• Un problema encantador de Catherine Brook

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    Ella solo queria una vida tranquila.
    El solo podia ofrecerle todo lo contrario.
    Cuando su vida amenazo con convertirse en un infierno, Arleth Ritter tomo una decision drastica: huir de su casa y conseguir empleo. Su idea era convertirse en institutriz y ensenar a una nina tranquila las buenas maneras, nunca imagino terminar en una familia de locos, que le traerian mas problemas de los que ya tenia, y mucho menos penso en sentirse atraida por aquel irritable, problematico, y encantador hombre que casi provoca su muerte.
    Richard Allen tenia una reputacion de granuja. Miembro de la “familia problemas” a su lado solo podian acontecer desgracias. Siente una gran curiosidad, y una fuerte atraccion por esa mujer que oculta mas de lo que dice, y se decide a ayudarla, olvidandose de que por su apellido, solo la metera en mas lios.
    ?Sera que Arleth podra salir indemne de la situacion? o por el contrario, el apellido hara de las suyas y ambos terminaran enredados en ese gran lio que la gente llama amor.

  • Harry Potter. La Coleccion Completa de J. K. Rowling

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    Harry Potter es una heptalogia de novelas fantasticas escrita por la autora britanica J. K. Rowling, en la que se describen las aventuras del joven aprendiz de mago Harry Potter y sus amigos Hermione Granger y Ron Weasley, durante los siete anos que pasan en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechiceria. El argumento se centra en la lucha entre Harry Potter y el malvado mago Lord Voldemort, quien mato a los padres de Harry en su afan de conquistar el mundo magico. Desde el lanzamiento de la primera novela, Harry Potter y la piedra filosofal en 1997, la serie logro una inmensa popularidad, criticas favorables y exito comercial alrededor del mundo. Para diciembre de 2007, se habian vendido mas de 400 millones de copias de los siete libros, los cuales han sido traducidos a mas de 65 idiomas, entre los que se incluyen el latin y el griego antiguo. El septimo y ultimo libro, Harry Potter y las Reliquias de la Muerte fue lanzado mundialmente en ingles el 21 de julio de 2007, mientras que en espanol se publico el 21 de febrero de 2008.

  • Mi duquesa espanola de Claire Phillips

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    Desde la muerte de sus padres, para Alejandra la vida giraba en torno a sus dos hermanos, Roberto y Teresa. Lo que no podia imaginar es que el unico hombre en el que jamas pensaria posar sus ojos seria el unico que despertaria sentimientos desconocidos. Ella era ajena a su mundo y no deseaba formar parte de el, pero al mismo tiempo era incapaz de ignorar lo que el despertaba y le hacia desear. Admirado por sus pares y deseado por las mujeres, el duque de Chester era un hombre acostumbrado a conseguir lo que deseaba. Lo que no esperaba era que esa joven con la que tropezaron una manana mientras auxiliaban a un par de pilluelos de los alrededores de la propiedad ducal, fuese a ser su destino, un destino al que no se opondria ni resistiria bien era cierto que tampoco esperaba que la joven que seria su destino resultase una joven terca, demasiado inteligente para su bien y, sobre todo, sin deseo alguno de convertirse en duquesa, en su duquesa.

  • Mi jardin secreto de Nancy Friday

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    Todas las fantasias sexuales de las mujeres contadas por ellas
    mismas sin inhibiciones.
    Nancy Friday presenta en este libro los testimonios de mas de 150
    mujeres seleccionadas entre otras muchas con las que se entrevisto o
    mantuvo correspondencia.
    Confesiones en las que esas mujeres exponen de forma
    absolutamente desinhibida sus fantasias sexuales mas secretas.
    Partiendo de esa base documental, la polemica autora
    norteamericana intenta profundizar en una faceta del mundo
    femenino que a menudo se ha mantenido oculta por pudor, por miedo
    o por la imposicion social de adoptar actitudes hipocritas ante el
    sexo.
    Con Mi jardin secreto, Nancy Friday abre la posibilidad de liberar toda
    la energia sexual de la imaginacion no solo a las mujeres cuyas
    fantasias se ven plasmadas en el libro, sino tambien a quien aborda
    su lectura.

  • La cautiva del highlander (Al tiempo del highlander 1) de Mariah Stone

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    C P R OL O G O astillo de Dunollie, fiordo de Lorn, Escocia, 1296 LA CRUZ EN LLAMAS ARDIA. Bum. Bum. Bum. El sonido de cientos de palmas tocando los tambores resonaba en el pecho de Craig Cambel al mismo ritmo que su corazon. Detras de el, esperaban doscientos miembros del clan Cambel. Todos habian respondido a la antigua llamada de la cruz en llamas, que ardia junto al caballo del jefe del clan. La llamada a derramar sangre. La llamada a restaurar el honor. La llamada a rescatar a un ser querido. El castillo de Dunollie, hogar del clan MacDougall, se erguia ante Craig. Tenia cuatro muros cortina, un gran porton, que se hallaba justo enfrente de los Cambel, y una simple torre cuadrada de tres pisos integrada en la esquina derecha. Sobre el techo y los muros, los arqueros estaban preparados, las cuerdas tensadas y las flechas apuntadas hacia Craig y sus hombres. Sin embargo, los Cambel prepararon sus propias flechas de fuego para responder. El ariete se encontraba listo delante del porton y los guerreros disponian de algunas escaleras de asedio largas y reparadas, asi como tambien de otras recien construidas. Sir Colin Cambel, jefe del clan y abuelo de Craig, levanto un brazo y todos los tambores se silenciaron al mismo tiempo. --!John MacDougall! --El grito llego lejos, se alzo hacia el cielo plomizo e hizo eco entre las piedras y las paredes--. !Dejate ver! Los arqueros que se hallaban parados en la muralla titubearon y luego le cedieron paso al hombre que aparecio entre ellos. --Cambel --grito el recien llegado--. ?Vienes a devolverme mis tierras? --Las tierras me las concedio el rey Juan de Balliol y ya no son tuyas. --Claro, y tu estabas ansioso por aceptarlas. No olvides que aun eres mi vasallo. --Parece que eres tu quien esta olvidando las cosas. Cosas como el honor. Cosas como cumplir con tu palabra y proteger a tus vasallos. --Yo no le debo proteccion a ladrones. --?Ladrones? --Sir Colin escupio en el suelo--. ?Como te atreves? Devuelveme a mi nieta. Y, si sabes lo que te conviene, me entregaras al bastardo de tu hijo, que no sabe aceptar el no rotundo de una muchacha. Yo le ensenare a tener honor. Es evidente que su propio padre no lo ha hecho. Al recordar el dia en que su hermana Marjorie habia desaparecido, Craig apreto la mano alrededor de la empunadura de su espada claymore. Marjorie habia salido del castillo con su criada para ir a recoger hierbas para la cocina. Al poco tiempo, la criada habia vuelto sola, corriendo, gritando, temblando y con un profundo corte en la mejilla. A los Cambel les llevo dos semanas de busqueda e interrogatorios para descubrir quien se la habia llevado. Alasdair MacDougall. El hijo del laird. Craig apreto la mandibula, pues ardia de necesidad de encontrar al bastardo y liberar a su hermana. John MacDougall se quedo en silencio durante un momento. --Si quieres a tu nieta, sir Colin, tendras que venir por ella. Es la prometida de mi hijo y solo te la devolvere cuando mi hijo quiera que se marche. En las orillas de la bahia de Oban reino el silencio. En lo mas profundo de su ser, Craig sabia que ese dia no terminaria sin que se derramara sangre. Aun quedaba por ver si Marjorie habia sufrido algun dano. Un grunido de furia nacio dentro de Craig, se le elevo por la garganta y se difundio a todo lo largo y lo ancho del campo. Los MacDougall lo miraron. Los Cambel se tensaron; estaban listos para lanzarse a la senal de su laird. --Si tu hijo le ha tocado un solo pelo de la cabeza... --Craig escucho como su propia voz se alzaba en el aire--, hare que la mision de mi vida sea brindarle una muerte larga y dolorosa. Su familia rugio. Todos estaban alli: en el caballo de al lado, su padre, junto a los dos hermanastros de Craig, su abuelo, sus tios y sus primos. El resto del clan los siguio con las hachas y las espadas alzadas. Se volvio a oir un estruendo, pero esta vez no provenia de los tambores, sino del choque de las armas contra los escudos. --!Cruachan! --Sir Colin grito el llamado del clan Cambel a tomar armas, y el clan lo recibio. La palabra retumbo en el campo y los unio a todos como si fueran uno. La muerte podria estarles esperando, pero ellos moririan por su sangre. Por lo que era correcto. Y Craig moriria con gusto para salvar a su hermana. Los Cambel se lanzaron al ataque. Escudandose de las flechas que caian como granizo sobre ellos, llegaron hasta la torre. Sus propios arqueros lanzaron flechas de fuego hacia el castillo, y las primeras impactaron contra la estructura de madera que habia entre las paredes de piedra. La muerte eligio a sus victimas entre los Cambel. Los guerreros aullaban de dolor, la carne se desgarraba, y el olor metalico a sangre, suspendido en el aire, estimulaba la furia y el miedo de Craig. Craig siguio corriendo y finalmente llego al muro del castillo. El ariete impacto contra la puerta. Los Cambel colocaron las escaleras contra el muro. El enemigo comenzo a empujarlas hacia abajo, y algunas se cayeron. Otras se quedaron de pie, y los Cambel comenzaron a subirlas. A Craig le latia el pulso violentamente en la sien. Miro a la izquierda y a la derecha, tratando de ver mas alla de los hombres de su clan. ?Como podria colarse en el castillo sin que el enemigo se diera cuenta? Sostuvo el escudo sobre la cabeza y echo a correr hacia la derecha, a lo largo de la linea de los hombres de su clan, quienes estaban subiendo las escaleras de asedio. El plan del jefe del clan era asaltar los muros del frente y del oeste, que eran mas bajos, para que los MacDougall dirigieran la atencion a esos lugares. Pero no a los del este. Craig doblo en la esquina y corrio a lo largo del muro oeste de la torre, que llevaba al muro cortina. Se detuvo bajo tres ventanas: una en cada piso. Hasta ese momento, no lo habia visto nadie en la torre. Todos los arqueros estaban mirando hacia donde se encontraban la mayoria de los Cambel. Craig era buen escalador. Se coloco el escudo en la espalda, saco dos navajas de escalar y miro hacia arriba. Solo necesitaba llegar hasta la primera ventana. --No es mas que una montana empinada --se dijo a si mismo--. Y tu ya has escalado rocas empinadas cientos de veces. <>. Afortunadamente, los surcos entre las piedras eran perfectos para esas navajas. Craig clavo la navaja en la primera grieta, y el gesto le produjo tanta satisfaccion como si le estuviera atravesando el corazon a un MacDougall. Se impulso hacia arriba con un brazo y clavo la segunda navaja un poco mas alto. <>. Se volvio a impulsar y sintio que se le entumecian los musculos del hombro y los biceps del brazo a raiz del esfuerzo, pero la furia le alivio la tension. Cuando volvio a clavar la daga, se desprendio una mezcla de polvo y arena del hueco. Alguien grito en lo alto, y una flecha le paso volando muy cerca, pero aterrizo en el suelo. Craig miro hacia arriba. Los hombres sobre la muralla le apuntaban con flechas. <> Una flecha le rozo el hombro. Craig se apresuro; sin perder un solo momento mas, clavo el punal en la pared y siguio escalando. De pronto, sintio un ardor en el hombro: una flecha lo habia rasgunado. Craig ya casi habia llegado a la ventana. Tras una ultima punalada en la pared, logro alcanzar la cornisa. Metio el cuchillo en la ranura que habia entre las persianas de madera, desplazo el pestillo y, cuando este cedio, las persianas se abrieron de golpe. Acuclillado en la cornisa, Craig miro hacia el interior. Por todo el esfuerzo de la escalada, le ardian los musculos. La ventana daba a una habitacion. En una esquina, una vela titilaba lentamente y dejaba en penumbras la figura de una persona. Habia alguien de pie contra la pared, a la derecha de la ventana. Craig tomo una pequena piedra que se habia desmoronado de la pared y la lanzo hacia el interior de la habitacion. Un tablon de madera paso volando por la ventana. Craig tomo impulso y salto al interior de la habitacion. Luego de aterrizar, atrapo a una mujer, su atacante, y le sujeto los brazos detras de la espalda. Le apreto el punal contra la garganta. --Marjorie Cambel --le dijo--. ?Donde esta? La mujer era la esposa de John MacDougall. En un rincon junto a la cama, habia unos ninos acurrucados. Craig miro a su alrededor, pero no vio a nadie mas alli. --?Donde esta? --repitio subiendo el volumen y apretandole mas la hoja del punal contra la garganta--. No quiero hacerte dano, solo he venido por mi hermana. La mujer cerro los ojos con fuerza. --En el tercer piso --le respondio--. En la habitacion orientada hacia el este, al igual que esta. Craig la solto, desenvaino la claymore y abrio la puerta lentamente. Ojeo el pasillo. ?Acaso podia confiar en las palabras de la mujer? ?Y si lo estaba enviando hacia donde se encontraba la mayor resistencia? Bueno, en ese caso, ya lo averiguaria. Escucho unos pasos pesados al final del pasillo. El ariete volvio a arremeter contra el porton de madera. Craig subio rapidamente los estrechos escalones y se asomo por detras del hueco de la escalera. Dos centinelas corrieron hacia el. Una espada choco contra otra espada y un escudo, y asi comenzo la danza para la cual se habia entrenado desde que pudo sostener un arma. !Clank! !Saz! !Bang! Uno se cayo apretandose el corte que tenia en el costado y el otro quedo inconsciente. Craig subio corriendo el siguiente tramo de las escaleras. Los gritos provenientes del techo se escuchaban mas fuertes en el tercer piso. El olor a humo le lleno la nariz. El techo de madera debia estar en llamas, de modo que Craig necesitaba darse prisa y sacar a Marjorie de alli antes de que el fuego llegara al ultimo piso.

  • El lamentable descenso de Henry Norton de Angel Delgado Rodriguez

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    Marzo de 1981. Henry Norton se ha recluido en su apartamento de Manhattan y escribe el final de su tercera novela cuando recibe una llamada telefonica de un desconocido que le da una direccion y le informa de que su mujer, desaparecida hace unos anos, esta viva.

  • Antes de que las hojas caigan de Maite Aleu

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    1918, Chicago
    Estados Unidos esta inmerso en la Primera Guerra Mundial. La sociedad esta sufriendo profundos cambios, favorecidos por la masiva salida de hombres rumbo a Europa. Sin embargo, los hospitales siguen siendo reinos masculinos.
    La doctora Elizabeth Scott ha luchado mucho para llegar a ser residente en el prestigioso hospital del condado de Cook, y ambiciona un puesto en su laboratorio. Para conseguirlo se enfrentara a varios obstaculos, incluida la intensa atraccion que siente por uno de sus companeros.
    El doctor William Foster todavia no ha sido llamado a filas. Durante la incierta espera se centra en su trabajo en el laboratorio del Cook, donde no puede evitar fijarse en su companera, Elizabeth, una mujer prohibida para el.
    Ambos sucumbiran a sus sentimientos en un entorno marcado por los prejuicios, las diferencias sociales, la guerra y los avances medicos. La terrible pandemia de gripe espanola pondra a prueba su amor y su vocacion.

  • Preguntame por que eres tu de Alejandra Beneyto

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    Christina esta casada con su trabajo como estudiante de doctorado. Christina conoce a Harry, que tiene en su mano la decision de financiar su investigacion. Harry es cautivado por Christina, y hara lo imposible por convencerla de que romper su regla de no involucrarse con nadie del mundo academico no es un error.Harry y Christina se acercan y se separan, pero el no dejara que las cosas se queden de esa manera.Paralelamente, Matt se encuentra con Kate. Kate no soporta a Matt y Matt pierde los papeles cuando ella esta cerca.

  • Detras de las Ruedas de Adrian Ponce

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    ?Como vivirias sin poder utilizar una mano? ?Sin las dos? ?Que tal depender de otras personas hasta para los aspectos mas basicos e intimos? Esta novela llena de romance, amistad y humor, te dara un buen vistazo a lo que es vivir dentro de un cuerpo que no responde como quisieras.
    Comenzando desde la noche anterior a su boda, el protagonista, un chico que nacio con una discapacidad, nos cuenta de manera regresiva algunos de los momentos mas importantes de la relacion con la chica que esta a punto de ser su esposa, llevandonos a conocer la vida a traves de sus ojos.

  • La casa que ame de Tatiana De Rosnay

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    Querido: Puedo oir como suben por nuestra calle. Es un rugido extrano, amenazante; sacudidas y golpes. El suelo tiembla bajo mis pies. Tambien oigo los gritos, unas voces masculinas, altas, excitadas, el relincho de los caballos y el martilleo de sus casas. El rumor de una batalla, como aquel terrible mes de julio tan caluroso en el que nacio nuestra hija, aquella hora sangrienta en la que la ciudad se erizo de barricadas. Hay nubes de polvo sofocantes, un humo agrio, tierra y escombros. Le escribo estas letras sentada en la cocina vacia. La semana pasada embalaron los muebles y los enviaron a Tours, a casa de Violette. Dejaron la mesa, era demasiado voluminosa, tambien la cocina de esmalte, muy pesada. Tenian mucha prisa y yo no pude soportar el espectaculo. Aborreci cada minuto. La casa despojada de todos sus enseres en un brevisimo instante. Su casa, la que usted pensaba que se salvaria. !Ay, amor mio! No tema, yo no me marchare jamas. Por las mananas, el sol se cuela en la cocina, eso siempre me ha gustado. Pero hoy, esta cocina, sin Mariette apresurada, con la cara enrojecida por el calor de la estufa, y sin Germaine refunfunando mientras se recompone los rizos que se le escapan del mono prieto, es un lugar muy lugubre. Con un ligero esfuerzo, casi puedo oler las bocanadas de humo del ragu de Mariette, que tejian lentamente una apetitosa redecilla por la casa. Nuestra cocina, antano llena de alegria, esta triste y desnuda, le faltan las cazuelas y las ollas resplandecientes, las hierbas, las especias en sus tarritos de cristal, las verduras frescas del mercado y el pan caliente en la panera. Recuerdo el dia que llego la carta, el ano pasado, un viernes por la manana. Yo leia Le Petit Journal junto a la ventana del salon, mientras tomaba un te. Siempre me ha gustado ese momento apacible, antes de que comience el ajetreo diario. No era nuestro cartero habitual. A ese, no lo habia visto nunca. Un hombreton grande y huesudo, con una gorra de plato verde que le cubria el pelo de lino. Llevaba una bata de color azul con el cuello rojo que parecia demasiado ancha para el. Vi como se llevaba una mano agil a la gorra y entregaba el correo a Germaine. Luego desaparecio y lo oi silbar bajito mientras seguia su ruta por la calle. Despues de dar un sorbo al te, volvi al periodico. Aquellos ultimos meses, la Exposicion Universal estaba en boca de todos. Siete mil extranjeros invadian los bulevares todos los dias. Una voragine de invitados de prestigio: Alejandro II de Rusia, Bismarck, el vicerrey de Egipto. !Que triunfo para nuestro emperador! Distingui los pasos de Germaine en la escalera y el frufru de su vestido. Es raro que yo reciba correo. Generalmente, una carta de mi hija, cuando considera que tiene que mostrarse atenta, o de mi yerno por la misma razon. A veces, una postal de mi hermano Emile o de la baronesa de Vresse, desde Biarritz, junto al mar, donde pasa los veranos. Eso sin contar los recibos e impuestos esporadicos. Aquella manana, me fije en el sobre blanco y largo. Le di la vuelta: <> y mi nombre en grandes letras negras. Lo abri. Las palabras se distinguian claramente, pero no pude comprenderlas. No obstante, tenia las gafas bien sujetas en la punta de la nariz. Me temblaban tanto las manos que tuve que dejar la hoja en las rodillas y respirar profundamente. Cogi de nuevo la carta y me obligue a leerla. --?Que ocurre, senora Rose? --gimio Germaine. Debia de haber visto mi expresion. Meti la carta en el sobre, me levante y me alise la falda con las palmas de las manos. Un bonito vestido de color azul oscuro, con el numero justo de volantes para una senora mayor como yo. Usted lo habria aprobado. Tambien recuerdo el calzado que llevaba puesto, unas simples zapatillas, suaves y femeninas, y recuerdo el grito que solto Germaine cuando le explique lo que decia la carta. Mas tarde, mucho mas tarde, sola en nuestra habitacion, me derrumbe encima de la cama. Por mas que supiera que aquello podia suceder en cualquier momento, la impresion fue terrible. Entonces, mientras todos los de la casa dormian, cogi una vela y el plano de la ciudad que le gustaba observar. Lo desplegue encima de la mesa del comedor y tuve cuidado de no verter cera caliente encima. Si, veia la progresion inexorable de la calle Rennes, que surgia derecha hacia nosotros desde la estacion del ferrocarril de Montparnasse, y del bulevar Saint-Germain, ese monstruo hambriento, reptando hacia el oeste desde el rio. Con dos dedos temblorosos, segui el rastro hasta donde se unen. Exactamente en nuestra calle. Si, nuestra calle. En la cocina reina un frio glacial, tengo que bajar a buscar un chal y tambien unos guantes, pero solo para la mano izquierda, porque con la derecha quiero seguir escribiendole. Hace unos quince anos, cuando nombraron al prefecto, usted se mofaba: <>. Luego supimos lo que iba a ocurrir con la casa de mi hermano Emile, pero usted seguia sin tener miedo: <>. A menudo voy a sentarme a la iglesia, tranquila y apacible, para pensar en usted. Ahora hace diez anos que murio, pero para mi es como si hubiera pasado un siglo. Contemplo los pilares y los frescos, recien restaurados, y rezo. El padre Levasque se acerca a mi y cuchicheamos en la penumbra. --!Senora Rose, hara falta mas que un prefecto o un emperador para amenazar nuestro barrio! Childeberto, rey merovingio y fundador de esta iglesia, vela por su creacion como una madre por su hijo. Al padre Levasque le gusta recordarme cuantas veces se ha saqueado, destrozado, quemado y arrasado la iglesia desde la epoca de los normandos, en el siglo IX. En tres ocasiones, creo. Amor mio, que equivocado estaba. La iglesia se salvara, pero nuestra casa no. La casa que tanto amaba usted. Capitulo 2 El dia que recibi la carta, el senor Zamaretti, el librero, y Alexandrine, la florista, que habian recibido el mismo correo de la prefectura, subieron a visitarme. No se atrevian a mirarme a los ojos. Sabian que a ellos no les resultaria tan terrible; siempre habria un hueco en la ciudad para un librero y una florista. Pero sin la renta de los locales comerciales, ?como llegaria yo a fin de mes? Soy su viuda y sigo alquilando los dos locales que me pertenecen, uno a Alexandrine y el otro al senor Zamaretti; como lo hacia usted, como lo hizo su padre antes que usted, y el padre de su padre. Un panico frenetico se apodero de nuestra callejuela, que no tardo en llenarse del bullicio de todos los vecinos, carta en mano. !Que espectaculo! Todo el mundo parecia haber salido de sus casas y todos vociferaban, hasta la calle Sainte-Marguerite: el senor Jubert, el de la imprenta, con el delantal manchado de tinta, y la senora Godfin, de pie en el umbral de su herboristeria. Tambien estaba el senor Bougrelle, el encuadernador, fumando en pipa. La picaruela senorita Vazembert, la de la merceria (usted no la conocio, alabado sea el Senor), iba y venia por la acera, como pavoneandose, con un mirinaque nuevo. Nuestra encantadora vecina, la senora Barou, me dedico una gran sonrisa cuando me vio, pero me di cuenta de lo desesperada que se sentia. El chocolatero, el senor Monthier, era un mar de lagrimas. El senor Helder, el propietario de ese restaurante que tanto le gustaba a usted, Chez Paulette, se mordia nervioso el labio, lo que le agitaba el poblado bigote. Yo llevaba puesto un sombrero, nunca salgo sin el, pero, con las prisas, muchos olvidaron el suyo. El mono de la senora Paccard amenazaba con desmoronarse cuando meneaba con furia la cabeza. El doctor Nonant, tambien con la cabeza descubierta, agitaba el dedo indice rabioso. El senor Horace, el tabernero, consiguio que se le oyera entre el tumulto. Desde que usted nos dejo, el sigue siendo el mismo. Quiza tenga el pelo rizado algo mas gris y su panza haya adquirido una pizca de volumen; sin embargo, sus maneras estridentes y la risa sonora no se han debilitado. Sus ojos, negros como el carbon, echan chispas. --Senoras y senores, ?que hacen chismorreando a voz en grito? ?De que nos servira eso? Les invito a una ronda a todos, !tambien a los que no frecuentan mi antro! Por supuesto, se referia a Alexandrine, la florista, a quien le repugna la bebida. Un dia me conto que su padre habia muerto alcoholico.

  • Pasion y engano de Miranda Lee

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  • Se avecinan problemas de Ivonne Vivier

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    Un novio, una novia, su hermana gemela y un beso = Problemas.
    ?Que pasaria si lo inesperado sucede?

  • Pongamonos para el Doctor de Jan Springer

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    El aliento de Roxie le sacudio los pulmones por dentro y cada terminal nerviosa cobro vida mientras veia a Evan Johnston acercarse a ella. Estaba desnudo; total y absolutamente desnudo, excepto el sombrero roji-blanco de Santa Claus y el estetoscopio de medico colgando de su cuello. El le sonrio traviesamente y la felicidad burbujeaba en ella. ?Como es que ella logro seducir al hombre mas apuesto de la fabrica de vehiculos recreativos donde ambos trabajaban? Dios mio, esto debe ser un sueno picaro y cachondo. Evan no querria a una nina simplona como ella, ?o si? ?Por que no? Le animo una voz interior. No seras una reina de belleza pero no eres para nada un patito feo. Su cuerpo se veia tenso al momento de examinarla; la ereccion plena y gruesa y bastante larga. La entera musculatura en su extenso torax, y su brazo derecho se agitaban maravillosamente mientras sacudia su colmado miembro. El se tocaba con firmes meneos y la estudiaba con los ojos cafes mas penetrantes que habia visto en su vida. "He esperado un largo tiempo para esto Roxie," le susurro, mientras se inclinaba hacia la cama a lado suyo. Su calor corporal irradiaba pasion en torno a ella en forma de marea caliente y el aroma de sus secreciones demolia sus sensaciones. El colchon brincaba debajo de Roxie mientras Evan se estiraba para girarse y estar frente ella; su mano agitando y tocando. Le estaba haciendo a su pene lo que ella deseaba que hiciera. Pero no podia tocarlo pues sus munecas estaban atadas: sus bazos estirados sobre su cabeza, amarrados a la cabecera con medias de seda rojas. Sus piernas permanecian estiradas, los tobillos sujetos. Ella adoraba esa sensacion de estar indefensa. Amaba la forma traviesa en que la miraba. Sabiendo que estaba totalmente a su merced. "Yo tambien te deseaba tanto", decia con un suspiro severo. "Entonces, ?por que nunca me dijiste, dulzura? ?No podias adivinar lo tanto que deseaba estar contigo?" El la miro al tiempo que ella seguia su mirada hasta que siguio tocandose a si mismo. "!Ten piedad!" dijo. Pero el continuo creciendo en su ereccion, ?o no? Una red de venas palpitantes acordonaba su flacido miembro; y su orgulloso prepucio en forma de ciruela cobraba un furioso tono morado. Sus gonadas estaban tan inflamadas que a ella no le sorprenderia que su galan actuara como un loco. Su vagina se obturo de vacio deseando ser penetrada tanto. "Se que quieres que te haga el amor. Que te coja rapido y te tome con violencia. De darte lo que ambos nos negamos por tanto tiempo. Pero primero, un beso." El se desvio hacia ella; con su mano libre, grande y callosa, testigo del trabajo de un hombre cuyo oficio es el de mantenimiento, se extendio hacia su bajo abdomen como si fuera una marca de fuego. Su cabeza se inclino y su boca calida le cubrio la suya. Sus labios acariciaron los de ella; su lengua entro a la cavidad con un ligero empujon que la hizo maullar por su contundencia. Ella estaba indefensa debajo de esa arremetida de emociones y sensaciones al tiempo que la lengua de el la asaltaba como un falo. La mano que estaba en el vientre se movio hacia sus entrepiernas abiertas. Ella emitio un gemido dentro de la boca de el, mientras un dedo ingresaba entre sus labios accediendo a su nido de amor. "Eres un aluvion alla abajo, carino," grunendo con su voz, en un tono bajo y ronco. Roxie sintio que Evan sacaba su dedo y, aprovechando su humedad pegajosa, rodeo el clitoris; lentamente, tortuosamente. Rabia y tension la cruzaron. El volvio a meter el dedo en ella otra vez, reuniendo a mas nectar para masajear su sensible vulva; de un lado al otro, hasta que ella se encorvo haca el. Sus caderas bruscamente se arqueaban, exponiendo su vagina. Ella lo deseaba, lo necesitaba. Ella queria apretar las piernas, pero los lazos lo evitaban. Queria tomar su pene y llevarlo hacia ella, pero no podia. La frustracion y excitacion se confundian al tiempo que daba un fuerte gemido, el pulso desesperado que la vadeaba mientras sus deseos llegaban rapido a la frontera de perder el control. El lindero que dificilmente cruzaba a menos que conociera muy bien a alguien. Confiara en alguien. ?Podria hacerlo con Evan, quien era casi un desconocido? "Ven a mi, dulzura," ronroneo sobre su boca mientras rompia el beso. Su aliento cachondo sobre su cara. Su cuerpo convulsionaba para el. Lo anhelaba. Su sangre corrio dentro de sus venas como un rayo blanco y calido, y su vagina apreto el dedo mientras se aproximaba por mas lubricante. El puso mas presion sobre su vulva mientras se agitaba con movimientos rapidos. Su respiracion se tornaba desigual e irregular. Lamiendole su labio inferior el besaba el borde de su boca. Tan dulcemente. Ella se estremecio contra el. Amaba los besos elegantes. Disfrutaba la base de su dedo mientras acariciaba el clitoris, bombeandolo en su vagina. "Me estoy excitando mucho por ti, Roxie. Estoy realmente caliente. Pero primero quiero que te vengas para mi. !Ten tu orgasmo!" Su voz sonaba inquieta. El corazon de ella relampagueo en el pecho. En su frente comenzo a brotar el sudor. Peleo con las cuerdas queriendo tocarlo. Queria controlar su miembro; de tomarlo hacia ella, pero estaba indefensa. "?Evan? ?Por favor? !Sueltame!," susurro. La desesperacion la apunalaba. Deseaba que la desataran. Queria tomar el control. Estaba tan excitada. Ahora su cuerpo ardia cuando se zambullian dos dedos en la vagina. Ahora tres. Ella podia escuchar la resonancia de la succion mientras su remojo lo acogia con cada embate. Podia sentir a su cuerpo respingando, apretandose. En tension. Y ahora si, ella explotaba. Llorando mientras el desistio con sus dedos para ir por ella. Su pene grueso y duro, empalandola con un brutal, pero bello empujon que la apartaba jadeando. Su boca cubrio la de ella de nuevo, sus labios resbalandose desesperadamente mientras la lanzaba adentro y afuera, aceptando esta, la feroz oleada mientras se la cogian. Encabronadamente fuerte. !Si! !Oh, Dios… Si! "!Roxie!, !vamos! Esta por comenzar la subasta de Fetiche Medico en cualquier momento. !Tenemos que dejarte lista para tu examen intimo!" Gina, la amiga de Roxie, de treinta anos logro gritar por encima de la estridente musica navidena de rock mientras la sacaba de la pista de baile. De hecho; Gina era la que venia tarde, por culpa de Pete. Roxie la habia estado esperando; sus entranas eran un manojo de nervios, mientras esperaba como alheli navideno en la pared en la orilla de la pista de baile. Habia estado viendo a Gina retorcerse como loca en medio de los cuerpos enfundada en un ajustado y cortisimo uniforme de enfermera negro, medias caladas que hacian juego y tacones de cinco pulgadas. Sus nervios la delataban hacia como se habian vuelto sus fantasias. De Evan. !Dios! Se habia metido tanto a su fantasia que estaba literalmente empapada de su entrepierna, sintiendose un poco ruborizada. !Oh!, ?por que no podia ser un poco como Gina? Ella hubiera podido tener a Evan en su cama antes de tiempo. Gina, su companera de departamento, colega en la fabrica y buena amiga. Bonita, popular, aventurera. Sin miedo de bailar. Pero Roxie era todo lo contrario. Eso es lo que le atrajo de Gina en el primer momento. La mujer no le tenia miedo a nada. Antes de que Roxie pudiera confrontar a su amiga sobre quien estaba esperando a la otra, Gina la jalo de la mano hacia el hervidero de swingers y luego, hacia la puerta, escalera arriba, por un corredor angosto decorado con flores noche buena y guirnaldas hacia el segundo nivel donde se encontraban los vestidores. "Te va a encantar lo que elegi para ti." Gina sonrio, con sus ojos cafes oscuro centelleantes de malicia mientras abria el casillero con una llave. Una enorme oleada de nerviosismo se aferro a Roxie y de pronto lo que en un momento parecia una idea excitante en permitir que Gina la visitera para la fiesta swinger con el tema medico, previo a la navidad, ya no parecia ser una buena idea. De repente parecia intimidante el poner la confianza en alguien tan atrevido y audaz como Gina. "Esto es lo que te he traido, carino. Vas a distinguirte por encima de toda la gente; captaras la atencion de Evan y este va a bufar sobre ti deseando llevarte a la cama cuando te lo vea puesto." Si, otra razon por apreciar a Gina. No se andaba con rodeos. Gina saco del casillero un traje de latex en color rojo sangre acompanado de un cinturon negro con hebillas y unas sandalias de tacon de cuatro pulgadas. Roxie se quedo con la boca abierta y en shock. En primer lugar, la fiesta era de fetiche medico, y no de latex de hule; y en segundo lugar y por ultimo, ?este traje le entallaria bien? Pareciera que fue confeccionado para una flaca y la chavala no era delgada para nada. “Sabia que te gustaria”, con un guino del ojo, Gina se lo extendio a Roxie. “Toma, sostenlo”. Te veras super sexy; Evan se va arder. Toma este sombrero de Santa Claus que combina y ponte estos pequenos aretes de muerdago”. Gina dejo caer en la banca que tenian cerca la joyeria verde que realmente parecian bolas cortas de muerdago que colgaban de pequenas argollas de oro, un sombrero rojo de fieltro con un monton de plumas alrededor del borde y un enorme pon-pon blanco en la coronilla del sombrero. “Alcanzame abajo cuando estes lista.” Antes de que Roxie le pudiera preguntar algo a Gina, especialmente porque era super timida y le daba panico que la vieran vestida con algo asi, Gina se escapo del vestidor como si su trasero estuviera en llamas. !Carajo! maldijo Roxie mientras miraba con atencion el terso traje rojo y su latido cardiaco palpitaba como si un nino tocara el tambor. ?En que se habia metido? * * * * * Desde el momento en que Evan Johnston, de treinta y cinco anos de edad cruzo la puerta del club swinger, comenzo a buscar a la mujer adecuada para sus fantasias sexuales. Le habian llegado rumores de que Roxie estaria ahi en la noche, y Evan queria asegurarse que el cuchicheo fuera real, pues si ella no se presentaba, el simplemente huiria a su granja solitaria, pues se pronosticaba que una tormenta de nieve azotaria la zona y mejor era iniciar sus vacaciones navidenas acurrucado, acompanado de sus tres aliados felinos y dos perros Golden Retreivers. A pesar de la inclemencia del tiempo proxima, el club swinger estaba atascado. Los duenos se habian excedido con la decoracion navidena. Originales luces en miniatura formadas en bateria destellaban encordadas en movimiento de zigzag por el techo de la pista de baile. Habia grandes hojuelas heladas de color azul elaboradas en poliestireno que colgaban en serie dandole a la boveda un efecto de tormenta invernal. Muy oportuno para lo que estaba por venir mas tarde. El no podia creer que se encontraba aqui esta noche. Habitualmente estaria de regreso en su pueblo natal de Oshawa, Ontario cercano a su familia para pasar las fiestas, pero este ano opto por matar el tiempo aqui; el pequeno pueblo de Solitary, Alberta. A unas cuantas millas afuera de Calgary, con el fin de alcanzar a Roxie. El seguia recordando la primera vez que la vio en el trabajo. Lo habian flechado durisimo y sabia que tenia la maldicion de la familia. Su padre le advirtio que ocurriria. Papa sabria; la condenacion lo habia alcanzado igual que a su hermano y a su hermana tambien. Ahora era su turno. Trataba de negarlo desde hace algunas semanas, pero cada vez que pensaba en Roxie, su corazon se aceleraba; le sudaban las manos y escasamente podia armar un pensamiento, a no ser que tuviera que ver con ella. En las escasas veces que el se topaba con el repentino objeto de su capricho, ellos se encontraban en el trabajo. El comenzo a trabajar en la planta de vehiculos recreativos hacia algunas semanas atras cuando percibio su timidez y nerviosismo, flechandolo con miradas coquetas pero sin ser descarada para mostrarle que le gustaba. El adoraba su retraimiento. Ella representaba un cambio fresco comparado a algunas de las aventuras amorosas con las que solia frecuentar en el pasado. Algo que le habia tomado por sorpresa era que Roxie era swinger y frecuentaba el club. No estaba seguro si esta golosina era algo bueno o no. Bueno en su mundo de fantasia, porque cada vez que se duchaba y cada noche que se metia a la cama, se masturbaba imaginandosela. Sin embargo, en la realidad dudo si ella podria estar interesada en el. ?Un chavo con poca pericia en la escena swinger? Justo en ese momento, vio a su buen amigo y colega Brody Cohen, abriendose paso entre el gentio que estaba entre Evan y el. "Oye, hombre, me alegra que hayas podido llegar". Brody le extendio su palma a Evan, echando los cinco dedos tomando camino los dos hacia la sala donde se llevaria a cabo la subasta. "Alimentar a los animales me tomo mas tiempo del que creia," Evan admitio mientras que el y su amigo ponian su nombre en la lista de personas que jugarian "al doctor" para subastar a su paciente. "Necesitas una esposa que te ayude con ese viejo pasatiempo de granja que compraste." Brody sonrio, mostrando un agradable juego de dientes blancos que contrastaba con su rostro bien bronceado. Evan sospechaba que su amigo se habia metido a la cama de bronceado para lograr esa tonalidad de piel, pues era un hecho que cuando llegaban a trabajar estaba oscuro, pero tambien cuando se retiraban.

  • Prometido deseado (Hermanas Laurens 2) de Sophie Saint Rose

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    Lady Bethany miro de reojo a su padre. El Conde de Keighley leia el periodico mientras se llevaba a la boca el tenedor. Observo como comia el jamon antes de cortar de nuevo otro pedazo. Ella se mordio el labio inferior y miro a su hermanastra que sentada a su lado le hizo un gesto con sus expresivos ojos verdes para que hablara con el. Carraspeo enderezandose y aparto sus rizos castanos de su hombro algo nerviosa. -- Padre... --?Si, nina? --pregunto distraido. --Carlton, la nina quiere hablar contigo. Deja de leer --dijo su madrastra sentada a la derecha de su marido antes de cogerle el periodico de su mano para echarle un vistazo. La cara de indignacion del Conde fue evidente, pero su esposa le guino un ojo seductora y se le olvido enseguida. --Padre... --Oh, si. --Miro sus ojos azules, que precisamente habia heredado de el, teniendo toda su atencion. --?Que ocurre, hija? --Estoy esperando. --Eso ya lo veo. --No, que estoy esperando tu proposicion. Porque a mi no me lo vas a imponer, pero acepto propuestas. Su padre la miro sin comprender y esta gimio por dentro porque se estaba explicando muy mal. --Tengo ya la edad, padre. Cumplo dieciocho en dos semanas. --?Ya? --pregunto asombrado haciendola grunir. --Si. --Como pasa el tiempo. Eugenia suspiro. --Es cierto. Mira a Delia. Ya es toda una mujer. --!Madre! --Su hermanastra se sonrojo apartando un rizo moreno de la frente. --Que me averguenzas... --Que tonteria. Debo hablar con tu hermano sobre la temporada. El ano pasado tuvimos que irnos cuando apenas habias debutado, pero este ano no sera asi. Ya veras como encuentras el hombre de tus suenos. Bethany miro a su padre ansiosa, pero estaba tan obnubilado por su esposa que parecia que no se habia enterado de nada. --!Padre! La miro sorprendido. --?Que? --!Mi prometido! --?Que prometido? --pregunto asombrado--. ?No me digas que te han propuesto matrimonio? ?Quien se ha atrevido? --No, que donde esta mi prometido. Su padre estaba totalmente perdido y le miro desilusionada. --No me lo has buscado. --?Buscado? --Querido, como se lo has buscado a su hermana mayor, la nina quiere que le busques uno. Es que nunca te enteras de nada. --El Conde la fulmino con la mirada. --Cielito, no me mires asi cuando es obvio lo que quiere decir. Carlton la miro entendiendo antes de volverse a su hija. --Le prometi a tu hermana que dejaria esa decision en tus manos. --Carraspeo incomodo. --Aunque tengo que darle el visto bueno. --No le prometiste eso. !Lo del visto bueno no se dijo en ningun momento! --!Pero se lo tengo que dar! Bethany chasqueo la lengua como tenia por costumbre y le miro de reojo. --?Asi que no tienes ningun candidato? ?Nadie? Su padre suspiro. --Pues ya que lo dices si que tenia. --Las tres se adelantaron mirandole fijamente. --Pero se caso hace dos meses. No me dio tiempo a proponerle nada. --Vaya... --susurro Delia. Decepcionada se encogio de hombros. --Bueno, ya buscare yo algo. ?Puedo levantarme? Su padre vio la decepcion en su rostro y asintio. --Si, hija. Puedes retirarte. Delia se levanto con ella y ambas salieron en silencio del comedor. Eugenia le fulmino con la mirada. --No hace falta que me mires asi. !Se lo prometi a Belinda! --!Belinda esta muy bien casada! Seguro que ahora no protesta tanto por el marido que le ha tocado en gracia. --?Que sea tu hijo no tiene nada que ver con esa opinion? --pregunto divertido. --?Te atreves a decir que no son el uno para el otro? --No, por supuesto que no. Acerte de pleno. --Pues eso es lo que quiere tu otra hija. !Que aciertes! El Conde pensativo se quedo mirando la puerta. --Bethany esta de acuerdo. No puede protestar al respecto. Eugenia sonrio de oreja a oreja. --?Ves? Tienes medio camino ganado. No se negara en redondo como tu otra hija. En ese momento se escucho un portazo y vieron que Belinda llegaba con cara de mal humor. --Uy, esta ha discutido con Daniel --susurro su esposa. El Conde forzo una sonrisa. --Que sorpresa, hija. ?Como esta mi nieto esta manana? Les miro con los ojos como platos antes de chillar saliendo de casa a toda prisa. --Se ha vuelto a dejar el nino en el carruaje --dijo Eugenia como si fuera un desastre. --!La ninera esta con el! !Y tiene muchas cosas en la cabeza! En ese momento entro su hija con su nieto en brazos refunfunando sobre que la ninera parecia un fantasma que nunca abria la boca. Forzo una sonrisa. --Aqui esta el pequeno Daniel. Los abuelos se levantaron de inmediato y Eugenia lo cogio en brazos. --Cada dia esta mas grande. --El nino los miro con sus ojos azules como platos y parecio reconocerles porque solto un gorgorito. El Conde se echo a reir asustandole mientras Eugenia con carino le quitaba un rizo moreno de la frente. --Es igualito a mi hijo. Por cierto, ?donde esta? Gruno sentandose a la mesa y haciendole un gesto al mayordomo. --Un te. --Enseguida, Marquesa. Los abuelos hicieron una mueca antes de mirar a Belinda. --Se va a Boston --dijo dejandoles de piedra. --?Perdon? --pregunto su padre--. !Me dijo que viviria aqui! !Era una de las condiciones del compromiso! --Pretende vivir aqui, pero ahora se va a Boston. Negocios --siseo--. !Y no puedo ir! --?Como que no puedes ir? --Se lo dije, pero el nada, que no me hace caso como siempre --dijo como si no estuvieran delante--. Le avise. !Fui muy clara, pero no me creyo y concerto las reuniones! ?A quien se le ocurre?

  • MI OSCURA IDENTIDAD de Priscila Serrano

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    Una historia acabada, una vida perdida y una identidad que acabaria con ella.
    ?Que pasaria si un dia te despiertas sin saber quien eres? ?Y si la vida que conocias no es ni la sombra de lo que creias tener? ?Como puede el diablo empujarte a los brazos de alguien que luce lo mas parecido a un angel cuando te sonrie?
    Descubre la oscuridad que envuelve esta historia.

  • Doce oportunidades de vivir de Jossy Loes

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    Sophia Baute ha pasado toda su vida entre cintas, saltos y danza, esforzandose en mantenerse en la elite de la gimnasia ritmica. Tras un error basico en una competicion, en la que queda en los ultimos puestos, duda si seria bueno retirarse como habia planeado.
    Sin embargo, todos sus planes se desmoronan en el momento que sufre un grave accidente, hundiendola en un foso oscuro del que no es capaz de salir, pero la insistencia de su amiga Marian la lleva a aceptar ir a Florida, donde un compromiso la pondra en el camino de Blake Clark.
    El no es un chico cualquiera. Durante toda su vida se ha esforzado por llegar a un buen puesto en su profesion y, a pesar de haber cumplido esa meta, lucha constantemente con el fantasma de su pasado. Un pasado que le pondra a prueba desde el instante que tropieza con Sophia, trastocando todos sus planes del presente y del futuro.
    Dos jovenes con vidas distintas y metas planificadas con antelacion que son puestos a prueba de doce maneras diferentes.
    Doce oportunidades para olvidar...
    Doce oportunidades para volver a empezar...
    Doce oportunidades para pedir perdon...
    Doce oportunidades para amar...
    Solo ellos entenderan el significado de: Doce oportunidades de vivir.

  • Oxen. El hombre oscuro de Jens Henrik Jensen

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    El soldado de elite Niels Oxen no confia en nadie. Nunca. Ahora se esconde tras una nueva identidad, lejos de un pasado que quiere olvidar. Pero una siniestra y poderosa sociedad secreta esta tejiendo un plan oscuro del que nadie puede ocultarse.

  • Una corte de llamas plateadas de Sarah J. Maas

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    El agua negra que le pellizcaba los talones estaba helada. No como la mordedura del frio invernal, ni siquiera el ardor del hielo solido, sino algo mas frio. Mas profundo. El frio de los huecos entre las estrellas, el frio de un mundo anterior a la luz. El frio del infierno, el verdadero infierno, se dio cuenta mientras luchaba contra las fuertes manos que trataban de empujarla dentro del caldero. El verdadero infierno, porque era Elain la que yacia en el suelo de piedra con el hombre Fae de pelo rojo y un solo ojo que se cernia sobre ella. Porque esas orejas puntiagudas se clavaban en el cabello marron dorado de su hermana, y un brillo inmortal irradiaba de la piel blanca de Elain. Un verdadero infierno, peor que las profundidades de tinta a pocos centimetros de sus pies. Sumerjanla, ordeno el rey Fae de rostro duro. Y el sonido de esa voz, la voz del macho que habia hecho esto a Elain… Ella sabia que iba a entrar en el Caldero. Sabia que perderia esta lucha. Sabia que nadie vendria a salvarla: ni la sollozante Feyre, ni el antiguo amante de Feyre amordazado, ni su devastado nuevo companero. Ni Cassian, roto y ensangrentado en el suelo. El guerrero seguia intentando levantarse con brazos temblorosos. Para alcanzarla. El Rey de Hybern… el habia hecho esto. A Elain. A Cassian. Y a ella. El agua helada mordio las plantas de sus pies. Fue un beso de veneno, una muerte tan permanente que cada centimetro de ella rugio en desafio. Iba a entrar, pero no lo haria con suavidad. El agua se aferro a sus tobillos con garras fantasma, tirando de ella hacia abajo. Se retorcio, arrancando el brazo del guardia que la sujetaba. Y Nesta Archeron senalo. Un dedo… al Rey de Hybern. Una promesa de muerte. Un objetivo marcado. Unas manos la empujaron hacia las garras del agua que la esperaban. Nesta se rio del miedo que aparecio en los ojos del rey justo antes de que el agua la devorara entera. En el principio y en el final habia oscuridad y nada mas No sintio el frio mientras se hundia en un mar que no tenia fondo, ni horizonte, ni superficie. Pero sintio el ardor. La inmortalidad no era una juventud serena. Era fuego. Era mineral fundido que se vertia en sus venas, hirviendo su sangre humana hasta que no era mas que vapor, forjando sus fragiles huesos hasta que eran acero fresco. Y cuando abrio la boca para gritar, cuando el dolor la partio en dos, no hubo ningun sonido. En este lugar no habia mas que oscuridad, agonia y poder… Ellos pagarian. Todos ellos. Empezando por este Caldero. Empezando ahora. Ella desgarro la oscuridad con garras y dientes. Rasgo, hendio y destrozo. Y la oscura eternidad a su alrededor se estremecio. Se agito. Se agito. Ella se rio cuando retrocedio. Se rio de la bocanada de poder en bruto que arranco y trago entera; se rio de los punados de eternidad que introdujo en su corazon, en sus venas. El Caldero lucho como un pajaro bajo la pata de un gato. Se negaba a ceder. Todo lo que le habia robado a ella, a Elain, se lo quitaria ella. Envueltos en la negra eternidad, Nesta y el Caldero se enroscaron, ardiendo en la oscuridad como una estrella recien nacida. Primera Parte: Aprendiz Capitulo 1 Cassian levanto el puno hacia la puerta verde del tenue pasillo y dudo. Habia abatido a mas enemigos de los que le importaba contar, habia estado de rodillas en la sangre en innumerables campos de batalla y habia seguido luchando, habia tomado decisiones que le costaron la vida de guerreros expertos, habia sido un general, un soldado y un asesino, y sin embargo … aqui estaba, bajando el puno. Dudando. El edificio en el lado norte del rio Sidra necesitaba pintura nueva. Y suelos nuevos, las tablas que crujian bajo sus botas al subir los dos pisos habian sido una indicacion. Pero al menos estaba limpio. Definitivamente sombrio para los estandares de Velaris, pero a decir verdad la propia ciudad no tenia barrios bajos, y eso no era decir mucho. Habia visto y permanecido en lugares mucho peores. Sin embargo, nunca entendio por que Nesta insistia en vivir alli. Entendia por que no se alojaba en la Casa del Viento: estaba demasiado lejos de la ciudad, y no podia volar ni tamizarse, lo que significaba tener que lidiar con los diez mil escalones de subida y bajada. Pero ?por que vivir en este basurero, cuando la casa de la ciudad estaba vacia? Desde que Feyre y Rhys habian terminado la construccion de la casa del rio, la casa de la ciudad habia quedado abierta a cualquiera de sus amigos que la necesitara o quisiera. Sabia de hecho, que Feyre habia ofrecido a Nesta una habitacion alli… y habia sido rechazada. Fruncio el ceno ante la pintura desgastada de la puerta. Ningun sonido se filtraba a traves del gran hueco que habia entre la puerta y el suelo, lo suficientemente ancho como para que incluso las ratas mas gordas pudieran pasar por el; no habia olores frescos en el estrecho pasillo. Tal vez tuviera suerte y ella estuviera fuera, tal vez durmiendo bajo la barra de cualquier taberna de mala muerte, que hubiera frecuentado la noche anterior. Aunque eso podria ser peor, ya que tendria que buscarla alli. Cassian volvio a levantar el puno, el rojo de su Sifon parpadeando en las antiguas luces de los focos colocados en el techo. Cobarde. Ten las malditas pelotas. Cassian golpeo una vez. Dos veces. Silencio. Cassian casi suspiro de alivio en voz alta. Gracias a la maldita Madre… Unos pasos cortos y precisos sonaron desde el otro lado de la puerta. Cada paso mas enfadado que el anterior. Plego las alas, cuadrando los hombros mientras separaba los pies. Una postura de lucha tradicional, que le fue inculcada durante sus anos de entrenamiento, ya era casi un recordatorio muscular. No se atrevio a considerar por que el sonido de esos pasos hizo que su cuerpo tomara esa posicion. El chasquido que produjo al abrir cada uno de sus cuatro candados bien podria haber sido el golpe de un tambor de guerra. Cassian repaso la lista de cosas que debia decir, como Feyre le habia sugerido que las dijera. La puerta se abrio de un tiron, el pomo giro con tanta fuerza que Cassian se pregunto si ella lo estaba imaginando como si fuera su cuello. Nesta Archeron ya tenia el ceno fruncido. Pero alli estaba. Tenia un aspecto infernal. --?Que quieres? --Ella no abrio la puerta mas alla de un palmo. ?Cuando la habia visto por ultima vez? ?En la fiesta de fin de verano que fue en la barcaza en el Sidra el mes pasado? No tenia tan mal aspecto. Aunque supuso que una noche tratando de ahogarse en vino y licor nunca deja a nadie con un aspecto particularmente bien a la manana siguiente. Especialmente en… --Son las siete de la manana --continuo ella, mirandolo con esa mirada azul grisacea que siempre encendia su temperamento. Llevaba solo una camisa de hombre. Cassian apoyo una mano en el marco de la puerta y le dedico una media sonrisa que sabia que sacaba sus garras. --?Una noche dura? Un ano, en realidad. Su hermoso rostro estaba palido, mucho mas delgado de lo que habia sido antes de la guerra con Hybern, sus labios sin sangre, y esos ojos… frios y afilados, como una manana de invierno en las montanas. Ninguna alegria, ninguna risa, en ningun plano de ella. Hizo ademan de cerrar la puerta con la mano. El metio su bota en el hueco antes de que ella pudiera romperle los dedos. Sus fosas nasales se expandieron ligeramente. --Feyre te quiere en la casa. --?En cual? --dijo Nesta, frunciendo el ceno ante la bota que habia metido en la puerta--. Tiene cinco. Reprimio su respuesta. Ese no era el campo de batalla y el no era su oponente. Su trabajo consistia en llevarla al lugar asignado. Y luego rezar que la hermosa casa a la que Feyre y Rhys acababan de mudarse no fuera reducida a escombros. --La nueva. --?Por que mi hermana no me vino a buscar ella misma? El conocia ese brillo sospechoso en sus ojos, la ligera rigidez de su espalda. Sus propios instintos surgieron para enfrentarse a su desafio, para empujar y descubrir lo que podria pasar. Desde el solsticio de invierno, solo habian intercambiado unas cuantas palabras. La mayor parte habia sido en la fiesta de la barcaza el mes pasado. Habian consistido en: Muevete. Hola, Nes. Muevete. Con gusto. Despues de meses y meses de nada, de apenas verla, eso habia sido todo. Ni siquiera habia entendido por que se habia presentado a la fiesta, especialmente cuando sabia que estaria atrapada en el agua con ellos durante horas. Amren probablemente merecia el credito por la rara aparicion, debido a cualquier influencia que la mujer tuviera sobre Nesta. Pero, al final de esa noche, Nesta habia estaba al frente de la fila para salir del barco, con los brazos apretados alrededor de si misma, y Amren habia estado melancolica en el otro extremo, casi temblando de rabia y repulsion. Nadie habia preguntado que habia pasado entre ellas, ni siquiera Feyre. El barco habia atracado, y Nesta practicamente habia salido corriendo, y nadie habia hablado con ella desde entonces. Hasta este dia. Hasta esta conversacion, que se sentia como la mas larga que habian tenido desde las batallas contra Hybern. Cassian dijo por fin--: Feyre es una Alta Lady. Esta ocupada dirigiendo la Corte Oscura. Nesta ladeo la cabeza, con el cabello castano dorado deslizandose sobre un hombro huesudo. En cualquier otra persona, el movimiento habria sido contemplativo. En ella, era la advertencia de un depredador, que evaluaba a su presa. --Y mi hermana --dijo con esa voz plana que se negaba a dar cualquier senal de emocion--, ?considero necesaria mi presencia inmediata? --Sabia que probablemente necesitarias asearte, y queria darte tiempo. Te espera a las nueve. Espero la explosion mientras ella hacia las cuentas. Sus ojos se iluminaron. --?Parece que necesito dos horas para ponerme presentable? El aprovecho la invitacion para observarla: largas piernas desnudas, un elegante barrido de caderas, una cintura fina – demasiado fina- y unos pechos llenos y apetecibles que no encajaban con los nuevos y afilados angulos de su cuerpo. En cualquier otra mujer, esos magnificos pechos habrian sido motivo suficiente para que el comenzara a cortejarla en el momento en que la conociera. Pero desde el instante en que conocio a Nesta, el frio fuego de sus ojos habia sido una tentacion de otro tipo. Y ya que era una Alta Fae, toda la dominacion y agresion inherentes -y una actitud de mierda- hacia que la evitara en la medida de lo posible. Especialmente con lo que habia pasado durante y despues de la guerra contra Hybern. Ella habia dejado mas que claro sus sentimientos hacia el. Cassian dijo por fin--: Parece que te vendrian bien unas cuantas comidas abundantes, un bano y ropa de verdad. Nesta puso los ojos en blanco, pero se toco el dobladillo de la camisa. Cassian anadio--: Echa a ese desgraciado, aseate y te traere un te. Sus cejas se alzaron una fraccion de pulgada. El le dedico una sonrisa torcida. --?Crees que no puedo escuchar a ese macho en tu dormitorio, tratando de ponerse la ropa en silencio y escabullirse por la ventana? Como si se tratara de una respuesta, un ruido sordo llego desde el dormitorio. Nesta siseo. --Volvere dentro de una hora para ver como van las cosas. -- Cassian puso suficiente mordacidad detras de las palabras que hasta sus soldados sabrian que no debian presionarlo, que requeria siete sifones para mantener su magia bajo control por una buena razon. Pero Nesta no volaba en sus legiones, no luchaba bajo su mando, y ciertamente no parecia recordar que tenia mas de quinientos anos y... --No te molestes. Llegare a tiempo. Se aparto de la jamba de la puerta, agitando ligeramente las alas mientras retrocedia unos pasos. --Eso no es lo que se me pidio. Tengo que acompanarte de una puerta a otra. Su rostro se tenso. --Ve a posarte en una chimenea. Esbozo una reverencia, sin atreverse a quitarle los ojos de encima. Ella habia salido del Caldero con… regalos. Regalos considerables, oscuros. Pero nadie habia visto ni sentido ninguna senal de ellos desde la ultima batalla con Hybern, desde que Amren habia destrozado el Caldero y Feyre y Rhys habian logrado arreglarlo de la misma forma. Tampoco Elain habia revelado ningun indicio de sus habilidades videntes desde entonces. Pero si el poder de Nesta seguia siendo capaz de arrasar campos de batalla… Cassian sabia que no debia hacerse vulnerable a otro depredador. --?Quieres tu te con leche o con limon? Le cerro la puerta en la cara. Luego cerro cada una de las cuatro cerraduras. Silbando para si mismo y preguntandose si ese pobre bastardo dentro del apartamento huiria de hecho por la ventana -mas que nada para escapar de ella- Cassian recorrio el tenue pasillo y fue a buscar algo de comida. Ese dia necesitaria sustento. Especialmente cuando Nesta supiera precisamente por que su hermana la habia convocado. Nesta Archeron no sabia el nombre del macho en su apartamento. Busco en su memoria empapada de vino mientras regresaba al dormitorio, esquivando montones de libros y montones de ropa, recordando miradas en la taberna, el encuentro humedo y caliente de sus bocas, el sudor cubriendola mientras lo montaba hasta que el placer y la bebida la enviaron al bendito olvido, pero no recordaba su nombre. El macho ya se habia asomado a la ventana, con Cassian sin duda acechando en la calle de abajo para presenciar su espectacular y patetica salida, cuando Nesta llego a la tenue y estrecha habitacion. La cama con postes de laton estaba desarreglada, las sabanas medio derramadas sobre el chirriante e irregular suelo de madera, y la ventana agrietada golpeaba contra la pared con sus bisagras sueltas. El hombre se giro hacia ella. Era guapo, como lo eran la mayoria de los machos Altos Fae. Un poco mas delgado de lo que a ella le gustaban, practicamente un nino comparado con la imponente masa de musculos que acababa de llenar su puerta. Se estremecio cuando ella entro y vio su expresion de dolor al ver lo que llevaba puesto. --Yo… Esa es ... Nesta se quito la camisa, dejando solo la piel desnuda a su paso. Sus ojos se abrieron de par en par, pero el olor de su miedo permanecio, no el miedo a ella, sino al macho que habia escuchado en la puerta principal. Cuando recordo quien era su hermana. Quien era el companero de su hermana. Quienes eran los amigos de su hermana. Como si algo de eso significara algo. ?A que oleria su miedo si se enterara de que ella lo habia utilizado, se habia acostado con el, para mantenerse a raya? Para calmar esa oscuridad que se retorcia en su interior desde el momento en que salio del Caldero. El sexo, la musica y la bebida, que habia practicado ese ultimo ano, ayudaban. No del todo, pero impedia que el poder se desbordara. Incluso si ella todavia podia sentir que corria por su sangre, enroscado en sus huesos. Le arrojo la camisa blanca. --Ya puedes usar la puerta principal. Se colgo la camisa por encima de la cabeza. --Yo… ?Sigue…? --Su mirada seguia en los pechos de ella, que se asomaban contra el frio de la manana; su piel desnuda. El vertice de sus muslos. --Adios --Nesta entro en el cuarto de bano oxidado y agujereado, adjunto a su dormitorio. Al menos el lugar tenia agua corriente caliente. A veces, Feyre y Elain habian intentado convencerla de que se mudara. Ella siempre ignoraba sus consejos. Al igual que ignoraria lo que le dijeran ese dia. Sabia que Feyre planeaba una reprimenda. Quizas algo relacionado con el hecho de que Nesta habia firmado la escandalosa cuenta de la noche anterior en la taberna a la cuenta bancaria de su hermana. Nesta resoplo y giro la manilla de la banera. El metal estaba helado al tacto y el agua chisporroteo, para luego rociar la banera agrietada y manchada. Esa era su residencia. Sin sirvientes, sin ojos vigilando y juzgando cada movimiento, sin compania a menos que ella los invitara. O a menos que los entrometidos guerreros indiscretos hicieran su asunto para pasar por alli. El agua tardo cinco minutos en calentarse lo suficiente como para empezar a llenar la banera. Habia habido algunos dias en el ultimo ano en los que ni siquiera se habia molestado en tomarse el tiempo. Algunos dias en los que se habia metido en el agua helada, sin sentir su mordida, sino la de las oscuras profundidades del Caldero mientras la devoraba por completo. Mientras le arrancaba su humanidad, su mortalidad, y la convertia en esto. Le habia costado meses luchar contra el panico que tensaba su cuerpo y que hacia que sus huesos temblaran por estar sumergidos. Pero se habia obligado a enfrentarse a ello. Habia aprendido a sentarse en el agua helada, con nauseas y temblores, con los dientes apretados; se habia negado a moverse hasta que su cuerpo reconocio que estaba en una banera y no en el Caldero, que estaba en su apartamento y no en el castillo de piedra al otro lado del mar, que estaba viva, inmortal. Aunque su padre no lo estaba. No, su padre era cenizas en el viento, su existencia marcada solo por una lapida en una colina a las afueras de esta ciudad. O eso le habian dicho sus hermanas. Te ame desde el primer momento en que te tuve en mis brazos, le habia dicho su padre en esos ultimos momentos juntos. No pongas tus sucias manos sobre mi hija. Esas habian sido sus palabras finales, escupidas al Rey de Hybern. Su padre habia desperdiciado esas palabras finales en ese gusano de rey. Su padre. El hombre que nunca habia luchado por sus hijas, no hasta el final. Cuando habia ido a salvarlas, a salvar a los humanos y a los Fae, si, pero sobre todo, a sus hijas. A ella. Un gran y estupido desperdicio. Un poder oscuro e impio fluyo a traves de ella, y no fue suficiente para evitar que el Rey de Hybern le rompiera el cuello. Ella habia odiado a su padre, lo odiaba profundamente, y sin embargo el la habia amado, por alguna razon inexplicable. No lo suficiente como para intentar librarlos de la pobreza o evitar que se murieran de hambre. Pero de alguna manera habia sido suficiente para que el levantara un ejercito en el continente. Para llevar a la batalla un barco que llevaba su nombre. Todavia habia odiado a su padre en esos ultimos momentos. Y entonces su cuello se habia quebrado, sus ojos no estaban llenos de miedo mientras moria, sino de ese tonto amor por ella. Eso era lo que habia perdurado: la mirada de sus ojos. El resentimiento en su corazon mientras el moria por ella. Habia quedado en su memoria, royendo en ella como el poder que habia enterrado en lo mas profundo, corriendo desenfrenadamente por su cabeza hasta que ningun bano helado pudo adormecerlo. Podria haberlo salvado. Fue culpa del Rey de Hybern. Lo sabia. Pero tambien era suya. Asi como fue su culpa que Elain fuera capturada por el Caldero despues de que Nesta lo espiara con ese escrutinio, era su culpa que Hybern hubiera hecho cosas tan terribles, cosas para cazarla a ella y a su hermana como a un ciervo. Algunos dias, el miedo y el panico encerraban el cuerpo de Nesta tan fuerte que nada le permitia respirar. Nada podia impedir que el horrible poder empezara a surgir, a surgir, a surgir en ella. Nada mas alla de la musica de aquellas tabernas, las partidas de cartas con desconocidos, las interminables botellas de vino y el sexo que no la hacia sentir nada, pero que le ofrecia un momento de liberacion en medio del rugido de su interior. Nesta termino de lavarse el sudor y otros restos de la noche anterior. El sexo no habia sido malo; habia tenido mejores, pero tambien mucho peores. Incluso la inmortalidad no era suficiente para que algunos machos dominaran el arte del dormitorio. Asi que se habia ensenado a si misma lo que le gustaba. Consiguio un te anticonceptivo mensual en un boticario local, y luego habia traido a ese primer macho aqui. El no tenia ni idea de que su virginidad habia estado intacta hasta que vio la sangre manchada en las sabanas. Su rostro se habia tensado con desagrado, y luego un atisbo de temor de que ella pudiera informar a su hermana que su primer companero de cama no la habia dejado satisfecha o informarle al insufrible companero de su hermana. Nesta no se habia molestado en decirle que evitaba a ambos a toda costa. Especialmente a este ultimo. Estos dias, Rhysand parecia alegrarse con hacer lo mismo. Despues de la guerra con Hybern, Rhysand le habia ofrecido trabajos. Puestos en su corte. Ella no los queria. Eran ofrendas de lastima, intentos de conseguir que formara parte de la vida de Feyre, que tuviera un empleo remunerado. Pero el Alto Lord nunca le habia agradado. Sus conversaciones eran friamente civilizadas en el mejor de los casos. Ella nunca le dijo que las razones por las que la odiaba eran las mismas razones por las que ella vivia alli. A veces tomaba banos con agua fria. Otros dias se olvidaba de comer. No soportaba el crujido y el chasquido de la chimenea. Y se ahogaba en vino, musica y placer cada noche. Cada cosa maldita que Rhysand pensaba de ella era cierta y ella lo sabia mucho antes de que el hubiera seguido su puerta. Cualquier ofrenda que Rhysand le lanzara fue hecha unicamente por amor a Feyre. Mejor pasar su tiempo de la manera que ella deseaba. Ellos seguian pagando por ella, despues de todo. La llamada a la puerta hizo temblar todo el apartamento.

  • RUDIS de Marcos Nieto Pallares

    https://gigalibros.com/rudis.html

    <> Lector en Goodreads

  • Nuestro tiempo perfecto de Leah Heart

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    Viola Halley, estudiante de los primeros anos de Historia del Arte en la Universidad de Saint Andrews, durante una de las visitas de aprendizaje de campo en una de las galerias del Londres se ve atraida por la pintura del joven Duque de Somerset.

  • Garden Manor. Juega conmigo de Malenka Ramos

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    * Malenka Ramos es una de las autoras de referencia del genero romantico-erotico.
    * Nuevo libro tras el exito de la trilogia <>.
    * Una excitante historia de pasiones y secretos.

  • El cartel de Don Winslow

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    El cartel es una colosal narracion que se mueve entre los aridos escenarios mexicanos y los despachos de los poderosos en Washington, y que se extiende hasta ciudades europeas como Berlin y Barcelona. El absorbente trabajo de documentacion de Winslow (libros, prensa, fotos, videos, encuentros personales…) le ocupo cinco anos, y marco su vida personal por las implicaciones que acarrea adentrarse en un mundo tan increiblemente violento y corrupto.

  • El mesias ario de Mario Escobar

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    Madrid, verano de 1914. Varios profesores se han automutilado en la Biblioteca Nacional y dos agentes, Hercules Guzman Fox y George Lincoln, tienen que averiguar por que lo han hecho. Todo parecer tener relacion con un enigmatico libro traido a Europa por Vasco de Gama en su primer viaje a la India. Ambos deberan emprender una vertiginosa carrera que los lleva de una clave a otra, descifrando mensajes ocultos durante siglos. Un rompecabezas que debera resolverse antes de que Europa entre en guerra y las profecias se cumplan. El origen de la leyenda del advenimiento del Mesias Ario y las profecias del Cuarto Rey Mago.

  • Leona de Celia Del Palacio

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    Obligada a ocultarse en una cueva, como fiera perseguida, una mujer embarazada delira entre la fiebre y los dolores de su inminente parto. Las llagas en la cara, la oscuridad del cubil y la suciedad del cuerpo, ocultan el esplendor de una vida llena de lujos, luces y libros.

  • La Ultima Mentira de Mary Kubica

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    El mundo de Clara Solberg estalla en mil pedazos cuando su marido y su hija de cuatro anos tienen un accidente de trafico. Nick muere, pero Maisie sale extranamente ilesa. El suceso se cataloga como accidente… hasta que dias mas tarde, Maisie empieza a tener terrores nocturnos que hacen que Clara se cuestione que sucedio realmente esa fatidica tarde.

  • Brais (Black Butterfly 2) de Adrian Blake

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    Me llamo Brais y trabajo en el Black Butterfly, el pub de mi mejor amigo. Hoy es el peor dia de mi vida… porque la mujer a la que amo va a casarse con otro. Deberia impedirlo, raptarla y meterla en mi cama para hacerle el amor hasta que confiese que ella tambien sigue enamorada de mi… pero soy incapaz de hacerlo. Ahora solo me queda resignarme… o pedir que se produzca un milagro.

  • La Red Oscura de Dean Koontz

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  • Y acompasar nuestros pasos por la acera de R. Freire

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    Nuria se tenia por una chica tranquila, poco amiga de aventuras y estrictamente heterosexual. ?Por que, entonces, no trato de escabullirse cuando descubrio que Daniela era su esperada cita a ciegas? ?Era solo curiosidad lo que sentia? ?Como se explicaba que aquella hermosa joven pareciera comprenderla mejor que ningun hombre?

  • Una apuesta atractiva de Carolina Gattini

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    Descubre la loca historia de Ethan, Julia y sus tres amigas en una oficina de Nueva York, donde los lios y las situaciones mas comicas cambiaran la aburrida vida del protagonista:
    Cuando Ethan conoce a Julia, la nueva directora de marketing, duda de su profesionalidad al acceder al puesto por su fisico arrollador, empezando con mal pie su relacion en la empresa. Meses despues Ethan le asegura a Julia que estuvieron juntos el sabado noche, ella no recuerda nada, pero las pruebas son irrefutables. Una comica historia de amor y sexo en Nueva York, donde cada personaje aportara su granito de arena para hacer las tediosas horas en los despachos de Julia, Anne, Karen, Jane, Ethan y William, mas divertidas.

  • Salud a ciencia cierta de Miguel Angel Martinez-gonzalez

    https://gigalibros.com/salud-a-ciencia-cierta.html

    Tras haber estudiado a una poblacion de mas de 20.000 personas durante una decada, el mayor estudio continuado hecho nunca sobre salud publica en Espana, el Dr. Martinez-Gonzalez presenta en un lenguaje claro y ameno lo que la medicina sabe hoy en dia sobre algunos de los problemas que mas preocupan a los ciudadanos: el control de peso, la dieta ideal, el colesterol, la actividad fisica, la tension arterial, los controles de salud, el consumo de alcohol, la adiccion al tabaco, el estres y hasta la felicidad.

  • Zafiros en la piel de Viviana Rivero

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    “La mujer a la que tanto habia amado y de la que nunca mas supo nada hasta ese mediodia, estaba aqui, frente a el. Y acababa de decirle que juntos habian tenido un hijo.”

  • Lo unico de Gary Keller , Jay Papasan

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    La sencilla y sorprendente verdad que hay detras del exito.

  • Un cielo sin Luna (Polos Opuestos 3) de Andrea Longarela

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    A Luna no hay nada que le guste mas que descubrir el mundo a traves del objetivo de su camara. Y, mientras lo hace, busca de forma incansable eso con lo que lleva toda la vida sonando. Eso a lo que algunos llaman amor y de lo que otros huyen. Lo que nunca hubiera imaginado es que chocaria con el demasiado pronto y de un modo unico. Lo que jamas hubiera esperado es que apareceria bajo la nieve y de la mano de un hombre que le ensenaria que, en ocasiones, lo mejor de la vida llega cuando no debe. Un tren, una isla, fotografias, una noche en Paris, una tarta de chocolate y un beso eterno no dado es lo que ambos necesitan para aceptar que existen sentimientos tan fuertes como para no poder ignorarlos demasiado tiempo. Eso y compartir un prologo interminable antes de comenzar la historia mas especial de sus vidas. ?Cuanto puede tardar una persona en enamorarse? Lo que tarda en llegar al suelo un copo de nieve.

  • La Mujer del Diplomatico de Isabel San Sebastian

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    Lucia es una editora que empieza a dejar atras su juventud justo cuando afronta una dolorosa ruptura sentimental. En esa dificil encrucijada, visita el desvan de la antigua casa familiar y descubre, en el fondo de un baul, el diario intimo que su madre, Maria, ya fallecida, escribio durante la crisis de los misiles de Cuba. Desde Suecia, donde ha seguido a su marido diplomatico, Maria narra con angustia los momentos mas tensos de la Guerra Fria, desahoga su miedo ante la amenaza nuclear y se replantea su situacion matrimonial, atormentada por la sospecha de que el tiene una aventura. Su relato --el de sus anhelos, temores, certezas y secretos--, hara que Lucia descubra a una madre muy diferente a la que ella creia conocer.

  • Backstage Lovestory de Robin Scoresby

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    ?Y si cuando beso a otro actor en escena me estoy imaginado al director?

  • Prohibir la manzana y encontrar la serpiente de Un Tio Blanco Hetero

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    El debate sobre la sexualidad y el genero es una de las grandes controversias de nuestro tiempo. Un debate que nos ha obligado a repensar las relaciones con los otros, nuestras ideas politicas y hasta nuestra intimidad. Y, al mismo tiempo, se ha llevado por delante la disidencia razonable, haciendo que el feminismo haya dejado de ser una llamada a la libertad individual para convertirse en un activismo organizado.

  • El amigo invisible de David Navarro Rojas

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    Un dia Lucia desaparece sin dejar rastro sobre su paradero. Tres dias despues, Carlos, su marido, recibe una carta manuscrita de ella. Ante la duda acude a la policia… pero hay algo que Carlos sabe: esas cartas no las ha escrito su mujer. El inspector asignado empieza a indagar, sacando a la luz la verdadera naturaleza del matrimonio y de todas las personas que les rodean. Una truculenta historia en la que Carlos se encuentra en el centro. Alguien, en la sombra, acabara manejando los hilos de su destino. ?Sera su amigo invisible?

  • Piel de letra de Laura Escanes

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    Cada piel es un mundo por descubrir.

  • Las vencedoras de Laetitia Colombani

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    Un himno a la solidaridad y a la esperanza donde Colombani da voz a las vencedoras anonimas de la historia.

  • Nunca beses a un roquero (Stage Dive 4) de Kylie Scott

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    El desliz de una noche con una estrella de la musica unira sus destinos…?llevara ese algo a que sus corazones se unan tambien?
    Positivo. Dos rayitas en un test de embarazo y todo en la vida de Lizzy Rollins cambiara para siempre. Y solo por un error, uno de los grandes, cometido en Las Vegas con Ben Nicholson, el irresistible y sexi bajo del grupo Stage Dive. Lizzy sabe que el roquero no busca nada permanente, solo pasar un buen rato, y no importa cuanto desee ella que eso no fuera asi.

  • Entusiasmo de Pablo D'ors

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    ‘El momento en que un joven toma una decision y se pone en camino para hacerla realidad es sin duda el mas hermoso que una vida pueda brindar.’ Y ese precisamente es el momento que se relata en estas paginas vibrantes y conmovedoras. Una novela que se lee practicamente de un tiron y que suscita comprension hacia el ser humano, esperanza en su destino y, algo aun mas insolito en la narrativa contemporanea, piedad. Un relato lleno de imagenes indelebles, lucidos pensamientos y episodios trepidantes. El que aun ame la vida con todas sus polaridades y contradicciones podra identificarse con el protagonista, siempre a caballo entre la escritura y la espiritualidad. Con notable maestria narrativa, Pablo d’Ors despliega aqui una historia sospechosamente parecida a la suya: la de un hombre que, para responder a una inapelable llamada interior, se abre al amor y a la amistad, por supuesto, pero tambien a la incoherencia y al dolor y, en definitiva, al sentido de la vida entendida como servicio a los demas. Un delicioso juego auto-ficticio de consecuencias incalculables. Una botella que se tira al mar para que la recoja quien aun cree que es posible una literatura del alma. Con exquisito sentido del humor y admirable claridad narrativa, este novelista nos brinda aqui, seguramente, la obra que sus muchos lectores estaban esperando. Con un estilo limpido y eficaz, d’Ors -sin duda uno de los narradores espanoles vivos mas singulares- contagia mediante la intensidad de su prosa una actitud entusiasta y vital. Un relato sobre las experiencias iniciaticas propias de la juventud. Un homenaje, tan humilde como rotundo, a la luz.

  • Tipos duros. Aiden de Isabella Marin

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    Aiden King es ahora el principe del rap, pero su vida no siempre fue portada de una revista. Antes de que sus singles empezaran a encabezar tops alrededor del mundo, Aiden era el cajero de una gasolinera, vivia en una casa sin luz y sin calefaccion, y no conseguia ganar lo suficiente como para poder alimentar a su familia.

  • Mi pequeno mundo de Sonia Puente

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    Bienvenidos al mundo de Sophie y Jorge.

  • Papa se ha ido de caza de Penelope Mortimer

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    En la urbanizacion donde vive Ruth Whiting, las esposas se ajustan a un codigo de vestimenta, dirigen sus casas en la misma linea aburrida y prosaica, crian a sus hijos de la misma forma; todas prefieren el cafe al te, todas conducen coches, juegan al bridge, poseen al menos una pieza de joyeria valiosa y son moderadamente atractivas. Sin embargo, Ruth se esta volviendo loca. O, para decirlo de un modo politicamente correcto, acaba de sufrir <>. Pero la realidad es mucho menos dulce. Ruth se esta volviendo loca porque su vida la esta matando y su locura se ve agravada por la indiferencia de todos los que la rodean. Y entonces ocurre lo inesperado: su hija universitaria se queda embarazada de un companero que es estupido, y Ruth se ve enfrentada a sus peores miedos.

  • El expreso de la Luz Negra de Philip Reeve

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    No es la primera vez que Zen y Nova viajan de un planeta a otro en tren. Provienen del Imperio de la Red, cuyas vias ferreas recorren media galaxia. Pero esta vez es distinto. Han pasado por un portal interplanetario que ni siquiera deberia existir. Han hecho cosas terribles para poder abrirlo, no saben a donde les conduce, y no esta nada claro que puedan regresar.

  • Tu y yo en la Gran Manzana de Estrella Correa

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    Anna Stewart cree haber encontrado la felicidad. Piensa que su trabajo de columnista en la revista de referencia de la ciudad de Nueva York y la compania de sus dos grandes amigos es suficiente para sentirse completa.

  • El senor Mani de A. B. Yehoshua

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    AGAR SHILOH, nacida en 1962 en Mashabei Sade, un kibutz fundado en 1949 que se encuentra a treinta kilometros al sur de Beer Sheva. Sus padres, Roni y Yael Shiloh, llegaron al kibutz en 1956 cuando estaban haciendo el servicio militar. Roni cayo en la guerra de los Seis Dias, el ultimo dia de la guerra, en los combates de los Altos del Golan. Agar tenia entonces cinco anos, por lo que muy bien puede ser cierto, como ella sostiene, que guarde un claro recuerdo de su padre. Agar fue educada en el instituto regional de Revivim. Cuando dejo los estudios le faltaban dos asignaturas del ultimo curso de bachillerato, las de ingles e historia, pues no se habia presentado a los examenes. Fue reclutada en agosto de 1980 y sirvio como soldado en una unidad de paracaidistas, en el campamento base de la misma en la zona de Beth Lida. A causa de la distancia existente entre la base y el kibutz, Agar solia pasar los permisos de fin de semana en Tel Aviv, donde dormia en casa de su abuela paterna, Noemi, a la que se sentia muy unida y a la que le hacia contar los recuerdos de la infancia de su padre. La abuela, que disfrutaba con la presencia rebosante de vida de la nieta, trataba constantemente de convencerla para que se matriculara en la universidad de Tel Aviv una vez que se hubiera licenciado en el ejercito. Asi, cuando Agar termino el servicio militar, cuyos ultimos meses fueron muy movidos a causa de la guerra del Libano que habia estallado en junio de 1982, y a pesar de la oposicion de su madre, que creia que Agar tenia que volver a trabajar en el kibutz por lo menos por un periodo de un ano antes de empezar a estudiar, consiguio convencer a la asamblea formada por los miembros del kibutz para que la autorizaran a estudiar, siendo como era, ademas, que aquellos estudios serian financiados en su totalidad por medio de una subvencion que el ministerio de Defensa tenia destinada a los huerfanos de guerra. Agar se matriculo en el departamento de cine de la facultad de Bellas Artes de la universidad de Tel Aviv pero, como no tenia ultimados los estudios secundarios, no fue admitida para cursar el primer ano de la carrera, sino que se vio obligada a estudiar antes, en la misma universidad, un ano de preparacion academica. Ese curso lectivo tiene por objeto que los alumnos aprueben los examenes de bachillerato que les falten, asi como que se les impartan las asignaturas de expresion hebrea, ingles y matematicas como refuerzo para su capacitacion academica. A principios del mes de diciembre la abuela Noemi cedio ante la insistencia de su hijo, el tio de Agar, Benzion Shiloh, alto funcionario del consulado israeli en Marsella, aviniendose a ir a visitarlo, ya que el habia tenido que anular su visita estival a Israel a causa del incremento de las tareas de informacion que recayo sobre los empleados del ministerio de Asuntos Exteriores por la guerra <>. A pesar de que no queria alejarse de su querida nieta por mucho tiempo, no pudo menos que responder afirmativamente a su unico hijo, que tenia cuarenta anos y cuya solteria seguia preocupandole mucho. Siempre habia creido que su presencia cerca de el podria quiza conducir a algun arreglo matrimonial, por lo que prolongo su visita para participar en las recepciones organizadas por el consulado con motivo del ano nuevo civil. Agar, de baja estatura, dinamica y que habia heredado el purpureo color de cabello de su difunto padre, se solazaba pensando que el grande y hermoso piso de la abuela estaria ahora por completo a su entera disposicion. Primero penso en invitar a vivir con ella a una amiga que habia conocido en las clases del curso preparatorio, una muchacha muy decidida llamada Iris, tambien huerfana de guerra, que habia perdido a su padre en la guerra de Yom Kippur y era toda una experta en las distintas bonificaciones y ayudas del ministerio de Defensa para con las familias de los caidos; pero finalmente la invitacion no prospero, y mejor para Agar que asi fuera, porque a principios de diciembre empezo a tener relaciones en casa de la abuela con un estudiante, un alumno de master llamado Efraim Mani, profesor de la asignatura expresion hebrea del curso de preparacion universitaria. La relacion tuvo un comienzo muy intenso, aun cuando ya el 9 de diciembre salio Efraim como reservista hacia la franja occidental del Libano, que no acababa de calmarse a pesar del <> que habia sido firmado entre Jerusalen y Beirut. YAEL SHILOH, de soltera KRAMER. Nacida en Kiriat Motzkin en 1936. Militante activista socialista en los movimientos juveniles de los campamentos de inmigrantes, trabajo tambien como instructora. En 1952 salio a realizar un curso de campamentos juveniles en el kibutz Ein Harod por un periodo de un ano, por lo que vio interrumpidos sus estudios secundarios que despues ya no finalizaria. En 1954 se unio al grupo Re'im, que inicio su servicio militar en el kibutz Rosh Hanikra. Al grupo, compuesto por gente de los alrededores de Haifa, se unieron tambien unos cuantos jovenes mayores, del movimiento de Tel Aviv y Rishon Lezion, entre los que se encontraba su futuro marido, Roni Shiloh, que habia finalizado sus estudios en Tel Aviv. El noviazgo se consolido ya en Rosh Hanikra. Despues de que Roni finalizara su curso de paracaidismo y de que tomara parte, en el verano del 56, en dos breves operaciones belicas y, por supuesto, tambien en la campana del Sinai, partieron ambos, junto con el resto de los miembros de la unidad, a servir en el kibutz Mashabei Sade. La vida en aquel kibutz meridional les gusto y, al licenciarse, decidieron quedarse a residir alli, donde se casaron en 1958. Los dos trabajaban en la granja: Roni en los campos de grano y Yael en las plantaciones de frutales. En 1962, despues de un viaje a las ruinas arqueologicas de Grecia organizado por la sociedad de estudiosos de la historia, nacio su primera hija, a la que llamaron Agar, en honor al apego que los dos sentian por el desierto. Cuatro anos despues, en 1966, tuvieron otro hijo, que murio a la semana de nacer a causa de una hepatitis aguda debida a la incompatibilidad sanguinea de sus padres, problema que no habia sido tenido en cuenta por el departamento de obstetricia del hospital de Beer-Sheva. Despues de recibir asesoramiento medico decidieron tratarse para tener otro nino, pero este nunca llego porque Roni cayo al final de la guerra de los Seis Dias, en los combates por los Altos del Golan, en la carretera de Quneitra a Damasco. A pesar de las suplicas de sus propios padres y, sobre todo de los padres de Roni, para que se marchara del kibutz y regresara a la ciudad, Yael decidio quedarse con su hija de cinco anos en la granja e incluso fortalecio sus vinculos con el lugar. Sabia perfectamente, sin embargo, que las posibilidades que tenia de volverse a casar irian disminuyendo de ano en ano en aquel apartado kibutz de tan pocos habitantes, pese a lo cual siguio trabajando en la plantacion e incluso dirigio las entonces innovadoras tentativas de cultivo del aguacate. Durante la guerra de Yom Kipur, cuando el secretario del kibutz tuvo que salir como reservista por un largo periodo de tiempo, Yael fue nombrada para ocupar aquel cargo que ejerceria despues durante varios mandatos con el beneplacito general, a pesar de que a algunos miembros de la comunidad les parecia demasiado extremista desde el punto de vista ideologico. La relacion con su hija Agar, una relacion por lo general muy intensa, tropezaba de vez en cuando con algunas crisis dificiles, por lo que mas de una vez la animaron los amigos mas proximos a que asistiera a los cursos especiales del movimiento kibutziano sobre educacion y psicologia juvenil. Esos cursos divulgativos y eventuales resultaron muy de su agrado y de vez en cuando incluso viajaba a la universidad de Beer Sheva para oir conferencias relacionadas con temas de educacion y psicologia. En 1980, a pesar de que se acercaba ya a los 44, accedio a participar en uno de los encuentros de solteros y solteras que organiza el movimiento kibutziano, jurandose despues a si misma que jamas volveria a asistir a un encuentro de ese tipo. Yael temia que la estrecha relacion que su hija habia mantenido durante el servicio militar con su suegra, la abuela Noemi, que habia enviudado a mediados de los anos setenta, pudiera tentar a Agar a marcharse del kibutz, por lo que se opuso a que Agar comenzara sus estudios en la universidad inmediatamente despues de haber terminado su servicio militar, prefiriendo que volviera a la granja a trabajar durante por lo menos un ano. Cuando Agar presento la solicitud para salir a estudiar, Yael intento en secreto y por todos los medios que aquella le fuera denegada. Pero la politica liberal por la que se regian los kibutzes a principios de los anos ochenta en todo lo referente a la <> de los nacidos en el kibutz que habian terminado su servicio en el ejercito y que pretendia, en realidad, impedir cualquier pretexto para marcharse apresuradamente del kibutz, ademas de que los estudios de Agar fueran a ser financiados por el ministerio de Defensa dentro del programa de ayudas que este otorga a los huerfanos de las guerras de Israel, inclinaron la balanza en contra de la postura de Yael en la asamblea general. El hecho de que Agar viviera en Tel Aviv con la abuela contribuia a que pudieran comunicarse por telefono con cierta frecuencia, y Yael y Agar acordaron hablarse, por lo menos, dos veces por semana, a pesar de que en 1982 todavia no habian instalado en Mashabei Sade telefonos personales con extension propia en las casas de los miembros del kibutz. En el dialogo que sigue faltan las palabras de Yael. * * * --Pero aunque hubiera desaparecido, mama, ha sido por muy poco tiempo, no es para haberse preocupado asi por mi... --Si te llame, mama, claro que te llame, el miercoles por la tarde, desde Jerusalen... --Claro que si, el miercoles todavia estaba en Jerusalen, ayer tambien... --Tambien ayer, mama, y hoy, pero si deje el aviso... --?Como no te lo han dicho? --!Ay, Dios mio, mama, no me digas que esta vez tampoco te ha llegado uno de mis recados! --Yo que se... A quien descolgo el telefono... --Uno de los voluntarios alemanes... --?Pero que querias que hiciera, mama? Yo no tengo la culpa de que nadie que este todavia en su sano juicio quiera contestar ya al telefono en el comedor general despues de la cena, porque a nadie le apetece corretear entre las casas, con el frio que hace, para avisar al que esten llamando. Intenta tu llamar al kibutz una noche de invierno y ponte a hablar en ingles con un voluntario medio drogado que ya ni se acuerda de como se sujeta un lapiz entre los dedos y, entonces, quiza comprendas que no ha sido muy inteligente por tu parte dirigir con tanto fanatismo esa cruzada contra los telefonos privados, como si de eso dependiera que el socialismo fuera a seguir adelante o a desaparecer. En otros kibutz hace ya tiempo que los telefonos particulares en casa de cada uno forman parte de la calidad de vida... --Todavia no he visto ningun kibutz, mama, que se haya hundido economicamente por culpa del telefono... eso son fantasias tuyas... --Pero si no he desaparecido, mama... si solo he estado fuera de Tel Aviv durante los tres ultimos dias... --?El? Que va, pero si todavia sigue en el Libano, si fue el quien me mando a Jerusalen, a casa de su padre, y no he podido salir de alli hasta esta manana. --En conciencia, no podia marcharme... --Pero si eso es precisamente lo que te quiero contar... si es eso lo que he venido a contarte... --No, fue el miercoles por la tarde cuando empezo a nevar en Jerusalen, pero ayer ya no quedaba ni rastro... --No, ha sido el quien me ha dado este viejo abrigo, su padre, el senor Mani ese... --Si, yo lo llamo el senor Mani... no se por que... --Pero si esa es precisamente la cuestion, si es solo por toda esa historia por lo que he vuelto hoy a casa, aunque debo de haberme vuelto loca por estar ahora aqui sentada contigo en vez de haberme encerrado en Tel Aviv a estudiar para el examen... --Si te lo he contado, tengo un examen de ingles el domingo, y me fastidiaria tanto que me volvieran a suspender...

  • Hoy no quiero matar a nadie de Boris Quercia

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    Hace frio, son las seis veintitres de la manana, es recien martes y no tengo ganas de matar a nadie. Que tontera mas grande. Estoy de guata en la vereda, miro por debajo de un Fiat Fiorino, solo les veo los pies. A mi espalda hay un pasaje estrecho que cruza toda la manzana y llega hasta la otra calle. La idea es que ninguno de los Guateros se escape por ahi. Asi se llaman. Los Guateros. Los seguimos hace cinco meses, nos sabemos de memoria sus caras, sus voces, sus chistes repetidos de cuando hablan por telefono. Se descolgaron de una banda mayor, los Melacomo, pero los Guateros no saben cuidarse, hacen todo mal y hoy les toca. A ellos y a nosotros. Cuando se trabaja con estas bandas de poca experiencia es mas peligroso. Los que saben hacerla, se entregan de inmediato. Tienen abogados eficientes, dinero con el que comprar a actuarios, infiltrados entre los gendarmes. Y en el peor de los casos, van a pasar un tiempo en la carcel sin tanta incomodidad. En cambio, los que intentan armar su primer negocio son pura adrenalina y ganas de disparar. Y yo hoy no quiero matar a nadie. Seria mas facil si estuviera en la panaderia, pero el jefe puso ahi a Garcia. La panaderia de la esquina tiene un segundo piso donde estan los hornos y la amasanderia. Desde ahi se controla el sector. Si los Guateros tuvieran mas experiencia trabajarian desde la esquina y no aqui, a mitad de cuadra. Ellos no saben, pero estan acorralados. Son las seis treinta y cuatro, y comienza a clarear. El camion esta atrasado. Yo estoy entumecido. Tengo las manos a la misma temperatura que la pistola: heladas. Ya se van a calentar con el primer balazo. Voy a tratar de darle en una pierna, quizas se caiga y suelte el arma. No tengo ganas de matar a nadie, hoy no. Escucho el camion. En la panaderia se prende la luz de la ventana pequena del bano, es la senal para nosotros. El guardia que fuma en la puerta tambien escucha el camion, tira el cigarro a la calle y entra con los demas monos de la banda. Por un momento no pasa nada. La colilla del cigarro humea a unos dos metros de mi en medio de la calle, me quedo mirando el humo que forma una figura rara y azul en el aire. Pongo mi dedo en el gatillo, lo saco. Por ultimo, que sea en un hombro; le voy a dar en el hombro del lado en que lleve el arma. Si le doy en la pierna, puede que me dispare desde el suelo. Lo malo es que el hombro esta cerca de la cabeza, cerca de los pulmones, cerca del corazon, y uno tiene que cargar la punteria hacia el centro del cuerpo, lo que aumenta el riesgo. Que pocas ganas tengo de matar a alguien hoy. Lo que si tengo son unas ganas terribles de mear, siempre es asi cuando estoy esperando que comience algo, me pasaba de nino, en Valparaiso, antes de los fuegos artificiales. Muevo las piernas, las hago tiritar y aprieto por dentro para no mearme. El camion dobla la esquina. Ya estamos, ahora si, pongo el dedo en el gatillo. Un cuarto para las siete. Marina debe de estar despertandose en este mismo instante. Cuando se queda en mi departamento, se levanta a esta hora. Estoy viendo su cara somnolienta, se incorpora y se sienta en la cama, permanece un buen rato asi, a mitad de camino entre el sueno y el dia laboral. La veo ahi sentada, bostezando antes de prender la luz; tiene puesta una polera que le preste con el logo grande en la espalda de la Policia de Investigaciones de Chile, la PDI, y sus calzones diminutos, diminutos y transparentes que dejan ver su pubis, sus vellos depilados en una pequena linea. Antes de que Marina se meta en la ducha esto habra terminado. Los Guateros comienzan a salir de la casa. Yo me arrastro debajo de la Fiorino para poder ver algo mas. Hay uno que lleva un arma larga, alcanzo a distinguir el canon que le llega mas abajo de la rodilla. El camion se estaciona. La rueda trasera pisa la colilla y disipa el humo. Salgo con cuidado de debajo del Fiat, me acuclillo. Frente a mi veo el largo pasaje, si alguno intenta arrancar por ahi lo tengo listo. Escucho el portalon trasero del camion que se abre y las voces familiares de los Guateros, con las tipicas frases tontas y autosuficientes. Marina tiene que haber prendido la luz, se habra puesto de pie, entonces se estira, levanta los brazos y se le sube la polera, dejandome ver su traste bien formado. Luego se saca la polera, la tira sobre mi cama y se va al bano. ?Que hago con esta ereccion? Comienzan a bajar las cajas. Yo no veo nada, solo escucho, ahora. <>. Empezamos, y cada vez tengo menos ganas de matar a nadie. Un auto de los nuestros a cada lado cierra la calle. Comienzan los disparos. Nosotros respondemos rapido. Desde la panaderia, Garcia apunta un fusil con mira telescopica y tiene que dar en mas de un blanco. Garcia es bueno y siempre esta dispuesto a disparar, no como yo. Si por mi fuera, no descargaria un tiro mas en mi vida. No se si estoy cansado, no se si esto pasa con los anos, no se. El del arma larga devuelve los disparos como malo de la cabeza. Desde donde estoy veo que Garcia tiene que cambiar de posicion porque su puesto de francotirador es descubierto. Aqui va a correr sangre. Una granada de gas acaba de caer dentro del camion, comienza la estampida, uno de los Guateros escapa hacia el pasaje. Lo reconozco de inmediato cuando pasa a mi lado, es Baltasar, el mas chico. Quince anos, tres en la correccional por matar a su padrastro a punaladas. Corro detras de el. <>, le grito, como avisandole, para salvarle la vida. Baltasar se gira y dispara en medio de su carrera, sin ninguna punteria. El balazo rompe un vidrio de una ventana que da al pasaje, se escuchan gritos desde dentro de las casas. <>, grito de nuevo. Baltasar ya va llegando al final del pasaje; si sale, lo pierdo. Pienso en los pies, pero apunto al hombro, disparo. La fuerza del impacto lo hace saltar incluso mas rapido de lo que el iba corriendo, como si un caballo le hubiera dado una patada en la espalda. El muchacho cae... Mitad del cuerpo en la vereda, mitad en la calle. Camino lentamente sin dejar de apuntarlo, me giro un poco hacia atras y veo a mis companeros esposando a los Guateros en el suelo, ya no se escuchan disparos. Miro hacia adelante y veo que Baltasar no se queja, no se mueve. Cuando me acerco, tomo una de sus zapatillas que quedo casi pegada al suelo mientras su cuerpo salio volando. Es una Nike, aun con olor a nueva. La tomo, esta caliente, algo humeda, me da un poco de asco, como cuando en el metro uno se sienta en un asiento que recien fue ocupado por alguien. El pasaje se llena de murmullos, yo sigo caminando hacia el muchacho. Mi bala le entro por la nuca, tiene el rostro desfigurado. Ni preguntar, esta muerto. Marina debe de estar prendiendo la ducha ahora, que ganas de que mojara todo esto y limpiara esta sangre que comienza a escurrir por el pavimento. Que pocas ganas tenia hoy de matar, pero ahi esta Baltasar. 2 A Marina no le gusta la playa, siempre le hacen el mismo chiste con su nombre. Pero es verdad, le cargan los mariscos, le cargan las olas y encuentra que el sonido del mar es hostigoso. Tampoco le gusta la arena y encuentra el agua demasiado fria. Una vez se subio a un ferri para cruzar a Chiloe y jura que nunca mas. Ella nacio en Farellones. Su papa era paco y estaba a cargo del reten antiguo. A su mama le vinieron las contracciones de noche en medio de una tormenta de nieve, ni sonar con bajar a Santiago. Su papa atendio el parto. No sabe por que le pusieron Marina, se iba a llamar Rocio, pero cuando volvio del registro civil ya se llamaba Marina. No se por que pienso en todo esto mientras lleno el formulario, que tontera mas grande, si le hubiera disparado a los pies, no estaria aqui estampando mi firma. Garcia firmo como testigo. Desde donde estaba, no veia nada, pero es buena gente. Despues, subir al segundo piso, entregar la constancia, firmar el libro, el timbre, la rubrica del oficial. <>. Los papeles van a parar a un archivador. Y el archivador a una sala llena de archivadores, y en unos anos a la basura con miles de archivadores. Eso fue todo, un tramite que no me cambiaba el sabor amargo de la boca, pero por lo menos me dejaba libre de polvo y paja. Bajo y camino. Llego hasta Banderas, me mezclo entre la gente. Pienso que, a diferencia de Marina, a la que no le gusta el mar, a mi si me gusta Santiago. Tambien siempre me hacen chistes con el nombre. Me pusieron Santiago por mi abuelo Santiago. Era matarife, faenaba animales en el matadero de Talca.

  • El caso Demichellis de Francisco Marin

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    Un intenso thriller que se desarrolla en las calles y juzgados de Ibiza y que atrapara al lector desde las primeras paginas.
    Eduardo Ribas es juzgado y condenado por el homicidio de una enfermera (Ana Lopez Demichellis). Ni Raul Ballesteros, un prestigioso abogado politicamente incorrecto, ni la hermana de la victima (Raquel), una bella y sensual joven, estan convencidos de la culpabilidad del hombre que acaba de ser condenado. Ambos deciden contratar a un extravagante detective pero dotado de grandes facultades deductivas para intentar esclarecer los hechos.
    Una vez iniciada las investigaciones, la primera circunstancia que llama la atencion del detective (Alex Zarco) es el hecho de que el ultimo paciente de Ana, enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos, fue un hombre tiroteado.
    Dos crimenes violentos en una isla tranquila como Ibiza en invierno parecen demasiada coincidencia. ?Tendran alguna relacion o sera pura casualidad?

  • Recuerdame (You make me feel 2) de Kathalee Trueba

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    "Alena tuvo que tomar una decision.
    Su futuro, el de Milenka, Eithan y Christopher dependian de ella.
    Mientras cada uno asume las consecuencias de dicha eleccion y aprenden a vivir con ello, los recuerdos, los nuevos retos y la duda llaman a su puerta.
    El pasado no siempre se queda atras ".

  • Contrato Prohibido (La fiesta prohibida 4) de Charlotte Byrd

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    Pueden tomar todo de mi, pero no pueden tomarla a ella.

  • Protegiendo su secreto de L.a. Pepper

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    Protegiendo su secreto - La segunda oportunidad de un multimillonario