• Todas las madres del mundo de Gustavo Martin Garzo

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    Edicion ilustrada de uno de los libros mas preciosos que jamas haya escrito Gustavo Martin Garzo.
    Con su habilidad y pasion para contarnos historias siempre distintas del mundo de la infancia, el de los recuerdos, el de la nostalgia, esta vez nos regala un viaje fantastico y unico a las mas de sesenta maternidades posibles que existen, vistas desde su imaginacion. A traves de brevisimas historias, recrea como si fueran fabulas, sesenta adjetivaciones que pueden aplicarse a la maternidad. Todas ellas forman un mundo que todos conocemos muy de cerca, ya sea por nuestra propia madre, por las madres que nos rodean, o por si somos madres, lo seremos algun dia o no lo seremos nunca.

  • Escuadron Gamma de Blas Ruiz Grau

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    Esta es la historia de Leo, un nino normal con una vida normal. Su vida es como la tuya, va al colegio, le gusta jugar con sus amigos y le encantan las historias de super heroes. Es un nino como tu hasta que... un dia, descubre que el tambien es un super heroe y tiene una mision: salvar al mundo. Junto a sus nuevos amigos Lucas, Gabi, Julia, Carolina y Daniela lucharan contra el mal. Son: el ESCUADRON GAMMA.

  • Yo confieso. 45 anos de espia de Fernando Rueda , Mikel Lejarza

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    1974: Mikel Lejarza es captado por el servicio secreto para infiltrarse en ETA con el alias de El Lobo.

  • Rozando el nirvana (Nirvana 1), Arantxa Anoro de Arantxa Anoro

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  • Denahi de Christian Martins

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    Denahi lleva tiempo solo, condenado por un pasado que no deja de atormentarle, hasta que aparece ella. Magena. Su companera, su mitad. La chica apache que ha logrado robarle el corazon con su testarudez.
    ?Conseguiran mantenerse a salvo de los peligros que les acechan?

  • Rialto, 11 de Belen Rubiano

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    Un dia de principios de otono de 2002, la luz de una pequena y recondita libreria de la plaza del Rialto de Sevilla se apago, sin ruido ni apenas despedidas, definitivamente. Su fundadora habia empezado a vender libros diez anos antes en otras librerias, donde aprendio muchas cosas, ademas de su oficio. En la sucesion de vivencias que conforman estas deliciosas memorias parciales, Rubiano comparte con los lectores la insobornable vocacion que le llevo a establecerse como librera en una esquina del mapa. Y lo hace con humor y con candida sinceridad, porque salvo la satisfaccion de trabajar entre libros y lectores entendemos desde el principio que nada es como habia sonado y que en el oficio no faltan tormentas, marejadas y amargas decepciones. Pero tambien hay, afortunadamente, momentos delirantes, impagables lecciones y grandes alegrias. Ante todo, la valia de estas paginas, que el lector recorrera entre la carcajada libre y la mas profunda empatia, reside en la vitalidad y el personalisimo estilo con el que Rubiano nos habla de su particular devocion por los libros y de como uno puede llegar a arriesgar cualquier seguridad por perseguir un sueno.

  • Lunes (Atemporal 1) de E. L. Todd

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    No creo en el destino. En el azar. Ni en las almas gemelas. Pero creo en Hawke. Mi vida nunca ha sido plena desde que mis padres se fueron para siempre. Tengo a mi hermano, a quien apenas puedo soportar la mayor parte del tiempo, y tambien a Marie, mi mejor amiga. Y me tengo a mi misma. Pero cuando Hawke entra en mi vida, se produce una conexion inmediata. Nuestras miradas se cruzan, y una muda conversacion tiene lugar. Por primera vez en mi vida, estoy sintiendo algo. Pero el no. Me mantiene siempre a distancia, y finge que no hay nada entre nosotros, cuando esta clarisimo que si lo hay. No soy la clase de chica que se sienta a esperar por un tio, asi que no lo hago. Pero eso no significa que no este en mis pensamientos. Nuestros caminos vuelven a cruzarse de manera totalmente insospechada, y todo cambia. ?Ha sido obra del destino? ?Del azar? ?O de algo mas?

  • La formula del amor de Rafael Belda Ros

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    ?Y si tu vida sentimental no tuviera sentido? Tal vez, tendrias que empezar a escribir las paginas en blanco de tu vida para descubrir hacia donde serias capaz de llegar. Descubriras lo que en realidad esconde la formula del amor.

  • Torbellino de Joan A.

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    --!Punto de ajuste! --Llamo, incapaz de mantener el regocijo infantil de mi voz. Martin me mira con el ceno fruncido a traves de las gotas de sudor en su frente y hace rebotar la pelota de tenis con rabia. --!Falta! --Me rio, mientras el siguiente saque de Martin se estrella en la red entre nosotros. Su ceno fruncido se profundiza. Despues del inevitable punto final, cruzo la cancha y lo abrazo, nuestras camisetas manchadas de sudor pegadas en el calor de Nevada. --Definitivamente eres mejor abogado que un jugador de tenis --le sonrio. Martin y yo hemos sido amigos desde que tengo memoria. Fuimos juntos a la escuela y nos hemos mantenido unidos, una de las pocas personas de verdad en las que pude confiar despues de que empece a ganar dinero de verdad. Otras personas han ido y venido en mi vida, pero Martin ha permanecido constante. Poco mas de 30 anos, una vida de cenas corporativas y borracheras con los clientes se esta empezando a notar en el. Su cuello se ha vuelto mas grueso y rojo, y el estomago, que antes era plano, ahora esta cubierto con una capa cada vez mayor de grasa de confort. A pesar de ello, sigue teniendo su aspecto juvenil, y el tono gris de las sienes le ofrece un aire mas distinguido que le sirve bien. Su molestia por haber sido demolido profundamente se calma rapidamente, mientras me mira de arriba a abajo. --Esta bien para ti --refunfuna--. Sigues teniendo el mismo cuerpo flaco que tenias cuando eras un adolescente. Me rio. La verdad es que me dirigia igual que Martin hace unos anos. Feliz en una relacion segura y comoda y disfrutando de los frutos de la empresa de diseno de juegos que estableci a los 20 anos. Luego, cuando Laurie… se fue, las cosas cambiaron. Me uni al gimnasio, empece a ver a un entrenador personal 3 veces a la semana, y el hambre por los negocios volvio. Todo para mejor, me digo a mi misma. Aplaudo a Martin en el hombro. --Bueno, no todos los dias puedes comprar tu propio hotel en Las Vegas --digo alegremente --. Hemos probado las instalaciones, !creo que es hora de probar el bar! Martin se rie, toda la mala voluntad del partido de tenis se evaporo. --Cuidado --dice, dandose palmaditas en las tripas--. Terminaras como yo si no tienes cuidado. --?Que? --Digo, mientras nos dirigimos a los vestuarios--. ?Dos veces divorciado y feliz? --!Veamos si podemos encontrar un candidato para el divorcio numero 3! ***** El pelo todavia humedo del spa del hotel; tomo el ascensor con Martin hasta nuestras suites. Un golpe fuerte indica una parada en el vestibulo en el camino. Apenas son las 5 de la tarde, y el trafico peatonal es bastante ligero, pero cuando las puertas se abren, dos chicas entran en la cabina del ascensor con nosotros. Ambas estan bronceadas y son delgadas, y llevan su buena apariencia con ligereza. Evidentemente, acaban de llegar de la piscina, con el pelo brillante por el agua. Siento que Martin se mueve a mi lado y sonrio cuando levanta una ceja. La mas baja de las dos chicas, con un corte de pelo castano ondulado y piel bronceada, mira por encima del hombro y nos sonrie coquetamente. Le devuelvo la sonrisa y siento que Martin hace lo mismo. La otra chica tiene el pelo corto, recortado, casi como el de un chico, pero lo lleva con una confianza tranquila. Su piel es mas oscura que la de la otra chica, como la teca bordeada de miel, y la camisa blanca suelta que lleva atenua las lineas flexibles de su tonificado fisico. Cuando las puertas del ascensor se cierran, me atrapa mirando el reflejo del metal y sonrie suavemente. Nuestros ojos se encuentran por un instante, y yo soy el primero en dejar caer mi mirada. Las chicas salen en el noveno piso, y ambas sonreimos de nuevo mientras la chica mas baja dice un rapido ‘adios’. --?Numero 3? --Martin me susurra, mientras las puertas se cierran una vez mas. ***** El Bell tower Grand Hotel and Casino, domina el borde sudeste de la franja de Las Vegas. Desde la suite del atico, puedo disfrutar de las vistas panoramicas en 3D del horizonte de la ciudad. Al oeste, la ciudad brilla en toda su extravagancia de neon. Al este, la vista montanosa del Parque Nacional de Red Rock Canyon se puede ver simplemente, tenida de rojo y negro en la luz que se desvanece con la puesta de sol. Prefiero la vista desde este lado del hotel. A la mayoria de los clientes les gustaria ver el brillo y la chispa de los casinos y los fuegos artificiales, pero a mi siempre me ha gustado la tranquila soledad de las montanas. Las farolas de abajo todavia brillan, pero parecen transitorias y efimeras en relacion con la solida tranquilidad de esos distantes picos. Suspiro. Habia sido mi idea beber en el bar con Martin, pero ahora, de vuelta en la oscura habitacion del hotel, miro por las ventanas y puedo sentir la emocion del trato, y el zumbido del alcohol, evaporandose. Cuando los inversores se me acercaron inicialmente con la idea de comprar un hotel, me rei. Soy un disenador de juegos, y uno de exito, pero ?que sabia yo de hoteles? Sin embargo, como Martin sigue diciendome, parece que tengo el don de convertir todo lo que toco en oro. Empece con un par de boutiques en Kensington y Chelsea, y luego, 2 anos despues, a la madura edad de 31 anos, me encuentro como propietario de esta monstruosa empresa. Mientras las maquinas tragamonedas hacen ruido y zumbido a 30 pisos debajo de mi, casi puedo sentir el exito que irradia el lugar. Una pena que no se pueda decir lo mismo de mis relaciones. Como el Rey Midas antes que yo, me pregunto si estoy maldito. He dejado a Martin hundiendo cocteles en el bar y me he escabullido de nuevo arriba. Me digo a mi misma que fue por el vuelo de las 7 de la manana que tengo manana, pero en realidad solo queria escapar. Tengo ganas de hibernar, como un oso olfateando el invierno. Miro la brillante pantalla del reloj del hotel y veo que acaban de dar las 10 de la noche. Siempre he sido una lechuza nocturna, pero el zumbido del dia ha dejado un hueco, que espero en vano que el sueno pueda llenar. Me encogi de hombros ante la camisa y el traje confeccionados y los deje caer al suelo sin ceremonia alguna. Mientras me deslizo entre las crujientes sabanas blancas, cierro los ojos y escucho el debil zumbido del aire acondicionado, imaginando que puedo oir los sonidos de juerga y risas a nivel del suelo. La gente estara o bien montando la emocion del juego o bien revolcandose en la desesperacion de los suenos destrozados. La casa siempre gana, y ahora yo soy la casa. Extranamente no encuentro este pensamiento muy reconfortante. --?Crees que puede oirme? --?Crees que es un el? La sonrisa de Laurie ilumina su rostro. Siempre ha tenido un conjunto bastante duro en sus rasgos, una cualidad reservada que la hace parecer distante hasta que la conoces. Luego, cuando sonrie, parece una adolescente, llena de travesuras y asombro. --Claro, un verdadero nino de mama. Mi cabeza descansa en el estomago de Laurie, mis ojos miran fijamente a los suyos. --Asi que --repito--. ?Crees que puede entender a su padre? Su mirada se aleja. --El doctor dijo que el o ella --dice ella de forma puntual--, puede empezar a oir a las 18 semanas. Acaricio mi mano suavemente a traves de su barriga. --Ya sea un el o una ella, van a ser increibles --digo--. Igual que su mama. Un fuerte golpeteo me despierta de sobresalto. Entrecierro los ojos al reloj. A medianoche. --!Alex-an-der! --dice una voz a traves del estruendo. Gimoteo. --!Tenemos un vuelo manana! --Le grito a la puerta cerrada. La verdad es que me siento un poco desorientado. El sueno de Laurie parece aferrarse a mi como el humo. --!Alex, vamos! Abre. Acolche la puerta en ropa interior y la abri. Un Martin Caspers desgrenado esta de pie apoyado en el marco, una botella de champan medio borracha cuelga de una mano. Me sonrie. --?Que estabas haciendo? --pregunta, haciendome a un lado cuando entra en la habitacion. --Tenemos un vuelo a las 7 de la manana --le digo en respuesta, mientras empieza a hurgar en el mini bar. El pesca un gin-tonic premezclado y me lo da. --Vamos, tienes que jugar a ponerte al dia. --Martin --empiezo, pero su cara de fanfarron no admite discusion. Tomo el trago y lo devuelvo, el tonico efervescente y mordiente en el fondo de mi garganta. Sinceramente, agradezco su interrupcion. --Vamos --dice, tomando la botella vacia y entregandome otra--. Vamos a salir. --?Hay algo que pueda decir para convencerte de lo contrario? En respuesta me entrega mis pantalones. Linda --No se tu --dice Kristen, aplicando su brillante lapiz labial carmesi--, pero yo voy a tener sexo esta noche. Me rio. --Bueno, siempre y cuando no los traigas de vuelta aqui --digo--. Creo que puede ser un poco incomodo con tres en una cama. Hemos venido de vacaciones a Las Vegas, ya que Kristen recibio dos entradas gratis de un cliente en su estudio de moda. Ella tiene una pequena tienda con clase en el Soho, Londres, y el mes pasado literalmente se metio en mi apartamento cuando se entero de que uno de sus disenos estaba siendo seleccionado para un desfile de moda en Las Vegas. El desfile ha sido un gran exito, y estamos pasando unos dias extra para relajarnos bajo el sol del desierto. Desafortunadamente, la habitacion que nos han dado es para una pareja, pero no me importa. La cama es tres veces mas grande que la de mi pequeno apartamento en mi casa, y conozco a Kristen desde la escuela secundaria. --Dejare un sombrero en la puerta --sonrie Kristen astutamente, y me lanza el lapiz labial juguetonamente. Lo agarro habilmente y sacudo mi cabeza en un simulacro de horror. --No es mi color --digo. Kristen cruza la habitacion en su sosten y pantalones y me abraza. --!Todavia no puedo creer que uno de mis disenos estuviera en un desfile de moda americana! --dice--. Quiero decir, !Lady Gaga estuvo alli! --No creo que ni siquiera ella se ponga esto --digo, y le devuelvo el lapiz labial. --Estoy orgulloso de ti --agrego. --Gracias --ella sonrie, encogiendose de hombros en un vestido corto de lentejuelas plateadas. El color realza los reflejos de su cabello castano. --Ahora, es hora de beber. Hacemos disparos y luego salimos. La franja de Las Vegas parece invadir todas las ventanas mientras el taxi se desliza entre el trafico. Es como un asalto visual a los sentidos. Kristen resplandece como una nina pequena, todavia montando la euforia de su reciente exito. --Este lugar esta realmente sin descubrir --dice, por tercera vez. Esta un poco borracha y se le ha metido un rubor en las mejillas que la hace parecer aun mas guapa de lo normal. --Asi que, sigue diciendome --le sonrio, pero no me escucha. Sus ojos se centran en el brillante mundo exterior. Estoy realmente feliz por ella, pero una parte de mi se siente deprimida. No puedo poner el dedo en la llaga, pero todo el neon parpadeante y el glamour me hace sentir un poco vacia por dentro. --Estamos aqui --dice Kristen, literalmente aplaudiendo con emocion. El ruido y el calor nos golpea cuando salimos de la cabina. Es mas de medianoche, pero la ciudad no muestra signos de desaceleracion. Todo lo contrario, las cosas parecen estar acelerandose. El ritmo del club se escucha desde la calle. --!Vamos! --dice Kristen, agarrando mi mano mientras le pago al conductor. En el interior, la oscuridad se ilumina con la misma grandeza de neon que la franja exterior. Parece un microcosmos de Las Vegas en si, solo que sin las tragaperras. Kristen se cuela entre la multitud y nos mete en un espacio en el bar. --Crei que habias dicho que este lugar estaba sin descubrir. --Digo, mirando a la masa de gente alrededor. --?Que? --grita Kristen por el ruido. Vuelvo a sonreir y tomamos un par de copas. Nos abrimos paso hasta la pista de baile, y yo ronde por el perimetro. Me siento como un ciervo en la orilla de un lago, mirando a los depredadores. Kristen, por otro lado, es una depredadora. --Tenemos que entrar ahi --dice, senalando un area elevada marcada como ‘VIP’. Parece un punto de calma dentro de la tormenta. Glamorosas personas con ropa cara estan sentadas en profundos sofas, hablando en voz baja. Es evidente que el sonido solo debe llegar hasta aqui con los plebeyos. --Esten atentos a que alguien venga aqui abajo --me dice al oido. Su voz es humeda y gutural contra mi piel. Es como una cuerda de guitarra pulsada, zumbando y resonando. Yo bebo a sorbos mi bebida. Me siento fuera de mi alcance. No se por que exactamente. Nunca he sido del tipo timido y retraido, siempre me he sentido comodo dentro de mi propia piel, pero algo en este lugar me pone al limite. Puedo sentir el sudor picando en el borde de mi cuero cabelludo, y el calor y el ruido son opresivos. Tomo otro sorbo de mi bebida, dejando que el frio alivie mi garganta. El sabor me recuerda a cuando me colaba en los clubes en mi adolescencia, cuando salia para pasar una noche bebiendo y bailando con mis amigos, cuando les decia a nuestros padres que nos quedabamos en las casas de los demas. Creci en Londres, justo en el corazon de la ciudad. Mi madre era profesora, y me habia educado para que tuviera confianza en mi misma y me hiciera preguntas, sin dejarme nunca caer en las trampas con las que vi que muchos chicos de mi edad se veian atrapados. Nunca conoci a mi padre, pero no puedo decir que la falta fuera algo que me preocupara. Mi madre es una fuerza de la naturaleza, y ella ciertamente compenso por dos padres. --Vamos, bailemos --dice Kristen, obligandome a abandonar mi vaso. La presion de los cuerpos en la pista de baile es sofocante, pero Kristen golpea y engatusa a su pequeno marco en un hueco, y el espacio parece abrirse a su alrededor, tanto hombres como mujeres apreciando la vista. Ella se mueve seductoramente con el ritmo, y yo me uno a ella, sintiendome mas libre de lo que he sido en dias. Como un director de orquesta, parece que orquestamos a la multitud, y el DJ responde, recogiendo el ritmo y dejandonos llevar. Mi incomodidad desaparece. Capitulo Dos Alex El club es como un reflejo barato de la ciudad en las afueras. Las luces parpadeantes y la musica ensordecedora no contribuyen a aliviar la tension que siento, y la zona VIP que ha dispuesto Martin apenas es mas tranquila. Me siento a tomar una cerveza y escucho a Martin charlar con dos chicas americanas altas que estan a un trago de caerse del sofa. --Tu solo te haces el fresco y distante --dice sonriendo--, las voy a enrollar. Una carrera de charlar con los clientes le da a Martin un talento notable para sostener su bebida. Se emborrachara, ciertamente, pero solo hasta cierto punto. Parece que entonces se encuentra al borde de la embriaguez total, y a menudo es aqui donde salen a la luz algunas de sus mejores cualidades. En este momento, ambas chicas lo observan con atencion embelesada, la mano de una de ellas colocada selectivamente sobre su rodilla. Yo sonrio en la escena, pero sin ninguna calidez real. Ambas chicas tienen el pelo liso de una botella de peroxido y son delgadas y mimbre. No es mi tipo, y aunque lo hubieran sido, no estoy realmente de humor. Vuelvo a mirar mi reloj y pienso en el vuelo de manana a las 7 de la manana. La musica del club de repente cambia de marcha, ya sea respondiendo a un aumento de energia en la habitacion o dirigiendola. Dejo que mis ojos se desvien a traves de la abarrotada pista de baile y me siento atraida hacia un punto cercano al borde. Parece que la multitud se ha separado y veo a dos chicas bailando alli. Ambas son oscuras, una notablemente mas que la otra, y un completo contraste con nuestra actual compania. La mas baja se mueve seductoramente, el destello de su vestido de lentejuelas como luciernagas en las luces del club. La mas alta baila al ritmo de su amiga, pero algo en su movimiento parece mas seguro de si mismo, mas natural. Lleva un vestido blanco sin hombros, el lado derecho de corto, y dos finos pendientes plateados que se deslizan como gotas a lo largo del borde de su mandibula. Su cabello esta cortado, y esto atenua la curva de su columna vertebral y la piel lisa de su cuello y hombros. A medida que se mueve, su vestido se va perfilando un poco, revelando los muslos de color marron caramelo, tonificados y firmes. El movimiento de la chica es hipnotico. Con una repentina sacudida, los reconozco. Son las dos chicas que vimos antes en el hotel. En mi hotel. El pensamiento se aloja en mi cerebro. --Creo que me voy a enfermar. Una de las estadounidenses de repente se levanta de la mesa, arrastrando a su companera detras de ella. Se escabullen sin demasiada elegancia hacia el bano, el marcado contraste en su aspecto con las dos bailarinas es muy evidente. Martin parece despreocupado. --Creo que he esquivado una bala, amigo --dice. Siguiendo mi mirada, sus ojos se dirigen hacia las otras chicas. Como si sintiera su mirada, la chica mas bajita le devuelve la mirada, esa coqueta sonrisa que vuelve a sonar en sus labios. --?Te apetece bailar? --pregunta, y esta vez no discuto. Linda Cierro los ojos y dejo que la musica me bane. El ritmo se estrella contra mi, se mueve a traves de mi. Me olvido de las multitudes y las luces. Solo estoy yo, y Kristen y la musica. Kristen me roza y se siente sensual, como si la musica misma estuviera acariciando mi piel. Siento los bordes asperos de su vestido contra mi mientras se acerca, su voz calida en mi oido. --Mira detras de mi --grita. Levanto la vista hacia la zona VIP. Dos rubias altas se alejan de una mesa, y hay dos tipos sentados, viendolos salir con sonrisas. Uno de los hombres es mas pesado, con una cara traviesa, mientras que el otro es guapo, pero reservado. Sus ojos parpadean cuando de repente observan la pista de baile, y tiene el pelo rubio bien peinado, brevemente recortado a los lados con un cuidadoso ondulatorio en la parte superior. Podria representar igualmente a alguien que acaba de saltar de la cama, o a alguien que ha pasado horas frente al espejo. No puedo estar seguro. Algo en el hombre rubio me parece familiar. Su traje parece caro, y lo lleva con un aire confiado, pero extranamente sencillo. --Se estan hospedando en nuestro hotel --dice Kristen, y ella mira hacia atras por encima del hombro. Casi puedo sentir el gancho hundirse en el tipo mas grande. En pocos minutos estan caminando hacia nosotros. --?Les importa si nos unimos a ustedes? --dice, caminando directamente hacia Kristen. Me sorprende escuchar un acento londinense. --Depende de si puedes mantener el ritmo --grita Kristen, bailando lejos de el. Se mueve bien para ser un tipo mas grande. La rubia me mira con una extrana intensidad. Noto en el destello de la iluminacion que sus ojos son de un azul penetrante, tan profundos e impenetrables como un oceano. No nos hablamos, pero se mueve a mi lado, sus movimientos son confiados y seguros. Es alto, y puedo sentir su musculoso cuerpo bajo el traje bien cortado. Su baile se siente como un cortejo, formal y a la vez relajado. Nos acechamos unos a otros, como depredadores a la orilla del agua, pesandose unos a otros. Es como si me olfateara para buscar mi debilidad, y encuentro su mirada extranamente convincente. Mi mano roza el interior de su traje, no por casualidad acariciando las duras crestas de su estomago. Al mismo tiempo su mano encuentra mi espalda baja, acercandome por un instante, antes de soltarme y dejarme deslizar. No se cuanto tiempo bailamos, pero puedo sentir una linea de sudor contra la base de mi garganta. Miro hacia arriba, pensando en un trago, y veo a Kristen haciendome senas. Ella esta de pie junto al tipo mas pesado, con una sonrisa en su rostro, pronunciando las letras V-I-P con un regocijo no disimulado. Miro a mi pareja de baile y el tambien sonrie. La accion suaviza sus rasgos, haciendole parecer casi vulnerable. Me coge la mano.

  • El acertijo que me resuelve de Alma Sampedro

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    Sofia, soltera, nacida en Barcelona y abogada de profesion. Una mujer de treinta y seis anos con un severo trastorno mental que acarrea, entre otras rarezas: una extrana adiccion a los bombones de chocolate, una desconcertante aficion por los acertijos, una misteriosa habilidad para escuchar melodias imaginarias y una inusual alergia a intimar con el sexo opuesto.

  • Cuando regrese, Esmeralda Laderas de Esmeralda Laderas

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    Para Forrester regresa a Eford, un pequeno pueblo del Sur de Estados Unidos, diez anos despues de verse involucrada en la muerte de Jason Graham, miembro de una familia cuyo apellido que en ese lugar lo simboliza todo.
    La intencion de limpiar su nombre despierta viejos odios, rencillas y dramas familiares, e incluso a un asesino que vive oculto entre sus habitantes.
    Pero tambien el amor en el corazon de un hombre al que deberia odiar.

  • Destino imperfecto de Paulina Maggi

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    Cuando los suenos pueden cambiar tu pasado, tambien lo haran con tu presente. Solo ten en cuenta la pieza clave para que el primero sea por el bien del segundo.

  • Musa Decima de Jose Maria Merino

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    ?Quien fue Olivia Sabuco, a quien Lope de Vega apodo <>?

  • La Flor del Sol de Miranda Bouzo

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    Isabel, a punto de acabar con su vida debe rehacer los pedazos rotos de su pasado. En un viaje de trabajo a Escocia descubrira de nuevo el amor y la magia de la mano de Alec Colden, un guapo escoces dueno de un castillo medieval.
    Un retrato antiguo, una amiga desenfrenada, un pueblo perdido y la sospecha que no todo es lo que parece se ciernen sobre ella.
    Isabel o Aisa, como Alec insiste en llamarla, descubrira un pais llenos de simbolismo y tradicion donde la leyenda de la “Flor del Sol” la conducira a la aventura de volver a reir y amar.
    “?Podra su caballero derribar la barrera de su corazon y ayudarla a vencer su pasado?”
    “Era como si Alec la hubiera ensenado a reir despues de tanto tiempo”

  • Por el Sendero del Puma de May Blacksmith

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    Olivia Cobos es una mujer divorciada de 43 anos, dedicada a su trabajo y sus hijos. En una cena de empresa, coincidira con un chico mas joven con el que pasara la noche. La casualidad hara que se reencuentren y que su vida monotona y rutinaria de un giro de 180o para convertirse en una montana rusa llena de altibajos, de sentimientos dificiles de gestionar, de dudas e inseguridades que le obligan enfrentarse a sus miedos e impulsandola a disfrutar de lo que se presenta en cada momento.
    Una novela intima, donde la protagonista nos hara participes en primera persona de cada una de las situaciones en las que se ve envuelta. Llena de sentimientos que nos haran vivir momentos comicos, dramaticos y llenos de pasion.

  • Yo, El Peor De Todos de Jorge Rial

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    A Morena y Rocio que me kiderort recibir depadre desde la eleccion mutua del amor. A Mariana, que desde la inteligencia de la juventud y tambien el amor me ayudo a armar un rompecabezas que parecia imposible. A mis amigos todos. Los dela vida y del trabajo. Estuvieron cuando debian. Callaron cuando el silencio era necesario. Hablaron cuando las palabras era urgentes. Gracias a todos por rascar la cascara y saber que no soy d peor de todos. PROLOGO Yo, para algunos, soy el peor de todos. El manoso. El apretador. El que se caga en todo el mundo. El que hace periodismo basura. El que se mete en la vida privada de los demas pero no le gusta que hagan lo mismo con la suya. El que se engancho eon una pcndeja re fuerte porque esta lleno de plata y de poder. El que cobro 600 mil dolares para entrevistara Farina y ferandulizarlaruta del dinero K. El periodista elegido por el gobierno para entrevistar a la Presidenta y que no corriera ningun riesgo. El que es capaz de hacer cualquier cosa por medio punto de rating. El que echo a su amigo Ventura porque es im hijo de puta que no tiene corazon. El que no se arrepiente de nada. Por todo esto, para muchos, soy el peor de todos. Alla ellos. Se quedaron en la superficie porque no me conocenmucho. O, mejor dicho: porque no me conocen nada. Soy algo de eso, Pero tambien un tipo que recibio los peores golpes en su ninez. Que se crio en la calle. Que se abrio camino en esta picadora de carne de los medios sin padrinos. A pura prepotencia de trabajo. Que un dia le exploto el corazon y se dio cucnla de que estaba solo. Que a los 50 anos perdio todo y tuvo que volvera empezar. Que tuvo la milagrosa dicha de ser elegido por sus hijas en im acto de amor de adopcion con ida y vuelta. Que encontro el amor cuando ya estaba desahuciado en ese tema. Que se banco tapas de revistas, extorsiones, apretadas y amenazas. Que es uno de los pocos que desde hace quince anos mantiene un programa como//limsos, lider de audiencia y otro tanto con la revista Paparazzi. Soy todo eso. Y mucho mas. Poreso esta autobiografia. Escrita a corazon abierto. Sin especular en lo mas minimo. A fevory tambien en contra mio. Bmtal,honesta y deseamada. Frontal, directa y sin retomo. Es decir como me gusta hacerlas cosas a mi. JORGERIAL,noviembre de 2014. PRIMERA PARTE A corazon abierto El dia que me exploto el corazon De pronto vi elefentes y jirafiis. Juro qiie fiie lo primero que vi cuando logre abrirlos ojos, “Es raro este paraiso”, pense, “Nada que ver con lo que me liabian contado en mi epoca de monaguillo”. Estaba desorientado y confundido. Perdido en tiempo y en espacio. Cuando ya me habia resignado a no verla &mosa luz blanca de la que tanto hablaba Victor Sueiro, alguien me zarandeo con fuerza. No percibi bien quien era. Solo ?idivinc lui: si: tratabii de una piirsona. Solo aline a preguntarle: --Disculpame.,’.me pddes decir donde estoy? Porque e^itoy viendo elefantes y jirafas. --^No estas lan desorientado. Son dibujitos de elefentes y jirafes. Y los estas viendo porque esta esima sala de pediatria, --;.Y por que estoy en una sala de pediatria? --Porque te descompusiste y te estamos haciendo unos estudios. Las demas habitaciones estan ocupadas. Entraban y salian medicos y enfermeras lodo el tiempo. Me trataban con una delicadeza inusitada. Yo seguia aturdido y me empece a preocupar eada vezmas. En un momento, como ima tromba, ingreso un medico y me dijo: #--Tenes una arteria tapada. Nos vamos al quirofano ya. --?Que? -- alcance a preguntar, en medio de mi desconcierto. Pero ni el medico ni nadie me respondieron ima palabra mas hasta que ingrese al quirofano. Horas mas tarde, despues de la operacion,me e5q)loto el corazon. Y mi vida cambio para siempre. Todo comenzo durante la manana del jueves 22 de julio de 2010, mientras conducia Ciudad Gaiikdesae el movil de La Red, ubicado en el patio central de la Sociedad Rural Aigentina, en Palermo, Me empece a quedar dormido durante los cortes publicitarios. Y no solo enimo. En todos. Cada lanio mi: di:s|icLlaba nuestro operador, Rubon Cacha Paredes, quien seguro suponia que habia tenido una noche demasiado larga. --!Vamos, Jorgito! --me gritaba y yo me volvia a despertar. Cuando llegue al canal para empezar ftinwos, estaba agotado. Como si me hubieran cagado a palos. --^No tei^o fuerzas para nada. Y tengo mucho sueno --le comente a Julian Leon, mi productor historico. --!Llamo ya al medico del canal! --me dijo, asustado. Vino el medico, me revise) y diagnostico: --Aparentemente eslas bien. Poro cuando se estaba yendo, me quede dormido otra vez. No adormecido ni envela. Completamente dormido. Entonces llamaron al sanatorio Los Arcos de Palermo y me internaron de urgencia, en el mismo lugar donde dos semanas atras habian operado al expresidente Nestor Kirchner por ultima vez. Dias despues de mi internacion me entere que Moro, el entonces jefe de seguridad de Los Arcos, habia activado el Codigo Rojo. Esa era la razon por la que media docena de pnifesionales me estaban esperando en la puerta para tomarlas decisiones adecuadas sin perder tiempo. Moro es de primera. Es el mismo que organizo la internacion de Diego Maradona en Cuba en el ano 2000. La misma persona que coirio de un lado para el otro cuando parecia que El Diez se moria. Apenas llegue a la guardia, un monton de medicos me empezaron a gritar y a cachetear para que me despabilara: --!Joige,despertate! !Jorge! !Tetenes que despertar! Yo los escuchaba e intentaba abrirlos ojos, pero no podia. Entre al quiroEinosemidespiertoyuna enfermera me empezo a depilar los testiculos. Le pregunte si era necesario. Eua me explico porque; me lenian que meler un caletera traves de la ingle para poder observar, con una camara, cual era el grado de deterioro de la arteria. El panorama no era alentador. En apenas irnos minutos pude ver como llegaron hasta la arteria secundaria. Enlonccs me mosiraron que la tenia eompletamente tapada. --?Y, Ria!, que haeemos?--pregunto, de manera retorica la enfermera--. ?Metemos el catetero no metemos el cateter? Y mientras corria peligro mi vida no solo dije que si. Tambien pude very comprobar, por primera ve^y a traves de mi propio cuerpo, que es y como funciona un stent, el &moso resorte que se abre y te destapa la arteria obstmida. Es increible como primero entra y despues desprende los antibioticos mientras al paciente, en este caso yo, se le introduce im liquido de colora traves del cateter, para que se pueda notarel contraste. La cuestion es que al mismo tiempo te piden que losas. Y no le queda otra, porque si no loses, le inuri-:. Ademas, cuino -^i lodo eso fuera poeo.te arde lodo. Senlis que se le quema el cucqio enlcro: desde la garganla hasla k>s IcsliculuS. Y la escena lina) es peor lodavia: le conloelas. De verdad: le moris de frio. Porque el quiro&no esta helado. Y lo que te hacen en el cuerpo termina dandote mas frio todavia. Me envolvieron con mil fiB?adas,pero todavia tengo la memoria del tremendo frio que pase. Cuando todo termino, me llevaron a una habitacion individual. Lo hicieron para permitir que terminara de cicatriTar la herida. Si se hubiera abierto me habria desangrado ahi nomas. Me pusieron patas para arriba y me pidieron que no me moviese para nada. Fue elpeormomento del dia. Y uno de los peores momenlosde mi vida. Porque frie el instante en que me exploto el corazon. El instante en que tome conciencia,plena conciencia, de que, a pesarde que habia estado a pimto de morir, me encontraba solo. Absolutamente solo. Paso Silvia con Morena, no trajo a Rocio. Estuvieron quince minutos. Ni ima persona mas. Y resulto que ellas tambien se frieron enseguida. iQue raro! pense . ;.Puede serpue nadie se haya enlerado de lo que me paso? ;. Puede ser que ni a los amigos ni a la gente con la que laburo se les ha va oe unido pasar un minuto o llamar a la habitacion? !Que vida de mierda tengo! !Estuve apunto de morir v nadie vino a decinnc uut: mu iiuit:rc! Horas mas larde me entere de que fue lo que paso de verdad. Silvia me habia “entornado”. Habia dado la orden, sinconsiiltanne.de que anadie se le ocuniera llamar o venira visitarme. Me lo conto Chispa, mi cuiiado, despues de intentar y lograr verme, casi a las trompadas. --Esto es una locura --^me dijo--. Silvia no puede impedir que venga a verte la gente que te quiere. Mi ahord cxmujurno solo mu hubIH enlomado. Se habia ido a la casa a las 10 de la noche, se habia llevado a las nonas y me habia dejado solo, como un perro. Solo, como unico protagonista de mi propio Gran Hermano, Solo con un enfermero y una camara prendida para monitoreanne. Solo, desesperado por levantarme al bano para hacerpisy sin poderhacerlo como corresponde. Solo, con unas enormes ganas de hacer caca y sin poder concretado, porque corria riesgo de que se me abriera la herida. El enfemiero me lo explico con claridad: -- No le puedo sacar de la cama. Es mejor cagarse encima que morirse desangrado. --Te lo pido por favor. Te jtuoque prefiero morirme. Pero no hubo caso. Lo maximo que logre fue que me alcanzara una “pelela”. Tampoco transo con el pedido de dejarme a solas para hacerlo que tenia que hacer. De manera que entre la camara que me monitoreaba y la pelela no hubo manera de hacer’lo segundo”. Me tuve que aguantar 18 horas, cuando me dieron el alta. Fue una noche de mierda. La noche en que tome conciencia real de que no podia seguir viviendo asi. Y los ultimos cinco anos de mi vida con Silvia me atravesaron la cabeza y el alma como si fiiora una pelicula de loiTor. Habian sido malos. Muy malos. Un verdadero quilombo. El desgaste habia sido constante. Por goteo. Pero la gota era cada vez mas pesada. Y ya habia rebalsado el vaso hacia tiempo ya. Casi no dormiamos jiintos. Todas las noches eran iguales. Nos acostabamos y yo prendia la television. Comea ella no li; guslaba lo que ponia, se iba a domiiia la habitacion de huespedes. Tan mal la pasamos con Silvia, tan insatisfechos estabamos, que, durante un tiempo, la engane. Si: la engane con otra mujer. Nunca voy a dar el nombre de esamujer.PorelIay tambienpormi. No file demasiado el tiempo que pasamos juntos. A lo sumo habran sido dos meses, meses antes de que me destaparan la arteria. Sin embargo, para mi, ese poco tiempo significo miwho. Porque fiie muy lindo estar con una persona dispuesta a escucharme ya ser escuchada. Alguien que se inlciesaba por lo que hacia v por lo que decia. Una mujer que me habia dc ucllo las ganas de conquistar y de ser seducido. Que me hizo sentir hombre, una vez mas. Para muchos puede ser basico. Para mi, en ese momento, era sumamente valioso. Imagino, ademas, que muchos de los que estan leyendo ahora me seguiran viendo solo como un chimentero de la television. Un tipo que lo unico que hace es contar secretos de los artistas y los &mosos. Bien: tengo una primicia para daries. Tambien soy un ser humano. Necesite y necesito algo tan sencillo y basico como que alguien se interese pormi. Y a Silvia no le importaba absolutamente nada. Nada, excepto la guita. Por eso digo: era imposible no terminar como tciniinaraos. Era imposible manleniir viva una pareja que casi no hablaba y que solo se encontraba a la noche para dormir en camas separadas. ?Cuanto tiempo podia pasar hasta que ella o yo nos dieramos cuenta de que el otro lo estaba enganando? Un dia, de manera inconsciente o a proposito, ya no lo se, deje abierto el telefono. Y mi exesposa leyo un mensaje de texto. Lo recuerdo perfectamente. Fue ima tarde de domingo. Era verano y hacia mucho calor. El quilombo que me hizo Silvia fue descomunal. Algun licmpo dcspinis mi: entere que ella tambien me habia enganado. En realidad me lo eonlaron mis hijas. Fue en Punia del Este y lo vieron eon sus propios ojos. No se por que lo hizo. Ahora tampoco me importa. Si se por que la engane yo. Necesitaba sentirme escuchado,queridoyseducido. Necesitaba que alguien se interesara no por lo que tengo, sino por lo que soy. De manera que cuando deje, sin querer o queriendo el telefono abierto, Silvia encontro la excusa perfecta. Y se convirtio en mi enemiga.E hizo todavia algo mas delicado: acumular dineri) y bienes, su propio tesoro de plata que yo minea akanee a descubrir. No lo alcance a detectara tiempo porque siempre estuve enibcado en el laburo, y mas tarde, en como separarme sin lastimar a mis hijas. El dia en que me exploto el corazon comprendi que seguircon Silvia era morirme todos los dias un poco. Peni el momento en que tome, en serio, la decision intima de separarme fue algo que jamas podre olvidar. Me senti como si hubiese estado dentro de una pelicula. Una pelicula de la que tambien fiii uno de los protagonistas. Era octubre de 2011. Habiamos viaj ado los cuatre) a Nueva Yoik. Nevaba. Fue la primera vez que nevo en Nueva Yoric, en octubre. ri;ibiamos pasado la larde en el Museo de Ciene ias Naturales. Ala noche fuimos al teatro para E! Riy Leon, con la musica original de Elton John. Hacia tanto frio que tuvimos que ir a comprar ropa de abrigo. La nieve caia finita y transversal. Te lastimaba la cara. Salimos del teatro y nos metimos en Carmine, un restaurante de moda, cerca de Broadway. Nos atendieron para el culo. Nos apretaron en una mesa chiquita contra una ventana. El mozo era un desastre. Nos sirvio el vino en vasos que no estaban del lodo limpios. Y Silvia, como de costumbre, empezo a gritarles a las nenas. Ni siquiera me acuerdo euai era el motivo. Lo unico que me acuerdo es que todo el cuadro me empezo a pasar por delante, en camara lenta, y sin sonido, como la ultima escena de ima vieja pelicula. Silvia gritando y gesticulando. Mis hijas tratando de defenderse. La nieve cayendo. Yo, con la cara frente a la ventana y aparentemente ajeno a todo. De repente me escuche, pregimtandome: --Jorge. ;.que carajo estas haciendo? ;.Oue mierda haces aca? Jorque estas todavia aca? Afiiera no paraba de nevar. Y me respondi, de inmediato: Regresamos de Nueva York y lodo siguio de mal en peor. Un sabado a la larde, despues de otra pelea feroz en la casa delcountry de San Carlos, Silvia, fuera de si, me regalo la fiase que cada tanto repetia y que esa vez espere con desesperacion: --!Andate de aca! !Note quiero vermas! !Divorciemonos! !Me quiero separar de vos! Entonces tome el bolso que no habia desarmado desde que llegamos de viaje y enfile para la puerta, Silvia me freno a los gritos: --!Para! --^No. me voy, --No, asi nomas no te vas a ir. Si tenes coraje, antes de irte anda y decile a tus hijas que nos separamos. --;.Te parece necesario que lo haga ahora mismo? --Si, llama a tus hijas ahora. Ahora mismo. Rocio y Morena estaban en la colonia del countty, Y las llame: flie otro de los momentos que nunca voy a olvidar. Apenas entraron a la casa las sente en el sillon que teniamos en nuestro doimitorio, Silvia no paraba de gritar, desencajada: --!A ver si te animas a decirles lo que les tenes que decir! No hice ningun preambulo. Tampoco me parecio necesario. Solo les dije: --Mama y papa se van a separar. Mis hijas se kngaron a llorarenmenos de un segundo. Todos estabamos destrozados.Intente consolarlas uomo pude; --^No lloren.hiias. Yo las amo con el alma. Ellas se fiieron corriendo a su habitacion y se encerraron. Yo me flii al departamento. La mismapropiedadenlaque vivo ahora y donde escribo este libro. La casa en la que vivo con mis hijas, en la Pampa y casi Figueroa Alcoita. A las dos horas, Silvia cayo acompanada de dos mucamas. No me pare para recibirla: me quede acostado en la cama como si nada, mientras segui mirando television. Durante dos horas se la paso llevando cosas del departamento que habia puesto duranlo los ultimos meses. Hizo todo lento, adrede,para que reaccionara. Yo no me movi de la habiiaeion. Entonces ella, cuando lemiinode armare! ultimo bolso, me miro y me advirtio, desafiante. --Mira que esto es definitivo, ?eh? Le respondi solo una palabra: --Si. Se file dando un portazo, Y yo senti un alivio inmenso. Fue uno de los momentos mas tristes ya la vezmas felices de mi vida. Senti que estaba empezando a reeuperarmi libertad. Me volvi a sentir un hombre de verdad. Fue un sabado a la noche. Pedi una pizza grdndc portelclono. Me sobraron seis porciones. Penso; --Tengo que tirar tres ciiartos de pizza. Esto es nada mas y nada menos que la verdadera soledad. Recien tres anos despues de aquella escena me entere por que Rocio y Morena estallaron en un llanto atronadorni bien les informe que nos ibamos a separar. No era solo el llanto de la logica tristeia. Estaban muertas de miedo. Un miedo dislinU) al de quedarse sin el papa (* sin la mama. Me lo dijeron eon todas las letras durante el verano de 2014. --Llegamos a pensar que mama nos podia matar. --;.Como? --Si, tuvimos miedo de que fuera capazde matamos si vos no ibas a estar mas para defendemos. Senti la confesion de mis hijas como una puiialada enorme, Poreso ahora le agradezco a Dios tenerias aca conmigo, Al principio, desde fines de octubre de 2011,1a fecha en que nos separamos, me costo mucho verlasyeslareonellas. Despues de esa Navidad se fueron easi un mes eon la madre a Punta del Este. Yo las extranaba muellisimo. La noche del 24 de diciembre fiii hasta la casa del country, donde todavia vivian con su mama,para pasar la Navidad juntos, Pero no llegamos a la medianoche. Quince minutos antes nos peleamos y me fiii, muy enojado. Fue la peor Navidad de mi vida. Alas 12 en punto de la noche me encontre solo, arriba del auto, por la Panamericana. En la autopista no habia absolutamente nadie. Justo a la medianoche pase por Panamericana y Marquez. Habia un puesto de Gendarmeria. Los gendarmes se abrazaban y se deseaban felicidades. Aminore la marcha, baje la ventanilla y les grite; --!Feliz Navidad, muchachos! Los tipos no podian creer que fuera yo. No les entraba en la cabeza que estuviera solo un24 de diciembre a las 12 de la noche. Llegue al departamento irnos minutos despues. En la calle no habia nadie. Me sente en ei balcon, solo, fiente a los bosques de Palermo, Me prendi un habano mientras mire estallar mil fiiegos aitificiales.

  • Al sur de Andalucia de Katy Molina

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    Todo empezo una noche, me encontraba tumbada en el sofa de casa. De pronto, el movil sono con un mensaje en el Messenger de Facebook. Fueron unas simples palabras, "Hola, buenas noches" , escribio. A partir de ese inocente saludo comenzo la historia eterna entre un aleman y una andaluza. Dia a dia, fuimos hablando y conociendonos, sin prisas. Sin darnos cuenta surgio una bonita historia de amistad, una muy sincera y profunda, una que sin pretenderlo fui enamorandome cada dia de sus palabras, de su voz y ternura. Alexander, era un hombre complicado, tenia muchos problemas en la vida. Llegue como un remedio para su malestar, fui su luz en la oscuridad. Durante casi un ano estuvimos forjando una amistad especial, a pesar de la distancia, fuimos muy dependientes el uno del otro. Mi pareja, era un buen hombre pero muy distinto a mi. En cambio, Alexander me daba todo lo que siempre desee en un hombre. Se habia convertido en mi secreto mas personal e intimo. Nos llamabamos a todas horas, nos escribiamos e incluso chateabamos por Facebook, era un no parar. Nos convertimos en una obsesion. Mi vida no me la imaginaba sin el, lo necesitaba y cuando por trabajo hablabamos menos me daba ansiedad de no poder escuchar su voz. Muchas veces miraba a mi pareja queriendo que fuese tan atento como Alexander. Dicen que nuestra media naranja ronda en algun lugar del mundo queriendo encontrarnos. La encontre pero demasiado tarde. Santiago, asi se llamaba mi pareja, no tenia ni idea de mi relacion con el aleman. Sufria cada dia sintiendome una mala persona, estaba mal lo que estaba haciendo. El no se merecia que le fuera infiel de pensamientos, pues no lo podia ser de otra manera, la distancia era un inconveniente. Dia a dia fui enganandome, me decia a mi misma que mi pareja era buena para mi vida y que lo que sentia por Alexander era simplemente atencion. La relacion con Santiago estaba muerta de amor desde hacia mucho tiempo y yo no queria verlo pero el problema no era el aleman sino mi ceguera. Sin darnos cuenta, la pasion se habia acabado. Si tengo que ser sincera, creo que nunca la hubo, solo nos acostumbramos a estar juntos. Llevabamos saliendo desde el instituto, el habia sido mi primer todo y nunca tuve otra opcion. Alexander era distinto, se preocupaba por mi bienestar, me dedicaba palabras dulces y tiernas. Era mi todo y mi nada, pues no lo tenia a mi lado. Cuando lo conoci, su vida era un desastre y no confiaba en las personas. Por mi caracter andaluz desinhibido, supe sacarle del pozo. A distancia, con un simple telefono, consegui darle esperanza y luz a su vida. Le aporte felicidad y que sonriera a la vida. La mia se complico muchisimo, pase las horas pensando en Alexander, sonaba con abrazarlo. Un dia, mi pequeno, asi me gustaba llamarlo carinosamente, me confeso que se habia enamorado de su mejor amiga, esa era yo. Me quede muda, llorando, sin saber que contestar. Le hubiese dicho que yo tambien lo amaba pero no podia. Querer es facil, lo dificil es expresarlo. No pude decirle la verdad, no quise hacerle dano. Hable con el para convencerlo de que estaba confuso. Tuve que decirle que habia confundido los sentimientos, que la soledad hacia que nos sintiesemos confusos a la hora de recibir un poco de carino. Se me encogio el corazon al recordar como negaba e insistia. Al final, tuve que decirle que no olvidara que tenia pareja y que no complicara mas las cosas. Recuerdo con anhelo el ultimo mensaje de buenas noches que le escribi y que en el ultimo momento borre "En la proxima vida, buscame con mas ganas". Ese dia fue definitivo para que mi corazon lo reconociese como mi mitad perfecta. La amistad siguio y Alexander se contuvo en sus sentimientos. Hasta que llego el dia que una mujer cambiaria nuestros destinos, ella seria el detonante para desatar la tormenta del sufrimiento. Alexander se obligo amar, era un hombre consumido por la soledad, con una familia egoista y una vida dura. Necesitaba tener a alguien a quien abrazar, besar y sobre todo que lo quisiese con libertad. Crei que animarlo a conocer mujeres, traeria un equilibrio a lo nuestro pero me equivoque. Ahi empezaron los problemas. Ella se llamaba Lorena, una mujer tres anos mayor que el, divorciada con dos ninas y buena persona. Esa era la unica informacion que tenia acerca de aquella mujer misteriosa

  • La Ultima Mentira de Mary Kubica

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    El mundo de Clara Solberg estalla en mil pedazos cuando su marido y su hija de cuatro anos tienen un accidente de trafico. Nick muere, pero Maisie sale extranamente ilesa. El suceso se cataloga como accidente… hasta que dias mas tarde, Maisie empieza a tener terrores nocturnos que hacen que Clara se cuestione que sucedio realmente esa fatidica tarde.

  • Elegida Destronada de Laura Cruz

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    Tayla era la legitima heredera.
    Entrenada para reinar.
    Una luchadora ejemplar.
    Una dirigente nata.

  • La paradoja del bibliotecario ciego de Ana Ballabriga , David Zaplana

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  • El color purpura de Alice Walker

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    Un clasico del feminismo y la lucha contra el racismo del siglo XX.

  • Matadero de David Trivino

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  • Cecilia entre los Monstruos de Tess Marohn

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    Cecilia Ramirez es una nina mexicana de doce anos de edad inocente, inteligente y divertida que un dia es arrancada de su mundo para ser vendida, trasladada a Estados Unidos y explotada sexualmente en un club pederasta para hombres de dinero. A partir de ese momento empieza su lucha interna y externa por la supervivencia en un mundo que ya no reconoce y que amenaza con destruirla. Inspirada en testimonios de victimas reales, Cecilia entre los monstruos es un relato crudo y desgarrador que toca temas delicados que muy pocos se atreven a tratar en una novela como la pederastia, la prostitucion de menores de edad, la produccion de pornografia infantil y la trata de personas, en especial de ninos y adolescentes.

  • Mas alla de los suenos de Laura Morales

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    Aquellos suenos sin sentido la estaban volviendo loca. Un arido y solitario paraje recibia a Ashenee cada noche, un lugar que se le antojaba tan peligroso como hermoso.
    Atrapada en su tranquila rutina, acostumbrada al sonido de los platos en el fregadero, al grito de las comandas en la cafeteria, al olor del cafe y al de dulces recien hechos, no se imaginaba lo que el destino tenia preparado para ella. Este decide darle senales que nadie mas ve y, una noche, tras observar una aurora boreal, su vida cambia por completo.
    Aquellas montanas no eran suenos; eran tan reales como los acelerados latidos de su corazon, y tan verdaderos como aquel joven que suplicaba ayuda. Ahora tendra la oportunidad de encontrarse a si misma, pero perseguir sus anhelos dividira dolorosamente su corazon.

  • No te soporto, vecino de Olympia Russell

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    Si sumo el tiempo que he perdido buscando las llaves en el bolso, creo que me sale un mes de vida. Por lo menos. He probado de todo para evitar esa perdida de tiempo: he tenido bolsos enormes, con bolsillos interiores que mentalmente he reservado para las llaves; bolsos medianos, para meter lo fundamental; enanos, donde se supone que solo caben las llaves, el movil y la cartera. Nada que hacer. Al principio soy disciplinada, y dejo las llaves donde he decidido que tienen que ir, para encontrarlas a la primera. Pero mas pronto que tarde, acabo soltandolas dentro del bolso, sin ton ni son. Y luego: a perder el tiempo buscandolas. Hoy es diez de marzo y, con el estres que he tenido en el trabajo, cuando llego al portal intuyo que la pesca de llaves va a ser dura. Efectivamente, ya llevo mas de un minuto buceando a ciegas con la mano. He sacado tres pintalabios, un pintaunas, dos panuelos de papel -sin usar, pero fuera de su paquete-, el recogedor del pelo que llevaba meses buscando, una entrada de cine de hace tres meses ("Mujercitas", !como me gusto!), pero de las llaves, nada de nada. Hago sonar el bolso y si, ahi estan, asi que solo me queda el ultimo recurso, el que mas odio, pero el unico efectivo cuando ya estoy desesperada: darle la vuelta al bolso y dejar caer su contenido sobre la acera, frente al portal. Me agacho y volteo el bolso. Y, por fin, entre el revoltijo de objetos que han caido sobre la acera, diviso las llaves. En ese momento oigo un carraspeo. Desde mi posicion en cuclillas miro hacia arriba y hacia atras. Hacia el lugar del que ha venido el ruido. Y ahi esta. El tio mas imbecil del mundo. Mi vecino . Aunque solo llevo cuatro meses viviendo en esta casa, ya me lo he cruzado suficientes veces para comprobar que lo es. Imbecil. Y maleducado. Es el tipico pijo estirado y clasista, que el primer dia que nos cruzamos no me miro a mi, sino a mi uniforme, y decidio que yo era un ser insignificante que no merecia ni un saludo. Aunque despues de dias y dias de saludarle yo, y de recibir un "nada" a cambio. he conseguido que ultimamente me responda con algo parecido a un grunido. Que conste que lo he hecho por tocarle las narices, no porque me importe. Pero bueno, el caso es que ahi lo tengo. Es la ultima persona a la que me gustaria encontrarme en esta situacion. Agachada en una postura ridicula, con el cuello girado mirandole como una boba, con todos mis cachivaches en la acera y el bolso que compre hace un mes en el chino volcado boca abajo. El tio me mira desde arriba. Muy arriba, porque es alto. Y mueve sus cejas y suelta el grunido con el que me suele saludar. Y yo suspiro. !Vaya imagen ridicula debo estar dando!. Ademas de darle municion para que siga despreciandome. Pero no es momento de lamentos, sino de ser practica. Asi que decido aprovechar que va a abrir la puerta y recojo mis cachivaches con prisa y los meto en el bolso a barullo, mientras oigo como saca sus llaves. Ya estoy levantandome cuando oigo que abre la puerta y entonces, no se por que, se me ocurre decir algo para no quedar tan ridicula: -Que bien que ... No termino la frase, porque en ese momento, ya de pie, la puerta me da en las narices. Capitulo 2 Hace cuatro meses recibi la llamada de un abogado. Tuve que hacerle repetir tres veces cual era su oficio, porque antes nunca habia hablado con ninguno. Ni se me habia ocurrido que tuviera que hacerlo. Yo soy cajera de super. Voy al trabajo en metro. Me cuesta llegar a final de mes. Me gusta charlar con mis amigas, pasear por el retiro en mis horas libres, leer novelas romanticas y..., poco mas. ?Por que iba a necesitar yo un abogado? ?Por que iba a necesitar llamarme ninguno? Enseguida se me ocurrio que la llamada podia tener que ver con Alfonso. Mi ex. Es lo mas cerca que he estado nunca de los bajos fondos (que es donde se necesitan abogados ?no?). Aunque creo que fumar porros a todas horas no es un delito... Ademas, Alfonso ya llevaba nueve meses en Australia, haciendo lo unico que le gusta hacer: surfear a todas horas. Y fumar porros. Lo que no se me ocurrio en ningun momento es que los abogados pudieran llamar para dar una buena noticia. Y que eso me podia ocurrir a mi. Pero es precisamente lo que sucedio. Unas horas despues, en el despacho de Luis Urdaniz, el abogado en cuestion, me entere de que acababa de heredar un apartamento en el centro de Madrid. El pobre hombre necesito mas de diez minutos para hacerme comprender que aquello era cierto. La noticia era tan absurda para mi, que lo unico que entendia de todas sus palabras era un nombre: Elisa Monreal. La tia Elisa. La unica hermana de mi madre. La mujer guapa y elegante que nos visitaba muy de vez en cuando. Siempre carinosa y divertida, pero con la que apenas teniamos trato: --Elisa es asi, cielo --me solia decir mama --, lo bueno es que no hay que preocuparse de ella, se busca muy bien la vida sola. La tia Elisa habia muerto hacia unos meses, un ano despues de mama. Habia ido a su funeral, en una iglesia elegante del centro de Madrid, como habia dejado ella arreglado por escrito, al que habia ido muy poca gente: las dos primas de mama y yo, por parte de la familia (no eramos mas), y unos pocos desconocidos con los que no hablamos. Y eso era todo lo que habia sabido de ella antes y despues. Y la verdad es que no me habia extranado nunca. Nuestra familia era asi. Mama y yo, solas, siempre. La tia Elisa, alguna vez. Y las dos primas, de pascuas a ramos. Asi que el senor Urdaniz tuvo que esforzarse bastante para que yo asumiera la noticia. La buena noticia. --Senorita, no se como consiguio su tia ese apartamento. Solo se que esta todo en regla. Que hay un testamento. Que el apartamento ahora es suyo. Coja las escrituras y las llaves, por favor -- me dijo el hombre, ya desesperado, despues de mi bombardeo de preguntas y objeciones. Pero es que me resultaba muy dificil asimilar que yo, una chica de barrio humilde, hija de madre soltera, acostumbrada a no tener nunca dinero y a trabajar desde muy joven para sobrevivir, pudiera heredar nada que no fueran problemas. En cualquier caso, el hombre consiguio hacerme firmar los documentos legales, me dio las llaves y las escrituras y me acompano hasta la puerta (me empujo casi). Y asi me encontre al otro lado, en un portal elegante, con las llaves de un nuevo apartamento en la mano y mil preguntas sin respuesta. Bueno, y otra cosa mas. Junto a las llaves y las escrituras del piso, el hombre me habia dado un sobre pequeno que al principio me habia pasado desapercibido. Le di al automatico de la luz, porque me habia quedado a oscuras, y lei la nota que habia dentro: "Hola sobri guapa (la tia siempre me llamaba asi). Eres mi unica familia, asi que el apartamento que Leandro me regalo es para ti. Ya lo he dejado arreglado para que no tengas que pagar ni un impuesto ni nada. Pero ya no me queda nada mas, me lo he fundido todo. Espero que no te importe. Ah, tambien te quiero dejar un consejo: el amor es lo unico que importa."

  • Lo malo soy yo de Vicky Hernan

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    ?Que ocurriria si en esta ocasion el inocente yogurin fuera el, acompanado de sus inseparables timidez e inseguridad. y ella, en cambio, una Diosa del Olimpo altiva y orgullosa que solo busca en los hombres algun rato esporadico de buen sexo, y a quien rodean multiples misterios?J y V se encuentran cuando el comienza a trabajar en la empresa que ella preside. Enseguida surge la atraccion entre ambos. pero tambien las diferentes maneras de entender el mundo, el sexo y el amor. Lo Malo soy yo es la primera novela de la Serie Violeta. Te enamoraras de sus protagonistas y hasta de sus amigos. Si te quedas con ganas de mas, no te preocupes. La historia continua.

  • Construyendo un destino (Corazones rotos 1) de Catherine Brook

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    Una comedia romantica de mano de Catherine Brook en la que se pondran a prueba amor y confianza.

  • El triciclo rojo de Vincent Hauuy

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  • Gordo de feria de Esther Garcia Llovet

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    Un borracho. Un borracho de Semana Santa. Un borracho de Semana Santa atraviesa la plaza Mayor de la capital de Espana, son las cinco de la tarde, parece que va hablando por el movil pero la verdad es que no tiene movil porque se lo han robado hace horas y no se ha dado ni cuenta. Habla solo. Se llama de usted. -Que cosa mas rara me ha pasado -dice el borracho. El borracho se ha puesto a mirar una obra de canalizacion. En realidad se ha quedado apoyado en la valla amarilla que ponen en las obras para tener algo a lo que agarrarse, porque como se suelte sabe que se va al suelo, derecho a la zanja que hay en cualquier calle, las zanjas, las largas y hondas trincheras de Madrid, en guerra permanente contra todo lo contemporaneo. Ha trabado el pie ahi, ha cruzado los brazos sobre la valla y ha pensado eso en voz alta. -?Como dice? -Me ha pasado algo rarisimo -repite el borracho. El que esta a su lado es un chaval de pueblo de la sierra; ha venido a Madrid a ver si encuentra novia, que no la va a encontrar. El borracho se mete la mano en el bolsillo de atras, lleva bermudas y un polo blanco que le aprieta por todas partes. Saca una cartera que le ensena al chaval, una cartera de cuero, negra, muy usada, deformada de haber sentado el culo encima un millon de veces. -Mira -le dice al chaval-. Anoche un senor me dio esto. El chaval asiente con la cabeza. -Muy bien. Al chaval no le ha dado el sol en los ultimos cincuenta y cinco anos. -Aqui dentro esta mi destino. ?Tu crees en el destino? -Yo lo que creo es que me faltan dos euros para el interurbano. -Pues aqui me parece que te vas a quedar. -Vaya. Silencio. Se quedan mirando las obras otra vez, aunque no hay obras que ver, ni un solo obrero. Solo esta la zanja que deja a la vista una tuberia muy ancha y otra muy estrecha y los estratos cada vez mas profundos, mas negros y humedos y el cielo tan bonito, tan transparente, tan velazqueno, ahi al fondo del todo. No hay nadie trabajando. Es Domingo de Resurreccion. -Aqui ponia yo a trabajar a quinientos ochenta chinos -dice el borracho bien alto. -Yo tambien. El borracho se llama Luis. Se llama Luis pero le llaman Castor. Anoche, a las tantas, a las cinco y cuarto de la madrugada, Castor seguia sentado en la barra interminable del Plus Ultra, viendo en la tele la retransmision de un partido de la liga china, en directo. A veces le parecia que jugaban veintisiete chinos contra otros veintisiete. Mas anuncios. El camarero estaba hablando todo el tiempo, solo, a veces se quedaba afonico, no sabia escuchar, no le interesaba nada de lo que nadie le contara. No parecia un camarero. -Callate ya, joder -le dijo Castor. Pero el camarero no se callo. Habia abierto el bar para poder hablar con quien le diera la gana. Cuando no le dejaban hablar se ponia a hacer preguntas para poder empezar una conversacion cualquiera, asi que le pregunto a Castor que si queria un arroz a la cubana. Castor le dijo que no. -No. -Luego cogio un hueso de aceituna y se lo metio en la boca. Empezo a roerlo despacio, con ganas. Era su metodo habitual de procesar a fondo todo lo que se le iba pasando por la cabeza, su forma de triturar minuciosamente su conciencia con las muelas del juicio hasta que le dolian los oidos. Le hubiera gustado mucho tener un jefe para poder ciscarse en el, pero no tenia jefe. El jefe era el. -A ver, donde esta la prensa del dia -solto. Si no en un jefe, por lo menos le quedaba ciscarse en los politicos y en los ecologistas y en los periodistas. Y en la cultura, siempre tan a mano. El camarero saco un par de periodicos de debajo de la barra, los dejo frente a el y fue a sentarse a una mesa junto a la ventana, a escribir whatsapps que nadie le contestaria jamas. Castor cogio un periodico, no tenia mas que tres paginas, era Semana Santa. Y entonces fue cuando paso lo raro. El tipo entro como una sombra, sin abrir el pico. Y se encaramo al taburete a su lado, codo con codo. El resto de la barra estaba vacia. Castor le echo un vistazo al bies en el espejo ahumado detras de las botellas; era morenito, menudo, chato, con unos rizos como de astracan. Luego Castor bajo la vista y siguio mirando el periodico, sin leerlo en realidad. Achicando los ojos. Estaba pendiente del tipo este, esperando a ver que mierdas queria. Ahi se produjo un silencio de unos tres minutos. -Buenos dias -dijo Castor al fin. No podia mas. El morenito se froto las manos. Era lo que estaba esperando. -Buenos dias los que va a tener usted -dijo. Castor debia de estar muy borracho, porque cuando se volvio hacia el morenito le parecio que tenia el tamano del dedo de una mano y que lo miraba de abajo arriba desde el mismo centro del ruedo amarillo del asiento. -?Eres torero? -Soy la esperanza. -Lo que tu digas. Castor volvio a coger el periodico. -Ay, no le voy a contar mi vida -dijo el morenito. -Claro que no. -Yo antes era como usted -dijo. Castor solto una carcajada-. Si. No me contradiga. Como usted y como toda Espana y los espanoles. Estaba perdido para el mundo, asi le digo, para el sentido y el norte de las cosas, cada dia hacia lo mismo y no me daba cuenta, no me daba ni cuenta, todo me parecia que me pasaba por primera vez y a la vez me sonaba repetido, ya me entiende. Un barranco de aire, eso era yo. Yo he vivido en Pitis toda mi vida, detras de los hospitales. He vivido ahi a rachas, cuando venia una buena me iba y luego volvia, he tenido rachas muy largas eh, aqui donde me ve yo me he paseado por la Ribera de Curtidores de cabo a rabo y ahi no habia nadie que no hubiera puesto yo, pero luego me han venido flacas y hay que ir a alguna parte, y hace unos meses, cuando volvi a Pitis, Pitis ya no existia. No esta. Nada. Hay bloques y gruas. Y aparcamientos. Coches no hay, pero aparcamientos, muchos. Mi casa, mis gallinas y el tinglado del tiro al blanco, de eso no quedaba ni la sombra. Que rapido construyen ahora, no se como lo hacen. Las gallinas me dijeron que se las habia quedado uno que vive por detras de Bravo Murillo, en un patio, se han hecho viejas muy rapido tambien. Alli ademas de las gallinas habia una dominicana con unas gafas de cristales amarillos, gordos como tabiques. La dominicana tenia una gallina en un muslo y un huevo en la mano. Un huevo blanco y una gallina negra. Y una dominicana en medio. Si le aburro me lo dice. Con la otra mano leia la Biblia, la muy sinverguenza, ahora somos todos un poco evangelistas. Se canta mas. La dominicana me dijo que me llevara mis cosas pero que le dejara las gallinas. Cuanto cuesta una gallina, seis euros, eso no lo sabia usted. Mis cosas estaban en una caja de carton de Amazon. Habia alli tambien unas ninas, o bueno, igual no eran tan ninas, colgando ropa en los tendederos del patio siete pisos mas arriba. El patio era muy estrecho, un patio de luces. Sacaban sabanas una detras de otra, era mediodia pero ahi abajo se estaba haciendo cada vez mas oscuro. Las ninas se reian como locas, es lo que pasa con el chocolate, hasta que se callaron de pronto, a la vez. Yo mire para arriba y por encima de ellas el sol te quemaba los ojos. Tenian los pelos largos. Era el 1 de enero. Cuando baje la vista de nuevo, el patio estaba oscuro, estaba negro del todo, el suelo de alquitran. La dominicana se habia largado de ahi, y las gallinas. Se habia ido, la dominicana, con su huevo en la mano. Yo me lleve mi caja, pesaba muy poquito. Pero si no habia casi nada ahi dentro aunque fuera mi vida entera: media docena de moviles, una guia de telefonos y el rosario de la aurora. Y esto. El morenito entonces metio la mano en el bolsillo y saco una cartera de cuero negro que dejo frente a Castor. -Mire que me ha costado dar con usted -le dijo-. La he llevado siempre encima los ultimos tres meses, desde que se la quite, por si acaso, por si lo veia. -?Y esto que es? -Su cartera. Se la devuelvo. -?Me la devuelves? -Yo. A usted. Si. Lo he reconocido y le he visto meterse aqui y me he metido un copazo para darme valor antes de entrar. La cartera tenia un pin bastante gastado que parecia un escudo del Atletico de Madrid. -Bueno. No es verdad -continuo el morenito-. Lo he seguido desde Pontones, anda que no pasea usted, y lo he seguido hasta aqui. Ya esta. La cartera estaba entre los brazos extendidos de Castor, que la miraba como si fuera un plato que no le apetecia nada comerse. -Bueno -dijo el morenito-. Yo me voy. -?No quieres nada? ?Un cafe? ?Donde vives? -Por ahi. -Como que por ahi. -Pero si yo estoy bien en cualquier parte -dijo saltando al suelo. Castor asintio despacio. Luego miro todo alrededor, habia un billar, una pila de sillas, una guirnalda de luces color naranja, una bandera de Andalucia. -Pues yo no estoy bien en ninguna. Cuando llego a casa no encendio las luces. Le gusta encontrarsela a oscuras, asi tiene la sensacion de que entra en una sala de cine. Ademas se deja la tele puesta para que parezca que hay alguien dandole al pico dia y noche. En realidad se deja encendidas varias teles a la vez. Cinco, cada una en un reality diferente y en una habitacion diferente.

  • Inmoviles de Juan Jose Diaz Tellez

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    Malaga. Tarde de un sabado de principios del verano.
    Tonio, un chico de dieciseis anos, se encuentra con su familia de compras en Carrefour cuando el mundo se detiene a su alrededor.
    Literalmente.
    Su madre, su hermano, y todas las personas que se encuentran en el interior de los grandes almacenes se han convertido en las mas impresionantes y realistas estatuas de la historia.

  • Cailean, el falso highlander de Lisbeth Cavey

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    La manana que Agnes llego al castillo era desapacible y fria. El cielo ennegrecido amenazaba tormenta y la humedad calaba los huesos. El raido vestido y la fina capa que la cubria no eran suficientes para aliviar su temblor. Estaba nerviosa, era la primera vez que se separaba de su familia. Ellos habian decidido que ya tenia suficiente edad para mantenerse a si misma y le habian buscado el trabajo en el castillo de Kisimul. Habia oido historias, leyendas. Decia su madre: no hay que creer todo lo que te cuentan. Y la verdad era que, a Agnes, no le entusiasmaba la idea de trabajar en el lugar protagonista de todos aquellos chismes. Al castillo solo se podia acceder en una embarcacion, y ella habia llegado a acompanada de su padre en un pequeno bote perteneciente a un granuja de la isla que les habia cobrado una barbaridad por acercarlos a su destino. Durante el trayecto, Agnes habia observado con detenimiento el gran pedrusco que, cubierto de niebla, se divisaba cada vez mas cercano. El castillo se le antojaba tenebroso, ella sentia miedo y asi se lo hizo saber a su progenitor, pero todo intento de volver atras fue en vano. Nosotros ya hemos hecho bastante, le dijo, ahora tienes que arreglartelas por ti misma. Agnes y su padre caminaron el corto recorrido desde el embarcadero al castillo de Kisimul intentando protegerse de las rachas de viento helado que parecian querer echarlos del islote. Cuando estuvieron delante de la puerta del castillo, su padre llamo con la aldaba. Pasaron unos interminables segundos hasta que alguien abrio la gran puerta, segundos en los que Agnes penso que todavia habria una esperanza para ella, sin embargo, aquella pequena llamita se desvanecio y un hombre de unos sesenta anos, calvo y con cejas pobladas, les abrio la puerta. --Soy Angus Steward, y esta es mi hija Agnes, es la nueva sirvienta --anuncio Angus con decision. El hombre miro a Agnes de arriba abajo y les franqueo el paso mientras sujetaba un candil encendido, pues el dia era tan oscuro que parecia que ya habia entrado la noche. Agnes y Angus siguieron al hombre hasta la cocina, alli les esperaba la senora Fia MacNeil, la hermana del laird. --!A buenas horas! --exclamo la mujer. --Ha sido dificil encontrar alguien que nos trajera hasta aqui, senora. Nos han dicho en la isla que habra tormenta --dijo Angus. --Pretextos y mas pretextos, de acuerdo, usted ya se puede marchar. Nina, acompaname, te ensenare tus aposentos. Agnes quiso despedirse de su padre, pero Fia insistio en que se fuera sin perder tiempo del castillo. Angus le prometio a Agnes que estaria bien, pero en sus ojos era dificil ocultar la tristeza, ella lo conocia lo suficiente como para saber quien era su progenitor. Cuando Angus se hubo marchado, Fia le enseno a Agnes las estancias en las que podian entrar los sirvientes; las habitaciones, una letrina y la cocina. En horas de servicio se podian mover por el resto del castillo, siempre con causa justificada. Segun la senora, el laird era muy celoso de su intimidad. Recorrieron el castillo mientras Fia le daba instrucciones para que ella pudiera desarrollar su trabajo con eficiencia, tambien le dio una clara indicacion, mas bien fue una advertencia. Nunca, jamas podia entrar en los aposentos del laird. El dia fue largo y triste para la joven Agnes, pues su casa era humilde y acogedora, en cambio, el castillo era grande, lugubre y frio, muy frio. Trabajo en el huerto, en la cocina y por la noche ayudo a servir la cena. Fue ahi cuando tuvo que poner a prueba su eficiencia y no fue demasiado bien, el laird y su familia se le antojaban altivos y despotas. Agnes sirvio el vino a los comensales, tarea complicada, cuando en su casa cada uno tenia por costumbre servirse lo suyo sin molestar a los demas. Fue rodeando la mesa y echando el vino a cada uno de los miembros de la familia, hasta que se situo al lado de Cailean, el hijo menor del laird. Agnes, con inseguridad, intento en vano echar el vino sin derramar una gota, pero el halo electrico de Cailean, del que todos hablaban en la isla y no precisamente bien, hizo que su cuerpo comenzara a temblar como por arte de magia. El vino reboso del vaso y la mesa quedo encharcada. --Disculpe, senor, enseguida lo limpio --dijo Agnes con una voz a duras penas audible. Fia carraspeo y Agnes dirigio su mirada hacia ella, sus ojos le devolvieron furia. --!Chiquilla inutil! --espeto. Agnes comenzo a pasar un pano por la mesa para arreglar el desaguisado. De pronto, una mano firme la agarro por la muneca. Era Cailean MacNeil, la miraba con una mezcla de enfado y burla. Jamas habia visto a aquel hombre de cerca, solo una vez, un par de anos antes. Lo habia visto cabalgar su caballo en las inmediaciones de su casa, ella habia salido a buscar flores para su madre, llevaba a su hermano pequeno de la mano y un caballo negro se les acerco a la carrera. Encima de el, un jinete de mirada fria y cabello negro al viento. A Agnes le llamo la atencion su tez tan morena e impropia de aquellas tierras. Agnes y su hermano se abrazaron, pues temian ser arrollados, pero pronto se disipo su temor, pues el, Cailean, le dio una orden al caballo para que redujera su marcha y paso junto a ellos muy despacio. Entonces el la miro y sintio el mismo escalofrio que habia sentido momentos antes, solo que ahora, estaba tan cerca... Habia fantaseado muchas veces con que Cailean MacNeil la subiera en su caballo y cabalgara con ella sintiendo su cuerpo, su aliento. Pero todo aquello quedo atras, eran meras fantasias de una jovencita que habia oido tantas y tantas leyendas acerca de aquel hombre que, de alguna forma, lo habia idealizado. En realidad, todas las chicas de Barra bebian los vientos por el, pero este era tan efimero, tan fantasmal, que a veces se les antojaba un personaje imaginario. --Dejalo ya, mujer --dijo Cailean con suficiencia. --Disculpe, ya me retiro. --Agnes se marcho de la estancia apresuradamente ante la mirada furibunda de Fia. Una vez en la cocina rompio a llorar, se sentia inutil, temerosa, desubicada, era tan grande su tristeza que creyo que iba a morir de la congoja. --?Que te pasa, Agnes? --pregunto una voz conocida para ella. --Gavin, ?que haces aqui?, hacia tiempo que no te veia por la isla y me dijo tu madre que estabas trabajando. --Si, llevo unas lunas en este lugar, no esta mal, ?y tu?, llegaste hoy, ?verdad?, todos hablan de la chica de ojos grises que no aguantara nada en el castillo, no tienen ni idea de quien es Agnes Steward --rio. --Puede que tengan razon, son tan, diferentes. Confieso que me dan miedo --dijo Agnes con pesar. --Miedo no es la palabra, son los senores de estas tierras, es normal que no sean como nosotros. Mantienen las distancias, ellos no nos molestan, nosotros tampoco a ellos, nos limitamos a hacer nuestro trabajo sin dar que hablar. Eso si, no les gustan los errores --argumento Gavin encogiendose de hombros. --Pues yo acabo de arruinar su cena, entonces --anuncio Agnes llevandose ambas manos a la cara. --Bueno, es el primer dia, a todos nos ha pasado, aqui no se esta mal, de verdad. --Me cuesta creerlo --susurro Agnes. --Ven, te ensenare una cosa --dijo Gavin mientras agarraba la mano de Agnes y la llevaba practicamente a rastras hasta la torre. --?Que haces?, nos van a pillar y nos mandaran a la isla de una patada --apunto Agnes preocupada. --Tu tranquila, estas conmigo. --El chico sonrio a su amiga de la infancia y la hizo subir todas las escaleras de ascenso al lugar que mas le gustaba del castillo. Cuando llegaron arriba, Gavin volvio a tirar de ella hasta llevarla a las almenas. --Mira, ?no es hermoso? --pregunto el. Desde alli arriba, el punto mas alto de Castlebay, Agnes admiro las maravillosas vistas crepusculares y vio su casa en la isla, por un momento se entristecio de nuevo y tuvo que secarse una lagrima que bajo por su mejilla. El dia seguia siendo desapacible y hacia frio, ya casi no habia claridad y la tormenta habia amainado. A aquellas horas, su familia estaria haciendo la cena y, junto a la lumbre, estarian sus hermanos jugando. Aquello le parecia tan lejano y era tan triste su nueva vida que solo pudo decirle a Gavin: --Volvamos a la cocina. [?][?][?] Cailean se preparo para decirle a su padre lo que hacia mucho tiempo rondaba por su cabeza: que la isla se le quedaba pequena y el mundo le parecia muy grande para no poder formar parte de el. A sus veinticinco anos sonaba con una vida en otro lugar, con recorrer otras tierras, conocer otras gentes diferentes y que no construyeran chismes y leyendas sobre su persona. El sabia que no era igual que los otros hombres de su generacion, que ser un MacNeil era un orgullo para ellos y comulgaban con unas costumbres y tenian unos valores muy diferentes. Cailean era especial, eso siempre se lo habia dicho su madre, aquella mujer que, por amor, paso sus ultimos dias en un lugar al que no pertenecia. Myra, su madre, habia nacido en Inverness, pero sus padres eran espanoles que habian sido capturados y posteriormente vendidos como esclavos. La madre de Cailean no era la esposa del laird, solo una sirvienta, pero le dio algo que nadie mas le habia dado, la pasion por la lectura. Por ello, tal como hizo ella cuando estaba embarazada de el, Cailean se habia leido todos y cada uno de los libros que descansaban en la polvorienta biblioteca que habia conocido tiempos mejores.

  • Jaque al psicoanalista de John Katzenbach

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    LLEGA LA ESPERADA CONTINUACION DE EL PSICOANALISTA LA OBRA MAS VENDIDA Y EMBLEMATICA DE JOHN KATZENBACH

  • Encanto de Medianoche de B. J. Castillo

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    Mary esta asustada. Cuando creia que las cosas no podian ponerse mas oscuras, con la revelacion de algunos secretos familiares, ahora debe embarcarse en una peligrosa mision de rescate para salvar a Andrew Treddaway de las garras del malvado nigromante que tomo cautivo a su hermano. Pero no todo resulta como lo esperaba. Mientras, Andrew sufre de los abusos y torturas de Mahlon West, y para no perder su alma, debera enfrentarse a todas las sombras que lo llevaron a ese lugar.

  • Todos mienten de Mindy Mejia

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    Hattie Hoffman esta en el ultimo ano de instituto y tiene un futuro prometedor por delante como actriz. Cuando aparece brutalmente asesinada tras el estreno de la obra de teatro de la que era protagonista, la tragedia golpea a quemarropa la pequena ciudad en la que vive. Del Goodman, el sheriff local, muy amigo del padre de Hattie, promete dar con el asesino, pero la investigacion acaba desvelando mas secretos que respuestas: Hattie tambien era una gran actriz fuera del escenario.

  • Contrato prenupcial de Pilar Portocarrero

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    Raymundo esta obsesionado con Amanda, a pesar de haberse convencido de que ella fue la amante de su mejor amigo.
    El siente que es una insensatez, pero la quiere sin excusas, aunque tenga que pagar un alto precio por tenerla solo para el.

  • El terror – Dan Simmons de Dan Simmons

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    La verdadera historia de una legendaria expedicion al Artico, transformada en una excitante y extraordinaria novela en la linea del mejor Stephen King o Patrick O’Brien y llevada a la TV en una extraordinaria serie de 10 episodios.

  • Amos y Mazmorras I de Lena Valenti

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    Amos y mazmorras 1

  • Lady Zoella (Mujeres Poderosas 1) de Elizabeth Betancourt

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    Es el ano 1625, Reino de Inglaterra. Muchos cambios politicos y decisivos para el reino estan ocurriendo, la guerra anglo-espanola esta en auge. Sin embargo, nada de esto les interesa a los duques de Buckingham que acaban de perder a su tesoro mas preciado.
    Zoella Etherington ha desaparecido. Toda la ciudad esta en un estado de trauma, la futura duquesa tiene tan solo cinco anos. Nadie se imagina que la pequena mientras jugaba se ha subido a un barco de piratas y que estara en ese barco hasta sus dieciocho anos, convirtiendose en una pirata temible, la reina de los mares.
    Amos Hamilton esta desesperado porque desde que ha comenzado la epoca de presentacion en sociedad no se quita de encima ni con agua hirviendo a Zoella, una salvaje pirata que habia resultado ser duquesa. No la podia aguantar porque habia matado a toda su tripulacion hundiendo su barco cuando viajaba a Espana. Ella no se acordaba, pero el si recordaba sus ojos verdes de serpiente. Una noche el duque se quedo espantado al ver que la loca le habia raptado en su barco “Furia del Mar”. ?Podria escaparse o su corazon se hechizaria con esa peligrosa mujer que en el fondo tenia un corazon tan grande como el mismisimo Reino de Inglaterra?

  • Antes de que llegaras de Lisa Wingate

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  • Gorbachov. Vida y epoca de William Taubman

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  • Purgatorio (Todos mis demonios 2), Veronica A. Fleitas Solich de Veronica A. Fleitas Solich

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    Segunda parte de la saga “Todos mis demonios”.
    Despues de conocer a Vicente, Eliza se interna todavia mas en este mundo repletos de demonios los cuales guardan demasiados secretos.
    Ella espera una eternidad a su lado pero ?se la dara el? ?Que esconde Vicente, que misterios se ocultan detras del alma de Eliza?
    La vida se complica y lo que se inicio como una simple transaccion humano demonio, se descubre en un camino se complica cada vez mas.
    Enganos, silencios, demonios con poderes increibles…
    ?Que vale mas, tu amor, tu alma, tu vida? ?Que prevalecera al final de esta segunda entrega?

  • El deseo del jefe (Hector 1) de Hugo Sanz

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    Vania, hija, ?todavia no me has preparado esa infusion? Las he visto mas rapidas. Que paciencia debia tener. Luego llegaria mi hermano Tony y para el serian todas las sonrisas. Claro, como el senorito venia de ese modulo de electricidad en el que se habia matriculado, solo faltaba que tuviera yo que ponerle las zapatillas por delante, no fuera que se herniara. Eso habia sido asi de toda la vida de Dios y seguiria siendo. Mi madre tenia una venda en los ojos con Tony, que mas que una venda eran unas cortinas enrolladas. Mi padre tambien se lo decia, pero ella zanjaba la polemica argumentando que eramos dos celosillos y ya, punto redondo. --Mama, ahora mismo te la llevo porque, aunque a veces se te olvide, no tengo cuatro brazos y estoy terminando con el guiso de patatas antes de salir con Marta a repartir los curriculums por el barrio. --Ya, ya, con Marta y a repartir curriculums, ?no sera mas bien que quieres irte con ella de zascandileo como todas las mananas? Porque tu, con tal de quitarte de en medio, eres capaz de hacer cualquier cosa, que parece que te diera alergia la casa. Y ella ?no tenia trabajo? ?o es que ya la han echado? --No la han echado, mama. Esta de vacaciones. --Ah, yo que se, como a vosotras los trabajos no os duran... --Es verdad, mama, no como a Tony y a sus amigos, que esos si que van para empresarios de exito. Di tu que no le quiten el puesto a Amancio Ortega, que todo puede ser. Alergia la casa no, me daba claustrofobia estar alli sola con ella, pero que remedio... No habiamos pasado una epoca facil, pero todo habria sido mejor si mi madre no tuviese ese dichoso caracter y esa pasion desmedida por Tony, pues su comportamiento para con el suponia todo un agravio comparativo para mi padre y para mi. --No metas a tu hermano en esto, que el no tiene nada que ver. Hija mia que pelusilla le estas cogiendo. Es que me ha escamado lo de que salgas otra vez a repartir curriculums, que no se cuanto dinero llevas ya gastado en las dichosas fotocopias. Y total, para nada. Tony es que nacio con un soplo en el corazon, un susto que se corrigio con el tiempo y que jamas volvio a suponerle ningun problema. Pero mi madre, que es de las que se ahogan en un vaso de agua, vio en esa circunstancia algo a lo que agarrarse para tenerle una especie de lastima de por vida, cuando lo cierto es que el soplo se lo dio el jodido nino en los ojos, porque la tenia mas ciega que la gallinita del famoso juego. --Gracias por tu apoyo, mama. Pues si, pienso volver a salir con Marta y para repartir curriculums, ?tan raro te resulta? Porque hasta donde yo se no soy una vaga ni nada parecido. Y cuando me quedo sin trabajo bien que doy el callo en casa, que no paro. --Normal, solo faltaba, aqui todo el mundo tiene que arrimar el hombro, que las cosas no se hacen solas. Preferi no entrar en la polemica o se me iba a calentar el pico mas de la cuenta. Desde que estaba convaleciente de una grave operacion a consecuencia de un tumor, el caracter se le habia avinagrado mas todavia. Por suerte, logro superar ese duro trance, pero le habia quedado como "secuela" una mala leche todavia mas agudizada que yo ignoraba cuanto tiempo podria soportar. Mi sueno era el de independizarme con Marta, mi querida amiga, esa que tenia desde que el primer dia de guarderia se echo a llorar en la puerta (que para eso la pobre era muy poquita cosa) y yo me la lleve de un tiron hacia dentro. Mi madre y la suya alucinaron con mi arranque, pero es que ya llevaba por entonces por bandera eso de que "atras ni para coger impulso". Desde entonces Marta y yo eramos inseparables y a las dos se nos ocurrio juntas la brillante idea de dejar los estudios al acabar la ESO, pero es que nuestras familias no nos animaron precisamente a que fueramos notarias. Juntas limpiamos oficinas, pusimos copas y trabajamos de cajeras, hasta que a ella le mejoro la suerte y la emplearon en una tienda de ropa de ninos que habia en el barrio, donde no es que ganara el oro ni el moro, pero estaba muy bien mirada y tampoco es que se partiera el lomo. Yo no tuve tanta suerte y segui danzando de alla para aca, encontrando solo empleos precarios y super mal pagados con tal de tener algo que aportar en casa. Y la cosa empeoro con la enfermedad de mi madre, ya que mi padre se quedo varios meses sin empleo por cuidarla, razon por la cual nos las vimos y nos las deseamos. Por fin la situacion habia mejorado y mi padre vuelto a su empleo en la construccion, pues era albanil. Mil veces quiso llevarse a Tony a la obra, pero el encontro otros tantos pretextos para no hacerlo. En cuanto a mi, hacia un mes que estaba en paro y en casa. Lo llevaba fatal y venderia mi alma al diablo con tal de empezar a trabajar ya. Preferi no entrar en la polemica o se me iba a calentar el pico mas de la cuenta. Desde que estaba convaleciente de hacia dentro. Mi madre y la suya alucinaron con mi arranque, pero es que ya llevaba por entonces por bandera eso En cuanto a mi, hacia un mes que estaba en paro y en casa. Lo llevaba fatal y venderia mi alma al diablo con tal de Llamaron al telefonillo y era Marta, que tenia la semana de vacaciones y se habia apuntado al reparto de los curriculums para echarme un cable. Era un amor, por mucho que la jodida a veces me sacara de quicio. Vaya, pues como yo a ella, que tonteria. Curriculums habia enviado yo mil por Internet, pero tambien confiaba en que. si entregaba algunos a la antigua usanza, en mano, alguien detectara las muchas ganas que tenia de trabajar y por fin me diera un curro. --Me voy, mama. Ya he dejado el guiso preparado, ?vale? --Hija, es lo minimo, faltaria mas. --De nada, mama, de nada... Baje las escaleras del cuarto sin ascensor en el que viviamos contando hasta diez porque esa mujer no se imaginaba que me tenia al limite, pero yo lo estaba. --Hola, Martita, carino. Espera, que me suena el movil. Aprete el paso, dado que en aquel tramo de mi calle la cobertura del movil era fatal, otra particularidad mas de esa colonia residencial exclusiva en la que viviamos y contra la que, sin embargo, yo no tenia nada. Bien feliz que fui con Marta jugando por sus calles de pequena. --?Como? ?Una entrevista? ?Manana a las once? Alli estare como un clavo. --Nena, ?te han llamado? ?De donde? --De la empresa esa tan pija en la que te conte que estuve aquel dia, de esa. --?La que estaba en plena Castellana? Madre mia, que lujo. --Si, y que dicen que les hace falta urgente una directora, ?me ves a mi candidata para el perfil? --Yo a ti te veo candidata hasta a la Casa Blanca y lo sabes. --Y tu eres una cuentista de cuidado. Bien me conformo con que me dejen darle al mocho por los pasillos. --Te cogen fijo. Aprete el paso, dado que en aquel tramo de mi calle la cobertura del movil era fatal, otra particularidad mas de esa --?Tu crees? Ay, yo fliparia con que me dejaran ahi una buena temporada, porque te lo digo en serio; me hacen un contrato medio decente y nos cogemos un piso las dos. --Deseando estoy, ya lo sabes. Porque sola no me llega para hacerlo y anda que nos lo ibamos a pasar mal. --Si, si, la mar de agobiaditas que estariamos las dos. --Venga, que te invito a tomar algo para celebrarlo por adelantado. --Tu espera, no sea que me lleve un palo porque no me cojan. --Nunca se sabe, pero tu sigue asi de negativa y yo te arreo uno seguro. --?Tu crees? Ay, yo fliparia con que me dejaran ahi una buena temporada, porque te lo digo en serio; me hacen un contrato medio decente y nos cogemos un piso las dos. --Deseando estoy, ya lo sabes. Porque sola no me llega para hacerlo y anda que nos lo ibamos a pasar mal. --Si, si, la mar de agobiaditas que estariamos las dos. --Venga, que te invito a tomar algo para celebrarlo por adelantado. --Tu espera, no sea que me lleve un palo porque no me cojan. --Nunca se sabe, pero tu sigue asi de negativa y yo te arreo uno seguro. Capitulo 2 A las diez y media de la manana ya merodeaba yo por las inmediaciones de la oficina. Desde las seis estaba despierta, que para eso quise ponerme como un pincel. Una entiende que para darle al mocho no hace falta alisarse el pelo como si fuera una china, pero a mi es que me gusta ir a todos los sitios como una modelo. Oye, sonar es gratis... Y pasarse las planchas en el pelo tambien. Ahi me he colado, que con el subidon que ha dado luz hasta eso lo tendria que restringir algun dia como la cosa siguiera igual. Los nervios me comian en la puerta y pense que no era plan de que nadie me viera alli en ese estado, por lo que comence a ir Castellana para arriba y Castellana para abajo, haciendo tiempo. En definitiva, que me puse los dientes largos con los escaparates de esas boutiques tan pijas que lucian sus mejores galas. Mire hacia dentro de una de ellas y solo les falto bajar la persiana. Se ve que no tenia yo pinta de ricachona, como muchas de aquellas marquesitas que pasaban a mi alrededor, me faltaria la pamela o algo. Lo que no me faltaron fueron ganas de hacerle una peineta a la estupida de la dependienta, pero apenas me dio tiempo a reaccionar porque me tope de frente con un Barbie ensiliconada que acababa de pararse tambien delante del mismo escaparate. Bien comenzaba el dia. --?Se puede saber que estas haciendo? Me has dado un pisoton que vaya, mira como me has dejado el zapato y es un Manolo, ?sabes? --?Les pones nombres a tus zapatos? Mira que he visto pijas tontas en mi vida, pero tu te llevas la palma--le asegure sorprendida. --?Que dices, muerta de hambre? Se les llama Manolos y son de los mejores zapatos del mundo, pero tu que vas a saber. --No, claro, yo que voy a saber si no he ido a un colegio de esos archilingues como habras ido tu. Pero que educacion no tienes ninguna, bonita, que has embestido sin dejarme siquiera pedirte disculpas. Desde las seis estaba despierta, que para eso quise ponerme como un pincel. Una entiende que para darle al mocho --?Se puede saber que estas haciendo? Me has dado un pisoton que vaya, mira como me has dejado el zapato y es --?Que dices, muerta de hambre? Se les llama Manolos y son de los mejores zapatos del mundo, pero tu que vas a --?Disculpas? Es que menos disculpas y mas mirar por donde andas, que tu debes ser de las que va por la vida como pollo sin cabeza. Hasta me extrano que semejante pija supiera lo que era un pollo, que me parecia un animal muy ordinario para ella. --?Como pollo sin cabeza dices? Sin cabeza te dejaria a ti de muy buena gana, que lo sepas. Y mas vale que te calles o soy capaz de arrancarte los pelos esos rubios oxigenados que me llevas, tu veras. --Uff, bajuna a la vista. Intenta ponerme un dedo encima y llamo a la policia para que te encierren en una jaula. Bicho, que eres un bicho. --Bicho eres tu, que te has puesto los labios como dos morcillas de Burgos, a ver si te crees que alguien se traga que eso es natural. Por no hablar de los pomulos y de las tetas ya ni te cuento. --?Tu te crees cirujana o que? Pues mira, si lo he hecho es porque me lo puedo permitir. A ver si tu estas en disposicion de decir lo mismo. --No, yo lo unico que digo es que a mi no me hace falta tanto retoque para estar que crujo, !que a mi me dan los likes a punados, estirada! --A punados...hay que ser vulgar. Eso sera porque admites a cualquiera en tus redes, no como yo, que cuento con un selecto grupo. --?Un selecto grupo? No me dieran a mi mas tormento que estar en el mismo grupo que tu, menudo ambientito con olor a rancio. --?Tormento? Es que a ti no te admitiriamos en mi grupo ni asi nos lo pidieras de rodillas, anormal, ?que te has creido? Nosotros no nos juntamos con la chusma. --?Me estas llamando chusma? ?Tu quieres probar acera? Porque estoy por cogerte de los pelos y hacerte una degustacion gratis. --A mi no te me acerques que llamo a la policia en tres, dos, uno...

  • La vida secreta de la mente de Mariano Sigman

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    Un viaje a lo mas intimo del pensamiento humano. Como piensan y se comunican los bebes. Como elegimos y que hace que confiemos en los demas. Como nace la conciencia en el cerebro y como nos gobierna el inconsciente. Que sucede en el cerebro durante los suenos. Que hace que nuestro cerebro este mas o menos predispuesto a cambiar. Como podemos aprender y ensenar mejor.

  • El emperador goblin de Katherine Addison

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    Maia, el hijo menor y mitad goblin del emperador, ha pasado toda su vida en el exilio, lejos de la corte imperial y de las mortiferas intrigas que la envuelven. Sin embargo, cuando su padre y sus tres hermanos sucesores al trono mueren en un <>, no le queda mas remedio que aceptar su cargo de unico heredero legitimo. Carece por completo de formacion en la politica de la corte, ademas de no tener amigos ni consejeros, pero si alberga la certeza de que quien quiera que asesinara a su padre y a sus hermanos podria intentarlo con el en cualquier momento. Rodeado de aduladores ansiosos por conseguir el favor del nuevo e ingenuo emperador, y abrumado por las responsabilidades de su nueva vida, Maia no puede confiar en nadie.

  • Todo lo que nunca te dije de Chris Razo

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    Ano 2009. Me llamo Chelsea, tengo diecisiete anos, estoy a tan solo unos meses de cumplir los dieciocho. Vivo en San Francisco, en el distrito de Richmond, aunque naci y creci hasta los cinco anos en Santa Barbara. A mi padre le salio una oportunidad de trabajo, y aqui estamos. Me siento afortunada, tengo buenos amigos y me encanta el barrio donde resido. Justo en la casa de al lado vive mi amiga Arizona con su hermano Matt --suspiro poniendo los ojos en blanco--. Si, lo admito, estoy loca por el, a pesar de que no sea un amor correspondido. Para Matt, dos anos mayor que nosotras, no soy mas que la amiga de su hermana, y la hermana de uno de sus mejores amigos. Es alto, con el pelo algo revuelto y rubio, unos ojos azules que tienen el poder de dejarte hipnotizada. Mi amiga, por supuesto, sabe que suspiro por su hermano, y ambas creemos que es algo imposible. Matt se esta tomando un ano sabatico para reflexionar sobre si quiere ir a la universidad. Mientras tanto, da clases de refuerzo a los alumnos del instituto. Si, no solo es el chico mas guapo, tambien es inteligente, a lo cual, de momento, no le saca partido. Nosotras, por el contrario, ya tenemos pensado a que universidad iremos, a Standford; en realidad, cabe la posibilidad de que sea a Berkeley. Lo que tenemos claro es que no queremos separarnos. Tenemos un grupo de amigas increibles, en el que Arizona es mi apoyo incondicional: Kenisha, Baby, Blue, Lyn, Cady y nosotras dos formamos una pina desde que empezamos en el colegio. Por desgracia, el ano que viene nuestros caminos tomaran rumbos diferentes. Nos hemos hecho una promesa: mantener el contacto, a pesar de que nuestros caminos vayan a separarse. 1 La noche que lo cambio todo Esta misma tarde es la fiesta de fin de curso, Arizona y yo hemos quedado en su casa para prepararnos. Ella esta obsesionada con dejarme uno de sus increibles vestidos, maquillarme y dejarme preciosa. Algo que, por supuesto, no me apetece. Al final, me decanto por un modelo de color azul oscuro y tirantes, nada llamativo. En un principio decidimos que iriamos solo chicas, lo cual no tardamos en romper. Cuando me quiero dar cuenta todas estamos emparejadas, hasta yo. Me han buscado acompanante: Dorian, un chico con el que apenas he cruzado dos palabras y con el que seguramente no tenga nada en comun. Ir a ese baile no me apetece en absoluto, no es mi ambiente, no es mi sitio, aun asi, quiero estar con mis amigas. Los chicos vienen a buscarnos, nos vamos los cuatro en el coche. No puedo evitar estar nerviosa. Ari me coge la mano en varias ocasiones sonriendome. Sabe perfectamente como me siento. Al llegar, todas estamos juntas, pero, conforme avanza la noche, cada una va con su chico, excepto yo, porque Dorian ha desaparecido nada mas entrar, ha encontrado a otra con la que divertirse, lo cual no me parece raro. Me acerco a beber algo, mirando la hora una y otra vez. Observo lo que sucede alli, todo el mundo con sus parejas, bailando, riendo, divirtiendose. Me siento estupida aqui. No tenia que haber venido. Trato de contener las lagrimas, pero las malditas acarician mis mejillas sin poderlo remediar. Salgo de alli despavorida, mientras camino, pongo un mensaje en el grupo de las chicas: The Babies. Chelsea Hola, chicas. Lo siento, no me encontraba muy bien y he decidido marcharme. Nos vemos manana. Un beso. Media hora despues estoy sentada en el jardin de mi casa sin ganas de entrar. Contemplo las estrellas, desde pequena me ha encantado y me aporta tranquilidad. Cuando estoy metida en mis pensamientos, alguien se acerca por detras. --!Eh! ?Ya habeis vuelto? Si que ha durado poco el baile. Es Matt. Va vestido con una chupa de cuero, unos vaqueros ajustados y su pelo revuelto. Tan guapo como siempre. Tan especial... --Bueno, para mi si. Estaba cansada. --?Has vuelto sola? ?Y tu acompanante? --Se sienta a mi lado, me mira esperando una respuesta. Coloco mis gafas y respondo con sinceridad, como siempre. --Ese no es mi sitio, Matt, todos lo sabemos. He ido por las chicas, pero cada una estaba con su pareja --lo digo con tristeza, a pesar de que tendria que tener asumido que eso iba a pasar. --?Y la tuya? --A la mia no le he parecido una buena compania. Suele pasar, para ninguno lo soy. No pasa nada. --Matt me observa desconcertado, acaricia mi brazo y mi vista va directa a sus ojos. Esos en los que nunca me tendria que haber fijado o no de esa manera. --?Por que dices eso, Chelsea? Eres una chica estupenda. El chico que no sea capaz de verlo es un idiota. --Consigue sacarme una sonrisa. --Ya, pero a las chicas simpaticas nunca las besan, solo a las guapas. Me rio porque en realidad tampoco me afecta. No soy fea, si bien tampoco llamo la atencion, y cuando lo hago es por mis gafas y mi poco estilo con la ropa. --Chelsea, no se quien te habra metido todas esas tonterias en la cabeza... Estas muy equivocada. Matt se acerca lentamente a mi, juntando sus labios con los mios. Yo lo recibo con torpeza. Las mariposas revolotean por mi estomago. Nunca hubiera imaginado que Matt fuera a darme mi primer beso, tantas veces lo he sonado..., por fin se ha hecho realidad. No se cuanto dura, lo que si se es todas las emociones que despierta en mi. Nos separamos, lo miro con una sonrisa idiota, y el acaricia mi pelo. --Los chicos besamos a las chicas simpaticas, pero, ademas, es que tu eres preciosa, Chelsea, que nadie te diga lo contrario, por favor. --Me acurruco entre sus brazos y cierro los ojos disfrutando de este instante que se que acabara--. A pesar de que estoy muy a gusto contigo, es tarde y te vas a quedar helada aqui fuera. --?Quieres entrar? --Ni siquiera lo pienso--. No hay nadie en casa en todo el fin de semana. --Al ver su gesto desconcertado, me doy cuenta de que he metido la pata--. Olvidalo, es tarde, tienes razon. Hablamos. --Me levanto y comienzo a andar, el coge mi brazo. --Si quiero, pero no debo. No estoy seguro de ser capaz de parar de besarte, Chelsea. No quiero darte problemas. --No pasa nada. Lo entiendo. Cuando abro la puerta, el vuelve a estar detras de mi. Me coge de la cintura y entramos en casa. Cuando cierro, el me coge la mano, acaricia mi mejilla, y yo, tras cerrar los ojos, tiemblo al sentir de nuevo su roce. Sigo pensando que estoy en un sueno. Matt me quita la chaqueta despacio, vuelve a poner sus labios en los mios, un beso calido, delicado. Una faceta que dista mucho de la que yo conocia de Matt. --?Estas nerviosa? --!Claro que lo estoy! ?Como no estarlo? Estoy con el chico que me gusta, me esta besando, no hay nadie mas que pueda interrumpirnos. Asiento--. Chelsea, no quiero que te sientas obligada a nada. Me gusta mucho todo esto, aun asi, no tiene por que pasar de aqui. --No me siento asi. Es mas, estoy en una nube. Hace muchos anos que nos conocemos, Matt, y tu nunca... --No hablemos de eso ahora. No lo hacemos. Cojo su mano, subimos la escalera y abro la puerta de la habitacion. El se queda embobado observandolo todo. Solo las chicas han entrado aqui hasta ahora. Es mi pequeno rincon. Un sitio muy mio al que no dejo pasar a nadie. Se acerca a los cuadros. --?Esto lo has hecho tu? !Es impresionante! --Si --anado algo avergonzada. --No tenia ni idea de que te gustara la pintura. Siempre pense que tu vida eran los libros. --En cierto modo tambien lo son, pero la pintura es como una via de escape. Me siento feliz cuando cojo los pinceles, solo es un hobby. --?No piensas dedicarte a eso? --?Que? !Claro que no! --Es evidente que mi respuesta lo defrauda. --No lo puedo creer. !Tienes mucho talento! Podrias ganarte la vida con esto. --Gracias por los animos, Matt, en realidad, no creo que eso sucediera. No tengo tanto talento. --?Por que siempre tienes esa desconfianza en ti? --Agacho la cabeza. No entiendo como es capaz de leer en mi todos mis miedos. --Solo tienes que mirarme. --Lo hago. Siempre lo he hecho. --Sus palabras vuelven a ponerme nerviosa. ?Por que me dice eso? El nunca se ha fijado en mi. Para el siempre he sido la amiga de su hermana, nada mas. Me acaricia de nuevo, erizando mi piel--. Chelsea, eres muy especial

  • La mitad de la verdad (Fiscal Szacki 2) de Zygmunt Miloszewski

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  • Nunca digas tu nombre de Christian Martins

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    Siempre he pensado que lo mejor de una amistad es compenetrarse con la otra persona. Creo que esa es la clave para encontrar un amigo de verdad, uno de los que con los anos no se pierde. Y supongo que, por esa misma razon, Cailyn y yo somos, desde que eramos unas crias, una y carne. Terminamos juntas prescolares, nos inscribimos en el mismo instituto y entramos a formar parte del equipo de animadoras de forma simultanea. Nos costo, pero, a pesar de que Cailyn no tenia tantos creditos como yo, conseguimos ir a la misma universidad y que nuestros caminos no se separasen. Tuvimos que sobornar a un chico de administracion para que, de forma fortuita, el destino nos colocara como companeras de habitacion en el campus. Y ahora, unos cuantos anos despues, seguimos compartiendo piso a pesar de que Cailyn continue estudiando el ultimo ano de carrera y de que yo ya me este especializando. Creo que, con los anos, nuestros propios padres terminaron por asumir que eramos, somos y seremos inseparables. Y, cuanto mas viejas nos hacemos, mas claro tengo que Cailyn y yo no nos separaremos jamas. Estoy convencida de que nuestra amistad puede con todo porque, como ya he explicado previamente, nos complementamos de forma perfecta. Cailyn es el fuego, yo el hielo. A ella le encanta el picante, a mi el chocolate. Ella es la locura en persona y yo, a pesar de no ser la sensatez personificada, pienso las cosas un par de veces mas que ella antes de actuar. --Se lo estan pasando bien, ?eh? --me dice Arnie sin quitarle los ojos de encima a mi amiga. Le miro de reojo y veo su sonrisa tonta en la cara. Es evidente que esta disfrutando del espectaculo tanto como ellos. Cailyn esta tumbada en la mesa, echandose tequila en el escote mientras Mike le lame los senos de forma obscena. Suspiro hondo antes de propinarle un buen trago a mi vaso de ron-cola. Cailyn y Mike, en realidad, no estan juntos. Solamente se ven de vez en cuando y, cuando lo hacen, disfrutan juntos sin pensar en el manana. Ambos saben que no tendrian futuro como pareja, asi que ni siquiera se molestan en darse una oportunidad. Arnie y yo, en cambio... Bueno, decir que "estamos juntos" es un tanto precipitado, porque todavia nos estamos conociendo. Pero vamos en serio. Arnie es un chico formal, carinoso y respetuoso, puede que en un futuro me sorprenda, pero por ahora lo poco que se ha dejado ver, me gusta. Me gusta mucho, ademas. El problema que suelo tener a la hora de encontrar pareja es que todos los tios de entre veintiseis --nuestra edad-- y treinta y dos --mi limite antes de considerarlos vejestorios-- son demasiado inmaduros para mi forma de ser y pensar. Es como si los hombres necesitaran muchisimo mas tiempo para madurar y asentar la cabeza. Aunque debo admitir que Arnie parece diferente a lo que suelo encontrar por ahi. Le gusta disfrutar, el cachondeo y salir con los amigos. Se que ahora mismo esta disfrutando viendo a mi amiga semidesnuda tirada en la mesa --!es un hombre!--, pero tambien se que a la hora de la verdad es un chico decente. Y creo que con eso me basta. Si, a diferencia de Cailyn, yo soy bastante mas conformista y no se decir que no. Esa es desvergonzada y no le cuesta dejar claro que quiere en su vida y que no. Y, cuando estamos juntas, nos complementamos de forma perfecta. Incluso en la convivencia. Mike le baja ligeramente la camiseta a mi amiga, dejando sus pechos al descubierto. Arnie, que se lo estaba pasando en grande con la escenita, aparta la mirada de forma brusca y se rie, avergonzado. --Creo que estos dos necesitan algo de intimidad, ?eh? Yo me rio. No me molesta que mire. En realidad, yo tambien estoy mirando, ?no? --Creo que si --le digo, cogiendole de la mano para guiarle a mi habitacion. Pero no hemos dado ni un paso cuando suena el timbre. La musica a todo volumen amortigua el sonido y decido que, sea quien sea, se cansara de llamar. Pero no. Insiste. Suspiro hondo, dirigiendome a la puerta principal. Abro sin mirar por la mirilla, adivinando que se tratara de nuestra vecina del quinto, Aida. Aida es una senora amargada que lleva tiempo buscando una excusa para echarnos del edificio, pero como no la encuentra, se dedica a tocar las narices y molestarnos en cada ocasion posible. Pero cuando abro la puerta de par en par, me doy de bruces con la realidad. No es Aida, no. Son dos hombres vestidos de uniforme que, a no ser que sean strippers contratados por Cailyn, son policias. --Buenas noches --me dicen con voz seria y tono autoritario, cruzandose de brazos mientras echan un vistazo descarado al interior. Me giro para comprobar si desde aqui pueden observar el espectaculo que tiene montado mi amiga y, en efecto, descubro que asi es. Siento el rubor ascendiendo por mis mejillas. --?Desean algo? --pregunto, procurando simular una voz infantil e inocente. Pero no cuela, claro. Sus facciones serias no se ablandan con mis triquinuelas. --Una vecina ha llamado quejandose por la musica alta --explica uno de ellos, el que peor pinta tiene--. Parece ser que estais molestando al vecindario. Trago saliva. --Si, ya... Habra sido Aida --les digo, senalando hacia arriba--. No soporta que pongamos la tele a mas del cinco. Es una cascarrabias. El policia que se habia dirigido a mi traga saliva y tuerce el gesto en una mueca de desagrado. --Creo que en esta ocasion se esta quejando con razon --me replica--. No se si lo sabra, senorita, pero son mas de la una de la madrugada. Asiento con la cabeza. --Ahora mismo quito la musica --prometo, avergonzada. Ni siquiera era consciente de la hora. --Si, ahora mismo --repite el policia. Suspiro hondo y me alejo de la puerta, dirigiendome a la minicadena. Giro la ruleta del volumen y, de la misma, escucho los quejidos de Cailyn, protestando por la interrupcion. --No la volveremos a poner --aseguro, a pesar de que mi amiga no para de gritar que "continue la fiesta". --Eso espero --dice el otro policia--. Porque si tenemos que volver a esta casa, no sera solamente para dar un aviso. Asiento, comprendiendo perfectamente a lo que se refiere. --No sera necesario --respondo de forma apresurada. Cailyn continua quejandose como una nina pequena mientras yo aprovecho para despedirme de ellos lo antes posible y cerrar la puerta. Me giro hacia ella y la fulmino con la mirada. Esta sentada sobre la mesa, en sujetador, empapada en sudor y fingiendo unos pucheros demasiado infantiles. --Se acabo --digo, dando un par de palmadas--. El proximo fin de semana, mas y mejor, pero creo que por hoy cerramos la licoreria. Cailyn niega rotundamente. --Pero si nos lo estabamos pasando genial... --protesta con vocecita infantil. Mike le da la razon y yo, desesperada, le lanzo una mirada a Arnie que significa "ayudame con este par de borrachos". --?No os lo estabais pasando bien? ?No quereis seguir con la fiesta? --No quiero terminar pagando una multa --le corto con rapidez--. Asi que bajate de la mesa y ponte un pijama. Cailyn sonrie con malicia y, en ese preciso instante, soy consciente de que algo malo se le esta pasando por la cabeza. --?Y por que no seguimos en otro sitio? --dice, levantando la botella de tequila--. Se me ha ocurrido una idea... Pongo los ojos en blanco. Algo me dice que no sera una buena idea.

  • Deseo salvaje (Weretigers 1), Brianne Miller de Brianne Miller

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    Los Weretigers son una organizacion de mujeres y hombres cambiantes que se dedican a salvar a mujeres inocentes de las garras de Sammael, un demonio nocturno. Cuando en una de sus rondas Nahuel se choca con Leah, siente la llamada de los de su especie. Es ella… su companera, y ahora que la ha encontrado no piensa dejarla escapar. El problema no es solo explicarle que es el rey de los cambiantes… Lo peor de todo es que Leah no es solo su companera… Tambien lo es de Sammael.

  • El templo del sueno de Arianna Alcazar

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    “Con sus escasos 30 anos, Loretta creia que conocia todo lo relacionado con el sentimiento de perdida. Aseguraba que cuando Santiago se habia despedido de ella por mandato de los padres de esta, ella se habia sumergido en los rincones mas profundos de la tristeza, la soledad y el vacio. Aunque claro, esto habia ocurrido cuando Loretta era una adolescente enamorada de 16 anos y Santiago era un hombre que rondaba el cuarto de siglo, sin oficio ni beneficio. (.) Pero aparte de la perdida de su relacion con Santiago, de unas cuantas mascotas en su infancia y de alguno que otro amigo que se pierde en el camino, en realidad Loretta no conocia nada mas relacionado con despedidas ni tristezas profundas”.

  • Como el fuego de Jennifer Armentrout

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    En ocasiones, la vida te quema en las manos.

  • Las cenizas de Angela de Frank Mccourt

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    En esta extraordinaria obra, convertida ya en un clasico de la literatura, Frank McCourt recuerda su dura infancia en Irlanda. A pesar de todos los obstaculos sufridos por su familia, el lector se encontrara con grandes dosis de humor, compasion y esperanza.

  • Pata Negra de Eduard Freundlinger

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    Kilian viaja desde Munich a la ciudad costera Granadina de Almunecar, para investigar el suicidio de su hermano Xavier. El no quiere admitirlo, a pesar de que las evidencias son claras. Alli se encuentra con Joana, recepcionista del hotel en el que murio su hermano. Joana tambien sufre un duro golpe del destino, su hermana Carmen ha desaparecido sin dejar rastro despues de asistir a una boda en el mismo hotel. Joana y Kilian investigan por su cuenta y pronto tendran una terrible sospecha sobre la muerte de Xavier. Cuando la madre de Joana, que trabaja como limpiadora en el hotel desaparece, los acontecimientos dan un vuelco, y despues de una arriesgada busqueda de pistas, nada es lo que parece ser…