de recursos humanos, por meritos propios, como le gustaba recordar a sus hermanas. Poco a poco se fueron retirando todas de la discoteca del hotel, pero Rebecca insistio en quedarse a tomar una copa mas, pese a que ya habia tomado mas de la cuenta, si hubieran estado sus hermanas o sus primas se la hubieran llevado si o si, pero las amigas de Olga simplemente le hicieron caso. --?Rebecca? Ella se giro al escuchar su nombre y se quedo mirando al hombre que tenia frente a ella, entrecerrando los ojos tratando de verlo mejor, ya que con las copas de mas que llevaba le veia doble. --?Jefe? --Si, soy Eduard, ?te encuentras bien? --No lo se, en estos momentos creo que tengo alucinaciones, sera mejor que me vaya a mi habitacion--, estaba tratando de levantarse cuando el la escucho murmurar--, vengo hasta aqui para alucinar viendo a mi jefe, para flipar, igual es un mensaje de que quiero acostarme con el y hasta ahora no me habia dado cuenta. Eduard no pudo evitar reir ante sus palabras y al ver que casi se cae, la cogio por la cintura para ayudarla. --Vamos, que no creo que puedas llegar tu sola. --Nunca me ha pasado esto, alucinar con ver a mi jefe, si no sueno ni contigo ni nada, no eres el dueno de mis fantasias mas ocultas. --Si sigues asi destrozaras mi ego en pocos dias. --Bueno, voy a ver donde me lleva esta alucinacion tan extrana--, trato de ponerse de pie delante de el--, ?vas a despedirme? --dijo de pronto y parecia hecha polvo, llevandose una mano al pecho--, No, eso no puede ser, me llamarias a tu despacho y no vendrias a buscarme a las vegas. --volvio a apoyarse en el para volver a ir hacia las puertas--, mi hermana pequena se casa, voy a ser la solterona de la familia--, empezo a decir cuando le entro hipo--, y a este paso tambien la borracha --dijo empezando a reir--, me han dejado sola --dijo poniendose de nuevo triste. --eso es porque Adara no ha venido, es mi mejor amiga, ella estaria aqui conmigo, seguramente mas borracha que yo. --No se si eso es posible. --?Que haces aqui? --He venido a visitar a un amigo, tipo tu Adara. --?Si?, y habeis venido a las Vegas. --Es que el vive aqui. --Ahhhh --ella se aparto un poco de el y se sento en un reservado antes de la salir de la discoteca--, dejame descansar, todo me da vueltas, ?podrias traerme algo para beber? Eduard hizo un gesto al camarero y pidio dos aguas, ella vio la botella cuando se la pusieron delante y le miro horrorizada. --Es lo unico que te voy a pedir --le advirtio. Rebecca saco el movil y el vio que realizaba una llamada, pensando que seria a alguien para que fuera a buscarla, se sorprendio cuando la escucho. --Si, ya se que hora es, …, Adara es que estoy teniendo una especie de fantasia con mi jefe, ?que crees que pueda significar?, …, no, aun tenemos la ropa puesta, …, ?por que dices que eso no es una fantasia?, …, vale, entonces como estamos vestidos es normal, …, ?y que crees que quiere decirme mi subconsciente?, …, no, cobro bien, no quiero un aumento de sueldo --Eduard escuchaba boquiabierto--, vale, yo me dejo llevar, luego te llamo, …, vale manana, sabes que me ha dicho que tiene un amigo en las vegas, le voy a decir de quedar los cuatro y te lo presento, …, es verdad, si es una fantasia, olvida lo que te he dicho. Dejo el telefono en su bolso, bebio un sorbo de agua con cara de asco y le miro. --Voy a dejarme llevar --le dijo Rebecca. --Bueno, lo cierto es que estaba hablando con mi amigo, porque precisamente necesito casarme. --?Tienes novia? --No, y necesito estar casado durante dos anos para cobrar una herencia de un excentrico tio. --Madre mia, ya se lo que pasa, como he dicho que mi hermana pequena se iba a casar antes que yo, mi subconsciente me ha traido un marido --dijo casi cayendo encima de la mesa--, necesito algo mas fuerte que agua. --Solo vas a beber agua, vamos que te llevo hasta tu habitacion. --Pero no has venido para casarte, aqui en el hotel hay una capilla --dijo ella tratando de levantarse--, pero te aviso, si no me caso de Marylin, yo no me caso. --?Me vas a firmar un papel comprometiendote a estar casada conmigo durante dos anos? --Claro, porque no, no tengo planes para los proximos dos anos --dijo volviendo a sentarse --, todo me da vueltas. --Tal vez deberias irte a tu habitacion, lo mejor es que lo hablemos manana, no te veo en la mejor de las condiciones. --Mira, jefe --dijo ella tratando de senalarlo--, esta es tu ultima oportunidad conmigo, te casas ahora, siempre y cuando yo vaya de Marylin o te olvidas de casarte conmigo para siempre. Eduard la miro y saco un sobre de su chaqueta, sacando las hojas del interior. --Habia redactado esto, lo cierto es que me iba a casar con una prima de mi amigo, pero ahora mismo pienso que sera mas creible si me caso contigo, aun no esta puesto el nombre, seria escribirlo y firmar. --Pues vamos alla --dijo cogiendo los papeles y no pudiendo leerlos del mareo que llevaba --, te los voy a firmar sin leer, mira si confio en ti. --Despues de firmarlos, se levanto junto a el --. Vamos a por mi vestido. --Yo no pienso vestirme de Elvis. --Pero que soso eres, no puedo creerme que no quieras hacer eso, mal empezamos con esta boda. --Cada uno puede casarse como quiera. --Vale --dijo un poco a reganadientes--, vamos alla, no puedo creer que vaya a casarme la primera de mis hermanas.
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El juramento de Whitechapel de Jose Javier Abasolo
https://gigalibros.com/el-juramento-de-whitechapel.htmlAno 1888. Tras la muerte de su madre, el joven Sabino Arana, quien pocos anos despues fundara el Partido Nacionalista Vasco, decide dejar los estudios que estaba cursando en la Universidad de Barcelona y regresar a Bilbao. Un tanto confuso y desorientado, sin saber que hacer con su vida, su hermano mayor le propone ir a Londres para que, bajo la tutela de un viejo socio y amigo de su padre, fallecido pocos anos antes, aprenda el idioma y se sumerja en el mundo de los negocios. Pero, sobre todo, para que se recupere animicamente.
Pese a sus protestas iniciales, accede finalmente a los deseos de su hermano y partira hacia la capital britanica. Pero sus intenciones de tomarse su nueva vida con calma se veran truncadas, pues la fecha de su llegada a la capital britanica sera tambien la elegida por el hombre que posteriormente sera conocido como Jack el Destripador para cometer el primero de sus asesinatos.
Sabino, nada mas desembarcar, se vera arrastrado, a instancias del hijo de su tutor, extranamente interesado en el caso, a una sorprendente investigacion para desvelar quien esta detras de esos horribles y macabros asesinatos y que pretende con ellos. -
Una dama infortunada de Laura A. Lopez
https://gigalibros.com/una-dama-infortunada.htmlLady Poppy, mejor conocida como lady Calamidad o calamidad con piernas, no se destacaba exclusivamente por su belleza, sino por su poca gracia para los caballeros. Siendo la hija de un duque, no faltaban aspirantes a su dote, pero si a su corazon.Entre los aspirantes quebrados, se encontraba Laurence O’Dunne marques de Salisbury, quien tenia ocupado el corazon por otra dama, pero el con solo una sonrisa logro enamorarla. Otro aspirante al corazon de Poppy era Arthur Chastain, conde de Lincoln, quien conquista la amistad de la muchacha con las mejores intenciones, de caracter tranquilo y paciente se ve envuelto en confidencias de Poppy que lastiman su corazon y restringen su confesion hacia ella.Lady Poppy debera escoger entre los suenos de su mente y la realidad que ignora, entre un amor comprado y uno sincero. Entre dos caballeros, solo uno sera el dueno de su amor.
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Solo lo compadeci (Cartas robadas 1) de Corin Tellado
https://gigalibros.com/solo-lo-compadeci-cartas-robadas-1.htmlMerle ha contraido matrimonio con Rex hace apenas dos meses, pero las cosas no marchan como esperaba. Tal como le confiesa a su amiga Irma a la vuelta de la luna de miel, Merle se ha dado cuenta de que comparte muy poco con su nuevo marido. Solo la atraccion fisica, si acaso. De manera que mas que su esposa, ella viene a ser como una amante para el. Y eso la inquieta y la defrauda. Por si fuera poco, un antiguo novio sin escrupulos reaparece ahora en su vida y la amenaza con airear unas cartas muy comprometedoras a menos que le entregue cinco mil dolares.
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Balas de paja de Luis De Los Llanos Alvarez
https://gigalibros.com/balas-de-paja.htmlVillaciegos, 1958. Un pueblo tan diminuto como su futuro y su cuartel de la Guardia Civil. En un rastrojo, sobre unas balas de paja, aparecen los cadaveres de dos peones agricolas. En un principio se cree que es el fatal resultado de una reyerta entre rusticos. Pero la perspicacia del teniente Gaston, urbanita fuera de lugar, y el sargento Gaston, veterano de bofetada pronta y buen conocedor del alma humana, intuiran la complejidad de un caso en lo que casi nada es lo que parece.
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Cristina en las Highlands (Las Highlands 3) de Jana Westwood
https://gigalibros.com/cristina-en-las-highlands-las-highlands-3.htmlEl silencio. El atronador silencio. Abrio los ojos lentamente mientras el dolor lo acompanaba en su regreso al mundo de los vivos. Trato de levantar la cabeza para vislumbrar el manto de cadaveres que se extendian a su alrededor, pero el dolor que le produjo ese sencillo gesto le resulto insoportable y se desmayo. Cuando volvio a abrir los ojos su cerebro reacciono con mayor rapidez y los recuerdos de la batalla regresaron en forma de gritos, ruidos metalicos y olor a polvora. La ultima imagen antes de caer habia sido la de su padre desplomandose con la sangre saliendo a borbotones de la herida de su cuello. Trato de incorporarse, pero la cabeza le daba vueltas. Rodo hasta colocarse bocabajo. Quiza asi pudiera tener una vision clara del campo de batalla y le seria mas sencillo llegar hasta su padre. Volvio a levantar la cabeza, pero todo a su alrededor habia cambiado. Ya no habia cadaveres y estaba entre arboles. Se apreto las sienes con las manos, convencido de que veia visiones. --Agachate --dijo una voz a su izquierda. --?Patrick? El otro le hizo un gesto para que callase y le senalo con el dedo hacia su espalda. Cuando se giro vio el color rojo del uniforme ingles y comprendio que esas alimanas estaban recorriendo el campo de batalla en busca de supervivientes para acabar el trabajo. Patrick le hizo otro gesto con el dedo, como si se cortase el cuello para advertirle de que eso era exactamente lo que estaban haciendo los dragones de su majestad. Miro a su amigo y sin emitir sonido vocalizo ampliamente para preguntarle por su padre. El otro le confirmo que habia muerto. Los dolores que lo atacaban por todo el cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, resultaron nimios frente al sentimiento que se abrio paso en su pecho al saber que Joseph Done, el hombre mas admirable de la tierra, estaba muerto. A su mente llegaron los primeros momentos de la batalla cuando la furia y la hombria se abrian paso frente al raciocinio, empujandolos contra el enemigo. Las primeras filas de highlanders habian levantado sus espadas con determinacion. Morir matando, esa era la consigna. Las demas tropas salieron de los flancos y se unieron a ellos con un ritmo desigual. Por el rabillo del ojo pudo ver que algunos de los soldados habian dudado y mantuvieron su posicion demasiado tiempo. Entre esos hombres estaban los MacDonald. Su abuelo los maldeciria un millon de veces por la actitud que habian tenido. Por las venas del viejo corria sangre MacDonald, aunque para su padre siempre fue tan solo un bastardo. Se toco la cara y desprendio parte de la capa de sangre y barro que la cubria. No recordaba el primer golpe, tan solo el ultimo. La imagen de su padre desplomandose con aquella mirada sorprendida despues de que el maldito ingles le cercenara el cuello. Jamas olvidaria esa mirada. Si los que portaban enormes espadas habian caido, no queria pensar en todos aquellos pobres diablos que iban pertrechados con hojas de guadana, azadas, palos y arpones. Campesinos cuyo odio habia convertido sus herramientas de labranza en armas con las que destripar a su enemigo. Los ingleses tenian mejores armas y soldados entrenados. Ellos solo contaban con el conocimiento de su propia tierra y un exaltado fervor por defender su modo de vida y a su rey. Y el fervor no fue suficiente. Patrick le indico que lo siguiera y se arrastro por el suelo utilizando los codos. El lo imito en silencio con un insoportable dolor en el brazo y en la pierna. Hasta ese momento no se habia dado cuenta de que no podia moverla. Detras de ellos les perseguian los gritos de los heridos a los que los dragones estaban rematando. Cuando estuvieron lo suficientemente lejos como para poder ponerse de pie, Patrick se paso el brazo bueno de su amigo por el cuello y lo sujeto de la cintura para ayudarlo a caminar. La suerte volvio a sonreirles en aquel aciago dia y se toparon con uno de los caballos extraviados de la contienda. Montaron en el, no sin muchas dificultades a causa del herido, y se alejaron silenciosamente. Ninguno de los tres queria regresar a aquel infierno. Tan solo querian alejarse lo mas posible. Detuvo el caballo en lo alto de la colina, desde alli se divisaba el castillo de Robert Done. Giro la cabeza lo suficiente para asegurarse de que su amigo estaba consciente. Habia perdido mucha sangre y estaba muy debil, por lo que habia tenido que recogerlo del suelo dos veces. --No nos acogera --dijo casi sin fuerzas--, nos echara a patadas o nos entregara a los ingleses. --Te moriras si no te curan esas heridas --sentencio Patrick mientras apretaba las piernas contra el caballo para que se pusiera en marcha, sujetando las riendas con firmeza y evitando que se moviera demasiado. --Entonces dejame frente a la casa y tu, marchate --dijo el otro inclinandose peligrosamente hacia un lado. --Aguanta un poco mas. Capitulo 1 Cristina se dejo caer contra el respaldo de la silla todavia en shock. Las imagenes que habia estado revisando en el ordenador de Deacon seguian pasando frente a sus ojos sin que pudiera darles credito. ?Que pretendia hacer con ellas? Les habia puesto incluso fecha a futuro, como si tuviera pensado publicarlas. Pero el no le haria eso. No podia ser. Fuese por el motivo que fuese, las habia grabado sin su consentimiento y no habia ninguna razon para que ella deseara que aquellos videos existieran. De modo que los borro, asegurandose de que no quedaban almacenados en la papelera. Tambien borro los otros, los de Kalinda, aunque fuera una puta era una mujer y no se merecia eso. Porque estaba segura de que ella tampoco sabia que la habia estado grabando, de haberlo sabido jamas habria dejado que se le viese la celulitis. Se puso a buscar por toda la casa hasta encontrar todas las tarjetas de memoria de Deacon. Borro todo lo que habia en ellas, no le apetecia ver mas porno y no se iba a arriesgar. Sonrio, taimada, iba a tener que grabar mucho para tener material para sus videos. Se sentia amenazada, como si una sombra oscura estuviese acechandola para saltar sobre ella en cualquier momento. No habia peligro, sabia que tenia tiempo de sobra, habia salido a surfear con sus amigos y nunca regresaba antes de las cinco de la tarde, pero igualmente sentia aquella urgencia, aquel temor a ser <
> antes de haber terminado con todo. Tuvo tanto miedo de que pudieran recuperarse aquellos videos que se guardo las tarjetas para destruirlas cuando estuviese en su casa. Se sento frente al ordenador y lo miro con odio. ?Como habia podido Deacon hacerle eso? Lo de que la estuviese enganando con Kalinda ya era una putada, pero que estuviese guardandose videos de ellos dos haciendolo era una violacion en toda regla. No era una mojigata, le gustaba el sexo, por supuesto, pero practicarlo. ?Quien le impedia compartir los videos? Estaba claro que iba a cortar con ella, ?para que los guardaba? Y ?por que tenian fechas a futuro? Subio los pies a la silla y se abrazo a sus rodillas. No pudo contener los sollozos y todo su cuerpo se agito como las olas sobre las que Deacon surfeaba en ese mismo momento. ?A quien trataba de enganar? Lo de Kalinda le habia hecho dano. Las cosas entre Deacon y ella no iban bien, pero todas las parejas tienen problemas. La imagen de la youtubera del momento, que estaba causando sensacion con sus videos de maquillaje, se fue haciendo mas y mas nitida en su cerebro. De pronto un monton de senales luminosas se encendieron en sus recuerdos. La ultima, en la fiesta del sabado en casa de Clara, cuando entro en la cocina y vio a Deacon delante de Kalinda, que estaba sentada en la encimera de marmol. El actuo con tanta naturalidad que creyo lo que dijo, aunque ahora solo recordaba la mirada de Kalinda, su sonrisa inocente y el abrazo con el que la obsequio... Luego estaban los comentarios con sus amigotes sobre lo buena que estaba la youtubera y el exito que le esperaba. A su mente llego tambien su conversacion con Marta. --No me gustan nada estas fiestas --dijo Marta. --Lo se --habia respondido Cris. Marta se habia escabullido hasta el patio delantero y Cris la encontro sentada en el suelo, recostada contra la pared con una cerveza en la mano. Se habia quitado los zapatos de tacon que, aunque no tenian mas que siete centimetros, para ella eran una tortura. Todo el mundo estaba en la parte de detras de la casa, en la zona de la piscina, bebiendo cocteles. --No se por que he venido. Cris se sento a su lado poniendo cuidado en que la piedra del suelo no le hiciese una rozadura en su terso y desprotegido trasero. Aun tenia el pelo mojado del chapuzon que acababa de darse en la piscina y solo llevaba puesto un bikini de lo mas cuco. --?Por que no te gustan? --pregunto cogiendo la botella de cerveza que le ofrecia. Marta la habia mirado de un modo extrano y, al recordar ahora aquella mirada y sus palabras, todo cobraba sentido. --Porque siempre veo cosas que no quiero ver. En ese momento Cris penso que se referia al suceso con Wichi, que se habia tirado a la piscina como su madre lo trajo al mundo. --Creo que no voy a volver a aceptar estas invitaciones --dijo Marta--. Ya se que es bueno para el canal tener contactos, pero siempre me ha ido bien por mi cuenta. --Todo el mundo te quiere --habia dicho Cris. Y era cierto. Su canal de belleza era de los mas respetados y todo era gracias a su sinceridad y buen trabajo. --Yo me tomo esto en serio. Y no se que narices hago en una fiesta con gente como Wichi, Sanders o Deacon, que lo unico que hacen es ponerse a parir todo el tiempo y luego los ves planificando a escondidas su proxima bronca mediatica. --Tienen millones de seguidores --siguio Cris. Marta giro la cabeza y la miro con tristeza. --Tu tambien deberias alejarte de todo esto, Cris. --Se puso de pie con los zapatos en la mano--. En serio, acepta mi consejo: alejate de toda esta gente. En ese momento comprendia muy bien a que se referia con < >. Estaba claro que ella tambien sabia lo de Deacon con Kalinda. Para ser honesta debia reconocer que ella tambien habia fallado. ?Cuanto hacia del ultimo polvo? Era cierto que a ella ya no le apetecia casi nunca, pero el tampoco es que insistiera mucho. Solto el aire que se le habia acumulado en los pulmones y se limpio las lagrimas. No, de ningun modo iba a permitir que le hiciese lo que le hizo a Mayte, su antigua novia. Se levanto de la silla, cogio el ordenador y salio con el por la puerta que daba al jardin, recorrio el trecho que habia hasta la piscina y sin un apice de duda lo lanzo al agua y lo observo mientras se hundia. --Que te jodan, imbecil. --?Que ha hecho que? --Maria la miraba con los ojos como platos--. Deacon es gilipollas, pero eso es demasiado incluso para el. Cristina asintio hecha un mar de lagrimas. --?Como puede haberme grabado sin mi permiso? Estoy segura de que eso es ilegal. --Eso esta claro. --!Dios! --sollozo con la nariz tan roja que parecia iluminada. --Vamos a tranquilizarnos --dijo Maria acercandole el paquete de panuelos--. Deja de llorar que no se lo merece. ?Estas segura de haber borrado todos los videos? ?Tambien los de la camara? Cristina se limpio la cara al tiempo que asentia. --Todos. --Esperemos que no tuviera ninguna copia en el movil. Nego con la cabeza. -
Ensayo sobre el loco de las setas de Peter Handke
https://gigalibros.com/ensayo-sobre-el-loco-de-las-setas.htmlEn la serie de cinco “ensayos” que ha venido publicando desde 1989, Peter Handke (1942) ha explorado y desarrollado nuevos caminos en el campo de la creacion literaria, en unos peculiarisimos textos que combinan el recuerdo, la autobiografia y la reflexion, al tiempo que alumbran una nueva mirada sobre la cotidianidad. En “Ensayo sobre el loco de las setas” (2013), Handke toma como hilo del que tirar la figura de un amigo de infancia. Iniciado en la actividad de recoger setas en el bosque en la posguerra por motivos esencialmente economicos, la atenta mirada sobre la naturaleza a que aquella lo obliga acaba transformandolo en un ser para el cual la foresta, emblema de la naturaleza, se convierte en lugar de encantamiento y revelacion.
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A Sexy Berling Christmas (Sexy Berling 1), Maya Blair de Maya Blair
https://gigalibros.com/a-sexy-berling-christmas-sexy-berling-1-maya-blair.html -
La bailarina de Auschwitz de Edith Eger
https://gigalibros.com/la-bailarina-de-auschwitz.htmlEger tenia dieciseis anos cuando los nazis invadieron su pueblo de Hungria y se la llevaron con el resto de su familia a Auschwitz. Al pisar el campo, sus padres fueron enviados a la camara de gas y ella permanecio junto a su hermana, pendiente de una muerte segura. Pero bailar El Danubio azul para Mengele salvo su vida, y a partir de entonces empezo una nueva lucha por la supervivencia. Primero en los campos de exterminio, luego en la Checoslovaquia tomada por los comunistas y, finalmente, en Estados Unidos, donde acabaria convirtiendose en discipula de Viktor Frankl. Fue en ese momento, tras decadas ocultando su pasado, cuando se dio cuenta de la necesidad de curar sus heridas, de hablar del horror que habia vivido y de perdonar como camino a la sanacion.
Su mensaje es claro: tenemos la capacidad de escapar de las prisiones que construimos en nuestras mentes y podemos elegir ser libres, sean cuales sean las circunstancias de nuestra vida. -
Amor que hiere de Ulises Novo
https://gigalibros.com/amor-que-hiere.htmlUna manana de otono, Michael, un atractivo profesor de Literatura, y Sheila, una joven universitaria de ultimo curso de Estudios Ingleses, se encuentran casualmente en una libreria.
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The Best Affaire. la cita perfecta de Lina Galan
https://gigalibros.com/the-best-affaire-la-cita-perfecta.htmlMe llamo Sara y ultimamente me pasa de todo. Y nada bueno. Me he quedado sin trabajo, no encuentro un empleo decente por culpa de la crisis (o eso me quieren hacer creer), mi exnovio me acosa y, para colmo, acabo de cumplir treinta anos.
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Salud a ciencia cierta de Miguel Angel Martinez-gonzalez
https://gigalibros.com/salud-a-ciencia-cierta.htmlTras haber estudiado a una poblacion de mas de 20.000 personas durante una decada, el mayor estudio continuado hecho nunca sobre salud publica en Espana, el Dr. Martinez-Gonzalez presenta en un lenguaje claro y ameno lo que la medicina sabe hoy en dia sobre algunos de los problemas que mas preocupan a los ciudadanos: el control de peso, la dieta ideal, el colesterol, la actividad fisica, la tension arterial, los controles de salud, el consumo de alcohol, la adiccion al tabaco, el estres y hasta la felicidad.
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Al otro lado de la mirada de Carmen Vidal
https://gigalibros.com/al-otro-lado-de-la-mirada.htmlAl otro lado de la mirada, nos habla de amor y nuevas oportunidades. Nos cuenta como llegamos a juzgar todo lo que nos rodea dependiendo de la perspectiva desde donde miremos.
El bien y el mal pueden estar mas conectados de lo que podemos imaginar, siendo el uno o el otro la llave para alcanzar nuestro destino. La eleccion siempre es tuya. -
La secretaria del jeque de Brenna Day
https://gigalibros.com/la-secretaria-del-jeque.htmlElla jamas imagino ESO de su jefe…
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Sin enamorarnos (Bolonia 1) de Laimie Scott
https://gigalibros.com/sin-enamorarnos-bolonia-1.html -
Presa de tu amor de Fani Aguilar Rubio
https://gigalibros.com/presa-de-tu-amor.htmlLucia, una chica que harta de las infidelidades de su marido decide abandonarlo y mudarse a la ciudad, donde su mejor amiga le hara un regalo inolvidable, viajara a Africa, vivira un secuestro y muchas aventuras conociendo alli al amor de su vida con el cual afrontara una serie de peligros, de los cuales, si se mantienen unidos saldran vivos, pero el destino todavia le deparara algunos obstaculos que tendra que afrontar, una gran decepcion que al final acabara con una serie de emociones y situaciones que ni ella se imagina.
?Saldran vivos los dos de ese infierno?
?O por el contrario sus caminos se separaran?
Solo saldran ilesos si la magia de ese amor se mantiene y hallan al final del camino, el regreso a su felicidad. -
Atrapada en el tiempo (Forastera 2) de Diana Gabaldon
https://gigalibros.com/atrapada-en-el-tiempo-forastera-2.htmlVeinte anos despues de haber experimentado la aventura mas extrana de su vida -un viaje a traves del tiempo hasta la Escocia del siglo XVIII-, Claire Randall regresa con su hija Brianna a las imponentes y misteriosas montanas escocesas donde todo comenzo. Con la ayuda de Roger, un joven historiador, Claire se lanza a una obsesiva busqueda de las tumbas de los caidos en la batalla de Culloden, librada en 1745. El paso del tiempo no ha podido borrar los intensos recuerdos de un amor dificil de explicar. Con el transcurrir de los dias, Claire ira descubriendo, ante los ojos incredulos de su hija y de Roger, el fascinante secreto cuya clave es el cauce interior que conduce al pasado.
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Las calles que se volvieron playas de Jose Javier Lara Hidalgo
https://gigalibros.com/las-calles-que-se-volvieron-playas.htmlHay perdidas que te cambian la vida. La de Alberto transcurre entre el estres del trabajo y los malos habitos. De repente, un dia tiene que emprender un viaje para seguir los ultimos pasos de su hermano y cumplir el deseo que dejo pendiente. Descubrira una vida diferente, secretos que fue dejando por el camino y tendra un encuentro que le hara ilusionarse de nuevo con el amor.Javier Lara arranca en Paris un viaje que reconducira por toda la costa cantabrica desde San Sebastian hasta Fisterra.
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Todas mis noches seran para ti (Volumen independiente), Lina Galan de Lina Galan
https://gigalibros.com/todas-mis-noches-seran-para-ti-volumen-independiente-lina-galan.htmlJean Olsen continua con su lucha diaria contra los fantasmas del pasado que lo acosan en Olsen House. Su chofer, que se ha convertido en su amigo y en su mayor apoyo, decide que la mejor forma de combatir sus adicciones es teniendo a una mujer diferente cada noche, por lo que le confecciona una lista de citas faciles.
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Todo esta muy oscuro (Las doce puertas 3) de Vicente Raga
https://gigalibros.com/todo-esta-muy-oscuro-las-doce-puertas-3.html?Te atreves a entrar en el universo de Las doce Puertas? Piensalo bien porque te costara salir.
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Atentado de Mariano Gambin
https://gigalibros.com/atentado.htmlAtentado. La Novela. Thriller. Un desgraciado incidente provoca la contratacion de dos peligrosos asesinos para atentar contra los reyes de Espana en una visita a la ciudad con motivo de la inauguracion del templo masonico rehabilitado como museo. Ambos decidiran que el lugar adecuado es la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. Los asesinos actuan por separado y cada uno ideara un sistema de atentado contra los monarcas el 15 de febrero a las dos de la tarde. La policia tendra noticia de su existencia bastante tarde, tal vez demasiado... Un tubo volcanico aparece debajo del subsuelo de la calle del Pilar, en pleno centro de Santa Cruz. Dentro de la galeria se descubre un pasadizo subterraneo que lleva a una inquietante camara donde se desarrollaron rituales profanos hace mas de doscientos anos. Dos cadaveres centenarios anaden muchas incognitas a un enigmatico y amenazador secreto. Para ello la arqueologa Marta Herrero debera enfrentarse a sus propios miedos.
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Cero negativo de Judith Galan
https://gigalibros.com/cero-negativo.htmlDespues de casi diez anos, Cat regresa a Sabadell, con un hermano adolescente del que tuvo que hacerse cargo y el temor a reencontrarse con su padre.
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A favor del viento de Jim Lynch
https://gigalibros.com/a-favor-del-viento.htmlJoshua Johannssen ha pasado toda su vida entre veleros. Su abuelo los disenaba, su padre los construia y competia en ellos; su madre, obsesionada con Einstein, sabe por que y como funcionan (o no). Josh y sus dos hermanos llevan la vela en la sangre, y su patio de juegos fue el estrecho de Puget, en el estado de Washington. Pero tanto su hermana como su hermano huyeron hace muchos anos: Ruby a Africa, entre otros lugares, para hacer buenas obras en tierra, y Bernard a quien sabe donde en el mar, como fugitivo y pirata.
Con la sensacion de haber llegado a los treinta y uno de repente, Josh (que repara barcos de todo tipo en un puerto deportivo al sur de Seattle) se siente dolido y confuso por lo que quiera que fuese mal en su volatil familia. Sus padres no se hablan, su desconcertado abuelo bebe cada vez mas y el mismo (pese a su incesante y comico frenesi de citas en linea) ni siquiera esta cerca de encontrar novia. Pero, cuando los Johannssen se reunen inesperadamente para la regata mas importante en estas aguas (todos juntos en un velero clasico que construian hace decadas), encontraran sus destinos y llegaran a conclusiones reveladoras. -
Suenos en una botella de Nut de
https://gigalibros.com/suenos-en-una-botella-de-nut.htmlA ver... ?quien quiere salir ahora? --pregunto Mary. Varias docenas de manos infantiles se alzaron con precipitacion, sacudiendose en el aire para mostrar su descontrolada impaciencia. Mary las contemplo henchida de orgullo; el entusiasmo de sus pequenos alumnos de seis anos siempre la llenaba de una satisfaccion profesional que en ocasiones rozaba la inmodestia. --Jason. --Apunto con el menton a un nino regordete sentado en el tercer pupitre de la fila central--. ?Quieres ensenarnos tu dibujo? Jason bajo de la silla ilusionado, tanto que los nervios le hicieron trastabillar y a punto estuvo de caer al suelo. Los otros alumnos celebraron su torpeza a carcajadas. El, luciendo una sonrisa pintada de chocolate, correteo con el dibujo apretujado entre los dedos hasta donde su profesora le esperaba, ignorando feliz las agudas risas. --?Como se llama tu monstruo, Jason? --le interrogo la mujer acuclillandose a su lado. El nino estiro los brazos y mostro su obra a los expectantes companeros sujetandola con ambas manos, tan tensa su pose que el papel amenazaba con rasgarse. --!El Terrible Hombre Brocoli! --anuncio usando un tono grave y tenebroso que pretendia asustar, aunque lo unico que logro fue arrancar mas risotadas infantiles. En el papel, entre pegajosas manchas marrones, se podia apreciar una figura imprecisa, que recordaba vagamente a un ser humano de color verde musgo con cabeza de alcachofa. --?Y que te da miedo del <
>? --inquirio Mary, recogiendo detras de la oreja del crio un rizo rebelde de su negra pelambrera. --Mis padres dicen que si no me como todo el brocoli vendra el y me comera a mi --declaro abriendo mucho los ojos y asintiendo con el convencimiento de un erudito. La sonrisa benevolente de Mary no desaparecio, pero tras sus labios los dientes se apretaron hasta rechinar unos contra otros. Los padres, siempre ellos. Necios egoistas que infiltraban en aquellas maravillosas mentes miedos y baldias supersticiones sin querer ser conscientes del dano que sembraban. En honor a esos padres olvidadizos y pateticos, empenados en repetir con sus hijos los mismos errores que sus progenitores cometieron con ellos, cada Halloween ponia en practica junto a sus ninos < >, como le gustaba definir aquel sencillo experimento mas sicologico que pictorico. --Pero no tenemos que tenerle miedo, ?verdad, Jason? --El nino sacudio la cabeza a un lado y a otro con tanta fuerza que le temblaron los mofletes--. Porque los monstruos... --!No existen! --concluyeron los ninos con un grito triunfal y escandaloso. --Por eso no pueden hacernos dano --sentencio Mary, irguiendose con aire victorioso, acogiendo aquellas voces estridentes como el mejor premio a sus esfuerzos. Si de pequena alguien hubiera tenido la deferencia de ayudarla a deshacerse de sus monstruos como ella ayudaba a sus alumnos, quizas su infancia no seria el lugubre recuerdo invadido de sombras e indefinidos temores que era. < >. Durante anos, aquella repetida amenaza domestica la hizo vivir en un estado de aprensivo nerviosismo. Crecio como una nina asustadiza e insomne, que por las noches, al cerrar los ojos, intuia en los rincones de su dormitorio la presencia agazapada de aquel hombre sin rostro que aguardaba alerta para saltar sobre ella justo en el instante en que dejara de ser una nina buena. Un ente de quien sabia, unicamente, que existia para causarle un incierto dano que por desconocido, era aun mas aterrador. --?Quien quiere salir ahora? --pregunto, desterrando de sus pensamientos al Hombre Oscuro, obsoleto fantasma vencido hacia ya mucho tiempo a fuerza de voluntad, y animando a Jason con un empujoncito maternal a regresar a su asiento. De nuevo los ninos apuntaron al techo con sus energicos brazos. Incluso aquellos que ya habian participado mostrando su dibujo se unieron al resto, deseosos de repetir aquel instante de inocente gloria. Y de nuevo Mary, para su disgusto, percibio, al igual que habia ocurrido en cada anterior ocasion, la ausencia de una mano alzada en el ultimo pupitre de la fila junto a la ventana. La nina que lo ocupaba, fiel a su mal habito, no se habia dignado a mostrar el mas minimo interes por lo que sucedia a su alrededor. Mary torcio el gesto. En cada curso, con cada nueva avalancha de ninos, aparecian uno o dos alumnos que, por indescifrables motivos, le inspiraban un frio rechazo, el cual, aun siendo poco profesional, se veia incapaz de remediar. Ese era el caso de aquella criatura introvertida y taciturna. No sabia que detestaba mas de ella, si el pelo encrespado y negro que coronaba su testa siempre inclinada, el rostro macilento y anguloso, los huidizos ojos azules que nunca miraban de forma directa a nadie o la inquietud y repulsa que inspiraba en los otros alumnos. --Lily, ?has hecho tu dibujo? --le pregunto, a sabiendas de que muy posiblemente no habia cumplido con su tarea. Lily no respondio, se levanto sin alzar la vista y, tomando de su pupitre una hoja de papel, camino con pasos cortos y amortiguados bajo la mirada atenta y silenciosa de los demas alumnos. Al llegar junto a Mary se detuvo, los huesudos brazos flaccidos a los lados del cuerpo y la hoja pendiendo de su mano inerte. --?Como se llama tu monstruo? --la interrogo, alzando suspicaz una ceja. --El Hombre que Sonrie --respondio en un susurro. Algunas risitas afloraron entre los ninos. < >, penso Mary, resignada. <>. --?Y por que te da miedo? --continuo, sin mucho interes. --Porque por las noches se mete en mi cama --respondio en una pausada locucion que hizo que todos los ojos se posaran en ella con recelosa curiosidad--. Se sienta encima de mi, me aplasta y me hace dano. Mary percibio la corriente de alarma que, semejante a un latigazo, recorrio el aula. --No te puede hacer dano --se apresuro a corregir Mary--. Porque los monstruos... --!No existen! --corearon los ninos, pero sin el entusiasmo esperado. Lily inclino un poco la cabeza para poder mirar de soslayo a su profesora. --El mio si --musito con voz ronca. Mery no supo si fueron los inesperados golpes en la puerta lo que la hicieron dar un respingo o la vision fugaz de las hondas, dilatadas y huecas pupilas, que eran los ojos de aquella nina. --Senorita Renfield. --La airosa cabeza de la directora asomo tras la puerta--. El senor Myers, el padre de Lily, ha venido a recogerla --anuncio --. Tiene cita con el medico. --Ve a por tus cosas. --No sin cierto alivio, Mary empujo a la nina apartandola de su lado--. No hagas esperar a tu padre --le insto, al tiempo que distraida tomaba la hoja que Lily le tendia--. Ningun monstruo es real. Solo existen en los cuentos --recito examinando con desaprobacion el dibujo--. Por eso no pueden hacernos dano. < >, cavilo con desden mientras contemplaba la torpe ilustracion esbozada en el papel de un hombre alto y por completo calvo, que lucia una sonrisa ancha trazada de oreja a oreja, y que por ojos tenia un par de borrones azul cobalto pintados con exagerado vigor. -
Sophie (Simplemente Amor 1) de Azminda Cancino
https://gigalibros.com/sophie-simplemente-amor-1.htmlNorthman-Carter Jones. Tres apellidos, una fortaleza.
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Sylvia de Leonard Michaels
https://gigalibros.com/sylvia.htmlEn Sylvia no hay suspenso. Apenas empieza el relato, como en las tragedias griegas, la suerte esta echada, y esta echada aun antes de que se arrojen los dados. Prerrogativas de la ficcion autobiografica: Sylvia es la version estilizada del primer, catastrofico matrimonio de su autor, Leonard Michaels; el hombre que hacia fines de los anos ochenta se decide por fin a escribirla, casi treinta anos mas viejo que el que la vivio, escritor mas que reconocido, sabe demasiado bien que el menu con que termina su relato no incluye perdices sino cuarenta y siete pastillas de Seconal. La forma tragica, sin embargo, es una decision literaria, no un dictado de las circunstancias. El relato de Michaels no descubre, no devela nada que no este cifrado ya en la sorda combustion de sus primeras paginas, cuando el narrador, convencido de acudir a una cita inofensiva con una amiga de la universidad, tropieza de golpe con el plus de esa morocha desconocida que acaba de salir de la ducha, o en la eficacia sinoptica de una sola escena, un solo gesto, un solo objeto: el traje de bano del novio italiano de Sylvia, que esta deja colgando del picaporte del lado de afuera de la puerta mientras espera en el sillon, desnuda, que su nueva presa --el incauto narrador-- caiga en la trampa. Apenas los dejan solos, antes incluso de intercambiar las primeras palabras, el narrador dice sentir que son <
>. Como pasa con los grandes relatos, lo que importa no es la carniceria sino la morbidez de la carne, el filo, el brillo y la elegancia de los cuchillos y, sobre todo, los matices infinitos que el rojo sangre es capaz de cobrar cuando los ilumina un ojo fotosensible. Todo esta escrito desde el comienzo, en Sylvia, de modo que todo puede suceder rapido, muy rapido, como solian suceder las cosas en los buenos viejos tiempos, y sobre todo en la Nueva York que describe Michaels, tan autobiografica como los hitos cada vez mas atroces de su via crucis sentimental: una ciudad que es pura simultaneidad, suerte de orgia de radicalidad donde el vociferante Lenny Bruce coexiste con las espaldas de Miles Davis, el saxo de Ornette Coleman musicaliza la predica de Malcolm X y el protoescritor que despierta entre cucarachas y ratas --zoo de cristal de los departamentostugurio donde palpita la bohemia neoyorquina-- se pasea una hora mas tarde en un Porsche descapotable con Jack Kerouac en el asiento delantero, declamando a voz en cuello las insidias que los criticos escriben sobre el. Para el narrador y Sylvia --flapper anacronica, cuyo flequillo Michaels trasplanta, ayudado por el psicoanalisis, de los roaring twenties a los golden sixties-- se trata ante todo de avanzar a toda velocidad, quemar etapas. Recien se conocen y ya se han mudado juntos de ciudad, ya se descubren durmiendo bajo el mismo techo. No es de extranar, pues, que ese primer hogar les dure lo que les llevo elegirlo: una noche, tiempo suficiente para que quien les alquila la pieza sufra en carne propia los efectos del soundtrack pasional (fornicar + pelear), aun indecorosos, al parecer, para los estandares mas bien laxos de los anos sesenta. Pero la calle en la que los amantes se sorprenden al otro dia no es un accidente sino una necesidad, la ley fatal de una relacion que ya al mes de nacer se piensa como < >: la intemperie es el espacio propio del calvario amoroso, no importa si adquiere la forma visible de un dos ambientes en Greenwich Village, un estudio en el SoHo o un piso en Columbia, tres de los puntos cardinales entre los que Michaels hace rebotar sin piedad a sus dos heroes sangrantes. Claro que no sangran por la misma herida. Sabemos que Sylvia Bloch tiene diecinueve anos, que es judia y huerfana y no < >, que nunca tuvo (ni tendra) un orgasmo, que cursa la carrera de Clasicas solo porque el narrador se lo sugiere, que tiene el primer y ultimo gesto de amor banal con el narrador --una vianda para el tren acompanada de una esquela con las palabras < >-- cuando acaba de separarse de el, que le gusta tirar y romper cosas, simular, sufrir y hacer sufrir, desproporcionar, amenazar con suicidarse, suicidarse por fin. Pero ?esta loca Sylvia? El lector precavido se lo pregunta bastante antes que el narrador, y con identica precocidad comprende tambien hasta que punto la pregunta es irrelevante, burguesa, incluso vulgar --tanto como los tapizados tajeados o los cachivaches rotos con que los filisteos confundian las obras maestras de la vanguardia-- aplicada a este frenesi que atraviesa en llamas una epoca que elogia la locura, donde la deformidad no es un accidente indeseado sino un valor (Diane Arbus es uno de los cameos conspicuos del libro de Michaels) y la inestabilidad menos una contrariedad a evitar que una experiencia imperdible, la unica verdaderamente digna de ser experimentada. Sin embargo, fieles a un identikit de mujer-bruja que vetea de un machismo aterrado pero reverencial un buen pano de la mejor literatura contemporanea --del despiadado Philip Roth de The Facts, donde Roth rememora su borrascosa relacion con Margaret Martinson, al paternalismo enternecido del Cortazar de Rayuela, con la Maga como musa loca e inocente --, los descalabros de Sylvia son tan culpables del veredicto psicopatologico con que el lector masculino se apura por neutralizarlos como de su propia envergadura de personaje: bigger than life, hilarante y feroz, extraordinario, o en todo caso extraordinariamente mas comprador --no importa lo mucho, lo en vano que intentemos ahora devolver eso que hemos comprado-- que la sensatez apatica y desconcertada del narrador, judio tambien pero de la rama victima, siempre sorprendido y perplejo y un poco farsante, siempre apagando incendios ajenos, siempre tironeado entre las bolsas de kreplaj y knishes con que lo carga su madre y los SOS colericos, los reclamos, los ultimatums de Sylvia. Cherchez la femme, sin duda. Pero ?para que buscarla si es ella --mujer medusa, monstruo inconformable, motor insomne-- la que esta todo el tiempo en camara, presente como una pesadilla, aun cuando el rostro palido que se desvive por ocupar el cuadro sea el del narrador? Y sin embargo hay que buscarla. Ademas de ser un retrato genial de psycho fatale y una de las memoirs de infierno sentimental mas espeluznantes que haya dado el fin de siglo pasado, Sylvia es tambien una fabula de iniciacion, la cronica de las primeras escaramuzas de un aprendiz de escritor que, para decirlo suavemente, no da pie con bola. Es un plano del libro que se suele pasar por alto, a tal punto tienden a eclipsarlo el magnetismo bestial de la mujer poseida y la logica autodestructiva, a la vez redundante y erratica, disparatada y monotona, de una gran pasion con destino de escombro. En rigor, la guerra amorosa va en Sylvia de la mano de la literaria. Amar y escribir: ese es el plan inicial del narrador, que el narrador mismo -- perfectamente al tanto, sin embargo, del final de catastrofe que lo espera-- evoca al principio fingiendo algo del entusiasmo, la fe, la virginidad originales con que lo acometio. Por candido que sea, el programa llama la atencion por lo persistente. A lo largo del libro, el narrador ama tanto como escribe --lo que, dada la clave catastrofe del relato, quiere decir mas bien que tropieza, pierde pie, se enfanga y naufraga tanto en el amor como en la escritura. Y aunque las batallas del primero lucen bastante mas espectaculares que las de la segunda, es dificil no ver hasta que punto estan conectadas, en que medida la intensidad critica del frente amoroso --frenesi, crispacion, imprevisibilidad-- no es la contracara de los traspies opacos del literario sino mas bien su combustible, su materia prima, incluso su condicion de posibilidad. ?Era asi como habia que amar para poder escribir, al uso psicopatico, vampirizandose hasta la demencia, en los < > anos sesenta? La leccion de Sylvia toca la relacion radioactiva entre vivir y escribir, pero la cosa no es tan simple. < >: si hay algo del paradigma sesentista a lo que Leonard Michaels sigue fiel en los noventa es esa compulsion a eludir lo directo, cierto goce del sentido obtuso que permitia que pelear fuera la metafora de follar (y viceversa) y, para un aprendiz de escritor, quiza, que escribir fuera la metafora de amar (y viceversa). < >, rememora el narrador, < >. En ese sentido, lo que el narrador le debe a Sylvia es mucho, muchisimo mas que cuatro anos de oscura, malsana, procelosa vida sentimental. Le debe en rigor su maquina de escribir: sin duda el artefacto mismo, la Olivetti Lettera 22 que Sylvia le regala (y luego, en uno de sus raptos de furor, le arroja a la cara y estrella contra la pared sin estropearla, al punto tal que es la misma que Michaels dice estar usando en los noventa), pero, de un modo mas fundamental, el programa literario que vertebra sus primeros pasos en la escritura. -
Metamorfosis (Seres malditos 3) de Eba Martin Munoz
https://gigalibros.com/metamorfosis-seres-malditos-3.htmlEl Demonio Rojo, un vampiro empatico y atormentado, acaba de ser convertido por su maestro, lo que le lleva a perder a su “hermiga” Eva. En este tercer libro veremos ese duro proceso de transformacion (fisica, moral y social) mientras el resto de los personajes se va relacionando en asociaciones asombrosas e inesperadas. Emocion, misterio, dolor, suspense, humor y terror se aunaran en esta inquietante entrega de la saga para sorprenderte y emocionarte sin limites. Preparate para reir, llorar, horrorizarte, para SENTIR EN MAYUSCULAS con “Yo” y Eva, con Leo, las nigromantes Luna y Ianire, la muneca diabolica Paula, con el demonio Arioch y un largo elenco de personajes malditos conectados. Y, si ademas quieres tener un personaje en uno de sus libros, que te incluya en la seccion de dedicatorias, y recibir contenido exclusivo, regalos y sorpresas,
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Fabrica de prodigios de Pablo Andres Escapa
https://gigalibros.com/fabrica-de-prodigios.htmlUn pajaro exotico, inmovil ano tras ano en la jaula de una barberia, parece extender un hechizo a su alrededor que acabara decidiendo el destino de un viajante de comercio.
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Un escalon para besarte, Angie Garcia de Angie Garcia
https://gigalibros.com/un-escalon-para-besarte-angie-garcia.htmlVioleta acaba de cumplir treinta anos cuando su estable vida en Barcelona se desmorona y tiene que volver a su pueblo, a vivir de nuevo en casa de su madre.
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Milagro de Danielle Steel
https://gigalibros.com/milagro.htmlDanielle Steel, la maestra de la novela romantica, nos ofrece de nuevo una novela milagrosa que entretiene y emociona.
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Endurance. La prision blanca de Alfred Lansing
https://gigalibros.com/endurance-la-prision-blanca.htmlEn diciembre de 1914, sir Ernest Shackleton y una tripulacion de veintisiete hombres zarpo de Georgia del Sur a bordo del Endurance rumbo al Polo Sur, con el objetivo de cruzar la Antartida, el ultimo continente inexplorado, por tierra.
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Alli estaras de Dawn Brower
https://gigalibros.com/alli-estaras.htmlCarly Gallagher no comete errores. Hasta que un dia comete uno que provoca la muerte de alguien a quien queria. Buscaria consuelo en el hombre del que esta enamorada. . . Si el fuese libre para corresponder a su amor.La vida de Phillip Morrison da un giro de ciento ochenta grados en cuanto conoce a Carly. Todo lo que creia ser cierto resulta ser lo contrario. Aun tiene muchas cosas por decidir, pero algo esta muy claro: ama a Carly y tiene que encontrar la manera de que sea suya.El caos se apodera la vida de los dos y, justo cuando parece que podran estar juntos, el destino les presenta otros planes. . .
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1.280 almas de Jim Thompson
https://gigalibros.com/1-280-almas.html“Yo solo soy un sheriff del sur” declara Nick Corey, un tipo en apariencia lerdo y vago que no soporta a su mujer ni a su cunado, cuya maxima es que solo se detiene a un individuo cuando no hay mas remedio, y eso siempre que sea un don nadie. Todos en Potts County -un lugar imaginario en la America profunda, con una poblacion de 1.280 habitantes- estan convencidos de su apatia y su simplicidad. Pero pronto el lector se dara cuenta de lo astuto que es Corey. Su deseo de ser reelegido para el cargo de sheriff hace que su comportamiento no tenga limites ni conozca escrupulos. Poco a poco, la idea de deshacerse de todos aquellos que se interpongan en su camino va tomando cuerpo. El protagonista expone en primera persona los hechos sin inmutarse, pues en su paranoia llega a creerse elegido para limpiar de escoria el lugar.
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Las incorrectas de Paloma Bravo
https://gigalibros.com/las-incorrectas.htmlEva, Cristina, Candela e Inma no tienen nada en comun (ni el estado civil, ni la profesion, ni la actitud ante la vida) pero se encuentran en el club de futbol de sus hijos. Alli, inmersas cada una en su propia crisis vital, descubriran que la amistad lo puede todo.
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Retablo de Marta Sanz
https://gigalibros.com/retablo.htmlDos cuentos en un libro. Dos mundos enfrentados. Habitantes de dos universos que estan obligados a ocupar las mismas calles. Aquellos que siempre pasearon por ellas y aquellos que transitan de nuevas. La atmosfera castiza, tradicional, las personas de toda la vida frente a la fauna vintage, hipster, la gente de moda. La pequena fruteria o merceria frente a la barberia en la que sirven champan o la galeria de arte de objetos imposibles. Las ciudades y los ciudadanos de los paises evolucionan bajo las condiciones de los fenomenos de gentrificacion, de turismo desbordante o de outlet masivo comercial. Un tono satirico, esperpentico, critico cubre esta realidad en manos de Marta Sanz, una de las escritoras indispensables de la actual literatura espanola.
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La chica de guantes negros (Saga completa) de Juan De Haro
https://gigalibros.com/la-chica-de-guantes-negros-saga-completa.htmlTeddy Benson, un chico solitario de dieciseis anos, conoce a su nueva vecina cuya enfermedad le obliga a usar guantes. Mientras nace entre ellos una oscura amistad capaz de producir cambios en el comportamiento del muchacho, un cadaver tras otro son encontrados en Silverston con extranas manchas rosas. Ken Parker, ayudante de jefe de policia y reacio a los problemas, comienza a investigar los hechos y descubre que las manchas rosas estan relacionadas con el caso que le obligo a abandonar Chicago anos antes y que regresa para torturarle. ?Podra cerrar el caso que marco su vida de una vez por todas? ?Que relacion existe entre el pasado de Parker y los seis cadaveres?
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A la orilla del rio de Robyn Carr
https://gigalibros.com/a-la-orilla-del-rio.htmlLos habitantes del tranquilo pueblo de Grace Valley eran como una gran familia… y a todos les encantaba meterse en los asuntos ajenos.
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El instante preciso en que los destinos se cruzan de Angelique Barberat
https://gigalibros.com/el-instante-preciso-en-que-los-destinos-se-cruzan.html -
Vacaciones en los Hamptons de Sarah Morgan
https://gigalibros.com/vacaciones-en-los-hamptons.html?La escapada veraniega perfecta?
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Agatha Christie de Maria Romero
https://gigalibros.com/agatha-christie.html“Aprendi que no se puede dar marcha atras, que la esencia de la vida es ir hacia delante. La vida, en realidad, es una calle de sentido unico”, escribio Agatha Christie sobre ella. Nacida cuando la emancipacion de la mujer aun parecia lejana, la escritora inglesa fue un espiritu libre. Hecha a si misma, movida por su tenacidad y con una curiosidad sin limites, con las convenciones sociales para vivir experiencias solo reservadas a los hombres. Vivencias -algunas extraordinarias, pero tambien las dolorosas- que se convertirian en el motor de su obra y la llevarian a ser la escritora mas exitosa de todos los tiempos.
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En Tu Nombre Mi Inspiracion de Andres Ruiz
https://gigalibros.com/en-tu-nombre-mi-inspiracion.htmlHabian pasado varios meses desde el fallecimiento de mi esposa y aun sentia, notaba y respiraba el suave olor a perfume que desprendia su cuerpo. Era sabado. Estaba amaneciendo. El despertador sono, como de costumbre, a las siete en punto. Lo unico que lo diferenciaba del resto de los dias era que esa manana no tenia que levantarme de la cama para ir a trabajar. Por estupido que parezca, todos los fines de semana, volvia a retumbar ese desesperante zumbido entre las paredes de mi cuarto. Apague el despertador al instante y me dispuse a echar otra cabezada hasta que diesen, como minimo, las diez. Asi fue como lo hice. Mientras el frio apenas se podia sobrellevar en el interior de la cama, la soledad me hizo ver que desde la muerte de Claud las noches eran pavorosamente mas gelidas. Ella solia dormir con su cuerpo pegado al mio, abrazados, fundidos el uno con el otro, proporcionandonos calor. Siempre descarte la posibilidad de comprar un calefactor por temor a perder, con resignacion, ese dulce y anorado recuerdo. Asi empezo mi historia. Misterioso encuentro el de esa manana, banado en tintes apasionados, que me hizo cambiar la vida. Me encontraba tomando un cafe para desayunar. La taza, pegada a mis labios, me provocaba un pequeno temblor injustificado. Senti a alguien observandome desde el fondo del salon. La cocina no era excesivamente grande. Desde ella se podia ver con claridad el resto del apartamento. El comedor era muy luminoso, por el sol que entraba temprano a traves de la ventana. La orientacion la escogio mi mujer. Ella decia que el este daba la alegria a una casa por la manana y el sur la prolongaba hasta la tarde. !Oh, mi Claud! Siempre alegre. Tu supiste contrarrestar mi tristeza hasta el punto de diluirla en el oceano. Eternamente te estare agradecido por lograr encauzar mi vida por otro camino, por la senda de la hilaridad. Travesia que hendio con tu expiracion. Maldito el trance en el que me encontraba inmerso. Anhelaba que se tratara de un execrable sueno. No habia nadie; sin embargo mi mente era lo que mas deseaba en ese momento. Tal era el convencimiento que crei imaginarme el cuerpo de Claud vagando por el salon. Podia distinguir su pelo resplandeciente y hasta el garzo color de sus ojos. Su actitud emulaba la de alguien que me estaba llamando con gestos reiterados. Su mano izquierda se alzo y con un visaje lento, el dedo indice, en pausado movimiento, subia y bajaba. Parecia tan real que con la confusion, un tanto aturdido, intente pronunciar alguna palabra. No obstante, el desasosiego no satisfizo mi ansia de hablar con ella. Quise levantarme de la silla, pero algo no me lo permitia. Un desproporcionado peso, no correspondido con el mio, hacia que me quedara pegado en ella. Luchaba por acercarme a la espectral silueta. La taza de cafe se me cayo de las manos a las piernas, provocando un acto reflejo simultaneo que origino el que saliera del estado de semiinconsciencia en el que me encontraba. La imagen habia desaparecido. Dudaba sobre si lo que habia visto era real o no. No descartaba la posibilidad de que lo fuera. Al llegar al lugar donde crei ver a mi mujer, sorprendentemente, olia a su perfume. Deduje la imposibilidad de que su olor hubiera quedado impregnado en el sillon desde la ultima vez que estuvo alli sentada. Entre otras razones porque no era de piel. Asustado, comence a vestirme rapidamente. Despues de asearme y afeitarme un poco me marche de casa, bajando por las escaleras apresuradamente. Necesitaba despejar mi mente. Ese era mi unico deseo. La gente, como cualquier manana de sabado, caminaba de forma sosegada, analizando todo aquello que se interpusiera en su trayecto. Senores comprando el periodico con bolsas de pan recien hecho en sus manos auguraban un feliz desayuno junto a la familia. !Que recuerdos de cuando vivias, Claud! !Lo que daria por volver a tenerte junto a mi! La manana parecia haber cambiado. La frescura matutina habia desaparecido por completo. Entre paso y paso me venian a la mente recuerdos. Queria sonar, volver a imaginarme que estaba a mi lado. La evocaba cogida a mi mano, con su fulgurante seguridad, tocando su tersa y suave piel que me embelesaba. Sus caricias se apoderaban de mi alma. Recorrian por medio de impulsos todas las venas de mi cuerpo, ensalzando la alegria y tranquilidad en mi semblante. Pero nada era real en esta dicha. Sin poder aguantarla entre mis manos se me escapo corriendo calle abajo, desvaneciendose poco a poco su imagen por la puerta de la antigua biblioteca. La biblioteca municipal. Hacia tiempo que no iba por alli. Probablemente la ultima vez que estuve fue cuando estudiaba en la universidad. Tras adentrarme en ella percibi que todo se encontraba igual que antano. Fui un asiduo en mi epoca de estudiante. Incluso la senora Mar continuaba en su puesto de bibliotecaria. La edad, que no pasa en vano, habia hecho de ella una agradable anciana. Sus ojos me miraron como si me conociera, pero sus laconicas palabras no. Me noto un tanto asustado. La ocasion lo merecia. Mis ojos no paraban de observar, aunque fuera desde lejos, todos los rincones de la biblioteca. Pretendi no incomodar a las personas que alli se encontraban, trabajando. De ahi que desistiera de mi intento de hallar a Claud. Un tanto mas calmado le pregunte a la senora Mar por la seccion de ciencias. No queria levantar sospechas sobre mi eventual locura; vesania inesperada. La senora Mar me senalo con un frugal gesto el fondo de la biblioteca y me susurro acercandose pausadamente a mi oido. --Yo le conozco. No tengo muy claro si antes leia este tipo de libros. ?Que le ocurre? Parece mas excentrico que antes. ?Las leyes le han perturbado? Indudablemente, la senora Mar recordaba que lo mio era el derecho. Al aproximarme a las baldas era sencillo perder la mirada ante tal cantidad de titulos ajenos a mi entendimiento. Un sinfin de libros que en la vida habria leido coronaban las estanterias. Objetivamente no sabia ni lo que estaba buscando. Escudrine entre los anaqueles por si encontraba algo o incluso a ella. Pero no, !no pudo ser! Claud debia haberse mezclado y esfumado entre los libros. Quizas esa fuera una manera de decirme que el futuro de mi vida se encontraba entre ellos. Una metafora venida de otro mundo para ser analizada entre los mortales. Al albur del momento, entiendo que por culpa del husmeo, una de las obras cayo repentinamente encima de mis pies, provocandome gran congoja. Rezaba El deseo inacabado1. Por razones obvias debia pesar mucho. No solo por el dolor que me habia causado, su aspecto y dimensiones la delataban. Tenia apariencia de ser una obra vetusta. Sus pastas estaban medio sueltas y eran de una especie de papel duro, bastante parecido al carton. Evidenciaba un color rojizo y estriado. Una obra de autor anonimo. Me dirigi al mostrador, donde la senora Mar me comunico que los prestamos se hacian por tres dias. Si sobrepasaba el tiempo establecido me sancionaria con la retirada del carnet. Hui de aquel prodigioso lugar. Decidi sentarme durante un instante en algun cafe. El bar de Nolan. Alli tendria ocasion de echarle un primer vistazo al libro. De por si auguraba una lectura interesante. Por lo menos era de un lenguaje asequible, facil de entender. Una historia de amor y de desengano. Pienso que a veces demasiado doctrinal, como si lo hubiera escrito alguien que deseara impregnar sus conocimientos a una persona querida. Lei y relei ese deseo inacabado. En la vida cada persona es inteligente a su manera, sabe desenvolverse en el dia a dia segun sus preferencias e interacciones. El problema es que, aunque uno conozca la manera de afrontar determinadas situaciones, a veces nos falta la forma de poder ejercitar las ideas y conocimientos. Yo siempre lo comparo con el siguiente ejemplo: seria como tener en casa las recetas de la abuela y no disponer de cocina para elaborarlas, o peor aun, no ser la abuela. Claro que en nuestro caso la cocina es la cabeza de uno. Hasta ahora nadie habia conseguido llegar al grado de madurez cerebral absoluto para poder aplicar todos los conocimientos que alberga la mente. Es facil leer, pero no disponer. Es sencillo querer conseguir algo, pero no es facil poder hacerlo. Cada segundo perdido de mi vida sin ganar intelecto suponia, en este momento, un retraso en mi empeno. No sabia aun ni lo que pretendia. Tal vez poseer muchos conocimientos temporales en el cerebro solo nos sirva para ocupar espacio. Malgastar un lugar que podrian ocupar los fundamentos importantes de nuestra existencia. La sociedad siempre se ha movido por la necesidad de inculcarnos valores, ideas y teorias que en la practica se desvanecen y no perduran en el tiempo. Pero para eso estan los libros, pense. En un conocido y frecuentado cafe-bar del casco antiguo de la ciudad: --Hola, Nolan. Hace tiempo que no le veo. El senor Nolan, de aspecto extravagante y un tanto desgarbado, acercandose a mi espalda, contesto; --Si, es cierto, desde lo de su esposa no hemos vuelto a vernos. ?Como esta? --Bien, --le conteste--, tal vez un poco perdido todavia. --No te preocupes, en poco tiempo todo volvera a ser como antes, ya veras. Aunque hayas sufrido tanto, la vida suele dar un giro importante cuando uno menos se lo espera. Esas palabras del senor Nolan enraizaron dentro de mi cabeza. De forma insolita sirvieron para hacer que me sintiera mejor. La lectura del libro me ayudaba a tranquilizarme. Claras y directas afirmaciones diluidas en un extenso relato. Haria acopio de ellas. Las utilizaria a mi conveniencia. Debia adquirir la facultad de seleccionar todo aquello que quisiera retener. Uno de los planteamientos del libro. Generaria una especie de alzheimer provocado que me ayudaria a crear pequenos archivos de ideas necesarias y borrar todo aquello que fuera prescindible. Engulli un pequeno bocado en el bar de Nolan, originando que a medida que avanzara la manana me entrase excesivo sueno, por lo que decidi volver a casa para descansar. En el camino a casa fui contemplativo, asaz. Adverti una larga hilera de pequenas viviendas mal cuidadas que siempre habian estado ahi. Jamas las habia observado con detenimiento. En estas la gente destacaba por su humildad, siendo un factor mas que suficiente para considerar la modestia de sus moradores. La falta de apoyo institucional, por la necesidad de recursos economicos, se evidenciaba por el vergonzoso descuido del aspecto exterior de las mismas. Por suerte, el destino me hizo encontrarme con Raul Bertel, amigo de la infancia. Habia perdido su pista hacia bastante tiempo. Raul debia ser de mi edad, unos treinta y cinco anos aproximadamente. De complexion fuerte, tenia unos rasgos intensamente marcados. Era oriundo de Granada. Vino a vivir aqui anos atras, porque su padre fue trasladado por motivos laborales. Por desgracia, cuando llego a nuestra localidad, segun tengo entendido, su empresa quebro. Tuvieron que trasladarse a este barrio, uno de los mas modestos de la ciudad. Siempre admire a esta persona, por su sencillez y humildad. Estaba impaciente por saber que habia sido de el. Me revele ansioso por preguntarle cosas, necesitaba que me contara algo bueno; el exito que hubiera podido tener en la vida o los hijos que Dios le hubiera dado. --?Cuanto tiempo? ?Como estas? --!Que alegria encontrarte, si no lo veo no lo creo! ?Eres tu de verdad? --dijo Bertel, mirandome varias veces y tocandome el rostro a la vez que me hablaba. --Si, claro --respondi--. ?Quien iba a ser si no? No he cambiado tanto, ?verdad? --No, no se trata del cambio que hayas podido experimentar. !Te creia muerto! --!Muerto! --dije sobresaltado. --Hace unos meses me llegaron noticias de un colega de profesion. Afirmaba que una persona del mismo nombre que tu y que claramente se ajustaba a tu perfil, desgraciadamente, habia fallecido en su quirofano unos minutos despues de iniciar una intervencion quirurgica por un hematoma subdural. --?Por un que? --respondi sorprendido. --Se trataba del cerebro. Debio ser algo traumatico. No se supo su origen. Pues me alegro enormemente de que no se tratara de ti. Ahora no sabria si estoy hablando con un fantasma o una persona de carne y hueso. --Es curioso que menciones esto --le conteste-- porque a veces creo que... Bueno, da igual, dejemoslo. Mi mujer si fallecio hace unos meses. --Lo siento mucho --exclamo. --?Entonces eres medico? --Si, por supuesto, lo desee desde siempre. El poder salvar vidas era mi mayor afan. Lo que mas me satisface en esta vida es trabajar con personas desamparadas que no tienen recursos. Por eso, tres tardes a la semana, despues de ir a la Mutua Fraternidad-Muprespa asisto a pacientes de este barrio, mi antiguo hogar. De ahi que me encuentres aqui en este momento. Me dirigia hacia aquel hospital --anadio senalando a un edificio cercano--. Tengo pacientes muy singulares, se puede aprender mucho de ellos. ?Sabes? Dan todo por ti, solo por cuidarlos y tratarlos educadamente, en definitiva por ayudarlos. Es facil, ?a que si? Los pacientes necesitan amor, con eso se conforman, y mas en momentos criticos. Les da igual estar moribundos a consecuencia de su enfermedad terminal. Para ellos lo mas importante es sentirse arropados por los que se encuentran cerca. No se si te pongo en un compromiso ?Por que no me acompanas y te enseno todo aquello? No fui capaz de negarme. Por el camino me encontraba totalmente absorto con las palabras que me habia manifestado Raul. Bajo su aspecto, fuerte e iracundo, se escondia una esplendida y enigmatica persona, con grandes valores y marcada personalidad. Egoistamente sabia que rodearme de alguien como el aumentaria toda mi esperanza por conseguir lo que en realidad necesitaba. Mi mujer no se me olvidaba. Yo sabia con certeza que esa manana habia estado en nuestra casa, que se habia dejado sentir y que aspiraba que hiciera algo. Desconocia lo preciso para llegar a ella. Era una imperiosa necesidad el conocerlo, sobre todo para alejar de mi mente el hecho de que pudiera estar volviendome un perturbado. --Raul, ?que tipo de enfermos tratas en tu consulta? --En la mutua ya lo sabes, trabajadores activos. Pero en el centro ahora lo veras. No serviria de nada que te lo contara, hay que verlo. No te preocupes, no hay enfermedades contagiosas. Tu muestrate como si fuesen personas sanas; lo contrario les doleria. Especialmente debes ser mas sensible con los padres. Ellos al fin y al cabo son las personas que peor se sienten al tener que dejar a sus hijos por un tiempo indeterminado, e incluso algunos de ellos para siempre. Perdona, no pretendia avivar tus recuerdos... --No, no te preocupes. Para mi resulto ser la experiencia mas desoladora y a la vez enriquecedora que jamas habia vivido. Por desgracia, todo el ambiente estaba rodeado de muerte. Por lo menos asi lo sentia yo. Era como si no les ocurriese nada a los pacientes. En el fondo, la mayoria de ellos habian perdido la esperanza y conocian de sobra cual era su fatal destino. Se encontraban felices, aparentaban normalidad. Raul tenia especial predileccion por una nina de cinco anos llamada Olga. Olguita, como el la llamaba, tenia la dulce mirada que poseia mi esposa. Con ojos grandes y azules, la imaginaba con un precioso pelo rubio semiondulado. Por desgracia tenia un cancer linfatico, leucemia. Un panuelo rosa fucsia cubria su cabeza. De ella destacaba su gran ternura. Ahora si, ajena a su enfermedad, era la alegria personificada. --Olguita, toma este regalo que te he traido. La chiquilla no fue capaz de esperar a que Raul se lo diera. Se lanzo a su cuello y le propino un fuerte abrazo, arrebatandoselo casi de las manos. --?Que es, que es? --decia con un bonito y correcto acento andaluz. --No te lo puedo decir. Dejaria de ser una sorpresa. Raul le habia regalado una especie de bola en la que al moverse salian muchos copos de nieve que caian encima de los tejados de una pequena ciudad en miniatura. Era preciosa, la nina, por supuesto. La pena era que, por desgracia, la veia a las puertas de la eternidad. Su enfermedad, lejos de perder la esperanza de otros casos similares, no tenia solucion en el estado que se encontraba. La esperanza es lo ultimo que uno debia perder. ?Por que inventarian la detestable ley de Murphy? En la mayoria de las ocasiones, si esperas que algo te salga bien, automaticamente se aplica la repulsiva ley y se estropea. En la vida existen realidades que jamas intuiremos con una simple mirada, aunque las tengamos enfrente de nuestros ojos. Desgraciadamente, solo con un pequeno movimiento, aunque sea provocado de forma instintiva, hacemos que todo cambie. Ese fue el caso, por analogia, de la enfermedad de Olguita. La nina movio su bola de la ciudad de forma energica y reiterada, hasta que se canso. Yo desde el fondo de la habitacion observaba como caian los copos de nieve. Pense en la importancia de un solo movimiento, capaz de cambiar el aspecto exterior de algo. Era la capacidad, a veces no entendida, del que tiene el poder sobre las cosas. Esta experiencia me ayudo personal y espiritualmente. El encontrarme rodeado de esta gente desconocida para mi, con situaciones totalmente heterogeneas, fue mentalmente gratificante. Siempre pienso que hasta que no te ocurre una desgracia similar no se llega a saber con profundidad lo dura que es la vida y hacia donde nos lleva. En realidad, no se nos prepara bien para la muerte. Quizas si en otras culturas. Me encontraba absorto, embelesado, divagando, vanamente sumido en mis pensamientos. Esa paz interior se rompio al entrar una enfermera gritando bruscamente; --!Raul, Dr. Bertel! ?Donde se encuentra usted? --Incorporandose rapidamente --le contesto--, aqui. --Se trata de Gabriel. Tiene convulsiones y sus constantes vitales se encuentran bajo minimos. --Vamos, rapido, prepara una dosis de epinefrina y coja el desfibrilador por si fuese necesario. El Dr. Bertel me explico posteriormente que Rosa era una enfermera que llevaba trabajando toda su vida con personas desahuciadas, sobre todo de medios economicos limitados. Por lo visto se encontraba muy implicada con esta causa. El tiempo se lo permitia, ya que no tenia familia directa, excepto un tio segundo, por parte de madre, que se encontraba en EE. UU. Era un prestigioso directivo de una empresa con mucho renombre y poder. Cuando pensaba lo que podia tener y no poseia, por no haber amasado la misma fortuna que su familiar, se curaba de humildad ayudando a los que eran como ella. Segun decian, algun dia, heredaria su patrimonio. <
>. --Aqui tiene, doctor --dijo la enfermera. Raul actuaba como cualquier profesional de la medicina, trabajaba de forma apacible, sin nervios de ningun tipo. La tranquilidad se transformaba en una acuciante desesperacion para el que se encontraba a su lado. Aunque yo no era sanitario para poder opinar, por supuesto. --No se estabiliza --dijeron resignados. El sonido del electroencefalograma pitaba despacio, marcando la lenta actividad cerebral. Los latidos de su corazon eran muy debiles. Daba la impresion de que se estaba yendo. Intentaban recuperarlo y devolverlo a su estado normal. Cuestion esta ilusoria. Su cara parecia la de un angel que acababa de entrar en el cielo. --Senor Gabriel. ?Como se encuentra usted? No respondia. Mientras se debatia entre la vida y la muerte ocurrio uno de los acontecimientos mas usuales y extranos que se suelen dar en estas situaciones. Gabriel que se encontraba totalmente inconsciente, reflejaba una cara de felicidad que llegaba a lo mas profundo del alma. Reverberaba dulzura y calidez a la vez. Como si estuviera siendo rodeado y recibido por muchas personas queridas. Era evidente, su fallecimiento estaba cerca. Ya no habia nada que hacer. La enfermera y Raul salieron desolados, con la cabeza agachada, quitandose los guantes de latex de las manos. Entiendo que para certificar la defuncion del paciente y realizar los ultimos preparativos. Me di cuenta de que me encontraba solo junto al cuerpo yaciente de este desconocido. No se por que razon me sentia como si fuera imprescindible en aquella habitacion. Pense que se trataba del destino y asi lo acepte. Me acerque al moribundo y susurrandole al oido le dije refiriendome a mi Claud: --Demuestrame la forma de llegar a ella. No sabia si realmente me habia escuchado, pero un pequeno gesto cambio la expresion del Sr. Gabriel. Note como sus pupilas se dilataban. Estaba alejando la mirada hacia un punto concreto de la habitacion. Mire atras, mas bien por miedo a lo que pudiera encontrarme alrededor. Se me puso la piel de gallina. Se trataba de la figura de una anciana que llamaba a Gabriel con la cabeza. El hizo ademan de levantarse; sin embargo, sus pocas fuerzas no se lo permitieron. De forma repentina se le oyo un suspiro, diciendo: --Gracias por esperarme, amor. Cayo en la cama y no volvio a respirar mas. --!Raul! !Raul! !Es Gabriel! Parece que definitivamente ha fallecido. Todo esto es desconcertante, antes de su frivolo y esperado final en la tierra fue capaz de articular varias palabras. --Ya habia fallecido cuando nos fuimos de la habitacion --afirmo Bertel--. Se trata del ultimo suspiro. Seguro que, como siempre, escucharias palabras de asombro por ver a alguien querido o conocido, ?verdad? --expreso Raul. --Asi es. Parecia como si hubiera visto algo. Lo increible del caso es que aprecie una anciana que le llamaba. --Que no te resulte extrano. No es la primera vez que ocurre esto. Hace unos meses tuvimos aqui a una mujer que cuando la hospitalizamos ya estaba moribunda, agonizo durante una semana completa. Afirmaba estar viendo a su marido que fallecio anos atras, incluso charlaba con el. Al principio me asombre bastante, pero empezo a ser algo familiar para mi. Despues de esta mistica experiencia ya era hora de continuar mi camino. ?Que podia esperar mas de este largo dia? Al llegar a casa me vino a la mente lo que le susurre al pobre senor Gabriel durante ese trance. Recorde las palabras que levemente pronuncio, palabras que de forma complaciente daban las gracias a alguien. Todo ello hacia sentirme feliz, con una gran esperanza por volver a ver a Claud algun dia. En la vida terrenal o en cualquier otro lugar existente. Dormi sin mayor preocupacion que la soledad. Esta se me hace dificil de sobrellevar. En ocasiones deseaba volver atras el tiempo para poder hacerle sentir a Claud todo lo que la amaba. No obstante hay deseos que uno advierte cuando ya no los puede realizar, por lo que es mejor no pensarlos. La desesperacion se alia con aquel que frustra sus empenos y yo soy de esos, de los que suenan con poder hacer cosas imposibles. A la manana siguiente me desperte temprano, era domingo. No tenia mayor aspiracion que permanecer en casa. Solo saldria para ir a misa. No se por que razon me apetecia reconciliarme con Dios. Deseaba volver a mi epoca de juventud en la que asistir los domingos a la iglesia era lo habitual. Previamente estuve observando unos retratos de entre todos los recuerdos que guardaba de mi mujer. Cada dia la veia mas guapa. No se me olvidara jamas el momento en que le hice aquella foto. Pense que si la llevaba siempre junto a mi la sentiria mas cerca. La guarde en la cartera, junto a las que ya tenia. Deje a un lado el resto despues de verlas. Recuerdo perfectamente que en esta estabamos los dos en el Castillo de Gibralfaro. Nos encontrabamos divisando la hermosura del paisaje de la ciudad. La vista se perdia en la penumbra hasta topar casi con el continente africano. Era un lugar muy querido por mi. A veces Claud no entendia el porque. En ocasiones me recriminaba que era muy pesado por querer ir de nuevo a ver el monumento nazari. Ella nunca supo que en ocasiones subia a pensar en este enclave, sin ella. Uno de los dias mas bonitos de mi relacion, de los que guardo recuerdos entranables, fue ahi, en ese sitio con tanto encanto, lugar en el que supuestas batallas se habian librado por conquistar los dominios de semejantes parajes. Cuanto amor y odio juntos se entremezclaron para luchar por algo tan preciado y valioso. Solo podia afirmar palabras de halago. Mi queridisima ciudad rezumaba alegria desprendida por el brillo del sol reflejado en el mar. Ese dia subiria a ver nuevamente su encanto. Asi podria cantar en la cima del monte Esperando a que caiga la noche, aunque solo fuera en silencio: < -
El Rey de las Sombra de Fernando Moreno Espinosa
https://gigalibros.com/el-rey-de-las-sombra.htmlErnesto Buendia e Hipolito Prieto son dos ninos de doce anos que sufriran la tragedia de vivir en primera persona la Guerra Civil. Lora del Rio vera como sus juegos infantiles son transformados en poco mas de un mes, convirtiendose en una espiral de odio y violencia.
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Lord John y la Hermandad de la espada de Diana Gabaldon
https://gigalibros.com/lord-john-y-la-hermandad-de-la-espada.htmlCorre el ano 1758. En plena guerra de los Siete Anos, Gran Bretana lucha junto a sus aliados en las tierras del Rin. Para lord John Grey y su hermano Hal, el campo de batalla supone una agradable tregua en la complicada situacion que vive la familia y que amenaza con arruinar su honor. Diecisiete anos atras, el padre de lord John, el duque de Pardloe, fue hallado muerto con una pistola en la mano. Tras ese supuesto suicidio, corrieron rumores que lo acusaban de ser un traidor jacobita. Ahora, los fantasmas del pasado acosan a los Grey de una forma muy misteriosa: Hal ha recibido una pagina de uno de los diarios de su difunto padre, pero el muchacho, que tiene sus propios secretos, se niega a seguir indagando y le ruega a su hermano que haga lo mismo. Frustrado, lord John se embarca en una complicada investigacion y pide ayuda al hombre que ha sido su prisionero y confidente: el escoces jacobita James Fraser, que revelara la pieza que falta de este asombroso rompecabezas… Atrapado entre su deber y su conciencia, lord John tendra que decidir si vale la pena arriesgar la vida a cambio del honor de su familia.
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Helter Skelter de Vincent Bugliosi
https://gigalibros.com/helter-skelter.htmlLA VERDADERA HISTORIA DE LOS CRIMENES DE LA FAMILIA MANSON *** 7 MILLONES DE EJEMPLARES *** (El libro de true crime mas vendido de todos los tiempos) Prologo de Kiko Amat El sabado 9 de agosto de 1969, tras una alerta de posible homicidio, tres agentes de policia acuden a la vivienda de la actriz Sharon Tate --la mujer del director de cine Roman Polanski, embarazada de ocho meses-- situada en el 10050 de Cielo Drive, en el opulento barrio angelino de Bel Air. En la mansion, descubren los cuerpos salvajemente asesinados de la actriz y otras cuatro personas en lo que parece un crimen ritual. Al dia siguiente, no muy lejos, en el barrio de Los Feliz, encuentran los cadaveres acuchillados del matrimonio Leno y Rosemary LaBianca. En el cuerpo de la mujer se identifican posteriormente cuarenta y una heridas de arma blanca. En tres puntos del domicilio, alguien ha dejado escrito, con la sangre de una de las victimas, unas extranas proclamas. La erratica investigacion que siguio a estos bestiales asesinatos --que al principio no se relacionaron entre si, a pesar de las coincidencias-- basculo entre la estupefaccion y la impotencia. ?Quien habia cometido aquellas atrocidades? Y ?por que? Mientras los titulares de la prensa de toda Norteamerica alimentaban la conmocion y el estupor, y las especulaciones sobre los sospechosos y los moviles se sucedian, la investigacion iria apuntando a un grupo de jovenes que se habia establecido en el arido entorno del rancho Spahn --un antiguo escenario natural de westerns al norte de Los Angeles reconvertido en comuna hippy-- liderados por Charles Manson --alias Jesucristo--, cuyo poder e influencia sobre el grupo --la Familia-- llegarian al punto de lograr que mataran siguiendo sus oscuros designios. El autor de este clasico de la literatura criminal, el fiscal Vincent Bugliosi, tomo las riendas de uno de los casos mas extensos e intrincados de la historia judicial norteamericana, y, ademas de relatar con una precision y rigor deslumbrantes los pormenores de los crimenes y del proceso judicial que generaron, compuso un retrato portentoso y aterrador de la <
> y de su lider, uno de los iconos mas terribles y perdurables de la cultura popular. Tras cincuenta anos de los infames asesinatos, presentamos la edicion mas completa del libro, que incluye un posfacio del propio Bugliosi de 1994 y una profusa seleccion de imagenes. -
La mujer del camarote 10, Ruth Ware de Ruth Ware
https://gigalibros.com/la-mujer-del-camarote-10-ruth-ware.htmlhas sido testigo de un asesinato…
y nadie te cree -
Mi hermanastro es un highlander de Olivia Kiss
https://gigalibros.com/mi-hermanastro-es-un-highlander.htmlSamantha resoplo --por octava vez aquella tarde-- cuando por la megafonia del avion informaron de que estaban a punto de atravesar una zona de turbulencias. Aun no entendia que diablos estaba haciendo en aquel avion. Como se habia dejado convencer para atravesar el Atlantico para asistir a la enesima locura de su madre en los ultimos siete anos. Mas en concreto... a la tercera boda de su madre en los ultimos siete anos. A Samantha le costaba identificar a la mujer que ocupaba el asiento contiguo al suyo con la madre que la habia criado durante los primeros dieciseis anos de su vida. Connie Ross habia sido una mama de pelicula. Literalmente. De esas que se utilizan como topico en el cine y las series de television. Horneaba galletas para las fiestas escolares, era la presidenta de la Asociacion de Padres, llevaba a Samantha tres dias a la semana al entrenamiento de gimnasia ritmica y estaba, ademas, siempre de buen humor. Y guapa. Muy guapa, tambien. Cuando a Samantha le quedaban un par de anos para acabar el instituto y matricularse de Arquitectura en Harvard, su madre dio la sorpresa. Se habia enamorado de su profesor de salsa y queria el divorcio. Samantha y su padre se quedaron tan impactados que tardaron algunas horas en darse cuenta de que no era una broma. Y si a Samantha alguien le hubiera preguntado si preferia quedarse a vivir con su padre o marcharse con su madre... estaba segura de que habria elegido permanecer en la vivienda familiar, en la que habia crecido, junto a su padre, que era un hombre formal pero divertido, un arquitecto de prestigio cuyos pasos sonaba seguir su unica hija. Pero es que nadie le dio opcion. Connie, segun sus propias palabras, queria <
>. Seguramente su intencion no era mala al decir aquello, incluso Samantha entendia en parte a que se referia, pero... tardo anos en perdonarla. Irse a la universidad fue una liberacion. Su padre habia quedado destrozado despues del divorcio, perdido sin la presencia del amor de su vida. Ademas de que ni siquiera sabia donde guardaba los calcetines. Cuando Samantha comprobaba su inutilidad domestica, a veces tenia tentaciones de comprender a su madre. Pero se le pasaban pronto. Ella se convirtio en la sustituta de su madre al frente de la casa, a pesar de que solo era una adolescente cuando aquella responsabilidad le cayo sobre los hombros. Pero todo compenso cuando se fue a Harvard. Alli vivio un ano en una residencia de estudiantes, donde conocio a Amy y Lisa, que a partir del segundo curso se convirtieron en sus companeras de piso. En Harvard estudio mucho, pero tambien disfruto, aprendio bastante sobre la vida y acabo de definir lo que queria hacer con su futuro: regresar a Nueva York, entrar a trabajar en el estudio de su padre y utilizar el fideicomiso de su abuela para comprarse un apartamento bonito en Manhattan. Acababa de cumplir los veintitres, pero nadie podia negarle que el resto de su vida estaba perfectamente planificado. --?De verdad no quieres una copa de champan? --Connie la distrajo de sus pensamientos --. !Es gratis! Edward se ha portado fenomenal pagandonos el pasaje en primera clase, ?no crees? --De maravilla --le respondio, con una mueca sarcastica. Sus dos maridos anteriores tambien habian sido < > hasta que dejaron de serlo--. Pero no bebo, mama, no se cuantas veces tengo que decirtelo. --?Ni siquiera cuando es gratis? Samantha miro a su madre durante unos segundos. Retuvo en la punta de su lengua una respuesta mordaz y se limito a contestar con un resoplido, coger la almohada que la azafata le habia dado al entrar en el avion y recostarse contra la ventanilla. Sabia que no dormiria --nunca lo lograba en los aviones--, pero fingiria si hacia falta durante las seis horas que aun restaban para aterrizar en Edimburgo. Samantha habia asistido a la segunda boda de su madre, la primera despues de dejar a la familia. Habia sido con aquel bailarin cubano y la celebracion no habia estado mal, pero el matrimonio duro exactamente diecisiete dias. Asi, al modo de las famosas que se casan en Las Vegas en una locura de amor. Cuando, dos anos despues, le comunico que volvia a casarse, Samantha alego un examen importantisimo en la facultad y se salto el trance de volver a ver a su madre haciendo el ridiculo. Y aun no sabia como habia logrado convencerla para asistir a esa tercera boda. Desde luego, si hubiera sabido antes de aceptar que la boda se celebraria al otro lado del mundo, su respuesta habria sido un rotundo < >. Que se le habia perdido a ella en Edimburgo, se preguntaba Samantha mientras aquel avion se meneaba de un lado a otro en su vuelo sobre el Atlantico. A ella ni siquiera le gustaba Europa. Samantha era cuadriculada, en todos los sentidos posibles del termino. Le gustaban las cosas ordenadas, las ciudades como Manhattan, que componen una cuadricula perfecta sobre el suelo. Ella misma aseguraba que era capaz de atravesar las doce avenidas con los ojos cerrados, sabiendo los pasos exactos que separaban una manzana de otra. Habia viajado en sus anos de estudiante y no habia logrado enamorarse de Paris, Londres ni Roma como lo habian hecho sus amigas. No le gustaban sus callejuelas estrechas, los incomodos adoquines, la piedra envejecida. Ella habria construido el mundo entero en madera clara, acero y cristal. En blanco, negro y gris. Habia leido algo sobre Edimburgo cuando se habia enterado de que la boda se celebraria alli. Se habia emocionado un poco al saber que la ciudad se dividia en la Ciudad Vieja y la Ciudad Nueva, pero su gozo habia caido directo al pozo de la desilusion europea al descubrir que la Ciudad Nueva databa del siglo XVIII. ?Pero de cuando era la Vieja, entonces? ?De la Prehistoria? --?Sabes en que barrio esta nuestro hotel? --le pregunto a su madre en cuanto su iPad consiguio conectarse a la wifi del avion. No tenia sentido seguir fingiendo que dormia si podia dedicar un rato a navegar por internet. --?Hotel? --Su madre estallo en una carcajada--. ?Que hotel? --El hotel en el que nos alojaremos, mama. ?Que hotel va a ser? --?Pero tu te crees que Edward va a permitir que nos alojemos en un hotel? !Nos quedaremos en su casa! --No, no, no, no. --Una migrana. Eso estaba naciendo en las sienes de Samantha mientras iba recibiendo nuevas informaciones sobre el viaje. La entrega de su proyecto final de master la habia tenido demasiado distraida en las semanas anteriores y no habia podido supervisar todos los detalles con el celo habitual en ella--. Yo no me voy a alojar en casa de un hombre al que apenas conozco. Dime ahora mismo la zona en la que esta su casa y busco un hotel cercano. --Espera que lo busco. --Connie abrio su agenda y leyo--: Clashindarroc. --?Clashindarroc? ?Eso es la calle? --Debe de ser. Samantha hizo una busqueda en su tablet. Y despues otra. Y otra mas. A la cuarta se convencio de que no fallaba Google, sino la informacion que le habia proporcionado su madre. --Segun Google, Clashindarroc es un pueblo a unas tres horas en coche de Edimburgo. --Ah, si, claro. Donde esta el castillo. --?Que castillo? --A Samantha le costaba dilucidar si su madre se habia pasado con el champan o, simplemente, era asi. --El castillo donde se celebrara la boda. --??Vais a casaros a tres horas de donde nos alojamos?? ?Pero a que hora vamos a tener que levantarnos? --No entiendes nada. --Connie puso los ojos en blanco, como si no fuera ella la de la informacion deficiente, sino Samantha a la que le costaba pillarlo--. El castillo es la casa de Edward. Bueno, no la de el exactamente, sino la de su familia, desde hace algo asi como tres o cuatro siglos. El ahora vive en Edimburgo en un apartamento, pero quiso que la boda se celebrara alli porque... --Mama, para. --Samantha no queria gritar. Ella nunca gritaba. Mucho menos, en un avion --. ?Me estas diciendo que Edward y tu os casais en un castillo en las Highlands, y que es alli donde habiais pensado que nos alojaramos? --!Claro! ?Que no has entendido? Samantha se nego a contestar. Si las ciudades europeas no eran su fuerte, desde luego, los pueblos perdidos en medio del campo eran algo parecido a su idea del infierno. Cogio su iPad de nuevo y tecleo con tanta furia que tuvo miedo a cargarse la pantalla con una de sus unas de manicura perfecta. Esa si seria una desgracia dificil de soportar. --?Y que estas haciendo ahora? --Buscar un hotel en Clashinro... Clashdan... Clashindarroc. O como cono se llame ese lugar perdido del mundo. --Buena suerte. El tono ironico y la carcajada seca de Connie podrian haberle dado una pista a Samantha de que su busqueda no iba a ser tan sencilla, pero ni siquiera le estaba prestando atencion, en medio de su frenesi de busqueda de alojamiento. --Mierda de wifi... --Samantha no solia decir palabrotas; esa era una de las muchas normas que se autoimponia, pero no pudo evitarlo cuando actualizo por cuarta vez la pagina de busqueda de hoteles y los resultados seguian saliendo en blanco. --?Que pasa? --No me carga los hoteles del pueblo ese. --Es que no hay hoteles --dijo Connie, como si tal cosa. --?Que? --Que no hay ningun hotel en Clashindarroc. --?Como no va a haber...? --Es un pueblo de unos sesenta habitantes. El hotel mas proximo esta a un buen trecho en coche y es en realidad un bed and breakfast sin bano en la habitacion siquiera. Creeme, Edward se informo de todo para alojar a los invitados de la mejor manera posible. Los mas cercanos se alojaran con nosotros en el castillo y algunos otros en Inverness y llegaran en un autobus a primera hora de la manana del dia de la boda. --Pues... --Y no, no quedan plazas ni en ese hotel ni en el autobus. --Maldita sea... Samantha dijo < > como resumen. Lo que en realidad habria querido decir era la version completa: < >. La habia enternecido su madre en una visita que le hizo al campus. Llevaba ya dos anos de relacion con Edward cuando el le pidio matrimonio y, por una vez, parecia que aquello iba en serio. Hasta Samantha tenia que reconocer que no se podia comparar a las dos anteriores experiencias matrimoniales de Connie. Incluso Edward habia aparecido por sorpresa al dia siguiente para entregarle en persona el precioso tarjeton --color marfil, tipografia clasica, letras doradas, un elegante filo de estampado de tartan-- a traves del cual la invitaban a acompanarlos en el dia mas importante de sus vidas. Asi lo habia dicho el. Y alli estaba, en aquel maldito avion que no dejaba pasar ni una sola turbulencia. No le sonaba apetecible cuando creia que estaba volando a Edimburgo. Empeoraba bastante si pensaba en un pueblo de las Highlands, un castillo lleno de desconocidos y una boda que solo podia cruzar los dedos para que fuera la ultima a la que asistiera. Al menos, con su madre como protagonista. Sabia que no iba a dormir, pero Samantha se acurruco de nuevo en su almohada de viaje. De repente, volvia a sentirse como una nina pequena, enfurrunada, triste y con unas ganas enormes de estar de vuelta en su cama, rodeada de sus cosas. En el medio de su zona de confort, su lugar favorito del mundo.