• Diez dias de sabor de Clara Estival

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    --Ese hombre es un desalmado, Paula. !Si diez dias no dan para nada! Valentina tenia razon, era un plazo cortisimo. Solo diez dias hasta el 1 de julio en que, o pagaba el alquiler, o el dueno del local me cerraba el restaurante y me echaba directamente a la calle. --Ay, este sitio esta muy lindo, mija --me dijo Maya, con todo su acento cubano--. La cosa no puede quedarse asi... ?Quien nos va a hacer ahora las empanadas? Mire a mi alrededor y era verdad que el Amigos del Naranco estaba precioso incluso teniendo en cuenta los tres meses que llevaba cerrado. El pequeno restaurante de mi familia era luminoso y abierto, pintado en blancos y verdes llenos de alegria, y en verano poniamos hasta una terracita. Tenia unas diez mesas normalmente, pero podiamos meter hasta quince con la terraza y a veces tambien habia gente comiendo en la barra. Conociamos muy bien a nuestros clientes, sus preocupaciones y sus vidas, porque el nuestro era el unico asturiano en mitad de Houston, en pleno Texas, y casi todos eran espanoles desplazados que echaban de menos su casa. Asi que eramos amigos, casi como familia. Y en aquellos tres meses nuestro lugar especial, ese pequeno trocito de casa en un pais extranjero... simplemente habia desaparecido. Hasta entonces el dueno del local habia tenido paciencia, por lo de mi padre, porque eran amigos pero... despues de tres meses ya se le habia acabado toda. Me tocaba reabrir el negocio o bien cerrarlo definitivamente. Asi que ahora estabamos las tres alli sentadas, Valentina, Maya y yo, en mitad del restaurante por el que mi padre tanto habia luchado, durante mas de diez anos, y que yo estaba a punto de perder en diez dias. --Mija, no pongas esa cara --dijo Maya--. Te sacaste la rifa del guanajo, ok, pero ya... dale... hay que ponerse a trabajar. No vas a dejar que esto te pase por arriba, ?no? !Quien va a hacer los frisuelos, si no! --!Pues no lo se! !Pero a mi no me mires! !Es verdad que ahora soy la duena, pero yo no he cocinado en mi vida! El que sabia cocinar era papa... --Buscaremos a alguien --dijo Valentina--. No te agobies que esto es un problema y los problemas tienen solucion matematica. Entraremos en los portales de empleo, haremos entrevistas... esas cosas. --!Esto no es una formula, Val! ?Quien va a saber de cocina asturiana aqui, en Houston? Ademas, no me vale con lo que ponga en un papel. Tengo que ver como cocina y poder probar las cosas. --Muchacha, si nos quitan el Naranco tenemos que volver a la cantina junto al Johnson y eso si que no --dijo Maya--. Mi madreeee, todos los dias comiendo esos fritos... --Y ese pollo chicloso. --!Ay, mi madre! --Y ese tomate de lata. --!No sigas, nina! !Tu quieres que se me de la vuelta el estomago! --Tan malo no sera... --dije. --?Has visto la comida de los astronautas en los videos de Youtube? Las salsas saliendo de los tubitos y las fresas secas !y ese helado solido que parece una piedra pomez de limarse los callos! Bueno, pues eso es comida gourmet comparado con lo que hay en esa cantina. Sonrei. Valentina llevaba mucho tiempo preparandose para ser astronauta. Estaba segura de que la iban a llamar de un momento a otro. Maya trabajaba en la agencia de noticias y me habia dicho, en secreto, que tenia muchas papeletas de salir durante el proximo mes. !Me iba a reir mucho cuando la viera en la Estacion Espacial, comiendose su helado solido! --En serio, tenemos que salvar tu restaurante. ?Donde vamos a ver Eurovision? ?Y el pactometro de las elecciones? Y... !y la Feria de abril y el Carnaval de Tenerife! --Pero si nunca hemos visto ninguna de esas cosas, Val... --Bueno, pues ahora habra que verlas. El restaurante se queda. No hay mas que hablar. --Hablare con Julio --dijo Maya. Era su novio cubano, que estaba en una escuela de cocina--. Y le pedire que busque a alguien. !Esto se va arreglar si o si! --?Tu crees que en diez dias vamos a encontrar cocinero? --No te preocupes, Paula --dijo Valentina--. Que el Amigos del Naranco se va salvar. Vamos a ir a por todas. Valentina y yo asentimos, decididas, pero Maya parecia no tenerlas todas consigo. --?Y seguro que esto es lo que quieres, mija? Porque llevar un restauran no es nada facil y a tu papa le llevaba la vida entera esto de los fogones... ?Que pasa con tus estudios? --En cuanto tenga a alguien. Yo estaba terminando estudios de empresa, contabilidad y gestion. Los necesitaba para el restaurante, claro, pero tambien podia emprender otros caminos. Ahora lo mas urgente era atender el dia a dia. Hacer lo necesario para salvar el restaurante. Es lo unico que se. Cruzo los dedos. A ver a quien me envia Julio. Sea quien sea tendra que ponerse ya. 2 Dos manos mas Al dia siguiente me esforce por dejar el restaurante impecable. Despues de tres meses cerrado habia que ponerlo a punto. Me recogi el pelo en una coleta y me puse un panuelo en el pelo, una bandana, como en las peliculas. Saque una tonelada de polvo a base de escoba y plumero y refregue bien todas las esquinas y las mamparas. Necesitaba que los candidatos se sintieran comodos y pudieran cocinar tranquilos. Ahora faltaba el hueco que habia dejado mi padre, el alma de la cocina, la parte mas importante y sin la que nada podia funcionar. Le habia dado un infarto cerebral que le habia dejado hecho polvo y llevabamos tres meses horribles de hospitales. Al final se habia tenido que volver a Espana, con mi madre. Suerte que yo seguia en Houston y podia encargarme de todo. Quizas hasta se recuperase y, algun dia, pudiera volver. Yo le habia echado una mano hasta ahora, pero solo de pensar en que en diez dias iba a tener que cerrar... La verdad es que el local estaba precioso. Repase con el trapo cada parte: las barricas gemelas de la sidra en la pared, altas y planas. Las habia traido mi padre directamente de Asturias, en avion, y las habiamos pintado de blanco decapado y adornado con flores. Las sillas tambien eran artesanales, de "madera buena", hechas en Oviedo... Barriendo y fregando se me habian hecho ya las once de la manana, se me estaba revolviendo el estomago del hambre y no habia aparecido nadie. !Si me habia dicho Julio que hasta cinco companeras de su escuela se habian apuntado! Pensaba que seria una buena oportunidad de encontrar trabajo incluso antes de acabar los estudios... pero ni una sola entrevista. Yo seguia sentada con el libro de recetas sobre las piernas, mirando hacia la puerta, entreteniendome con el brillo de las encimeras, las mesas y el aluminio de los hornos despues de frotarlos yo misma de arriba abajo. !Hasta habia puesto flores en los jarroncitos de las mesas para dar buena impresion! Tenia hambre, vaya que si, a mi la gusa me entra justo a las once de la manana. A primera hora tengo el estomago cerrado, no me cabe nada recien levantada, pero luego voy haciendo el hambre y a las once lo que me apetece ya es un pincho o una barrita de pan tumaca. Pero acababa de reabrir el local y no tenia en el restaurante ni para hacer un bocadillo. No sabeis lo extrano de esperar en un sitio que sirve comidas y que no haya nada que echarse a la boca. Paso otra hora de reloj y se hicieron las doce en mi movil. Ya estaba bien. Llevaba una hora perdida y me fui a echar la persiana. Estaba claro que, por una cosa o por otra, nadie iba a aparecer. Al fin y al cabo eran todavia estudiantes, lo mas seguro es que no pudieran compaginarlo. Ademas, ninguna de las amigas de Julio seria espanola y tendrian miedo de meter la pata. Tampoco esperaba demasiada seriedad por parte de unas chavalas, pero... !por lo menos podrian haberme avisado por telefono! Yo ya sabia que no iba a ser facil encontrar a mi cocinera o cocinero espanol. ?Donde? ?Como? ?Y en diez dias?