• Mi dieta ya no cojea de Aitor Sanchez Garcia

    https://gigalibros.com/mi-dieta-ya-no-cojea.html

  • Como no escribir una novela de Howard Mittelmark

    https://gigalibros.com/como-no-escribir-una-novela.html

    En Como no escribir una novela, Howard Mittelmark y Sandra Newman aplican sus anos de experiencia como editores y escritores para identifi car los 200 errores mas comunes que cometen los escritores y ensenarnos como evitarlos. Muchos libros ofrecen consejos sobre como escribir bien. Este no es uno de ellos.

  • Esposa de mi jefe de Roxana Aguirre

    https://gigalibros.com/esposa-de-mi-jefe.html

    Alexandra Carlin es una chica recien graduada en la universidad, sin exito en el campo laboral. Un dia es contratada por fin como secretaria del presidente de una revista de prestigio a nivel internacional, Oliver Anderson, un joven apuesto de veinticinco anos. Oliver esta a punto de perder la presidencia de la empresa por no tener una vida formal. De repente, sus vidas dan un giro cuando hace un contrato con Alex para ser su esposa durante seis meses.

  • El camino del perdon de David Baldacci

    https://gigalibros.com/el-camino-del-perdon.html

    <> La agente especial del FBI Atlee Pine alzo la mirada para contemplar la lugubre fachada del complejo penitenciario que albergaba a algunos de los depredadores humanos mas peligrosos del planeta. Habia venido hasta alli esa noche para visitar a uno de ellos. La carcel de Florence estaba a unos ciento sesenta kilometros al sur de Denver y era la unica prision de maxima seguridad reforzada del sistema federal. El modulo de maxima seguridad era uno de los cuatro edificios independientes que formaban este complejo correccional federal. Habia un total de novecientos internos encarcelados en este polvoriento lugar. Desde el cielo, con las luces de la prision encendidas, Florence podia parecer un punado de diamantes sobre fieltro negro. Los hombres que se encontraban alli, tanto los guardias como los internos, eran tan duros como esa piedra preciosa. No era un lugar para los debiles de espiritu o para quienes se dejaban intimidar con facilidad; sin embargo, los muy perturbados eran bienvenidos. En ese momento, en esta prision de maxima seguridad cumplian condena, entre otros, el Unabomber, el terrorista de la maraton de Boston, varios terroristas del 11-S, algunos asesinos en serie, uno de los complices del atentado de Oklahoma City, diversos espias, lideres supremacistas blancos y un variado repertorio de jefes de los carteles de la droga y de la mafia. Buena parte de los internos moririan en esa prision federal, mientras cumplian multiples cadenas perpetuas. La carcel estaba en mitad de la nada. Nadie habia logrado jamas escapar, pero si alguien lo hiciera algun dia, no tenia donde esconderse. La topografia alrededor de la prision era llana y de campo abierto. En el entorno del complejo no crecia ni una brizna de hierba, ni un solo arbol o arbusto. Todo el perimetro estaba rodeado por muros de tres metros y medio de alto coronados con alambre de espino, con detectores de movimiento intercalados. A su alrededor circulaban patrullas armadas con perros de ataque las veinticuatro horas de los siete dias de la semana. Cualquier preso que llegase hasta alli acabaria falleciendo casi con toda seguridad victima de los colmillos o las balas. Y a muy poca gente le importaria que un asesino en serie, un terrorista o un espia terminara muerto con la cara contra la tierra de Colorado. En el interior del recinto, las ventanas de las celdas, incrustadas en los gruesos muros de cemento, eran de diez centimetros de ancho por un metro de largo, y desde ellas solo se podia ver el cielo y los tejados del complejo. La prision de Florence estaba disenada para que ningun recluso pudiera saber en que parte del edificio estaba encerrado. Las celdas eran de 2 x 3,5 metros y en ellas practicamente todo, excepto los reclusos, era de cemento. El agua de las duchas se cortaba de forma automatica, las puertas de los lavabos no se podian cerrar con pestillo, las paredes estaban insonorizadas para que los reclusos no pudieran comunicarse entre si, las puertas dobles de acero se abrian y cerraban mediante un mecanismo hidraulico y la comida se introducia en las celdas a traves de una pequena abertura en el metal. La comunicacion con el exterior estaba prohibida salvo en la sala de visitas. Para los presos mas indisciplinados, o en caso de una crisis, habia un modulo de castigo conocido como <>. Las celdas de esa zona permanecian siempre a oscuras y las camas de cemento tenian correas de sujecion. De hecho, aqui el confinamiento solitario no era algo excepcional, sino mas bien la norma. La prision de maxima seguridad reforzada no estaba pensada para que los reos hicieran nuevas amistades. Para permitirle acceder al complejo, los guardias habian parado y revisado el todoterreno ligero de Atlee Pine y habian comprobado su nombre y su documento de identidad en el listado de visitantes. Superados estos tramites, la escoltaron hasta la entrada principal, donde tuvo que ensenar a los guardias que custodiaban la puerta sus credenciales de agente especial del FBI. Tenia treinta y cinco anos y los ultimos doce los habia pasado con una reluciente placa en el bolsillo. El escudo dorado estaba coronado por un aguila con las alas desplegadas, bajo la cual aparecia la Justicia sosteniendo una balanza y una espada. Pine consideraba muy apropiado que en la insignia del organismo de seguridad mas relevante del mundo apareciera una figura femenina. Tuvo que entregar la Glock 23 a los guardias. Habia dejado en el coche la Beretta Nano que solia llevar en una pistolera en el tobillo. Era la primera ocasion en que recordaba haber entregado de forma voluntaria el arma. Pero la unica prision de maxima seguridad reforzada de Estados Unidos tenia sus propias reglas, a las que debia amoldarse si queria entrar alli, y lo cierto es que deseaba esto ultimo con todas sus fuerzas. Era alta: descalza media casi un metro ochenta. La altura le venia de su madre, que pasaba del metro ochenta. Pese a su estatura, Pine no era ni agil ni esbelta. Jamas habria podido trabajar como modelo de pasarela ni aparecer en la portada de una revista. Era corpulenta y musculosa, debido a que levantaba pesas a diario. Sus muslos, pantorrillas y gluteos eran roca pura, tenia los hombros y los deltoides esculpidos, los brazos fibrosos y con la musculatura marcada, y sus abdominales eran de hierro. Habia participado en competiciones de artes marciales mixtas y de kickboxing, y conocia practicamente todas las tecnicas mediante las cuales una persona de menor tamano podia dominar y bloquear a otra mas fornida. Todas estas habilidades las habia aprendido y pulido con una unica motivacion en la cabeza: la supervivencia en un mundo mayoritariamente masculino. La fuerza fisica, la dureza y la confianza que le aportaban eran una necesidad. Tenia un rostro anguloso que resultaba muy atractivo, casi hechizante. Llevaba el cabello negro hasta la altura de los hombros y los ojos de un azul turbio transmitian una impresion de gran profundidad. Era la primera vez que accedia a la prision de Florence y mientras dos corpulentos guardias que no se habian dignado a dirigirle la palabra la escoltaban por el pasillo, lo primero que le llamo la atencion fueron el silencio y la tranquilidad casi inquietantes que reinaban en el lugar. Como agente federal, habia visitado muchas carceles a lo largo de su vida. Lo habitual era que fuesen una cacofonia de ruidos, gritos, silbidos, maldiciones, obscenidades, insultos y amenazas, con manos agarradas a los barrotes y miradas amenazantes emergiendo de la oscuridad de las celdas. Si no eras un animal al entrar en una prision de maxima seguridad, te habrias convertido en uno al salir. De lo contrario, eras hombre muerto. Era El senor de las moscas . Con puertas de acero y lavabos. Y, sin embargo, aqui parecia que estuviera en una biblioteca. Pine estaba impresionada. Era toda una proeza para unas instalaciones que albergaban a un grupo de hombres que, en su conjunto, habian asesinado a miles de sus semejantes mediante bombas, pistolas, cuchillos, venenos o sus punos desnudos. O, en el caso de los espias, a traves de sus actos de traicion. <> Pine habia venido en coche desde St. George, Utah, donde habia vivido y trabajado hacia anos. Esto le habia supuesto atravesar todo el estado de Utah y la mitad del de Colorado. Su GPS le indico que le llevaria algo mas de once horas recorrer los mil kilometros. Lo habia hecho en menos de diez gracias a su determinacion como conductora, al potente motor de su todoterreno y al detector de radares para esquivar los controles de velocidad. Habia hecho una unica parada para ir al lavabo y comprar comida para el resto del trayecto. Por lo demas, no habia levantado el pie del acelerador. Podria haber tomado un avion hasta Denver y haber hecho el resto del camino por carretera, pero disponia de tiempo y queria pensarse bien que iba a hacer al llegar a su destino. Y un largo viaje en coche por las vastas y desiertas planicies de America era el escenario idoneo para eso. Pine habia nacido en el Este, pero se habia pasado la mayor parte de su vida profesional en las llanuras infinitas del Suroeste americano. Y confiaba en poder seguir alli el resto de su existencia, porque adoraba la vida al aire libre y los espacios abiertos. Despues de unos cuantos anos en el FBI, habia podido elegir destino. Y ello se habia debido a un unico motivo: queria ir a donde ningun otro agente deseaba poner los pies. La mayoria de sus colegas ansiaban un destino en una de las cincuenta y seis sedes del FBI. A algunos les gustaba el calor, de modo que aspiraban a las de Miami, Houston o Phoenix. Otros querian trasladarse a las mas relevantes dentro de la administracion del FBI, de modo que luchaban por conseguir un puesto en Nueva York o Washington. La de Los Angeles era popular por un monton de motivos, lo mismo que la de Boston. Sin embargo, a Pine no le interesaba ninguno de esos sitios. Le gustaba el relativo aislamiento de una delegacion en mitad de la nada. Y mientras obtuviera resultados y mostrase compromiso con su trabajo, nadie la iba a molestar alli. A menudo, en esas llanuras inmensas, ella era la unica agente federal en cientos de kilometros a la redonda. Y eso tambien le gustaba. Algunos podrian llamarla solitaria, obsesiva o antisocial, pero no era ninguna de esas cosas. De hecho, se llevaba bien con la gente. Y es que no se podia ser un buen agente del FBI sin poseer unas notables habilidades sociales. Pero si le gustaba preservar su intimidad.

  • Vino para principiantes de Juan Carlos Ortega

    https://gigalibros.com/vino-para-principiantes.html

    Mi estilo de ensenanza para el aprendizaje y disfrute del vino se puede resumir en la frase “Romanticismo si, Esnobismo no”. Con ella quiero decir, que me encanta toda la parte pasional que envuelve el vino y que le da ese aire, a veces misterioso, que invita a adentrarse en este mundo de conocimiento y placer.
    Aplico un enfoque sencillo y practico de ilustracion, que lo llevara de la mano, paso a paso, por el extenso mundo del vino.
    Dejo de lado el enfasis que le dan algunos eruditos, el cual convierte al vino en un campo de especialistas que solo puede ser disfrutado por personas con un nivel elevado de conocimiento. Respeto su posicion, mas no la comparto.
    “Todo influye y nada es determinante”, con esta frase de mi propia cosecha, quiero expresar que todos podemos disfrutar del vino desde que nos iniciamos en el, independientemente del nivel de conocimientos que tengamos.

  • El hombre sin memoria de Rem Aurismaki

    https://gigalibros.com/el-hombre-sin-memoria.html

    Pietro sufre de una particular forma de amnesia y no recuerda nada de Antro, el pueblo donde crecio. Algo tiene que haber pasado cuando era nino. Ahora, con su mujer Bernardina, vive en Occiduo. Un dia, una terrible aluvion destruye Antro, y con el, las ultimas posibilidades de Pietro de acordarse su pasado. Hasta que un sueno lo guia en medio de los escombros y el encuentra un ultimo sobreviviente, Antoni. Pietro cree conocerlo y se lo lleva a casa convencido que este pueda devolverle sus recuerdos.

  • Lejos del corazon de Lorenzo Silva

    https://gigalibros.com/lejos-del-corazon.html

    Un joven de veinticinco anos, con antecedentes por delitos informaticos, desaparece en la zona del Campo de Gibraltar. Hay testigos que aseguran haber visto como un grupo de hombres lo abordaban en plena calle y lo metian a la fuerza en un coche. Poco despues de su desaparicion, se reclama por el un abultado rescate en efectivo, que los suyos abonan sin rechistar. Desde entonces, no se vuelve a saber de el, lo que hace pensar que han acabado con su vida.

  • Espana en el corazon de Adam Hochschild

    https://gigalibros.com/espana-en-el-corazon.html

    ?Que motiva a alguien para luchar por un pais que no es el suyo? Desde los primeros compases de la Guerra Civil espanola, esta se convirtio en una cuestion internacional. Hitler y Mussolini enviaron aviones y tropas a los generales golpistas. Millones de personas en todo el mundo sintieron que el fascismo que asolaba Europa debia ser detenido en Espana. Mas de 35.000 voluntarios de decenas de paises ayudaron a defender la republica espanola. Hochschild, el aclamado autor de “El fantasma del rey Leopoldo”, evoca este periodo tumultuoso a traves de las vidas de los estadounidenses involucrados en la guerra, entre los que se encontraban intelectuales de la talla de Hemingway.

  • Secretario de Compania de Noni Garcia

    https://gigalibros.com/secretario-de-compania.html

    Los rayos del sol entraban tenuemente por la acristalada pared del despacho de Daniela. A pesar de ser tan solo las siete y media de la manana, ella ya habia tenido tiempo de hacer varias gestiones y contestar mas de diez correos. Era adicta al trabajo desde que creo, un par de anos atras, su empresa de organizacion de eventos. Se levanto de la silla maldiciendo que todavia no hubiera llegado Adrian, su secretario, para prepararse un cafe, aunque no podia quejarse. El chico, a sus veinticinco anos, habia resultado un gran fichaje unos meses atras, cuando su amiga Aitana se habia ido a vivir a Nueva York con Henry. Recordar la boda que le habia organizado con aquel rubio larguirucho la hizo sonreir mientras la maquina siseaba al expulsar el cafe de la capsula. Hacia un par de dias que no sabia nada de ella, ahora sus horarios eran tan diferentes que era complicado coincidir, asi que saco su movil y le mando un mensaje que leeria unas horas despues. La echaba mucho de menos, pero sabia que Henry era su felicidad y que estaba donde debia estar. Soplaba el cafe que ardia como el mismo infierno cuando escucho a alguien abrir la puerta. Bien podia ser la persona que enviaba la empresa de limpieza cada manana, pero no, era Adrian, que como siempre llegaba con bastante tiempo de antelacion a su hora de entrada. Adrian era alto, pelo castano, ojos verdes, cara aninada y desbordaba timidez, siempre escondido tras sus gafas de pasta y su mirada gacha. Lo observo durante el tiempo que el no fue consciente de su presencia, vio como se deshacia del abrigo y, sin entender muy bien por que, deseo que siguiera quitandose ropa. Sacudio la cabeza para apartar esos pensamientos de su cabeza y carraspeo para que el supiera que estaba alli, que ella estaba observandolo. El chico levanto la mirada, en ese momento desnuda de sus gafas, que estaban impregnadas de la fina lluvia que estaba cayendo en ese momento sobre Madrid. Por primera vez, en el tiempo que llevaba trabajando para ella, Daniela se encontro con una mirada llena de seguridad que hizo que su corazon saltara un latido. --Buenos dias --dijo Adrian, volviendo a esconderse en su halo de timidez. --Buenos dias, Adrian. ?Que tal el fin de semana? --Bien. Tranquilo. Estudiando en casa y poco mas. --No sabia que estabas estudiando. --Si, un master. --Me has dejado sorprendida. ?De que es? --De Direccion de Empresas. --Si te soy sincera, no entiendo que haces trabajando de secretario para mi. Estoy segura de que podrias aspirar a mucho mas. --El mercado laboral no esta muy bien, y necesitaba el dinero, aunque voy a tener que seguir trabajando los fines de semanas para poder pagar todo... --Adrian puso cara de no haber querido pronunciar esas ultimas palabras. --?Trabajas los fines de semana? ?De que? --En la noche. --Eres una caja de sorpresas, chico. Bueno, vamos a trabajar que hoy tenemos muchas cosas que hacer. Adrian siguio a su jefa pensando en la conversacion que acababan de tener. Cuando unos meses atras encontro el trabajo, se prometio que dejaria de hacerlo en el mundo de la noche, pero eran tantos los gastos que tenia con los estudios y la hipoteca, que mucho se temia que tendria que volver a retomarlo. Solo esperaba que no le afectara en su actual empleo. Se sento donde le habia indicado con su bloc de notas y su boligrafo, y espero pacientemente las tareas que Daniela tenia para el. Tenia razon su jefa al decir que tenian mucho trabajo por delante ese dia y toda la semana. No tendria tiempo para aburrirse, y menos para estudiar, porque mucho se temia que iba a trabajar bastantes horas extras. Salio del despacho, se sento en su sitio y comenzo a hacer llamadas. Con un poco de suerte, terminaria temprano y tendria tiempo de ir a alguna clase esa tarde, aunque tuviera que comer un bocadillo en la cafeteria que habia en la esquina. La manana paso volando y el reloj marcaba las dos y media cuando la puerta del despacho se abrio y salio Daniela. Lo miro extranada, hacia media hora que habia terminado su jornada laboral y pensaba que, probablemente, Adrian le habia dicho que se iba, pero, como estaba tan enfrascada en sus cosas, no se habia dado cuenta. --Crei que ya te habias marchado. --No, me quedan por enviar un par de correos... --Pues ya lo haras manana. Ahora vete a casa a descansar que el dia ha sido bastante intenso. --Ya no me da tiempo de ir a comer a casa. Tengo clase a las cuatro y no quiero faltar. --?No vas a comer? --Si, ahora parare en la cafeteria de la esquina y pedire un bocadillo para comermelo en el metro. --No vuelvas a hacer eso. Tu hora de salida es las dos, si no te da tiempo a terminar algo, me avisas y listo. Yo lo hago o se hace al dia siguiente. --Vale. Pero ya hoy voy a terminar... --No vas a terminar nada. Te invito a comer y te llevo adonde tengas que ir. --No... --Siii. Daniela lo aparto de su mesa, aprovechando que la silla tenia ruedas, y apago el ordenador. Adrian sonrio y no pudo evitar que el pulso se le acelerara al ver tan de cerca el precioso trasero de su jefa. Sacudio la cabeza y desecho cualquier pensamiento calenturiento que pudiera provocarle la mujer que tenia delante. Su madre siempre le habia dicho un refran que cumplia a rajatabla: <>. Incluso en su otro trabajo, cosa que solia ser bastante complicada, pero esa era el unico limite que habia puesto cuando empezo a trabajar para la agencia. Salieron del edificio y se dirigieron al bar de la esquina, donde Adrian tenia pensado comprar el bocadillo, pero Daniela hizo que se sentara y pidieron algunas tapas. --Y... ?donde trabajas los fines de semana? --No me gusta hablar de ello. --Organizo eventos, no voy a asustarme de nada. --Ya... Bueno... Soy un poco reservado. --No hace falta que me lo jures, creo que esta es la conversacion mas larga que hemos mantenido desde que empezaste a trabajar para mi. --No soy muy hablador. --Ya no te hablo mas de tu otro trabajo. ?Tienes que hacer practicas para el master? --Si, pero las hare cuando termine el curso... --?Estas hablandome en serio? --Si. --Manana tienes una nueva tarea que hacer. Incluye Dan Events en la red de empresas colaboradoras del master. Asi convalidare las practicas con tus horas de trabajo. --Pero... Yo solo soy tu secretario. --Haces labores que van mucho mas alla de las de un secretario, y pondre mis conocimientos a tu disposicion. --Pues estaria bien. Asi podre ir a visitar a mi familia cuando tenga vacaciones. --?De donde eres? --De un pequeno pueblo de Cadiz. --?Y que haces en Madrid? --Estudiar. Continuaron hablando durante un buen rato de los estudios de Adrian, hasta que llego la hora de ir a sus clases. Daniela lo llevo hasta el lugar que el le indico y volvio a la oficina. Tenia muchas cosas que dejar resueltas antes de volver a casa y darse ese bano relajante que tanto le gustaba

  • Mis Tres Amores de Teresa Carpenter

    https://gigalibros.com/mis-tres-amores.html

    La vida de Rachel Adams cambio de repente cuando la nombraron tutora de dos pequenos huerfanos. Resultaba muy dificil convertirse de la noche a la manana en la madre de dos bebes tremendamente exigentes. que no tardaron en robarle el corazon.

  • Springfield Confidencial de Mike Reiss

    https://gigalibros.com/springfield-confidencial.html

    Se cumplen treinta anos de Los Simpson, esta es la guia definitiva para los fieles seguidores del show animado mas popular del mundo entero.

  • No hay mas dios que el dinero de Angel Sarabia

    https://gigalibros.com/no-hay-mas-dios-que-el-dinero.html

    En la Barcelona del ano 2000, dos Inspectores de Policia del Distrito 10, comparten rutinas: Marcial, veterano policia desencantado con el sistema, solo espera un inminente ascenso que le permita comenzar su “descanso del guerrero”. Y su buen amigo, Lorenzo, que reingresa a la Policia despues de haber cumplido varios anos de inhabilitacion por una nefasta noche inundada de Bourbon.

  • Chicas de papel y de fuego de Natasha Ngan

    https://gigalibros.com/chicas-de-papel-y-de-fuego.html

    Cada ano, eligen a ocho chicas hermosas que serviran al rey como Chicas de Papel. Es el mas alto honor al que pueden aspirar. y a la vez, el mas degradante. Este ano hay una novena chica.
    Y en lugar de papel, esta hecha de fuego.
    Lei pertenece a la casta de papel, la clase mas baja de Ikhara. A pesar de eso, un rumor sobre sus ojos dorados ha despertado la curiosidad del rey; por eso, la apartan de su hogar y la llevan al opulento palacio, una prision dorada, y su vida queda sometida a los caprichos del Rey Demonio.
    Mientras suena con escapar, Lei comete lo impensable: se enamora.

  • El Senor de la Obscuridad (Cronicas del Horizonte 4) de Kim Richardson

    https://gigalibros.com/el-senor-de-la-obscuridad-cronicas-del-horizonte-4.html

    A LEXA ASERRO la bisagra de la puerta superior de su celda con a pedazo de roca irregular que habia logrado soltar de la pared hacia varias semanas. El fragmento se resbalo entre sus dedos mojados y gimio al sentir el dolor punzante de los bordes afilados cortandole la piel. Se limpio los dedos pegajosos en sus pantalones y resumio el trabajo. Se las arreglo para cortar tres milimetros a traves de la bisagra de acero despues de trabajar casi cada minuto de cada hora, tomando descansos cortos unicamente para dejar que sus manos se repararan a si mismas antes de volver al trabajo. Su piel se volvia a unir, dejando desagradables cicatrices blancas que ahora se habian abierto de nuevo despues de solo un par de horas de trabajo. A este ritmo, seguramente terminare en diez anos , penso. No tenia diez anos. Milo no tenia diez anos . Alexa maldijo. Sus oidos retumbaban y podia sentir el sabor del terror en su boca como metal amargo. "Sigue adelante, Alexa “, insto, tratando de calmarse. “Nunca te detengas. Tu siempre sigues adelante, esa es tu actitud siempre. No puedes detenerte". Suave luz blanca emanaba de un globo flotante, iluminando la piedra negra en calidos tonos dorados. Habia brillado mas cuando Alexa llego por primera vez a su celda, dentro de la prision para angeles el Tartaro, pero ahora parecia que su unica fuente de luz se estaba volviendo mas debil cada dia, reflejando sus esperanzas de salir. El globo parpadeaba, su luz se atenuaba. Pronto se quemaria, dejandola en una oscuridad impenetrable. Alexa aparto la idea. Aunque el tiempo tenia un significado totalmente diferente en Horizonte, continuo marcando el suelo con una linea delgada cada vez que sentia que habia pasado un dia. Si sus calculos eran exactos, habia estado en su celda por un mes, pero se sentia como si hubiesen sido varios anos. No habia tenido visitas. Ni una sola alma vino a verla. Ni siquiera los propios guardias de la prision, las aguilas gigantes, se molestaron en comprobar si estaba aun ahi. Durante la primera semana de su confinamiento, Alexa se levantaba cada vez que oia un rasguno o el sonido de las unas raspando en una superficie dura, con la esperanza de ver a un pastor aleman blanco irrumpiendo en la puerta. Pero Lance nunca llego. Nadie llego. Estaba completamente sola . Los gemidos y lamentos de los otros prisioneros eran sus unicos companeros, y la mayoria de las veces tarareaba y cantaba solo para evitar que sus gritos desesperados interfirieran con su trabajo. Sabia que, si se detenia, si no se mantenia ocupada, caeria en la desesperacion, sucumbiendo a sus gritos como los miles de angeles encerrados con ella. “Maldita sea”. Un dolor intenso repercutio en su brazo. El pedazo de roca rota, cubierto de liquido blanco, cayo al suelo junto a los pies de Alexa. Examino su palma derecha. La esencia blanca se vertia de un corte grande y goteaba por su muneca hacia el suelo. El olor citrico se elevo hasta su nariz, muy diferente del olor metalico de la sangre de su vida mortal. “?Cual es el punto de ser sobrenatural si nuestras manos son completamente inutiles? ” Alexa volvio a maldecir mientras recogia la roca con su mano izquierda y cortaba dos largas tiras de tela de su chaqueta. Luego los envolvio firmemente alrededor de ambas munecas. “No tengo tiempo para esperar a que estas estupidas manos sanen”, susurro y comenzo a cortar la bisagra de nuevo. “Milo no tiene tiempo.” Milo era todo en lo que podia pensar desde su encarcelamiento, especialmente su beso. Habia sido un beso tan apasionado y desesperado y la habia tomado por sorpresa, llenandola de calidez y una abrumadora sensacion de alegria . Alegria. Era extrano sentir una sensacion de este tipo cuando estas encerrado en una celda verde. Pero cada vez que pensaba en sus labios, su cercania, la mirada de nostalgia en sus ojos, las mariposas revoloteaban dentro de ella. Milo se preocupaba por ella. Eso era obvio. Ella nunca se habia dado cuenta de lo mucho que se preocupaba por el hasta que lo vio desaparecer a traves de la niebla negra. Era un dolor terrible, un dolor abrasador que se sentia como ser apunalado por una espada de la muerte en el intestino. La unica manera que podia describirlo era como un vinculo inquebrantable, un vinculo que iba mas alla del reino de la muerte y de los angeles. Al principio de su entrenamiento, Alexa habia aprendido que el amor estaba prohibido en Horizonte. Las relaciones que iban mas alla de la amistad eran motivo de una visita a Tartaro. Los angeles eran soldados, y los soldados no tenian sentimientos intimos. Ellos obedecian ordenes. Obedecian el codigo del angel. “Al diablo con el codigo”, silbo Alexa mientras cavaba mas fuerte. “No soy un robot sin sentido. Tengo sentimientos, me importan las cosas”. Milo era su companero, y ella no lo abandonaria. Ella lo volveria a ver. Ella cavo mas fuerte. Pero el aleteo del miedo se quedo en ella, justo debajo de su caja toracica, junto con una inesperada punzada de dolor. ?Y si ella nunca salia? No. Ella derribaria la puerta de alguna manera. Sin importar como fuera, un dia seria libre . Estaba sola, y ahora en la oscuridad completa. Alexa tambien estaba en la oscuridad sobre los acontecimientos en Horizonte y el mundo mortal. Lo unico que sabia lo que habia dicho la Legion. Lucifer estaba libre. En su estupidez, ella lo habia liberado. No era la primera vez que Alexa habia metido la pata, pero esta era la peor metida de pata de todos los tiempos. Habia liberado al mal, al Senor de las Tinieblas, a la Estrella de la Manana--Satanas. La habia enganado, y como una tonta, ella habia caido en su trampa. Esa noche en Londres, en la Victoria Gate de Hyde Park, Alexa habia sido testigo de primera mano de lo que Lucifer era capaz de hacer. Habia visto arcangeles y angeles en el suelo, azotados por el dolor mientras sus entranas se quemaban. Lo recordaba bien porque ella tambien habia sentido su poder, su mente tragada por la oscuridad. Milo los habia salvado a todos con un acto desinteresado, noble, uno que no creia que hubiera podido lograr. El dolor que Milo sentia al dejarla era evidente en sus ojos, pero ella tambien reconocio otro dolor. Estaba a punto de unirse a su padre querido, el diablo. Alexa no sabia mucho sobre Lucifer, aparte de lo que habia leido y estudiado en Demonologia 101. Era cruel con los mortales y los angeles, pero ?que pasaba con sus hijos? ?Haria dano a su hijo favorito? Ella habia conocido brevemente a los hermanos de Milo en otra realidad en el purgatorio, y solo por esa experiencia, habia reconocido el amor de Lucifer por sus hijos. Pero ?y si el purgatorio lo cambiaba? ?Y si su odio a la Legion iba mas alla del amor paternal? Milo se habia unido a la Legion de angeles, la misma organizacion que Lucifer despreciaba y odiaba por encima de todo. Si Lucifer mataba a Milo por rencor, seria su culpa. Peor incluso era la idea de que ella nunca podria saberlo. Podria vivir sus dias en este agujero humedo y nunca saber lo que le habia sucedido a Milo, su guerrero, su angel de oro. Luego estaba el caos y el apocalipsis que pronto seguirian a Lucifer. Alexa estaba segura de que Lucifer no solo seguiria su camino y viviria su vida inmortal en algun lugar alejado de la Legion. Ella habia visto la furia en sus ojos, la ira a la Legion por ser encarcelado en el purgatorio. Habia dicho que dejaria vivir a los angeles, por ahora. Y eso significaba que su venganza seguiria pronto. Alexa estaba segura de ello. Aun peor, Alexa no sabia si Lucifer y su ejercito de angeles caidos ya habian atacado a la Legion. No habia forma de saber lo que estaba pasando fuera de las paredes de su celda. ?Y si la Legion habia caido y ella y el resto de los prisioneros se podrian en Tartaro por toda la eternidad? Si Lucifer aun no se habia vengado de la Legion, se acercaba. Con la desercion de tantos angeles, la Legion necesitaria todas las almas restantes para luchar. Pero la habian encarcelado, y con razon. Si no fuera por ella, Lucifer seguiria en el purgatorio . Todavia podia ver la cara del arcangel Sabrielle mientras les mentia sobre la llamada espada de hueso. Si hubiera escuchado a Milo cuando el habia intentado advertirle, nada de esto habria pasado. Alexa golpeo la roca contra la bisagra, fingiendo que era la cara de Sabrielle. “Soy una idiota.” Rechinando sus dientes, ella golpeo en la bisagra con toda su fuerza, creando una abolladura minuscula, apenas perceptible. Era demasiado tarde y completamente inutil para revolcarse en la autocompasion. Lo peor habia pasado. Todo lo que necesitaba ahora era hacer las cosas bien de nuevo, rectificar su colosal error. Alexa tambien habia recuperado sus recuerdos mientras estaba encarcelada. Las imagenes se alzaron repentinamente en el ojo de su mente, como fuentes de agua que derramaban visiones de su vida mortal. Recordo a una chica normal y sin perspectivas reales, que tenia un padre ausente y una madre borracha. Al principio, cuando el panico comenzo a apoderarse de ella, trato de medir sus respiraciones, pero luego se dio cuenta de que su cuerpo de angel no tenia necesidad de ellas. Una vez que dejo de medirse, el llanto comenzo. Cuando dejo de llorar, el dolor se asento profundamente en su alma. Kilos de dolor. Hasta que se derrumbo sobre el suelo de piedra fria, tiritando. Por muy loco que sonara, incluso para ella, extranaba a su madre. Y lo que es mas importante, temia que su madre no comiera bien y no se cuidara sola . Alexa se habia ido mucho tiempo. Y una vez que los recuerdos volvieron a su mente, tuvo un deseo abrumador de ver a su madre, aunque solo fuera para asegurarse de que estaba bien. La Alexa mortal no habia sido mucho en la vida. Habia sido ordinaria. Pero en la muerte, seria extraordinaria. Con la muerte de Hades, la conexion entre ellos tambien habia muerto, al igual que sus habilidades de canalizacion de almas. Despues de que su rafaga de emociones paso, Alexa habia sentido que su don especial se habia borrado. Era como si hubiera botado una capa de si misma, una capa de piel, como tirar un viejo abrigo para ponerse uno nuevo. Ella se habia levantado en shock al principio, tratando de volver a casa, a esa luz familiar, el pulso del poder escondido dentro de su alma, pero no encontro nada. No pudo evitar sentirse enojada porque habia perdido la parte de ella que la hacia diferente. La habia hecho especial, mas fuerte que los otros angeles. Por mucho que la hubiera asustado al principio, habia llegado a entender su don y habia llegado a admirarlo e incluso disfrutarlo un poco. La habia hecho sentir unica en un mar gigante de angeles. Pero ahora se habia ido. Una parte de ella tambien habia pensado que su regalo podria haber sido la unica manera de salir de su celda. Ella no lo habia descubierto todavia, ya que no habia almas aqui mas que la suya, pero todavia habia sido una falsa sensacion de seguridad. Sin sus habilidades ni la ayuda de nadie mas, Alexa tenia que depender unicamente de su ingenio. Fue entonces cuando decidio que la unica salida era a traves de esa puerta. Si podia quitar las bisagras, podria abandonar su celda. Pero ?como iba a salir de Tartaro? Era un cubo negro flotante gigante en medio del cielo. La unica salida era saltar y morir o dar un paseo en las garras de un aguila, que habia jurado que era una experiencia que nunca mas queria experimentar. “?Como diablos voy a salir de este cubo?” Un sonido partio el aire, y la mano de Alexa se congelo en el aire. Era un grito agudo, un sonido de pura emocion, no como los gritos y lamentos de terror a los que se habia acostumbrado. Era un grito feliz, casi demasiado feliz. Polvo y guijarros cayeron sobre Alexa. Miro a la puerta de su celda mientras el suelo temblaba por debajo de sus pies. “Vaya, esto nunca ha pasado.” Y justo cuando quiso echar un vistazo a traves de la pequena ventana por encima de la puerta de su celda, hubo un boom ensordecedor … y luego la puerta volo de sus bisagras.

  • Deseo salvaje (Weretigers 1) de Brianne Miller

    https://gigalibros.com/deseo-salvaje-weretigers-1.html

    Era una calurosa noche de un sabado de agosto. Aileana bailaba con unas amigas en el pub de moda de la ciudad... hasta que le vio. Se quedo quieta, muy quieta, mientras el hombre que habia captado toda su atencion se acercaba lentamente. Ella solo le veia a el, y parecia como si el solo la mirase a ella. Su pelo, que llevaba por los hombros, era ebano pulido. Sus ojos, depredadores, recordaban el verde intenso de los prados de las Highlands. Iba vestido con sencillez, solo una camisa y un pantalon negros, y en su pecho descansaba una sencilla medalla de oro colgando de una fina cadena. Cuando estuvo a tan solo un suspiro de ella, la cogio suavemente de la nuca y acercando la boca a su oido, le susurro: "Eres mia, dulce Aileana". Ella estaba hipnotizada por el perverso brillo de esos ojos, pero cuando las palabras del extrano penetraron en su mente, recupero la consciencia lo suficiente para mirarle fijamente a los ojos y acertar a contestarle: "Que te crees tu eso". El hombre la miro divertido y solo sonrio, una sonrisa que en otras circunstancias Aileana deberia haber tenido el sentido comun de temer. La beso suavemente en la mejilla y le dijo: "Ya lo veras, amor mio, no te libraras tan facilmente de mi, y llegara el dia en que no te resistas. Te lo prometo". Tras una carcajada perversa, la beso salvajemente en la boca y se fue. Aileana estaba despierta. Eran cerca de las 4 de la madrugada del lunes y no habia conseguido dormir ni dos horas desde la noche del sabado. Cada vez que cerraba los ojos veia al demonio que la habia reclamado como suya con tan solo una mirada. Y si se quedaba dormida tenia horribles pesadillas con el. Ademas, ?como sabia el desconocido su nombre? ?Seria que alguien intentaba gastarle una broma? ?Sus amigas se habian propuesto desmentir sus palabras? Desde su divorcio hacia mas de un ano, siempre habia dicho que no necesitaba a ningun hombre, preferia estar sola que pasar por otro desengano. Empezo a quedarse dormida. Una pequena rafaga de viento abrio las puertas del balcon de su dormitorio, y el aire fresco de la noche se colo hasta su cama. "Duerme, amor mio" dijo el viento. "Duerme y olvidame por ahora. Pronto te buscare y reclamare lo que me pertenece, pequena mia. Pronto, muy pronto, no podras deshacerte de mi, y acabaras siendo una criatura de la noche como yo". Aileana se removio incomoda entre las sabanas, y el hombre escondido tras el viento sonrio. Ni dormida iba a ponerle las cosas faciles, pero en cuanto la vio supo que ella seria la elegida. No tuvo que hacer nada, su alma se lo dijo. Acaricio suavemente el pelo de la joven, la beso una ultima vez, un leve roce en sus labios rosados, se levanto de la cama y salio de la habitacion tal como habia entrado. Como una rafaga de viento. Introduccion En las calles oscuras de Edimburgo existe una criatura demoniaca cuyas victimas son mujeres que osan pasear solas por sus calles a altas horas de la madrugada. Es el senor de la oscuridad, tambien conocido como Sammael. Su forma humana excede la belleza terrenal: su pelo oscuro y sus ojos esmeraldas hipnotizan a las jovenes inocentes cuando se lo encuentran en persona. Es entonces cuando las seduce para obtener de ellas el placer carnal. Pero es mas tarde, cuando vuelven solas a casa, cuando una rafaga de viento las envuelve, y el demonio escondido en el cuerpo del adonis se las lleva a su morada para absorber de ellas hasta la ultima gota de esencia vital, haciendolas desaparecer para siempre de la faz de la tierra. De entre todas ellas, una sera la elegida para seguir la estirpe. Una humana poseedora de una vitalidad y unas caracteristicas especiales sera la encargada de engendrar a su hijo y heredero. Sammael la reconocera por instinto y la dejara sin consciencia. La mujer sera como una marioneta entre sus manos, y la utilizara una y otra vez hasta dejarla embarazada. Sera tratada con el mas minimo cuidado hasta que nazca su hijo, y morira en manos de este, siendo su primer alimento. Pero, igual que los licantropos protegen a la humanidad de los vampiros, existen otros seres, mitad felino salvaje mitad humano, que defienden a las mujeres de Sammael: son los Weretigers. Y hay uno de ellos en particular, cuya belleza como animal es similar a su belleza humana. Solo el puede ser el monarca de su especie. El tigre blanco, un animal de belleza infinita y corazon puro. El es el ser mas temido por el senor de la oscuridad. Su nombre se le atasca en la garganta, su olor le produce pavor. El es el protagonista de esta historia. Su nombre es Nahuel. Capitulo 1 La congregacion de los Weretigers estaba reunida. Sus seis miembros estaban sentados en el salon de su monarca esperando instrucciones. La noche anterior habian salvado a una chica de caer en las garras del senor de la oscuridad, y tocaba hacer balance. Llevaban cerca de un ano al mando de Nahuel, desde que el padre de este cedio el trono a su hijo primogenito para retirarse. Nahuel miro uno por uno a sus companeros. Cuatro hombres y dos mujeres llenos de coraje y determinacion que habian hecho de los Weretigers toda una leyenda. En los meses que llevaba al mando habian salvado a tantas inocentes que habian perdido la cuenta. Todos eran familiares suyos. Excepto el, todos tenian nombres biblicos; toda una ironia, pues sus origenes no podian ser mas paganos. Su herencia cambiante tiene sus origenes en una maldicion. Cuenta la leyenda que una bruja se enamoro perdidamente de un campesino. Era el hombre mas apuesto y viril de la comarca, y todas las chicas estaban enamoradas de el. Pero el solo tenia ojos para la hija de su senor, y la amaba en silencio, conformandose con verla unicamente en la distancia. Cuando la bruja declaro su amor al campesino, el la rechazo amablemente, pero el resentimiento de la joven fue tal que le lanzo un hechizo: lo convirtio en un tigre albino. El dolor y la sed de venganza le convertian inexorablemente en felino, pero descubrio que tambien podia convertirse a voluntad. Desde entonces utilizo su poder para defender a los inocentes. Y desde que diez siglos atras apareciera Sammael, su esfuerzo se habia limitado a salvar a las jovenes inocentes a quienes este utilizaba para alimentarse. El ultimo equipo de defensa era realmente efectivo. Su hermano Gabriel siempre le cubria las espaldas. Era su principe y heredero mientras Nahuel no tuviese hijos propios. Su forma licantropa era una pantera de las nieves. El mas extrovertido y vivaz del grupo, siempre estaba dispuesto a animar el ambiente cuando este se tornaba sombrio. Ellos eran los miembros de mas edad de la sociedad. Entre los dos dirigian la empresa familiar: la cadena de hoteles mas prestigiosa de Escocia. A su hermano Gabriel le seguia su primo Abel. Hijo del hermano de su padre, su forma de Weretiger era el guepardo. Experto en informatica, se encargaba de la tecnologia que usaban en su lucha contra Sammael. Los gemelos Uriel y Adriel iban a la zaga. Adriel era medico cirujano y se encargaba de sanarlos si Sammael los heria. Su Weretiger era la pantera negra. Uriel, la mayor de las hembras, era jefe de policia. Con ello se aseguraban que nadie descubriera su existencia. Cuando se transformaba era un leopardo. La siguiente en la lista era Amathiel. Su prima era la abogada de la familia. Y como Weretiger se transformaba en tigre. El benjamin de la familia era Ithuriel. El hermano pequeno de Abel se transformaba en leon. Era un poco alocado, Solo tenia veinte anos. Aun estaba en la universidad. Nahuel miro uno por uno a su equipo. Ante la atenta mirada de su rey, todos los presentes guardaron silencio. --Todos sabeis por que estamos reunidos hoy aqui. Los ataques de Sammael han aumentado en los ultimos meses de manera alarmante, y debemos tomar las medidas oportunas para evitarlos. --El mes pasado ataco a doce mujeres en un radio de treinta metros --dijo Gabriel--. Creemos que esta buscando a alguien. --Si, pero ?a quien? --pregunto Uriel. --Pensamos que esta buscando reproducirse --contesto Nahuel--. Despues de doscientos anos debe estar viejo y cansado, y necesita un heredero. --?Y por que simplemente no deja embarazada a una mujer cualquiera? -- argumento Abel. --La elegida tiene que poseer unas caracteristicas especiales para poder engendrar al proximo senor de la noche --contesto el principe--. Debe ser lo suficientemente fuerte para no morir en el intento. --Contamos con una pista importante --dijo Nahuel--. La elegida vive en el radio de accion de Sammael. Quiero que todos busqueis discretamente en la zona. Tenemos que dar con ella antes que el. --?Y como la encontraremos? --pregunto Ithuriel. --La mujer tiene una marca de nacimiento peculiar --contesto Gabriel--, una estrella de David en la muneca derecha. --Tenemos que encontrarla y traerla al cuartel general --anadio el monarca--. Es el unico sitio en el que podemos mantenerla a salvo. Cuento con vosotros. No me decepcioneis. Una vez terminada la reunion, Nahuel y Gabriel se reunieron en la casa del primero. Por razones de seguridad, habian convertido un antiguo castillo en cuartel general y vivienda familiar, y las dos casas de invitados que habia en el jardin habian sido convertidas en las viviendas de los dos hermanos. --Nahuel, ?estas bien? --pregunto Gabriel-- Te noto preocupado.

  • Volvieron cantando de Valerio Cruciani

    https://gigalibros.com/volvieron-cantando.html

    Son las navidades de 1898, en Paris acaban de firmar el tratado de paz entre Estados Unidos y Espana y la guerra de Cuba se zanja tras miles de muertos y heridos en una desastrosa derrota.

  • Jamas imagine, Fabiana Peralta de Fabiana Peralta

    https://gigalibros.com/jamas-imagine-fabiana-peralta.html

    Nicole Blade conoce demasiado bien la soledad y lucha cada dia para deshacerse de su pasado, tratando de ser una chica normal y vivir un romance ardiente y legendario, de esos que te cambian la vida. Sin embargo, cuando esta a punto de hacer realidad su propio cuento de hadas, los fantasmas del pasado regresan y ponen en peligro su precaria estabilidad emocional.

  • Atrapa tu sueno de Sandra Estevez Calvar

    https://gigalibros.com/atrapa-tu-sueno.html

    Tamara trabaja como guia turistica en el ayuntamiento de Ortigueira y vive en la casa familiar con su madre, Violeta, el actual marido de esta, Valentin, los cuales regentan un hotel rural, y sus dos hermanastras gemelas, Uxia e Iris. Esta ultima la odia y siente mucha envidia de ella. En varias ocasiones y contando con la ayuda de Noelia, su madre biologica que estuvo varios anos en prision por asesinar a su tia, logro atentar contra la vida de la joven, obligandola a abandonar su hogar. Lia, su mejor amiga, la convence para que comparta vivienda con su hermano, Mateo, el atractivo medico que la habia atendido en el hospital. Este mantiene una relacion un tanto compleja con Isidora, una fogosa chilena de armas tomar y con muchos secretos. Para ella, Mateo es solo un amante entre muchos otros de una gran lista y Lia se encargara de desenmascararla. Un thriller romantico con mucho humor, pasion y suspense que te hara viajar a los hermosos acantilados de Loiba.

  • Corvette rojo. Salvando a Paco de Brian Stewart

    https://gigalibros.com/corvette-rojo-salvando-a-paco.html

    Mucha gente viene a los Estados Unidos para escapar del gobierno totalitario y encontrar una nueva forma de vida. La mayoria de los que lo hacen oir se mezclan rapidamente y se vuelven muy exitosos. La vida no fue tan buena para Paco cuando su empleador Big Pete fue asesinado y Paco fue culpado por su muerte y luchando por su vida.

  • Sin Memoria En La Piel de Ricardo Hansen

    https://gigalibros.com/sin-memoria-en-la-piel.html

    Creyo escuchar que alguien, a sus espaldas, habia pronunciado su nombre, detuvo la marcha y se volteo. Lo ultimo que vio fue el fogonazo que salio del canon de la Beretta calibre 22, pero nunca escucho el sonido del disparo. Murio antes. Antes de oir el siseo, antes de estallar su rostro contra el empedrado, antes de todo. Y quedo alli, arrumbado, con sus piernas confusamente encimadas una por sobre la otra, los brazos extendidos y sus ojos abiertos con expresion de horroroso desconcierto. La lluvia ha comenzado a caer repicando notas funebres sobre su cuerpo inerte. Para el no habra mas amaneceres ni fiestas de guardar, solo un largo viaje con destino incierto. Los periodicos de manana tendran aquella imagen en sus portadas y en todos los noticieros no se hablara de otra cosa que de su muerte. Curiosamente, el senador Francisco J. Barleti tendra, por fin, la atencion de la prensa por la que tanto bogo en vida, solo que esta vez, no servira a sus propositos. Para algunos, fue un hombre probo, ejemplar; para otros un inescrupuloso que utilizo a la politica para engrandecer sus arcas personales. Para Soledad Starova, la bestia que la sometio a espantosos vejamenes por mas de dos anos. Pero ella ya no podra leer esta gacetilla. Hace tres dias entro en coma agudo luego de que el senador Barleti, junto a un grupo de serviles amigos, sobrepasaron la dosis de cocaina que le inyectaron a sus venas para dominar sus instintos y asi gratificarse con la juventud de su cuerpo. De nada sirvieron sus ojos suplicantes e inundados de llanto. Ninguno de ellos sintio ni el minimo remordimiento por lo que iban a hacer. Su afan por poseerla les produjo reconcomio y les nublo la razon. Apenas quince anos tenia cuando, bajo reptiles enganos, la indujeron a inhalar por primera vez. Promesas de mejor vivir y placeres desmesurados la convirtieron de la noche a la manana en un despojo humano. Ya con su piel sin memoria, perdio su aspecto rozagante. Hoy, Soledad Starova, aparenta muchos mas de los diecisiete anos que acusa su documento de identidad. Solo un milagro le devolvera la vida. Y si ello ocurriera, esta no sera grata. Un solo disparo y efectuado con municion pequena, fue suficiente para abatir los adiposos ciento veinte kilogramos del senador, que se derrumbo sin la gracia ni la elegancia de su traje con diseno de Armani. Nadie acudio en su auxilio, porque tampoco nadie escucho la detonacion. El supresor adosado al cano de la pistola lo habia impedido. A lo lejos se escucha el carrillon de un reloj de pared que anuncia que es la hora veintitres. Todo esta quieto y hasta los sonidos se habian ocultado con el advenimiento de la noche. El cuerpo de Barleti se enfria rapidamente y pronto estara yerto. Es invierno y, a estas horas, la temperatura del aire es muy baja. Las calles estan desiertas y quizas transcurra mucho tiempo antes de que alguien descubra su cadaver. Murio solo, sin la compania de ninguno de sus festejadores y nadie que lo eche de menos. Ni su esposa, ni sus hijos. Todos, en su familia, estaban habituados a su ausencia porque rara vez dormia en su cama. Ellos jamas imaginaron que, a estas horas, su cuerpo se endurecia retorcido a tan solo unos pasos de alli. Mientras tanto y desde otro lugar... --Hola mi amor, Mama ?ya llego? --pregunto el inspector Marques por telefono. --!Hola Papa! No, aun no, pero recien llamo y me dijo que estaba en camino. --Esta bien, pequenita, si la ves, decile que llegare mas tarde, que hare la ultima ronda de la noche y voy a casa… --Si, Papa... les dejare la cena en el microondas. Ahora me voy a dormir porque manana tengo escuela. --No te preocupes por mi... seguramente comere un sandwich en el bar del polaco. !Anda a descansar, hija, que es tarde! El Inspector de policia Eugenio Marques nunca penso que aquella noche comenzaria una de las investigaciones mas intricadas de su carrera. El Sargento Torres, al volante de la patrulla, condujo en reverente silencio. El hombre que esta sentado a su diestra es uno de los policias mas valerosos y admirados de la fuerza. Apenas habian transcurrido dos minutos de iniciada la ronda nocturna cuando ambos escuchan una alerta por radio. Alguien habia hallado el cadaver de Barleti. Torres hunde el pedal del acelerador y conduce a toda velocidad. El incesante ulular de la sirena y el chirrido de los neumaticos al doblar las esquinas inunda con sus sonidos a las calles ya desiertas. Toda la paz de la noche se quebro de pronto por la prisa estridente de los policias. A lo lejos se divisan las luces LED intermitentes de los patrulleros que arribaron primero. Marques desciende de la patrulla y con algo de fastidio se acerca al cuerpo ya tieso del senador mientras se coloca los guantes de latex. En cuclillas y frente a el, observa el pequeno y casi imperceptible orificio en medio de la frente, tan solo a un centimetro por encima de sus ojos, aun abiertos, pero sin brillo. Una sola gota de sangre, ya seca, habia manado del hueco que abrio la bala. --?Alguien sabe quien es? -- pregunto --Si, senor... es el senador Francisco Jesus Barleti, segun rezan sus documentos -- respondio un agente que permanecia de pie y por detras del inspector --!Mierda! !Ahora si que estamos hechos! Un senador... !carajo, un maldito senador! Pronto esto sera un hervidero de periodistas... !rapido, quiero un cordon de seguridad a dos cuadras a la redonda! Que nadie pase sin mi autorizacion... ?Llamaron a la Fiscalia?… --nadie le responde y entonces-- ?Alguien me escucha, carajo? ?Llamaron a la Fiscalia? -- grito ofuscado. Estaba molesto porque este hecho seguramente lo tendra en vilo lo que resta de la noche. Marques no se equivoco, diez minutos mas tarde, los agentes no daban abasto para contener a periodistas y curiosos que se agolparon sobre las cintas policiales, con preguntas insistentes, histrionicas y repetitivas. Entre tanto, su telefono celular no paraba de sonar...la prensa nacional y tambien la internacional, politicos de toda indole, algunos, colegas del occiso. Antes lo llamaron desde la jefatura de policia y hasta del Ministerio de Seguridad. Todos querian confirmar la noticia; todos conocian al senador Barleti... todos, menos el. Eugenio Marques jamas habia escuchado su nombre. No le interesa la politica; de hecho, la detesta, esta convencido que los funcionarios solo se sirven de ella para satisfacer las necesidades acomodaticias de holgazanes y parasitos y dictan leyes para sus propios beneficios. Sostiene que la unica finalidad que persiguen es la de enganar a sus votantes, sea como sea, y para probar sus acepciones repite para si aquella frase que dice que los politicos solo tienen una regla:" Si no puedes deslumbrar a las masas con tu inteligencia, desconciertala con estupideces". Pero, el es un servidor publico y no puede exteriorizar sus preferencias. Solo Victoria, su esposa, sabe lo que opina al respecto. --?Inspector? Soy el Fiscal Julian Ramirez, usted y yo vamos a trabajar juntos en este caso. El Jefe Valdes lo recomendo enfaticamente. Lo quiero en mi oficina manana a primera hora. --!Esta bien, doctor!… pero no me aclaro que es, para usted, "a primera hora" ... --Las siete AM... ?esta bien o es muy temprano? --Marques asiente con la cabeza --Ok, manana, entonces...y, por favor, no llegue tarde, "inspector" --concluye el fiscal enfatizando la ultima palabra. Aquella relacion habia comenzado mal. La actitud del Fiscal fue demasiado arrogante para el inspector y pocas son las cosas que el repudie mas. Eugenio Marques es un hombre recto, educado y generalmente cortes, pero tambien es un hombre de pocas palabras y cuando alguien, imprudentemente, se refiere a el de manera altanera, suele responder con rispidez. Pero, esta vez debera contenerse, al menos, si quiere evitar un sumario administrativo con la consiguiente suspension sin goce de sueldo. Demasiado bajo es su salario y demasiado altos sus gastos. Observa la hora y maldice nuevamente... --?Pero, miren la hora que es? ?Es que ya nadie asesina de dia... donde quedaron los codigos del delito? --dijo ante la mirada atonita de sus subalternos. Nadie le respondio, algunos disimulan una sonrisa complice desviando la vista hacia otro lado. Marques, se encogio de hombros y se encamino hacia la patrulla. Concluye que ya es momento de retirarse. --!Torres, acerqueme hasta mi casa! -- le ordeno a su chofer. Durante el viaje, procura no pensar en el caso del senador. Intuye que esto es el comienzo de algo complejo. Ya habra tiempo manana, para eso. Solo quiere llegar a su cama y dormir profundamente las pocas horas que le quedan. La patrulla se detiene enfrente de su domicilio. Marques desciende y saluda a su chofer con un gesto de mano, pero nada dice y tampoco lo mira, solo lo saluda. Busca sus llaves en el bolsillo trasero de su pantalon de gabardina, pero antes de introducirla en la cerradura de la puerta, mira hacia la cochera y ve que el porton levadizo esta a medio cerrar. Se extrano porque Victoria no suele ser tan descuidada. Decide ingresar a la casa por alli. No bien entro, busco el comando de cierre, oprime el boton de color rojo y el porton finaliza el recorrido. Al pasar al lado del automovil de su esposa, apoyo sobre el una de sus manos y noto que el capo esta aun caliente. Sobre el techo, el mastil de la antena esta fuera de lugar, arrancada de cuajo y solo retenida por el cable interno de la radio. Le resto importancia y subio las escaleras que conducen a la planta alta donde estan dos de los cuatro dormitorios que tiene la vivienda. Su plan es besar a Victoria y luego regresar a la cocina para servirse un bocado. Siente apetito, pero el amor es mas fuerte y jamas osaria sentarse a comer sin antes haberla saludado. Creyendo que ya duerme, abre sigiloso la puerta del dormitorio, pero para su sorpresa ella no esta alli... desde el bano se escucha el sonido del agua caer y entonces se asoma despacio, sin hacer ruido. Y entonces, la vio. Aquella imagen borrosa de Victoria desnuda bajo la lluvia caliente es para Eugenio una pasional llamada de amor desenfrenado. Todas sus hormonas se movilizan y bloquean su raciocinio. Y cavila: "una de la manana, Micaela durmiendo en su cuarto, mi hermosa esposa desnuda e indefensa al alcance de mis manos y yo con una ereccion como hace tiempo no ocurre... eso no sucede muy a menudo" y sin dudarlo se quito la ropa y sorprendio a su mujer. --!Ay, que susto me has dado... sos un tonto! -- exclamo ella, creyendo que se trataba solamente de una travesura inocente de su esposo. Pero, como al descuido, una de sus manos rozo la rigida evidencia de que sus planes de descanso deberian esperar un poco mas. Eugenio y Victoria se excitan con facilidad; los anos que llevan juntos solo han potenciado la mutua atraccion sexual. Pocos son los secretos que aun conservan en la intimidad de sus pensamientos y muchos de ellos son fantasias que afloran en el momento justo para fomentar la gravitacion carnal. Son creyentes practicantes. Las oraciones son parte importante en sus vidas y los domingos de misa, citas irrenunciables. Pero, en sus encuentros amatorios, todo esto queda de lado. El sexo es fundamental en su relacion y, como en la guerra, todo vale. Y entonces, el aire se vuelve concupiscente, todo es placer, todo es lujuria, todo es desenfreno y, aunque atente contra sus preceptos rectilineos, si hay goce, es licito. Pronto, Victoria nada puede hacer para mitigar sus libidines quejas y gemidos sordos. Su pudor y su recato han quedado sepultados bajo los influjos excitantes de la lubricidad y la lascivia propuestos por los embates broncos y voluptuosos de Eugenio. Mas tarde... sobreviene la calma. La sudoracion comienza a desaparecer y las respiraciones se vuelven cansinas. No hay palabras entre ellos, solo sutiles sonrisas de satisfaccion y sus miradas clavadas en puntos imaginarios del techo. En eso, el sonido estridente del timbre del telefono de Eugenio, rompe con el hechizo sexual... --Marques habla...si doctor, digame... !nooo, no me desperto, descuide!… Oh, !por Dios!… enseguida salgo para alla... --?Que ocurre, mi amor? -- pregunto Victoria --Otro muerto...otro senador --?Como que otro senador? --Si, hace unas horas alguien mato al primero y ahora aparecio muerto otro. --!Por Dios! ?Que esta pasando aqui? --No lo se... un loco, seguramente --?Un loco? Mi amor, !es un asesino...! --!Mmmmh! --?Que queres decir con... mmmmh? --Es un misterio... aqui nunca pasa nada y de pronto pasa de todo. Esto no es un simple asesino... aqui hay otra cosa por detras. Dos senadores y del mismo partido politico... !Mmmmh! --Quizas los asesinos sean mas de uno... --acota Victoria --Es probable... ambos fueron muertos con metodos diferentes CAPITULO II El cuarto, abigarrado con objetos pensados para el placer sexual, estaba en penumbras. Espejos por aqui y por alla, un sillon Kama Sutra de color cinabrio y una enorme cama oval en el centro de la habitacion. El aire enrarecido con perfumes baratos no logra evitar que el olor a muerte inunde con su pestilencia aquel lugar. El senador Rogelio Hasko yace desnudo en el jacuzzi del albergue transitorio con evidentes signos de haber perecido por asfixia por sumersion. A excepcion de una de sus piernas, todo su cuerpo permanece bajo el agua. El Inspector Marques, observo detenidamente el cadaver, pero sin moverlo. Fue entonces cuando algo capto su atencion y se procuro ayuda con una cuerda de nylon para levantar la mano izquierda del occiso. Noto que las yemas de los dedos indice y pulgar tienen una marca extrana. Es una linea bien definida, morada y recta, como si se hubiera aferrado de algo filoso antes de morir. Pero es solo eso, una marca en la piel, no una herida. A la derecha y muy cerca de alli, una puerta mal cerrada. Por el resquicio se filtra algo de luz. Marques la abre y descubre vestigios de vapor en el sector de la ducha, un albornoz mojado en el piso y un grifo mal cerrado. Alguien habia estado recientemente alli. Sentado en una pequena poltrona y aun conmocionado, el conserje es atendido por una enfermera que le ha aplicado un sedante. Marques se acerca a el y... --?Fue usted quien descubrio el cadaver? --Si, senor... --?Alguien mas vio al muerto? --No lo creo...estaba solo cuando entre... --?Por que entro? --Llame por telefono interno a esta habitacion para avisar que el tiempo habia acabado y como nadie me respondia, me acerque hasta aqui y toque a la puerta. Lo hice, al menos, tres veces y nada... nadie respondio. Fue entonces cuando mi jefe me ordeno que abriera con nuestra llave maestra. --?El estaba aqui con usted? --No, me lo dijo por telefono... --Y despues de hacerlo, ?que fue lo que hizo? --Volvi a hablar con mi jefe y el me dijo que llamara al 911 --?Toco algo, despues de eso? Digo... alguna copa, al cuerpo del occiso, su ropa o ?algo? --No, senor...cerre la puerta y sali corriendo --Y despues, ?Que hizo? --Mi jefe me dijo que llamara a los demas huespedes para avisarles lo que habia ocurrido... --Y, ?por que hicieron eso? ?No pensaron que la policia querria interrogarlos? --No lo se, senor... supongo que nadie sabria nada y ademas querrian salvaguardar sus identidades. --Ok, necesito ver los registros de las camaras de seguridad del complejo --Si, senor, pero le advierto que solo se captan imagenes de autos cuando ingresan y cuando salen, no vera rostros en ellas. Marques regresa hasta la banera y observa los controles del hidromasaje. Jamas habia disfrutado de un bano relajante en una tina como esta e intrigado le pidio al conserje que se acercara hasta alli. --?Sabe? Nunca pude comprar un aparato asi y siempre desee tener uno... ?me puede explicar para que son estos controles? El hombre lo miro extranado. Se pregunto como era posible que se preocupara por semejante nimiedad teniendo enfrente de si a un espantoso cadaver. Estuvo tentado a responderle que el tambien desconocia como encenderlo, pero algo vio en aquellos ojos frios que lo detuvo y supo de inmediato que esa seria una pesima idea. Entonces le explico como funciona el sistema... --Lo primero que debe asegurarse es que la banera tenga suficiente agua antes de encender la bomba del hidromasaje. Lo demas es sencillo, con esta perilla lo enciende y con esta otra regula la intensidad de los chorros de agua y, ademas, este modelo posee un regulador de temperatura. El inspector lo escucho con atencion y no pudo resistir el impulso y movio con torpeza a una de las perillas. Y esta cayo al piso... estaba suelta. Marques, en sus ratos libres, estudio electricidad domestica en cursos dictados por internet y adquirio suficientes conocimientos que le sirvieron para reparar algunos cortocircuitos en la instalacion electrica de su propia casa. Sabia lo que hacia cuando, con la cara posterior de su dedo indice y un rapido movimiento, rozo el metal que quedo al descubierto. Recibio una pequena descarga electrica. Fue entonces cuando comprendio lo que habia sucedido en ese cuarto y ordeno... --!Que nadie se acerque aqui... hay peligro de electrocucion! Y, dirigiendose nuevamente al conserje, le pregunto... --?Noto algo raro con la electricidad esta noche? --No, Inspector. --Cuando ingreso a la habitacion, ?habia alguna luz encendida? --Si, ahora que lo menciona si. Lo extrano es que habia demasiadas bombitas encendidas, cuando en estos sitios suele ocurrir todo lo contrario... --!Esta bien! Por favor, interrumpa la electricidad en este cuarto. Voy a necesitar esta perilla como prueba. Luego de verificarla, se la devolvere, ?esta bien? --Si, claro, Inspector, lo que usted diga... --respondio sorprendido el conserje. Afuera de la habitacion se ha generado un gran tumulto. Gritos y protestas alteran la paz del lugar. Unos pugnan por ingresar aduciendo ser familiares y otros se justifican por llevar en sus solapas un identificador de prensa. Entre todos, se abre paso el fiscal Ramirez, que recien llegado, se acerca a Marques mientras observa al occiso con suficiencia. Nada dice aun. Es evidente que no quiere arriesgar una hipotesis por temor a equivocarse. Pero Marques es un zorro viejo en esto de las disputas de poder entre la policia y los juristas federales y tambien quedo en silencio. Fue entonces cuando el fiscal pregunto... --Segun su parecer ?que fue lo que ocurrio aqui? --Para mi, murio ahogado, Doctor...--respondio Marques, sin mirarlo y sin explicitar demasiado. --?Puede ser mas claro, inspector? Ya veo que murio ahogado, !no soy estupido! --No puedo asegurarlo, pero creo que se electrocuto con la perilla del control de temperatura del agua, se sumergio y no logro sobrevivir... --Ah, ok. Entonces vamos a caratularlo como un accidente --afirmo satisfecho de su conclusion porque asi, esta no seria una investigacion prolongada. El fiscal observo la hora en su reloj pulsera y sin despedirse se dirigio hacia la puerta de entrada. Marques no soporta los aires de superioridad de algunas personas, especialmente cuando no tiene mas alternativas que trabajar con ellas. Decidio escarmentarlo, aunque esto significara mas trabajo para el y, como siempre, los laureles de la victoria para el fiscal. --!Lamento contradecirlo, Doctor Ramirez! El hombre, al escucharlo, se detuvo y permanecio estatico por unos instantes, con la mirada fija hacia adelante. Luego volvio sobre sus pasos. Ahora sus gestos denotaban un claro fastidio. Ramirez es un hombre orgulloso de su profesion, pero odia el contacto permanente con los hombres de la policia. De hecho, los considera de una casta muy inferior a la suya y si, ademas, demuestran inteligencia, mucho peor. Y asi es el trato que les dispensa. Se acerca a Marques y cuando sus rostros estuvieron enfrentados a escasos centimetros, en tono altanero le pregunto... --Marques...Marques... ?Que es lo nuevo que tiene para decirme? --Que no murio por accidente... el Senador fue asesinado --Y, ?como esta tan seguro de eso? --La perilla del control de temperatura del agua fue quitada adrede. Cuando llegue estaba colocada en su lugar. --Y ?como sabe que se electrocuto con esa perilla? --No dije eso... dije que la perilla habia sido quitada a proposito y al tocar el metal, recibio una descarga electrica. Las marcas que tiene el muerto en sus dedos, asi lo sugieren, Doctor. --Ok, no entiendo mucho de electricidad, pero se supone que, aunque falte el aislante plastico de la perilla, esta no deberia producir una descarga, ?verdad? --Asi es... pero aqui, la conexion fue alterada. La revise y descubri un cable agregado de manera tal que, cuando alguien tocara el control, se electrocutaria de inmediato. El asesino estuvo aqui antes, altero los controles y cuando se aseguro que el senador habia fallecido, coloco la perilla en su lugar y disimulo pruebas para que deriven la investigacion hacia una muerte accidental. Mas tarde, abandono el lugar. --Bien... es creible su tesis. Pero ?como sabia el asesino que el senador vendria exactamente a esta habitacion? --No lo se aun, Sera materia de investigacion. --?Ya vieron las imagenes de las camaras de seguridad? --No, pero hasta donde se solo se pueden observar vehiculos que ingresan y egresan, pero no se distinguen rostros. --!Tonterias! Quiero ver esos videos... nuestros tecnicos pueden mejorarlos de manera tal que sepamos quien ingreso al hotel con el senador. --De acuerdo, Doctor. Manana a primera hora las tendra en su despacho... --Creo que no me entendio... los quiero ahora mismo Marques miro al conserje y este asintio con la cabeza. --Ok, traigalos ahora, entonces -- le dijo Rato despues, en la oficina del Fiscal... --Senor, revisamos las imagenes, pero no hallamos nada que nos de un indicio de quien pudo ser el atacante. Muestran cuando ingresa el automovil del senador, a quien se lo ve claramente, y a su lado, una mujer. Pero ella lleva lentes oscuros y sombrero. Ademas, se tapa la cara con una de sus manos. Lo lamento, pero no pudimos identificarla. --?Como saben que es una mujer? --pregunto Marques --Porque hay otra filmacion que muestra a una mujer, o al menos asi lo parece, que un rato despues sale corriendo despavorida de la habitacion. --?Se puede saber la hora en que ingresaron y en la que esta supuesta mujer huye? -- inquirio el Fiscal --Si, 00:22 ingresan y 00:48 se ve a la mujer saliendo. --Y, despues de ello... ?hay mas movimientos? --No lo se... no continuamos viendo... --Haga correr la cinta de nuevo, por favor... --ordeno Marques. El ayudante del fiscal proyecto la cinta desde el momento en que sale la mujer y Marques le pidio que lo haga desde el principio, cuando ingresan al albergue transitorio. Es entonces que se observa el automovil llegando a la cochera de la habitacion y tambien cuando descienden el senador y su acompanante. Minutos mas tarde, se observa a la mujer huyendo, pero en ningun momento mira hacia las camaras de seguridad. La cinta continua avanzando y de pronto, alguien mas aparece en escena... es a todas luces un hombre, de contextura pequena, con un abrigo largo de color negro, sombrero y anteojos oscuros. --Que venga alguien de tecnica --ordeno el Fiscal Ramirez --quiero que identifiquen a esta mujer, sea como sea. Y que sea rapido, ?me entendieron? Ella nos dira quien era el sujeto que sale mas tarde. --Si, senor, enseguida

  • Lecciones de amor de Ali Cronin

    https://gigalibros.com/lecciones-de-amor.html

    Cuatro chicas, tres chicos. Casi 18 anos. Todos tan reales como tu.

  • Pasion Indomita (Kavanagh 1) de Emily Blayton

    https://gigalibros.com/pasion-indomita-kavanagh-1.html

    Sophia Carrington parecia destinada a la solteria. Sus escasos talentos para el flirteo, su dote escasa y una madre recalcitrante y enfermiza que trata de convencerla de que ella no esta hecha para el matrimonio, todo parece conspirar para que se convierta en la solterona de la familia.
    Hasta que conoce a Ephraim Kavanagh, el irlandes. Un caballero guapo y fascinante pero con un oscuro pasado.
    Los lugarenos huyen de ese hombre y se santiguan a su paso. Aseguran que tiene una pesima reputacion y que en verdad esta maldito.
    Todos le advierten que es muy mala idea tener amistad con ese irlandes, pero ella esta harta de hacer siempre lo correcto…

  • Mientras Sonabamos Mirando al Cielo de C.g. De La Cruz

    https://gigalibros.com/mientras-sonabamos-mirando-al-cielo.html

    ?Que sucede cuando no consigues olvidar?
    ?Volvera Amelia a creer en el amor?
    ?Conseguiran Aiden y Xavier volver a entrar en su vida?
    En esta segunda parte de la bilogia viviremos como Amelia intenta resolver su pasado enfrentandose a sus mayores temores y tomando las riendas de su vida.
    Si crees en los flechazos y alguna vez te has enamorado de quien no debias… esta es tu historia.
    Una novela llena de risas, canciones, accion y mucho amor.
    Mientras sonabamos mirando al cielo, una historia que te enamorara.

  • Hasta que me pidas de Charlize Clarke

    https://gigalibros.com/hasta-que-me-pidas.html

    El la necesita mas que al aire para respirar, ella necesita respirar…
    Alice y Chris estan conformes con su relacion de sexo sin compromiso, pero los sentimientos reales empiezan a aflorar ante el inminente compromiso de el con otra mujer, complicandolo todo.
    Posiblemente nunca sera nada serio. Justamente en eso se basa lo que ambos comparten: en la libertad de no estar bajo presion y el secreto que tienen es mas emocionante que una relacion comun. Hasta ahora, Alice, no tuvo problema con eso, pero con la aparicion de la hija del nuevo socio de Chris, empieza a dudar de todo lo que habia vivido hasta el momento.

  • Maldito United de David Peace

    https://gigalibros.com/maldito-united.html

    En 1974, el brillante y controvertido Brian Clough tomo las riendas como entrenador del Leeds United, que la temporada anterior habia ganado la Liga liderado por su anterior Mister, Don Revie, el eterno rival de Clough. El fugaz y fatidico periplo de Clough en el Leeds duraria tan solo cuarenta y cuatro dias.
    El relato intercala estas funestas jornadas con la narracion de la trepidante trayectoria de un joven Clough, que, tras sufrir una temprana lesion que lo aparto prematuramente de los terrenos de juego y de dirigir al Hartlepool, logro que un Derby County por el que nadie daba un duro fuera campeon de Segunda Division en la temporada 1968-1969 y se coronara campeon de Primera en 1972, gesta que convirtio a Clough y a su segundo entrenador, Peter Taylor, en leyendas.
    Con una prosa adusta y obsesiva que reinventa el “stream of consciousness” joyceano y bebe del particular estilo de Thomas Bernhard, Peace erige el retrato de un hombre enloquecido por una ambicion desmedida, iracundo y crapula, despotico y vengativo, que conmociono y fascino a partes iguales a los ingleses desde los banquillos, los platos de television y las columnas de la prensa deportiva. A partir de un exhaustivo proceso de documentacion, Peace reconstruye en esta sobresaliente obra de ficcion documentada algunos de los dias mas aciagos e intensos del futbol britanico.
    Maldito United esta considerada una de las mejores novelas jamas escritas sobre el futbol.

  • Mil ciguenas negras de Miroslav Penkov

    https://gigalibros.com/mil-ciguenas-negras.html

    Un joven inmigrante bulgaro regresa a su pais de origen para localizar a su abuelo, quien inesperadamente rompio todo contacto con la familia tres anos atras. Las pistas le conduciran a un pequeno pueblo en la frontera con Turquia y a un paso de Grecia, encaramado a la mitica montana
    de Strandja: un lugar envuelto en misterios paganos, en el que las ciguenas negras anidan en robles gigantescos. Alli, en las montanas, se ve arrastrado por su abuelo a un laberinto de medias verdades y acaba enamorandose irremediablemente de una chica musulmana que no esta a su alcance. Viejos fantasmas cobraran vida y conflictos que creian olvidados resurgiran de nuevo hasta que al pasado no le quede otra salida que rendirse a sus deshonrosos secretos.

  • Carmin inesperado de Clara Barcelo Selles

    https://gigalibros.com/carmin-inesperado.html

    Tan solo era una nina cuando Alyssa descubrio que vivia rodeada de criaturas de la noche, igual que sus padres y Carvien, su mejor amigo. Pero ahora que es joven y esta mas desarrollada, debera evitar caer en la trampa de un ser demoniaco que esta interesado en sus capacidades. Con la ayuda de su familia y Carvien, debera averiguar su relacion con la Noche de las Tres Lunas y prepararse para su gran eleccion, que solo puede hacer una vez en la vida. Asi pues, cuando la situacion da un giro de ciento ochenta grados, la decision se vuelve mas dura. ?Debera elegir a sus padres, al amor de su vida. o a ella misma?

  • Las lagrimas de Hauwa Samuel de Javier Holmes

    https://gigalibros.com/las-lagrimas-de-hauwa-samuel.html

    En un control rutinario, una patrulla de la Guardia Civil intercepta un camion y descubre en el interior de su remolque, ocultas, a veinte chicas subsaharianas. Todo se precipita en ese momento y el conductor cae abatido por una bala disparada por uno de los numeros de la patrulla.
    Unos meses mas tarde, Yaiza Cabrera tiene el encargo de investigar la muerte de Leocadio Huidobro, empresario dueno de la flota de camiones entre los que se encontraba el que se utilizo para el supuesto delito de trata de blancas. La autopsia ha dictaminado que se trato de muerte natural, pero una sustancia encontrada en el cuerpo del finado hace sospechar a los dos hijos que no fue tan natural.
    En la lectura del testamento, los dos hermanos se encuentran con que su padre, antes de morir, habia adoptado a una joven de veinte anos y a un adolescente de nacionalidad nigeriana. Por tanto, la asignacion esperada sera mucho menor. A esto se suma que el abogado de la empresa recibira una pequena parte del legado.
    Paralelamente, durante el curso de la investigacion, una muchacha es secuestrada de su pueblo, al norte de Nigeria, sufriendo todo tipo de vejaciones hasta que es instalada en Espana para ejercer la prostitucion. ?Tienen alguna relacion estos hechos con la investigacion de Yaiza Cabrera? Esta no dudara en meter su nariz en los entresijos de la empresa ya que todo apunta a que alguien la ha descapitalizado poco antes del tragico suceso.
    Jovenes capturadas en su pais para ejercer de esclavas sexuales y sometidas a un maltrato inhumano, personas sin escrupulos que no dudan en traficar con seres humanos amparados por el poder de las mafias, empresarios desaprensivos a los que solo les interesa su lucro personal. Estos son los ingredientes de una novela que no dejara indiferente al lector, por su crudeza, pero tambien por la sagacidad de una detective irreverente y desenfrenada que se enfrentara a su tercer caso.

  • La sonata sin nombre de Beatriz O'shea

    https://gigalibros.com/la-sonata-sin-nombre.html

    La historia de amor imposible entre una joven de la alta sociedad y un violinista de origen rumano en el entorno de posguerra y espionaje del Madrid de los anos cincuenta.

  • El taller de libros prohibidos de Olalla Garcia

    https://gigalibros.com/el-taller-de-libros-prohibidos.html

    Un thriller historico ambientado en el fascinante mundo del libro en el siglo XVI.

  • Mi ultimo recuerdo de Christian Martins

    https://gigalibros.com/mi-ultimo-recuerdo.html

    Sarah se recosto sobre el asiento mientras observaba la blanca pared que tenia delante. Llevaba tiempo preguntandose a si misma si de verdad tenia algun sentido continuar con aquellas citas, aunque... ?por que dejarlas? Incluso sabiendo que no servian para nada. ?Que mas daba? --?Me dijiste que querias escribir tus propias historias, verdad? ?No escribias un diario? La voz del doctor Clarkson era neutra, calmada, pacifica. Tenia el extrano poder de hacerte sentir bien en cada momento. -- Bueno, eso fue hace mucho tiempo, antes de casarme -- le conto, sin desviar la mirada del punto fijo de la pared en el que la habia clavado. -- Deberias retomarlo, creo que te ayudaraa recuperar... -- se tomo unossegundos para meditar -- , las ganas. Ella nego con conviccion. -- No creo que la soledad desaparezca por escribir un diario, Clarkson -- puntualizo de mala gana. El reloj digital de la muneca del hombre libero dos intensos y breves pitidos para indicar que la sesion habia alcanzado su fin. Ambos se levantaron de sus sillones y se colocaron la ropa antes de dirigirse a la puerta de salida. -- ?Por que no le dices a Robertque venga a la proxima sesion? -- pregunto, antes de dejarla marchar -- . Estoy convencido de que sera muy beneficioso para ambos. Sarah rio. -- ?Terapia en pareja? -- inquirio, carcajeandose -- . Lo intentare, pero dudo que se comprometa con algo semejante. Sarah estiro del picaporte para abandonar la sala y Clarkson coloco una mano, insegura, sobre su brazo. -- Sarah, estas aqui para que las cosas mejoren -- murmuro en voz baja. La puerta ya estaba abierta y las tres personas que aguardaban su turno en la pequena sala de estar habian dirigido su atencion a ellos. -- Intenta ser mas comprensiva y mas paciente -- anadio -- , si esperas un cambio, tu tambien debes cambiar. Ella no respondio. En cuanto libero el brazo del contacto con su piel, echo a caminar con apremio. Cruzo la sala de estar y se dirigio a las escaleras mientras el sonido de la lluvia golpeando el techo resonaba con fuerza sobre su cabeza. Escogio las escaleras y desecho la idea del ascensor; seguramente, el taxi ya estaria abajo esperandola para el trayecto de vuelta, lo que conllevaria mas de cuarenta minutos para estar sentada e inmovil. Nada mas alcanzar el vestibulo, corroboro que el aguacero del exterior estaba siendo intenso. Una muchedumbre de transeuntes en busca de cobijo se habia aglomerado bajo el portal del edificio impidiendola confirmar la llegada de su taxi, asi que cruzo la puerta y, con el fino sombrero de lana como unica defensa de la lluvia y la cabeza gacha, corrio hasta el taxi que esperaba al otro lado de la carretera. De improvisto, giro la cabeza y sus ojos chocaron con los faros de una motocicleta que se aproximaba hasta ella a gran velocidad. Sarah noto como el corazon se le paralizaba en aquel instante y como sus piernas, presas del miedo, se detenian y se resistian a cumplir una simple orden: !corred! El sonido del impacto llego antes que el del claxon de la motocicleta que, al chocar contra el suelo, se habia accionado y solapaba cualquier otro ruido que se produjese en la calzada. La muchedumbre que hasta entonces se habia mantenido cobijada, abandono el resguardo del edificio y se aglomero alrededor de la cuneta. -- !Llamad a unaambulancia! -- grito una mujer con la voz timbrada de espanto. Otra joven grito, asustada, cuando el anciano que se habia agachado junto al motorista para tomarle el pulso nego con un leve movimiento de cabeza. Sarah continuaba tumbada en el suelo, junto al hombre que habia tirado de su cuerpo inmovil para apartarla y que le habia salvado la vida. Otro grupo de ciudadanos tambien se habia detenido para rodearlos y acribillarlos a preguntas. -- ?Se encuentran bien? -- ?Esta usted bien? El hombre se levanto y les pidio, amablemente, que ayudasen al motorista que habia derrapado en la calzada al verles cruzar. "Seguramente necesitara mas ayuda que nosotros", anadio. Se levanto del suelo, conmocionada, y observo a su salvador. A pesar de encontrarse mojado y embarrado por la caida, el traje y el peinado delataban que era un hombre de bien. Seguramente, trabajaba en alguna de las grandes empresas que tenian oficina por aquella parte de la ciudad. -- ?Como se encuentra? -- le pregunto el, mientras Sarah fijaba la atencion en el motociclista caido. ?Estaria bien? -- Estoy bien -- respondio, distraida -- , gracias.

  • Corazones de plomo de Jose Gil Romero

    https://gigalibros.com/corazones-de-plomo.html

    A finales de septiembre de 1859, y tras los dramaticos sucesos relatados en EL MECANISMO DE LOS SECRETOS, todavia ocurrieron unas cuantas cosas que merecian ser contadas.

  • Decidida a matar de John Nicholl

    https://gigalibros.com/decidida-a-matar.html

    Los cazadores se convierten en presa

  • Check in al amor de Noni Garcia

    https://gigalibros.com/check-in-al-amor.html

    M 001 – Un bano accidentado e encanta bajar a la playa en esta epoca. En septiembre ya no hay tanta masificacion de turistas, aunque no faltan en todo el ano. Tenemos una playa denominada Playa de los Alemanes, y no creo que haga falta que os jure de donde vienen la mayoria de los turistas que se dejan caer por aqui. Trabajar en la recepcion de un hotel a pie de playa es la octava maravilla del mundo. No hay nada como salir de trabajar y darte un buen chapuzon para liberar el estres de la jornada laboral. Me encanta mi trabajo, pero hay dias en que saldria huyendo para que nadie me encontrara. Hace un par de anos comence a trabajar como camarera de pisos en el hotel donde sigo trabajando, a pesar de ser licenciada en Filologia Alemana. En aquel momento, era el unico puesto vacante y yo necesitaba el trabajo con bastante urgencia. Tras dos meses bajo las ordenes de Carmela, la gobernanta, ya era ayudante de Recepcion. Los clientes, en su mayoria alemanes, y el bajo nivel de dicho idioma entre lo recepcionistas jugaron a mi favor. El dia que el jefe de Recepcion me escucho hablando aleman en uno de los pasillos con un cliente, no lo dudo ni por un instante y me recluto para Recepcion del hotel. Siempre que recuerdo a Pepe lo hago con muchisimo carino, porque gracias a el, hoy estoy donde estoy. El fue el que obligo a los altos cargos a ponerme bajo su mandato y, despues de aquello, todo fue rodado. En seis meses pase de ayudante de Recepcion a recepcionista, y el dia que cumpli un ano en la empresa y crei que me darian la patada en el culo, me hicieron un contrato indefinido y me ascendieron a segundo jefe de Recepcion. Hace seis meses que Pepe se jubilo y, aunque fueron momentos de transicion porque el hotel estaba cambiando de duenos, me promovieron a jefa de Recepcion. Manana es un dia que promete ser largo y duro en el hotel porque llega el nuevo director, y tiemblo cada vez que lo recuerdo. He investigado un poco por Internet, ya que son duenos de varios complejos hoteleros en otros paises, y tengo la impresion de que a la mayoria de los que trabajamos aqui nos van a dar una patada que vamos a llegar a Madrid. Todos los empleados son guapos, rubios, con ojos claros, altos, las chicas de talla 38 y ellos con cuerpos de anuncio. La primera patada me la voy a llevar yo, pero no voy a llegar a Madrid, sino a Marte. Talla 44, pelo negro como el tizon, ojos oscuros, piel morena --y no precisamente por la playa--, con mas curvas que el circuito de Jerez y no llego al metro setenta. Lo suficiente para haber estado acomplejada toda la vida y estar esperando esa patada. Son las seis de la tarde, y deberia darme un chapuzon porque no me gusta conducir con la ropa mojada y necesito nadar un rato. Tambien porque he quedado con unos companeros para tomar unas cervezas y no puedo llegar tarde si no quiero ser la que invite. A ver si asi conseguimos dejar de pensar un rato en el dia que nos espera manana. El agua esta perfecta: fria pero no helada; y muy limpia, hasta el punto de verme los pies en ella. Me lanzo a nadar cuando me llega el agua a la altura de la cintura y recuerdo las palabras que siempre me decia el abuelo cuando era una nina: <>. Y eso hago mientras pienso en el, en ese hombre que me crio cuando mi madre murio y mi padre me abandono a mi suerte. !Joder! Pero !que cono...! !Que golpe me he dado en la cabeza! No se contra que o quien he chocado, pero, sea lo que sea, ha crujido, y me va a escuchar... !Esto es un hombre guapo y lo demas son tonterias! Me acabo de quedar sin palabras. Rubio, con el pelo corto pero no demasiado, alto, fuerte... Y esos brazos... Un empotrador en toda regla. !Para, petarda! A lo que ibas, que te despistas. --Pero ?usted no mira por donde va? Menudo golpe me ha dado en la cabeza. --?Perdona? Tu has dado a mi. !Conio, como duele la nariz! --?Conio? --Intento no reir, pero no me puedo resistir--. ?Aleman? --Asiente; aun asi, sigo mi discurso en espanol--: Es que os pensais que la playa es vuestra. Ni siendo finales de septiembre me puedo banar tranquila. Hace un gesto de dolor con la cara y me corta la frase: --?Casi me rompes la nariz y la culpa es mia? --!Madre del amor hermoso, dame paciencia! Vamos al botiquin para que te miren la nariz. No la tienes rota porque no sangra, pero deberian echarte un vistazo. --?Contigo? No, serias capaz de matarme... --!Seras capullo! Ademas, estamos discutiendo, pero ya estamos en la orilla. --Me estoy empezando a marear. --Voy yo solo. No tienes que preocupar por mi. --Esta bien, haz lo que... --Me apoyo sobre las rodillas, agachando la cabeza. --Pues claro que... ?Que te pasa? Se acerca a mi y observo que tiene unos pies bastante grandes pero muy bonitos. --Vete y dejame tranquila. --Me voy a caer. --Pero ?como te voy a dejar?, si estas blanca como pared y... Lo interrumpo porque me esta sacando de mis casillas: --Pues dejandome. Estoy perfectamente y puedo ir sola hasta el botiquin. --No estas bien, casi no puedes estar en pie. Dejame ayudarte. --Ademas, ni tan siquiera se como te llamas ni me interesa, asi que coge tu camino, que yo cojo el mio. --Me llamo... --Te he dicho que no me interesa. --Tengo ganas de matar a este aleman imbecil. --!Que cabezona! Y yo pense que gente aqui ser amable. Ahi te quedas, loca. --?Me has llamado loca? Por momentos, mas enfurezco, pero estoy tan terriblemente mareada que no puedo seguir hablando. --Si, loca... No veo nada. Todo se nubla a mi alrededor y siento que dos fuertes brazos no me dejan caer a la arena.

  • 49 y mas alla de Isabel Cortijo

    https://gigalibros.com/49-y-mas-alla.html

    La ventana de la habitacion se encontraba entreabierta y el aire, que hasta hacia unos dias habia sido tan agradable sentir por la manana, me obligaba a estirar de la sabana y arroparme hasta el cuello. Dormia en un colchon de uno cincuenta. Una cama en la que podia dar vueltas de lado a lado sin encontrar obstaculos, porque desde hacia mas de seis anos no compartia con nadie besos, abrazos y gemidos. Era una mujer de cuarenta y nueve anos y mi vida, en aquella epoca, transcurria apaciblemente entre mi trabajo, mis hijos, mis amigos y mi madre. Atras quedo mi separacion, el duelo por la muerte de mi padre y mi cancer de mama. Me habia divorciado de Victor y, salvo los dos primeros anos despues de la separacion, en los que tuvimos bastantes asperezas, nuestra relacion era cordial. Durante mi enfermedad me presto una gran ayuda. Se comporto como el mejor padre y atendio a los chicos con la mayor dedicacion. Sabia que necesitaba gran parte de mi energia para curarme y asumio lo que yo no podia sobrellevar; eso hizo que olvidara rencores y volviera a sentir un verdadero afecto por el. En apariencia, mi vida no habia cambiado mucho, pero solo en apariencia, porque esos acontecimientos vividos en los ultimos anos me marcaron y me hicieron mirar con otros ojos mi presente. A veces tenia la sensacion de que, antes de esas situaciones traumaticas, mi vida no era la mia. A excepcion del nacimiento de mis hijos, me deje guiar por los caminos que te lleva la inercia, y aquellos choques emocionales me habian hecho despertar, hacer un stop, mirar a mi alrededor y darme cuenta de que mis pasos, quiza, me condujeron a donde no queria ir. Existia un antes y un despues, una especie de linea divisoria que separaba a <> de vivir aquellos sucesos de <>. La nueva Elisa ya no se dejaba llevar por inercias y habia aprendido a tomar decisiones, reduciendo los miedos que se agrandan en la mente y que dejan poco espacio para volar. Estaba experimentado lo que Julia me contaba: <>. Y lo sentia asi, a pesar de que en algunas ocasiones a <>, en el trasiego de lo cotidiano, tambien le enrabietaran las pequenas contrariedades, aunque le fuera dificil mantener el enfado cuando se percataba de que carecia de sentido enojarse por una nimiedad. Despues de la destruccion y pasado el duelo, la reconstruccion me estaba haciendo sentir mas viva y fortalecida, renovada tras desprenderme de la piel muerta. Consciente de la brevedad y la fragilidad de la existencia, queria saborearlo todo. Degustaba las cosas mas sencillas, los pequenos detalles, intentaba compartir mas momentos con las personas que queria y consideraba todo aquello como un regalo de la vida... Si, disfrutaba de casi todo, salvo de una parcela que pensaba que se habia borrado para siempre. No habia vuelto a retomar mi vida en el plano sentimental. Esa parte la suprimi. Tenia la sensacion de que en el terreno sexual y amoroso todo estaba acabado para mi. Habia recibido alguna que otra proposicion y aceptado alguna que otra cita, aunque no sabia muy bien por que lo hacia. ?Quiza con la idea de que surgiera algo? Pero cuando llegaba o se insinuaba el <>, no queria ni podia continuar hacia adelante. A veces me dejaba dar algun que otro beso para ver si el sapo se convertia en principe, y no, no habia principes para mi. La ultima proposicion fue la de Pedro. Pedro era el asesor fiscal de la empresa en la que trabajaba. Un viudo tan solo unos anos mayor que yo, de buena presencia, con los hijos ya independizados y la vida resuelta economicamente. Empezo a frecuentar la oficina. Se mostraba siempre dispuesto a personarse en la empresa ante cualquier contratiempo y a resolver el mas minimo problema, aunque a veces parecia que los creaba el para justificar su presencia. Nieves y Rosario, que eran mis ayudantes, me lo decian: <>. Yo no le prestaba atencion hasta que un dia me invito a cenar. Me pillo con el dia tonto y le dije que si. Pedro tenia un atico al final de la avenida del Oeste, enfrente del Mercado Central. Era un piso de esos que te dejan con la boca abierta: mas de doscientos metros y una terraza espectacular desde la que se divisaba la Valencia monumental, con sus tejados, torres y cupulas. Un escenario unico, embellecido con la calida iluminacion nocturna de la ciudad. Era una noche de verano y en la terraza habia preparada una mesa adornada, vestida con un mantel blanco de ligeros bordados, un jarron de cristal con flores frescas, velas perfumadas con llamas que temblaban ligeramente a cada golpe de brisa, y una vajilla y cristaleria muy vistosas y coloristas. Colgaban por la pared, enredadas en algunas plantas, ristras de diminutas lucecitas que creaban una atmosfera con un cierto toque navideno. Todo un entorno que parecia sacado de la mejor revista de decoracion. El conjunto estaba predispuesto con todos los detalles para abandonarse a los sentidos. El mismo se molesto en preparar personalmente la cena. Se deshacia en atenciones. La velada estaba siendo agradable, hasta que empezo a intentar algun que otro acercamiento que me llevo a <>, buscando distancia fisica. A cada aproximacion, yo iba levantando una barrera mas alta, no una simple valla que se cae con el viento, sino un verdadero muro que me separaba del deseo de sentir el cuerpo de aquel hombre. El problema no era que no me hiciera tilin, el problema era que no me hacia tilin ningun hombre. Me habia convertido en una especie de <> sexual, ajena a todo lo que suponia una atraccion por el otro sexo, incluso se podria decir que sentia rechazo. En lo relacionado con el deseo estaba muerta y enterrada. Los acercamientos fisicos para intentar besarme habian sido frustrados, por lo que Pedro opto por las palabras. Me cogio la mano que tenia languidamente apoyada sobre la mesa y me la apreto con la suya. --Elisa, te quiero decir que llevo bastante tiempo pensando en ti, no se si te habias dado cuenta. --Si, me he dado cuenta de que pasabas a menudo por la oficina sin una necesidad real. --Habia una necesidad: la de verte. Estaba viviendo una situacion incomoda. Su mujer habia fallecido hacia dos anos y el no era ningun picaflor; me estaba desnudando su corazon y yo, en lo que se referia a la piel, era una cyborg. Pedro continuo hablandome. --Me gustaria tener una relacion contigo. Me gustas. Me apetece rehacer mi vida, compartirla con una mujer como tu. Creo que eres idonea para mi. En honor a la verdad, me senti atraido por ti antes de quedarme viudo, pero respetaba demasiado a mi mujer como para haberte insinuado algo. Yo escuchaba atenta su discurso que, tras una pausa, como para tomar aliento, continuo. --Si te digo que empezaste a gustarme cuando estabas en pleno tratamiento y llevabas la peluca... Iba alguna vez por la oficina, te veia por el cristal de tu despacho y Nieves me decia que apenas faltabas al trabajo y que tu talante era el de una mujer positiva y luchadora; y eso, precisamente, es lo que empezo a gustarme de ti: me parecias una mujer fuerte. A mi mujer la quise mucho, pero se quejaba por todo y la menor contrariedad le superaba. --No soy tan fuerte, no lo creas. El cancer lo viven cientos de hombres y mujeres y seguro que con mas valentia que yo. Por suerte, el mio lo cogieron a tiempo y no fue muy virulento, pero he de confesarte que tuve bastantes momentos de debilidad. Aunque me resulta curioso lo que dices, que te sintieras atraido por mi cuando entonces, fisicamente, estaba hecha un adefesio. !Vaya, tambien era un hombre sensible! !?Que mas se podia pedir?! No sabia que decir para no herirle. Era encantador y poseia muchas cualidades: todavia guapo, con buena conversacion, con un agradable perfume a Acqua di Parma y me miraba con los ojos embelesados. Cualquier mujer se hubiera sentido halagada y estaria saboreando esos momentos. Desde luego, el problema debia estar en mi. --Pedro, no se que decirte --le conteste--. Yo, de momento, no me veo compartiendo mi vida con un hombre. --No digas eso, Elisa. Eres una mujer todavia joven y atractiva --me dijo con una expresion indefinida, supongo que intentando disimular su decepcion al escuchar mis palabras. No le explique que, para tener una relacion, lo primero que habia que sentir eran ganas y yo habia dejado de tenerlas. Ya no me apetecia meterme en la cama con un hombre. Recordaba los ultimos encuentros sexuales con Victor. Por decirlo de alguna manera, el hacia el amor por un lado y yo por otro, es decir, no lo haciamos. Esos encuentros se convirtieron en una sucesion de movimientos mecanicos, desapasionados y sin conexion que buscaban la propia satisfaccion sin pensar ya en el otro, o eso es lo que me parecia a mi. Pero ?que sentiria el cuando me venia a buscar y yo, simplemente, me dejaba hacer? Seguro que percibia mi falta de ganas..., pero nunca lo hablamos; ya habia demasiadas cosas rotas entre nosotros que no tenian reparacion alguna. Incluso esos encuentros sexuales llegaron un dia a terminarse e inicie una especie de hibernacion, un letargo sexual. Dormia en el larguero de la cama evitando cualquier contacto que supusiera un comienzo de la ceremonia sexual. El calor se esfumo y en nuestra cama se formaban tempanos; podian construirse iglus. Seguro que todo eso me habia dejado huella, pero ?por que no pusimos remedio antes a aquella situacion? ?Tal vez no habia tenido buen sexo y para mi empezar una nueva relacion era como retomar mas de lo mismo? ?Existia el buen sexo? ?Podria volver a recuperar el deseo? ?Queria volver a recuperarlo? ?Para que lo necesitaba? ?Por que crearme una necesidad que no tenia? Acabamos la cena y el pobre Pedro, en los meses siguientes, insistio alguna que otra vez mas, hasta que desistio, y yo me alegre. Capitulo 1 Al levantarme, antes incluso de pasar por el aseo, iba derecha a poner la cafetera. Me gusta el cafe de cafetera italiana. Hasta me resulta agradable escuchar su pitido y ver como sale el vapor cuando empieza a subir. Mi madre me habia regalado una de capsulas que solo usaba cuando venia de visita. Se empenaba tambien en traerme de vez en cuando las dichosas capsulas, pero yo se las regalaba a mi amiga Julia y hacia como que las gastaba para que no sospechara que seguia prefiriendo el olor y el sabor del cafe de mi cafetera italiana. Que mentirijillas tan absurdas usamos los humanos; todo para no herir su corazon cuando se enterase de que su regalo no me habia gustado y no tenia ninguna intencion de darle uso. Al olor del cafe aparecia Rocco, reclamando tambien su desayuno. Un poco de pienso y arreglado. El siguiente paso era la emision de unas cuantas voces combinadas con la apertura de las puertas de las habitaciones de mis hijos para invitar a Violeta y Marcos a levantarse. Al poco tiempo, aparecian por el pasillo, somnolientos, dirigiendo entre bostezos sus pasos a la cocina, que se convertia en el primer lugar de encuentro familiar al empezar el dia. Violeta estaba a punto de cumplir los dieciseis y Marcos tenia veinte. No eran ningunos ninos, pero su madre, que era yo, les seguia preparando las tostadas y su vaso de leche, con la intencion de que se fueran bien desayunados a clase. Cosas de las madres. Ellos tomaban el desayuno en la mesa, pero yo habia cogido la costumbre de dejar el mio sobre la encimera de la cocina. De pie, agarraba mi taza de cafe y, entre sorbo y sorbo, ponia el lavavajillas o hacia cualquier otra cosa de logistica domestica. Esos eran mis desayunos diarios salvo los fines de semana, en los que me acercaba a la terraza del bar de al lado y me sentaba, sin mirar el reloj, a tomar un capuchino y leer la prensa acompanada de Rocco. Le encantaba bajar conmigo el sabado y el domingo por la manana. Se tumbaba en el suelo con paciencia y, cuando lo miraba, me parecia que pensaba: <>. Creo que Rocco pensaba eso, y he de decir que yo tambien. Ya estaba establecido que era yo quien bajaba al perro por la manana. Habia optado por dejar de renir con mis hijos; desgastaba mas el entrar en debates mananeros sobre a quien de los dos le tocaba sacarlo que madrugar un poco mas y bajarlo sin batallas. Despues de ducharme ya lo tenia detras de mi porque sabia que era la encargada de su paseo matutino. Desayunados, duchados y vestidos saliamos de la casa para afrontar el dia, dejando a Rocco como guardian del hogar. Tardaba en llegar a mi lugar de trabajo unos veinte minutos a pie; habia decidido hacer el trayecto andando para disfrutar de un paseo mientras aspiraba el aire de la manana y, de paso, hacer un poco de ejercicio. Usaba zapato plano para hacer el recorrido, pero en la taquilla de mi despacho siempre guardaba dos pares con algo de tacon, unos negros y otros marrones, que me calzaba en ocasiones para ir por la oficina.

  • El verano de los juguetes muertos (Inspector Salgado 1) de Toni Hill

    https://gigalibros.com/el-verano-de-los-juguetes-muertos-inspector-salgado-1.html

    En una ciudad donde nadie dice lo que piensa, un policia busca la verdad.
    Primera entrega de la trilogia del inspector Salgado.

  • Itinerarium de Antoni Picazo Muntaner

    https://gigalibros.com/itinerarium.html

    Magia, Cabala, deseos, venganzas, alucinogenos, insatisfaccion, necesidad de saber cada vez mas. Eso es lo que refleja “Itinerarium”. La vida de un estudiante en la Europa barroca, el intento de alcanzar quimeras que la mayoria de personas consideraba irrealizables. Ideas y objetivos que se pretendieron alcanzar a traves de la practica de las ciencias oscuras.

  • Mama duerme la siesta de Beatriz Olivenza

    https://gigalibros.com/mama-duerme-la-siesta.html

    Un dia, Joaquin Solis falta a su trabajo en una empresa de teleoperadores y no vuelve a dar senales de vida. Es un hombre oscuro y poco comunicativo; nadie lo echa en falta excepto Gabriela, una de las empleadas, que esta lejos de su patria y ha compartido con Joaquin momentos de soledad y nostalgia. Un sentimiento de gratitud impulsa a Gabriela a investigar la desaparicion de su companero. Pero la unica pista que encuentra es un papel con una direccion, un numero de telefono y una misteriosa frase: Mama duerme la siesta. Tirando de ese hilo, Gabriela se adentrara en territorios insospechados.

  • La justicia de los invisibles 1 de Joaquin Euler

    https://gigalibros.com/la-justicia-de-los-invisibles-1.html

    La Justicia de los invisibles. Sin Salida (Libro I)

  • El amor es una catastrofe natural de Betina Gonzalez

    https://gigalibros.com/el-amor-es-una-catastrofe-natural.html

    ?El odio es mas duradero que el amor? ?Hay alguna relacion familiar que no sea un malentendido? ?Cruzar fronteras requiere perder la inocencia? De un cuento a otro, hay guinos, un cristal facetado que entreteje mundos en estado de precario equilibrio. La chica que abandona su empleo en un pais en plena crisis, la busqueda de un nino que fue abandonado en el bosque, el joven que se comunica con los animales, el hombre que acude a un llamado de emergencia en plena madrugada, la mujer que se gana la vida contando como fue criada por lobos, son protagonistas de relatos extranos, que exploran las infinitas formas del amor, siempre desde los bordes, en territorios ambiguos acechados por el desvario y la supervivencia. Con un lenguaje propio y una mirada aguda e implacable, Betina Gonzalez construye un libro de cuentos excepcional, que roza lo maravilloso para acercarnos mejor a lo real.

  • El Amor de Erika Ewald de Stefan Zweig

    https://gigalibros.com/el-amor-de-erika-ewald.html

    Erika Ewald es una muchacha vienesa sonadora, con alma de artista, que ensena piano y que lleva una existencia rutinaria, sin secretos ni sorpresas, a no ser por los momentos que pasa con un joven violinista con quien comparte la pasion por la musica. En El amor de Erika Ewald Zweig describe magistralmente las sutilezas de esta relacion --una nueva <>--, con una mirada ironica y siempre atenta al juego de paradojas tensadas entre una vida que discurre anodina y la fuerza de unos suenos frustrados por el peso de la realidad.

  • Chispas de pasion de Michelle Celmer

    https://gigalibros.com/chispas-de-pasion.html

  • La casa entre los cactus, Paul Pen de Paul Pen

    https://gigalibros.com/la-casa-entre-los-cactus-paul-pen.html

    El autor espanol de exito internacional, Paul Pen, regresa con un inquietante thriller psicologico.

  • Los caidos de Carlos Manuel Alvarez

    https://gigalibros.com/los-caidos.html

    En Los caidos, novela ambientada en la Cuba contemporanea, asistimos al desmoronamiento de una familia cuyos miembros, sin saber realmente como, han acabado convirtiendose en adversarios que comparten el territorio del hogar. Mariana sufre ataques epilepticos y ya no es el elemento aglutinador del hogar. Diego, el hijo menor, esta a punto de terminar el servicio militar, alimentando su resentimiento contra la mentira de su epoca, Armando debe lidiar con sus inamovibles convicciones socialistas, las pequenas corruptelas de sus empleados y el hecho de que su hija mayor, Maria, haya abandonado los estudios en busca de unas condiciones de vida dignas. Compuesta a cuatro voces con una naturalidad solo al alcance de los grandes narradores, Carlos Manuel Alvarez se confirma entre ellos.

  • Propiedad Comprada de Rosalia Reyes

    https://gigalibros.com/propiedad-comprada.html

    Marco era el Rey del mundo.
    Pero un Rey sin Reina.
    Multimillonario, atractivo, playboy.
    Y una cama vacia en los dias duros.

  • Sobreviviendo En Auschwitz de Primo Levi

    https://gigalibros.com/sobreviviendo-en-auschwitz.html

    Me habia capturado la Milicia fascista el 13 de diciembre de 1943. Tenia veinticuatro anos, poco juicio, ninguna experiencia, y una inclinacion decidida, favorecida por el regimen de segregacion al que estaba reducido desde hacia cuatro anos por las leyes raciales, a vivir en un mundo poco real, poblado por educados fantasmas cartesianos, sinceras amistades masculinas y languidas amistades femeninas. Cultivaba un sentido de la rebelion moderado y abstracto. No me habia sido facil elegir el camino del monte y contribuir a poner en pie todo lo que, en mi opinion y en la de otros amigos no mucho mas expertos, habria podido convertirse en una banda de partisanos afiliada a <>. No teniamos contactos, armas, dinero ni experiencia para procurarnoslos; nos faltaban hombres capaces y estabamos agobiados por un monton de gente que no servia para el caso, de buena fe o de mala, que subia de la llanura en busca de una organizacion inexistente, de jefes, de armas o tambien unicamente de proteccion, de un escondrijo, de una hoguera, de un par de zapatos. En aquel tiempo todavia no me habia sido predicada la doctrina que tendria que aprender mas tarde y rapidamente en el Lager, segun la cual el primer oficio de un hombre es perseguir sus propios fines por medios adecuados, y quien se equivoca lo paga, por lo que no puedo sino considerar justo el sucesivo desarrollo de los acontecimientos. Tres centurias de la Milicia que habian salido en plena noche para sorprender a otra banda, mucho mas potente y peligrosa que nosotros, que se ocultaba en el valle contiguo, irrumpieron, en una espectral alba de nieve, en nuestro refugio y me llevaron al valle como sospechoso. En los interrogatorios que siguieron preferi declarar mi condicion de <> porque pensaba que no habria podido justificar de otra manera mi presencia en aquellos lugares, demasiado apartados incluso para un <>, y juzgue (mal, como se vio despues) que admitir mi actividad politica habria supuesto la tortura y una muerte cierta. Como judio me enviaron a Fossoli, cerca de Modena, donde en un vasto campo de concentracion, antes destinado a los prisioneros de guerra ingleses y americanos, se estaba recogiendo a los pertenecientes a las numerosas categorias de personas no gratas al reciente gobierno fascista republicano. En el momento de mi llegada, es decir a finales de enero de 1944, los judios italianos en el campo eran unos ciento cincuenta pero, pocas semanas mas tarde, su numero llegaba a mas de seiscientos. En la mayor parte de los casos se trataba de familias enteras, capturadas por los fascistas o por los nazis por su imprudencia o como consecuencia de una delacion. Unos pocos se habian entregado espontaneamente, bien porque estaban desesperados de la vida de profugos, bien porque no tenian medios de subsistencia o bien por no separarse de algun pariente capturado; o tambien, absurdamente, para <>. Habia, ademas, un centenar de militares yugoslavos internados, y algunos otros extranjeros considerados politicamente sospechosos. La llegada de una pequena seccion de las SS alemanas habria debido levantar sospechas incluso a los mas optimistas, pero se llego a interpretar de maneras diversas aquella novedad sin extraer la consecuencia mas obvia, de manera que, a pesar de todo, el anuncio de la deportacion encontro los animos desprevenidos. El dia 20 de febrero los alemanes habian inspeccionado el campo con cuidado, habian hecho reconvenciones publicas y vehementes al comisario italiano por la defectuosa organizacion del servicio de cocina y por la escasa cantidad de lena distribuida para la calefaccion; habian incluso dicho que pronto iba a empezar a funcionar una enfermeria. Pero la manana del 21 se supo que al dia siguiente los judios iban a irse de alli. Todos, sin excepcion. Tambien los ninos, tambien los viejos, tambien los enfermos. A donde iban, no se sabia. Habia que prepararse para quince dias de viaje. Por cada uno que dejase de presentarse se fusilaria a diez. Solo una minoria de ingenuos y de ilusos se obstino en la esperanza: nosotros habiamos hablado largamente con los profugos polacos y croatas, y sabiamos lo que queria decir salir de alli. Para los condenados a muerte la tradicion prescribe un ceremonial austero, apto para poner en evidencia como toda pasion y toda colera estan apaciguadas ya, como el acto de justicia no representa sino un triste deber hacia la sociedad, tal que puede ser acompanado por compasion hacia la victima de parte del mismo ajusticiador. Por ello se le evita al condenado cualquier preocupacion exterior, se le concede la soledad y, si lo desea, todo consuelo espiritual; se procura, en resumen, que no sienta a su alrededor odio ni arbitrariedad sino la necesidad y la justicia y, junto con el castigo, el perdon. Pero a nosotros esto no se nos concedio, porque eramos demasiados, y habia poco tiempo, y ademas ?de que teniamos que arrepentirnos y de que ser perdonados? El comisario italiano dispuso, en fin, que todos los servicios siguieran cumpliendose hasta el aviso definitivo; asi, la cocina siguio funcionando, los encargados de la limpieza trabajaron como de costumbre, y hasta los maestros y profesores de la pequena escuela dieron por la tarde su clase como todos los dias. Pero aquella tarde a los ninos no se les puso ninguna tarea. Y llego la noche, y fue una noche tal que se sabia que los ojos humanos no habrian podido contemplarla y sobrevivir. Todos se dieron cuenta de ello, ninguno de los guardianes, ni italianos ni alemanes, tuvo el animo de venir a ver lo que hacen los hombres cuando saben que tienen que morir. Cada uno se despidio de la vida del modo que le era mas propio. Unos rezaron, otros bebieron desmesuradamente, otros se embriagaron con su ultima pasion nefanda. Pero las madres velaron para preparar con amoroso cuidado la comida para el viaje, y lavaron a los ninos, e hicieron el equipaje, y al amanecer las alambradas espinosas estaban llenas de ropa interior infantil puesta a secar; y no se olvidaron de los panales, los juguetes, las almohadas, ni de ninguna de las cien pequenas cosas que conocen tan bien y de las que los ninos tienen siempre necesidad. ?No hariais igual vosotras? Si fuesen a mataros manana con vuestro hijo, ?no le dariais de comer hoy? En la barraca 6 A vivia el viejo Gattegno, con su mujer y sus numerosos hijos y los nietos y los yernos y sus industriosas nueras. Todos los hombres eran lenadores; venian de Tripoli, despues de muchos y largos desplazamientos, y siempre se habian llevado consigo los instrumentos de su oficio, y la bateria de cocina, y las filarmonicas y el violin para tocar y bailar despues de la jornada de trabajo, porque eran gente alegre y piadosa. Sus mujeres fueron las primeras en despachar los preparativos del viaje, silenciosas y rapidas para que quedase tiempo para el duelo; y cuando todo estuvo preparado, el pan cocido, los hatos hechos, entonces se descalzaron, se soltaron los cabellos y pusieron en el suelo las velas funebres, y las encendieron siguiendo la costumbre de sus padres; y se sentaron en el suelo en corro para lamentarse, y durante toda la noche lloraron y rezaron. Muchos de nosotros nos paramos a su puerta y sentimos que descendia en nuestras almas, fresco en nosotros, el dolor antiguo del pueblo que no tiene tierra, el dolor sin esperanza del exodo que se renueva cada siglo. El amanecer nos ataco a traicion; como si el sol naciente se aliase con los hombres en el deseo de destruirnos. Los distintos sentimientos que nos agitaban, de aceptacion consciente, de rebelion sin frenos, de abandono religioso, de miedo, de desesperacion, desembocaban, despues de la noche de insomnio, en una incontrolable locura colectiva. El tiempo de meditar, el tiempo de asumir las cosas se habia terminado, y cualquier intento de razonar se disolvia en un tumulto sin vinculos del cual, dolorosos como tajos de una espada, emergian en relampagos, tan cercanos todavia en el tiempo y el espacio, los buenos recuerdos de nuestras casas. Muchas cosas dijimos e hicimos entonces de las cuales es mejor que no quede el recuerdo. Con la absurda exactitud a que mas adelante tendriamos que acostumbrarnos, los alemanes tocaron diana. Al terminar, Wieviel Stuck?, pregunto el alferez; y el cabo saludo dando el taconazo, y le contesto que las <> eran seiscientos cincuenta, y que todo estaba en orden; entonces nos cargaron en las camionetas y nos llevaron a la estacion de Carpi. Alli nos esperaba el tren y la escolta para el viaje. Alli recibimos los primeros golpes: y la cosa fue tan inesperada e insensata que no sentimos ningun dolor, ni en el cuerpo ni en el alma. Solo un estupor profundo: ?como es posible golpear sin colera a un hombre? Los vagones eran doce, y nosotros seiscientos cincuenta; en mi vagon eramos solo cuarenta y cinco, pero era un vagon pequeno. Aqui estaba, ante nuestros ojos, bajo nuestros pies, uno de los famosos trenes de guerra alemanes, los que no vuelven, aquellos de los cuales, temblando y siempre un poco incredulos, habiamos oido hablar con tanta frecuencia. Exactamente asi, punto por punto: vagones de mercancias, cerrados desde el exterior, y dentro hombres, mujeres, ninos, comprimidos sin piedad, como mercancias en docenas, en un viaje hacia la nada, en un viaje hacia alla abajo, hacia el fondo. Esta vez, dentro ibamos nosotros. Todo el mundo descubre, tarde o temprano, que la felicidad perfecta no es posible, pero pocos hay que se detengan en la consideracion opuesta de que lo mismo ocurre con la infelicidad perfecta. Los momentos que se oponen a la realizacion de uno y otro estado limite son de la misma naturaleza: se derivan de nuestra condicion humana, que es enemiga de cualquier infinitud. Se opone a ello nuestro eternamente insuficiente conocimiento del futuro; y ello se llama, en un caso, esperanza y en el otro, incertidumbre del manana. Se opone a ello la seguridad de la muerte, que pone limite a cualquier gozo, pero tambien a cualquier dolor. Se oponen a ello las inevitables preocupaciones materiales que, asi como emponzonan cualquier felicidad duradera, de la misma manera apartan nuestra atencion continuamente de la desgracia que nos oprime y convierten en fragmentaria, y por lo mismo en soportable, su conciencia. Fueron las incomodidades, los golpes, el frio, la sed, lo que nos mantuvo a flote sobre una desesperacion sin fondo, durante el viaje y despues. No el deseo de vivir, ni una resignacion consciente: porque son pocos los hombres capaces de ello y nosotros no eramos sino una muestra de la humanidad mas comun. Habian cerrado las puertas en seguida pero el tren no se puso en marcha hasta por la tarde. Nos habiamos enterado con alivio de nuestro destino. Auschwitz: un nombre carente de cualquier significado entonces para nosotros pero que tenia que corresponder a un lugar de este mundo. El tren iba lentamente, con largas paradas enervantes. Desde la mirilla veiamos desfilar las altas rocas palidas del valle del Adige, los ultimos nombres de las ciudades italianas. Pasamos el Breno a las doce del segundo dia y todos se pusieron en pie pero nadie dijo una palabra. Yo tenia en el corazon el pensamiento de la vuelta, y se me representaba cruelmente cual deberia ser la sobrehumana alegria de pasar por alli otra vez, con unas puertas abiertas por donde ninguno desearia huir, y los primeros nombres italianos... y mirando a mi alrededor pensaba en cuantos, de todo aquel triste polvo humano, podrian estar senalados por el destino. Entre las cuarenta y cinco personas de mi vagon tan solo cuatro han vuelto a ver su hogar; y fue con mucho el vagon mas afortunado. Sufriamos de sed y de frio: a cada parada pediamos agua a grandes voces, o por lo menos un punado de nieve, pero en pocas ocasiones nos hicieron caso; los soldados de la escolta alejaban a quienes trataban de acercarse al convoy. Dos jovenes madres, con sus hijos todavia colgados del pecho, gemian noche y dia pidiendo agua. Menos terrible era para todos el hambre, el cansancio y el insomnio que la tension y los nervios hacian menos penosos: pero las noches eran una pesadilla interminable. Pocos son los hombres que saben caminar a la muerte con dignidad, y muchas veces no aquellos de quienes lo esperariamos. Pocos son los que saben callar y respetar el silencio ajeno. Nuestro sueno inquieto era interrumpido frecuentemente por rinas ruidosas y futiles, por imprecaciones, patadas y punetazos lanzados a ciegas para defenderse contra cualquier contacto molesto e inevitable. Entonces alguien encendia la lugubre llama de una velita y ponia en evidencia, tendido en el suelo, un revoltijo oscuro, una masa humana confusa y continua, torpe y dolorosa, que se elevaba aca y alla en convulsiones imprevistas subitamente sofocadas por el cansancio. Desde la mirilla, nombres conocidos y desconocidos de ciudades austriacas, Salzburgo, Viena; luego checas, al final, polacas. La noche del cuarto dia el frio se hizo intenso: el tren recorria interminables pinares negros, subiendo de modo perceptible. Habia nieve alta. Debia de ser una via secundaria, las estaciones eran pequenas y estaban casi desiertas. Nadie trataba ya, durante las paradas, de comunicarse con el mundo exterior: nos sentiamos ya <>. Hubo entonces una larga parada en campo abierto, despues continuo la marcha con extrema lentitud, y el convoy se paro definitivamente, de noche cerrada, en mitad de una llanura oscura y silenciosa. Se veian, a los dos lados de la via, filas de luces blancas y rojas que se perdian a lo lejos; pero nada de ese rumor confuso que anuncia de lejos los lugares habitados. A la luz misera de la ultima vela, extinguido el ritmo de las ruedas, extinguido todo rumor humano, esperabamos que sucediese algo. Junto a mi habia ido durante todo el viaje, aprisionada como yo entre un cuerpo y otro, una mujer. Nos conociamos hacia muchos anos y la desgracia nos habia golpeado a la vez pero poco sabiamos el uno del otro. Nos contamos entonces, en aquel momento decisivo, cosas que entre vivientes no se dicen. Nos despedimos, y fue breve; los dos al hacerlo, nos despediamos de la vida. Ya no teniamos miedo. Nos soltaron de repente. Abrieron el porton con estrepito, la oscuridad resono con ordenes extranjeras, con esos barbaros ladridos de los alemanes cuando mandan, que parecen dar salida a una rabia secular. Vimos un vasto anden iluminado por reflectores. Un poco mas alla, una fila de autocares. Luego, todo quedo de nuevo en silencio. Alguien tradujo: habia que bajar con el equipaje, dejarlo junto al tren. En un momento el anden estuvo hormigueante de sombras: pero teniamos miedo de romper el silencio, todos se agitaban en torno a los equipajes, se buscaban, se llamaban unos a otros, pero timidamente, a media voz. Una decena de SS estaban a un lado, con aire indiferente, con las piernas abiertas. En determinado momento empezaron a andar entre nosotros y, en voz baja, con rostros de piedra, empezaron a interrogarnos rapidamente, uno a uno, en mal italiano. No interrogaban a todos, solo a algunos. <> y segun la respuesta nos senalaban dos direcciones diferentes. Todo estaba silencioso como en un acuario, y como en algunas escenas de los suenos. Esperabamos algo mas apocaliptico y aparecian unos simples guardias. Era desconcertante y desarmante. Hubo alguien que se atrevio a preguntar por las maletas: contestaron: <>; otro no queria separarse de su mujer: dijeron <>; muchas madres no querian separarse de sus hijos: dijeron <>. Siempre con la tranquila seguridad de quien no hace mas que su oficio de todos los dias; pero Renzo se entretuvo un instante de mas al despedirse de Francesca, que era su novia, y con un solo golpe en mitad de la cara lo tumbaron en tierra; era su oficio de cada dia. En menos de diez minutos todos los que eramos hombres utiles estuvimos reunidos en un grupo. Lo que fue de los demas, de las mujeres, de los ninos, de los viejos, no pudimos saberlo ni entonces ni despues: la noche se los trago, pura y simplemente. Hoy sabemos que con aquella seleccion rapida y sumaria se habia decidido de todos y cada uno de nosotros si podia o no trabajar utilmente para el Reich; sabemos que en los campos de Buna-Monowitz y Birkenau no entraron, de nuestro convoy, mas que noventa y siete hombres y veintinueve mujeres y que de todos los demas, que eran mas de quinientos, ninguno estaba vivo dos dias mas tarde. Sabemos tambien que por tenue que fuese no siempre se siguio este sistema de discriminacion entre utiles e improductivos y que mas tarde se adopto con frecuencia el sistema mas simple de abrir los dos portones de los vagones, sin avisos ni instrucciones a los recien llegados. Entraban en el campo los que el azar hacia bajar por un lado del convoy; los otros iban a las camaras de gas. Asi murio Emilia, que tenia tres anos; ya que a los alemanes les parecia clara la necesidad historica de mandar a la muerte a los ninos de los judios. Emilia, hija del ingeniero Aldo Levi de Milan, que era una nina curiosa, ambiciosa, alegre e inteligente a la cual, durante el viaje en el vagon atestado, su padre y su madre habian conseguido banar en un cubo de zinc, en un agua tibia que el degenerado maquinista aleman habia consentido en sacar de la locomotora que nos arrastraba a todos a la muerte. Desaparecieron asi en un instante, a traicion, nuestras mujeres, nuestros padres, nuestros hijos. Casi nadie pudo despedirse de ellos. Los vimos un poco de tiempo como una masa oscura en el otro extremo del anden, luego ya no vimos nada. Emergieron, en su lugar, a la luz de los faroles, dos pelotones de extranos individuos. Andaban en formacion de tres en tres, con extrano paso embarazado, la cabeza inclinada hacia adelante y los brazos rigidos. Llevaban en la cabeza una gorra comica e iban vestidos con un largo balandran a rayas que aun de noche y de lejos se adivinaba sucio y desgarrado. Describieron un amplio circulo alrededor de nosotros, sin acercarsenos y, en silencio, empezaron a afanarse con nuestros equipajes y a subir y a bajar de los vagones vacios. Nosotros nos mirabamos sin decir palabra. Todo era incomprensible y loco, pero habiamos comprendido algo. Esta era la metamorfosis que nos esperaba. Manana mismo seriamos nosotros una cosa asi. Sin saber como, me encontre subido a un autocar con unos treinta mas; el autocar arranco en la noche a toda velocidad; iba cubierto y no se podia ver nada afuera pero por las sacudidas se veia que la carretera tenia muchas curvas y cunetas. ?No llevabamos escolta? ?...tirarse afuera? Demasiado tarde, demasiado tarde, todos vamos hacia <>. Por otra parte, nos habiamos dado cuenta de que no ibamos sin escolta: teniamos una extrana escolta. Era un soldado aleman erizado de armas; no lo vemos porque hay una oscuridad total, pero sentimos su contacto duro cada vez que una sacudida del vehiculo nos arroja a todos en un monton a la derecha o a la izquierda. Enciende una linterna de bolsillo y en lugar de gritarnos <> nos pregunta cortesmente a uno por uno, en aleman y en lengua franca, si tenemos dinero o relojes para darselos: total, no nos van a hacer falta para nada. No es una orden, esto no esta en el reglamento: bien se ve que es una pequena iniciativa privada de nuestro caronte. El asunto nos suscita colera y risa, y una extrana sensacion de alivio. En el fondo El viaje duro solo una veintena de minutos. Luego el autocar se detuvo y vimos una gran puerta, y encima un letrero muy iluminado (cuyo recuerdo todavia me asedia en suenos): ARBEIT MACHT FREI, el trabajo nos hace libres. Bajamos, nos hacen entrar en una sala vasta y vacia, ligeramente templada. !Que sed teniamos! El debil murmullo del agua en los radiadores nos enfurecia: hacia cuatro dias que no bebiamos. Y hay un grifo: encima un cartel donde dice que esta prohibido beber porque el agua esta envenenada. Estupideces, a mi me parece evidente que el cartel es una burla, <> saben que nos morimos de sed y nos meten en una sala, y hay alli un grifo, y Wassertrinken verbotten. Yo bebo, e incito a mis companeros a hacerlo, pero tengo que escupir, el agua esta tibia y dulzona, huele a cienaga.

  • Lunes De Ceniza de Kathy Reichs

    https://gigalibros.com/lunes-de-ceniza.html

    En el sotano de una pizzeria de Montreal han encontrado los esqueletos completos de tres mujeres jovenes. La policia no esta muy interesada en el hallazgo, porque son huesos antiguos y podria tratarse de un crimen que ya ha prescrito. En cambio, la antropologa forense Temperance Brennan sospecha que son mucho mas recientes de lo que parece y, ante un caso en el que se intuye un culpable despiadado, hara lo que sea para llegar hasta el final.

  • La bruja de Ravensworth de George Brewer

    https://gigalibros.com/la-bruja-de-ravensworth.html

    bra su boda con lady Bertha, viuda y madre de un nino. Durante el banquete, la terrible bruja de Ravensworth irrumpe en el castillo y vaticina a la novia infinitas desdichas. Sin embargo, su esposo ve en la anciana un medio para alcanzar titulos y fortuna y no dudara en acudir a su choza en el bosque para ganarse su favor y el del demoniaco senor al que esta sirve. Enganos, secuestros, pasadizos, puertas secretas… de todo se valdra el baron para lograr lo que tanto ansia, perdiendo progresivamente su alma en un camino sin retorno. Por su parte, tras sus sanguinarios actos, tambien la bruja oculta un oscuro secreto.

  • Condenados. El secreto de Iris de Joan Llensa

    https://gigalibros.com/condenados-el-secreto-de-iris.html

    "Una novela atmosferica que recuerda a la oscuridad de Kendare Blake en Anna vestida de sangre. Fantasia y terror se alternan en una historia con un toque clasico que nos recuerda que magia y naturaleza conviven en nuestro mundo de forma sutil".
    Rocio Carmona

  • !Tu Ganas! de Noni Garcia

    https://gigalibros.com/tu-ganas.html

    ?Crees que en el amor todo es ganar?
    Cayetano era un hombre feliz que adoraba la vida que llevaba. Le encantaba su trabajo como escritor de novela negra, sus congresos, sus juergas, sus amantes... Y, por supuesto, no creia en el amor. Como todo escritor, sabia que los libros eran pura ficcion --o, al menos, eso creia--, y lo que menos imaginaba era que la persona a la que mas mania le tenia volveria su mundo del reves.
    Blanca siempre habia llevado una vida discreta, centrada en su trabajo como correctora, en los pocos amigos que tenia y en la escasa familia que le quedaba --o eso pensaba ella--. Con eso tenia mas que suficiente para sobrellevar al insoportable de Cayetano. El problema era que estaba enamorada hasta las trancas de ese bastardo. Lo odiaba de cara a la galeria, pero, incluso antes de conocerlo en persona, sentia algo que la llamaba y atraia.
    Una rivalidad con una autora muy escurridiza creara una serie de situaciones en las que Blanca y Cayetano se veran envueltos. Las circunstancias, la vida y un cumulo de casualidades --o no-- haran que tanto el perfecto mundo de Cayetano como el discreto y secreto mundo de Blanca se desmoronen, que el amor nazca donde uno nunca pensaria que floreceria y que, tras indecisiones, dudas y malentendidos, el karma los compense con una gran historia de amor.

  • La comida me cae bien de Frank Laporte-adamski

    https://gigalibros.com/la-comida-me-cae-bien.html

    El Metodo Adamski, una dieta que nos ensena a combinar alimentos para ayudar a que nuestros intestinos funcionen mejor.

  • A mi no me enganas de Kelly Link

    https://gigalibros.com/a-mi-no-me-enganas.html

    Kelly Link ha sido definida por Michael Chabon como <>. Despues de la publicacion en Seix Barral de Magia para lectores, los ocho cuentos de este nuevo libro de Kelly Link sumergen al lector en un universo ficticio inolvidable y expanden los limites del genero del relato. Huracanes, astronautas, gemelos malvados, contrabandistas, el mago de Oz, superheroes, iguanas, piramides. estos son algunos de los talismanes de una imaginacion capaz de maravillarnos como pocos autores contemporaneos. Los cuentos de A mi no me enganas rebosan fantasia, pero tambien humor y generosidad hacia la fragilidad y las fuerzas ocultas que residen en todos nosotros.