• Por fin juntos de Cristina Segarra

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    Justo cuando comenzaba el otono en Santa Pola, Maya paseaba felizmente cogida de la mano con Saul, los acompanaba la luna llena y escuchaban las olas del mar rompiendo en la orilla mientras se sentaban en la arena. No necesitaban nada mas, querian estar solos en su rincon favorito respirando prosperidad. Se abrazaron carinosamente durante un buen rato, la atraccion se notaba a milimetros y las ganas podian con todo, porque habian pasado por muchos obstaculos y Maya habia roto con su pasado toxico para poder estar por fin juntos. --Besas igual que la primera vez que te bese y me sigues hechizando. Han pasado seis anos desde que lo dejamos, sin embargo, aqui estamos, juntos de nuevo en el mismo lugar donde nos conocimos --susurro Maya esplendida, cogiendo la mano de el con fuerza y sin dejar de mirarle. --No te imaginas cuanto he esperado este momento. El resplandor de tus ojos, tu sonrisa, tu rostro angelical... me deslumbran por completo, nunca has dejado de hacerlo --respondio Saul con brillo en los ojos mientras la acariciaba con deseo. --Te quiero solo a ti, te he visto en cada sueno que he tenido durante todo este tiempo. --No dejaba de observar su boca. De pronto, Saul, con unas ganas interminables, se derritio en los labios de ella con un eterno y deseado beso sin dejar de acariciarla en todo momento. De pronto, cogio su mano, se la puso encima del corazon y le pregunto mirandola tiernamente: --?Sientes mis latidos?… Esto es lo que me haces sentir cuando te tengo tan cerca y cuando te beso. Necesito tenerte para siempre. No me dejes nunca mas, por favor. Me quita el sueno pensar en perderte de nuevo. Quiero cuidarte sin condicion, verte llegar al altar y ser el papa de tus futuros hijos. *** Todo empezo seis anos antes, Maya tenia diecisiete anos, acababa de terminar el instituto para pasar a bachiller. Tenia el rostro dulce, era tremendamente carinosa y siempre tenia una sonrisa especial en su preciosa cara. Tenia el pelo castano por la cintura y los ojos azul cielo. Le encantaba escuchar musica, dibujar, escribia poemas de amor y, sobre todo, le encantaba disfrutar en familia. A diario, estaba con su mejor amiga Lila. Era su mayor confidente, se conocian desde que eran unas ninas y hacian infinidad de cosas juntas. Una tarde de verano estando las dos en la playa banandose y tomando el sol, conocieron a tres chicos refrescandose en el agua. Estaban cerca de ellas, dos de ellos eran guapos, las miraban picaramente y les dijeron con la mano que fueran. Ellas sonrieron timidamente y no hicieron caso a su saludo. No obstante, ellos no las dejaron en paz y se acercaron nadando a conocerlas. Uno de ellos era Saul. Tenia una sonrisa cautivadora detras de su timidez y a Maya le llamo bastante la atencion cuando se acerco a darle dos besos. Era el tipico chico que pasaba un poco desapercibido, pero que, si tratabas con el y lo conocias de verdad, te podia enamorar en poco tiempo. Solian quedar muy a menudo durante ese verano, salian a cenar, iban a bailar y volvian a la playa cada dia. Hicieran lo que hicieran, se divertian mucho con ellos. A Saul le gustaba mucho Maya, pero no se atrevia a decirselo. Maya lo notaba y tambien le gustaba, pero dejaba que el diera el primer paso. Llevaban un mes viendose en grupo y, una noche despues de cenar en el centro, Saul no se lo penso dos veces y le pregunto a Maya por lo bajini un poco nervioso: --?Quieres que manana despues de cenar nos veamos tu y yo a solas? --!Claro! --Con una sonrisa timida, respondio dulcemente y siguio la noche ilusionada compartiendo miraditas y sonrisitas complices con el. Al dia siguiente, quedaron solos en una heladeria. Saul estaba un poco cortado, pero Maya transmitia una esencia que hacia que perdiera la timidez de inmediato. Fueron a pasear hasta llegar a la playa de Levante, descansaron cerca de la orilla viendo brillar el reflejo de la luna en el agua mientras oian la tranquilidad del mar. El paisaje era precioso, pero la compania aun mas. Estaban comodos en solitario y no paraban de reir a carcajadas de las aventuras que se contaban mientras se iban conociendo en aumento. El, al rato, se solto y no podia contener las ganas de besarla. Miro sus labios, pero se ponia tenso y no se atrevia a hacerlo. Mientras tanto, ella le contaba anecdotas divertidas sobre las aventuras vividas con su amiga Lila. El sonreia escuchando, pero seguia pensando en besarla. Estaba dudoso y no veia el momento, pero, despues de dudarlo tantas veces, se atrevio, al fin, y la beso. El corazon de ella, cuando sintio ese apasionado beso, se engrandecio latiendo deprisa sin poder evitarlo. El hormigueo que sentia por el cuerpo al notar sus labios, era considerablemente adictivo. Le gustaba la sensacion que estaba teniendo por primera vez con tan solo besar a un chico. Esa sensacion era tan especial que se le quedo grabada en el corazon inconscientemente. Se abrazaron carinosamente por unos segundos dandose a entender que los sentimientos y la ilusion nacian entre ellos. --Gracias por esta noche, he estado muy a gusto contigo y ojala repitamos algun dia mas -- comento satisfecha despidiendose con una bella sonrisa. --Tienes algo especial que hace que cuando estoy contigo no pare de sonreir, no existan las horas del reloj y no quiera irme de tu lado --respondio el con cara de <>. --Tu tambien eres especial para mi. Me di cuenta cuando nos presentamos en la playa, justo cuando me diste dos besos, me dejaste fascinada con tu sonrisa --respondio carinosa abrazandolo mientras le daba un beso tierno en los labios. De pronto, sin esperarlo, empezo a chispear cada vez mas rapido formandose una tormenta de verano que les obligo a ambos a salir corriendo. Iban cogidos de la mano mientras reian a carcajadas por la situacion de haberse empapado en tan solo unos segundos. Cuando Maya llego fresquita a su casa, se puso el pijama y se acomodo en su cama pensando en la noche que habia pasado con Saul. Comenzaba a gustarle bastante y habia algo que llamaba su atencion: su sonrisa. Le encantaba que le hiciera reir con sus tonterias y, cuando la besaba, se derretia ante el dejandolo sin palabras, pasaba noches placidamente con el sin ver su timidez. Cada vez que se veian, volvian a su rincon en la playa. Parecia que hubiera magia en sus ojos cuando estaban los dos solos. Se absorbian el uno al otro dejando a un lado el mundo real para vivir un sueno fantasioso, cubriendo las noches de verano juntos con mucha ilusion de conocerse. Una noche, volvieron a la playa tan ricamente, hablaban y reian como si se conociesen de toda la vida. Despues de un buen rato, sin esperarlo Maya, Saul la acaricio con decision. Su mano recorria suavemente cada rincon de su espalda dibujando un corazon con sus dedos. A Maya se le erizaba la piel por completo, le encantaba que lo hiciera mientras la besaba, la llevaba a otro planeta encadenada a sus huesos mientras pasaba la noche cautivada por como la trataba. Asi de bien estuvieron los dos meses de verano. Parecian inseparables, estaban en un universo especial llamado <>, era tan bonito lo que sentian en tan poco tiempo que parecia irreal. Una noche, Saul estaba mas serio de lo normal y no hacia reir a Maya. Estaba un poco distante y faltaban sus caricias constantes y sus besos lentos. Despues de hablar un poco observando el horizonte del mar, Maya le pregunto preocupada: --?Te sucede algo? --No, Maya, ?por que lo preguntas? --respondio sin mirarla. --Te noto distante conmigo, no estas como estas noches --dijo mirandolo mientras estaban cogidos de la mano. --No se que me pasa, solo se que no quiero hacerte dano. --?Dano por que? ?Asi, de repente, me dices esto? --pregunto confusa. --Nunca he sentido por una chica lo que estoy sintiendo por ti en tan poco tiempo. --Bueno, eso es bueno, ?porque te preocupas? --pregunto desconcertada acariciandole el pelo mientras lo miraba. --Tengo miedo de sentir y de que tu no sientas lo mismo. --A mi me gustas mucho, me haces sentir bien, me encanta como eres, no quisiera que me dejaras por algun miedo. --No es miedo es... Entrecortando lo que decia Saul, Maya, inmediatamente, se acerco a sus labios quitandole de golpe la tonteria que llevaba encima esa noche. Saul termino de acercarse a los labios de Maya y la beso, hechizado por su esencia. Luego la cogio para sentarla encima de el y continuar besandola con pasion. No sabia por que aparecian en su cabeza miedos confusos, pero no queria perderla en realidad. Como si nada, extendieron su ilusion un buen rato hasta que Saul acompano a Maya a su casa.