• Sin compromiso (Nuevos Tiempos) de Curtis Sittenfeld

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    Mucho antes de que llegase a Cincinnati, todo el mundo sabia que Chip Bingley andaba buscando esposa. Dos anos antes, Chip --graduado por el Dartmouth College y por la Facultad de Medicina de Harvard, vastago de los Bingley de Pensilvania, que durante el siglo XX habian hecho fortuna con el negocio de las piezas de fontaneria-- habia aparecido, por lo visto con alguna reticencia, en el famosisimo reality televisivo Tal para cual. A lo largo de ocho semanas, durante el otono de 2011, veinticinco solteras habian convivido en una mansion de Rancho Cucamonga, en California, compitiendo por el corazon de Chip: celebraban citas en las que iban a jugar al blackjack a Las Vegas o a catas de vino en los vinedos del valle de Napa mientras se peleaban y se ponian a parir entre ellas delante del pretendiente y tambien a sus espaldas. Al final de cada episodio, le daba a cada una o bien un beso en los labios, lo que significaba que continuaba compitiendo, o bien un beso en la mejilla, que queria decir que tenia que volverse a su casa de inmediato. En el ultimo episodio, cuando solo quedaban dos mujeres --Kara, una antigua animadora universitaria de veintitres anos con unos ojazos y una melena rubia rizada, profesora de instituto en Jackson, Misisipi; y Marcy, una dentista morena de veintiocho anos, hipocrita pero atractiva, de Morristown, Nueva Jersey--, Chip se puso a llorar como una magdalena y rehuso proponer matrimonio a ninguna de las dos. Ambas eran increibles, extraordinarias, inteligentes y sofisticadas, afirmo, pero no sentia hacia ninguna de las dos lo que el llamaba <>. En cumplimiento de las normas de la Comision Federal de Comunicaciones, la consecuente diatriba de Marcy quedo reducida a una serie de palabras interrumpidas por pitidos que a duras penas ocultaban su colera. --No quiero que conozca a las chicas por haber estado en esa chorrada de programa --le decia la senora Bennet a su marido durante el desayuno una manana de finales de junio. Los Bennet vivian en Grandin Road, en una amplia casa de estilo Tudor de ocho habitaciones en el barrio de Hyde Park de Cincinnati--. Ni siquiera lo he visto. Pero estudio en la Facultad de Medicina de Harvard, ?sabes? --Eso me comentaste --respondio el senor Bennet. --Despues de todo lo que hemos pasado, no me importaria tener un medico en la familia. Llamalo interes si quieres, pero yo mas bien diria que es una cuestion de inteligencia. --?Interesada tu? --repitio el senor Bennet. Cinco semanas antes, el hombre habia pasado por una revascularizacion coronaria de urgencia; tras una convalecencia complicadita, hacia pocos dias que habia recuperado su habitual actitud sardonica. --Chip Bingley ni siquiera queria presentarse en Tal para cual, pero su hermana lo propuso como candidato. --Entonces un reality no es muy distinto del Premio Nobel de la Paz, pues en ambos se requiere de candidatos propuestos por terceros. --Me pregunto si esta de alquiler o ha comprado la casa --dijo la senora Bennet--. Eso nos indicaria cuanto tiempo tiene pensado quedarse en Cincinnati. El senor Bennet bajo su rebanada de pan. --Teniendo en cuenta que hablas de un completo desconocido, tu interes en los pormenores de su vida me parece desmedido. --Yo tampoco lo consideraria un desconocido. Trabaja en Urgencias en el Christ Hospital, lo que significa que Dirk Lucas debe de conocerlo. Chip es bienhablado, no como esos jovenes vulgares que suelen salir en la tele. Y es muy atractivo, ademas. --Pensaba que nunca habias visto el programa. --Me trague unos minutos de pasada mientras las chicas lo veian. --Miro malhumorada a su marido--. No deberias discutir conmigo; es malo para la recuperacion. En cualquier caso, Chip podria haber hecho carrera en la television pero decidio volver a la Medicina. Y se nota que viene de buena familia. Fred, estoy convencida de que el hecho de que se haya mudado aqui justo cuando Jane y Liz se encuentran en casa supone un resquicio de esperanza para nuestros problemas. Las dos hijas mayores de las cinco hermanas Bennet llevaban una decada y media viviendo en Nueva York; a causa del susto motivado por la salud de su padre habian vuelto repentina, si bien temporalmente. --Carino, si una marioneta hecha con un calcetin, que tuviera herencia y un diploma de Medicina de Harvard, se mudase aqui, tu estarias convencida de que su destino era casarse con una de nuestras chicas. --Burlate todo lo que quieras, pero el tiempo no pasa en balde. No, Jane no aparenta los cuarenta que va a cumplir en noviembre, pero cualquier hombre que sepa su edad le dara vueltas y vueltas a lo que ello supone. Y Liz la sigue de cerca. --Muchos hombres no quieren hijos. --El senor Bennet le dio un sorbo al cafe--. Ni yo lo tengo claro todavia. --Una mujer de cuarenta puede dar a luz, pero no es tan facil como los medios de comunicacion nos hacen creer. La hija de Phyllis y Bob ha probado toda clase de metodos y al final se tuvo que conformar con el pequeno Ying de Shanghai. --Se levanto y se miro el reloj de oro ovalado--. Voy a llamar por telefono a Helen Lucas, a ver si puede organizar algo para presentarme a Chip. Capitulo 2 La senora Bennet era quien siempre bendecia la mesa en las comidas familiares --sentia predileccion por las oraciones de la Iglesia anglicana-- y, aquella noche, apenas hubo pronunciado la palabra <>, anuncio con entusiasmo incontenible: --!Los Lucas nos han invitado a su barbacoa del Cuatro de Julio! --?A que hora? --pregunto Lydia, de veintitres anos, la pequena de las Bennet. Mary, que tenia treinta, le dijo: --Hasta que no se haga de noche no puede haber fuegos artificiales. --Nos han invitado a una prefiesta en Mount Adams --intervino Kitty. Ella tenia veintiseis, la mas cercana tanto en temperamento como en edad a Lydia, aunque contraria a las conductas fraternales tipicas; iban juntas a todas partes, y era la pequena quien llevaba por el mal camino a la otra. --Pero si no os he dicho quien va a estar en la barbacoa. --Desde su extremo de la larga mesa de roble de la cocina, la senora Bennet estaba euforica--: !Chip Bingley! --?El llorica de Tal para cual? --dijo Lydia, y Kitty solto una risita mientras aquella anadia--: Yo no he visto nunca a ninguna mujer llorar lo que lloro el en la temporada final. --?Que es un llorica de tal para cual? --pregunto Jane. --Ay, Jane --le dijo Liz--. Que inocente y pura eres. Has oido hablar del programa Tal para cual, ?verdad? Jane entrecerro los ojos. --Creo que si. --Pues el salia alli ahi hace un par de anos. Era el tio que codiciaban veinticinco mujeres. --Creo que no os imaginais el terror que ha de experimentar un hombre al verse asi de superado en numero --comento el senor Bennet--. Yo muchas veces me echo a llorar, y eso que aqui solo sois seis. -- Tal para cual es degradante para la mujer --dijo Mary. --Esa es tu opinion, claro --tercio Lydia. --Pero a la temporada siguiente van a ser una mujer y veinticinco chicos; eso es paridad --dijo Kitty. --Las mujeres se humillan de una manera a la que no llegan los hombres. Estan desesperadisimas --replico Mary. --Chip Bingley estudio en la Facultad de Medicina de Harvard --dijo la senora Bennet--. No es uno de esos ordinarios de Hollywood. --Mama, su ordinariez hollywoodiense es lo unico que interesa de el aqui en Cincinnati --le dijo Liz. Jane se volvio hacia su hermana. --?Tu sabias que estaba aqui? --?Tu no? --?A por cual de nosotras quieres tu que vaya, mama? --pregunto Lydia--. Es mayor, ?verdad? Entonces doy por hecho que a por Jane. --Gracias, Lydia --comento aquella. --Tiene treinta y seis, asi que es tan adecuado para Jane como para Liz --contesto la senora Bennet. --?Por que no Mary? --pregunto Kitty. --No me parece el tipo de Mary. --Porque es lesbiana y el tal Chip no es mujer --anadio Lydia. Mary la fulmino con la mirada. --Lo primero: no soy lesbiana. Y aunque lo fuese, prefiero ser una lesbiana a una sociopata. Lydia sonrio con superioridad. --Puedes ser las dos cosas. --?Lo estais oyendo todos? --Mary se volvio hacia su madre, en un extremo de la mesa, luego a su padre, en el otro--. Lydia esta fatal de la cabeza. --Las dos teneis la cabeza perfectamente --dijo la senora Bennet--. Jane, ?como se llama esta verdura? Sabe distinta a otras veces. --Son espinacas. Las he estofado. --A decir verdad --intervino el senor Bennet--, hay un aspecto para el que no os funciona muy bien la cabeza. Sois adultas, tendriais que estar viviendo por vuestra cuenta. --Papa, vinimos para cuidarte --respondio Jane. --Pues ya estoy bien. Volveos a Nueva York. Tu tambien, Lizzy. Ya que eres la unica que se niega a aceptar un centavo y, no por casualidad, la unica con un empleo de verdad, se supone que debes dar ejemplo a tus hermanas. De lo contrario, te arrastraran con ellas. --Jane y Lizzy saben lo importante que es para mi el almuerzo --dijo la senora Bennet--. Por eso siguen aqui. El acontecimiento al que se referia era el almuerzo benefico anual de la Liga Femenina de Cincinnati, programado aquel ano para el segundo jueves de septiembre. La senora Bennet era miembro de la Liga desde los veinte, aquel ano era la presidenta del Comite de Organizacion del acto y, lamentablemente (como recordaba a menudo a los integrantes de la familia), la enorme presion y responsabilidad de dicho papel le impedian cuidar de su marido durante la convalecencia. --A ver: la invitacion de los Lucas es para cuatro. Lydia y Kitty: teneis tiempo de sobra para veniros con nosotros y llegar a vuestra fiesta antes de los fuegos artificiales. Helen Lucas va a invitar a unos cuantos jovenes del hospital aparte de a Chip Bingley, asi que seria una pena que os perdieseis la oportunidad de conocerlos. --Mama, a diferencia de nuestras hermanas, Kitty y yo somos perfectamente capaces de conseguir novio por nuestra cuenta --replico Lydia. La senora Bennet miro al otro extremo de la mesa, a su marido. --Si alguna de nuestras hijas se casase con un medico, me quedaria satisfecha, si. Pero Fred: me atreveria a decir que, si eso hace que se vayan de casa, tu tambien lo estarias.

  • Una perfecta educacion de Curtis Sittenfeld

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    Cuando su padre la acompana hasta la entrada del prestigioso internado Ault de Massachusetts, no parece que Lee Fiora anore demasiado a la familia que deja atras en su pequena ciudad de Indiana, seducida por las brillantes fotografias del elegante folleto promocional del centro: chicos de uniforme delante de vetustos edificios de ladrillo y chicas con falda escocesa y palos de lacrosse sobre un cesped inmaculado. Pero como no tarda en descubrir, Ault es un mundo aparte, habitado por jovenes ricos, hastiados y atractivos que se rigen por sus propios codigos. Tan intimidada como atraida por su deslumbrante entorno, Lee luchara por construir una nueva identidad que le permita seguir adelante, un delicado equilibrio entre dejar de sentirse una extrana y no olvidarse de ser ella misma.
    Con una protagonista tan autentica y llena de matices como el Holden Caulfield de Salinger o el Mick Kelly de McCullers, Una perfecta educacion es un afilado retrato de la intensa y contradictoria edad de los ritos de paso, una divertida, desprejuiciada y sensual puesta al dia de la eterna novela de aprendizaje.