• Quien tuvo la culpa de Corin Tellado

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    Aquella manana del 21 de junio, Mary recorrio la calle Alcala con mas rabia que placer. Hacia un calor sofocante. El sol, con su rostro redondo, parecia burlarse de todo transeunte que, fatigoso cruzaba apresurado la calzada. Mary salio de la RENFE con el billete en su poder, y piso la calle tomando direccion al Retiro, donde esperaba hallar la tranquilidad espiritual que precisaba para calmar los nervios, que aquella manana se sentian a flor de piel, tensos, agudos, pareciendo salir del cuerpo y clavarse como pinchos. --!Mary! Volviose en redondo, y una sonrisita de felicidad ilumino el rostro que momentos antes mostraba solo amargura. --i Sole! ! Que alegria, chiquilla! Un abrazo, seguido de la risa franca de ambas. --?Y el veraneo? -- pregunto Sole, mirandola con picardia--. ?Cuando marchas a Gijon, con tus hermanos? Vengo del colegio, y alli me han dicho que habias salido. Mary le mostro los billetes. --Vengo de la RENFE. Salgo el dia treinta. !Me tar da mas...! La otra la miro dudosa. --?De veras, lo dices? ?Tan mal van tus asuntos sentimentales? --?Crees que me voy por eso? --Se que no. Tu familia te reclama. --No guasees, que es asi. --Si no lo dudo, querida. Pero lo de Pepe... El rostro exotico de Mary tuvo una contraccion. --Aquello paso. --?Estas segura? ?Que si lo estaba? !Cualquiera lo sabia! Ella menos que nadie, porque el corazon, por ser un organo demasiado sensible y rebelde a la vez, habia de continuar exigiendo su parte en la vida, y ella ya no tenia que darle, porque todo se lo habia llevado el amor. !Insensato amor! --Debe pasar, Sole; y eso es lo que me interesa; tener la voluntad suficiente para olvidar, para domenar el deseo, para ahogar la pasion. ?Crees que lo podre conseguir? La otra muchacha la miro con detenimiento. !Era tan alegre, tan desconcertante y linda aquella Mary un algo inconsciente, pero maravillosa en su mismo despiste...! --Si te lo propones, si -- repuso convencida, pues la conocia lo suficiente para hacer la afirmacion basada en algo concreto--. Vete a Gijon y olvida. Trata de cultivar las buenas amistades que dejaste alli hace cuatro anos, y veras como al fin y a la postre, eres feliz. Mereces ser muy dichosa, y lo seras. -- Despues, tras una breve pausa, anadio dulcemente --: Pienso que aun volveras con el. Nego, no con demasiada conviccion. --?Y tu? -- pregunto luego, con carino--. ?Cuando os llega el bebe de Paris? El rostro de Sole se ilumino. --Prontito -- dijo feliz--. !Si supieras, Mary, con que ilusion lo esperamos...! Debes casarte, Mary, y entregarte sin reservas al hombre que te toque en suerte. --?Crees que me tocara alguno? La otra respondio, totalmente convencida: --Te tocara. Mereces ser muy feliz por todo lo des graciada que fuiste hasta ahora. Muchas veces me digo, querida Mary, que tu misma has tenido la culpa de todo. --?Yo? Sole afirmo: --!Si supieras lo bonito que es perder alguna vez de nuestra parte...! Tienes un caracter complicado e irascible, y para ser feliz, todo lo feliz que ambiciona una mujer de tu temperamento, es preciso domenar los impulsos de la sangre y los sentidos para dejar solo paso al corazon. --!Vaya perorata! --?Crees que no hablo con logica? --?Quien lo duda? --Entonces, atiende mi consejo y vete a Gijon, convencida de que con Pepe ya no hay nada que hacer. En primer lugar, el no te conviene. Emboto tus sentidos, apago los deseos de tu corazon, y dejo tus ansias de mujer presas en su persona; no digo en su alma, porque dio muestras de tenerla muy mal definida. --! No hables asi! --?Es que aun le quieres? Mary suspiro hondo. !Le dolia tanto hablar de aquello...! Y no es que le causara pesar el recuerdo: es que la llaga aun sangraba, y las gotas rojas parecian subirle a la boca dejando en ella aquel amargor. --Te lo dire cuando vuelva para octubre -- dijo sonriente, cambiando totalmente la expresion de su rostro alegre por naturaleza, en aquella manana ensombrecido por la melancolia--. Creo que atendere tus consejos. Tal vez me enamore de nuevo en Gijon Sole rio alegremente. --!Si fuera asi...! --?Crees que no lo conseguire? --!Que se yo! Estoy por decir que si, puesto que jamas has deseado algo que no lo lograras. ! Pero es que esto del amor es tan diferente...! De todas formas, se me antoja que vas camino de Gijon totalmente amargada, dispuesta quiza a reirte de todo, y quien sabe si hasta de la misma vida. Mary salto impulsiva, con aquel tono que Coral, mucho tiempo despues -- cuando en la ciudad del carbon se hicieron las amigas mas intimas que Mary pudiera imaginar--, definio diciendo: <> --?No crees que la vida se reira de mi? Sole nego rotunda: --No, querida. Presiento que de ti no lograra reirse nadie. --!Pero si se rien hasta las piedras! --Sigues como siempre. Eres un torbellino donde no se puede atar un solo cabo. Ni siquiera las amarguras te hacen variar. --No consentire jamas que una amargura mengue mi alegria. --!Cuanto me satisface oirte...! Mi lema es aquel aforismo tan viejo, pero que para mi encierra un gran consuelo: <> --Tras una breve pausa, prosiguio --: Siento que marches por mi hermana Pili, puesto que le sera muy dificil adaptarse sin ti, pero por otra parte me alegro. Alli olvidaras todos los sufrimientos pasados, y te sentiras mas la Mary alegre y feliz que hemos visto a nuestro lado en aquel colegio donde reinaba la felicidad en un grupo de bellas muchachas, la principal, tu. --! Que halagador! Sole dio una palmada en la esbelta espalda de su amiga. --Te veo ardiendo por dejarme -- dijo--. Vete, y si no puedes venir a casa a despedirte, nosotros iremos al colegio a darte un abrazo. * * * Continuo caminando en direccion al Retiro. Su intencion era guiar sus pasos hacia el colegio, pero no lo hizo asi, pensando que de llegar a la residencia en aquellos instantes, todas acudirian a su lado queriendo saber lo que sucedia para que el rostro se viera crispado con aquella mueca indefinida que lo delataba todo y, sin embargo..., !decia tan poco! Muy despacito enfilo el paseo predilecto. al que acudia en aquellos momentos en que Pepe aun formaba parte de ella misma. !Que lejanos dias! !Que lejanos, y que cerquita los, sintio ahora, porque le parecia que de nuevo se hallaba viviendolos! ?Por que el corazon era tan complejo? ?Por que sentia? ?Por que no moria a la par que el amor? Desalentada dejose caer en un banco solitario, y miro con nostalgia todo lo que la rodeaba. Segun los ojos vagaban en torno, la imaginacion fue hilvanando con esfuerzo los recuerdos que aun atenazaban su corazon, y vivio por ultima vez todo lo sucedido, pues sabia por demas que aquel dia daria punto final a su novela sentimental: despues de lanzarse por la corriente de la vida, jamas tornaria a su lado: !nunca! Penso tambien, anhelando con imperio ser justa consigo misma, en que el no habia tenido toda la culpa de lo sucedido. No; ambos se habian hundido en el lodazal del olvido por no ser, quiza, ni ella ni el, lo suficientemente constantes y leales para lograr consagrar una vida a otra, dejandose de sacudidas violentas que tormentan el espiritu aunque hagan vibrar el cuerpo. * * * Siempre habia imaginado su regreso a Gijon alegre y feliz en compania del hombre que habia creido querer. Las luchas por las que habia pasado en aquellos cuatro anos transcurridos dentro de las cuatro paredes de aquella santa casa, donde la <> tanto y tanto le habia hecho recordar a Dios, parecian desvanecerse segun los dias se sucedian unos a otros y Pepe se aferraba mas a sus sentidos, pues en el corazon jamas habia tomado parte. Su vuelta a la ciudad del carbon, donde todo era negro, le pareciera blanco y atractivo a ella, que anhelaba verse envuelta en su bruma grisacea en compania de aquel hombre que habia creido amar con toda su alma. Una vez mas tuvo que confesarse que el amor no existia, que todo era mentira, y hasta la misma vida era un engano que torturaba en vez de satisfacer. !Todo mentira! La misma existencia era falsa y cruel. Pero mas que nada los hombres, que se dejaban manejar por la mano blanca de un tonto prejuicio. Ahora, todo era diferente. Perdido el, llegadas las vacaciones, nunca se sentiria todo lo feliz que quiza imaginaban los familiares que alla, en Gijon, esperaban ansiosos su llegada. El retorno a la ciudad natal, fria y deprimida, obligada a fingir lo que en forma alguna podia experimentar el corazon. De pronto, brusca y fiera, enojada consigo misma, pusose en pie y echo a andar sin rumbo fijo. Estar quieta, cuando los nervios parecian salirse del cuerpo. le parecia de todo punto imposible. Con aquel gesto, tan suyo, lanzo el rojo cabello hacia atras, dejando al descubierto la mirada intensa de sus ojos claros, quietos, que lucian la expresion entre acariciadora y fria que los hacia aun mas personales si esto era posible en Mary, la mujer que jamas dejo de ser <> aunque la vida azotara su alma con sus mas duros trallazos. Los ojos, aquellas gemas que expresaban candor y crudeza a la vez, quisieron decir: <> --Si no quiere ayudarme, que me mate de una vez y en paz -- oyose decir a si misma con la voz falsa que descubria en ella un fondo que solo guardaba para las ocasiones en que su corazon gemia, dejandola postrada, sin deseo siquiera de continuar luchando por una causa tan pobre como era la misma vida que le tocara en suerte. <> se dijo de nuevo, saliendo a la calle y enfilando la direccion del colegio. Muchos ojos se volvieron admirativos, clavandose avariciosos en la silueta estilizada de la mujer que, ajena a todo, caminaba gentil por la acera. No era bonita Mary, no; pero tenia, en cambio, algo en su persona que atraia y subyugaba. Su rostro de ovalo perfecto, aunque con pomulos un tanto agudizados, poseia un sello tan personal que nadie, despues de contemplarla, se hubiera atrevido a negar su atractivo, que se manifestaba en los menores gestos y rasgos de la carita de epidermis blanca, donde la boca grande dejaba ver unos dientes irregulares, salpicados con dos gotas de oro que hacian resaltar aquellos labios sensuales, siempre humedos y entreabiertos como pidiendo, vehementes, una caricia. Enmarcaba el exotico rostro una cabellera rojiza, sedosa y brillante, donde se perdia la mirada codiciosa del apasionado varon. II La habitacion, completamente revuelta, causaba en Mary un disgusto terrible. Ya no recordo su ruptura con Pepe, ni la conversacion que habia tenido lugar en mitad de la calle con aquella Sole, amiguita del corazon que tan bien y con tanto acierto sabia aconsejarla. Buena estaba ella en aquellos momentos para recordar nada, cuando sus ojos, muy abiertos, vagaban desesperadamente por la estancia, donde no habia cosa en su sitio. Todo se hallaba desordenado: la maleta abierta sobre una silla, los zapatos esparcidos por el suelo... !Ay, Senor, pero si ella siempre habia creido que todo cogia en una maleta, y resultaba que ahora no cabia nada! Suspiro con ansia, como si se ahogara. Y como la paciencia habia llegado al limite, dio un grito llamando a todas sus companeras, cuyas risas aun crisparon mas sus nervios ya de por si alterados: -- !Loli, Pili, Mary, Tere! !Ay, Dios, os quiero ver en seguida a mi lado! Cuatro rostros aparecieron en el quicio de la puerta abierta de par en par. --?Aun estas asi? Mary se lanzo al suelo, donde tuvo que bufar como una fiera. --! Estoy desesperada! -- grito destempladamente --. Os juro que si tengo que continuar metiendo ropa en la maleta, dejo mi viaje para cuando tenga menos. !No cabe nada! Todas a una se lanzaron sobre la maleta. Pero Mary, no conforme con la ayuda de sus atolondradas companeras, lanzo el <> grito que la caracterizaba, cuyo eco llego a los oidos de la senorita Sagrario, la encargada de contener los impetus de aquella juventud que residia dentro de las cuatro gruesas paredes de la residencia, donde ella era el angel bueno, la ayuda y el sosten espiritual de muchas de aquellas almas inconscientes que caminaban por la vida sin saber por que lo hacian. Una de ellas era Mary, que se presento anhelando mucho carino y mas amparo, y fue a encontrarlo en el corazon blando y sensible de la buena mujer que tan bien y con tanto acierto supo comprenderla. --!<>! Y al grito furioso de la muchacha, la puerta de la alcoba volvio a abrirse dando paso a la cara dulce de la <>. --<>, querida, por favor... ?Por que yo no puedo hacer nada sin usted? -- grito la muchacha, lanzandose al encuentro de la senorita--. No me cabe nada de ropa en la maleta. La <> sonrio compresiva, mirando dubitativa los ojos muy abiertos de Mary. --Jesus, Jesus, hija, estas que no hay quien te aguante. Anda, vete, y olvidate por un momento del viaje. Yo tratare de colocar tus cosas en la maleta. Y, en unos segundos, las manos agiles del angel bueno del colegio fueron colocando todo en forma que, cuando Mary y sus companeras se dieron cuenta, ya todo se hallaba dentro y las llaves en las manos de la <>. --Toma -- dijo esta, alargandoselas a Mary --. Ahora, a calmar los nervios y esperar que el tren se halle dispuesto para salir en direccion a la tierra que tanto anhelas ver. Mary, que jamas dejaba asomar a sus gemas claras el resquemor de una lagrima, sintio el reguero dilatado correr raudo por la mejilla satinada, mientras pedia con voz entrecortada, como si quisiera alegrar los corazones, y mas que ninguno el suyo, que se sentia anegado en dolor: --!La tila, <> de mi alma! Traigame esa clasica tila que calma tan bien mis nervios, y que sabe Dios cuando la volvere a tomar. En vez de romper el silencio que ella hubo dejado, con un sollozo mas, estallo una carcajada general, a la que se unio la risa de la dulce <>. --Jamas dejaras de ser tu, Mary, nunca; ni siquiera cuando te veas pasando el mayor apuro de tu vida lograras cambiar ese caracter terriblemente burlon que tan poco te favorece y que tanto divierte a los demas. Y al hablar, su rostro reflejaba la pena que le causaba ver marchar a su mejor amiguita; pena infinita que laceraba su corazon bueno, que tan bien sabia disculpar las extravagancias de la irascible chiquilla. Cuando todo hubo sido dispuesto, y Mary quedo de pie bajo el dintel, dijo la <>: --?No se te olvida nada, Mary? Esta corrio a su lado, apretandose contra ella. --Un abrazo, querida <>. La senorita nego. --?No es eso? -- pregunto Mary. --No. Tu santina... Y solo aquello basto para que a la mente de Mary acudiera la virgencita que tanto y tanto habia consolado su dolor. Fuese a la capilla, donde, postrada una vez mas, pidio amparo y consuelo para su angustiado corazon. Con la boca, nada pidio. Aunque quisiera, estaba segura de no poder conseguirlo. !Era tanto lo que deseaba, y tan grande el peso que llevaba sobre su alma...! Alli habia sufrido y disfrutado. Mas de una vez acudio al rinconcito donde la santina, sonriente, la miraba con sus ojos acariciadores como si se dispusiera a hablar y reir, pidiendole que jamas dejara de domenar su voluntad que era lo unico que le quedaba, y lo unico tambien que podia sostenerla en su lugar, en el lugar que corresponde a toda mujer de bien, de dignidad que no claudica ante un tonto y falso oropel, cuando la vida no es oro y alegria, sino dolor y crudeza, falsedad y algo mas que ella no queria analizar porque lo temia... -- Diviertete mucho -- dijo la <>, dandole el ultimo abrazo --; comulga mas, y no olvides a Santa Gema, que tanto te protege. Mary asintio en silencio, devolviendo con ansia el abrazo. Mas tarde, cuando en compania de muchas de sus discipulas y companeras de fatigas, se vio ante el tren que habia de conducirla a la querida tierrina, dijo alguien, sonriendo con picardia: --Todo esto lo hubieras cambiado por una sola despedida. Mary se encigio de hombros. --Ahora solo pienso en llegar alli. --?No llevas recuerdos? --Los vuestros, muy gratos. --?Nada mas? Mary se encogio de hombros. --No debo llevar mas. Es impropio de mi lo contrario. Y como el tren habia advertido que la marcha se hallaba proxima, Mary subio al vagon, asomando luego la cabeza rubia por la ventanilla. --Adios, queridas. Nada respondieron. !Dolia tanto verla marchar! --Hasta octubre -- dijo Pili, limpiando una lagrima. --Hasta octubre. Y como el tren se perdia lentamente, solo se vio la mano larga y fina que, temblorosa, se alzaba diciendo el ultimo adios. Luego, la mole negra fue un puntito tenue, difuso en la lejania hasta que desaparecio camino de Gijon, donde Mary no contaba hallar la tranquilidad espiritual que tanto necesitaba para calmar su desasosiego y su congoja.

  • La cita de al lado (Cita para Rehacer 3) de Susan Hatler

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    Lo unico peor que deshacer las maletas es deshacer las maletas dos veces, y estoy deshaciendolas por tercera vez desde que me mude al centro de Sacramento. Si, !yo! No. En mi agenda, deshacer las maletas esta a la altura de fregar la olla despues de hacer macarrones con queso, quitar chicle de la suela de mis zapatillas favoritas o intentar encontrar una habitacion de alquiler en una casa compartida con alguien que no conozco. Asi que me converti en la reina del courchsurfing... hasta aquel dia. Previo a saltar de sofa en sofa por los apartamentos de mis amigos del centro, habia estado viviendo con dos de mis cuatro hermanos a las afueras de la ciudad y me habia cansado de ir al trabajo. ?Trafico en hora punta dos veces al dia? Paso. Tras vagabundear en el sofa de mi amiga Krista y luego en el sofa de mi amiga Abigail, me encontraba oficialmente de alquiler en una habitacion de la casa de mi mejor amiga de la infancia, Lucy Remington. Lucy y yo siempre habiamos hablado de compartir residencia en la universidad, pero luego ella se marcho a Princeton mientras yo entre en la universidad local, en U.C. Davis. Tras todos aquellos anos, Lucy y yo viviamos juntas por fin. Me encontraria saltando de alegria si no hubiera estado, ya sabeis, deshaciendo las maletas. Inspeccione mi nueva habitacion en su elegante casa adosada: techo alto, ventanas con adornos blancos con cortinas romanas y mi colchon doble, somier y foto que habia usado desde la universidad. Mi mirada se poso en Lucy mientras ella alzaba uno de mis vestidos de verano hasta su pecho y luego examinaba su reflejo en el espejo de cuerpo entero de la habitacion. Ella acababa de sacar ese vestido de una de las muchas cajas de carton que yo habia subido por las escaleras de la nueva casa adosada de Lucy, que su madre le habia comprado (pago en efectivo, fijate) solo para que Lucy viviera cerca de sus padres. Debia ser genial aquello. Lo ultimo que me compro mi madre fue una caja de dulces en el cine cuando vimos la ultima pelicula de Jennifer Lawrence. Pero, en defensa de mi madre, mis padres no estaban tan bien situados como los Remington. Lucy tenia una tarjeta de credito de sus padres sin limite de saldo y compraba en boutiques de disenadores, mientras que yo normalmente compraba mi ropa en estantes de rebajas y tiendas de segunda mano. A pesar de nuestras polaridades financieras, nacio una fuerte union entre nosotras cuando eramos ninas. Mis hombros se tensaron cuando colgue una chaqueta de mezclilla en una percha y despues la coloque en la percha dentro del armario. Desembalar, desembalar sin fin... Luego agarre un par de vaqueros, los doble y meti en un cajon de la comoda y me di la vuelta en busca del vestido de verano que mi amiga habia estado sosteniendo y que, en aquel momento, se encontraba arrojado en la caja que acababa de vaciar. --!Lucy! --Recogi el vestido mientras ella se volvia hacia mi, con su mano tocando la chaqueta que yo acababa de colgar. Ella retiro la mano y puso una mirada inocente. Sus ojos se agrandaron. --?Que pasa, Hannah? --Te estas perdiendo toda la parte de deshacer las maletas --dije, inclinando la cabeza hacia la izquierda, haciendo rebotar mis rizos oscuros sobre mi hombro--. Te ofreciste a ayudar, no a trabajar en mi contra. --Estoy tan emocionada de que finalmente vivamos juntas --Lucy sonrio y luego tomo el vestido y lo puso en una percha mientras yo regresaba a por otra caja aparentemente sin fondo--. Compartir ropa es practicamente un requisito de companeras de casa. Solo estoy revisando mis opciones. --Oh, ?es eso lo que estas haciendo? --Me rei mientras ella indagaba mas profundamente en mi armario casi a reventar. El armario de Lucy estaba lleno de Prada y Gucci, mientras que el mio tenia hallazgos de tiendas de segunda mano y compras gangas. Combinados, nuestros conjuntos de ropa serian definitivamente unicos. --Pero ninguna de estas faldas negras lisas o abotonadas va a funcionar en mi cita de esta noche --gruno Lucy, arrojando un par de opciones rechazadas por encima de su hombro, de vuelta a una caja de carton--. Este es el ultimo intento de encontrar un novio con el que puedo contar antes de renunciar a ello para siempre, asi que mi look tiene que reflejar ese objetivo o voy apanada. --Sin meter presion, eh --dije, levantando una ceja. --?Vale? Bueno, si Derek me estuviera preparando la cena en casa, uno de estos conjuntos podria haber funcionado, pero me llevara a The Boat House a cenar. ?Sabes ese restaurante en el rio en Old Sac? Asenti con la cabeza, sintiendo un poco de envidia. --Debe ser genial tener una cita. --Saliste con Patrick por alli durante un tiempo --dijo, mirandome de una forma que explicaba que no le gustaba Patrick y que no es que lo echara de menos exactamente. --Patrick era agradable --dije, encogiendome de hombros--. Solo que un poco tambien... extravagante para mi. --Yo tambien soy algo extravagante --Ella asintio, agarrando un punado de la nueva ropa de oficina que habia comprado tras mi reciente promocion laboral --. Asi que tampoco encuentro vestuario para mis citas. --Es mi nueva ropa de trabajo, ?vale? --dije, ordenando el desorden de Lucy. De hecho, habia estado arreglando el desorden de Lucy desde el primer dia de la escuela primaria cuando accidentalmente se le cayo la bandeja de la cafeteria en el comedor y lloro. Limpie su desastre, comparti mis rodajas de manzana con ella, y nos convertimos en las mejores amigas desde entonces. Me quede mirando mi nuevo look de oficina y suspire. --He soportado mucha presion en el trabajo desde que mi jefa renuncio y emprendio su propio negocio de maletas. --Jennifer, ?verdad? Pense que te habia ascendido antes de irse. --Lo hizo, pero ahora tengo que estar a la altura del aumento de sueldo impresionando a un cliente que mi nuevo jefe quiere que consiga. --Tu nuevo jefe todavia te esta probando, ?eh? --Por no decir otra cosa --dije, estudiando la falda de tubo a rayas que sostenia, que era una desviacion de mi estilo normalmente mas informal--. Si no logro que este cliente firme, creo que mi jefe me va a despedir. Yo no era su eleccion para el trabajo y Jennifer tuvo dificultades para convencerlo de que me diera una oportunidad. Solo tengo esta oportunidad, asi que no puedo desaprovecharla. Llevaba dos anos trabajando en la prestigiosa empresa de marketing Haskell & Haskell y recientemente me habian ascendido a jefa del recien creado departamento de redes sociales. A pesar de mi experiencia en la empresa, a Peter Haskell, el director ejecutivo, no le encanto que fuera licenciada en sociologia. Todo giraba en torno a quedar bien en el papel y aparentemente mi curriculum no se ajustaba a mi sueldo. Yo no era su primera (o segunda) opcion para el puesto, por lo que se dedicaba a examinar todos mis movimientos en la oficina. Afortunadamente, Jennifer habia convencido al Sr. Haskell de que me dejara dirigir el departamento de redes sociales, algo imprescindible en el mundo del marketing actual. Pero tenia que demostrar mi valia y hacerlo rapidamente. ?Mi prueba? Contratar a Ray Livingston para Haskell & Haskell, el millonario disenador de moda que se hizo a si mismo. ?El problema? Todas las demas empresas de la ciudad querian su cuenta. ?Nivel de estres? Alto. ?Como podria yo, Hannah Griffin, con una falda de ganga y tacones de tienda de segunda mano impresionar al multimillonario Ray Livingston? Si, eso es lo que todavia estaba tratando de averiguar. Pero pense que comenzar con un atuendo de trabajo sobrio (lease: aburrido) no haria dano. Lucy puso una mano en mi hombro, haciendome saltar. --No te preocupes, Han. Vas a conseguir a ese cliente y luego tu jefe se dara cuenta de que Jennifer tenia razon al promocionarte. --Gracias por tu fe, pero no lo se... --Mi estomago se revolvio. La cabeza me dio vueltas. Cada segundo que dedicaba a deshacer maletas era un segundo en el que podria estar elaborando una estrategia sobre como conseguir ese nuevo cliente. Pero no parecia estar progresando en el frente de desembalado gracias a que mi mejor amiga seguia centrada en su cita. Mire alrededor todo el desorden en mi habitacion y entre en panico. --Me van a despedir. --No, lo tienes hecho --Ella me dio un pequeno apreton en el hombro--. Se que lo haras. --No estoy tan segura --dije, deseando por primera vez haberme graduado en marketing para que el senor Haskell estuviera mas contento conmigo. En realidad, habia elegido estudiar sociologia porque parecia que me iba bien en esas clases y las disfrutaba. Me gradue, consegui un trabajo y tres anos despues todavia no habia encontrado mi pasion hasta que consegui el trabajo como asistente de Jennifer y poco a poco me di cuenta de lo que queria hacer a tiempo completo: marketing en redes sociales. Era mi oportunidad. Realmente pensaba que era buena en eso y creia que podia ayudar a Ray Livingston a mejorar la visibilidad de su marca a traves de las redes sociales. Tenia grandes ideas. El problema era que yo era una joven de veintiseis anos cuyo curriculum decia: sociologia, camarera y asistente. ?Quien escucharia mis sugerencias? No Peter Haskell, eso estaba claro. --Le vas a encantar a ese cliente --insistio Lucy, mirandome a los ojos y asintiendo con la cabeza como si estuviera segura--. Te lo vas a quedar. --?Pero como? --pregunte, recogiendo mis nuevos tacones negros y mostrandole un rasguno que no habia notado antes. Senti que era injusto que no venir de una familia adinerada me dejara en desventaja--. Ray Livingston no me tomara en serio si cree que no luzco como una profesional, lo cual admito que no importa en este momento ya que ni siquiera puedo lograr que conteste mis llamadas o que me llame por telefono. Este tipo es multimillonario, Lucy. Necesito tacones de Christian Louboutin para dar una buena impresion, no tacones de segunda mano.

  • En mi mundo (Entre dos mundos 2) de Nadia Noor

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    Segunda entrega de la bilogia <> de Nadia Noor.

  • Un amor a la fuerza II de Helen Blue

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    Jack Rowan, un atractivo pirata a cargo de un barco dispuesto a conquistar el oceano, lleva nueve anos sin apenas poder dormir por culpa de un sueno que se repite cada dia, atormentandolo. Cuando durante una parada en una isla su camino se cruza con una joven dama a la que escucha decir que sufre su misma maldicion, decide secuestrarla sin saber que, en realidad, Elizabeth no es solo una chica mas de la corte, sino que se trata de la mismisima princesa y la hija del hombre que el tanto odia. Una vez en alta mar, a pesar de lo diferentes que son, la atraccion entre ambos pronto resulta imposible de ignorar.
    “Una apasionante historia de piratas, princesas, matrimonios a la fuerza, secuestros, misterios, traiciones y pasiones”.

  • Mas cansadas que infelices de Laura Sagnier

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    Laura Sagnier realizo una investigacion con la idea de conseguir una base de datos fiable sobre lo que piensan y sienten las mujeres en Espana en relacion a diferentes facetas de sus vidas (como el trabajo, la pareja, los hijos, la familia o las amistades) y penso que las conclusiones que se desprendian eran tan beneficiosas que merecia la pena hacerlas llegar a muchas personas mas.

  • Heridas del corazon de Sheila Danton

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    Cuando empezo a trabajar en el centro de salud local, Rebecca Groom se dio cuenta de lo atractivo que le resultaba el doctor Marc Johnson. Hacia falta ampliar el consultorio; para ello Marc habia elegido una vieja casa que albergaba felices recuerdos para Rebecca y a cuya renovacion ella se oponia.

  • Solenoide de Mircea Cartarescu

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    Considerada unanimemente por la critica la obra cumbre de Mircea Cartarescu hasta el momento, <> es una novela monumental en la que resuenan ecos de Pynchon, Borges, Swift y Kafka. Estamos ante el largo diario de un escritor frustrado que desgrana su infancia y su adolescencia en los arrabales de una ciudad comunista, devastada, gris y fria --una Bucarest alucinada, dotada de una melancolia abrumadora--. Profesor de Rumano en un instituto de barrio, con una carrera literaria fracasada y una profesion que no le interesa, compra una casa antigua con forma de barco, construida por el inventor de un solenoide, que alberga una extrana maquinaria: un sillon de dentista dotado de un tablero de mandos. Pronto intima con una profesora que ha sido captada por una secta mistica, la de los piquetistas, que organizan manifestaciones nocturnas por los cementerios de la ciudad y por la Morgue. Mientras tanto, el narrador se enfrenta a alucinaciones que le revelan la verdad de su existencia. Solenoide es la piedra de toque en torno a la que gravitan el resto de las ficciones de Cartarescu. Una obra que atrae todas las pistas, los temas, las obsesiones literarias de un autor genial que se ha ido convirtiendo, poco a poco, en un escritor de culto. Genialidad, locura y grandeza. La ultima y mas madura novela del rumano Mircea Cartarescu, uno de los mas poderosos escritores europeos actuales, en una obra que le ha llevado a ser comparado con Pynchon, Kafka y Kundera.

  • Relaciones escandalosas de Sylvia Day

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  • El valle oscuro de Andrea Tome

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  • Desde la primera vez de Mery Rangel

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    Desde que Elle y Ben fueron presentados, ella dio por sentado que aquel era el hombre mas desagradable que habia conocido. A simple vista distaba de ser el hombre ideal para ninguna mujer, y mucho menos para ella; pero, inesperadamente, el destino le demostrara lo equivocada que estaba y tambien que una noche puede ser suficiente para cambiarlo todo.

  • Triangulo amoroso de A. De Luna

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    Regresar a Bahamas despues de una breve aventura de verano con el actor Alec Blanchard era, para Libby, la manera de probarse que el pasado habia quedado en el olvido. Nunca lamentaria haber tenido a Sam, pero ya era hora de mirar el futuro... con Michael; un hombre bueno, confiable y que la amaba. Solo que Libby nunca penso que Alec regresaria a la isla con la firme determinacion de conocer a su hijo, echando por tierra todos sus planes....

  • Escrito en Sangre de Silvana G. Sanchez

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    -Silvana G. Sanchez, ESCRITO EN SANGRE.

  • El ladron de penas de Antonio Jodar Calpe

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    Metio la llave en la cerradura despues de varios intentos, dos veces se le habia caido al suelo tratando de abrir la puerta; veia el pasillo muy a duras penas. El atardecer se oscurecio mas de lo previsto y un viento inoportuno hizo que las hojas de los arboles susurrasen a manera de cantos de reproche. Hacia rato que el tiempo se notaba denso y especialmente humedo. Las nubes ennegrecidas amenazaban con una tormenta brutal. En sus primeros indicios, las ventanas del edificio no dejaban ver mas que algun relampago todavia lejano. Por los cristales se distinguia la luz palida que cubria el cielo. Trato de hacer girar la llave pero no pudo, la mano le temblaba; estaba transido de frio y los ojos cargados por las noches de insomnio, y esta seria la siguiente. Giro otra vez la llave y cedio al final. Al traspasar la puerta encendio la luz y miro el reloj que se hallaba en la mesilla de noche, vio que eran las tres de la madrugada. Iba bebido y se dejo caer sobre la cama boca abajo. En el instante de caer dio un gemido y se quedo inconsciente sin que nada, excepto un leve tic-tac del despertador, alterase el silencio. La luz se quedo encendida y tenia una palidez facial estremecedora. Nadie sabia que estaba alli completamente solo y tal vez fuese a morir en esa condicion. Los que lo juzgaban no habrian podido leer sus sentimientos reales, pero el tampoco. Ahora yacia en un sopor que fue breve. Se desperto de repente y al mirar de nuevo el reloj vio que habian pasado treinta minutos, solamente treinta. Los truenos se oian ahora con mas fuerza, los cristales de la ventana empezaban a albergar las primeras gotas de agua, las cuales resbalaban por el cristal igual que el sudor por su frente y las lagrimas que brotaban de sus ojos por las mejillas, tan descoloridas, bajo unos ojos de mirada doliente tras el verde claro. Abrio el minibar, cogio una botella de whisky y se lleno un vaso a la mitad. Recorrio la habitacion del hotel como un oso enjaulado, con el vaso de Whisky en la mano, dando pequenos sorbos, temblando de pies a cabeza. Tenia el pelo castano con restos de gomina y algo desgrenado, llevaba una chaqueta y un pantalon azul oscuro manchado, tambien los zapatos por restos de vomito. La camisa era blanca, estaba sucia y le faltaban varios botones, del cuello le colgaba una corbata desanudada, un extremo por cada lado. De repente estampo el vaso contra la pared encolerizado y el estruendo lo encolerizo todavia mas. Dio un fuerte punetazo con el puno derecho a la mancha de Whisky que habia tenido la pared hiriendose los nudillos que acabaron ensangrentados. Gritando de dolor se restrego frenetico los nudillos por la camisa, anadiendole tonos rojizos, lo que no hizo mas que aumentar su colera hasta romper a llorar. Hablaba entre sollozos profiriendo frases incoherentes a la vez que se arrollaba un panuelo en los nudillos. Se dejo caer sentado en el suelo con las piernas estiradas, jadeando, llorando con cara de asustado; se quedo como extraviado mirando la puerta de la habitacion. Se llamaba Hector y ni siquiera eso tenia claro, la vida lo estaba ahogando, creia. Cerro los ojos y los abrio de nuevo arrugando el ceno. Lo repitio tres veces mas deseando que un espiritu nocturno velase por el, aunque mas bien seria el mismo monstruo que habitaba debajo de su cama cuando era un nino. Proyectaba una sombra fantastica sobre la pared que no era mas que una caja de carton agujereada. Los anos habian volado y ahora el mismo era una figura prisionera del resplandor de algunos relampagos. Abrio la puerta de la habitacion, la 708, dejandola entornada; se precipito hacia la escalera con pasos vacilantes aferrando la botella de whisky que habia cogido. Subio medio a tientas el primer escalon para no dar la luz y que alguien lo descubriese, pero se encendio automaticamente. Continuo subiendo a grandes zancadas lo mas rapido que pudo hasta alcanzar la azotea. La puerta tendria que haber estado cerrada pero no tenia cerradura, parecia como si estuviera arrancada y habia manchas de yeso alrededor. Como pudo empujo la puerta, la traspaso hasta notar un viento de tormenta, el que antes hubo susurrado en los arboles. La tormenta la tenia encima y el viento le daba en la cara, tambien el reflejo parpadeante de los relampagos que resonaban con toda su fuerza como una maravilla de la naturaleza que no transigia con la maleza de antenas wifi, las cuales ondulaban en un angulo pronunciado, viendose amenazada su endeble verticalidad. Hacia gestos con una cara de enloquecido, como drogado, contrayendo las mejillas sin poderlas controlar; en sus ojos se reflejaba un profundo deseo de enloquecer todavia mas. <>. Avanzo hacia el centro de la azotea, la lluvia caia ahora abundante, empapandole por completo, la sangre seguia brotando de sus nudillos y la que tenia en la camisa se diluia emborronandola. Su cara empapada disimulaba el lloriqueo que no podia cortar, sintio frio y se levanto las solapas de la chaqueta inutilmente. Sus infortunios pasaron del llanto al lamento cuando cruzo hasta llegar al antepecho de la cornisa. Era una altura de doce pisos mas la azotea trece. A Hector le temblaban las piernas con mayor violencia y su jadear coreaba cada trueno, su cara seguia resplandeciendo en el relampaguear cada vez menos intermitente, sus ojos resaltaban desorbitados. Se quito la chaqueta y la lanzo al vacio quedandose en el antepecho. Completamente empapado salto a la cornisa pero no miro hacia abajo, no se atrevio. La desesperacion lo acometio sin ninguna clase de misericordia, sintiendose paralizado pero decididamente dispuesto a terminar con ese pesar etereo. Sintio vertigo y nauseas, panico, pero tambien una ira desmandada y una tristeza penetrante. En un arrebato decisivo extendio los brazos como si fuese a saltar de un trampolin y cerro los ojos. --?Me dejas ver como lo haces? --sono una voz que clamaba a su espalda y que lo interrogo en japones. --?Quien anda ahi? --pregunto Hector en un idioma que no dominaba mucho. Bajo los brazos y se dio la vuelta. --Alguien que esta de paso --le contesto la figura de un hombre cuya cara no se veia por la penumbra y la lluvia insistente. --?Que hace usted aqui? --quiso saber Hector tratando de ver al hombre aquel; se quitaba el agua de la cara dandose zarpazos como un gato. --Nada, solo quiero mirar --dijo el hombre. La lluvia caia torrencial, una rafaga de agua le impidio decir nada a Hector y le chorreo por el pelo, las orejas, la nariz, y finalmente por el cuello de la camisa. Dio un traspie que casi lo hizo caer de espaldas. El retumbar de los truenos iba en aumento. --!Maldita sea! --grito Hector. --?Vas a hacerlo o no? --la voz de aquel hombre sono impertinente. Hector grito y volvio a gritar que se marchara de alli, que lo dejara en paz. Aun sentia la adrenalina en su cuerpo y le aumento porque alguien, un chiflado que no podia ver bien, lo estaba provocando. Pero no tenia ningun sentido que alguien pudiera estar en la azotea en medio de una tormenta y menos justo cuando iba a… poner fin a todo. --Mi jodida borrachera, si, eso es, !desaparece de mi vista! --Hector se cogio de las sienes, cerro los ojos y los abrio por reiterada vez. El viento gimio provocando mas rafagas de agua, mientras el hombre salia de la oscuridad. Iba tan empapado como Hector, debia de tener mas de cincuenta, aunque no se le veia bien, de mediana estatura, vestido con unos vaqueros y un chubasquero rojo, con la capucha puesta; lo estaba mirando y su mirada era penetrante, no la apartaba para nada, ni siquiera parpadeaba a pesar de la lluvia. --Desde luego que estas bebido, pero quiero verlo --dijo el hombre. --?Ver, que? !Dejame en paz! --Como lo haces, simplemente. --Pero ?que dices? !Que te largues! --Hector levanto el puno amenazante; era el derecho, se le cayo el panuelo al suelo deshaciendose los coagulos de las heridas en los nudillos. Sangro de nuevo. --No importa lo que yo diga --dijo el hombre. Hector no sabia que responder, unicamente se lamia el bigote como si quisiera escurrirlo. Bajo el puno. El hombre se le acerco y anadio: --!Acaba de una vez! --!Largate! !Largate de aqui! !Dejame! --No esta bien que me hagas perder el tiempo. --Estas completamente loco, seas quien seas, !completamente loco! El hombre guardo silencio, pero no dejaba de mirarlo y se le acerco aun mas. --!Quedate donde estas! --grito Hector, la voz le temblaba. El hombre no le hizo caso, sorteo el antepecho situandose junto a Hector. --Seguro que no has mirado abajo --le dijo el hombre. Era cierto que no habia mirado abajo, como si la decision no la hubiese tomado de verdad. Miro al rostro de aquel hombre y se le antojo sereno, sin que hiciese muecas por el viento y la lluvia que vapuleaba sus rostros sin piedad, ni tan siquiera pestaneaba. No era como el que constrenia la frente, los ojos y ambas mejillas, dando la impresion de estar ahogandose en un vaso de agua. --No vas a poder ayudarme --conjeturo Hector. Seguia sin mirar abajo. --?Ayudarte? No, no tengo esa intencion. --Debes ser… de seguridad… si, del hotel --dijo Hector--. Si, claro, has venido a impedirlo -- senalo a la calle--, pero tu que sabras… !No te metas donde no te llaman! Hablaba como si estuviera constatando un hecho, decia lo que pensaba como si fuera verdad. De fondo, la tormenta seguia estremeciendo el lugar. Hector veia como los relampagos se reflejaban en la cara del hombre. Pero la suya reflejaba un miedo terrible, miedo a decidir, a caer, a ser rescatado, o tal vez a ser ignorado por aquel extrano, quien se echo a reir a carcajadas. Sin dejar de reir cogio a Hector por los hombros y lo obligo a darse la vuelta hacia la calle. Casi se cae de espaldas por la sorpresa antes de que lo cogiera. --!Mira! --le dijo, sin soltarle los hombros. Hector quiso retroceder pero el hombre se lo impidio; tenia mucha fuerza. --Mira abajo --le insistio

  • Seduciendo a Emma de Dylan Martins

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    Era un hombre de exito. Tenia todo lo que queria y mas. Y eso, en Manhattan, no era nada facil. Pero yo lo logre.
    Tenia todo… Menos a ella.
    Desde el dia en que la vi, supe que tenia que ser mia. No me lo puso facil, pero yo iba a desplegar todas mis armas de seduccion.
    El problema es que lo que en un principio solo vi como sexo, se convirtio en algo mas.
    El juego de la seduccion habia comenzado y yo estaba dispuesto a ganar

  • El latido del deseo (Deseo Eire 3 parte 1) de Delora L. Pereniguez

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    Enzo ha decidido exiliarse en la isla Williams. No quiere ver a nadie. Para el nada tiene sentido sin Adara. La oscuridad ha reinado sobre la luz. Y su corazon se fue con Adara cuando murio tragicamente el dia de la boda. Lloro sobre su tumba y se quedo con ella durante horas bajo la lluvia. No aceptaba su muerte, haberla perdido para siempre.
    Pero una ayuda inesperada, caida del cielo, lo ayudara a descubrir la verdad y a desterrar el dolor que lo esta consumiendo.
    El mayor error que cometio Enzo, fue confiar que su mayor enemigo no haria nada contra el. Pero le ataco en su punto mas debil. No solo destrozo el dia mas importante de sus vidas, sino que, con un plan maquiavelicamente elaborado hizo pasar por muerta a Adara el dia de la boda para llevarsela.

  • Era tarde, muy tarde de James Kelman

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    Sammy Samuels, 38 anos, tipico representante de la clase baja de Glasgow, ratero y exconvicto, se despierta un dia tirado en una acera tras dos dias de borrachera. No tarda en liarse a tortas con unos policias y pasa la noche en la carcel. Ya alli, poco a poco toma consciencia de su estado: le han dejado molido y esta completamente ciego. Cuando por fin regresa a casa se da cuenta de que su novia se ha ido.

  • Legado Viviente. Entre los Muertos de R. W. K. Clark

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  • Oculta tras su mirada de

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    La vida de Paola transcurria con normalidad hasta que, sin motivo aparente, es retenida y conducida hasta un fastuoso palacete arabe situado en un recondito lugar de Costa de Marfil. En su afan de descubrir las oscuras intenciones de sus captores, conoce a un enigmatico arabe por el que siente una irresistible atraccion. Dispuestos a localizar a Paola, sus amigos se veran envueltos en un torbellino de intriga y peligro del que tendran que salir con la unica ayuda del inspector Damien Allard. ?Que esconde la desaparicion de Paola? ?Dinero, amor, sexo, venganza? O tal vez… La respuesta la da esta absorbente novela de suspense romantico ambientada en Africa cuya lectura no da tregua.

  • Crisantemo blanco de Mary Lynn Bracht

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  • Cuando te golpeo de Meena Kandasamy

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    La segunda novela de Kandasamy la ha situado en los altares de la novela contemporanea India.

  • Lo nuestro es de otro planeta de Emma Mars

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    Un viaje puede cambiarlo todo. Un viaje de trabajo, de ocio o del corazon puede convertirse en el comienzo del resto de tu existencia. Cuando Diana llego a Madrid era jueves por la manana. Parecia un dia normal, aburrido y rutinario, de esos en los que suena el despertador, te despiertas de mal humor, resignada, y te diriges a una gris estacion (todas lo son) para tomar el primer tren del dia. El AVE desde Sevilla que debia coger con destino a Madrid partia a las siete en punto de la manana, ni un minuto antes ni uno despues. Hacia frio, el amanecer quedaba lejos y algunos viajeros se soplaban las manos para entrar en calor. Cargada con una ligera mochila al hombro, Diana se dirigio a la cinta mecanica reprimiendo un bostezo. Sostenia en una mano el programa del congreso al que asistiria los proximos dias. En la otra, un billete de tren que le tendio a un revisor igual de adormecido que el resto de los presentes. Todo parecia aburridamente rutinario. La superficie blanca del convoy resplandecia bajo los brillantes halogenos de la estacion y los ultimos pasajeros apuraban sus cigarrillos en el anden ante la mirada reprobatoria de algunos viajeros. Nada aventuraba lo que sucederia pocas horas despues. Diana entro distraida en el vagon que le habia sido asignado. Tomo asiento, recosto la cabeza contra la ventanilla y a los pocos minutos cerro los ojos presa de un agradable balanceo. Siempre le habian gustado los trenes, su transcurrir lento y cadencioso, los diferentes paisajes deslizandose por la ventanilla como el convoy lo hacia por sus railes. Recordo antes de quedarse dormida que el hombre del tiempo habia anunciado fuertes tormentas en Madrid para los proximos dias. Pero al cabo de un rato el sol andaluz empezo a asomarse con fuerza, transmitiendole una sensacion de paz que solo se quebro cuando el tren llego a su destino. Negras. Nubes negras prenaban todo el cielo madrileno y Diana no pudo evitar bufar con desesperacion cuando piso la calle y los transeuntes corrian para guarecerse de la lluvia. De eso hacia ahora un dia, pero el humor de Diana seguia igual de agitado que el pronostico meteorologico. ?La razon? Saber a ciencia cierta los motivos por los que su jefe la habia elegido a ella para acudir a ese congreso. <>. Javier la llevo a un aparte para hablarle del tema, pero Diana estaba desconcentrada. Solo podia pensar en lo mucho que le repugnaba su aspecto. Su jefe era un hombre bajito y desalinado. Sus hombros solian estar nevados de caspa y odiaba que le hablara tan cerca y su aliento oliera a cebolla y ella pudiera atisbar con claridad los pelillos negros y duros como cuerdas que brotaban de su nariz y orejas. <>. Javier la observo fijamente, a la espera de su respuesta. La miraba confuso, como si acabara de comunicarle que era la empleada del mes o que habia ganado una inmensa cesta de Navidad y esperara una reaccion de jubilo por su parte. Todo lo contrario. Diana no deseaba asistir al congreso y evito gesticular siquiera. El silencio era su gran aliado en estas ocasiones. <>, carraspeo Javier. Y se rasco la nuca profundamente incomodo con su silencio. <>. Fundamental. Esta palabra formaba ya parte de su idiosincrasia laboral tanto como lo hacian los ordenadores o los lenguajes de programacion. Javier era muy dado a utilizarla y Diana a veces no podia evitar repetirla mentalmente. Fundamental esto, fundamental aquello. El la usaba sobre todo cuando pretendia ocultar sus verdaderas intenciones. Diana no le culpaba por ello. Sabia que era poco inteligente decirle a una empleada: <>. Y por eso estaba en Madrid. Resignada. Malhumorada. Asqueada con una mala suerte que parecia haberle tomado carino. Con el descontento anadido de que este era uno de los congresos mas aburridos e interminables de cuantos habia asistido. Todos ellos solian ser eventos soporiferos protagonizados por ponentes pretenciosos y encantados de haberse conocido. Pero este era, si cabe, todavia peor. Estaba lleno de gurus de medio pelo a los que se sentia incapaz de prestar atencion. <>, escucho que decia en ese momento el ponente de turno. <>. Diana reprimio un bostezo y se esforzo por mantener los ojos abiertos, aunque estaba deseando que el dia concluyera para poder regresar cuanto antes al confort de su hotel. Ocho horas de soporiferas ponencias le parecian suficiente tortura. Diez minutos despues se escucharon por fin los aplausos de los alli congregados y Diana sonrio con alivio: el congreso habia terminado y no lo dudo ni un instante. Tomo su mochila, se la puso al hombro y alcanzo la salida antes de que los aplausos hubieran dejado de escucharse. El manto de la noche habia cubierto Madrid cuando abrio la puerta del recinto y puso el primer pie en la calle. El aire parecia cargado de una ansiedad electrica, densa y fastidiosa. La Castellana era un avispero de coches cuyos conductores, enfurecidos, utilizaban el claxon como via de escape a su propio nerviosismo. Cada vez que uno de ellos se despistaba unos segundos, los otros le recordaban a bocinazos que habia tardado mas de la cuenta en arrancar su vehiculo. Diana se contagio muy rapido del mal humor reinante. Cruzo la larga avenida tratando de esquivar los coches que se habian detenido con prisas sobre el paso de peatones; inquieta y enfurrunada, respiro hondo cuando por fin consiguio llegar al otro lado. Las grandes ciudades solian tener este efecto en ella. La multitud de coches, peatones y luces parpadeantes le hacian sentir chiquitita, enjaulada, y estaba tan deseosa de poner tierra de por medio que incluso el agujero del metro, atestado de gente, le parecio un buen escondrijo en el que guarecerse de la jungla de asfalto madrilena. Se subio al vagon y en la barandilla una fila de manos: peludas, suaves, de manicura cuidada, dedos largos y finos, de unas comidas, pintadas o sucias. Cuerpos que se mantenian de pie por inercia, la presion de unos contra otros. Conecto su reproductor de musica e hizo un recuento rapido del numero de estaciones que le quedaban para llegar a su destino. Habia mas de cincuenta hoteles cerca del Palacio de Congresos de Madrid. Cincuenta. Y sin embargo, el suyo se encontraba a las afueras, a varias paradas de metro. Eso significaba que al dia siguiente tendria que levantarse bien temprano para atravesar la ciudad de punta a punta hasta llegar a la Estacion de Atocha. Una autentica perdida de tiempo. ?Cuantos anos llevaba trabajando para Javier? Toda su carrera profesional. ?Y que es lo que habia logrado? Practicamente nada. Su sueldo seguia siendo el mismo y habia veces en las que su jefe la trataba como a la nina de los recados. Diana habia visto ascender a muchos de sus companeros en la mitad de tiempo que ella llevaba trabajando para la empresa. Pero, claro, ellos si se quejaban y, ademas, ?para que negarlo? Eran hombres. A ojos de Javier eso siempre suponia una ventaja. La megafonia del metro anuncio por fin que la siguiente era su parada. Las puertas se abrieron y la marea humana salio a la vida. Diana se encontraba tan cansada que no le importo ser arrastrada por un ovillo de cuerpos ansiosos por salir de las fauces del metro. Con dedos ateridos por el frio, se coloco la capucha, hundio las manos en los bolsillos de su abrigo y apresuro el paso mientras se adentraba en la oscuridad de la noche. La tormenta habia provocado un fallo electrico que fundio varios tramos del alumbrado publico. Los semaforos tampoco funcionaban y Diana se encogio de frio y miedo, tratando de no detenerse demasiado en el hecho de que las calles estaban desiertas y concentrarse en los placeres que aguardaban por ella en la habitacion del hotel. Ciertamente, no era un alojamiento de cinco estrellas --la alcoba olia a cerrado, la decoracion y los muebles parecian escasos--, pero se conformaba con poco. Le bastaba con una ducha de agua bien caliente y un momento de paz. Llamaria al servicio de habitaciones, pediria algo ligero pero sabroso y veria cualquier programa de television hasta quedarse aturdida en la comodidad de su cama. En ese momento cualquier cosa le parecio mas apetecible que caminar bajo la lluvia, expuesta a los vientos racheados de la tormenta. Transcurrieron unos minutos hasta que pudo distinguir a lo lejos la entrada del hotel. Esto le hizo sonreir. Los hoteles tenian algo especial, una esencia diferente, invitadora, no sabria explicarlo. Le sugerian historias descabelladas, romances prohibidos, encuentros entre personas con la peor de las intenciones. En los hoteles se alojaba gente tan variopinta que, incluso con su imaginacion desbordada, le resultaba dificil conjeturar todo lo que podia acontecer entre sus paredes. Asesinatos. Traiciones. Conspiraciones. El cielo de lo incorrecto era el limite. Por desgracia, ella era solo una humilde programadora cuya estancia alli no tenia nada singular. Al menos, hasta ese momento. Su destino parecio cambiar cuando advirtio por el rabillo del ojo un bulto tendido sobre la acera. Era tan voluminoso que resultaba imposible no reparar en el, enseguida llamo su atencion. Lo miro con recelo al principio, pero siguio caminando, sin saber de que se trataba. La miopia de Diana le impedia ver con nitidez a cierta distancia y sus gafas estaban en el interior de la mochila. Entorno los ojos para intentar averiguar que era. Tal vez una bolsa de basura. O los despojos de alguna construccion cercana. Habia un solar vacio justo al lado, bien podia tratarse de algun desecho procedente de alli, se dijo a si misma, intentando restarle importancia. Entonces algo la obligo a detener su marcha. Se paro en seco al ver que el bulto se estaba moviendo. ?A lo mejor habia sido el viento? Diana entorno todavia mas los ojos hasta convertirlos en dos rayas paralelas a ambos lados de su nariz. Le costo esfuerzo, pero acabo confirmando que no se trataba del viento: algo muy vivo se retorcia en ese solar vacio, a merced de la tormenta. Miro a ambos lados de la calle, confundida, sin saber que hacer. A veces se asustaba por nada pero trato de controlar sus nervios. Necesitaba pensar con claridad, asi que respiro hondo y se acerco con cautela al bulto. ?Un perro? ?Algun animal? ?La atacaria si se acercaba demasiado? Dio un paso, dos, mientras el bulto iba tomando forma, mostrandose menos borroso. Cuando lo vio con total claridad, no pudo evitar reprimir un grito ahogado. Aquello no era un animal ni basura ni nada similar. Muy al contrario: habia una mujer tendida en el suelo y parecia desmayada. La sorpresa de su descubrimiento la hizo sentir aturdida, no sabia que hacer. Tenia que haber alguien en los alrededores que pudiera ayudarla, ?no? Aquella mujer no podia estar sola, abandonada en un solar como la colilla de un cigarrillo. Diana se giro en redondo aunque no tenia muy claro que estaba buscando; tal vez solo alguien que pudiera asistirla, pero no habia nadie en los alrededores. La unica senal de vida humana era el destartalado letrero de una cafeteria cercana; sus luces chasqueaban como pidiendo auxilio. Esperanzada, advirtio que el dueno echaba en ese momento la reja para dar la jornada por concluida. --!Eh! !Espere! !No se vaya, necesito ayuda! Le grito con todas sus fuerzas, pero el viento ululaba con impetu y la lluvia se estampaba furiosa contra el asfalto, por lo que el hombre no fue capaz de escucharla. Diana intento acercarse, pero el se metio enseguida en el coche y arranco el motor para quedar engullido por la negrura nocturna como todo lo demas. Estaba sola, completamente sola, y habia una persona tendida en la acera que necesitaba asistencia. ?Que debia hacer en un caso asi? Diana no recordaba haber estado jamas en una situacion semejante. Por esos caprichos que tiene la memoria, recordo una noticia que habia leido unas semanas atras en el periodico: <>. Tenia veintiseis anos, nadie sabia que le habia ocurrido, los medicos no consiguieron explicar la causa exacta de su fallecimiento. Ningun familiar reclamo su cuerpo. Aparecio de la nada y se fue del mismo modo. Al leer la noticia habia sentido unos escalofrios similares a los que experimentaba ahora. ?Seria este un caso similar? ?Y ella la desafortunada que se habia topado con el? Mientras luchaba por mantener a raya su ansiedad, intento ver la cara de la mujer, pero desde su posicion solo consiguio advertir parte de su melena. Podia tratarse de cualquiera: una sin techo a la que la tormenta hubiera tomado por sorpresa; una adolescente fugada de su casa tras pelearse con sus padres; la enferma que se escapo de un manicomio (esta opcion no le gustaba demasiado) o el cadaver que un asesino habia dejado alli tendido porque no se le ocurrio mejor lugar donde esconderlo (improbable, pero posible, ?por que no?). La mente de Diana se hacia preguntas sin respuestas, pero la sospecha de haber encontrado un cadaver hizo que palideciera subitamente. Antes le habia dado la impresion de que se movia, aunque podia haberlo imaginado. Necesitaba acercarse para comprobarlo. Asi lo hizo, muy despacio, hasta que quedo arrodillada al lado de la desfallecida y pudo reparar en su aspecto. Tenia el rostro liso y palido, una frente tersa y la piel casi perfecta, sin una sola mancha a excepcion de un extravagante maquillaje. Calculo que rondaria la treintena y le tranquilizo ver su placido gesto de inocencia. El sereno rostro de la mujer no encajaba con la escena, tenia la cara de alguien que deberia estar en su casa viendo el telediario y disfrutando de una cena caliente en compania de algun ser querido. Y sin embargo, alli estaba, tirada en un solar, abandonada a su suerte. Diana comprobo de inmediato que su pecho subia y bajaba al compas de su respiracion y le alivio saber que no saldria en las noticias explicando como se habia encontrado un frio cadaver bajo una fuerte tormenta. Finalmente, coloco una mano sobre el hombro de la desconocida y la meneo con suavidad para intentar despertarla. Hacia frio, pero su cuerpo estaba caliente. --Oiga, ?puede escucharme? ?Se encuentra bien? No obtuvo respuesta. Parecia profundamente dormida o desmayada. Lo intento de nuevo, ahora elevando el volumen de su voz: --?Puede oirme? ?Se encuentra bien? Nada. La lluvia seguia cayendo sin piedad, tiritaba de frio y a Diana se le agotaban los recursos. Haria bien en delegar el caso a la policia y dejar que ellos se ocuparan. Pero cuando estaba a punto de marcar el 092 unas luces de intenso color azul quebraron la noche. Todavia arrodillada en el suelo, miro por encima de su hombro para ver que se trataba de un coche de policia: --?Se encuentra bien, senorita? --Le pregunto un agente, sacando la cabeza por la ventanilla. --Yo si, pero me temo que ella no. !Acabo de encontrarmela asi! El policia estiro el cuello. Desde donde estaba no parecia capaz de ver a la mujer desmayada. Tomo una gorra del salpicadero del coche, se la calo hasta las orejas y se acerco con cara circunspecta. --Estaba a punto de llamarles. --?Es familiar suya? --?Que? No, no. Yo solo estaba de camino a mi hotel. Acabo de encontrarmela. El agente se arrodillo junto a la mujer y presiono sus dedos contra la muneca. Espero unos segundos en los que la ansiedad reinante parecio detener el tiempo. --No tiene pulso. Diana abrio los ojos de puro terror. ?No estaria el pensando que...? --Agente, le juro por lo que mas quiera que yo no la he matado. Yo solo pasaba por aqui, yo solo queria... --Tranquilicese, por favor --le ordeno el policia en tono imperativo--. No estoy diciendo que la haya matado. ?Ve? Esta respirando. Diana se fijo en que efectivamente respiraba, tal y como ella misma habia comprobado minutos antes. Necesitaba tranquilizarse. Nadie la estaba culpando. No era una sospechosa, solo un testigo. Es que no has hecho nada, idiota, se recordo con enfado. --?Entonces? ?Que es lo que quiere decir? --Que no soy capaz de encontrarle el pulso. ?Tiene idea de que ha podido ocurrirle? Nego con la cabeza. --Ya estaba asi cuando yo llegue. --?Y sabe si tiene documentacion? Diana volvio a negar con la cabeza. Por supuesto que no lo sabia. ?Acaso el creia que se atreveria a meter la mano en el bolso de una extrana? La simple idea conseguia ofenderla. Estuvo a punto de hacerselo saber, que todavia existia gente decente y con modales, pero ya no le prestaba atencion. El policia se meso la barbilla con gesto preocupado, quiza arrepentido de haber detenido el coche para asistirla. Tiene cara de Gonzalez y de ser un bonachon, penso. Seguro que su esposa le recomienda siempre que haga la vista gorda como hacen otros de sus companeros. <>. Pero Gonzalez no es asi. A el le gusta ser diligente en su trabajo, es un caballero y si ve a una damisela en apuros es incapaz de no pararse a echar un vistazo. Agente Gonzalez, no le conozco, pero sepa usted que ya me cae bien. --Quedese aqui, ahora vuelvo. Gonzalez se incorporo entonces y fue hasta el coche para hablar por radio con la centralita. Ella no era capaz de escuchar lo que decia, pero empezaba a sospechar que la noche se alargaria porque no podria irse hasta que el agente se lo permitiera. Esto le hizo resoplar con desesperacion. No solo tenia que aguantar horas y horas de un congreso horrible y alojarse en un hotel ubicado en el otro extremo de la ciudad, sino que ahora se veia obligada a esperar bajo la lluvia. Sin cena, sin ducha, calada y tiritando de frio hasta que Gonzalez lo considerara oportuno. Agente Gonzalez: no le conozco, pero sepa usted que ya no me cae tan bien. Fastidiada, se arrebujo en su abrigo para no sentir el frio que estaba empezando a calar sus huesos. Anhelo tener algo con lo que entretenerse mientras esperaba, pero sintio miedo de sacar el movil por si el policia la llamaba al orden. Fue en ese momento cuando la mujer empezo a parpadear. --!Gonzalez! --grito Diana con todas sus fuerzas. El policia la miro confundido y entonces se dio cuenta de que no estaba segura de que se llamara asi--. !Agente! !Venga! !Se ha despertado! Gonzalez solto enseguida el aparato de radio y acudio presto a su encuentro. Se arrodillo junto a la mujer: --?Puede oirme? ?Se encuentra bien? Cuando volvio en si, la desmayada parpadeo durante unos segundos con desconcierto, parecia aturdida. Los observaba como si no recordara como habia acabado alli o por que. Tenia el mismo gesto aletargado de quien despierta de un largo y profundo sueno. --?Se encuentra bien? --repitio el. Transcurrieron unos segundos hasta que la mujer dijo por fin sus primeras palabras: --Ich bin gut, danke. Diana miro al policia para ver si la habia entendido. Los idiomas nunca habian sido su fuerte. Sabia un poco de ingles, sobre todo palabras relacionadas con el lenguaje de la programacion, y en el colegio habia aprendido algo de frances. Pero estaba casi segura de que la lengua que habia empleado para comunicarse con ellos no era ninguna de las dos. --Creo que habla aleman. Gonzalez fruncio el ceno como si este nuevo contratiempo le fastidiara, pero no por ello cejo en su interrogatorio: --Senorita, ?habla nuestro idioma? ?Entiende lo que le digo? La mujer pestaneo entonces muy rapido. Al principio Diana penso que no habia entendido la pregunta. Normal, es alemana, lo maximo que sabra decir es "cerveza", "Mallorca" o "salchicha". Para ella eso explicaba su pintoresco aspecto. Porque su nerviosismo previo le habia impedido reparar en las manifiestas rarezas de la alemana. Al observarla ahora con detenimiento advirtio que tenia media cara pintada con una especie de motivo tribal, los ojos perfilados con lapiz de color negro y el pelo en dos tonalidades: el lado izquierdo era naranja, el derecho azul. --No puede entendernos. Es alemana --razono Diana. Entonces descubrio hasta que punto estaba equivocada: --Oh, lo siento. !Idioma incorrecto! --dijo la mujer, esta vez en perfecto espanol--. No soy alemana, pero me encuentro perfectamente, gracias, muy amable. ?Mejor asi? ?Me entiende bien ahora? Gonzalez la miro sin saber que decir. Observo a Diana en busca de respuestas, pero ella tampoco las tenia. --?Recuerda algo de lo ocurrido? ?La han agredido? --?Agredido? --Se sorprendio la mujer--. Oh, no, solo me cai cuando la nave perdio fuerza. --Senalo un lugar impreciso en la negrura del cielo. Tanto Gonzalez como Diana elevaron la vista como si esperaran ver un avion sobrevolando en ese mismo instante sus cabezas. Por supuesto, lo unico que encontraron fue un cielo negro como la noche y miles de gotas estampandose con fuerza contra su frente. --?Ha dicho usted una... nave? Asintio con vigor. --?Que tipo de nave?

  • Noches de Manhattan, Sarah Morgan de Sarah Morgan

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    A la competente organizadora de eventos Paige Walker le encantaban los retos. Tras pasar su infancia entrando y saliendo del hospital, ahora estaba decidida a triunfar. ?Y que mejor lugar para hacerlo que Nueva York? Pero cuando perdio el empleo que amaba, tuvo que enfrentarse al mayor reto de todos: trabajar por su cuenta.

  • La mascara sagrada de Klara Delgado

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    Este no es un libro convencional, es un librojuego, y tu eliges el desarrollo de la historia. ?Llegaras con exito al final?
    Por fin se acabaron las clases y comienzas tus vacaciones de navidad. Un mensaje de WhatsApp te despierta y su inquietante contenido da lugar al comienzo de la historia.
    Tu mejor amigo te avisa de que ambos estais en peligro de muerte. En una nota anonima os piden que devolvais una mascara que no teneis. ?Que podeis hacer?
    Ahora tu te conviertes en el protagonista, tomas las riendas de esta historia y eliges lo que quieres hacer. ?Tus elecciones te llevaran a conseguir el exito de la mision o, por el contrario, el final sera un autentico desastre?
    Sumergete en tu propia aventura.

  • El Reino de los Malditos de Mario Garrido

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    En un Reino habitado por todo tipo de gente violenta, un ladron de poca monta, a causa de su torpeza y lujuria, desencadena una serie de acontecimientos terribles que lo cambiaran todo. Asi, asistiremos a la practica de juegos y costumbres barbaras, al acoso de animales feroces en bosques donde nadie penetra, al peligro de adentrarnos por las calles de una ciudad llena de maleantes, a travesias en compania de piratas y asesinos, a las costumbres irracionales de un convento implacable, a la aventura de llegar por primera vez a unas islas ig-notas y a la materializacion de leyendas terrorificas. Porque en el Reino de Gurracam, todos sus habitantes son malditos.

  • Dos hermanas de David Foenkinos

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    La nueva novela del autor mas versatil de la literatura francesa y <> (J. Ernesto Ayala- Dip, Las Provincias), con tres millones de lectores y quince premios literarios.

  • El amor que deseas de Karim Zuloaga

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    Vivianne, una muchacha universitaria inteligente y de bajo perfil, se encuentra envuelta en una situacion amorosa que no ha buscado ni cree merecer. ?Como es posible que un hombre como Erian, quien despierta todos sus instintos, se cruce en su camino? Al mismo tiempo, ?como es posible que ignore su existencia? Confundida, atraer su atencion le parece demasiado bueno para ser verdad. A traves de esta historia, tomara decisiones que cambiaran para siempre la forma en que se percibe. ?Sera capaz el de borrar cicatrices que ella no quiere mostrar?; ?resultara una vez mas danado su corazon?

  • 100% Love de

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  • Inocencia de Andrea C. Pereira

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    Verano de 1925 Habia pasado todo el mes de enero, y febrero se iba acercando a su inevitable final, se agotaban aquellas emocionantes vacaciones escolares que, a pesar de haberse iniciado a mediados de diciembre, para mi comenzaron cuando llegue a la estancia pampa grande, situada en el pueblo de los toldos, y durarian hasta la primera semana de marzo. Los dos meses mas libres de mi vida. La ciudad de Junin, donde yo vivia, y el pueblo de los toldos no eran paisajes diferentes, ambos al norte de la provincia de buenos aires comparten, como en toda la gran region pampeana, su interminable llanura y sus fertiles tierras. El pueblo era el mas importante de la region y debia su nombre a los asentamientos de los nativos mapuches del lugar, que vivian en construcciones de ramas y cueros de animales llamadas toldos. Tampoco se encontraban tan alejados pueblo y ciudad, pero a mi juicio eran dos mundos opuestos. La ciudad con sus casas pegadas unas a otras, la luz electrica, las calles empedradas, el encierro y la soledad. La estancia con su interminable llano, sin calles delimitadas, la luz en lamparas de aceite, la libertad y Eve. La estancia me habia ensenado lo que era respirar hasta llenarme los pulmones sin preocuparme de recibir una reprimenda por ello. podia quedarme tumbada en el verde pasto mirando las interminables hectareas de campo sembrado o correr por sus pequenos bosques verdes protegidos por gigantes y anosos arboles, que cooperaban entre si para aplacar el ardiente sol que golpeaba despiadadamente en los tres meses de verano. Al amparo de sus sombras, Eve y yo nutriamos nuestra naciente amistad. Alli estabamos esperando aquella tarde. Eve con impaciencia y yo despreocupada, mas pendiente de evitar los intrepidos rayos de sol que se filtraban en el denso follaje, que de aquel bello ejemplar que se acercaba a nosotras. Nunca habia hecho algo asi en la vida. Ocultas tras un tronco caido lo veiamos acercarse lentamente, Eve lo queria para ella. --!Lo atrapare! !Ya veras! --Puedes salir lastimada si lo intentas. --Es grande y fuerte pero puedo dominarlo sin problemas, lo he hecho muchas veces antes. --Es muy esquivo. --Una vez que los tienes en tus manos, son mansos como unos gatitos, puedes sentir su piel suave y caliente contra tu pecho. Me arrojare encima de el y le murmurare al oido, veras que en un par de horas estara durmiendo pacificamente a mi lado. --Yo creo que tomara lo que tu le des, luego saldra corriendo y quedaras toda magullada. Pero sera solo culpa tuya. --Juliana, no sabes nada de machos grandes, si tienen un nido caliente y comida a disposicion se quedan donde los colocas. --Tu madre lo matara y lo pondra en una olla, antes de que tu le armes un nido. --!Silencio! Lo espantaras. !Quedate quieta! !Agachate, se esta acercando! Unos minutos despues la sonriente chiquilla, envuelta en una capa de polvo, levantaba de las orejas una liebre mediana, exhibiendola orgullosamente ante mis ojos asombrados al comprobar lo rapido que podia moverse. --!Te dije que podria hacerlo! Miralo. ?No es precioso? Mire sorprendida y entusiasmada a la suave criatura gris, de largas orejas, que despues de dar varias patadas al aire con sus poderosos cuartos traseros, se resigno al cautiverio y me miraba suplicando por su libertad. --!Le duelen las orejas! Prestamelo, Eve. --Tu no querias que lo atrapara y… ?Ahora lo quieres cargar? --No dije que no queria que lo atraparas, dije que no podrias hacerlo, que te lastimarias en el intento, y mirate las rodillas. -- Espere paciente que la nina bajara la mirada hasta sus rodillas y continue haciendole notar mi acertado predicamento--. Tienes ambas rodillas ensangrentadas y untadas con tierra. --No importa. Me las lavare despues de encerrar a mi liebre, y quedaran como nuevas --dijo de forma engreida, y paso frente a mi para poner manos a la obra. --!Yo te ayudare! --declare, sin darle importancia a los aires arrogantes de mi pequena amiga. En aquella epoca yo era una nina que no tenia muchas oportunidades de compartir momentos de total libertad en el campo. Mis padres o, mejor dicho, mi padre me mantenia encerrada dentro de la casa de la cuidad. Asistia a la escuela por las mananas, a la escuela dominical y a misa los domingos. En mis primeros ocho anos de vida, solo dos veces me habian llevado a la estancia Pampa Grande, propiedad de la familia Solari Crespo que habia heredado mi padre, y la primera vez no cuenta en mi memoria porque solo tenia dos anos. La gran estancia, que debia su nombre a la extensa porcion de campo que ocupaba en la region pampeana, en la que en aquel maravilloso verano de 1925 me encontraba descubriendo una vida sin restricciones y en la que habia conocido a Eve, la pequena Eve. El verano estaba llegando a su fin, pronto tendria que volver a mi lugubre y solitaria vida en la casa de la ciudad, pero al menos me consolaba pensando que volveria a ver a mi madre enferma. El autoritario de mi padre me habia enviado al campo para no tener que cargar conmigo todos los dias en la casa, a todas horas husmeando cual mosca molesta que vaga por la casa, fastidiando a los demas ocupantes. Pero a diferencia de la mosca, yo no era ignorante de ese sentimiento. Mi padre aborrecia la idea de tenerme alli, ademas de aborrecer el hacerse cargo de su esposa convaleciente, que no podia manejarse sin ayuda tras sufrir un ataque durante las ultimas celebraciones de fin de ano. Segun habia oido al medico decirle a mi padre, la tarde que mi madre enfermo, la sangre habia desbordado una parte de su cerebro y los danos eran irreversibles. Desde ese momento, ella se quedo con la cara y la mitad derecha del cuerpo paralizados. Mis dos hermanos adolescentes, Guillermo, de catorce anos, y Martin, de trece, habian sido despachados a Francia el mismo dia que yo fui enviada a la estancia. Ellos iban a disfrutar unos meses en casa de mi tio Eduardo, hermano de mi madre, que residia en aquel lejano pais desde que tengo uso de razon, antes de internarse en un prestigioso colegio frances que los hospedaria a ambos los proximos seis anos. Sin importar el motivo por el que me encontraba en ese lugar, estaba viviendo el mejor verano de mi corta vida, sin tener que esconderme en cuanto mi padre ponia un pie en la casa y sin escuchar los gritos constantes hacia mi madre. Lamentaba la enfermedad, pero agradecia esos meses de calma. Tenia estrictamente prohibido salir de la casa de campo, pero los criados alli no seguian al pie de la letra las rigurosas ordenes de su patron, como lo hacia la servidumbre de la cuidad. El habia aparecido por alli dos veces en esos tres meses y la ultima vez me habia ordenado tener todo listo para el 6 de marzo, fecha en la que iria a buscarme para que iniciara las clases en la escuela de la ciudad de Junin. Faltaba, a mi juicio de nina, mucho tiempo para la fecha senalada como el fin de un verano maravilloso, siete dias era mucho tiempo para dejar que un momentaneo desacuerdo me privara de una semana de juegos y compania. Disfrutaria de los ultimos dias de libertad y no me dejaria amedrentar por una nina altanera y mandona, que para colmo era dos anos mas pequena que yo. --!Mejor me quedare y atrapare a mi propio conejo! --anuncie con determinacion. Eve se detuvo al oirme, se volvio hacia mi y comenzo a reir. Su enmaranado pelo oscuro se sacudia, despidiendo una nube de polvo con el movimiento. --?Tu? Nina de ciudad, no puedes siquiera atrapar una mariposa. ?Alguna vez has atrapado alguna? --Vivas no, pero podria hacerlo si quisiera. Y veras que podre atrapar a un conejo mas grande que el tuyo. --No es conejo es liebre, y no sabes donde buscarlas. --Me quedare aqui esperando a que aparezca otra. Esa ha venido aqui, ?no? --Te ensuciaras tu lindo vestidito rosa y tu criada te dara una tunda. Toma, cargala hasta mi casa. --La pequena nina delgaducha me ofrecio su trofeo como signo de renovada amistad y yo acepte sin esperar que volviera a insistir. --Solo te acompanare hasta el cerco, despues volvere a casa. --Nadie te vera si lo cruzas, ademas tu padre no esta en tu casa --decia la pequena, intentado convencerme para que atravesara el cerco que marcaba el limite de mi propiedad y el comienzo de la estancia La Union, propiedad del padre de Eve.

  • Entre tacones y biberones de Monica Guzman Zubieta

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    Monica Guzman Zubieta (#LaMismita) es una mujer real, autentica y divertida, que vive y siente a plenitud.

  • El pais de la desmemoria de Juan Miguel Baquero

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    Un relato periodistico contra el olvido en el pais de la desmemoria. La memoria historica de nuestro pais desde un enfoque periodistico. Prologo de Baltasar Garzon.

  • Habitacion 69 (Diario de Alma 1) de Dulceida Justin

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    Habitacion 69 es una novela de caracter erotico y explicito. Alma es una mujer muy seductora con la mente abierta, ella utiliza un diario para relatar sus andaduras sexuales.
    Su irresistible seduccion la lleva a diferentes suenos de amor. Varios amantes quedan presos de su perversion, sin prejuicios se aventura al placer, haciendolos sentir el mejor amante que se podria tener. Generosa y fogosa en el sexo. Tiembla de excitacion en plena provocacion. Alterados sus sentidos se deja llevar por otra ilusion. Mujer pervertida apasionada y enamoradiza a pesar de que solo sea una noche, tal vez. Ella es, Alma.

  • Misterio en Lasalle de Phoebe Willows

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    Cuando el guapo y misterioso marques de lasalle le propone matrimonio, Chloe una joven pobre y huerfana siente que vive un cuento de hadas. No puede creer lo afortunada que es.
    Hasta que de repente descubre que su marido no es ese principe del que se ha enamorado sino un hombre loco y atormentado y lleno de secretos.
    Cuando descubra el horrible misterio que esconde su marido querra escapar pero descubrira que es demasiado tarde para hacerlo…

  • El Automovil Club de Egipto de Alaa Al Aswany

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  • Dejame ser tu chico malo de Silvia Garcia Ruiz

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    Roan Miller es un nino estirado y altivo al que sus padres intentan moldear para que se convierta en el digno sucesor de su abuelo, un rico empresario. Falto de carino y sintiendo su casa como una prision, no puede evitar enamorarse de su traviesa vecina, quien lo reta siempre a seguir sus juegos y a convertirse en su chico malo.

  • Hasta que el contrato nos separe de Marcela Moure

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    Tess Cartwright se habia marchado del pueblo dejando al pobrecillo de Tom Swanson con el corazon destrozado frente al altar. Ahora, doce anos mas tarde, ha regresado para heredar el rancho de su abuelo. Solo que para conseguirlo necesita, nada mas y nada menos, que pedirle matrimonio a Tom.

  • El mesias ario de Mario Escobar

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    Madrid, verano de 1914. Varios profesores se han automutilado en la Biblioteca Nacional y dos agentes, Hercules Guzman Fox y George Lincoln, tienen que averiguar por que lo han hecho. Todo parecer tener relacion con un enigmatico libro traido a Europa por Vasco de Gama en su primer viaje a la India. Ambos deberan emprender una vertiginosa carrera que los lleva de una clave a otra, descifrando mensajes ocultos durante siglos. Un rompecabezas que debera resolverse antes de que Europa entre en guerra y las profecias se cumplan. El origen de la leyenda del advenimiento del Mesias Ario y las profecias del Cuarto Rey Mago.

  • La noche de los ninos de Toni Morrison

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    Dura y tierna a la vez, La noche de los ninos esta aqui para dar energia a la voz de las mujeres y trazar caminos insolitos que nos liberen de la soledad. Por la Premio Nobel de Literatura Toni Morrison.

  • Muerto hasta el anochecer de Charlaine Harris

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    CUANDO EL VAMPIRO entro en el bar, y o llevaba anos esperandole. Desde que los vampiros habian comenzado a salir del ataud --como ironicamente se suele decir-- dos anos atras, yo habia estado esperando a que alguno viniese a Bon Temps. Ya teniamos al resto de minorias en nuestro pequeno pueblo, asi que, ?por que no la ultima, la de los oficialmente reconocidos no muertos? Pero, al parecer, el rural norte de Luisiana no les resultaba tentador a los vampiros; Nueva Orleans, sin embargo, era un centro neuralgico para ellos: cosas del efecto Anne Rice, supongo. No se tarda mucho en conducir desde Bon Temps hasta Nueva Orleans, y toda la gente que venia por el bar decia que alli tirabas una piedra a cualquier esquina y dabas con un vampiro... aunque era mejor no intentarlo. Pero yo estaba esperando a << mi>> vampiro. No se puede decir que salga mucho. Y no es porque no sea guapa, que lo soy. Tengo veinticinco anos, soy rubia y tengo los ojos azules; ademas de unas buenas piernas, pecho abundante y cintura de avispa. Me sienta muy bien el uniforme de verano que Sam escogio para las camareras: short negro, camiseta y calcetines blancos, y unas Nike negras. Pero tengo una tara. Asi es como yo lo llamo. Los clientes dicen, sencillamente, que estoy loca. De cualquier manera, el resultado es que casi nunca tengo una cita; por lo que cualquier pequeno detalle cuenta mucho para mi. Y el se fue a sentar en una de mis mesas. El vampiro. Supe inmediatamente que lo era. Me sorprendio que nadie mas se girase para mirarlo. !No lo distinguian! Su piel tenia un ligero brillo, para mi estaba claro. Podria haberme puesto a bailar de alegria; de hecho, di algun que otro paso alli mismo, junto a la barra. Sam Merlotte, mi jefe, aparto la vista de la bebida que estaba preparando y me sonrio levemente. Yo cogi la bandeja y el bloc, y me dirigi a la mesa del vampiro, rezando para que mi pintalabios no se hubiese difuminado y mi coleta estuviera aun en su sitio. Soy un poco nerviosa, y sentia que una sonrisa forzaba las comisuras de mis labios hacia arriba. El parecia estar completamente abstraido, lo que me brindo la oportunidad de echarle un buen vistazo antes de que levantara la mirada. Calcule que media algo menos de metro ochenta. Tenia el pelo castano, bien tupido, peinado hacia atras. Le llegaba hasta el cuello y sus largas patillas resultaban, en cierto modo, anticuadas. Palido, por supuesto; bueno, es que estaba muerto, si hacemos caso a la ley enda. Segun la version politicamente correcta, la que los propios vampiros respaldan en publico, este chico era victima de un virus que le habia dejado aparentemente muerto durante un par de dias y, desde entonces, alergico a la luz del sol, a la plata y al ajo. Los pormenores dependian del periodico que leyeses: todos estaban repletos de informacion sobre vampiros en aquel momento. En cualquier caso, tenia unos labios preciosos, bien definidos, y cejas oscuras y arqueadas. Su nariz surgia justo de entre esos arcos, como la de los principes de los mosaicos bizantinos. Cuando por fin me miro, descubri que sus ojos eran aun mas oscuros que su pelo; la parte blanca, casi nivea. --?Que va a ser? --le pregunte, mas feliz de lo que puedo describir. El alzo las cejas. --?Teneis sangre sintetica embotellada? --pregunto. --No, !lo siento mucho! Sam la ha encargado, deberia llegar la proxima semana. --Pues entonces vino tinto, por favor --dijo con una voz fresca y clara, como el sonido de un arroy o sobre cantos rodados. Me rei en voz alta, era demasiado perfecto. --Ni caso a Sookie. No esta bien de la cabeza --dijo una voz familiar desde el reservado que habia junto a la pared. Toda mi alegria se desvanecio, aunque aun sentia los labios forzando una sonrisa. El vampiro me miraba fijamente, mientras la vida abandonaba poco a poco mi cara. --Ahora mismo traigo el vino --dije, y me aleje a toda prisa, sin detenerme a mirar siquiera la cara de satisfaccion de MackRattray. Iba al bar casi todas las noches; el y su mujer, Denise. Yo los llamaba los Ratas. Habian hecho todo lo posible por amargarme la vida desde que se habian mudado a una caravana de alquiler en Four Tracks Corner. Todo ese tiempo habia albergado la esperanza de que se largaran tan repentinamente como habian aparecido. La primera vez que entraron en el Merlotte's, escuche sus pensamientos sin ninguna consideracion. Ya se que dice muy poco de mi, pero es que yo me aburro como todo el mundo, y aunque me paso la mayor parte del tiempo bloqueando los pensamientos ajenos que se cuelan en mi mente, a veces caigo en la tentacion. Asi que me entere de ciertos asuntos de los Rattray que probablemente nadie mas conocia. Para empezar, habian estado en la carcel, aunque no sabia por que. Ademas, pude leer las sucias fantasias con que Mack se habia deleitado a costa de una servidora. Y luego oi en la mente de Denise que habia abandonado a su bebe dos anos antes; no era de Mack. Y encima no dejaban propina. Sam sirvio un vaso de tinto de la casa y lo puso en mi bandeja sin perder de vista la mesa del vampiro. Cuando Sam me miro de nuevo, tuve claro que el tambien se habia dado cuenta de que nuestro nuevo cliente era un no muerto. Los ojos de Sam son del mismo azul que los de Paul Newman, a diferencia del indefinido azul grisaceo de los mios. Sam tambien es rubio pero tiene el pelo hirsuto y de un tono ligeramente rojizo. Siempre esta algo moreno y, aunque vestido parece poca cosa, le he visto descargar camiones con el pecho descubierto y tiene mucha fuerza en el torso. Nunca escucho sus pensamientos; es mi jefe, y ya he tenido que dejar demasiados trabajos por descubrir cosas que no queria sobre mis otros jefes. Sam no dijo nada, se limito a darme el vino. Comprobe que la copa estaba bien limpia y regrese a la mesa del vampiro. --Su vino --dije ceremoniosamente, antes de colocarlo con sumo cuidado justo delante de el. Me miro otra vez y y o aproveche para contemplar sus hermosos ojos cuanto pude--. Buen provecho --anadi, encantada. --!Eh, Sookie! !Otra jarra de cerveza por aqui! --me grito Mack Rattray desde atras. Suspire y me volvi para coger la jarra vacia de la mesa de los Ratas. Me fije en que Denise estaba en plena forma esa noche: llevaba un top que dejaba los hombros al aire y un short muy corto; su mata de pelo castano, en una despreocupada marana a la ultima. No es que fuera muy guapa, pero era tan llamativa y segura de si misma que costaba un rato darse cuenta de ello. Un poco mas tarde observe, para mi disgusto, que los Rattray se habian trasladado a la mesa del vampiro y estaban hablando con el. No participaba mucho en la conversacion, pero tampoco se marchaba. --!Hay que ver! --le comente mosqueada a Arlene, mi companera. Arlene es pelirroja, pecosa y diez anos may or que yo. Ha estado casada cuatro veces y tiene dos hijos, aunque algunas veces creo que me considera el tercero. --Uno nuevo, ?eh? --respondio con escaso interes. Arlene sale ahora con Rene Lenier y, aunque no veo que se sienta muy atraida por el, parece satisfecha. Creo que Rene fue su segundo marido. --Es un vampiro --anadi, incapaz de reprimir mi entusiasmo.

  • Sugar Baby de Luis Avila

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    ?Una forma de pareja o un acuerdo comercial?
    La universidad de Tania peligra y ella esta dispuesta a todo con tal de conseguir el dinero suficiente para poder pagarla. Asi es que entra a una web donde buscar Sugar Daddies, lo cual da inicio a su nueva vida de Sugar Baby. Joyas, zapatos, carteras, mansiones, un mundo de lujos se extiende delante de si con una enorme cantidad de peligros, entre ellos. que ningun hombre se obsesione con ella.
    Pero la peor amenaza de todas seria enamorarse.
    ?Cuanto esta dispuesta a dejar de si misma con tal de conseguir lo que necesita?
    #SugarBaby #Tania #Marco #Aiden

  • Un millonario despiadado de Yvonne Lindsay

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    La venganza lo habia movido durante mas de una decada y, ahora que por fin tenia su objetivo al alcance, Josh Tremont se descubrio deseando mas. Su nueva asistente, Callie Lee, era guapa, sensual y aparentemente inocente. Sin embargo, se la habia ganado al enemigo… ?podia fiarse de ella por completo?Acostarse con un millonario no estaba entre los planes de Callie, pero Josh Tremont era sencillamente irresistible. Se habia metido en aquello sabiendo que traicionaria a su jefe, pero no habia esperado enganar al hombre de quien se habia acabado enamorando.

  • Formas de estar lejos de Edurne Portela

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    Alicia y Matty se conocen en un pequeno pueblo del sur de Estados Unidos, se enamoran, comienzan una vida juntos, tienen eso que algunos llaman exito: una casa, una carrera, un buen trabajo, un buen coche. Ella ha dejado atras a su familia, sus amigos, su vida en Euskadi y se ha lanzado a una intensa carrera universitaria; el ha alcanzado esa forma de felicidad estable que crean las rutinas. Pero poco a poco se iran desvelando las mentiras y perversiones que se esconden detras de la vida perfecta, tambien las multiples maneras en las que el amor se confunde con sus imposturas.

  • Tres novias para Navidad de Annabeth Berkley

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    ?Recibisteis la llamada del abuelo? --pregunto Brendan Anderson mirando distraido desde la barra el televisor del abarrotado y ruidoso bar. Como todas las semanas, se habia reunido con sus hermanos en el bar preferido de Bryan. Dardos, cerveza, companeros de la policia, y partido televisado de beisbol, y que, de los tres, solo le interesaba a el. Bryan Anderson resoplo molesto sin mirar a su hermano menor. --Estamos jodidos --dio un trago a su cerveza sin perder de vista el partido que televisaban. --Los Mets estan jodidos --comento Brad, el mayor de los hermanos, que ya se habia aflojado el nudo de la corbata que llevaba. Acababa de salir de trabajar y habia acudido directamente a la cita semanal, cansado de una larga y ardua jornada en el juzgado. --No digas tonterias --le respondio Bryan mirando el partido--. Para los Mets es pan comido, pero tu, ademas de cansado, pareces muy tranquilo. ?Hay algo que no sepamos? ?Tienes novia que sentar a la mesa en Navidad? Brendan miro a su hermano mayor a traves de sus horribles gafas que simulaban la necesidad de muchas dioptrias. Su hermano, el abogado, cuando no estaba en el tribunal, pasaba los dias encerrado entre su despacho, y la mayor parte de las noches tambien. Los tres sabian que le era bastante complicado conocer una mujer y mucho mas dificil mantenerla a su lado. --Cuentanos --insistio esperanzado. --Claro que no tengo novia --les respondio tranquilo Brad--. El abuelo tendra que conformarse con verme a mi. Los dos hermanos negaron con la cabeza y una media sonrisa. --A ti ya te tiene muy visto --comento ironico Bryan dando otro trago a su cerveza. --?Cuantos anos lleva insistiendo? --pregunto retoricamente Brendan--. No podemos presentarnos solos este ano. Mama dijo que quiza fuera su ultima Navidad. --Mama siempre dice lo mismo --refunfuno Bryan--. Otra que quiere vernos casados. --Si, pero esta vez llamo el abuelo --anadio Brad preocupado--. No se que pensar. --Pues algo habra que hacer --insistio Brendan dando un trago a su cerveza --. Necesitamos tres novias para ir a casa en Navidad antes de que termine la semana. El llevaba tiempo planteandose comenzar alguna relacion, pero sus ultimas experiencias con el sexo opuesto habian sido tan desastrosas que se veia incapaz de acercarse de nuevo a una mujer. Los tres hermanos se miraron ligeramente preocupados. Ya pasaban de los treinta. Ninguno habia presentado nunca una novia a la familia, pese a que nunca les habian faltado mujeres en su vida. Pero ese ano el abuelo, cada vez mas delicado de salud y al que todos adoraban, les habia pedido telefonicamente, uno por uno, conocer a sus novias. Ninguno tenia a quien presentar. Ninguno habia encontrado a la mujer de su vida. Pero ninguno queria decepcionar al hombre con el que habian pasado los mejores veranos de sus vidas. --Es Navidad, es epoca de milagros. Pidamos uno --comento Bryan, el mas cinico de los tres alzando ligeramente su cerveza. Brendan, el mas distraido y olvidadizo, tambien alzo su botella. Brad, el mas serio y responsable, les imito. Los tres brindaron no muy convencidos, pero deseando que la magia de esos dias y de la que todo el mundo hablaba, se manifestara para ellos en forma de mujer. --?Preparado para las fiestas navidenas, Brendan? --le pregunto su companera de la universidad mientras recogian las agendas para el nuevo curso en sus maletines en la sala de profesores. Brendan resoplo distraido. --Lo cierto es que no, Monica --le confeso--. Deberia ... ?Tu tienes planes para estas fiestas? Era morena, guapa, agradable, tendria mas o menos su edad y nadie tendria por que sospechar que no eran una pareja de verdad. Se le habia olvidado que tenia que llevar una novia a casa, y apenas le quedaban unas horas para encontrar a quien fuera. --Si --le respondio con una sonrisa, acabando con todas sus expectativas--. Me voy con mi novio al lago Hudson. Hemos reservado una cabana en mitad del bosque... Si tu te quedas aqui ?podrias pasarte por mi casa? Mi companera de piso no va a salir... es como se suele decir, una rata de biblioteca, seguro que os llevais bien. Me da pena dejarla sola en Navidad. Sus padres cambiaron los planes a ultima hora y se ha quedado tirada con la maleta hecha ?Te imaginas? Brendan parpadeo sorprendido. ?De verdad? ?Con la maleta hecha? No se podia tener mejor suerte. --?Donde vives? Llamale y dile que voy hacia alli. --Que atento eres, Brendan --le sonrio Monica apuntandole su direccion en un trozo de papel --. Siempre se puede contar contigo. Brendan cogio el papel y monto en su coche decidido. Esperaba ser capaz de convencer a ... ?Como se llamaba? Bueno, a la companera de piso de Monica, para que se hiciera pasar por su novia durante cinco dias. April Miller se dirigio a la puerta insegura cuando escucho el timbre. Su companera de piso le habia dicho que uno de los profesores con los que trabajaba se iba a pasar por alli para llevarla a dar una vuelta. No habia podido negarse, pero ?quien queria una cita a ciegas? Monica le habia dicho que parecia que tenia un cuerpo de diez, pero que era <>. ?Dificil de mirar? Guapo o feo era cuestion de gustos. Siendo profesor de la Universidad, por lo menos su conversacion seria interesante. No sabia por que se habia convencido a si misma para aceptar la inesperada cita. Quiza la decepcion por pasar las fiestas sola en casa. Abrio la puerta. Un hombre alto y delgado estaba al otro lado aflojandose el nudo de la corbata que llevaba. Tuvo que darle la razon a su amiga. Su cabello oscuro estaba muy repeinado hacia adelante y sus enormes gafas le escondian unos muy pequenos ojos azules. Facil de mirar no era, no. Brendan se sorprendio al ver a una bonita mujer de poco mas de metro sesenta, de pelo castano, ojos marrones, nariz pequena y sonrisa agradable. Parecia encantadora ?Que hacia sola? ?Por que estaba soltera? --Hola --le saludo amable--. Soy Brendan Anderson. Perdona que me presente asi. Monica me dio la direccion. --Si, me ha llamado --le respondio April sin separarse de la puerta. No estaba muy segura de salir con el a tomar algo. Monica no le enviaria a una mala persona, pero mirar al suelo de continuo por no perderse buscando los ojos tras las horribles gafas, no le terminaba de apetecer. --?Puedo pedirte un favor? April le miro extranada antes de volver a bajar la mirada incapaz de fijarse en sus ojos azules tras las gafas. --No se... depende... --seguia sin retirarse de la puerta. --Monica me ha dicho que no tenias planes para estos dias--le comento--. Perdona que sea tan directo, pero necesito ayuda urgente. April puso sus sentidos alerta. --?Si? --Necesito que alguien se haga pasar por mi novia cinco dias. Solo cinco dias. Mi abuelo va a morirse... quiere conocer a mi novia antes de hacerlo y no tengo a quien llevar. April parpadeo sorprendida. ?Eso era real? --?Como? Brendan se paso la mano por el menton, agobiado. Suponia que parecia desesperado y la situacion era ridicula por lo menos. --Perdona es que... es un compromiso familiar... la Navidad, ya sabes... Monica me dijo que te habias quedado sin planes, con la maleta hecha y pense que podias venir conmigo y mi familia. April le escuchaba atenta. Parecia que habia bajado la muralla defensiva que llevaba alzada desde que habia abierto la puerta. --No estaremos solos. Mi familia es normal. Abuelos, padres, dos hermanos y no se si sus novias --le explico--. No dormiremos juntos. Cinco dias con actividades navidenas en familia. Es a dos horas de aqui. Si quieres volver puedo traerte, pero me harias un gran favor si por lo menos hoy vinieras conmigo. April lo miraba sintiendo su apuro y su nerviosismo. Lo miro apretando los labios meditando lo que habia oido. --A dos horas de aqui --le repitio para asegurarse. --Si, y puedo traerte en cuanto quieras. --No te conozco. --Monica si. Soy profesor en la universidad, no tengo aqui el certificado de penales, pero si no puedes confiar en mi, confia en tu amiga. Te prometo que soy un buen chico, solo estoy agobiado... desesperado... --Y quieres a tu abuelo. Entonces, Brendan mostro una sonrisa preciosa que le llego al alma. --Si --reconocio--. Como ves haria cualquier cosa por el. Hasta presentarme en casa de una desconocida e invitarla a venir conmigo cinco dias. --Pero me has dicho que me puedes traer en cualquier momento. --Por supuesto. Te doy mi palabra de boy scout. --?Eres boy scout? --No --reconocio con una sonrisa--, pero lo hubiera sido si no hubiera tenido unos hermanos y un abuelo con el que disfrutar de las acampadas y la vida al aire libre. Ese carino que sentia por su abuelo termino por convencerla. Ella nunca habia conocido a sus abuelos y siempre habia sentido curiosidad por la relacion que algunas personas tenian con ellos. No tenia nada que hacer, y Brendan parecia agradable. Muy agradable, pese a su cara. Asintio convencida. --De acuerdo, Brendan, pero debes traerme en cuanto te lo pida.

  • Las chicas del pub de Sarah Rusell

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    --!A la mierda! Puse los ojos en blanco cuando oi el grito de Pili tras oir como estrellaba la que era ?la cuarta copa? --?Cuantas bajas tenemos ya? ?Cuatro? --pregunte. --Cinco, rompio uno de los ceniceros de cristal tambien -- respondio Mili. No es que yo me invente los nombres o les ponga apodos por ser mellizas, es que sus padres tuvieron esa mala leche de ponerle Pili y Mili. No se que se les paso por la mente, pero algo de persona coherente no seria... --Ouf, paso. De verdad que paso, dame la fregona --se acerco a mi y me quito el objeto con el que estaba recogiendo un poco detras de la barra. Me dio la bayeta con la que estaba secando las copas y me hizo senas para que moviera el culo--. A ver si terminamos de una vez que tengo ganas de irme a casa. Mira ella, como si las demas quisieramos quedarnos ahi... --Y yo que te habia traido el saco de dormir --le respondio Mili con ironia--. Hija, ya nos queda nada, sientate, fumate un cigarro, no se, pero deja de romper cosas --Mili ya estaba recogiendo los trozos de cristales que su hermana habia esparcido por el suelo. --?Es que no puedo tener un mal dia? --pregunto Pili enfadada. --Hija, es que no es un mal dia, ha sido un mal dia, una mala noche y la madrugada va a peor --Mili puso los ojos en blanco. Me rei a carcajadas, las dos se llevaban a matar. Aunque en el fondo se adoraban. --Esa es la comprension que tengo por vuestra parte --dijo Pili con pena. --Ah, no. La pena a papa y a mama, a mi me dejas en paz -- resoplo su hermana. --?Pena por que? --pregunte haciendome la tonta, lo sabia de mas. Pero contarlo siempre la ayudaba, asi que a riesgo de que nos hablara de lo mismo otra vez, cosa que vi como su hermana no iba a perdonarme por la mirada que me lanzo de "voy a matarte", Pili si necesitaba hablar de ello. Asi que me prepare para oir la misma historia una vez mas. --Ay, Patri, que desgraciada soy. Asi empezo el drama, por quinta vez ese dia. --Oh, por Dios --resoplo Mili. --Para un tio que creo que me va a funcionar... Y nada. Otro palo mas en la vida. Si es que no se puede ser mas gafe en el amor que yo --siguio. --En realidad si se puede ser mas gafe, como yo, por ejemplo --me rei, pensando en que no es que tuviera mala suerte en las relaciones y en el amor, es que era inexistente. No habia un tio que me llamara para algo mas que para ponerle una copa. Por lo demas... Yo pasaba de ellos. Y a mis treinta y dos anos, no tenia esperanzas de encontrar a nadie que mereciera la pena. --Tu no tienes mala suerte en el amor, Patri, solo es que... -- empezo Pili. --Tienes complejo de monja de clausura --rio Mili. --Eso, recordadme la de telaranas que tengo ahi abajo --rei. Era verdad, hacia unos anos que nada de nada. Por eleccion propia, si. Pero tambien porque la unica relacion estable que habia tenido se fue a la mierda. El se enamoro de su companera de trabajo, ?quien supera eso? Yo no. Aunque ya lo tenia casi olvidado. Solo que siempre te queda el miedo a que te fallen de nuevo. --Las tienes porque quieres, porque la mitad de los tios babean por ti --me rino Pili. Tampoco era para tanto. Ligaba, si, pero... No se, a mi ninguno me llenaba y yo no estaba para solo una noche de sexo, la verdad, no era algo que quisiera--. Pero esa no es la cuestion, !que estamos hablando de mi! --se sento al otro lado de la barra dispuesta a seguir con su drama. La mire y sonrei. Parecia que iba a morirse de la pena por un tio que habia conocido dos noches atras. Pero asi era Pili, se enamoraba en segundos. Y los tios de ella, claro. Era un bombonazo, como su hermana, algo diferentes, pero dos rubias de escandalo. Babeaban por ellas, no les faltaban las oportunidades. --Al final amanecemos aqui por tu culpa --me rino Mili mirandome con las mismas o mas ganas de asesinarme. --Pense que entre nosotros habia algo y !no! ?Veis normal que me diga: lo hemos pasado muy bien, pero yo quiero probar mas frutas? ?A mi? ?Un ninato de veinticinco anos? ?Mas fruta de que, hijo de la gran p***? --Pues que la pina no le iba y lo iba a intentar con la naranja -- rio Mili, haciendo que yo me riera tambien, porque no era para menos. --A ver, Pili, es que es normal... --rei. --?Que es normal? --pregunto ella, desconfiada. --Veinticinco anos... --le explique-- Tu misma lo dijiste, ?a quien se le ocurre acostarse y pensar en algo mas con un baby? --Es entrenador de gimnasio, pense que estaba mas centrado en la vida --suspiro ella. --Si, claro, con la cantidad de mujeres que babean por el a lo largo del dia --Mili puso los ojos en blanco. --?Me estas diciendo que soy menos que ellas? --pregunto Pili ofendida. --No, te esta diciendo --intervine-- que busques otro tipo de hombre, mas maduro. Mas serio, no un crio asi. --Esos que decis son los que tienen vidas ocultas, mujer e hijos y que vienen aqui para salir de sus mierdas de vidas mientras encuentran a alguien que no les de problemas, que ni siquiera sepa quienes son para que no les pueda joder su idilica vida de mierda -- explico Pili, con la rabia de una despechada. Mire a Mili y ella me miro, seria. Las dos miramos a Pili y esta nos dijo seriamente. --Patri, me apunto a tu plan. Desde hoy estoy como tu, a que me salgan telaranas. Le tire la bayeta a la cara, haciendo que riera. Las tres nos partiamos de la risa por el comentario. Al menos terminamos de limpiar riendo.

  • Hagase usted mismo de Enzo Maqueira

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    Abandonarlo todo y huir. Irse al sur, a la Patagonia, a la casa donde paso los veranos de la infancia. Esa es la estrategia para dejar atras una relacion enfermiza que termino de la peor manera y una vida que parecia encaminada pero que de pronto perdio sentido. Lejos de la ciudad, en la desolacion de un pequeno pueblo en medio del desierto, el protagonista intenta escribir el guion de una pelicula como un modo desesperado de escapar de la mediocridad. Lleva un cuaderno, piensa tramas posibles, pero siempre se desvia de su objetivo: lo asedia el pasado, el recuerdo de una escena bochornosa, el hallazgo de una pistola escondida en la casa.
    Como en Electronica, su celebrada novela, Enzo Maqueira vuelve a meter el dedo en la llaga y propone un relato despiadado, con aires de policial domestico, acerca de los grandes mandatos de nuestro tiempo: la busqueda desesperada de la felicidad, el reconocimiento y la trascendencia.

  • Matrimonio pactado de Rosa Saenz

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  • El oro de America de Carlos Canales

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    Hollywood miente. Es hora de decirlo a las claras. Las fuerzas de la naturaleza y el inmenso y oscuro mar, mas que los piratas o los buques de las naciones con las que se mantenian conflictos, fueron los autenticos enemigos de los barcos cargados de tesoros que cubrian la Carrera de Indias, la extraordinaria ruta maritima que unia los territorios de la monarquia a traves del oceano Atlantico. En 1493 regreso a la Peninsula la expedicion capitaneada por Cristobal Colon, que anuncio el descubrimiento de nuevas islas hacia las Indias. La expansion espanola en ese nuevo mundo fue rapida. A finales del siglo XVI, transcurridos apenas cien anos, las florecientes ciudades de Mexico, Lima y Potosi, a la sombra de ricas minas de metales preciosos, tenian mas habitantes que las mas grandes de Europa. Desde 1561 y hasta 1748, para llevar suministros a los colonos y luego llenar las bodegas de plata, oro, y ricas mercancias de regreso a Espana, cruzaron los mares dos flotas anuales. Eran barcos del rey, llenos de riquezas de la Corona y de particulares, por lo que su perdida era una cuestion de Estado. Lo cierto es que, pese a su numero, durante dos siglos y medio, no se perdieron demasiados. Este es el relato de su epico viaje.

  • La joven esposa del multimillonario de Johnny Alexis

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    Punto de vista de Bianca Mi nombre es Bianca Donato. Tengo 18 anos y estoy en el ultimo ano de la escuela secundaria, aunque me graduare en dos meses, por lo que estoy muy feliz. Tengo un hermano y una hermana mayores que no viven conmigo ni con mis padres porque se casaron. Tambien tengo un sobrino de mi hermano al que adoro tanto. Tenemos una reunion familiar esta tarde. Estoy tan emocionada de ver a mis hermanos y a mi sobrino. Planeaba comprarle un regalo despues de la escuela. Es temprano en la manana y actualmente estoy escuchando una leccion de matematicas. Fui y sigo siendo una buena estudiante. Todavia estoy en el dilema de a que universidad quiero asistir porque hay muchas buenas universidades en EE. UU. Despues de que termino la leccion de matematicas, fui a mi segunda clase que tengo con mi amiga Mirian. Ella es realmente una buena persona y a veces es intimidada por eso. Y normalmente soy yo quien la ayuda a deshacerse de ellos. Tambien tengo dos amigas mas con las que salgo. Kenyerly siempre ha sido una burbujeante, mientras que Yeismar es mas sofisticada. Pero somos unas gran amigas junto con Mirian. Cuando sono la campana para el almuerzo, todos salieron corriendo hacia la cantina. Me encontre con las chicas y nos dirigimos hacia las mesas del almuerzo. Nos sentamos en nuestro lugar habitual y abrimos nuestro almuerzo. No nos gusta comer en la cantina, por temor a que nos envenenen los alimentos. "Bianca, ?tienes una reunion familiar hoy?", Le pregunto Kenyerly. "Si, estoy muy emocionada de ver a mi sobrino", chille. "Recuerdo cuando me enamore de tu hermano, fue tan humillante", se quejo Kenyerly. "Todavia no entiendo como te enamoraste de mi hermano cuando tenia 30 anos. Eso es como una diferencia de edad de doce anos ". La edad es solo un numero. Y tu hermano estaba caliente. Tal vez todavia este atractivo, pero no lo he visto en cinco anos ", explico Kenyerly. "Y tal vez tambien encuentres a alguien mayor, asi que no juzgues", intervino Mirian. Negue con la cabeza. "Yo creo que no. Prefiero chicos al menos tres anos mayores. "" Nunca se sabe ". Yeismar estuvo de acuerdo con Mirian. " Como sea, ayer hablamos sobre las peliculas. ?Cuando vamos a ir? " " Pasado manana. Es domingo, asi que estara bien " 'Genial' '. Terminamos el almuerzo a tiempo cuando la campana sono de nuevo. Fui a mi casillero para llevar mis libros para la siguiente clase. De camino al salon de clases, me tope accidentalmente con un hombre mientras hablaba con nuestro director. "Lo siento senor". Me disculpe. Me miro de arriba abajo y sus ojos se posaron en mis ojos. "No importa". Dijo rompiendo el concurso de miradas. Su voz era ronca y nada amistosa. Se dio la vuelta y continuo su charla con el director. Negue con la cabeza y entre al salon de clases. Mi profesor de ciencias ya estaba adentro, asi que me disculpe por llegar tarde y, afortunadamente, me dejo ir. *** Caminaba de regreso a casa y de camino compre un pequeno baul en una jugueteria para Thomas, mi sobrino. Tiene cuatro anos y esta loco por los baules y los coches. Tiene una coleccion completa de autos de alguna caricatura que ve y mi hermano se molesta bastante cuando alguien le compra un juguete nuevo porque ya tiene demasiados. Entre a la casa y fui a mi habitacion a cambiarme. Me di una ducha y me puse pantalones cortos y una camisa holgada. Escuche que la puerta se abria en la planta baja y los chillidos de Thomas. Me apresure a bajar para verlos ya en la sala de estar dejando sus cosas. Cuando Thomas me vio, corrio hacia mi y abrazo mis piernas. "Tia, te extrane". El sonrio mostrando sus dientes medio faltantes. Lo levante y lo sente en mi cadera. Yo tambien te extrane. Eres un nino grande ahora. " Le hice cosquillas en el estomago, lo que hizo que estallara en risas. Lo deje y fui a abrazar a mi hermano y a mi cunada. Ella es realmente una gran mujer y ama mucho a mi hermano. Le dijeron que ya no podia tener hijos y que tenian suerte de que Thomas naciera. Aceptaron ese hecho y estan agradecidos de tener a su hijo. Mi mama preparo el almuerzo y puso la mesa rapidamente. Thomas queria sentarse a mi lado y darle de comer. Creo que lo he echado a perder demasiado, pero es tan lindo. "?Como va la escuela, Bianca?", Me pregunto mi hermano. "todo marcha bien. Mi graduacion es en dos meses ". Me meti un trozo de papa en la boca. " ?Preguntaste acerca de las universidades? " " Bueno, todavia no lo se. Hay muchas universidades buenas y necesito ver en cual me aceptaran ", le explique. Mi mama de repente se aclaro la garganta. Gire mi cabeza hacia ella prestandole mi atencion. "En realidad, no necesitas esforzarte para ir a la universidad". "?Por que?" Frunci las cejas en confusion. "Porque no puedes ir a la universidad". "?Que?" Levante la voz. "No le levante la voz a su madre, senorita", dijo mi padre. "?Por que no voy a ir a la universidad?" "Porque te vas a casar". Capitulo 2 Punto de vista de William " Gracias Sr. Makled por ayudar a nuestra escuela. Estamos muy honrados y agradecidos ". Puse los ojos en blanco porque no podia verme por telefono. Hago esto solo porque mi prometida asiste a tu escuela. --No hay problema, senor Smith. Me alegro de poder ayudar ". Apague el telefono sin molestarme en decir adios. De todos modos, estaba haciendo ruido. Soy William Makled conocido como mil millones de habitantes de Nueva York. Tengo una hija que se llama Cristal y, lamentablemente, no tiene madre. Su madre biologica es una puta con la que me acoste una vez. Dejo a Sophia despues de dar a luz y le pague un dinero para que no la volviera a ver. Queria darle una madre a Cristal, asi que acepte un matrimonio arreglado. Conozco a los padres de mi prometida a traves de un amigo. Cuando vi su foto, la desee. Parecia alegre y amable y pense que seria la figura materna perfecta para Cristal. Cuando me encontre con la chica en una escuela, no esperaba que fuera mi prometida. Ella es realmente hermosa en realidad. Tambien me encanto su voz cuando se disculpo. No deberia sentirme atraido por una chica menor de 17 anos, pero algo dice que deberia cuidar de ella. Mi telefono sono y vi a la ninera de Cristal llamando. Cogi un telefono preocupado de que algo le pasara a Cristal. "?Hola senor?" " ?Hola Marisol?" "Cristal queria hablar con usted ". Ponla al telefono ". Escuche algunos pasos antes de que hablara la voz de Cristal. "!Hola papi!", Se rio. "!Hola princesa! ?Por que querias llamarme? ?Paso algo? " " No, esta bien. Te echo de menos. ?Cuando llegaras a casa? " Se que se ve triste por el sonido de su voz. "Tengo algo que terminar, luego llegare a casa y luego podremos jugar juntos, ?de acuerdo?" Pero debes ser una buena chica para Marisol. " " Esta bien. Te esperare. Te amo papa. Adios. " " Yo tambien te amo. Adios." Colgue el telefono y suspire. Siempre es asi. Realmente necesito casarme. Ya es grande y entiende todo menos la parte de su madre porque nunca le hable de esa puta. Volvi a trabajar en algunos papeles cuando recibi otra llamada telefonica. Frenare seriamente este telefono. Cogi el telefono ya molesto. "?Hola? " "Hola Sr. Makled. Llamo con respecto a Bianca ", dijo la voz del hombre por telefono. ?Quien es Bianca? Probablemente noto mi silencio cuando continuo. " Tu prometida. Soy su padre. " " Esta bien. ?Hay algun problema? " " Le contamos sobre su matrimonio y ella no esta muy contenta. Asi que pense que tal vez podriamos concertar una reunion. "" Si, claro. Dame un segundo." Revise mi horario para ver que el viernes por la tarde esta despejado. "?Entonces el viernes por la tarde esta bien? " "Si. Le informare al respecto. Adios " 'Adios' ". Ahora tengo que ocuparme de ella. Aprendera su lugar si tiene actitud. No soy la persona para castigar, pero si tengo que hacerlo, la castigare por ser una perra. Segui arreglando papeles y afortunadamente nadie volvio a llamar. Se estaba haciendo tarde y le prometi a Cristal que volveria a casa para jugar con ella. Termine los ultimos papeles y sali de mi oficina. Cuando llegue a casa, Cristal corrio hacia mi y me abrazo las piernas. Sonrei y la levante. "Hola princesa". "Hola papi". ?Vamos a jugar ahora? " " Si, lo estamos. Pero tengo que ir a cambiarme de ropa, ?vale? ?Me esperaras? "" Si. "Ella se rio. Bese su mejilla y la baje. Corrio a su cuarto de juegos de inmediato. Entre en mi habitacion y me puse un pantalon de chandal y una camiseta blanca. Estaba cansado pero no podia anular una promesa que le hice a Cristal, asi que corri a su habitacion. Estabamos jugando a la fiesta del te. A ella realmente le encantan las fiestas de te, incluso si no hay te. La amo mucho. Ella es lo mejor que me ha pasado en la vida. "?Has estado bien hoy con Marisol? " "Si. Ella me dio galletas como recompensa. " " ?En serio? Estoy feliz de escuchar eso. " " Papi, ?puedo preguntarte algo? " " Lo que quieras " " ?Cuando vendra mami? " Me acostumbre a esto, pero ahora tengo una respuesta diferente para ella. Ella estara feliz por esto. " Pronto traere a mama a casa. Puedes esperarla un poco mas, ?verdad? ", Grito y me abrazo." Puedo esperarla ". Ella se aparto y se sento frente a mi. "?Es bonita?" " Muy bonita". " No puedo esperar para jugar a las munecas con ella y hacer dibujos con ella". Sus ojos estaban muy abiertos y brillantes mientras hablaba de mi prometida. "?Le gusta hornear? " "Probablemente. Lo averiguaremos, pero ahora es hora de ir a la cama ". La levante y la puse en su cama de princesa. Empece a leerle una historia pero estaba en la segunda pagina. La cubri con su edredon rosa y la bese en la frente. Hoy ha sido un dia largo y solo queria dormir. Me alegre de que le gustara la idea de tener una madre. Solo es importante que ella sea feliz. Capitulo 3 Punto de vista de Bianca No puedo creer que MIS padres arreglaron un matrimonio para mi y con un hombre cuyo nombre no conozco. Esto es gracioso pero miserable al mismo tiempo. Y encima de todo, necesito conocerlo hoy. Solo espero que sea agradable, al menos. Deberia reunirme con el por mi cuenta porque mis padres dijeron que seria mejor si tenemos privacidad. Como, nada ayudara a esta situacion. Me vesti con un vestido negro con lunares blancos y me puse mis sandalias blancas. Si voy a encontrarme con mi "prometido", al menos voy a ser decente. No me gusta ponerme maquillaje, asi que solo me pongo rimel y brillo de labios. Guardo mi telefono y una billetera en mi bolso. Sali de la casa sin molestarme en despedirme de mis padres. El taxi llego justo a tiempo y me llevo al restaurante. Mi papa me dijo que dijera solo su apellido porque ya habia reservado la mesa. Le pregunte a la senora de la recepcion su apellido y ella me llevo a una mesa para dos. Esperaba que estuviera alli, pero no lo estaba.

  • La princesa de marmol y cristal de Malenka Ramos

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    Samuel Ross es un escritor y psiquiatra conocido por sus estudios sobre la conducta criminal. Tras una noche de borrachera es testigo de la muerte de Arturo Coelho, socio del empresario Markus Pastrana, investigado por trafico de armas, malversacion de fondos y la desaparicion de varias mujeres jovenes. Todo aquello lo recuerda como un sueno, retazos en su cerebro sin orden alguno hasta que una semana despues recibe una carta. Salome, la joven que acabo con la vida de aquel hombre, le recuerda en sus letras cada minuto de aquella noche atroz y le pide un favor; su ayuda. Esa misma noche Salome aparece en casa de Samuel. Necesita contarle su historia, confesar las razones que le llevan a toda esa locura.
    Una historia sobre el amor, sobre dolor, sobre la crueldad mas inhumana por la que una joven puede pasar. Una historia que se anuncia tragica y que cambiara la vida de su protagonista para siempre. Porque en esta historia... Nada es lo que parece.

  • 20 grandes conspiraciones de la historia, Santiago Camacho de Santiago Camacho

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  • Homo Lubitz de Ricardo Menendez Salmon

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    Richard O’Hara aguarda en un hotel de Shanghai la firma de un contrato entre el Gobierno de China y las farmaceuticas occidentales que lo convertira en un hombre rico. Tras su estancia en Asia, recibe un extrano encargo: hallar el paisaje que aparece en una vieja fotografia. Obsesionado por esa imagen, emprendera entonces un viaje alrededor del planeta en compania de una mujer llamada Amanda. En este thriller vertiginoso, en el que los accidentes juegan un papel decisivo, los vampiros son coleccionistas de arte y el cineasta David Cronenberg explica cual es el verdadero espiritu del siglo xxi, Ricardo Menendez Salmon muestra su confianza en la ficcion literaria como instrumento para interpretar nuestro mundo.

  • La joven durmiente y el huso de Neil Gaiman

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    <> Stephen King

  • Los Confines del Tiempo de David Orange S

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    Llega el libro que todos estaban esperando