• Deseo Interminable de Clara Montecarlo

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    Bajo el Sol: Romance Intrepido con el Ejecutivo de Accion

  • Esposa de mi jefe de Roxana Aguirre

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    Alexandra Carlin es una chica recien graduada en la universidad, sin exito en el campo laboral. Un dia es contratada por fin como secretaria del presidente de una revista de prestigio a nivel internacional, Oliver Anderson, un joven apuesto de veinticinco anos. Oliver esta a punto de perder la presidencia de la empresa por no tener una vida formal. De repente, sus vidas dan un giro cuando hace un contrato con Alex para ser su esposa durante seis meses.

  • La coincidencia perfecta de Annie J. Rose

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    D 1 C L A RA ebia pensar rapido. Nunca imagine que se apareceria asi, ni que tendria que presentar pruebas de mi novio imaginario. Ella conocia a todos mis empleados, asi que no podia llamar a Brett para que fuera mi tapadera. No habia tiempo de llamar a una agencia de empleos temporales y contratar a alguien. Me quedaba media hora. Me quede mirando los hermosos pasteles y galletas de la vitrina frente a mi. Queria llenarme la boca con ellos, pero tampoco habia tiempo para eso. No podia decir que mi novio imaginario estaba trabajando; acababa de responderle un mensaje diciendole que estabamos pasando el dia juntos. Eso fue antes de saber que mi madre estaba en Los Angeles, no bien lejos en algun lugar de Asia. Me volvi hacia el cajero. Guapo, de cabello oscuro, hombros anchos y sabia usar cajas registradoras: es el elegido. Eran tiempos desesperados. Me incline sobre el mostrador y le susurre: --Te ofrezco mil dolares en efectivo si te vas de aqui conmigo, te reunes con una mujer en el cafe de enfrente, te llamas Blake y finges ser doctor. ?Has visto Anatomia Segun Grey? Bueno, no importa. ?Puedes hacerlo? --?Que? --dijo, mirandome como si estuviera loca. Y, de haber tenido un espejo, estoy muy segura de que yo tambien me habria visto de la misma manera. --Mira, es mi mama. Es un dolor de cabeza, y cree que tengo novio porque me invente uno. Me canse de que me dijera mierdas por estar soltera. !Dirijo una compania, por Dios santo! Uno pensaria que eso contaria por… Olvidalo. ?Lo haras? --?Me llamo Blake? --Si, asi que, ya sabes, quitate el delantal. ?Tenemos un trato? --?Por mil dolares? Claro. ?Como te llamas? --pregunto. --Me llamo Clara Rider. ?Y tu eres…? --Blake, por supuesto --dijo con una sonrisa astuta. Mi estomago dio un vuelco como si estuviese en una montana rusa y mis mejillas se calentaron por su contacto cuando estrecho mi mano. Quizas acabo de gastar mil dolares para generarme un monton de problemas. --Aqui esta la historia resumida --le dije mientras lo apuraba por la acera--. Tengo una aplicacion… Dos anos de mi vida y cada centavo de mis ahorros. No esta funcionando bien. Mi madre queria que renunciara y volviera a trabajar para ella. Me negue. Esta amenazandome con quitarme el apoyo del unico inversionista que me queda, que es amigo suyo, a menos que pueda probar que le aplicacion funciona. Es como Tinder, pero menos indecente. --Y de alguna manera Blake es tu prueba --dijo. Asenti, sorprendida de que lo entendiera tan rapido. Tal vez necesitaba replantearme lo mucho que he subestimando a los hombres que trabajan en ventas. --Si no logro presentarle una pareja perfecta para mi, me quitara el apoyo del inversionista y ganara mis acciones mayoritarias en la compania de diseno. --?Por que hiciste una apuesta asi? --pregunto. --Desesperacion. Fue la unica tactica evasiva que funciono, puesto que queria aplastar mi empresa y volver a tenerme bajo su poder. --Suena encantadora --dijo con una media sonrisa que tuvo efecto en mi; como convertir mi estomago en miel fundida. Tenia que concentrarme. No tenia tiempo para fantasear con el chico de la panaderia. --Es complicada, pero supongo que todo el mundo lo es. --Sabotear tu compania no es ser complicado; solo es ser cruel --senalo. --Si, bueno, es mi batalla, y ahora debo ir a ganarla. --A menos que yo sea Blake --dijo. --Si. Eres doctor. Nos conocimos a traves de mi aplicacion: Slay. --Ese es un nombre un poco agresivo para una aplicacion de citas. --Agresivo... Como mujer que trabaja con tecnologia, nunca me lo habian dicho. Que original --dije poniendo los ojos en blanco--. Ahora vas a decir que no soy lo suficientemente simpatica. --No necesito que me agrades. Soy tu creacion, tu novio perfecto, un doctor. ?Desde hace cuanto estamos juntos? ?Solemos ir de vacaciones? ?Vivimos juntos? --Como dos meses. Y no, no tengo tiempo para eso. --?No tienes tiempo ahora para discutir lo que supuestamente hemos hecho o no tienes tiempo para irte de vacaciones y coger? --Ambas --respondi--. Ya llegamos. Intenta lucir bonito y no hablar demasiado --dije--. Y gracias por hacer esto. --Te dire <> mas tarde, si sale bien --dijo. Extendi la mano hacia la puerta del lujoso restaurante, pero el la alcanzo primero y la sostuvo. Levante una ceja. --?Que? Blake es todo un caballero --dijo con una media sonrisa que parecio retorcer mi ropa interior. E 2 A D RIA N staba loca de remate. Esta chica era demasiado exagerada. Todo era una emergencia. Me ofrecio mil dolares para ir a tomar un cafe con su madre. No necesitaba el dinero, eso estaba clarisimo. Pero ?todo el entretenimiento? Eso si que me vendria bien. Parecia que iba a ser una gran historia. La proxima vez que estuviese en Hong Kong en una de las fiestas aburridas de Daniel, tendria una anecdota divertida sobre aquella ocasion cuando ayude a mi hermana en la tienda y una mujer extrana me rogo que fingiera ser su novio. No me molesto que fuera hermosa. Habria estado igual de dispuesto a ayudar a una mujer menos atractiva, pero la verdad era que, cuando entro con esas piernas largas y su cabello castano con rizos apilado en un mono desordenado, estuve dispuesto a aceptar cualquier cosa que me pidiera. Fue bueno que me pidiera hacer algo legal, porque habria sido humillante tirar toda mi carrera por la borda por ser atrapado traficando droga para una chica sexy e hiperactiva que me abordo en una panaderia. Era una distraccion, y su draconiana madre prometia ser igual de salvaje por la forma en que hablaba de ella. Yo si que sabia de padres controladores, despues de todo, y pense que seria buen karma apoyar a esta mujer Clara en su aprieto. Yo habia venido a este restaurante. No me impresiono. Era un lugar de almuerzos de moda entre comensales pretenciosos con ropa de disenador, donde solo servian tres gotas de salsa verde en un plato. Tuve una reunion alli una vez, y luego tuve que comprarme una hamburguesa porque moria de hambre. Clara estaba visiblemente nerviosa, de pronto incomoda con sus tacones mientras buscaba con la vista a su madre. La vi enderezar los hombros y la postura. La curva de su cuello, donde se encontraban dos mechones de cabello castano sueltos, era elegante, lo suficientemente seductora como para hacerme querer besar el lugar donde se curvaba su hombro. <>, pense con una sonrisa. Casi podia sentir su piel suave bajo la calidez de mi boca, la respiracion sorpresiva que daria antes de inclinarse de nuevo hacia mi, con su espalda derritiendose contra la solidez de mi pecho. Una mujer se puso de pie, lo que hizo girar un poco su extrano poncho rojo sobrecargado por un collar de oro reluciente. La reconoci instantaneamente. No habia visto el parecido entre Clara y la empresaria de medios Cynthia Rider. Cynthia habia empezado en noticias locales, consiguio su propio programa de entrevistas sindicado y ahora era duena de varias cadenas y de un imperio de estilo de vida que lo tenia todo, desde almohadas decorativas con piel de imitacion para infomerciales, hasta una linea de relojes de platino a traves de una marca de lujo italiana. En algun punto de camino a dominar el mundo, tuvo una hija. Una hija que me habia ofrecido dinero para que le mintiera a su madre, lo cual parecia indicar que Cynthia Rider era mejor en los negocios que como madre. Mientras Clara hizo ademan de besar a Cynthia en cada mejilla sin tocarla, yo me quede alli con las manos en el bolsillo y me pregunte que pensaria de mis vaqueros rotos y mi camisa descolorida de los Giants. Ella no me reconoceria tan rapido como yo a ella, pero existia el riesgo de que mi alto perfil pudiese descarriar la tactica de Clara antes de que comenzara. Seria mi responsabilidad asegurarme de que eso no pasara. Me pase con tosquedad una mano por el cabello, desordenandolo un poco. Queria verme tan ordinario como fuera posible, tan intimidado como lo estaria un tipo promedio al conocer a la madre internacionalmente famosa de su novia. Cuando Cynthia extendio su mano, timidamente saque una mano para sacudirla.

  • La Elegida del Vampiro de Gema Perez

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    Adam tiene toda la eternidad por delante.
    Dalila, a sus 20 anos, solo unas decadas.
    Adam ya no siente ilusion por nada.
    Dalila aun esta descubriendo el mundo.

  • Amor de Edrielle de Arturo Nieto Segura

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    Amor de Edrielle es una recopilacion de los poemas que he creado en el transcurso de mi vida, ademas que contiene algunas cronicas y sucesos importantes que me han ocurrido. En este libro separo los poemas de acuerdo a su tematica, asi con la relacion que tienen con el nombre del capitulo.

  • El hilo rojo del destino (Un mundo para Hector 2), Estefania Yepes de Estefania Yepes

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    Hector ha cruzado una barrera invisible, demostrando una vez mas el alcance del amor incondicional de una madre por un hijo. Sin embargo, su pequeno mundo ahora se tambalea de nuevo, mientras trata de recomponerse de un pasado que todavia le persigue.

  • Parece que fuera es primavera de Concita De Gregorio

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    Esta novela relata una historia real. Sucedio en 2011. La vivio Irina Lucidi. Esta novela aborda un dolor para el que muchos idiomas no tienen una palabra: <> Irina es una mujer de padre italiano y madre alemana, criada en Belgica y educada en escuelas italianas, abogada, con experiencia laboral en Estados Unidos, Francia y despues en Suiza, donde se caso con Mathias, un suizo aleman que trabajaba en la misma multinacional que ella. Tuvieron dos hijas gemelas, Alessia y Livia, y se separaron. En enero de 2011 el padre se llevo a las ninas, que entonces tenian seis anos, supuestamente para pasar unas vacaciones con ellas. Se suicido en las vias del tren en Italia y dejo una nota a su ex mujer en la que le decia que las pequenas no habian sufrido y que no las volveria a ver. La novela relata la historia de ese desgarro, de ese dolor. La historia de una madre que busca a sus hijas y topa con la burocracia, con la indiferencia, con la desidia, con el olvido. La historia de una madre que debe aprender a vivir con esa ausencia. La historia de una madre que debe aprender a superar la perdida, a cerrar la herida, a mirar hacia delante, a descubrir que <>. Partiendo de un hecho de la cronica de sucesos y dando voz a la madre doliente, Concita De Gregorio ha escrito un libro sobre el absurdo, sobre lo atroz, sobre lo innombrable. Una novela que se adentra en el territorio incierto del sufrimiento y recorre el arduo itinerario necesario para superarlo, para salir adelante. Huyendo del sentimentalismo facil y del sensacionalismo barato, la autora crea una novela concisa, valiente, intensa, sobrecogedora, deslumbrante.

  • Si Un Dia Me Besaras (Besos En Richmond 2) de Ana Alvarez

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    Olivia se toco una vez mas, nerviosa, el largo cabello rubio, y sintio de nuevo crecer su irritacion hacia Scott. Los ojos grises, en general tan claros que parecian traslucidos, refulgieron de rabia y se oscurecieron mientras apretaba los labios para no expresar su enfado. El reloj de la cocina marcaba las seis y diez de la tarde y la celebracion del sesenta cumpleanos de Andrew, su padre, se retrasaba en espera del invitado que aun no habia hecho acto de presencia. Si por ella hubiera sido, haria rato que habrian comenzado a tomar la merienda, preparada de antemano para agasajar el cambio de decada. Pero el homenajeado queria demasiado a Scott, el hijo de su gran amigo de la infancia y al que consideraba un miembro de su familia tambien, para no esperarle. Y lo que la irritaba mas, le disculpaba por la tardanza. Como siempre. Su padre, conocedor de su desagrado, le hizo una caricia para que suavizara el gesto. --No seas tan dura con el, carino. Seguro que tiene un buen motivo para llegar tarde. --Seguro que si --mascullo entre dientes. Se apostaba el sueldo del mes a que el retraso tenia nombre de mujer. Y ella sabia ese nombre: Stefany. No es que le importase, pero tenia veinticuatro horas al dia para estar con su vecinita, mientras que Andrew solo cumplia los sesenta anos una vez en la vida. Ella habia cambiado su turno para estar presente en el acontecimiento y, junto con su madre, habian elaborado una merienda en la que no faltaban los emparedados preferidos del hombre ni la tarta casera que reposaba sobre la mesa. --Si en cinco minutos no ha llegado, comenzamos sin el --advirtio a los padres del culpable, que guardaban silencio, rogando para que su vastago llegase pronto y evitar otro enfrentamiento. Rara era la reunion familiar en que ambos jovenes no se lanzaran pullas y miradas asesinas. Desde pequenos era evidente que no se soportaban, y si aceptaban estar bajo el mismo techo era por el gran carino que los dos sentian hacia Andrew. Al fin, el timbre de la puerta les hizo a todos exhalar el aire que estaban conteniendo, y a Olivia apretar los labios con fuerza, mientras su madre abria al recien llegado. Tendria que contenerse, una vez mas, para no estropear la fiesta. Scott Howard, el hijo del mejor amigo de su padre, hizo su aparicion en la estancia, llenandola con su presencia. Era un hombre corpulento, de ojos marron oscuro y cabello negro peinado hacia atras, lo que permitia ver unas facciones regulares y agradables. Vestia una camisa a cuadros sobre un pantalon negro, signo de que asistia a una celebracion, en lugar de sus habituales sudaderas y camisetas. Se dirigio hacia Andrew con paso decidido y le beso con carino, tras encerrarlo en un abrazo afectuoso. --!Felicidades, tio! A pesar de no ser parientes carnales, siempre le habia llamado asi. Hasta los siete anos Scott fue el hijo que Andrew y Melissa no habian tenido en una decada de matrimonio y lo consideraban un sobrino. Pero entonces llego Olivia, adoptada a la edad de cuatro anos. para cambiarlo todo. Aunque el carino que sentian hacia Scott no mermo, este tuvo que compartirlo y no lo acepto demasiado bien. Tras felicitar a Andrew, continuo besando al resto de la familia. Al llegar a ella, esta se limito a poner la mejilla sin devolver el gesto, algo que no parecio sorprenderlo en absoluto. --Espero que tengas una buena excusa para hacernos esperar casi media hora --mascullo en su oido. --Por muy valida que sea, a ti no te convencera. --La puntualidad es importante para mi. Scott se mordio la lengua para no decirle que, si no fuera el retraso ya buscaria alguna otra cosa que recriminarle. No tenia intencion de entrar en la provocacion, esa tarde no. De todas formas, no era a Olivia a quien debia pedir disculpas. --Siento llegar tarde --se excuso, dirigiendose a Andrew--, tenia que resolver un asunto que se ha alargado mas de lo previsto. La mirada de Olivia se elevo hacia el techo en un gesto de incredulidad. A continuacion, se perdio en la cocina para coger la comida preparada. --No importa, ya estas aqui y no es tan tarde --afirmo Andrew con una sonrisa. Dudaba mucho que ella pensara lo mismo, pero decidio dejar el asunto. De todas formas, estaba seguro de que a lo largo de la tarde se las arreglaria para continuar con sus recriminaciones. Su prima no dejaba escapar una ocasion de hacerle reproches, sobre todo si habia un delito y habia llegado tarde, eso era indiscutible. Una vez servida la merienda, todos se sentaron alrededor de la mesa a disfrutar de la celebracion. Como siempre, la comida estaba exquisita. Las mujeres Wood eran excelentes cocineras y el gozaba de un apetito envidiable. Mientras disfrutaba de las delicias que habia sobre el mantel, trataba de ignorar la aviesa mirada que le dirigia Olivia, sentada al otro extremo de la mesa. Llevaba mas de veinte anos viviendo situaciones parecidas, pero nunca terminaba de acostumbrarse. De pequenos habian tenido sus diferencias y rencillas, propias de crios que luchaban por la atencion de los mayores o por un juguete. Pero aquellas peleas infantiles, en vez de cesar con el tiempo, como hubiera sido natural, dieron paso a una rivalidad que no tenia mucha logica en la edad adulta. Al principio, Scott se habia sentido celoso de aquella nina rubia y encantadora, porque de pequena lo fue: buena, docil y maravillosa, la hija perfecta que cualquiera desea tener. Su llegada le robo la atencion absoluta de su tio Andrew a la edad de siete anos y le hizo sentirse desplazado, pero ya era lo bastante adulto para saber que este le seguia queriendo tanto como siempre. Su resentimiento hacia Olivia se hubiera suavizado si ella no continuase tratandole con desprecio y haciendole victima de sus pullas y mal humor. No sabia donde habia ido a parar la nina dulce que llego a Richmond muchos anos atras, porque ahora era una autentica arpia, al menos siempre que el estaba presente. Desde su puesto en la mesa, podia verla comer con frugalidad. Olivia cuidaba con ferrea voluntad cada caloria que se llevaba a la boca, aunque no necesitara vigilar la linea. Poseia un cuerpo esbelto, demasiado delgado para su gusto, pero muy elegante. Ello le facilito la entrada en las aerolineas donde trabajaba como azafata de vuelo. Su fisico se habia sumado a unas calificaciones extraordinarias que la habian llevado a cumplir su sueno. Al tipo se unia una cara bonita, de facciones regulares y agradables, pero eran sin duda los preciosos ojos, de un gris muy claro, lo que mas llamaba la atencion en su rostro. Ojos que se oscurecian cuando estaba enfadada, y el los habia visto pocas veces en su tono natural. Tampoco en aquellos momentos lo estaban y sabia quien era el causante de su irritacion. El, como siempre. Tras la merienda llego el momento de entregar el regalo que, junto con sus padres, habia preparado para Andrew: un viaje al Caribe para que lo disfrutara con Melissa. Siempre fue el sueno de ambos y nunca habian logrado materializarlo. La emocion en los ojos de Andrew logro enternecer lo suficiente a Olivia para hacer que abandonara su expresion adusta y esbozara una tenue sonrisa. Tras los besos y abrazos de agradecimiento por el presente, llego la hora de que la chica entregara el suyo. Observo como Olivia le obsequiaba con un libro de arte, descatalogado hacia anos y que su padre habia buscado con ahinco. No le debia haber resultado facil conseguirlo, ni barato, pero la expresion de felicidad de su tio y la forma en que acariciaba la cubierta le hacia saber que el esfuerzo habia valido la pena. La vio abrazar al hombre que habia llenado de felicidad su vida, desde el momento en que el y Melissa decidieron adoptarla, y como lagrimas de emocion inundaran sus ojos haciendo que parecieran transparentes. Ella parpadeo con fuerza para evitarlas al percatarse de que la miraba. --Gracias, carino. Me lo llevare al viaje y le ire echando un vistazo en los ratos libres. --!Ni se te ocurra! --protesto su mujer--. El viaje es para disfrutarlo conmigo y no tengo intencion de dejarte ningun tiempo libre. Ademas, no quiero pensar en lo que le habra costado a Livvy conseguirlo, y podria deteriorarse. El libro se quedara en casa y ya lo leeras cuando volvamos. --?Cuando volvamos? Esta misma noche. La mujer alzo una ceja para evidenciar que tenia otros planes y todos sonrieron con benevolencia. Scott observo como Olivia, tras separarse de su padre, se limpiaba con disimulo una lagrima que habia logrado escapar de su ferreo control. Al sentirse observada, se giro con rapidez para huir de su mirada y salio en direccion a la cocina musitando una excusa. La siguio con decision dispuesto a hacerle saber que habia descubierto su momento de debilidad. Silencioso como un gato, se situo a su lado junto a la encimera y le tendio un paquete de panuelos de papel. Olivia se volvio con expresion irritada y los ojos humedos. --Ten --ofrecio. La chica extrajo uno del envoltorio de plastico y se enjugo el lagrimal con una esquina. --Se me ha metido algo en el ojo --aclaro. --!Seguro! --dijo sarcastico--. Estas llorando como una nina sensiblera, pero no es algo de lo que te debas avergonzar. No es malo tener sentimientos aparte del enfado y la irritacion. --!Que sabras tu de mis sentimientos! --Salvo de los que he mencionado, nada. Pero acabo de ver que eres capaz de tenerlos, de emocionarte y de llorar. --Por mi padre, por supuesto. Y por mi madre. Tambien aprecio mucho a Diane y a Conrad. -- La alusion a sus propios progenitores le hizo sonreir --Y ahi acaba todo. No hace falta que mientas y me incluyas en el lote, ya se que a mi no me soportas. --Es mutuo, ?no? --Lo es. --En ese caso, vuelve al salon y dejame sola con mi mota en el ojo --exclamo adusta--. Y si se te ocurre mencionar algo de esto... --Me sacaras las tripas con tus unas afiladas y las serviras como colofon de la merienda. --Se me indigestarian. --Seguro que si. Apenas has probado una pequena muestra de todas las exquisiteces que hay sobre la mesa. --No como mucho. --No comes nada. Deberias ir a un psicologo que trate tu anorexia. --No soy anorexica. Me alimento bien, a base de comida sana. Los dulces y las grasas los mantengo muy controlados. --?Hay algo que no mantengas muy controlado? Come, bebe, rie, sacate el palo que tienes metido en el culo, Olivia... Ya has demostrado lo buena chica que eres, ahora se tu misma. --No pretendo demostrar nada. --Si tu lo dices... --Suspiro y se aparto de ella--. Me vuelvo al salon a seguir comiendo. Seria una ofensa a la cocinera no hacer los honores a tan deliciosa merienda. Tu sigue intentando ser perfecta, ya te daras cuenta algun dia del error que cometes. A Olivia le vino una frase malsonante a la boca, pero se contuvo a tiempo. No entraria en la provocacion ni caeria en la trampa que sin duda Scott le habia tendido. Ella no era tan vulgar como el. No decia tacos, no perdia el control ni se comportaba de forma soez. Era una mujer correcta y educada, por mucho que le costara si el estaba presente. Cuando salio de la cocina dejandola sola, abrio el frigorifico y se sirvio un vaso de agua fria, que no calmo la irritacion que le habia provocado. Despues, regreso junto a su familia, que bromeaba alrededor de la mesa, y se unio a ellos. El sesenta cumpleanos de su padre y la felicidad de este por compartirlo con las personas que amaba bien merecia el esfuerzo de soportar a Scott. Capitulo 2 Olivia llego a casa con la firme determinacion de hablar con sus padres de un asunto que llevaba posponiendo durante un par de semanas. Era consciente de que les daria un disgusto, pero no deseaba retrasarlo mas. Habia esperado a que regresaran de su viaje al Caribe y despues dejo pasar unos dias mas, consciente de la cara de felicidad que mostraban a su vuelta. No dudaba de que habian disfrutado de una segunda luna de miel durante el tiempo que estuvieron fuera. Pero no podia, ni queria, continuar retardandolo mas tiempo. Tras una ducha rapida, se reunio con ellos en el salon, donde solian pasar las tardes y se preparo para abordar el tema que la inquietaba. Se sento frente a ellos en una silla, en lugar de ocupar su butacon habitual, y lo abordo sin mas dilacion. Siempre habia sido partidaria de afrontar las situaciones dificiles cuanto antes y de forma directa. --Me gustaria comentaros un asunto --dijo resuelta. La pareja, que miraba la television, clavo la vista en ella ante la seriedad de su tono. --?Que ocurre, carino? --pregunto Melissa, preocupada. --Si tienes algun problema, sabes que estamos aqui para lo que sea. --No tengo ningun problema, es solo... --?Que? --Que tengo veintinueve anos y aun vivo con vosotros. --Lo solto de golpe. Habia planeado decirlo con mas suavidad, pero le resulto imposible. La cara de sus padres se suavizo. --Quieres independizarte. --No fue una pregunta. --Si --admitio. A continuacion, trato de exponer sus argumentos, de hacerles comprender que no era nada contra ellos--. No penseis que no me siento a gusto aqui, con vosotros. --En ningun momento hemos pensado eso, pequena. De hecho, tu madre y yo, hace tiempo que lo estamos esperando. Sintio que el corazon se le aligeraba al oir la frase de Andrew. --?Lo esperabais? --Pues claro, Livvy, es lo normal. Tienes tu trabajo, eres una mujer adulta, y quieres tener tu casa. ?Pensabas acaso que no lo entenderiamos? --Me preocupaba un poco, si. No quiero que penseis que tengo algun problema con vosotros. --Ya lo se. Se trata del ciclo normal de la vida. Tambien algun dia nos diras que has encontrado un hombre, que quieres formar una familia, y nos haras abuelos. --!Quita, quita! No hay nada de eso. No me apetece en absoluto tener un hombre en mi vida. --Ya te llegara el momento, nadie se libra del amor. --Pues que tarde mucho, entonces --anadio con una mueca. --?Tienes ya algun plan sobre lo que quieres? Me refiero a tu traslado. --He pensado alquilar algo con una companera en una zona cercana al aeropuerto. Eso me ahorrara mucho tiempo y kilometros, ya sabes los horarios que tengo a veces. --?Algo amueblado? --Prefeririamos que estuviera vacio, y escoger nosotras los muebles a nuestro gusto. --Me parece una idea excelente. La mayoria de los pisos amueblados son horribles. --Puedes pedirle a Scott que os eche una mano con la decoracion. La empresa de diseno para la que trabaja hizo una labor fantastica en la casa de sus padres. Quedo preciosa. Reconocio que tenia razon, pero no le apetecia en absoluto tener a Scott cerca y tampoco a su odiosa vecina. No obstante, no se sentia capaz de rechazar la propuesta de su padre despues de lo bien que se habian tomado su marcha. Andrew no parecia darse cuenta de que entre ella y el hijo de su amigo no fluia ningun tipo de afinidad. --No creo que sea buena idea, papa. --Dale una oportunidad al chico, mujer. Es hora de que enterreis el hacha de guerra. --No hay ninguna guerra entre Scott y yo, simplemente no nos caemos bien. --De todas formas, yo me quedaria mas tranquilo si el revisara la instalacion electrica y te colgara las cortinas. Suspiro sin poder evitarlo. Sentia sobre ella los ojos de su madre, que no se habia pronunciado, pero evito mirarla a su vez. --De acuerdo --admitio--. Lo hablare con Patty, no estoy sola en esto. Tal vez ella desee decorar el apartamento por si misma. --Dile que yo pagare los honorarios, asi seguro que la convenceras. --!Como si el fuera a cobrarte! Si algo tenia claro respecto a Scott, era que haria cualquier cosa que su padre le pidiese, y gratis. El carino que le profesaba era incuestionable. Esperaba que en aquella ocasion rechazara el encargo, aunque no confiaba demasiado en ello. Su presencia le resultaba soportable de tarde en tarde y en pequenos lapsus de tiempo. De todas formas, era incapaz de negarle nada a sus padres, de modo que se mentalizo para soportarlo durante el periodo que durase la instalacion de su nuevo hogar. --De acuerdo. --Se rindio con un gesto teatral--. Tratare de convencer a Patty y, si Dios no lo remedia, Scott colgara las cortinas. --Solo las colgara, carino, no tiene porque escogerlas por ti --aseguro Andrew.

  • Philip Trent Y El Caso Trent de E. C. Bentley

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    Quiza por casualidad o por obra del destino, el artista y detective aficionado Philip Trent se ve envuelto en la muerte del filantropo James Randolph, pues tras recibir el encargo de pintar su retrato, ha sido la ultima persona, aparte del asesino, en verlo con vida. Pero este es solo uno de los varios hilos que conectan a Trent con el suceso: su querido inspector Bligh esta a cargo del caso y, ademas, otro viejo amigo suyo lo deja perplejo al confesarse culpable del crimen. La desaparicion de una actriz y otros dos asesinatos anadiran aun mas misterio a un laberinto de elaboradas intrigas que pondran a prueba las capacidades deductivas del siempre inquieto y perspicaz protagonista. Hubo que aguardar veintitres anos desde la aparicion de El ultimo caso de Philip Trent (1913), uno de los clasicos de la ficcion detectivesca mas famosos de todos los tiempos, para que esta segunda novela de Bentley, escrita en colaboracion con H. Warner Allen, viera la luz. La espera, sin duda alguna, merecio sobradamente la pena.

  • La Reina del Tearling (La Reina del Tearling 1), Erika Johansen de Erika Johansen

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    Intriga, romance y peligrosas batallas en este espectacular debut, el comienzo de <>, una adictiva trilogia que ha seducido a los productores y a la protagonista de las peliculas de Harry Potter.

  • El sindrome de Lisboa de Eduardo Sanchez Rugeles

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    Un ano despues de la desaparicion de Lisboa, el mundo seguia en el mismo lugar. Los agoreros del desastre tuvieron que resignarse al paso de los dias, a la repeticion incesante de las horas, como si nada hubiera ocurrido, como si la perdida de mas de quinientas mil almas hubiera sido una experiencia fugaz y sin importancia. El Juicio Final, anunciado por profetas exaltados, quedo suspendido hasta nuevo aviso. La existencia mantuvo su rumbo errante a pesar de que, segun los expertos, el eje de rotacion del planeta sufrio un grave e imperceptible desplazamiento. Las mareas y los vientos adoptaron comportamientos erraticos, una masa de niebla se agolpo sobre los cielos lejanos del Caribe, pero el sol continuo su recorrido tranquilo y, pasados los meses de zozobra, los pueblos de la Tierra aprendieron a convivir con la memoria de la tragedia. Pero a pesar de que las vidas humanas siguieron adelante, existe un antes y un despues de Lisboa. Desde que estallo la desembocadura del Tajo, el tiempo transcurrido es una experiencia cotidiana de la inanidad y el vacio. La fatalidad que destruyo Portugal fue una bisagra en la trama del mundo, el punto de giro de un argumento macabro y absurdo, una prueba fehaciente de nuestro desamparo frente a los impredecibles designios de Dios, el Azar o la Nada. Un ano despues de la desaparicion de Lisboa, tres anos despues de la pandemia, me encuentro en el mismo lugar. Hace frio. Las moscas revuelan alrededor de las servilletas usadas, tiradas en el suelo. El televisor, anclado en la esquina de la barra, muestra imagenes intermitentes de un concierto benefico. No tenia conciencia de la efemeride, Gimenez fue el que se acordo: <>. Limpiaba los filtros de cerveza, parecia hablar para si mismo, disgustado por su buena fortuna. Las visiones me invadieron de lleno, como si se tratara de un acontecimiento reciente. Las lagrimas de Tatiana acapararon el recuerdo. El fin de Lisboa coincidio con nuestro hundimiento. Me distraigo con el concierto, reconozco a The Edge, el guitarrista de U2, envejecido y enlutado. <>, anuncia el cintillo del noticiero, sobre una marea de gente que conmemora el aniversario de la hecatombe. No se escucha nada. Gimenez mira la television a diario, pero nunca la oye. Me incorporo en la silla, inclino el cuerpo sobre la barra; el control remoto, envuelto en cinta plastica, descansa al lado de una pila de vasos. Subo el volumen, la cancion elegiaca se cuela entre el polvo. Una pelicula de grasa porcina cubre la pantalla, provocando el efecto de un filtro amarillo, de un Bono con hepatitis. Miro a mi alrededor, enfocando mi desconsuelo en las fotografias colgadas en la pared y en una estanteria sobre la que reposan algunas medallas de laton. El barullo de los mediodias fue silenciado por la carestia. Gimenez limpia los filtros de sifones estropeados, a la espera de clientes que no volveran, pero que, con sus idas y vueltas, alegrias y pesares, escribieron la historia privada de Bello Monte. Cierro los ojos. Recupero el abrazo de Tati. Los primeros rumores sobre lo que habia ocurrido al otro lado del mundo nos permitieron acercarnos. El miedo a lo desconocido develo la profundidad de nuestros lazos y, durante unas horas, mientras no supimos lo que estaba pasando, cuando solo sabiamos que en algun lugar lejano habia ocurrido lo impensable, nuestro amor arriesgo sus ultimos estertores. La informacion era imprecisa. Los medios, como era habitual, apostaron por la censura. Internet cayo, junto con todos los servicios de telefonia. La muerte de las redes sociales alento la desesperanza de aquellos que habian reemplazado los sinsabores de la realidad por una existencia virtual y alternativa. Solo se sabia que un terremoto o algo parecido habia devastado una parte de Europa y que, en cualquier momento, podia ocurrir una replica. El temor por la suerte de los seres amados poblo las iglesias de noveles feligreses, porque muchos de los hijos y hermanos de nuestros amigos, de nuestros vecinos, de nuestra urbanizacion, de nuestra ciudad, de nuestro pais, hacia tiempo que se habian mudado de continente, en busca de la serenidad perdida. Y en las calles, en las panaderias, en las colas de los automercados, empezo a circular la idea de que habia comenzado el fin del mundo. La peninsula iberica, comentaban los mas entusiastas, habia desaparecido. Al tercer dia, cuando la angustia le habia dado la palabra a los fanaticos, cuando la incertidumbre amenazaba con incendiar las embajadas, el Alto Mando Militar, en cadena de radio y television, informo lo que en el resto del planeta era un hecho confirmado y fehaciente. Me costo creerlo. Tati lloraba sobre mi hombro, repitiendo en voz baja: <>. Los estragos en la ciudad de Lisboa eran incuantificables. <>. Un ano despues, permanezco mirando el concierto en la barra de Gimenez, desganado e incredulo. Sin nada que hacer, sin nada que perder, con las emociones revueltas por las revelaciones de Moreira, el abandono de Tatiana y la marca indeleble de los ultimos duelos... los demasiados duelos. En Berlin, Lady Gaga interpreta una balada con arreglo de piano. La multitud, conmovida y drogada, la observa en silencio. Explosiones distantes. La batalla continua en la autopista Francisco Fajardo. Estelas de polvora acompanan la brisa. De vez en cuando se escucha algun disparo o el grito desesperado de una arenga libertaria, pronunciada por algun estudiante cautivo o moribundo. Los combates son parte del paisaje, pero no hay esperanza ni ambicion. Lo unico que queda es el hastio inagotable de nuestras vidas anuladas y los fuegos fatuos de la resistencia, condenados a desaparecer.

  • TU, MI VIDA de Maria Vega

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    ?Que pasaria si descubrieras que tu vida es una mentira?
    ?Que tu misma lo eres?

  • Indestructible de Rosa Alcantara Menendez

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    <>

  • Bilogia Mas Mia de May Mars

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    Mas

  • Mi torturador de Sophie Saint Rose

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    Hope esta mas que harta de su jefe, pero no le queda mas remedio que aguantarlo hasta que su padre vuelva a encontrar trabajo. Pero Clark se ha pasado de la raya…

  • El hijo de todos de Louise Erdrich

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    Dakota del Norte, verano de 1999. Landreaux Iron dispara a un ciervo en la linde de su propiedad pero, al acercarse, descubre que ha abatido al hijo de sus vecinos: Dusty Ravich, de cinco anos de edad y mejor amigo de su propio hijo, LaRose. Las dos familias han estado siempre muy unidas y los ninos practicamente se han criado juntos. Landreaux, horrorizado ante lo sucedido, busca consejo en las visiones y ritos de sus antepasado indios, quienes le descubriran una manera de reparar en parte el mal causado. Al dia siguiente, junto con su esposa Emmaline, entregaran al pequeno a los desconsolados padres de Dusty: <>. LaRose se convierte asi en la piedra angular que mantiene en pie a ambas familias, permitiendo que su dolor comience lentamente a remitir. Pero la subita intervencion de un extrano, vendra a poner en peligro el fragil equilibrio alcanzado…
    Con una prosa desgarradora, la nueva novela de Louise Erdrich examina con gelida belleza las insondables consecuencias de una tragedia cotidiana. A traves de una intensa historia de duelo y redencion, la autora propone un personal acercamiento a temas universales como el poder curativo del amor o la insaciable necesidad de consuelo que todos los seres humanos necesitan.

  • Kierkegaard en 90 Minutos de Paul Strathern

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  • No soy la Bella Durmiente de Teresa Camaselle

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    Esta historia empieza con un gato llamado Tesoro.
    Aunque, como empieza de verdad, es con la chica que le gusta al chico que cuida de Tesoro.
    Y no es una historia de "chico conoce chica...", porque Sergio y Sofia ya se conocen, mucho; de hecho fueron novios en el instituto. Pero han pasado diez anos sin verse. Y ahora viven de nuevo en la misma ciudad, y a el se le ha ocurrido mudarse al mismo edificio, y visitarla en el trabajo cada dos por tres… Y su vecino tiene un gato, y viaja mucho, y precisamente durante uno de esos viajes empieza esta historia.
    Fin de semana del 25 de julio de 2010. Ano Santo Compostelano. La ciudad de Santiago llena de peregrinos, turistas y paisanos dispuestos a festejar dia y noche.. Y unos intrusos intentan entrar en casa del vecino del gato. Y todo termina por liarse…
    Sorpresas, robos, persecuciones, diamantes en bruto, amigas bienintencionadas, novios olvidadizos, policias mosqueados, extranjeros sospechosos, gatos desquiciados, familiares extravagantes, sol, playa, pimientos de Padron, tarta de Santiago...
    Y Sergio y Sofia... que ya no pueden resistirse mas a su destino.

  • Solo tienes que pedirmelo de Emily Blaine

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  • Escucha a tu corazon de Kasie West

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    CALL ME MAYBE… Hablar con otros no es la actividad favorita de Kate Bailey. Ella preferiria estar en el lago al aire libre, absorbiendo la soledad y el sol. Pero cuando su mejor amiga, Alana, la convence de que se una al programa de radio de su instituto, Kate no espera ser elegida la presentadora. ?Ahora tendra que contestar las llamadas de los oyentes y aconsejarles en directo? Imposible. Pero, para su sorpresa, parece haberse convertido en una buena presentadora. Y el programa recibe una llamada de un chico anonimo que pide consejo sobre su crush de nombre desconocido. De repente, Kate descubre que repartir consejos a los demas es aparentemente facil, aunque pedir ayuda es mas dificil de lo que parece., y seguir tu propio consejo incluso mas.

  • Edenbrooke 1, Julianne Donaldson de Julianne Donaldson

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    Marianne Daventry haria cualquier cosa para escapar del aburrimiento de Bath y las atenciones amorosas de un cretino que no le interesa en absoluto. Asi que cuando le llega una invitacion de su hermana gemela, Cecily, para que se una a ella en una maravillosa casa de campo, aprovecha la oportunidad. Por fin podra relajarse y disfrutar del campo, que tanto le gusta, mientras su hermana se las arregla para atraer la atencion del guapo heredero de Edenbrooke. Sin embargo, Marianne acabara por descubrir que incluso los mejores planes pueden salir mal: primero sera un aterrador encuentro con un salteador de caminos, despues un coqueteo aparentemente inofensivo… el caso es que, al final, Marianne se vera envuelta en una inesperada aventura llena de intriga y de amor, tan apasionante que no podra dar descanso a su mente. ?Sera capaz de controlar su corazon traidor o caera rendida ante un misterioso desconocido? Esta claro, el destino quiere para Marianne algo distinto a lo que ella habia planeado al ir a Edenbrooke.

  • Guardia de mi corazon (Ritmo cardiaco 2) de Larissa De Silva

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    No creia que el hombre de aspecto perfecto existiera. Sabia que no existia. Sin embargo, levante la vista de mis deberes y alli estaba, fuera de mi ventana, trabajando. No llevaba camisa, y sus abdominales estaban cincelados, y aunque su pelo se le metia en la cara, no queria nada mas que ir alli y besarle. No hice nada de eso. Lo mire, lo salude y espere que me devolviera el saludo. Nos conociamos desde ninos, y el siempre fue amable conmigo. Se habia ido durante el verano, y cuando volvio, se habia hecho alto, su espalda se habia ensanchado, y de repente tenia definicion en sus abdominales. Lo recordaba como el nino malhumorado con cinturones de taches y las camisas de manga larga debajo de las blancas sueltas. Ahora parecia que apenas salia de casa, y cuando lo hacia, siempre llevaba pantalones cortos cargo y poco mas. Parecia que solo salia de casa para hacer trabajo de campo, y aunque fuimos juntos a la escuela, ya no lo vi mas. No habia ninguna valla entre nuestras casas, lo unico que las dividia eran unos robles dispersos entre los limites de la propiedad. Habiamos plantado algunos juntos, cuando apenas eramos mas altos que las rodillas de nuestros padres. Asi era nuestra relacion. Habiamos estado muy unidos. Habiamos crecido juntos, a un tiro de piedra del otro. Cuando eramos mas jovenes, antes del verano, solia acompanarme a la escuela. Pasaba las tardes en mi casa, y hablabamos y jugabamos, y haciamos los deberes juntos. Nunca se sintio de otra manera que como deberia haber sido, asi que cuando dejo de venir, las cosas se sintieron mal. Se sentian mal. Nuestro primer beso habia ocurrido hace unos pocos veranos, tambien, y habia sido tan breve, y tan tonto. Me habia preguntado si queria intentarlo, si queria ver lo que se sentia. No habia sido magico. Habia sido practico, cientifico, divertido. Y luego no lo habiamos vuelto a hacer, y todo habia estado bien. Nunca habiamos hablado de ello. Lo intentamos, y nunca afecto nuestra amistad. Eramos ninos y pasabamos por un momento extrano de nuestra vida juntos. Pero siempre fuimos parte de la vida del otro. Eso era una certeza. Despues del verano, cuando dejo de venir, fue cuando las cosas empezaron a sentirse tan raras. Y en ese momento, ni siquiera me estaba saludando. Me estaba ignorando, dandome la espalda, y yo no podia evitar estar furiosa. Aunque no me hubiera visto, normalmente me saludaba, me buscaba. Sabia que no podria volver a mis deberes antes de aclarar las cosas con el, porque no iba a ser capaz de concentrarme. Necesitaba que me dijera como le habia ofendido, o que diablos habia pasado durante el verano que le habia hecho sentir que era mucho mejor que yo. Me levante, sali por la puerta lateral de mi casa, me salte los dos pasos de la entrada trasera y me acerque a donde estaba el, con los punos a los lados. Se alejo de mi hasta que practicamente tuve que correr para alcanzarle, mis chanclas se movian bajo mis pies. Sus piernas eran mas largas que las mias, y sabia que estaba tratando de conseguir estar lejos de mi. Fingia no oirme y yo no queria gritarle. No queria tener que exigir su atencion. Cuando finalmente llegue a donde estaba, puse una mano en su hombro y el levanto su cuello para mirarme. Sus ojos azul claro, que parecian crecer cada ano, se estrecharon. Se quito los auriculares de los oidos rapidamente, lo suficientemente rapido como para que pareciera que le dolia. “?Que quieres, Cicatriz?” Levante las cejas, tocando mi barbilla, donde estaba mi cicatriz. El tambien habia estado alli para eso, y sabia lo devastada que estaba cuando el corte no parecia desvanecerse. Ya no se me consideraba una chica particularmente guapa, y la cicatriz se sentia como si fuera la sentencia de muerte de cualquier belleza potencial que pudiera poseer mas tarde. “?En serio? ?Cicatriz?” “?Que quieres?” repitio, mirandome de arriba a abajo. “Quiero saber que diablos te pasa”, le dije con los dientes apretados. No queria llorar, pero mis sentimientos estaban heridos. Incline la cabeza hacia atras para que no pudiera ver mis lagrimas y me aclare la garganta para que pudiera mantener la voz. “Por que no puedes ni siquiera saludarme”. Se arrugo la nariz, se rizo el labio superior y revelo un diente. Sus auriculares colgaban alrededor de su cuello. “?Por que necesitas que te salude?” pregunto. “?Que quieres decir?” Pregunte, lloriqueando a pesar de mi. Intentaba mantener la cabeza en alto, pero estaba disgustada, a pesar de mi misma. “?Por que necesitas que te salude?” pregunto de nuevo, esta vez con los dientes apretados. “?Que quieres decir con que necesito que me saludes?” Me escuche a mi mismo preguntando. Las palabras sonaban extranas en mis propios oidos. Habia incredulidad alli. No estaba segura de como se suponia que debia sentirme al respecto, y el odio que salia de su boca, y la forma en que me miraba… todo me desequilibraba. Me estaba haciendo sentir nauseas. Queria preguntar mas, pero no me respondia. No iba a decirme nada. Venir aqui, pedirle una explicacion, no habia sido absolutamente inutil. Habia sido una idea terrible. El no queria tratar conmigo, y yo tenia que estar de acuerdo con eso. Me senti ridicula. No era un buen amigo, no lo habia sido durante un tiempo, y no me debia una explicacion. No me debia nada. Habiamos sido amigos una vez, pero ya no lo eramos. Lo habia dejado muy claro. No importaba lo que yo quisiera, por mucho que quisiera que fueramos amigos. Habiamos sido tan cercanos una vez, y ahora… Debo haberlo mirado demasiado tiempo, porque se burlo de mi, sus ojos azules helados se veian aun mas brillantes y claros a la luz del sol. Con su cara retorcida asi, no se veia tan atractivo como desde mi ventana. “?Por que estas tan necesitada, Cicatriz?” pregunto. Era mi turno de burlarme. No queria llorar; todavia estaba herida y no sabia si iba a ser capaz de detenerme. Sacudi la cabeza, consciente de que era poco probable que obtuviera una respuesta directa de el, y me prepare antes de volver a mi casa. Antes de que pudiera alejarme de el, me agarro la muneca y me impidio seguir caminando. Me eche atras para mirarle, lista para darle un punetazo en la cara. En algun momento, el habia decidido que era demasiado bueno para mi, y fue entonces cuando me dije a mi misma que era hora de dejar de preocuparme oficialmente. Tenia tantas preguntas sobre lo que habia pasado, lo que le habia hecho, sobre nuestra relacion, pero con el insulto, y la forma en que me miraba, no queria tener nada que ver con el. Intente apartar mi mano. “Sueltame”, dije con los dientes apretados. Se ilumino, su cara se acerco a la mia. Podia oler su locion para despues de afeitar, y su pasta de dientes de menta, y podia ver las pecas salpicadas en su nariz. Sus fosas nasales estaban ensanchadas. “Tienes que alejarte de mi”, dijo. “Tienes que mantenerte alejada, Cicatriz. ?Me oyes?” Lo mire con atencion, y luego mi mirada se deslizo entre su mano en mi muneca y su cara. “Te escuche”, dije. “Lo comprendo. Te dejare en paz, dejame ir. ” Me agarro con fuerza. “Necesitas alejarte”, dijo, su voz bajando a un susurro. “Nadie te quiere aqui. Yo no te quiero aqui, tus padres no te quieren aqui. No tienes otros amigos. Deberias huir, Billie. Huye y no vuelvas”. Me torci el brazo para que me dejara ir. “?Que diablos te pasa?” Pregunte, sosteniendo mi mano sobre mi cuerpo. Sabia que se iba a magullar. “Hablo en serio”, escupio. “Entiendo”, respondi, frotando mi muneca, tratando de ignorar las lagrimas que caian por mi cara. Estaba llorando, y no estaba segura, pero senti que el se iba a alegrar por ello. “Hablas en serio. No te preocupes, te escucho alto y claro”. Abrio la boca para hablar, pero no dijo nada. Cerro la boca, se dio la vuelta y empezo a alejarse de mi otra vez. Quise gritar, pero no lo hice. No hice nada, no dije nada. Volvi a mi casa, con el corazon roto, e hice una nota mental para no volver a molestarlo. *** 2020 Me puse el pelo en un mono y me mire en el espejo. Solo podia robar unos minutos aqui y alla entre pacientes, y parecer cansada nunca habia sido un buen refuerzo de confianza para ninguno de ellos. Ya me veia demasiado joven, y los pacientes dudaban mas en escuchar a una mujer joven. Me asegure de tapar las ojeras con un poco de base y crema BB, y me limpie las puntas de los dedos con una toallita para bebes antes de tirarla al cubo de basura junto al fregadero. Abri la puerta del bano y, usando mi tableta, mire al siguiente paciente de mi lista. Su nombre, Eric Brown, no me resultaba familiar y parecia menor de edad. No sabia por que estaba aqui en lugar de en un centro de atencion sin cita previa o incluso en una sala de emergencias, y no sabia por que no estaba viendo a su medico de atencion primaria, el Dr. Milburn. Mire su historia, pero parecia estar perfectamente sano. No habia nada que indicara por que podria estar alli. La enfermera le tomaba los signos vitales y yo no me retrase en absoluto, lo cual era algo milagroso considerando el dia que habia tenido. Llame a la puerta y la abri cuando oi una voz profunda que me decia que entrara. “Hola”, dije mientras miraba a mi paciente, un chico alto que no me miraba. Llevaba una sudadera con capucha, y se desplomo en la silla, con los pies apuntando en direcciones completamente diferentes. Apenas miro hacia arriba, asi que me aclare la garganta otra vez. “Hola, Eric”, le dije, mirando la historia para asegurarme de que tenia su nombre correcto. “?Estan tus padres aqui?” Me miro entonces y dijo algo, pero no lo escuche en absoluto. Sus ojos eran azules, con un toque de verde. Nunca quise pensar en ello, pero por una fraccion de segundo, la cara de Misha aparecio en mi cerebro, y el era todo lo que podia ver. Sus brillantes ojos azules, sus rasgos infantiles, la forma en que la luz del sol ilumino su cabello oscuro. Cerre los ojos, respire profundamente y volvi a mirar a mi paciente.

  • La reticente amante del principe (Atracciones innegables 2) de Elizabeth Lennox

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    Wyndi Carmichael contuvo el aliento cuando el hombre, sorprendentemente alto y escalofriante, entro en el restaurante barato y grasiento del muelle. Se sento a una mesa de la zona donde estaba ella, recogio el menu plastificado y contemplo las opciones. Definitivamente no encajaba entre la clientela habitual que frecuentaba ese restaurante barato y grasiento. Ella lo observo detenidamente, desconfiando al momento y limpiandose las manos con nerviosismo en el sucio delantal que llevaba atado alrededor de la cintura. Ese hombre era alto y elegante, y de el emanaba un poder en cierto modo escalofriante. Sus ojos negros otearon el restaurante como si el fuera el dueno, y tambien al resto de clientes. Su nariz de aguila y su mandibula cuadrada anadian un toque de peligro a su aspecto. No se le podia considerar guapo de ninguna forma, pero era locamente atractivo. Habia un aspecto crudo en el que era… tentador, a muchos niveles, haciendo que fuera el doble de peligroso. Wyndi se acerco a su mesa con precaucion, insegura de que esperar. El vestia ropas demasiado caras para ser de la misma clase socioeconomica que sus clientes habituales y sus ojos estaban inquietos, como si buscara a alguien. ?O quiza esperaba a alguien? No estaba segura. Pero el estaba en su zona, asi que se acerco a la mesa. No pudo mostrar su sonrisa habitual, pero intento mostrar un semblante educado en lugar de su tipica amabilidad publica. Le gustaba relacionarse con otras personas, le parecian fascinantes. Uno de los motivos por los que era tan buena en su trabajo. Las propinas que recibia como camarera estaban por encima de lo normal, pero incluso en las raras ocasiones en que recibia una propina mayor que la media, la cantidad no era excesiva. En ese restaurante de esa parte de la ciudad, los clientes no ganaban montones de dinero como en Wall Street. No vestian a la ultima moda y desde luego que no tomaban vino para comer. Lo normal era una cerveza el dia de la paga, y agua el dia de antes, cuando iban justos de dinero. Asi que, ?por que estaba ese hombre, vestido con un traje que probablemente costaba mas que los sueldos de todos los demas clientes juntos, sentado a una mesa y mirando en direccion a ella con expectacion? Wyndi se acerco a la mesa, fingiendo que no le temblaban los dedos mientras rebuscaba su boligrafo y libreta de comandas en su delantal. -?Que desea tomar hoy? -pregunto, mas alejada de la mesa de lo que estaria normalmente. Acostumbraba a apoyar la cadera o el muslo contra la mesa, conectando en cierta manera con los comensales. Pero aquel hombre era aterrador. Su mirada penetrante le creaba una sensacion de poder amenazante. La observaba con aquellos ojos negros, quiza atravesandola, evaluandola. Tamar levanto la mirada y se sorprendio al ver los delicados rasgos de la encantadora criatura que le devolvia la mirada. Sus ojos azules y sus gruesos rizos rubios eran sorprendentemente bellos. Tenia una boca amplia con unos labios sensuales que se mordia con unos dientes blancos y bonitos. Pero lo que mas le llamo la atencion fueron los asustados ojos azules que le devolvian la mirada. Normalmente no causaba ese efecto en las mujeres. Se amontonaban ante el, invitandole al juego del apareamiento. Por su experiencia, la mayoria de ellas esperaba conseguir un dije caro; la mas ambiciosa buscaba el prestigioso titulo de esposa. Los ojos azules de esa mujer eran precavidos, como si ella pudiera sentir el poder que el tenia y lo temiera. Para el era un misterio por que esa adorable mujer estaba tan nerviosa, pero estaba intrigado. -?Que me recomendarias? -pregunto el, fascinado por el destello de sus iris y su respiracion entrecortada. Su cuerpo respondio del mismo modo mientras pensaba en todas las maneras en que le gustaria morder ese carnoso labio inferior. Entre otras partes exquisitas de su cuerpo. Wyndi vio el fulgor de su nariz, el calor que emanaba de aquellos ojos negros y misteriosos, y quiso huir, esconderse en algun lugar hasta que ese hombre perturbador desapareciera. La asustaba hasta los huesos, y ella no era alguien a quien le gustara burlarse del peligro o provocar a un oso. Aunque, desde luego, ese hombre no podia ser considerado un oso. <>, penso ella cada vez con mas escalofrios de conciencia que se esforzaba por sofocar. No era que creyera que el pudiera saber cual era su mision secreta. Cuando ella lo miro a los ojos, sospecho que podria saber el resto de cosas. Lo cual era mucho, mucho peor. Ella aparto la mirada y se metio las manos en los bolsillos. -Hay una hamburgueseria genial tres locales mas abajo. Tamar se rio levemente de esa <>, sorprendido no solo porque intentara mantener la distancia, sino por que intentara echarlo del restaurante. -He escuchado que la comida aqui es bastante deliciosa -mintio sin remordimientos. El unico motivo por el que se encontraba en ese restaurante era porque sus tecnicos habian rastreado la senal de un hacker hasta esa direccion. Encontrar a ese angel entre los trabajadores del lugar no fue mas que un hecho fortuito. Ella parpadeo extranada por su lenguaje formal, insegura de que pensar de el. Definitivamente no encajaba alli. Aquel era un barrio obrero. Los clientes del lugar eran del tipo brusco que se toman una hamburguesa rapida y varias cervezas tras un duro dia de trabajo en los muelles. El lugar de aquel hombre parecia ser una sala de juntas, no sentado en la cabina de una excavadora. Ella hubiera apostado a que ni siquiera se habia ensuciado las manos nunca. Probablemente tampoco seria muy bueno en una pelea a punetazos, aunque sus hombros parecian bastante anchos y robustos bajo el tejido fino de su traje. Wyndi se encogio de hombros, como si la comida fuera pasable. -No parece usted el tipo de hombre que come hamburguesas y bebe cerveza -contesto, preparada para despacharlo. -Quiza tu y yo podamos cenar esta noche y ver que tipo de hombre soy -ofrecio el, fascinado por la nerviosa criatura. En un instante, supo que esa bella rubia de precavidos ojos azules seria su siguiente amante. Se froto la barbilla mientras calculaba mentalmente cuanto tardaria en tenerla ronroneando, rogandole que la tocara. Wyndi jadeo, sorprendida por lo directo que era el. -No lo creo -replico ella-. ?Va a pedir algo? Si no, hay otras mesas que debo atender. Tamar solto una risita mientras la observaba atentamente. <>, penso. -Traeme la especialidad de la casa -le dijo el devolviendole el menu plastificado y ligeramente grasiento. Wyndi le devolvio la mirada, intentando comprender que pretendia. ?Quien se creia que era? ?La especialidad de la casa? Aquello era un restaurante de un barrio de clase obrera, no el Ritz. No tenian una especialidad de la casa. Pero en lugar de discutir con el, se encogio de hombros, ignoro el menu ya que su sitio estaba en los asperos soportes de madera que habia sobre la mesa, al lado de la ventana, y se dio la vuelta sobre el tacon revestido de sus zapatillas deportivas. ?Queria la especialidad de la casa? <>, penso con una sonrisa de deleite. El no podia verla, por suerte, pero ella escribio algo en su libreta de comandas y despues clavo el papel en la rueda metalica de comandas, girandola para que Billy, el cocinero ese dia, pudiera ver la comanda. Tras hacer eso, fue a las demas mesas, sonriendo y saludando a los clientes. Relleno sus tazas con cafe o sus vasos con agua e ignoro completamente al hombre de la mesa, que ahora hablaba por el movil. Intento escuchar disimuladamente, sin importarle que fuera de mala educacion. Solo queria comprender que hacia el alli. Era muy extrano, pero hablaba en un idioma que ella no podia entender, asi que se alejo con la intencion de dejarle en paz todo lo posible. Cuando Billy grito que la comanda estaba lista, ella volvio a la cocina y sonrio en anticipacion a lo que venia. Llevo el pesado plato a la mesa y lo coloco delante del hombre junto a una gran jarra de agua y un vaso. -!Buen provecho! -dijo ella, intentando ocultar su diversion mientras el observaba el enorme plato. Tamar contemplo el plato de comida con interes, inseguro de que era exactamente, pero pudo ver en la encantadora mirada de ella que creia haberle hecho una jugarreta. Lo que ella no sabia era que el viajaba por todo el mundo en representacion de los intereses de Surisia. Su primo era el jeque y habian crecido juntos desafiandose el uno al otro a probar las comidas mas exoticas que pudieran encontrar. Aquella hamburguesa con multitud de condimentos no iba a poder con el. -?Imagino que el agua es por mi propio bien? -pregunto el. Su deseo de llevarse a esa mujer a la cama, de doblegar su voluntad, era incluso mas intenso ahora que ella le habia desafiado de esa manera. Wyndi se encogio de hombros, mirandolo y sonriendo triunfante. -El chile es bastante picante. Y los jalapenos tampoco se quedan muy cortos -ella se pauso, intentando esconder su sonrisa-, pero si desea otra cosa, solo tiene que decirmelo. Tamar rio, encantado con ella. -Tiene una pinta maravillosa. Gracias por tu ayuda. Le excitaba tanto el travieso destello en la mirada de ella que queria levantarla, sentarla sobre la mesa y besarla hasta que ronroneara bajo sus caricias. No dudo ni un momento mas y agarro la hamburguesa con ambas manos como si fuera un profesional devorando las comidas mas pringosas posibles. Wyndi se aparto, sintiendose derrotada de alguna forma. Se esforzo por ignorarlo, pero mientras atendia el resto de tablas mantenia la mirada sobre ese hombre y su hamburguesa. Cuando dio el primer bocado y no se quejo, ella comenzo a sentirse culpable. !Era una hamburguesa enorme! !Tenia guacamole, un huevo frito, montones de rebanadas de jalapeno, una gran cucharada de chile picantisimo y tambien crema agria! Era una de esas hamburguesas que algunos se comian por la noche, tras un largo y duro dia de trabajo, y normalmente les encantaba. !Pero aquel hombre no era uno de ellos! Era demasiado elegante, demasiado refinado. Ella se dio la vuelta cuando el dio otro bocado, pensando que deberia pasar otra comanda para el. Quiza una buena ensalada o algo ligero. No tardaria en tener el estomago revuelto. !Bueno, lo tendria si seguia comiendose esa maldita cosa! Se sintio tan mal por lo que habia hecho que ni siquiera podia mirar en direccion al hombre. Se quedo mirando fijamente la bandeja de vasos limpios, con el corazon retorciendosele por la sucia jugada que le habia hecho. Ese hombre la habia asustado, ?

  • No te merezco de Sophie Saint Rose

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    Michelle deseaba lo que habia conseguido su prima. Un marido que la amara y que protegiera todo lo que habia conseguido en la vida. Para eso inicia un largo viaje donde conoce a un hombre malhumorado, grosero y que no la aprecia en absoluto. Fue una sorpresa para ambos que fueran parientes lejanos, pero Michelle con su objetivo en mente no se dejaria deprimir por lo que Edward opinaba de su busqueda de marido. Ese estirado no la conocia en absoluto.

  • No es lo que parece. Inspector Salazar de M.j. Fernandez

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    Un politico muere en forma repentina durante un mitin en Haro, La Rioja. El inspector Nestor Salazar y su nueva companera, la subinspectora Sofia Garay, son los llamados a determinar si se trato de un homicidio, pero la situacion se hace mas compleja cuando la investigacion comienza a revelar que las apariencias resultan muy alejadas de la realidad. Nuevas muertes complican el caso, mientras la subinspectora comprende que el propio inspector tampoco es lo que parece.
    Un comisario que ha pedido traslado desde Tenerife lleva a cabo una investigacion paralela sobre una tragedia ocurrida en su familia veinte anos atras, algo que no dejara indiferente al inspector.

  • Al caer la luz de Jay Mcinerney

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    Russell Calloway es un brillante y ambicioso editor y su mujer, la fascinante Corrine, una joven agente de Bolsa que trabaja en Wall Street. Llevan casados poco tiempo, pero a sus amigos les parece que forman un matrimonio perfecto.

  • Derrota al corazon de Emma Weimann

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    Pero eres una mujer. Ese sujeto era uno de los gerentes de la construccion mas repulsivo que Sam habia conocido en su vida. Se separo la camiseta gris del cuerpo y bajo la mirada hacia el sosten. --Si, lo soy. Definitivamente, una mujer. --Volvio a elevar la mirada e ignoro la forma en que el senor Hayes tenso la mandibula--. Vengo a pintar el apartamento de los Wallace. El sujeto clavo la mirada en el calendario. --Pero me dijeron que le habian encargado el trabajo a un Sam Freedman. Sam reprimio las ganas de golpearlo con los altoparlantes llenos de polvo que habia sobre el escritorio. --Sam es el diminutivo de Samantha. Y esa soy yo. Ya se lo explique dos veces. ?Por que no llama a los Wallace y simplemente les pregunta? Reprimio las ganas de gemir. ?Como era posible que un sujeto como ese obtuviera empleo en uno de esos lujosos complejos de apartamentos? El reviso la agenda sobre el escritorio. --No puedo. Estan de vacaciones. --Fruncio el ceno y contemplo la pintura, los pinceles y la escalera que ella habia llevado--. De acuerdo. Te llevare al apartamento. Pero ire a controlarte de vez en cuando. Para que lo sepas. --Al terminar, dejo la sala. Claro. Patan. ?Acaso pensaba que iba a robar aire de un apartamento vacio? Con un gesto negativo de la cabeza, Sam recogio la mayor cantidad de cosas que podia cargar. Las manijas de los baldes se le clavaron en los dedos. Tendria que regresar por la escalera. El senor Hayes se quedo de pie en el pasillo, con los brazos en jarra y un ceno tan fruncido que haria llorar a los ninos. --El elevador de servicio no funciona. Debemos tomar el otro. Intenta pasar lo mas desapercibida posible. Mientras lo seguia por el vestibulo de cielo raso alto, Sam intento ser silenciosa. Ese edificio emanaba una atmosfera de iglesia, construido para impresionar y presumir ante los visitantes. Ciertamente lo habia logrado con ella. Pasaron por una fuente rebosante con escalones acuaticos de pizarra. Sam no queria ni adivinar cuanto habia costado eso. Milagrosamente se las arreglo para meter todas sus cosas en el elevador vidriado; los baldes se plantaron con firmeza entre ella y el senor Hayes, quien le clavo la mirada al tiempo que entrecerraba los ojos. Los segundos parecieron horas. Finalmente, el elevador repico. --Llegamos. --Con desden, la observo luchar para sacar los materiales del elevador. Sam coloco los baldes en el piso. El pasillo estaba vacio. --?Que numero es? --El apartamento siete --escupio el senor Hayes a sus espaldas--. Al fondo del pasillo, la ultima puerta a la derecha. Antes de que Sam pudiera responder, se abrio la puerta a su izquierda. Una mujer con cabello largo y oscuro, vestida con un traje pantalon de un rojo intenso aparecio en el umbral. --Gillian, carino --grito hacia el apartamento--. Apresurate. --Se volvio hacia el senor Hayes--. Detenga el elevador, ?si? --Por supuesto, senora. --Casi se tropieza y cae para asegurarse de presionar el boton del elevador a tiempo. Sam apenas se contuvo de poner los ojos en blanco. El mismo hombre que no habia pensado dos veces dejarle hacer todo el trabajo de carga ahora practicamente se desvivia para asegurarse de que las puertas del elevador permanecieran abiertas para la femme fatale. Siempre lo mismo. Cuando una mujer tenia pechos del tamano de melones, cintura de avispa y cerebro de pajarito, los hombres se volvian locos. Sam sonrio. Bueno, por otro lado... le echo una mirada a la mujer en traje pantalon. De verdad tiene buenos pechos. Una segunda mujer salio del apartamento y cerro la puerta a sus espaldas. --De acuerdo. Estoy lista. --Le echo una mirada a Sam antes de bajar la vista y dirigirse hacia el elevador. Si, asi se deben sentir los insectos cuando los observa una mantis con ojos verdes. --Cielos, esas dos estaban buenas. --El senor Hayes casi se estaba babeando sobre la camisa. Este sujeto realmente es un cliche andante. Sam cruzo los brazos sobre el pecho. --?Tiene las llaves del apartamento? --Si, si, vamos. --Se alejo y la dejo cargando todo de nuevo. Que patan. Esperaba que la dejara sola tan pronto como estuviera instalada con todas sus cosas. Pero primero, probablemente le diria exactamente como debia haber su trabajo. Sam se sento en el suelo y apoyo su espalda protestante contra la pared. Esa noche requeria una ducha larga y caliente. Y una cerveza fria. Y una pizza. Satisfecha, miro las paredes con pintura blanca todavia fresca. Por mucho que le doliera la espalda luego de ocho horas de pintura, habia hecho un buen trabajo. Las dos habitaciones mas pequenas estaban terminadas. Quedaba la habitacion grande, lo que significaba un dia mas de trabajo razonable y bien pago. Los duenos del apartamento habian estado tan contentos con su disponibilidad para comenzar de inmediato que ni siquiera intentaron debatir su tarifa por hora. Eso habia sido una sorpresa agradable. A menudo, las personas adineradas resultaban ser los clientes mas molestos. Fue afortunada de que los duenos del apartamento fueran parientes de una de sus clientas mas antiguas y agradables. La vieja senora Henderson probablemente habia hablado bien de ella y se habia encargado de las negociaciones del pago. Y Sam estaba de acuerdo con eso. Abrio la botella de agua y bebio un sorbo. Trabajar en un edificio como ese era inusual para ella. A menudo eran propiedad de profesionales con sueldos altos y trabajos que demandaban que se quedaran a pasar la noche en la ciudad mientras sus deslumbrantes familias felices vivian sus deslumbrantes vidas felices en una casa no tan pequena en las afueras. Su opinion sobre eso era: trabajos aburridos, vecindarios aburridos, vidas aburridas y mas dinero del que nadie necesitaba. Suspiro. Esa vida bien podria haber sido la suya. El sonido del celular saco a Sam de su cavilacion. --?Si? --Hola, Sam, soy Linda. ?Como estas, guapa? Ag. Un llamado de su amiga y companera de trabajo solia significar mas trabajo o compras compulsivas de cosas que estaban en liquidacion en algun sitio. --Estoy bien. ?Que sucede? --Voy de camino a lo del senor Zimmer para hacer la instalacion electrica. Dime, ?vienes esta noche? !Mierda! --?A la fiesta? --?De que otro evento crees que hablo? Sam se paso una mano por el pelo. Se habia olvidado de la invitacion por completo. --No lo se. Solo tengo dos dias para pintar un apartamento entero. --Ay, vamos, Sam. Me lo debes. Si y me lo recuerdas cada vez que quieres algo. --De acuerdo. Pero no te prometo que me quede mucho tiempo. --Genial. Nos vemos esta noche, maquinita de amor. Sam dejo caer la espalda contra la pared. Mierda. Hasta ahi llego mi agradable noche de relajacion en casa.

  • Irene, la nina de las albahaca de Mario Alberto Mendez

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  • Paulina, cuerpo y alma (Cuidarte el alma 3), Mariel Ruggieri de Mariel Ruggieri

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    “-Vas a tener que aceptarlo -le dijo mientras su corazon se hacia pedazos y tambien destruia el de el.
    -?Aceptarlo? ?Aceptarlo, Paulina? -grito Nacho agarrandola por los brazos con tanta fuerza que ella hizo una mueca de dolor. No era agresivo; mas bien estaba desesperado. -En la puta vida voy a aceptar que te acuestes con otro. En la puta vida voy a aceptar que lo ames. Y en la puta vida voy a tolerar el perderte. Vos sos mia, cosa hermosa. Sos mia…”

  • La bruja negra de Laurie Forest

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    Un libro de fantasia juvenil que ofrece una condena a los prejuicios y a injusticia, al tiempo que ofrece una historia de amor en un entorno escolar a la Harry Potter y con un contexto politico a la Juego de Tronos. Bienvenidos a la Universidad Verpax.

  • Al servicio del Imperio de Pedro Santamaria Fernandez

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    Ano 65 d. C. Dos muchachos deciden alistarse en una nueva unidad del ejercito imperial compuesta exclusivamente por cantabros: la Cohors II Cantabrorum. Jamas han salido de su aldea y tienen un sueno: aprender de Roma para derrotarla. Pero, al contrario de lo que creen, Roma no se encuentra a un par de semanas de camino, ni es una aldea algo mas grande que la suya. El imperio que gobierna Neron es inmenso, mucho mas de lo que hubieran podido sonar los jovenes reclutas, que no saben que, al alistarse, entregan veinticinco anos de su vida al emperador. La Cohors II Cantabrorum sera destinada a la otra esquina del Imperio, a la levantisca procuraduria de Judea, donde la presion fiscal, los abusos de la administracion romana y las aspiraciones mesianicas de los judios amenazan con desestabilizar la zona. Los jovenes cantabros se veran envueltos en una autentica revolucion, en una tierra que no comprenden, y tendran que ejercer de brazo ejecutor de un imperio al que detestan y enfrentarse a un pueblo que lucha por su independencia, tal y como lo hicieron sus abuelos. La revuelta judia constituira un terremoto historico de primera magnitud del que aun, a dia de hoy, se sienten las replicas. La guerra, sangrienta y apocaliptica, contribuira al final de la dinastia Julio-Claudia y al nacimiento de la dinastia Flavia. Mas aun, de las cenizas del Templo de Jerusalen naceran dos religiones hasta entonces embrionarias: el judaismo rabinico y el cristianismo. <>. Yehuda Amichai

  • El destino de Elisabeth de Laura Frantz

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    Lady Elisabeth Lawson lleva haciendo encajes desde que tenia cinco anos. Su tranquilo mundo se pone patas arriba cuando en el Williamsburg colonial la paz salta por los aires en visperas de la Revolucion Americana. Su prometido la abandona y por si fuera poco, la acusan de ser una espia britanica. Todos odian a los britanicos, asi que ella se queda sola, sin nadie que la apoye salvo Patriot Noble Rynallt, un hombre que ya tiene suficientes enemigos de por si. ?Y que hacer ahora? ?Podra confiar en el? ?Se quedara con los revolucionarios o se mantendra fiel a sus raices britanicas?

  • La Mala Semilla de Toni Aparicio

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    Una prometedora teniente en el momento mas duro de su carrera, una mujer asesinada de forma violenta, un nino desaparecido y un sinfin de secretos inconfesables…

  • El tiempo de la igualdad de Jacques Ranciere

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    La presente obra, compuesta por una seleccion de entrevistas realizadas entre 1981 y 2007, despliega todas las cuestiones que, con el paso de los anos, se han revelado fundamentales en el pensamiento de Jacques Ranciere, el destacado filosofo frances discipulo de Louis Althusser, con quien colaboro en la redaccion de Para Leer El capital.

  • La negra historia de Jimmy Mortimer de David Lafuente

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  • Nuestro es el cielo de Luke Allnutt

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    Todos tenemos que tomar decisiones.

  • Los ojos de Said de Mar Montilla

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    El amor. ?Cuantas historias se habran escrito en el nombre del amor? ?Pero existe una
    definicion universal o cada cual lo interpreta a su manera? Hay quien coloca lo bueno y
    lo malo de la persona amada en una balanza, antes de tomar cualquier decision. Y hay
    quien se lanza a la aventura sin medir las consecuencias, dejandose arrastrar por la
    fuerza del deseo y los impulsos del corazon. Asi es Sara, nuestra protagonista.
    Ella es periodista y escribe una columna sobre el mundo arabe.

  • Enamorados o esclavizados de Walter Riso

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    Los que aman demasiado sufren demasiado: <> En Todo lo que hago, lo hago por ti, el cantante Bryan Adams hace una sentida apologia del sufrimiento amoroso, sin recato ni excusas. Cito unos versos de la cancion a la cual me refiero: Luchar por ti, sufrir por ti. Morir asi, morir por ti. Sabes que si. Todo lo que hago, lo hago por ti. Si Bryan Adams piensa realmente de esta manera, necesita terapia urgente. Esta cancion ha sido traducida a varios idiomas, incluso al espanol, e interpretada infinidad de veces. Un aporte mas a la construccion generalizada de lo que es el amor adictivo y desesperado. No necesitas andar por la vida demacrado, suplicante, sufrido y arrastrandote hacia la persona amada para confirmar que estas enamorado. Cuando alguien afirma <>, ya ha pasado la linea de lo razonable, ya esta con un pie en la patologia y otro en el apego afectivo. Amar demasiado, exagerada y desmedidamente, es caer en lo insaciable. Un paciente me decia, preso de la angustia: <>. Un circulo vicioso en ascendencia. Si estas con una persona que te ama demasiado, en algun momento el amor se convertira en un barril sin fondo. Te dira <> una y otra vez, reiterada y compulsivamente, como si fuera un adicto detras de su dosis. Quiza te hayas enredado alguna vez con alguien insaciable. Estas toda la noche de arrumaco en arrumaco, de ternura en ternura, de orgasmo en orgasmo, y, al amanecer, para tu sorpresa, el otro actua como si apenas fuera a empezar la cosa, con las mismas ganas y sin el menor asomo de cansancio. Y entonces piensas: <>. Asi es la realidad: el amor empalagoso y sin limites poco a poco genera aversion. Estar con una persona que no parece satisfacerse con nada en lo afectivo es una tortura, porque te veras obligado a dar lo que ya no quieres o no puedes ofrecer. La consigna es determinante: si hay exigencia amorosa, hay estres, y si hay estres, el amor se distorsiona. La ternura es una bella virtud, y las expresiones de afecto, en general, son encantadoras y deseables, pero cuando se exceden, acosan. Mas alla de cierto limite, hasta la dulzura se vuelve pesada. Ademas, como las personas no tenemos el mismo umbral de sensibilidad y de tolerancia, cada quien tiene un punto de exclusion a partir del cual las manifestaciones de amor exageradas se transforman en pesadillas. Seamos sinceros: a veces nos provoca sacar la bandera blanca y declarar <> por unas horas o incluso unos dias para recuperar el aliento. Una vez le pregunte a un paciente que era lo que mas deseaba obtener con la terapia de pareja. Se quedo mirandome un rato y me dijo: <>. Estaba todo dicho. Hay amores que matan por asfixia. Como si lo anterior fuera poco, la gente que ama demasiado necesita confirmar que el amor esta activo minuto a minuto, por eso pregunta e indaga constantemente los niveles de afecto del otro, o lo deduce, para tranquilizarse o preocuparse: <>, <>, <>, <>. Uno de los indicadores preferidos que utilizan los que aman demasiado es la respuesta sexual, lo cual no deja de ser un error. El numero y la intensidad de las relaciones sexuales no se correlaciona siempre con el amor de forma directa. Puedes tener el mejor sexo del mundo sin sentir amor y el peor sexo amando mucho. Una paciente que vivia anticipando un abandono del marido me decia: <>. Estaba equivocada. Al poco tiempo, el hombre la dejo por una mujer con quien no tenia tan buenas relaciones sexuales, pero con la que habia concordancia en muchas mas areas. El deseo no garantiza la permanencia en una relacion, porque se necesitan mas cosas, como por ejemplo: comunicacion, buen humor, proyectos, gustos comunes, conexiones profundas, sintonia y respeto, entre otras. Volviendo a la musica, el disuelto grupo espanol El Canto del Loco recordaba en una de sus canciones (No puedo vivir sin ti) algunas de las consecuencias de amar demasiado: Llevas anos enredada en mis manos, en mi pelo, en mi cabeza, y no puedo mas, no puedo mas. Deberia estar cansado de tus manos, de tu pelo, de tus rarezas, pero quiero mas, yo quiero mas. <> Expresivo y tragico. Adiccion pura y dura, cantada y captada por el imaginario colectivo. Como dije antes, si el sentimiento afectivo es insaciable, estamos ante un fenomeno altamente contaminante y destructivo. Por eso los que aman demasiado no soportan estar lejos de la persona amada ni un minuto. Una separacion de dias se les convierte en un suplicio. ?Realmente no hay manera de resolver un amor que actua como un tsunami y arrasa con todo? Pues si la hay: se llama <>. Si ya se te ha escapado de las manos y el amor te empuja a comportarte estupida o peligrosamente, pide ayuda; no lo subestimes, no es un problema menor. De lo contrario, si no haces nada, viviras en una inestabilidad constante. Un amor atropellado siempre se fragmenta, te estalla en las narices, y recoger los trozos para volver a armarlo es muy dificil, practicamente imposible. <>, me decia una mujer mayor que habia tenido un affaire con un hombre mas joven. Una aventura sexual circunstancial, en apariencia intrascendente, habia echado raices en su mente necesitada de amor. Una sola noche habia sido suficiente para que la mujer creara una expectativa optimista sobre la posibilidad de llegar a tener algo serio con su amante furtivo. El argumento en que basaba sus expectativas no era el mas solido: <>. Le aconseje que no siguiera buscandolo y analizara las cosas mas friamente. Sin embargo, ella ya se encontraba bajo el dominio de Eros. No me di por vencido y le explique que hay encuentros que solo son para una vez y que lo mas adecuado es olvidarse de ellos. No obstante, mi paciente queria mas, queria repetir, asi que lo llamo y volvieron a encontrarse. Nada la hacia entrar en razon. A la tercera salida, se entero de que el joven tenia novia. Fue un golpe duro para su autoestima, y supuse que ya no querria volver a saber nada del asunto, pero un corazon entusiasmado es, por definicion, especialmente testarudo y exigente: ahora ya no solo queria repetir, sino que tambien esperaba que el hombre dejara a su novia. En una sesion me pregunto: <>. !Se habia enamorado en solo tres citas! Demasiado rapido para mi gusto, demasiado encanto, demasiada ilusion, demasiado apego al placer. Muchos <> que ella no supo manejar, y termino convirtiendose en una amante mas de aquel hombre, incluso despues de que el se casara con su novia. Enamorados del amor: <> Si le quitamos su halo de trascendencia y lo dejamos en manos de la bioquimica, veremos que el enamoramiento es muy similar a algunas enfermedades mentales como, por ejemplo, la mania, la hipomania, el trastorno obsesivo compulsivo, los trastornos de control de impulso y la drogodependencia, entre otras. En todas ellas, un caldo biologico de sustancias activa circuitos fisiologicos de recompensa y areas cerebrales relacionadas con la motivacion. Dopamina, feniletilamina y norepinefrina son algunos de los neurotransmisores responsables de la sensacion de energia, euforia y persistencia conductual que comparten los enamorados freneticos y algunos sujetos que muestran alteraciones psicologicas. Quiza llegue el momento en que el <> o el <> pasen a llamarse <>, en honor de ese neurotransmisor que tanto placer y gratificacion produce. Y lo mas interesante: no hay que comprarlo, lo tenemos incorporado. LA REALIDAD DEL ENAMORAMIENTO Que el enamoramiento funciona como una droga intrinseca es cada dia mas aceptado, en tanto que crea dependencia (cuando nos impacta, tenemos la sensacion de que no somos capaces de vivir sin el), tolerancia (nos sentimos insatisfechos y queremos siempre mas) y abstinencia (si se acaba, el organismo se desorganiza y sufre a mares). Pero la biologia es muy inteligente y no deja que nos aficionemos demasiado, ya que despues de cierto tiempo el cerebro se danaria por la elevada estimulacion. Asi que el enamoramiento tiene un tiempo limitado (aunque reconozco que, en ciertos casos, parece haber excepciones en algunos individuos). Las investigaciones realizadas en diversas culturas coinciden: su fase activa dura de dieciocho a treinta meses. No es que pasemos del extasis a la depresion, sino que la locura se modera y se acomoda a una realidad menos vertiginosa: la montana rusa se endereza y baja de velocidad. Este descenso en el impetu emocional no siempre es aceptado por los usuarios del amor y a muchos les produce una profunda decepcion detectar que la <> ya no esta presente. Es entonces cuando salen a buscar nuevas dosis. A estos sujetos se los conoce como los <>, o mejor seria llamarlos <>, a la pasion, a las sensaciones que genera el romance fogoso. En estos casos, las distintas conquistas solo son una excusa, un medio para producir los compuestos quimicos requeridos por el organismo. Una mujer se lamentaba: <>. Trate de hacerle ver que el amor por su pareja no habia desaparecido, sino que habia sufrido un cambio en la modalidad: lo amaba de otra manera, mas tranquila y serena. Pero ella queria el sudor en las manos y el corazon latiendo a mil kilometros por segundo. Confundia enamoramiento con amor, pero no le quedaba mas remedio que aceptar el bajon, ya que no podemos generar enamoramiento a voluntad. En las lides del enamoramiento, el organismo hace lo que le da la gana, o seria mejor decir: la naturaleza obra de acuerdo con su mejor parecer y conveniencia para la supervivencia de la especie. Como si dijera: <>. Mi paciente no queria usarla. Le desagradaba en extremo un amor pensado y menos efusivo. Lo que queria era una lluvia de emociones, mariposas en el estomago y babear por el otro como si sufriera de alguna lesion cerebral. Vivia como una adicta saltando de relacion en relacion, hasta que el enamoramiento se extinguiera en cada vinculo. Solia decirme: <>. Y era verdad que no lo entendia: habia idealizado un <> transitorio y de manera infantil esperaba que ese estado febril de enamoramiento se convirtiera en eterno junto a un alma gemela inexistente. EL AMOR PASIONAL PUBLICITADO: POESIAS Y CANCIONES Infinidad de personas son <> y no lo saben. Sin embargo, su conducta muestra claramente que insisten en crear las situaciones generadoras del enamoramiento que anhelan: <>. Ciertas ambientaciones ayudan a que Eros haga su aparicion.

  • En el horizonte de Robyn Carr

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    La neurocirujana Maggie Sullivan siempre habia trabajado en unas condiciones de extrema presion y sabia que debia bajar el ritmo antes de quemarse por completo. El mejor lugar, sin duda, para lograrlo era Sullivan’s Crossing.
    El nombre se lo debia al bisabuelo de Maggie, y la tierra y la encantadora tienda de ultramarinos en el cruce de caminos entre Colorado y Continental Divide pertenecia en esos momentos al excentrico padre de Maggie, Sully. Ella se moria de ganas de poder permitirse una vida como la suya.
    Pero el mundo de Maggie se tambaleo de repente y tuvo que hacerse cargo de Crossing. Cuando un senderista, callado y de aspecto serio, Cal Jones, se ofrecio a echarle una mano, ella sospecho enseguida de sus motivos, hasta que averiguo la verdadera razon de su aislamiento deliberado.
    Aunque tanto Cal como Maggie estaban inmersos en una lucha por superar la perdida y la soledad, el tiempo compartido habia despertado en Maggie la esperanza de hallar algo mejor en el horizonte. siempre que ambos lograran aprender a encontrar la paz y la curacion, y quizas el amor, juntos.

  • Acuestala sobre los lirios de James Hadley Chase

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    Era una de esas calidas y agotadoras mananas de julio, agradables cuando estas en banador en la playa junto a tu rubia favorita pero dificiles de soportar si estas encerrado en una oficina, como era mi caso. Por la ventana abierta se colaba el murmullo de las olas, el zumbido de los aviones y el ruido del trafico del Orchid Boulevard. El sistema de aire acondicionado, escondido en las entranas de los edificios Orchid, se las apanaba perfectamente para mantener a raya las temperaturas en ascenso. Los rayos del sol, calientes y dorados, proyectaban dibujos sobre la alfombra que Paula habia comprado para impresionar a los clientes y que a mi me parecia demasiado cara para ponerle un pie encima. Me sente en mi escritorio, sobre el cual habia dejado unas cuantas cartas para que Paula creyera que estaba trabajando, si llegaba a entrar. Detras de unos espectaculares libros legales habia un vaso de whisky lo suficientemente fuerte para rajar cemento. Cada vez que me acercaba a el, el hielo tintineaba. Solo tres anos y medio antes habia fundado la compania Universal Services, una organizacion que se hacia cargo de cualquier cosa: desde pasear a un cachorrillo hasta coger por las orejas a un usurero en pleno festin con el dinero de mi cliente. Era, en esencia, un negocio para millonarios y con tarifas muy caras. Pero, en fin, en Orchid City los millonarios son tan numerosos como los granos de arena de la playa. Durante estos tres anos y medio nos habiamos divertido, habiamos jugado, habiamos ganado algo de dinero y aceptado trabajos de lo mas variados. Incluso tuvimos que hacernos cargo de un asesinato. Pero en los ultimos dias, el negocio estaba tan tranquilo como un soltero comiendo bollos en una sala de conferencias. Seguian llegando trabajos rutinarios, pero de esos se encargaba Paula Bensinger; unicamente cuando aparecian asuntos fuera de lo comun, mi companero Jack Kerman y yo nos poniamos manos a la obra. Pero no habia aparecido nada fuera de lo comun, de modo que no haciamos mas que esperar sentados, vaciando botellas de whisky y fingiendo estar muy ocupados delante de Paula. Jack Kerman estaba recostado sobre la silla de los clientes. Era un hombre largo, delgado y elegante, con mechones blancos que se destacaban entre su pelo oscuro y un bigotito a lo Clark Gable. Se paso el vaso helado de whisky por la frente para refrescarse. Llevaba un inmaculado traje color verde oliva, una corbata a rayas rojas y unos llamativos zapatos de piel de ante, blancos con motas verdes. Cada centimetro de su ser tenia el aspecto de haberse fugado de las pagina de Esquire. --!Vaya! --dijo despues de un prolongado silencio--. !Quitale los brazos y podrias confundirla con la mismisima Venus! Se acomodo sobre la silla y suspiro. --!Por cierto, me encantaria que alguien le arrancara los brazos! !Chico, que fuerte era! Y yo fui lo suficientemente tonto para creer que podria manejarla. --No empieces --le rogue, levantando mi vaso--. Lo ultimo que necesito en una manana como esta es un resumen de tu vida amorosa. Prefiero las obras completas de Krafft-Ebing. --Ese viejo no te llevara a ninguna parte --dijo Kerman con sorna--. Ademas, todas sus nonerias estan en latin. --Te sorprenderias de la cantidad de gente que estudia latin solo para descubrir que dice. Es lo que llamo matar dos pajaros de un tiro. --Lo cual nos lleva nuevamente a mi rubia --dijo Kerman, estirando las piernas--. Me la encontre en la tienda de Barney anoche. --No me interesan las rubias --le dije con firmeza--. En lugar de estar aqui hablando de tus conquistas, deberias estar en la calle tratando de conseguir nuevos clientes. A veces me pregunto para que te pago. Kerman se quedo pensativo. En su cara habia una expresion de sorpresa. --?Quieres trabajar? --pregunto de golpe--. Creia que la idea era que Paula lo hiciera todo mientras nosotros descansabamos. --Esa es la idea general, pero no estaria mal que de vez en cuando hicieras algo para ganarte la vida. Kerman se sintio aliviado. --Por supuesto, de vez en cuando. Por un momento crei que te referias a este momento. --Tomo un trago de su vaso y cerro los ojos--. Ahora, esta rubia de la que te estaba hablando es guapa como ninguna. Cuando le pedi una cita me dijo que no queria saber nada de hombres. ?Sabes lo que le dije? --?Que le dijiste? --le pregunte, porque de todos modos me lo iba a contar. Ademas, si yo no le escuchaba sus mentiras, ?quien iba a escuchar las mias? Kerman solto una risotada. --Senorita, puede que usted no vaya detras de los hombres, pero las ratoneras tampoco van detras de los ratones. ?A que estuve listo? Pues mira, se derritio. No tienes por que mirarme con esa cara de vinagre. Puede que tu ya lo hayas oido antes, pero para ella era la primera vez. Y surtio efecto. Despues la puerta se abrio sin que me diera tiempo a esconder mi vaso. Entro Paula. Era alta, morena y adorable. Tenia unos ojos castanos y atentos, y una silueta que suscitaba toda clase de ideas lascivas. A mi, no a ella. Era rapida, implacablemente eficiente e incansable. De hecho, fue ella quien me animo a comenzar con Universal Services, e incluso me presto dinero durante los dificiles seis meses posteriores a la puesta en marcha de la empresa. El exito comercial de Universal Services se debia, sin duda, a su habilidad para administrar el negocio. Si yo era el cerebro de la organizacion, Paula era la medula. Sin ella habriamos cerrado en una semana. --?No teneis nada mejor que hacer que estar ahi sentados bebiendo? --espeto, plantandose delante del escritorio y dirigiendome una mirada acusatoria. --?Es que existe algo mejor? --respondio Kerman con insolencia. Paula le dedico una mirada gelida fugaz y acto seguido volvio a clavar sus brillantes ojazos marrones sobre mi persona. --De hecho, Jack y yo discutiamos sobre la necesidad de conseguir algun nuevo cliente -- informe, echandome el pelo para atras--. Venga, Jack, vayamos a ver que podemos encontrar. --?Donde buscareis? ?En el bar de Finnegan? --pregunto Paula con sorna. --Esa es una idea absolutamente brillante --dijo Kerman--. Es probable que Finnegan tenga algo para nosotros. --Antes de iros, podriais ver esto --pidio Paula, y me acerco un sobre alargado--. Acaba de traerlo el portero; lo encontro en el bolsillo de uno de esos abrigos que tan amablemente le has regalado. --?De veras? --Cogi el sobre--. Que extrano. No he usado esos abrigos desde hace mas de un ano. --El matasellos lo confirma --dijo Paula, con ominosa calma--. La carta fue enviada hace catorce meses. Supongo que algo paso: no es posible que la guardases y luego te olvidaras de ella. No serias capaz de hacer algo asi, ?verdad? El sobre iba dirigido a mi y estaba escrito con una caligrafia apretada y femenina. No lo habian abierto. --Ni siquiera recuerdo haberlo visto antes. --No me sorprende. Te olvidas de todo lo que yo no te recuerdo --recrimino Paula con aspereza. --Uno de estos dias, querida harpia --dijo Kerman--, alguien se te plantara y te dara una bofetada. --No creo que eso la detenga --observe, rasgando el sobre--. Lo he intentado y solo consegui enfadarla mas. Meti los dedos en el sobre y saque una nota y cinco billetes de cien dolares. --!Santo Dios! --exclamo Kerman, poniendose en pie--. ?Le diste eso al portero? --No empieces tu ahora --dije, y lei la carta. Crestways Foothill Boulevard Orchid City 15 de mayo de 1948 ?Podria citarse conmigo en la direccion arriba indicada manana a las tres de la tarde? Estoy desesperada por obtener informacion sobre alguien que esta chantajeando a mi hermana. Entiendo que usted se dedica a estas cosas. Por favor, considere esta carta como confidencial y urgente. Le adjunto quinientos dolares como garantia. JANET CROSBY Siguio un largo y doloroso silencio. Ni siquiera Jack Kerman encontro algo que decir. Nuestro negocio dependia de las recomendaciones, y retener durante catorce meses un pago de quinientos dolares sin siquiera saberlo no era la mejor carta de presentacion. --Urgente y confidencial --murmuro Paula--. Despues de olvidarlo durante catorce meses, se lo da al portero para que se lo cuente a sus amiguitos. !Brillante! --!Cierra el pico! --gruni--. ?Por que nadie reclamo? Debio de creer que su carta se perdio… !Un momento! Esta muerta, ?verdad? Una de las chicas de la familia Crosby murio. ?Fue Janet? --Creo que si --dijo Paula--. Lo averiguare. --Y desentierra todo lo que tenga que ver con Crosby. Cuando salio del despacho, dije: --Estoy seguro de que ha muerto. Creo que tendremos que devolverle este dinero a su familia. --Si hacemos eso --observo Kerman, a quien no le gustaba devolver dinero--, puede que llamemos la atencion de la prensa. Una noticia asi seria una pesima publicidad, Vic. Puede que lo mejor sea no decir nada en absoluto. --No podemos hacer eso. Prefiero ser ineficiente que deshonesto. Kerman volvio a su butaca. --Es mas seguro dejar que los perros duerman. Crosby es petrolero, ?verdad? --Lo era. Esta muerto. Murio en un accidente con armas de fuego hace un par de anos. --Cogi el cortaplumas y empece a agujerear el cartapacio--. No entiendo como pude olvidar esa carta. Paula nunca me lo perdonara. Kerman, que conocia bien a Paula, sonrio comprensivamente. --Pues si --dijo Kerman--. Y me alegra no estar en tu pellejo. Segui haciendo agujeros hasta que Paula aparecio con un monton de recortes de periodico. --No me sorprende que no hayas sabido nada de ella. Murio de un ataque al corazon el 15 de mayo, el mismo dia que escribio la carta --dijo, cerrando la puerta de la oficina. --?De un ataque al corazon? ?Cuantos anos tenia? --Veinticinco. Deje el cortaplumas y busque a tientas un cigarrillo. --No parece una edad para morir de un infarto. De todos modos, sigamos adelante. ?Que mas tienes? --No mucho mas. Casi todo lo sabiamos ya --dijo Paula sentandose en el borde del escritorio --. MacDonald Crosby gano millones con el petroleo. Era un hombre duro y dificil de querer, con una mente tan amplia como el espacio entre dos dientes. Hasta 1943 vivio en San Francisco; luego se retiro del negocio y se instalo en Orchid City. Se caso dos veces y tuvo dos hijas: Janet, la mayor por cuatro anos de diferencia, era producto de su primer matrimonio, mientras que Maureen fue fruto de la relacion con su segunda mujer. Las dos eran completamente opuestas. Janet era estudiosa y se pasaba el dia pintando (varios de sus oleos estan en el Museo de Arte). Al parecer tenia mucho talento, un caracter reservado y un temperamento acido. Maureen es la guapa de la familia; lleva una vida plagada de excesos, salvaje, vaga y licenciosa. Antes de la muerte de Crosby era frecuente verla en los titulares de los periodicos, de escandalo en escandalo. --?Que clase de escandalos? --pregunte. --Hace un par de anos arrollo y mato a un muchacho en la avenida Central. Los rumores dicen que iba borracha, lo cual parece factible teniendo en cuenta que bebia como si no hubiera manana. Crosby hablo con la policia y la chica quedo en libertad tras pagar una cuantiosa multa por conduccion temeraria. En otra ocasion, recorrio Orchid Boulevard a caballo sin nada encima; alguien aposto a que no se atreveria a hacerlo, de modo que lo hizo. --Dejame comprobar si lo he pillado --dijo Kerman, excitado--. ?Quien iba sin nada encima, el caballo o la chica? --La chica, so burro. --?Y donde estaba yo? No la vi. --Solo pudo cabalgar cincuenta metros antes de que la detuvieran. --Si yo hubiera estado alli, no la habria dejado avanzar ni siquiera eso. --No seas basto. Y callate. --Parece la victima ideal de un chantaje --agregue. Paula asintio con la cabeza. --Ya sabes lo del accidente de Crosby. Estaba en su despacho limpiando un arma que se disparo y lo mato. Le dejo tres cuartos de su fortuna a Janet, sin condiciones, y un cuarto a Maureen, bajo fianza. Cuando Janet murio, Maureen se quedo con todo y, al parecer, se reformo. No ha aparecido en la prensa desde que murio su hermana.

  • Era el destino, jefe de Sophie Saint Rose

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    La vida de Missy cambio radicalmente cuando estaba en el instituto. Perdio a una de las personas que mas amaba en la vida y solo sus ansias de venganza la animaron a seguir adelante. Habia trabajado muchisimo, pero habia merecido la pena.
    Calvert Linthwaite lo iba a pagar. Y lo iba a pagar muy caro.
    ?O era ella la que sufriria de nuevo?

  • Un dia en la vida de un editor de Jorge Herralde

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    Prologo de Silvia Sese
    <>, dice Jorge Herralde, y el oficio al que se refiere es, claro, el de editor.
    Este libro arranca precisamente con la minuciosa descripcion de un dia cualquiera en la vida de un editor. Y, a partir de ahi, una sucesion de textos de origen diverso articulos, discursos, entrevistas, entradas de diario.-componen un completisimo recorrido por los secretos del sector editorial y por la evolucion y las entranas de Anagrama desde su fundacion en 1969 hasta el presente.
    El lector tendra acceso a una vision de insider -perspicaz y con toques de fina ironia marca de la casa- del mundo editorial; de los primeros anos de andadura de Anagrama en el tardofranquismo y la Transicion -incluidos los combates con la censura, los secuestros de libros y hasta un incendio provocado en la distribuidora; de la creacion y desarrollo de colecciones imprescindibles como <>; de la importancia del humor british en el catalogo; de la intensa relacion del editor con Latinoamerica, con especial atencion a Mexico y Argentina; de su paso
    por las ferias del libro -Frankfurt, Guadalajara, Paris.-; de los contactos con autores y colegas editores, como los que se producen durante un viaje por Estados Unidos con visitas a Grace Paley, Eudora Welty, Lawrence Ferlinghetti, Tom Wolfe, Sonny Mehta.; del encuentro con esa insuperable generacion de autores ingleses bautizada como British Dream Team; de la intensa vida social y cultural durante una estancia en Paris evocada en un diario.
    Ademas del impagable anecdotario, el libro ofrece una rica panoramica del universo de la edicion, retratos de escritores como Luis Goytisolo o Bolano, de editores como Jose Manuel Lara Bosch y Jerome Lindon, y reflexiones muy jugosas sobre la industria del libro: los peligros de la concentracion editorial; el futuro cargado de incertidumbres, pero tambien de posibilidades.
    Un dia en la vida de un editor se suma a libros anteriores de Jorge Herralde como Opiniones mohicanas y Por orden alfabetico en la construccion de una suerte de memorias abocetadas mediante la suma de textos diversos que, a modo de piezas de un mosaico, perfilan la trayectoria del fundador de Anagrama, una de las editoriales europeas verdaderamente imprescindibles de la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos del XXI.

  • La Isla de las Flores de Nora Roberts

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    Laine Simmons estaba, por fin, preparada para enfrentarse al pasado, y viajo hasta Hawai para reconciliarse con un padre al que apenas recordaba. Sin embargo, no habia atravesado medio mundo para que Dillon O’Brian, el atractivo socio de su padre, la acusara de tener motivos ocultos. ?Como se atrevia a meterse en sus asuntos familiares y, ademas, tener la audacia de encender su corazon siempre que estaba cerca?

  • La noche del ocho de Sebastian Fitzek

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    La nueva novela del autor mas vendido en Alemania.

  • O calle para siempre de J. M. Guelbenzu

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    Un mensaje anonimo enviado al parroco que ha de oficiar una boda de postin y el asesinato de un chantajista de medio pelo en mitad de la ceremonia, involucrara a la juez Mariana de Marco y a su pareja, el periodista Javier Goitia, que asistian como invitados. Mariana esta convencida de que alguien de una de las familias de los contrayentes trato de impedir la boda, y que otro de los asistentes fue el asesino del maleante contratado para sabotearla.

  • No digas nada de Patricia Gibney

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    Un asesino se esconde en una ciudad llena de secretos

  • Mi matrioska de Sophie Saint Rose

    https://gigalibros.com/mi-matrioska.html

    Lorelai Dean es la mejor coreografa y directora de espectaculos del momento, despues de que un desafortunado accidente le robara su carrera de bailarina de ballet. Esta dispuesta a tomarse un descanso cuando aparece en su vida Ivan Helmersen, para hacerle una oferta de trabajo irresistible para ella. Pero al parecer el tambien quiere algo mas…

  • Sensible a ti (Bilogia Angel 2), Olga Diaz de Olga Diaz

    https://gigalibros.com/sensible-a-ti-bilogia-angel-2-olga-diaz.html

    A Enzo y Lucia le ha costado mucho mantener su amor a flote, ellos se aman con locura, con pasion, pero para Lucia cada dia a su lado es una montana rusa, no ha sido facil lidiar con los miedos e inseguridades de Enzo. Ha sido todo un proceso que el entienda y crea que ella no es como esas que lo abandonaron a su suerte, que ella es diferente.

  • Tu eres el lugar al que siempre quiero volver de Ana Martin Mendez

    https://gigalibros.com/tu-eres-el-lugar-al-que-siempre-quiero-volver.html

    < tenia un buen trabajo -escaparatista de tiendas de lujo-, un buen sueldo y buenos amigos. Es decir, que yo me sentia a gusto con mi persona y con mi vida, siempre convencida de que los dias son mas que horas; tambien son la sonrisa de un desconocido que te pone a ti otra en el alma -hasta en el lunes mas aciago- o un viaje inesperado que te hace no solo descubrir un sitio, sino tu lugar en el mundo. Desgraciadamente, hubo un dia en que esa situacion y sensacion cambio. ?Y que fue lo que paso? Que me enamore>>.

  • Spin Off de Colette Green

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    Sumergete en esta historia de Sumision llena de misterio y accion. sin falta los momento picantes que te aran subir la temperatura de todas las celular de tu cuerpo.

  • Romper con la rutina de Sabina Rogado

    https://gigalibros.com/romper-con-la-rutina.html

    ?Que sucede cuando decides ROMPER CON LA RUTINA de siete anos y coges un camino diferente para llegar a tu puesto de trabajo?
    Asi empieza la historia de Patrick, un hombre metodico y organizado que vera como su vida se vuelve del reves.
    Un atropello…
    Una casualidad entre un millon…
    La idea descabellada de actuar como un buen samaritano…
    Y la persecucion, a contrarreloj, con una mujer que esconde un sorprendente enigma…
    Accion, pasion, intriga, sorpresas y amor te estan esperando.
    ?Te atreves a ROMPER CON LA RUTINA?

  • El arte de conducir bajo la lluvia de Garth Stein

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