• Un asesino en tu sombra de Ana Lena Rivera

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    Gracia San Sebastian, investigadora de fraudes financieros, se ve envuelta en la desaparicion de Imelda, una joven psicologa a la que encuentran muerta pocos dias despues en las vias del tren. El marido, artificiero de la Guardia Civil y principal sospechoso, le pide ayuda para descubrir al asesino de su mujer. Junto a su amigo Rafa Miralles, comisario de la policia de Oviedo, Gracia empezara una investigacion que la llevara a la caza de un asesino por varias capitales europeas. Al mismo tiempo, la vida de Gracia se desmorona. La relacion con Jorge, su marido, pasa por un mal momento, y su reputacion como investigadora esta en entredicho tras acusar a un funcionario con esclerosis multiple de fingir su enfermedad para competir en la modalidad mas extrema del triatlon, el Ironman.

  • Los muertos no saben nadar de Ana Lena Rivera

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    Estimado lector: Las dos novelas anteriores de Ana Lena Rivera, Lo que callan los muertos y Un asesino en tu sombra, tuvieron muy buena acogida, por lo que estamos muy contentos de poder presentarte Los muertos no saben nadar. En esta tercera entrega volvemos a encontrarnos con la investigadora de fraudes Gracia San Sebastian, que ahora trabaja para la policia. La novela arranca en Gijon, en la playa de San Lorenzo, cuando a mediados del mes de diciembre un nino encuentra el brazo amputado de un hombre. A partir de ese hallazgo, todo es vertiginoso: la extremidad amputada pertenece al director financiero de una empresa de inversiones que en esos momentos esta siendo investigada por Gracia San Sebastian. La entidad, sospechosa de ser la tapadera de estafas a gran escala, es originaria de Rumania y posee ramificaciones por toda Europa, sobre todo en los paises del este con un sector inmobiliario emergente, como Moldavia o Bulgaria. Ademas, tiene conexion directa con un asesor fiscal de Gijon y su familia, que llevan un tren de vida muy por encima de sus posibilidades y tienen mas de un secreto que ocultar. Te reencontraras con la protagonista, Gracia, que esta intentando dejar atras el pasado para empezar una nueva relacion de pareja. Mientras, su exmarido continua velando por sus propios intereses, y su madre, Adela, sigue haciendo de las suyas. Una mafia rumana que opera con absoluta falta de escrupulos, la ciudad de Oviedo en plena preparacion de las fiestas navidenas y el comisario Miralles con su desesperada lucha contra el sobrepeso, son los ingredientes de una novela que no defraudara a ningun lector. ?A que esperas para empezar a leerla? Estoy segura de que te encantara. La editora A los que viven la vida en presente porque no saben si habra un manana Sabado, 7 de diciembre de 2019. 10:00. Playa de San Lorenzo. Gijon --!MIRA, PAPA! MIRA lo que he encontrado. --?Que es eso, Isma? --pregunto el hombre extranado al ver a su hijo acercarse con lo que parecia la mano de un maniqui viejo y sucio. El horror que sintio cuando el pequeno le entrego su recien encontrado tesoro le persiguio durante varios dias. Los momentos siguientes se fijaron de manera caotica en su memoria: como arrojo el brazo putrefacto de una patada lejos de su hijo, los ojos llorosos de este ante la reaccion de su padre, la confusa llamada a emergencias, la carrera desenfrenada y torpe por la arena con el nino en brazos, la cara de los agentes cuando les explico que habia dejado un brazo humano en la playa, el traslado a comisaria para tomarles declaracion despues de examinar el brazo y de permitirles recoger su pelota abandonada. A Ismael, en cambio, la visita a la comisaria con todos aquellos policias alrededor le compenso con creces la perdida de su hallazgo. Los agentes se interesaban en su historia, tuvo que repetirla varias veces, hasta le dieron gominolas y un batido de chocolate. Su padre le permitio tomarselo todo y le prometio llevarle esa tarde a darle la carta a Papa Noel. Fue uno de los dias mas geniales de su vida. --Entonces --quiso confirmar el agente de policia con el pequeno Ismael--, ?no encontraste el brazo en la orilla? --No, estaba escondido en mi agujero del muro. Siempre dejo alli las conchas que cojo. --?Cuando fue la ultima vez que dejaste conchas en tu agujero del muro? --El ultimo domingo que estuve con papa. Si hace bueno bajamos a jugar al futbol a la playa. --?Y eso cuando fue exactamente? --pregunto el policia mirando al adulto. --Hace dos semanas --respondio Julio, el padre de Ismael--. Mi mujer y yo estamos divorciados, paso con Isma un fin de semana de cada dos. Si no llueve y hay marea baja nos gusta jugar al futbol en la arena. Ismael tiene la ilusion de que le fiche el Real Madrid, ?sabe usted? Esta en la escuela de futbol del Sporting. --?Donde estaba usted cuando su hijo encontro el brazo? --Le estaba esperando en la zona humeda. Si la arena esta seca no se puede jugar bien. Isma fue a revisar el agujero del muro. Le gusta recoger conchas y meterlas dentro. Siempre que bajamos, comprueba si todavia estan alli. A veces las encuentra y otras no. Despues de hacerles algunas preguntas de rutina y tomarles los datos los dejaron ir, no sin antes dar las gracias a Ismael y nombrarle miembro honorifico de la policia de Gijon en una ceremonia improvisada que hizo las delicias del nino. <>, penso Julio cuando iban para casa. Todavia sentia el estomago un poco revuelto. 1 Sabado, 7 de diciembre de 2019. 21:00 MARIO MENENDEZ TAPIA, jefe de policia del Principado, encendio un puro sentado en el sillon orejero de su salon y miro a los turistas que caminaban por la calle, en pleno casco historico de Oviedo, en busca de un restaurante para cenar. Menendez fumaba de tanto en tanto, resto de un habito que intento asumir como propio cuando los hombres muy hombres fumaban, y mas si eran tipos duros como los policias. De aquella no llego a conseguir que el tabaco le enganchara del todo. En cambio, cuando llego el momento en el que las fotos de pulmones podridos por la nicotina sustituyeron a las del vaquero de Marlboro, el habito no arraigado se nego a abandonarle. El cerebro humano, como la vida, era caprichoso. Mario era un hombre de principios, satisfecho con su trabajo, a pesar de los treinta anos que llevaba dedicado al Cuerpo de Policia, y firme creyente de que la labor policial era vital para la sociedad. Policias, medicos y profesores eran, en su opinion, los pilares basicos de la humanidad, los que conseguian que la sociedad siguiera funcionando y que el mundo fuera cada dia mejor. Con semejante vision de la vida y de su profesion, recuperaba en los integrantes del cuerpo la ilusion infantil que los habia llevado a ser policias. Sin familia directa, y sin mas aficiones que cantar en el Coro Vetusta, con el que incluso habia grabado un disco, dedicaba muchas horas al trabajo y exigia lo mismo a sus equipos.